One-shot Humo y jazmín [RachelxKatrina || BTOOOM! AU]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Zireael, 14 Julio 2019.

  1.  
    Zireael

    Zireael Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Leo
    Miembro desde:
    27 Agosto 2011
    Mensajes:
    10,022
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Título:
    Humo y jazmín [RachelxKatrina || BTOOOM! AU]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3244
    Aclaraciones del caso: en este AU no tan AU porque toma backstory del canon (?) Rach tiene 18 y Kat 24.
    Honestly, se me fue de las manos xDDD Liza White no sé en qué momento me aventé 3k.

    Quise darle a Katrina una carrera diferente, pero joder, esta sassy bitch es de Artes por más que quiera hacerme creer lo contrario.

    Dejo esta belleza de canción bc why not.









    Humo y jazmín









    —No. —Tomó la delgada mano de la chica, extendida frente a ella con el lápiz apuntando ligeramente hacia adelante, y movió el objeto hacia ella haciendo que quedara alineado—. No lo muevas hacia adelante, solo hacia arriba y hacia abajo. Si lo mueves hacia adelante cuando hagas la línea que visaste, estará distorsionada.


    Soltó su mano con cuidado, sin apartar la vista del cubo de madera frente a ella.

    Estaba a un año de graduarse, pero continuaba dando tutorías de dibujo para los de primer ingreso.


    —Ah, vale. —La menor respondió casi en un susurro y Katrina pudo notar que su mano temblaba un poco. Siguió su instrucción, movió su mano al pliego de papel sujeto al caballete y, luego de estar segura, trazó con sorprendente delicadeza la línea.


    —Me dijiste que te llamas Rachel, ¿no? —Katrina se alejó, porque sabía lo nerviosa que podía poner a la chica si se quedaba observando su trabajo sin aportar nada realmente y apoyó el cuerpo en el escritorio vacío. Los profesores no tenían problema de que usaran las aulas cuando milagrosamente estaban vacías.

    Al clavara la vista en la muchacha reparó en su larga cabellera rubia y recordó la propia, sustituida hace años por aquel corte a la altura de los hombros teñido de negro y rojo.


    —S-sí. —La joven no despegó la vista del objeto de madera frente a ella ni del papel.


    —¿Es tu primer año? —Cruzó los brazos sobre el pecho y dejó salir un suspiro. Empezaba a sentir los principios de una migraña—. ¿Cómo te sientes hasta ahora?


    La vio detenerse y parpadear varias veces, aparentemente sorprendida.
    ¿Acaso nadie le había preguntado eso antes?


    —Yo… no estoy segura de si tomé la decisión correcta —dijo por fin, mientras pasaba a visar nuevamente el cubo frente a ella antes de trazar la siguiente línea.


    —¿No? Pero si lo haces bien. —Katrina ladeó la cabeza, frunciendo ligeramente el ceño—. Y el profesor Haight me ha dicho que no era tan necesario que recibieras una tutoría, pero que tú insististe.


    Otra vez la vio detenerse unos segundos, como si reorganizara sus ideas.


    —Quiero decir, me gusta la decisión que tomé, pero creo que podría estar más a gusto aún en otra parte.


    Realmente no sabía bien por qué se estaba sincerando de aquella manera con Katrina, si no era más que una alumna avanzada, pero una parte de ella se sentía más tranquila al poder expresar aquello, incluso si corría el riesgo de ser juzgada por la mayor.


    —Está bien no estar seguro de una decisión —añadió sin más, llevándose un mechón rojizo detrás de la oreja—. Quiero decir, te hacen decidir estas mierdas con diecisiete años… El margen de error es bastante grande, si me preguntas. Siempre estás a tiempo de cambiar de elección.


    —¿Y la posibilidad de volver a equivocarse? —Trazó una nueva línea.


    —Existe, por supuesto, pero a mí me suena a que en tu caso tenías dos opciones claras y, por alguna razón que no tienes por qué contarme, tomaste esta en vez de la otra, ¿no es así, Rachel? —La vio asentir y guardó silencio unos minutos—. Solo piénsalo, porque esto es lo que harás toda tu vida, ¿de acuerdo?


    —De acuerdo.


    Permaneció en silencio por minutos, hasta que Rachel despegó la mirada del caballete y la dirigió hacia ella, clavándole los ojos azules encima.


    —¿Lista?


    —Eso creo. —No parecía particularmente convencida, pero era normal.


    Despegó el cuerpo del escritorio y caminó despacio hacia ella, posicionándose un par de pasos más atrás.


    —Permíteme. —Katrina tomó de la mano de la chica el lápiz, extendiendo su brazo hacia el frente para visar por su cuenta las líneas. Suspiró y trazó una por encima de las de Rachel, bastante más tosca—. Uno de los puntos de fuga se abrió un poco, nada grave.


    Le regresó el lápiz, sin retirar la vista del papel.


    >>Tus trazos son limpios y suaves, lo que facilita bastante cualquier construcción de este tipo, porque puedes ver sin problema lo que construyes atrás. Lo cierto es que el profesor Haight tenía razón, no es tan necesario que recibas ayuda extra, la pregunta es, ¿quieres que te siga ayudando?


    Frente a ella Rachel permaneció estática. A la mayor le llegó el tenue aroma de su perfume, era un olor suave, delicado, ¿jazmín quizás? Sí. Olía como los jardines de su hogar, donde solía jugar cuando era apenas una niña.


    —Sí, por favor —dijo por fin.


    —De acuerdo. —Katrina dejó salir un suspiro y le regresó el lápiz—. Todos los miércoles a la misma hora, ¿está bien para ti?


    La vio asentir y se apartó por fin.
    La rubia se limitó a desprender con cuidado el pliego de papel del caballete para enrollarlo y deslizarlo dentro del cilindro donde cargaba los demás.
    Retiró la tabla del soporte, lo tomó y regresó ambas cosas a su lugar antes de recoger el resto de sus pertenencias del suelo y salir de la clase.


    —Gracias, Katrina —añadió antes de alejarse hacia el interior de la facultad.


    La aludida sonrió para sí misma antes de tomar sus pertenencias y retirarse también, cerrando la puerta tras de sí.

    No había tarde que Rachel no se presentara, siempre con aquella actitud ligeramente insegura a pesar de que hacía bien su trabajo, y no había tarde que Katrina no cumpliera con su compromiso de ayudarle y retroalimentar su trabajo, a pesar de sabía que la muchacha prefería estar en otra parte.

    .

    .

    .​


    Pasaban las diez de la noche.
    La música de los bares retumbaba incluso fuera de ellos y la gente iba y venía de un lugar a otro de la extensa calle.

    Katrina se abrió paso entre la gente, hasta que logró salir del tumulto y apoyarse en una pared de la calle que corría en dirección a las vías del tren.

    Sacó de su bolsillo una cajetilla de cigarrillos y un encendedor, tomó uno, se lo colocó entre los labios y luego de accionar el encendedor dio una calada.

    Guardó los objetos en su bolsillo nuevamente e inhaló el humo, sintiendo el poco alcohol que había ingerido calentarle ligeramente el cuerpo.

    El destello de una cabellera rubia bajo las luces de neón de los rótulos captó su atención y distinguió de inmediato la figura delgada que se deslizaba entre la gente, antes de prácticamente caer a sus pies y seguir andando tambaleante.
    Le tomó un rato reaccionar, tirar el cigarrillo que sostenía y lo pisarlo antes de seguirle los pasos.

    No creía que ese ambiente fuera uno al que la chica acudiera gustosa y verla allí la sorprendió.


    —¡Rachel! —La llamó pero el ruido cubrió su voz—. Maldita sea.


    Un bufido salió de su boca y siguió andando, hasta que por fin logró alcanzarla, tomándola por el brazo.
    La joven se giró y le sonrió de oreja a oreja. Tenía las mejillas enrojecidas, además de que notó llevaba un maquillaje muy ligero.


    —¡Kat! —Sintió su rostro enrojecerse con violencia porque nadie además de su madre la llamaba de esa forma, que sentía tan afectuosa. Rachel arrojó sus brazos sobre ella, envolviéndola, y la calidez de su cuerpo la abrumó un segundo—. ¡¿Qué haces aquí?!


    —¿Yo? —Por un momento realmente no lo recordó, estaba absorta en la presión que la calidez que los brazos de la chica le transmitían y el ligero olor a alcohol que desprendía—. Debería hacerte esa pregunta a ti, Rachel, ¿qué haces aquí? ¿Estás sola?


    Deshizo el abrazo con delicadeza y se colocó el cabello tras las orejas.


    —¿Sola? ¡No! —Su actitud y manera de hablar le hicieron notar por fin que había bebido de más—. Salí con unos amigos, pero necesitaba tomar algo de aire, ya sabes.


    —¿Algo de aire? —Se le escapó una risa cuando tuvo que sujetarla del brazo para que no se fuese de bruces—. Cariño, ¿estás bien?


    —Sí sí. —Ella misma estuvo por echarse a reír antes de intentar recuperar el equilibrio—. Hueles a humo, Kat.


    —Siempre he olido a humo, Rach, pero eres demasiado amable para decirlo sin estar borracha. —Comenzó a avanzar sin soltarla del brazo, alejándose aún más del gentío y el ruido.


    —¿Dónde vamos?


    —A que te sientes un rato, lo necesitas.


    Continuó su camino, deteniéndose solamente para comprar una botella de agua en un minisuper hasta que la vía del tren las guió a una zona donde solo habían unos cuatro jóvenes más, charlando entre sí con un suave reggae de fondo.
    El olor a hierba se internó en sus fosas nasales, arrancándole una pequeña sonrisa de los labios.

    Tomó a Rachel por los hombros y la hizo sentarse en el pretil que se extendía a unos metros de las vías.
    La vio tambalearse en su lugar y elevar sus preciosos ojos azules hacia ella, expectante, obediente, y tragó grueso, porque esa sola mirada había despertado en ella un sensación extraña, que no sabía identificar con exactitud.
    Se sentó a su lado, abrió la botella y se la extendió.


    —Bebe —ordenó sin mirarla. Sintió el tacto frío de los dedos de Rachel rozando su piel al tomar la botella y con el rabillo del ojo la vio dar un largo trago—. Despacio, Rachel.


    La muchacha se despegó la botella de los labios, respirando con pesadez, antes de dar sorbos más pequeños.
    Pasaron minutos que le resultaron extrañamente eternos.


    —Gracias, Kat.


    —¿Por qué? —Sacó un nuevo cigarrillo de la cajetilla.


    —Por las tutorías. —Hablaba claro pero despacio—. Los consejos y todo. Yo… no he hecho muchos amigos por aquí.


    —¿Y la gente con la que viniste? —Articuló a pesar de tener el cigarrillo entre los labios y luego de encenderlo continuó—. ¿No son tus amigos?


    La vio encogerse de hombros.


    —Fueron unas chicas que conocí en cursos de servicio. Me dejaron sola hace cosa de media hora. —Luego del pico de energía venía esa sinceridad sosegada, que se acercaba a la tristeza. Conocía el borde por el que caminaba Rachel ahora mismo.


    —Zorras —murmuró Katrina luego de dar una calada profunda—. ¿Cuánto bebiste?


    Silencio. Esa fue la única respuesta que recibió.


    >>¿Cuánto bebiste, Rachel?


    —Tres cervezas y un par de tragos de tequila.


    Katrina dejó salir una pequeña risa antes de llevarse el cigarrillo a los labios nuevamente.


    —Este ambiente no es el tuyo, cariño. No te fuerces.


    —¿Y es el tuyo? —La pregunta de Rachel se respondía sola, o eso creyó hasta que siguió hablando—. Eres una buena chica, Katrina, ¿qué haces aquí sola?


    Cuando volvió la mirada a la joven junto a ella fue recibida de nuevo por sus ojos expectantes, que a la luz amarillenta del alumbrado público le regresaron su reflejo de mirada dispar. Vio un fragmento de sí misma dentro de la muchacha.

    No estaba sola. Había salido a fumar solamente, pero ahora estaba allí con Rachel, la obediente, delicada y ebria Rachel Gardner.


    —No siempre he sido una buena chica, Rach. —No podía mentirle a esa mirada azul ni podía seguir sosteniéndola.


    —¿No?


    —No. Por eso huelo humo, los buenos no huelen a humo ni a alcohol. —Hizo una pausa—. Huelen a jazmín, como tú el primer día que acudiste a la tutoría.


    El silencio de Rachel le resultó eterno.


    —Dicen que tu trabajo es precioso.


    —¿Qué?


    —Tus pinturas. Los chicos de años avanzados y el profesor Haight dicen que son preciosas. —Bebió agua de nuevo—. Fue el profesor Haight quien nos habló de ti en clase y dijo que podías ayudarnos si lo necesitábamos; esa misma tarde vi una de tus pinturas en la exposición de la facultad. Esa de los gatos… y realmente era preciosa.


    —¿Gracias? —No sabía cómo responder realmente y fue lo único que atinó a decir con tal de no guardar silencio.


    —Lo cierto es que quería aprender algo de ti, lo que fuese, por eso… —Titubeó—. Por eso pedí las tutorías. No sabía de qué otra forma acercarme a ti.


    —No muerdo ni nada —dijo mientras arrojaba la colilla al suelo—. Quiero decir, no a chicas buenas como tú… a menos de que me lo pidan.


    —Das el aspecto de hacerlo. —La respuesta de Rachel le arrancó una risa—. No de morder a chicas buenas, solo de morder a secas. El profesor Haight me contó…


    —Lo de Larissa, ¿no? —Notó que la joven asentía—. Haight fue quien llamó a seguridad… Larissa había estado provocando y hostigando a una de mis pocas amigas, hasta que la hizo desear dejar las clases.


    —Dijo que le diste una lección a una consentida abusiva y que si no hubiera llamado a seguridad Larissa la habría pagado más caro, y que le habría gustado verlo pero debía detenerlo por protocolo. Me lo contó luego de la primera tutoría cuando me preguntó cómo me había ido, dijo que tenías mal carácter pero no por ello eras mala persona.


    —Haight es un idiota. —Se le escapó una risa ronca.


    —Detrás del humo, Kat —empezó la rubia, alzando la vista hacia el cielo estrellado—, hueles a jazmín como las niñas buenas.


    —Prefiero el humo —contestó luego de chasquear la lengua—. Solo las muñecas huelen a jazmín.


    —¿Por eso te teñiste el cabello? ¿Para no ser una muñeca con olor a jazmín?


    —Más o menos. —Se levantó del pretil y dirigió sus ojos dispares hacia la muchacha, notando que llevaba el cabello ligeramente revuelto y a pesar de que parecía en mejor estado, aún daba la sensación de que si intentaba levantarse podría tropezar con sus propios pies—. ¿Puedes volver a casa de alguna forma?


    Rachel se levantó y se sujetó a su brazo casi por inercia, como si no confiara en su equilibrio.


    —Puedo tomar el autobús.


    —¿Te esperan tus padres? —Había comenzado a avanzar ya, pero sintió que el cuerpo de Rachel se ancló al suelo un instante.


    —No, ¿por qué preguntas?


    —No quiero que vuelvas a casa sola —dijo mientras volvía a avanzar—. Puedes pasar la noche en mi apartamento y regresar mañana si dices que no te esperan.


    —No tienes que preocuparte por mí. —Su voz fue apenas un susurro que se dejó arrastrar por el viento.


    —Las chicas que huelen a jazmín corren peligro si están solas. —Siguió las líneas del tren hasta que una nueva calle se abrió a su derecha y se encaminó por esta—. Incluso las que olemos a humo corremos peligro, a decir verdad.


    Caminaron unos cinco minutos hasta que Katrina se detuvo frente a un edificio de apartamentos y entró, en silencio, dirigiéndose a las escaleras.
    Rachel le seguía los pasos, aún sujeta a su brazo.

    Una vez en el segundo piso, se dirigió al número siete, sacó las llaves de su bolsillo y abrió, para luego ayudar a Rachel a entrar.
    Cerró la puerta, pasando llave y encendió las luces.


    —De verdad no debías molestarte.


    —Está bien. —No había notado cuando la chica soltó su brazo. Sacó lo que llevaba en los bolsillos y antes de dejarlo todo en la mesa tecleó un mensaje rápidamente—. Ven, Rach, te buscaré algo de ropa para que duermas.


    Avanzó hacia su habitación con Rachel siguiéndola y de inmediato abrió el armario, para esculcar entre sus cosas. Encontró una camiseta y unos pantalones cortos que creyó podrían quedarle; cuando se giró pudo ver que la muchacha se había sentado al borde de la cama, con las manos sobre el regazo.
    Otra vez su mirada azul clavada en ella, atravesándole el cuerpo.

    Se acercó y colocó la ropa a su lado, pero antes de que se diera cuenta la chica la había envuelto entre sus brazos de nuevo, enterrando el rostro en su pecho un segundo antes de alzar ligeramente su mirada y murmurar un débil gracias.

    La calidez de Rachel contra su pecho, aquella mirada y el murmullo de su voz estuvieron por arrancarle un suspiro, surgido de una parte oscura de sí misma que no entendía por qué se asomaba ahora mismo.
    Deshizo el abrazo con cuidado, buscando reorganizar sus respuestas corporales.


    —No es nada, Rach, ahora cámbiate, ¿está bien? Te dejaré sola para que lo hagas.


    La mano de Rachel se aferró a su muñeca en cuanto dio un paso para retirarse y cuando se volteó para ver qué era lo que necesitaba, sintió sus brazos rodear su cuello y su boca estamparse contra la propia.

    Estuvo por empujarla y gritarle que qué era lo que estaba haciendo, pero su mente confusa no logró reaccionar como su razón lo exigía, sus manos tomaron el rostro de la joven, reajustando su posición, y profundizando aquel beso repentino.

    Era torpe, eso es cierto, pero había en la calidez de su boca algo que Katrina no había sentido en los besos de su descontrolada adolescencia, ni en los de los desesperados universitarios un viernes en la noche.

    Deslizó sus dedos entre la cabellera dorada de la joven, fundiéndose con ella al permitirle acceder a su boca, y sintió el tacto frío de sus manos sobre las suyas.

    Sus labios se separaron de los ajenos, avanzando lentamente por su mentón, hasta hacerse camino hasta su cuello, donde depositó varios besos suaves e inhaló su aroma a jazmín mezclado con licor. Un suspiro pesado escapó de la boca de la rubia.

    Volvió a tomar su rostro entre sus manos y con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho le estampó un beso en la frente, sobre el flequillo; los delgados brazos de Rachel rodearon su cuerpo nuevamente.


    —Ha sido suficiente por hoy, Rach. Puedes dormir en mi cama. —Deshizo el abrazo antes de permitirle responder, salió de la habitación cerrando la puerta tras de sí y apoyó la espalda en esta, dejando salir un suspiro.


    Silencio.
    Despegó el cuerpo de la superficie y caminó hacia la cocina, donde encendió un nuevo cigarrillo con mano temblorosa. Permaneció allí por lo que le pareció una eternidad, incluso luego de haber terminado de fumar, con la vista clavada en ninguna parte y el delicado aroma del perfume de Rachel aún en sus fosas nasales, a pesar del humo.

    Cuando por fin decidió levantarse, apagó las luces y se dirigió a su habitación a oscuras, desde donde surgía un hilo de luz bajo la puerta. Tocó con cuidado, pero no recibió respuesta, cuando abrió topó con Rachel acostada, respirando lentamente, su precioso velo rubio caía sobre la almohada y alrededor de su rostro. Respiró con pesadez, sacó una sábana del armario y la colocó con cuidado sobre el cuerpo de la joven; luego de lo que le pareció un debate mental, dejó un suave beso sobre su cabello.


    —Idiota.


    Tomó otra sábana del armario, salió de la habitación luego de apagar la luz y se dirigió al sofá, donde se hizo un ovillo. Su agotamiento la hizo caer rendida a pesar de que su mente hacía ruido.

    A mitad de la madrugada, la pequeña silueta de Rachel se aproximaría a ella para arroparla luego de dedicarle una caricia en el cabello teñido, del que asomaban ya unas raíces rubias.
     
    • Ganador Ganador x 2
    • Fangirl Fangirl x 2
    • Adorable Adorable x 1
    • Creativo Creativo x 1
  2.  
    Hygge

    Hygge Game Master

    Acuario
    Miembro desde:
    17 Junio 2013
    Mensajes:
    14,207
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    ¿Pero cuántas veces me he leído esto ya, dioh mío? Creo que tres, sí. Y las que quedan bc lo he amado tanto que de verdad las 3k no se sienten en lo absoluto. Me encanta cómo el AU recoge desde el momento en el que se conocen hasta que se profundiza su relación y aún así, a pesar de que todo ese recorrido lento y progresivo se recoge en un único fic, se siente fluido y verosímil, nada fue forzado y me pude imaginar todas las escenas tan bien que solo me faltaban las palomitas para sentirme viendo una película (?)

    La forma en la que se conocieron, awns, me morí de ternura al conocer el trasfondo de las intenciones de Rachel. Lo hacía por poder conocer a Katrina y aaawww, sería algo muy de ella a decir verdad, no se quitaría la idea de encima hasta que no lo consiguiese. Y aún así es tan tímida que no es capaz de simplemente acercarse a ella y saludarla, tiene que tomar la vía difícil bc es Rachel. Y Kat de profe se me hizo super linda, cómo evitaba que se sintiese nerviosa o incómoda dándole conversación y siendo cercana con ella. Yo quiero que la waifu me de clases también, de lo que sea /u\ (?) Also me gustó mucho la referencia a que Rachel tenía otra opción en mente y no se sentía segura de haber escogido la adecuada, le viene como anillo al dedo en verdad xDD

    Ahora cuando se encontró con mi bebé de fiesta y siendo abandonada me dolió muchísimo, agh, Rachel es demasiado pura para este mundo y que le hagan eso es horrible, por unas amigas que creía tener. Probablemente se creería cualquier mentira de que irían a fumar y volverían enseguida y nunca lo hicieron, hijas de puta. Encima, para más inri, ella no estaría acostumbrada a beber y el alcohol le habría caído tan fuerte que menos mal que fue Kat la que la encontró a tiempo. Me mató de ternura comparar a Rachel super novata con los efectos del alcohol y Katrina ayudándola a que no se matase por el camino, siempre tienen esa energía de experta y novata que vale para todos los ámbitos y me encanta (?) Amé las metáforas durante toda la conversación y el fic en sí con el humo y el jazmín, la conversación fue super linda y me mata que a Rach se le suelte tanto la lengua bebida porque es bien IC xDDD Me alegra que la pillase en ese estado porque de otra forma le hubiese costado mucho más acercarse a su crush.

    Y el final, oh el final, en ese momento no sabía qué esperar bc Rach está borracha y puede pasar cualquier cosa pero sigue siendo Rach y cualquier cosa que haga sería IC, pero cuando tomó el camino de animarse a besarla fue como AAAAAAA LO HIZO, AL FIN LO HIZO GRACIAS ALCOHOL, GRACIAS. Y Kat lo profundizó y no la empujó y pues me morí de amor y sigo muerta pero estoy haciendo un esfuero por no hacerte un comentario de puras "AAAA"'s porque lo haría ahora mismo (??) Aquí también sentí que Rachel no tenía idea de qué hacer pero solo estaba siguiendo sus impulsos y fue Katrina la que la guió en todo momento asdfgh. El final fue perfecto, con ambas arropándose me puso super soft. Me imagino cómo despertaría la menor al día siguiente y la vergüenza que pasaría recordando todo lo que se atrevió a hacer en ese arranque de impulsividad y me dan ganas de escribir sobre eso JAJAJAJA. Hay que reutilizar este AU porque vale oro.

    PD: Otra canción más que descubro gracias a ti, la amé <3 Así como amo a estas dos <33
     
    • Fangirl Fangirl x 2
    • Adorable Adorable x 1
  3.  
    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

    Piscis
    Miembro desde:
    10 Julio 2013
    Mensajes:
    15,858
    Pluma de

    Inventory:

    Escritora
    Bueno, yo quiero decir que lo que más me ha sorprendido de este fic es el título. Bc listen to me, yo siempre leía humo y jazmín y me parecía super aesthetic pero no sabía como podías meterlo en el fic y es que he amado que la conversación más importante que tienen girase en torno a eso, a sus olores y que se identifiquen cada una con un olor diferente y tan acorde a su personalidad.

    Mira, estas dos me encantan, y sinceramente, tenéis mucho mérito por hacerme shippear algo que nada tiene que ver con un personaje mío y de un rol en el que ni siquiera he participado o seguido activamente. En serio, me gusta shippear pero normalmente se centra en mis personajes so... yeah, algo muy bueno habéis hecho.

    Y pues este escrito es genial. Como dice Andy, mola mucho como has cubierto desde que se conocen hasta que se besan ahí bien profundo. La escena de Kat enseñándole a dibujar es genial, como luego se la encuentra de fiesta y claramente sospecha porque no le pega nada (y alv con las chicas esas, Rachel is too pure para que se aprovechen de ella :() y la conversación que tienen es preciosa <3 También me gusta que Rachel sea tan bold borracha, bc es algo común sobre todo cuando no sueles beber y se te sube pronto, y menos mal, que si no nunca daría el paso y todos queremos que sean novias u//u Y pues luego cuando la lleva al piso y LA BESA AAAAAAAA YOU GO LESBIAN (?)

    Anyways, en resumen, me ha gustado un montón. Las 3000 palabras se me han pasado volando, en serio, se me ha hecho una lectura muy fluida y cuando ha acabado ha sido como </3 ¿yaaa? Omg, a mi también me gustaría saber como reacciona Rachel cuando se despierte con toda la resaca y recuerde lo que ha pasado. Seguramente luego acaben siendo novias que es lo importante u///u <3

    Y eso, que jo, escribes tan bonito. Tus metáforas y la manera de expresarte que tienes, no sé como describirlo, creo que ya te lo he dicho alguna vez, pero tienes algo que hace que tus escritos se vean que son tuyos y es algo muy bonito. So eso... que me gusta mucho leerte y este fic es precioso como vuestras niñas y shoro.
     
    • Adorable Adorable x 2
Cargando...
Similar Threads - jazmín [RachelxKatrina
  1. Zireael
    Respuestas:
    4
    Vistas:
    954

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso