Hielo y fuego Coso escrito para que logren dar un logo en el concurso de Hielo y fuego. Es un Dramione que no vale la pena leer, pero que me encantaría que lo hicieran para lograr intentar crear algo decente con esta pareja. ¡Es que no se me da! Título: Hielo y fuego Summary: Él estaba helado, ella era tan cálida. Pareja: Draco&Hermione Tipo: One-shot Cantidad de palabras: 1852 + título Clasificación: K+ Advertencias: ¿Epílogo? ¿Cuál epílogo? Género: Angst/Romance Gracias a Sandra por revisarlo x3! Gracias a Lidia por la idea involuntaria x3~ Hielo y fuego Hermione mordió su labio inferior al detenerse de pronto. De nuevo se encontraba en aquel pasillo, donde habían pasado tantas cosas durante la batalla final. Nuevamente se encontraba observando a Draco Malfoy quien, de pie frente a la puerta que llevaba a la sala de los menesteres, tenía un rostro lleno de dolor y de indecisión. A veces veía como daba dos pasos al frente y luego retrocedía el doble, acercándose peligrosamente a aquellos ventanales. Algunas ocasiones Malfoy se acercaba lo suficiente hasta tocar con la punta de los dedos las manijas que aparecían, sólo que después de unos segundos negaba con la cabeza y huía, literalmente, del lugar. Sólo entonces, después que el pasillo quedaba desierto, Hermione caminaba los pasos restantes hasta el mismo lugar anteriormente ocupado por el Slytherin y abría las amplias puertas, internándose en aquel lugar que había tomado como propio desde que había regresado aquel año a la escuela. Ya dentro de la sala, olvidaba al rubio Slytherin y la curiosidad que le provocaba su presencia cada tarde en aquel lugar, y se internaba en sus libros, aquellos que eran sus únicos acompañantes durante aquellos días. La castaña suspiraba cada vez que el silencio la agobiaba, esperando desesperadamente la risa de Ron y Harry cuando algo les había parecido gracioso. Nunca, en los seis años anteriores en Hogwarts, hubiera creído posible aquella situación. La de extrañar a los ruidosos de sus mejores amigos. Posó su mirada en el par de sillones que aparecían extra cada tarde. La visión creada por la sala de los menesteres era muy similar a la sala común de Gryffindor, de donde huía para poder internarse en aquel lugar. Ahí, en ese par de sillones más cercanos, es donde deberían de estar ellos, asustados por la fiera mirada que de seguro les estaría otorgando en este momento. Pero ellos no habían querido regresar a Hogwarts, no bajo la oportunidad de poder presentar los exámenes al finalizar el año escolar. Y ella, a pesar de todo, había decidido sí hacerlo. Después de todo, ella no tenía los recuerdos de que aquel enorme castillo era el lugar donde había muerto un hermano, Fred era tan sólo un amigo. Ni tampoco un padre, tal y como Harry veía a Dumbledore. Y esa era la razón por la que cada tarde prefería pasar unas horas del día ahí, donde podía recordarlos y hablar con ellos en voz alta sin recibir miradas críticas preguntándose por su salud mental. Esa tarde, cuando el sol comenzaba a caer y ella sabía que era hora de irse, fue la primera vez que se topó frente a frente con Malfoy. Abrió la puerta y lo primero que pudo ver fue al chico, quien estaba nuevamente en aquel pasillo. —¡Malfoy! —exclamó asombrada de verlo ahí, hasta donde sabía él siempre se iba a alguna otra parte del colegio durante las tardes. —Granger —murmuró él, viéndola con una mirada intranquila. —No te preocupes, ya me voy —aclaró, preocupada por estar a solas con él ahí. Tomó sus cosas y rodeó al chico, caminando rápidamente del lugar, sabiéndose observada por el Slytherin. La tarde siguiente caminó indecisa entre si ir o no a la sala de los menesteres; no sabía por qué, pero sentía que, de alguna manera, había importunado al rubio el día anterior. Iba tan metida en sus pensamientos que no notó que aquella tarde Malfoy la esperaba enfrente de la puerta, justo donde Hermione podía recordar que el techo había caído en aquel día. Mordió su labio inferior con indecisión, decidiendo al final irse del lugar, aprovechando que el chico no la había visto aún llegar por el pasillo. No es que Malfoy fuera últimamente el chico de los años anteriores, era sumamente callado y tranquilo, hablaba realmente muy poco en clases. Era una sombra de lo que alguna vez fue. Justo cuando dio media vuelta uno de sus libros resbaló de su agarre y cerró los ojos ante el ruido sordo que provocó su caída. Se inclinó con rapidez para tomarlo e irse, decidida a no voltear hacía atrás. En el momento que se puso de pie fue cuando lo sintió, ahí, justo detrás de ella. Aquella presencia helada que recordaba de Draco Malfoy. —Granger —mencionó, antes de tomarla del brazo. La castaña había esperado una mano apresándola, no aquella que terminó tocándola con cuidado de lastimarla. Hermione se volvió lentamente, alejando un poco su brazo de aquella pálida mano. Levantó la mirada para intentar encontrar la razón de aquella bizarra situación. Estaba segura, de hecho… completamente segura, que Malfoy nunca había tocado a una sangre sucia como ella sin alguna intención más que lastimarla, y aquí parecía lo contrario. Notó que la mirada de él, siempre fría y gélida, se encontraba clavada en su rostro, poniéndola nerviosa, provocándole escalofríos. Y que detrás de esa primera descripción, se encontraba algo asustada. —Granger —repitió con voz queda—. ¿Cómo —calló nuevamente, desviando la mirada de su rostro al pasillo y de regreso—… ¿cómo es todo ahí dentro? —¿Eh? —respondió, sin poder evitarlo. Sonó como una tonta, lo sabía, pero no entendía qué era lo que sucedía en esos momentos. —Ahí dentro, en la sala de los menesteres —aclaró sin comentar nada sobre el gesto que tenía la leona en ese momento—. ¿Está todo igual que siempre? Todo… ¿normal? —Pues sí —dijo, entendiendo un poco la situación—. La sala se regeneró sola gracias a la magia del castillo. Ya no existe esa habitación —aclaró con nerviosismo—, pero responde igual que siempre. —Bien, eso está bien —murmuró entre dientes el rubio antes de saludarla con un gesto de la cabeza e irse del lugar. Hermione lo vio marcharse, preguntándose qué diablos había sucedido. Caminó los pasos que la separaban de la habitación y entonces cayó en la cuenta. Malfoy había pasado gran parte de su sexto año en ese lugar, suponía que con todo lo sucedido en aquellos días había sido como una segunda casa para él. Y, además, ahí, en ese lugar donde ella pasaba sus tardes, había muerto uno de sus amigos. Suspiró, entrando a aquella sala. Ahora entendía por qué Malfoy permanecía ahí afuera día tras día. Para principios de Diciembre ya se le había hecho costumbre aquella rutina. Hermione llegaba a la sala de los menesteres, saludando brevemente al Slytherin, quien entonces se iba del pasillo. A la hora en que el sol se ponía, ella salía de ahí y se encontraba nuevamente con él, quien echaba un rápido vistazo al lugar justo cuando la puerta se abría. —A partir de mañana no podré venir —dijo de pronto, al cerrar la puerta a sus espaldas. Levantó la mirada y observó a Malfoy. —¿Te irás en el tren? —preguntó mientras se alejaba un poco de ella. —Así es, no me quedaré en las vacaciones en el colegio. Caminaron los pocos metros para bajar las escaleras y justo cuando llegaron al siguiente pasillo, en el tramo donde ella daba vuelta a la izquierda para subir directo a la torre de Gryffindor y él tomaba el lado contrario para bajar a las mazmorras, ella se detuvo de pronto. —Feliz navidad, Malfoy. —Igualmente. Y gracias, Granger —murmuró él, y ella sabía que no solamente se refería a sus felicitaciones. Después de unas reparadoras vacaciones, durante las cuales Hermione las había pasado entre su familia y sus mejores amigos, se encontró emocionada cuando aquella tarde tomó el camino rumbo a aquella mágica sala. Inclinó su cabeza en modo de saludo y sin mediar palabra, puesto que no eran amigos a pesar de todo, tomó la manija de la puerta. Justo cuando abrió un poco sintió su presencia nuevamente detrás de ella, era tan fría. Volteó un poco el rostro mientras se preguntaba si aquella frialdad era debido al lugar de la sala común de Slytherin. —Me preguntaba si puedo entrar —mencionó de pronto el rubio, observando aquella pequeña parte de la sala que estaba al descubierto. Hermione se volteó completamente, asombrada ante aquel repentino cambio. —No soy nadie para negarte la entrada, Malfoy —aseguró sonriendo—. Yo puedo ir a leer a mi sala común. La castaña dio un paso a la derecha, intentando alejarse, cuando vio que la mirada de él se clavaba en ella y no en las puertas delante de él. —¿Tienes miedo de entrar, Malfoy? —preguntó con voz baja, cuidando que lo antes dicho no provocara una mala reacción—. No es una burla —aclaró con rapidez—, es comprensible después de todo lo que ha pasado y… bueno… ¿quieres que entre contigo? —cuestionó, deteniendo de esa forma su monólogo. El rubio asintió levemente, algo apenas perceptible, y ella sonrió amablemente. —¿Quieres ver algo en específico? Porque yo siempre me imagino algo parecido a la sala común de Gryffindor y dudo que te guste demasiado. —No, no me gustaría entrar ahí —dijo él, haciendo un gracioso mohín en su rostro. —Te doy libertad de elegir, entonces. Ya sabes cómo hacerlo. Y Draco caminó tres veces por el pasillo antes de que volviera al lugar frente a aquellas puertas. Hermione podía notar lo tenso que se encontraba cuando se colocó a un lado de él y, sin pensarlo, tomó su mano derecha con la suya, intentando tranquilizarlo. Hermione empujó la puerta con cuidado y lentamente, intentando no provocar algo en el Slytherin. Volteó a verlo para intentar adivinar si entraría o no, un fuerte apretón en su mano le dio la respuesta. La castaña dio un paso hacia enfrente y sutilmente jaló con ella al rubio, quien la siguió un poco reacio. Tardaron un poco de tiempo en entrar, encontrándose en medio de la habitación y Hermione admiró el lugar, era algo extremadamente similar al comedor, pero con toques de, lo que suponía era, parte de la sala común Slytherin. Las puertas se cerraron detrás de ellos segundos después. Draco levantó la mirada y observó el techo, que no podía mostrar la majestuosidad del cielo que se encontraba esa tarde en el comedor. Permanecieron en ese lugar en silencio por largos minutos, sin soltar sus manos. Comprendiendo y aprendiendo del otro en aquel silencio que no era pesado ni incomprensible, uno que no se atrevían a romper. Pasado un tiempo, Hermione fue arrastrada a una de esas mesas que se encontraban en el lugar y se encontró sonriéndole al chico frente a ella, quien con la mirada la incitó a hacer lo que hacía cada tarde. —Eres cálida —murmuró unas tardes después, continuando con una rutina diferente, una que compartían en esta ocasión dentro de la sala de los menesteres. Ella leyendo sus libros y él imaginando mil cosas que se aparecían y desaparecían en la habitación. —Y tú demasiado frío —respondió ella con una sonrisa, levantando la mirada de su libro. Se miraron a los ojos unos momentos, gélidos ojos grises contra cálidos ojos castaños, midiéndose un poco. Draco esbozó una pequeña sonrisa y movió un poco su mano derecha, tomando aquella que se encontraba a su lado en la mesa. Hielo y fuego, uniéndose en aquella mágica habitación sin comprender exactamente qué pasaba en esos momentos.
Re: Hielo y fuego Y no me diste mi beso ToT... aunque fuera uno.. chiquito u.u Ok ok, pero me gustó la historia, aunque reconosco que el Draco era un poco mas sumiso, quisas por el shock, pero no está mala :o Siempre dices eso de todas. Hay alguna historia tuya que te guste? Saludos
Re: Hielo y fuego :happyaw: Fue tan lindo. Me gustó tu Draco, fue tan cuchimente tranquilo x'D Tengo la misma pregunta. A mi me ha gustado tuyo lo que he leído tuyo, y creeme que a mi no me gusta de todo. Sigue escribiendo Dramioneeeee, sisisisi. :P
Re: Hielo y fuego Oh, a mi me gusto y mucho. Esa narracion tan tranquila y esos dialogos estuvieron geniales, me dio una hermosa sensacion al leerlo. Ame a tu draco y aunque extrañe sus sarcasmos, me quedo gustando. Toda tu historia estuvo encantadora. Espero sguir leyendote Pami, nos vemos.
Re: Hielo y fuego Lidia; la historia no me llevo para allá, en dado caso de haberlo hecho de esa forma hubiera quedado extraño, después de todo la relación no queda del todo explicita. Existen ocasiones en que un beso no es tan importante </clamp> Sí, existe un par que me gustan xD! Hate; Draco fue muchísimo muy tranquilo, pero... umh... siento que con todo eso intentaba tener un perfil bajo y mantenerse así, para su propio bienestar. Sí existen algunas historias mías que me gustan, pero la mayoría no. Intentaré escribir otro Dramione. sessxrin; y fíjate que yo tengo algo contra los diálogos, pero... a veces simplemente salen. Yo también extrañé al Draco sarcástico u_ú
Re: Hielo y fuego Me dio tanta paz leerlo, como reencontrando la paz despues de todas las batallas que hubo. Un poco inusual ver a Draco tan calmado pero no por ello resulta desagradable, al contrario es interesante ver su nueva faceta. Me gusto muchisimo el one-shot ^^
Re: Hielo y fuego yokishi; es que siento que después de todo eso Draco no puede estar menos que shockeado. Es... inusual que no lo estuviera. Gracias por tu comentario.
Re: Hielo y fuego Wow, y eso que no soy fan de esta pareja, pero si hubiera más fanfics así creo que podría comenzar a gustarme bastante eh! Creo que manejaste muy bien la situación, el miedo, el shock de Draco, me gusto de la forma pasiva en que se terminaron amistando esos dos xD
Re: Hielo y fuego Nunca habia leido algo hecho por ti Pami, pero...este lo primero que leo y me gusto mucho!!!. Yo adoro a Draco, es el personaje que mas me encanta de la saga de Harry Potter. Estrañe al altenero, sarcatico Malfoy....pero esta tampoco esta nada mal. Nunca me lo he imaginado taan tranquilito y ¿amigo? de Hermione...me has dejado sorprendida, pero me gusto muchisimo esta historia.
Re: Hielo y fuego Okita; yo aún soy una n00b en esta pareja, existen algunas cuantas escritoras en FF.net que lo hacen muchísimo mejor que yo. Cuando recién comencé a leer de este fandom fue la primera pareja que me encontré y me enamoré de ella. Aunque, claro, agradezco tu comentario. Eleva un poquitin mi ego ;). Kendra; ¡eres de las mías! Amo a Draco, es mi personaje favorito de la saga <3! Como ya lo he dicho, no me imaginaba poner a Draco sarcástico para la historia. Necesitaba que fuera un poco diferente, un poco más... pensativo e introvertido. Después de todo, ¿cuántos de sus seguidores y amigos siguen ahí? ¿Cómo es considerando dentro de Hogwarts? Todo eso es para pensarse. Gracias por tu post.
Re: Hielo y fuego Okita; precisamente así lo veo yo: maduro. Siento que desde que pasó lo de Dumbledore tuvo que crecer de golpe. Al menos ya no era el niño molestoso de siempre.
Re: Hielo y fuego Todos los Dramiones que he leído son de sessxrin xDDDD. Me gustó mucho este, y aunque la pareja en sí no se me hace idea me gusto mucho el tema, te quedó muy bueno, y en cierta forma me gustó mucho ese final, aunque a ellos jamás los he podido imaginar, excepto para la vez que Hermione le dio tu manso combo en la cara a Malfoy :C.
Re: Hielo y fuego Merii; ya te tocaba uno mío ! La pareja a mí me gusta, no es mi favorita, pero me gusta. Gracias por tu opinión :D!
