One-shot Fue Coincidencia [InuYasha&VK]

Título: Fue Coincidencia
Fandoms: InuYasha & Vampire Knight.
Personajes principales: Rido Kuran & Naraku.
Tipo de relato: Drabble.
Cantidad de palabras: 681 sin título.
Advertencias: Posible OoC. Intento de Comedia. ¡Para Kohome-chan! <3

Fue coincidencia...​

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En un lugar próximo al que iban las malas personas, dos seres se lamentaban de la porquería que habían resultado ser sus planes de vida. Porque sí, estaban muertos. Habían sido asesinados y se encontraban haciendo cola para terminar en el infierno, pudriéndose y sufriendo a carne viva (o muerta…) para toda la eternidad.

¡Él, Naraku, había sido vencido y se encontraba en ese sitio tan…! Concurrido. Porque era una fila enorme de sillas en un salón inmenso a la espera de que les llegara su turno. El malévolo Hanyou observó el ticket en su mano, leyendo el número en voz alta: 16.689, era su número para ser atendido. Mierda.

A su lado, después de él, estaba un hombre casi idéntico, sólo que sus cabellos eran más cortos y sus ropas no eran tan… feudales y extravagantes como las del ser a su lado, y frunció el ceño. Estúpida vida suya, se suponía que era un ser poderoso y el plan que había estado llevando a cabo durante muchos años, satisfactorio, pero no.

Ambos suspiraron y guardaron los papelitos.

—Mi vida es un asco.

Ambos se miraron, desconfiados. Luego de largos minutos de silencio, el vampiro de camisa abierta y sensual pecho desnudo comenzó la charla.

—¿Por qué estás aquí?
—Me mataron —fue todo lo que dijo el hombre de vestimentas extrañas y tentáculos al aire, mirando a otro sitio. Rido rió con obviedad.

—Eso es algo obvio. Sino no estarías aquí. Te acabaron rápido.
—No eres el más apto para opinar —gruñó el otro—, también estás muerto.
—Pero a ti te mataron antes que a mí.

Y nuevamente, la risa del purasangre de curiosos ojos se escuchó. A Naraku le exasperaba esa risa, el único que podía reírse de forma malvada era él (bueno, ya no estaba en su castillo), sin contar que la risa de su acompañante le pareció lo más estúpido del planeta entero.

—¿Y quién te mató?
—Un estúpido medio demonio y la reencarnación de Kikyou lo hicieron —sabía que se llamaba Kagome, pero prefería decirle así con la esperanza de que algo en el interior de la sacerdotisa colegiala se removiera. Total, sabía cuánto odiaba que le dijeran así—, ¿y a ti?

—Kiryûu Zero.
Naraku sonrió ladeadamente, con satírica burla.
—Al menos a mí me mataron dos personas, di pelea.

Rido alzó una ceja.

—No fue la gran cosa, porque igual te vencieron y antes que a mí, imbécil.

Las miradas asesinas entre ambos perduraron. Se insultaron durante largo rato y continuaron exponiendo situaciones de cuando estaban vivos y comparándolas… de esas cosas que tenían poco en común.

—Todo fue culpa del maldito Onigumo —se defendió Naraku de una de las tantas burlas del purasangre—, estaba enamorado de Kikyou y por lo tanto, a mí también me empezó a gustar. Todo lo hice por ella, realmente, porque quería su corazón. Pero no —alzo las manos con desgano—, ¡ella escogió al Hanyou con ridículas orejas de perro!

—¿Y con corazón te refieres a amor? —Rido alzó una ceja, tornándose más serio.
—¡Obviamente!
—Juuri me rechazó por Haruka.

Y nuevamente hubo silencio.

—¿Quién es Juuri?
—Mi hermana pequeña.
—¿Y Haruka?
—Mi hermano menor. Es unos años mayor que Juuri.
—Ah… —Naraku hizo como que entendía todo lo que el otro le decía, aunque no estaba seguro del todo y se decidió a preguntar:

—¿Y qué, jugaban juntos y te dejaban de lado? ¿eran más unidos por ser los menores?

—Sí, y se casaron y tuvieron dos hijos —la amargura era evidente en su tono de voz. Esta vez, al entender de qué iba toda la cosa, Naraku hizo una mueca como la que hace un hombre al ser golpeado en los testículos.

Y luego… luego siguió una risa satírica.

—¡Te abandonaron por un chiquillo! —rió, casi señalándolo con el dedo—, ¡fracasado! —aquello logró tocarle los cojones a Rido, quien, muy enfadado, miró al Hanyou con ojos rojos de ira.

—¡Y a ti te dejaron por un perro!

La pelea no tardó en hacerse evidente, y todas las demás personas en las filas los vieron como si fuesen dos extraterrestres. O sea, todos los presentes eran villanos, pero sabían comportarse.