Long-fic Viviendo en las Sombras [SessKag]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Cami Chan, 4 Febrero 2012.

  1.  
    lady of the moon

    lady of the moon Entusiasta

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    hola aqui presentandome:

    oh que inesperado la bruja quiere venganza pero ¿contra quien? Y ¿por que? acaso sesshomaru forma parte de esa venganza.

    kagome cayo en la trampa espero que no se le olvide y como reaccionara sesshomaru ni me lo imagino, pero para que la bruja necesitaba a kagome para su venganza acaso la piensa utilizar

    ahhh mi cabeza no sabe espero conti pronto
    kiss

    att: lady-chan
     
  2.  
    Cami Chan

    Cami Chan Usuario común

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    Viviendo en las Sombras [SessKag]
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    9
     
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    ¡Hola a todos! Lamento mucho la demora después de tanto tiempo. Como ya saben, la inspiración es algo que va y viene caprichosamente cuando quiere, y no fue hasta ahora que quiso volver. Bueno, espero que les guste este nuevo capítulo.
    Capítulo Siete
    -o-
    Gajes Del Camino
    Se acercó un par de pasos hacia él, emocionada por ver una cara conocida. El pequeño demonio la miró con sus ojos más abiertos de lo normal, en especial cuando fue repentinamente abrazado por la joven.
    —¡Jaken!
    —Pero qué demonios…
    Él se removió entre sus brazos intentando soltarse, pero fue inútil. Ni Kagome entendía por qué lo había abrazado, sólo sabía que se sintió extremadamente feliz de verlo. Recordó lo triste que sería el futuro que le esperaba: tan solitario, estando oculto y no libre entre los bosques como en ese momento, y lo abrazó con más fuerza.
    De pronto, sintió una poderosa presencia en el lugar. La lluvia comenzó a cesar lentamente, dejándole mayor visibilidad. Entonces lo vio: allí, a pocos metros de distancia, erguido con suficiencia y emanando poder, Sesshomaru la miraba fríamente con sus ojos dorados. En un acto reflejo, soltó a Jaken, quien inmediatamente corrió junto a su amo.
    —Humana insolente, cómo te atreves… —farfulló. Entonces la miró bien—. Espera, ¡tú eres aquella rara sacerdotisa que acompañaba al idiota de Inuyasha!
    Kagome se irguió, con toda la ropa mojada incomodándole. La lluvia paró finalmente y pudo ver bien a aquellos dos demonios parados frente a ella. Ver a Sesshomaru le impactó, era aún más imponente que en el futuro, con su armadura y todos sus rasgos de youkai a la vista. La miró de arriba abajo con indiferencia, apartando finalmente la mirada, restándole importancia.
    —Jaken —pronunció el albino—, andando.
    Como era de costumbre, él no prestó más de unos segundos de su atención a algo que no era de su incumbencia. El pequeño demonio, por su parte, se limitó a alzar el mentón de forma engreída y a seguir a su amo de cerca mientras se retiraban de su vista.
    La joven quedó impactada por unos segundos, sintiendo cómo la soledad se instalaba de nuevo a su alrededor. Estuvo a punto de seguir con su plan inicial de ir hasta aquella aldea que había divisado, cuando una idea le cruzó la mente. ¡Qué tonta era! ¿Cómo no se le ocurrió? Sesshomaru sabía dónde se hallaba la aldea de la anciana Kaede. Había estado allí en varias ocasiones y seguramente podría indicarle en qué dirección se encontraba.
    Rápidamente corrió hacia la dirección que los demonios acababan de tomar, esperando que no se hubiesen alejado o desviado demasiado.
    Tuvo suerte. Al parecer, Sesshomaru no tenía prisa en irse, por lo que pudo alcanzarlos fácilmente.
    —Espera, Sesshomaru. —Lo llama, afirmándose de sus rodillas y jadeando.
    El aludido dejó de caminar, mas no se volteó. Jaken, por otro lado, la miró de frente con cara de pocos amigos.
    Kagome inhaló una bocanada de aire y se irguió, preparada para tratar a los dos individuos frente a ella con extrema amabilidad. Quizás si los adulaba lo suficiente ellos se compadecerían de ella.
    —¿Podría decirme a dónde se dirige, Lord Sesshomaru? —preguntó, sintiéndose como una estúpida admiradora.
    El demonio volteó a verla con una ceja alzada en cuanto escuchó como lo llamó, un gesto muy despectivo de yo-sé-que-quieres-algo. A pesar de esto, no se dignó a dirigirle la palabra. Fue Jaken quien se encargó del diálogo.
    —Eso no te incumbe, mocosa.
    Vaya, podrían pasar mil años y Jaken la seguiría tratando como una chiquilla. Igualmente, tenía que tratarlo bien. Los necesitaba a ambos.
    —¿Saben hacia dónde se encuentra la aldea donde vive la anciana Kaede?
    El pequeño demonio la miró con curiosidad. Hasta Sesshomaru volteó un poco la cabeza para verla. Seguramente se estaban preguntando de dónde demonios venía ella que no sabía cómo llegar.
    —Resulta que vamos hacia allá a ver a Rin.
    Aquello fue música para los oídos de Kagome. Claro que sabía que el tono engreído de Jaken decía que claramente no la llevarían. Más bien estaba burlándose de que ellos sabían y ella no, pero no se iba a dejar vencer tan fácil. Estaba mojada, tenía frío y estaba cansada, mientras antes llegara, mejor.
    —Oh, por favor, déjenme acompañarlos. No seré una molestia, lo prometo.
    Juntó sus palmas en forma de súplica como una niña pequeña lo haría. Sesshomaru la veía de reojo fijamente, como evaluando la situación. No era como que el demonio fuera a admitirlo, pero era obvio que estaba confundido. Muchos años habían pasado desde que ella desapareció y él nunca supo realmente de dónde venía ella, por lo que seguramente la había dado por muerta o algo así.
    —Mujer insolente, ¿por qué crees que puedes ir junto al amo Sesshomaru…?
    —Jaken. —Lo silenció el ojidorado. El aludido se encogió en su lugar.
    Luego de mirarla por unos segundos más, Sesshomaru siguió con su camino.
    —Vámonos —dijo simplemente.
    No le había dicho exactamente que podía acompañarlos, pero tampoco se había negado, por lo que aprovechó la oportunidad y los siguió.
    No pasó mucho tiempo antes de que comenzara a llover nuevamente. Llevaban caminando cuatro horas y el entumecimiento en sus piernas por el cansancio y el agua fría era tan grande, que ya no sentía cada paso que daba. La ropa se le pegaba empapada, haciéndole sentir incómoda, pero Sesshomaru no parecía tener intención de detenerse. Bueno, tampoco es que tuvieran dónde. Se estaban moviendo básicamente por el bosque y los árboles no los refugiaban lo suficiente de las interminables gotas. Ella no era tonta, era doctora y sabía que la falta de comida más cansancio no eran una buena combinación.
    —Sesshomaru, ¿podemos parar para descansar? —Su respiración era jadeante y sentía los labios fríos y torpes al hablar.
    El ambarino la miró sin aminorar su marcha, pero pronto desvió la mirada. La estaba ignorando. Genial. Bueno, de todo aquello sólo una cosa era segura: no podía separarse de esos dos. Aunque supiera cómo llegar a la aldea, ¿cuánto duraría antes de que apareciera un demonio y la atacara? Oh, no, prefería mil veces seguir caminando en esas condiciones a descansar, que ellos la dejaran y luego morir. No había llegado tan lejos para eso.
    Tan lejos…
    Era cierto, no había alcanzado a despedirse de nadie. Misaki probablemente la odiaba en aquél mismo instante, su hermano debía estar disfrutando su vida de casado completamente ajeno aún a que ella había desaparecido, su madre y su abuelo se preguntarían por qué no dijo adiós, Kei… ¡Kei! ¡Él lo sabía todo! Quizás no se había despedido de él como correspondía, pero él sabía que esto podría pasar. Él se encargaría de contarles todo a sus familiares. Sólo esperaba que pudieran perdonarla. Si las cosas se hubiesen dado como ella quería, de seguro que se hubiese despedido de todos.
    Seguía así, perdida en sus pensamientos, cuando se vio obligada a frenar al ver a sus acompañantes detenerse. Frente a ellos, una cascada fluía ruidosamente, desembocando en un río. No entendía qué hacían ahí, hasta que notó que tras la cascada había una cueva.
    Sesshomaru no la había ignorado, después de todo.
    Jaken miraba a su amo confundido, pero no dijo nada. En silencio, todos entraron en la cueva. La oscuridad y sequedad de la cueva se sentía extremadamente acogedora en ese momento. Y ya no pudo más. Se desplomó sentada contra una de las paredes y cerró los ojos, disfrutando del poder descansar.
    —Gracias —susurró. Abrió los ojos, encontrándose con unos ambarinos que la miraban fríamente. Sonrió—. Gracias, Sesshomaru.
    No sabía si había sido el encuentro con la bruja. No sabía si había sido el viaje en el tiempo. No sabía si era el haber caminado por horas bajo la lluvia. Fuera lo que fuese, la tenía más agotada de lo que se había sentido nunca. Se sentía sin control sobre su cuerpo, como si sus brazos y piernas fueran de gelatina. No pudo evitarlo y, en una acción que iba más allá de todos sus esfuerzos, se acostó en el duro suelo de piedra y cayó en una profunda inconsciencia.
    No podría decir exactamente qué hora era cuando despertó ni si seguía lloviendo, ya que el ruido de la cascada se lo impedía. Todo estaba en total oscuridad a excepción de una pequeña pero brillante fogata frente a ella. Se incorporó rápidamente. Ouch. Mala idea. Cada músculo de su cuerpo se sentía como su una demoledora los hubiese aplastado. Sin embargo, mentalmente se sentía renovada.
    En ese momento vio a Sesshomaru, que la miraba fijamente desde el otro lado de la fogata. No le prestó mucha atención. ¿Dónde estaba Jaken? Le parecía raro no verlo por ahí, entonces lo vio. Estaba más adentrado en la cueva, lejos de la fogata, recostado contra la pared, abrazando su bastón de dos cabezas. Así, dormido como estaba, se veía casi pacífico, no como el demonio irritante que solía ser.
    —Mujer, ¿puedo preguntarte algo?
    Kagome casi se sobresaltó al escuchar a Sesshomaru. Él la miraba seriamente con ojos afilados.
    —Sí… claro.
    —¿Qué clase de criatura te hizo eso en el cuello?
    Kagome lo miró confundida. ¿Qué cosa? ¿El cuello? Instintivamente se llevó una mano a ese lugar y entonces recordó. La bruja. Las garras de la bruja. Pasó las yemas de sus dedos por el área afectada. Ya no sangraba, pero podía sentir cuatro líneas en relieve.
    —Fue una bruja.
    Sesshomaru estrechó aún más sus ojos.
    —¿Por qué hiciste un pacto de sangre con una bruja?
    Oh. Claro, él debía saber identificar esas cosas, después de todo, había vivido un montón de siglos en los que podría haberse topado hasta con la situación más bizarra.
    —Era la única forma de poder volver aquí. —Su voz no era más que un susurro, pero sabía que el demonio podría escucharla.
    —¿Volver de dónde?
    Ya se había dado cuenta Kagome de que las preguntas de Sesshomaru no eran más que el camuflaje de una orden. Sonaba como una pregunta, pero en realidad era una orden, una exigencia a contestar. De todas maneras, no le importó, simplemente le dedicó una leve sonrisa.
    —Del futuro. Yo nací quinientos años en el futuro.
    Extrañamente, el ambarino no demostró sorpresa alguna. Se dedicó a mirarla de arriba abajo, probablemente analizando su vestimenta, y luego desvió su vista al fuego. No parecía que fuese a decir nada más.
    —Duerme —dijo entonces. Era otra orden—. Mañana seguiremos con el camino y no quiero que me retrases.
    ¿La capacidad de ser dulce? Definitivamente, Sesshomaru no la conocía. De todas formas, tenía razón, así que decidió hacer lo que se le dijo.
    Y, así, cerró los ojos para pasar su primera noche en el Sengoku después de tanto tiempo.
     
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  3.  
    Monyc

    Monyc Entusiasta

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    WOOOOWWW!!!! muy bueno el capitulo... aunque me dejas muy intrigada, asi que regreso al sengoku
    me gustaria saber ahora como vas a desarrollar esta historia, saber que paso con Inu y los demas. Porque segun entendi regreso
    varios años despues de que se fue o no?
    Bueno espero cn ancias el proximo capitulo Besitos
     
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  4.  
    vampii

    vampii Iniciado

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    Genial! me encanta el capítulo.
    Se nota que algo de curiosidad tiene Sesshomaru...
    hum...
    Me has dejado con la intriga... estoy deseando saber que ha pasado en todo ese tiempo en el Sengoku...
    vaya... Sesshomaru es considerado... podría haber ignorado a Kagome y no tomar un descanso...
    bueno... estaré esperando el próximo capítulo
    bye
     
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  5.  
    Misuzu

    Misuzu Usuario VIP

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    Awww querida, definitivamente valió cada segundo de espera en mi intriga. Me encantoo!!! no, lo amee!! el capitulo. Tu forma de narras es hermosa, muy descriptiva, ¿Criticas constructivas? no te puede decir sobre ello, no veo nada por allí ;-;

    Yo digo que mi sexy Sesshomaru fue muy amable para como es él x3 con Kagome, hay pobre de Kags, al menos Sessho ya sabe de donde viene ;3
    Me dio arda risa xD cuando le dijo "Lord Sesshomaru" ajaja, y que sabia que esa quería algo. Y me llamen como me llamen (? amo la forma en que preguntar él. Bueno espero que lleguen pronto a la aldea.
    Yo creo que, quizás, él conoce a la bruja o pronto a conocerá, no sé suposiciones mías.

    Espero me avises cuando actualices, igual estaré pendiente ;-;y la inspiración, también se puede buscar si ella no llega a ti. Nos leemos.
     
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  6.  
    Cami Chan

    Cami Chan Usuario común

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    Viviendo en las Sombras [SessKag]
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    ¡Hola a todos/as! Lamento muchísimo la tardanza. Pasa que en Marzo comencé mi último año de colegio y apenas he podido hacer otra cosa que no sea estudiar. ¡Pero no abandono mi historia! Eso nunca. Discúlpenme por la larga espera y muchas gracias por leer. ¡Cada comentario me alegra muchísimo! Mil gracias. Aquí les dejo un nuevo capítulo. Ojalá les guste.
    -o-o-o-
    Capítulo Ocho
    -o-
    El Misterio De Sus Ojos

    La molestia de la luz en sus ojos la despertó por la mañana. Se trataba de un haz de luz que se proyectaba a través de la cascada hacia el interior de la cueva. Se sintió desorientada en un principio, pero pronto todos los recuerdos pasados se le vinieron encima.

    No quedaba de la fogata más que cenizas y estaba sola en la cueva. ¿Dónde estaba Sesshomaru? ¿Y Jaken? ¿La habían dejado allí? ¡Oh, por Dios! ¿Cómo pudo ser tan tonta? No debió quitarles los ojos de encima ni por un segundo, era obvio que la presencia de ella no les era imprescindible —probablemente ni siquiera agradable— y no se tomarían el trabajo de despertarla para continuar el camino.

    Se levantó de un salto, asustada por hallarse sola, y salió de la cueva con rapidez.

    Entonces lo que vio la dejó helada en su lugar.

    Sesshomaru estaba tranquilamente recostado contra un árbol cerca de la orilla del río mientras Jaken intentaba pescar algo. No la habían dejado.

    Suspiró, llena de alivio, quitándose unos cuantos pelos enredados de la cara. Se sentía sucia y desaliñada después de toda la lluvia y la noche en la cueva, pero la fresca brisa la hacía sentirse algo más renovada. Bajó con cuidado por las rocas bajo la cueva para acercarse a sus acompañantes. Sesshomaru no la miró en ningún momento, pero era obvio que sabía que estaba ahí. En lugar de dirigirse a él, se acercó a la orilla del río.

    —¿Necesitas ayuda, Jaken?

    El pequeño demonio parecía tener dificultades para atrapar los peces. Él la miró como preguntándose si lo decía en serio.

    —No necesito ayuda de una humana inútil.

    Kagome se cruzó de brazos y suspiró. Ignorándolo, adentró los pies en el río y avanzó hasta la mitad, agradeciendo que llevaba una falda corta a la que el agua no llegaba.

    Resultó ser que recordaba muy bien cómo pescar en los ríos y fue capaz de pescar cuatro peces más que Jaken. Tendrían comida de sobra. Sesshomaru no dijo ni una palabra en ningún momento. Ya sabía ella que él era un hombre de pocas palabras, aunque siempre creyó que era porque era amargado o estaba enojado. Ahora se daba cuenta de que lo más probable era que simplemente no tuviese nada que decir, ya que no parecía enfadado, sólo estaba… serio. Ya se había dado cuenta de que él no desperdiciaba las palabras.

    Jaken tampoco hablaba, pero por otras razones. Presentía que simplemente estaba enfadado por no haber podido pescar más que ella. La miraba de reojo frecuentemente y mordía con exagerada fuerza sus pescados. No le importó… era tan infantil que su actitud no podía ser molesta.

    A pesar de todo, aquella silenciosa comida no duró mucho. No parecían haber pasado ni quince minutos cuando Sesshomaru se puso de pie y con un «andando» los puso en marcha.

    Además de que el suelo estaba bastante fangoso, no parecía haber otros signos de la lluvia torrencial del día anterior. El sol brillaba sobre toda la vegetación. Todo era tan agradable que casi se podía permitir olvidar lo incómoda que se sentía con esa ropa, con sus acompañantes o con la duda de qué se encontraría al llegar a la aldea. Desterró esos pensamientos y cerró con fuerza los ojos mientras se estiraba con los brazos extendidos, provocando que no viera una raíz que sobresalía del suelo y casi, por muy poco, se diera de bruces contra el suelo. Agradeció reaccionar rápido, pero el pequeño grito que soltó fue suficiente para que sus acompañantes voltearan a verla. Se sonrojó de vergüenza y siguieron andando.

    Dios, tenía dieciséis años cuando se fue de ese lugar y ahora, años más tarde, seguía igual de torpe. Menos mal que su torpeza quedaba a un lado a la hora de atender un paciente, sino le hubiesen quitado su licencia de doctora hace tiempo.

    Después de lo que parecieron interminables horas, se cansó del silencio.

    —¿La aldea está muy lejos, Sesshomaru?

    No estaba cansada o al menos no pensaba en eso, sólo quería acabar con ese silencio y ver si sus compañeros aún conservaban la facultad del habla.

    —No.

    Resopló. ¿Eso era todo? ¿«No»? Sesshomaru era un maldito tacaño con sus palabras.

    —¿De cuánto estamos hablando aproximadamente?

    —Días.

    Ahora suspiró. ¿Desde cuándo un lugar a días de distancia era cercano? Claramente hablar con él no era muy productivo, así que trató con Jaken.

    —¿Van a menudo a la aldea, Jaken?

    El pequeño demonio, sin mirarla ni detenerse, se abrazó a su bastón de dos cabezas.

    —Una vez al mes. El amo bonito siempre le lleva regalos a Rin.

    —Eso es muy dulce, ¿cómo está ella? —preguntó, pensando que sería un buen pie para preguntarle por sus amigos después.

    —Problemática, como siempre —contestó él en tono enfurruñado—, desde que esa anciana…

    —Jaken. —Lo llamó Sesshomaru, y el aludido calló.

    Al principió pensó que sólo quería mandarlo a callar, pero luego notó que el albino se había detenido en seco, mirando hacia algún punto hacia el noreste de su posición.

    —¿Qué…? —Empezó a preguntar ella.

    —Calla.

    Se quedó estática, buscando lo que fuera que había llamado la atención de Sesshomaru, pero no encontraba nada. El demonio alzó la vista al tiempo que una enorme sombra los cubría. Siguió su vista hacia el cielo y se encontró con una nube de demonios que avanzaba rápidamente hacia el sur. Entonces escuchó un ruido entre los árboles. Sesshomaru ya había desenvainado a Bakusaiga.

    Al parecer, la estampida de demonios no sólo iba por el cielo, sino que también por tierra. Un montón de demonios se abrieron paso hasta ellos rompiendo los árboles en el camino. Claramente huían de algo, pero parecían tener tanta prisa que, si no fuera por los rápidos movimientos de Sesshomaru con la espada, los abrían aplastado… bueno, al menos a ella y a Jaken, ya que el albino definitivamente no sería el que saldría perdiendo.

    Pronto la avalancha cesó, quedando sólo árboles rotos y cadáveres como prueba de que alguna vez existió. Sesshomaru envainó su espada nuevamente en su funda y olfateó el aire.

    —Andando.

    No hacía falta que dijera lo que había detectado, todos podían sentirlo. Allí, en la dirección de la que venían los demonios, se podía sentir una gran cantidad de energía maligna concentrada. Kagome aún no decidía si estaba asustada o emocionada. Ver a todos esos monstruos después de tanto tiempo sin ver criaturas así definitivamente la habían dejado un tanto en shock, sin embargo, también eran un signo de algo que llenaba sus venas de adrenalina: las aventuras habían vuelto.

    Siguieron su camino como si nada hubiese pasado. En aquella época era normal que los demonios aparecieran sin previo aviso, sin embargo, también estaba segura de que aquella energía maligna acumulada que habían sentido no era normal ni por asomo. Claro que si le preguntaba a Sesshomaru él diría que aquello no era de su incumbencia o que simplemente no le importaba.

    Se había olvidado de lo agitado que era todo en el Sengoku. Con Inuyasha y sus amigos era lo mismo: siempre moviéndose, parando a descansar en contadas ocasiones. Claro que ahora viajaba con dos demonios, por lo que debía seguir el acelerado ritmo de ellos para no quedarse atrás.

    Cuando la noche comenzó a caer, Kagome notó que se estaban dirigiendo hacia una casi imperceptible columna de humo entre los árboles… no, no era humo. Era vapor. No fue hasta que estuvo frente a ellas que confirmó sus sospechas.

    ¡Aguas termales! Dios, ¡cuánto necesitaba un baño! Sonrió abiertamente cuando vio que sus compañeros se instalaban a metros de aquellas aguas. Al parecer, allí acamparían.

    —Me daré un baño —anunció.

    Aprovechó la privacidad que le otorgaban los arbustos y árboles pequeños que rodeaban las termas para desvestirse. No fue hasta que sumergió todo su cuerpo que notó lo agarrotados que estaban sus músculos, que se relajaron de inmediato con el cálido contacto del agua. Se sentía tan bien.

    Pensó en su mamá, ¿ya le habría contado Kei lo ocurrido? ¿Estaría bien el abuelo? Después de todo, aunque no quisiera pensar en eso, todos sabían que al pobre no le quedaba mucho. Se sintió culpable por dejarlo y más por no despedirse. Sin duda, siempre cargaría con ese peso.

    Salió del agua después de un rato, sintiéndose renovada y con las mejillas sonrojadas del calor. No tenía de otra más que ponerse las mismas ropas de antes, que al menos ya estaban secas después de la lluvia del día anterior. Volvió al lugar donde se habían instalado los demás. Habían hecho una fogata y, junto a ella, Jaken estaba sentado abrazando su báculo. A Sesshomaru no se le veía por ningún lado.

    Se sentó frente a Jaken.

    —¿A dónde fue Sesshomaru?

    El pequeño demonio la miró con ojos entrecerrados, sentándose derecho. ¿A quién pretendía intimidar así?

    —El amo bonito fue a un lugar… muy importante.

    —No tienes idea de dónde está, ¿verdad? —rió Kagome.

    Él abrió los ojos como platos con nerviosismo, para después desviar la mirada.

    —Humana entrometida —murmuró, aunque ella pudo escucharlo perfectamente.

    La joven se recostó a los pies de un árbol, lista para dormir, pero el sueño aún no llegaba.

    Miró detenidamente a Jaken, comparándolo con el pequeño hombrecito de apariencia humana que vio en el futuro. ¿Qué haría si supiera que ese es su futuro? Pensó que probablemente no le importaría siempre y cuando estuviese con su amo. Podía ser gruñón y amargado, pero dudaba que pudiese existir alguien más leal que él.

    —Jaken, ¿te puedo preguntar algo? —Habló con voz sedosa y un tanto ronca por el sueño que comenzaba a entrarle.

    —¿Qué quieres?

    —¿Por qué estás con Sesshomaru?

    La pregunta pareció sorprenderle y casi podía jurar que la miró como si fuera estúpida, como si la respuesta fuera más que evidente. Bueno, no para ella.

    —Pues porque el amo Sesshomaru es el demonio más poderoso e increíble que existe. Es un honor viajar en su compañía. —Habló con orgullo y, además, el tono en que lo dijo le dio a entender que llevaba mucho tiempo a su lado.

    Kagome bostezó levemente.

    —Ya vete a dormir, mujer, sino mañana no serás más que una carga.

    Ella lo miró con ceño fruncido, ¡qué grosero! Bueno, por más que no hubiese tenido delicadeza en decirlo, tenía razón. Se acomodó mejor en las raíces del árbol y cerró los ojos.

    No tenía idea de cuánto tiempo había pasado cuando abrió los ojos y se encontró con que aún era de noche. Jaken dormía en un rincón y aún no veía a Sesshomaru por ninguna parte. Entonces escuchó un sonido extraño proveniente de las aguas termales. Seguramente habían sido esos sonidos los que la habían despertado. ¿Qué era? ¿Un demonio? Un escalofrío le recorrió la columna de arriba abajo.

    Se puso de pie torpemente y caminó sigilosamente hacia los arbustos que la separaban de las aguas. Si era algo peligroso, correría a despertar a Jaken. Sin arco ni flechas, ella era una humana más. Sin embargo, lo que vio la sorprendió aún más que si hubiese visto un monstruo de tres cabezas.

    Sesshomaru. Sumergido hasta la cintura en el agua. Iluminado por la luz de la luna.

    ¿Por qué le sorprendía tanto? Hasta los más poderosos youkais debían bañarse, era algo más que natural. Pero, ¿por qué parecía algo tan interesante tratándose de él?

    Lo miró desde su escondite, analizando cada rasgo. Aquellas marcas violáceas no sólo se encontraban en sus brazos y cara, sino que también en el abdomen, cerca de la cintura. Era musculoso, no exageradamente, pero lo suficiente para que a simple vista se pudiese apreciar la firmeza de cada uno de sus músculos. Nunca lo había pensado realmente, pero Sesshomaru era muy atractivo. Varonil y, al mismo tiempo, de rasgos refinados. Entonces fue capaz de ver algo en sus ojos, que miraban la luna serenamente. Fue un destello, algo en su forma de mirar, que reflejó la sabiduría de quien ha vivido siglos y siglos. Aquél hombre —o demonio, para el caso— había vivido cosas con las que ella jamás siquiera soñaría. Le parecía sumamente interesante todo el misterio que guardaban esos ojos.

    Hasta que se clavaron en ella con una mirada mortífera.
     
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    Monyc

    Monyc Entusiasta

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    Que envidia Kagome ver a Sesshy ahí bañándose :eek: oh por dios... pero bueno me gusto mucho aunque creo que debo de volver a leer todo tu fic desde el principio
    porque no le entendi mucho que digamos estoy haci como perdida jajajajaja :p

    Espero que no demores mucho con otro capitulo Besitos
     
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    jucebeit

    jucebeit Entusiasta

    Leo
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    Hola, soy una nueva lectora de tu fic, y he de decir que me ha gustado mucho la historia.
    ¿Qué es lo que obtendrá la bruja de aquél pacto? ¿Venganza de qué o a quién?
    Por dios, espero que lo continúes y no nos dejes con esta ansia de saber qué más sucede por favor.
    ¡Saludos!
     
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  9.  
    Sacnite

    Sacnite Entusiasta

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    :eek: no lo puedo creer Kagome vio a sesshomaru prácticamente desnudo !!!

    Dios!!!! me encanto el capitulo por favor tienes que continuarlo, esta demasiado bueno!!!
    que pasara ahora? que hará kagome con respecto al pacto que iso con la bruja....
    que su sedera con kagome y sesshomaru?

    No aguanto las ganas de leer el próximo capitulo !!:D
    Esta demasiado bueno !!!
    Te Felicito!!!

    Saludos!!!^^
     
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  10.  
    vampii

    vampii Iniciado

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    ¡¡Hola!! Llevaba tiempo sin pasarme por tu fic ->.<- bueno, realmente me ha gustado el capítulo. Me sorprendí bastante por la estampida de demonios... me muero de curiosidad... ¿que puede ser aquello con una energía tan maligna como para espantar a todos? ¿Que habrá pasado con los amigos de Kagome y la anciana Kaede? Onegai
    ->.<- no me dejes con la intriga.
    Morí con la escena de las aguas termales, creo que Kagome esta deseando cambiarse de ropa xD. Y Sesshomaru con su musculoso y hermoso cuerpo sumergido en el agua a la luz de la luna *--*

    Estaré esperando la continuación.

    Matta ne.
     
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  11.  
    fairy cold

    fairy cold Iniciado

    Sagitario
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    13
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    Escritora
    Tienes a otra seguidora, me encanto!. Tengo curiosidad, por saber ¿de quien quería vengarse la bruja?, y ¿que paso con los demás?, es muy extraño todo.
    Ademas, si han pasado años, pues ¿todos ya hicieron su vida no?, ya quiero saber que va a ocurrir.
    Me gusto mucho tu estilo de narración, sin faltas de ortografía y sobretodo, muy fluido xD.
    Espero impaciente xD
     
  12.  
    assis

    assis Iniciado

    Capricornio
    Miembro desde:
    21 Marzo 2012
    Mensajes:
    10
    ;)JEJEJE pero te pasa jejeje desnudo y enjado y ella con minifalda en serio que:eek: jejeje Dios que cosas se te ocurren, mencanta pero aun tengo una pregunta cuantos años tiene Kagome en serio que en tre 20 y 30 años porfa responde (0.0)?
     

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