I miss you

Inspirada en una película que salió hace poco, cuento la historia un amor que ha terminado surgiendo en la situación mas atípica y extraña que pudiera suscitarse, siempre he sido una persona que busca encontrar resplandores en la mas inmensa oscuridad y esta historia lo hace, el amor lo puede todo, es un poco gotica por el contexto y la canción, pero espero les guste. Ahora la narración es un POV hecho lo mas "realista" posible desde personaje principal que bueno ya descubrirán su naturaleza ^^, así que si ven palabras entre cortadas, ininteligibles es para crear mas atmosfera.

I miss you

Ese día había algo diferente en el cielo gris y sombrío tenía algo especial, los escombros y negro paisaje emanaban un extraño resplandor, yo era un muchacho de pelo negro corto y despeinado, unos 24 años de edad, caucásico…ehhh…diferente…era todo pero antes, porque pues en la actualidad…era un zombi.

Arrastraba sus pies por aquel aeropuerto por donde tantos de nosotros rondábamos por la eternidad, escuchaba los incesantes y adormilados quejidos muertos de mis iguales, sin pensamiento, sin propósitos ni metas ni…ehhh…razones para vivir, bueno, lo que sea que los zombis hagamos.

Frente a la barra del bar del lugar estaba, yacía quien era mi mejor amigo, un hombre de traje, maduro, mirada al vacío, muerto siempre sosteniendo esa misma copa en la mano desde que…tenía…, ¿les hablaba de...?,…a estaba mi mejor amigo sobre esa barra teniendo una animada conversación de quejidos con el camarero, el nombre de mi amigo era M, creo que su nombre era más largo, pero era todo lo que podía pronunciar.

— Rrrrrrrrr…ah—elevó su mano lentamente hacia mí y me saludo con lo que creo fue una sonrisa.

— Mmm..eee…aaa— le contesté lo más optimista que pude, mientras me sentaba a su lado.

Era mi mejor amigo y como tal me conocía, sabía que algo que había en mi cabeza, aparte de medio cerebro vivo. Giro su cabeza y lentamente dirigió su ojos hacia mí, sus pupilas dilatadas observaban fijamente yendo mas haya de mis pensamientos, me obligó a revelarle…la verdad.

— …aaaa…extrañarla…—balbuce, tan solo su breve recuerdo provoco un palpitar mi corazón.

— R…nnn —me nombro R, mientras me daba una palpada y sonreía, como diciendo “asi que por esa chica es todo”—…busca-la…Rrr…— me indicó, él también veía ese “algo” distinto en mí.

Me levante esbozando una sonrisa, él me dio la espalda y se concentró en su copa de nuevo, moví mis pies hasta un pequeño vehículo donde se transportaban maletas, con un manotazo torpe empuje al cadáver medio inmóvil que era ese hombre que alguna vez lo había conducido, él emitiendo un lamento se dio la vuelta y giro sobre sí mismo de cara al piso, encendí el vehículo y partí a la ciudad.

Un cartel algo corroído encima de un edificio de ventanales rotos, mostraba la imagen de una chica de pelo rubio y pude recordarla más. Ese…ehhh…día habíamos ido a comer en la ciudad, no me juzguen, ese es solo mi instinto, …como sea, para fortuna de los vivos, desde que estoy con ella se va el apetito…, M partió rumbo a una universidad sabíamos que allí se escondían algunos refugiados, yo solo deambulaba por las calles digamos en búsqueda de un bocadillo, cuando vi una figura desvanecerse dentro de un edificio, mientras que Fred y los demás le perdían el paso, me acerque lo más rápido que pude hacía el lugar y mi olfato me detectó que efecti-vamente había algo a dentro, entre balanceándome con la mirada algo baja y un leve movimiento en entre las mesas de lo que en otro tipo fue irónicamente un restaurante…eeeh…ella estaba.

Pelo rubio rizado como el sol se precipitaba sobre sus hombros, ojos azules como el firmamento en un amanecer, su piel blanca, tersa, suculenta…eeh lo siento, instinto… ella distinta no era solo…comida…la forma en la que me observó cambio todo. Se escondía temblando en cuclillas, debajo de una silla un ligero gemido involuntario de mi boca le percató de mi presencia, un escalofrió recorrió su cuerpo…mmm…acerqué a ella con una mano levantada sin saber porque lo hacía, en ese momento sus ojos se conectaron los míos, emanaban tanta dulzura, hacían surgir dentro de mi ser sensaciones que creía jamás había tenido, mi corazón que creía ya necrolizado latió con fuerza al menos una vez, si respirara seguro me habría quedado sin aliento, si sintiera seguro un enorme escalofrío hubiera recorrido mi cuerpo, se levantó se dirigió hacía mi contoneándose con lentitud, hasta esbozó una leve sonrisa, su mano tocó mi hombro casi persistía su calor, ladeó su cabeza y se aproximó un poco más, levantó su otro brazo con una botella en mano, la balanceo suavemente hacia mi…aaa…rayos…terminó golpeándome fuertemente en el rostro y caí al piso, mientras salía corriendo… me dirán “que ahí distinto en eso, como si no te pasara a diario”, pues fue distinto…

Mi cabeza colgante hacía un lento vaivén, para ver si lograba verla otra vez, de esa vez habían pasado varios días, esta era su zona, era seguro que estaría por aquí, un grito de terror, su grito de terror, eehh...cosa que atípicamente de ella me había gustado, se escuchó a lo lejos, era acechada por otros como yo, tal vez con más voracidad e “inteligente-mente” corrió a un callejón sin salida, deslicé torpemente mi vehículo las ultimas maletas que contenía salieron volando, literalmente sin pensarlo, terminé estrellándolos con él, antes de que pudieran acercársele, se levantaron pero yo los mire fijamente.

— ¡Mmmmia!—exclamé y ellos entendieron al instante el mensaje.
Los muertos vivos comenzaron a alejarse y quedé yo solo frente a ella. Me giré aún encima del carrito y busque sonreírle.

— ¿Tu acabas de salvarme?—preguntó desconcertada— bueno no es como que no te lo agradezca, pero no piensas comerme ¿verdad?—dijo mientras se armaba con un palo.

Con mi mano baje su mano armada y negué con la cabeza.

—Tuuu…linda…—le dije sacando de mi bolsillo una flor algo marchita.

Este gesto pareció parecerle extraño pero lindo, pues la tomó y la abrazó entre sus manos, sonriéndome tímidamente.

— Mis amigas realmente no creerán esto—rió irónica—amm pues gracias, es muy lindo detalle—levantó la flor—…supongo, gracias de nuevo.
Parecía que se iba a alejar, cuando entre la ciudad se escuchó un fuerte rugido, que le siguieron cientos más, el día se terminaba, todos los míos salían a cazar.

— ¡Ahí no!, estoy demasiado lejos de casa, ¿Qué voy a hacer?—se hablaba a si misma preocupada, ella también lo sabía—bien, ¿no quieres comerme verdad?—negué de nuevo— bueno todos tus amigos si, ocúltame por favor…

Baje del asiento y comencé a caminar, revisé la calle, aún estaba desierta, unas casas más haya existía un refugio antibombas, con una planta de energía que lo alimentaba, provisiones por más
de un año, un vasto arsenal de armas,…eehh… ¿cómo perecieron los que estaban adentro?, dejaron la puerta abierta. La tomé de la mano sin hablar, no es como pudiera contar mucho, “¿sabes?, descubrí que un director de cine sabe mejor que un abogado”, ¿no, verdad?, ella dudó, pero terminó entrelazándola.

El cielo poco a poco parecía despejarse y daban pasó a una luna gigantesca, las figuras oscuras de mis colegas ya reptaban la ciudad. Mientras yo dentro de un refugio con una hermosa chica viva, la veía comer un pastelillo de chocolate.

— ¿Tu no comes de esto?—me ofreció, por un segundo olvido lo que era— deberías el chocolate es muy rico—sonrió.

Yo busqué imitar su sonrisa para corresponder, surgió un leve quejido.

—mmm…cho-co-late—balbuce, por alguna razón frente a ella podía hablar menos.
Dio una pequeña carcajada que hipnotizo por unos segundo, al parecer le divertía.

— ¿Qué me vez?, no se te estará antojando una chica linda como yo con chocolate ¿o si?—bromeó.
Negué.

— Risa…linda..llda…—dije como susurro.

— ¿Lo crees?, es increíble que seas más atento que muchos chicos vivos que conozco—sonrió de nuevo— ¡es una locura!—se quedó pensando— ¿tienes un nombre?

—Rrrrrr…—dije en forma de rugido, pero leve para no asustarla.

—¿Rrrrr?, Roy, Richard, Robert ¿no?...solo “Rrrr”, bien, yo soy Julie —me extendió su mano—estréchala—indicó y lo hice—bueno ahí otra cosa, los vivos nos saludamos de otra manera, podría hacerlo, pero tienes que prometerme que no me harás daño.

—ppromme-tido—pronuncie.

Realmente no quería eso, en ella había algo especial. Suspiró, bajo la mirada, la levantó de nuevo y se acercó a mí, me sorprendí al instante pues pude sentir en mi mejilla su aliento tibio, su aroma me envolvía pero en lugar de ir a mi estómago se dirigía a otro lugar, escuché de nuevo un palpitar, ni la emoción de correr detrás de alguien esa adrenalina se comparaban con lo que sentía a través de mi cuerpo que se supone estaba muerto, al percibir su labios rozando tiernamente mi mejilla, ella se alejó un poco.

— Joven “Rrr”, soy Julie—dijo —tengo una pregunta, ¿cómo tú, bueno pues moriste?

Apenas salía del trance de ese beso, cuando esa pregunta retumbó en mi cabeza, si bien pudiera articular suficientes palabras para explicarlo…ehh…pues no recordaba mucho…

La observé.

— ¿No lo recuerdas?, lo imaginaba, debe ser un poco duro—suspiró.
Desde una pequeña ventana se mirada a lo lejos el reflejo de la luna, ella se aproximó a mí, había dejado de temerme, se recargó en mi pecho dando un leve respiro y me rodeó con su brazo, su calidez increíblemente podía sentirla, su respiración lenta, su pulso delicado, tal vez algo nuevo que surgía y apenas descubríamos los dos y mi corazón latió de nuevo.

—Tu corazón…—susurró antes de caer dormida.

Un nuevo día aparecía y aunque mi naturaleza no me permitía dormir si había soñado mucho, ella se encontrada aún recostada en mí y busqué sonreír, delicadamente la recosté en el piso y me levanté, salí del refugió y atranque la puerta, así nadie la atraería. Salí balanceándome lentamente, como lo dije, el mundo para mí ya no era el mismo, desde el primer instante ella había despertado algo en mí, sentía un leve pulso en mi pecho, pensaba que si algo debía ocurrir algún nos encontraríamos de nuevo, tomando aquel chocolate en mi mano y dándole un mordisco pensé que ya la echaba de menos.

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