One-shot I'm hooked on touches that leave me weaker [Gakkou Roleplay | Joey x Alisha]

n/a: tarde pero seguro, me pidieron hacer un fanfic de temática navideña and i just saw the opportunity de hacer el self-indulging jolisha que llevaba queriendo hacer desde hace un buen tiempo ya, so that's that :D

Gigi Blanche heyo, te dejo un mini-regalo mientras ando escribiendo el otro fic que ya tu sabes 7u7 (?)

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Don't want the kisses, unless they're bitter
I'm hooked on touches that leave me weaker
I swear that I love nothin' more than broke
I always let the good ones go

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| Alisha Welsh |
| Joey Whickam |

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Hacía un frío de mil demonios aquella noche, tanto que tuve que ajustarme de nuevo la bufanda alrededor del cuello y hasta un poco de vaho se escapó de mis labios cuando dejé escapar un suspiro de nada.

Me dispuse a sacar el móvil del bolsillo de mi chaqueta, para comprobar una vez más el tiempo que había estado ahí parada esperando, pero, por fortuna para todos, distinguí la figura de Joey acercándose apenas un segundo antes de que pudiese hacer el amago de ello.

—Missed me~? —cuestionó, con cierto tono risueño, cuando finalmente alcanzó mi posición.

—¡Has tardado mucho! —exclamé a modo de respuesta, cogiendo el vaso de chocolate caliente que me estaba extendiendo e ignorando la chispa de diversión que se le coló en el semblante.

—Había mucha cola, Ali-chan, ¿qué se suponía que hiciese~?

Lo escruté con la mirada un buen rato, dándole un trago a la bebida mientras tanto, y después de unos largos segundos, fruncí el ceño, recuperando una nota de la indignación que había impregnado mi tono de voz antes.

—¡Has estado ligando con la que atendía el puesto! —lo acusé, tan de repente y sin aparente fundamentos que logré hacerle abrir los ojos con clara sorpresa.

—Woah, woah. Calm down, Your Honour. ¿Cuáles son tus pruebas?

Le costó muy poco recomponerse y retomar el aire risueño que le caracterizaba, por supuesto, pero a aquellas alturas eso ya no era algo que lograse intimidarme de alguna manera.

—I know you well… —murmuré, acercándome para señalarlo con el dedo índice cerca del pecho, y no mucho después deslicé el mismo por su jersey hasta alcanzar el bolsillo de sus vaqueros, sacando un papelito con un número de teléfono apunado del mismo—. And you also have this. I rest my case, sir~

A Joey se le escapó una carcajada fresca tras mi acusación, acabando por simplemente encogerse de hombros mientras me quitaba el papelito para volver a guardárselo (aunque en aquella ocasión mucho mejor resguardado en un bolsillo interior de su chaqueta). Le sonreí con orgullo, sabiendo perfectamente que lo había pillado con las manos en la masa, pero la sensación de victoria me duró bastante poco, pues sin ninguna clase de previo aviso, el muchacho coló su mano libre por detrás de mi cintura y me atrajo a su cuerpo para poder plantar su boca contra la mía.

No supe de donde surgió la bendita movida, pero mentiría si dijese que tan siquiera hice el amago de evitarlo; todo lo contrario, más bien, y es que prácticamente sentí que me derretía contra sus labios, haciendo que el frío que había sentido hasta ese momento se evaporase completamente.

—You know… —empezó a susurrar contra mis labios, una vez se hubo separado del beso—. Estoy seguro de que podías haber encontrado algo de compañía mientras me esperabas…

Pestañeé un par de veces, claramente confundida por sus palabras, pero tras un par de segundos me di cuenta de que había estado mirando a algún lugar en específico mientras decía aquello y, al seguir el camino de su mirada, di con un grupo de muchachos que definitivamente se habían comido el espectáculo y, desde luego, estaban completamente decepcionados por el mismo.

Solté el aire por la nariz en una carcajada irónica, volviendo la vista hacia Joey, y le dejé un nuevo beso superficial antes de escapar de su agarre y buscar entrelazar los dedos de mi mano con los de la suya. Y así, sin mediar ninguna palabra más al respecto, retomamos el paseo por el mercado navideño de Roppongi.

Era una de las tantas pequeñas tradiciones que nos habíamos acabado creando desde que nos conocimos la primera vez, como la de siempre regalarnos algo de chocolate en San Valentín y el Día Blanco o la de invitarlo a él y a Matty a cenar con nosotras el Día de Acción de Gracias.

Y aquella en cuestión, la de la Navidad, consistía en dar un paseo por el mercadillo que siempre colocaban en Roppongi, comprarnos algo a modo de regalo y, finalmente, ver las luces y decoración del lugar. Aquel año no fue muy diferente en ese aspecto, aunque sí que hubo un pequeño detalle extra que le dio el broche final a la noche por completo.

—¡Joey! It’s snowing! —exclamé casi al final de la velada, cuando nos habíamos parado a mirar el árbol gigantesco que había en la plaza principal, y me separé de su mano para adelantarme un par de pasos y dar una vuelta sobre mí misma, admirando el cielo con ojos brillantes—. It’s so pretty!

—It is —lo escuché decir mientras se acercaba, aunque nunca supe si se refirió exclusivamente a la nieve o quizás a algo más—. Merry Christmas, love —murmuró, de nuevo contra mis labios, cuando acortó lo suficiente las distancias.

—Merry Christmas, honey —le contesté, sonriendo con aquella genuinidad que solo podía conseguir con él, antes de juntarnos en otro beso.