Habitación D

Tema en 'Complejo Laguna Negra' iniciado por Hygge, 3 Diciembre 2017.

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    Hygge

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    Acuario
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    Habitación de dimensiones suficientes como para albergar a todos los estudiantes necesarios. Pueden ser de dos, tres y cuatro camas, ubicadas en literas blancas al igual que la pared de la habitación. En la pared de enfrente se encuentran los armarios correspondientes para cada jugador, y sus maletas se encuentran frente a la puerta correspondiente.

    Esta habitación pertenece a Aki, Hoshi y Karou
     
    Última edición: 3 Diciembre 2017
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    Lariebel

    Lariebel Usuario popular Comentarista destacado

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    Me fui acercando con discreción por el pasillo, visualizando la gran cantidad de puertas distintas que habían. Me fijé con mi Neuro Linker la hora actual y al notar que ya eran las 8:45 mi corazón se aceleró. ¿Cómo se me había pasado el tiempo tan rápido? ¡Solamente tenía una hora (y 15 minutos) para prepararme para la reunión con el director!

    Apreté un poco mis labios, expresando en mi rostro mi insatisfacción, y rápidamente me puse en frente de la puerta que tenía una “D” sobre ella. La abrí sin darle muchas vueltas y me sorprendí al haberse activado algo en mi Neuro Linker. Wow, ¿será que ahora el director ya sabe que yo estoy aquí? ¿O capaz será como medida de seguridad, para que solo las que pertenecemos a esta habitación podamos entrar?

    La última opción era la más posible. Dejé de lado esos pensamientos al ver, de nuevo, otra muestra de la gran modernidad del complejo. La habitación era maravillosa, con esas paredes blancas sin ninguna mancha y las camas perfectamente ordenadas. Éstas se diferenciaban por los colores que poseían. Al ser la primera en llegar, me di cuenta que podía tener la libertad de elegir con cuál quedarme. Sonreí tímidamente y estudié un poco más la habitación.

    Me imaginé en mi mente que, si una persona entraba al cuarto, me podría sentir algo más segura estando en alguna de las camas de arriba. Y si estaba más lejos de la puerta, mejor, así tendría más margen de observación. Así que caminé hacia la cama con sábanas verdes con un poco de emoción.

    No tardé mucho en encontrar mi equipaje y lo acerqué a mi lugarcito especial. Dentro de mi ensoñación, olvidé que cada vez me faltaba menos para la hora establecida (las 10:00 en punto), por lo que revolví mi maleta con mis manos nerviosas. Encontré el frasco que siempre llevo conmigo, el cual poseía una cinta alrededor celeste que decía “ungüento mágico”. Busqué la puerta del baño, me metí rápidamente dentro de él y me quité la blusa blanca que llevaba puesta. Abrí el potecito y me fui esparciendo su contenido sobre el brazo con unas caricias suaves y leves.

    Luego de un rato, me miré al espejo y me quedé helada.

    Vi con algo de aprensión cómo cada marca morada se adueñaba de distintas partes de mi cuerpo, recordando cómo se hicieron cada una de ellas. También pude ver la pequeña cicatriz que tenía sobre mi ceja izquierda. Toqué la imagen que se reflejaba en el espejo con ojos adoloridos, pero apreté mi mano en un puño y susurré:

    —Puede que mi cuerpo no se vea lo bastante fuerte como quisiera que sea, pero ahora que estoy lejos, puedo curarlo. Puedo mejorar. Y no permitiré que nadie más me ponga una mano encima.

    Tragué saliva y cerré el frasco. Me miré una segunda vez al espejo y sonreí.

    —Buona fortuna, Karou. Me esforzaré mucho para poder volver a vivir con una sonrisa en el rostro.

    Me quedé en silencio durante un rato y luego me reí un poco por mi idiotez. ¿Quién se habla a sí mismo frente al espejo de esta manera?

    Luego de haber terminado de tratar el golpe, me acomodé de nuevo mi blusa y me dispuse a salir para comer algo rico que llenara mi estómago.

    Noir SweetSorrow Perdón por haberme extendido con Karou y la escena dentro del baño. Se me hacía que podía ser necesario para su evolución personal. ;n; Y bueno, la pequeña no va a estar mucho tiempo en la habitación, pero vemos si puede tener algún pequeño contacto con sus personajes. <3
     
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    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

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    Aki Chigusa

    Así que... así que tenía que compartir habitación con aquella niña. ¿Por qué tenía que hacerlo? No quería. ¡De ninguna manera quería! No quería exponerme de nuevo ante nadie de esa forma. De algún modo, habíamos acabado juntas en la misma habitación y momentáneamente me pregunté por qué no habría podido ser Andy o cualquier otra persona en su lugar. Aunque en cierta forma sería extraño compartir habitación con un chico... ¿no? ¿Cómo pensaba cambiarme? ¿Encerrándome en el baño?

    —Qué problemático...—suspiré con pesadez, deteniéndome frente a la puerta D. Mi nueva habitación por sabría cuanto tiempo. Mi nuevo hogar, lejos de las montañas y ese pueblucho minúsculo en el que me había criado desde niña. No sentía ningún tipo de nostalgia para ser sincera. Como Megumi en Shiki yo odiaba mi pueblo. Deseaba dejar atrás todo ese rústico mundo y partir rumbo a Tokio, una maravilla tecnológica. Siendo sinceros ni siquiera sabía como es que lográbamos conectar nuestros Neuro Linkers a la red global en mitad del campo.

    La puerta se abrió con un chirrido y yo eché un vistazo crítico al interior. No parecía haber nadie. Era una habitación amplia, de paredes blancas y suelo de parqué. Las camas eran literas diferenciadas por colores. Era bastante bonita, lujosa por decirlo de alguna manera... todo lo contrario a lo que una persona se imaginaría al saber que aquello era el dormitorio de un internado. Sujetando con fuerza el asa de mi cartera me interné al interior. Tomé mi maleta pero no la abrí de forma inmediata. Después de todo lo que más temía perder lo llevaba conmigo todo el tiempo....

    ''Tengo que pensar como mantenerla alejada de esa niña''

    Me acerqué a la cama más próxima, la de sábanas rojas y por simple instinto pasé la palma de mi mano sobre la cama. Era increíblemente suave y mullida... casi me daban ganas de tumbarme sin más allí y de leer un poco más alguno de mis mangas aprovechando que no había nadie en el cuarto... ¡Eso sería genial! pero no correría ese riesgo de nuevo. De modo que simplemente me quité los zapatos— que dejé convenientemente a los pies de la cama— y me senté sobre la misma con las manos apoyadas en el colchón. Mi nueva casa... Mi nuevo cuarto compartido. Era un poco similar a Strawberry Panic. Me preguntaba si conocería a alguien tan increíble como Shizuma. ¿Quién sería esa tal Karou...?

    —... Aún queda casi una hora hasta que volvamos a encontrarnos con el director—murmuré. Y con un suspiro pesaroso me dejé caer hacia atrás, cubriéndome los ojos con el antebrazo—. ¿Qué voy a hacer durante todo ese tiempo si no puedo leer mis mangas? Ah~ que ~ aburrido...

    Lari, aquí tienes a Aki, por si quieres interáctuar con ella (?)
    PD: Karou es realmente adorable, no sé si lo he comentado antes <3
     
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    Karou Bright.

    Justo antes de agarrar el pomo de la puerta del baño para salir, escuché algo. Como si alguien hubiera penetrado en la habitación. Con una cara extrañada, me quedé acuclillada un rato pegada a la pared, cuando se hizo oír una voz femenina.

    —... Aún queda casi una hora hasta que volvamos a encontrarnos con el director. ¿Qué voy a hacer durante todo ese tiempo si no puedo leer mis mangas? Ah~ que ~ aburrido...

    Me quedé congelada dentro del baño. No puedo creerlo. ¡Había llegado una de mis dos compañeras de cuarto ya! Oh no. Mi piel comenzó a sudar levemente mientras intentaba relajarme sin éxito. ¿Qué podía hacer? ¿Qué le decía? Me hubieran servido más clases para hablar que para mejorar mis habilidades gamers.

    Tranquila, yo podía hacerlo. Para eso vine. Hasta hace un momento, me había dado unas palabras de ánimo a mí misma para enfrentar este tipo de situaciones. Si no era capaz de hacer esto, entonces no merecía seguir.

    Abrí un poquito la puerta, mirando a través de la angosta abertura. Pude observar una figura de cabello blanco sobre la cama de sábanas rojas. Y, espera... ¿Lo que estaba a su lado era una cartera? ¿Y ella vestía un uniforme?

    De repente, en mi mente se escuchó el eco de un clic. Lo tenía. ¡Era la chica que había hecho un alboroto antes de que llegara el tren! ¡Sí, la había visto!

    Ay no. Era la chica que había hecho un alboroto antes de que llegara el tren. ¿Y ahora qué hacía si me acusaba de terrorismo a mí también?

    Di vueltas alrededor del baño un par de veces y me fijé de nuevo en la hora. Tenía que apresurarme o sino me desmayaría del hambre en esa reunión.

    Tomando valentía, abrí completamente la puerta y me acerqué con un ligero temblor en las manos.

    —C-ciao... S-soy Karou, mucho gusto. —Cerré los ojos, esperando alguna reacción explosiva, mientras le tendía una mano que no dejaba de moverse ligeramente de un lado a otro.

    Awww, a Karou le gustó ese comentario. (?) Noir
     
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    Yugen

    Yugen D e p r e s s e d | m e s s

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    Aki Chigusa

    Mis palabras se perdieron en el aire. De verdad... ¿qué podía hacer? Tenía algo de sueño, pero no me parecía apropiado dormir en un momento como ese. Debía reunirme con los demás y el director para hacer ''no sé qué cosa extraña con las ondas de mi cerebro''. No me dormí, por supuesto, pero sí que quedé sumida por unos instantes en una especie de ''stand by'' profundo. Con los ojos cerrados, simplemente sintiendo la suavidad de las sábanas, mi propia respiración y escuchando el leve chirrido de la puerta...

    ... Un momento, ¿el leve chirrido de la puerta?

    No sabía cuanto tiempo había pasado realmente. Tal vez un par de minutos, puede que algo más. Me quité el brazo del rostro y me incorporé sobre la cama. Ese sonido había sido el chirrido de una puerta sin lugar a dudas, y había provenido de la puerta contigua a mi cama, probablemente el baño. Mi ceño se frunció ligeramente. No de molestia, sino de confusión. Así que después de todo no era la única persona en el cuarto...

    Mi cuerpo se tenso súbitamente. ¿Y si era esa niña? ¡No, no, no! ¡No me sentía preparada aún para responder sus acusatorias preguntas!

    Pero me equivoqué. Una chica menuda y de corto cabello negro se acercó a mí con ademán tímido. Estaba muy rígida, tensa; sus pálidas mejillas ardían de vergüenza y ni siquiera parecía capaz de sostener mi mirada. Tenía los ojos cerrados y apretados con fuerza y su mano extendida temblaba visiblemente. Ella era Karou, había dicho... y no se parecía en lo absoluto a Shizuma. Era algo más así como Tamao. Síp, una criatura frágil e introvertida.

    Suspiré de alivio al verla aparecer. Por un momento había creído que podría tratarse de esa cría molesta... eso hubiera sido horrible. Por una vez, me alegraba enormemente de que mis pensamientos hubieran sido errados.

    —Ah, eres esa tercera chica del panel...— dije en voz alta y me incorporé entonces de la cama—. Me has asustado ¿sabes? creí que eras otra persona.

    Quizás aquello sonó un poco brusco, casi como un regaño. Crucé mis brazos y la miré con atención y entonces miré su mano que no dejaba de temblar desde hacía un buen rato. Incluso parecía temblar más desde que yo había hablado. Ah... ¿y si la había asustado? ¡No quería asustarla, más que nada porque se veía como un gatito indefenso! ''Una total neko'' pensé para mis adentros y me maldije internamente. ¿Por qué demonios había pensado eso?

    —E-esto... Como sea, yo soy Aki. Puedes dejar de temblar ya— le comuniqué entonces—. No voy a morderte ni nada parecido. A partir de ahora somos algo así como compañeras de cuarto. Es... un placer conocerte, Karou-san.

    Solo añadí el ''san'' porque llamarla ''Karou'' a secas me parecía apresurado. Ni siquiera nos conocíamos. Con Andy no había usado honoríficos porque era un extranjero y seguro no lo entendía... Pero Karou no era un nombre extranjero al fin y al cabo.
     
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    —Ah, eres esa tercera chica del panel... Me has asustado ¿sabes? creí que eras otra persona —dijo la joven con la cabellera blanquecina. Se había levantado de la cama y me fijé por el rabillo del ojo que se había quitado los zapatos.

    —E-esto... Como sea, yo soy Aki. Puedes dejar de temblar ya. —Al oír esto, mi mano obedientemente se quedó quieta y abrí los ojos tímidamente hacia ella—. No voy a morderte ni nada parecido. A partir de ahora somos algo así como compañeras de cuarto. Es... un placer conocerte, Karou-san.

    Me quedé boquiabierta ante lo que había pasado por unos cuantos segundos y mis mejillas se tiñeron de rojo cuando me di cuenta que había sido demasiado claro el temblor que poseían mis manos.

    Pero al menos, no había sido acusada de terrorismo aún, ¿no? Eso ya era un avance.

    Sonreí un poco y mis nervios se calmaron más hecho ya el primer paso.

    —E-es verdad... ¿Aki? ¿Está bien que te llame así? ¿O debería usar el -san también? —le pregunté, no teniendo ni idea de lo que era aquel diminutivo—. T-e escuché mencionando algo de unos mangas... No sé mucho acerca del tema, p-pero he jugado algunos videojuegos basados en animes y mangas, y por lo que vi, tienen muy buenas historias.

    No sabía muy bien porqué le dije eso a mi nueva acompañante, pero creí que quizás mencionando algo que podamos tener en común, podíamos soltarnos un poco más.

    Mientras esperaba su respuesta, me dirigí hacia mi equipaje, acomodando algunas ropas en el nuevo ropero y también guardando mi frasco especial. Luego, sin previo aviso, un sonido ahogado resonó dentro de mi estómago y me apreté la zona con una mano.

    —L-lo siento... Se me pasó comer algo en el tren y ahora tengo muchísima hambre... —susurré un poco avergonzada. Esperaba que no hubiese quedado más mal de lo que ya pensaba que había quedado.
     
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    Aki Chigusa

    —''E-es verdad... ¿Aki? ¿Está bien que te llame así? ¿O debería usar el -san también?'' —me preguntó curiosa. Mi ceño se frunció de nuevo en confusión. ¿Uh?—. 'T-e escuché mencionando algo de unos mangas... No sé mucho acerca del tema, p-pero he jugado algunos videojuegos basados en animes y mangas, y por lo que vi, tienen muy buenas historias.''

    ... ¿eh? ¿¡EH!? ¿Me había escuchado? No... no había hablado tan alto, ¿verdad? ¡Era imposible que me hubiese escuchado! Sentí mi rostro mudar de color. ¡Ah no, aquello estaba mal! Se suponía que aquello era un secreto. Un secreto que por error había descubierto aquella niña. Incluso si me gustaba el anime y el manga no iba a admitirlo en voz alta. ¡Nadie entendería mi gusto por un género tan particular como el yuri! Eso solo... me traería problemas y... y después de mi horrendo pasado no necesitaba más.

    —Yo...— balbuceé entonces, sentía el ardor en mis mejilla. Solté una risilla trillada y nerviosa—. ¡J-ja! ¿Q-quién dijo eso? ¡Yo no...! ¡Esto... es una total equivocación! ¿Entiendes? ¡En mi cartera solo llevo útiles escolares! ¿Qué sentido tendría traer mangas a un internado de gamers de todos modos?

    Solté patéticamente como respuesta. No pareció escucharme. Se dio la vuelta, evidentemente menos tensa, pude notarlo por su actitud más relajada. Eso en cierta forma logró que yo también me destensase. Al menos... no iba a volver a sacar el tema, ¿verdad? Comenzó a acomodar sus ropas en el armario. Y repentinamente, un sonido muy particular pareció emerger desde su estómago.

    ''L-lo siento... Se me pasó comer algo en el tren y ahora tengo muchísima hambre...'' —susurró avergonzada.

    Parpadeé un par de veces, anonada. Y entonces... sonreí.

    —Ah, ya veo...— respondí pues. Crucé mis brazos—. Está bien, es normal. Yo tampoco comí nada en el tren. Pero la comida de aquí debe de ser deliciosa.
     
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    —Yo... ¡J-ja! ¿Q-quién dijo eso? ¡Yo no...! ¡Esto... es una total equivocación! ¿Entiendes? ¡En mi cartera solo llevo útiles escolares! ¿Qué sentido tendría traer mangas a un internado de gamers de todos modos? —mencionó Aki, con una risa nerviosa. ¿Me había equivocado? Podría ser, capaz había escuchado mal.

    —Oh, l-lo siento, creo que escuché mal entonces. No importa —contesté, mientras volvía a mirarla de frente. Luego de que el rugido de mi estómago haya hecho aparición en la habitación, escuché aliviada cómo la chica lo comprendía y me decía que tampoco había comido nada en el tren—. B-bueno, yo iba a ir a visitar el comedor del complejo... S-si quieres, puedes venir también, o p-podría traerte algo que quieras comer.

    Cada vez sentía que estaba tan hambrienta que no sabía si iba a poder caminar cómodamente hacia allá, porque me dolía mucho la panza. Hice una mueca de dolor y me acomodé un poco para estar en una posición más cómoda. Le sonreí a mi nueva compañera de forma tímida, pero deseaba por dentro que se pudiera expresar la calidez que quería mandarle, para que no se sienta tan desconfiaba de mí. Esperé pacientemente la respuesta mientras me preguntaba dónde estaría en ese momento la otra chica a quien debía conocer. ¿Capaz se fue también al comedor? ¿La podría conocer allí?
     
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    La miré con cierta culpabilidad en los ojos. No, no había escuchado mal, pero yo no podía decirlo. Solo alcancé a devolverle una sonrisa falsa y fingida.

    "B-bueno, yo iba a ir a visitar el comedor del complejo... S-si quieres, puedes venir también, o p-podría traerte algo que quieras comer."

    No lo pensé durante demasiado tiempo.

    —No, está bien— le dije—. Iré contigo. Me vendría bien estirar un poco las piernas tras pasar tanto tiempo sentada en el tren.

    Sujeté con fuerza el asa de mi cartera, mordiendo ligeramente mi labio inferior, y me encaminé hacia la puerta.

    >> Vamos, antes de que llegue la hora de ver al director.

    "Y antes de que aparezca esa niña..." pensé para mis adentros, pero no lo mencioné en voz alta. No me sentía preparada para encontrarme con ella de nuevo.
     
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    Karou Bright.

    —No, está bien. Iré contigo. Me vendría bien estirar un poco las piernas tras pasar tanto tiempo sentada en el tren —me contestó Aki—. Vamos, antes de que llegue la hora de ver al director.

    Oh, dios. ¡Aceptó ir conmigo! ¡AAAAH!

    Bien, cálmate, Karou. Todo está bajo control. Vamos a ir hacia allá, buscamos algo para comer y volvemos al hall, preparadas para lo que sea que el director nos tire encima. Además, ya en el camino podrás hablar más con tu nueva compañera y, quizás, encontrarte con los demás chicos que habías conocido. Eso sería algo agradable.

    Pero, oh, dios, estaba tan emocionada y tan contenta por haber hecho un avance por mí misma, invitando a la chica de cabello blanco a comer algo. ¡A eso me refería, Karou del espejo! ¡Así se hace!

    Respiré hondo y salí de la habitación D, hacia el pasillo. Pude notar que había oscurecido un poco más que antes ahí afuera, así que me apresuré en ponerme junto con Aki para dirigirnos a nuestro nuevo lugar.


    En un rato me dirijo hacia el tema de allá y hago el post correspondiente. :'D
     
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    Yugen

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    Chigusa Aki

    Sinceramente no había logrado dormir demasiado. Cuando abandoné el patio una vez el aire nocturno me calmó el ardor de la mejillas, lo primero que hice fue dirigirme a mi habitación. Tomé mi cartera y me puse a leer uno de mis mangas aprovechando la soledad del cuarto. Ni Karou ni Hoshi estaban a la vista. Y lo agradecí porque necesitaba calmarme.

    Las palabras de Jack no dejaban de hacer eco en mi cabeza. No debía ocultarlo porque era algo que me hacía feliz... ¿y eso era suficiente? Qué tontería, de verdad. Era una completa tontería. Pero... si era una tontería, ¿por qué no podía quitarlo de mi cabeza?

    Además, estaba la voz de ese hacker creepy. Y su amenaza de volver a vernos. ¡Joder! ¿Qué había sido eso? Molesta por aquellos pensamientos que no me dejaban centrarme en la lectura volví a guardar el manga y me hice un ovillo bajo las sábanas. La suavidad y calidez de estas me calmó, reconfortándome. Pero los latidos de mi corazón no se calmaron.

    Al cerrar los ojos la imagen de Jack y su resplandeciente sonrisa al atardecer dispararon nuevamente mi ritmo cardíaco... y volví a abrirlos, sintiendo ese furioso ardor en las mejillas otra vez.

    ...

    —Akaname eres un imbécil....—susurré en voz baja con los ojos entrecerrados, encarando la pared de mi litera.


    ¿Por qué me había dicho todo eso? ¿Por qué había simpatizado tantísimo con mi dolor? Yo solo quería un intercambio de experiencias, ni siquiera esperaba que Jack los comprendiese, mucho menos que tratase de consolarme. Mucho menos que me abrazase.

    Me eché la almohada sobre la cabeza.

    Era un completo imbécil.

    ****

    A la mañana siguiente fue el ensordecedor molesto ruido lo que me despertó. Y dos voces dispares que se mezclaban desde el pasillo.

    Gruñí bajo la almohada, irritada.

    Ah, no podía ser. Ni siquiera había logrado dormir más de dos horas.
     
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