Song-fic Hermanos.

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Kodaline- Brother

Mamá no podía evitar las lágrimas al ver las cajas de cada uno listas para la mudanza. No era para ella algo fácil de asimilar, no cuando miraba hacia atrás y sentía ese hueco vacío en el que se estaba convirtiendo su hogar. Pronto sin sus hijos, los únicos dos que había tenido la fortuna de tener. Y uno de ellos era yo.

Observé a mi hermano menor, metiendo a escondidas un cuadro de nuestro padre entre sus cosas, un juguete de colección y su infaltable mantita azul. Eso me recordó la carta que le había escrito, un par de palabras que para mí tenían gran importancia, pues ¿qué me aseguraba que al salir de casa volveríamos a vernos? ¿Que tendría aún el tiempo de decirle aquello que jamás le había dicho? Y esas mismas preguntas me habían obligado a escribirle y expresarme lo mejor que pude.

—¿Y esto es?

—Una carta.

—Una carta —él me observó como si me hubiera crecido dos cabezas de un día para otro. —Bueno, ¿gracias? Por cierto —agitó el sobre cerca de su oreja —¿tiene dinero?

—Aún me pregunto porqué me molesto en ser sensible contigo.

—Porque me amas, por supuesto. —Se guardó el sobre amarillo en el bolsillo trasero de su jean. —Y porque soy el mejor.

•••

«Querido hermano:

Tuve el privilegio de esperarte con ansias. Expectante de qué serías, como serías y qué cosas podríamos hacer juntos mientras te mantenías escondido en el vientre de nuestra madre. No dejaba de preguntarme si sería realmente la persona correcta de mostrarte todo lo que conocía hasta ese entonces. Qué cosas disfrutarías y de cuáles no. Practicando por horas caras graciosas en el espejo del baño que algún día te harían reír y soñando despiertos con papá sobre las bromas que sufrirías una vez crecieras. Porque sí, estabas por llegar a una familia que lamentablemente no era del todo normal. Hay quienes decían que éramos especiales, en el buen sentido.

¿Por qué? Porque amábamos la vida y preferíamos reír que llorar. Disfrutábamos de lo poco y también de lo mucho que esta vida nos podía brindar. No había nada como vivir en familia, te lo aseguro. Y tan pronto como creciste así lo notaste y así también lo amaste.

Hemos recorrido muchas etapas juntos, entre ellas: buenas, malas, hermosas y horribles. Pero siempre fue mayor nuestra unión que nuestra rivalidad. Pues así nos criaron, para ser un equipo que se alienta entre sí, levantándose unos a los otros en los difíciles retos de la vida.

Hoy debemos hacerle frente a esa vida, tú con tus sueños y yo con los míos. Con caminos que no siempre van a coincidir y que sin embargo, cada uno tendrá un descanso dónde nos volveremos a ver y recordar los buenos momentos que pasamos cuando sólo entendíamos que jugar era el mejor trabajo del mundo.

Perdimos muchas cosas, pero jamás la esperanza. Recuperamos otras y atesoramos cada instante de aquellas oportunidades. E intentamos hacer lo mejor que pudimos para llegar dónde hemos llegado.

Quiero que sepas, mi querido hermano que llegará el momento en que no habrá hermanos mayores o menores. Seremos sólo hermanos, buenos hermanos que seguirán en contacto, sea cerca o lejos, en vida o en muerte.

Esto no es una despedida, sólo es un hasta luego y el inicio de algo que aún no tiene un fin definido. Pero tan pronto como descubramos los desafíos que tiene el destino para nosotros sólo te deseo en este momento...

Buena suerte.»

—El maldito me hizo llorar...

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No tengo la menor idea de si esto puede llamarse Songfic, estuve buscando información y por lo que entendí es así como se hace. Pero preferiría que ustedes me lo dijeran :). No sé tampoco la extensión que pueda tener, así que les juro que es a lo mejor que pude llegar xD.

En fin, este escrito participa en la actividad de Amane ¿Dónde están las Musas cuando las necesitas?