El Gran Comedor de Hogwarts es un lugar tan espléndido como extraño. Se encuentra iluminado por miles y miles de velas que flotan por el aire por encima de cuatro grandes mesas que van desde una punta a la otra del salón. En las mesas hay platos, cubiertos y copas de oro. Sobre cada una de las mesas se encontraba colgado un estandarte con el emblema de cada casa, indicando qué mesa pertenecía a qué casa (de izquierda a derecha, las mesas son: Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin). En la cabecera del comedor se encuentra, sobre una tarima, una quinta mesa, la mesa de los profesores. El techo se encuentra encantado para reflejar el exterior, con tal perfección que era difícil creer que allí hubiera un techo y que el salón no se abriera directamente al cielo.
La profesora McGonagall marchó hacia el frente, seguida del puñado de alumnos de primero que llegaban a aquel mágico lugar por primera vez en sus vidas, avanzando entre las mesas de Huffelpuff y Ravenclaw (todos los alumnos mayores estaban sentados en sus respectivas mesas ya), en dirección a la mesa de profesores. Cuando estuvieron frente a ella, justo antes de subir los pequeños peldaños que separaban la tarima del resto de las mesas, la profesora se detuvo, y los alumnos la imitaron. Ante la inquisitiva mirada de los alumnos, la profesora McGonagall colocó en silencio un taburete de cuatro patas sobre la tarima, frente a los de primer año. Encima del taburete colocó un sombrero puntiagudo, remendado, raído y muy sucio. Todos parecían preguntarse a que iba tanto drama por un sombrero viejo y desgastado, aunque el silencio que se hizo en el lugar fue absoluto. Y entonces, de la nada, el sombrero se movió. Una ancha rasgadura cerca del borde se abrió, como si fuera una boca, y el sombrero comenzó a cantar: —Oh, podríais pensar que no soy bonito, pero no me juzguéis por lo que ves. Me comeré a mí mismo si puedes encontrar un sombrero más inteligente que yo —soltó el sombrero con voz teatral; recitaba su discurso como si fuese la más lírica poesía pronunciada en la historia de la humanidad—. Podéis encontrar sombreros altos, elegantes y hermosos… pero yo soy el Sombrero Seleccionador de Hogwarts, y los supero a todos ellos, pues no hay nada escondido en vuestras cabezas que el Sombrero Seleccionador no pueda ver. Todos escucharon las palabras del Sombrero Seleccionador con sumo interés y silencio, y cuando se quedó rígido comprendieron que eso era todo lo que pensaba decir. La profesora McGonagall se paró junto al taburete, extrajo un pergamino de su túnica y lo desenrollo antes de mirar al grupo de primer año. —Cuando pronuncie su nombre, deberán subir, sentarse en el taburete y ponerse el sombrero para que os seleccionen —dijo McGonagall antes de mirar en el pergamino cual era el primer alumno que sería seleccionado—. ¡Abbadie, Danielle! Contenido oculto Pues sí, básicamente, eso es todo… cuando McGonagall los llame, deberán rolear que suben a la tarima, se sientan en el taburete y se ponen el sombrero. Luego yo, haciendo del sombrero, les revelaré la casa en que les ha tocado. @EliLover adelante, ¡eres la primera! Ojo; aunque Eli debe ser la que rolee que suba y es seleccionada, eso no significa que el resto de vosotros tiene que parar de rolear hasta que les toque subir. Pueden postear sus reacciones al Gran Comedor, sus nervios ante la perspectiva de ser seleccionados, etc… ¡mucha suerte a todos! :3 Y aquí el orden en que serán llamados (como habréis deducido, es en orden alfabético de apellido): Abbadie, Danielle Aldridge, Andrew Aoyama, Jane Brown, Daniel Clearwater, Raven Colle, Ery Frenerich, Melinda Holder, Evelyn Hollister, Lydia Horan, Dylan Kyllikki, Lumi Miller, Hikari Moorse, Ricky Pierre, Jean Scott, Airin Statch, Sam Stone, Victoria Tyler, Adam Tyler, Emma Willson, Kara Zeller, Elijah Zeller, Wolfgang Contenido oculto Por las dudas, etiquetaré a todos aquí para que veáis el tema (igual los volveré a etiquetar cuando les toque ser seleccionados, no se preocupen XD): @Liza White @Alisse Madness @AlexaMH @Nekita @rapuma @Bruno EVF @Kyouko Kiryuu @Amelie @Lucas Diamond @Miss Phantomhive @SweetSorrow @Noir @Void Izumi @Jenivere @EN Auditore @Lu Heart @Hey Miguel
Evelyn " Es complicado de explicar, Evelyn. Y tú, ¿emocionada?" —Emocionada y nerviosa a partes iguales —reí por lo bajo, descargando un poco la tensión que tenía y relajando mis facciones en una sonrisa permanente, casi eufórica. Avanzamos en completo silencio por el tan ansiado Gran Comedor, absorta en cada rincón de aquel inmenso lugar que desprendía magia alla donde lo vieras, mientras saludaba con la mano a todos los estudiantes allí presentes, animada. Se veían agradables, oye, ¿por qué no saludarlos ya de paso? De un momento a otro la fila frenó en seco y choqué ligeramente con el de en frente al no prestar atención. Me disculpé rápidamente y traté de colocarme de puntillas entre los niños para poder ver qué ocurría, hasta que hicieron hueco y pude ver que se trataba del sombrero seleccionador. ¿El me diría en qué casa estaría? ¡Qué emoción~! —Mucha suerte —le susurré a la tal Danielle con una sonrisa, tratando de irradiarle confianza a la chica una vez pasó por nuestro lado directa hacia el sombrero.
Danielle Abbadie. Habíamos entrado al lugar en una fila, me dedique ha estudiar el comedor, cuatro medas largas estaban acomodadas en el salón, levante la cabeza y me encontré con las estrellas, mire confundida, al ser un castillo de múltiples pisos, se notaba desde afuera, era imposible la ausencia de techo, debe ser magia. "¡Abbadie, Danielle!" La voz de la profesora McGonagall me llamo la atención, baje la vista y trague saliva, solo debo sentarme en el taburete y listo, sensillo, ¿verdad? Respire hondo y con paso lento avance hasta el primer peldaño. "Mucha suerte" Un susurro femenino me recordó que no estaba sola, me mordi el labio inferior y comencé a subir los peldaños. Ya arriba me senté, la espalda derecha los pies casi en punta y las manos sobre mi regazo, alce la cabeza a las mesas, todos me miraban, supongo que deseaban a una nueva estudiante en sus casas, eso me aumentó los nervios, ¿y si no me quieren en mi casa? Yo no resistiría eso. Algo tapo la mitad de mi vista, supe que la profesora McGonagall había colocado el sombrero en mi cabeza, solo deseo que me acepten en mi casa.
Kara Willson Al final, Melinda no me había explicado el por qué consideraba ella a... ese niño como un llorón, porque para mí era mas... como decirlo... ¿querer mantener a todos a raya? ¿intentar alejar a todos con esas palabras duras?, bueno, sea lo que fuera ella se había retirado y él también lo hizo con algo de muy mal humor, pero ya se le pasaría... ¿verdad? No mucho después había llamado la profesora McGonagall para que hiciéramos fila para por fin pasar esas puertas, ¡que emoción!, me despedí de Raven y pase a formarme junto a los demás para adentrarnos a este maravilloso lugar, había un millón de velas flotando cerca del techo y cuatro laaaargas mesas que al parecer pertenecían a cada una de las casas de Hogwarts. Siguiendo a la profesora, tuvimos que pasar por un par de mesas donde los estudiantes mayores nos miraban pasar, no pude evitar sentirme algo apenada y no tenía cerca a Evelyn como para tomar su mano y pegarme a ella para intentar no pensar en las miradas de los mayores, ¡era bastante incómodo! aunque después tengo que admitir que olvidé las miradas por completo cuando vi al sombrero comenzar a moverse y hablar, uno que otro de mis familiares lo había mencionado pero... ¡verlo tu misma era genial! Hubo un silencio sepulcral por un par de segundos y finalmente alguien debía pasar a que ese sombrero le dijera en que casa debía de estar, ella se notaba algo nerviosa, pero... yo también lo estaría si fuera la primera en pasar. Desde mi lugar le desee suerte aunque posiblemente no me haya escuchado y comencé a moverle lentamente entre los alumnos hasta que ubiqué a Sam y Evelyn — Por fin los encuentro — dije en voz baja una vez que toqué levemente sus espaldas para llamarles la atención — ¿Que hicieron en mi ausencia ustedes dos? — pregunté con una sonrisa de emoción en mi rostro, ¡ya quería que llegara mi turno!
—"Sólo deseo que me acepten en mi casa", ¿eh? —repitió una vocecita en la oreja de la chica. La muchacha se sobresaltó un poco; al parecer, el sombrero no mentía cuando dijo que no había nada en su cabeza que él no pudiera ver. El sombrero era tan grande que le tapaba a Danielle casi completamente la visión del Gran Comedor; sólo veía el suelo y la mitad inferior de algunos alumnos, por lo que no podía ver cómo la observaban miles de rostros. Y aquella vocecita, que hablaba en un susurro tan bajo que sólo ella podía oírlo, continuó hablando. —Hmm… ¿qué haré contigo, qué haré contigo? Una chica curiosa, sin duda… sí, sí, curiosa… vaya, tienes cualidades que podrían darse bien en cualquiera de las cuatro casas pero… me pregunto si… —el sombrero se tomó una pausa, como si estuviese debatiéndose internamente—. Hmm… ya sé lo que haré contigo… Hubo unos dos segundos de pausa y luego el sombrero exclamó, en un tono de voz más fuerte que pudo ser oído en todo el silencioso comedor. —¡RAVENCLAW! El Gran Comedor se llenó de aplausos mientras la profesora McGonagall le quitaba el sombrero a Danielle. La mesa de Ravenclaw fue la que aplaudió con más ánimo y fervor, alegres de ver a un nuevo miembro unirse a sus filas. Danielle abandonó el taburete y fue a sentarse a la mesa de los Ravenclaw como le indicó McGonagall, y una vez que hizo ello la profesora procedió a llamar al siguiente alumno. —¡Aldridge, Andrew! Contenido oculto @Hey Miguel
Ricky Moorse Aquella ceremonia lo ponía nervioso; le hacía recordar los exámenes que hacia en su escuela de... ¿gente normal? ¿de gente que no era "mágica"? Sea como fuera, todo aquello le erizaba todos los vellos de su cuerpo. Comenzó a jugar con sus dedos, tocando las pequeñas uñas de su índice y anular; escondió los labios y miró al resto de los alumnos de años más avanzados... eso lo hacía sudar; sentía su túnica de mago pegarse más a su cuerpo y un pequeño frío para nada agradable subir por detrás de su nuca. Llevó la mirada hacia Ery y luego hacia el sombrero seleccionador, donde otro alumno subía para saber el destino de su casa dentro de la escuela. Volvió a mirar a Ery, deseando que le toque con ella, ya que, después de todo, era con la única que había hablado y le caía bien...
Andrew El Gran Comedor estalló en aplausos animosos para con la nueva Ravenclaw. Danielle había sido la primera en ser asignada y yo esperaba ser de los últimos, pero la profesora McGonagall tenía otros planes para mí. Una vez Danielle se sentó a la mesa de su nueva casa, junto a sus nuevos compañeros, la profesora llamó mi nombre y sentí emoción mezclada con ansiedad. Miré a mis compañeros de primer año, entre los cuales algunos me animaban a subir y otros se encontraban muy ocupados preocupándose por qué casa les tocaría. Me dirigí a la tarima con pasos seguros y me senté en el taburete con la frente en alto, tratando de demostrar confianza cuando en realidad sentía algo de miedo. Todas las miradas se posaban en mí, expectantes. ¿Qué casa me tocaría? ¿El sombrero podía ver todo lo que había en mi cabeza realmente? ¿podía ver mi verdadera naturaleza cuando ni siquiera yo podía verla con claridad? Sentí como algo se posaba en mi cabeza y tentaba a taparme la vista, pero cuando lo tuve sobre mí, lo corrí un poco hacia arriba para no quedar tan a ciegas. Estaba algo nervioso, pero luego recordé por qué estaba ahí y utilicé eso para darme coraje de afrontar lo que el destino me deparase. "Me toque lo que me toque, daré lo mejor de mí para convertirme en un gran mago" me prometí a mí mismo cerrando los ojos.
Danielle Abbadie. La voz del sombrero me había asustado un poco, era como un susurro en el oído, lo único que comentaba era la pregunta de donde me pondría, yo había llenado mis pulmones de aire, el cual mantuve en ellos hasta el momento que el sombrero anuncio mi casa. Cuando la prenda inteligente fue retirada de mi cabeza vi como todos aplaudían, pero era en una mesa en especifico en la cual se veía más emoción, supuse que esa seria mi casa, me levante del taburete y la profesora me indico a donde ir, mi suposición había acertado. Baje rápido los peldaños, no quería demorar las cosas, una vez abajo camine más tranquila a la mesa, se veía muy llena, temí que no pudiera sentarme en ella y me mandaran a otro lugar, pero un par de alumnos se acomodaron dándome un hueco, agradecí con un gesto de cabeza y me senté en la banca. Ya sentada la profesora llamo al siguiente, Andrew subió los peldaños y tomo asiento en el taburete, el sombrero también le tapaba la vista, pero pude notar como apartaba un poco la prenda para poder ver a toda la escuela mirándolo, cruce los dedos esperando lo mejor para el.
—¿Te toque lo que te toque? ¿Seguro? —susurró una vocecita burlona. El sombrero se bajó por su cuenta un poco más, obstruyendo casi completamente la visión de Andrew, para que la comisura que era su boca estuviese a la altura de sus oídos. Volvió a susurrarle a la oreja, procurando que sólo él pudiera oírlo. —¿Incluso si te tocara ser una serpiente, astuta y sigilosa? ¿O un león, tan concentrado en su valentía que puede llegar a ignorar todo lo demás? —musitó el sombrero—. Hmm… veo que tienes ansias de aprender, de convertirte en un gran mago… muy aplicado, sí, está todo muy claro aquí en tu cabeza, quieres ser un gran mago… sí, entonces creo que debes ser… >> ¡RAVENCLAW! Tras gritar la casa a la que pertenecía el muchacho, la profesora le quitó el sombrero a Andrew y él fue a sentarse junto a Danielle en la mesa de los Ravenclaw, que aplaudía al recién llegado con entusiasmo. Luego, McGonagall procedió con el tercer nombre en el pergamino. —¡Aoyama, Jane! Contenido oculto @Jenivere
Jane Aoyama. La inmensidad del Gran Comedor la sobrecogió. Y sobre todo por la cantidad de gente de distintas edades que los miraban curiosos y expectantes, y eso hizo que ella se pusiera más nerviosa. En cuanto supo que iba por orden alfabético, maldijo el que el apellido de su padre comenzase por A. Vio los otros dos estudiantes dirigirse a la mesa de su Casa correspondiente con aplausos y vítores, y cuando su propio nombre taladró en su cabeza como un eco, casi sintió desmayarse. Por un momento, creyó que solo estaban el Sombrero y ella y cada paso que daba, era uno cada vez más lento y tenia la sensación de que jamás llegaría a su destino. ¿Y los demás? Se preguntó, pues de pronto pareció que sus oídos se hubieran cerrado y ningún sonido estorbaba en su cerebro. Aquella sensación duró lo mismo que ella se sentó y procesaron a colocarle el desgastado Sombrero. Se mordió el labio inferior, nerviosa, y todo su cuerpo temblaba de puro temor. Sin embargo, algo en su interior hizo "clic" y frunció el ceño. No, no voy a ser tan insegura. Debo mostrar valentía, esto no es ningún reto, ¡esto no es nada! sentenció en su cabeza, intentando relajarse. Por favor, Sombrero, colócame en una Casa donde sea bien recibida y explote los supuestos dotes de bruja que tengo... Quiso agregar algo más, pero creyó que así estaría bien. Contenido oculto Es gracioso porque yo, siendo Jenivere, actuaría así. O sea, a mí me veríais temblando como un flan, con el corazón en la garganta y colorada por los nervios, pero intentaría demostrar seguridad en mí misma ante algo así. Jane es como una versión exagerada de mí misma...
—Hmm… ¿supuestos dotes? —musitó aquella voz, con un tono entre la burla y la genuina curiosidad. El sombrero se tomó su tiempo. Fueron apenas treinta segundos (que para Jane se sintieron como varios largos minutos) durante los cuales el sombrero enmudeció, y también lo hizo todo el Gran Comedor. Sin embargo, entonces, se puso a hablar en aquel tono de voz bajo que hacía que sólo Jane pudiese oírlo. —Parece que no tienes mucha seguridad en tus poderes de bruja… "supuestos dotes", así los llamas… oh sí, pero si lo veo todo claramente, está todo aquí, en tu cabeza… una chica intrigante, pero que no cree que lo es… falta de confianza, pero deseo de superarlo, sí… creo que ya se donde debes ir tú… >> ¡GRYFFINDOR! El Gran Comedor se llenó nuevamente de aplausos cuando el sombrero declaró la casa a la que iría a parar Jane. La mesa de los leones rugió con fuerza al recibir a la primer nueva integrante del año. La muchacha se apresuró hacia la mesa de Gryffindor en cuanto McGonagall le quitó el Sombrero Seleccionador de encima. —¡Brown, Daniel! —llamó la profesora, mirando nuevamente el pergamino que llevaba en su mano. Contenido oculto @Lucas Diamond
Jane Aoyama. El proceso había pasado tan deprisa (excepto ese momento el cual el Sombrero se quedó callado) y sin ella acabando de asimilar la información, que en cuanto bajó de la silla, no supo a dónde ir. Vio entonces una mesa donde los estudiantes sentados en ella le indicaban con sonrisas y más aplausos que se dirigiera allí y, torpemente, lo hizo. Sonriendo de oreja a oreja, se sentó al lado de unos chicos y chicas mayores que ella, pero muy majos, que le dieron la enhorabuena repetidas veces. Jane solo asentía con la cabeza y agradecía a todo el mundo. Antes de que la ceremonia siguiese con el resto de sus compañeros, se dedicó unos segundos a pensar en lo que el Sombrero le había dicho en voz baja... No pudo seguir en ello antes de ver al otro chico subir hacia la silla, y ella junto el resto del Comedor, aplaudieron de nuevo.
Ery Colle Todo esto estaba sucediendo demasiado rápido, sus ojos se impactaban con cada rincón de aquel lugar; fue tal la impresión que por largo tiempo permaneció muda, incluso cuando su nuevo amigo Ricky le hablaba y sólo podía asentir con una ténue sonrisa. Cada pared; cada alfombrado; incluso la más pequeña piedra de aquel lugar la hacían emocionarse, las novedades siempre eran dignas de ser contempladas a detalle; pero posiblemente ese no era el momento adecuado... ya habían sido llevados al Gran Comedor; un lugar enorme en el cual pudo sentir una calidez que jamás había sentido, todos espectantes a los nuevos alumnos, Ery miró como subían uno a uno para hablar con aquel sombrero parlante "¿Si el sombrero está vivo, estará calientito?" pensaba mientras veía como hablaba y gritaba el nombre de las casas. Giró su vista a Ricky; su nuevo y único amigo hasta ese momento, en verdad esperaba que compartieran la misma casa; pero su personalidad era diferente a la de ella, y sabía que la selección dependía mucho de ello, probablemente debía hacerle prometer que si estaban separados debían seguir siendo amigos; le sonrió y afirmó —Espero estemos juntos...— no era lo que planeaba decir; estaba nerviosa más no quería demostrarlo; pero por cada grito del sombrero se sobresaltaba, no estaba acostumbrada a los gritos.
Lumi. La profesora volvió por nosotros y enseguida pasamos al gran comedor, en donde pude observar a varios estudiantes sentados en unas mesas en las cuales se notaban ciertos emblemas, ¿serán esos escudos los que identificará a cada casa?, me interrogué a mí misma. En frente de nosotros se encontraban unas personas, me imagino que ellos son lo profesores. Después de quedar embelesada por aquel lugar tan peculiar mis ojos se posaron en un distinguido sombrero que estaba sobre una tarima; realmente me sorprendí cuando aquel sombrero comenzó a hablar como si fuera lo más normal, no debería sorprenderme, este lugar es bastante misterioso y mi curiosidad iba en aumento, papá jamás me habló sobre esto, ni siquiera sabía que existía este tipo de mundo hasta hace unos meses atrás; de algún modo lo traía en la sangre y desde que tengo memoria siempre me llamaba a atención todo lo relacionado a la magia y el misterio. Una voz que se encontraba a un lado de aquel sombrero me sacó de mis pensamientos, era la profesora McGonagall, la cual comenzó a nombrar a algunos de nosotros para que aquel peculiar sombrero nos asignara nuestra casa correspondiente. Observé que todos estaban nerviosos de lo que les fuera a decir y al parecer podía leer los pensamientos de los estudiantes que se lo ponían encima. Vi a mi compañera de bote, sino mal recuerdo aquel chico la había llamado... E-Ery... sólo había cruzado unas palabras con ella, y eso me bastó para saber que era una buena persona; el muchacho se me hacía misterioso en todos los sentidos y tampoco parecía tener ninguna mala intención, parecía interesante interactuar con él; al parecer esos dos habían congeniado en la travesía por aquel lago. Sonreí al imaginarme que por azares del destino nos tocara en la misma casa. —Parece que esto será interesante —susurré algo divertida.
Daniel Brown Al fin McGonagall nos había conducido al comedor. Allí había cinco mesas y un montón de velas que iluminaban la estancia. El techo, de cristal para poder ver la noche. Los alumnos iban pasando poco a poco por la silla. La primera en sentarse fue Danielle... Así que ese ere su nombre... Qué incordio de chica. Más tarde pasaron Andrew y Jane y por fin era mi turno. Aunque la celebración era de lo más estúpida, no pude evitar un pequeño temblor en la mano como consecuencia de los nervios, ¿¡cómo podía estar tan nervioso por una tontería de fiesta!? Subí a donde se encontraba el taburete, me senté y me puse el gorro...
Melinda Ingresé al amplio comedor sin haber recibido respuesta de la niña a la que había chocado sin querer en el hall. Aunque esto tampoco me iba a dejar un mal sabor de boca, pues la debida disculpa había sido formulada por mí y era lo que más había valido en nuestro breve encuentro. Alcé mi cabeza para poder apreciar la majestuosidad del lugar. Era tal cual como lo describían en mi familia. Tal vez con unos toques más maravillosos, que iban más allá del vocabulario que sabían manejar, y eso que dominaban uno muy extenso. Allí estaban las velas flotantes coronadas de llamas doradas, el cielo que en realidad no era más que un encantamiento que nos permitía sentirnos al aire libre. Las cuatros largas mesas rebosantes de comida, los ruidos, alumnos mayores, estandartes, la mesa de los profesores. Atravesamos el Gran Comedor pasando entre dos de las mesas. Yo no miré a nadie en particular, sólo obedeciendo las indicaciones de la profesora McGonagall. Al fondo de todo, nos aguardaba el sombrero parlante, tan andrajoso y gastado, que me sorprendía que todavía tuviera la capacidad de hablar a pesar de los años. La voluntad de aquel objeto era admirable. Hechos todos los prefacios, me dediqué a observar a mis futuros compañeros de primer año tomando asiento en el taburete, tras lo cual el Sombrero Seleccionador, una vez ubicado sobre sus cabezas, les asignaba una casa. A esto seguían los gritos, los aplausos y un escándalo del que yo no formaba parte. Simplemente me mantenía quieta en mi sitio, silenciosa, con las manos entrelazadas sobre mi abdomen.
—Hmm… un caso difícil… El sombrero gruñó en cuanto cubrió la visibilidad de Daniel. Se encontraba inmerso en una serie de complicados pensamientos al ver todo lo que contenía la cabeza del muchacho. —Hmm, un chico sabio… con ansias de aprender la magia y no gastarse el tiempo en tonterías… admirable actitud, pero a la vez no tanto… sí, veo todo en tu cabeza muchacho, está todo aquí… astuto, inteligente, pero… ¿solitario? ¿Reacio a relacionarte con otros humanos? Esas no son virtudes muchacho, por más que así lo creas… aunque sí veo otras virtudes, sí… esta cabeza tuya puede llegar a hacer grandes cosas, sí… entonces que sea… >> ¡SLYTHERIN! Las cuatro casas estallaron en aplausos, pero ninguna tan fuerte como la de las serpientes, que aplaudió con vigor al primer Slytherin seleccionado. Daniel se apuró en ir a sentarse con los demás Slytherin una vez que McGonagall le quitó el sombrero. De inmediato, la profesora pasó al siguiente nombre. —¡Clearwater, Raven! La muchacha ahogó un gritito al escuchar su nombre; saltaba a la vista que estaba bastante nerviosa. Dio un par de lentos pasos al frente hasta que finalmente tomó asiento en el taburete y se colocó el sombrero. Tras unos dos minutos de silencio, el Sombrero Seleccionador gritó un potente "¡HUFFLEPUFF!" y Raven, más tranquila y sonriente, se apuró en ir a la mesa de los tejones. Tras ello, McGonagall procedió con el siguiente estudiante. —¡Colle, Ery! Contenido oculto @Amelie
Danielle Abbadie. Andrew había sido seleccionado en mi casa, una leve so risa afloro en mis labios cuando lo vida caminar a la mesa, mis compañeros de casa volvieron a acomodarse para hacerle un espacio, así que termino sentado junto a mi. Luego otra chica subió a ser seleccionada, no tardo mucho en quedar en Griffindor, la mesa de su casa estallo en muchos aplausos y yo solo di unas palmadas suaves, espero lo mejor para elle en su casa. Después el chico del tren subió los peldaños, su nombre se pronunciaba como el mio, pero estoy segura de que se escriben distinto, se veía aburrido y molesto, ¿acaso Daniel no sonreía? Me quede mirando con curiosidad como el sombrero volvía a cubrir la cabeza del muchacho, viendo sus pensamientos y hablándole al oído, quede donde quede espero que se adapte a sus compañeros, y que alguien ayude a quien tenga que soportarlo en su casa. El sombrero grito la casa del chico logrando así sacarme de mis pensamientos, la profesora McGonagall le quito la prenda y el menor camino con paso sereno hasta su mesa, la cual con aplausos y gritos le dieron la bienvenida. Mientras Daniel se acomodaba en su mesa la profesora llamo a la siguiente, una chica, de nombre Raven, fue la que hasta el momento mas tardo en ser seleccionada, su casa seria Hufflepuff. Bien, hasta el momento todas las casas habían recibido a alguien, ninguna casa se quedaría sin alumnos de primer año, ese pensamiento logro que una duda llegara a mi mente: ¿qué pasaría si una casa tenía mas alumnos que otra? ¿harían algo al respecto o lo dejarían así? ¿pasó en años anteriores que una casa solo recibiera a un alumno?, esas preguntas me hicieron querer investigar sobre la escuela, quizá luego pueda averiguar sobre el colegio en el que me encuentro.
Ery Colle Dejó escapar un gran suspiro y avanzó entre los demás para por fin subir a la tarima donde la profesora la esperaba con el sombrero en una mano. Se sentó cuidando que su postura fuera correcta y perfecta; después miró al frente y se sintió pequeña; aquel lugar en verdad era grande, intentó buscar a sus compañeros de bote pero su nerviosismo no la dejaba reconocer rostros. Subió la mirada esperando que el sombrero se colocara en su cabeza, sólo esperaba su sombra "¿Leerá mi mente?" Se preguntaba
