Su mejor amigo

Re: Su mejor amigo

bueno cono ayer no pude poner conti y para celebrar la venida d saga pongo una conti y publico hentai en mi blog hoy mismo espero q os guste y q posteeis mucho


La llevó durante todo el día de un lugar a otro de Caracas, visitando El Capitolio, La casa natal del libertador, el Palacio de las Academias y la Catedral realmente parecía un marido cariñoso y realmente enamorado, menos mal que Kagome sabía que era un gran actor.
Por la tarde después de comer la había llevado hasta el Centro Ciudad Comercial Tamanaco para comprar el traje de noche, fue el único momento en que la dejó sola y mientras él realizaba unas llamadas ella hizo sus compras, al final se decidió por un vestido sencillo y elegante en un tono verde jade como sus ojos, y unas sandalias de tacón alto dorados y bolso a juego.
Llegaron a la embajada a eso de las 10 de la noche, el embajador en persona los recibió y comenzó a presentarle a todo el mundo por supuesto con el nombre de su hermano por lo que Kagome se dio cuenta hasta donde llegaban los tentáculos de la organización a la que pertenecía Inuyasha.
Kagome saludó a todo el mundo con una sonrisa en los labios aunque estaba terriblemente cansada y solo deseaba meter sus pies torturados en agua caliente y luego dormir 12 horas seguidas pero se obligó a seguir sonriendo hasta que oyó a su espalda el nombre de Naraku, entonces se giró bruscamente y se encontró con un hombre alto y delgado bastante atractivo por lo que se quedó bastante sorprendida porque esperaba a alguien con cara de malvado y no a un hombre que parecía la amabilidad y la simpatía personificada.
Naraku se acercó hasta ella y tomó su mano para besársela.
- Aunque seamos parientes no tenía el gusto de conocerla es un verdadero honor, debes parecerte a la rama irlandesa de la familia porque tus ojos me recuerdan a uno de sus paisajes.
- Muchas gracias, yo también estaba deseando conocerte -dijo Kagome apartando sus dedos de su mano.
- Me permites este baile -dijo avanzando su mano hacia ella
- Encantada -dijo Kagome
Era un buen bailarín sus movimientos eran gráciles y fluidos por lo que parecía volar sobre una nube.
Kagome miró hacia el fondo del salón y vio a Inuyasha que parecía estar furioso
- Me encantaría que viniera a mi casa de Puerto Maya está al lado del mar sus vistas son realmente impresionante estoy seguro de que te encantará.
- Estoy casada - dijo Kagome a la defensiva
- Por supuesto la invitación es para ambos, esta es mi tarjeta avísame
- Lo consultaré con mi marido y le daré una respuesta -dijo Kagome andando hasta el lugar donde se encontraba Inuyasha.
-No puedo dejar que vayas allí- le dijo ya en el hotel Inuyasha cuando le contó su conversación con Naraku.
- ¿Por qué no? sería una oportunidad perfecta para poder investigar
- ¡No! no pienso dejarte correr ese riesgo, será mejor que vuelvas a casa, ya has conseguido la atención de Naraku que era nuestro objetivo ahora me toca a mí moverme.
- No pienso irme sin mi hermano y si tú no quieres acompañarme entonces iré sola -dijo girándose para llegar hasta la puerta del cuarto de baño.
- No me desafíes Kagome no sabes de lo que puedo ser capaz -dijo Inuyasha agarrándola del brazo para que no siguiera avanzando.
- Tienes razón no lo sé pero si de algo estoy segura es de que jamás me harías daño -dijo desafiante.

 

Re: Su mejor amigo

pondre la hentai ahora en mi blog

 

Re: Su mejor amigo

orden en q pondre conti d mis fic
lunes: aguas cristalinas
martes: una mirada...un beso
miercoles: su mejor amigo
jueves: enmascarados
viernes: Moradores
y el fin d semana para las contis hentai cuando haiga alguna

 

Re: Su mejor amigo

Capítulo 7


Al fin consiguió que Inuyasha aceptara ir a la hacienda de Naraku en Puerto Maya, solo con la condición de que no intentara investigar nada y que cuando él le dijera que la aventura había acabado, se marcharía sin rechistar. Estuvieron horas hablando del plan relacionado con Naraku pero ni siquiera tocaron el tema de su recién adquirida intimidad, Inuyasha se había comportado desde que se levantó normalmente, como si nada hubiera ocurrido entre ellos y Kagome no quería darle la satisfacción de que notara que para ella había significado mucho, por lo que se comportó de forma fría e indiferente.
Llamó a Naraku para comunicarle su intención de aprovechar su invitación para conocer esa zona tan hermosa de su país y luego llamó a sus padres para decirles que iban a estar unos días incomunicados porque se iban a una zona entre montañas para buscar alguna pista que les condujera a Sota; sus padres se mostraron cautos y preocupados pero Inuyasha se encargó de convencerles.
Salieron a mediodía hacia la finca, era un lugar realmente hermoso aunque también agreste, los caminos estaban sin asfaltar y había numerosas rocas y arenisca que lo hacían casi intransitable pero por lo demás era un marco que parecía salido de una bella postal, los árboles se alzaban majestuosos y entre medio de ellos aparecían hermosas cascadas que terminaban en lagos tranquilos y cristalinos; Pero la zona parecía también desierta y Kagome ya había comenzado a cuestionar su decisión de que fueran los dos solos hasta allí donde quedarían a merced de hombres que por lo que había visto hasta ahora iban armados desde que fueron a recogerles, según ellos para su seguridad. Pero Kagome no estaba segura de que la seguridad de ellos y la suya fuera la misma.
Llegaron al atardecer, el sol había comenzado su ocaso dejando destellos de luces rojizas encima de la casa que se levantaba majestuosa entre medio de montañas, árboles y de fondo el mar que a esa hora parecía de un color azul oscuro casi negro.
La villa estaba construida al estilo mediterráneo y por toda su superficie se enredaban las trepadoras pero por dentro era todavía más magnifica, de un lujo casi irreal. Naraku salió a recibirles, les llevó hasta sus habitaciones para que se refrescaran y descansaran del camino y les comunicó la hora de la cena.
Kagome estaba rendida habían sido unos días realmente agotadores que pasaban del puro cansancio físico hasta los más emotivos sentimientos que se agolpaban en su mente, pero aún así se durmió en cuanto tocó la cama estando aún vestida.
Despertó al filo de la medianoche sola en la habitación sin saber porque nadie la había despertado para la cena, echó una ojeada y vio una bandeja con comida fría, una botella de champán y un cuenco de fresas, pero ni rastro de Inuyasha. ¿Dónde se habrá metido a esta hora? pensó Kagome y se dirigió a la puerta que cerraba la habitación, sacó la cabeza y echó un vistazo por el pasillo, parecía desierto pero le llegaron voces de una habitación cercana; salió despacio mirando hacia los lados y llegó hasta ella, la puerta estaba entreabierta, no se acercó mucho para no descubrirse pero parecía una especie de despacho-biblioteca, escuchó la voz de una mujer y de un hombre pero desde tan lejos no podía distinguirlas ni oír lo que decían por lo que se acercó un poco más.
- Sigo pensando que no debiste traerla aquí esto no es un juego, es muy peligroso.
- Ya lo sé, pero Naraku parece prendado de ella, tal vez eso nos deje tiempo para poder investigar, mientras él está con ella.
Kagome no salía de su asombro mientras se acercaba cada vez más hasta quedar casi de frente a la puerta y entonces los pudo ver perfectamente; era Inuyasha con una mujer que no podía distinguir porque la tapaba la figura de él, entonces se movió hacia la derecha y pudo verla con claridad, vestida solo con un camisón casi transparente color menta estaba Kikyo.
Kagome se sujetó la boca con la mano y salió corriendo por el pasillo ya sin importarle si la oían o no.
Inuyasha oyó un ruido y salió al pasillo justo para ver desaparecer la melena de Kagome por la puerta de la habitación.
- Tengo un asunto que arreglar Kikyo, avísame cuando estemos preparados para la operación –dijo Inuyasha saliendo por la puerta.
Inuyasha llegó a la habitación intentó abrirla pero no pudo, estaba cerrada con llave, sacó del bolsillo un manojo de ganzúas y probó con una lentamente hasta que la cerradura se abrió.
Miró por la habitación hasta que la encontró, estaba delante del ventanal por el que se veía el mar, estaba abierto por lo que su pelo se movía con vida propia, como algas en un océano revuelto. Cerró de nuevo la puerta con llave y se movió hacia ella.
- Veo que no vale de nada cerrar las puertas contigo – dijo Kagome girando la cabeza hacia él.
- No hay puertas que puedan mantenerme alejado de ti así es que por favor no lo intentes siquiera, estamos en una situación peligrosa si no puedes controlar tus sentimientos entonces nos vamos ahora mismo.
- ¿Sentimientos? ¿Que te hace pensar que yo albergo cualquier sentimiento hacia ti? Solo quiero saber que clase de instrumento toco yo en esta orquesta, porque no entiendo nada.

la proxima conti tb es hentai ui estos 2 se lo montan en grande en est fic jejejeje

 

Re: Su mejor amigo

hola solo vengo para avisaros q pondre la conti hentai en mi blog ahora mismo

 

Re: Su mejor amigo

pasaros x test: que tan solitario eres??? http://foro.cemzoo.com/showthread.php?t=141927

 

Re: Su mejor amigo

MIRAD LO SIENTO MUCHO NO PODRE PONER MAS CONTIS HASTA LA SEMANA Q VIENE O TALVEZ NI ESO
ASIQ OS DEJO UNA LARGA PARA Q NO DIGAIS Q SOY UNA TAKAÑA Q SI ESTO Q SI LO OTRO

Capítulo 8​

Había tenido que entrenarse muy duro para ser el agente que era ahora, pero había conseguido comandar una unidad de combate, aunque al principio muchos de sus compañeros no confiaban en sus aptitudes, pensaban que por ser rico había vivido entre algodones y no sería capaz de adaptarse; pese a todo había conseguido ser el más apto tanto física como mentalmente, su percepción era extraordinaria, así como su agilidad y reflejos, además de ser un rastreador nato en cualquier tipo de terreno y en cuanto a su estado mental siempre era frío y calculador, había llevado a cabo misiones en prácticamente todo el mundo, desde Europa hasta Afganistán y aunque en las películas su mundo parecía muy interesante lleno de aventuras y mujeres, la verdad es que normalmente era arriesgada y aburrida.
Pero ahora se encontraba como pez fuera del agua, entre la responsabilidad de detener el flujo de armas que podía reavivar cualquier conflicto en Oriente Medio y la que le creaba la presencia de Kagome, la situación era realmente absurda porque él jamás debía haberla llevado hasta ese lugar, llevaba más de un año con esta investigación y no habían conseguido nada, de hecho solo Kikyo había conseguido acercarse lo bastante a la organización, en dos ocasiones habían enviado agentes infiltrados y estos habían desaparecido sin dejar rastro, por lo que si algo sabía era que esos hombres eran muy peligrosos.
Había recordado muchas veces la niña que a pesar de ser más pequeña que él siempre lo defendía de los que lo despreciaban por ser bajito y debilucho, y los recuerdos se avivaron más cuando volvió a encontrarse con su hermano, fue una verdadera sorpresa, jamás se hubiera imaginado que ambos se encontrarían en esas circunstancias. Sota no era de unidad de combate sino más bien lo que se conocía como un enlace de datos, le había mentido un poco a Kagome, cuando le dijo que era un agente de campo, de hecho su trabajo consistía en encontrar registros que les llevaran a las organizaciones que buscaban, pero cuando se ofreció voluntario para el trabajo nadie pensó que correría ningún riesgo sobre todo porque estarían vigilados las 24 horas. Y él mismo se ofreció a vigilar su casa puesto que ya se conocían y no resultaría raro, pero todo se disparó cuando volvió a ver a Kagome, la reacción fue demasiado potente, jamás le había ocurrido eso con una mujer, él siempre había llevado las riendas de sus relaciones y no había involucrado sus sentimientos, solo sus necesidades biológicas, siempre había sido claro en cuanto a esa cuestión, y si a alguna mujer no le había interesado, la había dejado sin más, pero en cuanto la vio descubrió en ella el fuego que no podía ocultar ni siquiera bajo el halo de frialdad que había creado en torno a ella, todo estaba ahí para el que quisiera descubrirlo aunque ella misma era inconsciente de su propio atractivo sexual y aunque a veces lo sacaba de sus casillas hasta le gustaba la fiereza de su temperamento.
Y allí estaba él con Kagome acostada en su cama, en un lugar remoto, con gente peligrosa y además tenía otro problema, como no pensaba mantener relaciones sexuales durante su estancia en ese lugar no se había molestado en comprar preservativos y ahora se encontraba con otra complicación ¿Qué haría si ella estaba embarazada?, no era algo muy probable, pero debía tenerlo en cuenta, aunque no sabía porqué la idea no le desagradaba.
Bajó el cuerpo hacia abajo y Kagome se enroscó en él como si ese fuera el lugar al que pertenecía, solo con el roce de su piel notó la erección de su cuerpo en respuesta, pero se obligó a olvidar la excitación que sentía, Kagome debía estar realmente cansada y él no iba a despertarla para una sesión de amor de madrugada aunque le dolieran hasta las entrañas con su decisión. La abrazó consciente de que en pocos días quizá ya no durmiera tan confiadamente en sus brazos, si él no conseguía averiguar el paradero de su hermano y Rin antes de la operación a gran escala que llevarían a cabo, estaba seguro de que los matarían a ambos si no lo estaban ya; y eso, no le cabía duda alguna, le granjearía su odio irremediablemente.

Kagome se despertó bruscamente al oír ruidos en la habitación, levantó la cabeza y pensó que querría despertar cada día de su vida con la estampa que estaba contemplando, en el alfeizar de la ventana mirando por la ventana estaba Inuyasha totalmente indiferente ante su desnudez.
- Kagome vístete -dijo Inuyasha aunque en ningún momento había mirado hacia ella –. Hay un barco amarrado en el puerto.
Kagome se arregló rápidamente pero para cuando llegó al salón, Inuyasha ya conversaba con Kikyo y Naraku. Abrió la puerta con respiración dificultosa por haber bajado corriendo la escalera y todos volvieron la cabeza para mirarla. Naraku se acercó hasta ella.
- Siento que anoche estuvieras demasiado cansada para bajar a cenar con nosotros, pero tengo que decir que te ha sentado magníficamente el descanso porque esta mañana estás verdaderamente radiante.
- Muchas gracias, pero realmente debo lucir mejor de lo que me siento, si piensas eso –dijo Kagome
- Nada grave espero – dijo Naraku -, ven quiero presentarte a Kikyo, una buena amiga.
- Encantada –dijo Kagome, extendiendo la mano para saludarla
- Igualmente - dijo Kikyo estrechándole la suya
- Bueno pues vamos a sentarnos a desayunar porque hoy va a ser un día muy largo, me gustaría que vinierais con nosotros a recorrer la zona, es un lugar con mucho encanto como podréis averiguar por vosotros mismos- dijo Naraku.
- ¡No! -dijo Kagome rápidamente-lo siento pero yo no voy a poder ir con vosotros, esta mañana al levantarme empezó a dolerme la cabeza por lo que intuyo que hoy será un día de jaqueca.
- ¡Oh! Que pena -dijo Naraku-, bueno no pasa nada dejaremos entonces los planes para mañana.
- Por supuesto que no -dijo Kagome-, no podéis cambiar todos los planes por mí, yo me tomaré un par de analgésicos y me iré a la cama a oscuras, es la única forma en que se me quita el dolor, vosotros podéis ir de ruta turística como teníais planeado.
Kagome miró a Inuyasha que parecía dispuesto a estrangularla en cualquier momento, tenía los ojos inyectados en sangre y parecía decirle ni se te ocurra.
- Entonces yo me quedaré contigo-dijo Inuyasha- de ningún modo pienso irme de excursión mientras tú te encuentras enferma.
- Inuyasha, ya sabes que no puede estar nadie conmigo cuando me encuentro en este estado -dijo Kagome con cara de dolor-, no me pasará nada.
- Desde luego que no -dijo Naraku- y si necesitarás algo solo tienes que llamar al personal de servicio, les avisaré para que estén atentos a cualquier cosa que necesites.
- Bien entonces voy a retirarme a mis habitaciones -dijo Kagome escabulléndose por las escaleras.
- Voy a asegurarme de que se encuentre bien, enseguida vuelvo -dijo Inuyasha siguiéndola.
- ¿Estás loca? –dijo Inuyasha en cuanto entró por la puerta – esto no es un juego ni es una película en que siempre gana el bueno, ¿Qué crees que puedes jugar a detectives, mientras estamos fuera?
- ¿No eras tú el que pensaba que si Naraku estaba entretenido, se podía investigar mejor? Pues he pensado en cambiar las tornas, mejor lo entretienes tú.
Kagome se giró para no mirarlo porque todos los ángulos de la cara parecían tensos y contraídos por la furia.
- Además no debes preocuparte no pienso hacer nada para ponerme en peligro, le tengo mucha estima a mi vida.
- Por supuesto que no porque no voy a dejar que salgas de la habitación -dijo Inuyasha cerrando la puerta mientras salía.
Kagome oyó ruidos en la puerta como si alguien estuviera cerrando la cerradura con llave.

Capítulo 9​

¡Condenado idiota! pensaba Kagome mientras miraba por la habitación, hacía más de media hora que se habían ido y aún no había podido salir de la habitación, y eso que lo había intentado todo, hasta lo de la socorrida horquilla que aún no sabía porque en las películas cualquier imbecil podía abrir las puertas con ese método y ella no había conseguido nada ni siquiera un triste ruidito que la guiara. Se sentó en la cama era realmente frustrante tener la casa para ella sola y no poder hacer nada porque estaba encerrada, aunque claro sola tampoco estaba, y Naraku se lo había dejado claro con sus veladas palabras. Entonces recordó lo que le había dicho y cogió el teléfono.
- ¿Hola podrían traerme una infusión?... Sí, cualquiera muchas gracias.
Se quitó el vestido rápidamente, se puso un camisón y se metió en la cama, al cabo de un rato oyó el picaporte de la puerta, lo giraron un par de veces sin conseguir nada entonces notó pasos de nuevo por la escalera y después ruidos en la cerradura, hasta que por fin la puerta se abrió.
- Aquí le dejo la infusión encima de la mesita, dijo una voz femenina.
Kagome sacó la cabeza de debajo de las sábanas
- Gracias, me la tomaré enseguida -dijo con voz estrangulada como si se encontrara verdaderamente enferma.
Vio como la mujer giraba sobre si misma para salir de la habitación y cruzó los dedos para que no cerrara la puerta de nuevo con llave. Y no lo hizo, cerró la puerta con suavidad pero solo el picaporte, esperó un tiempo prudencial para levantarse de la cama, cogió la taza de la infusión la llevó hasta el cuarto de baño y vertió el contenido en el lavabo, si tenía que volver rápidamente a la habitación sería mejor que pareciera que se la había bebido o la situación parecería sospechosa.
Se quitó rápidamente el camisón y se puso un pantalón fino de algodón y una camiseta, con la que siempre se encontraba muy cómoda.
Abrió la puerta despacio y salió sigilosamente hacia el corredor, parecía desierto, sólo oía ruidos de la planta de abajo, ¿Y ahora qué Sherlock Homes? pensó Kagome, porque no tienes ni idea de dónde está el despacho de Naraku, ni en realidad nada de esta casa.
Comenzó a andar por el pasillo hasta llegar a la biblioteca-despacho en el que había visto a Kikyo y Inuyasha hablando por la noche.
La puerta estaba entreabierta así es que miró con cuidado para no toparse con nadie, desde su posición no se veía nada así es que entró y cerró la puerta con cuidado.
Miró por toda la habitación, todas las paredes estaban cubiertas de estanterías llenas de libros y en el centro había una mesa de madera maciza, en la que solamente había un teléfono y un calendario.
Miró por la mesa pero no encontró ni cajones, ni papeles. Entonces dirigió su atención a las estanterías, los libros parecían muy bien ordenados, investigó buscando algo escondido, pero eso era como buscar una aguja en un pajar, porque allí había miles de libros.
Iba a darse ya por vencida, cuando vio un trozo de pared al lado de la puerta era pequeño pero el único que no tenía estantería con libros, tanteó pero no notó nada sospechoso solo que parecía haber un muro donde por la posición de la habitación no debía de haberlo, volvió hasta el sitio y tocó la pared, está no tenía ni rugosidades y ni siquiera al golpearlo sonaba a hueco, a la media hora de infructuosa investigación decidió que el misterio del muro ya le había absorbido demasiado tiempo para no encontrar nada.
Salió otra vez al pasillo, en aquel piso solo había tres habitaciones, una era la suya, otra que era muy parecida, la biblioteca que ya había investigado y un armario empotrado en el que había ropa de cama y toallas.
Se sentía bastante frustrada, era ya casi mediodía y no había conseguido nada y no creía poder contar con muchos más momentos para investigar. ¿Y que esperabas? ¿Que Naraku te invitara a la casa, donde tenía secuestradas a dos personas o tal vez que te pusiera delante de los ojos papeles incriminatorios acerca de sus actividades delictivas?, pensó Kagome bastante enojada por lo tonta que había sido. Pero aún no pienso darme por vencida. Por lo menos tengo que encontrar el dormitorio de Naraku.
Bajó las escaleras lentamente, a la derecha podía oír ruidos de cacerolas y utensilios que imaginó debían provenir de la cocina por lo que se encaminó hacia la izquierda, encontró un dormitorio con cama individual y sin ropa en el armario, así es que salió y continuó con el siguiente cuando ya llevaba seis con el mismo resultado estaba ya francamente poniéndose enferma de verdad, pero esta vez parecía estar en un dormitorio mucho más grande, miró en el armario y por fin encontró ropa de hombre y de mujer, reconoció el vestido que Kikyo llevaba el día que se conocieron.
- Al fin- dijo en voz alta, en un acto reflejo se puso la mano en la boca para tapársela.
La habitación era muy espaciosa pero además se comunicaba con tres estancias más un pequeño saloncito, un cuarto de baño enorme y un despacho en el que si había papeles y clasificadores por todas partes, miró estos por encima, eran registros de sus empresas, puedo estar aquí meses mirando tantos papeles pensó Kagome consternada.
Miró por la estancia hasta que detectó un maletín, lo abrió y encontró un ordenador portátil. Bueno los ordenadores son lo mío si hay algo aquí lo encontraré pensó Kagome mientras empezaba a mirar los archivos, no parecía que hubiera nada sospechoso hasta que vio unos registros correspondientes a una empresa en la que debajo aparecía el nombre de Rin. Entró en uno de ellos pero aparecía la entrada de una contraseña para poder acceder a ellos.
Pero ella era una experta en conseguir passwords, de hecho hasta había desarrollado un programa para conseguirlos, que por supuesto nunca había visto la luz porque se había dado cuenta que este tendría más éxito entre los que se encontraran al otro lado de la ley.
Comenzó a buscar rápidamente, cuando empezaba a trabajar no se daba cuenta de nada, el tiempo parecía detenerse en un mundo especial para ella, por fin el programa empezó a buscar el passwords automáticamente, hasta que lo halló y las carpetas se abrieron ante sus ojos, le echó un vistazo inicial, de pronto oyó ruidos en la casa, agudizó el oído y hasta ella llegó el sonido de la voz de Naraku y Kikyo.
Paseó rápidamente la mirada por la habitación buscando un disco dónde poder grabar las carpetas que había encontrado, al fin encontró unos pocos dentro del maletín y comenzó a grabar, las voces cada vez se oían más cerca, el disco seguía grabándose, aunque a ella le parecía que el proceso era más lento que nunca.
El tirador de la puerta comenzó a moverse y Kagome notó un sudor frío que bajaba por su espalda. Oyó un ruido y el corazón pareció saltar de su pecho, pero entonces se dio cuenta que el ruido provenía del ordenador que había acabado con la tarea, cogió el disco y guardó el ordenador con dedos torpes a causa del miedo.
En el momento en que lo dejaba en su sitio, la puerta de la habitación se abrió y Kagome se apoyó contra la pared donde la tapaba la puerta.
Kikyo se reía apoyada contra el torso de Naraku, se adentraron en la habitación y juntos cayeron sobre la cama, Kagome podía oír claramente los gemidos, cuando el teléfono sonó estridentemente, sobresaltando aún más a Kagome.
- Lo cogeré en el despacho, no te muevas de dónde estás -dijo Naraku
Kagome contrajo su cuerpo lo más posible para intentar pasar desapercibida aunque ella podía oír los latidos de su corazón, estallándole fuertemente en el pecho en un sonido atronador.
Naraku entró en el despacho rápidamente llevaba los pantalones medio desabrochados y el pecho desnudo.
- Sí….estupendo….esas noticias son verdaderamente fantásticas…está bien entonces hablaremos más tarde.
Colgó el teléfono y salió de la habitación, Kagome salió despacio en cuanto volvió a oír el sonido de la cama, cerró la puerta con cuidado y casi salió a correr por el pasillo hasta llegar a la escalera.
En cuanto llegó a la habitación abrió la puerta y la cerró quedándose apoyada en esta, la luz estaba apagada pero pudo ver claramente la silueta recortada de un hombre que entre sombras se movía sigilosamente hacia ella.