~Vettel Karma~

~Alysa Dunkelmeer~
​

Savia de arce, pétalos y raíces de mandrágora, Raíces de jengibre,..

Repasaba en voz alta para sí misma lo que le hacían falta para restituir su dotación personal de ingredientes para pociones que guardaba en uno de los armarios de su habitación, resguardados por la seguridad de un candado al cual había encantando especialmente para evitar que intrusos (véase hermanos y primos necios) la asaltaran vilmente.

Y eso no significaba que fuera egoísta o algo por el estilo, porque ella ayudaba y prestaba sus cosas siempre que se lo pidiesen, pero ODIAAAABA profundamente que tomaran sus cosas sin su consentimiento.

Y lo había intentado por las buenas, como persona civilizada que era, les había advertido una semana atrás y de hecho, pensó que había funcionado hasta ayer. Cuando se dirigió al armario feliz e inocentemente y se disponía a guardar unas raíces de crisantemos que había encontrado de casualidad, notó la falta de 3 frasquitos que contenían savia de arce, raíces de mandrágora y de jengibre.

Por tal razón llego a la conclusión, que acciones desesperadas requerían medidas desesperadas, ahora la próxima vez que alguien se metiera con sus cosas, la cara del intruso se llenaría de granos y en su frente se escribiría en verde chillón la palabra: “Ladrón”.

Empezó a reír macabramente, tal y como lo hacían los asesinos en serie de sus películas favoritas, y como si fuera poco se le sumó al cuadro la melodía de psicosis para completar el “adorable” cuadro.

Esto último la trajo súbitamente a la realidad, logrando que ahora mirara compulsivamente hacia todos los rincones de su habitación. Cuando por fin detectó de donde provenía la música, caminó a paso rápido hacia él y una vez llegó atendió el teléfono poniendo fin a aquella aterradora melodía.

- ¡Adam! ¡Tienes que escuchar el nuevo tono de repique que te puse en mi celular, te va a encantar!- expresó muy animada Alysa al contestar su celular, mientras al mismo tiempo se quitaba la toalla de la cabeza dejando caer sus mojados bucles.

- …No se porque algo me dice que debo preocuparme- expresó la voz al otro lado del teléfono

- ¡Naaaah!- contestó divertida- ¿y como te fue hoy en el juego de béisbol? Aun no se que le encuentras de divertido… Yo en el 6to inning me quiero morir de la aburrición, la ultima vez que te acompañé a uno estuve apunto de cortarme las venas con la entrada.

- Que exagerada… y si, ese día aprendí que era la última vez que te llevaba a un juego, la imagen mental de la mascota del equipo bailando el “Chicken dance” es algo que perturbará mi memoria el resto de mi vida.

- ¡Pero fue divertidooooooo!- exclamó riéndose- ¡Tienes que admitir que eso avivó el juego!

- En fin…- suspiró- No te llamé para hablar de eso… Tengo las entradas- expresó triunfante desde el otro lado del teléfono.

- ¡OMG! ¡¿Tienes las entradas?!- sabiendo enseguida a que se refería, como si compartieran alguna especie de comunicación extrasensorial.

- Tengo las entradas- repitió divertido- Estreno, jueves, 9:00 pm, Edgar Allan Poe, tu y yo

- … ¿Sabes que te adoro verdad? Es que, en serio… ¿que podría hacer yo sin ti?

- ¿Nada? Probablemente no te divertirías y vivirías en mundo aburrido y monótono

- ¡Eres un presumido pero igualito te adoro!

- Ya… ya… ahora si me despido porque sino me equivoco en 10 minutos es la cena Dunkelmeer

- Tranquilo, de hecho me estoy vistiendo en estos momentos… No me vas a decir que esto del altavoz no es una maravilla

- WTF… Aly, ¿te estas vistiendo mientras hablas conmigo? ¿Recuerdas que soy un hombre verdad?...

- Claro, ¿y que tiene?

El pelirrojo no pudo evitar suspirar del otro lado del teléfono.

- Hasta mañana Aly…

- ¿Quee? ¿No te conectaras al msn hoy?- le lloriqueó por teléfono

- No creo… Tengo cosas que hacer

- Maloo, bueno que pases buenas noches

Tras estas palabras colgó el teléfono y lo dejó en su mesita de noche. Sin lugar a dudas los hombres eran raaaros, pero RAAAAAAAAAROS.

Finalmente se colocó un sweater que le llegaba a la altura de los muslos, manga larga, que dejaba los hombros descubiertos, color celeste y detalles crema; complementando de esta manera los leggins negros que se había puesto minutos atrás mientras conversaba con su mejor amigo. Luego se dirigió al espejo de su peinadora, de donde tomó un cintillo celeste y zarcillos de perlas del mismo color, un poco de brillo labial y así fue como terminó los últimos detalles de su atuendo.

Tras mirarse unos segundos en su espejo de cuerpo completo que se encontraba en la al otro lado de la habitación y tras comprobar que estaba conforme con su apariencia, salió de la habitación de prisa para no llegar tarde al comedor principal.

~*~
​

Disculpen la tardanza!!! en serio mis niveles de inspiración los mató o se los comio Hatchcliff cuando me dio por leerme Cumbres borrascosas ¡___¡ (excelente novela por cierto) Pero al fin logré escribirlo!! Salio diferente a lo que tenía planeado pero logre escribirlo!!! probablemente tenga errores por que lo escribi mientras luchaba ferozmente a muerte con mi inspiración... Espero sea de su agrado porque yo aun no decido si me gustó o no el resultado xDuuuuuuuuu

waaa Anim! ame tu introoo! Bastian es abrazable *o*
y Bellamy xD tbn me gusto mucho tu intro o3o pobre gatetoooo-necio chyaan

 

Re: [Original] ~Vettel Karma~

Matthew dice:
HP y el príncipe mestizo, digo, misterio del mal traducido príncipe, el miércoles
yo consigo las entradas gratis, para variar

Rain dice:
Masoquista. Va a ser horrible.

Matthew dice:
vimos la profecía del no nacido, no puede ser peor

Rain dice:
No pudimos terminar de verla, Darling.

Matthew dice:
sólo porque nos echaron

Rain dice:
No los culpo, tus risas daban más miedo que la película en sí.

Matthew dice:
hahaha, mentira. Mentira!

Rain dice:
asdf ¿hora?

Matthew dice:
sabía que ibas a venir, sweetie

Rain dice:
No me hagas cambiar de opinión, Lancastah.

Matthew dice:
’kay, después te digo
Lots of love, sweetheart

Matthew aparece como no conectado. Los mensajes que le envíes le llegarán cuando inicie sesión. Enviar un mensaje de correo electrónico a este contacto en su lugar.


Despegando la vista de la pantalla de su computadora portátil, Lorraine cerró los ojos, pensativa. Lancastah, Lancastah, Lancastah. Sólo ella era lo suficientemente estúpida para ser amiga –o mejor amiga, en realidad- de ese principito. No porque él fuera como era –aunque no era ningún santo, a decir verdad- sino por su apellido, su familia.

El pensamiento de cuán suicida era la situación se repitió en su mente unos instantes, para que después ella notara, de repente, la absurda y absoluta calma de la casa, tranquilidad semejante a la paz antes de la tormenta.

Lorraine suspiró; sentía ya casi ya el final de esa paz, o los vestigios que quedaban del caos usual: parecía que Bastian estaba a punto de entrar a alguna habitación en un momento crítico; sentía como si sombras amorfas con las voces de sus hermanas resonaran, aún, sobre algo que ella no quería ni escuchar; como si su madre estuviera planeando cosas, sin planearlas, para hacer molestar a su hermana.

Muchos primos, muchos hermanos, mucha gente... Y ella.

La ojiazul se acomodó el cabello en una coleta subconscientemente, como si de repente la sensación de asfixia, que le producía a veces la mansión, hubiese logrado que sus mejillas se volvieran rojizas en vez de pálidas, como simple calor sofocante.

Abrió la ventana de su habitación después –habitación de una mezcla de blanco, negro y verdes, combinación que no sabía cómo había nacido- y dejó que la brisa fresca entrara. En sus oídos aún resonaba el tema que Matthew la había obligado a escuchar, sin mezclarse con el ruido que ahora venía de la calle. Cerró los ojos y, apoyada en el marco de la ventana, trató de relajarse.

The room is on fire as she's fixing her hair
"you sound so angry
just calm down, you found me"

​

El reloj sonó, instantes después, indicando que debía bajar para no llegar tarde a la cena, haciéndole ella caso poco después.

 

Re: [Original] ~Vettel Karma~

“Cena Divina”

Una mezcla de olores entre pavo, pasta y glaseado se escapa de la cocina. Conforme se acerca al comedor, el aroma se vuelve cada vez más intenso: delicioso. A esa hora, el hambre es tan fuerte que cualquier cosa que cocinen las mayores de la casa es apetecible. Es domingo y por lo general las dos hijas de Lirio son asignadas para la cena debido a la gran importancia que tiene dicha noche en la tradición familiar y sobretodo, es la noche en que nadie puede faltar a la mesa.

Un poco antes de las ocho, uno a uno los nietos toman lugar en la mesa, cabe destacar que nunca es el mismo lugar sino como van llegando. Leelu cruza el umbral entre la sala y el comedor, aun no había llegado nadie pero no era raro que todos se presentaran un poco antes de la cena pues no importaba si todos estuvieran sentados desde antes pues la abuela siempre llega exactamente a las ocho de la noche, y cuando se dice siempre, es siempre.

En la mesa descansan ya las velas, servilletas, pan en cestos de madera cubiertos por una servilleta de tela, tenedores, cucharas, cuchillos, vasos, los platos que utilizarían cada quien, etc.

Otro aspecto peculiar de la hora de la cena es el hecho de que nadie quiere estar cerca de la abuela debido a lo exigente que puede ser con los modos de comer. Leelu ya está acostumbrada a ello así que no le toma mucha importancia, de hecho, hace todo lo posible para complacer a la anciana. Antes de que tome asiento, su tía pasa de largo hacía la cocina, parece enojada por algo pero cuando Yatnia Dunkelmeer se enoja, es mejor permanecer a raya. Pero no llega sola, detrás suyo, sin acompañarla, Shamuel toma el asiento en frente de su prima.

—¡Hola, Shammy!—Saluda energética pues no lo ha visto durante todo el día, al menos directamente.
—Hola —Responde con media sonrisa, como de cortesía y no más. Aun así a la chica le pareció que todas las paredes se iluminan.
—¿Qué has hecho hoy? Recuerdo que te vi salir pero… no supe…—Detiene pues no sabe como seguir, sin embargo, su primo tenía la respuesta, se veía en sus ojos.
—Compré una lámpara, no es gran cosa pero al principio me llamó la atención su…
—¡Buenas noches!—Saluda (e interrumpe) Camila. En su rostro se muestra una sonrisa pícara dando a entender que ha hecho algo “travieso”. Ambos saludan y la pelirrosa pasa a tomar asiento al lado de su hermana, no dice nada, sólo los observa.

El silencio incómodo es interrumpido por otra de las menores Dunkelmeer. Beth recién llega notando que no hay tantas personas aun. De inmediato se coloca al lado de su hermano dejándose caer en la silla con pesadez. Los otros tres saben que la chica tiene algo en la mente la cual la mantiene distante de ellos.

Escasos segundos después, un descontinuó marchar de pasos se escucha bajar por las escaleras. Ese sonido parece acercarse cada vez más hasta que Alysa y Antonella son alcanzadas por las luces del comedor. Lo más seguro es que se encontraron de camino a la cena y por eso comenzaron a competir a ver quien llegaba primero, obviamente no lo hacían conscientemente pero sus piernas parecían no comprender las intenciones de sus amas. Ambas se sientan del lado de sus hermanas.

Dos minutos antes de la hora y Lore hace su llegada al comedor, como es de esperarse, su lugar es del lado de los altos, no por llevar una mala relación con sus propias hermanas sino por equilibrio de mesa. Al parecer es del grupo de las cuales maneja un lio en la cabeza pues su mirada parece distante, perdida entre las velas de la mesa y las servilletas. De pronto un estruendo llama la atención de los presentes. Rumiko había azotado la puerta al llegar a casa, más bien, de entrar a la casa por su afición de pasar el rato en el tejado, siempre debía entrar nuevamente por la entrada principal además como iba ya tarde, no cuidó el sonido de su llegada. Para ser la menor de la familia, es la que peor relación mantiene con la abuela a tal grado que ésta ha intentado desafiarla en múltiples ocasiones. Su lugar es del lado de sus hermanas. Sólo quedan los dos lugares de los gemelos, por parte de los nietos.

No llegan… no llegan. Mismo pensamiento para todos los Dunkelmeer en la mesa. El reloj de la sala marca la primera campanada y con ella, los pasos de la abuela se distinguen ya no muy lejos. Paso, repique, ambos se unen en sincronía cada vez más fuerte y cercana. Su figura, aunque pequeña, impone silencio ante sus nietos. Sí, unos no la soportan, y aun así no pueden hacer nada al respecto.

La anciana toma lugar en la cabecera de la mesa, justo a un lado de Leelu y Shamuel. Aunque parece no notar que dos lugares están aun vacíos, su ceja se levanta disimuladamente pensando en un castigo adecuado. Las puertas dela cocina se abren apareciendo las dos Dunkelmeer mayores, una empujando un carrito de comida mientras que la otra sirve agua de Jamaica en los vasos de cada uno de los nietos. Yatnia se petrifica al notar que dos de sus hijos no se encuentran presentes pero se recupera enseguida para seguir sirviendo la cena.

Orona coloca los platillos sobre la mesa, Pavo, espagueti y ensalada, repartidos equitativamente de cada lado para que cada uno pueda servirse. La entrada, crema de champiñones, la va sirviendo Yatnia en cada uno de los platos. Después de terminar de servir, las dos Dunkelmeer buscan sus lugares en la cabecera opuesta a su madre, un espacio adecuado para las dos.

—Bien, pueden empezar—Dice la madre de los menores Dunkelmeer. Generalmente, la persona encargada de la cena es quien da el permiso de comenzar a comer. Los demás presentes dan gracias por los alimentos (no a un Dios, sino al esfuerzo de quienes hayan colaborado en la preparación) y el banquete comienza.

Poco antes de que la abuela termine su crema, débiles llamados a la puerta interrumpen la cena. La cabeza del castaño menor de los Altos se asoma tras la puerta. Su abuela lo observa detenidamente con la misma expresión de siempre hasta que sus labios se arquean en forma de reproche. Igualmente, Yatnia reprende a su hijo con la mirada.

—Perdonen…— Su tono de voz era débil, como intuyendo la ira de su abuela y madre a la vez. Pasa saliva antes de animarse a entrar. Pero no era el único. Como si ambos se hubieran puesto de acuerdo, Lilith aparece a un lado de su hermano. Ambos comprendían que si iban a pasar, era el momento.

La anciana cerró los ojos y giró la cabeza hacía el centro de la mesa —Todos los días, en la siguiente semana se levantarán a las 4 de la madrugada, correrán diez kilómetros con los pies desnudos alrededor de la manzana y regresaran a sus labores cotidianas, sin dormir otra vez. Los estaré vigilando así que no se pasen de “listos”.

—Si…—Contestan los dos al unísono para después tomar sus asientos. Durante todo ese tiempo, los demás miembros de la familia escucharon sin opinar o interrumpir más que nada para no ser castigados también.

La cena transcurrió como normalmente lo hace. Algunos comentarios fugaces entre hermanas o primos pues las conversaciones están permitidas, sin embargo la abuela es conocida por reclamar cuando alguien habla en un tono muy alto de voz. Antes de que el primero se retire, la abuela anuncia que los roles ya están repartidos para la siguiente semana y quien quiera verlos los podrá encontrar en la puerta de su despacho.

Al finalizar la cena, las mayores de la familia se quedan un rato más para limpiar el comedor además de tratar asuntos familiares de no mucha importancia como la lista de las compras de la semana o porque se mueren las margaritas del jardín.

Por otra parte, los nietos de la familia se incomodan al mismo tiempo al ver los horarios. A veces desearían que fueran publicados en otra parte de la casa pues el pasillo a la oficina es algo angosto. También es de todas las semanas escuchar reclamos como “¿Por qué el sábado?” de parte de Bastian o “¿Por qué los baños?” agregado por el mismo miembro de la familia. Lo que más asombró y casi hace desmayar es la elección “Elizabeth =Almuerzo” a lo cual pronto sus primas se apresuraron a intentar cambiar esa actividad. Por desgracia, la abuela había prohibido el intercambio de roles a menos de que fuera una buena razón como escuela o demás citas, pero nada de caprichos (y ella sabe muy bien como sacarles la verdad). La actividad que más tiempo requiere, es la atención del negocio familiar ya que involucra ventas, producción, atención a clientes y limpieza del lugar. Para infortunio de Shamuel, le había tocado dos veces en la próxima semana y para variar con los gemelos en diferentes días. Las cenas eran prioridades de las adultas en la casa, pero aun así había días que eran tareas para los nietos, en este caso Alysa y Lorraine, martes y viernes respectivamente. Aunque no lo especifica, pueden pedir ayuda a algún miembro de la familia para que ponga la mesa, haga las compras o lo que se necesite.

Después de anotar o memorizar las tareas, cada uno regresa a sus últimas actividades del día. Leelu se adelanta un poco antes de que los demás noten que se ha retirado, tiene una labor aun que cumplir y esa es acomodar sus amadas fotografías. Al llegar a su habitación espera que nadie la haya seguido (sobretodo sus primos) y cierra la puerta con llave. El pequeño muñeco poseído la recibe saltando desde su escondite.

—Es raro pero siento hambre—Es lo primero que dice el muñeco cuando lo sostiene la pelilila.
—Se que estas muerto, es decir, eres un espíritu, pero esa “hambre” es debido al desgaste de tu alma al estar en ese cuerpo, no te preocupes—Leelu rebusca entre sus cosas para sacar una botellita de cristal con un gotero. Tomando una pequeña cantidad, deja caer el líquido translúcido sobre el talismán—Todos los días debo de ponerte esto, si sientes hambre sólo dime.
—De acuerdo.

La bruja le promete que lo ayudará en cuanto pueda y el espíritu encarcelado acepta (no tiene de otra) además de ofrecerse en colocar las fotos en la pared a lo cual la chica acepta situando al muñeco sobre su hombro para que alcance la altura correcta.
---

Una semana cumplida. Primer capi de la cena mas o menos para que sepan como son las demás. Practicamente es la misma rutina por eso sino hay nada interesante en ella no es necesario incluirla en sus contis y pueden enfocarse en otra cosa.

Las contis por el momento son totalmente abiertas, esta ronda es de la vida personal de su per, como que estudia, que hace durante el día, amigos (buena opción para introducir a sus pers secundarios en la historia) o algo acerca de la actividad de las parejas por dados.

Ahora si los turnos. Son totalmente random si alguien quiera cambiar de lugar que hable ahora, o calle para siempre:

1 Artic Rose
2 Katherine
3 Tsukihiki
4 Barbie Girl
5 Selene
6 Fabiana
7 Niniel
8 Sango
9 Anim
10 Rumiko Chan (oOo tienes tiempo para poner la intro!)

La siguiente es Kat-chyan, tienes 4 días para conti y si pides prórroga serían 3 (o sea una semana). Sino aparecen en 4 días se les brincará el turno y con dos faltas no notificadas saldrán del fic de la manera más dolorosa para sus pers~~

 

Re: [Original] ~Vettel Karma~

Introducción Murtagh Lancastah



Un par de noches para la luna llena, lo que se traduce en días enteros de encierro en las mazmorras de la mansión. Sus padres lo preferían así, lejos de ellos, lejos de cualquier ayuda, lejos de cualquier cosa. Nadie debe de saber, nadie debe de enterarse murmuraron la mañana en que lo encontraron semi desnudo en los jardines. Al principio, Murtagh no podía entender lo que sucedía hasta que la siguiente luna llena su cuerpo comenzó a mutar. Su piel se cubrió de vello blanquecino/grisáceo, sus extremidades se alargaron además de que sus dedos tomaron forma de garras, en su rostro se estiró un hocico por el cual asomaban tantos colmillos como dientes tenía.

Licántropos, seres nocturnos provenientes de oscuras fantasías. Debido a tal aberración, sus padres habían decidido condicionarlo a las celdas donde no pudiera dañar a nadie. Así había sido por más de un año, 12 lunas habían pasado y ninguna cura.

Para su hermano, él padecía de una rara enfermedad la cual lo hacía ausentarse durante cinco días al mes. Matt no era estúpido, pero sus padres harían cualquier cosa para que su primogénito no manchara el apellido Lancastah hasta enfermarlo apropósito para encubrir la verdad.

Murtagh ya no puede soportarlo más. La fiebre lo hace alucinar, las nauseas apenas lo dejan caminar y su vida se ve tan acortada que siente que la está perdiendo.

Un par de golpes anuncian a su madre en la puerta. Ella sonreía llevando una bandeja en sus manos.

—Buenos días mi querido—dijo mientras acomoda el almuerzo sobre las piernas del albino. Discretamente le acercó una caja de medicinas.
—No tengo hambre…—rechazó el chico cerrando los ojos. Ya se sentía tan mal como para seguir tomando esas cosas.
—Pero tesoro, sino lo tomas tú, te lo dará tu padre y recuerda que él no es tan gentil como yo.
—¿Gentiles? Debería agradecer al cielo por su cuidado—Murtagh elevó la voz resaltando el sarcasmo.
—Mur, no quiero comentarios irónicos acerca de nuestro señor—La mujer se puso de pie cambiando su rostro amable.
—¡Al diablo con TU señor¡—No lo pudo resistir más. Ni al falso cuidado de su madre, ni a la falsa imagen que debía mantener. La única forma que encontró para desquitarse fue arrojando la comida lo más lejos que puede o su estado de salud se lo permite.
—Bien, bien—La mujer se retiró del albino mostrándose tan molesta como él—Es lo único que te faltaba.

Esa misma tarde, antes de que el sol se apagara, Murtagh abandona el letargo para salvar su vida huyendo de su propia familia.

 

Re: [Original] ~Vettel Karma~

Rumiko Dunkelmeer:

En la mansión sobre el tejado estaba una joven de cabellera negra con dos coletas, tenia los ojos cerrados parecía dormida llevaba puesto una chaqueta negra con una estrella azul dibujada adelante, botas negras, la parte superior de un bikini y short negro. El viento soplaba mientra ella abría sus ojos, ambos celestes pero uno estaba flameante, parecía ardiendo en llamas aunque la chica no sentía que este le ardiera. Mientras esta se levantaba colocaba su mano en la cabeza recordando algo que se le estaba olvidando, ¡pero claro! ella no hizo los deberes que le habían correspondido, con la siesta que tuvo pasaron las horas y no hizo sus labores del día, también pensó en lo que la anciana si la descubría pero tanto era el temor que decidió quedarse allí arriba.

-¿ahora que hago? –murmuro la jovencita-

Por suerte havia una ventana cerca por la cual entro a la mansion, esta corrio rapidamente a donde su havitacion asombrosamente su cuarto era de colores azules desde marino hasta celeste con figuras de lobo en las paredes y en el techo tenia pegadas estrellas fosforescentes, estaba desesperada buscando sus muñecos Vudú. Tomo uno de los muñecos y un cabello de color plateado, al parecer era de la anciana, con un hilo ato el cabello al muñeco y lo metió en el bolsillo de su chaqueta. Mientras corría por la Mansión una forma fantasmal la seguía.

-Ojala funcione…-pensó la joven de cabellos oscuros-

-¡Rumiko! –Dijo una voz misteriosa- ¿Dónde estabas?

-Durmiendo…-suspiro la pelinegra-

-¿¡Qué diablos dices!?-exclamo regañando la voz fantasmal-

-Cállate, ya será suficiente con la abuela que de seguro me esta buscando –dijo fastidiada la joven-

La jovencita se escondió debajo de un sofá y cuando paso la anciana intento usar su hechizo pero quedo paralizada...

-¡Oh rayos! –dijo duramente la joven Rumiko quien apenas podia hablar-

-Eso fue mala idea…-suspiro la voz fantasmal-

-¡No me ayudas Casper!-Regaño la joven-


Despues de unos minutos regreso el movimiento en su cuerpo, pero esta tenia miedo y estaba muy nerviosa de encontrarse con la anciana y se fue corriendo justo a tiempo para llegar a la cena, solo que esta se escondio debajo de la mesa mientras la voz fantasmal se reia de ella.

Fin de la Intro