Long-fic de Inuyasha - Un Amor Del Destino

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por Aomecita, 12 Enero 2010.

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    Freya Scarlet

    Freya Scarlet Usuario popular

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    Hola hermanita gracias por el aviso de tu esperada conti jeje, la cual me gusto
    mucho, sobre todo el lemon jeje (fue muy lindo, es la primera vez que leo un lemon
    de SesshxRin, pero la verdad te quedo muy padre).

    Me gusto mucho la parte donde Sesshomaru le pidio a Rin que se casara con él
    fue de lo más lindo, la verdad te quedo super cool este cap y muy romantico
    espero ver pronto la conti, ya que se esta poniendo más hermoso tu fic.

    ¡¡Saludos y sayonara!! :)
     
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    Fernandha

    Fernandha Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

    Acuario
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    Pff, laménto la demora linda :'3 y perdón el haberme perdido capítulos. Me encuentro algo atareada en estos momentos, jaja. Pero siempre tendré el tiempo para dejar un comentario, -dependiéndo de lo que hago-, así que aquí me tienes.

    Hola Aomecita, gracias por la invitación cariño.

    Te siguen fallando un tanto las acentuaciones, lo admíto: han dismínuido, sin embargo se te siguen escápando alguna que otra palabra. Mayormente en verbos pasados, pero no te preocupes. Como ya lo sabes sólo es cuestión de práctica.

    La trama en sí me gustó, fue linda y en sí interesante, para ser tu primer lemmon SesshôxLin (Rin) me gustó :') En sí, casi todo el capítulo tuvo su caracterízadora ternura. Buen trabajo.

    Espero leer el próximo capítulo. Lindo día, linda.

    At: Fer-chan.
     
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    Alexa Hime

    Alexa Hime Usuario popular

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    "Aplaudiendo de pie" Esta conti me ha hecho emocionarme demasiado, super romantica y con final de ensueño es decir que forma de pasarse un lindo dia juntos, luego esa hermosa proposicion y de imagina a ese Sesshi con bermudas OMG me da ataque *O*

    Hermosa Rin con Sesshi realmente son una bella pareja y ya merecian la felicidad, lo que mas me gusto aparte de lo otro jajaja es el regalo de Aome jejeje ya se imaginaba que lo necesitaria.

    Bueno sobre la parte del lemon omg muy romantico y apasionado aunque no a todos les guste esta pareja en mi opinion te quedo excelente es decir es el punto climax de toda relacion quierase o no es verdad.

    Espero que continues porque quiero ver las bodas de nuestras parejas amadas y si tienes hijos mejor jajaja espero con ansias la conti, me siento tan bien despues de leer tenía tanto de no leer tanto romance bueno cuidte hermanita hermosa no seguimos hablando bye.
     
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    Aomecita

    Aomecita Usuario popular

    Piscis
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    Título:
    Un Amor Del Destino
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    90
     
    Palabras:
    3508
    ¡Hola! Sí sí ya se deben de querer matarme por tardarme tanto en continuar en serio lo lamento mucho no era mi intención pero por una o por otra cosa no podía acabar este capítulo que es crucial ya que esta historia esta a 3 capítulos de terminar agradezco su paciencia espero que todas hayan pasado unas felices fiestas sin más aquí el capi.

    Capítulo 87 Ajuste De Cuentas Aome Es Secuestrada

    Pocas horas después el astro rey apareció en lo alto del firmamento celeste iluminando el ventanal corredizo de aquella habitación, Sesshomaru se despertó apenas sintió aquella cálida luz en su rostro, de inmediato poso sus ojos en su niña tierna ella dormía cómodamente en su pecho mientras suspiraba con una linda sonrisa en sus labios, se movió un poco tratando de no despertarla.

    -Mmmm, Sesshy…-musitó Rin con voz soñolienta.

    -Aquí estoy…-contestó Sesshomaru acariciando su cabello, y después preguntó.- ¿Cómo dormiste?-

    -Maravillosamente…-respondió Rin mientras acariciaba el contorno de sus labios con uno de sus dedos.

    Ante esto el muchacho de cabellos plateados deslizo la mano que tenía en su cabellera oscura a su espalda acariciándola suavemente mientras unía sus labios con los de Rin en un vals dulce, suave, y gentil ella a su vez acariciaba su cabellera de plata profundizando ese beso.

    -Te amo…-musitó Sesshomaru entre besos.

    -Yo más mi amor, aun no me quiero levantar…-comentó Rin jugando con uno de sus cabellos.

    -Yo tampoco… pero tenemos que regresar hoy…-recordó Sesshomaru esbozando una media sonrisa.

    -Está bien…-acepto Rin estirándose.

    Después de esas palabras la joven deposito un dulce beso en la comisura de los labios del ojidorado, y por fin se levantó de la cama envuelta en las sabanas de seda camino hasta el amplio vestidor ahí se despojó de las sabanas dejándolas en la cesta de ropa sucia, seguidamente entro a la regadera dejando correr el agua caliente por su cuerpo mientras cavilaba en sus pensamientos recordando lo que había sido la noche anterior…

    -Ahora soy… completamente tuya Sesshy…- dijo Rin para sí misma.

    Poco después termino de ducharse así que envolvió su cuerpo en una bata que reposaba sobre una mesita de madera oscura, cuando salió del baño tomo su ropa limpia del closet y al fin regreso a la habitación principal, seco su cuerpo y se vistió. Eligió un suéter canela de cuello alto que era cálido pero a la vez fresco, unos pantalones caqui y unos botines miel; ya que el ambiente cálido de la costa no duraría mucho y en Tokio seguía haciendo frió. Seguidamente tomo asiento frente al tocador y cepillo su cabellera negra dejándola suelta completamente desenredada pinto sus labios con brillo durazno y roció un poco de su perfume de jazmín en sus muñecas y cuello, por último se colocó su habitual cadenita y su anillo de compromiso, finalmente saco su maleta de la parte inferior del closet la coloco sobre la cama y comenzó a guardar su ropa, zapatos, etc. Al igual que su neceser y cosas personales en su valija de mano, justo en ese momento tocaron a la puerta.

    -¿Estás lista?-preguntó Sesshomaru al verla abrir la puerta.

    El muchacho de ojos dorados vestía igualmente un suéter de cuello redondo blanco que se le pegaba al cuerpo marcando su abdomen atravez de la tela, unos pantalones de gamuza negros y unos zapatos cafés, sus cabellos plateados estaban sueltos.

    -Sí, Sesshy.-contestó Rin sosteniendo su valija de mano con su diestra.

    Al bajar a la recepción un par de botones les ayudo con sus maletas mientras que otro empleado traía el deportivo negro del ojidorado el cual estaba guardado en el estacionamiento del hotel, una vez que todas las maletas estuvieron en el coche por fin iniciaron el camino de vuelta a casa. Llegaron justo cuando el sol se ocultaba tras las espesas nubes que impedían el paso de la luz plateada de la luna que asedia poco a poco en el oscuro cielo; además de que el viento soplaba muy frío por lo que Sesshomaru rodeo la cintura de Rin con uno de sus brazos, mientras que con el otro bajo sus maletas.

    -Bienvenidos.-musitó Sukiomi al abrirles la puerta.

    -Gracias.-contestaron unísonos.

    -Luces muy bronceada, hermanita.-comentó Aome mientras bajaba las escalaras.

    -Eso era lo que quería lograr.-admitió Rin.

    -Yo creí que Rin te había secuestrado Sesshomaru…-bromeó Inuyasha.

    -Pues no Inuyasha, no me secuestro aunque… me hubiera encantado quedarme en aquel paraíso para siempre…-musitó Sesshomaru.

    Ambas parejas se acomodaron en la sala frente a la chimenea donde el fuego ardía consumiendo poco a poco los leños, la joven de cabellos de ébano se acurruco en el fornido pecho del ojidorado, y Sesshomaru nuevamente rodeo la cintura de Rin con uno de sus brazos atrayéndola a su cuerpo; así se quedaron durante un buen rato para entrar en calor, el ambiente era de lo más ameno platicaron durante un buen rato totalmente ajenos al mundo exterior.

    Mientras tanto en un bar de categoría el cual se encontraba en una de las ultimas mejores zonas de Tokio, una bella joven de tez pálida y cabellos negros que usaba un sencillo vestido de noche negro el cual marcaba su delgada figura, estaba sentada en la barra del lugar bebiendo una piña colada, mientras esperaba a su cita.

    -Lamento haberla hecho esperar, señorita Daidolly.-musitó una voz masculina sentándose junto a ella en uno de los banquillos altos de la barra.

    Aquel hombre vestía un traje negro, camisa blanca y corbata gris, era de tez blanca cabellera oscura tenía una mirada siniestra, y una sonrisa malévola.

    -Estaba a punto de irme.-contestó Kikyo algo molesta.

    -Le pido mil disculpas, por favor acepte este pequeño obsequio como prueba de mi más sincero arrepentimiento.-expresó aquel hombre entregándole una enorme caja cuadrada.

    La joven de ojos fríos tomo aquella caja y la destapo en el interior de aquel paquete había un abrigo de piel de tigre blanco autentico, lo tomo con cuidado y se lo coloco.

    -Es esplendido.-comentó Kikyo dando un giro completo, para admirar mejor la prenda.

    -Sabía que le gustaría.-comentó aquel hombre.

    -Bien lo que quiero es… que desaparezcan a una persona.-musitó Kikyo mientras bebía un poco más de su piña colada.

    -Mmmm ya veo, ¿De quién se trata?-indagó el individuo.

    -De la doctora, Aome Higurashi.-contestó Kikyo con cierto rencor.

    -¿Qué deseas que haga con ella?-inquirió con voz malvada.

    -Quiero que desaparezca.-respondió Kikyo terminándose su bebida, entregándole un sobre de manila amarillo.

    -Entiendo.-musitó tomando el sobre.

    Poco después aquel hombre se retiró del lugar en un auto con vidrios polarizados escoltado por dos sobras oscuras, su chofer condujo hasta las afueras de Tokio hasta llegar a una gran mansión, la cual estaba totalmente amurallada como si fuese una especie de fortaleza. Al entrar a la enorme casa aquel individuo camino hasta la gran sala del lugar, el piso era de mármol blanco perfectamente pulido cubierto en ciertos tramos con tapetes de diversas pieles de animales salvajes como leopardo, tigre blanco, cocodrilo, lobo, jaguar, serpiente etc. Las paredes eran de color tinto, con pequeños toques dorado apagado, había además un enorme sofá de piel café chocolate pegado a la pared dominando así la parte central, además de un par de sillones individuales flanqueando una pequeña mesita para café de madera oscura.

    -Bankotsu.-llamó el hombre.

    En ese momento entro a la sala un joven alto con cuerpo atlético de tez bronceada, ojos azules claro, y una larga cabellera negra peinada en una cola alta sin duda era bastante atractivo, vestía una camisa blanca formal con una corbata gris cubierta por un saco negro, al igual que pantalones y zapatos a juego. Su sonrisa era sin duda un señuelo irresistible pero igual de malévola.

    -Diga, señor.-contestó Bankotsu.

    -Quiero que tú y Hiten, se encarguen de este trabajo.-explicó entregándole el sobre de manila amarillo.

    -Sí, señor.-respondió Bankotsu tomando aquel sobre.

    -Ah Bankotsu.-musitó de momento antes de que este abandonara el lugar.

    -¿Si?-inquirió Bankotsu deteniéndose en el umbral de la sala.

    -No vayan a lastimarla, ¿Entendido?-respondió sonriendo.

    -Claro, jefe.-aseguró Bankotsu retirándose del lugar.

    Acto seguido Bankotsu se reunió con un joven el cual vestía sus mismas ropas, pero su tez era clara y sus ojos cafés oscuro.

    -¿Para qué te quería el jefe?-preguntó el joven al verlo.

    -Tenemos trabajo Hiten.-contestó Bankotsu.

    -Genial.-musitó Hiten esbozando una sonrisa torcida.

    Al día siguiente en cuanto amaneció ambas jóvenes hicieron lo de costumbre se levantaron, arreglaron sus cuartos y se vistieron con sus uniformes limpios. Bajaron a desayunar felizmente, para después irse rumbo al hospital en compañía de sus amados ojidorados.

    Aquel día fue atareado pero divertido y feliz para Aome y Rin, trabajando junto a Inuyasha y Sesshomaru cumpliendo sus labores con esmero y gusto, la hora del almuerzo llego pronto sin embargo sus prometidos aún tenían que consultar unos cuantos casos con su padre, por lo que comieron con sus compañeras de turno y grandes amigas, las cuales fueron las primeras en saber sobre sus compromisos matrimoniales, y próximas bodas.

    -Tu anillo es hermoso Aome, me alegra mucho que tú y el doctor Taishio estén juntos.-comentó Nayumi mientras comía un poco de arroz.

    -Gracias Nayumi, soy muy feliz.-admitió Aome mientras terminaba de comer su rebanada de pastel.

    -Sabía que le gustabas al doctor Sesshomaru.-musitó Natsumy mientras bebía su té.

    -Pues yo…-contestó Rin sonrojada terminándose su Surimi.

    Al terminar de comer todas regresaron a sus áreas de trabajo para continuar con sus labores y no dejar ningún pendiente para realizar sus guardias nocturnas. Cuando el reloj marco las 4:00 pm la joven de ojos chocolate colgó su bata en el perchero de madera tomo su bolsa, y se despidió de Nayumi saliendo del consultorio para dirigirse al elevador, cuando entro presiono el botón del primer piso. Cuando las puertas de este se abrieron vio que Inuyasha ya la esperaba junto con Sesshomaru quien aún llevaba puesta su bota blanca, detrás de él estaba Rin y junto a ella Akari hablaba por celular con Karin.

    -Si conejito, estaré en casa para la cena.-prometió Akari terminando la llamada.

    -¿Lista para ir a casa?-inquirió Inuyasha ofreciéndole su mano.

    -Si mi amor.-respondió Aome con una dulce sonrisa tomando su mano.

    -Perdóname por no poder acompañarte a ver los detalles de la boda como te había prometido, pero surgió un imprevisto y debo quedarme.- dijo Sesshomaru en tono de disculpa.

    -Está bien Sesshy, sé que no era tu intención.-respondió Rin mirándolo fijamente para después besarlo dulcemente.

    -No te preocupes hermanito, si podrás acompañarla a escoger sus anillos, el pastel y el viaje de luna de miel por supuesto.-comentó Akari mientras tosía un poco.

    Después de despedirse de su prometido Rin subió al deportivo de Inuyasha acomodándose junto a Akari en el asiento trasero entonces el ojidorado arranco, al poco tiempo llegaron a la casa de las Higurashi.

    -Las veré en una hora, ¿De acuerdo?- dijo Akari.

    -Si.-respondieron unísonas mientras bajaban del auto.

    -Hasta más al rato, princesa.-musitó Inuyasha besándola tiernamente.

    -Sí, amor.-contestó Aome separándose de sus labios.

    Cuando Inuyasha se marchó ambas chicas entraron a su casa, sin que se diesen cuenta una figura vigilaba cada uno de sus movimientos resguardado por el cristal polarizado del auto, en el que se encontraba.

    -Mmmm vaya la doctora Higurashi, es mucho más hermosa en persona.-musitó Bankotsu para sí mismo, mientras observaba de momento la fotografía que venía adjunta al detallado informe de todos los movimientos de la susodicha.

    Dentro de la casa la azabache mayor estaba en su habitación arreglándose, cambio su uniforme por una blusa lila de cuello alto sin mangas, y una falda de corte lineal blanca que le llegaba apenas arriba de la rodilla marcando su esbelta cintura, unas mallas delgadas transparentes, y unos botines cortos color arena. Desenredo su larga cabellera hasta dejarla completamente lacia sin un solo nudo, maquillo su rostro con apenas un rose suave de rubor en sus mejillas y algo de labial rosa en los labios. Metió su celular y cartera en su bolso, se lo coloco sobre el pecho de forma cruzada y por fin bajo a la sala donde Rin la esperaba.

    Ella vestía un suéter de cuello redondo y manga larga anaranjado pálido, con unos pantalones de gamuza negros y unas botas grises, llevaba su cabello arreglado de la misma forma que Aome y sus labios estaban pintados con brillo rojizo. Antes de que Akari llegara ambas muchachas fueron a la cocina llenaron los respectivos platos de sus mascotas con agua y croquetas, para después llevarlos al jardín trasero donde estas se encontraban acostados cómodamente dentro de sus perreras.

    -Qué bonita pareja.-musitó Rin sonriendo al verlos juntos dentro de una sola perrera.

    -Es cierto al parecer Luna está muy enamorada.- dijo Aome observándola recostada sobre el lomo de Baddy.

    -Y Baddy también lo está.-concordó Rin.

    -Llego Akari.-aviso Sukiomi.

    -Si.-contestaron unísonas mientras entraban de nuevo a la casa.

    -¿No quieres venir con nosotras mamá?-preguntó Aome.

    -No hija vayan ustedes hay mucho que hacer en la casa.-respondió Sukiomi.

    -Está bien tía.- dijo Rin.

    -Nos vemos en la noche mamá.-musitó Aome, y después le preguntó a Akari.- ¿Dónde está Inu?-

    Akari vestía una blusa de manga tres cuartos azul celeste cubierta por un suéter de botones negro, una falda de corte lineal blanca, y unas botas largas a juego de tacón bajo. Llevaba su cabellera plateada peinada en media cola baja sujeta con una peineta negra, dejando el resto del cabello suelto cayendo tras su espalda.

    -Me pidió que lo disculparas, tuvo que volver al hospital de último minuto.-contestó Akari.

    Finalmente las tres chicas subieron al reluciente convertible rojo de Akari, justo en ese momento también arranco el auto que se encontraba en la esquina de la siguiente cuadra, y empezó a seguirlas con un ronroneo silencioso en el motor.
    En poco tiempo las tres jóvenes llegaron a una lujosa tienda, en la cual habían cientos de maniquís en los cuales se exhibían diversos vestidos de novia en distintos diseños y modelos, en lo alto del establecimiento brillaba un letrero dorado en letra manuscrita indicando así su nombre, “Beauty Grilfriend”. El piso era beige perfectamente pulido, las paredes eran durazno tenue ambas estaban repletas de aparadores de madera fina los cuales estaban llenos de tocados, tiaras, y velos todos colocados perfectamente sobre las cabezas de maniquís. Justo en el centro de la enorme tienda había un largo mostrador de caoba claro, detrás de este estaba una muchacha de tez nívea cabellos lacios rojizos que le llegaban a la altura de los hombros, y ojos azul-grisáceo vestía una sencilla blusa crema estilo formal de manga corta una falda lisa azul oscuro, y zapatillas negras.

    -Buenas tardes señoritas, mi nombre es Himura ¿En que les puedo ayudar?-preguntó amablemente la joven.

    -Estamos buscando vestidos de novia muy especiales, mis amigas están cercanas a casarse.- respondió Akari.

    -Permítanme mostrarles algunos de nuestros diseños exclusivos, por favor síganme.-musitó Himura.

    Dicho esto Himura las guio a la parte trasera de la tienda donde había mas vestidos de novia mucho mas hermosos que los primeros que vieron al entrar.

    -¿Quisieran algún diseño en especial?-inquirió Himura.

    -Yo quiero que mi vestido sea como los de antes, con corsé y amplio.-respondió Aome.

    -Y el mio quiero que sea sencillo pero de corte amplio, y sin mangas.-contestó Rin.

    -Mmmm, creo que tengo justo lo que desean.-aseguró Himura.

    Seguidamente Himura entro a una habitación que se encontraba al fondo de la tras-tienda la cual estaba cubierta por una cortina roja, regresando minutos después con un par de cajas blancas.

    -Aquí están creo que son los que buscan, los tocados y los velos son un detalle mio.- dijo Himura entregándoles los paquetes, y después agrego.-Felicidades por sus próximas bodas.

    -Gracias.-dijeron unísonas.

    Después de eso las tres chicas salieron de la enorme tienda con los enormes paquetes en las manos, a unos dos metros del lugar había una heladería donde se vendían unas malteadas muy exquisitas, como aun tenían mucho que visitar y ver decidieron probarlas, y después continuar con sus compras. Sin embargo no querían cargar las cajas todo el rato.

    -Espéranos aquí Aome, iremos a dejar los paquetes en el coche.- dijo Akari mientras tomaba con cuidado su caja.

    -No tardamos.-musitó Rin mientras comenzaba a seguir a Akari hacia el reluciente convertible.

    -Si, mientras pediré las malteadas.- dijo Aome mientras se daba la vuelta para caminar hacia la heladería.

    La joven de ojos chocolate no había recorrido aun ni medio metro del camino hacia aquel lugar cuando de pronto sintió como alguien oprimía levemente su espalda baja con el cañón de una pistola, y otra mano la rodeaba de la cintura.

    -Ni se te ocurra gritar o voltear atrás linda.-musitó una voz masculina.

    -¿Quieres di... dinero…? Tómalo…-contestó Aome tratando de calmar sus nervios.

    -Oh no, lo que quiero es a ti vendrás conmigo.- dijo la voz en tono amenazante mientras la jalaba hacia otra dirección.

    Aome sin duda estaba muerta del miedo mientras aun sentía aquella arma oprimiendo su espalda baja, en un momento de duda intento girar su rostro pero de inmediato sintió como la mano que antes estaba en su cintura, ahora oprimía un pañuelo contra su rostro, haciéndola desvanecerse casi al instante…

    Continuará-------------------------------------------------------------------------
    No me maten realmente me costo escribir esto.
     
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    MzzMuñeQuitaInu

    MzzMuñeQuitaInu Entusiasta

    Aries
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    I justo en ese momento inu no estaba con ellla
    aii pobrecita aome amiga estoy emocionadisisima y ala vez triste
    porque el finf ya se esta acabando bueno espero que le sigas pronto
    quiero saber cual ba aser la reaccion de inuyasha al enterarse la de sus amigos
    y que le aran aome espero que se econtrara bien bueno
    cuidate mucho y HAPPY NEW YEAR :D
     
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    Freya Scarlet

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    Aghhh tenía que ser Kikyo, pobre Aome espero que no le pase nada ya que seguramente
    Inuyasha se volvería loco de dolor, y al parecer la relación de Sesshomaru y Rin va de maravilla
    y todo iba bien y ahora pasa esto, hermanita te voy a ahorcar jeje en sentido figurado claro n_n.

    Espero muy pronto la conti, siento haber tardado tanto pero es que como ahora estoy en la UV y
    trabajo medio tiempo, ya casi no tengo tiempo como antes, lo cual creeme me entristece, pero bueno
    yo por todas formas posibles no perderé ninguna conti.

    ¡¡Saludos y sayonara!!
     
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    Aomecita

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    Piscis
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    Un Amor Del Destino
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    Hola ya por fin les traigo la conti después de días de espera me hace sentir un poquito triste el ver tan nulos comentarios pero aun así terminaré esta historia para las lectoras o lectora que se mantienen fieles disfruten.

    Capítulo 88 ¿Dónde Estás? El Accidente De Rin

    Poco después Akari y Rin regresaron a donde se suponía debía estar Aome con las malteadas, al no verla ahí pensaron que se había quedado dentro de la heladería pero cuando entraron al lugar tampoco la vieron sentada en alguna de las mesas; inclusive al preguntarle a la chica que atendía el lugar ella dijo que no había visto a la joven de ojos chocolate entrar al establecimiento.

    -Que raro… ¿A dónde se habrá ido Aome y porque?-se preguntaba así misma Akari en voz alta.

    -No lo sé Akari, y más raro aun que nadie la haya visto.-comentó Rin.

    Mientras tanto en un lugar lejano…

    La joven de ojos chocolate despertaba de su involuntaria siesta intento moverse pero de inmediato se dio cuenta de que tenia atadas las manos a la espalda lo mismo que los tobillos, un pañuelo le oprimía la boca, y una venda le cubría los ojos. Aunque no podía ver donde era que se encontraba sentía el ambiente oscuro y lóbrego, al parecer estaba en una cama, o quizás en un camastro de mimbre cubierto apenas con una delgada sabana el cual se sentía duro sobre la piel de su espalda; dentro de su mente aun se preguntaba ¿Qué era lo que buscaban sus captores o su captor al tenerla secuestrada? Mientras trataba de encontrar una respuesta a sus preguntas, de pronto escucho como abrían la puerta de aquel cuarto, así que con cierto esfuerzo se incorporo.

    -Vaya al fin despertaste, linda.-musitó una voz masculina, mientras se acercaba a ella y le tocaba la cara con apenas un rose de los dedos.

    Al sentir su tacto Aome hecho la cabeza hacia atrás de manera brusca intentando poner cierta distancia, el movimiento ocasiono que se golpeara la cabeza contra el dosel de metal del camastro.

    -Ten cuidado mejor quédate quieta, no quiero tener que volver a dormirte.-advirtió con tono serio, mientras le sujetaba el mentón firmemente con una mano, y con la otra desataba el pañuelo que oprimía su boca.

    -¿Qué quieres de mí…?-preguntó Aome nerviosa.

    -Solo digamos… que no le agradas a alguien.-respondió la voz.

    Por otra parte Rin y Akari habían vuelto a la casa de las Higurashi ya que el reloj del tablero marcaba las 6:30 pm lo cual significaba que solo faltaban treinta minutos para iniciar sus guardias nocturnas, por lo cual debían alistarse y Akari debía ir a casa para dejar preparada la cena de Karin antes de irse.

    -Lo mas seguro es que Aome, se haya ido al hospital.-comentó Akari.

    -Si probablemente surgió alguna emergencia, nos vemos.-se despidió Rin mientras bajaba del auto con ambos paquetes en las manos.

    -Hola Rin, ¿Dónde esta Aome?-preguntó Sukiomi al verla llegar sola.

    -Se adelanto al hospital tía.-contestó Rin cerrando la puerta.

    -Ha ya veo.- dijo Sukiomi no muy convencida ya que sentía que algo malo le había sucedido a su hija.

    Rin subió a dejar los paquetes en ambas habitaciones y a alistarse para alcanzar a Aome en el hospital, rápidamente se deshizo de su ropa casual y en su lugar se coloco su uniforme habitual, cubriéndose también con un suéter ligero ya que la noche era fresca, y cepillo su largo cabello justo cuando estaba colocándose la cofia vio por su espejo del tocador que Baddy la observaba desde el umbral de la puerta con su correa en el hocico.

    -Oh Baddy que memoria la mía hoy no te he sacado a pasear, y ya debo irme al hospital.-musitó Rin en tono de disculpa.

    Baddy atravesó la habitación se acercó a su dueña, y deposito su correa en la mano derecha de Rin, para después mirarla con ojos suplicantes mientras frotaba su nariz contra su mano y gemía levemente.

    -De acuerdo puedes acompañarme hasta el hospital, pero después te regresas a casa ¿Si?- dijo Rin mientras le colocaba la correa en el collar.

    El obediente animal ladro moviendo la cola como señal de que estaba de acuerdo con el trato, en lo que Rin terminaba de ponerle la correa. Finalmente salieron de casa hacia el hospital.

    Mientras tanto cierto ojidorado también se preparaba para iniciar su turno esperando poder pasar unos minutos a solas con su princesa, la cual extrañamente aun no había llegado cosa muy rara, ya que ella era muy puntual, en ese instante timbro su celular cuando vio de quien era la llamada sonrió y levanto la tapa para contestar.

    -Hola princesa, ¿Por qué no has llegado?-saludo Inuyasha.

    -Escúchame bien, tengo secuestrada a tu adorada novia.-musitó una voz manipulada en tono sombrío.

    -¿Cómo es que…?-inquirió Inuyasha sin poder terminar la pregunta.

    -Conozco cada uno de sus pasos, y los tuyos también.-contestó la voz a la pregunta inconclusa.

    -No… la lastimes…-pidió Inuyasha tratando de sonar tranquilo.

    -No tengo interés en hacerlo realmente es muy hermosa, volveré a llamarte luego.-respondió terminando la llamada.

    Inuyasha se quedo petrificado con el celular en la mano no podía creer lo que había oído hace apenas unos segundos, su amada princesa estaba cautiva en algún lugar a merced de unos seres sin escrúpulos, que seguramente serian capaces de hacerle mucho daño si él cometía algún error o daba un paso en falso. Le parecía casi imposible y mas por que apenas esa misma tarde la había visto.

    A unas cuantas cuadras de ahí la azabache menor caminaba tranquilamente por una de las aceras deteniéndose en la orilla para esperar a que el semáforo cambiara y poder cruzar al otro lado de la calle, cuando el color cambio a rojo bajo de la acera y comenzó a caminar pero justo en ese momento sin razón alguna un mercury azul oscuro arranco antes de que la luz cambiara a verde, Baddy logro esquivarlo a tiempo a pesar de traer la correa puesta. Sin embargo su dueña no corrió la misma suerte ya que los faros la deslumbraron por lo que no reacciono el auto la arrollo estampándola contra el asfalto frío y húmedo el impacto le provoco un fuerte golpe en la cabeza, además de raspones, y un par de fracturas sin tardar la sangre proveniente del golpe de la cabeza formo un enorme charco a su alrededor, de inmediato su mascota corrió en busca de ayuda.

    En otra parte mas precisamente en un lugar aislado del mundo exterior dentro de una cabaña de aspecto humilde, la cual estaba toda rodeada de extenso campo con hierba alta cosa que solo la ocultaba más, dos individuos discutían notablemente molestos.

    -¡Eres un idiota Hiten, Taishio puede rastrear el numero de su novia!-gritó Bankotsu molesto.

    -Cálmate eso lo sé, por eso lo di de baja luego de llamarlo no soy tonto.-contestó Hiten con una mirada frívola.

    -Recuerda que el jefe no quiere ningún error en esto.-recordó Bankotsu.

    -¿Y cuando volveremos a llamarlo?-preguntó Hiten.

    -Lo dejaremos sufrir unos días…-respondió Bankotsu con una sonrisa malvada.

    Baddy había corrido una gran distancia buscando una persona que auxiliara a su dueña, hasta que por fin se topo con una mujer la cual dejo que el nervioso animal la llevara a donde Rin yacía tirada, y herida. Al verla en seguida llamo a emergencias y pidió una ambulancia, minutos después los paramédicos llegaron al lugar del accidente la colocaron con cuidado en la camilla y la subieron una vez dentro de esta la estabilizaron mientras iban rumbo al hospital. Baddy siguió a la ambulancia corriendo por las aceras, hasta que llego a su destino cuando la camilla entro el imito a los enfermeros, haciendo caso omiso a los intentos del personal por sacarlo de ese lugar.

    -Baddy, ¿Qué haces aquí?-preguntó Sesshomaru en voz alta.

    El mayor de los Taishio se acercó hacia donde estaba el tierno guardián de su hermosa prometida pero en ese momento…

    -Doctor llego una joven en estado grave.- dijo una chica de cabellos marrones y ojos negros.

    -¿Qué le sucedió?-inquirió Sesshomaru en tono serio.

    -Al parecer la atropellaron.-contestó la chica.

    Justo en ese momento una camilla iba directo al quirófano, cuando vio quien era la joven accidentada se quedo helado.

    -No puede ser cierto…-musitó Sesshomaru con incredulidad.

    Aquella joven era su adorada prometida estaba mas pálida que un fantasma, sin decir nada más entro al quirófano junto a ella una vez dentro la colocaron con mucho cuidado en la mesa de operaciones y le administraron anestesia general para examinarla mejor y practicarle distintos estudios. Le sacaron varias radiografías de cráneo y tórax, además de una resonancia magnética la cual revelo que tenía una grave contusión cerebral, el brazo derecho fracturado, y una costilla rota, por lo que de inmediato comenzaron a enyesarle los huesos, después le colocaron una intravenosa en la muñeca izquierda para hacerle una trasfusión de sangre cruzándole varias unidades de esta hasta que sus signos vitales y su ritmo cardiaco se estabilizo, la intervención duro varias horas, hasta que finalmente la trasladaron a un cuarto.

    -Rin esta estable hijo.-musitó Inutashio tocando su hombro.

    -Ha sido la operación mas difícil, que he tenido.- dijo Sesshomaru mientras la observaba por la ventana del cuarto.

    La pequeña Rin estaba recostada en una cama cubierta por sabanas blancas y miles de cables además de la bolsa de suero que colgaba justo junto a esta la cual le administraba el medicamento atravez de otra intravenosa incrustada en su mano sana.

    -Lo sé, pero ella es fuerte se va a recuperar.-comentó Inutashio.

    En la sala de espera Sukiomi esperaba nerviosamente para saber el estado de salud de Rin en compañía de Karin, quien estaba esperando a que Akari terminara su ultima consulta, no se escuchaba ni un solo ruido mas que los pasos del ir y venir de las enfermeras y doctores por los pasillos del hospital, inclusive Baddy se había echado tranquilo y triste en un rincón. Pero esa no era la única razón por la que estaban preocupados, además estaba el hecho de que Aome estaba secuestrada y aun no sabían que era lo que querían sus captores para liberarla.

    -Rin se encuentra estable, pero delicada señora Sukiomi.-informó Sesshomaru.

    -Si ya veo, lo importante es que lograste salvarla y que ahora se recupere.-musitó Sukiomi.

    Continuará------------------------------------------------------------------------------------------

    Espero les haya gustado no me maten en unos días traigo el penúltimo capítulo cuídense mucho sayo...
     
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  8.  
    Cami Chan

    Cami Chan Usuario común

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    ¡Amiga mia! He vuelto a comentar jaja ¡No inventes! Justo cuando yo pensaba que las cosas comenzarían a marchar de maravilla Kagome sale secuestrada y Rin tiene un terrible accidente... ¿Cómo que harán al pobre de Inuyasha sufrir unos días más? ¡Eso sí que no! Espero que se pongan a buscar a Kagome lo antes posible, ya que podrían pasarle muchas cosas! Y también pobre Sesshomaru... Sí que debe ser difícil recibir a tu pareja en tan mal estado. Al menos ya está estable, pero espero que encuentren a los maleantes culpables de todas esas cosas pronto! No puedo creer que se acerque ya el final de esta linda historia de amor... Sin duda me faltará algo cuando acabe. Bueno amiga mía, espero la conti con ansias. Trataré de comentar todos los capítulos siguientes, ya que a veces un "me gusta" no expresa todo lo que quiero decir jeje. Saludos!
     
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  9.  
    Freya Scarlet

    Freya Scarlet Usuario popular

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    Sorry de verdad por comentar hasta ahora hermanita pero es que había estado un
    buen de ocupada con la universidad y el trabajo, pero bueno aqui me tienes en
    tu maravillosa historia. Ay no pobre Rin de verdad que solo me estas haciendo
    sufrir con esta clase de cosas (llora desesperada).

    Uyy ya falta poco para el esperado final, espero que todo salga bien y nuestras dos
    queridas parejitas vivan felices, espero pronto conti hermanita y gracias por el aviso.

    ¡¡Sayonara!! :)
     
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  10.  
    kagome de taisho

    kagome de taisho Iniciado

    Cáncer
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    Me encanto demasiado tu historia, es demasiado hermosa en toda la extensión de la palabra.
    Tiene drama, suspenso, amor y hasta mas que eso;) ,es muy buena realmente me a echo llorar y suspirar, tiene todo lo que busco en una historia, sin duda es hermosa.
    Pero es que tu acaso quieres que yo te mate, como se te ocurre después de hacer que estas dos parejitas, se encontraran, se amara, se separaran por mucho tiempo, se volvieran a encontrar, se entregaran el uno al otro, me sales tu con que KAGOME es raptada y que LIN atropellada, pero bueno que es lo que te pasa, acaso para que ellos sean felices por completo tienen que pasar esto, y terminar con los que le han echo daño.
    Me encanta como narras, y que los capítulos son largos, sique así eres muy buena escribiendo finc.
    PD: avísame de la conti, porque yo soy seguidora de tu finc y porque en 5 días me leí todos pero todos los capítulos me lo merezco jajajjaja.
     
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  11.  
    Haruhi Cross

    Haruhi Cross Entusiasta

    Sagitario
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    Encanta tu fic pero creo (es mi opinión) que fue muy rápido el amor entre inuyasha y aome eso de decirse mi vida y amor se me ase un poco apresurado pero bueno yo soy mas nueva que tu y por eso tu eres la experta.
     
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  12.  
    AkoNomura

    AkoNomura Guest

    Hola!

    Hace mucho que comentaba este fanfic, pero ahora lo hago para plantaerte algo.

    Cuando uno hace una historia, esta tiene un arco dramático, los alto y bajos de la historia, si bien los giros argumentales también están, nunca se debe perder la esencia del relato y la esencia la da algo llamado "conflicto" que es en pocas palabras el hilo principal y el problema a resolver en el relato, por lo general, en las historias románticas el conflicto casi siempre se genera "chico conoce a chica, pero..." y el pero es el que importa y el que genera toda la historia, un ejemplo fácil "chico conoce a chica, pero él es un vampiro se debate entre su sed de sangre y su amor por ella, a la vez hay un hombre lobo que también quiere su amor" sí, acabo de describir crepúsculo (aunque no he leído los libros ni visto las películas)

    En el caso de tu fanfic, el conflicto central sería "chicos conocen a chicas, pero son engañados por otras que lo desean, pelean con sus parejas y cuatro años después deben ingeniárselas para reconquistarlas" ¿o me equivoco? yo creo que no, y mi problemática se genera en el hecho de que este conflicto ya no existe, ya las recuperaron y ese debió ser el final, lo que parece ahora es que fuese relleno, que la historia continúa y continúa sin realmente un aporte de peso, es una lástima, por que consideraba esta una buena historia. Quise usar palabras menos rudas, pero es lo que siento, no digo que dejes de escribir, sino que esta historia en particular debió tener su final hace muchos capítulos ya.

    Nos leemos!

    ETO TI!
     
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  13.  
    Aomecita

    Aomecita Usuario popular

    Piscis
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    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Un Amor Del Destino
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    90
     
    Palabras:
    5000
    Hola si ya se tarde una eternidad para traer la conti pero es que por una u otra cosa no podía terminarla sobre todo por que estoy en éxamenes en serio disculpenmé este capítulo va dedicado a dos personitas que quiero mucho a mi amiga Fer-Chan por su treceavo cumpleaños que fue este viernes lamento el retraso espero te guste y la segunda personita es mi hermanita Cami-Chan ¡Hermanita! Mil gracias por inyectarme ese ánimo que tanto necesitaba para seguir esta historia que esta por finalizar. En este capítulo se atarán muchos cabos sueltos y creo yo que también se van a resolver muchas icognitas que aun había en la historia espero les guste.

    Capítulo 89 El Rostro De La Maldad Al Descubierto

    Tres semanas después del accidente Rin continuaba inconsciente por la contusión cerebral que tenia en el costado derecho de la cabeza, pero sus signos vitales y ritmo cardiaco estaban mucho mejor además las fracturas evolucionaban bastante bien, Sukiomi iba a cuidarla siempre y Áyame y Sango iban a visitarla todos los días. Pero el que no se despegaba para nada de ella era Sesshomaru él personalmente tomo el caso en sus manos, solamente permitía la ayuda de su padre o de las enfermeras, incluso consiguió un permiso especial para que Baddy estuviese cerca de ella ya que el fiel perro se resistía a abandonar el hospital sin su dueña, por lo que varias enfermeras le colocaron un par de cobijas fuera de la puerta de la habitación y unos tazones de agua y comida.

    Inuyasha no había regresado a trabajar al hospital sabia que sus pacientes lo requerían, pero la verdad era que no podía atenderlos de la manera correcta cuando se sentía casi loco de la desesperación por no saber aun que era lo que deseaban los secuestradores de Aome para devolvérsela sana y salva, muchas preguntas sin respuesta llenaban su cabeza; ¿Qué ganaban con prolongar su angustia?, ¿Si sabían todos sus pasos, y querían dinero por que no lo pedían ya?, Si era eso… Estaba más que dispuesto a darles la cantidad que pidieran, incluso si era toda la parte de la fortuna de su familia que le correspondía, estaba casi totalmente sumido en esos pensamientos, cuando el timbre de su celular rompió el silencio haciéndolo volver a la realidad.

    -¿Diga?-musitó Inuyasha contestando.

    -Hola, Inu.-saludó una voz femenina.

    -Kikyo… ¿Qué es lo que quieres?-contestó Inuyasha en tono serio.

    -Quiero verte.- dijo Kikyo con voz dulce.

    -Pero yo no, tengo cosas que hacer.-respondió Inuyasha terminando la llamada.

    La chica de ojos fríos cerro de golpe la tapa de su celular, estaba furiosa pues no podía aceptar el hecho de que Inuyasha estuviera enamorado de Aome aun después de tantos años transcurridos, y de que el ojidorado la había rechazado una y mil veces más de todas las maneras posibles, en medio de su rabia un solo pensamiento lleno su mente el terminar para siempre con la vida de la azabache para que al fin dejara de estorbarle.

    Por otra parte en aquella mansión amurallada el jefe de Bankotsu, se encontraba sentado en la sala de la casa, bebiendo una copa de vino, mientras su mente cavilaba una manera de deshacerse de la azabache sin dejar huella ni rastro alguno que lo incriminara, y así darle gusto a Kikyo pero sobre todo para casarse con ella ya que ese había sido el trato. Aquella chica de mirar inexpresivo decido salir de compras para calmar su rabia, se encontraba caminando por las calles de una zona de clase media, hasta que llego a una pequeña tienda de ropa, la cual estaba algo escondida pues estaba flanqueada por dos grandes edificios de ladrillo, su aspecto era sencillo las paredes eran arena claro, y el piso de madera blanca había muchos abrigos de pieles de animales auténticos.

    Mientras tanto en aquella cabaña la muchacha de ojos chocolate, ya no sabia si estaba dormida o despierta, debido a que permanecía con los ojos vendados además de que ese cuarto no tenia ventanas, no sabia cuanto tiempo había pasado desde que su involuntario encierro comenzó en ese tiempo casi no había probado alimento estaba muy débil.

    -Espero que esta vez, si quieras comer linda.-musitó una voz masculina repitiendo aquellas mismas palabras que siempre decía.

    Después de su “dialogo” habitual aquel individuo se acercó hasta el camastro donde la chica permanecía maniatada desato la venda que cubría su boca dejándola colgar en su fino cuello como un collar, una vez que lo hizo se giro hacia donde había dejado el plato de comida, lo tomo con cuidado e intento darle la primera cucharada de sopa como si fuese un bebé, pero de nuevo ella rechazo el alimento con un gesto negativo y evasivo de la cabeza.

    -Sera mejor que comas, no queremos que mueras todavía al menos… no de hambre.- dijo haciendo una leve corrección al final.

    -No tengo hambre.-mintió Aome con voz seca mientras sentía el gruñir de su estomago.

    -Entonces dame un besito…-sugirió aquel individuo en tono perverso, pues pretendía conseguir mucho más que un simple beso de la prisionera.

    -No te acerques…-advirtió Aome poniéndose rígida.

    -Si te portas bien conmigo, podría salvarte.-prometió mientras tocaba levemente su rostro con una de sus manos.

    -En ese caso prefiero morir.-escupió Aome con tono de asco.

    Al oír esas crudas palabras ese individuo salió de la habitación dando un fuerte portazo, por la manera en la que había rechazado el pequeño “trueque” que quiso hacer con la chica a cambio de salvarla de lo que le esperaba. Al quedarse sola la muchacha de ojos chocolates dejo correr sus pensamientos en medio de aquella oscuridad permanente, a pesar de estar maniatada se impulso con su cuerpo sobre el camastro hasta llegar a lo que parecía ser una pequeña mesita de noche, según le permitía apreciar a duras penas el leve tacto de las yemas de sus dedos, cuando movió levente la muñeca derecha descubrió que las cuerdas que las mantenían atadas por fin después de tantos tironeos habían cedido; así que se apresuró a desatar su otra mano y después sus tobillos, al igual que la venda de sus ojos. Pero sabia que si sus captores se percataban de que había conseguido liberarse de los amarres, su buena suerte terminaría y sin pensarlo dos veces acabarían con su vida, así que tenia que escapar esa misma noche, aunque estaba muy débil seguía aferrándose a la vida y al recuerdo de su amado príncipe de ojos dorados.

    Mientras tanto en la comandancia de la policía protectora de animales el reloj de la pared marcaba las tres de la tarde en punto, todo se encontraba en silencio cuando de pronto sonó el teléfono que se hallaba sobre el escritorio de uno de los ayudantes en turno; un chico con cabellos plateados arreglados en corte militar, ojos cafés oscuros y tez clara, atendió la llamada.

    -Agente Hakaku al habla, ¿Cuál es su emergencia?-inquirió el muchacho.

    -Quiero denunciar una tienda de ropa que vende pieles de animales en peligro de extinción, se encuentra en la calle colmillo sagrado.-explicó una voz femenina del otro lado de la línea.

    -Levantare su reporte en seguida, he iremos a investigarla gracias.-contestó Hakaku terminando la llamada.

    Seguidamente Hakaku tomo su radio localizador y envió una alerta al radio de su jefe para informarle sobre la denuncia, y esperar instrucciones para iniciar el operativo. En otra parte más precisamente en una zona escondida en un sencillo barrio de la ciudad había unas seis patrullas de la policía protectora de animales rodeando una casa y el perímetro de esta, por todos los puntos de posible escape que pudiesen hallar los habitantes de la propiedad.

    -Ni se te ocurra moverte Kohaku, esta vez no te me escaparas.-aseguró Koga manteniéndolo con las muñecas sujetas a la espalda, mientras le colocaba las esposas.

    -Vamos comandante, déjame ir y te daré una buena cantidad de dinero, que asegurara el resto de tu vida futura.-musitó Kohaku.

    -Muy gracioso sabes muy bien, que yo no tengo precio.-contestó Koga mientras lo empujaba al interior de la patrulla, y después le preguntó a uno de sus hombres.-Guinta, ¿Cuántos perros están asegurados?-

    -Hasta ahora hemos encontrado unas veinticinco jaulas, comandante.-respondió Guinta.

    En efecto la denuncia que habían recibido esa mañana era verdad pues al catear esa casa de aspecto modesto, se describió que ahí se tenían cautivos unos diez perros Bóxer destinados para peleas clandestinas, además de otros diez Rottweiler para el mismo uso, y cinco Galgos para realizar carreras.

    -¿Cuantos heridos?-inquirió Koga de nuevo.

    -Cinco.-respondió Guinta.

    -Bien lleven a los perros lastimados a la clínica Takari, y aseguren el lugar.-ordeno Koga mientras salía de la casa.

    Después de acomodar todas las jaulas en las patrullas, los agentes se dispusieron a acordonar todo el lugar con metros y metros de cinta plástica amarillo brillante con las advertencias “Prohibido el paso” “No se acerque” En letras negras después de la movilización para capturar a Kohaku en el lugar no se escuchaba otro sonido que no fuera el desenrollar de los rollos de cinta plástica; pero de pronto la quietud se rompió y se escucho el gemido de una criatura. Por lo cual de inmediato el muchacho de ojos azules volvió al interior de la vivienda brincando ágilmente todas las cintas que impedían el paso, hasta que llego a una habitación que se encontraba al fondo del pasillo principal, tiro la puerta de una fuerte y certera patada haciéndola derrumbarse en seguida.

    Al entrar analizo rápidamente el pequeño cuarto con la mirada, tenia piso de madera desgastada, y paredes blancas con manchas de suciedad e incluso lo que parecía ser sangre de animal seca. Finalmente sus ojos encontraron el lugar de donde provenía el gemido, la escena que sus ojos observaron era demasiado cruel pues en un rincón de la habitación estaban los cuerpos de un par de zorros adultos de pelaje rojizo muertos, y sin nada de su piel al parecer los habían matado y desollado para confeccionar abrigos con sus pieles. A los pies del cuerpo inerte de la que parecía ser la hembra había una pequeña cría de unos tres meses, gemía y jalaba de una de las orejas de su madre, como en un intento de hacerla despertar.

    Al ver aquello Koga se acercó sigilosamente a donde estaba el pequeño zorrito y en un momento de descuido, lo tomo sin lastimarlo de la piel pues no podía permitir que se quedara ahí solito ya que así no podría sobrevivir. La pequeña criatura luchaba jalándose y moviendo sus patitas en el aire, en un intento de liberarse de su captor.

    -Tranquilo pequeño, te llevare a un lugar mejor.- dijo Koga mientras salían de ahí.

    Cuando Koga entro de vuelta a la patrulla coloco al pequeño zorrito en una jaula, y arranco el motor después de colocarse el cinturón, justo en ese momento por fin vio su radio al igual que la alerta de Hakaku.

    -Adelante Hakaku, ¿Qué es lo que ocurre?-preguntó Koga hablando por radio.

    -Comandante Koga, hay otra denuncia es sobre una tienda de ropa que al parecer vende pieles de animales en peligro de extinción.-explicó Hakaku.

    -En ese caso entregare a los perros, y después iré a la comandancia.- dijo Koga.

    -Entendido, comandante.-contestó Hakaku.

    Finalmente guardo el radio en su lugar y emprendió camino hacia la veterinaria, mientras conducía marco el numero directo de Áyame para informarle de los pacientes que le llevaba.

    -¿Diga?-preguntó Áyame contestando.

    -Cariño ahora mismo voy hacia la clínica, con cinco perros heridos y veinte más rescatados, ¿Puedes atenderlos?-musitó Koga.

    -Claro amor, lo tendré todo listo.-aseguró Áyame terminando la llamada.

    Pocos minutos después las siete patrullas llegaron a la veterinaria por lo cual todos los agentes empezaron a descender con las jaulas, y entraron al enorme edificio en dos grupos, un grupo coloco a los perros lastimados en las camillas que previamente se habían preparado para recibirlos, y el otro llevo a los rescatados al lugar que les indicaron las enfermeras. El comandante fue el último en entrar al edificio ya que se quedo cuidando a Kohaku hasta que sus agentes salieron para suplirlo.

    -Hola cielo, ¿Qué traes ahí?-inquirió Áyame señalando la pequeña transportadora que llevaba el muchacho en sus manos.

    -Es una cría de zorro de pelaje rojizo.-respondió Koga mientras colocaba la caja en el escritorio, para luego abrir la puertecita de esta, y sacar al pequeño de su interior.

    -Que hermoso.-exclamó Áyame observándolo con una mirada brillante.

    -Así es, pero desgraciadamente sus padres ya estaban muertos cuando lo encontré.-relató Koga, y luego preguntó.- ¿Podrías hacerte cargo de el mientras le encuentro lugar en el zoológico y una madre sustituta?-

    -Claro tengo unos cuantos conocidos, en una veterinaria que atiende animales exóticos así que podre atenderlo aquí sin problemas, no hace falta que le busques un lugar en el zoológico.-respondió Áyame mientras tomaba al pequeño zorrito en brazos.

    -Gracias.-musitó Koga sonriendo.

    En ese momento el ojiazul beso dulcemente los suaves labios de Áyame un minuto que pareció eterno para los dos, y después acaricio levemente la cabeza del pequeño animal, como un gesto de despedida. Finalmente salió del edificio rumbo a la comandancia para iniciar el proceso en contra de Kohaku, y también para verificar esa otra denuncia de la tienda de ropa.

    Cuando Koga se marcho la joven de ojos esmeralda llevo a su pequeño paciente, al área destinada para los animales exóticos, ahí se habían logrado recrear cada uno de los habitads de los pacientes para su tratamiento, cuidado, alimentación y reproducción, hasta que pudiesen ser devueltos a su hogar original y a una absoluta libertad, sin que corrieran peligro alguno. Luego de instalarlo en su nuevo hogar temporal, Áyame se dirigió al almacén donde se guardaba toda clase de comida para los miles de pacientes que albergaba la veterinaria. Sabia que una parte de la dieta del zorro es carnívora, así que le preparo una especie de papilla con carne cruda, moliéndole también algunas frutas silvestres; ya que aunque un zorro adulto engulle trozos de su presa sin necesidad de masticarla, las crías no pueden tragar así mientras son pequeños. También le preparo una mamila con una formula especial, que contenían los mismos nutrientes que le proveería la leche de su madre. Cuando tuvo todo listo regreso al habitad donde había dejado al pequeño, de nuevo lo tomo en brazos, y comenzó a alimentarlo.

    -Pobrecito, vaya que tenias hambre.-musitó Áyame en voz alta mientras le daba lo último que quedaba de la papilla, y después le acercaba la mamila al hocico.-Tranquilo no lo bebas tan rápido, nadie te lo va a quitar.-lo regaño falsamente.

    Al llegar a la comandancia Kohaku fue bajado a empujones de la patrulla con las esposas aun puestas, cuatro agentes además de Koga, lo “escoltaron” hasta su celda llevándolo casi a rastras.

    -Mmmm, tengo la sospecha de que pronto caerá otro pez gordo.- dijo Koga mientras se frotaba la barbilla con una mano, y agrego.-Prepárense para el operativo.

    -Si, señor.-respondieron al unísono todos los agentes.

    Después de planear paso a paso, la mejor forma en la que se llevaría acabo el operativo para capturar con éxito al dueño de esa tienda, si confirmaban la denuncia en su contra. Antes de partir Koga se aseguro de dejar bien custodiada la celda de Kohaku. Finalmente salieron hacia el lugar en donde se suponía se encontraba la tienda, en efecto se encontraba en la calle “Colmillo Sagrado”.

    Aparentemente era un local en regla de apariencia sencilla, Hakaku entro simulando ser un cliente común, en busca de un obsequio especial para una chica. Ambos lados de la puerta principal, estaban repletos de maniquís los cuales estaban vestidos con abrigos de pieles sintéticas. Pero por su experiencia sabia que jamás se tenia la mercancía verdadera a la vista, camino hacia el largo mostrador gris que se encontraba al final del pasillo, detrás de este estaba una joven de tez blanca, ojos verdes oliváceos, cabellos oscuros cortos arreglados en una melena, vestía una blusa de mangas cortas con cuello V roja, una falda de corte liso caqui que le llegaba arriba de la rodilla, y zapatillas negras.

    -Buenas tardes mi nombre es Hitsumi, ¿Busca algo en especial?-preguntó la joven.

    -Si un abrigo de piel de zorro para mi novia.-contestó Hakaku y agrego.-Pero quiero que sea genuino.

    -Aguarde un momento aquí.-pidió Hitsumi.

    Después de esas palabras Hitsumi entro a una pequeña habitación, que estaba al fondo del mostrador, atravesando una pequeña puerta de madera oscura. Unos minutos después salió de su interior, detrás de ella venia un hombre alto joven de complexión delgada, tez blanca, ojos chocolate, y cabello castaño; vestía una camisa de cuello redondo y mangas cortas azul marino, un pantalón blanco, y zapatos cafés.

    El comandante Koga, tenia razón.-pensó Hakaku mientras lo observaba.

    -Buenas tardes soy el dueño de esta tienda, me dijo Hitsumi que busca algo especial.-musitó el castaño.

    -Si lo que sucede es que quiero un abrigo de piel genuino para mi novia, y un amigo me dijo que usted podría ayudarme.-explicó Hakaku.

    -Le informo muy bien, yo puedo conseguirle la piel del animal que desee.-aseguró.

    -¿Una piel de zorro de pelaje rojizo?-preguntó Hakaku, y agrego en tono de desafío.-Es un animal en extremo peligro de extinción, según se dice.

    -Si es una especie rara, pero si es lo que desea puedo conseguirla.-respondió muy seguro.

    -Eso me agrada, pero… ¿Le parece si arreglamos el precio tomando un café?-propuso Hakaku.

    -Por supuesto, hay una cafetería aquí cerca.-contestó mientras se giraba para ver de frente a Hitsumi.-Puedes tomarte el resto del día.

    -Gracias, señor.- dijo Hitsumi mientras tomaba sus cosas.

    Ambos hombres salieron del establecimiento justo detrás de Hitsumi, a lo lejos Koga observaba como se desempeñaba Hakaku, al parecer todo iba muy bien según como había sido planeado; mientras veía aquella escena de pronto sus orbes azules se desviaron al rostro del sospechoso, mientras que también miraba por leves momentos un informe del mismo, y por supuesto la pequeña fotografía adjunta.

    -Sabia que pronto te vería de nuevo.-musitó en voz baja para si mientras bajaba de la patrulla.

    Camino de forma normal hasta que llego a donde ambos estaban conversando, en lo que esperaban que la luz del semáforo cambiara para cruzar la calle.

    -Houyo Tsukino.-llamó Koga.

    -Si, soy yo.-respondió Houyo volviéndose hacia él.

    -Policía protectora de animales, quedas detenido.-le informó Koga mientras le colocaba las esposas.

    -¡Esto es un abuso, ¿De qué se me acusa?!-gritó Houyo mientras intentaba quitarse las esposas.

    -De la venta de pieles de animales en peligro de extinción.-respondió Koga mientras intentaba calmarlo.

    -¡Eso es una mentira, no hay pruebas de ello!-reclamó Houyo.

    -¿Agente Hakaku?-inquirió Koga mientras extendía una mano.

    -Aquí esta, comandante Koga.-respondió Hakaku mientras le entregaba una pequeña grabadora, que llevaba en uno de sus bolsillos.

    -Agente…-repitió Houyo sorprendido.

    -Si, soy agente de la policía protectora de animales, desde hace años.-musitó Hakaku mostrándole su placa.

    -Toda tu confesión quedo grabada, así que ya no te resistas mas andando.-musitó Koga.

    Finalmente entre protestas, maldiciones, y amenazas Houyo fue llevado a la comandancia, para que le hiciera “compañía” a su antiguo amigo Kohaku. Era una tarde-noche normal en el hospital, Sukiomi estaba sentada en una silla junto a la cama de Rin, mientras pedía que Aome volviera sana y salva de igual forma Baddy estaba echado en un rincón. No se escuchaba ningún otro ruido mas que el pitar del holter, el cual marcaba su ritmo cardiaco, pero de pronto la joven comenzó a abrir los ojos al parecer por fin había despertado de su largo letargo.

    -¿Donde estoy?-preguntó Rin mientras terminaba de despertar.

    -Rin cariño, al fin despertaste.- dijo Sukiomi mientras le tocaba la frente.

    -Tía… Quiero…-intentó decir Rin pero Sukiomi la interrumpió.

    -No digas nada, iré por Sesshomaru.-menciono Sukiomi mientras se ponía de pie, y salía de la habitación.

    Minutos después Sesshomaru entro al cuarto, y con una sonrisa de alivio en los labios se acercó a la cama para examinarla coloco dos de sus dedos en la vena de su muñeca derecha para sentirle el pulso, y vio las lecturas cardiacas del holter.

    -Tus signos vitales están muy bien, sigue mi dedo con tus ojos sin mover tu cabeza por favor.-pidió Sesshomaru.

    Sin protestar Rin siguió su indicación.

    -Muy bien, ¿Recuerdas lo que te paso?-preguntó Sesshomaru algo preocupado.

    -Si… Venia camino hacia el hospital cuando iba a cruzar la calle algo me cegó, entonces sentí un fuerte golpe y… Todo se volvió negro.-contó Rin.

    -Te atropellaron nos tuviste muy preocupados, ya que estuviste inconsciente tres semanas.-musitó Sesshomaru.

    -¿Y Baddy? Recuerdo que estaba conmigo muy fugazmente…-comentó Rin.

    -Ha estado contigo todo el tiempo, la mujer que llamo a la ambulancia dijo que te encontró gracias a él, no ha querido separarse de ti desde entonces…-explicó Sesshomaru.

    -Baddy… Gracias…-expresó Rin casi en un mormullo mientras lo miraba levemente.

    Su tierna mascota la miro de igual forma, y movió la cola como gesto de lo feliz que se sentía por que su dueña al fin hubiese despertado de su largo sueño, sus ojos de miel brillaban.

    -¿Porque no puedo moverme…?-inquirió Rin.

    -Shhhh… Después terminare de contestar todas tus preguntas, ahora debes descansar…-sentenció Sesshomaru colocando un dedo en sus labios, para después acariciar una de sus mejillas.

    -De acuerdo, Sesshy…-acepto Rin mientras cerraba de nuevo sus ojos.

    En aquella humilde y aislada cabaña la noche se había hecho presente, el cielo nocturno estaba completamente cubierto de espesas nubes, las cuales no permitían ni siquiera que se filtrara un tenue rayo de luz plateada de la luna; la cual también estaba oculta por las mismas, además de que no había ninguna estrella visible.

    En el interior de la morada sus ocupantes estaban recibiendo instrucciones precisas, por parte de su jefe para por fin deshacerse de su prisionera.

    -Si entendido jefe, ha y por cierto felicidades por su esperada boda con la señorita Kikyo.-musitó terminando la llamada.

    -Ahora que tenemos las instrucciones…-comenzó a decir Hiten.

    -Aguarda un momento, ya es muy tarde y tengo sueño así no podría hacerlo bien.-mencionó Bankotsu bostezando un poco.

    -Bien, ¿Entonces mañana temprano?-propuso Hiten.

    -Si, lo haremos mañana temprano.-respondió Bankotsu esbozando una sonrisa torcida.

    Al escuchar eso Aome se estremeció ¿Tanto era el odio que Kikyo le tenia?, ¿Ella tenia que ver con su secuestro? No tenia tiempo para ponerse a analizar correctamente esas preguntas, de algo estaba completamente segura si quería conservar su vida, tenia que escapar ya mismo de ese lugar; de no hacerlo no volvería a ver la luz de un nuevo día, por lo que espero nerviosamente en medio de la obscuridad, todo era silencio absoluto hasta que de pronto fue roto por unos largos y profundos ronquidos; eso significaba que sus secuestradores se habían dormido, era el momento de escapar.

    Se levanto del camastro tratando de no hacerlo rechinar, camino con cierta dificultad apenas tocando levemente las paredes, para orientarse un poco en medio de aquella penumbra, tratando de no hacer mucho ruido. Luego de lo que pareció una eternidad toco lo que parecía ser una perilla la giro con cuidado y empujo la puerta, de inmediato sintió el viento glacial azotarle el rostro, eso quería decir que había logrado salir de su encierro. Pero aun no podía considerarse victoriosa, al menos no hasta que estuviese a salvo, sin pensarlo se interno en la hierba alta, y comenzó a caminar mas rápido sin un rumbo fijo, buscando solo el alejarse de ahí.

    El menor de los ojidorados se encontraba en la enorme biblioteca de aquella bella mansión rodeada de bosque, estaba frente a la enorme chimenea observando como los leños ardían entre el fuego, unas ojeras enormes enmarcaban su mirar perdido; había perdido la noción de cuanto tiempo había pasado desde que comenzó su calvario, en medio de su enclaustramiento no aceptaba mas compañía que la de Luna, ya que aquella hermosa labrador era lo único que le quedaba de su princesa, además solo ella comprendía lo que estaba sintiendo, cuan grande era su tormento.

    Unas horas después el sol comenzó a asomarse pintando de a poco el cielo, primero de un tono anaranjado-rosáceo, para después irse convirtiendo en un azul celeste intenso adornado por esponjosas nubes blancas. Al salir de la espesa maleza la azabache se deslumbro cuando los rayos del sol iluminaron su cara, ya que sus orbes chocolate se habían acostumbrado a la penumbra permanente aun así a mas o menos un metro de distancia del inicio de los matorrales diviso una vivienda; ¿Una mansión? Quizás pero realmente eso no le importaba mucho, ya que llevaba la noche entera vagando, estaba exhausta, tenia hambre, sed, y frio aun así camino en esa dirección hasta que finalmente llego frente a la enorme puerta de madera chocolate, y golpeo con todas las fuerzas que le quedaban.

    Era muy temprano para que los sirvientes estuvieran levantados así que Inuyasha fue a atender aquel insistente llamado de la puerta.

    -¿Diga?-preguntó Inuyasha al abrir la puerta.

    -Neces…-quiso explicar la joven pero justo en ese momento se desmayo debido a su debilidad por la falta de alimento.

    -Señorita que…-musitó Inuyasha sosteniéndola para evitar que se cayera al suelo, en ese momento un rayo de sol ilumino el rostro de la chica permitiendo así que la reconociera.-Aome cielo…

    Sin trabajo alguno la alzo en brazos y la llevo al interior de la casa. Le quito los zapatos, y la recostó en su cama con delicadeza le hacia sumamente feliz el tenerla de vuelta con él después de sufrir tantos días de angustia. Cuando le quito los cabellos sucios del rostro para después tocarle la frente, tenia mucha fiebre además su piel estaba muy pálida y seca tenia unas yagas de color rosado; las cuales eran síntoma de una grave desnutrición, de inmediato bajo a la cocina lleno un balde de agua fría tomo unos paños limpios, y regreso a la habitación empapo uno de ellos y lo coloco con cuidado en la frente de Aome. Sus delicadas manos además de sus tobillos tenían heridas, al parecer habían sido causadas por las cuerdas que tanto tiempo la mantuvieron atada en una sola posición. Inuyasha estaba muy feliz de haberla recuperado con vida, pero también sentía un gran rencor y una gran rabia contra aquellos malditos que la tuvieron tanto tiempo cautiva, después se haría cargo de hacerlos pagar, ahora lo único que le importaba era que su princesa se recuperara y no permitir nunca mas que nada ni nadie la volviese a separar de su lado; se arrodillo al pie de la cama y retiro el paño que hace apenas unos minutos había colocado en la frente de la joven ya que estaba completamente seco y lo mojo de nuevo, al parecer la fiebre estaba demasiado fuerte.

    Por favor… no me la quites ahora que la he recuperado…-pidió Inuyasha en silencio.

    -Tienes que ponerte bien… mi amor por favor lucha… lucha…-le suplicaba Inuyasha tomando una de sus manos entre las suyas.

    Continuará-------------------------------------------------------------------------------

    No me maten por dejarlo así por favor en unos días si nada ocurre que espero que no les traeré el capítulo final cuidense mucho sayo....
     
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  14.  
    Tifanny

    Tifanny Entusiasta

    Tauro
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    hola amiga me encanto la conti y gracias por avisarme que pusiste conti dios que bueno que rin ya desperto pero por que no puede moverse y no puedo creer que kikyo alla sido la que mando a secuestrar a aome y dios que va a pasar ahora que aome y que se encontro con inu dios espero con demaciadas ansias el proximo capitulo.
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    Tifanny
     
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  15.  
    Freya Scarlet

    Freya Scarlet Usuario popular

    Escorpión
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    Amigaaaaaa, one chaaaaaannnn!!!! ¿¿como la dejas así??, osea me dejaste con una gran curiosidad
    y sobre todo con muchas ganas de leer más, pobre Aome debió haber sufrido mucho al estar
    cautiva tanto tiempo, gracias al cielo que logró escapar y asi poder llegar con Inuyasha.

    Rin también esta recuperandose que bien, solo que me preocupo un poco eso de que no pudiera
    moverse espero que no sea lo que me imagino (por fa que no sea x3), ya pues one-chan que más
    podría decirte ¡¡conti lo más pronto posible plis!! x3, gracias por el aviso y no tardes con la conti.

    ¡¡Saludos y sayonara!!
     
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  16.  
    anamaria

    anamaria Entusiasta

    Sagitario
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    hola debo decir que me encanta esta historia en principal como la escribiste al comienzo mis historias son = así las tengo redactadas obvio que cuando subí mi primer escrito aquí me isieron ver como se escribe en realidad pero me encanta leer historias de los demás ya que por ver la inspiración que han tenido al escribirlas me inspiran mucho mas a seguir y debo decir que estoy muy orgullosa de mis historias al igual de las que ya e leído por acá me encanta saber que el amor por esta pareja no a muerto como a pasado por muchos lados la verdad me cae super bien como escribís espero mas de esto amiga..!!!
     
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  17.  
    AlexMarie Kagamine

    AlexMarie Kagamine Usuario popular

    Piscis
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    ¡Bien! indudablemente has mejorado mucho tu estilo de narrar que bueno te felicito, me tarde un chorro ya sabes la escuela no me deja en paz y ademas tengo problemas personales algo complicados pero bueno ya estoy de regreso para seguir comentando ¡perdon! los personajes los manejas bien, pero aveces suelo confundirme en algunas escenas porque mi no entender pero bueno ya tendre tiempo para razonar mis ideas, los escenarios son muy bellos, me lei todo de verdad siempre leo pero nunca puedo comentar como debiera porque no me queda tiempo si hasta el lemon lei que me hizo sentir un poco extraña si soy sincera pero bueno le metiste mucho sentimiento y eso es lo que cuenta, ¿que pasara despues? mmmm ya quiero leer el final muy bueno Aomecita te admiro porque tu ya vas a terminar un fic y tu unico ademas pero bueno en algo tienes razon no es bueno embarcarse con muchos algun dia yo aprendere? jajaja lo dudo! bueno espero mas de ti muy pronto nos posteamos y recuerda que siempre es bueno sonreir asi te encuentres en la peor situacion ¡TQM! y nos vemos pronto

    Atte: Alex la chica de los tamales (me comi dos ayer)
     
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  18.  
    Cami Chan

    Cami Chan Usuario común

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    ¡Síiiiiii!

    ¡Kagome logró escapar! Pensé que le iba a ser más difícil, pero me alegré mucho al ver que lograba dar con InuYasha. Y la pobre de Rin... tan herida y sin poder moverse. Por lo menos tiene a su Sesshy con ella para cuidarla. Espero que ambas se recuperen en su totalidad, ya que ninguna de tus leales lectoras queremos que sufran esos dos galanes albinos a los que tanto amamos.

    Por cierto, ¡muchas gracias por esa linda dedicatoria! Me hace feliz que mis palabras te motiven a seguir con esta bella historia. Créeme que no digo más que la verdad cuando digo que me encanta y me alegra mucho leerla. Me emocioné sobremanera cuando vi mi nombre ahí arriba <3 Gracias amiga, te quiero.

    Por ultimo lamento haber tardado en comentar... No tienes idea de lo ocupada que he estado estos últimos días, pero espero haberme redimido con éste comentario <3 Espero el siguiente con ansias como siempre,

    ¡Saludos! :3
     
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  19.  
    aomeinu

    aomeinu Entusiasta

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    holaaaa! Perdon por mi ausencia, no ha sido mi intension, es que he estado muy atareada, problemas familares, escolares, vacasiones y viajes y como te abras dado cuenta tampoco he continuado mi fic..perdon...y otra de las razones por las que no he continuado mi fic es porque formatearon mi compu..despues recorde tenia un respaldo en uno de los tantos pendrives que se encuntran en mi casa y por mala suerte en el que lo guarde no lo encontraba, bueno almenos lo encontre ayer en lo mas recondito de mi casa...saliendo un pico de tema....me encanto tooooodooooooo, y es que me he perdido varias actualizaciones asi que tube que releer un par de capitulos....una vez mas mil disculpas por abamdonarte a ti, a tu fic, a mi fic y a mis lectoras...te quiero y no quiero que creas que te he abandonado.....
     
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  20.  
    Aomecita

    Aomecita Usuario popular

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    Título:
    Un Amor Del Destino
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    90
     
    Palabras:
    6222
    Hola mis queridas lectoras como se los prometí aquí les traigo por fin el gran final de esta historia que han seguido mucho tiempo el capítulo final va dedicado de manera muy especial a mi sensei Jesireth para la cual solo tengo una palabra Gracias por apoyarme cuando llegue a Cemzoo siendo una principiante en la escritura por tener paciencia para enseñarme por impulsarme a seguir pero sobre todo por ser mi mejor amiga. También es para una personita muy especial para mi tierno caballero C ya que gracias a este fic hoy hace 2 años lo conocí y le prometí terminarlo sin importar lo que pasará y que jamás me rendiría hasta terminarlo he cumplido mi promesa... Gracias también a mis hermanitas Kahory, Angela Blue, Alexa Mosary y Cami-Chan aquí lo tienen.

    Capítulo 90 Un Amor Del Destino

    Una semana después la fiebre finalmentecedió, permitiendo así que Aome despertara, cuando abrió los ojos le costó un poco identificar donde era que se encontraba. Era una habitación muy amplia además de iluminada, las paredes eran dorado apagado con leves detalles arena apenas visibles, el piso estaba totalmente forrado de una fina alfombra en tonalidad vino tinto, los amplios ventanales estaban vestidos con cortinas rubí, al enfocar mejor su vista se dio cuenta de que su amado príncipe de ojos dorados estaba sentado en un sillón de lino rojizo en un rincón de la habitación, su cabeza estaba gacha como si estuviera dormitando, al parecer llevaba muchas noches sin dormir…

    -Inu…-llamó Aome casi en un murmulló.

    -Aome… Has despertado…- dijo Inuyasha acercándose a la cama, y sentándose cerca de ella.

    -Tengo… sed…-musitó Aome con voz seca.

    Al escuchar eso Inuyasha se puso de pie y camino hasta el buro izquierdo de la cama, sobre el cual había una jarra de agua, sirvió un poco en el pequeño vaso que estaba junto a esta, y volvió junto a Aome. Le ayudo a levantar la cabeza sosteniéndosela con una mano mientras que con la otra le dio a beber el agua, al tomar el vital liquido mojar sus labios, y correr por su garganta al fin sintió como se apagaba la horrible sed que durante semanas de encierro padeció.

    -No sabes los días de angustia que viví.-expresó Inuyasha mientras acariciaba levemente sus mejillas.

    -Se lo que es eso… creí que jamás te vería de nuevo…-mencionó Aome.

    -Me abría vuelto loco de dolor…-confesó Inuyasha mirándola fijamente.

    -Debo tener un aspecto horrible…- dijo Aome soltando una leve risita.

    -No digas eso para mi eres bonita, sin importarme nada…-musitó Inuyasha mientras aun acariciaba sus mejillas.

    -Estoy en tu habitación, de la mansión de verano.-dedujo Aome finalmente al ver las sabanas de seda dorada que la cubrían, junto con el edredón a juego.

    -Si desde que te secuestraron, vine aquí para estar solo…-explicó Inuyasha.

    -¿Permaneciste aquí todo este tiempo solo…?-inquirió Aome sorprendida.

    -Si no podía estar en el hospital, estaba casi loco… Solo acepte la compañía de Luna.-respondió Inuyasha.

    -Mi pequeña Luna, gracias por cuidar de mi príncipe.-murmuró Aome mirándola.

    -¿La cuidarías por mi un momento?-pidió Inuyasha.

    La tierna labrador ladro levemente como señal de afirmación hacia esa petición, camino hasta el pie de la cama y ahí se posiciono sentada sobre sus dos patas traseras, como si estuviese en guardia. Al ver eso Inuyasha sonrió satisfecho por la actitud de Luna, tomo la jarra de cristal vacía y bajo tranquilamente a la cocina para volverla a llenar, ya que su amada necesitaba rehidratarse.

    Cuando se quedo sola la azabache se incorporo con cuidado sobre aquella cálida cama, aun cubierta por las sabanas y el edredón, de pronto sintió como un leve pinchazo de dolor en ambas muñecas, fue entonces que al fin se dio cuenta de las heridas que estas tenían por haber estado tanto tiempo sujetas con una cuerda, también noto que ya no traía su ropa sucia y gastada, en lugar de ello ahora vestía una camisola blanca de encaje, además no estaba sucia y su largo cabello negro estaba perfectamente desenredado, justo en ese momento llamaron a la puerta.

    -Adelante.- dijo Aome.

    -Me da gusto verla mejor señorita, el joven Inuyasha estaba muy preocupado por su salud.-musitó Ayumi mientras cerraba la puerta de la habitación.

    -Gracias Ayumi, ¿Quién me puso esta camisola?-preguntó Aome mirándola.

    -Fui yo señorita, por petición del joven Inuyasha.-contestó Ayumi.

    La joven sirvienta traía en sus manos un frasco de ungüento especial para las lastimaduras en piel delicada y sensible, se acercó a la cama donde la muchacha de ojos chocolate descansaba, tomo un poco y comenzó a untárselo en las lastimaduras de sus manos.

    -Quisiera darme un baño, me siento sucia…-comentó Aome.

    -Que raro… No lo esta, pero en seguida se lo preparo.-aseguró Ayumi.

    -Te lo agradezco.-musitó Aome.

    Mientras Ayumi preparaba el baño la joven de cabellos azabaches se quedo esperando en la cama, fue entonces cuando por instinto tomo con delicadeza uno de los esponjados almohadones y lo estrecho contra su rostro olisqueándolo levemente al aspirar el seductor aroma del inconfundible perfume de nardo que usaba su amado ojidorado; aquel olor la hizo recordar aquella noche en la que por primera vez se amaron en cuerpo y alma, cuando sintió sus labios recorriendo su piel al igual que su cálido cuerpo cerca del suyo… Aquel recuerdo hizo que se ruborizara mas que un tomate, pero esa era la verdad anhelaba volver a amarlo de esa manera tan especial… Estaba completamente perdida en ese pensamiento, hasta que la voz de Ayumi la hizo volver a la realidad.

    -El baño ya esta listo señorita.-informó Ayumi.

    -Gracias, Ayumi.-agradeció Aome poniéndose de pie, pero de pronto sintió un leve mareo, afortunadamente en ese momento Inuyasha volvía a la habitación y la sostuvo en brazos antes de que cayera.

    -¿Estas bien amor?-preguntó Inuyasha aun sosteniéndola algo preocupado.

    -Si solo fue un poco de debilidad, iba a bañarme…-respondió Aome mirándolo.

    -De seguro es por que no has probado alimento no puedo dejar que te duches tú sola así, Ayumi ayúdala a asearse mientras yo le preparo algo de comer por favor.-pidió Inuyasha.

    -Si joven Inuyasha, venga conmigo señorita.-musitó Ayumi.

    El baño de la habitación era realmente amplio y espacioso, como los de las demás habitaciones de aquella mansión. El piso era de un tono arena muy suave, las paredes eran de azulejo amarillo muy tenue con listeles de figuras rojizas, justo en el centro estaba la gran tina de mármol blanco, se quito la camisola y entro sin problemas dejando correr el agua caliente por su piel, realmente fue una delicia Ayumi le enjabono los brazos, cuidando el no tocarle las lastimaduras de las muñecas.

    Al terminar de bañarse la muchacha de ojos chocolate envolvió su cuerpo en una toalla y regreso al interior del cuarto principal, estaba por pedirle a la gentil sirvienta que le trajese algo de su ropa, ya que esa no era su habitación; pero entonces vio que sobre la enorme cama dorada de su amado, había un vestido sencillo de cuello redondo y mangas tres cuartos color lila. Cuando termino de secar su cuerpo se lo coloco de igual manera se calzo unas zapatillas blancas de tacón bajo que estaban a los pies de la cama. Lucia muy linda con esa sencilla vestimenta ya que el corte sirena de la prenda ajustaban las costuras a su cintura marcándola aun mas, además permitía ver sus bellas piernas ya que le llegaba un poco mas arriba de las rodillas. Finalmente se dispuso a cepillar su larga cabellera, fue entonces cuando se dio cuenta de que algo le hacia falta.

    -Y mi dije… ¿Dónde esta?-se preguntó Aome en voz alta, mientras se tocaba el cuello.

    -Aquí esta tranquila princesa, te lo quite para poder refrescarte el cuerpo los días que tuviste calentura.-explicó Inuyasha mostrándole la cadenita.

    -Que bueno, ¿Me la pones?-pidió Aome sonriendo.

    -Si, solo ayúdame con tu cabello.-respondió Inuyasha.

    Aome hizo lo que su amado le pidió levanto su larga cabellera de ébano, para así permitirle ver mejor su fino cuello él por su parte le coloco con cuidado aquella joya que ya hace tanto tiempo le había obsequiado a su princesa. En ese momento la azabache se giro quedando justo frente al ojidorado y por supuesto también a unos pocos centímetros de sus labios, como un instinto Inuyasha coloco sus manos en la cintura de la chica, ella llevo sus manos a su cuello terminando con la distancia que había entre los dos, uniendo sus labios en un baile lento, suave, y gentil que poco a poco se fue tornando mas apasionado, sus lenguas bailaban a un compas ardiente buscando vencer en una batalla que ninguno podría ganar. El chico de cabellos plateados bajo sus labios al cuello de su amada y comenzó a besarlo lentamente descendiendo aun mas hasta su hombro derecho.

    -Inu… ya… sha…-gimió Aome.

    -Te extrañe tanto… Te deseo…-susurró Inuyasha con voz cálida junto a su oído.

    -Yo también…-coincidió Aome.

    Continuaron besándose mientras retrocedían hasta que finalmente cayeron sobre la gran cama, el muchacho acaricio lentamente su cintura mientras que ella aun continuando aquel apasionado beso enterró una de sus manos en aquella hermosa cabellera de plata, y con su diestra marco un sutil camino por su clavícula hasta encontrar los botones de su camisa, que sin tardanza fue desabrochando uno a uno mientras también acariciaba su espalda bajo la prenda pero justo en ese momento su estomago protesto.

    -Al parecer, tienes hambre.-mencionó Inuyasha sonriendo al separarse de sus labios.

    -Creo que si, un poco.-admitió Aome dándole un tierno piquito en los labios.

    Ambos bajaron al enorme comedor de la casa, donde ya estaba dispuesta la comida después de que Aome se sentó él se acomodó a su lado, cuando probo el primer bocado de camarones fritos y arroz, su estomago lo agradeció enormemente después de haber estado tanto tiempo sin probar alimento, degusto todo con gran apetito e incluso repitió plato.

    -Si que tenias hambre princesa.-musitó Inuyasha mientras la observaba comer su segundo plato.

    -La verdad si, mas de la que creí.-comentó Aome comiéndose su último camarón frito.

    -¿Desea comer un poco más señorita Aome?-preguntó Akisuki mientras le retiraba los platos sucios.

    -No gracias Akisuki, estoy llena.-respondió Aome.

    -Con permiso, me retiro entonces.- dijo Akisuki caminando hacia la cocina.

    En ese momento de nuevo Inuyasha la miro fijamente a los ojos perdiéndose de inmediato en ese mirar tan dulce y hechizante que solo ella poseía, se fue acercando poco a poco a esos labios que adoraba pero entonces…

    -Disculpe joven Inuyasha, tiene una llamada.-avisó Ayumi entrando al comedor.

    -¿Quién es Ayumi?-inquirió Inuyasha mirándola.

    -El comandante Takemi, me dijo que es importante.-respondió Ayumi.

    -Gracias Ayumi, ahora contestó.-musitó Inuyasha tomando el teléfono.

    -Joven Taishio…-comenzó a decir una voz al otro lado de la línea.

    -Si comandante Takemi, ¿Qué noticias me tiene?-indagó Inuyasha con interés.

    -Al fin hemos atrapado a los secuestradores de su prometida.-informó el comandante.

    -Que bien, deben pagar por ello.-recordó Inuyasha con voz fría.

    -Le aseguro que así será, solo necesitamos que la señorita Higurashi corrobore que son ellos.-explicó.

    -Comprendo, yo iré con ella a la comandancia.-aseguró Inuyasha terminando la llamada.

    -¿Qué sucede?-le preguntó Aome al notar que se había puesto serio.

    -Princesa… Acaban de decirme que por fin han atrapado a tus secuestradores, pero necesitan que los reconozcas para que se inicie el proceso.-respondió Inuyasha intentando sonar calmado.

    -Verles la cara…-susurró Aome.

    -Yo estaré contigo, no voy a dejarte sola.-prometió Inuyasha mientras entrelazaba su mano con la de ella.

    -Antes debemos de avisarle a mi mamá, que estoy a salvo y bien, también quiero ver a Rin.-mencionó Aome.

    -Yo ya les avise que estas sana y salva, después de declarar te llevare al hospital a que veas a Rin.-comentó Inuyasha.

    -¿Qué le sucedió?-inquirió Aome preocupada.

    -El mismo día que te secuestraron, la atropellaron estuvo muy delicada pero el peligro ya paso.-respondió Inuyasha con voz tranquilizadora.

    Por fin emprendieron el camino de vuelta a la ciudad, a bordo del rápido convertible plata de Inuyasha. La comandancia de policía era un edificio enorme de color blanco cuyas puertas eran de madera clara con su nombre escrito en letras negras y con la pequeña imagen de una placa dorada “Policía Federal De Tokio” Sobre un pequeño rectángulo de vidrio ambos lados de la puerta principal estaban custodiados por un par de agentes perfectamente armados. Aun así no les impidieron el paso al interior del edificio, ya que habían recibido la notificación de su jefe de que ellos vendrían a declarar, uno de los agentes los acompaño llevándolos atravez de un largo pasillo de piso blanco, hasta una pequeña habitación donde el comandante los esperaba.

    -Lamento conocerla en estas circunstancias, señorita Higurashi.-musitó el comandante Takemi en tono de disculpa.

    -No se preocupe, haga su trabajo.-contestó Aome.

    -Bien hace unos días al realizar un operativo fuera de la ciudad, logramos atrapar a Bankotsu Hiyami mejor conocido como el “destazador” y a Hiten Mishami que es conocido como el “comerciante”, estos dos individuos trabajaban bajo las ordenes de Naraku Takeda, que es conocido como el “Midas de las pieles” Ya que es un gran traficante de animales exóticos o en peligro de extinción, que se encargaba de su venta, para la fabricación de abrigos, bolsas, suéteres, bufandas etc. A el también logramos atraparlo ya que en su declaración uno de ellos nos dio la ubicación exacta de su escondida mansión, y lo señalo como quien le ordeno acabar con su vida pero en si la última palabra la tiene usted.-explicó y luego le preguntó.- ¿Cree poder reconocerlos?-

    -Nunca les vi la cara…-respondió Aome.

    -¿Los escucho hablar?-preguntó.

    -Si, su voz quizás si podría reconocerla.-aseguró Aome.

    -Bien entonces acompáñenme, por favor.-les pidió a ambos.

    Se trasladaron a otra habitación la cual era un poco oscura ya que solamente la iluminaba una pequeña lámpara que colgaba justo a la mitad del techo, al fondo había una gran cristal a lo largo de la pared el cual permitía observar otra sala contigua en la cual se podían observar dos individuos uno vestía una camisa azul marino de mangas cortas, pantalón gris, y zapatos a juego; era alto, tenia la piel bronceada, complexión atlética, ojos azules como un par de zafiros, y una larga cabellera negra peinada en una cola alta. El otro lucia una playera blanca, y un pantalón negro era un poco mas bajo, su tez era clara, su físico no era tan musculoso, y sus ojos eran cafés oscuros no poseía cabello, ambos individuos se paseaban nerviosamente de un lado a otro como animales enjaulados.

    -No se sienta nerviosa señorita Higurashi, ellos no pueden verla desde el cristal del cuarto contiguo, por que su lado esta polarizado.-mencionó el uniformado.

    -Aquí estoy, no estas sola.-le recordó Inuyasha tomando su mano.

    -Gracias, amor.-susurró Aome en voz baja.

    -¿Le parece que comencemos?-sugirió.

    La azabache solo asintió de manera afirmativa, mientras apretaba levemente la mano de su amado.

    -Bankotsu Hiyami, ¿Por ordenes de quien secuestro a la señorita Higurashi?-indagó.

    -Ya le dije en mi declaración que fue por órdenes, de mi jefe Naraku Takeda.-bufó Bankotsu a regañadientes.

    -¿Qué finalidad tenia eso?-inquirió.

    -El no dejarla con vida.-respondió Bankotsu sin cambiar su tono.

    -En ese tiempo…-comenzó a formular de nueva cuenta pero entonces la voz de Aome lo interrumpió.

    -Es suficiente comandante…-musitó Aome mientras dejaba escapar una lagrima de sus ojos.

    Aquel recuerdo vino a su memoria como un relámpago…

    **************************************************************
    -No tengo hambre.-mintió Aome con voz seca mientras sentía el gruñir de su estomago.

    -Entonces dame un besito…-sugirió aquel individuo en tono perverso, pues pretendía conseguir mucho más que un simple beso de la prisionera.

    -No te acerques…-advirtió Aome poniéndose rígida.

    -Si te portas bien conmigo, podría salvarte.-prometió mientras tocaba levemente su rostro con una de sus manos.

    -En ese caso prefiero morir.-escupió Aome con tono de asco.
    **************************************************************

    -Comprendo señorita… Le es familiar su voz.-dedujo el uniformado.

    -Si él fue quien me amordazo, y era el “encargado” de darme de comer mientras estuve cautiva.-confirmó Aome mientras se secaba las lágrimas.

    Después de que Aome corroborara ese hecho y de firmar su declaración, la pareja fue al hospital para visitar a Rin. Al llegar tomaron el elevador y fueron al segundo piso, apenas las puertas de este se abrieron la joven de ojos chocolate se lanzo a los brazos de su madre llorando de alegría.

    -Mi niña… Estas bien…-musitó Sukiomi mientras le acariciaba el cabello.

    -Si mamá…-aseguró Aome mientras la abrazaba.

    -Te agradezco, tanto Inuyasha.- dijo Sukiomi.

    Inuyasha no dijo nada y solo le sonrió.

    -¿Y Rin como esta?, ¿Y Sango, Áyame, y Akari?-preguntó Aome impaciente.

    -Esta muy bien casi totalmente recuperada, Sango al igual que Áyame en este momento están con ella y Akari esta dando consulta.-respondió Sukiomi.

    Justo en ese momento cierta pelirroja, y cierta castaña aparecieron.

    -Aome que gusto, que estés sana y salva.-musitaron unísonas mientras la abrazaban.

    -También me alegro, de verlas chicas.-respondió Aome mientras les correspondía.

    Finalmente la azabache mayor entro a la habitación de su prima, que era mas su hermana por todo lo que habían vivido todos esos años juntas, aunque se preocupo cuando Inuyasha le había dicho de su accidente esa preocupación desapareció en cuanto la vio. Pues lucia mucho mejor de lo que creyó que estaría, sus mejillas tenían buen color y sus fracturas estaban casi totalmente curadas.

    -Hermanita…-llamó Rin al verla.

    -Me tranquiliza, verte tan recuperada.-comentó Aome mientras se sentaba en la cama.

    -Y a mi que tú, estés a salvo.-admitió Rin sonriendo.

    Unos pocos días después por fin le quitaron los yesos a Rin, en verdad se había recuperado totalmente de aquel accidente. Por fin todo era tranquilidad ya que según se anunciaba en los periódicos.
    Tokio Express
    “Cae Buscado Traficante”

    El conocido traficante de animales Naraku Takeda alias “El Midas De Las Pieles” fue condenado a cumplir la sentencia de cadena perpetua por comerciar y vender las pieles de estos, además de haber sido quien ordeno el secuestro de la doctora Aome Higurashi, en complicidad con la señorita Kikyo Daidolly, quien confeso ser la autora intelectual del secuestro de la susodicha, y pareja sentimental del antes mencionado.

    Cabe mencionar además que la señorita Kagura Daidolly también ha sido condenada a cumplir una sentencia de 30 años, por los delitos de venta y posesión de medicamentos controlados de uso explícitamente Veterinario, como son el anestésico K conocido también como la famosa vitamina K, ella lo vendía como un somnífero “especial” para conseguir un buen sueño; sin contar además que gracias a una confesión de su prima Kikyo Daidolly se supo que la acusada también atropello intencionalmente a la señorita Rin Hanabusa Higurashi.

    -Así que fue Kagura, la que me atropello esa noche…-repitió Rin aun con el periódico en las manos.

    -Esa bruja, siempre me dio mala espina.-mencionó Áyame.

    -En el tiempo que estuve secuestrada, algo dentro de mi me decía que Kikyo tenia que ver con ello…-musitó Aome bebiendo un poco de té.

    -Pero ya nunca más te va a hacer daño, Aome.-mencionó Akari.

    -Lo sé.- dijo Aome.

    -Ahora solo debes preocuparte, por que este todo listo para la boda.-le recordó Akari.

    -Mi boda...-repitió Aome con emoción en la voz.

    -Mejor dicho, nuestra boda doble hermanita.-comentó Rin.

    -Es cierto, prometimos casarnos juntas.-recordó Aome.

    -Eso me recuerda tengo algo para ustedes chicas, mejor dicho de parte mía y de Miroku.-musitó Sango.

    -¿Qué es?-preguntaron unísonas.

    En ese momento la castaña saco de su bolsa, dos pares de boletos de avión de primera clase, unos eran con destino a la romántica ciudad de Venecia con reservación en el lujoso hotel Sogno d'amore esos tenian el nombre de Aome e Inuyasha, el otro par de boletos eran con destino a la ciudad de Paris la capital del amor igualmente con reservacion en uno de los mejores hoteles Romance Parfait, esos eran para Rin y Sesshomaru. Gracias a que Miroku era dueño de su propia agencia de viajes no hubo problema alguno para conseguirlos.

    -Muchas gracias, Sango.-dijeron unísonas las azabaches.

    -Por nada, yo se cuanto desean pasar ahí sus lunas de miel.-comentó Sango sonriendo.

    -Oye Sango… eso que veo en tu mano izquierda es…-mencionó Rin mientras se le dibujaba una sonrisa en los labios.

    -¡Un anillo de compromiso!-gritó Akari.

    -Por fin atrapaste a Miroku, no puedo creerlo.-musitó Áyame sorprendida.

    -Cuéntalo todo Sango.-pidió Aome emocionada.

    -Bien pues…-comenzó a contar Sango.

    *********************************************************************
    Era una tarde normal Sango se encontraba descansando en su apartamento, ya que ese día no tenia pacientes que atender. Estaba leyendo cómodamente sentada en el reclinable de piel gris de su sala cuando llamaron a la puerta, así que dejo su libro sobre la pequeña mesita de centro y fue a atender.

    -¿Si qué…?-inquirió Sango abriendo la puerta, sin terminar la pregunta ya que no había nadie, entonces vio una pequeña caja rosada con un listón del mismo color, un poco confundida se arrodillo y quito el listón junto con la tapa del paquete, dentro de este había una hermosa gatita siamés de pelaje ligeramente acanelado y café oscuro en la parte del rostro, las patitas, y la punta de la cola, sus ojos eran negros con un toque rojizo alrededor del iris, su naricita era negra y pequeña.

    -Oh eres una cosita encantadora.-exclamó Sango mientras la tomaba en brazos, fue entonces cuando vio que dentro del paquete también había una pequeña tarjeta así que la tomo con su mano libre, y comenzó a leerla.

    “Mi nombre es Kirara, ¿Me aceptarías a tu lado el resto de tu vida?”

    -Claro que si, Kirara eres muy linda.-musitó Sango mientras la abrazaba, entonces escucho…

    -¿Y a mi me aceptarías a tu lado el resto de tu vida?-le preguntó una voz muy conocida para ella.

    -Miroku…-llamó Sango mirándolo frente a ella.

    -Sango Miyaco... ¿Quieres casarte conmigo?-inquirió Miroku mientras se arrodillaba mostrándole un bello anillo de oro con un pequeño zafiro azul.

    -Claro que si, acepto mi amor…-contestó Sango con lagrimas de felicidad en los ojos.

    Cuando escucho esa respuesta Miroku sonrió ampliamente, mientras se ponía de pie y colocaba con delicadeza aquella joya, en la mano izquierda de la castaña para después besarla dulcemente como nunca antes lo hizo.

    -Te amo, Sango…-musitó Miroku.

    -Yo también te amo, Miroku.-repitió Sango.

    *********************************************************************

    -Y así fue…-terminó de contar Sango con las mejillas sonrojadas.

    -Que encantador, felicidades Sango.-musitaron todas las presentes unísonas.

    El tiempo pasó relativamente pronto por fin el día que tanto habían esperado las azabaches desde hace años. Por fin llego el día de su boda con los ojidorados en la casa de la familia Higurashi todo estaba en movimiento Akari, Áyame, Sukiomi, y Sango estaban ayudando a las nerviosas novias a arreglarse.

    El vestido de Aome era blanco perla con mangas ligeramente caídas que permitían ver sus pequeños hombros. Era corsé en la parte de arriba el cual tenia unos sutiles bordados de seda en la parte baja del pecho, además de ser corte V lo cual los realzaba aun mas, la falda era amplia corte princesa por lo cual hacia lucir su cintura mucho mas esbelta de lo que era, además tenia un delicado encaje bordado al final dándole un toque encantador, calzaba unas zapatillas de aguja a juego. Su angelical rostro estaba maquillado con una leve base del mismo tono de su piel, sus ojos estaban pintados con una sombra rosada apenas notoria, pero que resaltaba mucho sus ojos, sus mejillas tenían un tenue color por el rubor, y sus labios tenían brillo rosado; su cabellera oscura estaba peinada en una especie de chongo alto con un par de rizos a los costados los cuales enmarcaban su cara, dejando el resto del pelo suelto cayendo tras su espalda con sus usuales ondulaciones, su fino cuello era adornado por su dije de toda la vida, el velo caía con gracia cubriendo su cara además por supuesto del peinado.

    -Pareces una princesa, Aome.-musitó Akari mirándola.

    -Inuyasha, se quedara anonadado.-aseguró Sango.

    En cambio el vestido de Rin no tenia mangas, pero igualmente era de corsé en la parte de arriba y cuello V con pequeñas perlas bordados, su delgada cintura resaltaba mas gracias a que la falda era corte sirena en un inicio cambiando después a semi-circular lo cual la hacia amplia, con un bordado de seda a lo largo de la parte baja de esta dando así un toque precioso, e igualmente usaba unas zapatillas de aguja. Su tierno rostro estaba apenas maquillado con un tono que hacia lucir su piel un poco bronceada, sus ojos tenían una sombra naranja muy suave que hacia lucir mucho mas bella su mirada, sus mejillas tenían un leve rubor, y sus labios tenían brillo durazno. Su cabellera azabache estaba peinada en rizos los cuales caían tras su espalda, por su puesto su delgado cuello lucia su usual dije de jazmín y el velo caía con delicadeza tras sus hombros.

    -Te vez hermosa Rin.-mencionó Áyame.

    -Sesshomaru, se va a quedar boquiabierto.-musitó Akari.

    -¿Ya están listas chicas?-preguntó Karin desde afuera.

    -Casi lo están, hijo.-contestó Sukiomi.

    -Esta bien.-acepto Karin.

    -Mis niñas están hermosas… no puedo creer que hoy por fin se casen…- dijo Sukiomi emocionada.

    -Gracias por apoyarme siempre, mamá.-agradeció Aome sonriendo.

    -Y gracias por ser como una madre, para mí también estos años tía.-musitó Rin.

    Finalmente la limosina de parte de Inutashio e Izayoi llego, por lo que emprendieron el camino hacia la iglesia. Por otra parte los ojidorados ya habían llegado a la iglesia ambos estaban muy nerviosos esperando la llegada de sus novias, el lugar había sido adornado como se pidió ambos lados desde la entrada hasta donde se encontraban los dos altares, estaban adornados con arreglos de rosas lilas y jazmines con pequeños listones de seda blancos los amplios ventanales brindaban mucha luz. Inuyasha vestía un elegante traje negro con corbata azul marino, y una rosa en el ojal del saco, su cabellera de plata estaba peinada en una cola alta, Sesshomaru portaba un traje gris con una corbata negra, y un jazmín adornaba el ojal de su saco, su cabello plateado a diferencia del de su hermano estaba suelto, pero igualmente perfectamente peinado ambos estaban hechos un manojo de nervios. De pronto vieron como entraba su hermana menor junto con el resto del cortejo, entonces por fin empezó a sonar la esperada marcha nupcial, por lo cual los jóvenes de ojos dorados enfocaron sus ojos en la puerta principal, al igual que el resto de los invitados. Ambas muchachas de cabelleras azabaches parecían verdaderos ángeles Aome llevaba en sus manos un ramo de rosas lilas, mientras que la pequeña Rin llevaba un ramo de jazmines, en los rostros de ambas habían unas radiantes sonrisas, y en efecto todos los presentes pero en especial los novios, estaban boquiabiertos. Finalmente cuando llegaron al altar ambas tomaron las manos de sus prometidos, y después se arrodillaron, entonces por fin la ceremonia dio inicio.

    -Inuyasha, ¿Aceptas a Aome Higurashi como tu esposa y prometes serle fiel en lo prospero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarla, cuidarla, y respetarla hasta que la muerte los separe?-preguntó el padre a Inuyasha.

    -Si, padre acepto.-respondió Inuyasha.

    - Y tú Aome, ¿Aceptas a Inuyasha como tu esposo y prometes serle fiel en lo prospero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarlo, cuidarlo, y respetarlo hasta que la muerte los separe?-le preguntó el padre a Aome.

    -Si, acepto.- dijo Aome feliz.

    Entonces el padre miro a Rin y Sesshomaru.

    -Sesshomaru Taishio, ¿Aceptas Rin Hanabusa Higurashi como tu esposa y prometes serle fiel en lo prospero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarla, cuidarla, y respetarla hasta que la muerte los separe?-inquirió.

    -Si, acepto.-respondió Sesshomaru.

    - Y tú Rin Hanabusa Higurashi, ¿Aceptas a Sesshomaru como tu esposo y prometes serle fiel en lo prospero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarlo, cuidarlo, y respetarlo hasta que la muerte los separe?-repitió una vez más.

    -Si claro, que acepto.-musitó Rin.

    -Entonces por el poder que me otorga la iglesia los declaro marido y mujer, Inuyasha Sesshomaru pueden besar a sus esposas.-concluyó el padre.

    Ambos miraron fijamente a sus ahora esposas, levantaron con delicadeza los velos que cubrían sus rostros, y unieron sus labios con los de ellas de forma dulce, gentil, cálida, y tierna. Después de tanto tiempo que había pasado por fin se consolido su más grande sueño. Las campanas repiqueteaban de alegría cuando las dos parejas salieron de la iglesia los invitados los bañaron de arroz, entre aplausos y felicitaciones.

    -Bienvenidas, a la familia hijas mías.-musitó Izayoi mientras las abrazaba de forma maternal.

    -Muchas gracias, señora Izayoi.-contestaron unísonas.

    Siete meses después…

    Inuyasha y Sesshomaru se paseaban nerviosamente por la sala de espera del hospital, era comprensible pues sus jóvenes esposas estaban dando a luz.

    -Tranquilos, muchachos.-musitó Koga.

    -Todo estará bien.-mencionó Miroku.

    -Lo dicen fácil, por que no están en nuestro lugar.-señaló Inuyasha desesperado.

    -Ya deberían haber salido, a decirnos algo.- dijo Sesshomaru.

    Justo en ese momento por fin salieron Inutashio e Izayoi de la sala de partos.

    -¿Qué tuvo Aome papá?-inquirió Inuyasha al borde de la exasperación.

    -Inuyasha con gusto te informo que te convertiste en padre, de una niña muy hermosa ella y Aome están muy bien.-respondió Inutashio muy contento.

    -¿Y Rin como está mamá?-preguntó Sesshomaru nervioso.

    -Muy bien Sesshomaru, tuvo un niño hermoso.-informó Izayoi.

    Los nuevos padres estaban más que felices, y de inmediato entraron a ver a las nuevas mamás, las cuales justamente en ese momento estaban terminando de alimentar a los pequeños.

    -¿Quieres cargarla amor?-preguntó Aome mirándolo.

    Inuyasha tomo en brazos a la pequeña que verdaderamente era muy hermosa, su piel era blanca como la nieve, sus cabellos eran como los de su madre negros como la noche, pero sus ojitos eran como los de su padre dorados como los rayos del sol con un punto chocolate.

    -Es hermosa como tú princesa me gustaría llamarla Minako, por que significa “niña bonita”.-expresó Inuyasha mientras la cargaba.

    -Justo ese nombre, es el que pensé para ella.-coincidió Aome sonriendo.

    -Ese será su nombre entonces, Minako.- dijo Inuyasha.

    -Es un niño fuerte y hermoso, gracias mi niña.-musitó Sesshomaru con el pequeño en brazos.

    En efecto era un bebé muy hermoso su piel era blanca como la de su madre, sus ojos eran negros y profundos como los de ella, pero su cabello era plateado igual al de su papá.

    -Gracias, a ti Sesshy.-respondió Rin.

    -Creo que deberíamos llamarlo, Kenji, que significa “Sano o saludable”.-sugirió Sesshomaru.

    -Me gusta.-concordó Rin.

    -Entonces así se llamara, Kenji.-concluyó Sesshomaru.

    Poco tiempo después ambas madres fueron dadas de alta junto con sus pequeños, Aome e Inuyasha se mudaron a una mansión preciosa regalo de Akari y Karin. Su vida no podía ser más perfecta su esposo la amaba y tenia una hija hermosa.

    Nunca debes renunciar a tus sueños por más difíciles o imposibles que te parezcan ya que algunas veces esos sueños, pueden traerte…

    Un Amor Del Destino…
    Fin

    Muchas gracias por su apoyo pronto les traeré mi nueva creación cuídense mucho sayo...
    By Aomecita
     
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