Long-fic de Inuyasha - Un viaje al pasado

Re: Un viaje al pasado

Capitulo 38

Kikyo se encontraba en aquella cueva, estaba rodeada con púas de diamante sabia que si movía un músculo podría cortarse. Yuru le había quitado su espada, le era imposible escapar mientras el la vigilara. Naraku entro al lugar, con esa sonrisa cínica que mostraba siempre en su rostro, se acerco a Kikyo y le sujeto la barbilla.

-Si no me das tu fragmento, Sesshomaru será el primero en morir-le amenazó soltándola y levantándose.
-¿No será, que tu me tienes miedo?-Le pregunto desafiante, lo que izo que el se volteara-Estas tan asustado.-Dice riendo levemente-¿Crees que me importa, lo que le suceda?-Pregunta poniendo una mirada inexpresiva en su rostro.
-Kikyo, se muy bien que estas enamorada de el,-los ojos de la joven se abrieron de repente-dudo que quieras que el muera.-Exclama yéndose.

Cuando Kikyo estuvo segura de que se había ido, observó a Yuru a espaldas de ella, sentado de piernas cruzadas, con su espada entre sus brazos. Tenia que escapar a toda costa.

Cortó un trozo de diamante y se deslizo por las púas hasta llegar a Yuru, subió su brazo para golpear al pequeño niño, pero algo en su interior izó que se paralizara logrando que cayera al suelo. Yuru se levanto sonriendo maliciosamente.

-Veo que el veneno, que te inyectamos, funciona-, exclamo el pequeño-toma dudo que puedas atacar a alguien-le dice tirando la espada enfrente de ella y yéndose.
-Malditos-. Pensó tratando de estirarse para tomar el arma.

Sesshomaru buscaba a Kikyo, pero al mismo tiempo se preguntaba ¿Por qué lo hacia? Y pronto recordó las palabras de su padre.

¿Tienes alguien a quien proteger?

En ese momento, el rostro de Lin se apareció en su mente, pero también el de otra persona. El rostro de aquella joven, de esa sacerdotisa de mirada cautivadora. En el tiempo en que había estado a su lado, le había tomado cariña a ella, pero este cariña no era el mismo que sentía por Lin, era algo diferente.

Paró en seco ¿Acaso sentía algo por la sacerdotisa?

________________Flash Back_______________________________

Vino a su mente el día en que la abrazo, la joven estaba muy triste, recordó sentir el olor de Inuyasha cerca de ella. El pensó que ella estaba así porque Inuyasha la había dejado allí.

Sintió un rencor mas profundo hacia su medio hermano del que nunca había sentido, se había olvidado en ese instante lo de la espada que no pudo tener, solo la observo caminando como un león enjaulado. Se acercó lentamente a ella, mas cerca de lo que el hubiera imaginado, pudo ver como se caía sobre el, la rodeo con sus brazos, pero ¿Qué hacia el abrazándola? ¿Qué le impulsaba a hacer eso?
_______________________Fin del Flash Back________________

Inuyasha y los demás seguían buscando a Kikyo, pero Byakuya se apareció al frente de ellos.
-Byakuya ¿Qué haces aquí?-Le exigió Inuyasha, desenfundando su espada.
-Naraku, me ordeno no dejarlos seguir-. Les informó sacando su flor de loto de su kimono.

Miles de monstruos en forma de serpiente, se avanzaron contra ellos atacándolos. Aome tiraba sus flechas contra ellos y los demás atacaban con sus armas, pero solo los traspasaban.
-¡No los ataquen, recuerden que no son reales!-Exclamo Miroku golpeándolos con su báculo.

Sango, Miroku y Kohaku se subieron de nuevo a Kirara, mientras que Inuyasha subió a Aome sobre su espalda, ignorando a Byakuya por completo.
-Creo que no le gustara esto a Naraku-. Pensó el joven sobre su gruya de papel.

En aquella cueva, Naraku tenía en brazos a Kikyo, aunque ella tuviera su espada en su mano derecha le era imposible atacarlo, ya que el la tenia rodeada por sus tentáculos de diamante.

-Sesshomaru, por favor no vengas-, pensaba la joven en los brazos de su peor enemigo-no soportaría que alguien mas muera-. Una pequeña lagrima se escapo de sus ojos, era de nuevo su peor pesadilla. La persona que amaba iba a morir por su culpa y la de perla de Shikon.

Sesshomaru había llegado a la cueva rodeada de diamante, se veía por todos lados, a esa piedra preciosa y en el fondo el pudo divisar a Naraku. El desenfundo a colmillo sagrado.
-Sesshomaru no creo, que quiera enviar a Kikyo junto conmigo al inframundo-. Le dice Naraku desde su escudo.
-Por favor, vete-. Rogó en su mente la sacerdotisa.

Los diamantes, empezaron a moverse por su cuenta siguiéndolo, no se podía ver con claridad donde estaba Naraku. Kikyo trataba de moverse, pero los brazos de Naraku la tenían aprisionada.

Cada ves más agujeros, se formaban en la cueva enviando aquellos diamantes al inframundo. Por un momento el se distrajo y una lanza de diamante le atravesó su estomago, pero aun así seguía peleando. Ya no era el orgullo lo que lo impulsaba sino el deseo de proteger a Kikyo. Observo la cara de la joven, repleta de preocupación, su cuerpo rodeado por los diamantes.

Un viento cortante, fue directo hacia Naraku, pero era difícil traspasar su armadura.
-¡Naraku!-Grito Inuyasha corriendo con Aome en su espalda.
-Hmm, Inuyasha no creo que quieras atacarla-. Dice poniendo a Kikyo delate de el.
-No me queda mas ¡Usare el agujero negro!-Exclamo Miroku sacando el collar.
-¡Detenlo Sango, morirá si lo usa!-Grito Kikyo con un hilo de vos.

Sango se acerco a Miroku y le sostuvo la muñeca para que no se quitara el rosario.
-Deténgase excelencia-. Le rogó Sango.

Trataban de atacar a Naraku con todo lo que podían, pero les era imposible y con Kikyo en sus brazos era más difícil lograr hacerle daño a Naraku sin hacerle daño a ella. Kikyo trataba por todos los medios mover su brazo derecho.
-Acéptalo Kikyo, nunca podrás derrotarme, estas demasiado débil como para poder purificar tu fragmento-. Al decir esto Naraku saco uno de sus tentáculos perforando el pecho de la muchacha.

Un grito de dolor salio de los labios de la sacerdotisa, al escuchar eso los ojos de Sesshomaru se tornaron rojos, pero cuando se iba a acercar a Naraku. El rostro de cobarde demonio se crispo de dolor, la espada de Kikyo lo había atravesado, el tomo por el cuello a la chica hiriéndola mas de lo que estaba.

-Maldita, te quisiste pasar de lista-. Gruño Naraku apretando más su cuello.
-Eres un idiota… creí que te habías… percatado-Dijo Kikyo con la vos entrecortada y mostrando una pequeña sonrisa en sus labios.
-Maldita…-Los ojos de Naraku se abrieron como platos, Kikyo tenis la perla de Shikon en su mano derecha.
-Pagaras por todo lo que hiciste-. Exclamo la sacerdotisa, ella apretó con sus manos y un brillo enceguecedor color rosa claro salio de la joya. No se podía ver absolutamente nada más que ese brillo.

Al desaparecer esa hermosa luz, el demonio y la sacerdotisa habian desaparecido.
-Kikyo-. Susurro Aome.

 

Re: Un viaje al pasado

Bueno les traigo otro largo ya que estoy resiebiendo amenazas jajajajajaja

Capitulo 39

Solo existía el silencio, aquellos seres que habían perseguido a Naraku por tanto se quedaron enmudecidos cuando vieron a ese demonio cobarde y la joven sacerdotisa desaparecer en un as de luz rosa.

Aome pensó que iba a morir en ese momento, pero cuando abrió los ojos toda la cueva había desaparecido, en su lugar solo había quedado un hermoso claro.

-¿Qué fue lo que sucedió?-Pregunto Shipoo confundido.
-No lo se-respondió Miroku, quien abrió sus ojos como plato cuando vio que el agujero de su mano se estaba serrando.

Todos yacían en el suelo, conmocionados por lo sucedido, ecepto por Sesshomaru, quien estaba parado de espaldas a unos metros de ellos. Aquel bello prado tenía un césped verde vivo, cubierto por flores campanilla color azul, esa cueva llena veneno y púas de diamantes ya no estaba, sino ese hermoso jardín, pero con la cueva había desaparecido Kikyo.

-El agujero se cerró,-susurro Miroku aun conmocionado-significa…
-Significa que Naraku… fue destruido-. Continuo Inuyasha bajando su mirada-Pero ¿En donde esta Kikyo?, este olor a flores no me deja percibir nada.-Pensó mientras miraba por todos lados.

Aome observo la mirada de Inuyasha, luego miro por todos lados, Sango, Kohaku y Kirara estaban inconscientes, Miroku y Shipoo se habían levantado, pero aun muy confundidos.
Lo ultimo que había visto antes de desmayarse, había sido a la sacerdotisa tomada del cuello por Naraku, pero el tampoco estaba ahí.

Se levanto rápidamente, pudo observar a Sesshomaru, el estaba ahí parado sin moverse.
-Inuyasha, hay que buscarla,-dijo empezando a caminar-ella no puede estar lejos. Monje Miroku, Shipoo por favor quédense con Sango, Kohaku y Kirara.-Les dijo mirando al frente.
-Si.-Asintió Miroku.
-Espero que encuentren a Kikyo.-Dice Shipoo tomando a Kirara en sus pequeños brazos.

Inuyasha sin decir nada subió a Aome en su espalda, Sesshomaru giro la vista, vio como su medio hermano se alejaba con aquella chica extraña en su espalda. Cuando estuvo apunto de alejarse ahí, percibió un olor muy familiar.

Era de nuevo ese olor a cerezos blancos mezclado con sangre, el enojo inundo de nuevo su mente, de inmediato salio de aquel claro sin decir palabra alguna.

Los árboles que se interponían en su camino, eran esquivados con facilidad, siguió ese rastro hasta ver la figura de Inuyasha y Aome congelados delante de un árbol.

Aome tenia sus manos entre su rostro e Inuyasha no se movían de donde estaba. ¿Qué era aquello que los había sorprendido? Cuando se acerco lo suficiente, pudo ver el cuerpo inerte de Kikyo en el suelo.

Lo poco que quedaba de la parte de arriba del kimono y la armadura de la joven estaba echo pedazos, se podía ver múltiples cortes en su brazo derecho, que seguramente se había echo cuando saco la perla del interior de Naraku. Y uno muy grande en el centro de su pecho.

Sesshomaru seguía con su rostro completamente inexpresivo, pero en su corazón había un sentimiento que el desconocía. ¿Acaso era dolor lo que sentía? Paresia ser el mismo sentimiento que había sentido cuando Lin murió en el inframundo. Con su agudo oído, pudo oír como los latidos del corazón de Kikyo se detenían… se alejo de ahí lentamente, no podía seguir allí, no podía permitir que su corazón lo domara.

Los ojos de Aome, no paraban de derramar lágrimas e Inuyasha no podía mover ni un solo músculo, otra vez Kikyo estaba muerta, otra vez se había… sacrificado.

-Tenemos que ayudarla Inuyasha-. Exclamo Aome sollozando acercándose a Kikyo.
-Es… pera Aome.-Susurro Inuyasha, lo que izo que Aome se volteara a mirarlo. El subió la cabeza con su rostro lleno tristeza la ladeo, ya que también había escuchado lo que su hermano.

Pero, ellos no sabían que el alma de la muchacha seguía con vida, conectada a aquel collar que brillaba en su pecho.

En la mente de Kikyo, ella se encontraba en un prado vacío, como en la nada. Pero al mirar por todas partes pudo divisar un árbol y ahí yacía aquel demonio que amaba, el estaba con una gran herida en su estomago. Los ojos se le llenaron de lagrimas y no espero para correr hacia el con sus manos volviéndose azul celeste, listas para ayudarlo, pero esa visión desaprecio y en su lugar, delante de ella vio a una hermosa mujer.

Aquella mujer tenía la piel blanca como ella, los cabellos azules y los negros como un poso sin fondo. Su ropa era un kimono azul marino y pantalones del mismo color, junto con una armadura parecida a la de ella solamente que era blanca. Tenía una sonrisa radiante en su bello rostro, lo que confundió a Kikyo.

-¿Quién es usted?-Le pregunto Kikyo con el seño fruncido.
-Mi nombre es Kiromy, jovencita-contesto amablemente la mujer-y tu te llamas Kikyo-continuo.
-¿Dónde estoy?-Volvió a preguntar ignorando a Kiromy.
-Estas aquí, hasta que aclares tus pensamientos.-Le informo Kiromy sin perder su sonrisa.
-¿Aclarar mis pensamientos?-Repitió confundida.
-Aclarar, el porque te fuiste sola a pelear contra ese monstruo.-Dice Kiromy acercándose a ella.
-Yo…-Susurro.
-Tu fuiste sola, porque no querías que ese joven muera ¿No es cierto?
-Si, lo hice porque no quería que la persona que amo muera por mi culpa-Dijo con nostalgia.
-Pero ¿No querías morir?-Le pregunto tomando las manos de Kikyo entre las suyas.
-No, esta ves no.-Volvió a susurrar.
-Te ayudare-al decir esto soltó sus manos un collar que se paresia al de Kikyo esepto que las cuencas eran rojas como la sangre-el collar que tienes puesto tu, curara tus heridas, este te ayudara en el futuro, suerte Kikyo.

El cuerpo inerte de Kikyo comenzó a brillar, sorprendiendo a Inuyasha y a Aome. Cuando la luz se disperso se pudo ver a Kikyo con las mismas ropas de Kiromy y en sus manos un collar que tenia corales blancos como su piel y cuencas rojas como su sangre.

 

Re: Un viaje al pasado

bueno no lo pude hacer mas largo no tengo mucho tiempo ahora

Capitulo 40

Aome, corrió junto con Inuyasha hacia donde estaba Kikyo. Ella estaba intacta, no podían creerlo no tenia nada.

Se acercaron a Kikyo, se extrañaron por aquella ropa, pero eso era lo que menos importaba en ese momento. Aome se acerco lentamente a Kikyo, aquel collar de color celeste que estaba en su cuello, junto con el que tenia en su mano derecha habían apagado su intenso brillo. Inuyasha no se acerco ni un centímetro a ellas y se sorprendió cuando Aome subió a Kikyo en su espalda.

-Vamos Inuyasha hay que ir con los demás-dice Aome empezando a caminar con Kikyo en su espalda, el solo asintió y la siguió.

Durante todo el camino Inuyasha no dijo ni una sola palabra, sabia que si le ofrecía su ayuda a Aome, sus amigos lo mirarían con mala cara.
En el campamento Miroku, Shipoo, Kohaku, Sango y Kirara miraban la fogata con preocupación.
-¿Qué les abra pasado?-Preguntó Sango acariciando a Kirara.
-¿Abran encontrado a la señorita Kikyo?-Preguntó Kohaku.
-No lo se, pero la señorita Kikyo desapareció junto con Naraku-dijo Miroku-tampoco sabemos el paradero de Sesshomaru-exclamo con seriedad.
-Solo espero que no les halla pasado nada-dice Shipoo con preocupación.
-Descuida Shipoo, volverán-exclama Sango tratando de calmar a Shipoo.

Inuyasha y Aome estaban apunto de llegar cuando escucharon un rugido en los arbustos, una enorme pantera color rojo cobrizo se puso en posición de ataque mirando fijamente a Aome. Tenía entre sus dientes a la espada de Kikyo.

Inuyasha reconoció de inmediato a la pantera, era la misma que acompañaba a Kikyo. Kuroro avanzó hacia Inuyasha mostrando sus grandes dientes que estaban entre la espada, lo que izo que el desenfundara su espada, al ver a su dueña en la espalda de aquella desconocida la desconfianza se apoderó de la gran pantera.

-Espera Inuyasha-exclamo Aome caminando hacia Kuroro-ella no trata de hacernos daño, solo quiere ayudar a Kikyo-dijo Aome se acerco lentamente a Kuroro y subió junto con Kikyo en su lomo.-Déjame quitarte eso de la boca-le dice sacando la espada de su boca.

Inuyasha volvía a poner a colmillo de Acero en su funda y camino junto con ellas aun en silencio, cuando llegaron todos aun estaban despiertos se sorprendieron cuando vieron las ropas extrañas que traía Kikyo.
Kikyo permaneció dormida mientras los demás comían lo que quedaba de la comida de la época de Aome.
-¿Enserio no tiene nada?-Pregunto Sango girando la vista a Kikyo, quien dormía sobre su gran pantera.
-En realidad nosotros tampoco lo creemos, tenia heridas muy graves-exclamo Aome-ese collar, el que tenia en su mano era idéntico al que tenía Kiromy-Susurro con vos apagada.
-Esa joya debió ser un regalo de su madre-dijo Miroku observando la fogata.

Aome se despertó en medio de la noche, cuando miro al lado suyo vio a Shipoo, acurrucado en su bolsa de dormir. Inuyasha estaba en un árbol como siempre, pudo observar una cabellera negra y enrulada moviéndose en el viento a unos veinte metros de ellos. Miroku y Kohaku estaban dormidos, Sango estaba despierta y Aome la miraba como preguntándole algo.
-¿Cuándo despertó?-Le preguntó girando la vista hacia Kikyo.
-Hace unas horas, no dijo nada solo fue a sentarse ahí-respondió Sango cerrando los ojos.
-Trata de dormir, voy a hablar con ella-dice levantándose.

Aome se acerco a donde Kikyo estaba sentada, los ojos de ella miraban hacia delante, Kuroro estaba en su regazo acurrucada entre esa ropa azul y blanca.
-¿Estas bien?-Le preguntó sentándose al lado de ella, ella asintió.- ¿No quieres comer nada?
-No estoy bien-volvió a responder con vos serena, giro la cabeza y no entendió porque Aome tenia una mirada tan confundida.- ¿Qué sucede?-Le preguntó ella acariciando a su gata.
-No entiendo como es que tu estas viva-exclamo bajando la cabeza.-Cuando te vimos ahí tenias heridas muy graves, creímos que habías muerto-le relato nerviosa y sorprendida.
-Por un momento, yo también lo creí-puso su mano en su collar-y luego desperté aquí-susurro no quería contar aquellas extrañas visiones que vio en su mente, ya que ni ella misma las creía.
-¿Qué paso con la perla?-Preguntó cambiando el tema.
-Tanto Naraku como la perla ya no existen-respondió seria.
-¿Cómo- preguntó con un hilo de vos?

 

Re: Un viaje al pasado

Capitulo 41

Aome estaba mas que sorprendida ¿Naraku había muerto? ¿Cómo era posible? Se preguntaba una y otra ves la chica de ojos chocolate.

-Cuando Naraku me hirió, tuve aprovechar para sacar la perla de su cuerpo y…-paro por un momento y lo luego continuo-Pedir un ultimo deseo.
-¿Un ultimo deseo?-Susurro-¿Qué fue lo pediste?-le volvió a preguntar.
-Que Naraku… que todo lo es el y la perla desaparecieran-musito cerrando los ojos.
-Por un momento creí que pedirías… algo diferente-dijo con la cabeza baja, ella olvido lo que había escuchado en la mente de Kikyo.
-Creías que pediría volver a mi pasado con Inuyasha ¿No es así?-susurro con serenidad, pero ella no contesto-No, eso no lo pedí ni tampoco lo pediría, si la tuviera en este momento-dice girando la cabeza para ver a Aome.
-Pero, Inuyasha era una persona muy importante para ti Kikyo… creí que ese pasado era algo muy valioso para ustedes dos-dijo bajando de nuevo la cabeza.
-Lo era, cuando yo sentía algo por el-exclamo con suma frialdad.
-Y ¿Por eso pediste…?-le preguntó con tono apagado.
-No, no solo es por eso-un leve sonrojo se noto en sus mejillas.

Aome noto de inmediato aquel sonrojo y también que su mirada se había serenado, esa mirada helada se había esfumado en su lugar estaba una mirada llena de calidez. Jamás vio esa mirada y muchos menos un sonrojo en la sacerdotisa.

-Y ¿entonces?-le volvió a preguntar concentrada en su rostro.
-En primera si es por eso, pero también es porque-suspiro-porque estoy enamorada de Sesshomaru-admitió, ahora le era fácil ya que sentía plena confianza en Aome.
-Ya veo-musito tanto aliviada como feliz de que todo lo que le había dicho su sobrina.

Kikyo y Aome permanecieron en un silencio sepulcral en donde solo se oían los ronroneos de Kuroro. Aome observaba fijamente el suelo, pero o cuando giro su cabeza vio que la mirada de Kikyo había cambiado, esta ves paresia que tuviera miedo, se veía una enorme preocupación en sus ojos.

-El esta bien-le confirmo Aome sonriendo levente, ella giro la cabeza sorprendida.-Tenia alguna heridas, pero se recuperará rápido.
-Gracias Aome-ella se levantó y empezó a caminar con Kuroro entre sus brazos.
-Espera Kikyo-dijo Aome levantándose-¿Por qué me contaste eso?-Le pregunto confundida.
-Porque eres mi amiga-río despacio-eres digna de confianza-se fue caminando.
-Gracias Kikyo-susurro sonriendo.

Inuyasha, percibió de nuevo el olor de Aome. Abrió los ojos y vio que ella regresaba de donde estaba sentada con Kikyo.

-Aome ¿En donde estabas?-le preguntó bajando del árbol en donde estaba.
-Estaba hablando con Kikyo-observo a Inuyasha con algo de lastima-quiero que hablemos, ven conmigo-avanzó con paso normal e Inuyasha la siguió.

Inuyasha y Aome estaban en el bosque, ella lo miro con melancolía, luego llevo su mano al bolsillo de su camisa y saco un medallón. El medallón era una hermosa piedra azul, paresia que se abría como una pequeña cajita.

-Mira, ábrelo-le ordeno Aome con seriedad.

El abrió el medallón, pudo ver algo en el. Dentro de ese medallón se podía ver dos imágenes en el. La primera era una imagen de Koichi y en la otra cara interior del medallón se veía otra imagen, pero ahí había una foto que tenia Kikyo y a Sesshomaru. Ambos parecían felices, los brazos de el rodeaban la cintura de Kikyo, esa expresión de felicidad y calidez sabia que no volvería a verla cuando ella lo mirara de nuevo.

-Se le callo a Kiromy cuando se fueron-le dijo acercándose a el-ellos serán muy felices y espero que nosotros también-Aome se acerco y abrazó a Inuyasha, ambos tenían la esperanza de ser felices como aquella niña de cabellos plateados había predicho.

Sesshomaru caminaba por otro inmenso bosque, no había ido con sus acompañantes en aquellas horas, tenía una mirada muy extraña. Paresia que su repentino porte serio ya no estaba. Su mirada tenia un toque de tristeza ¿Era por ella? ¿Era por esa joven?

Vio una fogata entre algunos árboles y de la nada volvió a sentir ese olor a cerezos, pero esta ves no estaba mezclado con sangre. Atravesó la arboleda y junto a la fogata la vio, a ella a aquella joven que creyó ver muerta horas atrás. Esa pequeña gata estaba en su regazo. Ella se levanto y lo miro con una bella sonrisa, estaban uno enfrente del otro, la tierna sonrisa que tenia Kikyo en su rostro no desaprecia y a el no se le borraba aquella mirada sorprendida.

-¿Estas b...?-Preguntó, pero fue interrumpida ya que el la tomo del brazo acercándola a el.

La abrazó, pero ahora no estaba tan confundido. Había criticado a su padre por enamorarse de una humana, pero noto que a el… le estaba pasando lo mismo.

Se había enamorado de ella, era la primera vez que le pasaba, pero esa joven lo había cautivado. Con su sonrisa, con ese carácter tan terco y dulce, con ese cariño que ella le entregaba a Lin como si fuera su hija.

Se había enamorado de una humana, ahora no tenia ningún derecho de criticar ni a Inuyasha ni a su padre. La quería tener cerca, no quería alejarse de ella.

La libero un poco de su abrazo, el rostro de ella estaba ruborizado.

Se acercó a sus labios y la beso, ella le correspondió instantáneamente rodeando su cuello con sus brazos.

Atrás de los arbustos una niña miraba sonriendo la escena.
-Se lo dije Señor Jaken-le dijo Lin girando la cabeza-¿Señor Jaken?-Pregunto al ver al pequeño demonio desmallado por haber visto a su amo besando a una humana.