Microrrelato Fragilidad

Pues estoy yendo a un simpsium y un ponente dijo una frase que me inspiró para este relato.


Lluvia de melancolía y recuerdos empapando los rascacielos mientras sus zapatos salpicaban precipitando el agua a sus pies en aquel lugar acordonado donde una vida se había extinto, un periodista se aproximó al forense y esté decidió detenerse antes de que su intromisión e impulsividad lo llevará a contaminar el lugar que con tanto recelo catorce unidades resguardaban con exclusividad para los expertos en la verdad y el crimen.

—Disculpe…—susurró mientras le acercaba una grabadora de mano, era un hombre nostálgico que aún gustaba de este tipo de artefactos, presionó sus labios intentando encontrar el primer enunciado con el que iba a cuestionarlo, observó por un segundo el cuerpo maltrecho de la víctima y pensó en preguntar sobre el caso— sabe algo sobre…

Se disponía a realizar esa pregunta obligatoria pero entonces pensó que quería que su artículo trascendiera más que una nota amarillista en un diario vespertino. Quiso ir más allá.

—¿Cómo es su vida? —preguntó el reportero

El analista forense arqueó las cejas sobresaltado al escuchar esa frase que parecía más el inicio de un prefacio para una conversación entre colegas que se reencuentran.

—Pues, supongo que lo normal. —respondió secamente dispuesto a seguir su camino.

—Me refiero—exhaló— con su línea de trabajo, los delitos, el constante recordatorio de la muerte, los peligros—mordió su labio amargamente— recuerdo que recién había entrado en este empleo un chico un poco mayor a mí me abordó en un callejón y con una navaja me quitó el celular, aún ahora que ha pasado tiempo tengo miedo de encontrarme en una escena similar ¿cómo es que ustedes viven con todo esto?.

El perfilista suspiró sonriendo pasivamente mientras lo miraba a los ojos posteriormente.

—Vemos la muerte de cerca tantas veces, como las personas la pierden en cualquier lado, de cualquier forma y en ocasiones por quien menos se espera, es tan frágil y eso es bueno.

—¿Bueno?, digo sabía que eran un tanto excéntricos, pero…

El hizo un gesto con la mano para que aguardara.

—Si algo es frágil se valora más, los recuerdos que te otorgan las personas aunque estas puedan irse, a provocar sonrisas aunque sea un instante, a encontrar razones para mantenerte de pie y seguir peleando en esta lucha constante. —le dio una palmada—la vida es frágil y eso me a enseñado a valorar la mía y buscar proteger la de otros. —concluyó sonriendo levemente cruzando la cinta amarilla que delimitaba la zona.

Así fue como el reportero quedó allí por algunos minutos mientras la lluvia lo acariciaba escuchando el sonido que producía cada gota al crepitar.