One-shot Graznido (League of Legends)

Tema en 'Fanfics sobre Videojuegos y Visual Novels' iniciado por Ryuheist, 27 Octubre 2020.

  1.  
    Ryuheist

    Ryuheist Comet Crusader

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    Escritor
    Título:
    Graznido (League of Legends)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1726
    Este fanfic es para la actividad de "Feliz Harrowing", hecha por washimi. Según entendí, Fiddlesticks estaba entre las opciones para hacer el relato, así que me incliné por escogerlo a él y no a los campeones de las Islas de las Sombras u otros que se pasean por todo Runaterra. Me gusta Fiddle y su concepto, sobretodo tras el rework, so... (?

    Viernes 30 de octubre. 9:30 p.m.

    —Otro grupo de soldados ha desaparecido dentro del bosque. Se recomienda a todos los pueblos cercanos a dicha ubicación mantenerse al margen y, de ser posible, no salir de sus casas cuando anochezca. Esta fue la edición nocturna de las noticias, muchas gracias por estar con nosotros. Nos vemos en una nueva transmisión. —apagó la televisión tras la finalización y deslizó su mano derecha por su cabello castaño, para posteriormente soltar un suspiro y mirar a su esposa, una mujer alta con una gran cabellera negra que se acercaba a él con dos tazas.

    —¿Qué pasó ahora? ¿Otro más? —le extendió una de las tazas y se sentó a su lado.

    —Otros. —agarró la vasija y tomó un poco del café para continuar: —Según el noticiero fue un grupo, Rose.

    Ella cerró los ojos lentamente, se le veía la preocupación en la forma en que su frente se arrugaba un poco.

    —Las noticias se enfocan en los soldados del ejército, pero ¿qué hay de nosotros? Hablé con los vecinos hace unos minutos y me dijeron que desaparecieron dos de sus vacas otra vez, y ni siquiera es medianoche.

    —En cualquier momento podría ser uno de nosotros. —comentó resignado.

    —¡No digas eso, Reiss! —se levantó rápidamente del sofá, sujetando su taza como si se aferrara a ella con sus manos temblorosas. —Lacie podría escucharte…

    Él sonrió ligeramente y de forma vacía, casi dando la impresión de estar rindiéndose ante la situación.

    —Somos los más cercanos al bosque, los animales de la campiña han estado desapareciendo desde hace más de un mes. Dicen que son magos, pero lo dudo mucho, esto no tiene pinta de ser obra de algún mago sino de algo más horrible. Es algo inhumano. —miró a la ventana, al lado de su televisor para luego dirigirse a ella y ver las estrellas. —Mañana es treinta y uno, culminará el eclipse.

    —Por favor, no sigas… —Rose susurraba repetidas veces. Tenía los ojos lo más abiertos posible, estaba asustada y parecía que fuera a romper el vaso debido a la fuerza con la que sus manos lo agarraban.

    —Lo que sea que esté cerca a nosotros no debe ser de este mundo. —la voz de Reiss comenzaba a quebrarse. —Fear

    —¡Ya basta, mierda!

    —¿Mamá, papá?

    Ambos voltearon rápidamente al lugar de donde provenía la voz y se encontraron con su pequeña hija en la entrada de la sala.

    —Terminé mi tarea. ¿Pueden darme mis buenas noches? —con una voz inocente y una sonrisa risueña, la niña subió por las escaleras para ir a su habitación, dando la impresión de que jugaba a que la atraparan.

    —No te atrevas a decir eso. —Rose lo miró aún temblando. Su marido vio cómo sus piernas se esforzaban por no temblar.

    —Perdón, yo…

    —Vamos.

    Él asintió y dejó su taza sobre la mesa; Rose imitó su acción y se dirigieron a las escaleras para ir donde su hija.

    Mientras caminaban por el pasillo dirigiéndose a la alcoba de su hija, la pareja escuchó varios graznidos que provenían del exterior; ambos miraron por una ventana y observaron un gran grupo de cuervos que volaban sobre el cielo estrellado y otros tantos que posaban en las ramas de los árboles cercanos.

    Una vez llegaron al cuarto, vieron a Lacie acostada en su cama, con un peluche de una vaquita Mu-Mu a su lado. Ninguno de los dos pudo evitar sonreír sinceramente al verla, el resultado de su relación y aquello que más aman en el mundo.

    —¿Cómo estás, Lacie? Ya son casi las diez de la noche, terminaste tarde esa tarea. —Rose se sentó en el borde del colchón de la cama.

    —Es que tuve que buscar sobre el tema de la tarea. Era sobre relatos de Valoran y no sabía de qué escribir.

    —Ah, ¿sí? ¿Y de qué escribiste al final? —preguntó curioso su padre.

    Ella pareció emocionarse y dijo, alegremente: —¡Sobre Fiddlesticks! —los dos adultos se asombraron inmediatamente al escucharla.

    —Me asusté un poco mientras leía, pero ¡es emocionante! Hasta la descripción en Internet se parece al espantapájaros que hay en la colina desde hace dos meses, sólo que ese no tiene ni una guadaña, ni una jaula, ni colmillos ni nada de esas cosas de miedo. —dijo entre risas la pequeña.

    Rose suspiró y se secó las gotas de sudor que empezaron a deslizarse por su frente. Le dio un beso en la mejilla derecha a su hija y se levantó de la cama.

    —Ojalá te vaya bien en la tarea, amor. Nos vemos mañana. Descansa. —se dirigió a la puerta y esperó a que Reiss se despidiera con otro beso de Lacie y apagara el foco, para después salir con él de la alcoba.


    Viernes 30 de octubre. 11:43 p.m.

    El tiempo transcurrió lentamente y Lacie se quedó despierta por un par de horas, por alguna extraña razón no podía conciliar el sueño, ni siquiera cuando se quedaba abrazada a su peluche de la vaquita Mu-Mu que, según ella, tenía poderes mágicos que la ayudaban a dormir cuando se le dificultaba.

    —No funciona tu poder, Mu-Mu, no me logro dormir… —susurró preocupada.

    Llevaba unos veinte minutos escuchando con fuerza los graznidos de aves que provenían de fuera de la casa; también podía ver cómo la luz del pasillo aún seguía encendida gracias al pequeño resplandor dorado que se adentraba a su cuarto por debajo de la puerta, lo que se le hizo extraño porque su madre siempre apaga las luces antes de irse a dormir, aproximadamente a las once de la noche.

    Pocos minutos después, sintió cómo el chillido de las aves se hacía más fuerte, como si estuvieran más cerca de ella. Se escondió debajo de sus sabanas casi por inercia, sin soltar su peluche, aterrada porque podía sentir una presencia, un aliento detrás de ella, algo que le respiraba en la nuca, algo que… pedía ayuda y a la vez piedad.

    Por alguna razón, se le vino a la mente un fragmento de la historia de aquel ente ancestral del que investigó en Internet para hacer su tarea. Eso sólo provocó que temblara más y sus ojos comenzaran a derramar algunas lágrimas.

    “Cuidado con el graznido del cuervo,

    O con el suspiro de la forma que parece casi humana”. Lo sintió detrás de ella una vez más, una leve respiración que poco a poco fue disipándose.

    —Mamá, papá… —su voz se quebró, casi dando la impresión de que se había ahogado. Se quitó la sabana lentamente de su cabeza y miró a la puerta. Estaba medio abierta.

    Los gruñidos no dejaban de escucharse y Lacie sentía la gran necesidad de gritar. Ni siquiera sabía qué palabras debería exclamar, sólo sentía que debía hacerlo, pero algo le detenía, algo que estaba en su mente.

    Sonó un bufido como el de las vacas de la campiña, esas que veía casi a diario cuando observaba a sus papás ordeñarlas. Inmediatamente miró a donde tenía su peluche, pero ya no estaba. Su voz no quería salir a diferencia de las lágrimas que ya se deslizaban por sus mejillas sin cesar.

    Cariño… —escuchó esa palabra. Sintió que era la voz de su madre, aunque estaba quebrada, como ha estado la suya desde hace un tiempo. —Mamá no te hará daño…

    Lacie no quiso mirar el lugar de donde provenía la voz. Parecía que estaba fuera de su habitación, pero algo le decía que no era su madre en realidad. La voz estaba acompañada de un sonido metálico, como una jaula que se movía de un lado a otro, y más sonidos, más cuervos.

    —Mamá habría apagado la luz del pasillo. No es ella, no es ella… —pensaba, ya que su voz no quería salir por el nudo de su garganta.

    Se acostó bocabajo, con los ojos cerrados y con la sabana cubriéndola por completo. Se rehusó a mirar fuera de ella hasta que amaneciera.

    Escuchó unos pasos, fuera lo que fuera que estaba en el pasillo tenía la intención de entrar. Era algo, pero a la vez eran más, los cuervos, la jaula, algo que se arrastraba y que parecía ser también metálico, algo que traqueaba como si estuviera en mal estado y fuera tan ligero como para romperse si se le llegara a tocar, y esos bufidos de animales de granja, ya no sólo sonidos de vacas, también habían chillidos de cerdos, caballos, conejos y más que se perdían y mezclaban con el resto, regalando un recital de horror y miedo.

    La pequeña sintió cómo su sabana se despegaba de ella y su cabello era acariciado por algo afilado, como una garra. Estaba helada. Los sonidos de los animales iban a reventarle los tímpanos, pero se resistía a mirar. —Papá y mamá… te aman, La… cie…

    Escuchó su nombre pronunciado lentamente y con mucha dificultad, como si no pudiera decirlo de manera fluida o como si fueran las últimas palabras de alguien antes de perder el aliento. Eso hizo que pensara en lo peor, una imagen terrible se dibujó en su mente, una imagen donde sus papás eran lo único que había, pero no precisamente bien.

    —Mamá, papá… —dijo. Su voz había vuelto a salir, pero débilmente. Se atrevió a mirar lo que fuera que estaba enfrente de su cama.

    Cuando lo hizo, vomitó de repente. Vio esos ojos rojos y muertos, ese rostro asimétrico con dientes oxidados y llenos de sangre al igual que su guadaña, una jaula con cuervos dentro, y esas piernas delgadas que crujían y movían de manera aleatoria, como si estuvieran rotas y descoordinadas.

    —Ven con papá y… mamá…

    Fiddlesticks abrió su boca, mostrando más y más de esos oxidados dientes y una larga lengua, las cuales se acercaron a Lacie sin que ella pudiera siquiera moverse. Estaba paralizada; sus lágrimas se detuvieron y su voz se ahogó de nuevo. Su mente ya no estaba en ese lugar.


    Sábado 31 de octubre. 12:00 a.m.

    Feliz Harrowing.
     
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    • Espeluznante Espeluznante x 1
  2.  
    Luncheon Ticket

    Luncheon Ticket THE BE(a)ST

    Virgo
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    Buenas tardes (o días, o noches, según sea el momento en que leas esto), vengo a dar la correspondiente devolución en relación a la actividad para la cual estás participando.

    Ante todo, debo felicitarte por la calidad de la narración (muy buena) y más que nada por la ambientación, se me hizo muy sutilmente parecida (al principio, más que nada) a los relatos del celebérrimo HP Lovecraft.
    Ignoro si fue intencional o no, pero sea cual sea el caso, te quedó excelente.
    La cuota de suspense estuvo eficazmente manejada, con todo y los detalles que empleaste (como ser los bramidos de los animales como señal de peligro, por ejemplo).
    La participación de Fiddlesticks me gustó bastante, además.
    Genial aporte, la verdad.
    Y te deseo mucha suerte, por supuesto.
    :)
     
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    wasabi

    wasabi Flamer Comentarista empedernido

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    Seamos sinceros, Fiddle da más miedo que todos los campeones de la Isla de las Sombras juntos. Y concuerdo contigo que el rework lo hizo aún mejor.

    Me encantó el enfoque que le diste a la historia desde el punto de vista de tres personas ordinarias, sin magia o habilidades que les otorgaran una mínima ventaja.

    Si te soy sincera, esperaba que fuera solo una pesadilla y que los tres estuvieran a salvo. Pero fue aún peor que una pesadilla y no lograron despertar. Una historia sin esperanzas o héroes, solo Fiddle atormentando a su cena, de nuevo debo decir que me encantó.

    Muchas gracias por participar!
     
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