One-shot Feliz Navidad, Ian [Pokémon Rol]

Título: Feliz Navidad, Ian.
Fandom: Pokémon Rol Championship.
Personajes: Emily Hodges, Ian Lockhart, Mimi Honda, Alpha Xenodis, Dante Miles, Talía Wells. | Mención a Liza White, Nikolah Cruz.
Palabras: 1241
Summary: "—¿No quieres saber si Santa te ha traído algo?"
Juanjomaster

Emily se encontraba surcando los cielos de Galeia sobre su fiel Unfezant, buscando con la vista su objetivo aun cuando sabía que debía ser imposible encontrarlo desde tan arriba.

—Bajemos a descansar un poco —le dijo a su pokémon después de unos minutos.

El tipo volador asintió y no tardó en aterrizar en uno de los parques de ciudad Barniz, dejando a Emily bajar cerca de un banco.

Sin fijarse demasiado bien, la chica intentó sentarse sobre el mismo, y para su desgracia, no se percató de la figura que ahí había tumbada.

Ambos gritaron mientras se incorporaban, mirándose asustados al hacerlo.

—¿I-Ian? —murmuró finalmente la chica, aun con la respiración agitada, reconociendo al joven—. ¿Qu-qué haces aquí?

—Dormir —respondió el chico sin inmutarse, recogiendo la mochila que estaba usando de almohada, mirándola de arriba abajo con indiferencia—. ¿Algo más?

Emily se había quedado con la mente en blanco. ¿Por qué el chico dormía en un banco si los centro pokémon daban habitaciones gratis? ¿Y cómo es que había estado buscándolo y justo había tenido la suerte de encontrarlo cuando descansaba?

>>Emily.

Ian se había puesto de pie y le había hablado más cerca, provocando en la chica un respingo al volver en sí.

—¡P-perdón! —se disculpó, rápidamente, riendo levemente después—. ¡De hecho sí, te estaba buscando!

Ian no pudo evitar levantar una ceja, curioso, al escuchar aquello y pronto se cruzó de brazos, mirándola expectante.

>>Estoy organizando una cena de Navidad en mi antigua casa de Témpera, ¡estás invitado!

—¿Lo estoy?

Decir que al entrenador no le había tomado por sorpresa aquella invitación sería mentir. No era especialmente cercano con los holders, solo se encontraba con ellos cuando tenían que salvar el mundo y eso no daba pie a mucho desarrollo de la amistad, así que pensar que se habían acordado de él para algo así… le sorprendía, sí.

Pero se trataba de Emily, y ella nunca olvidaba a nadie.

—¡Claro! ¡Va a ser muy divertido, va a venir mucha gente! Estaremos Dante, yo, Mimi, Alpha, Talía, Liza, Niko… ¡y más gente! ¿Vas a venir?

La verdad es que a Ian no le hacía demasiada ilusión la idea. No le gustaban los sitios abarrotados y la Navidad le era indiferente, pero Emily lo estaba mirando con los ojos brillantes y… bueno, al menos dentro de su casa haría calor.

—¿Por qué no?

—¿En serio? ¡Genial!

* * *
​

Así pues, llegada la noche, el Salamence de Ian aterrizó en Témpera, a escasos metros de la casa de Emily, pues de alguna manera el chico había sido capaz de entender las indicaciones y el dibujo de la chica.

El castaño miró el doblado papel entre sus manos con una sonrisa de lado. El dibujo era realmente terrible pero de alguna manera se le hacía tierno.

—Gracias, grandullón —le dijo al tipo dragón antes de devolverlo a su pokéball.

Miró una vez más la casa, que tenía unas simples decoraciones navideñas en el interior y cuyas ventanas inferiores estaban iluminadas, antes de acercarse para finalmente tocar el timbre.

Ian se llevó las manos al bolsillo de su pantalón mientras esperó. Varios segundos pasaron hasta que finalmente la luz del interior le dio de lleno en el rostro, distinguiendo no mucho después la sonriente figura de Emily abriéndole la puerta.

—¡Feliz Navidad, Ian! ¡Has llegado bien! —exclamó la misma al verlo, con tono alegre.

Ian entró en la casa, parándose delante de la joven aun con su típica sonrisa.

—Sí, aunque tu dibujo no ayudó demasiado —respondió, golpeando con su dedo índice el final del gorrito navideño que la chica había decidido llevar, haciéndola sonrojar en el proceso.

Lockhart se llevó las manos detrás de la cabeza y avanzó por el pasillo, guiándose por el sonido de conversaciones para alcanzar el salón.

Emily, que necesito un tiempo para recuperarse, pestañeó un par de veces antes de sentir su rostro enrojecer aún más, quizás por la vergüenza o por el enfado… o ambas.

—¡Hey, mi dibujo es una obra de arte! —gritó, persiguiéndole hasta el comedor.

Ian solo sonrió divertido mientras se dejaba caer en el desocupado sofá.

Cuando Emily llegó al mismo sitio, un par de los invitados que ya habían llegado se tiraron a por ella.

—¿P-por qué has invitado a este bastardo? —fue Mimi la primera que intervino, notablemente molesta por la presencia del chico.

—¡Em, Em! —Alpha, por su parte, la miraba con ojos brillantes.

—No Alpha, no podéis tener un combate hoy —respondió primero la chica, viendo como el chico perdía todo el entusiasmo y volvía a su tarea de decorar el árbol—. Y Mimi, sé que no te cae especialmente bien, pero también es nuestro amigo y… —la morena lo miró, un deje de tristeza en sus ojos—. Nadie merece pasar la navidad solo, ¿no crees?

Mimi simplemente bufó, cruzándose de brazos. Refunfuñando y dirigiéndole una mirada de odio a Ian, se alejó para seguir con su tarea de preparar la mesa. Maldita Emily y esa carita de cordero que siempre la desarmaban.

Emily suspiró y fue a la cocina donde Dante se encontraba preparando algunos dulces.

—Yo creo que has hecho bien en invitarlo —le dijo, con su calmada voz, al verla entrar.

La morena sintió un gran alivio sobre su corazón y sonrió, asintiendo con la cabeza.

—Gracias, Dante…

* * *
​

Finalmente, la casa quedó perfectamente decorada para la ocasión y los invitados fueron poco a poco llegando. El ambiente se animó gracias a las conversaciones que fueron llenando la sala.

Incluso Ian, que desde que había llegado se había quedado en el sofá jugando a su consola, estaba explicándole a Talía como jugar pues ella se había acercado curiosa.

Los holders finalmente cenaron y después, vino el momento más esperado, sobre todo para la pequeña Talía: abrir los regalos.

Todos se acercaron al árbol con evidente emoción, incluso los mayores tenían curiosidad por saber si alguno de los paquetes era para ellos.

Todos… menos uno.

Ian, que repentinamente decidió quedarse apartado, volvió a tirarse al sofá con su consola, mirando de vez en cuando la escena de los demás abriendo los paquetes.

Igual era ya momento para que él se fuese.

—¿No quieres saber si Santa te ha traído algo?

Fue de nuevo Emily la que se acercó al chico, sentándose con cuidado a su lado. Ian no apartó su vista de la consola.

—Creo que me he comportado bastante mal este año así que… —respondió, con aparente indiferencia, pero sus palabras se vieron interrumpidas cuando un pequeño paquete de color rojo apareció frente a su rostro, tapando la pantalla.

Ian miró a la chica que extendía el mismo, con cierta sorpresa en su expresión. Emily sonrió, resplandeciente, mientras se señalaba con su mano libre el gorro de su cabeza.

—Este año me ha tocado a mí decidir eso —explicó, alegre, mientras Ian finalmente cogía el regalo, permitiendo a la chica apoyar sus manos sobre el regazo—. ¡Feliz Navidad, Ian!

El castaño la vio levantarse y dirigirse de nuevo al árbol, dando saltitos. Se acercó a Talía que le mostraba con emoción un juguete que parecía pretender hacer al niño imaginar que era un detective.

Abrió el paquete con cuidado, descubriendo en su interior una funda rojiza para su consola y un juego nuevo para la misma, acompañados por una nota en la que se podía leer: “¡Espero que me dejes jugar alguna vez!”

—Heh, feliz Navidad, Emily.