Historia larga Foster's end of the world

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Agus estresado, 5 Julio 2018.

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  1. Threadmarks: Capítulo 1
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Escritor
    Título:
    Foster's end of the world
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    4685
    Saludos, esta es una nueva historia que estoy publicando.

    Como el título lo dice, es ficción interactiva. No es una historia interactiva común, dado a que no dejaré una lista con opciones para que los lectores voten por la opción que más les guste. En esta historia, yo voy a desarrollar varios caminos. Por ejemplo, al final del capítulo 1 tendrán una decisión que tomar. Y luego de eso, publicaré dos veces el capítulo 2. El primero será el capítulo 2 habiendo tomado una decisión, y el segundo será el capítulo 2 habiendo tomado la otra.

    De esa forma, la historia se irá ramificando a medida que se avance. Nada les impide leer todos los caminos alternativos, pero me gustaría pedirles que comentaran el camino original que han elegido por primera vez. Pare ver como terminaría esta aventura. Tengo planeados (no escritos) varios finales para esta historia, a ver cual de esos finales van a conseguir. Sin más distracción, los dejaré con la lectura.


    Foster’s end of the world

    Capítulo 1:

    Mi nombre es Foster y tengo 19 años. Mi apellido es… bueno, eso ya no importa. No tengo manera de probarlo, y es probable que lo termine olvidando con el correr de los días. ¿Por dónde puedo empezar para no aburrirte demasiado? Te diré solo lo que recuerdo. Mientras estaba en clases, escuché una noticia que no me creí al principio, pero era real. Los zombis habían invadido nuestro mundo. ¿Cómo? Aparentemente el agua fue contaminada por alguna especie de virus que mutó a la gente, no lo sé en realidad, eso es lo que salió en las noticias. Claramente varios científicos pusieron manos a la obra y solucionaron ese problema, pero ya era demasiado tarde. Todos aquellos que consumieron o estuvieron en contacto con el agua terminaron transformándose en zombis. Incluidos mis padres. Apenas me enteré, fui a mi casa corriendo y evitando a la gente, desesperado por llegar hasta allá. Al llegar y entrar, los vi a los dos. Sus pieles eran pálidas y grisáceas, y lo único que hacían era gruñir y caminar lentamente hacia mí. No podía dejar de llorar al verlos, pero no debía quedarme, o de lo contrario, yo también moriría.

    Corrí por mucho tiempo hasta que un grupo de zombis empezó a correr contra mí. Sí, es correcto, corrían. Mis padres y algunos otros zombis que crucé solo caminaban, pero me encontré con algunos que no seguían esta regla. Creí que terminaría muerto, porque yo me cansaba, pero ellos no. Fue entonces que apareció mi salvación. Un vehículo militar aparcó cerca de mí, bajando de él un hombre uniformado, que con su rifle de asalto exterminó a esos zombis, dejando sus cadáveres en el suelo. Yo tenía miedo en un principio, pero luego supe que todo estaría bajo control. Los militares se encargarían de erradicarlos. Desafortunadamente, no fue así. Aquel militar, de nombre Raphael, me dijo que casi todos sus compañeros entraron en contacto con el agua contaminada. Todas mis esperanzas caían al enterarme que la milicia ya no existía.

    Raphael era un tipo amable, y me ofreció a llevarme a una universidad que él y un amigo suyo, también militar, habían asegurado. Yo no tenía a donde ir, o con quien estar, por lo que acepté esa oferta. Esa universidad es un refugio seguro, podría llamarlo nuestro paraíso. Hay mucha gente de varias edades, pero el número de personas no debe superar los 50 o los 60. Nos las hemos arreglado para sobrevivir allí durante tres meses. Pero no sé realmente cuanto tiempo vaya a durar. Después de todo… es el fin del mundo.

    […]

    — ¡Zombi! — el grito de un guardia me despertó.

    Me levanté del colchón y salí del salón de clases que utilizaba como habitación. Como somos pocos, y la universidad es grande, cada persona, exceptuando familiares, usa un salón como dormitorio. Al salir, me acerqué a una reja que evitaba el paso de los zombis. Detrás de esa reja hay un pabellón de salones, una estructura con techo. Sobre ese techo estaban Niel y Marina, los guardias de ese sector. Niel de 38 años y Marina de 27. Ambos portaban armas, pero no estaban disparando. Me acerqué a la reja junto con varias personas que andaban por allí, y vi que eran tres zombis los que se acercaban. Todos ellos son los que caminan lentamente, a los que llamamos errantes.

    Un hombre subió al techo desde el interior del edificio. Era un tipo de altura mediana con barba y gran musculatura, vistiendo un equipo de educación física, y portando un machete en la mano.

    — Ten cuidado ahí afuera, Johny — le decía Niel, dándole la mano a aquel hombre.

    — Vigilen que no se me acerque nadie — fue la respuesta de Johny.

    Johny saltó hacia la calle, llamando la atención de los tres zombis. Estos se le acercaron, y él se preparó para pelear. Al primero lo atacó con su machete, enterrándoselo en la frente de un golpe muy fuerte, matándolo al instante. Luego le dio una patada al cadáver para poder liberarlo. Otro se le acercaba por el costado, por lo que Johny le dio un codazo en la frente para poder apartarlo sin ser mordido. El tercero, que se acercaba de frente, recibió una patada en la tibia que lo derribó, haciéndolo caer boca abajo. Johny le enterró el machete en la nuca, y luego se dirigió al último zombi con vida. Este intentó abalanzarse sobre él para morderlo, cosa que Johny logró evitar al retroceder rápidamente mientras levantaba el machete, clavándoselo en un ojo. No lo mató con ese golpe, pero le bastó un empujón más para enterrárselo en el cerebro.

    En menos de un minuto, Johny ya los había matado a todos. Niel y Marina tomaron una escalera desplegable, la cual tenían en el techo del edificio, y la colocaron de pie contra la pared, permitiéndole a Johny subir sin tener que dar la vuelta. Una vez que este subió, los dos guardias retiraron la escalera y la subieron al edificio otra vez.

    — Buen trabajo con esos zombis, Johny — Niel felicitaba a su compañero.

    — No es nada — Johny respondió con modestia — Tuvimos suerte de que no eran agresivos — así llamamos a los que corren.

    Todos empezamos a aplaudir, reconociendo el esfuerzo de Johny al eliminar a esos zombis. Era un peleador formidable sin duda alguna, aunque esos zombis fueran lentos, el matar a tres juntos en un minuto o menos, era una hazaña que yo no podría realizar. No dejo de pensar en si yo podría pelear de esa forma. Recibo entrenamiento de un militar, pero no estoy seguro de mis capacidades porque hasta el momento no he matado a ningún zombi.

    Me fui caminando de ese lugar, sin dejar de pensar en cómo podría desenvolverme si estuviera afuera. Entonces, alguien me llamó la atención.

    — Foster, ¿puedo hablar contigo? — preguntó la voz de una chica, al poner atención vi que se trataba de Francisca, una de las dos chicas de mi edad que hay en el refugio.

    — Claro, Francisca, ¿qué ocurre? — supuse que debía ser importante.

    — Se trata de mi hermana menor, Sabrina — sonaba preocupada al relatarlo — Está enferma, pero Victoria no tiene los remedios que le hacen falta para aliviar su dolor.

    — ¿Qué puedo hacer al respecto? — supe que debía hacer algo para remediar la situación.

    — Victoria me escribió una lista con los remedios que le están faltando en la enfermería — Francisca me mostró un pedazo de papel — Ella no puede dejar la enfermería porque tiene que cuidar de los que están enfermos. Así que necesito que tú se la lleves a Raphael. Él no acepta visitas en su horario de trabajo, pero tú varias veces has hablado con él y podrás decirle al respecto. Yo esperaría a que se desocupe, pero debo cuidar a mi hermana. ¿Puedes hablar con él?

    — Por supuesto, Francisca, no hay problema.

    — Gracias. Eres un chico muy dulce. Me gustaría quedarme y charlar más tiempo contigo, pero debo ir a ver a mi hermana.

    Francisca me sonrió como agradecimiento y luego se marchó para irse con su hermana menor, de tan solo seis años. Ella realmente es una chica muy hermosa. Como me gustaría haberla podido conocer antes de que los zombis aparecieran. Haga lo que haga, no puedo dejar de mirarla.

    Mientras estaba distraído, alguien me saltó encima.

    — ¡Sorpresa! — gritó Jeff, el único chico de mi edad en el complejo, lo que lo convierte en mi mejor amigo por ahora — Vaya, así que tú también estás cautivado por los encantos de Francisca.

    — Es una chica muy hermosa — dije, sin necesidad de mentirle.

    — Si no dijeras eso, pensaría que eres gay — me habló Jeff, golpeándome en el hombro — No es que yo considere que ser gay está mal, o algo por el estilo.

    — ¿Qué es lo que quieres? — le pregunté, sabiendo que debía ser algo importante.

    — Hablar contigo sobre algo que me inquieta — me dijo, dejándome confundido — Te he notado muy distraído, Foster. Y no me refiero a lo de recién. Ayer, en el entrenamiento, estabas con la mirada algo perdida y tus movimientos eran lentos comparados a la sesión anterior. Puedes permitirte eso ahora que estamos a salvo, pero si sales al exterior y te distraes, un zombi te morderá el cuello y te matará. ¿Qué es lo que te pasa? ¿Por qué tienes la cabeza en otro lado?

    — Es solo que… estoy empezando a recordar a mis padres, es todo. No sé por qué pasó, pero los recuerdos suyos me vinieron a la mente. Raphael me dijo que los asesinó cuando le di las llaves de mi casa y del almacén de mi padre cuando salió por suministros en la primera semana. Simplemente, me habría gustado ir para poder verlos muertos y en paz. Mi último recuerdo de ellos fue verlos en ese estado terrible, intentando comerme. Es una cosa que me sigue matando por dentro.

    — Te entiendo, yo también me siento mal por mi mamá y mi papá — era la primera vez que Jeff hablaba de ellos, al menos conmigo — Lo bueno es que mi hermano mayor estuvo ahí para salvarme cuando se convirtieron. Si no fuera por Duncan, probablemente yo también estaría muerto. Ahora él es la única familia que me queda.

    — Al menos tienes a un familiar tuyo con vida — respondí — Y tienes suerte de que Duncan sea un tipo genial. A parte del entrenamiento militar que tiene, es un tipo agradable. Tú sí tienes una familia con vida.

    — Foster, no digas cosas como esa — Jeff me lanzó una mirada seria — Todos en este refugio somos tu familia. Duncan, yo, Francisca, Raphael… no estás solo en esto. Nadie lo está. Todos nos tenemos mutuamente.

    Tras decirme esas palabras, Jeff empezó a caminar alejándose de mí.

    — ¿A dónde vas? — pregunté, queriendo saber si necesitaría mi ayuda para algo.

    — A conquistar a Francisca — me respondió con una sonrisa — Ahora que sé que no eres gay debo darme prisa.

    Reí un poco con ese comentario. Me alegra que Jeff pueda mantener ese sentido del humor algunas veces. La vida ya es demasiado amarga como para tener que lidiar con gente malhumorada, me alegra que él haya entendido eso.

    Yo, por otra parte, decidí ir a ver a Raphael y contarle sobre lo que Francisca me había dicho. Al llegar al salón de clases que él usaba como zona de mando y de reuniones, abrí la puerta y él me recibió sorprendido, pero sin levantarse del escritorio del salón. Yo a veces trabajo ayudándolo con algunas cosas, pero nunca iba a verlo tan temprano. Sin embargo, él no se molestó en recibirme. A pesar de ser algo estricto, es un buen tipo, y un buen líder.

    — Foster, justamente iba a ir a buscarte cuando terminara de revisar el informe del inventario — Raphael se puso feliz en poco tiempo — Necesito hablar de algo importante contigo. Toma asiento.

    — Yo vine por lo mismo — dije, esperando a que terminara con el informe — ¿Me permitirías hablar primero?

    — Seguro, siéntete libre de empezar — Raphael dejó de mirar ese informe para darme atención.

    — Victoria me ha enviado una lista de medicinas que necesita — dije mientras le entregaba el papel que Francisca me dio — Está llena de trabajo con la gente que enfermó, y necesitará estos antibióticos y medicamentos para seguir trabajando.

    — Gracias por hacérmelo saber de inmediato — Raphael tomó el papel para mirarlo — Organizaré una salida de recolección para mañana. Ahora, pasaré a lo importante. No me interrumpas hasta que no termine de hablar. Sé que algunas de estas cosas te parecerán repentinas, pero es necesario que me escuches por completo.

    De repente, el semblante de Raphael se tornó serio. Era la primera vez que me hablaba de esa forma, y yo no tenía idea de por qué, pero supe que lo descubriría pronto. Esperaba que no fuera nada grave, ni tampoco que resultara en ponerme a mí en peligro.

    — Han pasado tres meses desde que esto comenzó — por su tono, asumí que Raphael tenía menos ganas de decírmelo de las que yo tendría de escucharlo — No hay noticias ni señales de una cura, o de algo parecido. Y desde la tercera semana no hemos encontrado más sobrevivientes. Eso me da la idea de que este apocalipsis no llegará a su fin en poco tiempo, por lo que tendré que preparar al grupo entero para que puedan sobrevivir. Podría ser exagerado, pero nosotros podríamos ser los últimos sobrevivientes de la zona, e incluso del país. Nadie sabe que tanto habrá afectado el virus a las otras regiones. Si eso es cierto, no podemos dejar que este lugar caiga, ni que la humanidad se extinga. Pero para asegurarnos de que la humanidad siga con vida, hay un factor muy importante a considerar. Necesitamos que nazcan niños y niñas al mundo, y necesitamos prepararlos para enfrentar una situación como esta. Afortunadamente, tú y Jeff tienen la misma edad que Francisca y Caroline. No quiero obligar a que las mujeres tengan hijos con hombres mayores en edad, por eso voy a pedirte a ti y también a Jeff que formen pareja con una de las chicas y que se encarguen de tener un niño.

    — ¡Es una locura! — grité, sabiendo que era un disparate total — ¡Ni siquiera tengo veinte años! ¡No sé si pueda cuidar a un niño!

    — Por eso quería que tú me dejaras terminar antes de hablar — Raphael continuó — Solo estoy pidiendo que tú tengas un hijo con Francisca o con Caroline. No tendrás que cuidarlo. Yo mismo me haré cargo de tu hijo, y de todos los niños que nazcan en este lugar. Sé que tal vez no te agrade la idea, pero si no nacen niños y niñas, la humanidad no sobrevivirá, sin importar cuanto luchemos. Sé que es algo repentino, Foster. Y es por eso que te lo digo ahora. En un mes quiero que tú y Jeff se encarguen de esto. Mientras más tiempo dejemos pasar, más difícil se pondrá la situación. Necesito entrenar a una nueva generación para asegurar la permanencia de la raza humana en este mundo. Y no te preocupes por Jeff, Caroline o Francisca. Hablaré con ellos y les diré exactamente lo mismo que te dije a ti. Ve a relajar tu mente. El día de hoy no tendrás que trabajar en nada.

    Me retiré de aquel lugar totalmente impactado. No sabía cómo debía reaccionar. No me imaginaba teniendo un hijo, y mucho menos con Francisca o Caroline. Ellas son buenas amigas, pero solo las conozco por tres meses, o tal vez menos. ¿Tener un hijo, en un mundo así? No me gustaba para nada esa idea, pero según Raphael, es la única opción. Lo que él dice es verdad, podemos ser fuertes y luchar, pero sin nacimientos, la raza humana estará condenada a la muerte.

    Me recosté en mi cama, tomándome la cabeza con las dos manos. Aunque Raphael dijera que se haría cargo, yo no podía dejar mi responsabilidad de lado. ¿Qué clase de padre seré si solamente traigo un niño al mundo y lo dejo al cuidado de alguien más? Ciertamente, este es el fin del mundo. No quiero imaginarme a un niño nacer en este lugar tan espantoso. No lo veo correcto. Pero supongo que esto ya no se trata de lo que quiera o no, o de lo que es correcto y lo que no. Se trata de lo que hay que hacer. Sé que es necesario, ahora que lo pienso bien, si me negara a lo que dice Raphael, el que estaría en un error sería yo. Pero aun así… es demasiado para mí. Espero que Francisca y Caroline estén de acuerdo con esto, porque no parece que tengamos mucha opción.

    Sin darme cuenta, me quedé dormido cuando cerré mis ojos por un momento. No sabía la hora actual, pero debía ser tarde porque lo veía todo muy oscuro. Me llamó la atención que no se hubieran prendido las luces del complejo. En ese instante, Raphael vino a buscarme, y ahora estaba mucho más serio que hoy a la mañana.

    — Foster, ven conmigo, rápido, podría ser una emergencia — dijo él sin dar explicaciones.

    Lo seguí sin cuestionármelo mucho. Raphael me llevó hasta su sala de reuniones. Al entrar, vi que Jeff, su hermano Duncan, y otro militar amigo de Raphael, cuyo nombre es Mario, me estaban esperando. No sabía que ocurría, pero debía ser algo muy grave. Jeff y Duncan estaban sentados, mientras que Mario estaba de pie tras el escritorio de Raphael.

    — ¿Todo bien, Foster? — Duncan estrechó su mano, a lo que yo correspondí.

    — Así es — dije tomando asiento.

    — Estás pálido, Foster — señaló Mario, mostrándose preocupado — ¿Seguro que te encuentras bien?

    — Estoy bien, lo juro — tal parece que estaba pálido y no me había dado cuenta — ¿Cuál es la situación?

    — Lo sabremos en unos minutos, espero — Jeff estaba muy serio.

    Raphael estaba sentado en su escritorio, y Mario estaba parado al lado suyo. Mario era el hombre de confianza de Raphael, de seguro por haber sido compañero suyo en la milicia. Duncan era más joven que ambos, por unos siete años, y a pesar de no ser tan experimentado como ellos, los dos confiaban en él por su entrenamiento militar. Jeff y yo éramos los únicos que no contábamos con ese tipo de entrenamiento, además de que éramos los más jóvenes. Siendo cinco años menores que Duncan y doce años menores que Raphael y Mario.

    Nadie dijo una palabra hasta que Johny y otro tipo de unos cuarenta años aproximadamente entraron al salón. Ambos tomaron asiento, y Raphael dio inicio a una conversación.

    — ¿Has logrado restaurar la electricidad, Emilio? — preguntó Raphael al hombre que entró junto a Johny.

    — Revisé el equipo completo del lugar, pero no hay averías — respondió Emilio, que debía ser electricista — Eso quiere decir que nos quedaremos en penumbras.

    — ¿Hay alguna forma de solucionar esto? — preguntó Duncan, a quien no le agradaba la idea de no tener luz en el complejo.

    — Podríamos ir a la central eléctrica de la ciudad, y revisar si el equipo de allí está defectuoso — respondió Emilio — Recen porque sea una falla de la central, porque si no es eso, no sé qué podrá ser.

    — ¿Podrás reparar una falla de ese tipo? — preguntó Jeff.

    — Tantos años de experiencia deben servir para algo — Emilio confiaba en sus habilidades.

    — Muy bien, este es el plan — dijo Raphael, llamando la atención de todos nosotros — No podemos quedarnos sin electricidad en el refugio. Necesitamos la luz para poder vigilar la zona durante la noche, tanto desde el exterior como del interior. No podemos perder de vista a los zombis. Además de que hay que controlar que nadie quiera robarse nada del comedor o la enfermería. Así que mañana mismo haremos una salida hacia la ciudad. No solo llevaremos a Emilio a la central, sino que también buscaremos unos medicamentos que Victoria necesita. Mataremos dos pájaros de un tiro. Duncan viene conmigo, y Johny también. Jeff y Foster, Duncan me dijo que ustedes han mostrado grandes progresos en el entrenamiento, así que nos darán una mano. Mario se quedará aquí para asegurarse de que las cosas no se salgan de control. El tiempo es esencial, así que partiremos mañana a primera hora de luz solar.

    — Dado el caso, será mejor que todos nos vayamos a dormir ahora — sugirió Johny, a lo que todos aceptamos sin rechistar.

    En realidad, la idea de salir al exterior no me agradaba para nada en un principio, dado a mi falta de experiencia. Pero Johny es un gran peleador, además de que Raphael y Duncan son militares. Creo que, si ellos nos acompañan, todo saldrá bien.

    — ¿Estás emocionado Foster? — preguntó Jeff caminando junto a mí hacia las habitaciones — Esta será nuestra primera salida al exterior.

    — Tengo algo de ansiedad — respondí tratando de ocultar mis nervios — En realidad, tengo algo de miedo.

    — Solo recuerden lo que les enseñé en el entrenamiento — Duncan puso una mano sobre el hombro mío y el de Jeff — No entren en pánico y manténgase alertas en todo momento.

    — Además, estaremos todos juntos para protegernos en caso de que algo salga mal — respondió Johny, dejándome algo más tranquilo.

    Antes de irme a dormir, decidí ir a visitar a Francisca. Sentí que era mi responsabilidad decirle que le hice saber a Raphael sobre las medicinas. Jeff, Duncan, Johny y Emilio se fueron a dormir directamente. Yo fui al salón donde vivían Francisca y Sabrina, su hermana menor. Toqué la puerta para ver si alguien me respondía. Fue entonces que Francisca me abrió.

    — Foster, ¿Qué ocurrió? — ella estaba preocupada.

    — Mañana mismo saldré con Raphael con un equipo hacia la central eléctrica — consideré que ella debía saberlo todo — Al regresar pasaremos por las farmacias y buscaremos los remedios que Sabrina necesita.

    Una expresión de alivio se hizo presente en el rostro de Francisca, quien empezó a sonreír al saber que nos ocuparíamos de su hermana.

    — Muchas gracias — dijo dándome un abrazo suave — Ten mucho cuidado cuando estén allí afuera.

    — Lo tendré — dije mientras correspondía el abrazo — Todos volveremos sanos y salvos. La universidad recuperará la energía eléctrica, y tu hermana y todos los demás tendrán las medicinas que les hacen falta.

    Francisca me dio las buenas noches y luego entró para poder seguir cuidando de su hermana. Yo decidí irme a dormir. Sabía que no podía fallar en esta misión. Varias personas dependen de nosotros.

    La noche en la universidad sin luz para alumbrar todo el lugar fue aterradora. Además de que escuché a esos zombis gruñir desde el exterior. El viento soplaba fuerte esa noche, y el ruido de esos monstruos come carne era perturbador. Tuve algunos problemas para dormirme, pero el cansancio me terminó ganando.

    A la mañana siguiente, y tras haber desayunado, Raphael, Emilio, Johny, Duncan, Jeff y yo estábamos en la puerta de la entrada, donde había una furgoneta con seis asientos y un espacio libre lo suficientemente grande como para cargar las medicinas que obtendríamos. Había varias personas allí, las cuales nos despidieron como si fuéramos a ir a una guerra. Entre esas personas estaban Francisca y Caroline.

    — Jeff, ten mucho cuidado — decía Caroline mirándolo muy preocupada — Tu también Foster.

    — Estaremos bien, no es necesario preocuparse — dijo Jeff, intentando tranquilizarla — Mi hermano, Johny y Raphael vienen con nosotros. No hay posibilidades de que nada malo nos ocurra. ¿Verdad, Foster?

    — Así es, volveremos sanos y salvos — realmente yo estaba preocupado, pero no quería contagiar esa sensación a las chicas.

    — Buena suerte a los dos — Francisca nos miró a ambos, pero noté que a mí me miró más tiempo, pude notarlo.

    — Ni se te ocurra morirte y dejarme a cargo — Mario estaba listo para abrir las puertas para dar salida a la furgoneta.

    — No pienso morir hoy — Raphael estaba muy seguro de sí mismo — Hay mucho trabajo que hacer cuando regrese.

    Los seis nos subimos a la furgoneta. Raphael la arrancó, y Mario abrió la puerta. Una vez que salió, Mario, quien quedó a cargo parcialmente, cerró la puerta. Raphael entonces pasó a la calle y empezó a conducir. Johny y Emilio iban en los dos asientos del medio, mientras que Duncan, Jeff y yo estábamos en los tres del fondo.

    La furgoneta era propiedad de uno de los hombres que llegó al refugio con su familia, y dado a la capacidad de llevar más gente, Raphael la pidió como vehículo para salidas de exploración y búsqueda de sobrevivientes. Su tamaño nos ayudaría mucho para esta clase de misiones.

    Las calles del barrio estaban llenas de cadáveres mutilados o devorados completamente. Por la ventana podía ver a varios zombis comiéndose restos de gente, estos vieron pasar la furgoneta, lanzándonos algunos gruñidos, pero decidieron no seguirnos para concentrarse en seguir comiendo su comida. Di las gracias al universo que no nos hubieran seguido, o nos habrían dado problemas. Finalmente logramos entrar en la ciudad donde se encontraba la central eléctrica. Era una ciudad importante, por lo que debía tener algún tipo de farmacia grande allí dentro.

    Me llevé una sorpresa cuando, tras avanzar dos cuadras, Raphael bajó la velocidad, dio una maniobra y cambió el sentido de la furgoneta para después detenerla.

    — ¿Qué ocurre? — preguntó Duncan sin saber que estaba pasando.

    — Creí que teníamos gasolina suficiente, pero me equivoqué — respondió Raphael mirando atentamente las calles, sin ver ningún zombi, por lo que luego se bajó — Todos abajo.

    Una vez que habíamos bajado, nos quedamos cerca de la furgoneta para ver qué era lo que íbamos a hacer. Esto no me daba un buen presentimiento.

    — Hay gasolina suficiente para volver a la universidad, y tal vez un poco más — explicaba Raphael — Pero no hay suficiente para ir a la central eléctrica ni tampoco para buscar una farmacia. Así que procederemos a pie. Y divididos en grupos.

    — ¿Por qué dividirnos? — Emilio no era muy fanático de la idea.

    — Esta ciudad es enorme, y si corremos llamaremos la atención de varios zombis. La mejor opción es ir caminando despacio. El problema es que no tomará el día completo ir a la central y luego a la farmacia, y cuando estemos aquí, será de noche. No quiero conducir de noche en un lugar tan grande como este. Por eso nos dividiremos en equipos. De esa forma, podremos hacer ambas tareas al mismo tiempo. Recuerden que no tenemos gasolina para regresar aquí una vez que estemos de vuelta en la universidad, así que debemos asegurarnos de restaurar la electricidad y obtener los medicamentos hoy. Sí o sí. No habrá otra oportunidad.

    Todos nosotros guardamos silencio. La idea de separarnos no nos agradaba a ninguno, o al menos, eso es lo que mostraban con sus rostros. Pero Raphael tenía razón. Él siempre la tiene.

    — Yo lideraré el grupo que irá a la central eléctrica, y Duncan liderará al grupo que irá en busca de una farmacia — Raphael le acercó a Duncan la lista que Victoria preparó — Creo que es más que obvio que Emilio me acompañará. Duncan, intenta llevarte todo lo que puedas de la farmacia, no solo lo que esté en esa lista. Pero si los zombis llegaran a dejarte fuera de tiempo, esa lista debe ser la prioridad

    — Entendido a la perfección, yo me llevaré a Jeff conmigo — respondió Duncan, tomando el papel con la lista de medicamentos.

    — Será mejor mantener los números pares en los equipos — me dijo Johny mirándome seriamente — ¿Con quién quieres ir? Elige el lugar que quieras, y yo iré al lugar contrario.

    Sinceramente, este plan de separarnos no me gustaba para nada, pero no tenía ninguna opción más aparentemente. Duncan iría a buscar los medicamentos, y me gustaría colaborar para así poder decirle a Francisca que he ayudado a encontrar las medicinas que Sabrina necesita. Sin embargo, Raphael es un tipo con más experiencia militar que Duncan, y acompañarlo a él podría enseñarme un par de cosas. Además, la misión de reestablecer la electricidad era igual de importante que la de buscar medicamentos.

    No debía tardarme mucho en pensarlo, porque solo tenía dos opciones: ir con Raphael a la central eléctrica, o ir con Duncan a la farmacia.
     
    Última edición: 20 Julio 2018
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  2.  
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

    Capricornio
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    Saludos.

    Comienzo con lo técnico.
    "...pero le bastó un empujón más para enterrárselo en el cerebro."
    "— Estoy bien, lo juro — tal parecer, estaba pálido..." O sobra la 't' o no entiendo la idea de la oración.
    "— Ni se te ocurra morirte y dejarme a cargo..." Es 't' en lugar de 'm', a menos que se hablara a sí mismo, pero ¿a cargo de qué queda al morirse?

    Va parecido a todos los apocalipsis zombi, probablemente yo, en este mundo, sea un zombi o me hayan comido desde el día uno. Lo que veo como novedoso es que la historia se vaya llevando a cabo en distintos caminos dependiendo de las decisiones que se vayan a tomar, como un juego.

    Choose a path:
    Raphael a la central eléctrica Duncan a la farmacia
    Mi opción es:

    Edito:

    Mi desición se basa en los que, según el escrito, son los mas preparados. Si Raphael va a la central eléctrica, y si Johnny va al contrario que elija Foster, lo ideal es que un luchador como Johnny vaya a la farmacia, donde su fuerza acabará mas eficazmente a los zombi. Esto es suponiendo que la farmacia sea pequeña y haya poco espacio, ya que disparos en un lugar pequeño atraería muchos enemigos a la, tal vez, única puerta.
    En la central eléctrica deberian haber muchos sitios para ocultarse y caminos alternos para evitar enfrentamientos.
     
    Última edición: 5 Julio 2018
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Gracias por las correcciones. Escribí apresurado y no me había dado cuenta. Ya están corregidas.

    En un apocalipsis, yo estoy seguro de que sería el primer zombi. No soy rápido, no estoy entrenado para el combate, no soporto mucho tiempo sin comida ni bebida, en otras palabras, mi sentencia de muerte está sellada.

    En realidad, hay un juego de zombis donde se toman decisiones. Pero esas decisiones son demasiadas y solo afectan la historia muy poco y de manera temporal. Mi idea es meter pocas decisiones, pero que afecten en gran medida a la historia. De hecho, pasarán creo que dos capítulos (depende de que tanto se extiendan, podrían ser menos o más) antes de que se tome otra decisión.

    Veo que has elegido irte con Raphael a la central eléctrica. Me gustaría que en un comentario futuro detallaras el por qué de esa decisión, para darme una idea de lo que te llevó a tomar esa decisión. Gracias por comentar y por marcarme los errores. No prometo fecha de los siguientes capítulos porque no estoy seguro cuando los haré. Saludos.
     
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  4.  
    CorvusKuro

    CorvusKuro Iniciado

    Capricornio
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    Buenas...

    Ha sido un buen capítulo con una narrativa que me ha atrapado, no puedo evitar imaginarme como si fuese algún tipo de RPG Maker indie horror XD así que continuaré hasta su fin.

    Post Data: elijo la primera opción xd
     
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  5.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    Tenía muchas ganas de que publicaras el inicio de ésta historia y finalmente así ha sido. He de decir que logra un cometido indispensable en una lectura así: meterte en la cabeza del personaje (Foster, en este caso) y hacerla tuya, además de que tomar decisiones añade suspense y curiosidad. No quiero explayarme con mis palabras, simplemente decirte que espero el próximo con muchas ganas.

    Elijo la opción "ir con Raphael a la central eléctrica"
     
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    DoctorSpring

    DoctorSpring Disgregrador

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    Buenas tardes, Rey de la Perdición.

    Es un placer que me hayas elegido para criticar esta historia, así que intentaré hacerlo lo mejor posible para que no te arrepientas. Empecemos con lo técnico como siempre.

    Déjame decirte que no he encontrado un fallo lo suficientemente grave para romper la inversión, ni gramatical ni ortográfico. La narración me pareció la ideal para este tipo de historias. En este punto cumpliste.


    Pasando a los personajes, aunque estos no son muy originales, has hecho que me preocupe por ellos y conozca los más importantes rasgos de sus personalidades. Solo te recomiendo que te tomes más tiempo para describir a personajes, sino físicamente, psicologicamente. Por ejemplo, podrías haber descrito los movimientos de Francisca al caminar y cosas así.

    La historia no es bastante original que digamos (lo del agua contaminada creo haberlo escuchado en una película pero no recuerdo cual era), sin embargo esta bien así pues es una aventura que tiene su novedad en poder tener distintos caminos.

    En conclusión, una historia que pese a trabajar sobre tropos establecidos, es bien ejecutada y puedes pasar un buen rato leyéndola.

    Sobre mi decisión, al contrario que todo el mundo, elijo que Foster vaya a la farmacia.

    ¿Por qué? Sencillo, Foster no tiene mucha experiencia en el mundo exterior y una central eléctrica ocupa de varios empleados para funcionar por lo cual es fácil deducir que la cantidad de zombies será mayor.

    Además, él pudo ver la preocupación de Francisca con sus propios ojos y hará un mayor esfuerzo en cumplir la tarea.

    Saludos.

     
    Última edición: 22 Julio 2018
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    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Hola. Gracias por haber aceptado el pedido y comentar tan rápido. No se me ocurrió lo de describir movimientos de los personajes al caminar. Es que el capítulo iba a ser muy largo y creí que añadir esas cosas no le sumaría demasiado. Lo de las características físicas tienes razón, aunque yo no suelo hacerlo porque me gusta más que el lector se imagine a los personajes como él quiere (la realidad es que yo siempre me olvido las descripciones de los personajes en cada historia que leo, por eso lo omito). Lo de las descripciones psicológicas no lo veo muy bien aquí. La historia se narra en primera persona desde el punto de vista de Foster (por eso la historia se llama como se llama) y no creo que dar una descripción psicológica sea muy acertado, aunque sí podría añadir impresiones de Foster al ver a las demás personas.

    No recuerdo haber visto el recurso del agua contaminada, por lo que no sé si es original o no (igualmente las historias de zombis siempre tienen algo de otra historia anterior, y es imposible crear una 100% original). Pero el motivo de la elección de aquel virus no fue basado en que tan original era. Siempre me pareció fuera de lo normal que los militares murieran enfrentando zombis y que los civiles puedan sobrevivir. Y no importa que excusa quieran darle, siempre lo veo ilógico. Por eso hice que el virus se distribuyera por el agua, para que cualquier persona (independientemente de ser militar o no) que estuviera en contacto con el agua se transformaría. Así los militares morirían asesinados por un virus y no por un grupo de zombis. Es mi forma de justificar la ausencia de personal militar en la historia.

    Una vez más, gracias por haber comentado. Enseguida procederé a enviarte diez monedas de propina por la crítica. Saludos. Publicaré los capítulos que siguen el día 20 de julio.
     
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    Saludos, me paso a cumplir con el encargo de ¡Solicita un Crítico!
    Antes que todo, disculpas por el retraso, lo que sucede es que me he complicado con esto de la transición de mando.

    Debo decir que me parece interesante la propuesta que traes con esta historia interactiva, pero me pregunto ¿hasta que punto puedes llevarla a cabo? Dices que vas a dejar dos opciones al final de cada capítulo, y que escribiras una historia por cada opción. Esto te genera a la larga un dilema exponencial: 1-2-4-8-16-32-64-128-256-512. Ya para el capítulo 10 habrás generado 512 posibles opciones.

    Bueno, ahora si pasemos a la historia como tal.

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    Debo decir que a pesar de todo fue una lectura ligera, el número de palabras al comienzo me intimidaron un poco.
    Es una trama interesante esto de los zombies, pienso que es algo compleja y que hay que estar bien documentado y preparado para escribir sobre eso.

    Mientras leía la historia pude notar algunas cosas que despiertan mi curiosidad. La principal es que el 'apocalipsis zombi' comienza por ingerir agua contaminada; los sobrevivientes llevan tres meses resguardados en la universidad ¿de dónde se proveen de agua para no convertirse en zombis?

    La parte en que les proponen tener hijos para 'salvar la humanidad' le dio un giro muy interesante, ahora le crea otro dilema al protagonista, cosa que a su nuevo amigo no le importará. Lo que si es que si Raphael decide criar a los niños que nazcan me pregunto como lo hará, en los primeros años no habrá mucho que pueda hacer, tampoco veo a un militar cuidando bebés.

    Lo de salir a cumplir una misión y no chequear el combustible del vehículo me pareció un fallo enorme por parte de ese grupo, no sé como planean sobrevivir así si comenten esos errores.

    Toca esperar a ver como continua la historia.

    En cuanto a la decisión de Foster, ir a la central eléctrica conlleva un gran riesgo, y el no se encuentra realmente preparado, quizás ir por las medicinas parezca algo más sencillo, pero igual conlleva sus riesgos.

    Ahora la parte técnica. Me parece que está bien estructurada la historia, sólo hay unos pequeños detalles con el uso del guión largo (—) pero nada grave. Y uno que otro error ortográfico; te recomendaría leer todo antes de publicar para detectar esos detalles.

    Exitos y saludos~
     
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    Agus estresado

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    Hola, NeverMore, gracias por comentar.

    De hecho, yo también vi ese problema, y por eso no voy a dar dos opciones en cada capítulo. Sé que me metería en un terreno difícil si lo hiciera. Mi idea es que haya pocas decisiones y un gran impacto, no muchas decisiones y pequeño impacto. Si mis cálculos no me fallan, la próxima toma de decisiones es en el capítulo 4 (dependerá de la extensión del capítulo 3).

    Eso se menciona al principio. En esta parte:

    Sé que es un detalle menor en la historia, y que con toda la otra información se olvida fácil, pero la idea no es relatar el origen del virus, sino la vida de Foster a través del apocalipsis. Además, Foster en el principio se está presentando y diciendo todo lo que sabe. Él no tiene forma de saber como se originó el virus o como se resolvió el problema.

    Me gustaría que los señalaras, dado a que Word siempre me marca con subrayado azul cuando cometo un error con guiones o signos de puntuación, y con rojo cuando cometo faltas ortográficas. Pero revisé el capítulo y lo único que me subraya como incorrecto son los nombres de Johny y Caroline (dado a que no están en español). Fuera de eso, no hay ninguna otra marca.

    Gracias por la lectura y el comentario. No importa que hayas tardado en comentar, al menos lo has hecho. En seguida procederé a darte las 10 monedas por la crítica. No me ha quedado claro cual es la decisión que tomaste. Simplemente mencionaste que parece menos arriesgado el viaje a la farmacia que el viaje a la central. Asumiré que tu decisión es la farmacia.

    Saludos.
     
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    Bien, te señalo lo del guión largo.

    — Creí que teníamos gasolina suficiente, pero me equivoqué — respondió Raphael mirando atentamente las calles, sin ver ningún zombi, por lo que luego se bajó — Todos abajo.

    Dejas un espacio entre el guión y el texto explicativo, lo correcto seria:

    — Creí que teníamos gasolina suficiente, pero me equivoqué —respondió Raphael mirando atentamente las calles, sin ver ningún zombi, por lo que luego se bajó—. Todos abajo.

    Si te fijas agregué un punto luego del 'paréntesis' explicativo porque la pausa amerita el signo de puntuación.

    Con los guiones largos hay que recordar que cuando se usan signos de exclamación o interrogación estos se consideran como puntos, por lo que lo que viene a continuación se debe escribir en mayúscula al comenzar.

    En cuanto a los nombres Word generalmente da problemas con eso, veo que escribes Johny en vez de Jhonny, o quizás por optar por algo mñas sencillo como Jhon


    Retomando lo de los guiones, yo soy partidario y es lo que aplico, de tratar de que los dialogos visualmente se distingan de los párrafos. Suelo colocarlos en cursiva y darle una sangría; y no dejo espacio entre ellos pero si entre los diálogos y los párrafos. Ya es algo más visual y cada escritor lo amolda a su forma.

    Bueno, eso es todo por ahora, saludos.....

    Y la opción, pues escojo ir a la farmacia. Será interesante ver como se desemvuelve en terreno abierto.
     
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    No sabía que era incorrecto escribirlo como yo lo hacía. De hecho, es el editor del Word el que me deja el espacio tras el guión de forma automática. Cada vez que escribo un guión, lo primero que hace es dejarme un espacio. No tengo idea de como configurarlo para que no quede de esa forma, pero no creo que se algo tan grave.

    Eso lo estoy aprendiendo hoy. Realmente no tenía idea. Como Word siempre me marcaba cada vez que cometía una falta con algún signo de puntuación, y nunca me marcó nada con eso, creí que estaba bien. Acabo de revisar y no me corrige lo del punto automáticamente. Así que voy a intentar implementarlo desde ahora.

    [​IMG]

    Yo utilizo la cursiva para denotar flashbacks, sueños, o flashforwards. Además de que la aplico tanto a narración como a diálogo, para hacer notar que todo ese fragmento forma parte del pasado, de un futuro lejano o un sueño. Creo que es más que suficiente el guión para darse cuenta de que se trata de un diálogo.

    Gracias por haberme marcado estas cosas.
     
  12. Threadmarks: Capítulo 2A
     
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    Título:
    Foster's end of the world
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    4557
    Saludos a todos. Este es el segundo capítulo de la historia para aquellos que han tomado la decisión de ir con Raphael a la central eléctrica. Tal y como mencioné anteriormente, no hay decisiones en este capítulo. Dejaré un par de capítulos entre decisión y decisión, para que no sea tan tedioso a la hora de escribir.

    Sin más que decir, les dejaré el capítulo.


    Capítulo 2A:

    — Iré con Raphael a la central eléctrica — consideré que esa era la mejor opción.

    — Excelente — Raphael parecía no tener problema con eso —. Cada uno de ustedes tome un machete y una pistola. Recuerden que las pistolas son para casos de emergencia. El ruido de las balas terminará causando que se vean rodeados, así que no abusen demasiado de las mismas.

    Cada uno de nosotros se acercó a la furgoneta, precisamente al lugar donde teníamos las armas. Tomé la pistola y la guardé en mi cintura, mientras que al machete lo sostenía en mi mano, tenía que estar preparado para la aparición de un zombi en cualquier momento.
    Raphael tomó las llaves de la furgoneta y se las guardó en el bolsillo. Imagino que era una medida de precaución para evitar que alguien que pasara por el lugar se lleve la furgoneta, pero era un poco arriesgado, ya que, si él llegaba a morir y no podíamos recuperar las llaves, no habría forma de arrancar el vehículo. Sin embargo, estamos hablando de Raphael. Si alguien va a morir, claramente no será él.

    Los seis empezamos a caminar por una calle, en la cual se podía notar que era una zona con varias casas de tamaño pequeño. Al ir avanzando, Raphael miró una de las casas. Yo no entendía el interés en la misma, pero no estaba observando algo que él sí.

    — Escuchen, ya que vamos a dividirnos, lo mejor será ponernos un punto de referencia — decía él, sin que yo lo pudiera comprender — Es probable que un grupo regrese antes que el otro, y no es conveniente que se queden quietos por mucho tiempo. Lo mejor será que el primer grupo que llegue suba al techo de esta casa — señaló a una de las más bajas de la cuadra —. De esa forma, el primer grupo que llegue estará a salvo de los zombis mientras espera por el segundo.

    — Gran idea — respondió Duncan, considerándolo algo bastante prudente —. Tendremos más visual desde las alturas, al mismo tiempo que permaneceremos fuera del alcance de los zombis.

    — La reja es demasiado baja — apreciaba Johny —. No deberíamos tener problemas en trepar, y mucho menos si vamos en grupos.

    — Ya tenemos un punto de referencia y los lugares asignados — nos dijo a todos nosotros —. Llegó el momento de dividirnos. Espero que todos podamos regresar a salvo antes del anochecer.

    Raphael definitivamente es un genio para estas cuestiones. Como desearía ser como él. Claramente él ve cosas que el resto de nosotros no puede. Creo que tomé la decisión correcta al ir con él.

    Al llegar a una esquina nos dividimos. Me fui con Raphael y Emilio mientras que Jeff y Johny se marcharon con Duncan. Lo que más importa ahora mismo es restaurar la electricidad.

    Empezamos a recorrer las calles, las cuales, afortunadamente, no tenían ni un solo zombi en los alrededores. Todo esto me dejaba más tranquilo. Sabía que sería un golpe de suerte muy grande el poder cumplir con esta misión sin cruzarme con uno solo, pero esperaba poder pasar la mayor cantidad de tiempo posible sin encontrarme con alguno.
    Raphael nos hablaba tanto a mí como a Emilio, supongo que para que mantuviéramos la calma en todo momento.

    — ¿Nerviosos? — nos preguntó.

    — Seguro lo estoy — respondió Emilio, al que le temblaban las manos cuando lo veías más atento —. Pero Duncan me entrenó para esto, así que estoy seguro de que podré sobrevivir.

    Aparentemente, Emilio también asistía a los entrenamientos que Duncan se encargaba de darnos a todos en el refugio. No recuerdo haberlo visto antes, pero supongo que se debe a que no le presté mucha atención a toda la gente que acudía a ese lugar. Raphael ahora me habló a mí.

    — ¿Y cómo te encuentras tú, Foster? — me preguntó Raphael tras darse cuenta de que yo no respondí.

    — Por el momento bien — yo estaba muerto de miedo, pero sabía esconderlo —. Me alegra poder contribuir con el grupo con algo que no sea simplemente llevar raciones de comida.

    — Recuerda no exponerte demasiado — me dijo, sin que yo entendiera lo que quería decir —. Porque voy a necesitarte con vida. ¿Ya has estado pensando en lo que te hablé ayer?

    — Ah… sí, pero no demasiado — supe que se refería a la charla sobre tener un hijo —. Sigo considerando que es repentino, es todo.

    — Lamento tener que hacerte pasar por esto, pero es fundamental para garantizar la supervivencia de la raza humana — pude notar en su voz que él no tenía ganas de hacerme esto, pero no veía otra opción posible.

    — ¿De qué están hablando ustedes dos? — Emilio no entendía la conversación que estábamos teniendo.

    — Es algo que solo Foster puede cumplir, al menos por el momento — aparentemente no quería decirles a todos acerca de este plan — Dime Emilio, ¿has estado en esa central eléctrica alguna vez?

    — No he tenido un trabajo fijo, pero he hecho un par de cosillas en ese lugar — Emilio respondió confiado de sí mismo —. Salvo que lo hayan remodelado, no creo que tenga problemas para moverme por allí dentro.

    — Me alegra oír eso — respondí.

    Fue entonces que vimos al primer zombi. Se trataba de un errante, al cual le faltaba un brazo. Se le podía ver el hueso del mismo sobresalir entre tanta carne. Era una vista repugnante, y el olor que tenía me daba ganas de vomitar. Raphael nos indicó que nos detuviéramos, y luego me hizo una señal.

    — Es tuyo, Foster, un errante con un brazo faltante no te supondrá problema alguno — me dijo Raphael, mientras Emilio miraba a un costado con cara de asco, aunque lo podía comprender —. Yo te cubriré en caso de que algo malo ocurra.

    Sabiendo que no correría peligro, me atreví a matar a ese zombi. Raphael me seguía de cerca, y Emilio no se despegaba de sus espaldas. El zombi se estaba acercando a mí, con ese paso escalofriante, esos gruñidos perturbadores, y ese olor putrefacto que me daban ganas de vomitar. A Raphael no parecía afectarle eso, imagino que las salidas que tuvo lo acostumbraron a eso. El zombi ya estaba muy cerca, y tenía que eliminarlo. Levanté el machete y con un movimiento brusco, se lo enterré en el ojo de un solo golpe, logrando destrozarle el cerebro. Tras el golpe, dejó de gruñir y de moverse. Apoyé mi pie izquierdo en su estómago y lo utilicé para ayudarme a retirar el machete de su cráneo. Finalmente había matado a una de esas cosas. Al darme la vuelta, Raphael me levantó el pulgar en felicitación, mientras que Emilio vomitó del asco que sentía.

    — Perdón, pero es asqueroso — decía para después volver a vomitar.

    — No te vayas a desmayar en la central eléctrica — le decía Raphael, acercándose para ayudarlo —. Si eso pasa, todos tus conocimientos no nos habrán servido.

    — Lo sé, lo sé, pero es complicado — Emilio finalmente terminó de vomitar.

    Tras ese momento, continuamos con nuestro camino hacia la central eléctrica. Para tratarse de una ciudad muy grande, no había demasiados zombis en la misma. O tal vez sí los había, y se encontraran en otro punto de la misma. Sea como sea, yo estaba aliviado de no seguir viendo a esas criaturas tan horribles.

    Finalmente, tras largos minutos caminando sin encontrarnos con más zombis, logramos llegar hasta la central eléctrica. Era un edificio de dos pisos de alto, aunque desconozco si tendrían una planta subterránea. En el frente del edificio estaba la entrada, pasando el estacionamiento, el cual tenía un par de autos estacionados, y estaba repleto de zombis. Tal vez repleto suene exagerado, dado a que el estacionamiento era chico, pero un total de dieciocho zombis lo ocupaba por completo. Yo estaba muy preocupado por eso. Eran muchos para nosotros tres. Si el grupo completo estuviera aquí, serían solo tres para cada uno, pero ahora estábamos divididos, lo que quería decir que cada uno debería matar a seis de ellos. Afortunadamente, estos deambulaban despacio, lo que quería decir que no había agresivos por los alrededores.

    — ¿Cuál es el plan? — preguntó Emilio muy preocupado de ver tantos —. Son muchos para encargarnos de ellos nosotros tres.

    — Eso es cierto, además de que no podemos perder fuerzas en contra de estos — Raphael también tenía un rostro que mostraba preocupación —. En el interior debe haber varios empleados transformados en zombis. Necesitaremos las fuerzas para encargarnos de ellos.

    — ¿Hay alguna forma de rodearlos? — pregunté, sin ver ninguna.
    — Si la hay, no la estoy viendo — la respuesta de Raphael me dejó intranquilo —. Necesitaremos buscar una distracción.

    — ¿Qué tal encender uno de los autos? — pregunté, tirando al aire la primera idea que se me ocurría —. Eso debería llamar su atención.

    — Bien pensado, Foster — Raphael me felicitó por eso —. Ustedes vayan al lado izquierdo del estacionamiento y espérenme allí. Yo encenderé el auto más alejado del lado derecho, y trataré de llegar a ustedes sin que me detecten.

    Fue así como decidimos seguir el plan. Emilio y yo nos colocamos en el lado izquierdo del estacionamiento. Yo vigilaría lo que hacía Raphael, mientras que Emilio me alertaría si algún zombi se acercara. Raphael se acercó a uno de los autos del extremo derecho, el cual tenía un zombi en el asiento del conductor. No tengo idea de cómo fue que se convirtió. Tal vez bebió agua contaminada antes de ir al trabajo, y se convirtió al llegar. Raphael abrió la puerta con discreción y le enterró el machete en la cabeza. Acto seguido escuché el ruido del motor, lo que quería decir que lo había hecho arrancar.

    Una vez que el auto se encendió, los dieciocho zombis voltearon su vista hacia el mismo. Raphael ya no se encontraba allí, lo que quería decir que no lo habían visto. En menos de diez segundos, todos los zombis se encontraban en el auto, gruñéndole sin que yo pudiera entender cuál era su objetivo al gruñirle a un vehículo. Raphael se acercó a nosotros y nos hizo una señal para que nos moviéramos rápido hasta el interior de la central. Los tres avanzamos lo más sigilosamente posible, llegando hasta la entrada sin llamar la atención de ninguno. Raphael abrió la puerta y fue el primero en entrar. Sin levantar la voz, nos indicó con las manos que el lugar era seguro. Emilio y yo entramos. Me sentía aliviado de poder estar en el interior de un edificio. Ahora no tendría que prestar atención en caso de que se acercara un zombi por cualquier esquina.

    El interior de ese lugar era algo tenebroso. No había luz en la central, y solamente estaban funcionando las luces de emergencia. La planta baja contaba con una oficina de recepción, y luego varias puertas que darían entrada a puestos de trabajo. No se podían ver ni escuchar zombis alrededor, lo que yo consideré un alivio en ese momento. Había una escalera que llevaba hasta la planta alta, y al otro extremo otra escalera que llevaba a una planta subterránea.

    — ¿A dónde hay que irnos? — preguntó Raphael, sabiendo que solo Emilio sabría qué hacer.

    — Lo primero es bajar a la planta baja y restaurar la electricidad en esta central — respondió Emilio —. Ahí están los generadores que alimentan la planta entera. Probablemente uno de ellos debe haberse dañado. Deberían tener otro de repuesto en casos de emergencia.

    — Dios te oiga — dije, sabiendo que, si no era verdad, todo esto no habría servido de nada.

    Los tres bajamos por las escaleras hasta la planta subterránea del edificio, en la cual se veía menos que en la principal. No teníamos linternas, por lo que dependeríamos de nuestro oído para detectar a un zombi. Cada uno de nosotros escuchaba con atención. Al llegar, Emilio entró a una sala de gran tamaño seguido de Raphael. Yo me quedaría vigilando que nadie se acercara desde el piso de arriba. Estuve parado allí por unos diez minutos, sin oír nada más que mis propios pensamientos. En ese entonces, la luz regresó en la central. Emilio lo había logrado.

    — Buen trabajo — susurré para no llamar la atención de algún zombi que pudiera estar en los alrededores — ¿Qué sigue ahora?

    — Ir al primer piso y ver el tablero — respondió Emilio, saliendo de esa sala junto con Raphael —. Voy a ver si puedo ajustar esto para que toda la energía vaya solamente al barrio de la universidad. En algún momento nos vamos a quedar sin luz, pero si logro con mi cometido, podríamos durar meses sin tener que preocuparnos por eso.

    — Para ese entonces encontraremos una solución a todo esto — Raphael lideraba el camino hasta la segunda planta.

    Al llegar allí entramos a una sala donde había varias máquinas. La puerta del frente estaba abierta, pero una de las puertas del fondo estaba cerrada. Del otro lado se podían escuchar gruñidos, una gran cantidad.

    — Vigilen la entrada — nos ordenó Emilio —. Yo me encargaré de jugar con esta cosa.

    Raphael y yo revisamos que no hubiera ningún zombi oculto en esa sala, y tras verificar que no era así, salimos de la misma. Estuvimos un rato largo esperando que Emilio terminara lo que sea que estuviera haciendo. En todo el momento, no escuchamos ningún zombi en todo el lugar. Probablemente la mayoría de los empleados se había ido del lugar antes de convertirse, y no podía estar más agradecido por eso.

    En un momento, una alarma sonó de golpe, y la puerta que nos daba la entrada a aquella sala se cerró automáticamente, dejando a Emilio dentro y a mí y a Raphael fuera. Ninguno de los dos sabía que había ocurrido.

    — ¡Emilio, ¿qué pasó?! — preguntó Raphael intentando tirar la puerta abajo.

    — ¡Debe ser un sistema de seguridad! — respondió Emilio, algo asustado — ¡Ajusté el suministro eléctrico, y eso debió activar el cierre de esta sala!

    — ¡Tienes que salir de ahí! — grité, asustado de que le pudiera pasar algo.

    Entonces escuchamos el ruido de otra puerta abriéndose. Emilio dio un grito de terror tras eso, lo que me hizo pensar que la puerta del otro lado, la cual estaba conteniendo a los zombis, se había abierto. Emilio estaba siendo atacado, pero Raphael y yo no podíamos hacer nada.

    — ¡Emilio, sal de ahí, rápido! — gritaba Raphael.

    — ¡Son demasiados! — escuché disparos acompañando al grito de Emilio — ¡Ayuda! ¡Ayúdenme…

    Escuché tres disparos más, y luego estos se detuvieron, junto con los gritos de Emilio. Eso ya lo había dicho todo, él había muerto. Me siento muy mal por él, incluso aunque no llegué a conocerlo. Raphael cedió en sus intentos de tirar la puerta abajo, y me indicó que debíamos irnos.

    — No podemos hacer nada por él — se podía escuchar su tristeza por la muerte de Emilio —. Pero la universidad ya debe tener luz. Regresemos con los demás.

    Supe que tenía razón, así que no mostré queja alguna. No me encontraba destrozado, porque no lo conocía, pero me sentí mal por él. Sobre todo, porque si volvemos a tener un problema como este, ya no habrá nadie que lo pueda solucionar. Raphael y yo bajamos cabizbajos hasta la planta baja, y notamos que los zombis se habían ido del estacionamiento, probablemente aburridos de quedarse cerca del auto. Ahora debían estar deambulando por las calles. Raphael y yo decidimos regresar corriendo con los demás. Espero que no haya que lamentar otra muerte.

    […]

    Raphael y yo avanzábamos por las calles intentando llegar hasta el punto de reunión. No queríamos perder fuerzas luchando, por lo que, si encontrábamos zombis por el lugar, nos dábamos la vuelta y tomábamos una dirección distinta. Tal y como pensé, los zombis que estaban en el estacionamiento deambulaban por toda la ciudad, en grupos de dos o tres. El tener que dar vueltas sobre nuestros pasos para poder evitar enfrentarnos contra ellos nos estaba retrasando demasiado. Ya se había hecho el mediodía, y aún no estábamos ni cerca del punto de reunión.

    — No podemos seguir perdiendo el tiempo — me dijo Raphael —. Si vemos una calle con un zombi, lo mejor será que avancemos por las calles que tengan uno o dos zombis. Después de todo, podremos eliminarlos.

    — De acuerdo — realmente estaba aprendiendo varias cosas de Raphael el día de hoy —. La próxima vez, le diré a Jeff que venga conmigo. Así él también podrá aprender de ti.

    — Me siento honrado, pero primero hay que llegar con los demás — dijo con seriedad.

    Ambos seguimos avanzando. Tal y como él lo ordenó, si pasábamos por calles con uno o dos zombis, no nos quedaba otra opción más que acercarnos en silencio y eliminarlos. En total, pasamos por cinco calles con estas características. Tres de estas solo contaban con un zombi solo, a los cuales, Raphael eliminaba sin problemas; mientras que las otras dos tenían dos zombis. Raphael se encargaba de eliminar al primero, y luego yo me acercaba al otro y lo mataba enterrándole el machete en la nuca. No nos tomó más tiempo llegar hasta donde estaban los demás.

    En el punto de reunión vimos que Duncan, Jeff y Johny nos estaban esperando sobre el techo de la casa.

    — ¡Lo consiguieron! — Raphael estaba muy aliviado al ver que ninguno había muerto.

    — Tuvimos dificultades, pero nada que pueda con nosotros — respondió Duncan, feliz de vernos a salvo —. Un momento, ¿Dónde está Emilio?

    — Él no lo logró — respondí algo apenado —. Cuando logró restaurar la electricidad, un sistema de seguridad se activó y él quedó encerrado en una sala llena de zombis. No pudo escapar con vida de allí.

    — Dios, lo lamento — Johny se mostraba dolido por él — ¿Tenía familia en el refugio?

    — Afortunadamente no, pero a la gente le hará mal saber que ha muerto — contestó Raphael — ¿Hay alguna novedad?

    — Sí, la hay — contestó Jeff señalando hacia la furgoneta desde el techo —. Hay unos ocho zombis esperando por nosotros en el lugar. Pensamos que lo mejor sería eliminarlos cuando todos estuviéramos juntos.

    — Fue una idea muy prudente — Raphael estuvo de acuerdo con eso —. Vayamos a matarlos.
    Duncan y Jeff bajaron con dos cajas de medicinas, y luego me entregaron una a mí. Duncan, Johny y Raphael iban a encargarse de los zombis, mientras que Jeff y yo cargábamos la medicina.

    — Oye, Foster — me decía mi amigo — ¿Crees que Francisca acepte ser mi novia cuando le lleve las medicinas a su hermanita?

    — ¿Eso es todo lo que te importa ahora mismo? — pregunté muy molesto.

    — Oye, tú quisiste irte con Raphael, así que no te enojes si ella me prefiere a mí — luego de eso, dejó salir una risa burlona.

    Al acercarnos a la furgoneta, los tres ya habían acabado con los ocho zombis. Estos aparentemente eran errantes, y no les dieron problema alguno. Raphael decidió encender la furgoneta, mientras que Johny vigilaría por un lado y Duncan y Jeff por el otro. Yo, por mi parte, cargaba las medicinas.

    Repentinamente, dos agresivos aparecieron corriendo desde una esquina, la de Duncan y Jeff. Ambos se acercaron para eliminarlos. Duncan le dio una patada en la cabeza a uno de ellos, logrando tirarlo al suelo para enterrarle el machete en el cerebro, mientras que Jeff esperó a que el que se le acercó a él intentara morderlo. Colocó la hoja de su arma en su boca, lo cual el zombi intentaba morder sin éxito, luego de eso, pateó su tibia haciéndolo caer y le enterró su machete en la nuca.

    — ¡Jeff, detrás de ti! — gritó Johny, quien empezó a correr hacia su posición.

    Todos miramos como un agresivo de gran altura que apareció después de los otros dos empezó a correr rápidamente hacia él. Jeff se aterró y quiso retroceder, pero el zombi se le acercó muy rápido. Este lanzó una mordida al cuello, lo cual Jeff consiguió bloquear anteponiendo su brazo izquierdo, sin embargo, el zombi lo tomó con fuerza y le enterró los dientes en el antebrazo. Jeff empezó a gritar de dolor tras la mordida.

    — ¡Jeff! — Duncan corrió hacia él.

    Johny le dio un codazo al zombi y luego le enterró su machete en el ojo, matándolo al instante. Duncan, Raphael y yo nos acercamos para ver cómo estaba.

    — ¡No, no, no, no! — Jeff se miraba el brazo, contemplando la mordida.

    — ¡Dios mío, Jeff! — Duncan estaba aterrado de ver a su hermano con una mordida en el brazo.

    — ¡¿Qué voy a hacer ahora?! — Jeff claramente no quería morir.

    — ¡Cortémosle el brazo! — sugirió Johny, tirando la primera idea que le llegó a la mente.

    — ¡¿Estás loco?! — grité, creyendo que no resultaría.

    — ¡No, háganlo! — Jeff quería que le cortaran el brazo — ¡Prefiero mi vida antes que mi brazo!

    — ¡Jeff, ¿seguro?! — Duncan no estaba convencido de hacerlo.

    — ¡Sí! ¡No me quiero morir hoy!

    Jeff se quitó el cinturón de su pantalón, y Duncan se lo puso en el brazo. Acto seguido, todos llevamos a Jeff hasta la furgoneta. Yo sostendría su brazo mientras que Johny se lo cortaría. Duncan se quitó su chaleco militar, y lo utilizaría para ponérselo una vez que le quitaran el brazo. Raphael nos dijo que él se encargaría de vigilar que no aparezcan más zombis para interferir. Ya estábamos todos listos, Johny tomó el machete y con tres golpes logró cortarle el antebrazo izquierdo a Jeff, quien gritó de dolor en cada uno de ellos, y perdió una gran cantidad de sangre luego de que le cortaran el brazo. Duncan se apresuró y le cubrió el brazo con el chaleco para evitar que pierda más sangre.

    — ¡Suban todos ahora! — nos ordenó Raphael — ¡Hay que llevarlo con Victoria! ¡Ella lo atenderá!

    Yo subí al frente con Raphael, Johny iría en los asientos del medio mientras que Duncan cuidaría de Jeff en los asientos de atrás. Yo no quería ver morir a mi amigo el día de hoy. No sé si esta idea de cortarle el brazo habrá resultado, pero espero que así sea. Pude ver que todos, principalmente Duncan, estaban con una cara de preocupación notable. Ya habíamos perdido a Emilio. No queríamos perder a otra persona más.

    […]

    Al momento de llegar hasta la universidad, Johny bajó de la furgoneta y fue corriendo a abrir la puerta de entrada. Una vez abierta, Raphael entró y varias personas vinieron a ver qué había ocurrido. Victoria por suerte estaba entre ellos. Johny cerró la puerta y todos bajamos cargando a un Jeff inconsciente en nuestros brazos. La enfermera del lugar se aterró de ver eso apenas llegamos.

    — ¡¿Qué fue lo que pasó?! — preguntó Victoria muy impactada por ver a Jeff sin brazo.

    — ¡Lo mordieron y le cortamos el brazo! — respondió Raphael muy preocupado por él — ¡Tenemos que atenderlo!

    — ¡No lo lleven a la enfermería, hay gente enferma y podría contagiarse! — respondió Victoria — ¡Lo atenderemos en su habitación!

    — ¡Johny, acompáñame a llevarlo hasta allá! — ordenó Duncan.

    Duncan, Johny y Victoria se llevaron a Jeff hacia su habitación para tratarlo. Vi como Raphael se marchaba cabizbajo hacia su oficina, probablemente para que Mario pudiera descansar, dado a que él quedó al mando cuando nos fuimos. Yo no sabía qué hacer, pero en ese momento, Caroline apareció para hablar conmigo.

    — ¡Foster, ¿qué le pasó a Jeff?! — pude notar la preocupación en su rostro.

    — ¡Lo mordieron, y tuvimos que cortarle el brazo para evitar que se convierta! — respondí sabiendo que no debía mentirle.

    — Dios, pobre Jeff — Caroline estaba decidida a ir a verlo — ¿Crees que está bien que lo veamos?

    — Claro, después de todo, le tengo que preguntar a Victoria lo que debo hacer con las medicinas — respondí.

    Caroline siguió a Duncan hacia la habitación de Jeff, mientras que yo tomé las dos cajas para llevármelas. Fue entonces que escuché murmullos de la gente del lugar.

    — Uno de ellos no ha regresado.

    — Y ese pobre chico perdió un brazo.

    — Raphael no es capaz de proteger a los suyos ahí afuera. Si fuera capaz, esto no habría pasado.

    Yo estaba muy furioso con quien fuera que estuviera diciendo eso. Sin embargo, pelear no serviría de nada. Yo sabía la verdad, y ellos no, así que decidí alejarme antes de meterme en un conflicto. Al llegar a la habitación que Jeff compartía con Duncan, vi que Caroline y Johny estaban afuera de la misma. Yo decidí entrar para preguntarle a Victoria lo que debía hacer.

    — Victoria — dije llamando su atención —. Te hemos traído todo lo que nos pediste. ¿Qué quieres que haga?

    — Tomaré un par de cosas — dijo Victoria buscando entre las dos cajas y tomando dos cajas de medicamentos —. Duncan, dale estas a Jeff cuando despierte. Foster, tú llévale estas a Sabrina. Yo haré que Johny y Caroline me ayuden a llevar y repartir lo demás entre los enfermos del grupo.

    — Gracias por la ayuda, Victoria — respondió Duncan, tomando una caja que ella le había dado.

    — Iré de inmediato para ayudar — respondí, retirándome para llevarle la medicina a Francisca —. Cuando Jeff mejore pasaré a verlo.

    — Te lo agradezco mucho, Foster — me contestó Duncan, apreciando mi ayuda.

    Salí de la habitación y fui a ver a Francisca, quien estaba con la puerta del salón abierta. Yo entré sin llamar, pero ella no se molestó.

    — Foster, ¿qué fue lo que ocurrió? — me preguntó algo asustada al ver mi rostro.

    — Emilio murió — no sabía si ella lo conocía, pero no debía mentirle —. Y Jeff fue mordido y tuvimos que amputarle el brazo.

    — ¿Y tú te encuentras bien? — pude notar su preocupación por mí.

    — Así es, pero lo más importante es que traje esta medicina para Sabrina — le entregué la caja que Victoria me había dado.

    — ¡Muchas gracias! — Francisca se alegró de tener la medicación que ella necesitaba.

    La acompañé hacia la cama donde su hermana descansaba. Sabrina estaba durmiendo, hasta que Francisca la despertó. Acto seguido, le trajo un vaso de agua y le dio la medicina que Victoria le dijo que debía tomar. Sabrina la tomó y luego siguió durmiendo, no sin antes agradecerme por lo que hice. Eso me hizo sentir bien. Aunque yo no participé de la misión de buscar la medicación.

    — Puedes quedarte con la caja completa — le dije a Francisca —. Victoria fue quien me la dio, así que supongo que no hay problema.

    — Gracias Foster — me respondió Francisca, guardando la caja debajo de la almohada de su hermana —. Quiero pedirte una cosa más.

    De forma repentina, Francisca se me acercó a mí y me dio un beso en la boca. Yo estaba paralizado ante esa acción. Ella era una chica muy bonita, y tenía ganas de besarla yo también, pero pasó tan rápido que no pude reaccionar, por lo que me quedé quieto sin hacer nada más que recibir aquel beso. Ella me había besado muy apasionadamente, imagino que por lo que hice por su hermana. Una vez que el beso terminó, ella me abrazó con fuerza.

    — Gracias por cuidar de mi hermana — me dijo con la voz dulce que tenía.

    — Por nada — respondí de forma rápida.

    Tras haber recibido ese beso me retiré de la habitación para dejar a Francisca cuidando de su hermana. Yo siempre supe que me veía un poco atraído hacia ella, pero ahora era otra cosa. Después de que me besara tan apasionadamente, creo que estoy empezando a enamorarme de ella. Y sé que ella también debe sentir lo mismo por mí.
     
    Última edición: 20 Julio 2018
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    Agus estresado

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    Foster's end of the world
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    4409
    Saludos a todos. Este es el segundo capítulo de la historia para aquellos que han tomado la decisión de ir con Duncan a la farmacia. Tal y como mencioné anteriormente, no hay decisiones en este capítulo. Dejaré un par de capítulos entre decisión y decisión, para que no sea tan tedioso a la hora de escribir.

    Sin más que decir, les dejaré el capítulo.


    Capítulo 2B:

    — Iré con Duncan a la farmacia — consideré que esa era la mejor opción.

    — Excelente — Raphael parecía no tener problema con eso —. Cada uno de ustedes tome un machete y una pistola. Recuerden que las pistolas son para casos de emergencia. El ruido de las balas terminará causando que se vean rodeados, así que no abusen demasiado de las mismas.

    Cada uno de nosotros se acercó a la furgoneta, precisamente al lugar donde teníamos las armas. Tomé la pistola y la guardé en mi cintura, mientras que al machete lo sostenía en mi mano, tenía que estar preparado para la aparición de un zombi en cualquier momento.

    Raphael tomó las llaves de la furgoneta y se las guardó en el bolsillo. Imagino que era una medida de precaución para evitar que alguien que pasara por el lugar se lleve la furgoneta, pero era un poco arriesgado, ya que, si él llegaba a morir y no podíamos recuperar las llaves, no habría forma de arrancar el vehículo. Sin embargo, estamos hablando de Raphael. Si alguien va a morir, claramente no será él.

    Los seis empezamos a caminar por una calle, en la cual se podía notar que era una zona con varias casas de tamaño pequeño. Al ir avanzando, Raphael miró una de las casas. Yo no entendía el interés en la misma, pero no estaba observando algo que él sí.

    — Escuchen, ya que vamos a dividirnos, lo mejor será ponernos un punto de referencia — decía él, sin que yo lo pudiera comprender —. Es probable que un grupo regrese antes que el otro, y no es conveniente que se queden quietos por mucho tiempo. Lo mejor será que el primer grupo que llegue suba al techo de esta casa — señaló a una de las más bajas de la cuadra —. De esa forma, el primer grupo que llegue estará a salvo de los zombis mientras espera por el segundo.

    — Gran idea — respondió Duncan, considerándolo algo bastante prudente —. Tendremos más visual desde las alturas, al mismo tiempo que permaneceremos fuera del alcance de los zombis.

    — La reja es demasiado baja — apreciaba Johny —. No deberíamos tener problemas en trepar, y mucho menos si vamos en grupos.

    — Ya tenemos un punto de referencia y los lugares asignados — nos dijo a todos nosotros —. Llegó el momento de dividirnos. Espero que todos podamos regresar a salvo antes del anochecer.

    Raphael definitivamente es un genio para estas cuestiones. Como desearía ser como él. Claramente él ve cosas que el resto de nosotros no puede. Creo que debí haber elegido ir con él, pero no hay tiempo para arrepentirse ahora.
    Al llegar a una esquina nos dividimos. Me fui con Jeff y Duncan mientras que Emilio y Johny se marcharon con Raphael. Lo que más importa ahora mismo es obtener las medicinas que Victoria necesita para la enfermería.

    Empezamos a recorrer las calles, las cuales, afortunadamente, no tenían ni un solo zombi en los alrededores. Todo esto me dejaba más tranquilo. Sabía que sería un golpe de suerte muy grande el poder cumplir con esta misión sin cruzarme con uno solo, pero esperaba poder pasar la mayor cantidad de tiempo posible sin encontrarme con alguno.

    Jeff fue quien inició la conversación.

    — Yo sé por qué elegiste venir aquí — dijo haciendo referencia a mi decisión.

    — ¿En serio lo sabes? — pregunté, queriendo saber si lo había entendido.

    — Así es. Quieres ser el que le lleve a Francisca la medicina que su hermana necesita. Estás intentando sumar puntos con ella.

    — ¿Francisca también te habló a ti sobre Sabrina? — pregunté, creyendo que solo me confió a mí esa información.

    — Cuando la fui a ver me lo explicó todo — respondió Jeff —. Estoy seguro de que no quieres que yo me quede con el crédito de esta misión. De lo contrario, habrías ido con Raphael. Te da miedo perder contra mí.

    — Eso es una estupidez — Duncan se metió en la conversación —. Creo que llevarle las medicinas a los enfermos es más importante que competir por una chica. Y de seguro Foster quiere venir con nosotros porque hemos entrenado juntos. ¿Verdad, Foster?

    — Claro, quiero ver que tal nos desenvolvemos como equipo — ciertamente estaba mintiendo, pero no quería que Duncan se sintiera mal, ni que Jeff descubriera mis verdaderas intenciones.

    — ¿No estás emocionado? — preguntó el hermano de Jeff —. Ahora podré evaluar sus verdaderas capacidades de forma efectiva. El estar en la universidad y ver cómo le dan machetazos al aire no es un buen método de evaluación. En esta ocasión, los golpes serán sobre las cabezas de los muertos.

    — Haré que te sientas orgulloso, hermano — Jeff quería dar una buena impresión —. Verás cómo los meses de entrenamiento dan sus frutos.

    — Comparto la idea de Jeff — respondí —. Le mostraré lo que aprendí con su entrenamiento.

    — Me alegra ver ese entusiasmo en ambos — Duncan sonaba alegre, después de todo, éramos sus alumnos —. Solo tengan cuidado de no ponerse en peligro.

    No tardó mucho en aparecer el primer zombi. Se trataba de un errante, el cual tenía el aspecto de un vagabundo. No tenía nada en el torso, y sus pantalones no estaban del todo rasgados, por suerte. Tenía varias marcas de puñaladas, no parecían recientes, por lo que asumí que podrían ser de una pelea callejera. Duncan nos miró a ambos.

    — ¿Quién lo quiere? — preguntó el militar.

    — Yo me encargaré de él — contestó Jeff, adelantándose a mí.

    — Te cubriré desde cerca — Duncan le hizo saber que no le quitaría la vista de encima a ninguno de los dos —. Pero un errante solo no te debería dar problemas.

    Jeff se acercó a él. Yo no estaba preocupado, ya que sabía que él sería capaz de eliminarlo sin problemas. Cuando se le acercó lo suficiente, le dio una patada en la tibia, provocando que cayera boca abajo. Acto seguido, tomó el machete con firmeza y se lo enterró en la nuca. Ese golpe aparentemente logró darle en el cerebro, dado a que noté que el zombi ya no se estaba moviendo.

    — ¿Qué te pareció, hermano? — preguntó Jeff, muy contento de haber logrado matar a una de esas cosas.

    — Ha estado bien, pero te luciste un poco con esa patada — tal parece que Duncan prefería que Jeff lo eliminara rápido en lugar de presumir su fuerza, yo no veía problemas en eso.

    — ¿Tú qué opinas Foster? — me miró buscando mi aprobación.

    — Ha estado genial — sinceramente, ese movimiento era muy efectivo para matarlos, no tenía caso mentir —. El próximo será mío.

    Tras ese momento, continuamos nuestro camino hasta la farmacia. Para tratarse de una ciudad muy grande, no había demasiados zombis en la misma. O tal vez sí los había, y se encontraran en otro punto de la misma. Sea como sea, yo estaba aliviado de no seguir viendo a esas criaturas tan horribles.

    Seguimos caminando por una hora aproximadamente, hasta que finalmente logramos dar con una farmacia. Esta era una de las más importantes de la ciudad, debido al tamaño de la misma. Se podía ver que ocupaba tres locales. La puerta y las dos ventanas eran de vidrio, por lo que se podía ver al interior de la misma. Estaba claro que encontraríamos todo lo que Victoria nos había pedido allí dentro. La puerta no estaba cerrada con llave, lo que quería decir que se encontraba abierta en el momento en que los zombis empezaron a aparecer. Duncan abrió la puerta y una campana sonó, claramente para avisar a los vendedores que un cliente había llegado. Los tres nos asustamos mucho con ese ruido, dado a que probablemente llamaría la atención de algún zombi.

    Dicho y hecho, dos mujeres obesas con uniforme del local aparecieron, y afortunadamente, ambas eran errantes. De seguro habrán muerto durante el horario de trabajo. Las dos avanzaban lentamente hacia nosotros. Duncan tomó su machete y luego me miró.

    — Escucha, Foster, yo mataré a una de ellas y luego tú te encargas de la otra — me indicó —. Jeff, déjale este turno a Foster.

    — Entendido — respondió mi amigo, quien decidió pararse cerca de la puerta para vigilar que no entrara nadie más desde la calle.

    Duncan se acercó a la primera de ellos, levantó su pierna y le dio una potente patada en la mandíbula, logrando tirarle varios dientes podridos y haciendo que cayera al suelo. La segunda se le acercó, por lo que le dio un rodillazo y luego le enterró el machete en el ojo, matándola en un instante. Supe que me debía encargar de la otra que quedaba con vida. Esta ya se había levantado, y empezó a acercarse a mí. Noté que no tenía los dientes de adelante, lo que quería decir que no podría morderme, pero aun así decidí no confiarme demasiado. La esperé hasta que se abalanzó sobre mí, me agaché y me corrí hacia la izquierda, logrando quedar de espaldas a ella. Entonces le clavé el machete en la nuca. Utilicé mi pierna derecha para darle un empujón y terminar soltando mi arma. Finalmente había logrado matar a uno de ellos.

    — Felicidades por tu graduación — Jeff dio un comentario gracioso, al menos para él.

    — Saquémoslas a la calle, y busquemos las llaves para cerrar la puerta — ordenó Duncan, lo cual consideré una gran idea.

    Duncan y Jeff las arrastraron hasta la calle y dejaron sus cuerpos a un costado, para que no estorbaran en nuestra huida. Yo busqué en uno de los mostradores hasta que logré dar con la llave. Duncan la tomó y cerró la puerta, de forma que ningún zombi podría entrar a molestarnos. Lo malo era que la puerta y las ventanas estaban hechas de vidrio, lo que quería decir que podrían romperse. Ahora que estábamos dentro, solo teníamos que buscar lo que Victoria nos pidió.

    El lugar tenía varios estantes vacíos, un mostrador y una puerta de madera que permanecía cerrada, además de que no contaba con luz eléctrica. Alguien ya había venido hasta aquí y había vaciado todo desde el frente. Me pregunto cómo es que no mataron a las dos empleadas que estaban en este lugar. Todos estábamos preocupados al ver que no había remedios o medicinas a la vista en ninguno de los estantes.

    — Parece ser que alguien se nos adelantó — decía Duncan, con una mirada pesimista —. Espero que tras esta puerta haya algo útil, o nos veremos obligados a buscar otra farmacia.

    Jeff se acercó a la misma y la quiso abrir, pero esta parecía estar cerrada bajo llave, probablemente había cosas de valor allí dentro. Buscamos la llave a esa puerta por todo el local, pero no encontramos nada. Probablemente las tuviera el dueño de la farmacia. Yo pensé que sería el momento de buscar otro lugar, pero Duncan no estaba de acuerdo.

    — No me voy a ir con las manos vacías — el militar tomó su machete y con varios golpes ruidosos, logró romper la cerradura y luego abrió la puerta de una patada.

    — Buen trabajo, hermano — Jeff y yo entramos al lugar.

    — Parece que nos sacamos la lotería — decía Duncan al contemplar el lugar.

    — Busquemos una caja y pongamos las cosas allí dentro — dije, saliendo para buscar alguna caja.

    — ¿Cuánto tiempo creen que nos tome encontrar lo que Victoria nos pidió? — preguntó Jeff.

    — Nos lo llevamos todo — Duncan contestó con seriedad —. Raphael dijo que usáramos la lista si estábamos cortos de tiempo, pero ese no parece ser el caso.

    Regresé al lugar con una caja, y los tres empezamos a tomar todo lo que veíamos y guardarlo en el interior de la caja. No pasó mucho tiempo hasta que la llenamos. Tuve que ir a buscar otra. Aún quedaban varias cosas por tomar, así que decidimos seguir la lista de Victoria. Solo podremos llevarnos una caja cada uno, y lo mejor será asegurarnos de llevar lo que ella pidió.

    Mientras estábamos guardando lo que ella nos había dicho, la luz de la farmacia volvió de golpe, y con ella, una alarma empezó a sonar.

    — ¡¿Pero qué mierda pasó?! — Jeff no entendía nada.

    — Probablemente hayan restaurado la electricidad — respondí, sabiendo que era la única explicación lógica.

    — ¡Mierda, ahora los zombis de la zona van a venir hacia aquí! — Duncan se quejaba de la suerte que estábamos corriendo — ¡Ustedes sigan guardando cosas! ¡Una vez que completen la lista nos vamos! ¡Yo vigilaré que…

    Pero entonces, Duncan se vio interrumpido al escuchar golpes en los vidrios del frente. Al darnos vuelta, vimos unos siete agresivos empezando a golpear el vidrio intentando romperlo.

    — ¡La puta madre, esto no puede estar pasando! — Duncan tomó su machete y luego me miró — ¡Jeff, recolecta las medicinas! ¡Foster y yo los detendremos si quieren entrar!

    — ¡Entendido! — respondió Jeff, quien se apresuraba al tomar las cosas.

    Duncan y yo nos acercamos a la puerta del frente. Los zombis se enfurecieron más al vernos, y empezaron a golpear con más fuerza, logrando agrietar el vidrio. Aparentemente, tenían hambre y querían entrar para matarnos. Fui a buscar la caja que habíamos llenado y la puse sobre el mostrador. Yo me quedé ahí atrás. Duncan, por su parte, tomó uno de los estantes y lo puso cerca de la puerta. Aparentemente, lo haría caer sobre los zombis al momento de que estos entraran.

    Tras varios golpes, los zombis lograron romper la puerta, y dos de ellos entraron. Duncan dejó caer el estante sobre ellos, logrando retenerlos, dejándonos solo cinco más para pelear. En ese momento, Jeff vino con la caja de medicinas.

    — ¡Lo tengo todo, vámonos! — gritó mientras tomaba ambas cajas.

    — ¡Primero hay que lidiar con ellos! — Duncan estaba listo para enfrentarlos.

    Dos de ellos entraron y se le echaron encima. El militar reaccionó rápido y le enterró el machete a uno de ellos, para después desenfundar su pistola y meterle un tiro en la cabeza al segundo. Yo me adelanté para ayudarlo. Uno de los agresivos se me acercó, e intentó morderme. Yo coloqué mis brazos alrededor de su cuello para detenerlo, pero entonces empezó a empujarme con fuerza hasta acorralarme contra una pared, donde después forcejeaba para poder morderme. No tenía la fuerza suficiente para poder matarlo ni alejarlo de mí. Duncan le metió un tiro a uno de ellos y luego se volteó rápidamente hacia mí, disparando contra el zombi que me acorraló, logrando darle en la cabeza. Sin embargo, el otro que quedaba se le acercó por atrás, le saltó encima y le mordió la parte de atrás del cuello, causando que Duncan empezara a gritar.

    — ¡No! — Jeff tiró las cajas al piso y tomó su machete.

    Duncan retrocedió y se estampó la espalda contra la pared, provocando que el zombi lo soltara, para después meterle un tiro en la cabeza, logrando detenerlo.

    — ¡Duncan! — gritó Jeff muy horrorizado — ¡Te han mordido!

    — No… no puede ser… — Duncan se tomó el lugar donde sentía la mordida, y comprobó que estaba sangrando.

    — ¡Duncan, lo lamento mucho! — quise disculparme con él, aunque supe que no serviría de nada.

    — No fue tu culpa, Foster — Duncan apoyó sus manos en mis hombros para calmarme —. Fui yo quien bajó la guardia. Esa es la regla que no se debe romper en una situación como esta.

    — ¡¿Qué vamos a hacer ahora?! — preguntó Jeff, a quién se le notaban las lágrimas en los ojos.

    Antes de que Duncan pudiera responder, un agresivo entró gruñendo por la puerta. El militar estaba enojado, por lo que tomó el machete y se lo enterró con furia en el cerebro. La alarma seguía sonando, y los agresivos no iban a dejar de venir.

    — ¡Ustedes corran y lleven las medicinas a la universidad! — nos ordenó Duncan — ¡Yo me quedaré aquí a pelear y evitar que los zombis los persigan!

    — ¡No, hermano, me quedaré contigo! — Jeff se rehusaba a dejarlo atrás.

    — ¡Es una orden, Jeff! — Duncan empezó a llorar también — ¡Si todos nos morimos aquí, todo esto no servirá de nada! — el militar abrazó fuerte a su hermano, quien empezó a llorar descontroladamente —. Eres la única familia que me queda. Por favor, cuídate mucho. Te quiero.

    — Yo también te quiero, hermano — Jeff no dejaba de llorar en los brazos de su hermano mayor — Yo también te quiero…

    — ¡No pierdan más tiempo! — Duncan nos gritó para que nos fuéramos — ¡Lleven las cajas a la universidad! ¡Raphael ya debe estar en camino hasta el punto de encuentro!

    — Adiós hermano — Jeff le dio un último abrazo antes de salir con una caja de medicinas.

    — Adiós Duncan — dije, muy arrepentido, considerando que todo esto fue mi culpa por no ser bastante fuerte.

    — Adiós, chicos — Duncan se sentía muy mal por lo que iba a hacer —. Cuídense entre ustedes. No se mueran, por favor.

    Jeff y yo salimos del lugar y empezamos a correr por una de las calles. Al llegar a una esquina, escuchamos algunos gruñidos que pertenecían a los agresivos que se acercaban al lugar. Nos dimos la vuelta y vimos como Duncan luchaba contra ellos. Disparó todas las balas que le quedaban hasta que se le agotaron, y luego tomó el machete para luchar. Sin embargo, los agresivos no dejaban de venir, y solo fue capaz de matar a uno de ellos antes de que los otros que estaban allí lo superaran y empezaran a morderlo en todas partes. Duncan gritó de dolor mientras era devorado por esas horribles criaturas. Jeff cerró los ojos y se fue corriendo al frente, sabiendo que debía honrar la muerte de su hermano. Yo lo acompañé, sabiendo que no podíamos dejar que nos encontraran.

    […]

    Corrimos sin parar, y afortunadamente, no nos encontramos con ningún zombi en el camino. Logramos llegar hasta el punto de reunión. Jeff fue el primero en subir al lugar. Una vez que se encontraba sobre el techo de la casa, le alcancé las cajas con medicinas, y luego fui el siguiente en subir. Jeff ya no lloraba, pero podía ver la expresión de tristeza en su rostro.

    Desde arriba del techo pudimos ver unos ocho errantes alrededor de nuestra furgoneta. Probablemente hayan pasado por allí, y esos se habían quedado. Nosotros dos no podríamos matarlos a todos, y mucho menos tras lo que había pasado. Solo podíamos esperar a que Raphael y su grupo regresaran. Quise hablar con Jeff, pero decidí que lo mejor sería hacerlo cuando regresáramos a la universidad.

    El mediodía llegó en poco tiempo, y unos minutos después, logramos ver a Raphael y a Johny acercándose hasta nosotros. Emilio no estaba por ningún lado, lo que me hizo pensar lo peor.

    — ¡Chicos! — Raphael nos llamó la atención al vernos — ¡¿En dónde está Duncan?!

    — Lo mataron… — la respuesta de Jeff fue muy directa y seria —. La alarma de la farmacia sonó de golpe y los zombis nos superaron. Él se sacrificó para que pudiéramos escapar.

    — No puedo creer esto — Johny expresaba su tristeza —. Lo lamento mucho, Jeff. Duncan era un buen tipo. No merecía morir así.

    — ¿En dónde está Emilio? — quise cambiar de tema.

    — El sistema de seguridad de la central eléctrica se activó de golpe, igual que la alarma de la farmacia — Raphael estaba desanimado al mencionar ese detalle —. Él quedó encerrado en una habitación llena de zombis. Johny y yo quedamos afuera.

    — Dos bajas en un día… — Jeff se mostraba muy desanimado —. Y podríamos estar a punto de tener más.

    — ¿De qué hablas? — preguntó Johny sin entender nada.

    — Hay ocho zombis errantes cerca de la furgoneta — dije, tratando de que no perdiéramos más tiempo —. Los estábamos esperando a ustedes para eliminarlos.

    — Hicieron bien — fue la contestación de Raphael —. Ustedes dos no pueden morir — supuse que se refería al asunto del que hablé con él ayer — Lucharemos juntos.

    Jeff y yo bajamos las cajas con la medicina y nos acercamos a la furgoneta junto con Johny y Raphael. Éramos cuatro contra ocho zombis, lo que significaba que cada uno mataría a dos. Sin embargo, las cosas no salieron como planeamos. Jeff se acercó furioso a un zombi por la espalda, y le enterró el machete en la nuca. Eso llamó la atención de los demás. Raphael y Johny fueron a asegurarse de que no muriera. Jeff quitó el arma del cadáver del primero que mató y luego la clavó en el ojo de otro zombi más. Repitió el proceso con un tercer zombi que se le acercó. Cuatro zombis lo tenían rodeado, pero Raphael y Johny llegaron para salvarlo. Cada uno de ellos empujó a uno hacia un costado, mató al segundo, y luego remató al primero. Yo me acerqué al último que quedaba en pie y le enterré el machete en el cráneo, acabando con su vida.

    — No seas tan desprevenido, Jeff — Raphael le dio un regaño por arriesgar así su vida —. Cuando regresemos a la universidad quiero tener una charla contigo.

    — Está bien, pero dame tiempo para llorar a mi hermano — respondió Jeff muy serio y enojado.

    Raphael subió a la furgoneta y empezó a encenderla. Johny cargó las dos cajas de medicina que trajimos y luego fue a vigilar por un lugar. Jeff y yo vigilaríamos el otro. En ese momento, desde una esquina, dos agresivos aparecieron corriendo. Yo me disponía a enfrentarlos, pero Jeff se me adelantó. Disparó tres balas contra el primero, y cuatro contra el segundo, dándoles los últimos disparos en la cabeza. Un tercer agresivo apareció gruñendo de la misma dirección de la que habían venido los otros.

    — ¡Muere! — Jeff disparaba como un loco contra un zombi — ¡Ya mataron a mi hermano! ¡Déjennos en paz de una vez!

    Mi amigo logró matar a ese último zombi, pero se había quedado sin balas en su cargador. Raphael ciertamente no estaba contento con tanta imprudencia.

    — ¡Suban rápido, ya estamos listos para irnos! — ordenó.

    Johny se sentó en el asiento de adelante, mientras que Jeff y yo ocupamos los asientos del medio. Los asientos que había en la parte de atrás estaban vacíos, lo cual me daba mucha pena. Al ver a Jeff, me di cuenta de que estaba sufriendo mucho por la muerte de su hermano.

    […]

    Al momento de llegar hasta la universidad, Johny bajó de la furgoneta y fue corriendo a abrir la puerta de entrada. Una vez abierta, Raphael entró y varias personas vinieron a ver qué había ocurrido. Entre ellos se encontraba Victoria. Una vez que la furgoneta entró, Johny cerró la puerta. Raphael, Jeff y yo bajamos. Jeff se fue a su habitación sin decir ni una sola palabra, mientras que Raphael se fue a relevar a Mario, quien quedó a cargo del lugar cuando nos fuimos. Victoria se acercó a mí, y Johny le entregó las dos cajas de medicinas que habíamos conseguido. Victoria buscó entre las dos cajas y luego sacó un tipo de medicación que yo no conocía.

    — Foster, tú llévale estas a Sabrina — dijo mientras me daba esa caja —. Johny, ¿podrías ayudarme a llevar estas dos cajas hacia la enfermería?

    — Seguro — respondió el hombre, acompañándola.

    Luego de que se marcharon, Caroline se acercó a mí.

    — Foster, ¿Dónde está Jeff? — pude notar la preocupación en su rostro.

    — Duncan murió, y Jeff se encuentra muy mal por su muerte — dije con algo de tristeza.

    — Oh no — ella claramente estaba preocupada por él — ¿En dónde se encuentra Jeff ahora?

    — Imagino que se fue a su habitación — respondí, sin saber si eso era verdad.

    — Iré a verlo para ver qué puedo hacer por él — me dijo muy desanimada — ¿Me acompañas?

    — Claro, pero primero iré a llevarle estas medicinas a Francisca.

    Caroline se marchó hacia la habitación de Jeff, esperando poder encontrarlo ahí. Yo iba a llevarle las medicinas a Sabrina. Fue entonces que escuché murmullos de la gente del lugar.

    — Dos de ellos no han regresado.

    — Claramente han muerto en esta misión.

    — Raphael no es capaz de proteger a los suyos ahí afuera. Si fuera capaz, esto no habría pasado.

    Yo estaba muy furioso con quien fuera que estuviera diciendo eso. Sin embargo, pelear no serviría de nada. Yo sabía la verdad, y ellos no, así que decidí alejarme antes de meterme en un conflicto.

    Me alejé de esas personas y para dirigirme a la habitación de Francisca, quien estaba con la puerta del salón abierta. Yo entré sin llamar, pero ella no se molestó.

    — Foster, ¿qué fue lo que ocurrió? — me preguntó algo asustada al ver mi rostro.

    — Emilio y Duncan murieron — sentí que era mi obligación decirle la verdad —. Jeff se encuentra destrozado por esto.

    — ¿Y tú te encuentras bien? — pude notar su preocupación por mí.
    — Así es, pero lo más importante es que traje esta medicina para Sabrina — le entregué la caja que Victoria me había dado.

    — ¡Muchas gracias! — Francisca se alegró de tener la medicación que ella necesitaba.

    La acompañé hacia la cama donde su hermana descansaba. Sabrina estaba durmiendo, hasta que Francisca la despertó. Acto seguido, le trajo un vaso de agua y le dio la medicina que Victoria le dijo que debía tomar. Sabrina la tomó y luego siguió durmiendo, no sin antes agradecerme por lo que hice. Eso me hizo sentir bien. Aunque yo no participé de la misión de buscar la medicación.

    — Puedes quedarte con la caja completa — le dije a Francisca —. Victoria fue quien me la dio, así que supongo que no hay problema.

    — Gracias Foster — me respondió Francisca, guardando la caja debajo de la almohada de su hermana —. Quiero pedirte una cosa más.

    De forma repentina, Francisca se me acercó a mí y me dio un beso en la boca. Yo estaba paralizado ante esa acción. Ella era una chica muy bonita, y tenía ganas de besarla yo también, pero pasó tan rápido que no pude reaccionar, por lo que me quedé quieto sin hacer nada más que recibir aquel beso. Ella me había besado muy apasionadamente, imagino que por lo que hice por su hermana. Una vez que el beso terminó, ella me abrazó con fuerza.

    — Gracias por cuidar de mi hermana — me dijo con la voz dulce que tenía.

    — Por nada — respondí de forma rápida.

    Tras haber recibido ese beso me retiré de la habitación para dejar a Francisca cuidando de su hermana. Yo siempre supe que me veía un poco atraído hacia ella, pero ahora era otra cosa. Después de que me besara tan apasionadamente, creo que estoy empezando a enamorarme de ella. Y sé que ella también debe sentir lo mismo por mí.
     
    Última edición: 22 Julio 2018
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  14.  
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

    Capricornio
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    Saludos.

    Hasta ahora solo he leído la opción de la compañía eléctrica. Solo se me presentó una duda.

    "...Raphael ahora me habló a mí.
    — ¿Y cómo te encuentras tú, Foster? — me preguntó Raphael tras darse cuenta de que yo no respondí."
    Como es una narración del mismo protagonista, no estoy seguro si se puede considerar que es una redundancia o no. En serio, ni idea de si se considera como algo aceptable o no.

    Hasta ahora, parece que este camino le ha salido favorable al protagonista. Una pérdida, o quizás dos, no suena como una victoria, pero pudo ser peor. Luego leeré el otro camino.

    Edito:

    Ya leído el segundo camino.

    Faltaron algunas comas, pero no las anoté. También noté esto que no me cuadró.
    "... estorbaran en nuestra herida..." ¿Será 'huida'?

    En este camino fueron dos pérdidas, una de ellas importante, sabía que había que dividir las fuerzas de forma equitativa, claro que en la central de electricidad igual iba a morir la misma persona, pero la pérdida de Duncan en muy seria. Jeff, en el otro camino, si se salva, aún puede luchar si se entrena. Pero en este camino, Jeff está enojado y dolido, eso es más peligroso que un zombi agresivo, y Raphael ya lo notó. Dado ese razonamiento pienso que este segundo camino fue mucho peor. (A menos que Jeff, en el primero, se convierta en zombi y zombifique a muchos en la base).
     
    Última edición: 22 Julio 2018
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  15.  
    DoctorSpring

    DoctorSpring Disgregrador

    Tauro
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    Buenos días, señor De La Perdición.

    Parece que el camino que escogí fue un poco contraproducente, considerando que han habido dos bajas. Me preguntó si pudiéramos haber salvado a Emilio si Foster hubiera ido a la central y si Duncan pudiera sobrevivir al tener a Johny al lado.

    Pero como dice mi abuela; "el hubiera no existe" y ese es la decisión que tomé.


    Ahora vamos con los detalles sobre los que quiero llamar tu atención, lo primero es que tal vez fuiste un poco rápido. Me hubiera gustado ver más descripción, como lo que hay detrás de la puerta de madera en la farmacia puesto a que no lo especificaste. Por el contexto se adivina que eran un montón de medicinas pero aun así debiste usar un poco más de párrafos para contar estas cosas.

    No solo esa escena si no también otras como el encuentro entre Foster, Francisca y su hermana.

    Creo que pudieras haber sacado más provecho de ciertas cosas, además de hacer más creíbles las reacciones ante las muertes que no terminó de comprarlas demasiado.

    Otra cosa en la que debes tener cuidado es en los combates pues con acciones como enterrar un machete en la nuca y dar patadas pueden volverse un poco repetitivos.

    Aun así, es un buen capítulo, veremos como continua la vida de Foster ( ͡° ͜ʖ ͡°)

    Nos vemos.


     
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  16.  
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

    Piscis
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    Bueno, ya que estoy, le respondo el comentario a los dos. De lo contrario, esto se va a llenar de puros comentarios y mi idea no es que eso ocurra, pero ya que leen la historia, supongo que es lo menos que puedo hacer.

    Para serte sincero, yo tampoco lo sé. Pero voy a tenerlo en cuenta cuando escriba los capítulos futuros. Yo lo considero una redundancia, y creo que lo mejor es evitarlo. Gracias por señalarlo.

    Bueno, para saber si pudo ser peor o no deberás leer la otra versión, aunque no estás obligado a hacerlo. Sin embargo, que sea peor o no dependerá de lo que tu puedas considerar como peor.

    Pues la respuesta a dicha pregunta está más arriba, en el capítulo 2A. Leerlo o no es tu decisión. Yo no voy a contestarlo dado a que ya lo he hecho en el capítulo anterior. Como dije antes, leerlo o no es tu decisión.

    Es que el capítulo estaba quedándome muy largo, y como no iban a pelear en ese lugar y solo se encargarían de llevarse los medicamentos que había, no lo consideré importante y dejé que el lector asumiera un poco. Sin embargo, lo tendré en cuenta.

    No te preocupes, ya que en el siguiente capítulo se verá con más profundidad ese aspecto. Quise centrarme solo en lo principal, pero en el capítulo siguiente habrá mucha más descripción sobre esa clase de cosas.

    Es que es repetitivo porque los personajes adoptaron ese estilo de combate. La única forma de matar a un zombi es destrozándole el cráneo (al menos en esta historia) y solo cuentan con machetes y pistolas (darles golpes a puño limpio o usar el entorno cuando podrías tener a diez zombis rodeándote no sería muy recomendable). Las patadas son para apartar a los zombis si se acercan mucho o derribarlos si se acercan demasiado. Es un estilo de combate que los personajes consideran "prudente y efectivo contra los muertos", y tiene sentido que lo repitan. Igualmente habrá más capítulos en el futuro donde no podrán contar con el machete y las pistolas y deberán buscar otras formas de pelear.

    Ese comentario tiene lógica para una historia, por ejemplo, de un personaje que aprende kung fu (usar el mismo movimiento hasta hacerlo repetitivo sería un error). Pero ahora están peleando por sobrevivir, los rivales carecen de inteligencia y han encontrado movimientos que les sirven, por lo que no tiene lógica que quieran experimentar. Sin embargo, no te preocupes porque se verán obligados a pelear de otra forma en el futuro.

    Agradezco a los dos por el comentario. Les avisaré cuando tenga listas las dos versiones del capítulo 3. No sé cuando será, porque ahora quiero darle prioridad a una historia que vengo desarrollando mucho antes que esta. Pero eso no quita la posibilidad de que, si me siento sin ganas de escribir dicha historia, me ponga con esta. Saludos.
     
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  17.  
    Manuvalk

    Manuvalk el ahora es efímero

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    En ambas opciones muere alguien, cosa que sinceramente, esperaba. Sin embargo creo que hice bien en elegir la opción de ir a la central eléctrica porque era lo más necesario. Lo único es que Jeff haya sido mordido y tenga un brazo cortado. Siendo el mejor amigo de Foster, éste debe estar algo triste, pero por lo demás todo ha salido a pedir de boca para él.

    Tengo ganas de ver como sigue. Un saludo, amigo.
     
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  18. Threadmarks: Capítulo 3A
     
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Título:
    Foster's end of the world
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    7
     
    Palabras:
    4452
    Hola. Veo que esta historia ha descendido hasta el fondo de la página 1 y es el momento de hacerla subir una vez más, por lo que aquí está el capítulo 3 para los que eligieron la opción de ir con Raphael a la central eléctrica.

    Dark RS Resistance ustedes leen ambos caminos, pero no creo que quieran una doble alerta, así que los etiqueto en este que es el camino original que han elegido. Confirmo que la siguiente decisión no se tomará en este capítulo, sino en el capítulo 4.

    Con eso dicho, dejaré el capítulo. Ojalá lo disfruten.


    Capítulo 3A:

    Al hacerse de noche quise pasar por la habitación de Jeff para ver cómo estaba. Esperaba que estuviera despierto para ese momento. Es mi mejor amigo, el único en realidad, y es mi deber asegurarme que se encuentre bien. Al llegar a su habitación, abrí la puerta y noté que estaba tendido en su cama. No reaccionó cuando yo abrí la puerta, por lo que asumí que estaría dormido, y al acercarme, comprobé que así era. Tenía un vendaje limpio, lo que quería decir que Victoria debió haberse pasado a verlo unos minutos antes de que yo llegara. Realmente espero que la amputación haya funcionado.

    En ese momento, escuché a Duncan entrar a la habitación. Su expresión denotaba una gran preocupación. No pareció alegrarse mucho al verme.

    — Foster, ¿se te ofrece algo ahora mismo? — me preguntó de forma seria.

    — No, solamente vine a ver como se encontraba — le contesté — ¿Ocurrió algo malo?

    — Hablé con Verónica.

    — ¿Verónica? Su nombre es Victoria.

    — Es cierto, nunca me lo aprendo — Duncan se llevó las manos a la cabeza — No me acuerdo el nombre de la persona que trató a mi hermano… Parezco un mal agradecido.

    — ¿Qué fue lo que te dijo?

    — No hay manera de saber si la amputación funcionó, por lo que voy a cerrar este salón con llave — me respondió algo triste — Si no ha funcionado, Jeff se va a convertir. Y si se convierte durante la noche habrá problemas. Raphael me ha pedido que lo encierre.

    — ¿Y tú qué le dijiste?

    — Yo estuve de acuerdo. Jeff es mi hermano, pero si se convierte y mata a otras personas, todo se irá a la mierda. Por eso quiero pedirte que te vayas, Foster. Tengo que cerrar este lugar.

    — ¿Y dónde vas a dormir tú? — había más salones disponibles para utilizar como habitaciones, pero no creí que Duncan quisiera separarse de su hermano.

    — No voy a dormir esta noche — contestó Duncan mucho más serio que antes — Me quedaré aquí para esperar a ver cómo reacciona.

    — Entiendo, es comprensible — le dije, sabiendo que estaba molestando en ese momento — Espero que todo vaya bien.

    — Yo también, Foster. Yo también.

    Me retiré de allí sintiéndome muy mal. No solo no pude hablar con Jeff, sino que también había posibilidades de que terminara convirtiéndose durante la noche. No quería imaginar a Duncan si eso pasara. Sufrió mucho al verlo perder un brazo, y no quiero pensar lo que le hará verlo perder la vida si llega a pasar.

    Me acosté en mi cama y me dormí, a pesar de que me sentía como la mierda. Lo que más necesitaba era descansar.

    A la mañana siguiente, me levanté y fui a buscar algo para comer. Una vez que salí, vi que había una gran reunión de gente y me acerqué para verificar que no estuviera pasando nada grave. Al llegar con el grupo, vi a Raphael y a Mario hablando con Marina y Niel, mientras otras personas no decían nada y solamente observaban.

    — ¡No puedo creer esto! — Mario sonaba muy enojado — ¡¿Y ustedes accedieron así nada más?! ¡Sus turnos terminaban hoy a la noche!

    — Mario, ya basta — Raphael estaba interviniendo — Ellos ya se sienten bastante culpables por esto. No tienes que hacerlos sentir peor de lo que ya se sienten.

    — Lo lamentamos mucho — Niel sonaba arrepentido por algo — Realmente nos tentaron con esa oferta, y no la pudimos dejar pasar.

    — No se repetirá — Marina sonaba apenada — Lo prometo.

    — Claro que no se repetirá — Mario seguía furioso.

    — Pero creo que a ustedes les serviría pasar el día entero sin comer, para que puedan recapacitar sobre su error — tras esas palabras, la mayoría de la gente se retiró.

    Yo no entendía nada, pero ahora que solo quedaban los dos militares junto a Marina y Niel, decidí preguntarles. Odiaba no saber lo que estaba ocurriendo.

    — Díganme que noticias me perdí — supuse que sería importante.

    — Ayer a la noche, seis personas les dijeron a Marina y a Niel que tomarían los turnos de guardia durante la noche y el día de hoy — explicaba Raphael — Ellos aceptaron y los dejaron como guardias. Bueno, durante la noche, esas seis personas desaparecieron y se llevaron el vehículo.

    — ¡No! — no podía creer que hubiera pasado algo así — ¡¿Piensas ir a recuperarlo?!

    — No vale la pena — Raphael no lo vio necesario — No tenía mucha gasolina restante. Si mis cálculos no fallan, se van a quedar sin gasolina en veinte cuadras. Y no hay una estación de servicio hasta dentro de cuarenta. Ir a buscar ese vehículo es un esfuerzo que no merece la pena. Por como yo lo veo, estamos mejor sin ese vehículo y sin esa gente. Si ellos no querían estar junto a nosotros, es mejor que se fueran. Y con ese vehículo fuera, nadie va a ponerse a pelear para quedárselo si nos llegan a atacar. No digo que vaya a pasar, pero es una preocupación menos.

    Realmente admiraba a Raphael. Él ve muchas cosas que yo no soy capaz ni siquiera de imaginar. Claramente demuestra por qué es el líder del lugar. Me siento muy seguro con un tipo como él a cargo de este lugar.

    — Creo que esta actuación tuya funcionó, Raphael — Mario me confundió con sus palabras.

    — ¿De qué hablas ahora? — yo no sabía nada.

    — Cuando la gente se enteró de esto, creyeron que Raphael iba a expulsar a Niel y a Marina — decía Mario — Y algunos iban a aprovechar eso para montar un escándalo “justificado” alegando que Raphael es un tipo autoritario, generando un conflicto que no nos hace falta. Le dije a Raphael sobre esto y montamos esta escena para que nadie pueda decir que Raphael es un tipo autoritario. De hecho, parece que la gente cree que el castigo de Raphael es justo, por lo que no pueden montar ese escándalo.

    Realmente no podía creer que la gente de aquí fuera capaz de hacer algo así. Imagino que ese escándalo del que habla Mario habrá sido para poder tomar comida y otras provisiones para sus familias. Aunque nunca hubo mayores problemas, en el principio hubo una pequeña discusión donde los que tenían a sus familias en el lugar dijeron que ellos deberían recibir mayores raciones de comida que todos los demás. Me daba asco que la gente quisiera aprovechar una situación como el robo del vehículo para beneficiarse, pero no debería sorprenderme. Después de todo, cada uno es egoísta a su manera.

    Fui a desayunar, y no tardé en darme cuenta que estaba tomando el desayuno yo solo. Había otras personas desayunando en el comedor de la universidad, pero ninguno se sentaba a hablar conmigo. Afortunadamente, no fue así por mucho tiempo. Francisca y Sabrina llegaron al comedor, y tras pedir sus raciones, se sentaron al lado mío. La niña pequeña ya se sentía mucho mejor, y eso me alegraba.

    — Foster, mi hermana dice que tú fuiste quien trajo las medicinas para mí — Sabrina era una niña realmente tierna cuando hablaba, como lamento que ella deba vivir el fin del mundo a esa edad — Quiero agradecerte.

    — Me siento bien por ti, pero ese mérito no me corresponde — contesté algo apenado — Quienes realmente fueron a la farmacia a buscar los medicamentos fueron Duncan, Jeff y Johny. Yo fui a la central eléctrica para ayudar a restaurar la energía de la universidad.

    En ese momento, vi como Jeff entraba junto a Duncan al comedor. La alegría que sentí al ver a mi amigo con vida era indescriptible. La mordida no lo mató, y es obvio que no lo matará, o de lo contrario, no debería ser capaz de poder moverse. Me sentía aliviado. Los dos hermanos fueron a pedir sus raciones de comida, y luego se sentaron con nosotros. Vi que Jeff estaba desanimado, claramente yo también estaría así si perdiera mi brazo, pero se le pasó al ver a Sabrina fuera de su habitación.

    — ¿Ya te sientes bien, cariño? — preguntó Jeff, mientras tomaba la comida conforme podía.

    — Sí, ya me siento mejor — fue la respuesta de la niña.

    — Los medicamentos no tardaron en hacer efecto — Francisca sonaba muy aliviada — Ahora Sabrina podrá juntarse con el resto de los niños y niñas del refugio. Y yo podré volver a trabajar con ellos.

    — Me alegra saber eso — Jeff cambió su expresión — Quiere decir que no perdí mi brazo en vano.

    — Foster me estaba diciendo que tú, Duncan y otro tipo más fueron a la farmacia — las palabras de Francisca me hicieron sentir mal, por alguna razón.

    — Johny — Jeff corrigió a Francisca para luego reírse un poco — Así es. Fuimos nosotros tres los que acudimos a la farmacia. Foster también participó acompañando a Raphael a la central eléctrica.

    Vi como Francisca me miró fijamente. Yo realmente no podía interpretar su mirada, pero por alguna razón sentí como si me estuviera regañando por no haberle dicho que no fui yo el que fue a buscar las medicinas. Espero que eso no haga que me odie, pero no podría enojarme con ella si realmente fuera el caso.

    — Foster, antes de venir, me crucé con Raphael — Duncan dijo algo por primera vez — Me dijo que te espera a ti, a mí y a Johny en su oficina luego del desayuno.

    — ¿Dónde está Johny? — pregunté — No lo veo aquí.

    — Tal vez se pasó o tal vez no, pero él nos quiere a los tres allí — Duncan no dijo nada más.

    Mientras estábamos comiendo, Caroline apareció y se sentó junto a nosotros. En el breve tiempo que estuve comiendo antes de tener que marcharme, ella no dejó de preguntarle a Jeff como se sentía, a lo que él no dejó de contestar que se sentía bien. Al terminar el desayuno, Duncan y yo fuimos a ver a Raphael a su oficina. Johny estaba allí, Mario, Niel y Marina lo estaban acompañando.

    — Bien, ya estamos todos — decía Raphael tomando asiento, cosa que Duncan y yo imitamos.

    — ¿Qué es lo que ocurre esta vez, Ralph? — Niel pronunció mal su nombre, aunque no sé si fue intencional o un error.

    — En realidad, el que lo va a explicar todo seré yo — Mario tomó la palabra — Estoy seguro de que ustedes sabrán sobre el camión cisterna que hay a unas diez cuadras de aquí — recordé que Raphael mencionó ese lugar, pero nunca lo vi en persona — Esa zona está llena de mercados que podríamos saquear si no fuera por los zombis que rodean el lugar. Bueno, se me ha ocurrido una idea. Sugiero que pongamos un equipo de música a alto volumen sobre el camión, para asegurarnos que todos los zombis se acerquen al camión, y que luego hagamos explotar el mismo. De esa forma, arrasaremos con una enorme cantidad de zombis y esa zona será más segura para explorar.

    Abrí mis ojos lo más que mis párpados me lo permitieron. El plan de Mario me pareció una completa locura. En primer lugar, no teníamos un equipo de música ni explosivos, y, en segundo lugar, sería muy peligroso acercarse a un lugar así por nuestra propia cuenta para plantar la bomba. Su idea de detonarlo para eliminar a los zombis me parecía buena o al menos razonable, pero el plan no daría resultado.

    — ¡Es un suicidio! — se quejó Niel — ¡Además no tenemos un equipo de música inalámbrico, ni explosivos!

    — Yo robé un par de explosivos al momento de escapar de la base militar junto a Raphael — las palabras de Mario nos aterraron a todos, el pensar que alguien tenía explosivos todo este tiempo si haber dicho nada nos puso los pelos de punta, o al menos a mí — Ciertamente no le voy a ir diciendo a todo el mundo que tengo explosivos, o eso desataría un caos en este lugar.

    — ¡¿Y no has pensado en decírmelo a mí siquiera?! — Duncan no se sentía bien con Mario guardando esa clase de secretos — ¡Yo soy militar igual que tú, debiste haberlo dicho antes!

    — No lo dije porque no quería causar revuelo — Mario se excusaba — Lamento si te oculté algo, Duncan. El asunto es que eso ya nos ahorra una parte de la misión.

    — ¿La segunda parte consiste en conseguir un equipo de música portátil y potente para meter en el camión? — preguntó Marina, intentando adivinar el plan.

    — Exacto — Mario estaba convencido de que su plan funcionaría — Y ustedes solamente tienen que acompañarme a mí hacia la tienda de equipos que se encuentra a quince cuadras de aquí, y luego hasta el camión. Yo me encargaré de la parte peligrosa, en otras palabras, montar el equipo y poner los explosivos. Ustedes simplemente tienen que hacer de mis escoltas.

    Ahora que lo pienso, el plan tenía sentido. La tienda donde podríamos encontrar esa clase de equipos no estaba demasiado lejos. Era una distancia que preferiría viajar en un vehículo, pero quince cuadras no era demasiado. Y por lo que se veía, íbamos a ser un grupo numeroso sin necesidad de dividirnos, por lo que íbamos a estar juntos en todo momento. Eso me tranquilizaba en parte. A Jeff lo mordieron aun cuando el grupo entero estaba unido, pero él no vendría a esta misión, y esa experiencia terrible nos serviría de ayuda.

    — ¿En qué momento ponemos este plan en marcha? — Johny tenía curiosidad por ver cuando había que moverse.

    — Será en una hora — habló Raphael, sorprendiéndonos a todos — Haré que les traigan comida y agua para que puedan llevárselas con ustedes. No tenemos el vehículo, por lo que será mejor que partan de inmediato. Así será una certeza que volverán antes del anochecer.

    — ¿Tendremos que salir en una hora? — yo lo sentía muy apresurado.

    — Así es, Foster — Raphael me respondió muy tranquilo — Mientras antes salgan, más rápido volverán. No quiero que el grupo esté afuera en la oscuridad.

    — Descuida, Foster, no dejaremos que nada malo te pase — Mario se acercó a mí y me puso las manos en el hombro — Raphael me comentó los planes que tiene para ti. Y yo voy a hacerlo casi todo. Tú y los demás serán mis escoltas, así que esta misión no supone un peligro, y te servirá para que adquieras experiencia allí afuera.

    — Lamento tener que pedirte que hagan esto — Raphael se sentía mal por enviarnos allí afuera — Pero de acuerdo a Duncan, tú y Jeff son los mejores en el entrenamiento, pero Jeff está imposibilitado para ir. Y la gente tiene miedo después de las muertes de Emilio y lo que le ocurrió a Jeff. Si ustedes van y regresan a salvo, las demás personas verán que salir no es un peligro, y ganaremos voluntarios para que no tengas que hacerlo más.

    Si pudiera pedir un deseo, sería tener la mente de Raphael. Parece que tiene una respuesta preparada para cualquier cosa que tengas para decirle. Y ahora que lo pienso, es verdad. Si la gente ve que salimos y volvemos ilesos, todos se animarán a salir en estas expediciones, aunque sean unos pocos. Luego de que la reunión terminó, todos nos retiramos para aprovechar la hora que nos quedaba libre.

    Fui junto con Duncan a ver a Jeff, quien se encontraba en ese momento con Francisca, Sabrina y Caroline.

    — ¿Qué es lo que tenía para decirles? — Jeff tenía curiosidad en conocer el motivo de la reunión.

    — Vamos a salir en una misión algo arriesgada — contestó Duncan muy serio — Pero Mario será el que haga todo el trabajo. Foster, yo y todos los demás vamos a ejercer de escoltas.

    — Tengan mucho cuidado ahí afuera — pude notar la preocupación en la voz de Francisca — Y no dejen que Mario haga una locura. Él parece ser un tipo que sabe manejarse, pero no me da la misma confianza que Raphael.

    — Como desearía ir con ustedes — Jeff expresaba su frustración — Con un puto brazo perdido soy un puto inútil. Tanto afuera como aquí dentro. Si un agresivo me ataca, una sola mano no será suficiente para vencerlo. Estoy condenado.

    — Eso no es cierto, Jeff — Caroline se le acercó y colocó su mano sobre su hombro — Puedes trabajar de cualquier cosa que no requiera del uso de los dos brazos. E incluso en tu condición puedes vencer a un pasivo. No eres un inútil.

    — Gracias por levantarme al ánimo, Carol — contestó Jeff, apreciando ese gesto — Pero soy un inútil. Y eso es un hecho.

    Me sentía muy mal por Jeff en ese momento. Imagino que lo que él más quería era demostrarle a Duncan lo útil que podía ser en misiones, después de todo, el entrenamiento que nos dio fue para eso. Pero ahora solo podía limitarse a quedarse en el refugio y realizar otra clase de tareas. Intenté animarlo junto a Duncan y Caroline, pero no lo lográbamos. Francisca le pidió que la acompañara a su trabajo, que consistía en cuidar de los niños en el refugio. Jeff aceptó a regañadientes, dado a que creyó que los niños se burlarían de él por haber perdido un brazo. Yo consideré que pasar de una misión de recolección de medicinas al cuidado de unos niños era algo degradante, pero seguro Raphael podría ver las cosas de otra manera.

    Finalmente llegó la hora de salir. Raphael, Niel, Marina, Mario y Johny se reunieron conmigo y Duncan en la puerta de salida. Yo creí que Raphael vendría con nosotros, pero debido a que Niel y Marina estaban “castigados” creyó que lo mejor sería quedarse y estudiar el comportamiento de la gente. Yo estaba relajado a pesar de todo, dado a que Duncan y Mario vendrían con nosotros, y sería este último quien hiciera todo el trabajo. El líder nos abrió la puerta y los seis nos aventuramos afuera, cada uno con un machete, una pistola, y una mochila con agua y comida.

    Empezamos el camino hacia la tienda en donde podríamos encontrar un equipo de música que pudiera servirnos para poder llamar la atención de los zombis alrededor de ese camión cisterna. Dicha tienda estaba dentro de un centro comercial, pero afortunadamente, estaba justo al principio, lo que facilitaría las cosas. No tardamos casi nada en encontrarnos al primer zombi. Era un errante que se encontraba caminando en la misma dirección que nosotros, por lo que no nos detectó. Johny se acercó a él lentamente, y con un fuerte golpe con el machete, logró decapitarlo. Cuando la cabeza y el cuerpo del errante cayeron al piso, Johny le pisó la cabeza, asesinándolo de una buena vez.

    — Buen trabajo, zombiekiller — Niel le dio ese apodo a Johny.

    — Realmente no es nada — contestó con modestia — Pero me preocupa que en las calles haya puros errantes. Eso quiere decir que podría haber agresivos en el centro comercial.

    — No llames a la mala suerte — contestó Mario, quien se veía muy relajado de momento.

    — No estoy haciendo eso — Johny respondió — Solo digo lo que pienso.

    — Espero que no suene una alarma esta vez — Duncan expresaba su deseo de una misión tranquila — Ayer casi no la contamos.

    Vi como Johny asintió ante lo que dijo Duncan. Si nuestro peleador más fuerte y un militar admitía algo como eso, quiere decir que los zombis que atacaron esa farmacia fueron cosa seria. Me alegro de no haber ido a la farmacia. Por lo que escuchaba, dudo mucho que hubiera podido sobrevivir a algo así.

    Había más zombis deambulando por las calles, todos errantes, y no eran grupos numerosos cuando se aparecían ante nosotros. Cada uno tuvo su oportunidad de matar a alguno. Niel mató a tres, Mario a cinco, Marina a dos, Johny mató a dos, Duncan mató a tres, y yo maté a uno. No era una ciencia complicada el matarlos. Son lentos, desarmados y sin inteligencia; nosotros somos rápidos, portamos armas y tenemos inteligencia. Los agresivos son el verdadero problema, y la suerte nos sonreía.

    Los errantes eran los dueños de las calles. Esos cuerpos podridos y sin rastro de vida caminaban por el asfalto como si fueran los reyes del mundo. Increíble que una especie sin inteligencia haya logrado tomar el mundo. Estoy empezando a pensar que Raphael tiene razón. Los zombis en algún momento tienen que morir, pero si la humanidad no se reproduce, nos iremos con ellos. Nunca lo vi de esa forma porque no había salido al exterior hasta ayer. Espero que el plan de procrear salga bien, porque estoy pensando que Raphael tiene toda la razón con lo que dice.

    Finalmente, tras pasar entre tantos cadáveres, logramos llegar a nuestro destino. El centro comercial estaba justo en frente de nosotros. Creo que alguien nos echó una bendición, porque las puertas estaban abiertas de par en par, y en la entrada no había más que cadáveres. Creí que eran solo zombis, pero al ver más de cerca, todos tenían apariencia humana. Imagino que se habrán matado entre ellos en un intento de obtener provisiones que pudieran servir. Una lástima, pero me hizo dar cuenta de que era afortunado por seguir viviendo en ese momento.

    — Los equipos de música no sirven ni para pelear contra los zombis ni para abastecerse de alimento, así que todos los equipos van a estar en la tienda esperando a que nosotros tomemos uno — Mario se mostraba optimista con la situación.

    Lo que él decía tenía su lógica, pero yo he visto a muchas personas robar cosas innecesarias en varios saqueos producidos en el pasado. Esperaba que este no fuera el caso. Al entrar al lugar, vimos que no había ni un solo zombi, solo seguían los cadáveres de las personas. Viendo que la suerte nos seguía mostrando una sonrisa, nos apresuramos y fuimos a la primera tienda que encontramos. Tal y como lo pensé, todo el lugar fue saqueado por la gente.

    — ¡La puta madre! — insultó Duncan muy furioso — ¡No pueden comer computadoras y equipos de sonido! ¡¿Qué mierda pretendían al robárselos?!

    — Tal vez pensaran que el mundo volvería a la normalidad pronto y se aprovecharon de la situación — Marina expresó su opinión — Después de todo, ¿quién los va a obligar a devolverlos?

    — Nadie, supongo — Johny estaba frustrado con aquella situación — Pero mira el depósito. Las tiendas suelen tener uno, y lo tienen cerrado bajo llave.

    Efectivamente, a uno de los costados del negocio, pasando todos esos mostradores de vidrio vacíos y el contador que había en el lugar, se encontraba la puerta al depósito donde guardaban los demás equipos. Los mostradores eran muy bajos, y estaban distanciados uno del otro. Lo bueno es que eso nos daba espacio para pelear sin que nos pudieran estorbar.

    Mario quiso abrir la puerta, pero estaba cerrada con llave. La buscamos por todo el lugar, pero no logramos dar con la misma. Ciertamente la puerta debía ser sólida, dado a que tenía marcas de golpes intentando entrar. Parece ser que la única opción sería dispararle a la cerradura.

    — No queda de otra — dijo Mario pensando lo mismo que yo — Alguien le tendrá que disparar a la cerradura.

    — Yo me encargaré de eso — Duncan se acercó — Los demás vigilen afuera. El disparo va a atraer a algunos zombis que estén en los alrededores.

    Fui junto a Marina, Niel y Johny para hacer guardia, para que Duncan pudiera abrir la puerta. El soldado apuntó con su pistola a la cerradura, y le disparó tres veces para poder romperla. Una vez que el ruido de los disparos terminó, escuchábamos gruñidos, algo que sería normal. Pero me llevé un susto de muerte cuando escuché que esos gruñidos venían desde adentro. De golpe, un agresivo con el uniforme del negocio salió del interior de ese cuarto y se abalanzó hacia Duncan apuntándole al cuello con sus dientes podridos. El soldado reaccionó rápidamente y logró sujetarlo del cuello, evitando su avance. Sin embargo, el zombi tenía fuerza, y le iba a ganar a Duncan. Mario le enterró el machete en la nuca de forma rápida. Duncan arrojó el cuerpo del atacante al suelo, y luego miró al frente.

    — ¡Cuidado, Mario! — señaló.

    Dos zombis más, esta vez errantes y con el mismo uniforme, salieron de allí. Mario no tardó en matarlos a los dos con un tiro preciso en la cabeza.

    — ¡¿Qué demonios fue eso?! — Niel no daba crédito a lo que había pasado.

    — ¡No hay tiempo! — Johny señaló hacia uno de los pasillos del centro comercial — ¡Tenemos compañía!

    — ¡Foster, toma el equipo de sonido más potente que encuentres! — me ordenó Mario, que se acercó hacia mi posición junto a Duncan — ¡Nosotros los contendremos!

    Dicho y hecho, me fui corriendo hacia ese lugar. Al entrar al interior de dicho cuarto, pude notar que había sangre en el suelo, junto a varias raciones de comida y agua. Imagino que los empleados se habrán encerrado por el saqueo, pero uno de ellos habrá bebido agua contaminada y se habrá convertido en aquel lugar. Era una verdadera tragedia, pero no tenía tiempo para ponerme a pensar en ello.

    Buscaba un equipo de música mientras escuchaba a mis compañeros dispararles a varios zombis que se acercaban, probablemente agresivos. Lo único que encontraba eran equipos que requieren conexión eléctrica, y eso me estaba frustrando. Sin embargo, logré dar con el único equipo inalámbrico que había. No estaba seguro de si el agua que tenían era segura como para llevarla, por lo que solo saqué el equipo de allí.

    Tras guardarlo en mi mochila, me acerqué a mis compañeros y me puse a disparar junto a ellos. Noté que ellos disparaban apenas los veían, pero yo no tenía tan buena puntería como ellos, por lo que necesitaba dejar que los agresivos se acercaran un poco antes de ejecutarlos. Eso daba resultado, dado a que lograba frenar su marcha hacia nosotros con certeros disparos a la cabeza. La sangre salpicaba cuando las balas se metían en sus cráneos muertos. Al cabo de unos dos minutos, estos dejaron de venir. Mario se notaba acelerado respecto a lo ocurrido.

    — ¡¿Tienes el equipo?! — me preguntó con rapidez.

    — ¡Así es, es el único inalámbrico que había! — contesté igual de rápido que él.

    — ¡Bien, entonces salgamos de aquí antes de que esas cosas vuelvan a aparecer!

    Nadie omitió queja alguna respecto a su orden. Todos nosotros nos fuimos corriendo de ese lugar lo más rápido que pudimos. Con el equipo ya en nuestras manos, lo único que quedaba era ir a ese camión y hacerlo explotar para eliminar a los zombis.
     
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    Agus estresado

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    Foster's end of the world
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    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
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    7
     
    Palabras:
    4663
    Hola. Veo que esta historia ha descendido hasta el fondo de la página 1 y es el momento de hacerla subir una vez más, por lo que aquí está el capítulo 3 para los que eligieron la opción de ir con Duncan a la farmacia.

    Doc dado a que te has apegado a este camino te voy a etiquetar aquí, que es el capítulo 3 que corresponde al camino original que elegiste. Confirmo que la siguiente decisión no se tomará en este capítulo, sino en el capítulo 4.

    Con eso dicho, dejaré el capítulo. Ojalá lo disfruten.


    Capítulo 3B:

    Al hacerse de noche quise pasar por la habitación de Jeff para ver cómo estaba. Esperaba que estuviera despierto para ese momento. Es mi mejor amigo, el único en realidad, y es mi deber asegurarme que se encuentre bien. Al llegar a su habitación, abrí la puerta y noté que estaba tendido en su cama. Al verme, Jeff levantó la cabeza. Yo me acerqué a él para ver si tenía ganas de hablar, y de si se encontraba bien dentro de todo.

    — Foster, hola… — Jeff parecía destrozado — Gracias por venir a verme — me tendió la mano.

    — Es lo menos que puedo hacer, amigo — contesté, tenía que decirle algo, pero tenía miedo de su reacción — Jeff — al final decidí hacerlo — Duncan murió por salvarme a mí. Fue culpa mía. Perdóname.

    — No digas eso, Foster — Jeff no se enojó conmigo, o tal vez sí estaba enojado, pero no estaría en condiciones para hacérmelo saber — Duncan en persona admitió que fue su culpa. Fue una tragedia inevitable. Eran demasiados, y esa puta alarma no dejaba de sonar. Me alegro de que al menos nosotros hubiéramos sobrevivido. Es lo único de lo que me puedo alegrar ahora...

    Antes de poder decir algo más, Jeff rompió en un llanto de dolor terrible. No me podía imaginar lo que debía estar pasando ahora mismo. Yo me sentí mal por perder a mis padres, pero él ahora perdió a la única familia que le quedaba. Se suponía que íbamos a salir los seis juntos y a regresar los seis juntos. En su lugar, Duncan y Emilio no volvieron. No podía pensar en nada para consolarme. Aun habiendo restaurado la electricidad y abasteciendo el refugio de medicinas sentía que no valía la pena.

    — ¿Estás enojado con alguien en particular? — pregunté.

    — Estoy furioso con Raphael — me sorprendí de que mencionara eso — Él tenía que revisar que el vehículo tuviera gasolina suficiente. No lo hizo, y luego sugirió separarnos.

    — El vehículo no era suyo, no tenía forma de saberlo — sentí que no era justo ese reproche.

    — Sé que te salvó la vida, Foster — me dijo sin alzar la voz — Pero cometió un error. Los seres humanos cometen errores, pero él es un líder. Él tiene prohibido cometerlos, y menos cuando las vidas de nosotros están en riesgo.

    — ¿Desearías que Raphael hubiera muerto en lugar de Duncan?

    — No. Duncan y Mario nunca serían tan buenos líderes como él. Estoy furioso, pero eso no quiere decir que esté ciego. Él es la mejor opción para liderar al grupo a un mañana. Quiero matarlo por lo que pasó con mi hermano, pero causará más daños que beneficios. Raphael no lo hizo a propósito, y Duncan accedió a seguir su plan. Puede que este enojo se me pase.

    La madurez que Jeff mostraba me sorprendía. Yo no estoy seguro de si podría decir algo como eso si hubiera perdido a mi hermano en una misión como esta. Jeff estaba molesto, lo cual era normal, pero lograba manejarlo con gran madurez.

    Seguí hablando con él por un momento y luego me retiré para ir a dormir. Me sentía como la mierda, pero el descanso era necesario para mí.

    A la mañana siguiente, me levanté y fui a buscar algo para comer. Una vez que salí, vi que había una gran reunión de gente y me acerqué para verificar que no estuviera pasando nada grave. Al llegar con el grupo, vi a Raphael y a Mario hablando con Marina y Niel, mientras otras personas no decían nada y solamente observaban.

    — ¡No puedo creer esto! — Mario sonaba muy enojado — ¡¿Y ustedes accedieron así nada más?! ¡Sus turnos terminaban hoy a la noche!

    — Mario, ya basta — Raphael estaba interviniendo — Ellos ya se sienten bastante culpables por esto. No tienes que hacerlos sentir peor de lo que ya se sienten.

    — Lo lamentamos mucho — Niel sonaba arrepentido por algo — Realmente nos tentaron con esa oferta, y no la pudimos dejar pasar.

    — No se repetirá — Marina sonaba apenada — Lo prometo.

    — Claro que no se repetirá — Mario seguía furioso.

    — Pero creo que a ustedes les serviría pasar el día entero sin comer, para que puedan recapacitar sobre su error — tras esas palabras, la mayoría de la gente se retiró.

    Yo no entendía nada, pero ahora que solo quedaban los dos militares junto a Marina y Niel, decidí preguntarles. Odiaba no saber lo que estaba ocurriendo.

    — Díganme que noticias me perdí — supuse que sería importante.

    — Ayer a la noche, seis personas les dijeron a Marina y a Niel que tomarían los turnos de guardia durante la noche y el día de hoy — explicaba Raphael — Ellos aceptaron y los dejaron como guardias. Bueno, durante la noche, esas seis personas desaparecieron y se llevaron el vehículo.

    — ¡No! — no podía creer que hubiera pasado algo así — ¡¿Piensas ir a recuperarlo?!

    — No vale la pena — Raphael no lo vio necesario — No tenía mucha gasolina restante. Si mis cálculos no fallan, se van a quedar sin gasolina en veinte cuadras. Y no hay una estación de servicio hasta dentro de cuarenta. Ir a buscar ese vehículo es un esfuerzo que no merece la pena. Por como yo lo veo, estamos mejor sin ese vehículo y sin esa gente. Si ellos no querían estar junto a nosotros, es mejor que se fueran. Y con ese vehículo fuera, nadie va a ponerse a pelear para quedárselo si nos llegan a atacar. No digo que vaya a pasar, pero es una preocupación menos.

    Realmente admiraba a Raphael. Él ve muchas cosas que yo no soy capaz ni siquiera de imaginar. Claramente demuestra por qué es el líder del lugar. Me siento muy seguro con un tipo como él a cargo de este lugar.

    — Creo que esta actuación tuya funcionó, Raphael — Mario me confundió con sus palabras.

    — ¿De qué hablas ahora? — yo no sabía nada.

    — Cuando la gente se enteró de esto, creyeron que Raphael iba a expulsar a Niel y a Marina — decía Mario — Y algunos iban a aprovechar eso para montar un escándalo “justificado” alegando que Raphael es un tipo autoritario, generando un conflicto que no nos hace falta. Le dije a Raphael sobre esto y montamos esta escena para que nadie pueda decir que Raphael es un tipo autoritario. De hecho, parece que la gente cree que el castigo de Raphael es justo, por lo que no pueden montar ese escándalo.

    Realmente no podía creer que la gente de aquí fuera capaz de hacer algo así. Imagino que ese escándalo del que habla Mario habrá sido para poder tomar comida y otras provisiones para sus familias. Aunque nunca hubo mayores problemas, en el principio hubo una pequeña discusión donde los que tenían a sus familias en el lugar dijeron que ellos deberían recibir mayores raciones de comida que todos los demás. Me daba asco que la gente quisiera aprovechar una situación como el robo del vehículo para beneficiarse, pero no debería sorprenderme. Después de todo, cada uno es egoísta a su manera.

    Fui a desayunar, y no tardé en darme cuenta que estaba tomando el desayuno yo solo. Había otras personas desayunando en el comedor de la universidad, pero ninguno se sentaba a hablar conmigo. Afortunadamente, no fue así por mucho tiempo. Francisca y Sabrina llegaron al comedor, y tras pedir sus raciones, se sentaron al lado mío. La niña pequeña ya se sentía mucho mejor, y eso me alegraba.

    — Foster, mi hermana dice que tú fuiste quien trajo las medicinas para mí — Sabrina era una niña realmente tierna cuando hablaba, como lamento que ella deba vivir el fin del mundo a esa edad — Quiero agradecerte.

    — Por nada, pequeña — contesté sintiéndome conmovido por las palabras de la niña — Pero no lo hice yo solo. Jeff ayudó, y Duncan perdió la vida por esto.

    — Me siento mal por la muerte de Duncan — Francisca ciertamente no podía ocultar sus sentimientos — Él murió por mi hermana y por todos los demás que se encuentran enfermos.

    En ese momento, Jeff entró al comedor. Podía ver como se encontraba destrozado, su mirada se podía leer desde muy lejos. Las dos chicas también lo miraban con tristeza. Tras pedir su ración, Jeff se sentó junto a nosotros.

    — ¿Sabrina ya está bien como para poder estar fuera de su habitación? — Jeff sonaba muy serio.

    — Así es Jeff — contestó Francisca sintiéndose mal por él — Y es gracias a ti y a Duncan. Lamento mucho que él haya muerto. Habría pasado a verte, pero debía cuidar de mi hermana.

    — La familia es lo más importante — Jeff hablaba en voz baja, como si estuviera desanimado — Haces bien en cuidar a tu hermanita. Y no puedo enojarme contigo.

    Esas palabras realmente me pusieron incómodo. Jeff había demostrado que se sentía atraído por Francisca. Por un momento sentí asco por mi persona. Creí que Jeff se aprovecharía de esta situación para ganarse la simpatía de Francisca. Probablemente eso es algo que yo haría en esa situación, y debe ser el motivo por el que pensé en algo así. No puedo creer que creyera eso de mi amigo.

    — Foster, ¿te sientes bien? — Sabrina notó que yo aparté la vista.

    — Sí, estoy bien, solo… pensando en algo — no quise hablar del tema.

    — Por cierto, Foster, al venir aquí me crucé con Raphael y dijo que nos quería a mí y a ti en su oficina — Jeff no levantaba los ánimos — Así que una vez que terminemos el desayuno vamos a ir.

    Mientras estábamos comiendo, Caroline apareció y se sentó junto a nosotros. En el breve tiempo que estuve comiendo antes de tener que marcharme, ella no dejó de preguntarle a Jeff como se sentía, a lo que él no dejó de contestar que se sentía bien. Al terminar el desayuno, Jeff y yo fuimos a la oficina de Raphael. Me sorprendí al ver a Johny, Mario, Neil y Marina en ese lugar. Por lo que dijo Jeff, asumí que solo nos quería a nosotros dos.

    — Bien, ya estamos todos — decía Raphael tomando asiento, cosa que Jeff y yo imitamos.

    — ¿Qué es lo que ocurre esta vez, Ralph? — Niel pronunció mal su nombre, aunque no sé si fue intencional o un error.

    — En realidad, el que lo va a explicar todo seré yo — Mario tomó la palabra — Estoy seguro de que ustedes sabrán sobre el camión cisterna que hay a unas diez cuadras de aquí — recordé que Raphael mencionó ese lugar, pero nunca lo vi en persona — Esa zona está llena de mercados que podríamos saquear si no fuera por los zombis que rodean el lugar. Bueno, se me ha ocurrido una idea. Sugiero que pongamos un equipo de música a alto volumen sobre el camión, para asegurarnos que todos los zombis se acerquen al camión, y que luego hagamos explotar el mismo. De esa forma, arrasaremos con una enorme cantidad de zombis y esa zona será más segura para explorar.

    Abrí mis ojos lo más que mis párpados me lo permitieron. El plan de Mario me pareció una completa locura. En primer lugar, no teníamos un equipo de música ni explosivos, y, en segundo lugar, sería muy peligroso acercarse a un lugar así por nuestra propia cuenta para plantar la bomba. Su idea de detonarlo para eliminar a los zombis me parecía buena o al menos razonable, pero el plan no daría resultado.

    — ¡Es un suicidio! — se quejó Niel — ¡Además no tenemos un equipo de música inalámbrico, ni explosivos!

    — Yo robé un par de explosivos al momento de escapar de la base militar junto a Raphael — las palabras de Mario nos aterraron a todos, el pensar que alguien tenía explosivos todo este tiempo si haber dicho nada nos puso los pelos de punta, o al menos a mí — Ciertamente no le voy a ir diciendo a todo el mundo que tengo explosivos, o eso desataría un caos en este lugar.

    — ¡Duncan no me dijo nada de esto! — Jeff se sentía mal porque creyó que su hermano le ocultó información.

    — No se lo dije porque no quería causar revuelo — Mario se excusaba — Los únicos que sabíamos de esto éramos Raphael y yo. El asunto es que eso ya nos ahorra una parte de la misión.

    — ¿La segunda parte consiste en conseguir un equipo de música portátil y potente para meter en el camión? — preguntó Marina, intentando adivinar el plan.

    — Exacto — Mario estaba convencido de que su plan funcionaría — Y ustedes solamente tienen que acompañarme a mí hacia la tienda de equipos que se encuentra a quince cuadras de aquí, y luego hasta el camión. Yo me encargaré de la parte peligrosa, en otras palabras, montar el equipo y poner los explosivos. Ustedes simplemente tienen que hacer de mis escoltas.

    Ahora que lo pienso, el plan tenía sentido. La tienda donde podríamos encontrar esa clase de equipos no estaba demasiado lejos. Era una distancia que preferiría viajar en un vehículo, pero quince cuadras no era demasiado. Y por lo que se veía, íbamos a ser un grupo numeroso sin necesidad de dividirnos, por lo que íbamos a estar juntos en todo momento. Eso me tranquilizaba por completo. Duncan y Emilio murieron porque el grupo estaba dividido, pero cuando estuvimos todos juntos, no pasó nada grave. Ciertamente no pasaría nada malo ahora que seríamos un grupo numeroso.

    — ¿En qué momento ponemos este plan en marcha? — Johny tenía curiosidad por ver cuando había que moverse.

    — Será en una hora — habló Raphael, sorprendiéndonos a todos — Haré que les traigan comida y agua para que puedan llevárselas con ustedes. No tenemos el vehículo, por lo que será mejor que partan de inmediato. Así será una certeza que volverán antes del anochecer.

    — ¿Tendremos que salir en una hora? — Jeff me quitó las palabras de la boca.

    — Así es, Jeff — Raphael me respondió muy tranquilo — Mientras antes salgan, más rápido volverán. No quiero que el grupo esté afuera en la oscuridad.

    — Descuida, Jeff, no dejaremos que nada malo te pase — Mario se acercó a él y le puso las manos en el hombro — Raphael me comentó los planes que tiene para ti y para Foster. Y yo voy a hacerlo casi todo. Ustedes y los demás serán mis escoltas, así que esta misión no supone un peligro, y les servirá para que adquieran experiencia allí afuera.

    — Lamento tener que pedirles que hagan esto — Raphael se sentía mal por enviarnos allí afuera — Pero de acuerdo a Duncan, ustedes dos son los mejores en el entrenamiento. Y la gente tiene miedo después de las muertes de Emilio y de Duncan. Si ustedes van y regresan a salvo, las demás personas verán que salir no es un peligro, y ganaremos voluntarios para que no tengan que hacerlo más.

    Si pudiera pedir un deseo, sería tener la mente de Raphael. Parece que tiene una respuesta preparada para cualquier cosa que tengas para decirle. Y ahora que lo pienso, es verdad. Si la gente ve que salimos y volvemos ilesos, todos se animarán a salir en estas expediciones, aunque sean unos pocos. Luego de que la reunión terminó, todos nos retiramos para aprovechar la hora que nos quedaba libre.

    Fui con Jeff a ver a Francisca, Sabrina y Caroline. Las tres se veían preocupadas por lo que nos habían dicho en la reunión, pero noté que las dos chicas de nuestra edad estaban más preocupadas que la niña.

    — ¿Qué es lo que les dijo Raphael? — preguntó Francisca algo preocupada.

    — Que vamos a ir a otra misión al exterior — contesté, causando que su preocupación subiera todavía más — Pero esta vez solo seremos los escoltas de Mario, quien va a hacer todo el trabajo según él.

    — Según parece, nosotros seremos los escoltas — Jeff se veía relajado por la misión — No tendríamos que vernos en problemas ahora mismo.

    — Tengan mucho cuidado allí afuera — Caroline expresaba su preocupación, pero sentí que estaba solo destinada a Jeff — Ya murieron dos personas el día de ayer. Ojalá no mueran más.

    — No creo que nos pase nada — fueron las palabras de Jeff — Francisca, me gustaría hablar contigo cuando regrese. Si no es molestia.

    — No lo será — contestó relajada.

    La verdad es que yo estaba preocupado por esa charla. Aunque no debería pensar en cosas como estas, me es imposible no hacerlo. Desearía ser un poco más maduro. Creo que Jeff me supera en ese aspecto. Tras haber perdido a su hermano ha estado manteniendo la calma mejor de lo que yo lo haría. Pasamos el tiempo con ellas hasta que Francisca tuvo que ir a su trabajo, que consistía en cuidar de los niños del refugio. Cuando llegó el momento, nos fuimos a la entrada.

    Finalmente llegó la hora de salir. Raphael, Niel, Marina, Mario y Johny se reunieron conmigo y Jeff en la puerta de salida. Yo creí que Raphael vendría con nosotros, pero debido a que Niel y Marina estaban “castigados” creyó que lo mejor sería quedarse y estudiar el comportamiento de la gente. Yo estaba algo nervioso, dado a que Mario sería el único militar en venir con nosotros, aunque me aliviaba un poco saber que sería él quien hiciera todo el trabajo. El líder nos abrió la puerta y los seis nos aventuramos afuera, cada uno con un machete, una pistola, y una mochila con agua y comida.

    Empezamos el camino hacia la tienda en donde podríamos encontrar un equipo de música que pudiera servirnos para poder llamar la atención de los zombis alrededor de ese camión cisterna. Dicha tienda estaba dentro de un centro comercial, pero afortunadamente, estaba justo al principio, lo que facilitaría las cosas. No tardamos casi nada en encontrarnos al primer zombi. Era un errante que se encontraba caminando en la misma dirección que nosotros, por lo que no nos detectó. Johny se acercó a él lentamente, y con un fuerte golpe con el machete, logró decapitarlo. Cuando la cabeza y el cuerpo del errante cayeron al piso, Johny le pisó la cabeza, asesinándolo de una buena vez.

    — Buen trabajo, zombiekiller — Niel le dio ese apodo a Johny.

    — Realmente no es nada — contestó con modestia — Pero me preocupa que en las calles haya puros errantes. Eso quiere decir que podría haber agresivos en el centro comercial.

    — No llames a la mala suerte — contestó Mario, quien se veía muy relajado de momento.

    — No estoy haciendo eso — Johny respondió — Solo digo lo que pienso.

    — Yo ruego porque no suene una puta alarma el día de hoy — Jeff agachó la mirada — De no ser por la alarma, Duncan seguiría vivo, y seríamos siete personas en lugar de seis.

    Por un momento llegué a pensar que cometí un error al haber ido a la farmacia. Ese infierno fue mucho para mí y para Jeff. Duncan no podría solo, y tal vez Johny habría sido una mejor opción en ese ambiente antes que yo. Un militar y nuestro mejor peleador claramente habrían sobrevivido. Creo que Johny se equivocó al darme la elección a mí, pero no tenía forma de saber que eso ocurriría.

    Había más zombis deambulando por las calles, todos errantes, y no eran grupos numerosos cuando se aparecían ante nosotros. Cada uno tuvo su oportunidad de matar a alguno. Niel mató a tres, Mario a cinco, Marina a dos, Johny mató a dos, Jeff y yo matamos a dos cada uno. No era una ciencia complicada el matarlos. Son lentos, desarmados y sin inteligencia; nosotros somos rápidos, portamos armas y tenemos inteligencia. Los agresivos son el verdadero problema, lo demostraron al haber matado a Duncan. Si existe algún ser poderoso, le ruego que no haya agresivos al lugar al que vamos ahora.

    Los errantes eran los dueños de las calles. Esos cuerpos podridos y sin rastro de vida caminaban por el asfalto como si fueran los reyes del mundo. Increíble que una especie sin inteligencia haya logrado tomar el mundo. Estoy empezando a pensar que Raphael tiene razón. Los zombis en algún momento tienen que morir, pero si la humanidad no se reproduce, nos iremos con ellos. Nunca lo vi de esa forma porque no había salido al exterior hasta ayer. Espero que el plan de procrear salga bien, porque estoy pensando que Raphael tiene toda la razón con lo que dice.

    Finalmente, tras pasar entre tantos cadáveres, logramos llegar a nuestro destino. El centro comercial estaba justo en frente de nosotros. Creo que alguien nos echó una bendición, porque las puertas estaban abiertas de par en par, y en la entrada no había más que cadáveres. Creí que eran solo zombis, pero al ver más de cerca, todos tenían apariencia humana. Imagino que se habrán matado entre ellos en un intento de obtener provisiones que pudieran servir. Una lástima, pero me hizo dar cuenta de que era afortunado por seguir viviendo en ese momento.

    — Los equipos de música no sirven ni para pelear contra los zombis ni para abastecerse de alimento, así que todos los equipos van a estar en la tienda esperando a que nosotros tomemos uno — Mario se mostraba optimista con la situación.

    Lo que él decía tenía su lógica, pero yo he visto a muchas personas robar cosas innecesarias en varios saqueos producidos en el pasado. Esperaba que este no fuera el caso. Al entrar al lugar, vimos que no había ni un solo zombi, solo seguían los cadáveres de las personas. Viendo que la suerte nos seguía mostrando una sonrisa, nos apresuramos y fuimos a la primera tienda que encontramos. Tal y como lo pensé, todo el lugar fue saqueado por la gente.

    — Me quiere decir alguien qué carajo les pasó por la cabeza para robarse equipos electrónicos en lugar de comida — Jeff parecía estar furioso, aunque esa frase la expresó con tranquilidad.

    — Tal vez pensaran que el mundo volvería a la normalidad pronto y se aprovecharon de la situación — Marina expresó su opinión — Después de todo, ¿quién los va a obligar a devolverlos?

    — Nadie, supongo — Johny estaba frustrado con aquella situación — Pero mira el depósito. Las tiendas suelen tener uno, y lo tienen cerrado bajo llave.

    Efectivamente, a uno de los costados del negocio, pasando todos esos mostradores de vidrio vacíos y el contador que había en el lugar, se encontraba la puerta al depósito donde guardaban los demás equipos. Los mostradores eran muy bajos, y estaban distanciados uno del otro. Lo bueno es que eso nos daba espacio para pelear sin que nos pudieran estorbar.

    Mario quiso abrir la puerta, pero estaba cerrada con llave. La buscamos por todo el lugar, pero no logramos dar con la misma. Ciertamente la puerta debía ser sólida, dado a que tenía marcas de golpes intentando entrar. Parece ser que la única opción sería dispararle a la cerradura.

    — No queda de otra — dijo Mario pensando lo mismo que yo — Alguien le tendrá que disparar a la cerradura.

    — Yo lo hago sin cobrar — Jeff se acercó para ser él quien disparara — El disparo va a ser ruidoso, y los putos agresivos no tardarán en aparecer — miraba las cosas desde un enfoque pesimista — Vigilen el frente.

    Creo que a Jeff le gustó sentirse con autoridad al decir eso, dado a que vi que sonreía un poco cuando Johny, Marina, Niel y yo nos fuimos a la parte de adelante. Tal vez era su forma de relajarse un poco tras la muerte de Duncan. O tal vez me equivoque, pero si es el caso, no lo voy a cuestionar.

    Mi amigo le disparó tres veces a la cerradura de la puerta, la cual cedió. En ese momento, empezamos a escuchar gruñidos. Lo que me llamó más la atención era que los gruñidos no venían desde el exterior, sino desde el interior. Me di vuelta y pude ver como un agresivo saltó en contra de Jeff y le clavó una mordida en el cuello, provocando que cayera al suelo. Esa escena me provocó un escalofrío terrible.

    — ¡Jeff! — corrí hasta él.

    Vi como Mario le pegó una patada al zombi, apartándolo de Jeff, para después rematarlo de un tiro en la cabeza. Me arrodillé junto a Jeff, comprobando que tenía una mordida en el cuello, y que la sangre le brotaba. Al ver algo como eso, las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos.

    — ¡Jeff, resiste! — coloqué ambas manos alrededor de su herida intentando hacer que reaccionara.

    — ¡Foster, Mario, cuidado! — advirtió Niel desde su posición.

    Dos errantes pasivos salieron del mismo cuarto, y no le costó trabajo a Mario eliminarlos con un tiro en la cabeza a cada uno. Yo solo desvié la vista por un segundo para asegurarme de no correr peligro, y luego volví a mirar a mi amigo que intentaba hablar.

    — Fos…Foster… — decía como podía.

    — ¡Sí, sí, Jeff, háblame! — lo tomé como una buena señal — ¡No dejes de hablar, Jeff, quédate consciente!

    — Di…di…

    — ¡No, no te mueras, Duncan no querría esto!

    — Duncan…Francisca…Foster…Raphael… — Jeff solo pronunciaba nombres, sin que yo pudiera entender que quería.

    — ¡Jeff, no hagas esto, por favor, no te vayas! — sentía como el miedo invadía todo mi cuerpo.

    — Mamá…papá… y… — Jeff cerró los ojos sin que yo pudiera entender a qué se refería.

    — ¡No! ¡No! ¡No! — no podía dejar que mi amigo muriera allí mismo.

    Pero no pude hacer nada. Jeff fue mordido en el cuello por un zombi. Una herida mortal e irreversible. Empecé a llorar sin control. Era mi único amigo en el refugio, y no se merecía acabar así, no después de haber perdido a su hermano nada más hace un día. Él no era nada egoísta, y vino para ayudarnos. Fue por eso que murió. Yo no podía creer este total desastre.

    El ruido de varios disparos me apartó de mis pensamientos. Al mirar al frente vi a todos los demás luchando a tiros en contra de varios zombis que estaban acercándose. Supe que no podía quedarme allí quieto sin hacer nada. Si íbamos a morir todos, debía hacer algo para no morir como un inútil. Dejé el cuerpo de Jeff y me dirigí hacia el interior del lugar para buscar un equipo que se le pudiera colocar al camión para atraer la atención de los zombis. Tiraba todo lo que no servía al suelo, sin cuidado por todo lo demás. La muerte de Jeff no sería en vano. Fue al final del cuarto donde la suerte me sonrió y logré dar con uno inalámbrico. Lo tomé y lo metí en la mochila, para dejar el lugar.

    Al salir de ese cuarto, cerré la puerta como pude, dado a que no tenía más una cerradura que la dejara en ese estado. Todos los demás estaban reunidos alrededor del cuerpo de Jeff, tal parece que eliminaron a todos los zombis. La mirada de mis compañeros mostraba dolor, pero la de Mario era mayor que la de cualquiera.

    — Maldición… — decía el militar viendo a mi amigo sin vida — Él no tenía que morir aquí. Raphael tenía planes para él en el futuro. De todos los que estamos aquí, él era justamente quien no debía morir.

    — ¿De qué clase de planes estás hablando? — Niel no entendía nada.

    — Es algo que lo incluía a él y a Foster — Mario no quería explicar la situación — Esto es lo peor que pudo haber pasado.

    El segundo al mando tomó su machete y lo enterró en el cráneo de Jeff. Cerré los ojos tras haber visto esa escena, por lo que no sé qué tanta sangre habrá salido de allí. Giré mi cuerpo antes de abrir los ojos. No quería seguir viendo a mi amigo muerto así.

    — Foster — Johny se acercó a mí — ¿Encontraste el equipo para colocarle al camión?

    — Así es — respondí muy desanimado — Lo encontré.
     
    Última edición: 13 Agosto 2018
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  20.  
    Dark RS

    Dark RS Caballero De Sheccid Comentarista empedernido

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    Saludos.

    No encontré nada que señalar. Así que no pongo errores.

    Comencé leyendo el otro camino primero para compararlo con el que elegí. Y debo decir que el camino B es pura tragedia, mas de lo que un mundo post apocalipsis zombi pueda ofrecer. Aunque, ya solo queda Foster para dos chicas, su plan ultra secreto de armarse un harem va justo como lo planeó.

    El camino que elegí me está preocupando, este Jeff se deprimió más que el otro, se amargó más por perder un brazo que perder a un hermano, y lo señalo por que solo ha transcurrido un muy corto tiempo.

    No dejo de pensar que los que huyeron con el vehículo se encontraron el camión de gasolina, que planean usar para acabar con muchos zombis, sacaron combustible, dejaron el chorro abierto y no queda nada de nada.

    Me pregunto, si para el próximo capítulo hay que tomar decisiones, ¿harás cuatro caminos?
     
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