Historial Médico

Tema en 'Fanfics Abandonados Pokémon' iniciado por Mr Fey, 13 Abril 2010.

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    Mr Fey

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    Historial Médico
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    Historial Médico

    Summary: Daniel, es el medico interno de un Hospital. Siempre ha sido un mujeriego a quien no le importa mucho las relaciones. Sin embargo, nuevos inquilinos llegan al hospital que aparentemente tranquilo, comienza a cambiar.








    Clasificación: M [Mayores de 16 años]
    Advertencias: Ahora si, agárrense. Tiene Violencia, palabras violentas, situaciones violentas. Insinuaciones vulgares y algunas sexuales, puede incluso llegar a ser muy crudo. Yo ya les avise, si quieren leerlo háganlo y si no mejor váyanse a leer otra cosa. Yo no quiero manchar sus mentes inocentes. No tengo beta, y pueden encontrar varios errores porque sinceramente no lo revisé.
    Género: General
    Cantidad de palabras: 1,970

    Historial Médico


    13 de abril del 2010


    —Tenemos un interno en el área psiquiátrica— Aspiró el humo con profundidad, lo retuvo en su boca y lo dejó salir con extrema naturalidad, observaba sin ninguna incomodidad al medico frente a ella.

    —Es un mal vicio— Le quitó el cigarro y retuvo el humo en su boca, alzó el rostro y lo dejó salir, una risita sarcástica se escuchó en el consultorio, se sentó en uno de los dos sillones delante del escritorio mirándola con coquetería.

    —Daniel, eres un mal ejemplo— La sensual voz de la mujer aturdió sus oídos, era la típica mujer hermosa, pelirroja y de ojos azules. Tan sexy que cualquiera desearía probar sus labios o más allá de ellos, lanzó el cigarro a lo lejos perdiéndose de la vista de ambos, le guiñó un ojo como de costumbre y se acercó más a ella, casi hasta rozar sus rostros.

    —Guapa, tú eres peor— Susurró y los ojos de la aludida se ahogaron en lujuria. Daniel sonrió arrogante, le encantaba el efecto que tenia en las mujeres. Desabrochó el cuarto botón de su camisa azul y Ana rió juguetona. Besó sus labios con pasión contenida, suspirando dentro de ellos. Los ardientes labios de la directora del hospital le siguieron el ritmo, mordió el labio inferior de la médica y ésta lo abrazó por el cuello dejando que sus lenguas se tocaran, profundizaron el beso perdiendo por completo el control.

    —Nena, cuéntame más sobre el chico nuevo— Terminó de vestirse y cubrió con su bata blanca los rasguños que no alcanzaba a ocultar su camisa, la besó por última vez, definitivamente le encantaban estos tipos de encuentros.

    —Es un caso especial, es perfecto para ti guapo.

    Le entregó un par de carpetas y se relamió los labios frente a él. Después de tanto tiempo al fin había logrado su cometido. Algo de pena se reflejó en sus pupilas, ya no se volvería a acostar con Daniel, no porque no quisiera, pero el rubio tenía su propia regla, no acostarse dos veces con la misma mujer, según él todo perdía su emoción en la segunda vez y prefería mantener el fuego de la primera.

    Salió de la oficina acomodándose el cubre polvo no sin antes tragar una pastilla de menta, no pretendía manchar la ética del Hospital privado Los Ángeles con un aliento a cigarro, caminó por los largos pasillos del recinto, casualmente silenciosos. Entró a la sala de cirugía y con un ligero “Lamento la tardanza” inició la operación.

    —Dulzura, ¿Por qué me das casos así?—Releyó dos veces más el historial médico de ese chico, Martin. Si bien no era el mejor medico del hospital, lo era en su especialidad y eso le dejaba muy buena fama. Resopló tirando el expediente en algún lugar de su escritorio, quizás la mitad de su reputación no fuera exactamente por sus conocimientos médicos.

    — ¿Pero que le puedo hacer?—Miró atravez de la puerta de cristal de su consultorio, no tenia nada de privacidad en ese lugar, sin embargo la vista a veces solía ser muy placentera. Observó con interés a la enfermera pasar, era muy guapa y el cabello rizado le quedaba muy bien, al parecer era del Departamento de Farmacia, alzó una ceja y fijó su vista en la chica que la acompañaba, si bien no le interesaba en absoluto los estudiantes que hacían sus servicios ahí, los grisáceos ojos que opacaban los negros de la enfermera lo invitaban a perderse en ellos. Un gestó divertido se formó en sus labios al escribir una receta, más tarde se pasaría por la enfermería.

    —Trabajar en este Hospital es gratificante, me alegro que la Doctora Ana te deje estar aquí.

    Ambas llegaron a la Enfermería, Susana peinó su cabello en una coleta alta, al parecer todavía no se acostumbraba al permanente que se hizo. Alejandra un poco más atrás mostraba un gran nerviosismo, no fue fácil entrar al Hospital Los Angeles y el hecho de haber entrado por recomendación era peor todavía, recordaba con exactitud las duras palabras de la Directora.

    —No quiero que arruines el Hospital, tenemos prestigio y no quiero incompetentes. Estarás aprueba un mes, si cometes un error estas fuera— El escote de su blusa exhibía algo que francamente ella carecía, Ana se cubrió un poco más con su bata, la subjetiva miraba de la muchachita no le gustaba nada, aceptó tenerla ahí por el favor que le debía a su padre, un cirujano de renombre que la asesoró en una operación, la estaría vigilando constantemente.

    — ¿Permiten tener pokémon aquí?—Inquirió curiosa, desde que llegó notó la ausencia de estos, sin embargo tenia curiosidad al respecto.

    —Los hay. En guardería. Los médicos prefieren trabajar sin ellos, además es un Hospital de humanos no de pokémon, y solamente los utilizamos para entretener a los niños, lo demás está prohibido.

    Alejandra mordió un pedazo de su cabello negro, avergonzada por su lógico error. Ella amaba a los pokémon que tenia en casa y no dudó en traer a uno de ellos, abrazó la bolsa negra entre sus brazos, la pokébola estaba dentro. Decidió no preguntar más y ayudar a su vieja amiga a organizar los medicamentos.

    — ¡María, amor ¿Qué me has preparado hoy?!

    Habló recargado en la puerta principal de la cafetería, inició su caminata con su habitual paso de modelaje, las mujeres no pudieron evitar dirigir sus ojos a él, deseando alguna vez tener a ese hombre para ellas. Los doctores bufaron molestos ante la actitud soberbia de Daniel, quien disfrutaba bastante la atención que le daban.

    María, una señora regordeta y de semblante enojado miró al chico dorado seriamente. A sus cuarenta años aun no sabía como es que no había muerto de un infarto por las ocurrencias de ese niño.

    — ¡Pendejo! ¿Cuantas veces te he dicho que no hagas tus numeritos aquí?— Reclamó en voz baja jalando la oreja izquierda del causante, los iris azules se escondieron tras los parpados y de su boca fina escapó un pequeño gruñido.

    —Machi, sinceramente muchas veces, tantas que ya ni las recuerdo—Sobó su oreja sin perder la sensualidad en cada gesto que hacia, le gustaba comer sus preciados alimentos pero ego se alimentaba mejor con los suspiros de sus admiradoras

    —Dime, ¿que quieres Danielito?—No pudo evitar sacar su voz maternal con ese muchacho, seguramente no tenia una madre que lo guiara en esta vida y por eso era tan así con la gente. Siempre arrogante y a la defensiva, nunca faltaba algún rumor de él en el hospital. Despeinó su cabello rubio y sintió una presión en su espalda.

    —Lo de siempre, madrecita— Se sentó en la barra y tomó el jugo zanahoria a medio beber, era de María y todo lo que era de su madrecita era de él. Machi sonrió con ternura, adoraba el ser consideraba una madre para ese doctor, aunque no lo fuese realmente.

    —Odio las miradas matadoras de todas las enfermeras—Le guiñó un ojo miel y se adentró en la cocina, preguntándose en donde estarían los camarones que mandó a comprar en la mañana.

    Aburrido giró en la silla, Daniel bebía del vaso que contenía el casi inexistente jugo. Bostezó, la noche anterior no pudo dormir gracias al constante jugueteo de su cría de Jolteon, el maldito zorro no paró de llorar en toda la noche por la ausencia de su madre. Rió en sus pensamientos, el adorable pokémon seria la excusa perfecta para invitar a una chica a su casa.

    —Creo que la de Ontología—Era una buena opción, rubia tanto o más que él. De ojos serios pero profundos y un cuerpo que no tenia que envidarle a ninguna chica.

    —Defecto: es casada.

    La molesta voz de Damián se infiltró en sus oídos, su amigo siempre trataba de arruinar sus conquistas buscándoles algún defecto a las chicas. No se quejaba pues robó más de una de las conquistas del trigueño.

    — ¿Ya lo intentaste?

    —Por supuesto, soy su colega— La buscó con su aceitunada mirada hasta encontrarla, casualmente la susodicha volteó y lo saludó con un gesto de su mano, devolvió el saludo con cortesía, no llegaron a nada esa noche que ya ni recordaba pero eran buenos amigos.

    —Para ser un ginecólogo, creo no te aprovechas de las circunstancias—Terminó el jugo y lo dejó en la mesa, Damián ignoró lo dicho y robó uno de los camarones al mojo de ajo de su acompañante. Daniel hizo lo mismo, no pensaba que el platillo ya estaba hecho.

    — ¿Sabes que tenemos nueva enfermera?

    —Si, una chica morena de ojos grises— Su camarada lo ojeó algo confundido, dudosamente Daniel no tenía interés en ella. Asintió sabiendo el porque. La nueva no era su prototipo de mujer, no tenía un cuerpo de envidia, mas bien era normalita. Y según le dijeron era tímida.

    —Tengo un paciente interesante. ¡Mierda! Un tal Martin Black, no se porque me lo da mi güerita si el wey está en psiquiatría. El Doctor Alejandro debería encargase de él—Su vista se fue al techo, y su cabello corto se perdió tras su nuca.

    El Hospital Los Angeles, era un recinto gigantesco con departamentos distintos. De un color blanco completamente, donde resaltaban en doradas letras el nombre del Hospital. Lo que más le gustaba a Daniel eran los ventanales negros que se observan desde afuera, y más porque no se veía nada a menos que estuvieras adentro. Damián caminó a su lado con seguridad, sus pasos resonaban en el suelo dando por sentada su presencia.

    Las paredes de un dorado oscuro, eran lavadas en las noches, esto para tener una mejor higiene en el lugar. Una moneda fue aplastada por sus finos zapatos, al sentir incomodidad, el moreno bajó la mirada, el piso cubierto por azulejos azul marino contrastaban con el dorado de la pared, recogió la moneda ante la mirada vivaz de Daniel.

    — ¡Tienes mucha suerte!—Pasó un brazo alrededor del cuello de su colega y su risa se expandió por los pasillos, una risa real que sólo pocos podían presenciar.

    —jajaja, a ti no te va nada mal. ¡Hey! ¿No tienes paciente hasta mañana no? Vamos a mi despacho tengo una comida para tu Eevee, créeme con esto dejará de llorar.

    Asintió con alivio, admiraba mucho el que el ginecólogo fuera también criador pokémon, una cosa realmente extraña y que requería tiempo. Un día de estos le preguntaría a Damián como es que terminó ambas cosas sin morir en el intento.

    —Gengar, ese señor me lastimó. ¿Por qué no lo duermes un momento?— El blanco cabello cubrió por completo su rostro, se arrastró hasta acostarse por completo. El pokémon oscuro obedeció sin chistar, aprovechando que la enfermera se encontraba ausente. Sonrió tras su manta de pelo, y el pokémon desapareció. Odiaba las paredes blancas de esa habitación.

    —El paciente de la habitación 204 murió esta tarde...sin razón aparente— La voz preocupada de Susana alarmó a Alejandra, quien se preguntaba como pudo pasar algo así.

    — ¿Cómo es que no saben nada?

    —La enfermera fue al baño y dejó solo al paciente. El medico a cargo dijo que fue infarto pero se veía preocupado, no le creí— Ella no se tragaba esos cuentos viejos, algo sucedió y el doctor prefirió evitarlo, suspiró acomodando las sabanas en el carrito, más tarde iría a su despacho.

    —Que raro— Dijo Alejandra, sus ojos grises se entrecerraron con un deje de preocupación, una pequeña sonrisa surgió en sus labios, ese no era su problema. No le iba a dar importancia a algo que simplemente no quedó de ella.

    —Martin, ¿Qué dibujas?

    Ana rozó con sus dedos el largo cabello del joven, al parecer sólo tenia diecinueve años. El aludido ignoró el llamado de la pelirroja pero se hizo a un lado, mostrándole la pintura.

    Lo único que la Doctora vio fue una mariposa blanca volar en la oscuridad.



    NOTAS:

    Si es de pokémon xD. Y debería estar estudiando para mi examen de mañana, pero el vicio es más grande, si bien cerré Buscando, y no he continuado Chef Nana, no pude evitar hacer este fanfic después de una escena en la escuela en mi escuela, chef nana y este los continuaré el fin de semana.
    Por cierto, soy una fangirl de mi personaje Daniel x3 y Damián es como le quiero poner a uno de mis hijos, y mi sueño es que sea físicamente como el xD.
    Y ya di advertencias, incluso en algún capitulo puede haber lemmon, relaciones sexuales explicitas de forma bonita, e. e pero avisaré, para que no sea necesario ponerlo en el blog lemmon. Pero si replano no me dejan lo pondré en ese blog. Ya tengo la trama de este fanfic, omg además ya tiene que no hago uno de estos.
     
  2.  
    Jaiwen

    Jaiwen Usuario popular

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    Re: Historial Médico

    Sinceramente me ha gustado bastante. La forma de escribir que tienes ha mejorado de una manera increíble, ahora describes más las acciones. Bastante bien mi nena.

    Una sugerencia que te doy, agrega más de Pokemon, esta escaso y parece más un original que un fic del fandom. Aunque te salvas del ooc porque tus personajes son de tu creación xD. Estaré pendiente para seguir leyendo.

    Por cierto, sobre ortografía y fallas gramaticales no esperes de mí. A menos que sea un caso extremo con cualquier otro escritor ;).
     
  3.  
    SacriDH

    SacriDH Quieres que lo haga? Está bien pero... lo romperé

    Libra
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    Re: Historial Médico

    Fey, a ver si te quedas con un long de una vez por todas xD A ver que tal éste...
    Jeje, no es tan típico que una mujer sea pelirroja y tenga ojos azules...
    Mmm, lindo internado... Parece un lugar donde no respetan ningun pecado capital, je.
    ¿No comentas nada de la parte donde hacen el amor? u.u Casi ni doy cuenta de que lo hicieron.
    Jeje, Daniel no sabe mucho de sexo entonces xD ¿Cómo la primera vez va a ser la mejor? ¡El sexo, como en la cocina, cuanto más veces lo hagas mejor sale!
    Espero que nunca me toque un doctor como ese xD
    ^^ Yupi, pusiste un Damián en la historia, que bueno, al fin alguien que tiene en cuenta mi nombre.
    El fic es muy bueno, no encontré muchos errores, y si es como dijiste que no revisaste, está muy bien. Además, la historia es interesante, pero no quiero encariñarme mucho con ella porque luego la dejas u.u
    Jeje, buena suerte! Nos veremos.
     
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