Long-fic Il diario di un tramonto [Numéria Russo|GakkuoRolplay]

Contenido oculto: Nota de Mori

Okey, a intentar tirar los backhistory de esta chica. Quiero probar algo nuevo e intentar hacerlo en formato de un diario de vida, a ver cuando me dura. Le puse amistad, nomás por qué no sabía que ponerle y de cualquier forma no siento la vida de Numéria tan dramática para ponerla en esa categoría xd

Esto es canon, básicamente cuenta qué pasó en su cumpleaños. Me tomé la libertad de asumir que Génesis sí la felicitó al enterarse.

__Il diario di un tramonto__
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30/04/2020​

Jueves

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Es un fastidio intentar escribir con kanjis, pero no tengo otra mejor forma que acostumbrarme que acá. Ya escribí al respecto, así que me enfocaré en mi día. Hoy hizo buen clima, no estuvo nublado a pesar del par de nubes, el sol cálido se sentía bien. Las flores en los árboles, el aroma, los colores, todo es tan... adorable. Claro, cuando se puede ver, una gran parte son solo edificios, luces y estructuras duras. No me agradaron nunca del todo, estoy enamorada de lo clásico al final del día.

Fuimos con mi padre al Museo arquitectónico al aire libre Edo-Tokyo, ubicado en el parque de Koganei. Admito que al inicio no me llamaba la atención, aunque bonitas, las construcciones japonesas clásicas no llamaban mi atención. Pensando ahora sobre eso, puede que se debiera a ser sencillamente nuevo, extraño, provocando que no quisiera involucrarme con ello.

Equivocada estaba, sin saber de lo que me perdía. Aprendí muchas cosas respecto a las costumbres y el día a día en esos hogares, algunos incluso podrían considerarse mansiones. Era destacable su gran uso de la madera y otros elementos meramente nacido de los árboles, más allá de la piedra que tanto acostumbraba a admirar. Seguían teniendo mi privilegio las estructuras esculpidas a lujo de detalle, en cualquiera de los casos.

Yo creía que sería un simple y mundano viaje más, de los que acostumbraba a llevarme papá, pero no. En realidad sí fue un regalo de cumpleaños, tomamos una merienda deliciosa tras haber terminado nuestro recorrido en el museo.

Fue un buen día, aparte de que Fabrizio me había mandado un mensaje que me dejaba con bastante expectativa: Pronto me llegaría un regalo, acá, a Japón. Podría llorar solo con pensar el significativo esfuerzo que era eso... al menos para alguien como yo quien deja atrás las cargas, aunque luego me carcoma el arrepentimiento. Sus acciones me eran muy preciadas... en parte aun lo quiero de aquella especial manera, dudo que algún día cambie, solo me enfriaré al respecto.

No tuve que haber esperado nada más, pero siempre la decepción me llega cuando no recibo un mensaje de mamá cuando en verdad los quiero. Yo no le mendigaría amor, que ella se lo perdiera.

Como último dato, al enviarle una foto del paisaje a Génesis, terminé contándolo acerca de mi cumpleaños. Me felicitó y sus palabras, aunque escritas y concisas, me alegraron.

Eso sería todo, hasta otra noche, amarillentas páginas.

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