Long-fic Hora de los Guardianes [Hora de aventura/Origen de los guardianes]

Tema en 'Crossover' iniciado por Fénix Kazeblade, 29 Abril 2014.

  1.  
    Fénix Kazeblade

    Fénix Kazeblade Creador de mundos Comentarista destacado

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    Título:
    Hora de los Guardianes [Hora de aventura/Origen de los guardianes]
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    2
     
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    515
    Pues @Nekita me dijo escribe sobre robo, una cosa llevó a la otra y que se me ocurre esto


    Capitulo 1: Jacke Frost el guardian

    Se impulsaba en el viento a gran velocidad, detenido su callado con fuerza mientras intentaba no perder de vista al ladrón, aunque cada vez le parecía más complicado, la tormenta era demasiado fuerte y aunque este era su elemento no podía mantener el paso.

    — Ahora ¿cómo lo voy alcanzar? —se preguntó a si mismo Jacke Frost —mientras posaba sus pies descalzos en un árbol dando un suspiro —Norte necesita su poder, tengo que llegar lo más pronto que puede a él.

    Escuchó una especie de grito un tanto locuaz, sintió que alguien el saltaba encima y lo terminaba derribando, antes de que pudiera siquiera ver que ocurría observaba como entre las sombras de la tormenta algo color amarillo terminaba envolviéndolo dejándolo por completo inmóvil.

    —Ahora si te atrapamos Rey helado se acabaron tus fechorias —dijo quien se había lanzado sobre él — te llevaremos ante la Dulce Princesa para que te haga pagar.

    —Pero, pero, ¿de qué están hablando?, yo no soy ningún Rey Helado —dijo intentando zafarse.

    —Tiene razón hermanito, ya no lo cambiaron, este está más chavito, no creo que el rey helado haya lucido así ni en un millón de años —dijo Jacke doblándose hacia él.

    —Oye, eres un perro que habla, ¿por casualidad no te gusta perseguir conejos? —emitió una risita.

    —A veces ¿Por qué? —respondió Jacke

    —Pues…

    —Sí, es cierto carnal suéltalo, ¿quién eres tu entonces?

    —Yo, me Jack Frost y soy un guardián—dijo sonriendo.

    —¡Oh, eso si esta pero bien genial amigo! —exclamó Finn emocionado—aunque no tengo idea de lo que es

    —Jaja, pues protegemos a los niños y nos aseguramos que siempre estén creyendo en nosotros.

    —No pues eso sí que es un trabajo genial—dijo Jacke oliendo el baculo que portaba Frost— ¿y eso que es?

    —Es mí callado, me otorga poderes sobre él hielo y así doy alegría a los niños

    —Ósea que es como si fuera un rey helado pero pues más buena onda Jacke—dijo el chico mientras le daba un codazo.

    —No, pues si hasta huele mejor

    —Esperen ¿quieren decir que así se llama ese tipo que también puede congelar las cosas igual que yo? —preguntó Jacke Frost mientras dirigía su callado a ellos.

    —Espera ¿qué estás haciendo? —levantó las manos Finn

    —¿Son amigos de ese tipo, ¡Respondan! —prorrumpía mientras acercaba su callado más a ellos.

    Finn casi podía sentir el frío que producía, que era aún más intenso del de la tormenta.

    —Espera, espera, ese tipo ni nos cae bien, de hecho lo estamos buscando por que ha estado haciendo destrozos en todo el OOO.

    —Si queremos darle sus pataditas—agregó Finn

    —Entonces estamos del mismo lado—dijo Jack mientras se relajaba de nuevo—¿saben dónde encontrarlo?

    —Tiene un castillo, por allá íbamos de camino, ¿pero qué te traes tú con él? —preguntó Jacke mientras ofrecía su lomo a su amigo para que subiera.

    — Él le robo algo a Norte, uno de mis compañeros.
     
    Última edición: 1 Mayo 2014
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    Pues bueno este capitulo es una presecuela del anterior ^^

    Capítulo 2: Los nuevos poderes del Rey Helado

    Era una mañana pasiva en el dulce reino con sus habitantes yendo y viniendo con su acostumbrada cordialidad, unas pequeñas grageas de colores brincoteaban hacia la escuela, mientas un Mazapan silbando llevaba arrastrando un carrito de vegetales al mercado. Mientras tanto en el castillo la Dulce princesa se encontraba en su laboratorio revisando algunas cosas de un extraño fenómeno que había ocurrido unas horas atrás.

    —Pero mira estas lecturas, algo realmente extraño está ocurriendo aquí, una extraña energía surgió del bosque y se mezcló con la de este mundo— explicaba al Pan de canela que la observaba por completo perplejo con cara de no entender lo que decía— pero sea donde sea tú me ayudaras a averiguarlo.


    —¿Qué es lo que tengo que hacer exactamente princesa? —preguntó curioso.


    —Pues solo esto— la princesa jaló una palanca y esta accionó un vórtice que destellaba en varios colores algo que parecía un parque del otro lado pero difuminado como si pareciera que se observaba por debajo del agua—perfecto lo logré, bueno Pan de Canela me dirás que hay al otro lado…—diciendo esto lo empujaba dentro—espero verte pronto…—se despedía canturreando esto último.


    Apenas El pan de canela era engullido por el portal en un grito ahogado, se escuchaba un enorme estruendo cayendo parte de la estructura del castillo mientras algo color blanco lo atravesaba a toda velocidad.


    —¡Estamos bajo ataque princesa, tenemos que llevarla a un lugar seguro!— exclamaba una paleta que fungía como guardia del castillo.


    — ¿Pero qué es lo que está pasando? —pregunto la chica rosada consternada por el repentino anuncio.


    — Es el rey helado, el de alguna manera él…tiene que verlo…


    Caminando un poco hacia una rendija que daba al exterior desde su laboratorio bajo la tierra, vio suspendido en el aire al rey helado riendo como un loco mientras forjaba entre sus manos una gigantesca maquina voladora con unas alas alargadas que se extendían a los lados, hecho por completo de hielo.


    —Allí les va el avioncito jejeje, soy tan malote, así me entenderán cuan poderoso soy y me darán a todas las princesas del reino—decía carcajeándose.


    Algunos soldados se aproximaban a él y comenzaban a lanzarle varias flechas pero el volteaba hacia ellos y creaba una gigantesca araña para combatirlos.


    —¿Cómo aprendió a hacer eso? —preguntaba la princesa a su lacayo— ¡Ey rey helado ya basta! —exclamaba desde donde estaba.


    —Princesa no…


    —No puedo permitir que siga destruyendo el reino ni a la dulce gente


    —Dulce Princesa, al fin de te has decidido a declarar tu amor por mi ahora que soy así totalmente invencible—decía coqueteando.


    —¡Sueñas! —respondía la princesa molesta.


    —Pues te llevaré conmigo igual— exclamó molesto—sirvientes ¡atrapenla! —ordenaba


    Dos enormes Golem de hielo rompían las paredes del castillo y antes que pudiera retroceder la atrapaban.


    —¡Rey helado! —prorrumpía una voz mientras que daba un tajazo con su espada dorada a una de las criaturas provocando que se partiera y dejando a la Dulce Princesa libre—Jacke tira baja a ese viejo loco de su nube, pero como vas.


    El perro mágico, se estiró hacia él y antes de que pudiera hacer algo no solo lo derribó a él si no al menos cinco de sus creaciones, al mismo tiempo Finn acaba con los golem con su espada, con algunos cuantos movimientos rápidos de su espada.


    —Mis planes arruinados por los chicos y su mugroso perro—decía el rey helado huyendo— por un segundo me sentí en otra serie.


    —¿Estas bien Dulce Princesa? —pregunta mientras cede su mano para levantarla.


    —Sí, gracias Finn— se levanta— chicos pero deben de ir tras ese loco, esos poderes nuevos que tiene, llevan algo muy raro.


    — Ahora que le dice Dulce princesa, el Rey Helado jamás había podido hacer figuras con el hielo, justo veníamos siguiéndole el paso pues ya había atacado otros reinos y ya tiene varias princesas con él—explicaba Jacke.


    —Considérelo hecho Dulce Princesa—concluyó Finn
     
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