Era irónico y un tanto patético, que sintiera un tipo de sentimiento victorioso por algo tan absurdo como presenciar aquello en una fiesta infantil infestado de terrícolas. Pero, ¿quién podía culparlo? Esa era su naturaleza. No por nada era: el ¡Príncipe de los Saiyajines! Un orgulloso guerrero de élite y un ganador nato, aunque muchas de las alimañas de allí pensaran lo contrario. Ninguno de ellos, sin embargo, podría quitarle esa satisfacción que estaba viviendo en aquel momento; finalmente después de tanto tiempo, podía tantear la dulce venganza. No como hubiese esperado, aunque era suficiente. Vegeta jamás olvidaba. ¡Jamás! —Já, insectos. Vegeta tenía una sonrisa engreída mientras, Gokú y Piccolo, estaban vestidos de payasos intentando hacer figuras con globos a los niños de la fiesta de cumpleaños de Trunks. Bulma no le había dicho exactamente de dónde debía sacar el «personal de entretenimiento» y hasta el día anterior, no había sabido en lo absoluto el concepto de «payasos terrícolas» hasta que se lo había consultado al mocoso de Gohan. Por supuesto, la idea le había parecido brillante para ese par de idiotas cuando finalmente supo la finalidad de todo aquel embrollo. Sólo fue cuestión de un par de amenazas y secretos reveladores bajo la manga que, obviamente, no le hubiera importado filtrar, para que ambos aceptaran sin cuestionar. —¡Arg, tómalo o déjalo! —el llanto de un niño, las quejas del namekkuseijin y los globos horrendos de Gokú -los cuales le explotaban en la cara- eran, sin duda, las melodías más hermosas que el Saiyajin hubiera escuchado jamás —. ¡Maldito seas, Vegeta! ¿Quién diría que realmente disfrutaría de aquella ridiculez? La Tierra comenzaba agradarle cada vez más y ni los colores horrendos que la mujer había elegido para la ocasión, los juegos infantiles, la música asquerosa o ese traje humillante que usaba su primogénito, le harían cambiar de opinión. Claro, no ese día. —Es lo más cruel que has hecho hasta ahora, Vegeta —con el pecho inflado de orgullo, miró a Bulma aún con esa sonrisa bailando en sus labios. —Merezco un premio ¿no? Nadie salió herido. —¡Mi ojo! —se escuchó en lo lejano un grito desgarrador y ella le devolvió la mirada esperando una explicación. —Bueno, excepto el idiota de Kakaroto. Pero él no es perfecto como yo, por supuesto. Contenido oculto: N/A Este drabble participa en la actividad Shenlong está en Fanficslandia de Poikachum [1-Realizar un drabble en la zona (tema libre)] espero que les guste :3 últimamente ando con falta de ideas xd
Me encantó. Al inició al leer el título me entraron varias dudas de a que te referias por que ese contexto puede ser tomado de diferente manera como son: payasos de que son divertidos y la mas literal que son personas disfrazadas. Asi que no sabia que esperar al respecto. Pero que Vegeta fuese capaz de convencer a Picolo de esto, me ha dejado una sonrisa en el rostro. Verdaderamente Goku no es un problema. El solo imaginarlos intentando hacer globos me parte de risa y mas que a Goku le estallara un globo en su ojo xD me da tanta ternura, risa y pena. Pero bueno, en cierta forma entiendo perfectamente aquel sentimiento que debe sentir, valga la redundancia, vegeta al verlo ahi, haciendo el ridiculo con una sonrisa que nadie lr quitará en un gran tiempo. Por que es la venganza perfecta, inocente y todo lo que quieras pero el sentimiento de placer y satisfacción nadie se lo quitará y más si toma fotos xD Me encantó verdaderamente, me gusta verte por acá con estas innovaciones xD Saludos
Bueno que te animaras a participar! Fue todo tan hilarante y perfecto (claro, no como Vegeta... ) que no puedo más que reír y reír imaginando la chusca escena, sobre todo el hecho de que Piccolo, ¡Piccolo!, hubiera aceptado tan ridícula tarea... o sea, qué necesidad digo yo. Y Bulma tachando de cruel a su marido cuando seguramente ella ya lo tenía en mente solamente que no sabía como pedirselos... . Gokú todo un caso... . Suerte que ando de prisa.
¡OMG! Este es el primer escrito que leo de Dragón Ball después de mucho, pero mucho tiempo, años diría yo, desde la última vez que leí uno. La verdad que lo amé de principio hasta el final. Obviamente, nada se le escapa a Vegeta y como buen sayajin orgulloso que es cualquier victoria, por más mínima (o ridícula) que sea no va a pasar desapercibido por él. Realmente me encantó todo. La personalidad de todos fue estupenda y los manejaste super bien. Ya me imagino al pobre de Goku batallando (literalmente) para hacer un globo decente y a los niños quejarse o impacientarse por la demora y torpes a de Goku. Y ni que hablar de la cara de asesino en serie de Piccolo por no poder hacer nada para salir de esa situación. Ay, lo amé todo la verdad, me encantó. Me encantaría ver una continuación, ya sabes, una vez que los invitados ya se estén yendo, que sólo queden unos pocos ordenando el lugar y ver como Piccolo y Goku traten de desquitarse con Vegeta. O Vegeta mismo acercándose a ellos a burlarse y refregarles en la cara su humillación, sería tan glorioso ver eso. Bueno, te felicito y espero seguir leyendo escritos así porque me encantan.