Hall de entrada

La entrada al gigantesco castillo cuenta con una escalerita de piedra por la que se sube y finalmente se ingresa a través de enormes puertas negras dobles, las cuales están abiertas durante todo el día y son cerradas por la noche por Argus Filch, el celador.

Tras cruzar la puerta, se llega al hall de entrada, el cual consiste de cuatro largas paredes de marmol, a cuyos lados se abren diversos caminos y escaleras que conducen a los múltiples pasillos y corredores de Hogwarts. En la pared opuesta a la entrada al hall, se pueden admirar varias estatuas de piedra que decoran la recámara, y finalmente una enorme puerta detrás de la cual se encuentra el Gran Comedor.

​

 

Hagrid guió a los jóvenes a través del patio y hasta la entrada del colegio. Una vez atravesaron las puertas del colegio (que sólo por esta noche estarían abiertas hasta esa hora), se encontraron en el Hall de entrada, donde sólo una puerta los separaba del mágico Gran Comedor.

Allí, de pie en el centro del lugar, se encontraba una bruja alta, de cabello negro recogido en un rodete y túnica verde esmeralda, como si los estuviera esperando. Su rostro era severo, dándole la correcta primera impresión a los estudiantes que ella era alguien con quien era mejor no tener problemas.

—Los de primer año, profesora McGonagall —dijo Hagrid en cuanto la alcanzaron.

—Gracias Hagrid, yo me encargaré a partir de aquí.

Y tras asentir a sus palabras, Hagrid abandonó el lugar, metiéndose en el salón del otro lado de la puerta rápidamente. Los tres estudiantes mayores que se había caído del carruaje se apresuraron a seguirlo, por lo que quedaron sólo los nuevos con la profesora.

—Bienvenidos a Hogwarts —fue lo primero que les dijo la profesora McGonagall en cuanto el guardabosques se marchó—. El banquete de comienzo del año se celebrará pronto, pero antes de que disfrutéis de dicho banquete, deberéis ser seleccionados para vuestras casas. Mientras estéis en Hogwarts, vuestras casas serán como vuestra familia; dormiréis en los dormitorios de vuestras casas, pasaréis el tiempo libre en la sala común de su casa… en resumen, podrán ver por lo que la Selección es una ceremonia muy importante.

>> Las cuatro casas se llaman Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw, y Slytherin. Mientras estéis en Hogwarts, vuestros triunfos y logros conseguirán que sus respectivas casas ganen puntos, mientras que cualquier tipo de infracción a las reglas del colegio causará que los pierdan. Al finalizar el año escolar, la casa con más puntos recibirá la copa de la casa, un gran honor. Espero que todos vosotros sean un orgullo para la casa que os toque.

>> La Ceremonia de selección comenzará en unos breves minutos. Volveré en cuanto todo esté preparado… entretanto, les sugiero que os arregléis lo mejor posible.

Sus ojos se detuvieron en los embarrados zapatos de Sam, pasaron por la túnica mal colocada de una chica de cabello negro, y finalizaron en el camino de lodo que había seguido a los estudiantes. Tras musitar un rápido "Fregotego" que hizo desaparecer el barro de la entrada, la profesora dio media vuelta e ingresó al Gran Comedor, por lo que los estudiantes se quedaron allí parados, nerviosos y expectantes, a que los llamaran.

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@Liza White @Alisse Madness @AlexaMH @Noir @Miss Phantomhive @Void Izumi @Nekita @Jenivere @Bruno EVF @Lu Heart @EN Auditore @Lucas Diamond @rapuma @SweetSorrow @Hey Miguel @Amelie @EliLover @Kyouko Kiryuu

Tienen un poco de tiempo para interactuar entre ustedes antes de la ceremonia de selección, así que ya saben, aprovechen para relacionarse, compartan dudas y emociones, and stuff (?

Pronto ingresarán al Gran Comedor, no se preocupen, pero tiene que pasar una cosita primero, por lo que no dejen de interactuar entre ustedes ahora, así aceleramos todo y llegamos a la selección de una vez ^.^

 

Daniel Brown

El dichoso viaje en bote me había mareado, ese vaivén no me sentaba nada bien. Y esa sombra verde pasajera, ¿qué sería? No tenía ahora cuerpo para pensar. Seguí a Hagrid y al resto del grupo una vez bajamos de las embarcaciones en dirección a Hogwarts, ¡por fin íbamos a llegar! Un viaje de lo más largo para acabar en una escuela de magia... Sigo pensando que el teletransporte es más eficiente.

Al abrirse las puertas del lugar, nos encontramos con una mujer, la profesora McGonagall. Ella nos explicó todo lo que necesitábamos saber sobre las casas y la ceremonia de Selección. Vaya chorrada, lo más cómodo es que cada uno coja la casa que quiera y que me dejen en paz. Ahora me iba a tocar compartir hogar con otros estudiantes que no conocía y que tampoco quería conocer.

Me aparté del resto del grupo y me fui a un rincón, mientras observaba las caras de felicidad de los demás. Ni que esto fuese algo divertido...

 

Kara Willson

¡Habíamos llegado! ¡Ya habíamos llegado a Hogwarts!

Justo al abrir las puertas del castillo habíamos visto a una mujer, que al parecer era una profesora de Hogwarts, "profesora McGonagall" pero lamentablemente Hagrid se había marchado antes de que nos hubiéramos despedido de él, pero en algún momento me despediría de él con un abrazo como lo había pensado antes.

Aunque la profesora McGonagall nos siguió explicando lo que sucedería: un banquete, la selección de casa donde pasaríamos un gran tiempo con nuestros compañeros de nuestras futuras casas. Cada vez más tenía ligeramente más emoción de saber que pasaría, ¿realmente podría dormir en la noche después de toda esta emoción o la suerte se apiadará de mí y me hará dormir tranquila?, eso esperaba.

Para dejar de pensar un rato pasee mi vista por el lugar donde estábamos y encontré que uno de los estudiantes se encontraba completamente solo, apartado en una esquina. Ladee mi cabeza levemente y lo miré con curiosidad para poco a poco comenzar a acercarme a él a un ritmo tranquilo.

— ¿Por qué estás solo aquí? — pregunté aun mirandolo con curiosidad

 

Daniel Brown

Seguía inmerso en mis pensamientos, como de costumbre, cuando una voz me trajo de vuelta a la realidad. Levanté la cabeza para ver de quién se trataba y pude apreciar una chica de tez blanca y pelo castaño. En su rostro, había un par de pecas y dos ojos que me miraban fijamente. Le sostuve la mirada unos segundos hasta que me decidí a contestar.

—No necesito compañía de nadie —le respondí a la muchacha—. Además, ¿a ti qué te importa? —pregunté mientras cruzaba los brazos y apartaba la mirada—. Vete con tus amigos a "jugar a ser magos" —dije esto último con rentitín.

 

Kara Willson

Antes de que el chico me respondiera su mirada se había encontrado con la mía por un largo rato pero cuando iba a preguntarle si estaba bien, él ya me había respondido de una forma bastante inesperada para mí, aunque realmente no me afectó mucho, cada quien tenía sus personalidades.

— Todos necesitan compañía — dije en un par de risas tranquilas — Porque la soledad, nunca ha sido buena, ¿no?, y veamos... me importa porque seremos compañeros en nuestra estadía en Hogwarts a pesar de que probablemente no estemos en la misma casa y pues... siendo los nuevos, no creo que convenga estar solo.

Sonreí ligeramente ante el comentario de jugar a ser magos y toqué ligeramente su frente con mi dedo índice, jugando más que nada — Todos somos magos desde que llegamos aquí, no estamos jugando~

 

Daniel Brown

—¿Así que eso piensas, que todos necesitan compañía? Ingenua. La solead es la única que siempre está contigo, la gente viene y va, pero sobre todo se va. Un amigo es un amigo hasta que necesitas su ayuda —le expliqué a la chica—. Y si sigues creyendo que todos necesitan compañía, ve a acompañar a otra persona, yo no necesito a nadie —volví a repetir.

Justo cuando pensaba que ya se iba a ir y a dejarme en paz, golpeó mi frente con su dedo, con un comentario de lo más absurdo. ¡¿Por qué no me dejaba en paz?! Qué pesadilla...

—Mira, niña, la magia es mucho más duro de lo que piensas, mis padres llevan años intentando enseñarme y no es nada fácil —gruñí molesto—. Y ahora vete con tus amigos a seguir pensando que esto va a ser divertido, porque a mí no me importa tú opinión.

 

Kara Willson

Esta vez, mis cejas se elevaron ligeramente haciendo una mueca como si él me estuviera imponiendo un reto, es más, ese "reto" me estaba obligando a estar cerca de él por un poco más de tiempo a ver que pasaba, ¿hasta en que punto querría deshacerse de mí para estar en esta esquina sin ninguna clase de compañía? — Quieras o no, tendrás compañía de aquí en adelante, ¡imagina las posibilidades!, tendrás compañeros en las habitaciones, las clases, las salas de las casas... no podrás estar tanto tiempo solo~

Mira, niña, la magia es mucho más duro de lo que piensas, mis padres llevan años intentando enseñarme y no es nada fácil. gruñó y yo fruncí ligeramente el ceño por leves segundos. Y ahora vete con tus amigos a seguir pensando que esto va a ser divertido, porque a mí no me importa tú opinión.

— Entonces esfuérzate — dije cruzándome de brazos para imitar su postura — Si no pudiste aprender antes esfuérzate para hacerlo ahora, porque tal vez, si piensas que es difícil jamás lo lograrás. — suspiré y pasé una de mis manos por mi cabello — Estoy segura que mis amigos quieren que pase este rato contigo, no creo que les guste que estés solo aquí otra vez

 

Una muchacha se encontraba viendo la escena que se desarrollaba entre Kara y Daniel con curiosidad. Su cabello era negro como la noche, recogido en una única coleta, sus ojos de un verde esmeralda, y su altura un poco más alta que la promedio. Se encontraba arreglando su túnica y colocándosela adecuadamente (pues había visto que McGonagall no la había mirado con buena cara al reparar en aquel detalle), cuando oyó por casualidad la conversación. Sonrió en aprobación de lo que decía Kara.

—Ella tiene razón; nadie dijo que aprender magia fuese fácil, si así fuera no harían falta siete años de estudios para controlarla —declaró la chica, estirando sus brazos y cruzándolos detrás de la nuca, risueña—. Pero aunque sea largo y difícil, eso no significa que haya que estar serios y solos todo el tiempo… de hecho, mi hermano mayor me ha dicho que si tienes amigos para practicar, dominar los hechizos se vuelve más fácil. Y se vuelve más divertido, eso es seguro.

Le sonrió a Kara, pues le complacía descubrir que había alguien que opinaba de manera similar a ella. Luego se sobresaltó, como si hubiese olvidado algo.

—¡Ah! Que modales los míos… Raven Clearwater, mucho gusto —se presentó alegremente.

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Bueno, como habéis visto, al interactuar han descubierto a uno de los PNJs… cuando aparezcan los cuatro de ellos, entonces comenzará la Ceremonia de Selección ;)

 

Airin Scott.

Tras un largo camino ¡Por llegamos a Hogwarts! Aunque me habían separado de Golden para venir aquí.... Pero bueno, merecía la pena ¿no? Al entrar nos mantuvimos en el hall de entrada y mire a mis alrededores curiosa.

—Vaya...pues sí que hay alumnos—Dije al ver todas las personas que habían, varias personas hablaban, y sin embargo yo estaba un poco apartada de todos, aunque los chicos del vagón, habían estado conmigo apenas habíamos hablado, solté un leve suspiro para después buscar a alguna persona que este mas o menos igual que yo.

 

Melinda

La travesía por el Lago Negro tuvo un final interesante, aunque el misterio de aquella cola en las aguas quedó sin revelarse, incluso después de haber visto entre todos cómo el carruaje defectuoso era atrapado por un tentáculo. Lo que había dicho Hagrid tenía sentido, era difícil que una sirena asomara a la superficie; pero en caso de sí haber visto alguna, ¿que la habría llevado a acercarse a los botes?

Sea como fuere, ya no valía la pena perderme en dudas. Me arreglé la túnica y el cabello tras bajar del bote y seguí a los demás hasta el hall, donde fuimos recibidos por McGonagall, a la que también reconocí por las descripciones poco felices que le hacían en mi familia. No me molesté en escucharla porque ya sabía lo que nos esperaba, por lo que me limité a buscar rostros conocidos. A lo lejos vi a Kara acercándose a un chico desconocido, y yo la seguí. De esa forma, fui testigo de la conversación entre esos dos, y de paso conocí a Raven Clearwater .

—Melinda Frenerich —me presenté sin hacer más ademán que el de mirarla a los ojos. Pero, acto seguido, dirigí mis propios ojos a los del chico —. Eres un llorón.

 

Daniel Brown

Sin saber cómo ni por qué, aquella chica de pecas había conseguido que un par de alumnos más se acercaran. Cada vez empezaba a agobiarme más, no me gustaba estar rodeado de gente y menos si era para llevarme la contraria. Una respiración entrecortada por mi parte mostraba mi incomodidad. Al parecer aquí la gente iba a ser muy pegajosa. Apoyé un pie sobre la pared, cerré los ojos y bufé con pesadez

—Buff, qué pesados, ¡que me dejéis en paz! ¿No veis que no me importa lo que penséis? La magia es trabajar y lo menos importante es divertirse. Marchaos y olvidaos de mí, con suerte no coincidiré con ninguno de vosotros en la casa que me asignen —comenté con el mismo tono gruñón de siempre, dirigiéndoles una mirada despectiva—. Y en cuanto a lo de llorón —miré a Melinda—, nadie te ha pedido tú opinión.

 

—No necesito que me den permiso para opinar —rebatí, mirándolo con indiferencia—. Tú tranquilo, que cuando la Ceremonia de Selección termine, podrás ir a llorar todo lo que quieras a tu cuarto. Hasta entonces, haz el favor de morderte la lengua, me desagrada que no seas amable con mi compañera de viaje.

 

Kara Willson

Se podría decir que todo había pasado muy rápido, había conocido a una chica nueva al igual de nosotros que se hacía llamar Raven y mi compañera de vagón y bote también había venido a hablar [de cierta forma] con... con... ¡bueno!, luego le preguntaría su nombre, pero lo importante era que de cierta forma Melinda y Raven me estaban dando la razón en el tema que trataba con ese chico.

— Melinda, Melinda — pregunté jalando ligeramente su túnica — ¿Por qué es un llorón? — pregunté sin haber entendido mucho de ese "insulto" y luego me giré al chico — Por cierto, la magia si es divertida, supongo que lo descubrirás cuando lleguemos a practicarla aquí, en Hogwarts — y sin más, le sonreí. Realmente no me molestaba que me hablara de esa forma como lo había mencionado Melinda.

Ya que quería seguir haciendo mi esfuerzo de saber porque opinaba de esa forma.

 

Andrew

La puerta del gran comedor se cerró y nos quedamos solos en el hall de entrada. Yo aún seguía sorprendido por lo ocurrido en el Lago negro, ese carruaje casi se estrella con nuestro bote. Tuvimos mucha suerte de haberlo notado a tiempo y que Hagrid estuviese ahí para salvarnos.

En mi bolsillo sentía la cajita de la "rana de chocolate" que cayó del carruaje cuando este levitó a pocos metros de nuestras cabezas. Sonreí para mis adentros y miré el lugar con más detenimiento, hasta que la voz de Victoria, mi compañera de bote, me hizo prestar atención.

—¿Sí? Nunca he probado una—respondí sacándola de mi bolsillo para examinar la caja—¿En serio están vivas?—pregunté sacudiendo la caja ligeramente, mientras miraba a la rubia con curiosidad.

 

—Claro que no están vivas —intervino una voz femenina detrás de ellos—. Es un sencillo conjuro de movimiento… se mueven y pueden saltar una única vez, es algo básico, seguramente lo veamos pronto en clase de Encantamientos.

Andrew y Victoria se giraron para descubrir el origen de aquella voz. Se trataba de la chica que había hablado con el grupo de Lumi en el Lago Negro, indicando que lo que habían visto era un hipogrifo. Poseía largo cabello ondulado, de un rubio fresa que la hacía parecer colorada a simple vista, y lucía anteojos cuadrados sobre sus ojos celestes. Se ajustó los lentes antes de seguir hablando.

—Pero lo que realmente le importa a la gente en general no es la golosina, sino el cromo que trae de regalo. Cada cromo trae una imágen e información de un mago o bruja famoso, y son coleccionables; se dice que es casi imposible lograr la colección completa —se volvió a ajustar los lentes—. Mi nombre es Lydia Hollister, por cierto. Ya que vamos a ser compañeros, es lo más lógico que nos presentemos, ¿no?

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Ya van dos, quedan dos…

 

Hikari

Llegamos porfin al castillo, despues de una breve explicacion de lo que pasaria despues el gran porton se cerro despues de que aquella señora entrara por este, aun no superaba lo de los botes, la imagen del carruaje a pocos centimetros de nosotros estaba clavada en mi sistema, seria dificil olvidar aquello.

—Almenos un casi infarto no fue lo unico que obtuve—murmure observando la caja con la rana de chocolate—Me pregunto que habra fallado en aquel carruaje, claro, las correas se habian soltado como dijo el señor Hagrid, pero ¿porque razon?—Me pregunte recordando cada momento de aquel incidente.
—De todas formas esos temas no deberian ser de mi importancia, ¿me meteria en problemas si pregunto?.

En un solo viaje un monton de dudas se formaron en mi cabeza, aunque la verdad quisiera olvidar la mayoria de las cosas que sucedieron ahi, ya quiero saber cual sera mi nueva "casa" para descansar.

 

Danielle Abbadie.

El viaje en bote había sido interesante, la noche estrellada me daba paz y confianza de que el viaje estaría bien, o eso pensé antes de ver como un carruaje estaba por estrellarse contra nosotros. Por suerte el señor Hagrid logró detener la caída del vehículo y así salvarnos a nosotros y a otros estudiantes.

Ya en el hall de entrada me mantuve cerca de mis acompañantes en el bote, Victoria y Andrew hablaban sobre la golosina que nos había caído del carruaje, pero no me interesaba en lo más mínimo dicho dulce, los que invadía mis pensamientos era el tema de selección de las casas, ¿sería algo privado y personal o todos verían lo que debía hacer?, ¿sería un examen escrito o debíamos poner en práctica nuestras habilidades?. Yo no sabia nada de magia y si pensaba en todas las posibilidades de que algo salga mal se me quitaban las ganas de estudiar aquí.

Mire mis manos, el paquete de la rana seguía en ellas, podría comerla ahora y calmarme un poco, pero si la comía podía terminar manchada de chocolate, y la profesora McGonagall, el señor Hagrid la llamo por ese nombre, había sugerido arreglarnos un poco. Ese recuerdo me hizo pensar, las posibilidades de que sea un acto público aumentaron, nadie quiere que sus alumnos den una mala primera impresión a lo que serían sus "familias" durante siete años.

Trague saliva y guarde el dulce en mi bolsillo, esto definitivamente no me gustaba nada.

 

Evelyn

Es complicado poder describir todos los sucesos que acontecieron aquella noche en nuestra travesía hacía Hogwarts, pero he de decir con toda seguridad que... ¡este estaba siendo el mejor día de mi vida! El juego del vagón del aburrimiento, el viaje por el lago, cuando vimos aquella cola (que estoy segurisísima que era una sirena. Mi instinto sirenil me lo decía) y luego el carro a punto de estrellar. ¡Hagrid había demostrado ser un gran mago! Ojalá algún día pudiese llegar a salvar a alguien como lo hizo él, ese día me sentiría como la más super mega maga del universo universal. Pero mientras... seguiría siendo Evelyn a secas.

Todos nos encontrábamos expectantes a que fuésemos llamados para entrar en el Gran Comedor y poder saber al fin la casa a la que perteneceríamos, pero parecía que la espera estaba siendo eterna. Algunos empezaron a charlar para relajar el ambiente, e incluso pude ver un grupo congregado junto a Kara y la chica de la lechuza hablando de quién sabe qué. Parecía divertido. No obstante me quedé en mi sitio, dando vueltas de aquí para allá frente a la puerta como quien está haciendo guardia, sintiendo los nervios a flor de piel. ¿Era normal que el corazón me fuese tan rápido?

—Calma Evelyn, cada cosa a su momento —pensé para mí misma en un intento por relajarme y dejé de dar vueltas, respirando profundamente varias veces hasta estar algo más tranquila. Caminé de nuevo hacia el resto de estudiantes y noté cerca de mí a Sam, por lo que decidí acercarme para así dejar de pensar tanto en la espera. Toqué su hombro con mi dedo dos veces hasta que se percató de mi presencia, y entrelacé ambas manos tras mi espalda, esbozando una sonrisa—. ¿Emocionado? Aún no me creo que ya estemos aquí.