Haikyuu!! Yo que soy. [Haikyuu!!/One-shot]

Contenido oculto: Advertencias y aclaraciones.

Advertencias y aclaraciones:

Los personajes de este fic no me pertenecen, créditos a Haruichi Furudate.
Este escrito es de relación chico x chico, sin llegar a lo sexual obviamente. Si no te gusta no lo leas, por favor.
También está basado en una canción, no es igual pero siguen la misma temática.

Contenido oculto: Canción.

Además de si alguien no conoce los personajes y se quiere orientar un poco aquí se los dejo.

Contenido oculto: Personajes

Los personajes que hablan:


El personaje que es mencionado:

—Kuroo —su voz salió monótona como siempre, sin embargo tenía un dejo de desasosiego.

—Dime, Kenma —el chico moreno le miró expectante, ya sabía lo que vendría a continuación.

— ¿Ya hablaste con Tsukishima? —preguntó mirándole, hacía tiempo que esperaba una respuesta del mayor, no quería ser “el amante” ni conformarse con pedazos de amor que Tetsurou le fuera dando, no pensaba compartir su amor.

—Ya hablamos de esto Kenma, lo haré pronto. La verdad es que no sé cómo terminar con Kei… —el mayor se levantó de la cama donde hacía solo unos momentos estaba compartiendo besos y caricias con el chico de cabello teñido, ahora ese momento tan cómodo había sido dejado en el olvido.

Kenma sintió la sangre hervirle, le molestaba de sobremanera ser la segunda opción. Su personalidad podía mostrar que nada le importara, pero de alguna manera siempre que se trataba de su amigo quería ser siempre el primero, siempre el número uno solo para él. Sabía que era egoísta, pero así era; no quería imaginar que las manos de Kuroo paseaban por otro cuerpo que no era el suyo, que compartía cosas con el mayor y que este las compartía con alguien más.

— ¿Qué soy para ti, Tetsurou? —preguntó con la poca calma que le quedaba en su interior. — ¿Soy acaso con la persona que te diviertes cuando te aburres de aquel chico alto? Ahora… ¿tan siquiera seguimos siendo amigos? Porque yo ya no conozco que somos, ya no sé cómo llamarle a esta farsa —su voz no se quebró en ningún momento, tenía la mirada firme y Kuroo se tensó al ver toda aquella decisión y desilusión en su mirada.

El chico sabía que debía decidir, pero sus dos parejas le daban algo distinto. Con Kei siempre había contado, era un chico maduro que siempre estaba ahí como su sustento, no se podría decir que era la persona más romántica de la vida, sin embargo le hacía sentir amado, querido. Era la estabilidad que él siempre había deseado tener con una pareja.

Por otro lado se encontraba Kozume, aquel amigo suyo desde la infancia, aquel chico que todos catalogaban como “aburrido” a él simplemente le resultaba encantador, le hacía despertar en su ser su instinto de protección y de confianza innata hacia el pequeño peli-teñido. Además de otras cuestiones, como lo era el sexo. Kenma podía parecer todo lo desaliñado de esta vida y sin embargo tenía ese toque coqueto y pícaro que a Kuroo siempre le encantó.

¿Cómo elegir entre polos tan opuestos? ¿A quién estaría dispuesto a abandonar? Definitivamente no lo sabía.

—Ya veo… tú tampoco lo sabes —se paró de la cama desilusionado, quisiera decir que no le dolió, que como todo lo demás esto no le incomodó o le perturbó; sin embargo no era así, sintió un pequeño dolor en la boca del estómago y pinchazo en la parte de atrás de sus ojos, pero no dejaría que Kuroo le viera así de afectado, no señor. Él tenía su propio valor. —Soy yo o Tsukishima. No pienso seguir siendo el amante, la puta en todo esto, Tetsurou. Ya no jugarás más con los dos. Decide.

Y sin más se fue, con pasos firmes y seguros que en realidad no sabe de donde salieron.

—Kenma, ¿podemos hablar? —el chico tocó una vez más la puerta de la casa del menor, tenía la cabeza hecha un manojo de nervios, ¿cómo iba a pedirle hablar, si él ni siquiera lo había hecho con Kei?, es más, estaba ignorando al pobre chico hasta tener una respuesta.

— ¿Qué quieres, Tetsuro? Es tarde, necesito dormir —el chico había medio abierto la puerta, no le había dejado pasar y tampoco pensaba hacerlo. ¿Cómo decirlo? Estaba jodidamente herido.

—Kozume… yo de verdad te quiero, dame un poco de tiempo para hablar con Kei, te prometo que lo haré… quiero estar contigo para siempre.

—Es tarde, Tetsuro. Tsukishima-kun ya lo sabe todo; nos vio un día en el cine y cuando me preguntó no pude negarlo. Lo siento, pero no quiero estar contigo cuando sé lo que eres capaz de hacer… ya no puedo confiar en ti. Adiós. —Su voz salió dolida, porque de verdad se sentía así, le dolía que no pudiera confiar más en el chico porque esa era una de las principales cosas por las que se había enamorado de él. Pero él no sería el idiota engañado, ni el amante, ni nada de segundo plato. Esta vez no.