de Inuyasha - Silencio (NarakuxKagome)

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por Kayazarami, 9 Mayo 2007.

  1.  
    Kayazarami

    Kayazarami Usuario común

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    Silencio (NarakuxKagome)

    Bueno, a mi fi ¿¿Xk me has abandonado?? Le kedan dos capítulos y se acaba.
    Y como ya esta escrito y solo falta colgarlo, empiezo uno nuevo del ke ya tengo escritos 10 capítulos. Espero ke os guste.
    Atención a todo el mundo:
    Este es un Fanfic de amor, de un amor muy difícil, de un amor extraño. Besos, traiciones, mentiras y silencios.
    He aquí un Naraku x Kagome.
    Capitulo 1.
    Ya no tengo palabras, de todo y de nada, el tiempo se las llevó.
    Plena batalla.

    Naraku había aparecido de repente frente a ellos, con muchos de sus demonios, sin dar ninguna explicación y dispuesto a obtener de una vez por todas los fragmentos de la Shikon no Tama que posee Kagome.

    Inuyasha desenvainó la Tessaiga y lanzo un Kaze no Kizu mientras Miroku y Sango se encargaban de los esbirros de Naraku. Kagome tomo una flecha y rápida como el viento, se la lanzo al malvado demonio.

    Este se desintegro por unos momentos, pero poco después volvió a regenerarse. Y levanto una barrera, imposible de romper para Inuyasha y los demás.

    No tardo en llegar el líder del clan de los lobos endemoniados, Kôga. Que se unió al ataque contra Naraku. Eso si, sin olvidar intentar matar al chucho en cada golpe.

    Naraku se había fortalecido. Era imposible alcanzarlo. Ni siquiera las flechas de Kagome combinadas con los golpes de Inuyasha y Kôga le afectaban.

    De pronto, una flecha golpeó con fuerza la barrera de Naraku. Tampoco surtió efecto, pero todos los presentes se percataron de la recién llegada presencia de Kikyô.

    Esta estaba furiosa. Y no era para menos.

    También llego el medio hermano de Inuyasha, Sesshômaru, tan frío como siempre, que se “unió” a Kôga e Inuyasha contra Naraku.

    Bueno, en opinión de Kagome, tal vez tendrían más posibilidades si no dejaran de pelearse los unos con los otros en plena batalla.

    Naraku, que parecía cansado de tanta tontería, extrajo sus tentáculos y los libero por todo el perímetro. Inu, Kôga y Sessh los destrozaron muy pronto, Sango partió con el Hiraikotsu los que iban hacia ella y Miroku absorbió los suyos con su Kazzana.

    Pero ni a Kikyô ni a Kagome les dio tiempo a sacar una flecha. Inuyasha se percato y corrió a protegerlas, pero estaban demasiado lejos la una de la otra. Demasiado lejos.

    Solo podía salvar a una y tenía que elegir rápido, no había tiempo.

    -¡¡Kaze no Kizu!

    Los tentáculos fueron destruidos e Inuyasha volteo para ver a la otra, la que estaba poco más allá de ellos y se horrorizo.

    Kagome había sido atravesada por dos tentáculos y le sonreía con los ojos cargados de lágrimas.

    Kikyô, tras él, esbozo una leva sonrisa. Aquella estúpida muchacha no había sido rival, pensó.

    Inuyasha corrió hacia ella, mientras en sus oídos resonaban los gritos de horror de Sango, Shippo, Miroku y Kôga.

    Llego tarde, Naraku recogió sus tentáculos, con Kagome atrapada en ellos. Tenía los ojos cerrados y un hilo de sangre caía desde su boca.

    Estaba muerta.

    Naraku comenzó a evaporarse en humo, llevándose con él los fragmentos de la Shikon no Tama y el cuerpo de la miko.

    *-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*

    Abrió los ojos lentamente, como si aquella fuese la tarea más difícil que había tenido que realizar jamás.

    Enfoco un poco el lugar donde se encontraba, la cabeza le daba vueltas y sentía un sabor amargo en su boca. Se encontraba sobre una cama con sabanas y almohadas mullidas, muy blandas y suaves, le dolía todo el cuerpo y sobre todo el pecho. Que tenía vendado fuertemente.

    La habitación era terriblemente sencilla. Constaba de un armario empotrado, la cama, un pequeño tocador y dos grandes ventanales por los que entraba un leve aire fresco
    que movía las finas cortinas de seda.

    ¿Que lugar era aquel?

    La puerta se abrió y alguien entro en la pequeña pero hermosa habitación.

    -¿Ya has despertado, miko?

    Kagome se sobresalto, recorriéndole un espasmo de dolor todo el cuerpo, había sido un gesto demasiado brusco, pero no tenía tiempo a pensar en eso. Tenía delante al peor de sus enemigos, Naraku.

    Este vestía un yukata de dos piezas, la parte superior era de color blanco y la inferior azul, se parecía a los trajes de las sacerdotisas, pero ese era de hombre.
    Llevaba el pelo recogido suelto, pero con una coleta alta. Es decir, estaba como antes de transmutarse y sacar su corazón de su cuerpo.

    -No te muevas, o las heridas se reabrirán.

    La miko lo miro entre indignada, disgustada y confusa. ¿Por que diablos Naraku le había ayudado?

    -¿Recuerdas lo que pasó?

    -...

    Claro que lo recordaba. Inuyasha se había lanzado como un loco a salvara a Kikyô y no había tenido tiempo de ir a ayudarla a ella. Al menos, esta explicación le hacía menos daño. Pero no le guardaba ningún rencor, por que, al fin y al cabo, ya sabía que Inuyasha estaba loco por Kikyô, ella solo estaba a su lado como su amiga.

    Miro otra vez a su pecho, más detenidamente. La herida estaba completamente cicatrizada y no parecía que fuera a dejarle marcas. Se preguntaba como diablos era posible que ya se hubiera cerrado.

    -¿Co...Como es que...que me has curado?

    -¿Preferirías estar muerta?

    -...

    -Será mejor que te mires a un espejo.

    Dicho lo cual, el demonio tomo el pomo de la puerta y se marcho de la habitación dejando a una Kagome muy confundida. Esta se levanto poco a poco de la cama y se dirigió al pequeño tocador, situado al lado del armario, se sentó en la silla y se miro al espejo.

    No se lo podía creer. Era imposible.

    En medio de su frente, entre sus mechones de pelo, había una araña. El símbolo de Naraku. El símbolo de sus alter ego.

    ¿Acaso Naraku la había resucitado como una de sus”hijas” con todos sus recuerdos? No, aquello era imposible, además, ella tenía la herida que le había echo durante la batalla. Entonces, ¿que había pasado?

    *-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*

    En la aldea de la anciana Kaede, todo estaba en silencio.

    Había varias velas funerarias por toda la aldea y Inuyasha, Shippo, Sango y Miroku se encontraban en la cabaña de Kaede.

    Shippo y Sango no dejaban de llorar y Miroku callaba.
    Kaede fue quien rompió el silencio.

    -Chicos, ¿que queréis de cenar?

    -No tengo hambre.

    -Ni yo.

    -Yo tampoco.

    -¿Y tu, Inuyasha?

    -Ya comeré luego.

    -Inuyasha, eres idiota.

    -Cállate, estúpido zorro.

    -¡¡Eres idiota Inuyasha!! ¡¡¿Por que no has salvado a Kagome?!!

    -¡¡He dicho que te calles!!

    -No, Inuyasha- Miroku hablaba tranquilamente, pero se notaba que el tono era forzado- Comprendemos que hayas salvado a Kikyô, pero no creo que haya sido lo más correcto.

    -¡Ya vale, solo tenia unos minutos y...!

    -¡¡¡Y Kikyô es DE BARRO Y HUESOS, si le hubiesen clavado los tentáculos no hubiera muerto, por que YA ESTA MUERTA pero Kagome ESTABA viva y tu la has dejado morir!!!

    -¡¡Cállate, Sango!!

    -¡¡Eres un maldito idiota, y pensar que siempre decías que protegerías a Kagome y a la menor oportunidad la dejabas tiraba por Kikyô!!

    -¡¡Yo no hacía eso!!

    -¡¡¡SI QUE LO HACÍAS Y ella te perdonaba y no se enfadaba y te seguía queriendo!!!

    -¡¡Kagome no...!

    -¡¡Kagome esta muertaaa!!

    Shippo callo. Todos se quedaron en silencio. Inuyasha salio corriendo de la cabaña mientras que Miroku se acercaba a Sango y la abrazaba. Shippo lloraba en su regazo.

    Inuyasha corría como nunca antes lo había echo. Tenían razón, él le había fallado muchísimas veces a Kagome. Ella había estado siempre a su lado y él le había jurado protegerla.

    Y había salvado a Kikyô, que ya estaba muerta. Y Kagome había muerto. Y esta vez si que no volvería a verla nunca.

    Se detuvo de pronto, en el árbol sagrado y, por primera vez, no lo vio como el sitio en donde él y Kikyô se mataron, sino como el lugar donde conoció a Kagome.

    Y, amparado por las ramas del árbol, se echo a llorar.

    --------------------------------------------
    Inuyasha ha traicionado a Kagome, demostrándole que le mintió cuando dijo que la protegería.


     
  2.  
    Jessy

    Jessy Fanático

    Tauro
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    Re: Silencio (NarakuxKagome)

    muy buen comienzo me encanto
    que barbaro ese inu como la dejo
    que naraku la dañara se merece
    lo que esta sufriendo lastima que sus
    amigos la creen muerta esperare ansiosa
    el siguiente que estes bien nos vemos

    Jessy
     
  3.  
    leti

    leti Guest

    Re: Silencio (NarakuxKagome)

    Uy pero que baboso es Inuyasha. No me extraña, la inteligencia no es su virtud. Pero lo que no me explico es la araña en la frente de Kagome. Va muy bien el inicio. Me alegra que empieces nuevo proyecto. Sabes que cuentas con todo mi apoyo amiga. Aquí estaré. Me encanta tu fic. Esperaré ansiosa el siguiente capítulo.
    Besps
     
  4.  
    Kayazarami

    Kayazarami Usuario común

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    Re: Silencio (NarakuxKagome)

    Capitulo 11.
    Solo queda la noche en mi interior y este frío de amor.

    Durante tres días, no pudo moverse de la cama. Aquello era como una tortura, ya que, quieta como estaba, no podía evitar que los recuerdos volviesen a su cabeza con mayor intensidad y se pasaba las noches llorando.

    Por el día, al menos, lograba mantenerse distraída, aunque fuese mirando como el aire movía las hojas de los árboles por la ventana.

    Naraku le había echo un par de visitas.

    En la segunda, ella se atrevió a preguntarle que le había echo y entonces sus dudas quedaron despejadas. Para que la herida pudiera cicatrizar, le había dado un trozo de su carne, muy poco, pero al mezclarse con ella, la marca había surgido inevitablemente.

    Aquello la tenía tan tranquila como intranquila.

    Empezaba a tener una idea extraña de Naraku, primero la hería y después la curaba. Pero, para su desgracia, eso no era lo más alarmante, si no el hecho de que NO LE HABÍA QUITADO LOS FRAGMENTOS DE LA SHIKON NO TAMA.

    Al cuarto día, por fin pudo levantarse de la cama y empezar a andar. Se dedico a caminar por los pasillos del palacio.
    Se le hacía raro estar allí, en aquel palacio tan hermoso y tranquilo. No había rastro de maldad, tampoco se veían demonios, tan solo de vez en cuando se cruzaba con alguno de los “hijos” de Naraku: Kagura, Hakudoshi, el de los espejismos, Kanna, estaban todos...

    Y por supuesto, tenía siempre cerca a su guardián: Kohaku. Este le había informado de que Naraku le había dado órdenes de seguirla por todos lados para que no escapara.

    Era extraño, nunca se hubiera imaginado que Naraku fuera capaz de vivir en un lugar tranquilo y bonito, por los palacios que habían “atacado” de él, ninguno se parecía a aquel.


    Kohaku siempre trataba de mantenerla distraída y por lo general, hablaban a veces de Sango. Kagome trataba de convencerlo de que volviese con ella y él se negaba.

    -Auque la recuerde, no puedo volver con ella.

    Aquellas palabras habían puesto punto y final al tema y no lo había intentado volver a sacar.

    Y la noche del décimo tercer día, fue “invitada” a “charlar” con Naraku.

    Que horror. ¿Pero que demonios estaba pasando allí? Aquello no podía ser normal, tenía que haber una explicación para todo eso. Si es que lo que estaba viviendo no se lo podría haber imaginado ni en sueños.

    Desde que salio de la cama, no había vuelto a ver a el amo y señor del castillo, pero imagino que aquella”charla” sería para aclarar las cosas de una vez por todas e incluso podría enterarse de que diablos estaba planeando Naraku hacer con ella, pues la compasión no era uno de sus fuertes y seguro que tenía alguna maquiavélico plan.

    Cuando Kagura se lo dijo, se estaba riendo como una loca. Y lo peor es que minutos después llego Kanna con un “vestido digno para la charla” y se pusieron a reír los cuatro, ellas tres y Kohaku.

    -¿Pero que esta pasando aquí? Vosotras no sois así.

    Kagura la miro con ojos brillantes y le dio por fin una explicación razonable.

    -Eres tú, tu presencia y tu espíritu puro purificaron apenas llegaste el aire envenenado y la energía maléfica de este lugar, creo que incluso le están afectando a Naraku.

    -¿Qui...Quieres decir que yo soy la que os ha puesto así?

    -Aja.

    -¿Y como os sentís?

    -Yo muy rara. Pero es un cambio... ¿Agradable? No me siento tan preocupada ni tan en peligro como antes.

    Kanna miro a Kagura unos segundos y después murmuro:

    -Yo también me siento...Diferente.

    -Pero el cambio principal viene de Naraku, aunque cuando lo veas, no lo vas a notar.

    -¿Eh?

    -Vas a llegar tarde y seguro que se enfada.

    -¿Y si no voy, Kanna?

    -Posiblemente te matara.

    -Creo que voy.

    La chica se cambio rápidamente y después, una silenciosa Kanna la guío hasta las habitaciones de Naraku. Abrió la puerta corredera y la hizo pasar, para después cerrarla a sus espaldas y alejarse de allí silenciosamente.

    Naraku se encontraba sentado, con un gran ventanal justo tras él, mirando un muñequito de madera que se rompió minutos después y Kagome supuso que sería una de sus marionetas.

    El demonio vestía un kimono de dos piezas, negro entero y volvía a llevar coleta. Sus ojos carmesíes parecían hundidos en sus pensamientos. De regente, salio de su ensimismamiento y se fijo en la chica.

    El traje de Kagome, estilo dama de la alta sociedad, era azul pálido, muy largo, brillaba como con luz propia.

    -Siéntate.

    Ella obedeció. Se sentó frente a Naraku, que no le quitaba ojo de encima.

    -¿Que piensas hacer conmigo?

    -...

    -No creó que me hayas salvado por compasión, así que...

    -¿Y si te dijera que eres un cebo para atraer a Inuyasha y después matarlo, que harías?

    -Decirte que pierdes el tiempo, él cree que estoy muerta.

    -Te aseguro que ya no.

    -¿Co...Como?

    -¿Has visto ese muñeco? Controlaba a una de mis marionetas, que ha sido destrozada tras informar a Inuyasha y tus amigos de que sigues viva.

    -Igualmente, a Inuyasha le importa más Kikyô.

    -Por la cara que ha puesto, yo no diría eso.

    -...No voy a ayudarte.

    -No tienes más opción, no te estoy dando a elegir, no puedes salir de aquí e Inuyasha llegara tarde o temprano.

    -¿Y...y...una vez mates a Inuyasha, que piensas hacer conmigo?

    -¿No es obvio? Matarte.

    Trago saliva, ¿que Naraku estaba cambiando? ¡Ja! Si parecía más despiadado y todo...

    -No pienso dejar que hagas eso.

    -¿El que, matarte o matar a Inuyasha?

    -Matar a Inuyasha, lo que a mi me pase me trae sin cuidado.

    Le pareció como si una chispa de odio pasara rápidamente por los ojos de Naraku.

    -Es admirable lo fiel que le eres a la persona que tiene la culpa de que estés aquí.

    -No le soy fiel, por que esa persona eres tú.

    El demonio parecía incluso sorprendido de que ella le echara la culpa.

    -¿Yo? Te recuerdo que yo no soy quien te abandona cada vez que la muerta anda cerca.

    -Ya, pero la culpa de que Kikyô este muerta es tuya.

    -Y si no lo estuviese, ¿no sería peor para ti?

    -No, por que yo nunca habría venido aquí.

    -¿Que quieres decir?

    -Si no fuese por que tú mataste a Kikyô, jamás hubiera conocido a Inuyasha.

    -Entonces, deberías agradecérmelo, ¿no? Es gracias a mí que estés con él y sin competencia.

    -¡Cállate! ¡Tú no tienes ni idea de lo que es estar enamorado de alguien que cada vez que ve a la persona que quiere te deja tirado y se olvida de ti!

    Aquellas palabras afectaron al demonio mucho más de lo que Kagome había previsto.

    -Oye, muchachita, ¡¿por que te crees que mate a Kikyô?!

    -¡¡Por que eres despreciable!!

    -¡¡Por que no soportaba que cada vez que veía a Inuyasha se olvidara de mi!!

    -¡Ella nunca pensó en ti!

    La discusión se volvió acalorada, involuntariamente, ambos se levantaron para encarar al otro. Se gritaban muy cerca.

    -¡¡Cierra la boca!! ¡¡¿Que sabrás tu de lo que es amar?!! ¡¿Acaso tienes idea de lo que es amar a alguien cuando no puedes siquiera moverte y ver como esa persona se va con un estúpido al que antaño habrías aplastado como a una mosca?!

    -¡¡Eres tu el que debería callarse, no hablas más que mentiras, tu amor es tan despreciable como tu!! ¡¡Tú no sabes amar!!

    -Te equivocas.

    -¡¡No me equivoco!!

    Entonces Kagome se alarmo. Naraku la cogió del cuello y la estampo contra la pared.

    -¡¡Te equivocas!!

    -Su..Sult..ughh..Suéltame...

    Quería gritar, pero no podía, se estaba quedando sin aire. Y entonces, sintió como la mano de Naraku liberaba su cuello, para posarse en su nuca y atraerá hacia él.

    -Te equivocas y...te lo voy a demostrar.

    Las bocas conectaron y los ojos de Kagome se abrieron de la sorpresa.

    Naraku, el ser más repugnante del universo, que no tenía corazón, había causado muchísimo mal a sus amigos, la había intentado matar en innumerables ocasiones y, al que odiaba por encima de todo, la estaba besando.

    Le estaba dando su primer beso. Y no tenia nada de brusco ni forzado. Los labios de el rozaban suavemente los suyos, sin intentar obligarla a abrirlos, sin esperar una respuesta.

    Era un beso tierno y delicado y Kagome, sin poder evitarlo, cerró los ojos y se abandono a aquel mar de sensaciones.

     
  5.  
    Flor-sama

    Flor-sama Usuario popular

    Leo
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    Escritora
    Re: Silencio (NarakuxKagome)

    Que bello!!! Me encanta q hayas escrito de esta pareja amiga, es una de mis favoritas, es hermoso el fic. Y muy original. Escribes fantastico, de verdad fue hermoso. Y ya tenia Inuyasha q ser el mismo de siempre ...baka!, pero Naraku, me muero es interesantisimo este tipo de fics. La pareja es hermosa, sobre todo como lo llevas tu! No sabes como me emocione cuando lei el titulo xD. Tienes todo mi apoyo, en este y en cualquier fic. Besos! Flor
     
  6.  
    leti

    leti Guest

    Re: Silencio (NarakuxKagome)

    ¡¡ÓRALE!! Pero qué emocionante. Me gusta como llevas la historia amiga. Mi también querer que Naraku la rapte y la bese -baba, como cien litros esparcidos en mi casa- ok, me calmo. Va más que excelente, me gusta que se digan los dos que no saben lo que es amar. Muy buen inicio. Me gusta mucho, ay pero qué emoción. Eres mala, siempre lo dejas en una parte muy emocionante. Esperaré con ansia el siguiente capítulo y que chido que coloques conti tan pronto. Besos. Oye flor, por cierto, háblame al msn, por fis, debo contarte algo de ayer.
     
  7.  
    Tara

    Tara Entusiasta

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    Re: Silencio (NarakuxKagome)

    Wola

    k bien k ya pude leer la conti

    eso de las vacaciones del cz...

    bueno k como siempre dejas a inu como
    un tonto pero k se le va a hacer...

    espero la conti

    bsks: MAKAR
     
  8.  
    Kayazarami

    Kayazarami Usuario común

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    Silencio (NarakuxKagome)
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    Re: Silencio (NarakuxKagome)

    Capitulo 3
    Y esta calma que rompe el corazón, de esta guerra yo he sido el perdedor y se clava muy dentro este silencio.

    Naraku se separo de ella con suavidad y, para su sorpresa, descubrió que Kagome tenía los ojos cerrados. Aquello le afecto de algún modo.

    Ella no había respondido a su beso ni le había permitido acceder a su boca. Apenas había sido un rocé de labios, pero al abrir los ojos ella, pudo entender que aquello la había confundido más de lo que todas sus palabras anteriores lo hubieran podido hacer.

    No era esa su intención, no sabía que diablos le estaba pasando, ni por que había echo aquello, ni por que habían resurgido sus emociones humanas, pero lo más extraño de todo, era quizás que no deseaba que ella lo tuviera por un monstruo.

    Antes de soltarla y alejar sus rostros definitivamente, solo susurro:

    -Yo si se amar, Kagome, no lo olvides.

    Y, apartándose de ella, abrió la puerta y se marcho, cerrando tras él.

    Apenas escucho sus pasos alejarse por el pasillo, Kagome cayó al suelo temblando sin control. Tenía ganas de llorar, ganas de correr lo mas lejos que pudiera de aquel lugar y...Ganas de ir tras los pasos de Naraku y devolverle su beso.

    Y lo último era lo que mas deseaba hacer, pero lo que sabía nunca haría.

    Así que optó por llorar. Y así, después de un rato, la encontró Kohaku, llorando abrazada a si misma en el suelo de la habitación de Naraku.

    Pasaron tres días en los cuales Naraku no dio señales de vida, algo normal, pensaba la morena, el no tenía porque estar pendiente de su “invitada”.

    Kohaku no había vuelto a mencionar nada sobre lo que había visto cuando fue a buscarla ni le había preguntado sobre ello. Con saber que Naraku no la había herido tenía suficiente. Además, fuese lo que fuese lo que le hubiese echo el demonio a la chica, que sin duda no fue nada grave, la araña que esta había tenido en la frente había desparecido.

    Los días transcurrían despacio, sin prisas, pero sin pausas y de forma placida. Los “alter ego” de Naraku se la pasaban estando con Kagome, le decían que su presencia los relajaba y así, la miko fue descubriendo poco a poco como eran en realidad los siervos de el demonio.

    Kanna seguía tan silenciosa como siempre, pero Kagura estaba mucho más divertida, aunque tenía la misma manía mordaz de antaño. Hakudoshi se la pasaba retando al pilla-pilla a Kohaku, que siempre le ganaba y el de las ilusiones se tiraba horas y horas mirándose en el agua, cosa que nadie entendía.

    Mientras, Kagome intentaba no pensar en lo que pasaría en el futuro, no deseaba que Inuyasha viniera a salvarla, a pesar de lo mucho que echaba de menos a sus amigos y familia, por que no quería que Naraku llevase a cabo sus malvados planes y mucho menos que matase a Inuyasha.

    *-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*

    Inuyasha y sus amigos se encontraban en las cercanías del monte Shirinami, siguiendo una pista sobre Naraku.

    Las peleas entre ellos habían terminado el día en que una marioneta del maldito había llegado al pueblo de Kaede, para informarles que su amiga Kagome estaba viva, pero no por mucho tiempo.

    Habían tardado dos horas en prepararse e inmediatamente se pusieron en marcha. No confiaban mucho en Naraku ni sus trucos, pero hasta no ver el cadáver de la joven no perderían las esperanzas y todos llevaban dentro el anhelo de que estuviese bien.

    Y así llevaban dos semanas de viaje.

    -Inuyasha.

    -¿Si, Miroku?

    -¿Que ruta tomamos?

    -La más corta y que rodee toda la montaña.

    Sango intervino en la conversación.

    -¿Estáis seguros que puede ser por aquí?

    -Sango, en los veinte pueblos que hemos pasado nos han dicho lo mismo: Que hace poco vieron pasar por aquí una gran corriente de energía maligna que parecía dirigirse al monte Shirinami.

    -Vale, Miroku.

    -Venga, chicos, dejaros de tonterías, tenemos que encontrar a Kagome.

    -¡¡Si!!

    *-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*{}*-*


    Ya casi había anochecido y Kagome decidió salir a dar una vuelta por los jardines del palacio. Le encantaba hacerlo, era como “escapar”.

    Solo que, para su desgracia, había una barrera espiritual alrededor del palacio y no podía cruzarla, de manera que lo único que conseguía era salir a deambular por ahí solita sin Kohaku pegado a sus talones.

    Caminando, se fue intentando en la pequeña arboleda que había cerca del jardín y descubrió algo impresionante, dentro, había una pequeña laguna.

    Estaba rodeada de naturaleza, de manera que quedaba oculta desde fuera, era un lugar muy discreto y difícil de encontrar.

    Estaba a punto de salir para meter las manos en el agua cuando escucho un ruido por la parte derecha y se quedo de piedra.

    Allí se encontraba Naraku, mirando el agua tranquilamente, sin la parte superior de su yukata. Sin duda, el demonio acababa de salir del agua, por que largos hilos del líquido bajaban por su pecho desnudo.

    Sin poder evitarlo, la joven se percato de que el demonio era muy atractivo, tenía los ojos entrecerrados y
    no llevaba el cabello recogido, de forma que su larga melena negra rizada caía sin impedimentos sobre su espalda, haciendo que a la chica le entraran ganas de acariciarla.

    Entonces, se dio cuenta de lo que estaba haciendo y, dándose la vuelta de golpe, enrojeció violentamente: ¡Estaba espiando a Naraku!

    ¿Pero que demonios le pasaba? ¿Acaso se estaba volviendo loca? ¡¡Si ni siquiera había pensado nunca nada parecido de Inuyasha!! Estaba empezando a calibrar las posibilidades de que fuese la energía maligna de Naraku la que le estuviese afectando a ella y no al revés, cuando sintió una presencia tras ella.

    Volteo a ver quien era, rezando para que no fuese Naraku y...Llego a la conclusión de que el mundo no estaba siendo justo con ella. Naraku la miraba entre extrañado y arrogante.

    -¿Me estabas espiando, miko?

    -No...

    -Entonces, ¿quieres explicarme que hacía tus ojos clavados en mi figura hace tres minutos?

    El sonrojo de la chica iba en aumento. ¡¡A si que Naraku la había visto espiarle!! Un momento...Si él se había dado cuenta y no había dicho nada.... ¿Seria por que le gustaba que lo mirase?

    -Estoy esperando una respuesta.

    Kagome reconoció ese tono de voz. Era el que le había escuchado en innumerables ocasiones, mientras luchaban para que no los matase. Como si una alarma hubiese sonado en su interior, la sacerdotisa se asusto y comprendió que Naraku podía matarla en cualquier momento.

    -Ah...Esto...Lo siento.

    El demonio movió una mano, Kagome cerró los ojos fuertemente, pero Naraku solo poso su mano en su mentón y la obligo a mirarlo.

    -No creo que lo lamentes.

    -Yo...

    -¿Por que lloraste?

    -¿Que?

    -Aquel día, cuando te bese, lloraste, ¿tanto asco te dio?

    ¡¡La había espiado!! Kagome comenzó a temblar, si Naraku pensaba eso, era muy posible que la matase, a pesar de no ser verdad. Y no quería contarle por que había llorado.

    -Me estoy cansando de tu silencio.

    La mano que la tomaba del mentón comenzó a presionar el agarre, sin duda, el demonio se estaba impacientando.

    - Contesta.

    -No quiero.

    -¿Que?

    -¡¡Que no quiero!! ¡No tengo por que hacerlo! ¡Y no te quejes de que yo te he espiado, por que por lo que veo, tú también lo hiciste ese día!

    -Eso es diferente.

    -No veo en que.

    -Pues en que yo soy el amo de este castillo y tu una prisionera o cebo, como prefieras. Así que contesta a mi pregunta.

    -...

    -Muy bien.

    El agarre ceso y la mano impulso la boca de ella hacía la de él, volviendo a unirlas.

    El beso fue exactamente igual al anterior, para sorpresa de Kagome, igual de dulce y lento. No fue un beso, fue otro rocé de labios. Pero este fue mucho más breve, Naraku la aparto enseguida y volvió a dar media vuelta.

    Kagome jadeaba levemente, en un momento, el agarre se había vuelto tan fuerte que no había podido respirar y ahora necesitaba recuperar el oxigeno.

    -Naraku...

    Él se detuvo, como para indicarle que la escuchaba.

    -No me dio ningún asco. La verdad es que...Me gusta.

    El demonio se dio la vuelta sorprendido por la confesión de la miko, pero esta había echado a correr de vuelta al palacio, muerta de vergüenza y sintiéndose una traidora.

    Mientras, el demonio se tuvo que sentar y pensar a la vez que veía su reflejo en el agua.

    Se sentía muy confuso. Desde la llegada de Kagome, había notado varios cambios sutiles en él, pero no fue hasta que charlo con ella que se percato de que sus sentimientos estaban resurgiendo. Y ahora se sentía aun peor que antes, esa manía que estaba cogiendo de besar a la chica no le agradaba, pero no podía hacer nada por contenerse y....

    “Me gusta”. ¿Realmente sería cierto que a Kagome le gustan sus besos? Él nunca había besado a nadie desde que se convirtió en Naraku y no había sentido necesidad de hacerlo hasta ahora. Había tenido relaciones, claro esta, pero nunca había besado a sus “parejas” durante esos breves momentos. Y la mayoría de ellas acababan muertas por intentar que él fuese suyo.

    Desde el principio tendría que haber previsto esto, se dijo, primero no pude encerrarla por su parecido con Kikyô, luego voy y le cuento lo que planeo hacerle, entonces, ¿por que demonios me ha dicho eso?

    Demasiadas confusiones. Acabo de vestirse y se dirigió al palacio. Tenía muchas cosas que aclarar con la miko, pero sobre todo, quería comprobar si lo que le había dicho era cierto.
     
  9.  
    Flor-sama

    Flor-sama Usuario popular

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    Re: Silencio (NarakuxKagome)

    Genial! Conti :D!!!! Soy taaan feliz! Bueno, me encanto. Esta pareja es una de las mejores,ademas de que la relataste muy bien. La llevaste muy bien y el final lo dejaste bien intrigante como de costumbre xD. Pero genial, sobre todo el "Me gusta" :D. Bueno besos y espero ver la prox conti muuuy pronto! Flor :D
     
  10.  
    leti

    leti Guest

    Re: Silencio (NarakuxKagome)

    Como siempre genial. Muy bien llevada la historia. Me gusta ese sello tuyo que le imprimes a la manera de conducirse de los personajes. Muy bien. ¿Qué onda con Kagome? ¿Por qué se pasó tanto tiempo llorando? ¿Y Naraku? ¡Loco! Le ha dado por besar a Kagome. Pues me gusta mucho y esperaré con gusto a lo que sigue.
    Te mando Besos, muchos besos!!!!!
     
  11.  
    Kayazarami

    Kayazarami Usuario común

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    Re: Silencio (NarakuxKagome)

    Capitulo 1v
    Eterno y mudo como el recuerdo del amor que tu me diste, silencio, tan grande tan vacío y tan muerto.

    Kagome estaba tirada sobre su cama con la almohada abrazada fuertemente, se sentía bien, mal, triste, feliz y sobre todo, tenía un gran remordimiento por lo que acababa de decir. Y seguía colorada.

    ¿Es que se estaba volviendo loca o que? Apenas hacía unas horas había llegado a una conclusión: Naraku, muy a pesar de lo malo que era, también era terriblemente atractivo y no podía evitar pensar que estaba empezando a gustare el demonio.

    Aunque, claro esta, había algo que entendía perfectamente: Se estaba volviendo una completa, sucia y renegada traidora.

    -¡¡Kyyaaa!!

    Se abrazo con más fuerza a la almohada. Naraku la había vuelto a besar, el segundo beso que le daba y también el segundo beso que recibía en su vida. Y siempre tan dulce.

    Pero él era diferente a Inuyasha y no precisamente para bien. Tenía que quitárselo de la cabeza.

    -Idiota, idiota...

    Empezó a golpearse la cabeza con la almohada, ¿pero como había podido decirle a Naraku que le gustaban sus besos? ¡Era tontaaa! Si estaba claro que el solo jugaba con ella, se divertía haciéndola sufrir.

    De repente, algo cogió la almohada y Kagome se temió lo peor. Levanto el rostro y se encontró con un Naraku entre confundido y divertido por lo que acababa de ver.

    -¿Se pude saber que haces?

    -Estoy teniendo una crisis de adolescente.

    -¿Que?

    -Olvídalo. ¿Que haces en mi cuarto?

    -Te recuerdo que este castillo y todas las habitaciones en el me pertenecen.

    -...

    -Lo que has dicho antes, ¿es verdad?

    Kagome se sonrojo, se puso la almohada a la altura de la nariz y contesto:

    -No, lo he dicho sin pensar.

    El demonio sintió una especie de dolor dentro de él, pero no se paro a analizar a que era debido, la furia que sintió bloqueo cualquier pensamiento coherente.

    -Sabes, tal vez debas probar a que saben las mentiras.

    Y, por tercera vez, él la beso. Pero este beso si que no fue como los anteriores, no era dulce, era un beso violento, forzado.

    Kagome se asusto. Naraku estaba furioso, ¿solo por que creía que le había mentido? Intento apartarlo pero no podía, hasta que apoyándose en el pedestal de la cama, pudo hacer la suficiente fuerza y lo apartó de ella, separándose de esa boca que parecía iba a comérsela, aunque sabía que no por mucho tiempo.

    Respiraba rápidamente, intentando coger aire. Naraku la miraba entre divertido y furioso.

    -¿Que pasa, no me digas que no te ha gustado?

    -No vuelvas a hacerlo.

    -Tú no me das órdenes.

    Kagome estaba muy asustada, dentro de ella, algo le decía que fuese sincera, pero su mente contestaba a gritos que no lo hiciera, que no traicionara a sus amigos. Que no le dijera a Naraku lo que realmente le hacía sentir, aunque sufriera por ello y no solo físicamente.

    El demonio se arrodillo sobre la cama y comenzó a gatear hacía ella, que estaba atrapada en una esquina de la misma, sabía que no valía la pena intentar escapar, estaba en un callejón sin salida.

    Cerró los ojos y comenzó a temblar.

    Naraku ya se encontraba a la altura de la chica, sentía como esta temblaba de miedo. Sin duda lo consideraba un monstruo. Su furia se aplaco un poco.

    -Kagome...

    Ella abrió los ojos, la voz de él sonaba más tranquila y se encontró con Naraku a muy pocos centímetros de ella.

    El demonio la miraba mucho más tranquilo que antes y la furia había desaparecido de sus ojos. Se aproximo más a ella, que no se movió y volvió a besarla, como antes, con ternura, dulcemente.

    Kagome solo pudo cerrar los ojos, como antes. Mientras rozaba sus labios, Naraku la fue tumbando en a cama, hasta quedar él sobre ella. Cuando se separo, se dio cuenta de que Kagome ya no temblaba, pero seguía teniéndole miedo.

    No lograba entender por que no podía dejar que ella lo odiase simplemente, pero tampoco hacía nada para demostrarle que no era un monstruo y todo lo vivido sin duda hablaba a favor de eso.

    -No tengas miedo, no voy a hacerte daño.

    Kagome no entendía nada de nada. ¿Acaso Naraku no pretendía hacerle daño de verdad? ¿Entonces que quería?

    Los labios de él volvieron a unirse a los suyos, definitivamente, aquella sensación le gustaba. Naraku los aparto un poco y susurro:

    -Abre la boca, te voy a enseñar algo.

    La chica se puso como un tomate, ¿Naraku se había dado cuenta de que le gustaba? ¿Le había dicho que abriera la boca?

    Lo miro de nuevo, los ojos carmesíes de él brillaban y no dejaba de mirarla fijamente. Ella abrió la boca y entonces lo sintió.

    La lengua de Naraku se deslizo dentro de su boca, llenándola por completo, chupando y acariciando todo lo que encontraba a su paso.

    -Mmmm...Ummmgh...

    Aquello fue como un torbellino de sensaciones que le provocaron serios escalofríos. Abrió los ojos y se percato de que Naraku los tenía cerrados.

    Poco después se separo de ella. Comenzó a besar su cuello y fue descendiendo por su pecho, hasta quitarle la camiseta y lamer la parte superior de su cuerpo.

    Kagome temblaba cada vez que el volvía a su boca y comenzaba a besarla de nuevo. Le daba calor, se sentía muy caliente, pero en otro sentido, los besos de él la encendían y cuando tocaba su cuerpo, este temblaba.

    Naraku se dio cuenta de sus temblores y de nuevo pensó que sentía asco, así que se alejo de ella y se sentó al borde de la cama.

    -No volverá a suceder. Me voy.

    Kagome, antes de que se levantara, se apoyo en la espalda de él. No dijo nada, tan solo le tomo del mentón y lo beso.

    Fue un beso indeciso, propio de alguien que no sabe muy bien que hacer, pero al fin y al cabo, era un beso. Y él lo correspondió, con toda la fuerza de los sentimientos que había sentido al percatarse que ella lo besaba. Se separaron despacio, a cual más sorprendido.

    -¿Por que...?

    ¡¡¡BOOM BOOM!!!

    La barrea espiritual que rodeaba el palacio había caído.


     
  12.  
    VickyGothic

    VickyGothic Usuario común

    Tauro
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    Re: Silencio (NarakuxKagome)

    holaaaaaaaaaaaaa!!! dios!!! no lo puedo creer esta demasiaaaaaaaaaaadoooooo bueno el ff
    el capitulo esta muy bueno me encanto me gusto muchisimo!!
    pero como es eso de q se cayo la barrera la tumbaron??quien??
    bueno espero la conti
    no te olvides q cuentas con todo mi apoyo en este y todos tus finc
    bye!!!
     
  13.  
    Flor-sama

    Flor-sama Usuario popular

    Leo
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    Re: Silencio (NarakuxKagome)

    Ese Inuyasha ya tiene que interrumpir. Bueno para nada u_u. Me encanto, fue genial y como lo llevaste, no hay palabras para que te describa como me encanto, la pareja es hermos y la retrataste muy bien. Besos y Suerte,Flor
     
  14.  
    leti

    leti Guest

    Re: Silencio (NarakuxKagome)

    ¡No manches! ¿Qué tranza con Kagome y Naraku? ¡Se desean abiertamente! Y justo cuando Kagome se suelta, ¡mocos! ¡Qué llega Inuyasha a interrumpir!

    Lo dejaste bien emocionante, date prisa en continuarlo o te mato!!!!!!!

    Es en serio eh? APRISA EL SIUIENTE CAPÏTULO!!!!!!!
     
  15.  
    aNgelux

    aNgelux Usuario popular

    Aries
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    Re: Silencio (NarakuxKagome)

    olaaaaaaaaaaa
    k bueno lo dejaste!!
    lamento no haver pasado antes!! sorry ToT
    es muy bueno tu ff y la trama estupenda!! por que tenia que llegar inuyasha!!
    noooooooo yo queria que pasara eso con naraku!! aparte que es muy sexy xD
    espero la conty tiene todo mi apoyo bye!
     
  16.  
    Kayazarami

    Kayazarami Usuario común

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    Silencio (NarakuxKagome)
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    Re: Silencio (NarakuxKagome)

    Capitulo v
    Eterno y mudo como el recuerdo del amor que tu me diste, silencio, tan grande tan vacío y tan muerto.
    Naraku echo a correr hacia fuera del palacio, mientras que Kagome se ponía a toda prisa la parte superior de su uniforme y Kohaku entraba en su habitación.

    El resto de alter ego de Naraku también despertaron y salieron a toda prisa del palacio. En dirección al origen del ruido.

    Kagome se asomó rápidamente a la ventana y se quedo de piedra, allí estaban Inuyasha, sus amigos, Kôga y los compañeros de este.

    Parecían agotados y muy contentos de haber derribado la barrera espiritual. Vio como Naraku salía a recibirlos y entonces cayó en la cuenta de lo que había echo.

    Se había estado besando con su enemigo, que sin duda alguna, iba a matar en ese mismo instante a sus amigos.

    Intento ir para allá, cogiendo una arco con el que había estado haciendo pruebas de tiro durante esos días y unas cuantas flechas, cuando descubrió que sus piernas no le respondían. Su cuerpo, era totalmente reticente a enfrentarse con Naraku, a enfrentarse con el demonio que había estado acariciándola momentos antes.

    De la nada, aparecieron los esbirros de Naraku, los demonios inferiores que siempre le seguían y Sango y Miroku se ocuparon de ellos, mientras Kôga y sus compañeros entablaban lucha con los alter ego e Inuyasha se veía las caras con Naraku.

    Por una vez, Naraku no rehuyo la lucha cara a cara contra Inuyasha, como siempre hacia, cosa que sorprendió bastante a sus alter ego.

    La pelea entre ellos se volvió encarnizada. Mientras que Inuyasha utilizaba la Tessaiga y ocasionalmente sus garras, Naraku contrarrestaba con veneno, se protegía con sus barreras espirituales y atacaba con sus algunas extremidades que surgían de su espalda, tentáculos, garras, ect...

    Inuyasha estaba cada vez más herido, cuando Sango y Miroku acabaron con la morralla y fueron en su ayuda. La cosa se complico entonces para Naraku, que tenía que estar defendiéndose, y atacando al mismo tiempo.

    Pronto quedo claro que así no llegarían a ninguna parte y Naraku, viendo que sus alter ego no durarían mucho más tiempo en manos de un furioso Kôga por la muerte de su amada, dio la orden de retirada, lo cual alegro a Inuyasha y compañía.

    Pero, cuando los alter ego se hubieron marchado, Naraku se metió en el palacio y coloco rápidamente una potente barrera espiritual que al menos mantendría ocupados a Inuyasha y los suyos unos minutos.

    “El tiempo justo que necesito para asegurarme que no encuentren a la miko con vida”, se dijo y echo a correr hacía las habitaciones de Kagome.

    Esta se sorprendió sobremanera cuando lo vio entrar y él se paralizo, ¿lo estaba mirando con alivio?

    -Kohaku.

    -¿Si, señor?

    -Vete con el resto, ocultaos en el palacio de la Región del Sur Este y esperad mi regreso.

    -A la orden.

    El joven salto por la ventana y se perdió más allá de la barrera.

    “Perfecto, esto me dará unos minutos más mientras esos intentan atrapar al chico”. Y volteo a mirar a la chica.

    Kagome lo miraba tranquila, pero como si lo... ¿Comprendiese?

    -Ha llegado al hora de la despedida, tus amigos están aquí y...-Extrajo varios tentáculos de su espalda-...vas a morir. Por lo menos piensa que podrás ver a tu adorado Inuyasha antes de morir.

    Ella no dijo nada, simplemente se quedo quieta con los ojos cerrados y leves temblores, a la espera del golpe. Los tentáculos se movieron veloces hacia el pecho de la miko cuando él los detuvo de golpe. Ella tenía entre sus manos un arco y varias flechas y no le disparaba.

    Claro, recordaba haberla visto practicar durante esos días, al fin y al cabo, con un arco no lo podía matar, así que le había permitido entrenarse.

    Pero sus flechas sin duda alguna, aunque no lo mataran, por lo menos desintegrarían los tentáculos. Despacio, retiro los tentáculos hasta que estos volvieron a desaparecer en su espalda.

    Los gritos de Inuyasha significaban que le quedaba poco tiempo. Kagome abrió los ojos sorprendida y se asombro aun más al ver que los tentáculos habían desaparecido.

    -¿No ibas a matarme?

    Él la miro con sus ojos del color de la sangre. Y comenzó a acercarse a ella lentamente.

    -Tienes un arco, ¿por que no disparas?

    -Es posible que quiera morir.

    -No lo creo.

    La barrera cayó, podían oírlo, pero no hicieron ni caso, ambos seguían mirándose el uno al otro.

    Ya estaban muy cerca...

    -Kagome, ¿te gustan mis besos?

    Los labios a punto de encontrarse...

    -Si...

    Aquel fue el beso más apasionado que se habían dado, inmerso en el silencio de aquellos que aun no comprenden sus sentimientos, ajenos a los gritos que recorrían la zona en busca de Kagome. Un beso en el que participaron los dos, batallando sus lenguas por el control, en una lucha de la que ninguno salió vencedor.

    -¡¡KAGOME!!

    Inuyasha entro de golpe en la estancia, para ver como Kagome caía desmayada al suelo mientras el maldito Naraku se largaba convertido en un denso humo negro y con los fragmentos de Kagome en la mano.

    El hanyou se acerco a toda prisa a la joven, para tomarle rápidamente el pulso y constatar que estaba viva.

    Estaba bien, fuese lo que fuese lo que le había echo Naraku, no la había matado.

    -¡¡Sango, Miroku, Shippo, lobo pulgoso!!

    Mientras escuchaba con sus finas orejas a los demás comenzar a correr en dirección a su voz, le susurro algo a la joven dormida:

    -Ya estas a salvo, no volveré a dejar que te pase algo así, nunca.

    Lo que él no sabía, es que estando a su lado, ella ya nunca más estaría a salvo de...la tristeza.
     
  17.  
    Tara

    Tara Entusiasta

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    Re: Silencio (NarakuxKagome)

    wolaa

    jope yo me creia k era naraku el k abia bajado la barrera

    esa mania tuya de k se besen en todos los capitulos va a seguir??

    x k naraku no mato a inu?? yo keria k lo matara!!

    no, vale, me estoy jugando la vida con lo k dije

    bsks: MAKAR
     
  18.  
    Flor-sama

    Flor-sama Usuario popular

    Leo
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    Re: Silencio (NarakuxKagome)

    Her-mo-so. Muy, pero muy dulce, me encanta este fic es uno de mis favoritos, y como lo dejaste imposible de mejorarlo. Ah! Y ese Inuyasha, todavia no se mando nada Baka mal, pero no me cae en estos fics! El y sus metidas inoportunas -.-, bueno te dejo continualo pronot poruqe la verdad me muero el fic es genial! Besos y espero la conti con muchisimas ganas! Flor
     
  19.  
    leti

    leti Guest

    Re: Silencio (NarakuxKagome)

    ¡NARAKU Y KAGOME SE BESARON! ¡Y NARAKU LE ROBÓ LOS FRAGMENTOS DE LA PERLA! Si tonto no es. Aprovechado. Estuvo super chido tu capítulo amiga. Como siempre.

    Espero el siguiente con ansias.

    BESOS!!!!!!!!
     
  20.  
    Kayazarami

    Kayazarami Usuario común

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    Silencio (NarakuxKagome)
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    Re: Silencio (NarakuxKagome)

    Capitulo 6
    Como quema este dolor del silencio, que llena cada espacio en mi cuerpo, como duele este silencio de amor.

    Kagome despertó en la cabaña de a anciana Kaede, rodeada de sus amigos Sango, Miroku y Shippô, que comenzaron a hablarle rápidamente, confundiéndola más de lo que ya lo estaba.

    Miroku pronto comprendió que así la estaban volviendo loca y pidió silencio, después, comenzó a explicarle como habían sido informados de que seguía viva y tras una larga búsqueda, habían dado con el palacio y le narro la batalla que habían tenido con Naraku, seguro de que no la había visto.

    Ella solo asentía levemente, se sentía mareada. Sus amigos parecieron entenderlo y se limitaron a charlar amigablemente.

    Dos días después, Kagome ya se encontraba con fuerzas para levantarse de la cama y cansada de pensar en cosas ocurridas en su “rapto” y sobre todo, cansada de pensar en Naraku, decidió dar una vuelta por el pueblo.

    Cuando llegó a sus afueras, se encontró con Inuyasha, subido en un árbol, de espaldas a ella.

    -Inuyasha.

    Este volteo sorprendido y asustado. Se había esperado una sarta de “Osuwari” por lo que le había echo, pero Kagome se limitaba a mirarlo con los ojos tristes, lo cual le sentó mil veces pero que todos los “osuwari” del mundo.

    -Kagome....Yo...

    -Tranquilo, Inuyasha, lo entiendo.

    ÉL la miraba en silencio. Sus amigos tenían razón, Kagome siempre lo entendía, siempre lo perdonaba y jamás se separaba de su lado, por más daño que él le hiciese. Pero, ¿Hasta cuando la morena podría seguir así?

    De repente, una mano en su hombro lo alerto y casi se cae del árbol.

    -¡Lo siento Inuyasha!

    La morena lo sostuvo para que no cayese. Por lo visto, había trepado al árbol mientras el pensaba y se había sentado a su lado.

    Inuyasha se reincorporo y se quedo quieto, mirando el infinito, con Kagome a su lado. Aquella simple y tranquila presencia que lo relajaba y le hacía sentirse acompañado.

    Entonces pensó en como debía de haberse sentido Kagome cuando Naraku se la llevo. Despertarse en un lugar extraño, al lado de su mayor enemigo. Los días aterrorizada, el no saber de ellos...Tenía que haberlo pasado fatal, sobre todo pensando que él la abandono a su suerte.

    -Kagome...

    -¿Si?

    -Lo siento.

    -No tienes que disculparte, Inuyasha, yo se que solo estoy a tu lado.

    -¿Has pasado miedo?

    -Al principio si, tenía muchísimo miedo de lo que pudiera pasarme y os echaba de menos, cuando Naraku me dijo que solo era un cebo para atraerte y después matarte me asuste aun más, pero entonces... ¡Ah!

    Los brazos de Inuyasha la rodearon y la obligaron acostarse sobre su pecho. Kagome se dejo llevar mansamente.

    -Perdóname, no quería dejarte, es solo que...

    -Inuyasha, deja el tema. Me duele pensar en eso.

    Él la aparto de su cuerpo y Kagome entendió que lo había ofendido, pero no estaba dispuesta a dejar que siguiese tratando de hacerle creer un montón de mentiras. Estaba claro que él había salvado a Kikyô y se había percatado de que ella también estaba en peligro. Inuyasha había echo su elección y ella la aceptó aquella mañana en la que despertó sola en la mansión de su peor enemigo.

    Una garra atrapo su mano y se vio impulsada contra el rostro del hanyou, que la miraba decidido.

    -Inuyasha, ¿qu...? ¡¡Mmmm!!

    La boca de Inuyasha atrapo la suya rápidamente, sin darle tiempo a formular su pregunta. No fue un beso brusco, sino uno suave e indeciso.

    Pero Kagome no lo sentía. Enseguida, una imagen se superpuso a la de Inuyasha. Ojos carmesíes en lugar de dorados, cabellos oscuros como una noche sin estrellas en lugar de plateados.

    “Naraku...”

    La miko cerró los ojos y respondió al beso.

    Cuando Inuyasha rompió el beso, ella lo miro y se sobresalto. Bajo de un salto del árbol y echo a correr hacía la aldea, mientras un confundido Inuyasha pensaba en voz alta.

    -Mierda, ¿por que la habré besado? Ahora pensará que la quiero...

    Pero la chica no pensaba nada de eso. Su cabeza esta llena de otras ideas, mientras avanzaba a toda velocidad hacía el pozo devora huesos, con la intención de aclarar sus pensamientos al otro lado de el, junto a su familia.

    Antes de saltar a su interior, un ultimo pensamiento cruzo rápidamente su mente: “¿Por que no dejo de pensar en ese maldito demonio?” Y se interno en la oscuridad sin fondo del pozo, atravesando las barreras del tiempo y el espacio, para llegar a su casa.

    Lo que ninguno de los dos sabía, era que un saimsoyô había presenciado toda la escena.

    Y kilómetros más allá de la aldea de Kaede, Naraku hervía de furia.

    De un zarpazo destrozo el insecto alado que hacía de conexión con el que había estado espiando a Inuyasha y Kagome.

    -¡¡Maldita mocosa!!

    Se sentía traicionado, sentía furia, odio, ganas de matar y...¿¿celos?? ¡¡No, aquello si que no!!

    La ira en su interior crecía y crecía. Aquella estúpida niñata le había echo lo mismo por lo que cincuenta años atrás había matado a Kikyô. Marcharse de su lado para ir a los brazos de ese despreciable hanyou, al que amaba.

    La cicatriz en forma de araña de la espalda del demonio hervía. Definitivamente, sus emociones humanas habían regresado. Y ahora que tenía la Shikon no Tama completa ese era un lujo que no podía permitirse.

    Menos mal que sabía perfectamente como eliminar esas emociones...

    Simplemente, Kagome debía morir.

     
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