Su mejor amigo

Re: Su mejor amigo

Capítulo 10​

El hombre se acercó hasta ella y la agarró con fuerza por la nuca, Kagome se dispuso a gritar, pero una mano le taponó la boca.
- ¿Se puede saber dónde demonios estabas?
Kagome intentó soltarse empujando la mano hacia atrás para liberarse, pero el brazo parecía de hierro. Inuyasha bajó la mano que tapaba su boca despacio pero siguió sujetándola.
- He ido a echar un vistazo
- ¿Como has salido de la habitación?
- Yo también tengo mis recursos ¿sabes?
- Prefiero no saberlo -dijo Inuyasha encendiendo la luz
- ¿Qué pretendes insinuar con eso? – dijo Kagome furiosa
- ¿Qué escondes ahí? -preguntó Inuyasha extendiendo la mano hacia el objeto que sobresalía por la cinturilla de la falda.
Extrajo el disco y se quedó mirándola esperando una explicación.
- Lo saqué del ordenador de Naraku, aparecía el nombre de Niobe y debajo el de Rin.
- ¿Y crees que lo que haya aquí no lo habrá rastreado ya Kikyo?
- ¡Ah!, ¿pero es que Kikyo también sabe de informática? Esta chica tiene muchos encantos ocultos – dijo Kagome con un tono sarcástico - porque la carpeta estaba protegida con una contraseña bastante difícil de conseguir, y créeme sé de lo que hablo.
- La verdad es que no ha dicho nada de que hubiera encontrado ningún archivo, habrá que mirarlo en un ordenador.
- Si buena idea - dijo Kagome- ¿tienes guardado alguno debajo de los pantalones?
- Kagome déjate de tonterías ¿o es que realmente lo que quieres es que te lo enseñe? -dijo sonriendo.
Kagome lo observó mientras esperaba a que dejara de reír
- Esto es serio ¿sabes?
Inuyasha dejó de pronto de reír y se acercó a ella
- Mejor que tú por lo que se ve ¿Sabes que te hubiera pasado si te pillan hurgando entre las cosas de Naraku? ¿Y que le hubiera ocurrido a Kikyo?, porque créeme al final hubieras dicho que ella era un agente ¿es que no te importa la vida de los demás por lo menos? ya que veo que no estimas mucho la tuya.
Kagome pensó que aunque él no lo hubiera dicho, la vida de Inuyasha también hubiera estado en peligro así es que su voz se volvió más fría y rígida.
- Lo siento, pero no soy de las personas que se quedan paradas esperando acontecimientos
- Está bien dejemos el tema, hablaré con Kikyo para saber cuando estará Naraku fuera para poder utilizar su ordenador.
La tarde era especialmente calurosa por la humedad del ambiente, y eso que las tormentas se producían casi a diario, pero ese día el sol brillaba en un cielo azul resplandeciente.
Kagome tomaba el sol en una de las hamacas de la piscina, agradecida de que las gafas de sol taparan la preocupación de sus ojos, Inuyasha había ido a hablar hacía más de dos horas con Kikyo y aún no había regresado.
En ese momento apareció entre las celosías del jardín, con unos pantalones cortos y camiseta. Kagome miró hacia otro lado consciente de que cada vez que posaba sus ojos en él se le secaba la boca y todos sus instintos traspasaban las fronteras de lo decente.
Inuyasha caminó hasta ella con movimientos ágiles y fluidos y se sentó en la misma hamaca que ella por lo que sus cuerpos estaban excesivamente juntos.
- Inuyasha, hay una hamaca al lado ¿no crees que estaremos más cómodos si te sientas ahí?, -dijo Kagome esperando que no se percatara de que le agitaba los sentidos solo con acercarse.
- Te das cuenta de que estamos fingiendo ser una pareja de recién casados - murmuró junto a su oído, aunque para cualquiera que mirara le parecería que estaba besándola.
- ¿Tendremos algún momento para entrar en el despacho de Naraku?
- Calla
Apoyó la mano en la cintura de Kagome y besó sus labios posesivamente, Kagome abrió la boca para protestar y él aprovechó para entrar a saco en su boca mientras sus dedos acariciaban el cuello acercándose peligrosamente a la curva de sus senos.
- Siento interrumpir -dijo una voz con tinte humorístico detrás de ellos.
Inuyasha se separó lentamente de ella y Kagome aprovechó para levantarse de la hamaca.
- No importa -dijo Kagome a Naraku- ya iba a arreglarme para la cena.
Comenzó a andar con paso firme a sabiendas de que ambos la miraban. Llegó a la habitación cerró la puerta pero no se molestó en echar la llave ninguna puerta detendría la determinación de entrar a Inuyasha si así lo decidía.
Kagome estaba confundida y nerviosa, por un lado estaba encerrado en una casa con delincuentes, no sabía nada de su hermano desde hacía días. ¿Y si han encontrado algo mientras yo juego a los ángeles de charlie? pensó Kagome consternada, tal vez Inuyasha tenga razón con respecto a mí, y eso le hacía llegar a su tercera preocupación Inuyasha porque ya no sabía si el deseo que él manifestaba por ella era parte de la comedia que debían representar.
En ese momento entró y se sentó en la cama, cortando el hilo de sus pensamientos.
- Esta noche Naraku saldrá como mínimo dos horas, según parece el barco amarrado a puerto pertenece a un nuevo comprador de armas, que desea hacer negocios con él.
- Esta es nuestra oportunidad entonces - dijo Kagome
- Yo miraré la información y tú te quedarás aquí como una buena chica.
- ¿Que te hace pensar que lo soy?
- La inocencia no se puede esconder en tus ojos aunque lo intentes Kagome -dijo Inuyasha poniéndose de pie y acercándose a ella.
Kagome se echó hacia atrás consciente de que si la volvía a tomar en sus brazos se rendiría a él como siempre hacía.
- Será mejor que yo vaya contigo si hay algún problema con el ordenador te seré de ayuda.
- Insertaré el disco y leeré la información -dijo Inuyasha que seguía acercándose a ella aunque Kagome se empeñara en alejarse.
- No, guardaremos el disco, es mejor que tengamos algún seguro por si algo sale mal, lo leeremos directamente del ordenador
- Él que da las ordenes aquí soy yo -dijo Inuyasha.
Kagome topó irremediablemente con la pared y quedó presa entre esta y el cuerpo de Inuyasha.
- No me gusta todo esto, pero por esta vez creo que tienes razón.
El aliento que desprendía Inuyasha cerca de su cuello al hablar era cálido, Kagome sentía deseos de tocar cada trozo de su piel con sus manos y su boca, pero apretó los puños y siguió en la misma posición.
- Haz lo que te diga en todo momento sin rechistar o no podré protegerte ¿de acuerdo?
- Está bien
Inuyasha se echó para atrás dejándola de presionar, y Kagome se escabulló rápidamente hacia el lado opuesto de la habitación.
A medida que pasaban los minutos se encontraba cada vez más tensa y el corazón aparecía latirle descompasadamente. Inuyasha parecía frío y distante mientras armaba una pistola con una precisión milimétrica.
- ¿Cómo pasaste el arma por la frontera? -preguntó Kagome
- Como valija diplomática -contestó Inuyasha -sin mirarla siguiendo su tarea
- ¿Cómo dices?
- La valija diplomática no se puede abrir, nadie sabe lo que hay en un maletín que tenga ese tratamiento, porque nadie está autorizado a verlo.
- ¿Quieres decir que un diplomático o cualquiera que tenga un permiso para llevar valija diplomática puede pasar lo que quiera por los aeropuertos? ¿Incluso una bomba?
- Bueno técnicamente sería posible pero altamente improbable.
- ¿Quieres que te enseñe a usarla? -dijo Inuyasha de pronto
- No sería capaz de utilizarla
- Todo el mundo es capaz de utilizarla en casos extremos y este puede ser uno de ellos -dijo poniéndose de pie con el arma en la mano – Ven
Kagome se echó hacia atrás instintivamente.
- No te preocupes está descargada, solo quiero que sepas como utilizarla en caso de necesidad.
Se acercó hasta ella le tomó la mano y puso el arma en ella, Kagome sintió un escalofrío al tacto frío del acero.
- Es una beretta 9000s de 9 mm, pesa 750 gr. Así es que te será fácil cogerla porque además la empuñadura es anatómica.
Moldeó su mano para que la sostuviera rodeándola luego con sus propias manos, Kagome tuvo una sensación de hielo derritiéndose en fuego.
- Tiene una mira diseñada para la adquisición rápida del blanco por lo que no te será difícil apuntar y disparar aunque no lo hagas con precisión.
- Inuyasha suéltame la mano, no quiero sostener una pistola y no quiero aprender a disparar, aunque quisiera no podría hacerlo -dijo Kagome
- Lo entiendo, entonces no te separes de mí o de Kikyo -dijo Inuyasha desprendiendo su mano y cogiéndole el arma de sus dedos laxos.
- ¿Kikyo también estará con nosotros?
- Sí, Naraku no ha querido que vaya con él al barco por razones obvias, así es que ella se encargará de vigilar mientras nosotros recabamos la información.
Kagome se estaba sirviendo un vaso de agua cuando llamaron a la puerta, y esta se le derramó por su mano y el pantalón.
Inuyasha se fijó en ella parecía mortalmente asustada.
- Kagome - dijo Inuyasha confía en mí no dejaré que te pase nada.
- Concéntrate en tu trabajo- dijo aparentando una tranquilidad que no sentía- yo me encuentro bien.
Kikyo los esperaba al otro lado de la puerta, en la casa no se oía ningún tipo de ruido.
- Dónde están los hombres de Naraku -preguntó en voz baja Kagome
- La mayoría se han ido con él hasta el barco, los demás están vigilando fuera de la casa -dijo Kikyo- ahora tenemos que irnos, no sabemos con cuánto tiempo podemos contar.

 

Re: Su mejor amigo

lo prometido es deuda
aki teneis la conti
espero q no os kejeis xk es un capitulo entero
ah si se me olvidava estoy ensando escribrio otrs 2 fics para completar los dias sabado y domingo pero no seran d inuyasha sino d tema libre uno comunitario(pero no como los q q hay siempre) y otro mio sola titulado oscuros

 

Re: Su mejor amigo

est es mi nuevo fic:D
oscuros completos: http://foro.cemzoo.com/showthread.php?p=1227715240#post1227715240

 

Re: Su mejor amigo

estoy d
HUELGA
HUELGA
HUELGA
HUELGA

 

Re: Su mejor amigo

lunes: aguas cristalinas http://foro.cemzoo.com/showthread.php?t=130822

martes: una mirada...un beso http://foro.cemzoo.com/showthread.php?t=135407

miércoles: su mejor amigo http://foro.cemzoo.com/showthread.php?t=137440

jueves: enmascarados http://foro.cemzoo.com/showthread.php?t=141123

viernes: Moradores http://foro.cemzoo.com/showthread.php?t=141125

Sábado: oscuros completos http://foro.cemzoo.com/showthread.php?t=143744

Domingo: (fan fic colectivo) la orden http://foro.cemzoo.com/showthread.php?t=143861

 

Re: Su mejor amigo

Capítulo 11​

Les había sido fácil llegar hasta el despacho de Naraku, no habían encontrado a nadie por el camino, la casa parecía completamente desierta y eso no le gustaba a Inuyasha, no había personal de protección de Naraku pero tampoco servidumbre, como sitodos se hubieran evaporado por alguna razón misteriosa.​

Kagome estaba sacando con magnífica eficiencia los passwords que codificaban la información que necesitaban, las carpetas se abrían en ese momento. Kikyo estaba delante de ellos vigilando la puerta.
La primera carpeta contenía una carta de unos abogados intentando comprar unas tierras de Rin y 3 cartas más de los abogados de ella denegando la propuesta.
En la segunda se hallaba la información geológica del suelo de las tierras que poseía Rin. Inuyasha leyó en voz baja para que los tres pudieran oírlo a la vez.
En el estado de Zulia Petróleo, carbón y cobre
En el estado de Guarico gas natural
En el estado de Guyana Oro, diamantes, bauxita y manganeso, presencia de Uranio, petróleo y gas natural.
En el estado de Barinas grandes reservas de rocas silicocarbonatadas.
- Un momento -dijo Inuyasha mirando el informe de nuevo – vuelve a la primera carpeta.
Kagome volvió al informe anterior, las tierras que Naraku pretendía comprar eran las del estado de Barinas.
- ¿Porque le interesarán estas tierras cuando en las otras hay recursos de más valor?
Siguieron mirando carpetas y más carpetas de recursos geológicos de varias partes del país, por lo visto lo único que le interesaban eran ese tipo de rocas, y solo aparecían de forma masiva en las tierras de Rin.
- Entra en la carpeta del laboratorio de pruebas de Ohio -dijo Inuyasha señalándole una carpeta
Miles de registros de pruebas aparecieron ante sus ojos, Kagome no entendía nada pero siguió volcando información hasta que llegaron al diseño de un arma, estaba realizada con neutrones térmicos, podían hacer explotar cualquier zona eficazmente desde bastante distancia por medio de señales de onda, pero lo que la hacía verdaderamente mortífera era su tamaño y recubrimiento que la hacía prácticamente indetectable, el único problema que tenía era que estaba realizada con Niobio puro. Según las pruebas el Niobio venia unido siempre al Tántalo, y para conseguirlo puro se necesitaban grandes cantidades, y no había en casi ningún lugar del mundo a excepción de las tierras de Rin.
Kagome y Inuyasha se miraron al unísono.
- Un arma así sería mortalmente peligrosa en manos de terroristas, la seguridad del mundo quedaría seriamente dañada si consiguen fabricarlas masivamente.
Kikyo se movió rápidamente hacia ellos.
- Tenemos que salir ya dijo Kikyo, Naraku y sus hombres vienen hacia aquí.
Kagome oyó pasos por el pasillo y se puso de pie. Inuyasha avanzó hasta Kikyo.
- Ponla a salvo, intentaré detenerlos lo máximo posible -dijo Inuyasha llegando hasta la puerta.
- ¡No! gritó Kagome incapaz de contenerse
Kikyo la cogió del brazo y la llevó hasta una puerta camuflada al lado de un armario, salieron hasta un pasillo largo, mientras Kikyo seguía arrastrándola.
- No podemos dejarlo sólo contra todos esos hombres no tiene ninguna oportunidad.
- Efectivamente dijo Kikyo parándose repentinamente, pero ha sido un verdadero hombre intentando protegernos ¿verdad? - dijo sonriendo
- Pero que dices ¿es que te has vuelto loca?
- Lo siento querida no es nada personal, en realidad todo es una cuestión de dinero -dijo apuntándola con el arma que hasta entonces llevaba guardada en la cinturilla del pantalón.
Kagome la miró atónita, que Kikyo le caía mal era algo que no podía negar desde el momento en que la conoció pero nunca habría imaginado eso.
- Así es que te ha comprado -preguntó Kagome entrecortadamente
- Eres demasiado ingenua para este mundo, la verdad es que yo fui la que le hablé de este proyecto a Naraku, El gobierno de E.E.U.U. había conseguido el arma perfecta pero no contaba con los medios para llevarla a cabo, buscó por todo el mundo grandes reservas de Niobio pero cuando por fin las encontró se encontraron con la negativa de vender de Rin, toda la operación se hizo mediante una empresa fantasma con sede en Venezuela, pero aunque la oferta era realmente buena esa princesita consentida chafó los planes al negarse rotundamente a vender sin ninguna explicación lógica.
- ¿Y que pintas tú en todo esto? -dijo intentando distraer a Kikyo para buscar una vía de escape
- Yo me enteré del proyecto porque fui la agente encargada de la seguridad del ingeniero que llevó a cabo el proyecto mientras estuvo en Londres, era muy simpático y tenía tendencia a hablar mucho sobre todo después de sesiones de sexo duro. Así es que investigué a Rin, el único heredero que tenía era Naraku, y este era precisamente un traficante de armas ¿no es una estupenda casualidad?
- ¿Pero entonces porqué proteger a Rin si la querían muerta? -preguntó Kagome
- Realmente esos burócratas del gobierno no sabían nada del arma que habían desarrollados en Estados Unidos por lo que no tenían ni idea de la trama que se estaba urdiendo; pero Rin tuvo mucha suerte y no murió en los “accidentes” que le habíamos preparado, y pensaron que a Naraku le interesaban los pozos petrolíferos y decidieron ponerle protección, yo intenté ser la agente encargada del caso, pero por desgracia esa responsabilidad recayó en Inuyasha y créeme es duro de pelar, es tan desconfiado que tuve que emplearme a fondo para que confiara en mí, hasta tuve que salvarle la vida una vez a Rin y que me hirieran para afianzar mi posición.
- ¿Qué habéis hecho con mi hermano y Rin?
- Jajajjaj, eso es lo más gracioso del todo el asunto – dijo Kikyo- después de intentar matar a Rin durante meses, tuvo un verdadero accidente, la zona donde desapareció el coche es un lugar en que podría despeñarse hasta una cabra montesa, y cuando llueve se convierte en un lodazal, así es que si aún no los han encontrado es imposible que hayan sobrevivido.
A Kagome le dio un vuelco en el corazón pero se obligó a seguir hablando para mantenerla distraída.
- ¿Entonces si Naraku ya sabía que yo no era Rin porqué nos invitó a su hacienda?
- Al principio yo no sabía si el accidente de Rin era verdadero o no, los agentes me dijeron que pensaban que había sido urdido por Naraku pero yo sabía que no era así, estaba confundida sin saber si habían descubierto algo y me habían tendido una trampa por lo que decidimos seguiros el juego para saber que ocurría, hasta que me di cuenta de que solo era un accidente.
Un ruido seguido de una explosión sobresaltó a Kikyo y eso le ofreció unos segundos preciosos que utilizó Kagome para darle una patada al arma y sin mirar atrás salir corriendo. Por fin vio una puerta y se lanzó hacia ella con la adrenalina galopando velozmente por sus venas, salió y se adentró en el bosque sumido en las sombras del ocaso, oyó la puerta abrirse y giró para alejarse lo más posible del peligro, no sabía hacia donde correr, solamente que si no encontraba protección en los árboles no llegaría muy lejos, el sudor resbalaba por su frente y el corazón martilleaba en su cuerpo intentando encontrar oxígeno, pero no paró siguió avanzando por la maleza hasta que sintió un ruido ensordecedor y un picotazo que la despidió hacia el suelo.
​

 

Re: Su mejor amigo

12​

Sintió algo caliente que rodaba por su brazo y cuando se giró pudo ver con claridad la sangre corriendo lentamente, empapando el suelo. Siempre había pensado que un disparo dolería mucho, sin embargo Kagome casi no sentía nada solo tenía nauseas. Oyó pasos acercarse a ella e intentó ponerse de pie sabía que esta vez Kikyo no fallaría estaba demasiado cerca para hacerlo y no sabía porqué no deseaba morir tirada en el suelo sin luchar. ​

​

Agarrándose a un árbol se levantó y se quedó mirando la pistola que esta vez Kikyo no acercó tanto para que no la volviera a sorprender como había ocurrido antes.
Se oyó un disparo, Kagome miró su camiseta salpicada de sangre pero al oír el grito de Kikyo comprendió que no era a ella a quien habían disparado. Kikyo cayó de rodillas con la mano en la que anteriormente había sostenido la pistola ensangrentada y entonces pudo ver a Inuyasha que corría hacia ella mientras por todas partes se escuchaban disparos.
Inuyasha la fundió con su cuerpo y echó a correr con una agilidad sorprendente para llevar en brazos el peso laxo de una mujer. Kagome quería decirle que la soltara en el suelo, que ella podía andar, que así solo conseguiría retrasarlo, pero no pudo porque ya no pudo sentir nada, lo último que oyó fue el fuerte latido de su corazón.
Despertó con un dolor que la desgarraba, abrió los ojos lentamente y vio un cuchillo que bajaba hasta ella e intentó moverse bruscamente hacia otro lado.
- Tranquila, todo va a salir bien, tengo que extraer la bala, aún la tienes dentro.
- Me duele –dijo Kagome.
Justo cuando las palabras salieron de su boca pensó, que tontería parezco una niña de 4 años. Pero así era exactamente como se sentía en esos momentos, como una niña totalmente perdida, estaba herida, su hermano probablemente estaba muerto y además los perseguían.
- Ya sé que te duele, pero te prometo que tendré cuidado, será un corte limpio.
La atenazó con una sola mano y con la otra hizo un corte por el que sacó la bala, Kagome no se permitió a si misma gritar, no sabía dónde estaban, ni si sus perseguidores podrían oírla, así es que prácticamente se mordió la lengua mientras la respiración se bloqueaba en su garganta, solamente las gruesas lágrimas que rodaban por su cara atestiguaban el profundo dolor que estaba sintiendo. Cuando Inuyasha acabó, Kagome expulsó el aire de sus pulmones lentamente.
- Has sido muy valiente – dijo Inuyasha mientras limpiaba con un pañuelo sus lágrimas – por suerte la herida es superficial, la bala no ha perforado ningún hueso.
Kagome miró el trozo de tela y fue cuando se dio cuenta de que Inuyasha ya no llevaba camisa solamente el chaleco que antes llevaba encima de ésta y que había tiras cortadas simétricamente encima de su pantalón, cogió una y le limpió la zona de la herida concienzudamente y con otra más larga le hizo un vendaje de compresión.
- Ahora deberías descansar y dejar el brazo en reposo, pero me temo que tendrás que hacer un último esfuerzo debemos llegar a esa zona –dijo señalándole el lugar-, es una zona rocosa con multitud de cuevas que nos servirá de refugio esta noche.
- Al menos lo intentaré –dijo Kagome.
- Esa es mi chica –dijo ayudándola a levantarse
El brazo le dolía intensamente y aunque Inuyasha la tomaba en brazos siempre que la zona se ponía peligrosa el cerro escarpado que estaban subiendo la estaba dejando sin fuerzas. Notó una fría gota de agua y elevó la cabeza hasta el cielo, más gotas se sumaron a esa y una fina lluvia comenzó a empaparles deslizándose luego hasta la tierra que ávidamente se las tragaba.
Inuyasha tiró de ella y medio en volandas la llevó hasta una roca que sobresalía de las demás, se adentraron badeando un riachuelo que se introducía en una cueva semitapada por rocas más grandes y desiguales, dentro estaba oscuro y solo se oía el murmullo del agua, pero al menos estaba seco.
- No puedo hacer fuego -dijo Inuyasha-, no puedo arriesgarme a que vean el humo.
- Lo comprendo -dijo Kagome.
Inuyasha se sentó en el suelo, parecía insensible al frío que a Kagome ya le había penetrado en los huesos y le hacía castañear los dientes.
-Ven -dijo dándole la mano para guiarla hacia él-, voy a quitarte la ropa.
- ¿Cómo?
Su voz sonaba débil por la fatiga y el dolor.
- Si te quedas con la ropa húmeda, vas a coger una pulmonía, la extenderemos sobre esa roca para que se seque, yo también me quitaré la mía.
- Yo lo haré -dijo Kagome pero sus dedos agarrotados no querían obedecerla, aunque gracias a dios el brazo herido era el izquierdo.
Inuyasha se acercó a ella y la ayudó a desprenderse de la ropa con cuidado para no dañarle aún más el brazo, estaban vestidos únicamente con la ropa interior. La tendió en el suelo casi encima de él y envolvió su cuerpo alrededor de ella para prestarle su calor aunque todavía temblaba débilmente.