Verdades que Matan [Nara&Kago]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Kikuz-sama, 20 Febrero 2012.

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    Kikuz-sama

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    Verdades que Matan [Nara&Kago]
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    4
     
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    Hola, nuevamente vengo aquí con algo nuevo, espero que sea de su agrado.

    PRÓLOGO

    La puerta del reclusorio se abrió y de ella un hombre salió, él tenía aproximadamente treinta años y nunca, en todo el tiempo que llevaba de condena, había recibido ni una visita; pero ahora eso era diferente. Una joven de cabello azabache y ojos color chocolate, lo esperaba sentada en una silla, sentada frente a una mesa blanca mientras nerviosamente jugaba con sus dedos, esperando por el preso.

    Él vio como la chica lo miraba, sorprendida como todos pues aparentemente él era un hombre con un aspecto respetable, pero todos caía, nadie escapaba a su engaño pues él era el maestro de la mentira. Sonrió, esa niña sería una presa fácil si se encontrara libre pero dentro de esa oscura prisión, bajo el ojo clínico de los guardias era incapaz de hacerle nada, era como una estrella inalcanzable.

    Pero había algo que lo desconcertaba, esa pequeña joven, era extremadamente parecida a una de sus tantas víctimas, a una de las primeras. Se sentó frente a ella y la observó, el cabello era muy diferente al de la mujer que lo llevó a la perdición y los ojos igualmente, a pesar de ser del mismo color, los de la chica eran más vivos, más alegre. Sonrió ladinamente, ella no sonreiría de esa manera si supiera quién era él y que es lo que había hecho.

    – ¿Te has equivocado de visitante, Kikyo?

    La cuestionó, llamándola como a aquella mujer, esperando que al reconocer ese nombre que por tanto tiempo salió en la primera plana de los diarios, saliera huyendo. Pero no lo hizo, solo se limitó a sonreírle de vuelta, tan tranquila como cuando llegó.

    –Mi nombre es Kagome y no, no me he equivocado, vine a verte a ti.

    Aquella contestación lo sorprendió pero no lo demostró, simplemente la miró esperando algo. Mentalmente se preparó, tal vez la niña era un señuelo usado para una venganza y en cualquier momento lo atacarían; los guardias no harían nada pues de todos modos, él ya estaba condenado a muerte. Defenderse le resultaría difícil pues estaba esposado de las manos y los pies y a ambas esposas las unía una cadena, lo cual le dificultaba el caminar y moverse; pero ese era el precio a pagar cuando se era un hombre peligroso.

    – ¿Sabes quién soy? –ella asintió sonriendo, como si hablara con un viejo amigo lo cual lo asqueo, ¿hace cuanto no encontraba a alguien que no temblara ante su presencia o con solo escuchar su nombre? – ¿Y eso no te asusta?

    Ella negó con la cabeza dando una prueba irrefutable de que o bien era muy valiente o era muy estúpida y el apostaba por la segunda. Sonrió nuevamente y la examinó mejor, era hora de jugar, de mostrarle quien era él. No podía moverse, eso era cierto pero lo único peligroso no era su cuerpo, también lo era su lengua. Kagome llevaba un vestido azul, sin tirantes y sus hombros eran cubiertos con una blanca chalina.

    –Sabes que si no estuviera aquí encerrado serías una de mis perras –exclamó sonriendo satisfecho al ver como enrojecía la chica –Claro, no serías la joya pero… –la miró con ojos lascivos, deteniéndose un tiempo considerable en ciertas partes –Tienes lo que hace falta para traerme dinero.

    –Felicidades Naraku, veo que la prisión no te ha cambiado, ¿Qué tal la Bienvenida en tu nueva morada?, Te han dado una buena golpiza ¿verdad?

    La sonrisa de los labios de Naraku desapareció, ¿Cómo demonios de había enterado esa chiquilla de lo sucedido ahí adentro?, Recordaba bastante bien aquel primer día, ahí adentro nadie sabía quién era o si lo sabía se daban valor unos a otros atacando en grupo; pero después de un mes todos se hincaban ante el jefe. Ahora todos reconocían su lugar, ellos eran los perros y él el dueño.

    –Veo que metes las narices en lo que no te importa, ¿Dime te gustaría que te extirpara los ojos y te cortara la lengua?

    –Eres inofensivo Naraku –Exclamó ella con una media sonrisa mientras él la fulminaba con la mirada.

    –Apuesto a que no dirías eso si no estuviera encadenado.

    –Tal vez –suspiró y lo miró como nadie lo había mirado en su vida.

    En sus achocolatados ojos no había rastro de miedo o repugnancia, no había odio o deseos de venganza, solo había una profunda tristeza. Naraku mantuvo la mirada fija, no sabía lo que tenía esa chica pero no la quería cerca, ella representaba todo lo que él odiaba. Se puso en pie y por el rabillo del ojo notó como los guardias aferraban sus armas, eso lo hizo sonreír, por lo menos los demás eran normales y le temían, porque sabía lo que él era.

    –La visita terminó.

    –Quiero ayudarte –exclamó y parecía sincera, pero Naraku no le creía, no quería hacerlo.

    –Nadie te lo ha dicho, no tengo salvación.

    –Todos los seres humanos la tienen, todos merecen una segunda oportunidad.

    – ¿Acaso no lo sabes?, no soy un ser humano, soy el demonio personificado –dicho esto fue sobre sus pasos y la puerta que conducía al interior de la cárcel fue abierta.

    Él entró sin mirar hacia atrás, no había razón para hacerlo.
     
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    Freedom

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    Me gustó la actitud de Kagome, pero no imagino en qué contexto se desarrollaría la historia.
    Supongo que tendré que esperar al primer capítulo :( De todos modos, me gustó mucho, me intriga qué es lo que puede llegar a pasar!

    Un saludo enormus Kika <3
     
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    Circe

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    ¡Hola amiga! Bueno, acá estoy pasando por tu nuevo fic gracias a tu invitción :D

    Tienes mucha imaginación, ¿lo sabes? Pusiste algunas comas de más y te faltaron algunos acentos pero nada grave, el resto estuvo bien, a mi parecer.

    Realmente me intriga mucho esta nueva historia, me pregunto por qué Kagome tiene tanto interés en Naraku, por qué está él en prisión y me gustarían más detalles sobre sus crímenes (es raro pero me llama mucho la atención los asesinos y su mente). ¡Quiero saberlo todo! xD

    En fin, espero que continues pronto y que no dejes abandonados a tus otros fics :) Acá tienes una lectora que simpre los leerá y comentará (; No tengo más que decir, me voy yendo.

    ¡Saludos!
     
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    razon

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    Ho, Ho, Ho. Quiero leer el siguiente capitulo. Simplemente me atrapo la curiosidad y entre.
    Y como lo sospechaba, me he quedado intrigada. Los usuarios de este foro si que saben hacerlo xD.
    En fin, tienes una descripción y ortografía impecable. O por lo menos eso pude notar en el primer cap.
    Supongo que he quedado corta de pelabras en este comentario, pues el ff se describe por si mismo.

    Es excelente e intrigante.


    atte:razon
     
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    Kikuz-sama

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    Verdades que Matan [Nara&Kago]
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    Hola aquí les traigo la conti, espero sea de su agrado :)

    CAPITULO 1
    “OSCURIDAD”

    –Fuera luces.

    Estas se apagaron y las sombras tomaron entre sus garras cada una de las celdas, desde el inmundo catre en el que recostado se hallaba, podía escuchar el murmullo de esos insectos; todos eran patéticos, inservibles y era por ello que se encontraban en prisión pero él no tenía porque estar ahí y menos por la estupidez por la que lo atraparon. Esa estúpida mujer se las arreglo para ganarle, incluso cuando ya estaba muerta, fue ella la que propició que Naraku Takeda cayera.

    Llevaba tres meses en prisión, los mismos que Kikyo llevaba en el panteón, mientras él vivía encerrados en esa sucia celda, ella se pudría bajo tierra. Sonrió, por lo menos cuando saliera ella ya no existiría, ya no estaría ahí para echarle a perder sus planes y para salvar a los que ella llamaba “inocentes” de sus malévolos planes. Suspiró y cerró los ojos; si no hubiera sido por su maldita debilidad hacia esa mujer, por el recuerdo de aquel primer amor habría tenido la fuerza suficiente para asesinarla pero no pudo, Onigumo no se lo permitía.

    Kikyo y él se conocieron cuando eran jóvenes, ella era una hermosa estrella, Onigumo un simple navegante que la seguía esperando alcanzarla, pero un día la mujer desapareció y desde entonces él la odio. Kikyo siempre supo que él la amaba pero nunca fue capaz de corresponder su amor, siempre sonreía amablemente al decirle que no y todo por ese estúpido. Los años pasaron y no los volvió a ver; él se cambio el nombre y en Naraku Takeda se convirtió. Fue un hombre al que ninguna mujer se atrevió a decirle nunca que no, pero él nunca olvido a Kikyo y siempre buscó a mujeres que contaran con su largo cabello y la piel blanca como la porcelana; a falta de la verdadera usaba a sustitutas que pagaran lo que ella le hizo.

    Cuando la encontró fue incapaz de tocarla, de asesinarla; en su interior aun sobrevivía una parte de Onigumo que le impedía lastimarla. Naraku la odiaba pero Onigumo aún la amaba, así que incapaz de lastimarla se dedico a torturarla. La mantenía encerrada, privada de comida y agua; quien la castigaba era Bankotzu, una de las tantas marionetas con las que él contaba pues Naraku las manos nunca se ensuciaba.

    Abrió los ojos cuando el carcelero se acercó a su celda y por los barrotes paso su macana, haciendo un ruido infernal que llamó la atención de los ocupantes de las demás celdas. Chasqueó la boca, fastidiado, el pobre diablo tardo demasiado en aparecer. Se puso en pie y fue hasta la salida de la celda, la cual fue abierta para dejarlo salir; fue hasta el patio donde ya lo esperaba Byakuya, quien al verlo esbozo una amplia sonrisa. No es que de verdad se alegrase de verlo sino que no era tonto, todos sabían que el dinero lo compraba todo así que él se quedaba con Naraku quien tenía a su favor todo para ganar.

    –¿Qué novedades me traes?

    –Pronto saldrás de este basurero, tal vez en un mes o dos.

    –¿Ha eso le llamas pronto, idiota? –exclamó mordazmente, fulminando con la mirada a su asistente.

    –Sería antes pero Koga y Sesshomaru no han dejado tu caso, buscan una confesión o alguna prueba que te haga merecedor de la pena de muerte.

    Naraku sonrió, por esa razón nunca se ensuciaba las manos, tenía a sus marionetas para hacer el trabajo sucio. Miró al cielo y recordó a esa chiquilla tan parecida a Kikyo; la visita tan inesperada y sorprendente, ¿Sería ella el señuelo usado para obtener esa confesión que firmaría su extinción? Dirigió de nueva cuenta su mirada a Byakuya pues era hora de que el inepto hiciera algo más que hablar con abogados y visitarlo cada semana.

    –Necesito que averigües todo sobre Kagome

    –¿Kagome, qué? –Naraku se encogió de hombros y Byakuya le dedicó una mirada de pocos amigos –¿Cómo esperas que la encuentre si no sabes nada más que su nombre de pila?

    –Te pago para que realices misiones imposibles no para cuestionarme así que espero esa información para mañana.

    No le dijo nada más, se dio la vuelta y caminó directo a su celda. Mientras pasaba por el corredor algunas nuevas adquisiciones gritaban quejándose del derecho que tenía y eso hacía que su sonrisa se ensanchase. Por la mañana les daría el recibimiento que merecían, por ahora sólo deseaba tumbarse en ese sucio catre y no pensar; y mucho menos en esa chiquilla tan parecida a Kikyo.

    Entró en la celda y pensó en lo que la chiquilla había dicho, ella deseaba salvarlo pero aún no comprendía el por qué. Se tumbó en el incomodo lecho y cerró los ojos; tratando de alejar esa sensación de vacío que de vez en cuando lo agobiaba y esos tristes ojos chocolates que amenazaban con convertirse en su tormento.

    Cuando la inconsciencia lo llamó, fue sin resistirse y se dejo llevar. Como todos los días durmió sin soñar.
     
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    razon

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    Ho! Me encanta, de alguna forma capturas las partes tétricas de los pensamientos de Naraku, y eso es difícil! Por que sinceramente ese hombre es todo un laberinto. Un gran laberinto.

    Me encanta. ¿Que más te digo? Ha si! No se por que coño Kagome lo quiere sacar, pero ya estoy deseando saberlo. También si Kagome, Kouga y Sesshomaru tiene una estrecha relación. (Algo más que amigos o amigos con ventajas, como quieras llamarle)


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    Circe

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    ¡Hola amiga! Mil perdones por haber tardado tanto en comentar, casi no estuve leyendo D: Pero igualmente no voy a dejar de leer tus historias, ¿sabes por qué? ¡es que me encantan!

    En algunas partes me pareció que pusiste comas de más donde podría ir mejor un punto, por ejemplo aquí:
    Para mí allí debería ir un punto.
    En algunas partes de faltaron algunos acentos (odió, dedicó, pasó, tardó por ejemplo) y en una parte te faltó el punto final luego de un diálogo.

    Me encantó que Kikyo y Naraku hayan tenido algo, como en la serie pero de una forma totalmente nueva. Al igual que razon me pregunto que tienen que ver Kouga y Sesshomaru con Kagome y cuando va a aparecer Inuyasha.

    De verdad que me gustó muchísima esta conti, espero que subas pronto la próxima.

    ¡Saludos!
     
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    aishiterusexymaru

    aishiterusexymaru Entusiasta

    Aries
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    Hola, disculpa por no haberme pasado antes, *w* me encantó éste cap Naraku se está interesando por Kagome ^^, me gustó como incorporastes a Onigumo, lo mismo con Bankotzu, Byakuya, Koga y Sesshomaru... me tienes super intrigada: porqué Kagome quiere sacar a Naraku de la prisión? me agrada también cómo haces la personalidad de Naraku, no noté OoC (y es díficil), espero la conti ansiosa!!! gracias por el aviso!!! hasta pronto ^^.
     
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    Kikuz-sama

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    Verdades que Matan [Nara&Kago]
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    Disculpen la gran demora queridas pero miles de ocupaciones me impedian traerles la conti, pero ya la tengo y sin más que agregar se las dejo. Espero sea de su agrado!

    CAPITULO 2
    “KAGOME”
    La puerta volvió a abrirse y de esta salió un hombre mal encarado. Naraku llevaba los últimos diez minutos ignorando a la chica que frente a él se hallaba, mirando hacia la puerta de la penitenciaria, observando cómo los insectos que poblaban la cárcel salían a ver aquellos que los iban a buscar.

    –¿Tú novio? –inquirió insolentemente la azabache, mirándolo retadoramente.

    Naraku la observó y sonrió ladinamente; muy a su pesar la chiquilla lo divertía, parecía no advertir el peligro que la acechaba estando en su compañía además de que parecía no temerle. Lo dicho, era demasiado estúpida para notar que este no era un lugar para una chica como ella. Queriendo incomodarla la observó de pies a cabeza, notando que esta vez su vestimenta era un poco más discreta, iba ataviada en unos jeans entubados y un jersey de cuello alto ceñido.

    –¿Sabes que puedo ver a través de la ropa?

    –Felicidades –musitó y satisfecho él comprobó cómo se sonrojaba furiosamente y era ella esta vez la que desviaba la mirada.

    Volvió su vista hacía la puerta, pensando en lo que Byakuya le comunicó en su anterior visita, ¿la azabache sería su perdición?, ¿Kagome haría con él lo que Kikyo hizo con Onigumo?, ¿Se convertiría en estrella y él en marinero? Suspiró frustrado, no estaba acostumbrado a no tener ninguna respuesta a las incógnitas que se realizaba. Él era un titiritero y todos sus marionetas; miró a la azabache y se encontró reflejado en sus ojos achocolatados. Frunció el ceño, en definitiva no estaba acostumbrado a no tener los hilos de la vida de ningún ser inocente ser en sus manos.

    Esa niñita lo observaba como si fuera aquello que deseaba ver, no su persona favorita eso claro estaba, pero si como a aquella persona que esperaba. No había errores, ni mascaras, la azabache sabía perfectamente lo que era, lo que hizo, lo que era capaz de hacer y que podía dormir perfectamente bien. Él no sentía remordimientos, no sentía simpatía por sus víctimas, se divertía viéndolas sufrir, al escuchar sus lamentos, pidiéndole clemencia.

    Sonrió pero esta efímera alegría no le duró, Kagome le sonrió de vuelta y esa simple acción bastó para que él volviera a hundirse en ese hoyo. Ese abismo que abría sus puertas para él una vez al día; Naraku estaba acostumbrado a ello pero su efecto era devastador cuando estaba en compañía de ella. Kagome era luz, iluminaba cada rincón con esa extraña aura que la envolvía, siendo incluso más fastidiosa que Kikyo.

    La chica sonreí ante la adversidad como sí algo bueno fuese a pasar, como si no existiese obscuridad, eso lo desconcertaba, eso no era normal. No le parecía usual el no poder inspirar miedo, a que ante su presencia no salieran corriendo. La miró en busca de una respuesta, ¿Qué era lo que Kagome tenía de especial?, ¿Qué era lo que la hacía inmune a su maldad, a que no le temiera?

    –¿Sabes de que se me acusa?

    –Por supuesto.

    –¿Y no te asusta lo que soy capaz de hacer?

    –Naraku eres un ser humano, no un demonio personificado –sonrió y balanceó su cuerpo al frente, quedando cara a cara –Eres un ser que busca ser aceptado, ¿no es cierto?

    Él gruñó, ¿Cómo se atrevía esa chiquilla insolente a tratarlo de esa manera?, ¿a encararlo como si fuera uno más de esos insectos?, Sonrió ladinamente, ella era divertida en una forma que ignoraba, una en la que era peligrosa, coqueteaba con la muerte y ni siquiera lo notaba. Y si lo hacía fingía muy bien no darse cuenta.

    –Puedo matarte ahora mismo, incluso encadenado como ahora me encuentro.

    –Inténtalo, no te tengo miedo.

    Naraku la miró por largo rato, estudiándola, no era usual que ante una amenaza suya no se encogieran o lo observaran con terror. No estaba acostumbrado a no inspirar miedo, sonrió, hace tanto que no se divertía con ninguna de sus marionetas que Kagome representaba un reto; algo que debía obtener a como diera lugar.

    Con la horquilla que siempre traía consigo forzó las cerraduras de las esposas que lo mantenían inmóvil, no escaparía pues hacerlo ahora mismo sería una estupidez pero si le daría un susto a esa chiquilla insolente. Le enseñaría que no temerle podía ser la peor tontería de su vida y tal vez la última. Cuando escuchó el clic que le anunciaba que la cerradura cedió, sonrió y notó como la chica lo miraba extraño, como si presintiese el peligro; pero era demasiado tarde, Naraku estaba libre.

    Todo pasó a una velocidad vertiginosa, el hombre estaba acostumbrado a trabajar bajo presión por lo que cuando la chica se dio cuenta de lo que ocurría, ya se hallaba en la garras del demonio. Naraku había quitado la estorbosa mesa del medio y jalado la silla en la que la azabache estaba sentada; la tomó en sus brazos y la sentó en su regazo. De la misma manera en la que lo haría con una niña, ella lo observó con los ojos abiertos como platos y por primera vez vio temor en estos, por vez primera la chiquilla entendía lo frágil que era estando en compañía de un ser como él, que sin remordimiento alguno podría terminar con su vida.

    –No cometas la estupidez de subestimarme.

    Le susurró al oído, moviendo los mechones de cabello que le estorbaban, permaneció cerca, tal vez demasiado, aspirando su aroma, yendo al pasado, a aquella celda en la que Kikyo permaneció cautiva, en la que la observó sin poder tocarla, sin poder lastimarla, sin poder hacerla pagar por todo lo que hizo, por haber rechazado a Onigumo. Kagome levantó la mirada, demostrando valentía, incluso asustada como se encontraba, no se rebajaría, no suplicaría. Eso hizo sonreír a Naraku, eso le gustaba, eso hacía diferente a esa chiquilla.

    –¡Levanta las manos lentamente! –le ordenó uno de los tantos insectos que custodiaban la prisión.

    Él lo hizo, no por miedo a que la Beretta de nueve milímetros se disparara, sino porque ya había conseguido lo que quería, ya le había enseñado a esa mocosa quien era él que mandaba. Sonrió al notar como ella se alejaba de él con lentitud, con la ayuda de un guardia y notar como cambiaba su mirada, ya no lo veía como al principio, por lo menos ahora le tenía un poco de respeto. Mientras lo esposaban de nueva cuenta, notó como ella se alejaba y pensó con cierto positivismo que tal vez ya no volvería.

    Lo llevaron hacía el interior de la penitenciaria y las sombras lo tomaron de nuevo.
     
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  10.  
    razon

    razon Usuario común

    Tauro
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    El que ella lo dejara en paz? Que iluso.
    Si es Kagome, no lo dejara ni en sueños x'D (?)
    bueno la verdad es lo mejor que me ha pasado últimamente pues no he tenido muchas notificaciones de las continuaciones de ff que estoy siguiendo. Pero que se le puede hacer? Yo también tengo a algunas/os allí esperando por el mío xD

    Bueno linda, me has alegrado el día.


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  11.  
    marianel alvarez

    marianel alvarez Guest

    esta muy buena
     
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  12.  
    Kikuz-sama

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    Hola chicas, disculpen la demora pero me ha costado un poco de trabajo entrar otra vez en los pensamientos de este singular personaje, mi humor no me habìa ayudado mucho pero ya estoy de regreso. Espero el capitulo sea de su agrado :D

    CAPITULO 3
    “RAZONES”

    –¿Qué has averiguado? –inquirió el titiritero, mirando con cierto fastidio a su mano derecha.

    –Su nombre es Kagome Higurashi, tiene veinte años, su madre murió hace tres años, vive con su abuelo y su hermano. Tuvo una hermana de la cual no se sabe mucho, al parecer es un fantasma, ni su nombre está registrado.

    –¿Algo que me sea de utilidad?

    –¿Cómo quieres que lo sepa si ni siquiera sé porque he tenido que averiguar sobre ella?

    Naraku sonrió y miró de una forma tétrica a su mano derecha, el hombre no se movió ni un milímetro, tal vez porque conocía de antemano lo que le esperaba o por dignidad, fuese lo que fuese fue estúpido, pues antes de que fuera, incluso capaz de realizar algún movimiento para defenderse, se hallaba inconsciente a los pies de Naraku.

    –Inútil.

    Se dio la vuelta y fue a su celda, la información de Byakuya no le servía para nada, a menos que quisiese secuestrar a su hermano o incendiar el lugar en el que vivía, ¿Pero eso en ese momento eso en que lo ayudaba?, Lo que le interesaba saber era el motivo de sus constantes visitas, ¿Con ello que pretendía esa mocosa?

    Por su naturaleza traicionera era incapaz de creer en los actos desinteresados y que fueran meramente por bondad, pero tampoco era capaz de imaginar por qué una mujer como Kagome Higurashi, alguien que a primera vista, no era ni una asesina, ni un narcotraficante. ¿Realmente pretendía salvarlo, a él, un ser peor que el demonio?

    Entró a la celda en la que había habitado los últimos meses y se recostó en el sucio catre, miró el techo y siguió meditando aquello. Era claro que no le temía y eso despertaba en el hombre una curiosidad inusual, ¿Cómo era posible que una ser inocente, no temblara ante la presencia de alguien como Naraku? Todos sabían que él era un ser corrompido y podrido, su alma, si es que tenía una, estaba maldita. ¿Por qué una chica como ella intentaría salvarlo?

    O tal vez no era eso lo que pretendía, Sesshomaru y Koga, los dos agentes que lo encarcelaron juraron asesinarlo, ¿Estarían usando a esa chiquilla para lograr su cometido?, ¿Tan desesperados se hallaban que no encontraban otra forma de hacerlo confesar? Y ¿Tanto era el odio que le tenían que no les importaba exponer a esa mujer?

    Esa tarde bien pudo matarla, pero eso era ensuciarse por primera vez las manos y condenarse, ¿Era eso lo que buscaban? Bufó, estaba cayendo en el juego de esos insectos, ¿Cómo fue posible que sembraran todas aquellas dudas en él? Naraku era el titiritero y ellos unas simples marionetas que bailaban al son que les tocase, incluso el Gran Sesshomaru Tashio y el insufrible Koga Wolf no eran más que unos seres inútiles.

    Cerró los ojos molesto consigo mismo y de inmediato se vio asediado por la imagen de esa niña, tan parecida y al mismo tiempo tan diferente a Kikyo, Kagome era totalmente ajena a lo que este mundo repugnante podía ofrecer, no estaba consciente del daño que Naraku era capaz de causar, ¿Era tan tonta que prefería coquetear tan descaradamente con la muerte antes de alejarse y todo por intentar salvarlo? Eso simple y sencillamente no podía creerlo; ella buscaba algo y él iba a descubrirlo.

    Sonrió ladinamente, seguramente al día siguiente estaría ahí, como era su costumbre, esperándolo y dedicándole esa asquerosa sonrisa pueril. Abrió los ojos y se levantó de la cama, no podía ni quería dormir aún, necesitaba pensar, considerar cada posibilidad que la presencia de esta enigmática mujer representaría, ¿Sería una agente encubierta que utilizaban para hacerlo confesar?, ¿Una asesina a la que le pagaron para darle su merecido?

    Venganza… Justicia, en su opinión eran lo mismo.

    Colocó una mano en la pared y bufó, deseaba salir de esa inmunda cárcel, donde sólo existían insectos que lo servían, nadie que le presentase un reto y mucho menos algo que mereciese la pérdida de su tiempo. Ese lugar estaba lleno de ineptos, hombres de poco cerebro que no supieron mover sus piezas y era una humillación que estuviese en el mismo lugar que ellos; golpeó con fuerza el muro, maldita Kagura, iba a pagárselas, él iba a enseñarle que nadie podía meterse con Naraku y salir indemne.

    Sonrió, tal vez esa mocosa le fuera a ser útil, si quería salvarlo él dejaría que lo hiciera. Kagome Higurashi sería su pase de salida y cuando ya no le sirviera la asesinaría, pero por el momento la soportaría, le haría creer que era inocente y cuando ella creyese ciegamente en él; lo ayudaría a escapar.

    Ella era una oveja ingenua, el un lobo que la devoraría.

    ¿Y les ha parecido?, ¿Lanzaran tomates?
     
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