Una Historia Cruel (kag)

Re: Una Historia Cruel (kag)

vamos vamos!!!!!
ia bastante tiempo.... -.-
y por lo menos ia van tres veces que prometes el epilogo
Tu ultimo post fue hace tres semanas!!!
vamos....
no nos decepciones
somos tus lectores, merecemos un minimo de respeto u.u
cuidate
Kru.

 

Re: Una Historia Cruel (kag)

hola!!!!!!!!!!!! reportandome pero veo que tu no u.u pero ya zabez

que aki te espero seep aunque no lo creas jeje xD ojalá pongas pronto el epílogo tan esperado jeje weno me voe bye te cuidas

 

Re: Una Historia Cruel (kag)

Aunque no lo crean....

dspues d + de cinco meses....

por fin el epilogo.....

disculpen el hecho de no haberla publicado antes, sin embargo me encontraba como con lagunas mentales que no me dejaban terminar... spero q no m odien por prometer tantas veces que llegaría con el final...

lo siento.... excuse me.. please... por favor....

bueno ahora a lo importante... gracias a todas por seguir este fic sacado de mi retorcida mente, spero que el final sea de su agrado... y eso... nunca he seido una xik d muxas palabras....

bueno ahora si....

UNA HISTORIA CRUEL:_ EPILOGO

VI CAPITULO ESPECIAL Y FINAL: SOLO HAY QUE SEGUIR VIVIENDO

Quisiera volver a ver a Kagome, al final ella me devolvió las dos cosas que más quería en este mundo. Gracias a ella estoy viviendo en paz… quisiera verla y por lo menos agradecerle el hecho de haberme devuelto a Kohaku y a su excelencia, perdón Miroku, con vida, ahora los tres estamos viviendo tranquilamente en la aldea de la anciana Kaede guardando las esperanzas de que algún día la veremos con la misma sonrisa que alguna vez llevaba.​

Hace mucho tiempo que no he sabido nada de ella, tampoco de Inuyasha… sólo hablar de él me da rabia… ¡¿cómo se atrevió a tratar así a la pobre?! … tan sólo pensar en todas aquellas palabras que le dijo sin pensar guiado por un sentimiento falso que no lo llevará a ninguna parte, me produce un dolor de cabeza que no me conviene ni a mi ni… a mi hijo… ​

Mi hijo… nunca pensé que estaría así… me hace sentir la mujer más feliz del mundo y que todo aquel sufrimiento que pasamos al estar viajando, para recolectar una joya de la cual hasta ahora no sabemos si está completa, valió la pena… o mejor dicho tuvo su recompensa. Todas aquellas lágrimas que derrame por mi hermanito, todas aquellas batallas que luché al lado de su excelencia… ay Miroku (todavía no me acostumbro) y los demás, todas aquellas trampas puestas por el maldito de Naraku que logramos superar por lo menos para mi fueron una gran fuente de experiencia que más adelante me permitirán continuar con vida y no cometer los mismo errores. ​

Lamentablemente para todos las cosas no fueron iguales. En realidad fue demasiado injusta para la única que realmente merecía un premio, ella que se sacrificaba por todos a pesar de su propia vida, la que siempre se mantuvo firme acompañando a un ser que amaba a otra, la que nunca perdió las esperanzas a pesar de la adversidad, la que siempre estaba allí para entregarnos palabras de aliento… y esa infamia aún no la comprendo.​

Ya se me ha hecho costumbre dirigirme a su tumba, se que está viva a pesar de que un resto de sus cenizas siga siendo adornado por un sepulcro de marfil y gran cantidad de flores que los aldeanos le traen, por eso aquella estructura para mi más que el lugar donde descansa mi amiga representa un altar en el cual puedo dirigirme a orar para que se encuentre bien y algún día logre su objetivo de la mejor forma posible, sin arriesgarse más de lo que ya ha sufrido. ​

Terminada mi oración me levanto para continuar con el día y si es que puedo, ayudar a la anciana Kaede en algún problema que se le presente, pero al llegar a las escaleras veo como va subiendo hacia mi preocupado…​

-no deberías subir estas escaleras… deberías estar descansando –me dice acercándose ​

-vamos Miroku, estoy embarazada no inválida…​

-yo no quiero que vuelva a pasarte nada malo –me toma el rostro, puedo comprobar como aquellos ojos azules mostraban inquietud –no quiero perderte…​

No puedo evitar sonrojarme como siempre, a pesar de todo lo que ha pasado –yo… tampoco –le respondo tímidamente​

-Mi niña –me acaricia el rostro- nunca imaginé ser tan feliz…​

Desvío la mirada, no se porqué lo hago, fue como un acto reflejo, en realidad mi mente no alcanzó a procesar porqué lo hice, sin embargo él ya lo sabía​

-tranquila, se que estas así por lo de la señorita Kagome… y te entiendo​

-lo siento pero es que aún no logro creer en el comportamiento de Inuyasha, como puede estar con la maldita de Kikyou a pesar de todo lo que hizo…​

-supongo que porque está enamorado​

-ese no es motivo suficiente​

-para alguien como él debe serlo… aunque –se coloca pensativo​

-¿aunque qué? –No me responde- anda dime…​

-lo que pasa es que las últimas veces que Inuyasha y la señorita Kikyou vinieron a visitar a la anciana Kaede, el comportamiento de él fue muy raro…​

-no me di cuenta de nada… ¿a qué te refieres con raro? ​

-es que se encontraba más pensativo de lo normal, y se fastidiaba cada vez que la señorita Kikyou le hablaba​

-tal vez por fin recapacitó…​

-no… no creo es…​

De repente se tomó su mano derecha con señales de dolor. Me asusto mucho, no se que hacer en esta situación, comienza a sudar y a quejarse; por lo que comencé a gritar para ver si alguien corría a ayudarnos… no podía ser, ¿por qué tiene que estar pasando esto ahora? Pero ¿qué es lo que pasa?... ¿qué? ​

-Sango… -me dijo agitadamente​

-dime… -digo asustada​

-por… favor vete de aquí… aléjate lo más que puedas​

-¡no!… es tu agujero ¿no es así?​

-no sigas acá… debes irte​

-no, no te voy a dejar solo –las lagrimas empiezan a correr por mi rostro ​

-vete… la maldición de mi mano acabará… no soportaría la idea de absorberte junto con nuestro hijo​

-no digas eso… no lo harás –le tomo la mano- eso no pasará… ​

-Sango… sabía que algún día esto iba a ocurrir –seca mis lagrimas con su mano izquierda- no me hagas esto más difícil… -me besa fugazmente- te amo…​

-yo igual… yo igual…​

Algo esta cambando, ya no esta sudando de dolor, al contrario siento como empieza a irradiar alegría para todos lados, lo cual me desconcierta a tal punto que no logro saber si está cuerdo o al borde de la locura. Sin embargo se levanta y me abraza fuertemente​

-Ya no lo siento…. ¡ya no lo siento!​

-¿a qué te refieres? ¿Qué es lo que no sientes? –le pregunto asustada​

-el agujero negro… -​

-o sea que….​

-¡desapareció!.... ​

Lágrimas de felicidad cayeron por mi rostro. Realmente ese era la única atadura que impedía nuestra felicidad, ya que existía sólo una forma de que esto estuviera pasando… alguien había acabado con Naraku. Por fin, ese maldito está pudriéndose en el fuego del infierno y ya no le causará más daño a ninguna alma inocente. Ambos estamos pasmados de felicidad, mirándonos directamente tratando de comprobar si esto no es un sueño y realmente no lo es…. ¡no lo es! ​

Sigue pasando el tiempo pero no nos cansamos de estar así, hasta que tras una suave brisa me toma el rostro y me besa. El roce de nuestros labios es algo que no quisiera que nunca se acabara, es una sensación que me hace revolver el estómago y erizar mi piel, pero no somos seres sobrenaturales y necesitamos aire para sobrevivir por lo que lamentablemente debemos separarnos.​

El día pasó rápido. Nos dimos la gran cena para celebrar que por fin el objetivo que como grupo nos habíamos planteado estaba resuelto a pesar de que ya no estuviéramos juntos. En realidad me molestaba un poco que las cosas no ocurrieran como deseaba, no puedo negarlo tenía ansias de estrujar a ese maldito entre mis propias manos para poder vengar la muerte de mi padre y el resto de mis amigos de la aldea de los exterminadores y además hacerlo pagar por todas las atrocidades que le hizo realizar a Kohaku, pero ese no era motivo para no dar gracias por lo que estaba pasando. ​

Tengo muchas ganas de ir a orar a la tumba de Kagome, pero ya es tarde y no creo que Miroku me deje. Desde que volvió ha vigilado cada uno de mis movimientos para que no haga ningún esfuerzo y si no está él es mi hermano, ambos están ilusionados con la idea de que tendré un bebe, ya mi barriga ha crecido mucho, parece como si me hubiera tragado una sandía entera y esta se hubiera quedado en mi estómago atrapada, pero verme así provoca que mis labios se arqueen en forma de sonrisa​

Es hora de dormir y nos acomodamos en la habitación para poder hacerlo. La anciana Kaede nos ofreció este lugar, es pequeño pero muy acogedor y eso es lo más importante. Él se acostó primero mirando hacia el techo con su mano derecha frente a él, estoy segura que aún no puede creer lo que pasa. Me recuesto a su lado, observándolo detenidamente con una expresión alegre. Observa mi rostro y sonríe, se está dando vuelta… ahora estamos frente a frente.​

-estoy seguro que falta poco para que nazca –me dijo posando su mano sobre mi vientre​

- ¿cómo puedes estar seguro de eso?​

-mi amor, soy monje, lo presiento…​

-ay si… tu y tus poderes espirituales… entonces adivina si será niño o niña​

-prefiero no hacerlo… lo único que me interesa es que tenga tus hermosos ojos​

Me acerco más a él para acomodar mi rostro en su pecho, cierro los ojos sintiendo los latidos de su corazón y su respiración calmada.​

-y usted mi niña… -comienza a acariciarme el cabello- ¿qué preferirías?...​

-lo único que quiero es que no sufra tanto como…​

Algo nos interrumpe, no puedo continuar conversando tan amenamente con él. Trato de cubrirme con las pocas sábanas ya que el frío se me esta adhiriendo al cuerpo. Miroku se levanta para ver lo que pasa… es Kohaku… parece asustado…​

-¿qué ocurre? –pregunta Miroku…​

-vengan rápido…​

Se queda afuera mientras nosotros nos vestimos. Apenas pude tomar la parte rosa de mi kimono, sin embargo él ya estaba totalmente cambiado, incluso con el báculo en la mano…​

-creo que lo más conveniente es que te quedes aquí…​

-no quiero, mi hermano está muy preocupado. Quiero ver lo que pasa…​

Suspira –contigo no puedo discutir… vamos​

Me toma de la mano y salimos juntos al exterior. Esto es algo asombroso… millones de luces parecen estar danzando entremedio del bosque, si no me equivoco están muy cerca del Goshimboku… no… no puede ser… ¡Kagome!... estoy segura que esto tiene que ver con ella…. Tengo un mal presentimiento, percibo como la angustia se apodera de mí… pero… menos mal que alguien me saca de este mar de malos pensamientos, tan sólo apoyando su mano en mi hombro…​

-hermana… quédate aquí…​

-y tu… Kohaku… ¿qué vas a hacer?​

-iré a investigar con el monje Miroku…​

-pero…​

Miroku se me acerca, queda frente de mi sujetándome de los hombros y observándome tiernamente –según la anciana Kaede esos destellos son muy poderosos como para pasar inadvertidos… por favor quédate aquí… prometo que cuidaré a tu hermano…​

Me costó reaccionar, yo no podía… no debía ir… no me perdonaría la idea de que por mis estupideces y ansias de aventura a mi hijo le pasara algo malo, por lo que hice caso y esperé y esperé toda esta noche, pero aún no hay noticias​

Me encuentro nerviosa… camino de un lado a otro sólo para calmarme, pero parece que ni siquiera eso sirve, la anciana Kaede está a mi lado… estoy segura que me habla sin embargo no la escucho, mejor dicho no tengo ganas de oír lo que ella me dice, sólo quiero que esta espera termine de una vez. ​

De repente mi acompañante se coloca de pie súbitamente…​

-llegaron…​

-¿qué?....​

Y tiene razón, los rugidos de Kirara se sienten desde el exterior. Tengo miedo, miedo a salir y descubrir nuevamente el cadáver de Kagome, no… me mataría la idea de verla muerta otra vez, no obstante ese temor no impide que las cosas sucedan y eso es lo que está ocurriendo. Veo como Inuyasha entra desesperado con ella entre sus brazos, totalmente ensangrentada e inconsciente… no…. La pesadilla se vuelve a repetir… ¡no!...​

​

Todavía recuerdo como me desmaye al verla en ese estado tan agobiante y como a la mañana siguiente abrí los ojos lentamente, pensando que tal vez estaba soñando o mejor dicho estaba siendo torturada por un mal sueño. En aquella ocasión sólo Kirara me cuidaba, mis otros dos vigilantes se encontraban haciendo cosas más importantes que atender la pérdida de conciencia de una mujer embarazada.​

Salí de la cabaña acompañada de mi mascota, extrañándome el hecho de que ya no maullara alegremente tan sólo suspiraba angustiada, en todo caso en ese momento la única idea que se me vino a la cabeza fue el hecho de que se mantuvo a mi lado toda la noche, lo cual es motivo más que suficiente para reclamarle a las horas un tiempo para recuperarse​

Cada vez me iba acercando más a la cabaña de la anciana Kaede y no había rastros de Miroku o Kohaku… eso era raro, cada mañana siempre los encontraba en el jardín de hierbas medicinales que tiene a las afueras de su hogar hablando de cualquier cosa… desde el clima del día hasta la inmortalidad del cangrejo…. No se como a Kohaku le interesa conversar sobre eso, siendo que era tan tímido… todas las travesías que cruzamos hicieron que su carácter cambiara totalmente y madurara más de lo que era… ​

Tuve un escalofrío al abrir la puerta, mi mente sufría una lucha interna para tratar de establecer si aquella imagen que me perturbaba era verdad o mentira, así que temerosa proseguí descubriendo lo que me mantenía en ese estado. ​

-Sango –me dijo Inuyasha con un tono de voz acongojado, Kagome se encontraba frente a él tendida sobre una cama, inconsciente, con el rostro más pálido de lo normal –no te vayas a desmayar de nuevo​

“¿desmayo?... o sea que lo que vi… era verdad… pero… pero” pensaba, ya que las palabras no lograban escapar de mis labios sellados. Logré percibir como mi cara tomaba una expresión de espanto, la cual el hanyou no observaba debido a que mantenía su vista clavada en los pocos signos vitales de “su chica”. De repente alguien me sujeta el hombro, logrando que reaccionara hacia la realidad​

-Por fin despertaste niña… -me dijo la anciana Kaede, quien cargaba unas hierbas medicinales​

Sólo conseguí asentir con la cabeza, porque nuevamente mis ojos se clavaron en el cuerpo de mi amiga​

-¿qué le pasó? –pregunté​

Después de un largo silencio Inuyasha decidió responderme, sin atreverse a verme de frente –la encontré en el pozo devorador de huesos, toda ensangrentada y moribunda, al preguntarle quien le hizo esto me respondió que fue Naraku…​

-No de nuevo… maldito idiota mal nacido… donde está?​

-No creo que sea conveniente para tu hijo que te comportes así… por favor déjame terminar​

-esta bien –le dije molesta​

-al escuchar esto me comporté igual que tu pero me dijo que ella lo derrotó…​

-o sea que ella, pudo hacerlo… sola…. ¡por eso Miroku ya no tiene la maldición!​

-exacto….​

Volvió a guardar silencio, estaba segura que lo lastimaba la idea de que ella no volviera a despertar más​

-¿cómo está ahora?​

- tenía heridas muy profundas…–dijo la anciana- gracias a Dios estas han ido curándose rápidamente, pero aún no despierta​

-o sea que sólo hay que esperar… ella es fuerte… estoy segura que despertará​

-sólo hay que tener fe… no nos queda nada más que eso​

Aquel día intenté ayudar a la anciana Kaede en todo lo que pude, al rato después llegaron Miroku y Kohaku con un montón de hierbas bajo el brazo y kirara detrás de ellos. Como siempre ambos me fastidiaron a cada rato con la idea de que era mejor que descansara, en algunas ocasiones les hice caso, pero en otras no… estos realmente creían que estaba inválida y esa opinión me colmaba la paciencia. Pero no debería perder los estribos, no en el estado en que Kagome se encontraba.​

Nuevamente llegó la noche y ella no conseguía moverse, era desesperante estar todas esas horas viendo un cuerpo inmóvil que a pesar de no emitir ningún gesto no era un cadáver… apenas y la pobre conseguía respirar, por lo menos eso era un alivio para todos. Estaba agotada de estar alerta observándola… el sueño estaba a punto de derrotarme, había bostezado varias veces, incluso involuntariamente y sin darme cuenta, por lo que Miroku y mi hermano se disculparon ante la anciana Kaede, para a continuación salir del lugar dejando a Inuyasha y la anciana al cuidado de Kagome.​

Kohaku nos acompañó hasta la mitad del camino para dirigirse al sitio donde dormía. Al llegar a nuestra cabaña nos cambiamos ropa y nos recostamos de la misma forma que cada noche, el mirando al techo y yo recostada en su pecho. Respiraba tranquilamente, tratando de guardar calma para que yo no me desesperara, aún así estaba preocupada…​

-¿qué… qué crees que pasará ahora? –le pregunte ​

-honestamente pienso… -suspira- que cuando la señorita Kagome se recupere por completo ambos deben solucionar su situación… tu conoces como es su corazón… estoy seguro que a pesar de todo ella lo perdonará​

-pero…. Él no lo merece… en todo caso llegó muy cambiada… era fría con todo, no creo que así logre perdonarlo​

-no nos queda otra cosa que esperar y esperar… y otra cosa señorita….​

-¿qué pasa? –cada vez que me trata así siento que me va a decir algo malo y esta no era la excepción​

-ni se te ocurra entrometerte​

-pero… pero​

-nada de peros… no le digas nada ni a Inuyasha ni a Kagome. Lo mejor es que estos problemas se solucionen de a dos y no mas… ¿entendido?​

-si… ​

-así me gusta –me sonrió- buenas noches​

Y con un beso dulce y tierno ambos quedamos atrapados por los brazos de Morfeo… hasta que llegó la mañana siguiente​

-Sango… ​

Sentía que alguien me llamaba a pesar de eso no podía abrir los ojos, sólo sentía como mis manos exigían horas más de sueño con torpes movimientos, que eran suavemente tranquilizadas por los cariños de mi protector, quien prácticamente me tomo en brazos y, obligándome a levantarme, me llevó a la cabaña en donde todas nuestras esperanzas aguardaban que la persona allí dormida despertara. ​

Es sencillo darse cuenta que de un instante a otro todas las opiniones y todas los tratos hechos a otros pueden cambiar por el simple hecho de descubrir que lo que tanto ansiabas se convertía en realidad. Ahí estaba… por fin Kagome había despertado, lo cual me causaba una satisfacción desbordante que encontró su caminó para salir a través de un tierno abrazo en el que ambas quedamos inmersas, sin embargo a la vez comencé a sentir un… no se si llamarlo odio, aún así era un sentimiento negativo a Inuyasha acompañado de unas ganas enormes de contarle todo lo que él le había causado a pesar de que hacía pocos segundos le había prometido ese ser especial para mí que no me entrometería.​

-por fin has despertado, que alegría… -estaba al borde de un arranque emocional impresionante: colocarme a llorar para expresarle toda la dicha que sentía en ese momento​

-ya no se tendrán que preocupar más por mí….-me lanzó una de esas cálidas sonrisas de siempre, definitivamente había vuelto a ser la de antes.. lo que más me intrigaba era ¿cómo?. Antes de continuar lanza un suspiro –Vaya, el monje Miroku y Kohaku también están aquí, eso significa que tu familia está completa Sango​

-bueno…- que tonta, aún no podía dejar de sonrojarme​

-no del todo señorita Kagome- Miroku me toma la barriga- Aún nos falta un integrante…​

-ehh… vaya ¡qué alegría!... pero ¿cómo pasó esto? ¿tan rápido?​

-¿rápido?​

-me voy por menos de una semana y miren lo que me encuentro: Kohaku vivo y a ti a punto de dar a luz… y otra cosa… ¿dónde está Shippou?, se supone que lo habíamos dejado acá la última vez​

¿Qué pasó aquí?... me quedé colgada, ¿cómo que una semana? ¿Cómo que encontrarse a Kohaku vivo si ella fue quien lo ayudó? ¿Cómo que a punto de dar a luz si ella ya me lo había preguntado hace tiempo?, y lo de Shippou… bueno eso era lo más racional que pudo haber preguntado en relación al pequeño zorrito. ​

Algo raro había pasado aquí y eso no me agradaba para nada. Observé a Inuyasha como cabizbajo tenía una cara de angustia, como intentando explicar algo incomprensible para nosotros, se nota que esto tiene relación con él, así que intenté disipar mis dudas preguntándole, pero antes de que saliera de mi boca algún sonido, él ya había hablado​

-muchachos me dejan a solas con Kagome-estuve a punto de protestar cuando me dijo –por favor​

-está bien-exclamó Miroku sosteniendo, o mejor dicho sacándome a la fuerza (aunque no se notara) pues mi cuerpo no tenía intenciones de irse de allí.​

Ya una vez fuera de la cabaña la curiosidad me carcomía por dentro, no hallaba la forma de zafarme del abrazo de Miroku como para ir a espiar y averiguar que era lo que había ocurrido, el que Kagome haya vuelto me alegraba no obstante el hecho que haya perdido la memoria así como así era una intriga que debía disipar.​

-¿qué habrá pasado con la perla? –oí que decía mi hermano mientras jugueteaba con kirara​

-Kohaku tiene razón-exclamó la anciana Kaede- si Kagome derrotó a Naraku, la perla la debería tener ella, pero no se siente ninguna presencia poderosa en su cuerpo, no creo que la haya perdido…​

-yo tampoco.. tal vez…​

Así Miroku empezó a exponer una teoría un tanto rara acerca de la creación de la perla y otras cosas que no vale la pena mencionar, si al final sólo estaba malgastando palabras sin necesidad. Se encontraba tan concentrado en convencer o persuadir a la anciana Kaede y Kohaku, quienes le escuchaban atentamente, que aproveché ese instante para escapar y dirigirme a la cabaña. No importaban el resto de las hipótesis en relación a la desaparición de esa valiosa joya pues todas tenían un denominador común: Inuyasha, él tuvo que ver en eso…​

Al llegar al lugar me escondí entre la pared de la cabaña y un árbol cuya majestuosidad era parecida a la del Goshimboku, así el aroma de esa especie disiparía el mío y al hanyou le costaría más darse cuenta que me encontraba allí, así comencé a escuchar atentamente​

-O sea que todo eso era… verdad-dijo Kagome​

-lamentablemente sí- exclamó Inuyasha ¿tristemente? –te prometo, que nunca me hubiera gustado que tuvieras que pasar por eso​

-aunque hay una parte que aún no me queda clara​

-¿cuál?​

-¿usaste la perla para borrarme la memoria?​

-algo así…​

-¿cómo que algo así?​

-el deseo que yo pedí fue quitarte todo el dolor que habías pasado, al parecer la perla hizo lo demás​

-¿por qué lo hiciste? la idea no era esa, deberíamos haberla destruido…​

-igual se destruyó… además no hubiera soportado que me odiaras por el resto de tu vida por todo lo que te hice​

-Inuyasha…​

-Kagome lo más importante para mí ahora es que estés con vida, así te puedo pedir perdón​

-no es necesario que lo hagas​

-¡si lo es! Nunca debí haber sido tan torpe como para dejarme influenciar así y causarte todo ese sufrimiento… por favor perdóname…​

-ya tranquilo… ​

Que pena no poder estar en primera fila para observar lo que estaba ocurriendo, ya no podía culpar a Inuyasha, pues su voz se oía tan quebrantada que parecía estar llorando en los brazos de Kagome, con eso la suposición de que estaba arrepentido logró caberme en la cabeza… Supongo que después tendré que pedirle las explicaciones correspondientes del porqué se encontraba besando a Kikyou en el funeral de Kagome, en este momento prefiero no seguirlos interrumpiendo.​

Si bien no he visto a Kagome en el resto del día estoy confiada de que ella se encontrará bien pues Inuyasha la está cuidando. Por ahora, y contra las reglas que mis dos sobre protectores me impusieron, estoy recogiendo algunas hierbas medicinales para el arsenal de la anciana Kaede y de Kagome. No hace ni mucho calor no mucho frío así que no veo porque esto puede ser algo que dañe a mi hijo​

-no se supone que tu marido te tiene prohibido hacer esas cosas- escucho una alegre voz detrás de mí​

-todavía no tengo marido…​

-porque tu no has querido –me volteo y me siento en un tronco cerca del lugar, ella queda frente a mi –según lo que estuve conversando con el monje Miroku, desde hace tiempo ha querido tenerte como esposa oficial​

-es… que después de todo lo sucedido como que eso dejó de tener importancia​

-ya no importa- me sonríe –total ahora van a ser padres así que creo que como ya él te ha demostrado que te será fiel deberías reconsiderar la propuesta​

-prefiero esperar a que nazca nuestro hijo…​

-¡que lindo suena eso de tus labios Sango!, nunca pensé estar tan alegre…​

-¿en serio te sientes feliz? ¿A pesar de todo lo que pasó?​

-sabes… -se sienta a mi lado en el tronco y se pone pensativa-siento como si todo lo que pasé fue una pesadilla, pues se que pasó pero no me siento mal por eso, como si fuera algo sin importancia además creo que mi otro yo fue encerrado en alguna parte de mi corazón en donde espero que no salga​

-¿tu otro yo?​

-si, aquella Kagome que sufrió todo eso, está en alguna parte de mí pero no puede salir​

-¿cómo fue eso?​

-Gracias a la perla​

-¿la perla?- me pongo nerviosa, no quiero que descubra que los estaba espiando​

-no te hagas la desentendida, si se que estabas en la cabaña justo en esa parte de la conversación con Inuyasha​

-¿cómo te diste cuenta?​

Lanza un suspiro –cuando Enyu me revivió…o revivió a la otra Kagome… en fin… cuando lo hizo adquirí nuevas habilidades, como curar más fácil a la gente y sentir presencias y algo así como las almas de los demás, y otras que no recuerdo. Entonces mientras hablaba con Inuyasha me di cuenta de que te acercabas​

-lo siento pero no me pude contener​

-da lo mismo –sonrió –ya todos podremos seguir viviendo tranquilos​

-¿eso significa que te quedarás a vivir acá? –no puedo ocultar lo alegre que me hace sentir esto​

-bueno… no del todo… ​

-¿entonces qué harás?​

-primero sacar ese maldito hueso que le puso Naraku al pozo, después arreglar la cosas en mi mundo y así podré volver a esta época más tranquila…​

-¿para siempre?​

-nooo…. Andaré de época en época… no quiero dejarlos a ustedes, pero tampoco puedo abandonar a mi familia, no se que haría si no los puedo volver a ver​

-entiendo… ¿inuyasha que dijo?​

-pues nada… sabes que no es muy expresivo para sus cosas, pero después de todo lo que me dijo creo que podremos estar juntos​

-y tal vez darme un sobrino…​

-no Sango… todavía no… mi madre me mataría…​

No se porqué estoy riendo tan efusivamente, que se contagia y sigue mi acción, creo que es una forma de demostrar lo feliz que estoy, al igual que ella no puedo parar, es un alivio poder saber que ella vuelve a sonreír así después de todas las lágrimas que ha derramado..​

-sabes creo que será niña​

-¿cómo puedes saber eso?​

-puro instinto mi amiga… puro instinto​

-ya mejor ayúdame, que está haciendo frío​

Me toma los brazos y me da un leve impulso para levantarme, juntas vamos hacia la cabaña de la anciana Kaede, conversando cosas triviales, al igual que lo hacíamos antes. Cuando nos falta poco para llegar, vemos como Inuyasha y Miroku se encuentran esperándonos con una cara de querer regañarnos mucho. Miroku se acerca a mi, me toma por la cintura y comienza a hablarme y háblame de que no podía hacer eso pues podía hacerle daño al bebé. A lo que yo me encuentro haciendo oídos sordos, pues me enfoco en la pobre Kagome que tiene que oír como si nada los alegatos de Inuyasha quien creo que le está diciendo que como se le podía ocurrir salir así si recién se estaba despertando, que nunca la dejaría sola con tal de mantenerla encerrada hasta que se recuperara y cosas así.​

Ya no me cabía duda, mi niño/a nacería bien, algún día estaría casada con Miroku, por fin estaría con kohaku sin ninguna preocupación y lo último y más importante Inuyasha amaba a Kagome más que a su propia vida, definitivamente serán felices para siempre.​

P.D: publique el epilogo entero, al parecer la 1º parte ya la habia puesto, pero igual sirve no es malo colocarla ni leerla otra vez....

ahora me despido...
no se si para siempre....

q stn bn

xau...

 

Re: Una Historia Cruel (kag)

hooola!!!!
a mi siempre me encanta leer lo que escribes
ya sabes el maestro le enseña al joven aprendiz
animo!! escribe muxos mas
tendras una fiel lectora


te kere tu prima
isa

 

Re: Una Historia Cruel (kag)

estrella llorar este fic me encanto
felicidades amiga te quedo super
nunca habia posteado en tu fic y no
me acuerdo por que pero ahora q lo he leido todo otraves
meentraron las ganas de postertelo
por que es un muy buen fic
felicidades por tu fic te quedo super llorar
me despido y espero tu proximo fic anciosa suerte bye mariposa estrella

 

Re: Una Historia Cruel (kag)

gracias x leer el epilogo
q genial q les haya agradado el final...
es q rela% no qria q sta historia trminara d forma trist
y x eso no tnia tiempo cm pa conectar y darle un final memorable
y creo q lo cnsegui
q stn bn
xau