No le digas al lobo que deje de lado su ira, solo el lobo sabe cuanto odia a sus enemigos. No le digas al oso panda deja ya de comer, solo el panda siente su apetito y su gula es solo suya. Jamás llames soberbia al águila porque solo el águila sabe lo alto que puede llegar y el valor de su majestad. Jamás reprendas la lujuria del conejo, el conejo sabe muy bien qué es lo que le gusta, y lo hará todo el día si puede. No le digas al gato deja la pereza y toma el trabajo, porque solo el gato sabe lo bueno que es dormir y soñar. Jamás le digas a la ardilla, deja tu avaricia para otra vida, porque solo la ardilla sabe que más nueces son siempre lo mejor. Nunca digas: "la hiena es envidiosa", porque tu no sabes y la hiena si, cuanto la hiena lo desea. Lección: goza tu pecado y no juzgues.