Hera

Tema en 'Otros Fanfiction' iniciado por LaDamadelLago, 18 Julio 2012.

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    LaDamadelLago

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    Piscis
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    Hera

    “En algún momento de la vida,
    miras todo lo que has caminado
    y te preguntas, si de verdad
    has vivido lo que has soñado.”
    El viento movió suavemente su cabellera como un suspiro sobre una hoja, el cielo celeste se pintaba de matices caramelo en el horizonte, despidiendo a Helios. Sonrió, solo por un segundo, nadie nunca podría adivinar lo mucho que le gustaba ver los atardeceres.


    Hoy nuevamente estaba sola. Ella recordaba los antiguos tiempos cuando su marido aún la acompañaba y no se dejaba seducir tan fácilmente por la fragilidad de resistencia que encontraba en las mujeres humanas. En cambio ahora ella era como un plato más en la mesa, siempre presente y casi nunca importante.


    Pero ya no le importaba tanto. Antes la infidelidad venía acompañada de dolor y humillación, ¿cómo podría cambiarla a ella, la gran diosa Hera por simples humanas? Humanas que terminaban pagando siempre lo que merecían, aunque algunas se salvaban, pues Zeus era un buen maestro en el arte de esconder sus engaños. Quizás no tanto como se vanagloriaba, pero lo era.

    La diosa del matrimonio era hermosa, quizás no tanto como Afrodita, pero en su postura y en sus movimientos se hallaban la delicadeza y el gran porte de una reina, algo que ninguna humana u otra diosa podría igualar. Pero al parecer, Zeus se había olvidado de la joya inigualable que tenía a su lado, y prefería entretenerse con simples gemas que podía dejar de lado cuando quisiese.
    Cuan poco duraba el amor y cual nada terminaba valiendo.
    Aún sin ser Atenea, ella sabía que el paso del tiempo traería la ruina al Olimpo. Y ellos, los amos del mundo, terminarían como letras en algún pergamino. Quizás, si hacía tiempo hubiese recibido esa noticia, no la hubiese creído, pero al fin y al cabo, sus vidas eran simples hilos en manos de las Moiras.

    Se había tomado su tiempo para repasar su vida desde el casamiento con Zeus, y debía admitirlo, no había sido la mujer más buena o la madre más amorosa, pero tampoco lo habían sido con ella. No podría decir que era como Deméter, cuyo propio nombre significaba “madre”, quién se había enfrentado al rey del Olimpo por su hija, quién no era más que otro vástago de su marido.

    Cerrando los ojos, quiso pensar que alguna vez la había amado de verdad, pero el sufrimiento que cargaba y jamás mostraba contradecía cualquier respuesta positiva. Por algún tiempo se había encargado de vengar cada una de las “escapadas” de su esposo, pero al final solo había logrado convertirse en una mujer rencorosa y temida.


    Sí, estaba llena de orgullo -herencia paterna de seguro- y eso la había conducido por varios caminos que no la habían dejado bien plantada. Pero no podía cambiarlo, ya había pasado y no le quedaba más que intentar reír por las locuras que había cometido alguna vez.


    Cuando ella desapareciese junto a todos los demás, la figura de una mujer celosa y vengativa sería la huella que dejase en el mundo. ¿Y que podía hacer? Nada, no haría nada. No pretendía cambiar lo que había sido una vez, solo quería lo último que le quedaba, disfrutar de lo que se había privado mientras estaba ocupada vigilando a su marido.


    Sonriendo nuevamente, miró el cielo por última vez, éste ya se hallaba pintado en tonos oscuros y centelleaba en él pequeños puntos blancos. Era una noche preciosa sin duda y ella no la desperdiciaría sentada en un trono esperando al rey del Olimpo.


    Convirtiéndose en un bello pavo real, la reina de los cielos tomó dirección al hogar de uno de sus hijos, Hefesto. No le interesaba la imagen que le había dado al mundo, pero por lo menos deseaba armar los lazos que antes había despreciado y que mejor oportunidad que redimirse con su trabajador retoño.


    “Sinceramente, Hera había sufrido mucho por años debido a su marido. Quizás su corazón no estaba del todo limpio, pero una segunda oportunidad no se le niega a nadie, ¿verdad?.
    Me hubiera gustado que Zeus comprendiese todo lo que había hecho, pero al menos me queda la convicción de que no volveremos a ver a su esposa como una simple cónyuge celosa, después de todo, a pesar de ser una diosa ella seguía siendo una mujer, y una mujer no puede evitar sufrir si le rompen el corazón”



    Hola. Algo corto, ¿verdad?.

    Pero bueno, así es como salió :). Espero que les guste, sinceramente, a mi me encantó jejeje :cool:

    Cuídense mucho, ¿vale?:D

    Atte: LaDamadelLago


    PD: Antes que me olvide, por si las moscas, las Moiras eran las diosas del Destino y ningún dios (ni siquiera Zeus) podía imponerse a ellas. Geniales, ¿verdad?;)
     
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    Dororo

    Dororo Entusiasta

    Aries
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    Hola, es un placer saludarte.

    El tuyo es uno de los comentarios que debo hace días y siento de veras no haber podido dejarlo en cuanto lo leí, aunque gracias a eso he podido hacerlo de nuevo.

    Justo es que te diga que es de los fics de mitología griega en esta sección que más me han gustado. Enfocas la personalidad de Hera de una manera muy diferente a lo que viene siendo habitual, profundizas en sus sentimientos y vas mucho más allá de esa imagen de esposa burlada, celosa y vengativa que la mayoría tiene. Cuando lo lees, te identificas con esa parte humana que hace a los dioses del Olimpo ser lo que son, además de que no te limitas sólo a detallar sus defectos, sino también sus virtudes, por lo que creo que es una original y equilibrada interpretación de la diosa.

    Sólo por eso, para mí, ya merece la pena pero es que además tienes otros muchos y sutiles detalles que lo hacen interesante como puede ser, el poder de las moiras para controlar el destino, la manera en que ella ve el ocaso del Olimpo y de sus moradores, simples personajes de leyenda recogidos en un pergamino, la nostalgia que destila todo el fic, la comparación con otras diosas y ese fabuloso final que deja entrever el arrepentimiento de una madre por haberse deshecho de Hefesto.

    Respecto a la ortografía creo que es buena, no voy a corregir nada pues lo cierto es que estaba tan abstraída que no me fijé mucho, si acaso este párrafo donde creo que se te fue alguna que otra palabra.

    Cuando ella desapareciese junto a todos los demás, la figura de una mujer celosa y vengativa sería la huella que dejase en el mundo. ¿Y que podía hacer? Nada, no haría nada. No pretendía cambiar lo que había sido una vez, solo quería lo último que le quedaba, disfrutar de lo que se había privado mientras estaba ocupada vigilando a su marido.

    Bien, no me queda más que felicitarte por tu primer fic de mitología y esperar volver a tenerte publicando por aquí. Bienvenida y mil gracias por la lectura.

    ¡Ah! Por cierto, ¿podrías editarlo y hacer la letra algo más grande? Es difícil de leer así y el fic merece la pena poderse leer bien.
     
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