Hetalia Axis Powers [Long-fic] Hechos históricos no comprobados...

Tema en 'Anime Heaven' iniciado por InunoTaisho, 11 Abril 2017.

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    InunoTaisho

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    ª Complementando información sobre el tratado de París: El tratado que dio fin a la Guerra de Crimea fue firmado el 30 de marzo de 1856, y convertía al mar Negro en territorio neutral prohibiendo el paso a los buques de guerra y la presencia de fortificaciones y armamento en sus orillas. El tratado supuso un duro revés para la influencia rusa en la región pues perdió el territorio que le había sido concedido en la desembocadura del Danubio tras la guerra ruso – turca de 1828 (más y más historia que se va uno encontrando); tuvo que abandonar sus aspiraciones de proteger a los cristianos ortodoxos en Tierra Santa; y perdió su influencia sobre los principados de Moldavia, Valaquia y la región de Serbia.

    El tratado también desmilitarizó las islas Åland en el mar Báltico, parte del Gran Ducado de Finlandia que pertenecía al Imperio Ruso en ese tiempo. La paz de París confirmó la derrota del zar Nicolás I de Rusia, mas sin embargo no garantizo la paz en Europa por mucho tiempo.

    * Sobre la venta de Alaska: Ya desde 1857 el Gran Duque Konstantin, uno de los hermanos menores del zar, comenzó a presionar por la entrega de la América rusa a los Estados Unidos en 1857. En un memorándum al ministro de Asuntos Exteriores Alexander Gorchakov afirmó que:

    «… no debemos engañarnos a nosotros mismos y debemos prever que los Estados Unidos, con el objetivo constante para redondear sus posesiones y con el deseo de dominar sin división toda la América del Norte, se llevará a las colonias antes mencionadas de nosotros y no seremos capaces de recuperarla de ellos… »

    Esta propuesta fue un tema en los niveles más altos del gobierno ruso lo largo de 1857 y 1858. El zar Alejandro II escribió en la carta que "vale la pena considerar esta idea…". Los partidarios de la propuesta pidieron el retiro inmediato de América del Norte pero Gorchakov, aunque estuvo de acuerdo con la necesidad de abandonar la América rusa, abogó por un proceso gradual que conduce a su venta. El emperador finalmente se puso del lado de Gorchakov y decidieron posponer las negociaciones hasta el final de la patente de la RAC, la cual expiraba en 1861.

    Tal vez con la esperanza de comenzar una guerra de ofertas, se acercaron a los británicos y los estadounidenses. Sin embargo los británicos expresaron poco interés en la compra de Alaska, por ello en 1859, los rusos se ofrecieron a vender el territorio a los Estados Unidos con la esperanza de que su presencia en la región contrarrestara los planes del mayor rival de Rusia, Gran Bretaña. Sin embargo no se alcanzó un acuerdo ya que el riesgo de una guerra civil americana era una preocupación más apremiante en Washington.

    Después de la victoria de la Unión en la guerra civil, el zar encargó al ministro ruso a los Estados Unidos, Eduard Stekl, para volver a entrar en negociaciones con William Seward en el comienzo de marzo de 1867. El presidente Johnson estaba ocupado en las negociaciones sobre la reconstrucción después de la guerra y Seward habían alienado a un número de republicanos, por lo que se cree que la compra ayudaría a desviar la atención de los asuntos internos actuales. Las negociaciones concluyeron después de una sesión de toda la noche, con la firma del tratado a las 04:00 el 30 de marzo de 1867, con el precio de compra fijado en $ 7.2 millones, alrededor 2 centavos por acre ($ 4.74 / km²).

    ** La Guerra Civil Americana, o Guerra de Secesión como se le conoce en otros países, se libró en el Estados Unidos de 1861 a 1865. Cuatro años de intensos combates dejaron 620.000 a 750.000 soldados muertos, un número mayor que el número de muertes de militares estadounidenses en la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial. (La negra historia de Estados Unidos que da para contar… como han señalado algunos, ¿por qué no apareció otro Estados Unidos en Hetalia así como hay un Italia del Norte y un Italia del Sur o un Prusia con Alemania?... Bueno, la guerra sólo fue durante 4 años y al final los estados permanecieron unidos)

    Después de una larga controversia sobre la esclavitud y los derechos del estado, la guerra estalló en abril de 1861 cuando los confederados atacaron Fort Sumter, en Carolina del Sur, poco después de que Abraham Lincoln fuera elegido presidente. De hecho, desde la campaña de Lincoln, se habían mostrado los desacuerdos porque él y su partido, el republicano, prometían la abolición y prohibición de la esclavitud como uno de sus lemas. Entre los 34 estados de Estados Unidos, en febrero de 1861, siete estados esclavistas del sur declararon de forma individual su secesión, o separación, de los EE.UU. para formar los Estados Confederados de América como un nuevo país. La Confederación creció para incluir once estados; se cobró dos más estados fronterizos (Kentucky y Missouri), el territorio indio, y la parte sur de los territorios occidentales de la Unión de Arizona y Nuevo México, organizado e integrados en la Confederación como confederado de Arizona. Los estados que permanecieron leales, incluyendo los estados de la frontera donde la esclavitud era legal, eran conocidos como la Unión o del Norte.

    Los nacionalistas de la Unión proclamaron lealtad a la Constitución de Estados Unidos, enfrentándose a los secesionistas de la Confederación de Estados de América quienes peleaban por la defensa de sus derechos a la esclavitud perpetua y su expansión en el continente americano. La Confederación nunca fue diplomáticamente reconocida por el gobierno de los Estados Unidos, ni por ningún país extranjero ─aunque Gran Bretaña y Francia le otorgaron el estatus de beligerancia, algo que ocasionó un descontento y múltiples reclamaciones por parte de la Unión durante el conflicto y algunos años posteriores─.

    ° Confederación de Canadá (en francés: Canadienne Confédération) fue el proceso por el cual las colonias británicas de Canadá (sip, una de los provincias se llamaba Canadá por sí sola), Nueva Escocia y Nuevo Brunswick se unieron en un solo territorio llamado “Dominio de Canadá” el 1 de julio de 1867. Tras la confederación, la provincia de Canadá se dividió en Ontario y Quebec; y junto con Nueva Escocia y Nuevo Brunswick conformaron el nuevo dominio en cuatro provincias. En los años transcurridos desde la Confederación, Canadá ha sido testigo de numerosos cambios y expansiones territoriales, lo que resulta en la unión actual de diez provincias y tres territorios.

    El Tratado de Londres se llevó a cabo cuando la reina dio el consentimiento a la British North America Act (Ley BNA) el 29 de marzo de 1867, seguida de una proclama real que indica: «Nosotros ordenamos, declaramos y autorizamos que en y después del primero de julio del presente año las provincias de Canadá, Nueva Escocia, y Nuevo Brunswick, formarán y serán un Dominio bajo el nombre de Canadá». El acto reemplazó el Acta de Unión ─de 1840─, que había unificado previamente los Estados del Alto Canadá y el Bajo Canadá a la Provincia de Canadá. Éstos fueron separados y restablecidos bajo sus nombres actuales de Ontario y Quebec. El 1 de julio es ahora celebrado como un día festivo oficial, el Día Nacional de Canadá.

    ¹ Como nota curiosa tomé una breve narración de un herrero finlandés que fue llevado a trabajar a Alaska por la RAC (la cual modifiqué un poco en el fic para darle un sentido levemente cómico): “En un día determinado de la tarde un grupo de soldados estadounidenses vino en los barcos, encabezados por uno que lleva la bandera. Marchando solemnemente, pero sin acompañamiento, llegaron a la mansión del gobernador, donde las tropas rusas ya estaban en fila y esperándoles. Ahora empezaron a tirar del águila para abajo ─el escudo imperial ruso en la bandera era un águila bicéfala o de dos cabezas─, pero sólo consiguieron bajarla un poco puesto que sus garras se enredaron alrededor del mástil para que no pudieran echarla más lejos. Por tanto, un soldado ruso recibió la orden de subir al larguero y separarla, pero pareciera que el águila lanzó un hechizo sobre sus manos porque no era capaz de llegar a donde estaba la bandera, deslizándose hacia abajo sin ella. El siguiente en intentarlo tampoco fue capaz de hacerlo mejor; y sólo el tercer soldado fue capaz de desprender el águila arrastrándola hacia el suelo. Mientras que la bandera descendía la música se fue cerrando y cañones fueron disparados fuera de la costa; y luego, mientras que la otra bandera fue izada los estadounidenses dispararon sus cañones de los barcos por igual muchas veces. Después los soldados estadounidenses sustituyen los rusos a las puertas de la valla que rodea el Kolosh [es decir el pueblo].»

    ² La disputa limítrofe de Alaska fue una disputa territorial entre los Estados Unidos y Canadá, que como bien sabemos era un Dominio Británico cuyas relaciones exteriores eran controladas desde Londres, sobre la ubicación de frontera entre el estado de Alaska y la provincia de Columbia Británica. La disputa comenzó originalmente en 1821 entre los imperios ruso y británico, y fue heredada a los Estados Unidos con la compra de Alaska en 1867.

    Estados Unidos le compró Alaska a Rusia en 1867, pero los detalles sobre la frontera del territorio era algo ambiguo en el Tratado anglo – ruso de 1825. En 1871 Columbia Británica se incorporó a la nueva Confederación Canadiense. El gobierno canadiense solicitó una exploración y evaluación de la frontera, pero el gobierno de Estados Unidos rechazó la idea por ser muy costosa para ellos: La región fronteriza era muy remota y poco poblada, y no había ningún interés estratégico u económico en la misma en esa época. En 1898, los gobiernos nacionales llegaron a un acuerdo pero el gobierno regional de Columbia Británica no lo aceptó. Posteriormente el presidente estadounidense McKinley propuso el permitir a Canadá usar el puerto cercano de Haines en forma permanente, pero el gobierno canadiense rechazó la idea. En septiembre de ese año ambos gobiernos comenzaron negociaciones serias para solucionar el conflicto, pero esos primeros intentos fracasaron.

    Finalmente, en 1903, el Tratado Hay-Herbert entre Estados Unidos y el Reino Unido encomendó la decisión a un comité de arbitraje compuesto por seis miembros: tres estadounidenses, dos canadienses y un británico. La resolución fue en favor de la posición estadounidense y Canadá no recibió una salida al mar completamente canadiense desde los campos de oro de Yukón. La decepción y el disgusto por esta resolución en Canadá fue dirigida menos hacia Estados Unidos y más hacia el Reino Unido, por traicionar los intereses canadienses en favor de una mejora a las relaciones anglo-estadounidenses.
     
    Última edición: 12 Junio 2017
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    Hola Inu, ¿cómo estás? :) Esta vez intenté no demorar la lectura y... ¡Me ha encantado este capítulo! <3

    Al fin presenciamos la diminuta intervención de Bielorrusia (y de Lituania, como agregado xD). Me pareció tan tierna ella, tratando de hacer sentir mejor a su hermano hasta que los sueños románticos comenzaron a nublarle la mente, pero no sería Belarús si no le propusiera matrimonio a Rusia, ¿o no? Aunque pobre Lituania, su intención no era hacerla enfadar, sólo hacía su trabajo...

    Siempre me ha gustado Inglaterra y la escena donde va con la Reina para ver si compran a Alaska o no y luego se encarga de "despedir" a Rusia del palacio fue genial. Fue tan sencillo y gracioso el visualizarlo. Luego se me hizo un tanto raro ver al ruso y América en términos tan cordiales, aunque fue lindo. En especial con eso de que el egocéntrico americano le comentara un poco de sus actuales dificultades (que Rusia escuchó porque le convenía, ya sé. Debía asegurarse de que le pagaran) y terminara emborrachándose tras pedirle un trago XD

    También me pareció un lindo gesto que América invitase a Inglaterra y a Canadá a la ceremonia de cambio de bandera. Porque, más allá de su enorme ego y poca empatía con sus conocidos, que quisiese compartir con ellos un momento que acentuaba su estado de país independiente y fructífero... Bueno, estoy segura que ese fue su principal motivo para quererlos allí con él.

    Oh, y con la llegada de Inglaterra tras el cambio de titularidad en Alaska ya me quedó claro que hacía él también en casa de Rusia con América. Y pobre Canadá, cuando sus familiares no lo ignoran injustamente, lo asustan con sus miradas. Pero mira que ser él quien se diera cuenta del nuevo problema con los límites, yo en su lugar me hubiera quedado calladita hasta que Inglaterra se diera cuenta solito... Y estoy de acuerdo contigo, Rusia nunca podría haber dejado pasar una situación como esta sin saber las consecuencias.

    Bueno, estaré esperando el próximo capítulo con muchas ansias. ¡Un beso! <3
     
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    InunoTaisho

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    Mi estimada Sherlock Fushimi Natsu, has adivinado las intenciones de Rusia... :XD:. El hecho de que Rusia fuera de lo más amable con América es porque necesitaba y debía asegurar el negocio, aunado a que, en esos lejanos años, podría decirse que aun no se odiaban más de lo necesario... C':, aparte que también los gringos deseaban y querían su hegemonía en el continente para después expandir su influencia más allá, y nada mejor que hacer rabiar un poco más a Inglaterra... n3n (de ahí la osadía por parte de América de invitarlo a ver como se hacía dueño de Alaska... *W*) Fue a raíz del inicio del comunismo que las relaciones entre ellos empezaron a ser más tensas hasta el grado de caer en la Guerra Fría; pero ya sabemos que, al término de la dichosa "guerra", todavía no podemos decir que han vuelto a ser amigos inseparables... C':.

    Un saludo y a esperar con paciencia que estoy definiendo el último capítulo y el epílogo con la participación del queridísimo Italia

    P.D. ya veremos a Canadá enojarse con Inglaterra por tratarlo injustamente a favor de América... es una lástima pero así se presentó la historia y al canadiense no le quedó de otra más que despotricar su rabia. Lo he dicho, Canadá es todo un amor... :inlove:
     
    Última edición: 17 Junio 2017
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    Título:
    [Long-fic] Hechos históricos no comprobados...
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    11
     
    Palabras:
    4696
    Hechos históricos no comprobados (10).


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    Previamente…

    ─ Bueno… nous avons donc signer un nouveau traité? ─preguntó Canadá en voz muy baja y con una gota anime en la frente, poniéndose en medio de Estados Unidos e Inglaterra para evitarles una nueva discusión.



    Parte IX. Introducción para el final…



    Como ya vimos en el capítulo anterior, la compra de Alaska por los Estados Unidos les hizo heredar también varios de los problemas fronterizos que tenía el imperio Ruso con el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda, los cuales no fueron perfectamente definidos en el Tratado anglo – ruso de 1825.



    En todo esto también se vio involucrado Canadá (Dominio de Canadá fue su nombre oficial tras el Tratado de Londres de 1867, visto en el anexo del capítulo anterior) por continuar siendo un Dominio Británico a pesar de haber iniciado arreglos y convenios con la casa real para ser cuasi independientes, porque los asuntos de política exterior todavía eran decididos en la capital del Reino. En 1870 se unieron a la Confederación Canadiense Manitoba y los Territorios del Noreste; en 1871 la Columbia Británica hizo lo propio; en 1873 fue el turno de la Isla del Príncipe Eduardo; 1874, se amplió la provincia de Ontario… así fue aumentando el territorio canadiense en el transcurso de los años hasta 1949 ─y posteriores modificaciones, la última en 2003─ sin necesidad de más derramamiento de sangre.



    Como un preámbulo para darle fin a la disputa limítrofe entre Canadá y Estados Unidos vía Alaska se presentó, entre 1892 y 1893, el Arbitraje del Mar de Bering sobre la caza de focas en dicha zona. La británica Compañía de la Bahía de Hudson invocaba su derecho de explotación en ese lugar en base a lo especificado en aquellos lejanos años del Tratado anglo – ruso, mientras que los norteamericanos se adjudicaban todo el derecho por ser ya los dueños de Alaska demandando a su vez que los rusos hacían lo propio de su lado. El arbitraje falló a favor de Gran Bretaña y Estados Unidos se vio obligado a pagar indemnización. *



    Pero veamos lo sucedido entre 1896 - 1898, las noticias sobre la Fiebre del Oro en Klondike (Yukón, Canadá) y Nome (Alaska, EE.UU.) **, para antes de concluir el capítulo de Alaska…



    ─… Roshia – san se enfadará cuando vea esto… ─le comentó Estonia a Lituania y Letonia mientras revisaban parte de la correspondencia y otros documentos recién llegados al Palacio Imperial de San Petersburgo para ponerlos en orden de importancia.


    ─ De todos modos se iba a enterar tarde o temprano… No es algo que podría mantenerse en secreto de esa manera ─suspiró Lituania con aire de resignación acomodando la parte que le tocaba.


    ─ ¿Y quién se lo va a decir? ─fue el comentario del joven Letonia mientras hacía lo propio.



    Los tres se silenciaron de súbito y los dos mayores fijaron su mirada en el menor.



    ─… Oigan… Esutonia, Ritoania… no estarán pensando que… ─murmuró el pobre letón temiendo lo peor, viéndose más pequeño de lo que realmente es.


    ─ Descuida, Ratobia, vamos a solucionar esto como lo solucionan los verdaderos hombres ─dijo el rubio estonio poniendo un gesto serio en tanto se acomodaba las gafas con precisión.


    ─ ¿En un duelo de espadas? ─preguntó el lituano con extrañeza.


    ─ Claro que no, Ritoania, eso es de bárbaros ─le regañó el otro poniendo los ojos en blanco por un momento.


    ─ ¿Entonces?... ─fue el cuestionamiento de Letonia parpadeando con confusión.



    En menos de un minuto los tres se encontraban concentrados para hacer su mejor movimiento en el juego de “piedra, papel o tijeras”.



    ─ ¡Piedra, papel o tijeras! ¡Piedra, papel o tijeras!... ─decían al unísono.


    ─ ¿Qué están haciendo, muchachos? ─cuando la perturbadora y apacible voz de Rusia llegó a sus oídos, ocasionándoles un escalofrío que les atravesó la espalda en su totalidad─. ¿Acaso están jugando en horas laborales y sin mi permiso? ─les preguntó con total amabilidad y una sonrisa despreocupada en su rostro.


    ─ ¡Roshia – san! ─por lo que se volvieron con prontitud para dedicarle la respetuosa salutación.


    ─ ¿Y bien? ─el ruso los miró con complacencia y volvió a hacerles el cuestionamiento sin dejar de sonar amable… amenazador, pero amable.


    ─… eto… ─los tres se lanzaron una mirada fugaz y discreta ya que aún no habían definido quien sería el que asumiría el riesgo de darle la mala noticia.


    ─ ¡Tengo que llevarle estos documentos al zar! ─Estonia fue el más rápido en idear la coartada perfecta para escapar de ahí, tomando a súper velocidad un montón de documentos entre sus manos─. ¡Con su permiso, Roshia – san! ─y con una fugaz inclinación salió corriendo de forma por demás inverosímil. Eso les originó a Lituania y Letonia una especie de tic nervioso abriendo y cerrando la boca sin poder decir nada.


    ─… Esutonia es bastante raro… pero es responsable ─el ruso parpadeó un momento con confusión más de inmediato retornó a sonreír divertido sin intención alguna de detenerlo, y volvió nuevamente su atención a los otros dos─. Entonces, ¿en qué quedamos? ─reiterando la pregunta con el mismo tono de voz, tan cálido y cordial que los pobres casi se desmayan del miedo.


    ─… bueno, Roshia – san, lo que pasa es que… nosotros… ─Lituania tragó un poco de fluido bucal para armarse de valor buscando las palabras adecuadas en tanto Letonia le miraba agradecido─… estábamos revisando los informes llegados esta mañana cuando vimos el periódico y… ¡voy a traerle café y galletas, no tardo! ─finalizando en un santiamén con esta exclamación, el pretexto ideal para poder retirarse sin levantar sospechas. Dedicándole la apropiada deferencia de forma rápida huyó despavorido sin pensar en lo que dejaba atrás… ya habría tiempo para recordar el noble y “voluntario” sacrificio de Letonia.


    ─… Ri… Ritoania… ─y el pobre letón vio sus sospechas confirmadas ya que sería el pagano que recibiría la furia del ruso sin lugar a dudas, quedando imposibilitado para moverse.


    ─ Vaya, tal vez tenga que aumentarle el sueldo a Ritoania a fin de mes porque es muy servicial… ─por supuesto que Rusia no se mostró alterado en lo más mínimo e incluso su sonrisa se hizo más grande dado que le agradaba mucho el tener personal dispuesto a atenderle sin chistar─. Dime, Ratobia, ¿hay algo importante para mí en esos documentos? ─interrogó al joven báltico sin mudar el aire inofensivo e inocente.


    ─… Este… las noticias, Roshia – san… ─le dijo el pobre en un hilo de voz mirándole con gesto de angustia, alcanzándole el dichoso semanario.


    ─ ¡Ah, qué bien, la prensa americana tiene las crónicas más frescas! ─el ruso se mostró más feliz por ello y prontamente se dispuso a leer, y la cara le cambió drásticamente al fijarse en el título de la nota principal a ocho columnas.



    « ¡Encuentran oro en Alaska! »



    De su ser empezó a emanar la nube de energía oscura como muestra de externar su cólera en tanto mascullaba en tono aterrador “¡Kolkolkolkol!”. Letonia no hallaba ni donde esconderse.



    ─… ¡Roshia – san, recuerde su presión!... ─le dijo en un ruego en tanto se alejaba de él lo más que podía pegándose a la pared más distante a su posición. Sin embargo eso no le fue suficiente pues la bufanda del ruso, que a veces parecía cobrar vida, lo atrapó casi de inmediato atrayéndolo a su lado.


    ─ Nada mejor para desestresarse y bajar la tensión que torturar a alguien… ─mencionó Rusia con aire encantado y gesto retorcido en una mueca de sicópata sanguinario, y sin más comenzó a estrujar al desdichado letón en lo alto de la cabeza como si tuviera ganas de aplastarlo, haciéndolo el responsable de su desgracia.


    ─ ¡Lo siento, lo siento, lo siento mucho, Roshia – san, le aseguro que no lo vuelvo a hacer!... ─lloriqueaba el muchachito soportando a penas el dolor.



    Estonia y Lituania, por su parte, ocultos tras la puerta del estudio, levantaban un clamor silencioso por el alma magnánima de su valiente camarada en tanto sollozaban de miedo.



    Disputa limítrofe en Alaska: Washington, D.C., a finales de 1902 e inicios de 1903…


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    Desde septiembre de 1898 los Estados Unidos y Canadá comenzaron negociaciones serias para solucionar el conflicto de límites, pero esos primeros intentos fracasaron. En 1903, como una última instancia, se confió la decisión al arbitraje de un tribunal mixto de seis miembros: tres estadounidenses, dos canadienses y un británico; el tratado firmado ° se inclinó a favor de Estados Unidos por el aval del miembro británico ocasionando el malestar de la población y el gobierno canadiense en contra del Reino.



    ─ Bueno, ha llegado el momento de presentar sus propuestas a la mesa para que podamos deliberar… ─les dijo Inglaterra a Estados Unidos y a Canadá empleando su mejor tono solemne. Ellos se encontraban reunidos en una gran sala de juntas de la Casa Blanca estadounidense (la residencia del presidente de los Estados Unidos desde 1800).


    ─… ejem… ejem… ejem… ─carraspeó el americano mayor en tono igual de enfático pidiendo la atención de los presentes, ocasionando con ello la irritación del inglés.


    ─ ¿Y ahora qué, Amerika? ─le recriminó en un gruñido bastante alto.


    ─ Te recuerdo que estamos en mi casa, Igirisu, por lo tanto debo ser yo el quien presida esta reunión ─señaló el nombrado con la seriedad profesional de un hombre de negocios, acomodándose bien la corbata─. Y nada de tomar el té a las cinco, ¿te quedó claro? ─agregó a continuación para puntualizar ese detalle importante.


    ─… está bien, está bien… pero empieza de una buena vez para que terminemos temprano y así pueda ir a la embajada a saborear una taza junto con el embajador ─admitió el sajón en tono de fastidio poniendo momentáneamente los ojos en blanco, contando mentalmente hasta diez para resistir las ganas de soltarle un zape por descortés.



    Y el pobre Canadá, por su parte, consideró que ese no era el momento más adecuado para intervenir en la discusión.



    ─ OK., entonces déjamelo a mí… ─Estados Unidos aspiró profundamente conservando el semblante sereno, pero eso es algo que no duraría ya que… ─. ¡Muy bien, remedos del colonialismo de siglos anteriores, muéstrenme lo que proponen pero desde ya les digo que no estoy de acuerdo con ustedes! ─… recomponiendo el gesto por el más usual, sonriente y desfachatado, casi les gritó sus argumentos en contra empleando un tono de voz bastante alto e irreverente.


    ─ ¿Aahh? ─Inglaterra parpadeó varias veces con ofuscamiento en tanto Canadá puso gesto de mayor aturdimiento.


    ─ ¿Alguna objeción? ─recalcó el gringo con cinismo.


    ─ ¡Estás actuando como un idiota, Amerika! ─el inglés le regañó en tanto exhalaba una nubecilla de vapor por las orejas─. ¿Acaso no aprendiste nada en las negociaciones del Arbitraje del Mar de Bering que llevamos a cabo hace unos años? ─refrescándole la memoria de muy mala manera.


    ─ Cómo olvidarlo… ─rememoró el señalado poniéndose serio una vez más─… y con eso no me quedó ninguna duda de que todos los europeos están chapados a la antigua ─remató volviendo a sonreír ampliamente con descaro.


    ─… si serás… prosaic… ─el sajón se golpeó la frente con algo de rudeza pidiendo la paciencia divina.


    ─ Admítelo, Igirisu, bien sabes que tengo razón ─fue el siguiente comentario del norteamericano tan fresco y campante como si fuera la última bebida de cola en el desierto, y de la cual por cierto ya traía la respectiva botella en mano─; toda la ropa que usan es bastante anticuada y sin gracia ─agregó antes de ponerse a beber con total tranquilidad haciendo mucho ruido.


    ─ That's what matters now, you fool!! ─lógicamente que el británico no le tenía mucha tolerancia, y menos al oírle sorber de esa forma tan vulgar.


    ─… este… Igirisu… Amerika… ¿podemos por favor comenzar?... ─el buen Canadá elevó la voz en un esfuerzo sobrehumano de atraer la atención, ya que consideró había sido suficiente el escuchar tanta discusión sin sentido… todo eso era tan vergonzoso.


    ─… ─sus interlocutores le miraron un momento con confusión preguntándose interiormente quien era él.


    ─… oye, Igirisu, ¿tú lo conoces? ─y de hecho Estados Unidos no quiso quedarse con la duda lanzándole la pregunta al anglo sin dejar de ver al canadiense con leve desconfianza.

    ─… ¿eso es en serio, Amerika?... ─al pobre muchacho le salieron unas cuantas lagrimitas de frustración haciendo un puchero, preguntándose también porque su hermano mayor era tan olvidadizo… o seguramente lo hacía a propósito para hacerle enojar.


    ─ ¿Y cómo es que sabes mi nombre?, ¿acaso eres un espía? ─el americano mayor pareció alterarse un poco de que su hermano menor le hablara con familiaridad, poniéndose a la defensiva detrás del inglés.


    ─… no te pases de ignorante, Amerika; Kanada está aquí porque tenemos que arreglar el asunto de la frontera entre la Columbia Británica y Alaska gracias a que cierto sujeto cretino llamado Roshia nos hizo una mala jugada ─Inglaterra recobró un poco el mal humor regañando al gringo en tanto se hacía a un lado para no tenerlo muy cerca de sus espaldas.



    Aunque generalmente pareciera haberse olvidado de Canadá todavía le tenía un gran aprecio como parte de su imperio debido a que es bastante atento y respetuoso hacia su real investidura como cabeza de la Corona, buscando soluciones diplomáticas por sobre malos acuerdos bélicos en lo relativo a su independencia. Menos mal que, a pesar de haber convivido con el idiota de Francia en su niñez y de considerar al idioma francés como uno de los más bonitos por sobre el inglés, el canadiense es más brillante que el galo a pesar de no aparentarlo.



    ─ ¡Oh, es cierto, tú eres Kanada! ─y el gringo, por su parte, aún no parecía considerar a su joven hermano como una verdadera nación por no haber tomado el camino de las armas para independizarse como él. Tal vez, si eso hubiera pasado así, podrían haberse fusionado en un único país denominado “Los más grandes Estados Unidos de América”─. ¿No crees que sería mucho mejor si me cedes la Columbia Británica de una buena vez para no tener que hacer todo este engorroso papeleo? ─agregó con una sonrisita cínica de diversión dándole unas palmaditas amistosas en el hombro.


    ─… Amerika… eso no fue gracioso… ─pocas han sido las ocasiones en las que el canadiense se enfurece en serio, y en ésta comenzó a arrojar un poco de humo por las enrojecidas orejas lanzándole a su hermano una mirada de pocos amigos.


    ─ Basta ya, Amerika, y vamos a sentarnos a negociar en serio ─eso fue considerado por Inglaterra como el momento de retomar el asunto desde el principio a fin de que los dos hermanos americanos no terminaran discutiendo, o si no no podría irse temprano a tomar el té.



    Y así empezó la negociación…



    ─… y cómo puedes ver, Amerika, el límite definido en el Tratado anglo – ruso es hasta acá ─señaló Inglaterra con gravedad en tanto dibujaba en el mapa la línea que mostraba dicha frontera con un brillante color rojo (aprox. a 56° latitud Norte, 141° longitud Oeste).


    ─ No, no, no y no… ─recalcó Estados Unidos y, tomando un marcador color azul, delineó su propio límite un poco más arriba de la anterior─. Me parece que la frontera se ve mucho mejor aquí ─señaló convencido dado que eso le daba unas hectáreas más de tierra.


    ─ ¿Y en base a qué dices eso? ─le reclamó el británico empezando a incomodarse otra vez. ¿Por qué el gringo tenía que ser tan odioso?


    ─ Es que a mí me gusta más ahí… ─respondió el norteamericano mayor con simpleza y sin pizca de vergüenza.


    ─ Pues yo pienso que se ve mejor de este lado… ─Canadá se metió entre los dos para hacer lo correspondiente inscribiendo una línea en verde fluorescente paralela a la accidentada costa. Con ese trazado obtendría más terreno dominando por completo el acceso vía marítima a la zona de las minas de oro.


    ─… ─esta vez Inglaterra y Estados Unidos lo quedaron mirando con incomprensión.


    ─… ¿qué pasa?... creo que eso es lo más justo para mi gente en la Columbia Británica ─les preguntó el canadiense sonriendo con timidez.


    ─… mmm… ─el inglés volvió a mirar el mapa con atención considerando esa posibilidad para un buen arreglo. De hecho, en cuestiones territoriales, le era realmente lo más conveniente dado que así controlarían mejor el flujo de buscadores de oro estadounidenses.


    ─ Vamos, Kanada, te estás portando como un envidioso ─obviamente que el gringo tenía sus propias razones para mostrar su inconformidad─. Además, la mayoría de los mineros que trabajan en las minas son conciudadanos míos que han invertido su capital poniendo sus vidas en riesgo ─mudando el gesto por uno de circunspección como si hubiera sido gravemente ofendido por su menor hermano.


    ─ Pero lo que tú estás pidiendo también afecta a los que viven allá, Amerika… tendrían que ser ciudadanos tuyos si así se hiciera ─observó el aludido en voz baja pero a la defensiva.


    ─ ¿Ves cómo tengo razón?, si me hubieras entregado la Columbia Británica hace tiempo que ellos serían mis conciudadanos y no tendríamos por qué hacer esto ahora ─recalcó el americano mayor en tono mordaz recomponiendo un poco su semblante habitual.


    ─… ─el canadiense abrió y cerró un poco la boca sin saber que contestar pero empezó a enrojecer una vez más de las orejas exhalando unas nubecillas de vapor por ellas, señal inequívoca de que estaba enojándose en serio al sentirse rebajado por su hermano─… Amerika… eres un… scélérat… ─balbuceó a manera de puchero.


    ─ Basta ya, par de atolondrados, contrólense ─e Inglaterra decretó prudente interponerse una vez más entre ambos hermanos dado que de verdad no estaba en sus planes el ver frustrada la hora del té en la embajada de su país por falta de un acuerdo razonable. Además también esperaba poder acompañar tan exquisita bebida con unos crepês bañados en auténtico jarabe de maple, y nada mejor a que Canadá los preparara al estilo francés.


    ─ ¿Y tú propones algo mejor, Igirisu? ─Estados Unidos le lanzó la pregunta con formalidad poco usual esperando apoyo de su parte en está ocasión, mirándolo de forma inquisidora.


    ─ Por eso tenemos que revisar bien todo esto, Amerika… ─le respondió el británico un tanto a la defensiva sin querer comprometerse en serio.



    La verdad sea dicha tampoco quería un disgusto mayor con su antigua colonia ya que el rey esperaba y anhelaba mejorar las relaciones con ellos para tenerlos nuevamente de su lado en cualquier situación que pudiera presentarse en el nuevo contexto mundial de inicios de siglo, sobre todo si llegaba a desatarse algún nuevo conflicto bélico con el imperio Ruso o tal vez contra Alemania, país que había incrementado su poderío en el transcurso de sus casi tres décadas de consolidación apoyado por Prusia; así que más valía estar prevenidos y por ello nada mejor para limar las asperezas después de lo del Arbitraje del Mar de Bering y el Bloqueo Naval a Venezuela que llegar a un acuerdo por demás favorable en ese sentido.



    Recuperando la calma retomaron la deliberación.



    ─ Dime una cosa, Amerika, ¿para qué quieres todo ese terreno de tu lado? ─le preguntó Inglaterra a Estados Unidos tratando de sonar amable, echándole un nuevo vistazo al mapa con las fronteras definidas por ellos.

    ─ ¿Pues tú por qué crees, Igirisu?... es para que mi casa sea más grande y las minas me queden más cerca ─reviró el gringo sorbiendo nuevamente una gaseosa con su acostumbrada desfachatez y sonrisa confianzuda, ocasionándole una nueva mueca de repulsión.


    ─ ¿Y para qué #$%& quieres una casa más grande, eh?... ─replicó el británico enojándose un poco más… en serio que tratar con el gringo en términos de amistad le era tan molesto por sus exasperantes aires de grandeza─… ¿o es qué acaso pretendes llegar a ser más grande que ese cretino de Roshia? ─masculló al final algo alterado ante esa posibilidad tan obvia.


    ─ Esa es una gran idea… ¿cómo no se me ocurrió antes? ─el americano puso gesto de sorpresa ante eso pues en realidad no lo había advertido de esa forma.


    ─… Amerika… ─parecía que Inglaterra se soltaría a llorar en cualquier momento de la puritita impotencia.


    ─… Oigan… ─y Canadá, por su parte, intentó hacerse oír una vez más pero ahora le resultó imposible puesto que su hermano no pararía con su cháchara.


    ─… Velo bien, Igirisu, la frontera más conveniente para todos se tiene que fijar en el mejor lugar posible… ─recalcó el gringo muy animado remarcando la línea azul que había dibujado─… o sea aquí.


    ─ Claro que esa no es la frontera más conveniente, Amerika… es mejor que sea aquí ─le objetó el inglés haciendo lo propio con su línea.


    ─ ¿Y dejar que al final Roshia se salga con la suya aceptando este arreglo fronterizo? ─”Mr. América” sacó el as que escondía bajo la manga para negociar, poniendo gesto de hombre pensante en tanto le hablaba al británico con la voz algo conmovida─. Vamos, Igirisu, creí que eras más inteligente… si aceptamos el trazado de la frontera como lo estipula el Tratado de 1825 es casi como si el grandulón te dijera lo que debes hacer ─afirmó a continuación dándole a entender que no debían cometer semejante error histórico.


    ─… ─consiguiendo al final su objetivo dado que el sajón se quedó sin argumentos para contraatacar porque él no lo pensó así. Prontamente fijó su vista una vez más en el mapa para razonarlo.



    Mientras Canadá prefirió ya no decir nada al reparar que le olvidaron una vez más… por enésima ocasión. Soltando un suspiro bajo esperaba que Inglaterra reconsiderara su propuesta (la de él) como la mejor opción.



    Tras meditarlo unos minutos Inglaterra volvió a hablar con Estados Unidos…



    ─ No está mal lo que dices, Amerika, pero no puedo aceptar lo que propones en su totalidad… ─le dijo un tanto serio como sopesando la respuesta que podría obtener.


    ─ Bueno, Igirisu, si no te parece ahí, ¿qué me dices por acá? ─el gringo no cejaría en su intento de convencimiento a su favor así que trazó un nuevo trazo un poco más abajo de su primera propuesta, aunque sin llegar demasiado lejos.


    ─… mmm… se ve un poco mejor… ─reconoció el inglés. Eso hizo que Canadá se acercara un poco para ver por encima de su hombro, aunque no se animó a hablar.


    ─ Podemos bajar unos metros más si te parece… ─recalcó el norteamericano con desfachatez dibujando otra línea un poco más abajo pero sin despegarse demasiado de la primera─. Por cierto no se te vaya olvidar que vas a tomar el té a las cinco con el embajador ─adicionó como un comentario de lo más casual a manera de presionarle a tomar una decisión.


    ─… ─por lo que el sajón le dio un vistazo a su reloj de bolsillo para comprobar la hora. De verdad se estaba haciendo tarde─. ¿Hasta dónde más quieres llegar, eh? ─le recriminó inmediatamente a su interlocutor con algo de molestia.


    ─ Yo puedo llegar hasta acá… ─dijo Estados Unidos haciéndose el desentendido, dibujando otro trazo a escasos milímetros de separación─… o hasta acá… ─agregó delineando uno más─… o también hasta acá… o acá… o acá… o acá… también acá… y más acá… por acá… tal vez acá… ─añadió de igual manera proyectando varias líneas siguiendo la original de color azul intenso.


    ─… ─Inglaterra sentía que le iba a dar un síncope ante tamaña desvergüenza mientras Canadá parecía atribulado.


    ─… ahora que lo veo tampoco se ve mal por acá… ¿y qué me dices por acá?... seguramente acá… posiblemente acá… acá es un lugar perfecto… acá parece un lindo lugar… ─mientras el gringo seguía con su cantaleta rayoneando el mapa como un pequeño de preescolar.


    ─ Shut up, shut up, you despair me!! ─fue el iracundo grito del británico arrojando una nubecilla de humo por las orejas─. ¡Vamos a poner la frontera en uno de esos lugares pero ya cierra la boca! ─puntualizó exacerbado.


    ─… aaa… oigan… ─el pobre canadiense se quedó de a seis en tanto el estadounidense sonrió jubiloso.


    ─ Siempre he dicho que eres un tipo razonable, Igirisu, por eso eres de mi equipo ─manifestó alegremente dándole al momento unas palmadas en el hombro a modo de reconocimiento.


    ─ ¿¡Dónde diablos firmo?! ─bufó el sajón apartándose de su lado, lanzándole una mirada de desaprobación.


    ─ No te alteres, ya te mandare la documentación a la embajada, así que puedes irte a tomar el té con total calma ─ aseveró Estados Unidos en tono jocoso y despreocupado.


    ─ ¡Oigan ustedes dos, Amerika, Igirisu! ─sacando energía del fondo de su ser Canadá levantó la voz consiguiendo que una vez más volvieran a darle su atención. O sea, ¿dónde estaba su participación en el acuerdo?


    ─… ─ambos le miraron como si no le conocieran hasta que Inglaterra se acordó del porqué estaba también ahí─… Kanada, ¿dónde habías estado? ─le interrogó con algo de preocupación.


    ─ ¿Kanada… en serio tú eres Kanada? ─y Estados Unidos se mostró confuso de verlo.


    ─… ¡Claro que yo soy Kanada, y he estado aquí todo el tiempo! ─afirmó el joven sintiéndose en ese momento muy frustrado y molesto… todo era tan injusto para él.


    ─ ¿De verdad?... no recuerdo haberte visto ─el americano mayor tomó el comentario como si fuera un chiste recobrando la sonrisita cínica.


    ─ ¡¡Por supuesto que sí!! ¿O acaso pensabas que te iba a dejar definir la frontera de Alaska y Columbia Británica a tu gusto? ─le reprochó el menor comenzando a enrojecer de las orejas nuevamente. De alguna u otra manera debía sacar su rabia.


    ─ Pues… creo que Igirisu y yo ya la definimos por ti dado que aun sigues siendo una colonia suya de su reino, ¿o no? ─dijo “Mr. América” con total descaro bebiendo una vez más de su refresco de cola (el cual ya traía en la mano y no sabemos de donde haya salido… ☺).


    ─… Amérique... vous êtes un morceau avantage... crétin imbécile... trou du cul de merde!!… ─la rabia que sentía el canadiense le hizo expresarse de una forma inusual dado que siempre se ha mostrado bastante educado con todo mundo a pesar de que no noten su presencia la mayor parte del tiempo, pero su hermano mayor ya había traspasado la línea de la decencia al hacerlo menos que un país.


    ─… Kanada… hay que ser razonables por favor… no te lo tomes a mal y déjame manejar esto… ─Inglaterra consideró eso como una peligrosa señal e intentó razonar con él.


    ─ Et vous gardez votre bouche fermée et que vous me nourris, traîtres Damn lâche!!... Maintenant, oui, je vais devenir indépendant de vous et je vais aller en France, vous verrez!!... ─pero el menor americano ya no estaba de humor para negociar, así que le gritó al inglés con descortesía en tanto un aura oscurecida de enfado le rodeaba, dándole un aspecto por demás aterrador─... Et va te faire foutre, idiots sans cervelle!! ─puntualizó y salió de la sala dando un portazo sin nada de delicadeza.


    ─… ─ambos anglosajones permanecieron calladitos y encogidos de miedo, abrazados muy juntos, por lo menos un par de minutos, sin entender del todo lo que había sucedido con el buen Canadá.


    ─ Igirisu… ¿qué fue lo que dijo Kanada? ─le preguntó Estados Unidos a Inglaterra con voz temblorosa en cuanto recuperó un poco de su color.


    ─ Por eso no me gusta el francés… ─reconoció el británico al tiempo que soltaba un hondo suspiro. Ni hablar, ya no habría manera de degustar el té con unas buenas crepês ahora que Canadá se había molestado de verdad.









    Nota casi al final: En serio que hacer enojar a Canadá fue todo un caso, y hacerlo despotricar su rabia de una manera más prolongada… no pude llegar a eso ─de sólo pensar que le gritó a Estados Unidos por tres horas hasta hacerlo llorar, eso leí en la Wiki Hetalia, me causa bastante risa y asombro─. Pero al menos sí creo haber dado a entender el porqué de su rabia, defraudado por sus parientes al no tomarlo en cuenta para el tratado; así cualquiera se enojaría dado que es parte de nuestra naturaleza humana. Un saludo y esperen por el final que ya casi tengo listo después de haber terminado el semestre con notas aprobatorias… para disfrutar mis vacaciones.


    Algo sobre la Coca – Cola: Dicha bebida salió a la venta en 1886 y para 1891 ya había sido fundada la compañía (para felicidad de Amerika… ☺).

    Las demás notas complementarias ya saben, en el siguiente comentario para no ocupar mucho espacio.
     
    Última edición: 11 Julio 2017
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    Notas explicativas: No estaba segura de tocar el primer punto por no ser algo directamente relacionado con Alaska, pero sí tuvo importancia para dirimir la disputa fronteriza en un arbitraje similar. (Y animarlo me hubiera llevado por lo menos otro capítulo pero la verdad no hallé como redactarlo, sorry… ☺)

    * El Arbitraje del mar de Bering en 1893 surgió de la disputa pesquera ─de cacería de focas─ entre el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda y los Estados Unidos en la década de 1880. El veredicto fue otorgado a favor de los británicos y a los estadounidenses se les negó la competencia exclusiva en la zona, otorgándoles a los británicos una compensación por el daño que se había infligido a sus barcos pesqueros, y la zona de caza estadounidense se mantuvo como estaba antes del conflicto.

    El Servicio de Impuestos Estados Unidos, hoy conocido como la Guardia Costera de los Estados Unidos, capturó en 1886 a tres buques cazadores de Canadá con bandera británica a 60 millas de la costa limítrofe entre Alaska y la Columbia Británica. Fueron condenados por el juez de distrito porque habían violado los límites del territorio de Alaska y por lo tanto tenían la obligación de respetar las leyes de soberanía del territorio de Alaska. Las representaciones diplomáticas siguieron y se emitió una orden de liberación pero, en 1887, se hicieron nuevas capturas que fueron apoyados judicialmente por los mismos motivos. A partir de ese momento los Estados Unidos reclamó la jurisdicción exclusiva sobre la cacería en el mar de Bering. Y también sostuvo que la protección del lobo marino (focas) era un deber internacional que debía ser asegurado por acuerdo internacional. El gobierno imperial británico ─entonces todavía a cargo de los asuntos exteriores para el Dominio de Canadá─ rechazó la reclamación, pero estaba dispuesto a negociar sobre la cuestión de la regulación internacional.

    Las negociaciones:

    Entre 1887 y 1890 se llevaron a cabo negociaciones entre Rusia, la Gran Bretaña y los Estados Unidos con miras a un convenio conjunto, pero las partes no pudieron ponerse de acuerdo sobre bases para la regulación de caza en los mares abiertos, la zona pelágica ° . Estados Unidos tenía viveros de focas en las islas Pribilof ¹ y Rusia en el grupo Komandorski ¹. Ni Gran Bretaña ni el Dominio de Canadá tenían acceso directo al mar de Bering o zonas terrestres de cría de foca. Por lo tanto, prohibir la caza pelágica habría sido excluir a Gran Bretaña de la industria. Estados Unidos insiste en que dicha prohibición era indispensable en razón de que la caza pelágica implicaba la pérdida de hembras en periodo de crianza con afectaciones a las crías ya que es prácticamente imposible distinguir entre machos y hembras cuando está en el agua. Gran Bretaña sostuvo que en todos los casos conocidos el exterminio de este tipo de mamíferos marinos había sido el resultado de las operaciones sobre la tierra, y nunca había sido causada exclusivamente por cacería en la zona pelágica. Las negociaciones no llegaron a nada, y Estados Unidos se replegó sobre su reclamación de derecho.

    Después de varios incidentes más fue hasta el 29 de febrero de 1892 cuando se logró estipular la firma de un tratado definitivo en la ciudad de Washington, D.C. Cada uno de los litigantes nombró dos árbitros, y contaron también con la representación de delegados de la República Francesa, del Reino de Italia, el de Noruega y el de Suecia. El acuerdo, que fue firmado y publicado el 15 de agosto de 1893, estaba a favor de Gran Bretaña en todos los puntos.

    Dado que la decisión fue a favor de Gran Bretaña ─que recibieron una indemnización de US $ 473,151.26, actualizado a más de 10 millones de acuerdo a la inflación de 2016─, el tratado de arbitraje del tribunal prescribe una serie de normas para la preservación de las manadas de focas que habían de ser vinculantes y cumplidas por ambas potencias. Las regulaciones debían permanecer en vigor por acuerdo mutuo, pero debían ser examinadas cada cinco años con miras a la modificación.


    ° El piélago (del griego πέλαγος (pélagos), "mar abierto") es la parte del océano que está sobre la zona pelágica: la columna de agua del océano que no está sobre la plataforma continental. Los organismos que habitan esta área del océano se denominan pelágicos.

    ¹ Las islas Pribilof son un conjunto de cuatro islas volcánicas que forman parte de Alaska, en los Estados Unidos. Se encuentran en el mar de Bering, a 320 km al norte de Unalaska y a 320 km al sur del cabo Newenham y a unos 800 km de la costa siberiana, al oeste.

    Las islas del Comandante o islas Komandorski o islas Komandórskiye (en ruso, Командо́рские острова́; Komandórskiye ostrová) son un grupo de islas del Ártico, el grupo más occidental de las islas Aleutianas, localizado 175 km al este de la península de Kamchatka, en aguas del mar de Bering. Administrativamente pertenecen al Krai de Kamchatka de la Federación de Rusia.


    ** La fiebre del oro fue la migración de un estimado de 100.000 buscadores a la región de Klondike del Yukón en el noroeste de Canadá entre 1896 y 1899. El oro fue descubierto por los mineros locales el 16 de agosto 1896 y, cuando la noticia llegó Seattle y San Francisco el año siguiente, que provocaron una estampida de aspirantes a los buscadores. Algunos llegaron a ser ricos, pero la mayoría fueron en vano. Se ha inmortalizado en fotografías, libros, películas y artefactos.

    Durante la fiebre del oro de Klondike en Yukón, Canadá, la población de la región se incrementó sustancialmente. Unos 100.000 aventureros, en su mayoría estadounidenses, se trasladaron a través de Alaska a la región del oro de Klondike. La presencia del oro y una mayor población aumentaron de gran manera la importancia de la región y la predisposición para fijar una frontera más exacta.

    Canadá quería que la ruta que iba de las minas de oro a los puertos en el Pacífico pasara sólo por territorio canadiense. Hubo casos en los que ciudadanos canadienses fueron intimidados por parte del gobierno de los Estados Unidos para que no reclamaran ningún terreno. El ingreso por el Canal de Lynn era la entrada principal al Yukón, y la Policía Montada del Noroeste envió un destacamento para asegurar la zona para Canadá. Esto se basó en la interpretación canadiense de que el lugar estaba a más de diez ligas marinas del mar, lo cual era parte de la definición de fronteras de 1825. Una masiva afluencia de buscadores de oro estadounidenses a través de Skagway rápidamente obligaron a la policía canadiense a replegarse. Este aún era territorio disputado, ya que muchos estadounidenses creían que la entrada al lago Bennett, a unos 12 kilómetros más al norte, debía ser la ubicación de la frontera. Para respaldar a la policía en su reclamo de soberanía, el gobierno canadiense también envió a la zona a la Fuerza Campo de Yukón, una unidad del ejército compuesta de 200 hombres. Los soldados establecieron su campamento en Fort Selkirk para que puedan ser despachados rápidamente en caso de presentarse algún problema en cualquiera de los pasos costeros o el meridiano 141º.

    Dato extra sobre oro en Alaska: en septiembre de 1898, los "Tres suecos suertudos", el noruego-estadounidense Jafet Lindeberg, y dos ciudadanos americanos de nacimiento sueco, Erik Lindblom y John Brynteson, descubrieron oro y fundaron el distrito minero de Nome. La noticia del descubrimiento llegó al mundo exterior en el invierno de ese año. Antes de finalizar 1899 Nome ya tenía una población de 10.000 habitantes, muchos de los cuales habían llegado desde el área de la fiebre del oro de Klondike. En ese año se encontró oro en las arenas de playa por decenas de millas a lo largo de la costa en Nome, lo que animó a la estampida a nuevas alturas.


    ° Fragmento inicial del Tratado Hay-Herbert, solución al conflicto limítrofe entre Alaska (Estados Unidos) y Columbia Británica (Dominio de Canadá):

    “Convenio entre Su Majestad el rey y los Estados Unidos de América, para el ajuste del límite entre el dominio de Canadá y el territorio de Alaska.

    (Firmado en Washington el 24 de enero de 1903, ratificado en Washington 3 de marzo, 1903)

    Su Majestad el Rey del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda y de los Dominios Británicos de Ultramar, Emperador de la India, y los Estados Unidos de América, igualmente deseoso para el ajuste amable y final de las diferencias que existen entre ellas respecto al verdadero significado y la aplicación de ciertas cláusulas de la Convención entre Gran Bretaña y Rusia, firmado con fecha de 28 de febrero) de 1825 (16 de febrero en el calendario gregoriano de uso en Rusia), que las cláusulas que se refieren a la delimitación de la línea de frontera entre el territorio de Alaska, ahora en posesión de los Estados Unidos, y las posesiones británicas en América del Norte, han resuelto proveer para la presentación de las preguntas indicadas en adelante como a un Tribunal y con ese fin han nombrado sus respectivos Plenipotenciarios, a saber:…”


    Esto fue parte de una política general británica denominada “La Gran Reconciliación”, en un esfuerzo para mejorar las “frías” relaciones anglo-estadounidenses por los diversos conflictos comerciales y de índole político que se habían presentado en el pasado, ganar así la confianza de Estados Unidos y resolver problemas importantes.

    Los jueces canadienses se negaron a firmar el Tratado, expedido el 20 de octubre de 1903, debido al desacuerdo de los delegados canadienses con el voto del británico Lord Alverstone. Los canadienses protestaron el resultado, no es tanto la decisión en sí misma, sino que los estadounidenses habían elegido los políticos en lugar de Juristas por el tribunal, y que los británicos habían ayudado a sus propios intereses traicionando Canadá. Esto condujo a intensas emociones anti-británicas en erupción a través de Canadá ─incluyendo Quebec─, así como un aumento en el nacionalismo y la identidad canadiense como un país aparte del imperio.

    Varios historiadores han llegado a la conclusión de que los canadienses descargaron su ira a un mayor grado contra Gran Bretaña por haber ofrecido tan débil resistencia a la agresividad de Estados Unidos. Las circunstancias que rodean a la solución de la controversia produjeron seria insatisfacción con la posición de Canadá en el Imperio británico. Enfurecido como la mayoría de los canadienses, el primer ministro Wilfrid Laurier explicó al Parlamento: "En tanto que Canadá sigue siendo una dependencia de la Corona británica los poderes actuales que tenemos no son suficientes para el mantenimiento de nuestros derechos".

    El malestar canadiense disminuyó gradualmente con el tiempo, pero la sensación de que Canadá debía controlar su propia política exterior puede haber contribuido a la firma del Estatuto de Westminster *.

    * El Estatuto de Westminster de 1931 es un Acta del Parlamento del Reino Unido (del 11 de diciembre de 1931) que estableció un estatus de igualdad legislativa entre los dominios auto-gobernados del Imperio Británico y el Reino Unido. El Estatuto tiene una gran importancia histórica porque marcó la independencia de estos países, inmediatamente o sobre su ratificación. Sus poderes constitucionales residuales fueron reemplazados por la legislación posterior. Su importancia actual es que fija la base para la relación continua entre los Estados de la Commonwealth y la estructura de la corona.


    1. “El Gran Acercamiento” o “La Gran Reconciliación” es un término usado para describir la convergencia de los objetivos sociales y políticos entre el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda y los Estados Unidos de América desde 1895 hasta la 1914, coincidiendo con el inicio de Primera Guerra Mundial.


    Ya desde 1901 muchos británicos influyentes abogaron por una relación más estrecha entre los dos países. William Thomas Stead, un famoso periodista, escritor, editor y espiritista británico, llegó a proponer ese año “La unión y cooperación del Imperio Británico y los Estados Unidos para unificar y “americanizar” al mundo de habla inglesa”, ya que, haciéndolo así, «Gran Bretaña continuaría siendo una potencia, la más grande e importante de todo el mundo, superior en el mar e inatacable en tierra ante la posibilidad de una ofensiva hostil, y capaz de ejercer influencia irresistible en todas las partes de este planeta». El estadounidense de origen escocés Andrew Carnegie comparte el objetivo diciendo "Nos dirigimos directamente a la Reunificación del Reino con Estados Unidos".

    De hecho el sentimiento de anglofobia estadounidense había declinado con el paso de los años a pesar del elemento católico irlandés, bastante amplio en los EE.UU., que exigía su independencia con una fuerte retórica anti-británica especialmente en época de elecciones. Londres dio cuenta del valor de un aliado a largo plazo que impidiera un trastorno en el equilibrio de poder mundial, que Alemania y Rusia parecían amenazar. América entendería y en cierta medida se mostró de acuerdo con las aspiraciones del Imperio, aunque no siempre con los métodos utilizados. La aceptación británica de la “Política de Puertas Abiertas” hacia China por parte del secretario de Estado norteamericano John Milton Hay, obtuvo mucha buena voluntad en el lado occidental del Atlántico, lo que acelera aún más el ritmo de acercamiento a partir de 1900. Después de las desavenencias durante la crisis venezolana de 1902 a 1903, Gran Bretaña y América consolidaron su nueva unión sin reservas durante la presidencia de Theodore Roosevelt (1901-1909).


    2. (¡Mucha más historia para animar!)El Bloqueo a las costas venezolanas fue un incidente diplomático entre fines de 1902 y principios de 1903 en que las marinas de guerra del Imperio Británico, el Imperio alemán y el Reino de Italia franquearon las costas y puertos de Venezuela exigiendo el pago inmediato de las deudas contraídas por el gobierno a las compañías de sus connacionales. El bloqueo naval tuvo su fin con el Protocolo de Washington, el cual fue firmado en esa ciudad el 13 de febrero de 1903, ya que Estados Unidos actuó como mediador al ser un partido neutral en la situación. En este protocolo se acordó que Venezuela pagaría a plazos sus deudas con el 30% de sus ingresos de aduana.

    Mientras Venezuela se hallaba sumergida en conflictos internos, los Estados Unidos de América habían aumentado notablemente su poder después de haber derrotado a España en 1898, acabando de forma definitiva con su Imperio en el continente americano. Adicionalmente adquirieron para ellos Cuba y Puerto Rico, ambas islas de un gran valor económico y estratégico fundamentales para el control del mar Caribe (América para los americanos, o sea sólo ellos… ☺). En medio de la persecución de los caudillos dispersos de la Revolución Libertadora Restauradora ─una guerra civil que duró de 1899 a 1903, más información en Wikipedia para quienes no somos venezolanos─, Inglaterra, Alemania, Italia y otras potencias extranjeras reclamaron la reparación inmediata de los daños sufridos por sus súbditos en Venezuela durante los últimos meses de guerra civil, e incluso el pago de la deuda adquirida por gobiernos anteriores al del presidente Cipriano Castro. El cobro de estas deudas hace crisis en 1902, año en que se llevó a cabo el conocido bloqueo a las costas venezolanas como un clásico ejemplo de la “diplomacia de cañonero” aplicada por las grandes potencias de la época.


    Esta agresión fue llevada a cabo por Inglaterra, Alemania e Italia contra Venezuela para dirimir con Estados Unidos de América áreas de influencia en territorios americanos, escudada en el cobro compulsivo de deudas morosas y el reconocimiento de reclamaciones pendientes, a pesar de que sobre estas últimas el gobierno venezolano mantenía objeciones doctrinarias sustentadas en principios de derecho internacional.

    Ante esta situación, Castro ordena la preparación general del ejército para responder a la desigual confrontación y aumenta su plataforma política mediante un oportuno acercamiento a su principal opositor, el Partido Liberal Nacionalista. En las principales ciudades del país se producen ruidosas manifestaciones de apoyo al «restaurador», en lo que se considera como una importante evidencia de nacionalismo antiimperialista. Aunque transitorio, el movimiento popular fortalece al Gobierno e influye en el sesgo que, en breve, toman los acontecimientos. La opinión política y el presidente se aproximan al Gobierno norteamericano invocando la “Doctrina Monroe” (hablamos de ella en uno de los capítulos iniciales), cuando aumentan los rumores en relación con el interés británico y alemán de asentar fuerzas permanentes en territorio venezolano. Sin embargo el presidente Theodore Roosevelt sólo se ofrece como mediador en el conflicto.

    Fin del bloqueo: El bloqueo fue levantado en virtud de los protocolos firmados en Washington el 13 de febrero de 1903 con los agresores y otras naciones, para cuyas discusiones Venezuela nombró como representante diplomático al ministro estadounidense acreditado en el país, Herbert Wolcott Bowen, ya que Estados Unidos estuvo como mediador al ser un partido neutral en la situación. Por medio de aquellos instrumentos se formalizó el levantamiento del bloqueo naval y el compromiso de reiniciar el pago de la deuda externa que fue reducida de 352 000 000 Bs (Bolívares) de capital e intereses más indemnizaciones de guerra; a 150 900 000 Bs, menos de la mitad que las demandas iniciales de los reclamantes. En este Protocolo se acordó que Venezuela pagaría con el 30 % de sus ingresos de aduana.


    Las consecuencias del bloqueo naval se manifestaron en un incremento de la influencia norteamericana en la América Latina mediante la promulgación del “Corolario Roosevelt” de 1904, una sustancial “enmienda” a la “Doctrina Monroe” por parte del presidente Theodore Roosevelt. En su estado alterado, la Doctrina de Monroe ahora consideraría a América Latina como territorio para expandir los intereses comerciales de los Estados Unidos en la región, adicional a su propósito original, de mantener a la hegemonía europea fuera del hemisferio. En esta enmienda el presidente Roosevelt afirmó que si un país latino-americano y del Caribe situado bajo la influencia de los EE.UU. amenazaba o ponía en peligro los derechos o propiedades de ciudadanos o empresas estadounidenses, el gobierno de EE.UU. estaba obligado a intervenir en los asuntos internos del país "desquiciado" para reordenarlo, restableciendo los derechos y el patrimonio de su ciudadanía y sus empresas. Este corolario supuso, en realidad, una carta blanca para la intervención de Estados Unidos en América Latina y el Caribe, estableciendo de facto derechos "quasi o neocoloniales" de Estados Unidos sobre países de la región, derechos similares a los que tanto Inglaterra como Francia se otorgaban a sí mismos sobre los países de sus áreas de influencia de acuerdo a los tratados de la “Entente cordiale” (“El cordial entendimiento”, un tratado de no agresión entre Francia y Reino Unido firmado en 1904, para ponerle fin, al fin, a siglos de desavenencias y conflictos entre ambas naciones en aras de la buena vecindad que perdura hasta el día de hoy).
     
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    Fushimi Natsu

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    Me gustan mucho los bálticos, juntos hacen un trío de lo más chistoso con sus nerviosismos y las diferencias de sus intereses. Pero por qué siempre dejan al pequeño de Letonia cargan con toda la ira de Rusia, aún si Lituania y Estonia no son sus hermanos, son tan crueles :c Lo peor de todo es que, seguramente, esos dos recibieran luego un aumento por trabajar tan "atentamente".

    Y me encantó la escena del conflicto, aunque no sentí tanto enfado por parte de Canadá. O sea, sí se entendió la mar de bien qué lo originó y, es más, este sentimiento ya lo venía arrastrando de capítulos atrás. Aún así, pues creo que le faltó más intensidad, algo que en verdad justificara el miedo final en Inglaterra y América. Conociendo al canadiense, pareciera increíble que en verdad pudiera hacer llorar a su hermano mayor y aquí debió haberle soltado todas sus verdades en la cara. Más aún cuando se olvidaron de él por segunda vez...

    Lo que más me causó gracia fue Inglaterra lamentándose por no tener sus crepes. Quiero decir, ¿es en serio? ¿¡Y encima al estilo francés!? X'D

    Estaré esperando por la tan ansiada conclusión. Bye~
     
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    InunoTaisho

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    Entiendo perfectamente el punto de mostrar a Canadá más que enfadado... lamentablemente no pude lograrlo como me hubiera gustado porque tampoco tengo ese estilo. De ahí a que me causara asombro el sólo pensar en que le gritó sus verdades a Estados Unidos por tres horas hasta hacerlo llorar... tres horas! Pero bueno, por lo menos les insultó en francés y pudo ser peor... ☺.

    Gracias por leer, Fushimi Natsu , en breve el final con la participación del queridísimo Italia, quien soluciona los problemas del mundo con su peculiar forma de ser. Un saludo.

    P.D. Ciertamente es una pena que los Bálticos no se apoyen más y dejen a Letonia cargar con todo, más eso es lo que los hace tan hilarantes en el manga/anime como casi hermanos... ☺
     
    Última edición: 11 Julio 2017
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    InunoTaisho

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    [Long-fic] Hechos históricos no comprobados...
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    Comedia
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    Hechos históricos no comprobados (Epílogo).




    [​IMG]



    Previamente, varios capítulos atrás…


    ─… además, ya sé que de todos modos no puedes sacar todo el petróleo de Alaska porque los ecologistas no quieren y eso me da mucho gusto ─agregó el ruso un tanto más mordaz y el estadounidense sintió una punzada de coraje porque eso era cierto.



    Y ahora, después de nuestro viaje en el tiempo, regresemos a la reunión del G8…



    ─ Pues tú dirás lo que quieras, Roshia, pero puedo asegurarte que en cuanto se les acaben los hidrocarburos a ti y tus camaradas del Medio Oriente entonces yo reiniciaré el negocio con el petróleo de Alaska y seré más rico que cualquiera… ─afirmó Estados Unidos después de medio minuto de rumiar su molestia en silencio, lanzándole a Rusia una de sus miradas más retadoras por encima del hombro dándoselas de súper héroe de cómics al cruzarse de brazos. Aunque claro, eso de verlo por encima del hombro es relativo dado que el eslavo es más alto que el americano por unos centímetros.



    De éste empezó a emerger una especie de neblina oscurecida, señal inequívoca que se había enfadado en serio, por lo que el conjunto de los demás presentes se colocó del otro lado de la mesa y en el rostro de cada uno de ellos se mostraba una cómica mueca de desazón... De la manera más atenta rogaban al cielo para que no llegara el día en que esos dos se enfrentaran de verdad puesto que pondrían en riesgo a la humanidad entera.



    ─… Amerika, ¿sabes qué eres un mal comediante?… ─le dijo el ruso a su interlocutor con gesto divertido aunque algo torcido en una expresión siniestra.



    Súbitamente el armonioso timbre de un celular rompió la tensión del ambiente haciendo que todos volvieran la vista al dueño del dichoso aparato.



    ─ Ustedes disculpen… ─Japón se apresuró a contestar tras dedicarles una reverencia avergonzada a sus acompañantes─. ¿Diga? ─preguntó educadamente en voz baja.


    ─ ¡Nihon, Nihon!, ¿cómo están todos por allá? ¿Se están divirtiendo? ─pero el participante del otro lado parecía bastante alegre de escucharle que no se tomó la molestia de ser discreto, así que los demás se enteraron de todo.


    ─ ¿Itaria? ─se preguntó Alemania con extrañeza percatándose hasta ese momento de la ausencia de su compañero─. ¿¡Cuándo es que se esfumó!? ─exclamó entre sorprendido y molesto.


    ─ Ni idea… ─comentaron algunos encogiéndose de hombros. Aunque en realidad no debía de asombrarles puesto que el italiano es bastante astuto para desaparecerse de una reunión importante.


    ─… Itaria – kun… ─susurró el japonés un poco apenado por lo que le esperaba a su amigo.


    ─ Permíteme eso, Nihon… ─ya que, como era también de esperarse, el alemán le pidió al oriental que le entregará el auricular con un ademán de la mano. Al siguiente segundo no dudó en reclamarle al mediterráneo con potente voz de mando como en aquellos lejanos tiempos de guerra─. ¡¡Itaria, idiota sin cerebro, no estás autorizado para salir sin mi permiso!!


    ─ ¡Lo siento mucho, Doiutsu, no te enojes conmigo! ─respondió el pobre en un hilo de voz, seguramente temblando un poco. Más al instante recobró el tono alegre al añadir─. Pero de seguro ya tienen hambre pues es muy tarde y todavía no han almorzado…


    ─ ¡Dannazione, Venechiāno, ya deja de hablar con el “Macho patatas” ese que me enfermas y ven aquí para terminar de preparar esto! ─el alemán pudo escuchar la voz del otro italiano, Romano, llamando a su hermano menor en son de queja, y a su vez escuchó el sonido de alguna cacerola cayendo estrepitosamente al suelo, lo que indicaba que ambos hermanos estaban en la cocina… cocinando.


    ─ ¡En un momento estoy contigo, nii – chan! ─respondió el mediterráneo menor sin mostrarse compungido, y enseguida se despidió alegremente del teutón─. ¡No vayan a moverse de ahí, Doiutsu, que mi nii – chan y yo les tenemos una sorpresa! ─colgando al momento.


    ─… Aaaa… ─por un instante éste no supo que decir en tanto los demás le miraban con interés. Pero no podía negar que ciertamente ya se apetecía un tentempié a esa hora.


    ─ ¿Pasa algo malo, Doiutsu – san? ─le preguntó educadamente Japón en tanto intentaba rescatar su celular de última generación.


    ─ Itaria y su hermano han preparado el almuerzo para todos nosotros… ─declaró el nombrado entregándole el dispositivo y en ese momento no pudo disimular el breve gruñido que salió de su estómago─… que vergonzoso… ─confesó un tanto aturullado enrojeciendo de las orejas en tanto se ponía una mano en el vientre a modo de ocultarlo.


    ─ Mmmh… aahh… nourriture italienne… ─suspiró Francia con infinito placer y sus intestinos también produjeron el característico sonido de estar vacío reclamando por su sustento─… He de confesar que, aunque no es tan buena como la mía, es bastante apetecible ─señaló encantado.


    ─ Es mucho mejor que la tuya, inútil ─le reviró Inglaterra para fastidiarlo, y aunque quiso hacerse el fuerte inconmovible el rugido de su víscera estomacal también le delató.


    ─ Indudablemente sí es comestible y no como las bazofias que preparas tú, amargado ─le recriminó el francés un tanto ofendido si bien soltó una breve carcajada burlona al escuchar esa falta a la flema inglesa.


    ─ A mí me gustan las pizzas y los spaghettis, son más suculentos que los omelettes o los crêpes… ─Estados Unidos se metió en la charla dándole un empujón al británico para hacerlo a un lado, abrazando amistosamente al francés con su habitual aire despreocupado.


    ─ Oh, sí… claro, claro… no es necesario que menciones ese detalle, Amerika… ─éste hizo una mueca de desazón sintiéndose algo injuriado… pero bueno, ya todos están enterados de que el norteamericano heredó el terrible sentido del gusto del sajón, algo que ya no se puede remediar a estas alturas de su vida independiente.



    Por cierto que el anglo rabió un momento en su interior queriendo abalanzarse sobre el gringo para darle unos cuantos zapes por tratarlo de esa forma tan descortés.



    ─ A mí me gustaría comer Ternera Strógonoff *, unas pirozhkí ** o tal vez algo de caviar… ─comentó Rusia como sí nada sonriendo con su mejor gesto de ángel en tanto el ruido de su estómago era el más sonoro que habían escuchado hasta ahora, lo que hizo que todos se preguntaran… ¿qué tenían que ver esos platillos de su rústica cocina con los deliciosos manjares italianos?



    Al final el grupo tuvo que reconocer que sí tenían hambre y no había de otra más que esperar. Afortunadamente la espera no fue eterna porque en menos de media hora volvió a sonar el celular de Japón de forma insistente.



    ─ ¿Diga?... ─contestó el pobre visiblemente aturullado porque todos se pusieron alrededor suyo para no perderse los detalles.


    ─ ¡Nihon, Nihon!, ¿todos están listos? ─le preguntó el eufórico Italia por el auricular, casi podría decirse que daba brincos de alegría.


    ─ Itaria – kun… aquí todos les estamos esperando ─respondió el joven oriental con gesto de resignación y una pequeña sonrisa de alivio.


    ─ ¡Entonces vamos para allá!... ─exclamó el joven italiano y sin más colgó.


    ─ Yo escojo la pizza más grande para acompañar mi bebida ─Estados Unidos habló haciendo mucho ruido dado que ya saboreaba a sorbos un gran vaso de refresco de cola.


    ─… ─todos los presentes, excepto Rusia (quien, como de costumbre, sonreía con aire burlón), le miraron con una leve mezcla de repugnancia ante esa falta de civilidad.


    ─ ¡Argh, Amerika, no seas tan asqueroso! ─pero Inglaterra no dudó en expresar su malestar arrebatándole el vaso y arrojándolo con prontitud y sin miramientos a la basura.


    ─… Oye, Igirisu, tendrás que pagarme por esto ─le reprochó el americano poniendo una cómica mueca de niño enfurruñado.


    ─ Cuando gustes podemos ir a la casa de Oranda y llevar el caso al Tribunal de La Haya… ─fue la respuesta del británico en tonito sarcástico cruzándose de brazos, dando a entender que no le preocupaba en absoluto.


    ─ Bitte könnten Sie wie Idioten stoppen verhalten für jede Dummheit streiten!? ─Alemania habló más alto que los angloparlantes empleando su mejor tono enérgico a la vez que los miraba con total desagrado, consiguiendo que se silenciaran de una buena vez. Y Francia volvió a disimular una risita soltando un carraspeo bajo, ganándose también una mirada de reproche del teutón.



    Para su buena suerte en ese crucial momento hicieron su aparición los hermanos italianos, armando su acostumbrado escándalo al abrir la puerta de la sala de juntas sin nada de delicadeza.



    ─ ¡Doiutsu, Nihon… ya estamos aquí!, ¡ah, y hola a todos también! ─exclamó el más joven con su habitual sonrisa de oreja a oreja en tanto le daba el paso a su hermano mayor, el encargado de empujar el carrito de servicio.


    ─ ¡Pero qué les quede bien claro que yo no quería hacer esto, bastardi senza gloria! ─fue el comentario de Romano en tono un tanto áspero para puntualizar que nunca estuvo de acuerdo en cocinar para todos.



    El delicioso y embriagador aroma de los manjares hizo que los presentes pasaran por alto el grosero comentario y concentraran su atención en el almuerzo.



    ─ Ah, mais quel régal!... ─exclamó Francia siendo el primero en acercarse plantándose junto a Romano, y éste se encogió un poco de miedo cerrando la boca y mudando su actitud por una más sumisa─. Yo siempre he dicho que eres un buen chico, pero si hubieras ido conmigo en vez de quedarte con Supein te aseguro cocinarías mucho mejor ─a lo que el galo le dio unas palmaditas afectuosas en el hombro dedicándole una sonrisa amable.


    ─ Furansu nii – chan, espero que te guste la comida que preparamos mi nii – chan y yo ─Italia se aproximó a donde ellos para también recibir su merecido reconocimiento de manera más que gustosa.


    ─ Por supuesto que sí, mi pequeño Itaria, será todo un placer… ─admitió el franco haciendo lo correspondiente en tanto le hablaba en tono meloso.


    ─ ¡Doiutsu, Doiutsu!... ¿te gusta el pescado? ─al momento el más joven mediterráneo se volvió al alemán dando saltitos de gusto.


    ─… este… bueno, no me desagrada cuando está bien preparado… ─admitió el señalado un tanto cohibido por el regocijo de su amigo.


    ─ ¿Entonces no comeremos pizza? ─Estados Unidos no dudó en expresar su desilusión en voz alta ya que había esperado acompañar su bebida de cola con una buena rebanada de tan suculento manjar (sí, nuevamente traía en mano un vaso grande del dichoso refresco, lo que le provocó a Inglaterra un efímero estupor).


    ─ ¿Pizza? ─Italia le miró con algo de duda y después le aclaró el punto con bastante simpleza encogiéndose un poco de hombros─. Nos llevaría mucho tiempo el preparar una buena masa para pizza, Amerika, y no teníamos los ingredientes.


    ─ Pero si gustas uno de esos bodrios modernos que acostumbras tragar pídelo a domicilio y asunto arreglado, pezzo di Moron senza cervello! ─Romano se atrevió a dar su opinión cruzándose de brazos y poniendo mohín de asco como muestra de su desagrado por la comida rápida… un insulto a la verdadera y original tradición de su región y su nombre.


    ─ Muy bien dicho, mi estimado Rōmano, très bien dit… ─ganándose un abrazo más apretado de Francia, lo que le ocasionó una conmoción momentánea palideciendo de inmediato.


    ─ Vamos, Amerika, si a ti te gusta puedes disfrutar del pescado con tu bebida… ─Rusia se aproximó al gringo para darle su “pésame” con unas palmaditas de apoyo en el hombro sin dejar de sonreír con satisfacción─… aunque en realidad no creo que sepa muy bien ─agregó al final en tono levemente burlón.


    ─ My coke I did not change it for nothing… ─respondió el gringo sorbiendo el contenido del vaso con total parsimonia en pose de divo.


    ─ Disculpen ustedes pero, ¿ya podemos comer? ─Japón consideró que era el tiempo de hablar haciendo la formal petición a modo de educado ruego ya que su estómago soltó un discreto gruñido, lo que le hizo enrojecer con notoriedad.


    ─ ¡No hay problema, Nihon! ─lógicamente que Italia no pasaría por alto la petición de su amigo, disponiéndose a servir en ese instante.


    ─ Hagamos esto en orden y como la gente civilizada ─dijo Alemania con gravedad y cada quien ocupó su respectivo asiento en la mesa.


    ─ ¿Y cuál es ese delicioso platillo mediterráneo que tendremos el gusto de saborear? ─suspiró Francia muy alto acomodándose prontamente la servilleta en actitud elegante.


    ─ Bueno, como únicamente encontramos un paquete de salmón de Alaska congelado y unos pocos ingredientes más sólo pudimos preparar este Bavette-salmone-capperi-e-olive ° ─externó el más joven italiano acomodando el primer platillo con suma delicadeza para su mejor presentación.



    Los demás volvieron la vista un segundo mirándose entre ellos para después lanzarle a Canadá una miradita significativa, haciéndole enrojecer levemente ante la casualidad del suceso. Pensar que se habían enfrascado en una discusión por la contaminación en Alaska y otros recuerdos de antaño para que ahora terminaran devorando algo de por allá… eso era para morirse de risa. Sin embargo decidieron pasarlo por alto puesto que ya retomarían el tema la próxima vez que se reunieran.



    En cuanto los italianos terminaron de servir se dieron cuenta que habían cometido un pequeño error…



    ─ Oye, Venechiāno, ¿y ese de allá quién es? ─le preguntó Romano a Italia al prestarle su atención a Canadá, quien, como de costumbre, resultó ser ignorado dado que nada más prepararon, por lógica numérica, ocho platillos para todos ellos (el G8 con nueve miembros… es tan LOL! Ya nada más faltarían los hermanos de Inglaterra como la totalidad del Reino Unido y Prusia con todos los otros hermanos de Alemania para completar el cuadro).


    ─… Este… ─el más joven puso carita de desconcierto mirando al canadiense sin saber qué decir.


    ─ No tienen de que preocuparse, esto suele pasarme todo el tiempo… ─reconoció el menor americano con una gota anime en la frente y breve mohín de desilusión en el rostro.


    ─ Pero por supuesto que no vas a quedarte sin comer, amigo Kanada… aquí tienes ─el buen corazón de Italia se impuso a otra cosa reconociendo al joven canadiense, y sin más le repartió un poco de su porción sirviéndole una cantidad considerable.


    ─… ¿de… de verdad es para mí?... ─le preguntó Canadá un tanto sorprendido por la acción poco usual de alguien hacia su persona, a lo que el italiano afirmó con un movimiento de cabeza─… te lo agradezco tanto, Itaria, en serio que sí… ─lo que le hizo soltar una lagrimita de gratitud.



    Y todos los demás fueron contagiados por tan sensible gesto.



    ─ Vamos, Itaria, debes comer bien… ─Alemania le pasó parte de su correspondiente ración manteniendo el rostro sereno.


    ─ De eso nada, “Macho patatas”… quien va a compartir su comida con Venechiāno soy yo… ─le replicó Romano haciendo lo propio, lanzándole una breve mirada de desacuerdo.


    ─… Nii – chan… Doiutsu… ─el más joven mediterráneo les regaló a ambos una sonrisa de agradecimiento.


    ─ Y tú también necesitas alimentarte o no vas a crecer saludable, Nihon… ─Inglaterra no quiso quedarse atrás en cuanto a empatía ofreciéndole un poco al joven japonés al tiempo que le hablaba con amabilidad.


    ─… es usted muy amable, Igirisu – san… ─respondió el joven oriental levemente ruborizado.


    ─ La verdad considero que no puedes saborear esta delicia a medias, Igirisu… aquí tienes… ─Francia se sintió obligado con el inglés y sin más repartió su platillo con él para demostrarle que en el fondo de su corazón le tiene algo de aprecio.


    ─… no es necesario que hagas esto, tonto… ─a lo que el británico sólo alcanzó a enrojecer intensamente de las mejillas hablando en voz bastante baja.


    ─ Creo que no voy a terminarme todo esto yo solo, Doiutsu… ─Rusia tampoco quiso quedar atrás y con su mejor sonrisa de chico bueno le entregó una igual cantidad de comida al alemán.


    ─… este… gracias por el detalle, Roshia… ─contestó el nombrado sin valor para negarse.


    ─… puedes beberte todo el vino si quieres, Kanada, va de mi parte… ─ese fue el obsequio de Estados Unidos a su hermanito al momento de darle un nuevo sorbo a su vaso grande de cola.


    ─ Eres muy amable, Amerika, muy amable… ─dijo el sonriente canadiense con un suspiro de conformidad.



    Y así, una vez más, los países altamente desarrollados volverán a reunirse en un futuro para arreglar los problemas del mundo en una comilona. Esperen noticias frescas pronto desde la Agencia Reuters¹.


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    Nota final: ¡Uf, hay tanta historia para animar que nos quedamos cortos en muchos sentidos! Espero les haya gustado y por lo menos hayamos aprendido algo de historia juntos con estos animados personajes… en algunos meses pienso escribir sobre los Nórdicos, uno de mis grupos favoritos, y su interesante historia desde otro punto de vista, sólo tengo que pulir detalles y relajarme en mis vacaciones. Nos leemos en otra entrega, saludos y bendiciones donde quiera que se encuentren.


    *La ternera Strógonoff es un plato de carne de ternera cortada en dados y acompañado con setas, cebollas y salsa hecha de crema agria, servido sobre arroz o pasta.

    ** Especie de pasteles de patata rellenos de paté de hígado de cerdo y cebolla rehogada con sal, pimienta y nuez moscada.

    ° Bavette-salmone-capperi-e-olive es una preparación de salmón acompañado con spaghetti, alcaparras y aderezado con aceite de oliva ─encontré el nombre de la receta en una página especializada en recetas italianas─. Imagino a de ser muy sabroso ya que a mí me gusta el salmón y que decir del spaghetti… ☺.

    ¹ Reuters Group Limited, más conocida como Reuters, es una agencia de noticias con sede en el Reino Unido, conocida por suministrar información a medios de comunicación y mercados financieros. Actualmente está presente en más de 201 ciudades de 94 países, y suministra información en más de 20 idiomas.
     
    Última edición: 15 Julio 2017
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    Fushimi Natsu

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    Ay, ay, ay. No puedo creer que hayamos llegado hasta el final ¡y qué manera tan maravillosa de darle cierre! La amé con todo mi corazón, ¡de veras! Me encantó cómo se resolvió todo a través de la intervención de los italianos, ha sido tan divertido el que todos los demás se quedaran esperando por la comida y luego todo fue tan tierno mientras compartían las porciones entre ellos. En serio que te ha quedado perfecto <3

    ¡Oh! En el momento que Italia cuenta que encontraron ese salmón proveniente de Alaska y todos se voltearon hacia Canadá fue como: ¡No te olvidaron! De alguna forma, ¡recuerdan que estabas ahí! No sé cómo explicarlo, pero me sorprendió de buena forma y mucho más cuando decidieron no decirle nada al respecto. Fue pequeño el momento, pero te reconocieron Canadá, te reconocieron :') <3

    Aw, y pobrecito Romano, sintiéndose intimidado con la cercanía de Francia y quién no lo estaría, ¿verdad? XD Fue tan gracioso ver su personalidad cambiar drásticamente cuando había estado insultando a los demás instantes atrás. Y tienes razón, el G8 no tomó en cuanta la totalidad de naciones que tenemos en la serie. Aunque yo me lo imagino más a Romano desligándose de estos asuntos y dejándole toda la carga encima a su hermanito. Así les va luego xD

    También me encantó imaginarme al pobre de Japón volviéndose el centro de atención. ¡Todo porque Italia sólo lo llamaba a él! Y en serio que Alemania asusta cuando se sale de sus estribos, pero creo que todos estamos acostumbrados a esos arranques que sólo el italiano menor puede sacarle. Me encantan estos tres y su alianza (que desgraciadamente no hicieron participar tanto como pudieron a Romanito con ellos, su constante tironeo con Alemania son de lo mejor).

    Estaré esperando ese trabajo sobre los Nórdicos y cualquier otra cosilla que traigas. Adoro cómo manejas a los personajes y siempre voy aprendiendo de la historia mundial contigo. Gracias por eso :D
     
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  11.  
    InunoTaisho

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    Gracias a ti por leer, Fushimi Natsu , eres un verdadero encanto... n3n:inlove:;').

    Sobre Romano es seguro que no ha de ir muy seguido a las reuniones por no ver a Francia, a Inglaterra o a Rusia que le asustan, ni ver a Alemania para no cabrearse demasiado... *W*, así que es más que obvio que deja a su hermano menor a cargo de todo... :XD:. Y claro, entre hablar con Japón o con Alemania mejor con Japón para no ser regañado... ;') ─aunque de todos modos Italia recibió su regaño... :P:.

    Estaré estudiando sobre la unidad de los Nórdicos en la Unión de Kalmar y muchos de los sucesos a su alrededor (son tantos que lo más seguro es que no abarcaré todos), lo que me llevará algo de tiempo... por lo menos ya sé que verdaderamente Suecia atacó a Dinamarca cruzando el congelado estrecho de Belt en un invierno inusualmente frío allá en el siglo XVII!... :eek:
     
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