Long-fic Un juego por la vida de... naraku?

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por InunoTaisho, 3 Octubre 2010.

  1.  
    SangoxMiroKagoxInu

    SangoxMiroKagoxInu Entusiasta

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    ESTUVO GENIAL AMIGA! jajaj me encanto el cachetadon que recibio Miroku, jaja xDDD ¡yo quelo un calo! pero tengo que aguantarme 2 años mas :P
    buehh quee sele va a hacer ¬¬
    que verduenza buscar las llaves en el bolsillo de un pervertido ¬////¬, ¿como aprendieron a manejar? quisiera aprender asi de rapido
    y ese Inu todo conchudo "yo tengo conductor propio" jajajaa pobre Miroku. Inu casi que hace un berrinche por lo de Sesshy-sama jaaa xD que ternura, por algo son hermanos xDDDDD
    continualo pronto ta buenisimo AHII QUE MAS HARAN ESA NOCHE!
     
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  2.  
    Vianyz Elric

    Vianyz Elric Entusiasta

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    Holaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!
    Como siempre me hiciste reir jejejeje me dio gracia como Inu dijo que mikoru era su chofer personal, casi enloquesco con el porch de Sesshomaru y con el auto de Inu pero aun asi prefiero el de Inu pese a que me encantan los porch (jejejeje si esa clase de autos me derriten) me latio mas el de Inu jejejeje
    Bueno me voy
    Matta neeeeeeeeeeeee
     
  3.  
    DanyNeko

    DanyNeko Tú imaginación es el camino a la felicidad

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    Hola, perdonsi hace mucho que no escribo pero es que mi internet no me colavoraba se me daño y dure vsrios dias sin el y ademas y el fic en el que trabajome quita mucho tiempo​

    Esos capitulos me han encantado, estan superwow mefacinan yo se que hacer para que aese inu se lequite lo estupido y se ponga las pilas con Aome, yo pienso que se deveria de encontrar con un familiar aya en las vegas como unprimo o un amigo que se mas o menos de su edad y le ayude a poner celoso a inu jajajjajajjajajajaj

    XD yo y mis locuras jijiji espero la conti y avisame plissssss

    ATT: Dany-Chan​
     
  4.  
    Mar Sasha

    Mar Sasha Iniciado

    Piscis
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    HOLITA!!!!!!!!!
    Como estais por aya
    Me gusto mucho la conti... estoy feliz porque: conoci las vegas!!! estuve con Sesshomaru sama!!!
    Que por cierto es MIO y de todas las fans... pero mas mio eso si.
    Se llevaron a la carcel a Naraku que felicidad !!! Espero a Kagura como todo padre que proteje a sus retoños
    Hasta la regaño.
    Ese miroku es un pervertido de lo peor, mira que darles su caricia a las fans, se tenia merecida la bofetada.
    Inu si supo manejar verdad? dime que si porfavor.
    Y Sesshy... tan elegante como siempre... Tan sofisticado... Tan responsable... Tan guapo... Tan respetuoso... Tan guapo...
    RIN!!!!! Por favor elijeme como tu nueva mama, porfavor... te aseguro que sere la mejor mama de mundo entero... Ademas que adoro a Sesshomaru sama... tambien sere la mejor novia y esposa para el!!!!!!!!!!!!!!!

    Bueno, Gomennasay por no postear esque la escuela me absorbe por completo
    Teprometo que posteare mas seguido
    SAYONARA!!!!!!!!!!
    P.D. RIN!!!!!! Hablo enserio por favor.
     
  5.  
    cristty

    cristty Iniciado

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    Aww! Tarde pero seguro.
    Que te podre decir? Me encanto! Jajaja, Inuyasha y eso del chofer... Envidioso!
    Me hubiera gustado estar con mi amado Sesshomaru, pero no!! Es tan triste.
    Entiendo perfectamente eso del bachillerato, yo estoy igual!
    Sip, pero bueno! te estare esperando fielmente como siempre. Ahh! Yo tambien quiero un Porsche... Jajajaja
    Muchos besos de mi parte!!!
     
  6.  
    InunoTaisho

    InunoTaisho Orientador del Mes Orientador

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    Quiero agradecer infinitamente por este medio a tod@s los lectores... en este momento estoy en pausa por aqui, concentrandome más en "Pasado mañana" y en el fin de cursos... tomare las vacaciones para ordenar mis ideas, porque las tengo en mente pero no las he redactado en orden, y no se preocupen que la comedia sigue aun, lo que pasa es que mis neuronas han sido "conquistadas" por "simios espaciales" llamados Saiyajins... jejejeje me ronda por la cabeza una historia para ellos, pero debo concentrarme en un tema o no termino nada. Arigato, gomenasai y Sayo. Les aviso en cuanto este algo listo.
     
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  7.  
    InunoTaisho

    InunoTaisho Orientador del Mes Orientador

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    Título:
    Un juego por la vida de... naraku?
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    33
     
    Palabras:
    5072
    Me esmere tanto por ustedes, mis querid@s lectores, así que les dejó con esta parte... esperando no volver a tardarme demasiado en lo que sigue, aprovechare las vacaciones y ordenare mis ideas para no fallar tan gacho.

    Capítulo 14 parte 3.

    Después de varios intentos fallidos Inuyasha consiguió conducir de forma decente. Iban de regreso al hotel para dejar a la anciana Kaede, quien ya deseaba descansar y no importunarlos más, permitiendo así que las dos parejitas disfrutaran de un tiempo a solas… y eso también requería dejar a Shippou y a Kirara con ella. En cuanto a lo de conducir de forma decente… esto incluyo pasarse dos semáforos en alto y decirle algunas cuantas palabrotas a otro conductor en tanto que Aome y los demás enrojecieron de la vergüenza y deseaban desaparecer de la vista de todos los ajenos, fulminando al ojidorado con miradas amenazadoras.

    Esto de conducir es una mierda, — dijo un poco molesto, cambiando nuevamente de carril sin mucha precaución — aunque en realidad no esta tan mal — apretó un poco más el acelerador.

    La Endevour corría a 100 km/hrs por el boulevard.

    Inuyasha… — la pelinegra ya no podía morderse la lengua — conduce con precaución, no vayas a pasarte el hotel.

    ¡Keh! Aome… no soy tan ignorante — dijo altanero mirándola momentáneamente, olvidando que el conductor no debe distraerse por nada del mundo.

    ¿¿En serio?? — observó irónicamente Shippou, sentado en las piernas de su amiga y “madre sustituta” — Pues ya te pasaste… baboso — señaló por la ventanilla.

    ¡¿Qué?! — aquel volteó para comprobar lo dicho por el kitsune… consiguiendo que la camioneta diera un patinón sobre el asfalto.

    ¡¡Inuyasha!! — le gritaron Miroku, Sango y la anciana Kaede, visiblemente asustados.

    ¡¡Frena!! — Aome pisó el freno muy a tiempo para no estamparse con un camión turístico que iba al frente… a vuelta de rueda.

    El que se dio de lleno contra el parabrisas fue el pobre zorrito, porque Kirara hundió las “uñitas” en el asiento trasero, al lado de su ama. El pequeño vio estrellitas por un rato mientras los ojos le daban vueltas.

    ¡Shippou! — la joven pelinegra lo despegó cuidadosamente del cristal — ¡Pobrecito! — y le sobó el enorme chichón que tenía en su frentecita.

    Anciana Kaede… — Miroku se enderezó un poco, después de haber protegido a Sango entre sus brazos para evitar que se golpeara — ¿se encuentra bien?

    Descuide Excelencia… tal vez un poco mareada. — dijo la viejecita — Estos cinturones de seguridad si que son de gran ayuda — observó seriamente.

    ¿Qué pasó? — preguntó inocentemente Inuyasha, sobándose el cuello.

    Varios vehículos tocaron el claxon y le mandaron recordatorios para su querida mamá… que el Hanyō no supo interpretar.

    Inuyasha… — la del futuro le habló duramente, sin dejar de sobar al desvanecido y pequeño zorro — por poco lastimamos a otras personas, porque eres tan… bruto — puntualizó sin dejar de taladrarlo con su mirada capuchina.

    Oye Aome… — le iba a rezongar, más, en cuanto percibió el aura maligna que emanaba de la muchacha, prefirió cerrar la boca y tragar saliva.

    Inuyasha… — Miroku intervino para tratar de apaciguar la situación, hablando calmadamente — hay que avanzar otro poco y tomar el retorno que esta 100 ms. adelante.

    Y más te vale hacerlo bien. — puntualizó la pelinegra en forma de amenaza, consiguiendo que al monje le brotara una gotita anime en lo alto de su cabecita, sintiendo lástima por su amigo peli plateado — Otro sustito de esos y… — es increíble como una voz tan dulce y angelical llegaba a sonar tan terrible, especialmente cuando ella se encontraba en ese estado crítico de enfado.

    Eee… — tartamudeó y decidió seguir las instrucciones, después de tragar saliva una vez más.

    Avanzaron un poco más despacio para tomar cuidadosamente el retorno y llegar al hotel, sin novedades que lamentar. Condujo con precaución hasta el estacionamiento y se acomodó lo mejor que pudo en el área asignada para su vehículo. Afortunadamente Shippou recobró la conciencia justo a tiempo… para quedarse con Kaede y Kirara.

    Bueno Shippou, — dijo Miroku después de haber ayudado a la buena y noble mujer a descender de la camioneta, en tanto los demás también bajaron para despedirse respetuosamente — acompañarás a la anciana Kaede… y a descansar como un buen niño. — le palmeó delicadamente la cabecita — Kirara les hará dulce compañía también.

    La nekomata maulló en señal de asentimiento mientras su ama le hacía los últimos cariños, teniéndola sujeta en sus brazos.

    ¿Y ustedes que piensan hacer? — preguntó muy suspicaz el aludido.

    Que te importa — le soltó Inuyasha con sus malas maneras.

    Aome y Sango no dijeron nada… sus mejillas estaban encendidas, así que se sonrieron como bobitas sin querer mirar directamente a su pequeño amigo.

    Llevaremos a estas lindas señoritas a dar un paseo bajo la luz de la luna — contestó el ojiazul sin cambiar la cara bondadosa e inocente, y sin dejar de palmearle la cabeza con suavidad.

    Kaede y Kirara, la cual ya había dejado los brazos de su amita, hicieron caras de resignación ante lo evidente… lo único que Shippou quería era confirmar sus sospechas, extrañándole un gesto así por parte del duro y seco Hanyō.

    ¿Cuál luna? — señaló al cielo, en el que el fragmento de la luna apenas si se distinguía por la iluminación de la ciudad — Ya casi es luna nueva y no se ve bien… menos con tantas luces — su mirada se hizo escrutadora al tiempo que su amigo el monje se quedó sin saber que refutarle a su observación.

    El zorrito no iba a ceder, al menos que sus compañeros le soltaran la sopa.

    Pequeño Shippou… — Kaede lo llamó con su seriedad habitual, pero sin ser grosera — acompáñame por favor y dejemos que los jóvenes se diviertan — esta vez sonrió un poco.

    Yo también soy joven… — observó el emberrinchado kitsune.

    Un convenenciero es lo que eres — habló nuevamente el ojidorado, lanzándole una mirada fea.

    Shippou… — Aome se animó a darle alguna explicación que lo tranquilizara — tú sabes que… bueno… es que… — sin embargo no estaba segura de confesarse, así que se puso a tartamudear poniéndose más colorada y evitando mirar al ojidorado.

    Si vamos a hacer pareja con ellos debemos conocernos mejor, — soltó la exterminadora con tranquilidad, como si fuera lo más lógico y sencillo de explicar — por eso… — como que razonó lo que había dicho y, en ese instante, se le enredó la lengua también, ruborizándose intensamente.

    ¿¿Qué?? — todos la quedaron viendo con caras de asombro.

    Amiga… ¿estás bien? — preguntó la pelinegra ya sin pizca de enrojecimiento, mirándola con los ojos abiertos como platos… Sango no acostumbraba a ser tan abierta.

    ¿Estás segura de lo que dijiste? — Inuyasha habló poniéndose delante de la pelinegra, mirando a la castaña muy fijamente.

    Sango… ¿qué tienes? — Miroku se impuso frente al ojidorado, con cara de susto viendo a su amada, tocándole la frente con cuidado — No… no tienes fiebre — confirmó comparando sus temperaturas.

    Aparte del rubor en las mejillas, ahora la pobre castaña tenía una gota anime en la frente.

    ¡Uf, me preocupaste! — continuo el monje cambiando el gesto de susto por uno de alivio, para después abrazarla con efusividad — ¡Sabía que aceptarías! — haciéndole sus “cariñitos” acostumbrados.

    ¡¡PAF!!... y recibiendo la “caricia” acostumbrada.

    ¡Ni crea que he pasado esto por alto… Excelencia! — le dijo muy enojada y ofendida — ¡Así que no se haga ilusiones precipitadas!

    Kaede, Kirara y Shippou suspiraron con alivio en tanto que Inuyasha y Aome… le lanzaron miradas de rendija al aprovechado manolarga.

    Entonces vayan y diviértanse de buena manera. — apuró la viejecita con amabilidad — Nos vemos mañana.

    Y se encaminó con los pequeños hacia el interior del hotel. Shippou les lanzó a sus camaradas una última mirada escrutadora antes de irse.

    Hagamos caso a los consejos de las personas mayores y con experiencia en la vida, — opinó el ojiazul terminando de sobar su mejilla — así llegaremos a viejos… Adelante señoritas — abrió la puerta de la camioneta y le cedió el paso a las chicas.

    Conduce tú — Inuyasha le botó las llaves y subió en el asiento del copiloto después de que las muchachas se acomodaron.

    Recorrieron nuevamente la avenida y tomaron rumbo a la zona “Downtown” o “Villa de Las Vegas”; se podría decir que es el área más pintoresca y rustica de la ciudad, lo que antes se denominaba la zona central o principal del condado. En el camino se entretuvieron charlando y haciendo conjeturas sobre lo que estaría haciendo Sesshōmaru con dos mujeres y Lin… riéndose un poco al pensar en los sufrimientos de Jaken, porque era seguro que Kohaku la pasaba mucho mejor que el sirviente. También imaginaron la divertida expedición que se daban los lobos por el desierto… si es que encontraron algún coyote, y la desesperación de Naraku en prisión. Hasta el ojidorado participó en la animada conversación… burlarse de Naraku, Koga y Sesshōmaru, por supuesto, era de lo más hilarante para él, y, lo mejor de todo, ellos nunca se enterarían.

    Y si sigue de “contaminante” lo van a devolver vía rápida a Japón. — Aome hizo la divertida observación después de haberse carcajeado abiertamente — Aunque eso significaría que nosotros tendríamos que regresar también — agregó un poco triste.

    ¡Keh! Como si ese apestoso fuera importante — intervino Inuyasha haciendo gesto de “No me importa nada”.

    Inuyasha… es por una noble causa que se realiza este torneo, — dijo Miroku en lo que buscaba un buen lugar para estacionar el vehículo — por lo tanto, sin Naraku no tendría sentido.

    ¿Qué carajo tiene que ver una noble causa con ese imbécil? — preguntó groseramente mirando a su amigo.

    Me estacionaré aquí… — encontró un área de estacionamiento cerca de un parque relativamente concurrido — No me distraigas… — le señaló al Hanyō en lo que realizaba las maniobras correspondientes.

    Recuerda que es un juego por su vida… — le contestó la pelinegra en lugar del monje —perdón, por su muerte. Si él no está… ¿por la vida de quién se jugaría? — trató de hacerle ver la razón lógica.

    Eee… — tartamudeó dudoso — ¿por la del Sarnoso?

    ¡No seas grosero! — la muchacha lo golpeó en la cabeza, mirándolo de fea manera — ¿Qué te ha hecho Koga para que se lleven tan mal? — le espetó.

    ¿¿Te parece poco la estupidez que dijo acerca de ti… y pensar en eliminarme?? — el peli plateado volteó a verla echando chispas por sus orbes dorados — ¡¡Y, encima de todo, nos niega los fragmentos porque cree que va a derrotar a Naraku… el muy idiota!!

    Con su alarido casi despeina a las dos muchachas, las cuales cerraron los ojitos y voltearon sus rostros para no recibir de lleno el aliento del joven.

    Tranquilízate por favor. — dijo el ojiazul de forma apaciguadora, terminando de estacionar la camioneta — Es mejor que te relajes y disfrutes el momento al lado de la señorita Aome.

    ¿Para qué quiero estar con Aome? — se volvió a su amigo con cara de duda.

    A Miroku y a Sango les brotó una gota anime en tanto la pelinegra puso cara de enfurruñada… esperaba el momento ideal para darle su lección a ese grosero Hanyō. Descendieron del vehículo y se dispusieron a…

    Bueno amigo, — el ojiazul tomó la iniciativa — los dejamos solos… — y jaló a la exterminadora de la mano, con un movimiento entre rápido y delicado, alejándose con ella hacia la derecha — ¡Diviértanse!

    La castaña puso gesto de sorpresa, pero le siguió el juego a su querido monje y agitó la mano despidiéndose de prisa. El ojidorado pareció quedarse en shock por un segundo.

    Oye Miroku… — hasta hizo ademán de detenerlos, después soltó una exclamación de enfado — ¡Regresen aquí, oportunistas!

    Inuyasha… — Aome llamó su atención — el monje Miroku y Sango quieren un momento a solas… no tiene nada de malo.

    ¡Keh! Me tiene sin cuidado lo que pueda hacer ese sinvergüenza… y lo que le permitan. — espetó mirándola — El problema es que tengo que cargar contigo.

    ¡Osuwari! — gritó al chica fulminándolo con una mirada de sus ojazos cafés — ¡Torpe! — y se alejó molesta, tomando camino a la izquierda.

    ¡Aome! — gritó al sentir el jalón del conjuro por el cuello y el azotón en el adoquinado suelo — ¿A dónde crees que vas? — dijo desde su posición.

    La muchacha caminaba con paso firme, casi sacando humo por los poros de lo enojada que estaba.

    ¡Lejos de ti! — le interpeló sin voltear — ¡Osuwari!

    Ni siquiera dejó que se enderezará cuando volvió a trapear el piso.

    ¡Aome! — casi se traga unas piedrecillas.

    “¡Pero eso me saco por ser tan condescendiente!” pensaba la joven visiblemente ofuscada, sin fijarse bien en nada ni en nadie. Iba tan concentrada en su propia molestia que por poco se va de boca en la fuente del parque… hasta que alguien tiró de ella cuando ya sentía el agua en la cabeza.

    ¡¿Qué…?! — exclamó asombrada al sentir el jalón.

    Tonta… — dijo el ojidorado abrazándola por la cintura, elevándola tantito para apartarla de la fuente — si tenías ganas de bañarte te hubieras quedado en el maldito hotel.

    Inuyasha… — tartamudeó — gracias.

    Se quedaron un poco estáticos, el peli plateado no la había soltado y hasta pareció apoyar suavemente el mentón en los negros cabellos de la joven, como aspirando su aroma. El mágico momento fue roto porque el Hanyō se percató al fin de donde había tomado a la joven. La empujó un poco, alejándola de él.

    ¿Ves a lo que me refería? — le espetó dándole la espalda para ocultar su bochorno — Tengo que ir atrás de ti… eres tan boba que tú solita puedes lastimarte.

    Aome se quedó estupefacta por un segundo y después… lo empujó por sorpresa.

    ¡Osuwari! ¡Osuwari! ¡Osuwari! — gritó con fuerza.

    El que tomó un baño innecesario fue otro.

    ¡Mierda! — salió escurriendo agua mientras la pelinegra se fue corriendo, riéndose de él — ¡Aome, ya verás!

    ¡Eso si me alcanzas! — lo retó sin parar de correr tan rápidamente como le permitían sus largas y bonitas piernas.

    Se metió entre los arbustos tratando de perderlo de vista, después de dar muchas vueltas por varios senderos y de gritarle “¡Osuwari!” otras dos veces cuando parecía a punto de alcanzarla. “¡Jijiji…!,” pensó en sus adentros la joven de negros cabellos “no podrás negar que la estas pasando bien a mi lado” y se sonrió más ampliamente. Al parecer ahora si lo había perdido, así que se enderezó un poco para tener un campo de visión más amplio y divisarlo en cuanto se apareciera.

    Obviamente que alguien no se iba a quedar como niño bueno en su cuarto de hotel… no podía dejar solos a esos cuatro que siempre requerían sus sabios consejos para no cometer tonterías del tamaño del “Caesars Palace”, especialmente sus compañeros de habitación. En cuanto Kaede se fue a dormir, con la seguridad de que el pequeño zorro tenía “muchísimo sueño”, Shippou salió con Kirara, ésta última en su apariencia de pantera, por el ventanal del cuarto.

    Bien Kirara, — dijo con tono serio — tenemos que encontrarlos porque es seguro que se meten en problemas.

    La nekomata rugió en señal de estar de acuerdo.

    ¿A cuál de los dos bobos será mejor? — preguntó el kitsune — Porque Inuyasha es torpe por ser bruto pero Miroku es bruto por ser torpe…

    Kirara rugió un poco más despacio, como dando su opinión.

    Estoy de acuerdo. — dijo Shippou afirmando con la cabeza — Vamos por él primero… o la va a regar gacho.

    Ni bien salía Aome de entre los arbustos cuando…

    ¡Te atrape! — Inuyasha la tomó por sorpresa y la levantó en el aire.

    ¡Aaahhh! — gritó asustada por la impresión y por el vuelo, que le apretó muy fuerte del brazo — ¡No hagas eso!

    El pobre Hanyō perdió el equilibrio por el gritó sonoro de la chica y, en vez de agarrarse debidamente de la rama a la cual pensaba agarrarse, se desplomaron sobre el césped. Lo bueno es que ella cayó sobre blandito… sobre él. El golpe lo dejó momentáneamente haciendo bizcos.

    ¡Inuyasha! — Aome se preocupó y le tomó el rostro suavemente — ¡Lo siento tanto, perdóname!

    El aludido no respondió y hasta pareció perder el sentido.

    ¡Inuyasha! ¿Qué tienes? — la pelinegra se espantó y lo sacudió un poco con delicadeza — ¡Inuyasha! ¡Inuyasha! — lo llamaba algo desesperada.

    Aquel veía estrellas fugaces y angelitos muy parecidos a su amada del futuro, pero las sacudidas los hicieron volar. Sus ojos se recuperaron y fijó la vista en la chica.

    ¡Keh! Aome… me mareas — le dijo un tanto altanero y se levantó cuidadosamente con ella, aferrándola nuevamente de la cintura — Por tu culpa nos caímos.

    La pelinegra pareció asombrarse de que se recuperara así, como si nada hubiera pasado, se enderezara con ella y encima tuviera el ánimo de echárselo en cara. Sin embargo…

    ¡Inuyasha, estás vivo! — se le colgó al cuello muy feliz y hasta le besó la mejilla — ¡Qué gusto!

    Y como el peli plateado no la había soltado pues… inocentemente, como no queriendo la cosa, correspondió el abrazo, bastante enrojecido y tartamudeando incoherencias.

    Oye Aome… — se debatía entre apartarla o dejarla, con un tono de voz más condescendiente — no… como crees que me… iba a morir por un golpecito.

    Te voy a invitar una sopa deliciosa. — ella se percató de lo ocurrido y, fingiendo indiferencia, aunque con las mejillas visiblemente coloradas, lo soltó y desvió la vista — Parece que cerca de aquí hay un restaurante chino.

    Buscó en la guía que traía en su bolsa, mientras el ojidorado se cruzaba de brazos, apartándose otro poco y dándole la espalda, esperando a que se le bajara el rubor. Pensándolo bien había sido una muy buena idea que Miroku se alejara para que no estuviera de fastidioso con sus indirectas, y que Shippou se hubiera quedado en el hotel para no molestarlo. En cuanto a Sango… que no se hiciera la tonta y ofendida porque bien que le gustaban los “cariñitos” del monje, así fueran subidos de tono. Hasta se olvidó de Koga y sus compañeros, y ni que decir del hecho que Kikyō haya salido con Sesshōmaru… tal vez hasta Kagura y ella se habían vuelto BFF.

    ¡Aquí está! — la voz de Aome lo volvió a la realidad — Son dos cuadras para allá.

    Señaló hacia la izquierda y, tomándolo delicadamente de la mano, lo llevó con ella. El Hanyō ni le protestó, pues ante la mención de la sopa como que su olfato se ubicó, dejándose llevar por la joven, teniendo en su rostro una mueca de felicidad, casi babeando de hambre.

    Mientras tanto…. en un lugar cercano.

    Después de haber dejado a sus amigos, Miroku y Sango caminaban en silencio, agarrados de la mano. La exterminadora estaba visiblemente sonrojada, sus mejillas coloraditas, y no se había atrevido a mirar directamente al monje, como esperando que él tomara la palabra. El ojiazul no se atrevía a nada más por el momento, para no asustarla o… enojarla, con riesgo de quedar tirado en medio del sendero, con un chichón en la cabeza y un buen golpe en la mejilla. Su caminar se había vuelto un tanto lento en cuanto pusieron una buena distancia entre ellos y sus peleoneros compañeros. Por los alrededores se toparon con personas en grupo o parejas que daban vueltas igual que ellos, a pesar de ser ya algo tarde… hasta el centro de Las Vegas tiene más actividad nocturna que diurna. Después de treinta minutos de silencio Miroku decidió decir algo.

    Eee… Sango… — le habló suavemente, tratando de sonar educado y no seductor para que la joven no se lo tomara a mal — ¿te gustaría… sentarte? — la miró con cariño en tanto detenía su marcha.

    Ella le dirigió una mirada con timidez, sin que el rubor cediera.

    Lo que usted guste Excelencia — dijo sin subir la voz, volviendo a agachar la vista.

    De verdad que la mayor parte del tiempo la candidez e inocencia de la muchacha lo desarmaban… una de las razones por las que, sin proponérselo, la exterminadora había cautivado el corazón del monje.

    Eee… — por un momento se quedó ido ante esos bonitos ojitos cafés — allá hay una banca… vamos, acompáñame por favor.

    Se encaminaron hacia las bancas cercanas a una fuente (no es la misma donde estuvieron Inuyasha y Aome), en un área rodeada por árboles. El mañoso monje controló los impulsos de su “mano maldita” en cuanto se acomodó a su lado, tal vez demasiado cerca de la joven. Al ver que la chica no protestó ni un poco por su leve atrevimiento se animó a abrazarla delicadamente por los hombros, señalando hacia el cielo nocturno… a través de la copa de los árboles se apreciaban un poco mejor las estrellas.

    ¿No es verdad ángel de amor, — dijo románticamente — que en esta apartada orilla, más bella la luna brilla y se respira mejor?

    Sango dirigió al mirada al punto en el cielo, hacia donde apenas se distinguía el fragmento de la luna en menguante, indicando la proximidad del inicio del periodo lunar con la llegada de la luna nueva… en aproximadamente una noche más.

    Excelencia… — le sonrió dulcemente después de reírse muy despacito de su ocurrencia — Shippou tenía razón, ya no hay luna.

    Bueno, lo que pasa es que… — habló con más confianza, sin cambiar el tono romántico — ante tu belleza la luna prefirió esconderse.

    Excelencia… — volvió a sonrojarse desviando la mirada por enésima ocasión — no diga esas cosas.

    Sango… — deshizo suavemente el abrazo y le tomó las manos con delicadeza, obligándola a mirarlo más fijamente — yo no miento, eres tan hermosa que por ello…

    Él se acercaba lentamente para plantarle el beso que le debía… ella se sentía nerviosa, no porque no deseara besarlo pero no quería llegar más lejos aun.

    Excelencia… ¿podemos caminar otro poco? — desvió el rostro a tiempo y lo único que llegó a besar el ojiazul fue… la mejilla.

    Por lo menos ya había avanzado algo… la piel de la muchacha era tan suavecita. “Bueno, no pasa de esta noche” se dijo mentalmente con confianza y decidió fingir indiferencia para no poner a su amada en un predicamento. La ayudó aponerse de pie y caminaron un poco más, adentrándose en una zona un tanto bulliciosa. Por todos lados se veían locales en donde se vendía de todo… curiosidades y recuerdos de Las Vegas, comidas y bebidas exóticas del lugar y condados anexos, tours guiados por el desierto y sus alrededores… hasta que a Miroku le llamó la atención uno en especial.

    Mira Sango… — señaló visiblemente emocionado — en ese lugar solucionaremos el pendiente que tenemos — volvió a jalarla de la mano.

    ¿A qué se refiere? — dijo extrañada, pues se había distraído admirando algo de joyería de oro, pero se dejó llevar una vez más.

    Arriba de un local, con una iluminación neón de lo más “fresa” que pudieran imaginar, rezaba un letrero enorme: “CASARSE EN LAS VEGAS ES UNA GRAN EXPERIENCIA”, resaltando en tonos rosas, lilas y azul pastel, rodeado de corazoncitos.

    ¿No crees que es lo mejor que pudo sucedernos? — el monje la abrazó una vez más por los hombros, en lo que miraban esas palabras — El destino lo ha puesto en nuestro camino.

    Excelencia… — la exterminadora parecía anonadada — ¿acaso me esta…?

    Por supuesto. — dijo muy galán, en tono de infinita confianza en sí mismo — Quiero casarme contigo… así que no veo nada de malo en hacerlo aquí… y repetirlo en nuestra época — la miró un tanto pícaro — ¿Qué dices?

    Pero es que… — se quedó un tanto muda y le temblaron las pupilas.

    ¿Para que esperar más? — le tomó las manos con delicadeza, por enésima ocasión — Nos amamos… aprovechemos lo que la vida nos da.

    Excelencia… — ahora sí le brotaron las lagrimitas de emoción.

    No llores chiquilla mía. — le limpió una lágrima con un dedo, acariciándole el rostro — En cuanto ese desgraciado de Naraku se muera seremos muy felices, ya veras.

    Se encaminaron hacia el local, sin sospechar que alguien los miraba y hacía gesto de reprobación:

    Eso lo veremos… — dijo ese alguien con una vocecita irritada — abusivo.

    Nota: Al fin, después de siglos pude ordenar mejor mis ideas… lo que pasa es que Inuyasha es de lo más inepto cuando se trata de ser romántico, no sabía bien como hacerle para no caer en el OoC descarado que tanto me enferma, así que me salió así, entre brusco y tierno por ratos… Miroku es de lo más fácil, lo de él ya lo tenía bien cocido, de hecho falta más pero lo dejamos en suspense… tal vez se perdió un poco la comedia pero hay que darle a la trama el romance que es del agrado de muchos… esperen lo que sigue, igual de interesante. Nos vemos en la siguiente entrega, la cual estoy puliendo. Arigato por su paciencia.

    P.D. La cursilería de Miroku… importante y conocido fragmento de “Don Juan Tenorio” de José Zorrilla.
     
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    cristty

    cristty Iniciado

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    Ayyyyyyyy!! Muy lindo... Muy tierno!
    De verdad que si me ha gustado mucho, y me has dejado con intriga. Jajaja pbre Inuyasha, no sabe como ser romantico... Tal vez Miroku deberia de pasarle un poo de su cursileria... O darle clases o algo jajajja
    Y Shippou, es tan chismoso! creoque uo comparto el sentimiento de Inuyasha hacia el... Sip!
    Bueno, me gustaria saber mas hacerca de mi querido Sesshomaru ^-^
    Te estare esperando, a ti y a tu continuacion
    Muchos besos de mi parte!!
     
  9.  
    InunoTaisho

    InunoTaisho Orientador del Mes Orientador

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    Un juego por la vida de... naraku?
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    Para todas las edades
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    Comedia
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    a mis fans que no me han olvidado... gracias por su paciencia, esperando siga esta historia entre sus gustos. Disculpen la tardanza, espero en estas vacaciones ponerme al corriente en todos mis fics, continuar con el fic de sesshomaru y tal vez inicar mi historia comica de Dragon Ball... por ahora disfruten lo que sigue

    Capítulo 14 parte 4

    No muy lejos de esa zona en donde Miroku y Sango se encontraban… Inuyasha y Aome estaban en uno de los locales de comida rápida, en donde el Hanyō ya había devorado tres sopas instantáneas, dos hamburguesas y una pizza grande. Sobaba su estómago y eructó ruidosamente, provocando que la pelinegra lo mirara con reproche.

    ¿Podrías ser más educado por favor? — le dijo molesta en lo que salían del local — Todos te vieron como si fueras un retrasado.

    ¡Keh! — rezongó — Me vale m…

    ¡Osuwari! — no lo dejó terminar y lo mandó de cara al suelo — ¡Modera tu lenguaje!

    ¡PAF! El azotón lo hizo tragar polvo de los adoquines del sendero.

    ¡Aome! — protestó escupiendo, levantándose presuroso — ¡Arruinaste el sabor de la pizza!

    Lo siento, — dijo irónica — no quise arruinar tu cena.

    Grosera — murmuró el ojidorado, viéndola con enfado.

    ¿Acaso dijiste algo? — la chica lo miró con suspicacia.

    No… nada — desvió la vista haciéndose el indiferente.

    Caminaron como 100 ms. en lo que la joven miraba las tiendas de recuerdos, pidiéndole su opinión sobre un buen regalo que llevarle a su abuelo, a Sota y a su mamá. Al final llevó algunos de lo más común: una playera, un llavero y una buena guía virtual en formato DVD.

    Creo que no está nada mal. — se dijo a sí misma, dejando que el ojidorado cargara con la bolsa — Con las fotos complementaré todo.

    ¡Keh! ¿Para que llevas tanto bulto? — rezongó el peli plateado — Ni que les fuera a servir.

    Es un detalle sentimental — le dijo ella con calma.

    Se alejaron del bullicio dirigiéndose al parque. El de ojos dorados sintió la necesidad de mirar al cielo… apenas si distinguió el fragmento de la luna.

    ¡Qué fastidio! — dijo molesto — En menos de dos noches seré humano… un débil humano.

    No sea así Inuyasha, — le reprendió la muchacha — como humano no eres débil y, además… te ves muy guapo. — enrojeció levemente y desvió la vista — Me gustas de las dos formas porque… en el fondo eres tú mismo.

    El muchacho la quedó viendo, deteniendo su caminar.

    Eee… ¿qué? — tartamudeó anonadado.

    Olvídalo, no tiene importancia — ella seguía muy aturullada y, sin mirarlo, empezó a andar de nuevo, pero él la tomó del brazo con cuidado y la atrajo cerca.

    Aome… yo… — la miró muy fijamente y sus doradas pupilas se enternecieron al reflejar la linda carita de su amada.

    Parecían a punto de besarse, más alguien impertinente echó a perder todo.

    Menos mal que llegamos a tiempo… ¿qué pensaban hacer?

    Shippou llegó montado en Kirara, en el momento menos oportuno, y los miró con los verdes ojos muy abiertos, haciendo que Inuyasha por poco tirara a Aome entre los arbustos, como si quisiera ocultar cualquier evidencia.

    Enano… — lo fulminó con la mirada — ¿qué carajo haces aquí? Deberías estar roncando.

    Shippou… — la pelinegra lo miró preocupada — ¿Qué pasa?, ¿por qué todavía estas despierto?

    El kitsune y la nekomata negaron sincronizadamente moviendo la cabeza lentamente, en tanto ponían gestos de resignación.

    ¡Ay, ya veo que no puedo descuidarlos ni un segundo! — volvió a verlos — Después me encargo de ustedes… hay algo más urgente que no puede esperar. — pareció desesperarse un poco — ¡Pronto Aome, debemos detenerlos!

    Shippou brincó hasta el regazo de la muchacha, jalándole un poco la blusa.

    ¿Pero qué…? — dijo ella en tanto al Hanyō le dio un tic en la ceja.

    ¡Miroku va a hacer algo terrible con Sango! — la apuró — ¡Sígannos antes de que sea tarde! — y saltó nuevamente sobre Kirara.

    Aome los siguió con gesto de desesperación.

    ¿Pero que le pasa al monje Miroku? — preguntó en tanto la gatita - pantera volvía sobre sus pasos.

    Oigan… — Inuyasha balbuceó queriendo detenerlos, más la chica se encaramó sobre la nekomata, la cual tomó carrera — ¡Espérenme!

    En menos de cinco minutos llegaron enfrente del local donde sus amigos habían entrado. Ambos se quedaron con la boca abierta al mirar la fachada del edificio y el gran letrero arriba.

    ¿Qué tiene el monje Miroku en la cabeza? — se preguntó la pelinegra cambiando la cara de asombro por una de molestia — ¡Esto es el colmo!

    Eee… — el peli plateado sólo alcanzó a tartamudear.

    La joven se encaminó con paso firme hacia el interior del inmueble, seguida de los demás.

    ¿Quién se ha creído que es? — bufó muy enojada.

    Mientras tanto…

    Muy bien, — dijo un hombre vestido de forma solemne, dirigiéndose a la pareja — con tan sólo aceptar pagar la módica cantidad establecida en este contrato nupcial quedaran formalmente unidos en matrimonio.

    No hay problema, — afirmó Miroku muy confiado, sin borrar la sonrisa que tenía desde hacía un buen rato — la producción del anime puede descontarlo de mis regalías.

    Entonces permítame un momento para iniciar la ceremonia. — el hombre acomodó algunos papeles, mostrándose también muy contento por los muchos billetes que se echaría a la bolsa — Ejem… veamos… Sr. Miroku, ¿acepta usted casarse con la señorita Sango, sin que nadie lo obligue a hacerlo?

    Acepto — contestó sin dudarlo ni un segundo.

    La exterminadora se sentía en las nubes… tal vez no era la boda de sus sueños pero por lo menos su amado monje no escatimaría nada con tal de vivir a su lado como debe ser. Se miraron con ternura antes de continuar.

    Señorita Sango… — continuó el caballero después de darles el breve lapso de tiempo — ¿acepta usted casarse con el señor Miroku…?

    La puerta fue abierta estrepitosamente, escuchándose una voz femenina que gritó enardecida, haciendo que dirigieran la mirada hacia la entrada.

    ¡Yo me opongo! ¡No pueden casarse!

    ¿Señorita… Aome? — parpadeó Miroku asombrado.

    ¿Aome…? — Sango se mostró igual que su amado.

    Aome… — Inuyasha entró tras ella — ¿por qué mierda te molestas tanto por lo que haga… este pervertido? — la quedó mirando, con un tic en la ceja.

    ¡Llegamos a tiempo! — suspiró Shippou por lo bajo.

    ¡Monje Miroku, no puede hacer esto! — la pelinegra casi se le planta en las narices, apartando un poco a su amiga castaña — ¡Debería darle vergüenza!

    Oye Aome… — Inuyasha se le acercó tratando de alejarla del mañoso ojiazul, el cual estaba más que estupefacto por la reacción tan poco habitual de la joven del futuro — no es necesario…

    Señorita Aome… cálmese por favor — el monje quiso serenarla sin atreverse a moverse de su sitio, esperando que su ojidorado amigo se la llevara.

    ¿Qué ocurre? — le preguntó Sango al kitsune, visiblemente consternada.

    Vinimos a salvarte de este oportunista — le explicó calmadamente el pequeño zorro.

    ¡Claro que es necesario hacerlo entrar en razón! — espetó la pelinegra al peli plateado, sin permitirle que la tocara. Volvió a dirigirse al ojiazul — Monje Miroku… siento decirle que no puede casarse con Sango — y se lo dijo en tono de reproche.

    Pero… ¿por qué no? — ambos aludidos se abrazaron en lo que el ojiazul le dirigió a la joven del futuro una mirada escrutadora.

    Lo dice en su contrato. — la muchacha consiguió sacar de su bolsa de mano un manojo de papeles oficiales con el sello de la casa productora del anime, y le señaló un párrafo en especial — Aquí donde está la letra pequeña.

    A ver… — el monje tomó las hojas y trató de leer las palabras escritas — No distingo absolutamente nada.

    Use esto — la pelinegra le pasó una lupa, extraída también desde el fondo de su bolsita.

    Todos los demás, inclusive el hombre que los casaría, tenían gestos de expectación e incredulidad en lo que el de la coletita leía detenidamente el folio. Inuyasha no entendía el porque debían definir algo sin importancia para él, en un pedazo de papel llamado "contrato".

    Que remedio. — dijo Miroku un tanto resignado, después de leerlo todo y entregárselo a Aome — ¡Malditas letras pequeñas! — rezongó.

    Excelencia… ¿entonces es cierto? — preguntó muy compungida la castaña, mirándolo con preocupación.

    Así es querida mía. — se dirigió a ella, mirándola de igual forma — Todo será consumado hasta que el miserable de Naraku se muera… y espero con ansias que llegue ese día.

    Aparte de todo eso… — intervino la del futuro al momento de guardar nuevamente las cosas que había sacado — un matrimonio en Las Vegas no es… oficial que digamos, — volvió a dirigirle al monje una mirada de reproche — ni en esta época y mucho menos en el Sengoku, especialmente de un local que ofrece… "facilidades" — terminó un tanto sarcástica.

    Disculpe pero… — habló el hombre elegantemente vestido — por supuesto que el matrimonio en Las Vegas es oficial en todo el Condado y el Estado de Nevada — se hizo el ofendido por un momento… se le estaban escurriendo sus ganancias entre sus manos y no pensaba dejarlas ir.

    Usted lo ha dicho… — Aome le dirigió una mirada de molestia — en Nevada, no en Japón.

    Vamos, vamos… — trató de minimizar el asunto agitando una mano — "Lo que pasa en Las Vegas… en Las Vegas se queda". Es nuestra frase publicitaria y hay que disfrutarla… en todos los sentidos. — sonrió con complacencia, mirando una vez más a la pareja que deseaba desposarse — Así que no hay problema si se casan… saliendo de Las Vegas es como si nada hubiera ocurrido.

    ¿Pero qué cosa está diciendo? — intervino la pelinegra una vez más, mirando al hombre como si estuviera loco.

    ¿Está seguro que nada pasará? — el ojiazul parecía esperanzado.

    Inuyasha, Shippou, Kirara y, por supuesto Sango, tenían gestos de incomprensión absoluta ante lo dicho por ese señor.

    ¡Monje Miroku! — la pelinegra lo reprendió por enésima ocasión, agitándole el copete con su grito — ¿Con qué eso es lo que quiere, eh? ¡Abusar de la confianza de Sango!

    ¿¿Qué?? — dijeron sus otros amigos, variando el gesto que tenían por uno de sorpresa.

    Esta usted equivocada señorita Aome, — trató de defenderse el aludido de negros y cortos cabellos, después de haber recibido de lleno el grito de la muchacha — siendo marido y mujer no puede llamarse abuso.

    ¡¡Cínico!! — la chica pareció enmudecer de coraje.

    Oye Miroku… — intervino Inuyasha en lo que su amada parecía recuperar el habla, al parecer comprendiendo al fin todo el argüende armado por la joven — ¿dónde pensabas hacer tus marranadas? — le dijo en tono grosero, haciendo cara de asco absoluto.

    No sería en tus narices — le espetó el ojiazul a la defensiva.

    Te advierto que no voy a cargar con una mujer embarazada. — continuo el ojidorado igual de grosero — ¿Qué tal si se le ocurre dar a luz en plena batalla?

    Para evitar eso existen los métodos anticonceptivos. — interrumpió nuevamente el hombre, sacando un portafolio en donde cargaba de todos los dichosos métodos — Se les obsequiaría una buena dotación por un mes… cortesía de la casa, con los que sean de su elección.

    Todos los del Sengoku le dirigieron al tipo caras de "¿What?", sin entender de lo que hablaba… Aome se recuperó.

    ¡Qué métodos anticonceptivos ni que nada! — dijo imponiéndose a todos, para después dirigirse a la exterminadora — Sango… me parece fabuloso que lleguen a casarse… pero en este momento el monje Miroku busca aprovecharse de la situación a sabiendas de que puede abusar de ti — la miró con un poco de conmiseración.

    No exagere señorita Aome… — dijo el aludido en tono ofendido — no está nada mal querer darle un gustito al cuerpo… a Sango no le va a desagradar — y, llegado a este punto… la "mano maldita" no dejaría ir viva a su "presa".

    La pobre Sango estaba tratando de hilvanar en su mente todo lo sucedido… "¿Lo dice su contrato?... ¿No es nada oficial?... ¿Mujer embarazada?... ¿Abusar de mi confianza?". Hasta sintió que estaba por perder el sentido de sólo darse cuenta que sus ilusiones habían volado… y por un momento no dijo ni pío ante el atrevido manoseo de su amado manolarga, quien por cierto hizo su gesto de perversa satisfacción, lo que provocó que sus compañeros lo miraran con cara de… "¡Ahí vamos otra vez!" y les brotaba una gota anime colectiva. En tanto el hombre encargado, resignado por haber perdido a su clientela, se dispuso a levantar y ordenar todo lo que había sacado. Transcurridos treinta segundos… ¡¡PAF!! el cachetadón ya esperado.

    ¡Excelencia! — le espetó muy molesta — ¡Podría haber tratado de terminar bien esta noche!

    Le dio la espalda y se dirigió a la salida, sin ver a nadie más. Sólo le habló a su mascota.

    ¡Vamos Kirara! — dijo un poco autoritaria.

    La nekomata reaccionó y se fue tras ella. El monje reaccionó también y la siguió… habría de aclarar las cosas o la exterminadora jamás se lo perdonaría.

    ¡Sango… espera! — dijo a la desesperada — ¡No es lo que tú crees!

    ¿No me diga? — se oyó desde afuera… la castaña habló duramente con ironía — ¿Qué pretendía entonces, eh?

    Pues… — tartamudeó el ojiazul, dando a entender muchas cosas con su indecisión — yo…

    ¿Lo ve? — se escuchó otro golpe más fuerte — ¡Sinvergüenza! ¡Descarado! ¡Abusivo!

    ¡PAF! ¡PAF! ¡PAF! Varios golpes más hicieron que Inuyasha, Aome y Shippou despertarán de su trance y salieran a ver que paso. Encontraron… a su amigo ojiazul en el suelo, con varios chichones en la cabeza, y a la exterminadora montada en su mascota, alejándose con rumbo al hotel y llevando… su arma al hombro.

    ¿Cómo carajo la obtuvo? — se preguntó el ojidorado, viendo con gesto de incredulidad la figura de su amiga exterminadora en la lejanía.

    Recuerda que en un anime como el nuestro todo puede ocurrir. — indicó la pelinegra, agachándose junto al monje desvanecido — Monje Miroku… monje Miroku… — lo sacudió un poco — Era de esperarse — suspiró resignada.

    Miroku no es más bruto porque no es más grande — observó Shippou moviendo la cabeza negativamente.

    Y… ¿por qué a mí no me han devuelto a Tessaiga? — preguntó el Hanyō volviendo las doradas pupilas hacia la joven.

    Ya pronto te la regresaran. — le dijo comprensiva — Ahora tenemos que irnos… ya es bastante tarde.

    Miroku tarado… — murmuró el peli plateado, echándose a su amigo al hombro.

    Inuyasha… conduce con precaución — Aome lo miró muy seriamente antes de encaminarse a la camioneta.

    Esa noche… tuvo un final no muy grato para un pobre e ilusionado monje exterminador. El siguiente día recuperarían el tiempo perdido del juego.

    Nota: ¿Verdad que fue fabuloso? Y muchos capítulos más serán tan divertidos como esto… espero no tardar demasiado jejeje… los Saiyajins viene con aires de conquistadores a mi cerebro… jajaja. Gracias por su paciencia. Por cierto que alguien me diga porque tengo que editar mis post, ahora me salen con letra diminuta, o es que cambio el formato anterior por otro tipo de letra?... digo, para no andar subiendo doble.
     
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    SangoxMiroKagoxInu

    SangoxMiroKagoxInu Entusiasta

    Escorpión
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    AHI MI DIOS ESE MIROKU MAS APROVECHADO QUE QUIEN SABE QUE! ME LO DEBIA IMAGINAR!! APROVECHADO!!!!! TOT PERO NO SE COMPARA CON EL TIPO QUE LOS IBA A CASAR XDDDDDDDD TODO " Para evitar eso existen los métodos anticonceptivos. — interrumpió nuevamente el hombre, sacando un portafolio en donde cargaba de todos los dichosos métodos — Se les obsequiaría una buena dotación por un mes… cortesía de la casa, con los que sean de su elección.

    Todos los del Sengoku le dirigieron al tipo caras de "¿What?", sin entender de lo que hablaba… Aome se recuperó.

    ¡Qué métodos anticonceptivos ni que nada! — dijo imponiéndose a todos, para después dirigirse a la exterminadora — Sango… me parece fabuloso que lleguen a casarse… pero en este momento el monje Miroku busca aprovecharse de la situación a sabiendas de que puede abusar de ti — la miró con un poco de conmiseración.
    "

    jajajjaj xDDDD fue comiquisimo!! Ahi Miroku cuando vas a cambiar!! si que me sacas de QUICIO!!! (pues a cualquiera)

    oye....pues no se pero en el anterior capi yo habia posteado primero pero....al parecer borraron mi post...no se si lo alcansaste a ver pero...bueno
    espero que lo continues pronto esta comiquisimo xDDDD SAYOOO BSS
     
  11.  
    Kai

    Kai Usuario VIP

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    /Fangilr mode on
    ¡¡¡Sali con Inuyasha!!! A su lado y tengo una foto de él ¿Por que no sale en mi face?..No sale en mi buaaaa!!!
    Quiero mi fotito con él, la demando. También con Sessho y Kouga..pero Inu buaaa!!!
    /Fangirl mode off

    Hola. Lamento eso, pero no pude evitarlo.
    Tenía tanto sin leer y me siento mal. Dejé de pasarme un tiempo y aun asi me pones en tu fic *se suena la nariz* ¡Eres lo máximo!

    Esos contratos salvan vidas. Veremos ahora como hace Miroku para que Sango lo perdone.
    Inuyasha manejando, eso fue cómico. Kouga acepta que ama a Ayame pero la esperanza es lo último que se pierde, él se lo toma muy en serio.

    Tengo varios detalles que resaltar.

    El uso del guión largo.
    No todo después del guión va en mayúscula.
    [spolier]
    REGLAS DE DE ORO EN EL USO DE GUIONES LARGOS O RAYAS.

    1.- Cuando la siguiente palabra después del diálogo es una acotación del autor como un verbo de habla (mencionó, explicó, preguntó, susurró, murmuró, dijo, gritó, etc), no se usa un punto antes del guión y el verbo siempre irá en minúsculas aunque se le anteceda un signo equivalente al punto.

    ¡Qué le vamos a hacer! exclamó resignada doña Patro.

    2.- Cuando la siguiente palabra después del diálogo es una acotación del autor que describe qué hizo el personaje sin un verbo del habla, se usa un punto antes del guión y se empezará con mayúsculas.

    —Tal vez deberías de intentar otra cosa. —Salió de mala gana cerrando la puerta.

    3.- Si la intervención del personaje continúa tras las palabras del narrador, el signo de puntuación que corresponda al enunciado interrumpido se debe colocar tras la raya que cierra el inciso del narrador.
    Está bien dijo Carlos; lo haré, pero que sea la última vez que me lo pides.

    4.- Nunca se usa guión para cerrar un diálogo. Siempre se usa un punto.

    Espero que todo salga bien.
    Espero que todo salga bien dijo.

    Pero nunca:
    Espero que todo salga bien .

    5.- Siempre el guión va pegado al comienzo del parlamento:

    —Sí, hace tiempo que no nos vemos.
    —¡Hola!


    Esas cositas.


    Tranquila si no va bien la primera que lo intentes. Yo me estoy acostumbrando a penas ahora. Asique no hay problema si no lo dominas a la primera. Yo peleo con eso justo ahora que escribo un capi, pero estas más clara que yo en eso. Procuraré pasarme cada vez que vea algo nuevo de tus fics...Todavía me falta pasado mañana. Comentar, pero tranquila que le doy el visto bueno, como siempre.
    Sayo preciosa...
    PD: Salí con Inuyasha, kyaaa, no, no lo superaré.
    PD 2 : Otro detalle, Kagome no debería decirle tanto a Inuyasha osuwari, lo dejará mas tarugo. Que le escuche un poco más, así tendrás la oportunidad de manejarlo desde otro punto de vista. Sólo digo ;)
     
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    Asurama

    Asurama Usuario popular

    Cáncer
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    Hola, aquí he venido a dejarte mi pequeña crítica, espero que lo "disfrutes".

    Por algunas razones, siempre tuve ciertas reticencias con este fic, prejuicios, si así lo quieres, por eso nunca me he pasado antes. Los universos alternos son en especial complicados. He de decir que eres una persona que tiene ideas realmente buenas y originales, capaz de realizar tramas muy elaboradas cuando te lo propones, cosas que de verdad, de verdad envidio. No todo el mundo tiene esas habilidades.

    En primer lugar, he de decir que tu fic resulta largo si consideras en qué punto me lo has invitado a leer, así que me he tomado mi tiempo para revisarlo. Generalmente, realizo el análisis en dos instancias. En principio, gramática, ortografía, puntuación y otros detalles de redacción. En segundo lugar, desarrollo de trama, argumento, narración, manejo de personajes y apreciaciones personales. Finalmente, aquellas cosas remarcablemente buenas y los consejos. Pero debido a su longitud y número de capítulos, esto lo he analizado de una manera diferente, capítulo a capítulo y sin un orden específico, lo siento.

    No es que no me guste el humor ligero, sino que prefiero que esté bien hecho, tenga alguna coherencia… y si me hace pensar, mucho mejor. Hay que tener un don especial para ser maestro del humor sin exagerar nada, me quito el sombrero ante quienes lo logran.

    Así que veamos qué he encontrado.

    Veo que este fic lo has calificado como de tipo universo alterno, como una comedia romántica, pero en realidad, está a medio camino de un alterno y un non-cannon. En definitiva, es algo indefinido para lo que habría que crear nuevas clasificaciones ¿Ven a lo que me refiero cuando digo que las clasificaciones de Kenta-sama se quedan cortas?
    Lo que no me gusta de este universo es que no puedo definirme, ya que a veces, hablas de “producción” y “grabación”, como si se tratase de lo indicado para un estudio de cine, en otras oportunidades haces referencia a caricatura y en otras tantas, te refieres a las vidas de los personajes como si fueran las reales.
    Es confuso, como esos cuadros de Escher en que no puedes definir las cosas porque la mitad de unas es el comienzo de las otras y todo es muy indefinido y ambiguo.

    Te comiste letras en algunas partes. Muchas de tus descripciones al principio están entre paréntesis. Te vi “descripciones” del tipo “ojos de puntito” y “gotitas animé”. En el primer caso no tengo comparación adecuada, más que cara de idiota, y en el segundo, las gotas esas son representación gráfica de “gran pena/vergüenza, nervios copiosos”. Por cierto que el “signo de enojo” al que haces referencia es una clara referencia a las venas latiendo en la sien, comparable a un tic, que nos da al enojarnos a veces.

    “Con la magia de las caricaturas todo se puede” es un argumento flojo, sin sentido y sin sustento.
    Si bien entiendo que hacen al propósito del humor ligero de tu fic —todo el fic es ligero, como la mayoría de aquí—, me parece que no quedan bien porque le quita toda verosimilitud que, a mi parecer, es importante para una buena historia.

    Y te encontré OoC, que es un poco comprensible si entendemos que manejas un universo alterno, pero aún así no debes excederte. Creo que exageraste mucho con los toques/golpes entre Miroku y Sango y con los tongos a Jaken T_T. Hay OoC especialmente en Kikyou y déjame decirte que el personaje más difícil en todos los aspectos es sin duda Sesshoumaru (y todavía me pregunto cómo hizo Rumiko para crearlo). Yo he escrito UA también y puedo decirte que es difícil hacerlo bien y hay que tener habilidad (no cualquiera lo hace).
    No me parece muy justo que digas que a todos los personajes “un poco de OoC les va bien, ya que es un UA”, mientras que Sesshoumaru es indiferente a todo “porque él es así”. A ley pareja nadie se queja, o a todos los haces derechitos o a todos los enloqueces, pero no esto. Le estás dando demasiado crédito a Sesshoumaru. Ya sabemos que es un Gary Stu de primera línea, pero no hace falta empeorar las cosas. Yo también soy fan del personaje y de proteger al personaje… pero esto

    Creo que hacer que los flashbacks interrumpieran de esa forma en medio de la trama no queda del todo bien y me parece que hubieras optado por otro tipo de transición diferente a las viñetas.

    En cuanto al segundo capítulo

    ¿Cuando dices al aeropuerto de Tokyo te refieres al de Haneda? Porque los vuelos internacionales se realizan desde el aeropuerto de Narita, que se halla en la prefectura de Chiba. Verás que tuve todo un problema cuando quise relatar el viaje en avión de dos personajes de entre mis originales, Asurama, of course.

    Repetiste mucho la expresión “por enésima vez”, hay otros números aparte de ese y otras expresiones.
    Veo que Inuyasha les dio unos cuantos adjetivos descalificativos a los demás grupos.
    El nombre de “Ginta” lo escribiste “Guinta”, creo que olvidaste que la pronunciación del romaji en japonés —y el japonés en general— es muy distinta.

    “Porque él es el gran atractivo visual de la serie” nunca creí que estaría más de acuerdo contigo. Siempre he pensado que el que atraía fans al pobre anime de su inútil hermano era Sesshoumaru. El … es un Gary Stu de primera línea y, Dios, es de los pocos que son admirados a pesar de eso.
    Con que el gerente de la SONHY, sabía que ahí había gato encerrado u_u
    Y los cosplayers no son personas que se disfrazan como personajes de anime, son actores que interpretan a personajes de anime, con todo y ropa.

    En cuanto al tercer capítulo. “Tenía un tono de voz medio raro y ciertas maneras” o sea, era puto.
    “Si con Tenseiga no cortas ni un queso”, bueno, Inuyasha tiene la lengua larga, a esto no puedo considerarlo exceso de ninguna manera XD.
    La parte en donde Sango saca su espada me recuerda la tercera película de Piratas del Caribe donde pretenden desarmar a Elizabeth.
    “Lo que te gusta es que te den PAS”, pobre Miroku, la verdad, a veces tiendo a pensar que es masoquista.

    Por cierto, me sorprendió que Sesshoumaru tuviera su brazo izquierdo ANTES de los acontecimientos acaecidos ya sabemos cuando, y eso aunque este sea un intento de universo alterno y sea necesario para el resto de la trama.
    No te digo que me moleste, sólo digo que me sorprende. Además, te digo la verdad, en los últimos capítulos, lo que me resultó extraño y hasta estorboso fue que tuviera los dos brazos, digamos que me había acostumbrado a que peleara con uno solo y, en cierto modo, quedaban sus peleas mucho más estéticas (no puedo creer que estoy diciendo esto). Claro que en ciertas circunstancias quedan mejor dos brazos, pero no pretendo decir cuales circunstancias son esas.

    Sobre las cosas acaecidas en el cuarto capítulo
    Dios, nunca pensé que sentiría pena por Naraku.

    “¡Naraku, ya te estas pudriendo!”, esto fue horrible, sé que sabes a lo que me refiero.
    Siempre traté de imaginarme cómo sería la vida de Naraku y “demases” sin estorbos ni peleas, es decir en el entretiempo. Pero nunca me imaginé nada semejante, la verdad.

    Pero me causó mucha gracia que…
    ¿Es mi imaginación o Rin supo donde atacar?

    Sobre el quinto capítulo, me llenó de ternura de principio a fin, obviamente refiriéndome a la inocencia de Rin. Jaken parecido a Shrek, por Dios, qué se supone que es eso u_u. Y Monsters Inc…. Mejor me reservo la opinión.
    Esas escenas de Rin con Sesshoumaru me derritieron de ternura, fue hasta cierto grado “insoportablemente tierno”. Y me resulta casi imposible que escribiendo así no le des chances a esa pareja, en especial que vengas invitándome si conoces mi punto de vista ultraconservador, aunque hacer la crítica al fic me obliga a mantener la neutralidad durante la mayor parte del tiempo -_-U cosa que no es sencilla.

    Me dio mucha gracia tu auspicio de Sedal, una de mis marcas favoritas… antes de que se cayeran todos los hermosos cabellos de mi cabeza. Pobre Sesshoumaru, las cosas que tiene que soportar.

    “Excelencia, ni a las estatuas respeta”, lo que puedo halagar de tu fic en general es la descripción que haces de los lugares, escogiste muy buena ambientación y la graficaste bastante bien. En especial me gustó cómo describiste los diferentes atuendos correspondientes a los personajes, creo que, en general, tienes muy buen gusto.
    Me dan gracia algunas de las mañas de Miroku, como andar buscando y mirando mujeres, la verdad.
    El capítulo sexto está muy bueno, aunque creí que los personajes mostrarían más curiosidad, mínimo como Rin, es decir, aunque esto es un UA, ellos entran completamente a un mundo distinto y yo personalmente me quedaría petrificada.

    Tal vez no me gusta que cualquier cosa la tapas con “el público lo pide” o “en las caricaturas todo se puede”, creo que se puede argumentar de una manera más original. Después de todo, a ti imaginación no te falta.

    A lo largo de la trama me da la impresión como que Sango está más apegada/restregada de su propio hermano que con Miroku y, si bien eso resulta enfermo, siempre que veo a esos dos me queda esa impresión, no importa dentro de qué formato o género les lea. Tampoco estoy muy segura de si Rumiko quiso graficar/ejemplificar algunas clases de parafilias, gustos extraños en sus relatos. Aquí incluyo a Sesshoumaru, mal que me pese.
    Me sorprendió la manera en que comenzaste a manejar la relación entre Kouga y Ayame, dejando ver cierto romance implícito, a pesar de apegarte bastante a sus personalidades. Lo que sí es raro es que ellos sepan vestir corbatas y camisas por sí mismos sin haberlo hecho nunca antes. Como ves, hay algunos cabos sueltos —lo siento, la loca de los hilos bien atados—.
    También me sorprende que aquí Kagome y Kikyou tengan una relación tan pacífica, siendo que en el anime es bastante cortante, no digo mala. Eso mina un poco en las personalidades de ese raro triángulo.

    Aunque al final del capítulo sexto, ni se diga, te aplastó el OoC. Y venía tan bien la cosa hasta la ceremonia.

    En cuando al séptimo capítulo “mejor confiese y todos le dejarán en paz”. ¿Esto es una entrevista o un interrogatorio? Aunque me mató la parte de Jaken.
    Fue… extremadamente irritante y desagradable la presencia de esa tal Rita —no soy muy afecta ni aficionada a las sagas como lo es Harry Potter— y la gracia que pudo haberme dado se me tornó en desagrado.
    Por otra parte, lo siento si de verdad piensas y deseas que siga manteniendo total neutralidad, lo cual me resulta francamente imposible siendo que yo bajo ningún punto de vista puedo sostener, entre otras cosas, que Kikyou simplemente acepte, sin más ni más, que fue dejada a un lado por alguien como Kagome y que Sesshoumaru y Rin tengan una relación de padre e hija —siendo que mínimo es de sirviente-amo—. Debo decir que con esta escena prácticamente me arruinaste a mis dos personajes favoritos a lo que tomo como casi sagrados —Sí, a Kikyou y Sesshoumaru, me estoy refiriendo— y me dejaste tentada a dejar de leer.

    Por otra parte, y ya no puedo seguir: detesto a las Mary Sue. Incluso a los personajes devenidos en Cannon Sue. Lo siento, tengo que decirlo, “odio” a tu Sesshoumaru y no al personaje, que al personaje lo amo, sino a la caracterización que has hecho. Bien, él es un Gary Stu desde su nacimiento en manos de Rumiko… ¡pero al menos ella lo hizo adorable!

    ¿Y en este fic?
    Sí, claro, él habita en suite especial en Hotel de lujo, llega en Jet privado, antes que los otros, separado de los otros, enloqueciendo y espantando completamente a todos/as a su paso, sin prestar atención absolutamente a nadie. Tiene entrada especial, tratamiento especial y preferencial, comité de bienvenida… lujo, dinero, atuendo especial y llamativo… con mesa aparte y hasta se ve protegido de las preguntas indiscretas y las esperadas consecuencias… y es el único que no se ve afectado por las reglas de tu fic, siendo que su todopoderosa empresa, es decir, él mismo, se protege contra cualquier ley que maneje la trama para el resto de los personajes. Lo solucionas todo con “son sus condiciones”, pues que también los otros pongan sus malditas condiciones.
    Tampoco me parece muy justo que digas que a todos los personajes “un poco de OoC les va bien, ya que es un UA”, mientras que Sesshoumaru es indiferente a todo “porque él es así”.

    …Podría seguir, pero ya no aguanto las ganas de vomitar. Sesshoumaru es perfecto, pero esto es la exageración. Desde el momento en que vi aparecer a Rin en su vida, creí que jamás en mi vida volvería a detestar a Sesshoumaru y que jamás volvería a proferirle insultos. Me equivoqué.

    En lo subsiguiente, tu Sesshoumaru me puso los pelos de punta, pero no precisamente por “lo bien hecho que está”, sino por la exageración del Sueismo. El “sutil” cambio del daiyoukai ¿a eso le llamas sutil? Por todos los cielos es un “todos lo quieren, nadie lo odia”, incluso los artistas reconocidos, incluso Naraku y los suyos y cada mujer existente. Es tan perfecto que ni siquiera se ve cómo se desarregla al comer. Tan perfecto que se desenvuelve en la época actual como si hubiera nacido para ella… Es tan perfecto que es una puaj! versión youkai de Edward Cullen —Perdón, Se-chan, sé que acabo de insultar tu honrada persona con semejante comparativo—.
    Si quieres que alguien quiera a tus personajes, nunca los hagas perfectos.

    También me pareció ridículo que admitas que Sesshoumaru accede a todos los deseos de Rin sólo para puntualizar que en realidad acaba fijándose en alguien más.
    Por otra parte, y me lo estuve tragando a lo largo de todo el fic: describiste a Byakuya como si en realidad fuera Jakotsu, lo cual me pareció un error. Te vuelvo a puntualizar que el OoC en Kikyou, tampoco estoy dispuesta a tolerarlo, sonreír a lo natural no es lo común en ella, ni coquetear con los hombres, del mismo modo que no es en Naraku mostrar esos sentimientos humanos que tanto detesta, así sea profundo enojo.

    En lo personal, opino que Rin y Kohaku no harían una buena pareja porque sería algo como “Buaaa! ¡Kohaku, tuve una pesadilla! ¡soñé que mis padres morían!” “¡Buaaaa! ¡yo maté a mis padres!” “Lo siento, Kohaku, te hice sentir mal” serían una pareja de emos, quieras o no. Son mentes débiles con pasados traumáticos, es por eso que buscan la contención de una mente fuerte como la de Sesshoumaru, del mismo modo, Sesshoumaru busca ser seguido por esas “mentes débiles” para poder percibir su propia fuerza. No es Rin lo que atrajo a Kohaku a ese grupo, sino el poder de Sesshoumaru (sí, notorio KohakuXSesshoumaru, nos guste o no). Sesshoumaru, entre los suyos, es un centro de gravedad debido a su poder y su voluntad, aún sin proponérselo.

    Y a los japoneses les gusta el tango, pero no sé si dé para esa clase de fiesta… ¡además nunca digas a un argentino como yo que el tango no te agrada!

    “¿Acaso este… se me está descarando como Miroku?” a veces, Inuyasha es único hasta en tu fic y puedes manejarlo bien si te lo propones.

    Tendrás que darme un tiempo para intentar analizar lo demás.

    Fui tan sincera como me fue posible.
    Luchy te saluda.

    P/D: mata a ese Sesshoumaru tuyo antes de que yo, Asurama-san le haga vudú.
     
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    Gomenasai por la tardanza... quiero agradecer públicamente el gran comentario de Asurama sempai sobre mi fic... tienes razón en varios aspectos, y no como disculpa porque las criticas deben ser recibidas sean buenas o malas porque al final nos ayudan a mejorar, pero me parece que en realidad no estoy manejando del todo mal a los personajes... en fin mis querid@s lector@s, me estoy tomando más tiempo para continuar con una buena tónica sin desmerecer a los personajes... afinando detalles sobre Naraku, porque recordemos que el juego se hace por él y va a seguir participando... en cuanto a Sesshomaru... ya le tocará una dosis de humor a sus costillas, de forma sutil y por quien menos esperaba, consiguiendo que pierda la cordura aunque sea momentaneamente. Por ahora es lo que digo en mi defensa, sin dejar de reconocer a una gran escritora como Asurama sempai (sus fics son fabulosos), de quien muchos podemos aprender. Les avisaré de la conti por el medio habitual. Arigato
     
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    Un juego por la vida de... naraku?
    Clasificación:
    Para todas las edades
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    Comedia
    Total de capítulos:
    33
     
    Palabras:
    3943
    Después de tiempo ausente para este fic (los estudiantes de bachillerato me entienden, "Pasado mañana" debe avanzar más y los Saiyajins se empeñan en conquistarme) tengo la conti... Tal vez le bajé un poco al humor porque tratandose de Naraku, es algo serio... Disfrutenlo como yo al escribirlo. Gracias.

    Capítulo 15.

    ¿Qué le ocurrió a aquel por el que se juega la vida? Volvamos un tiempo atrás de donde nos quedamos.

    Señor Naraku, — le dijo el encargado de la comandancia en Las Vegas, un rubio bigotón con un acentuado tono americano — ha cometido una falta grave al convenio otorgado a su representación…

    Exijo ver a mi abogado. — dijo el seudodemonio interrumpiendo la perorata — No diré nada más hasta que este presente y me lean los cargos frente a él.

    Descuide, — contestó su interlocutor — viene en camino, ya está enterado de todo.

    Bien. — Naraku se cruzó de brazos — Me han dicho que la justicia norteamericana es de las mejores… esperare.

    Se dejó caer en una silla y trató de sonreír con suficiencia, con esa característica mueca de ironía. Unos diez minutos después…

    Naraku… ¿cómo pudo hacer eso? — el señor Ranma Zaotome se presentó en el lugar, parecía visiblemente preocupado — Recuerde que la producción…

    Sólo dime que diablos vas a hacer para solucionar este asunto, — interrumpió el aludido por segunda ocasión — no creo que sea conveniente para el show que me quede aquí. Por cierto… — lo miró con curiosidad esta vez — ¿qué no eres el que acompaña a Sesshōmaru?

    Así es, soy representante de la producción del anime en este país. — respondió el joven señor Zaotome sacando unos papeles de su portafolio — ¿Cuáles son los cargos? — se dirigió al comandante en tono respetuoso.

    Pues ya sabe usted que… — empezó a hablar el interpelado bigotón.

    Todo es por una estupidez. — Naraku levantó la voz — ¿Acaso un “padre protector” como yo no puede preocuparse por el bienestar de su “hija adorada”? — fingió ofenderse en sobremanera, hasta casi le brotan lágrimas de cocodrilo — Tengo que cuidar a Kagura… no sea que salga con su “domingo siete”, no señor; y después el responsable de dicho acto se haga el desentendido — le dirigió una mirada significativa a su abogado.

    Por favor Naraku, — a Zaotome le brotó una gota anime en la frente — eso ni tú te lo crees… mejor vamos a escuchar los cargos para resolver.

    De acuerdo, — recuperó la ironía — nada más no vaya a creer Sesshōmaru que se la va a llevar así como si nada… tiene que darme por su manutención, pues me costó parirla.

    El punto no es tu “amor paternal”. — el joven de la trenza puso los ojos en blanco por un instante — Disculpe la interrupción, — volvió a dirigirse al americano, dedicándole una reverencia — continuemos donde nos quedamos.

    El hombre blanco parecía muy molesto por haber sido ignorado de esa forma; las otras personas que se encontraban ahí, policías, administrativos, otros detenidos, familiares y algunos metiches, cuchicheaban mirando sin mucho disimulo al de alborotados y largos cabellos negros.

    Espero no se me interrumpa nuevamente, o los “entambo” a los dos por detener el cumplimiento pronto y expedito de la justicia — recalcó con ese duro acento americano, lanzando chispas por sus ojos azules claro.

    Le aseguro que no sucederá de nuevo — Zaotome hizo una reverencia más profunda.

    Ejem… — carraspeó el comandante — Como le decía, los cargos contra el acusado son por el incumplimiento a una orden de restricción sobre su permanencia en la ciudad.

    Sí, ya veo. — el abogado pareció meditar un poco — ¿Me permite un momento a solas con mi cliente? — preguntó con amabilidad — Necesitamos aclarar el punto.

    Muy bien… llévenlos a mi oficina privada — le indicó a un oficial.

    Se encaminaron al lugar señalado y entraron. El oficial los dejó solos, quedándose afuera para vigilarlos.

    Bueno Naraku, — habló Zaotome, acomodando el contenido de su portafolio — el señor gerente de la SONHY está enterado de tu falta y…

    ¡Ah, eso es bueno! — el de ojos rojos interrumpió una vez más, haciendo gesto de complacencia — Realmente me parece una tontería que se me restrinja el horario…

    No te adelantes por favor. — el joven de la trenza levantó un poco la voz para imponerse — El señor gerente considera adecuado que cumplas con el castigo que se te impondrá.

    ¿¡Qué!? — Naraku abrió los ojos de más — ¿Pero cómo puede decir…?

    Eso es lo mejor para la producción del anime. — sentenció el abogado de forma un tanto cortante — En tu contrato especifica lo que debes hacer.

    ¿En serio? — el seudodemonio preguntó de forma suspicaz y amenazante — No recuerdo haber leído algo semejante.

    Ya sospechaba que dirías algo así, — dijo el joven señor sin amedrentarse, y le extendió unos papeles de los que había tomado de su portafolio — por lo que me tome la molestia de ampliar las letras pequeñas. Léelo tú mismo.

    El engendro agarró los folios sin mucha delicadeza, dedicándole a su interlocutor una mirada algo fiera. Lo leyó dos veces para estar seguro de que entendía a la perfección el contenido de las mismas.

    Aquí sólo menciona que el productor tiene la última palabra en alguna controversia, — dijo en cuanto terminó, devolviendo las hojas — no menciona nada en caso de… alguna eventualidad de este tipo.

    Bueno Naraku… — Zaotome parecía un poco desesperado — nadie pensaría que un personaje de anime se metería en problemas con la justicia del mundo real… en fin. — se encogió brevemente de hombros — Lo más que pueden hacer es imponerte un castigo de 36 horas detenido por ser la primera vez.

    ¿No hay otra forma de… solucionarlo? — Naraku suavizó su tono — Se que en todos lados hay gente fácil de convencer… creo que usted entiende a lo que me refiero — miró a su abogado con expresión tranquila.

    Claro, claro… — el de la trenza pareció meditar esas palabras — Se puede ofrecer una módica ayuda al gobierno para obras de caridad.

    ¿Verdad que no habría problema? — el seudodemonio volvió a sonreír como acostumbra, sintiéndose más confiado.

    Ya veremos… — contestó el joven — Creo que debemos presentarnos ante el comandante, y permíteme hablar a mi, no vayas a decir nada — agregó cerrando el portafolio.

    Estoy seguro de que un joven con tanto talento como usted lo arreglará de la forma adecuada. — Naraku habló zalameramente, notándose su alivio — Por eso Sesshōmaru le ha tomado tanta confianza… y eso ya es mucho decir.

    Favor que me haces — Ranma Zaotome parecía muy orgulloso de sí mismo.

    Salieron y fueron escoltados otra vez por el oficial, hasta donde el comandante se encontraba arreglando algunos cuantos asuntillos más. Esperaron veinte minutos para ser atendidos nuevamente.

    Bien, bien, — dijo el hombre rubio — en vista de que han platicado volveré a leer los cargos.

    Adelante, lo escuchamos — indicó el de la trenza.

    Ejem… — carraspeó el bigotudo — “Esta madrugada, siendo las dos horas de la mañana, se detuvo al señor… Naraku” — miró al aludido — ¿Ese es su nombre? — preguntó, y aquél afirmó con un gesto de la cabeza — Bien… “al señor Naraku, de nacionalidad japonesa, en el interior del hotel…

    El comandante terminó con la descripción de los hechos, para continuar con la lectura del convenio firmado entre la productora del anime con la alcaldía del condado de Las Vegas sobre la orden de restricción para Naraku y Moryumaru, al llevar en su interior sustancias tóxicas que ponen en riesgo el medio ambiente; en dicho convenio se especificaba que no podían andar fuera del relleno sanitario más allá de la medianoche.

    Por el desacato a esto, se le sentencia a cumplir con 36 horas de arresto sin derecho a fianza, en los separos de esta comandancia — culminó el americano, con tono y gesto de suficiencia.

    Mi cliente acepta el castigo, — sonrió Zaotome disimuladamente, hablando también de forma respetuosa y seria — pero quisiéramos la posibilidad de cambiar algunas de ellas por servicios comunitarios al condado… — miró de soslayo a Naraku, y éste tenía expresión de desagrado, más no abrió la boca para protestar — Me parece que se puede apreciar la buena voluntad de nuestro patrocinador — y se inclinó respetuosamente a la usanza japonesa.

    No se diga más, — dijo el servidor público — pasará 24 horas detenido y las siguientes 12 serán para dichos servicios. Pase con la secretaria para firmar de conformidad a nombre de su cliente. — indicó señalando hacia un escritorio — ¡El siguiente caso! — gritó para llamar a los que esperaban su turno.

    Ranma Zaotome se dirigía a firmar y a Naraku lo conducirían a su celda. Antes de que se lo llevaran le recriminó al abogado.

    Pensé que lo solucionaría de otra forma — espetó por lo bajo.

    Naraku… ¿creíste que el gerente pagaría por tu libertad? — dijo el de la trenza con ironía, hablando también en voz baja — Tengo para ti un obsequio de parte del señor gerente, para compensar el mal rato. — esta vez lo dijo en un tono normal, entregándole un mini reproductor portátil de casetes — Son unas palabras de aliento… diviértete por 24 horas, que alguno de tus “hijos” vendrá a verte pronto — y se retiró tan rápidamente como había llegado.

    Así que al engendro no le quedó más que ceder… aunque pudiera librarse de los torpes humanos no le convenía, pues perdería dinero de sus regalías. Con cara de verdadero enfado se dejó conducir.

    Un poco más tarde, ya muy de mañana en la habitación de un hotel de no muy alta categoría…

    Lo siento pero tú tendrás que ir — decía una joven de larga cabellera negra y rojas pupilas, en tono de absoluta molestia —. No tengo ningún deseo de verle la cara.

    Pues yo tampoco — le contestó la persona a la que se dirigía, un muchacho que también tenía negros y largos cabellos —, Naraku puede llegar a ser un verdadero fastidio.

    Kagura… Byakuya… — una voz un tanto irónica intervino en la conversación — mejor se largan los dos, a ver que se le ofrece a “papi” — era un jovencito que aparentaba unos once años, albino de cabellera blanca y ojos violetas —. El muy imbécil debe estar rumiando su coraje — y se sonrió abiertamente.

    Hakudoshi tiene razón — habló un pequeño niño, un bebé de apariencia muy similar al primero —, ambos son los indicados para cumplir con esta misión.

    ¿¿QUIÉN LES PIDIÓ SU OPINIÓN?? — los dos mayores levantaron la voz, agitando con su grito los blancos cabellos del mayor de los albinos.

    Además tengo que consolar a Kanna, — agregó Kagura un poco preocupada — la pobre debe estar sufriendo mucho por él.

    Todos volvieron la vista hacia una niña, cuyos blancos cabellos le daban un aire a Hakudoshi, y en cuyos ojos profundamente negros se reflejaba… nada. La jovencita estaba como absorta y perdida en un lejano mundo más allá de lo que los demás podían ver.

    ¿Segura que necesita consuelo? — murmuró el infante Akago, guardándose una carcajada —. Kagura… para mentirosa eres muy mala.

    Bien — intervino Byakuya, haciéndose oír con su voz varonil —, resolvamos este embrollo de una manera civilizada.

    ¿Qué propones? — la de ojos rojos lo miró con desconfianza.

    Lo más justo — y extendió una mano… —. Que sean dos de tres — para jugar “piedra, papel o tijeras”.

    Fascinante… — murmuró Hakudoshi en tanto a Kagura le brotaba una pequeña gota anime en la frente — Byakuya posee recursos ilimitados.

    ¡”Piedra, papel o tijeras”! — los dos “hermanos” de cabellera oscura hicieron los movimientos correspondientes de dicho juego —. ¡”Piedra, papel o tijeras”!

    Tres minutos después…

    Admítelo como buen hombre… — dijo la de los vientos, cruzada de brazos y con cara de molestia — perdiste.

    ¡Eso no es justo! — el de las ilusiones parecía a punto de llorar, hablando con su voz rara —. ¡No quiero ir!

    Pues tienes que hacerlo aunque no quieras — le recriminó su “hermana” —. Fue sugerencia tuya resolverlo de esta forma absurda.

    ¿Por qué yo?, ¿por qué? — el joven se botó al suelo, revolcándose de coraje.

    A Hakudoshi, a Akago e incluso a Kanna, les brotó una gota anime colectiva al ver a su “querido hermano” hacer semejante berrinche. Moryumaru se asomó en ese momento, haciendo su entrada triunfal por la ventana. Miró al de cabellera negra, un tanto sorprendido por su actuar.

    ¿Acaso Byakuya está enfermo del estómago? — se dirigió a Kagura, acercándose a ella.

    No, pero ya sabes que le encanta ser teatrero — contestó la aludida volteando a verlo —. Es bueno que hayas llegado ya que te quedarás con Akago y Hakudoshi mientras voy de compras con Kanna.

    ¿De… compras? — el deforme ser se extrañó un poco por la petición en tanto los niños dirigieron la vista a la de los vientos —. ¿Por qué vas a… ir de compras?

    Porque voy a salir con Sesshōmaru en la noche — dijo muy sonriente, ignorando ya a su berrinchudo “hermano” —. Y todos iremos al espectáculo nocturno del “Cirque du Solei”… a veces Naraku hace cosas que valen la pena — agregó complacida.

    ¿Otra vez vas a pasear con él? — Hakudoshi la miró con suspicacia —. De verdad que te pasas… mira que enfrentarte a Naraku de esa forma tan directa…

    ¿Por qué vas a ir con el gran Sesshōmaru? — Byakuya se incorporó rápidamente al oír las palabras de la joven, y fue a sacudirla con algo de violencia —. ¿Con el permiso de quién, eh? — dijo con voz de hombre enojado.

    No necesito permiso de nadie para salir con él — Kagura se soltó de su agarre y lo miró ofendida —. Sesshōmaru me ha invitado esta mañana; en cuanto se enteró de la idiotez que cometió Naraku me envió esta misiva a través del hombre que lo ha acompañado desde que llegamos — le mostró una notita sin dejar que la tomara, guardándola inmediatamente entre su busto —. Así que no me molestes y vete, porque Naraku te está esperando para que le palmees el hombro…

    Ante estas palabras el joven de las ilusiones salió sin despedirse de nadie, azotando la puerta al cerrar.

    Anda Kanna — la de los vientos se dirigió a su pequeña “hermana”, tratando de sonar más amable —, acompáñame y te compraré un lindo vestido… y ya no estés preocupada por Naraku — puntualizó conduciéndola al baño —. Ustedes pueden ver la televisión — se dirigió a los albinos y al deforme Moryumaru.

    Kagura… — Kanna habló por primera vez, sin variar su tono indiferente acostumbrado, y sin ver directamente a nadie en particular — todos moriremos antes que Naraku — y entró al baño precediendo a la mayor —, pero no me preocupa porque yo no siento nada — dijo al terminar y no volvió a abrir la boca.

    Eee… — la de ojos rojos tartamudeó un poco — te comprendo perfectamente — dijo por decir algo.

    Los otros tres ya ni les hicieron caso y, tomándole la palabra, Hakudoshi se dedicó a buscar un canal en donde pasaran películas con alto contenido violento. Para Moryumaru no fue una mañana agradable, pues Akago había caído preso del encanto de los “Teletubbies” (al fin que es un bebé) y se peleó con su otra mitad por el control de la T.V., hasta que se hizo del baño y tuvo que ser aseado escrupulosamente por su deforme “niñero”.

    En cuanto a Byakuya…

    Muy buen día — se presentó educadamente ante una secretaría, en los separos de la comandancia de la ciudad, hablando con su tono varonil —, se que no es hora de visita pero he traído el desayuno para Naraku, prisionero desde la madrugada…

    La hora de visitas es hasta la tarde — puntualizó la mujer, que era bastante grandecita.

    Comprendo… — respondió el de las ilusiones con gesto serio, sin dejar de ver a la servidora pública —. Dígame una cosa, ¿le gustaría descansar en estos momentos en una playa paradisiaca? — le guiñó discretamente un ojo —. Puedo concedérselo si gusta… a cambio de ver a Naraku por diez minutos. Nadie se enteraría.

    ¿Cómo podría hacer eso? — la mujer lo miró dudosa —. Tengo que estar aquí, aun no estoy de vacaciones.

    Usted confíe en mí —. agregó el joven y, en ese momento, todo el lugar fue transformándose hasta tomar el agradable aspecto de una palapa en una de las más bellas playas del mundo, ubicada en Bahías de Huatulco.

    ¡Oh — la secretaria estaba asombrada —, es realmente estupendo! — Vestía un traje de baño muy coquetón pero, al ser una mujer ya madurita, no lucía muy sexi. Sin embargo puso gesto de complacencia —. ¡Qué agradable!

    ¿Entonces puedo llevarle esto a Naraku? — Byakuya lucía como mesero de playa, y llevaba una bandeja con muy buen estilo y equilibrio —. Después le traeré la especialidad de la casa… un coctel estilo “Conga” — habló un tanto seductor —, es una bebida exquisita que la transportara al cielo.

    ¡Oh, sí, claro! — la dama señaló una dirección —. Es por allá… — y le dedicó una mirada que pretendía ser coqueta — espero mi coctel.

    En seguida regreso, hermosa señorita — el de las ilusiones se guardó una carcajada y un gesto de asco y, con paso ligero, se dirigió al lugar indicado —. ¡Iugh! — dijo al salir del alcance de la vista de la mujer, empleando su tono raro —. Los seres humanos son fácilmente manipulables.

    Naraku se encontraba en la celda más próxima a la entrada. Al verlo llegar se levantó de donde estaba sentado y lo fulminó con sus rojas pupilas.

    Ya era hora de que alguno de ustedes, ineptos, viniera… — espetó antes de dejarlo abrir la boca — ¿Dónde esta Kagura? — preguntó visiblemente airado.

    ¡Ay Naraku! — su “hijo” habló con su tono raro, sacando algo de la bolsa que llevaba —, deja de preocuparte por esa “perra arrastrada” y tómate esto… es para el stress — le dio una pastilla y un vaso con agua —. “Dalay” Naraku, “Dalay”.

    ¿Cómo quieres que me tranquilice si la muy “zorra” consigue sus deseos? — dijo alterado, sin tomar lo que le ofrecían —. Ninguno puede ser feliz antes que yo, no lo toleraré.

    ¡Ya bájale la espuma a tu chocolate y aliviánate! Y trágate esto — Byakuya casi le mete la capsula en la boca —. No va a ser feliz porque el gran Sesshōmaru no la quiere como ella quisiera… a lo mejor únicamente la utilice para satisfacer sus bajos instintos y la mande a volar.

    Si… tal vez tengas razón — el seudodemonio cambió levemente el gesto y volvió a sonreír —. ¿Quién va a querer a una tipa tan corriente como Kagura? — se pasó la medicina por la garganta, bebiendo un sorbo de líquido —. Pobrecita… — fingió apenarse — va a sufrir mucho antes de morir… ¡mmh, mmh, mmh! — rió un poco por lo bajo.

    Bueno — el joven de las ilusiones guardó el frasco y lo demás que había sacado —, me voy antes de que termine la ilusión que le fabriqué a la tonta secretaria y toda la bola de ingenuos que estaban con ella — retornó a su voz de hombre y, antes de irse, pareció recordar algo importante —. Por cierto, el señor que acompaña a Sesshōmaru te recuerda escuchar el casette que te envió el gerente de la televisora — y salió por donde entró.

    Así que, muy obediente, Naraku sacó la cinta de debajo del colchón, para escucharla por primera vez. Lo que oyó lo dejó petrificado de susto.

    No puede ser… esa voz es de… — retrocedió algo espantado.

    “Naraku…” se escuchaba una voz grave que salía de la cinta “estaré vigilándote”.

    Nota: Poor Naraku… ¿quien puede amenazarlo de esa forma tan estoica?... ¡chan chan chan chan! Suspense por el momento, que no todo en la vida es risa aunque esto tienda más a ello. Continuaremos en la próxima con más peripecias de Naraku y sus “achichincles”. Gracias por su paciencia y apoyo. Saludos.
     
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  15.  
    Fernandha

    Fernandha Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

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    Gracias por el aviso -(<---por fin pudo comentar x`D <---)-

    Se acentúa "Si" cuando se utiliza en forma de afirmación ante algo o alguien, ya que es una palabra diacrítica; ejemplo: "Sí, tienes razón". Fuera de eso puedo decir que tienes una escritura un tanto limpia, por así decir.
    Pobre secretaria, intentando seducir a Byakuya. Pero para colmo, Naraku y Byakuya hablablan mal de la "hija" del primero; lo que dijo el segundo me recordó a un comercial de "Dalay" x`D Me encantó esa parte. Hm..., interesante descenlace. Por el momento no tengo mucha imaginación para estar en modo detective y hacer unas hipotésis sobre lo creo x`D

    Esperaré el próximo.
    Adiós y buen día.

    At: Fer-chan.
     
  16.  
    cristty

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    Muchas gracias por el aviso!
    Yo creo saber quien es!!! jajajaj resulta mas que ovio quien es la unica persona que puede hacer que Naraku tiemble... Sip!
    Y esa forma tan fea de llamar a Kagura?? Que malos son! Aunque yo por los celos pienso lo mismo... Ok, nop.
    Me gusto la parte en la que Byakuya le dice a naraku: Dalay, Naraku, dalay.
    Y si te entiendo eso del bachillerato. Yo entre ayer lunes a mi semana de cursos, y ya me dejan tarea como si fueran trabajos finales... U_U
    pero bueno, lo que tiene que hacer uno para ser importante en esta vida.
    Bueno, te estare esperando como siempre.
    Muchos besos de mi parte!!
     
  17.  
    InunoTaisho

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    Título:
    Un juego por la vida de... naraku?
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia
    Total de capítulos:
    33
     
    Palabras:
    8335
    Capítulo 15 parte 2.

    Nota antes de empezar: No crean que es de mi agrado ofender a Kagura, pero considero que así es como se expresa Naraku de ella… y también sus desagradables “hermanitos”.

    Esa noche Kagura terminó de arreglarse y se puso un poco más de perfume para disimular el olor característico de su “padre”… al parecer muy consiente de que esa peste no era del agrado de Sesshōmaru. Se admiro en el espejo.

    Bien… — se sonrió un poco mientras los negros cabellos cubrían sutilmente su espalda —, solamente espero que de verdad cubra el desagradable aroma a Naraku.

    La joven manipuladora de los vientos irradiaba felicidad en el hermoso vestido azul turquesa que se había comprado, algo suelto hasta la altura de la rodilla y haciendo juego con unas coquetas sandalias. También dejó su larga y oscura cabellera suelta, resaltando su mirada rubí con un sutil maquillaje. Hasta Byakuya la miró con un poco de coraje, pues admitía que su “hermana” era bastante bonita como para que el gran demonio blanco no sintiera algo por ella; de ahí la amable invitación por tercera ocasión en el transcurso del tiempo que llevaban en Las Vegas.

    Kagura… — dijo el de las ilusiones, recostado aun en su cama —… aquí la única que no huele a rayos es Kanna, así que no ganarás nada con ese perfume barato.

    Quisieras… — espetó ofendida —. Además, tu opinión me tiene sin cuidado.

    Bueno… — se encogió de hombros —… allá tú, yo sólo trato de protegerte de falsas ilusiones.

    Déjame soñar y no me fastidies — reprochó a modo de respuesta —. Seguramente Naraku te lo pidió como un favor.

    ¿Acaso me crees capaz? — Byakuya pareció ofenderse visiblemente y habló esta vez empleando su tono raro —. Parece que no me conocieras… sabes que te quiero con toda el alma y no me gustaría verte sufrir.

    Si como no… — Kagura lo miró con gesto de “No te creo nada”.

    Lo digo en serio — el de las ilusiones alegó para defenderse de la injuria.

    Ya déjalo así y guárdate todo en el fondo — la joven le dio la espalda y tomó un pequeño bolso coordinado con sus sandalias —. Nos vemos al rato — volvió a sonreír y se despidió con entusiasmo poco usual —. Adiós Kanna, adiós niños — dijo algo tierna —, se que se la van a pasar bien en el circo.

    Byakuya pareció debatirse un momento… en realidad el encargo de Naraku le importaba un pepino pero, al igual que su “mentor”, no quería que nadie se divirtiera más que él, y ese alguien era su joven y bella “hermana”, la cual reflejaba alegría en su mirada cuando azotó la puerta al salir.

    Esa “zorra”… — masculló.

    Ya deja de preocuparte por Kagura — dijo Hakudoshi con su tono arrogante acostumbrado, mirando a su “hermano mayor” con un poco de molestia y burla —, mejor lleva todo el dinero que puedas…

    Para comprarnos dulces — completó Akago hablando igual que su contraparte.

    ¿Dulces? — el moreno los miró extrañado —. ¿De cuándo acá comen dulces? — preguntó con ironía.

    Eso es algo que no te incumbe… — espetó el mayor de los albinos —. Tú deber es complacernos sin preguntar.

    Niños groseros… — observó con molestia —. No soy Naraku para cumplir todos sus caprichitos.

    Pues tienes que hacerlo aunque no quieras — intervino Akago sonriendo con arrogancia —, es parte del convenio que firmaste con Naraku cuando te contrató.

    Hakudoshi le mostró un papel salido de un portafolio que apareció de quien sabe donde… casi se lo restriega en la cara, era una copia del contrato que le había firmado al engendro. Los dos albinos se carcajearon ante el gesto de incredulidad y molestia del de las ilusiones. Mientras que Kanna… estaba perdida como siempre en su mundo, y nada ni nadie podría sacarla de allí.

    ¿Cómo es que tú tienes este papel? — preguntó Byakuya en cuanto le devolvió el folio, casi lo rompe de coraje.

    Elemental mi querido Byakuya — respondió Hakudoshi sin quitar la sonrisa burlona en tanto doblaba cuidadosamente el papel —, soy el albacea de Naraku y heredero universal de todos sus bienes…

    Somos — corrigió Akago —, recuerda que su corazón está conmigo.

    Como sea… — el mayor se encogió de hombros —. Por ello es que yo soy su mano derecha… aunque no te guste Byakuya.

    En realidad… — contestó el de larga cabellera negra, aparentemente meditando en esas palabras — me tiene sin cuidado… no quiero cargar con sus broncas también.

    Eso lo arreglaré a mi modo — le interrumpió Hakudoshi —. En cuanto el maldito se muera tomaré su lugar y resolveré los conflictos de mejor manera — sonrió con suficiencia.

    ¿Ya podemos irnos? — intervino el “bebé” —. Se hace tarde y nos ganarán los mejores lugares.

    Tienes razón — afirmó su otra mitad y se encaminó a la puerta olvidándose por un momento de los demás.

    Ejem… — carraspeó Byakuya —. ¿No se nos olvida alguien?

    Hakudoshi volvió la vista y se fijó en Kanna. La jovencita no se había movido de su lugar, cualquiera podría decir que era una perfecta figura de cera.

    Byakuya… — volvió la mirada a su “hermano” —, creo que debes traer a Kanna de la mano o podría perderse — hizo la observación con simpleza —, y dale a Akago para que lo cargue — regresó sobre sus pasos para salir de la habitación —. No quiero perderme la primera función… y espero que los leones sean salvajes de verdad — volvió a sonreír con malicia.

    Mandón — dijo el moreno con un momentáneo gesto de puchero y su tono raro. Se dirigió a la niña y la llamó un tanto alto para asegurar que lo escuchara —. Andando Kanna, llevarás a Akago.

    La jovencita tomó al “bebé” sin cambiar el gesto indiferente perdido en la lejanía, como si no hubiera nadie a su alrededor. Sin embargo, antes de salir dijo algunas palabras… nada relacionado con el momento.

    Naraku… será vencido por la luz — caminó hacia la puerta sin ver a su “hermano mayor” —. Falta poco tiempo.

    Eee… — el de la negra y larga cabellera la siguió —, sí, que interesante.

    Moryumaru ya esperaba por ellos en el hall junto con el representante de la televisora en esas latitudes, el señor Ranma Zaotome, quien les entregó amablemente los pases para el circo y les indicó que limusina tomarían, diciéndoles que esperaba verlos por allá. El joven se retiró en la amplia limusina blanco perla, propiedad del gerente de la televisora, y que era concedida para uso exclusivo de Sesshōmaru… el cual llevaba los cristales polarizados subidos, para que nadie notara su presencia. Por cierto que el impactante vehículo llevaba un remolque, en donde Jaken iba con Ah – Uh.

    Y a todo esto — dijo Byakuya dirigiéndose a Moryumaru después de mirar avanzar la limusina, en lo que ellos subían a la que les fue asignada —, ¿la tonta de Kagura va junto al Gran Sesshōmaru? — preguntó sin disimular su molestia.

    Sí — contestó el deforme ser —, Sesshōmaru se portó muy amable con ella… nadie podría decir que no le gusta.

    ¿En serio? — cuestionó asombrado el de cabellera negra.

    Así parece — afirmó Moryumaru mirando a su “hermano” con algo de suspicacia —. Hasta bajó para conducirla junto a él… te imaginarás la cara de sonsa de la pobre.

    Es una maldita ofrecida — escupió el de las ilusiones.

    Ya cállense los dos — le interrumpió Hakudoshi mirándolos de fea manera —. No vine para escuchar hablar de la “perra” de Kagura, así que me dejan disfrutar el paseo o ya me encargaré de ustedes.

    Ambos “hermanos” prefirieron obedecer… en realidad, si la ingenua de su “hermana” se dejaba llevar por sus propios sueños, no seria su culpa si después el Inugami no quería responder por nada.

    Efectivamente, en cuanto Kagura había llegado al hall fue conducida amablemente por el señor Zaotome hacia el área donde los automóviles se estacionaban.

    Señorita Kagura — dijo en tono cortés —, luce usted muy bien.

    Gracias — contestó un poco amable… para ser ella es mucho decir —. ¿Crees que Sesshōmaru opine lo mismo? — pregunto con algo de ansiedad… algo también raro en su forma de actuar.

    Me imagino que sí — contestó el joven disimulando una sonrisita —, pero usted ya lo conoce… él es de pocas palabras, así que no espere que se lo diga.

    El aludido Daiyōkai esperaba apoyado en el vehículo que la producción le había concedido… la blanca limusina aperlada. Pareció sonreír también levemente en cuanto vio a la manipuladora del viento. Vestía pantalón casual en azul marino, zapatos suaves de fina piel coordinados perfectamente, una finísima camisa de seda blanca con pequeñas rayas en azul, en manga corta; la estola adornaba perfectamente el hombro derecho, dándole ese aire de realeza característico, y su larga cabellera plateada se agitaba suavemente, como si a su alrededor soplara una brisa ligera. Se dirigió con paso elegante para recibirla, aunque ya había retornado a la seriedad en su rostro.

    Menos mal que no tardaste — dijo parcamente con su tono calmado y varonil, mirándola sólo un instante —. Vamos — y le dio el brazo para que ella lo tomara.

    Ni tarda ni perezosa la muchacha se apoyó en él, sonriendo tan abiertamente como nunca en el anime… casi le va un suspiro, sintiéndose la princesa de un cuento de hadas.

    ¡Hola Kagura! — en ese momento Lin asomó la cabecita por la ventanilla de la puerta trasera, sonriendo como acostumbra cuando esta más que contenta —. ¡Te estábamos esperando!

    La joven de negra cabellera pareció fugazmente contrariada por la presencia de la niña, pero recupero la sonrisa… era natural que el gran demonio blanco no dejaría sola a su pequeña protegida. La chiquilla vestía un short de mezclilla, tenis tipo botín en rosa y una blusita blanca con flores bordadas en el mismo tono de su calzado.

    Hola… eres muy amable — le dijo en tono cortés… si quería verdaderamente ganar algo de afecto de parte del Inugami, era mejor empezar por quedar de maravilla con la niña.

    Sesshōmaru abrió la puerta y Kagura se acomodó en el asiento. Posteriormente tomó su lugar subiendo atrás de ella. Fue en ese momento cuando Moryumaru arribó al lugar y, al ver a su “hermana” en el vehículo, únicamente atinó a abrir un poco la boca.

    No se preocupe por nada Señor Sesshōmaru — dijo Zaotome después de dedicarle una respetuosa reverencia al gran demonio —, en un momento estoy con ustedes.

    El Daiyōkai ni respondió y esperó pacientemente a que su asistente abordara la limusina… deseaba alejarse cuanto antes de la inmunda presencia de las otras creaciones de Naraku; sólo la Teynnō, a pesar de lo que había hecho en un principio, le era soportable. Una vez más la parlanchina de Lin era quien hablaba con Kagura.

    Me gusta tu vestido — dijo la chiquilla mirándola con una carita amable, como siempre acostumbra dedicarle a alguien que le cae bien —, así no pareces tan mala y te ves más bonita… ¿Verdad Señor Sesshōmaru? — se dirigió al gran demonio en tanto la joven se sonrojaba un poco.

    Gr… gracias — tartamudeó la aludida algo cohibida.

    Sesshōmaru no dijo ni media palabra ni volteó a ver a la de larga cabellera, concentrado en apariencia en ver por la ventana la llegada de Zaotome… sin embargo sonrió levemente ante el comentario inocente, tan leve y sutil que ninguna de sus acompañantes se percató del hecho.

    Por cierto… ¿tus “hermanos” — Lin volvió a la carga sin preocuparse por que su Señor no hubiera respondido, ya conocía que era bastante reservado en su opinión — van a ir al paseo?

    Sí — confirmó Kagura suspirando un poco fastidiada —, también van a ir.

    Ya veo — la pequeña creyó comprender el malestar de la manipuladora del viento.

    Ya podemos irnos, disculpe el retraso Señor Sesshōmaru — Ranma Zaotome subió en el asiento del copiloto y habló con tono respetuoso dirigiéndose al “jefe” —. Ya sabes del recorrido Kuno — le dijo al chófer —, y conduce con cuidado, recuerda que Ah – Uh y el señor Jaken van atrás.

    Descuide señor — respondió el aludido y encendió el motor.

    Tomaron rumbo a la avenida principal para dirigirse hacia el sur… primeramente al Caesars Palace, en donde pasarían por Kohaku y Kikyō, los invitados especiales, y de ahí se dirigirían al espectáculo de las fuentes danzantes. Lin volvió a hablar… nunca le ha gustado el silencio y menos quedarse con dudas.

    Oye Kagura… ¿por qué son tus “hermanos”? — preguntó —. No se parecen a ti… todos se ven muy malos.

    Bueno… — contestó la Teynnō sin saber realmente que explicar — Naraku nos creó a todos… es como nuestro “padre”, por decirle de alguna forma.

    ¿En serio? — la chiquilla abrió los ojos de más —. ¿A todos? ¿También a la niñita que te acompañó el otro día? — pareció asombrada por ese hecho.

    Su nombre es Kanna… — respondió con amabilidad — y sí, incluso de ella.

    Aahh… — la niña trató de entender todo ese “rollo” —. Y… ¿quién es su mamá? — preguntó al final.

    Sesshōmaru se guardaba las ganas de carcajearse ante las ocurrencias de su pequeña. Una vez más la joven manipuladora del viento enrojeció, pero esta vez por un motivo diferente al de la pena.

    Eee… volvió a tartamudear abochornada — Naraku no necesita a nadie para… reproducirse — dijo casi con un hilo de voz.

    ¿Cómo? — Lin volvió a abrir los ojotes —. ¿Entonces no tienen mamá? ¿Y cómo pudo tenerlos? Yo se que se necesita un papá y una mamá para tener hijos… — explicó con su agudeza habitual, como queriendo explicarle a la Teynnō lo equivocada que estaba… en algún lugar debía estar su “mamá”.

    Pues… — la de negra y larga cabellera quería que la tierra se la tragara, y ni esperar que el gran demonio blanco le ayudara con ese predicamento — hay cierta clase de yōkai que hacen las cosas… a su manera, como Naraku.

    Las pupilas achocolatadas de Lin reflejaban asombro e incredulidad. Su mente infantil aún no podía asimilar el hecho de que yōkai y humanos eran diferentes en varios aspectos, incluso en un acto tan simple de entender para ella… una familia estaba formada por un papá, una mamá y los hijos. Nunca había pensado siquiera que eso podía tener diversas modalidades. Para la chiquilla hasta Sesshōmaru podía ser como una persona porque, a pesar de lo que dijeran del gran demonio y su crueldad, la trataba mucho mejor de lo que la gente llegó a tratarla en cuanto la pobre quedó huérfana, velando siempre por su bienestar. Se quedó calladita por un momento, tal vez uno o dos minutos cuando ya se aproximaban al Caesars Palace.

    Lin — la profunda voz del Inugami la hizo volver a la realidad —, no olvides a Kohaku.

    La conversación había sido de lo más hilarante para el Daiyōkai, aunque pareció no haber puesto la más mínima atención, pues el tono de su voz era tan indiferente como acostumbra. Alguna vez la chiquilla le había preguntado de esas cosas, como en dónde se encontraba su madre, si es que estaba viva todavía, y por qué siempre que veía a Inuyasha lo trataba de mala manera, siendo que el Hanyō era su hermano, el único que tenía… En esos momentos era la hora en que Jaken tenía que intervenir porque Sesshōmaru no contaría sus asuntos privados, ni siquiera el pequeño sirviente sabía todo… así que Lin entendió que esa información tan personal era algo que no le incumbía. Fue simpático que ahora Kagura tuviera que pasar por eso.

    ¡Kohaku, es cierto! — brincó en el asiento —. ¡Gracias Señor Sesshōmaru por invitarlo! — retornó a la carita alegre —, y la señorita Kikyō también se va a divertir.

    Efectivamente la limusina blanca iba entrando en ese instante por el área de acceso al Caesars Palace, llevando tras de si el remolque. Lin bajó de un salto sin esperar que el chófer le abriera la puerta y Jaken la siguió… era la tácita orden de su amo, cuidar de la pequeña aunque no fuera de su agrado. La joven de larga y negra cabellera pareció un momento sorprendida por lo que acababa de enterarse… ¿Sesshōmaru había invitado a Kikyō? Ahora resultaba que la miko le dio vía libre a Inuyasha para que anduviera con Aome mientras ella pretendía ligarse al mayor. Como para no enojarse.

    Kagura… — la voz del gran demonio hizo que volviera a mirarlo. Él también había bajado y se inclinó un poco para ayudarle a salir — cambiaremos de vehículo — y la observó fijamente por un instante, logrando que la joven volviera a sonrojarse al sentir esas doradas pero frías pupilas sobre su persona.

    Lo… siento — tartamudeó y tomó su mano para descender.

    Escucharon a Lin saludar a todos en lo que la de los vientos terminó de enderezarse. A la Teynnō se le hizo agradable que por un momento Inuyasha y compañía pusieran cara de tontos al verla acompañar a Sesshōmaru una vez más. Volvió a sonreír, sintiéndose más que contenta al lado del gran demonio blanco. Les dedicó una sonrisa amable a sus compañeros de anime.

    ¡Qué gusto verlos! — dijo en tono alegre al llegar donde esperaban —, Naraku les envía saludos.

    Un suave tirón de parte del Daiyōkai le indicó que debía soltarle el brazo, lo cual entendió a la perfección y lo dejó libre para que arreglara sus… asuntos. Él no miró a nadie en particular y se dirigió a Miroku.

    Mi llave — habló con su tono grave, varonil y sin emociones —, la otra entrégasela a mi asistente — se refirió al señor Zaotome, que bajó con ellos.

    Permíteme — contestó educadamente el ojiazul entregándole una llave —. Aquí tiene señor Zaotome — le dijo amablemente al buen hombre al entregarle la otra.

    Kagura sonrió disimuladamente al percatarse del gesto entre asombrado, incrédulo y molesto de Inuyasha. El mayor de los Taishō se dirigió está vez a su asistente, ignorando a propósito el malestar de su pequeño hermano.

    Ya sabes lo que debes hacer — le indicó. Posteriormente le habló en tono un tanto de mando a su sirviente verde, lanzándole una breve y dura mirada —. Jaken, vigilarás a Ah – Uh y ayudarás a Zaotome en todo lo que necesite.

    Si amo bonito — contestó el pequeño demonio sin atreverse a contradecir a su Señor, haciendo una profunda reverencia hasta casi besarle el calzado.

    ¡¿QUÉ?! — parpadeó fuertemente el Hanyō, como recuperándose de la primera impresión y encontrando al fin algo que decir —. ¿¿Por qué tú tienes dos??

    Está vez Sesshōmaru sí se dignó a verlo… su dorada mirada reflejaba un poco de burla.

    Son mis condiciones — le contestó tan parcamente a su modo y, desviando la vista una vez más, fingiendo indiferencia por la presencia de su medio hermano, se encaminó al vehículo que le fue asignado —. Lin — miró a la niña después de abrir las puertas por medio del control remoto —, suban ya.

    Muy bien Señor Sesshōmaru — la pequeña tomó la mano de su pecoso amigo, no había dejado de sonreír —. Vamos Kohaku… también usted señorita Kikyō — se dirigió muy emocionada a la miko —. Kagura… me parece que debes de ir con el Señor Sesshōmaru en el asiento delantero — le dijo a la manipuladora del viento, hablándole con ese tono amable y bondadoso característico de su dulce personalidad.

    La aludida se acomodó en el lugar indicado, sin borrar la sonrisa, en tanto el joven exterminador ayudó a la sacerdotisa y a su amiguita a subir en la parte posterior del automóvil. El vehículo en cuestión era un Porsche Turbo 911 convertible, en color plateado metálico, que en ese momento llevaba la capota enrollada; en tanto el otro vehículo era una camioneta Hummer edición especial de lujo, en color verde militar brillante, el cual sería conducido por el señor Zaotome, y Jaken se iría con Ah – Uh en el remolque. La limusina sería llevada de regreso al Wynn por el chófer personal.

    Listo Señor Sesshōmaru — dijo su joven asistente y guía —, pasaré por las fans y los alcanzaremos en el lugar indicado.

    El gran demonio ni le contestó y se acomodó en su asiento para encender el motor del auto, el cual hizo un armonioso sonido como el rugido de un león. Avanzó un poco lento seguido por la impactante camioneta militar.

    ¡Nos vemos en el recorrido! — agitó Lin la mano, despidiéndose educadamente de todos.

    ¡Adiós! — Kohaku la imitó, dedicándole a su hermana y a su Excelencia una gran sonrisa que expresaba lo contento que se sentía por poder divertirse fuera del alcance del odioso Naraku.

    Kikyō sólo movió la mano con una sonrisa en el rostro, sin decir nada. Kagura ya ni los miró, con las rojas pupilas concentradas en el perfil griego del Daiyōkai. La Teynnō volvía a sentirse soñada, pues ella iba al lado del gran demonio blanco en tanto que la metiche sacerdotisa viajaba en el asiento posterior. La antigua miko ni se había preocupado por ese detalle y parecía muy feliz en su lugar. En cuanto se despidieron de los demás y se incorporaron a la “strip” de Las Vegas se dirigió muy amablemente a la manipuladora del viento.

    Kagura… luces bellísima — dijo —. Ahora me explicó porque Sesshōmaru te ha invitado en tres ocasiones — agregó con un deje de picardía en su tono.

    Gracias — contestó la aludida un poco cortante… no le seguiría el jueguito —. Kohaku… — se dirigió un poco más amable al joven pecoso —, ¿cómo te ha ido con tu hermana? — y volvió la vista para verlo de frente, tratando de poner una cara amable y de sincera preocupación por el muchacho… el chicuelo había llegado a caerle bien y en ocasiones estuvo tentada a ayudarle a escapar de su “padre” —. Me imagino que ha de estar más que contenta de tenerte a su lado.

    Pues sí… — contestó algo ruborizado, recordando alguno de los exagerados cariños de Sango hacia él —, como hace tiempo no estábamos juntos… la extrañaba mucho — y suspiró un poco triste —. Pero, ahora que regresemos al anime, volveré con ustedes y… con Naraku.

    No te preocupes por eso — intervino Kikyō y le hizo una caricia en la cabeza —, yo encontraré la manera de derrotarlo para liberarte de él.

    Lo mismo dice el señor Inuyasha y su Excelencia — agregó el pecoso sin sonar muy convencido — pero... no se, Naraku es muy fuerte.

    Naraku… — Sesshōmaru se dejó oír con un deje de molestia en su profunda voz — el muy imbécil morirá entre mis garras — pero no se dirigió a nadie en especial.

    Sus acompañantes prefirieron guardar silencio por un breve lapso de tiempo… pero Lin no puede quedarse callada más de cinco minutos.

    El Señor Sesshōmaru es el más fuerte de todos — dijo muy segura y convencida… nadie le ganaría nunca a su Señor —. No te preocupes Kohaku — miró a su amigo con una mirada de confianza —, ya verás como todo sale bien.

    El jovencito únicamente movió la cabeza afirmativamente… aun no conocía del todo al Daiyōkai pero se imaginaba que era mucho más peligroso de lo que el señor Inuyasha y su Excelencia le habían contado, y también estaba al tanto de que el Inugami le había perdonado la vida una vez cuando, por órdenes de Naraku, estuvo a punto de matar a la pequeña pelinegra. Por cierto que la chiquilla volvió a la carga sobre el tema inconcluso de su conversación con la manipuladora del viento, aunque esta vez prefirió dirigirse a Kikyō… tal vez la sacerdotisa le ayudaría a entender todo ese lío.

    Oiga señorita Kikyō… — dijo cortésmente dirigiendo la vista a la miko—, ¿es cierto que algunos demonios no tienen mamá?

    ¿A qué se debe la pregunta? — contestó la aludida sin perder la serenidad.

    Es que Kagura me dijo que Naraku es su “papá” — respondió sin dejar de mirarla —, y que no tiene esposa porque no la necesita… ¿es cierto eso?

    Los demonios como Naraku no tienen esposa porque no aman a nadie — contestó después de carcajearse por lo bajo, poniéndose seria al instante para que no hubiera duda de sus palabras —. ¿Te imaginas como trataría a su mujer? Con lo malo que es, solamente la haría sufrir.

    Mmm… es verdad — Lin encontró la lógica en ese argumento —. ¡Pobrecita de la que fuera su esposa! — dijo apenada —, porque a parte de malo, Naraku es muy feo.

    ¿Ya ves como no todos pueden tener esposa? — agregó Kikyō acariciándole también la cabeza —. Sólo los que aman de verdad deberían casarse.

    Kagura y Kohaku habían escuchado la breve conversación y tenían los pómulos enrojecidos… a la Teynnō nunca se le habría ocurrido una explicación tan simple porque, al ser parte de Naraku, a veces le parecía de lo más normal burlarse y humillar a los demás. El joven exterminador no pensó que su amiguita hiciera ese tipo de preguntas… bueno, ni él, y eso que es mayor que ella, había siquiera pensado en esas cosas; tanto era así que las excesivas muestras de cariño de su Excelencia para con su hermana no hacían más que abochornarlo en gran medida.

    Después ya no hablaron mucho, pues la niña quedó tan ensimismada con la explicación del paseo por la “strip”, e iba admirando la iluminación y sus colores sin dejar de señalar para todos lados.

    ¡Mira eso Kohaku! — dijo visiblemente emocionada cuando llegaron al área del hotel “Bellagio”, en donde presenciarían la exhibición de las fuentes danzantes —. ¡Qué bonito es!

    Bajó del auto y corrió un poco por la plaza, seguida por el pecoso muchacho. Se carcajeaban muy alegres y la pequeña casi se echa un clavado a la fuente. Kagura y Kikyō también reflejaban admiración en su rostro… la civilización había avanzado mucho en el transcurso de los siglos.

    Posiblemente en Japón también haya algo parecido… — opinó la sacerdotisa sin dejar de ver la iluminación.

    Tal vez… — la de los vientos respondió en un susurro.

    Sesshōmaru ni habló… eso para él no era tan relevante pues, en su opinión muy personal, a los humanos les encanta presumir.

    Al momento de culminada la danza del agua continuaron con el paseo y fueron a ver el show circense. Los más jóvenes se la pasaron en grande, divirtiéndose con los payasos y su comedia, aunque no entendieron del todo los chistes; se emocionaron con la función de los trapecistas, de los equilibristas, de los domadores de fieras, con los caballos y demás animales que siempre hay en un circo… fue una parada espectacular.

    Por supuesto que Lin había saludado amistosamente al grupo de fans que los acompañaban en esos momentos. Las chicas de la comitiva estaban muy alborotadas y no paraban de gritar consignas alabando el anime y a la producción. No faltaron algunas que besaron a Kohaku en las mejillas, haciendo que el joven exterminador se sonrojara intensamente. Posteriormente, ya para finalizar el recorrido, subieron al “skyline” para admirar la ciudad desde un punto de vista panorámico. Afortunadamente para Kagura y Kikyō, las molestosas fans subieron en el vagón de Inuyasha y los demás.

    Esas señoritas son muy simpáticas — opinó Lin con su tono tierno de voz en cuanto el teleférico empezó a avanzar —, ¿verdad Señor Sesshōmaru? — y lo miró con ese cariño habitual con que suele mirarlo.

    El Daiyōkai no le contestó directamente la pregunta, únicamente le dedicó una momentánea mirada de cariño antes de volver a mirar por la ventana y responder con indiferencia.

    Disfruta de la vista Lin.

    ¡Sí! — la pequeña movió la cabeza afirmativamente y se dedicó a esa importante tarea —. ¿Ya viste Kohaku? — se dirigió a su amigo ahora dedicándole una mirada dulce —. Desde aquí todo se ve más lejos.

    Ajá — contestó el niño y también pegó un poco la cara en la ventanilla.

    El recorrido de ida y vuelta fue bastante tranquilo para ellos… no así para sus compañeros, pues las fans no pararon de gritar y, como pudieron notar en cuanto descendieron, las pícaras muchachas habían acosado al principal trío de varones… Inuyasha, Miroku y Koga.

    ¡¡Sesshōmaru!! — le gritaron algunas en cuanto lo vieron —. ¡Eres el número uno!

    ¡Te amamos! — dijeron otras lanzándole besos al aire.

    Por favor señoritas… — el pobre Ranma Zaotome había pasado un predicamento tratando de controlarlas —, es hora de que vuelvan a su hotel… mañana sí habrá juego.

    ¡Hasta mañana! — contestaron las jovencitas dirigiéndose una vez más al Inugami y dedicándole sonrisas.

    El aludido Daiyōkai ni se inmutó por nada y ni siquiera volteó a ver a las fans. Se dirigió al Porsche y abrió la puerta.

    Lin — le habló nuevamente a la niña —, vamos ya.

    ¿Iremos a cenar? — preguntó curiosa mientras sobaba su estomaguito —. Ya tengo hambre.

    Arriba — fue la parca contestación. Después dirigió las doradas pupilas a las damas que lo acompañaban —. Por favor… — les indicó inclinándose brevemente con cortesía.

    Vamos Kohaku — la chiquilla jaló a su amigo de la mano sin esperar a que sus compañeras subieran… entendía perfectamente que cenarían con compañía y se alegró más por ello.

    Kagura y Kikyō parpadearon un poco asombradas de que Sesshōmaru tuviera con ellas una vez más el caballeroso gesto de abrirles las puertas para que abordaran el vehículo. No se hicieron del rogar y subieron también, acomodándose en sus lugares

    Señor Sesshōmaru — dijo el señor Zaotome haciéndole una reverencia más profunda —, disponga usted de su tiempo. Confiamos en que mañana se normalice la situación.

    ¡Adiós! — se despidieron las fans muy sonrientes, ya encaramadas en la Hummer.

    El Inugami lo miró brevemente sin cambiar su gesto habitual de “poker face”, dirigió un rápido vistazo al cielo nocturno buscando el fragmento que aún se divisaba de la luna… faltaban dos noches para la luna nueva, y abordó su vehículo sin decir ni media palabra. Arrancó el motor y tomó rumbo al sur.

    Se dirigieron a un buen restaurante… el restaurante del hotel Wynn, donde el gran demonio blanco está hospedado. Lin y Kohaku cenaron moderadamente del menú infantil mientras platicaban varias cosas, como sus impresiones del recorrido y del juego, así como cuál sería la actividad de mañana, evitando en lo posible hablar de Naraku… era un tema que no les agradaba y preferible no mencionarlo, especialmente para el joven exterminador. Jaken había llevado a Ah – Uh a dormir después de que el señor Zaotome pasó a dejarlo en cuanto regresaron de llevar a las fans a su respectivo hotel. El joven abogado se despidió cortésmente de todos y le aseguró al “jefe” que estaría mañana a primera hora para ver que Naraku cumpliera su condena, y supervisar los servicios comunitarios que brindaría el engendro como parte de su condena por desacato a la restricción. Así que Kagura y Kikyō se dedicaron a platicar entre ellas en lo que saboreaban los ligeros platillos que habían ordenado para cenar. Sesshōmaru permanecía impávido como estatua, ni siquiera comió; únicamente estaba sentado con los brazos cruzados, sin mirar a nadie en particular, como sí su esencia se hubiera desplazado hacia otra dimensión.

    Bueno Kagura… — dijo amablemente Kikyō —, cuéntame como estuvo lo del desacato de Naraku.

    Pues verás… — contestó educadamente la aludida —, el muy idiota me espero hasta muy noche en el cuarto para atosigarme con acusaciones absurdas, como llamarme “prostituta de tercer mundo”… ¿puedes creerlo? — agregó en tono molesto —. No le importó en absoluto la orden de restricción que firmó la televisora con el gobierno de este país.

    Siempre he considerado a Naraku como un ser despreciable — comentó la miko en tono sarcástico —, pero no creí que llegara a ser tan tarado.

    Y eso no es nada — siguió Kagura con el mismo tono… no perdería la oportunidad de despotricar su coraje contra su “creador” —. Lo que pasa es que no pensó que los humanos se atrevieran a apresarlo.

    Ya me lo imagino… — volvió a opinar la de ojos cafés —. Su arrogancia y altanería son de lo peor.

    No me explico como le hace para aguantarse a él mismo — la de los vientos parecía a punto de llorar de coraje —, yo ya no lo soporto.

    Te comprendo a la perfección — la sacerdotisa la miró con algo de conmiseración —. Es una verdadera pena que no puedas alejarte de él.

    Goza con atormentarme… — en las rojas pupilas de Kagura se formaron lágrimas — me tiene como esclava.

    De verdad me gustaría ayudarte — Kikyō le palmeó delicadamente el hombro en señal de apoyo —. Todos los seres vivos tenemos derecho a ser libres… incluso un ser como él podría liberarse de sus envidias para sentirse mejor.

    No… — la de ojos rubí dirigió la vista a su interlocutora — tú bien sabes como surgió Naraku… los sentimientos de duda en tu corazón, las negatividades e inseguridades en tu alma, aunado con los negros designios en el corazón de Onigumo le abrieron el camino… — como que suspiro un poco — . Ese ladronzuelo al que le brindaste ayuda desinteresada, pero que, al abrirle tus sentimientos, hiciste despertar la envidia y la ambición en su interior.

    Lo se… — contestó la miko agachándose un breve instante, reconociendo su responsabilidad en todo ese embrollo —, no sabes como desearía haber previsto todo y evitar caer en su trampa… Pero sí él se despojara de eso se purificaría… y su alma sería libre.

    Naraku sospecha que deseas hacer algo como eso… — afirmó la otra retornando un poco a la seriedad —, por ello lucha a toda costa para eliminarlas… a Aome y a ti — volvió a suspirar —. Si lo purifican sería su perdición y la de todos nosotros sus “hijos”. Moriríamos junto con él… porque así lo decidiría y no tenemos oportunidad de escapar.

    Kikyō no dijo nada más por el momento, sólo miraba a Kagura con pesar… la manipuladora de los vientos tenía razón, cuando el seudodemonio muriera se llevaría con él todo lo que creó, y eso incluía a ella y a sus “hermanos”. Lin y Kohaku habían dirigido sus miradas hacia la Teynnō en cuanto la oyeron hablar con tristeza.

    Kagura… — dijo la miko después de darle un breve instante de nostalgia a la manipuladora del viento — no dejes que esa idea te atormente más, disfruta este tiempo de libertad — y le volvió a sonreír con amabilidad.

    Sí… creo que tienes razón — suspiró nuevamente y limpió con la punta de la servilleta las pequeñas lágrimas que escurrieron de sus rojas pupilas —. No permitiré que Naraku arruine mis vacaciones.

    ¿Te sientes mal Kagura? — preguntó la pequeña con sincera preocupación.

    No te angusties… — respondió la aludida con gentileza —, ya estoy mejor.

    ¿Es por Naraku que te pusiste así? — esta vez el joven exterminador habló con seriedad, entendiendo la razón de la desesperación de la mujer que, a pesar de todo, lo ha cuidado.

    Olvidemos a ese por hoy… — intervino Kikyō una vez más —, mientras estemos en esta ciudad, fuera de la realidad de la serie, no hay porque recordarlo si no es necesario — y les dedicó a los tres esa sonrisa dulce de aquellas épocas de antaño, para brindarles confianza y seguridad… el papel que debe tener una sacerdotisa es consolar a los necesitados y dolidos del alma.

    Así que continuaron cenando ya sin mencionar ni una vez más al seudodemonio. Sólo Sesshōmaru permaneció indiferente a todo… en apariencia no había escuchado nada y no le afectaba en absoluto lo que le pudiera pasar a los demás.

    Mejor cuéntame que te gustaría hacer para realmente divertirte — animó Kikyō a Kagura después de que terminaran con sus platillos.

    Pues… no estoy muy segura — la aludida enrojeció mirando con poco disimulo al gran demonio blanco —. El baile del primer día fue maravilloso.

    La miko volvió a sonreír con picardía… había notado hacia donde se dirigía la mirada rubí.

    Te entiendo perfectamente… — dijo bajando la voz — y esta vez prometo ayudarte en lo que pueda. Puedo casi asegurarte… que si siente algo más por ti — y le guiñó un ojo.

    ¿Tú crees? — Kagura por poco grita de emoción.

    Confía en mí — agregó la miko —. Haré todo lo que este en mi mano… en el fondo me parece que Inuyasha y él son iguales.

    Un rato más tarde el Porsche recorría la avenida principal en dirección al Caesars Palace. Lin había insistido en ir y ahora dormitaba sobre Kohaku, el cual trataba de no cerrar los ojos del sueño que tenía. Kikyō le ofreció su hombro para que pudiera apoyarse en ella pero el jovencito agradeció y se negó de forma educada; le apenaría bastante hacer eso, así como se apenaba hasta el extremo cuando su hermana lo llenaba de mimos, y eso que Sango lo había cuidado desde que era un bebé. No tardaron mucho en llegar al área del estacionamiento. Nuevamente Sesshōmaru tuvo el caballeroso gesto de abrir la puerta para que se apearan, aunque no le dio la mano a la miko ni la miró… ni siquiera dijo nada.

    Eres muy amable — dijo ella al bajar —. Vamos Kohaku — se dirigió al niño —, parece que tu hermana y los demás han llegado.

    El Inugami sólo se quedó ahí como estatua esperando que ellos bajaran. El joven exterminador acomodó suavemente a la pequeña pelinegra sobre el asiento, se despidieron de Kagura con amabilidad y le dedicaron al Daiyōkai una reverencia de agradecimiento.

    Efectivamente la Endevour estaba estacionada y sus ocupantes habían descendido. Aome les dedicó un saludo con la mano en cuanto los vieron llegar, llevando al dormido Shippou en un brazo. Inuyasha cargaba a Miroku en un hombro.

    ¿Dónde está mi hermana? — preguntó el pecoso cuando los alcanzó cerca del acceso al hotel —. ¿Y qué fue lo que le pasó a su Excelencia? — miró al desvanecido monje con la duda reflejada en su rostro.

    Eee… — contestó Aome enrojeciendo un poco —, luego te platico lo que ocurrió.

    ¡Keh! — fueron las únicas palabras de Inuyasha antes de meterse al hotel, arrastrando un poco el cuerpo de su amigo ojiazul.

    ¡Hasta luego! — Kikyō se despidió agitando la mano en cuanto el Porsche abandonó el estacionamiento.

    Se podía decir que esta vez iban solos, Lin respiraba acompasadamente acomodada cuan larga era en el asiento trasero… señal inequívoca de que estaba en el mundo de los sueños. Sesshōmaru no había dicho absolutamente nada desde la cena y parecería que no hablaría nunca más. Llevaba la vista fija al frente, concentrado en manejar y en esquivar algunos vehículos en los que claramente se podía juzgar que sus ocupantes iban ebrios de celebrar… cualquier motivo puede ser bueno celebrar en Las Vegas. La pobre de Kagura no sabía si abrir la boca o no. El Inugami siempre le ha parecido intimidante y aun no comprende porque Naraku se atrevió a retar a alguien tan poderoso. No estaba segura si él había escuchado sus penas aunque, pensándolo bien, era más que obvio… no habían hablado en silencio. Sin embargo conocía bastante bien cual sería la opinión del gran demonio blanco… no le importaba en absoluto el triste destino que le esperaba. Se guardó un suspiro.

    Sesshōmaru… gracias por invitarme a salir — dijo sin atreverse a mirarlo y sin esperar respuesta —, la pase bien.

    Él la miró brevemente de soslayo pero no contestó ni cambió el gesto adusto y serio que suele tener. Como el hotel en donde los “hijos” de Naraku habían sido hospedados estaba ubicado en la villa o “Donwtown”, tuvieron que internarse en la zona centro de Las Vegas.

    La manipuladora del viento había pensado en bajarse sin esperar a que el Inugami le abriera la puerta en cuanto llegaran. Más tardó en pensarlo al momento de arribar al estacionamiento a que él estuviera ya allí. Está vez la miró con un poco de profundidad mientras le tendía la mano.

    Por favor… — le dijo con un tono un tanto amable… en su voz varonil se escuchaba bastante seductor.

    Bueno… era una rara actitud pero, viniendo de un atractivo, frío e indiferente Daiyōkai, no podía negar que era de su agrado. Además estaban solos y nadie interrumpiría ese mágico instante para la Teynnō. Tomó su mano y salió, deseando en el fondo de su corazón que, por lo menos, le diera algo más. Trató de sostener la mirada rubí en los dorados orbes pero no hizo más que sonrojarse ante sus pensamientos subidos de tono, como temiendo que el gran demonio blanco leyera el fondo de su alma. Agachó el rostro, bastante abochornada. “¿Qué estoy pensando?” se dijo a sí misma queriendo soltarse. Sesshōmaru sonrió levemente al notar su vergüenza y, sin que Kagura lo esperara, le besó delicadamente la mano, como lo hiciera en el baile del primer día.

    Te veo mañana antes del juego — le dijo en cuanto la soltó y, desviando la mirada de ella, se dirigió a su lugar para irse en cuanto antes.

    La joven abrió los ojos como platos y se quedó en shock. El Porsche arrancó sin más, perdiéndose en las calles.

    ¿Qué fue lo que pasó? — se preguntó mientras su corazón latía con mucha fuerza.

    Ni siquiera se lavó la mano cuando se fue a dormir. Quería mantener ese contacto en su piel… aunque fuera por una noche más. Y en sueños voló sin pluma.

    Nota: Un poco sentimental en este capítulo, pero una comedia romántica debe tener un poco de eso… Sesshōmaru llegó realmente a sentir algo por Kagura, por ello se enfureció cuando Moryumaru se burló de la forma en la que la Teynnō habría de morir. Alcanzó a llegar justo en el momento de despedirla, sabedor de que no podría rescatarla de la muerte; aunque ella dejó este mundo contenta de verlo por última vez y morir a su lado… seguiría presente en la brisa y el viento que agita los largos y plateados cabellos del Daiyōkai, y en sus pensamientos, ¿por qué no?... Pero no es ella para mi la mujer ideal del Inugami (bueno, aun no lo se bien jejeje)… eso es asunto del otro fic. Saludos y gracias por su paciencia.

    P.D. Sacar lo cursi en Sesshōmaru… ¡agh! Recuerden el OoC en un universo alterno, trató que sea lo menos posible pero no me agrada nadita que pongan a Kikyō como una maldita, por ello para mi es la dulce sacerdotisa que debió ser en un principio, siempre preocupada por ayudar a los demás. Sorry si a alguien no le gusta mucho.
     
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  18.  
    Kumii Pamu

    Kumii Pamu Iniciado

    Escorpión
    Miembro desde:
    4 Octubre 2011
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    45
    Pluma de
    Escritora
    Que Dulce Sessho!!

    La verdad, te quedo muy bien lo romántico en el... Ya que, no salio del personaje, pero a la vez se pudo apreciar muy bien el romanticismo en este capitulo!!

    Que pena Kagura... pobre lloré como boba cuando ella murio... y me dio una re pena Sesshomaru, ya que se quedo mas solo que un perro(jiji), pero bue... A Rumiko le pinto así nada hay para hacerle...
    -(excepto que se invente un fic en el que ella reviva)-

    Gracias por la historia es muy divertida... espero que continues!! Sayo...;)
     
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  19.  
    Hachi Komatsu

    Hachi Komatsu "El amor mata"

    Escorpión
    Miembro desde:
    9 Noviembre 2016
    Mensajes:
    2
    ¡La abandonaste! ¡Noooooooooo! TuT cuando me fui de este lugar creí qeu ibas a terminarla TuT
    Incluso puede que ya ni te acuerdes de mi (Estaba como Kuron no Taisho hace muchos años y después cambié a VianyzElric o alguna mierda así, mis comentarios siguen por ahí :v) pero esperaba leer este fic terminado cuando volviera TuT
     
    Última edición: 19 Noviembre 2016
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