[Long-fic] Hellboy: Japan Tales

Tema en 'Fanfics abandonados TV, Cine y Comics' iniciado por Fénix Kazeblade, 15 Diciembre 2015.

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    Fénix Kazeblade

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    Escritor
    Título:
    [Long-fic] Hellboy: Japan Tales
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1393
    Fue traído a la tierra siendo bebé por nazis ocultistas. Fue rescatado por las fuerzas aliadas y criado por la Agencia de Investigación y Defensa Paranormal (AIDP) de los Estados Unidos. Trevor Bruttenholm su padre adoptivo junto con los soldados de ese batallón le dieron un hombre aquel día, lo llamaron: Hellboy.

    Luego de muchos años de ser una fuerza del bien a pesar de su apariencia demoniaca Hellboy visita ahora la tierra del sol naciente para enfrentar las amenazas que allí se esconden y detenerlas.


    Capítulo 1: Anochecer- Primera Parte.

    Kei Hatmura tecleaba mientras la luz azulosa de su ordenador le destellaba en el rostro, justo en el momento en que un pequeño tintineo que le indicó que Mitsuki, una chica que le gustaba había respondido su mensaje en inbox, su puerta se abrió, aunque fue un movimiento rápido y sigiloso pudo ver el halo de luz del pasillo torcerse entre su poster de Reiko, suspiró cansado, escuchó luego el rechinar que producía el esprín viejo de su cama cuando se movían violentamente sobre de ella.

    — ¡Oni-chan! — exclamó Hiro, su hermano menor, para segundos después lanzarse encima.

    Kei recibió el golpe y se sostuvo para no caer de bruces hacia el monitor de la portátil que trastabillo en el escritorio.

    — ¿Qué te ha dicho mamá de no entrar en mi habitación así? — le cuestionó molesto.

    — ¿Qué te ha dicho ella a ti de no ver chicas con poca ropa Kei? — preguntó sonriendo mientras quedaba frente a él. — me preguntó que será este sitio alumbrado con letras rojas en una de las pestañas, podríamos preguntarle a mamá.

    — E-es spam, ¡de verdad!, mira puedo probarlo.

    El chico abrió la boca dispuesto a gritar sin el más mínimo gesto de darse por bien servido.

    — ¡Maaaaam…!...

    Kei le cubrió la boca con cuidado para que no pudiera morderlo.

    — ¿Qué quieres enano? — le preguntó derrotado.

    El niño de ocho años sonrió e inquieto comenzó a moverse por la habitación.

    — ¡Contemos historias de terror! — gritó alzando los brazos.

    El chico giró hacia la pantalla, en la respuesta de Mitsuki había un emoticon dando un beso y otro dormido, no tenía que saber preciosamente simbología para saber que aquel día no se quedarían charlando hasta la madrugada y probablemente la pudiera ver hasta el lunes.

    Ante la mirada ansiosa y esperanzada de Hiro, el afirmó con la cabeza, por la orilla de las cortinas de su ventana se veía el sol desaparecer.

    ********************************

    Helloboy saltó de un techo al otro derrapando al menos unos dos menos hasta que logró sostenerse de uno de los postes, las rejas calleron justo enfrente de Liz Sherman que apenas pudo detenerse un tanto exaltada.

    — ¡Rojo! — espetó por el comunicador— ¿quieres tener más cuidado? Estuvieron a punto de caerme encima.

    — Lo siento preciosa, el tiempo corre y es cuestión de tiempo para que sea invocado de nuevo. — explicó el demonio mientras observaba el halo de luz azulosa que se alargaba por el cielo como si se tratara de aurora boreal pero con un toque paranormal. — el conjuro de localización que logró hacer la sacerdotisa casi se desvanece, no podemos permitir que esa cosa se lleve a más personas a las sombras.

    — Lo se rojo, ¿sabes? , la próxima vez que alguien diga algo sobre tu humanidad, le daré un golpe en la cara.

    Él sonrió gentilmente, justo en el momento que el rostro de ella cambiaba, levantó la mano y señaló a lo lejos, la casi extinta flama purpura que recorría el cielo nocturno destelló solo ante sus ojos en un rojo escarlata sobre una de las casas, Liz afirmó con la cabeza y comenzó a correr, Hellboy entre grandes zancadas entre los techos hasta alcanzar el techo. Sin miramientos comenzó a golpearlo con fuerza, cuando atacan criaturas sobrenaturales que te arrastran a oscuros mundos no hay tiempo para formalidades. Luego de tres golpes de su mano gigantesca el techo cedió, el vórtice que se desarrollaba en el interior era terriblemente aterrador, en pequeñas cenizas como de papel la casa entera se destruía y los que estaban en su interior se fragmentaban consumidos por el mismo poder maligno hasta llevarlos hasta su amo y señor Aoandaon.

    — ¡Déjanos en paz monstruo feo! — exclamó una voz de una niña en japonés.

    Hellboy tomó su espada con la que lo golpeaba y la cargó en su hombro, un hombre y una mujer salieron a su encuentro y el hombre lo amenazó con una katana.

    — No, definitivamente, no— dijo Hellboy levantando el brazo. —仲間 [nakama] — murmuró señalándose y el hombre bajó el arma. — Síganme—agregó mientras destrozaba la puerta envuelta en unas llamas oscuras así como la mayoría de la casa— no toquen nada— les señaló todo en señas.

    *Nota del escritor: Nakama significa amigo.

    — Mi hija, ella estaba en una pijamada con sus amigas, de pronto todo se prendió en llamas debes sacarla Edmadaio-sama. — le dijo suplicante el hombre.

    Hellboy dio la vuelta entrando de nuevo a la habitación, mirando en una esquina a tres jovencitas fuertemente abrazadas asustadas. Se tranquilizó aún más al escuchar la voz de Liz en el auricular y lo que dijo.

    — Lo tengo todo controlado, la familia está saliendo.

    — En unos minutos, estaré allí Chispita— declaró mientras se acercaba.



    ****************************************

    —…Un hombre ingenuo va por la calle, irrespetuoso se acerca a una jovencita que espera en un callejón en la oscuridad, ella con unos ojos increíbles lo observa mientras que el resto de su rostro está cubierto, coqueta pregunta “¿soy bonita?” —Kei se acercaba más a Hiro que lo observaba un tanto temeroso pero también curioso. — le dice que sí, ella parece sonreír y se quita la bufanda que lleva hasta los pómulos y entonces…— baja la voz en un tono misterioso.

    —¿Entonces qué pasó Oni-chan? —cuestionó el niño.

    — ¡Se descubre el rostro mostrando una boca torcida y rota, se acerca a él y con voz tétrica le pregunta de nuevo, pero él no puede hablar, el miedo se incrementa y solo salen tartamudeos, ella impaciente, taja su rostro una y otra vez!

    El niño se cubre el rostro asustado pero luego vuelve a sonreír.

    —Una más, por favor…— suplicó.

    El muchacho se dispone a narrar una nueva historia cuando escuchaba un ruido en su espalda y tenía la extraña sensación de que alguien esta tras él, se giraba y solo encontraba el monitor de la portátil que se ha apagado por estar inactiva y haciendo caso omiso a sus sensaciones comenzaba un nuevo relato. Debajo de su escritorio como si la casa entera fuese hecha de origami se alzaba una pequeña hojuela de papel consumiéndose muy lentamente en fuego negro.

    ***************************************

    Los bomberos se encargan de apaciguar las llamas de la vivienda semiconsumida sin lograrse explicar el origen de este tipo de incendio en un complejo tan grande, entre ellos y las autoridades se encuentran agentes encubiertos de la Agencia de Buro de búsqueda y defensa de lo paranormal haciéndole entender a la familia y las tres amigas de la niña, así como algunos vecinos que todo está bien, explicando lo inexplicable.

    Su principal agente está sentado en la acera, da un sorbo a lo cree que es té sin degustarlo lo suficiente, observa que a lo lejos se acerca Elizabeth Sherman, sorprendentemente hermosa a pesar de estar cubierta de hollín. Saben que la búsqueda sigue, pero quieren un segundo para disfrutar su victoria.

    — Llevamos tres días seguidos así, espero que Abe encuentre quien invocó al Aoandaon y podamos irnos a casa— dijo la chica piroquinetica mientras se acurruca en el pecho del demonio.

    —Yo también lo espero, no me gusta perder a nadie— le respondió Hellboy.

    — ¡Andando grandote!, esta ocasión es del otro lado de la ciudad y la agencia no quiere pagar más de tus daños— le dice uno de los agentes indicando que suba a una camioneta.

    Él le ofrece su mano Liz y luego subió.

    — Por cierto chispita, ¿Sabes quién es EdmaDaoi-sama?, es la tercera vez que me llaman aquí así.

    Liz sonríe y comienza a teclear en su celular, sonriendo le muestra una foto.

    — No puedo creer que jamás hayas visto Dragon ball Rojo, tal vez eres muy viejo, él era quien controlaba quien iba al cielo y quien al infierno en esa serie.

    El padre de familia que por casualidad pasaba por allí sonrió entusiasmado mientras señalaba alternando la foto y a Hellboy.

    — Ya se me hacía conocido.


    Continuara.
     
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