Sekai Assiah (+16)

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Sylar, 28 Enero 2012.

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    Sylar

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    Título:
    Sekai Assiah (+16)
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    2407
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    SINOPSIS:
    Taro un humano huerfano de 15 años siempre ha tenido una vida normal y aburrida leyendo libros en una biblioteca desde que tenia 12 años, un dia en la biblioteca descubre una puerta donde dentro yace un libro el cual abrir y leer una oracion en ella que tenia escrito aparte en latin "no leer esta oracion", termina siendo absorvido por una extraña fuerza sobrenatural hasta un misterioso mundo habitados por seres llamados "Furrian" los cuales se caracterizan por ser animales antroformico que viven como humanos, otra noticias impactante es que alli la magia es real y que Taro es el unico humano habitante de Assiah el nombre del mundo al cual cayo.
    ADVERTENCIA:
    El Fic en original abarca escena de lenguajes fuertes y temas sexistas (incluida algunas escenas pero SIN NADA DE "ESO" solo tema sexistas inofensivas y algo gracioas como si fuera un anime del tipo echii)​
    SOBRE "ASSIAH":
    Assiah es un mundo cuya epoca de basa en el feudalismo, Assiah esta compuesto generalmente por 4 razas de "Furrian" siendo estos; "Felido", "Canido", "Reptilian" y "Avian", mas informacion con el avance de la historia.
    MAPA DE ASSIAH:
    Debido a que el mapa es corto para colocar todos los nombre (de reinos, ciudades de la historia, ect) en uno, eh colocado los mapa divido en "A a D" donde marcan cada uno una respectiva parte de las zonas de Assiah:
    MAPA A:
    MAPA B:​
    MAPA C:​
    MAPA D:​
    Y DESDE ESTE PUNTO LOS CAPITULOS...
    CAPITULO 1
    En un pequeño barrio empobrecido ubicado en la ciudad de Kioto – Japón...
    Nuestra historia comienza con un joven huérfano de nombre “Taro” quien yacía siempre leyendo los libros de una gran y vieja biblioteca que estaba al lado del orfanato del cual vivía, el joven quien era un adolecente de 15 años, cabello marrón y ojos verde con una piel algo pálida a pesar de haber sido abandonado en su nacimiento nunca se entristeció, jamás se lamento cuando desde hace 3 años conoció aquella biblioteca donde todos los días un nuevo libro leía.

    —Fascinante... un libro fascinante –Dijo el joven deteniendo su lectura por un momento —El mejor libro de astrología que eh leído aun siendo el primero –Pensó el muchacho.

    Mientras el joven leila su entretenido libro dos adolecentes revoltosos ingresan a la biblioteca acercándose lentamente con una mirada piadosa hacia Taro.

    —Hey Taro, ¿leyendo como siempre? –Pregunto el adolecente con una cara sospechosa.
    —¿Que es lo que quieren ahora? –Pregunto Taro.
    —Veras... encontramos una fábrica abandonado lleno de dulces –Decía el adolecente revoltoso.
    —Sí, muchos dulces –Comento el otro que le acompañaba.
    —ero tal parece que la única forma de entrar es por un pequeño agujero en una ventana la cual nosotros debidos a que somos demasiados altos no podemos entrar –Explico el rebelde adolecente.
    —Déjame adivinar; ¿mi altura es adecuada para entrar?, ¿verdad? –Pregunto el joven sin quitar su vista del libro que leía.
    —Correcto, por eso te necesitamos y cuando digo “necesitamos” es decir que nos va a ayudar te guste o no –Decía orgulloso aquel adolecente de aspecto delincuente.
    —¿”Una fábrica abandonada”?, ¿porque finges que decir que es abandonada cuando en realidad está en uso?, ¿qué clase de fábrica abandonada deja dulces adentro? –Pregunto el joven como interrogándoles.
    —¡Me da igual tu opinión!, ahora dejaras ese maldito libro y nos ayudaras como buen amigo, ¿de acuerdo? –Le dijo el rebelde adolecente quitando el libro de su vista.
    —Si crees que voy a volver a robar por tus amenazas, vete al demonio Takeshi –Le dijo Taro firme con sus palabras.
    —Uh, ofendiste a Takeshi –Dijo el amigo de aquel adolecente rebelde que le acompañaba.
    —No tienes idea de lo que acabas de hacer, pendejo –Dijo Takeshi con una voz amenazante.

    Inmediatamente tomando el libro que Tato leía comenzó a despedazarlo riéndose maniáticamente mientras Taro en vano intentaba detenerle recibiendo de paso una brutal golpiza por parte de los dos.

    —Ya me aburriste, espero que hayas aprendido tu lección tarado, vámonos de aquí –Dijo el tal Takeshi retirándose con su amigo de la biblioteca.

    Taro quien se limpiaba la sangre que salía de su boca recogió el libro destrozado por el bravucón Takeshi y su amigo sin siquiera derramar una gota de lagrima o mostrar indicios de estar furioso.

    —Que mal que te destrozaron a ti... ahora no podre leerte y justo cuando llegaba a la mejor parte –Decía Taro mirando el libro con tal nostalgia.
    —Oh... ¿pero qué paso aquí? –Pregunto una mujer madura de cabello violeta y lentes antiguos.
    —Disculpe señorita Obinawa, no pude detenerlos –Dijo Taro lamentándose por ser tan débil.
    —Oh joven, le han dado una paliza realmente dolorosa, vaya que no puedo quitarle un ojo de encima por un par de minutos –Decía la amable señora limpiando las heridas de Taro con un pañuelo que traía consigo.
    —Estoy bien señorita Obinawa, son solo heridas menores para mi, estoy acostumbrado –Dijo Taro sonriente.
    —De eso nada, iré por un botiquín de emergencia y sanaremos tus heridas, después tomaremos algo de té para calmar la tensión, ¿estás de acuerdo? –Pregunto la amable señorita.
    —De acuerdo –Contesto Taro devolviendo otra sonrisa.
    —Espérame aquí que ya vuelvo –Dijo la amable señora retirándose un momento para buscar el botiquín.

    La señorita Obinawa era la encargada de aquella biblioteca, desde el primer día que Taro piso el lugar siempre le ha recibido con los brazos abiertos, para Taro ella es lo más cercano a una madre de lo que podría considerar, su amabilidad y su gran corazón fue una de las nobles razones por su interés en los libros los cuales día a día no dejaba de leer alguno, pero este día será aquel cuya vida de Taro cambie para siempre, pues mientras limpiaba el desorden del libro destrozado de astrología no pudo evitar una puerta que no pareció haber visto antes estando en la biblioteca todos los días por tres años.

    —¿Cuando estuvo esa puerta allí? –Pregunto el joven confundido.

    En la puerta yacía la marca de una estrella muy extraña teñida de negro, Taro era del tipo curioso, se acerco a la puerta y punto de tocarlo esta se abrió por si sola como por arte de magia lo cual sorprendido al joven de cabello marrón.

    —¿Que es ese olor? –Pregunto Taro al sentir un extraño aroma venir al otro lado de aquella puerta.

    El joven entro adentro conduciéndole a un extraño altar donde yacía un libro cuya portada tenia la misma marca de la rara estrella negra que la puerta poseía.

    —¿Que es... este lugar? –Se preguntaba aun más confuso de lo que estaba.

    Miro a su alrededor en aquel altar había marcas extrañas y de procedencia sagradas por donde sea, en las paredes incluso habían raros seres ilustrados, eran como humanoides con forma de animales de los cuales destacaban entre felinos, lobos, reptiles y aves.

    —Este sitio me da cierto escalofrió –Opino el joven sintiendo un frio incomodo rodeando sus hombros.

    Antes de que se retirara a causa del miedo, aquel libro repentinamente se abrió por si solo deteniendo los pasos del joven.

    —¿Cómo...? –Se pregunto Taro dudando de lo que pasaba a su alrededor.

    Por su naturaleza curiosa, Taro se acerco al libro ya abierto, noto que ella habían escrituras que no comprendía.

    —¿Esto es... latín? –Se pregunto el joven —No entiendo una sola palabra, pero no hay duda de que es latín o algo parecido –Afirmaba el joven.

    Pasando pagina por pagina en el libro había escritos en latín con imágenes de extraños sellos y marcas entre otros ilustrados de procedía misteriosas o ocultas.

    —¿Eh?... no puedo creerlo; esta parte la entiendo –Decía el joven hallando una página sospechosa.

    La página que el joven leía tenia escrito un circulo donde yacía en ellas palabras escritas bajo el idioma japonés, Taro no dudo en leerlas a pesar de que en latín había en ella unas palabras de advertencia sobre aquella pagina que decía “no leer esta oración”.

    —“Hago llamado sobre el único portal a Assiah, que aquel que se atreva a cruzar las fronteras hacia un mundo fantástico donde el ser humano tiene prohibido pisar, hágase la voluntad de aquel cuya oración lee, realidad su deseo de corazón” –Recito Taro según lo que el libro exponía —¿Que se supone que signifique eso? –Se pregunto el mismo más confuso de lo que ya podría estar.

    De repente aquel libro comenzó a brillar misteriosamente y liberando desde el suelo la marca de aquella misteriosa estrella negra en el suelo que atrapa a Taro paralizándole completamente.

    —¿¡Que está ocurriendo!?... ¡no puedo moverme, no puedo moverme! –Exclama Taro aterrado por lo que ocurría en ese entonces.

    La estrella negra marcada en el suelo comenzó a desplegar su oscuro brillo creando un portal del cual Taro es el único el cual atraviesa viajando por una especie de hoyo de gusano, saliendo de repente por otro portal que lo hace caer hasta un bosque nevado.
    La vida de Taro cambio para siempre en cuanto aquella oración del libro leyó...


    CAPITULO 1 EL JOVEN QUE CAYO A OTRO MUNDO​

    El joven despierta percatándose de estar sobre un bosque nevado.

    —¿Dónde diablos me encuentro? –Se pregunto confuso con una jaqueca de por medio.

    De repente su mano derecha comenzó a arderle y enseguida empezó a humear apareciendo en ellas unas letras japonesas escribiendo en su mano derecha la palabra “Setsuzoku”.

    —¿”Conexión”? –Pronuncio Taro el significado de tal palabra escrita en su mano.

    Levantándose del suelo, el joven camino desorientado por el bosque nevado.

    —Esto tiene que ser un sueño... si... un sueño es todo lo que tiene que ser –Se decía a si mismo avanzando y soportando el inmenso frio del lugar —Pero... a pesar de ser un sueño... este frio se siente muy real –Opinaba asustado de ello.

    En su camino se topo con alguien quien hablarle.

    —¿Disculpa te encuentras bien? –Pregunto la voz de una mujer acercándose a él.
    —Oh... al fin alguien, disculpe... –Decía el joven Taro mirando a la “persona” que le hablaba y llevándose una sorpresa.

    Aquella “persona” era en realidad un gata antrofórmico (es decir humanoide) vestido y capaz de hablar como un humano.

    —¡Oh por dios! –Decía la gata mirando a Taro —¿T-t-tu eres un humano?... ¿eres un humano? –Preguntaba ella asustada alejando de Taro.

    Enseguida salió corriendo de allí gritando “¡un humano!” como si hubiera visto un fantasma.

    —¿Qué demonios... fue eso? –Se pregunto Taro sin saber que sentir; miedo o confusión.

    Creyendo que podría ser una alucinación provocada por el frio que sentía, continuó avanzando hasta llegar a ver una especie de ciudad.

    —Al fin... debe de haber alguien quien pueda ayudarme, me pregunto en qué parte de Kioto me encuentro –Decía el joven asustado al respecto.

    A unos pasos de llegar el frio finalmente le venció cayendo al suelo y perdiendo el conocimiento, cuando parecía ser su fin una carreta se detuvo cerca de él, bajando de allí alguien quien vio a Taro tirado en el suelo.

    —Pobre chico... lo llevare conmigo –Dijo aquella “persona” de la carreta siendo una mujer por su voz.

    Tomo a Taro y lo subió a su carreta, enseguida volvió a delantera de esta tomando las riendas y moviéndolas de forma en que la carreta fuera empujado por dos seres esqueléticos con la forma de un caballo (aunque este tenía largos cuernos como si fueran ciervos).
    Llegado a la entrada de la ciudad la cual parecía tener un aspecto medieval su entrada era una enorme puerta metálica, la carreta donde era llevado Taro es detenido inmediatamente por guardias con típicas armaduras y espadas medievales los cuales actuaban como oficiales de fronteras.

    —Inspección –Dijo el jefe de los guardia vestido de armadura ordenando a dos de los suyos a revisar la carreta.
    —Por supuesto, pero hágalo deprisa por favor, traigo a alguien en la carreta que necesita ser atendido urgentemente –Dijo la amable mujer a los guardias vestidos de armaduras.
    —¿Hay alguien herido en su carreta?, déjeme verlo, tenemos un mago clérigo que podría curarle de inmediato –Decía el jefe guardián vestido de armadura.
    —En realidad no está herido, lo encontré inconsciente en la nieve –Contesto la joven dama.
    —Solo por si acaso déjeme echarle un vistazo para asegurar que este bien –Dijo el jefe guardián acercándose a la carreta para echarle un vistazo al herido.

    Al ver inmediatamente a Taro, se sorprende tanto que da pega un salto hacia atras como si hubiera recibido un susto, ver a Taro pareciera que hubiera visto algo fuera de este mundo, sus leales guardias quienes eran dirigido por el, apenas vieron a su jefe en el suelo se dirigieron hacia el preguntando si este se encontraba bien, ellos también echaron un vistazo a lo que pudo haberle sorprendido a su jefe y en cuanto pusieron un ojo en Taro quedaron igual que el.

    —¿Se encuentran bien todos? –Pregunto la dama preocupado por ellos.
    —Por favor, puede proseguir... –Dijo el jefe guardián.

    La gran puerta metálica hacia la ciudad se abre para ellos entrando inmediatamente.

    —Informa de esto a su majestad, aunque parezca una broma de mal gusto es la verdad... hay un humano en la ciudad de “Thrakor” –Ordeno seriamente el jefe guardián de los guardias que custodiaban la puerta hacia tal ciudad mencionada.
    Continuara...

    EN EL PROXIMO CAPITULO...​
    Despertar confuso, entre tierras extrañas de los cuales parece sacado de un libro de fantasía, el joven desonrientado y sin idea de lo que le espera, camina por los senderos de un mundo desconocido...
    PROXIMO CAPITULO: “EL HUMANO QUE LLEGO A ASSIAH”​
     
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    Sekai Assiah (+16)
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    CAPITULO 2
    Previamente; Taro por leer la oración de un misterioso libro que no debía ser leído, termina cayendo en un extraño lugar del cual poco a poco vera que allí... la fantasía cobra realidad.

    —Mmm... ¿Estoy muerto? –Se pregunta Taro a sí mismo.
    —No, te encuentras en mi casa, estuviste a punto de morir congelado pero te traje aquí, no te preocupes estarás bien –Dijo la voz de aquella mujer que había salvado a Taro.
    —Gracias por tu ayuda... ¿cómo te llamas? –Pregunto Taro abriendo los ojos y viendo que al lado de él se encontraba aquella “dama” que salvo su vida.

    Para su sorpresa “ella” no era humana, era una especie de felina con aspecto de gata de pelaje gris, ojos violeta y curiosamente de su misma estatura, cabe destacar que su aspecto es igual que aquella “mujer” con la que se encontró en el bosque y se alejo asustada de el diciendo “¡un humano!”.

    —Me llamo; “Lorreta Di Rose” pero puedes decirme “Rose” –Se presento ella —Dime; ¿eres de verdad un humano o es un conjuro mágico el que te hace tener esa apariencia? –Pregunto la joven felina.

    Taro sorprendido de ello se asusta y termina cayendo de la cama la cual se encontraba, se fija que estaba completamente desnudo.

    —¿Porque estoy desnudo... quien eres o mejor dicho que eres? –Pregunto Taro totalmente confuso, asustado y entre otras emociones que lo ponían a prueba.
    —Sin duda eres humano –Dijo ella saliendo de cama y viendo que también estaba completamente desnuda —Como puedes ver soy una “Felido” en pleno pubertad felina –Dijo ella acercándose a Taro lentamente.
    —¿¡”Felido”!?... ¿¡que se supone que significa eso!? –Pregunto Taro más confuso aun.
    —Si te calmas te lo explicare todo a su paso –Contesto ella.


    CAPITULO 2 EL HUMANO QUE LLEGO DE ASSIAH​

    Vestidos para calmar la tensión de nervios del joven, Taro escucha ya calmado toda la explicación de la joven felina Rose.

    —Haber si entendí... ¿dices que me encuentro en otro mundo el cual se llama “Assiah”? –Pregunto Taro.
    —Si –Resumió ella su respuesta.
    —¿Un mundo donde viven seres llamados “Furrian” los cuales tienen aspectos de animales el cual visten, hablan y hacen de su vida como si fueran humanos? –Pregunto Taro.
    —Correcto –Dijo ella.
    —¿Y en el cual la raza humana no existe aquí? –Pregunto Taro.
    —Exacto –Contesto ella.
    —¡Tienes que estar bromeando, esto debe ser una clase de sueño realmente extendido y raro! –Exclamo Taro sin creerse su situación.
    —Puedo asegurar que este no es tu mundo, humano –Dijo la tal Rose.
    —En todo caso... ¿porque estoy desnudo en una cama contigo? –Pregunto el chico ruborizado por ello.
    —Tu cuerpo estaba enfriándose, por lo que necesitabas calor, como no soy un mago especializado en el elemento fuego decidí calentarte con mi cuerpo –Respondió ella.
    —Espera un momento... ¿dijiste “mago”? –Pregunto Taro.
    —Pues sí, un mago es aquel que domina alguna magia –Respondió Rose.
    —¿”Magia”?, ¿como la de sacar un consejo del sombrero? –Pregunto Zoro confuso.
    —¿Sacar un conejo del sombrero?, jamás escuche de esa magia –Dijo ella —Yo me refiero a la magia elemental –Dijo ella haciendo aparecer una mariposa negra de su mano.
    —Wow... ¿cómo haces ese truco? –Pregunto Taro.
    —¿Cual truco?, ¿de veras nunca has visto magia de “elemento sombra”? –Le pregunto Rose.
    —En mi mundo no hay tal cosa como esa “magia”, excepto claro en libros de cuentos de fantasía y películas de tal género –Contesto Taro.
    —¿No hay magia elemental en tu mundo humano? –Pregunto ella.
    —No, no la hay, ¿cómo es que termine aquí? –Se pregunto Taro.
    —Para llegar hasta aquí tienes que haber usado algún tipo de magia –Contesto ella.
    —Recuerdo que estaba leyendo un libro cuando de repente... –Explicaba Taro sintiendo de repente recuerdos venir a su mente que le muestra la escena de como llego hacia el tal mundo llamado “Assiah” —¡El libro!... eso es lo que me trajo aquí –Dijo Taro argumentando una extraña verdad.
    —¿Un libro?, ¿podría ser un libro mágico quizás? –Pregunto Rose.
    —No lo se... leí una oración que tenía el libro y de repente una enorme marca con forma de estrella oscura apareció en el suelo absorbiéndome y enviando a este mundo –Explico Taro.
    —Ya veo, quizás aquella oración activo la magia del libro realizando el conjuro –Dedujo ella.
    —Todo esto es demasiado para digerir –Comento Taro —Esto es demasiado difícil para creer –Decía Taro a sí mismo.
    —De todas las partes en “Assiah” es bueno que hayas caído en el reino de “Lyobinux”, en este momento te encuentras en una de las ciudades del reino; “Thrakor” –Explico Rose.
    —¿”Reino de que...”?, suena como si leyera un libro basado en épocas medievales –Opino Taro.

    En ese momento una mujer gata de edad adulta y mismo color de pelaje que Rose entra a la habitación donde yacían ambos.

    —Oh veo que nuestro invitado por fin ha despertado, hiciste un buen trabajo en cuidarlo Rose –Dijo aquella felina adulta.
    —No fue gran cosa mama –Contesto Rose.
    —¿Ella es tu madre? –Pregunto Taro.
    —Sí, ella fue quien te desvistió –Dijo Rose haciendo que Taro se ruborizada.
    —Jeje, créeme que no tienes nada de qué avergonzarte, aunque debo decir que estoy impresionado por el simple hecho de que tenemos a un humano en frente de nosotros –Comento la madre de Rose.
    —¿De verdad... no hay humanos aquí? –Pregunto Taro.
    —Oh querido debe ser algo muy confuso y deprimente para ti saberlo –Dijo la madre de Rose.
    —La raza humana de Assiah se extinguió hace varios siglos, se cree que los últimos que quedaban abrieron un portal hacia otro mundo, posiblemente... –Decía Rose sin terminar sus palabras.
    —¿El mundo al cual vivo quizás? –Pregunto Taro.
    —Esto es sin duda algo histórico... eres el primer humano de Assiah después de tantos siglos –Comento la madre de Rose.
    —Los guardias que custodiaban la entrada a la ciudad de “Thrakor” le vieron quedando perplejos, posiblemente vayan a informar de ello a los nobles en especial a “su majestad” –Comento Rose.
    —¿”Su majestad”?, “¿nobles”?, ¿acaso este mundo se rige por estatus social? –Pregunto Taro.
    —“Plebeyos”, “Arcaicos”, “Nobles” y “nobles reales”, son los estatus que rigen en este reino o mejor dicho la mayor parte de Assiah –Explico Rose.
    —Lo de plebeyo y Noble lo entendí por lectura de libros pero... ¿que es “arcaicos”? –Pregunto Taro.
    —Es un estatus equivalente entre plebeyo y Noble, básicamente un plebeyo adinerado que puede gozar de las virtudes como la de un noble hasta cierto punto –Explico la madre de Rose.
    —En todo caso “su majestad” el gobernante de esta ciudad, en el momento en que se entere de tu presencia ira a cada rincón de “Thrakor” en tu búsqueda, te hallara tarde o temprano –Dijo Rose seriamente.
    —¿Y qué me harán si llegan a dar conmigo? –Pregunto Taro.
    —Posiblemente te usen como un arma, quizás no te hayas dado cuenta pero los humanos aquí son poderosos –Contesto Rose.
    —¿Poderosos?, ¿en qué sentido? –Pregunto Taro.
    —Tu raza fue la primera en existir y ser la predominante en Assiah, su alto intelecto de la magia era mucho más superior que los “Furrian” de hoy en día –Explico Rose.
    —Pero no poseo ningún talento de magia como la tuya, en mi mundo ni siquiera existe –Dijo Taro.
    —¿Podría ser que tu mundo renuncio a la magia?, es difícil saberlo pero por lo que dices pareciera ser así –Insinuaba Rose.
    —(Suspiro)... Y pensar que esto parecía un sueño bastante largo y extraño –Opino Taro.
    —Por cierto... –Dijo Rose.
    —¿Que sucede? –Pregunto el joven humano.
    —Me eh dado cuenta de que te eh dicho mi nombre pero no el tuyo –Dijo la adolecente felina.
    —Ahora que lo dices es cierto, me llamo Taro, mucho gusto –Se presento Taro sin muchos ánimos.
    —¿”Taro”?, ¿es todo tu nombre? –Pregunto ella.
    —No tengo padres en mi mundo o más bien naci huérfano –Explico Taro.
    —Oh pero que triste, crecer sin padres debe ser muy triste –Opino la madre de Rose.
    —Ya veo, por ello no tiene un apellido que familiarice con un linaje –Deducía Rose.
    —Te tomas todo muy en serio –Dijo Taro a Rose con una típica gota de anime en la cabeza.
    —Bueno Taro como es tu primera vez en Assiah y en especial en la ciudad de “Thrakor”, sería buena idea que mi hija además de platicarte sobre este mundo te llevara a conocer los alrededor –Propuso ella.
    —¿Esta seguro?, ¿no traería problemas por ello?, ¿qué tal si alguien me llegara a ver? –Pregunto Taro.
    —No hay problema, por fortuna estamos en invierno, usando este abrigo con capucha negra podrás cubrirte la cara y problema resuelto –Dijo Rose
    —Ya veo, tengo una duda; no es que quiera ser mal agradecido pero dime; ¿porque tú y tu madre se toman la molestia de ayudar a un extraño humano como yo? –Pregunto Taro.
    —Oh eso es sencillo; jamás dejaríamos a alguien abandonado si tuviéramos la oportunidad de ayudarlo por mucho que sea un extraño –Contesto la madre de Rose por ella —Pero dejen las preguntas mientras pasean por las calles de la ciudad, toma Taro vístete rápido –Le ordeno amablemente la señorita felina.
    -S-si... –Dijo Taro nerviosamente.

    Mientras tanto en los aposentos de “su majestad” de “Thrakor”...

    —¿Un humano dices?, ¿estás seguro de esa noticia? –Pregunto el mismísimo rey de Thrakor.

    En un gran salón real ubicado en el trono donde yacía sentado su real majestad, siendo este la imagen de un “Furrian” felino, su majestad quien usaba la típica vestimenta de un rey medieval tenía la clara apariencia de un león de bello pelaje blanco con una marca sagrada de media luna en la frente, sus hermosos ojos color amarillos relucían su imponente aspecto de rey, al oír de tal noticia proveniente de su fiel servidor “Atanacius” quien era un félido con la imagen de un puma negro vestido como ninja.

    —Veo que Atanacius ya le ha comunicado su majestad sobre la noticia del humano –Dijo otro fiel servidor del rey entrando a la sala real con total permiso.
    —“Ecterio” –Pronuncio el rey nombrando al fiel sirviente quien hace acto de aparición.
    —“Sir Ecterio de Ranolgu” a su servicio mi señor –Dijo el fiel sirviente mostrando sus respecto al rey arrodillándose como un caballero hacia él.

    El segundo y más fiel sirviente de “su majestad” al igual que él, tenía el aspecto de un león con pelaje naranjado, un caballero perteneciente a la “orden de los templarios”, una orden creada con el fin de proteger a los “nobles reales”, además “Sir Ecterio” era el general de las fuerzas armadas de la ciudad de “Thrakor” quien recibió ese título del mismísimo rey.

    —Su majestad en este momento mis mejores hombres se encuentran por la ciudad inspeccionando cada parte de “Thrakor” para hallar al humano mencionado –Dijo Sir Ecterio.
    —Entiendo, pero me cuesta creer que realmente haya un humano en esta ciudad, pensé que en Assiah la raza humana había quedado “extinguida” –Dijo el rey.
    —Su majestad, es posible que este humano provenga de algún pueblo secreto o algo por el estilo donde coexistan con otros humanos, quizás los humanos de Assiah no estan extintos del todo –Propuso como hipótesis el tal Atanacius.
    —No podemos sacar conclusiones tan apresuradamente, si de verdad hay un humano aquí, lo primer será dar con el –Dijo el rey.
    —¡Así se hará su majestad! –Exclamaron ambos sirvientes a la vez.

    Sir Ecterio y Atanacius, ambos se retiraron de los aposentos del rey juntos llegando al punto de poder hablarse entre sí.

    —Jeje, tal parece que será una competencia por hallar al humano, ¿eh Atanacius? –Dijo Sir Ecterio en intención de provocar a su félido compañero.
    —Tómalo como una competencia si quieres, pero te aseguro que seremos nosotros quien halle al humano antes para su majestad –Comento Atanacius.
    —Tienes mucha confianza viejo amigo, veremos quién de los dos logra su objetivo –Dijo seriamente Sir Ecterio retirándose respetuosamente.
    —Así se hará, viejo amigo –Decía el tal Atanacius desapareciendo entre las sombras con otros félidos de su mismo aspecto y vestimenta —Porque nosotros el clan de las “sombras nacientes” cumpliremos nuestro propósito –Dijo la voz de Atanacius en la oscuridad.

    Mientras tanto en el mundo de los humanos...

    —Ya volví querido, hora de curar esas heridas, ¿Taro? –Decía la señorita Obinawa percatándose de que Taro ya no estaba allí.

    Llamándole por su nombre, ella repentinamente mira la puerta que tenía la marca de la gran estrella negra, queda impactado al ver que dicha puerta se había abierto.

    —¿Sera posible que...? –Se preguntaba a sí misma.

    Ella avanzo hacia la puerta y se adentro hacia allí llegando al tal altar donde yacía el extraño libro el cual Taro leyó tal oración siendo transportado a otro mundo.

    —¡No es posible! –Decía ella cayendo de rodillas tristemente de solo ver el libro —Taro... se ha ido –Decía la tal mujer echándose a llorar.
    Continuara...

    EN EL PROXIMO CAPITULO...​
    Aliados de otro mundo, perseguidos por de la misma raza en la que confía, el humano que busca no ser descubierto, se envuelve entre la apuesta de dos grandes rivales por complacer a su líder político, en la mira por una meta, solo queda una opción entre la desesperación...
    PROXIMO CAPITULO: “LA PERSECUCCIÓN DEL HUMANO”​
     
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    Anh Peárys

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    ¡Ohayo~ ~ ~ ~!

    Que bello escrito, cielo nwn

    En mi opinion, es uno de los más originales que eh leido, muy bien trabajado.

    ~En los dialogos usa el guión largo: (—)

    ~Narra más, no solo dialogos; así será más entretenedor nwn

    ~Tienes varios errores ortográficos, pero has ido mejorando. ¡Felicitaciones!

    ~que bien que los caps, son largos *v*

    N/A: Al principio, ¿qué tiene de malo que ella lea tanto, en la biblioteca?. Yo siempre lo hago ^O^

    Ya no tengo más que decir, me encantó.

    Besos~ ~ ~

    Muñeca Ha Neko
     
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    Sylar

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    "HanaNeko"; Agradezco tu comentario y también tu sugerencia, al principio en mi “word” no podía hacer el guion alto por un bug del programa pero ayer lo solucione finalmente después de tanto tiempo ya puedo XD, eh editado y ahora todo dialogo es guion alto, tome en cuenta ello gracias a tu comentario =), disculpa si hay mucho dialogo es que como son los primeros capítulos mi intención es ir explicando primero las terminología de Assiah entre otros conceptos mediante los diálogos, después... ya veré XD, que disfrutes del capítulo.

    CAPITULO 3
    Previamente; despertando en la casa de un extraño que no es humano, enterado de un mundo misterioso se ha adentrado, ahora Taro un peligro sin procedente al percatarse de que su simple presencia en Assiah representa un gran cambio en el balance de dicho mundo.
    Mientras tanto el joven Taro y la Felida Rose paseaban caminando por las calles de la ciudad de “Thrakor”, como su madre le había encomendado la hermosa gata humanoide de pelaje gris se encargo de dar a conocer su mundo al humano cuya presencia supondría peligro inmediato, claro que antes de salir Taro fue vestido con por un abrigo y una capucha que le cubría perfectamente la cabeza, era una suerte que fuera invierno ya que en “Thrakor” el frio hacia de lo suyo y la nieve caía moderadamente.

    —Sin duda este mundo guarda un aspecto feudal como en los libros que eh leído –Pensaba Taro en su mente.

    Ciertamente las estructuras tanto de hogares, como de zonas de comercios y faros eran totalmente medieval, inclusive la presencia de medios de transportes como carretas y sin olvidar mencionar sus habitantes vestidos de prendas de dicha época (de acuerdo al clima), no había nada tecnológico de relación a su mundo, Taro estaba totalmente convencido de que no era un sueño, estaba convencido de que aquel libro “realmente” le había llevado hacia un nuevo mundo desconocido, le había llevado a “Assiah”.

    —¿Todos los habitantes son gatos? –Pregunto Taro viendo a los habitantes de la ciudad.

    Ciertamente los habitantes que yacían a su alrededor tenían el aspecto de gatos, algunos de pelaje amarillento, otros marrón, negro, blanco con manchas negra, entre variados colores de pelaje.

    —El reino de Lyobinux está ocupado mayormente por félidos, ya que este es el reino de los Félidos en general –Explico Rose.
    —¿Cuantos reinos hay en este mundo? –Pregunto Taro.
    —Son 7 reinos en totales, divididos en 2 contenientes llamado “Continente oriental” el cual nosotros estamos y “Continente Occidental” –Contesto Rose.
    —“Occidental y Oriental”... tal parece que el nombre de los hemisferio de mi mundo es usado aquí como base para nombrar a dos contenientes que hay en Assiah –Pensó deductivamente Taro.
    —Por lo general el continente oriental abarcan 4 reinos y el occidental 3 reinos –Decía Rose.
    —Entiendo, nosotros nos encontramos en el continente oriental situado en uno de los dichos 4 reinos, ¿no? –Dijo Taro.
    —Exactamente, el reino de Lyobinux está compuesto por 4 ciudades siendo uno la capital general de este reino donde gobierna el absoluto líder de Lyobinux –Explico Rose.
    —Muy interesante –Respondió resumidamente Taro.
    Mientras tanto por otros alrededores de Thrakor...
    —Un peligroso forajido merodea por Thrakor, por favor colabore y muéstrenme su cara –Ordeno una furriana Felida a un grupo de habitantes quienes tenían la cara tapada por una capucha.
    —Mmm... a este paso tarde o temprano te hallare, humano –Dijo Sir Ecterio acompañado de su escuadrón de “caballeros” para hallar al humano.
    CAPITULO 3 LA PERSECUCCIÓN DEL HUMANO​

    Caminando tranquilamente por la calles de la ciudad, Taro y Rose quien yacían distraído platicando en el camino no tenían aun la minina idea de que la búsqueda por el humano había comenzado.

    —Oye Rose, ¿a que se dedican tu y tu madre en la ciudad? –Pregunto Taro.
    —Como plebeyas que somos, nuestro oficio es de ser simples comerciantes –Contesto ella.
    —¿Comerciantes?, pero esa magia que dominas... –Decía Taro sin terminar sus palabras debido a Rose.
    —Todos dominan algo de magia aquí Taro, los plebeyos en mayor parte son los que menos destacan como magos por lo que tienen trabajos como vendedor, cultivador, constructor, carpintero, ect... humildes trabajos de plebeyo –Explico Rose.
    —Algo me dice que la paga no es justa –Opino Taro.
    —Dependiendo de su trabajo podría ganar bastante por el esfuerzo o simplemente lo necesario para sobrevivir, en especial en estos días de frio invierno –Dijo Rose.
    —Dices que dominas magia elemental, ¿no? –Pregunto Taro.
    —Sí, yo domino por ahora la magia del elemento sombra –Contesto ella.
    —Elemento sombra, ¿eh? –Dijo Taro.
    —La magia en definición es en si la manifestación de los elementos impulsados por una energía llamada “Manux” también conocido como “la energía de los elementos” –Explicaba Rose sabiamente.
    —Ya veo, es algo así como; ¿una especie de energía espiritual? –Dijo Taro.
    —No entiendo a que te refieres con espiritual, pero el “Manux” es una energía originada de los elementos naturales que nos rodean –Contesto Rose.
    —¿Cuanto elementos hay en total en la magia? –Lanzo Taro otra pregona.
    —La magia presenta 6 elementos en total, siendo estos; Tierra, agua, fuego, aire, brillo y sombra –Respondió Rose.
    —Los últimos dos quedarían mejor si fueran luz y oscuridad –Comento Taro.
    —Brillo y sombra representan en si luz y oscuridad pero no son sus elementos completos por manifestación –Explico Rose.
    —¿Qué significa eso? –Pregunto Taro.
    —No existe nadie en este mundo que pueda dominar la magia de la verdadera “luz y oscuridad” –Contesto ella.
    —Vaya, conoces bastante para ser lo que dices que eres –Opino Taro.
    —¿Te refieres a plebeya?, créeme que lo que te dije solo es algo básico, cualquier plebeyo de por aquí lo sabría de anticipación –Dijo Rose.
    —En mi opinión creo que tu deberías abarcar entre los más altos, por su astucia, calma y bondad –Comento Taro.
    —Agradezco tu halago pero estoy en donde estoy, si fuera tu me concentraría en... –Decía Rose sin terminar sus palabras deteniéndose inmediatamente.
    —¿Rose? –Decía Taro deteniendo el inmediatamente también al ver la extraña reacción de su amiga -¿Qué ocurre? –Preguntaba el joven humano preocupado por ella.
    —¡Escóndete rápido! –Exclamo Rose tomando a Taro de la mano y llevándole hacia atras de una caja de mercancía con ropa adentro.
    —¿Qué ocurre? –Pregunto confuso Taro.
    —Te estan buscando –Dijo Rose.
    —¿Quienes? –Pregunto el joven.
    —Míralo tu mismo –Respondió ella.

    Al ver al frente vio a muchos caballeros “Félidas” (es decir hembras) deteniendo a todo habitante que estaba a su paso y traía la cara cubierta con algo obligándoles a mostrársela con la simple escucha de que buscan a un “forajido por identificar”.

    —Oh mierda... esto no es bueno –Pensaba el joven nervioso por lo visto.
    —No podemos seguir aquí, retrocedamos –Aconsejo Rose.
    —Te sigo –Dijo Taro.

    Tomando el consejo de Rose, Taro siguió a la joven Felida alejándose de aquellas caballeros que buscaban encontrarle, en su retirada a lado opuesto de ellos, alguien entre las frías y nevadas sombras de los tejados y alturas de Thrakor observaba a dicha pareja con cierta sospechosa, el sujeto era un puma negro con una vestimenta del mismo color que le hacía ver como un ninja.

    –Informare de esto al líder “Atanacius” –Dijo el puma negro desvaneciéndose como sombra.

    Mientras que la joven “pareja” caminaba en sentido contrario a los pasos que iban evitando la patrulla de caballeros que iban por Taro.

    —Los evitamos por ahora –Dijo Rose.
    -¿Eran acaso caballeros de ese tal “su majestad” del cual tu mencionaste? –Pregunto Taro.
    —Sí y como te había dicho, vienen por ti –Decía Rose seriamente.
    —Lo se... ¿acaso debería salir de la ciudad? -Se pregunto Taro.
    —Salir de esta ciudad ahora que “su majestad” está al tanto de tu presencia es imposible, los mejores magos de esta ciudad te atraparían antes de que lograras poner un pie afuera de Thrakor –Dijo Rose.
    —¿Y no existe alguna magia que pueda cambiar de forma?, ya sabes como un disfraz mágico –Sugirió Taro.
    —Hablas de una poción mágica de “cambio de forma”, por mucho que la utilices los mejores magos de Thrakor se hallarían fácilmente de todas maneras, en especial el “archimago” Sir Ecterio –Dijo Rose.
    —¿Y qué sugieres tu? –Pregunto Taro.
    —Los guardias que custodian la puerta fueron lo que te vieron, ¿no? –Pregunto Rose.
    —Sí pero... ¿a qué punto quieres llegar? –Dijo Taro.
    —Permanecer en mi casa hasta que el rumor de “un humano en Thrakor” se haya disuelto, si dejamos que todos los caballeros y mejores magos de “su majestad” te busquen en vano, cuando finalmente se cansen de hallarte, comprenderán y creerán que lo que les dijeron los guardias que custodiaban la entrada a esta ciudad, solo vieron a un humano producto de la alucinación por el frio –Ideo le tal Rose inteligentemente.
    —Ya veo, ¿cuánto crees que podría pasar hasta que eso ocurre? –Pregunto Taro.
    —No lo sé con exactitud, podría ser un mes o dos quizás –Contesto Rose haciendo aparecer en Taro la típica gota de personaje de anime.
    —Por cierto Taro, tengo curiosidad –Dijo la felina al joven.
    —¿Curiosidad?, ¿de qué? –Pregunto Taro.
    —¿Que son esas extrañas palabras escritas en tu mano derecha? –Le pregunto la amable felina.
    —Oh te refieres a esta palabra escrito en japonés –Dijo Taro.
    —¿Japonés? –Dijo confusa Rose.
    —Es un idioma de mi mundo, en especial del país donde vivo o como dirían aqui; reino –Contesto resumidamente Taro.
    —Entiendo, debe ser un idioma fascinante, por un momento creí que eran palabras para recitar algún conjuro mágico –Comento Rose.
    —Yo mismo me pregunto eso ahora que estoy al tanto de que aquí la magia es real, esta palabra se grabo en mi mano justo cuando llegue a este mundo –Dijo Taro.
    —¿Podría ser otra obra de ese libro mágico del que mencionaste que te trajo aquí? –Pregunto Rose.
    —Quizás... tal vez haya una conexión con... –Decía Taro sin completar sus palabras por una interrupción
    .
    Al frente de ellos una fila de félidos de pelaje negro destacando entre pumas y panteras negra vestidos como ninjas se aparece a unos 15 centímetros al frente de los dos como si les estuvieran esperando.

    —Estos félidos... –Pensaba Rose preocupada.
    —Disculpen la interrupción ciudadanos de Thrakor, solo tomara un momento –Dijo la voz de aquel que los dirigía siendo un puma negro bastante maduro.
    —Yo soy Atanacius y en nombre de su majestad les pido mostrar sus rostros por razones de seguridad, como sabrán se dicen que por las calles de esta ciudad merodea un forajido que oculta su rostro, así que si son amables me gustara ver sus rostros ahora –Pidió el félido Atanacius humildemente.
    —Ese forajido que buscan... no tiene que ser otro más que yo, si les muestro mi rostro estoy perdido –Pensaba Taro muy preocupado.
    —¡Corre! –Dijo Rose poniéndose en frente de Taro para enfrentarse a ellos.
    —Rose... –Nombro Taro su nombre sintiendo más preocupación por ella que por sí mismo.
    —¡Corre te digo! –Le grito Rose.
    —Gracias... Rose... –Dijo Taro haciéndole caso a la joven Felida.

    Tan pronto salió corriendo Rose miro a sus rivales.

    —No hay duda de que ustedes son los llamados “sombra naciente” el grupo de magos félidos dedicado y especializado en la magia elemental sombra –Dijo Rose posicionándose agresivamente.
    —Y ese muchacho es el humano, ¿verdad? –Pregunto Atanacius haciendo que Rose mostrara una leve reacción —Está claro que es el, ¡atrápenlo! –Ordeno el líder a sus félidos.

    Repentinamente todos los félidos bajo su mando avanzaron en dirección hacia donde Taro salió corriendo.

    —¡No pienso permitirlo! –Exclamo Rose creando una esfera sombría en sus manos que comenzaba a expandirse.

    Rápidamente Atanacius avanza hacia ella y deshace su esfera sombría absorbiéndolo con sus propias manos, la mano con la que Atanacius absorbió la esfera de Rose tenia grabado en ellas unas extrañas letras parecido al latín.

    —Ese conjuro... es un tipo de runa sombría –Dijo Rose sintiéndose totalmente inferior.
    —Así es, este conjuro de runa puede absorber hasta la última gota de magia elemental de sombra para contenerlo en mi cuerpo y usarlo a mi favor –Contesto Atanacius —Y por lo que veo eres una maga “novicia” del elemento sombra, ¿eh? –Decía el tal Atanacius intimidando a su rival.

    Mientras tanto Taro quien corrió hasta llegar a un callejón sin salida.

    —Oh carajos... esto malo muy malo –Pensó Taro.

    Al darse vuelta vio que aquellos que a lo que intentaba escapar ya estaban al frente de él.

    —¿Que hice yo para merecer esto? –Se pregunto el joven humano.
    —¿Realmente eres un humano? –Pregunto Atanacius apareciéndose entre ellos.
    —Eres tu... ¿¡que le hiciste a Rose!? –Pregunto Taro amenazante.
    —Su bienestar dependerá de tu respuesta –Contesto el líder de los “sombras nacientes”.
    —Desgraciado si de veras llegaste a matarlas yo... yo... –Decía Taro enfurecido.
    —¿Tu “que”? –Pregunto Atanacius provocándole.
    —Hare que lo lamentes –Dijo Taro quitándose la capucha para mostrar su rostro.

    El mostrar su cara impresiona a todos en especial a Atanacius.

    —No hay duda de que... eres un autentico humano, mi rey espera por verte –Dijo el félido Atanacius.
    —Si tan solo tuviera algo con que combatirlos... demonios... sería un milagro saber magia o tener en mi mano alguna herramienta de mi mundo para defenderme –Pensó Taro —Supongo que sería exagerar demasiado el tener en este mismo momento una granada de fragmentación como en aquellos libros sobre armas que leí en la biblioteca –Pensaba Taro sintiendo de repente una extraña sensación en su mano derecha.

    Enseguida la palabra escrita en japonés que Taro tenía en su mano derecha (la cual decía “Setsuzoku“) comenzó a brillar de la nada apareciendo en ella una mismísima granada de fragmentación como las palabras de su pensamiento dictaban.

    —¿¡Esto es... una granada!? –Dijo Taro impresionándose.
    —-¿Que es esa cosa que salió de su mano derecha? –Preguntaba uno de los félidos del clan.
    —¿Podría... un arma humana? –Se preguntaba Atanacius.
    —No entiendo que está pasando realmente... pero aprovechare esta situación –Dijo Taro valientemente.

    Coloco su dedo sobre el anillo de seguridad de la granada y a los pocos segundos sin dudar la quito al instante.
    Continuara...
    EN EL PROXIMO CAPITULO...​
    La persecución se pone tensa, una invitada inusual hace acto de aparición, una joven leona cuya sangre y pelaje representan los prestigio de ser entre la salvación o más problemas para el joven humano, sus siguiente acciones dependerán de su propia voluntad...
    PROXIMO CAPITULO: “VOLUNTAD DEL DECIDIDO”​
     
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    CAPITULO 4
    Previamente; La persecución de Taro por su humanidad había comenzado, pronto el joven rodeado y con agalla demostró manifestar un poder desconocido hasta ahora.
    No sé qué está ocurriendo, pero aprovechare la situación de ser así –Dijo Taro firme.
    Aquella granada de fragmentación que tenía a mano le retiro el anillo de seguro tan rápido lanzándoselo hacia Atanacius y los suyos.
    ¿Podría ser qué...? –Pensó Atanacius al ver la tal “arma humana” ser lanzado directo hacia él y los suyos —¡Todos rápido, retrocedan! –Ordeno Atanacius saliendo de allí con todos rápidamente.
    La granada estalla haciendo su explosión la cual provoca un gran ruido llamativo además del polvo causado por su daño a las estructuras que tenía cerca.
    Con eso solo gane algo de tiempo pero ahora... ¿qué hare? –Se pregunto Taro.
    Enseguida el suelo sobre el cual estaba pisando se abre para abajo cayendo este hacia allí, tan pronto termina allí vuelve a cerrarse quedando como un suelo normal.
    ¿Qué clase de potente arma humana era esa cosa? –Se pregunto Atanacius.
    Tan pronto paso la explosión y el polvillo levantado por ello Atanacius con sus hombres avanzan hacia el callejón para atrapar al humano pero ven que este ya no estaba allí decepcionándose de ello.
    Desapareció... –Dijo Atanacius cerrando sus ojos y lamentados por desperdiciar tal oportunidad.
    De repente el félido “Sir Ecterio” hace su aparición en el callejón acompañado de sus “caballeros hembras”.
    ¿Qué demonios ocurrió aquí?, escuche una explosión –Dijo el “Sir”.
    Fue el humano –Contesto Atanacius.
    ¿¡El humano!?, ¿¡donde esta!? –Pregunto Ecterio.
    Escapo –Contesto resumidamente el puma resentido.
    ¿Se escapo de ti?, sin duda se nota que eres un inútil –Dijo el Sir ofendiendo al félido Atanacius.
    Si hubiera presenciado lo que nosotros, quizás habrías tenido la misma suerte o en el peor de los casos... –Dijo Atanacius a medias retirándose con sus camaradas.
    Oye, ¿qué demonios significa eso? –Pregunto el “Sir” curioso.
    Mientras tanto en los aposentos del rey...
    Su mismísima “majestad” se encontraba en su propio despacho real encargándose de asuntos reales los cuales involucraban el leer montones de pergaminos, royos, carta reales, ect, todos con mensajes políticos que involucraban entre economía, militarismo, leyes, ect...
    Un noble economista podría encargarse de estos asuntos con mayor eficacia con respecto a las arcas de “Rolen” de la ciudad –Pensó el rey sobre los asuntos económicos.
    Mientras se ocupaba de sus asuntos laborales de rey diplomáticamente con una pluma, alguien toca la puerta de su despacho real con un mensaje importante.
    ¿Su majestad? –Pregunto aquel que venía con el mensaje.
    ¡Adelante! –Ordeno el rey permitiéndole el paso.
    El mensajero llega siendo una bella Felida con aspecto de chita.
    Oh señorita Wolbey, ¿a qué se debe su visita a mi despacho en este momento? –Pregunto el rey.
    Disculpe mi interrupción su alteza, resulta que Diana ha escapado de nuevo –Dijo la dama chita.
    ¿Mi hija se escapo de nuevo de su práctica de piano? –Pregunto el rey furioso.
    Si su majestad... ruego me disculpe, solo me distraje por un momento y ya no estaba –Dijo la Felida de rodilla.
    Descuide señorita Wolbey, esto no es su culpa –Dijo el rey calmando los nervios de la joven chita -(Suspiro)... jamás entenderé a las adolecentes de hoy, ¡Kinario! –Pronuncio el rey.
    Rápidamente entra otro felino siendo este un tigre con un parche en el ojo derecho y una cicatriz en el izquierdo.
    Supongo que requiere de mi buen olfato, ¿eh majestad? –Dijo el tigre de nombre Kinario.
    Disculpa la molestia, mi hija nuevamente escapo –Dijo el rey humildemente.
    Jajaja, no es una molestia su majestad, debo admirar que su hija tiene mucho vigor para hacer de las suyas –Contesto Kinario.
    Y por ello es algo problemático, pero no la culpo sin percatarme de sus verdaderos sentimientos –Dijo el rey.
    Descuide su alteza, traeré a su hija en unos parpadeos –Afirmo con toda confianza el tal Kinario.
    CAPITULO 4 VOLUNTAD DEL DECIDIDO​
    Volviendo con Taro...
    Cayendo hacia un subsuelo del cual se abrió ante sus pies, despierta en un oscuro lugar con aspecto de ser un túnel subterráneo con cierto toque discreto.
    ¿Dónde estoy? –Se pregunto el joven.
    Oh cielos, de veras eres un humano –Dijo una joven encapuchada de su misma estatura que estaba a sus espaldas.
    ¿Q-quien eres tu? –Dijo el joven asustándose a unos segundos de percatarse de su presencia.
    Calma, en vez de temerme deberías estar agradecerme –Dijo ella revelando su cara.
    Era una leona de pelaje blanco, ojos color amarillo y una llamativa marca de aspecto sagrado con forma de media luna en la frente, Taro de solo verle se sonrojo al instante.
    Es una Felida pero no una gata como Rose, más bien ella parece una leona –Penso Taro repentinamente al verla —Tú... ¿fuiste la que me salvo de ellos? –Pregunto Taro nerviosamente.
    Precisamente –Dijo ella apegándose a un lado de Taro
    Agradezco tu ayuda pero dime... ¿dónde me trajiste específicamente? –Pregunto Taro.
    Son caminos subterráneos secretamente ubicado en el sub-suelo de distintas partes de la ciudad, todos conectados y accesibles a un punto exacto del castillo de Thrakor, construido en el castillo en caso de emergencia –Contesto la leona del medio lunar en la frente.
    ¿El castillo de Thrakor? –Pregunto Taro.
    Sí, precisamente el castillo donde habita y viven varios nobles y sin olvidar la familia de los nobles reales que gobiernan esta ciudad –Dijo la Felida de pelaje blanco.
    ¿No pareces sorprenderte de ver a un humano? –Pregunto Taro.
    Al contrario estoy fascinada, ¡eres un autentico humano, es realmente increíble ver uno en persona! –Dijo ella acercándose a Taro cara a cara con cierto afecto.
    Si bueno... es un gusto pero dime; ¿este lugar es seguro? –Pregunto el joven humano.
    Más que la misma ciudad diría para ti; estos caminos subterráneos solo pueden ser conocido por el rey actual de la ciudad y su familia claro –Dijo ella.
    Momento... ¿dijiste el rey actual y... “su familia”? –Pregunto Taro percatándose de algo.
    Oh veo que no eres el lento, antes de que lo preguntes, la respuesta es sí; soy la hija del actual rey de Thrakor –Dijo ella sorprendiendo a Taro.
    ¿¡Eres la hija del que se hace llamar “su majestad”!?... pero no lo entiendo, ¿por qué me ayudas? –Pregunto Taro.
    Digamos que... tengo cierta fascinación por... los humanos –Contesto ella nerviosamente -Cuando escuche a escondidas a mi padre hablar de uno que estaba aquí me emocione tanto que use los caminos subterráneo para hallarte sin levantar sospechas –Explico la joven.
    ¿Fascinación? –Se pregunto a si mismo Taro con respecto a lo que quería decir ella exactamente.
    Jamás creí que fuera cierto... un humano en la ciudad de Thrakor, yo creí que estaban extintos... pero de veras eres un autentico humano –Decía la joven tomando la cara de Taro y mirándola detalladamente.
    G-gracias... pero dime... ¿qué piensas hacer conmigo?, si sabes que tu padre me está buscando entonces... –Decía Taro sin terminar sus palabras el cual es interrumpido por la joven Felida.
    Tranquilo, no voy a entregarte, aunque ten en cuenta que mi padre no tiene en mente matarte o hacerte algún mal –Dijo ella.
    ¿Entonces que quiere de mi? –Pregunto Taro.
    Conocerte mejor, cada aspecto y cada detalle de ti, ahora yo tengo una pregunta para ti; ¿hay mas como tu, de que parte de Assiah vienes exactamente? –Pregunto ella siendo solo el comienza.
    De hecho yo... no soy de Assiah para ser exacto –Dijo Taro.
    No me lo puedo creer... ¿¡vienes de otro mundo, hay mas humanos allí!? –Pregunto ella emocionada.
    Sí y si algo es seguro allí no hay seres como ustedes, de hecho el simple hecho de nombrarlos es no creíble para nosotros –Comento Taro.
    ¿Qué?, pero tengo entendido que Assiah fue primero un mundo para humanos hasta que luego conocieron a los “Furrian” y... mucha historia por recordar, el punto es que decir que no existimos suena ofensivo –Opino ella.
    La “magia” que tu mundo domina, en la nuestra no existe, además nosotros estamos más avanzado, sin ofender pero parece que ustedes aun estan estancado en la edad feudal –Dijo Taro.
    Mmm... Interesante, me dan ganar de visitar ese mundo tuyo del cual habitan los humanos –Dijo la joven Felida.
    Pues buena suerte descubriendo el cómo ir hasta allí, yo llegue aquí por accidente y no tengo la menor idea de cómo volver –Contesto el humano retirándose.
    Espera un momento... ¿a dónde vas? –Pregunto ella.
    Fuera de aquí y por una amiga –Contesto Taro.
    ¿Una amiga, que amiga? –Pregunto ella muy interesada.
    La primera “Furrian” con la que me socialice y... me ayudo a evitar que los soldados y guardias de tu padre me atraparan –Respondió el joven.
    Oh... ¿acaso la atraparon? –Pregunto ella.
    Distrajo a unos pumas y panteras negras vestido de ninja para que yo escapara, quiero creer que la capturaron y no la mataron –Comento Taro.
    ù¿Pumas y panteras negras?... ¿acaso te refieres al clan de “sombra naciente” el cual dirige el señor Atanacius? –Pregunto la joven —Si son ellos entonces dudo mucho que hayan matado a tu amiga, puedes confiar en que está viva –Afirmo la joven Felida.
    ¿De veras?, ¿cómo lo sabes? –Pregunto Taro.
    El clan de “sombra naciente” es un grupo honorable de guerreros destacados en habilidades sigilosas de combate, creado con el fin de ser una unidad miliciana de exploración y además búsqueda y captura de individuos –Explico la leona de pelaje blanco.
    Me suena a Ninjutsu –Comento Taro.
    No sé que sea eso que mencionas, pero el punto es que tu amiga está viva, Atanacius y los suyos no son tan fríos como para matar ciudadanos de Thrakor lo sé porque le conozco bastante bien, seguramente la mantiene encerrada en los calabozos del castillo –Dijo de forma afirmante la tal Felida.
    Si de verdad está viva todavía... debo salvarla –Pensó Taro.
    Esa amiga tuya, le tienes mucho afecto, ¿verdad? –Pregunto ella curiosa.
    ¡No es lo que piensas, veras...! –Intentaba explicar Taro muy nervioso —Ella fue la primera y única “Furrian” que me atendió en un momento vital del cual casi muero, ella y su madre me salvaron la vida a pesar de ser un completo desconocido –Comento Taro.
    Entiendo, debe ser genial tener a alguien cerca que te aprecie de esa manera –Dijo la joven leona haciendo que Taro se sonroje.
    Justo en este momento unas pisadas de oyen en dirección hacia ellos.
    ¿Eh?, ¿alguien se acerca? –Se pregunto Taro.
    Es imposible, se supone que la ubicación de estos caminos subterráneos es secreto –Dijo la joven leona sorprendida de que alguien llegara hacia ellos.
    Aquella misteriosa “persona” da la cara frente a ambos siendo un tigre humanoide, el mismo que tiene el nombre de Kinario.
    ¡Princesa al fin la encuentro! –Dijo el tigre humanoide feliz de verla sana y salvo.
    ¿Kinario?, oh es cierto... olvide que Kinario es una excepción y conoce este lugar perfectamente como la palma de su pata –Dijo ella muy apenada.
    ¿Y ahora te das cuenta? –Comento Taro con una típica gota de anime en la cabeza.
    Inmediatamente cuando Kinario pone sus ojos en Taro queda perplejo de la sorpresa.
    ¡Un humano!... –Exclamo Kinario acercando a Taro y olfateándole completamente.
    Oye... ¿qué crees que haces? –Pregunto nervioso Taro.
    ¡No hay duda de que eres un autentico y genuino humano! –Decía Kinario alegremente dándole un fuerte abrazo amistoso a Taro.
    Por favor suéltame... me presionas muy fuerte –Decía Taro sintiendo como el alma se le salía del cuerpo humorísticamente.
    Kinario –Dijo la princesa llamando la atención de Kinario quien suelta de inmediato a Taro.
    Princesa... –Contesto el tigre poniendo una seria cara.
    Tenemos que hablar –Dijo la leona con su propia y seria cara.
    Mientras tanto en el castillo de Thrakor – Calabozos del castillo...
    En una sucia y oscura celda se encontraba la joven Rose sentada en el suelo tranquila y con tal calma de meditación, entre el silencioso ambiente que el fétido lugar expedía, la calma termina con la llegada de Atanacius hacia la celda de la joven gata.
    Tu gata, ¿de dónde conoces al humano?, contesta y quizás tengas posibilidades de salir viva de aquí –Dijo el puma amenazante.
    ¿Porque debería de responder a tus amenazas?, no traiciona mis principios, ustedes solo quieren utilizar a Taro como un arma –Contesto ella.
    ¿Así que se llama Taro?, bueno al menos es algo... –Dijo el félido suspirando pacientemente -Esconderle a algo de esta magnitud al mismísimo rey de Thrakor es un claro acto traición hacia este reino, ¿estás al tanto de las consecuencias por venir? –Le pregunto Atanacius.
    Si con mi muerte terminan con este absurdo intento de interrogación, la acepto amablemente –Contesto la joven Rose temeraria.
    ¿Olvide mencionar que el castigo de “alta traición al rey” también se aplica a todos los miembros de tu familia? –Le pregunto Atanacius dando un golpe duro a la moral de Rose.
    ¡Maldito!... ¿no irías a...? –Dijo ella mostrando sus colmillos ferozmente.
    -Te daré una hora para decidir si realmente quieres cooperar o ser castigado junto a tus seres queridos –Dijo Atanacius seriamente retirándose por el momento.
    Con la ausencia del puma, Rose tras haber tenido tal charla o más bien “interrogación”, cayo deprimida en el suelo.
    Taro... –Dijo ella mirando los barrotes que le rodeaban.
    Volviendo con Taro y el resto...
    Tras una larga explicación, Kinario se pone al tanto de la situación de Taro.
    Fascinante... había oído que los últimos humanos huyeron a otro mundo, creí que eran simples leyendas pero ahora todo es tan claro como el agua –Dijo Kinario.
    Mi mayor preocupación ahora es salvar a Rose, si lo que dice usted es cierto princesa, no puedo dejarla tal y como esta –Dijo Taro.
    Ahora que lo dices... escuche que en el castillo fue encerrado una joven Felida gata de pelaje gris, ¿es ella la amiga que mencionas? –Le pregunto el tigre furriano.
    Pero... ¿cómo piensas rescatarla?, ¿acaso usaras tu grandes poderes mágicos? –Pregunto ella.
    Yo... no tengo poderes mágicos –Comento Taro sorprendiendo a la princesa y a Kinario.
    ¿¡No tienes poderes mágicos!? –Preguntaron ambos félidos al mismo tiempo.
    Pero... se supone que los humanos fueron los primeros en dominar la magia, ¿cómo es que no...? –Preguntaba la princesa sin terminar su duda con la interrupción de Taro.
    -¡Lo sé, lo sé!... pero así es la cosa –Dijo el joven humano deprimido por ello.
    -Entonces... ¿qué tienes en mente? –Pregunto la leona curiosa.
    Cerrando sus ojos y cruzando sus brazos, Taro se puso pensativo unos minutos, sin muchas opciones para elegir, tomo valor y eligió la más acta.
    Dices que tu padre no tiene intenciones de matarte o algo malo contra mí, ¿verdad? –Pregunto Taro a la princesa.
    Sí pero... ¿a qué viene esa pregunta repentina? –Contesto ella con otra duda aparte.
    Ya veo, así que esa es tu decisión –Dijo Kinario seriamente apoyando el valor humano.
    ¿Qué decisión?, no entiendo de lo que estan hablando –Decía la princesa confusa.
    Situándonos en los aposentos del rey – Sala del trono real...
    Sentado en su trono nervioso esperando alguna respuesta sobre el humano o su hija, el rey mantenía en un nivel muy alto su preocupación, en su mente parecieran que todos los problemas parecían caerle como roca.
    Su majestad –Dijo el tal Sir Ecterio reportándose ante el rey con una humilde reverencia hacia su majestad.
    ¿Que tienes para informar Sir Ecterio? –Pregunto su majestad.
    Lamentablemente sin mucha novedad señor, hemos cubierto más del 85% de la ciudad intentando rastrear o hallar alguna pista que nos lleve al humano que está aquí en Thrakor pero sin éxito alguno su excelencia –Reporto el “Sir” nervioso.
    ¿No se hallo absolutamente nada del humano en la ciudad? –Pregunto el rey.
    Bueno su excelencia... según parece Atanacius se topo con el pero... el muy inútil parece que no pudo manejar la situación y lo dejo escapar –Comento el caballero orgulloso.
    Eso es porque no contaba con el humano usara una “misteriosa arma” de su raza –Contesto Atanacius presentando ante el rey humildemente.
    ¿Eso es cierto Atanacius? –Pregunto el rey.
    Mi señor... sin duda la existencia del humano es totalmente cierto al 100% inclusive... las señas de su poder son como los mismos escritos mencionan; “un gran poder que va mas allá de nuestro conocimiento” –Reporto Atanacius.
    ¿Cómo podemos estar seguro de que no tratas solo de fanfarronear ante el rey? –Le pregunto Sir Ecterio seriamente.
    Juro por el clan de las “sombras nacientes” que es cierto, inclusive mis Furrian y yo capturamos a una félida gata cómplice del humano, ella ayudo e intento mantener en secreto la existencia del joven humano –Informo Atanacius.
    ¿Capturaste una cómplice del humano? –Pregunto Sir Ecterio.
    Sin duda es un gran avance, buen trabajo Atanacius –Dijo el rey elogiando al puma negro.
    Ese maldito... –Decía Sir Ecterio en su mente maldiciendo con envidia al puma que tenía a su lado —Su majestad, si me lo permite por favor yo podría llevar a cabo el interrogatorio contra la cómplice del humano –Sugirió el caballero con intención de mantener su orgullo.
    La interrogación será llevado a cabo por las “sombras nacientes”, no será necesario tu ayuda ya que esa clase de cosas abarcan entre nuestras especialidades –Dijo el puma argumentando razón y el apoyo de su majestad.
    ¡Ese maldito... se pasa de listo! –Penso Sir Ecterio odiando y maldiciendo aun más a Atanacius saliéndole una vena roca en la frente como personaje de anime.
    Pero antes de que alguien de los dos presentes moviera un pie para salir de allí o abrir la boca para decir algo más, Kinario se aparece ante su majestad acompañado de la princesa.
    Su majestad –Dijo Kinario respetuosamente arrodillándose ante él.
    Kinario has vuelto y veo que has traído a mi hija como te eh encargado –Dijo el rey aliviado por ello -Diana, hija mía, ¿por qué insistes en escapar de tus clases? –Pregunto el rey tomando el rol de padre.
    Papa me disculpo por mi tal osadía cometida, otra vez... –Dijo ella avergonzada —Pero tengo noticias papa; “alguien muy especial quiere verte” –Dijo la hija del rey llamada Diana.
    “¿Alguien especial?”, ¿de quién se trata? –Pregunto el rey captando la atención inclusive de Sir Ecterio y Atanacius.
    ¡Adelante, ya puedes pasar! –Dijo la joven Diana llamando a ese “alguien especial”.
    Haciendo acto de aparición, ante la primera vista deja impresionado al mismísimo Sir Ecterio, Atanacius y en especial a su majestad.
    Tú eres... –Decía el rey sin terminar por tal increíble sorpresa sin verlo venir.
    El humano se aparece ante ellos, en su propio territorio real, aferrado y decidido por su propia voluntad.
    Soy el humano que tanto buscan; ¡mi nombre es Taro! –Dijo el joven nombrándose ante todos los presentes.
    Continuara...
    EN EL PROXIMO CAPITULO...​
    Entre las paredes y techo de la nobleza, el humano se presenta humildemente para darle fin a su ridícula persecución, el líder político anhelando este momento desde hace mucho tiempo planta cara a la situación, centrando este tema entre el hombre y la bestia...
    PROXIMO CAPITULO; “AUDIENCIA REAL”​
     
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    CAPITULO 5
    Previamente; La persecución por el humano llevado a cabo en la ciudad de Thrakor bajo las órdenes del rey, finalmente había terminado.

    —Soy el humano que tanto buscan, ¡mi nombre es Taro! –Dijo el humano presentando ante todos.

    Nadie de los presentes tenia palabras para decir algo acerca de su presencia, el rey mas sorprendido que todos guardo sus reacciones y se levanto de su trono, camino acercando al joven humano tomando su cara y mirándole más de cerca, también miro sus dientes como si estuviese analizándole completamente, Taro quien pareció no reaccionar ante lo que su majestad hacia, simplemente siguió la corriente, cuando el rey termino con su “avistamiento de cerca” saco al descubierto su enorme impresión ante ver a un humano, retrocedió unos pasos atras y quedo totalmente perplejo.

    —No... no hay duda alguna, es un autentico humano –Dijo el rey sin dejar de tener aquella reacción de nervios en su cara.
    —Pues claro que soy un humano, pensé que lo sabrían con solo verme –Dijo Taro.
    —Me disculpo por tal forma de expresarme, solo quería asegurarme de que realmente eras un humano y no un acto de conjuro o hechizo de poción –Explico el rey mostrando sus respecto de noble.

    Tal acto del rey deja impresionados a todos, ya que su majestad no es de ser tan humilde muy seguido.

    —De verdad... es un humano –Pensó Ecterio con su misma expresión de estar muy sorprendido.

    El puma negro, líder del clan “sombras nacientes” sintió curiosidad por tal acto que el humano decidió llevar a cabo lanzándole al frente con una duda directa.

    —No lo entiendo, en nuestro encuentro tu preventiva huida de nosotros dejaba en claro que no querías tener algo que ver con su majestad, ¿porque te entregas con tu propia voluntad? –Pregunto Atanacius al humano.
    —La razón es simple; no podría dejar abandonado a una amiga en apuros, esa no es mi forma de ser –Dijo el joven humano.

    Su respuesta mostro una reacción sorpresiva en Atanacius.

    —Por eso me gustaría pedirles que dejaran en libertad a... –Decía Taro sin terminar a causa que de repente su cuerpo comienza a sentirse débil.

    Cayendo de rodillas al suelo con una de las manos en los ojos, sentía como su vista comenzaba a empeorar viendo como si estuviese muy mareado.

    — ¿Que es lo que te ocurre humano? –Pregunto el rey preocupado por su bienestar.
    —Mi cuerpo... siento que ya no resisto mas –Decía el humano terminando inconscientemente en el suelo.
    —¡Oye, oye despierta por favor, dime que no estás muerto de repente! –Decía la joven Diana moviéndole bruscamente con intención de despertarle.
    —Un momento princesa... ¿que tenemos aquí? –Decía Kinario sacando de la nuca de Taro una pequeña aguja sospechosa —Creo que esto es la causa de su repentina caída –Afirmo el tigre mirando a la aguja muy sospechosamente.
    —Ya veo, esta aguja son pertenecientes a nuestro clan, debieron de lanzársela en su persecución pero creyeron que no le habían acertado –Dijo Atanacius —Una de las mejores herramientas usadas para capturar a la “presa” sin necesidad de herirla y gracias a su tamaño que es difícil de detectar, esta aguja contiene en su interior una fuerte esencia de la mejor opción debilitante de nuestro clan que deja al sujeto inconsciente por pocas horas, pero... es raro –Dijo Atanacius con una duda en mente —Se supone que actúa de inmediato una vez en contacto con la “presa” –Explico el puma.
    —Je, quizás en furrianos pero; ¿qué tal funcionan en humanos? –Pregunto Ecterio a Atanacius.
    —Estoy impresionado, tal parece que la esencia de la poción debilitante de la aguja da su efecto de forma muy retardada en humanos –Dedujo el puma ciertamente.
    —En pocas palabras; el está bien y solo necesitara unas pocas horas para que el efecto de la esencia debilitante se termine –Resumió Kinario en mucha razón.
    —En ese caso es mejor llevarlo a una habitación, ¡guardias! –Exclamo el rey trayendo a dos guardias del castillo que se impresionaron con ver al humano —Guardias, necesito por favor que lleven al invitado a una de las más elegantes habitaciones reales del castillo –Ordeno el rey.
    —¡Si su majestad! –Respondieron ambos guardias con respecto.
    CAPITULO 5 AUDIENCIA REAL​

    Calabozos del castillo...
    Rose sin quitar esa cara de preocupación ante aquel encuentro con Atanacius, escucho de repente a alguien acercarse, era el mismo puma negro de la otra ocasión.

    —Aun no es la hora –Dijo Rose.

    Atanacius sin responderle abre su celda.

    —Eres libre, sígueme por favor –Dijo el puma.
    —No lo entiendo, ¿porque me liberas tan de repente? –Pregunto Rose.
    —No preguntes y solo sígueme –Dijo el félido negro.
    —¿Acaso...? –Pregunto a media la gata de pelaje gris suponiendo lo correcto.
    —Solo digamos que se preocupo más por ti que por sí mismo –Respondió el puma.
    —Taro... eres un tonto –Murmuro Rose deprimidamente.

    Mientras tanto en una de las habitaciones reales del castillo...
    Una elegante habitación de belle decoración con una cómoda y gran cama de la cual Taro ocupaba en estos momentos.

    —Mmm... ¿eh? –Despertó confuso Taro sin abrir los ojos aun —¿Donde... que me paso? –Pregunto el joven humano.
    —Perdiste el conocimiento por el efecto de la esencia de una poción debilitante y te trajeron a esta habitación para que descansaras y te recuperaras –Respondió una joven.
    —Esa voz... ¿princesa? –Pregunto Taro abriendo sus ojos y llevándose una sorpresa que lo deja sonrojado.

    Recostado boca arriba, la princesa estaba encima de él, con sus caras muy de cerca.

    —Por favor dime Diana, princesa suena demasiado formal para mí –Sugirió ella amablemente.
    — ¡Disculpe yo...! –Decía Taro nerviosamente sin terminar levantándose bruscamente de la cama y haciendo sin querer que la princesa Diana cayera al suelo — ¡Princesa!... l-lo siento no fue mi intención... –Intento explicar Taro siendo interrumpido por la princesa quien pone un dedo en su boca.
    —No tienes que explicar nada, yo me precipite y aproveche de tu timidez –Dijo ella levantándose del suelo y sonriéndole confiadamente.
    —Princesa... –Decía Taro con nostalgia.
    —Ya te dije que me digas Diana, es mi nombre real en sí –Dijo ella con ambas manos en la espalda y mirando para otra parte con la cara roja.
    —Disculpe prince... es decir señorita Diana –Se disculpo Taro mencionando esta vez su nombre.
    — ¡Aun suena formal pero aun así es muy tierno cuando dices mi nombre! –Exclamo ella mostrando unos hermosos brillos en los ojos.
    —Ahora entiendo cuando se refería cuando decía que tenía cierta “fascinación” hacia los humanos –Pensó el joven humano con una típica gota de personaje de anime en la cabeza.
    —Sabes, me agrada tu forma tímida de ser –Decía la princesa colándose en la cama donde Taro yacía.
    —G-gracias, no muchos dirían lo mismo –Respondió muy nervioso Taro ante tal alabo de la princesa.
    —Aun no teniendo un pelaje como los furrian, tu piel humana es tan suave... –Decía ella colocándose a espaldas de Taro y abrazándole desde allí.

    Tal acto hacia que Taro se pusiera más rojo como un tomate.

    —Prince... es decir señorita Diana, por favor deténgase yo... –Decía nerviosamente Taro sin terminar sus palabras.
    —Dime solo “Diana”, es una dulzura que te pongas así en especial esa roja cara, me pregunto... –Decía la princesa con una mirada sospechosa -¿Qué pasaría si llevara mis brazos hacia más abajo de la cintura? –Pregunto la joven leona lamiendo el cuello del humano.
    —Por favor... Diana... –Dijo el humano mas sonrojado aun.
    —Oh, hasta que por fin dices mi nombre como tal –Dijo ella sonrientemente y deteniéndose inmediatamente.
    De repente alguien toca la puerta de la habitación.
    — ¿Princesa Diana?, ¿está allí? –Pregunto una señorita siendo obviamente la que tocaba la puerta.
    —Tsk... Interrumpiendo en un momento como este, que molesto –Dijo la princesa muy frustrada y levantándose para atender al llamado de la puerta.
    —Uff... es cierto modo me siento aliviado –Pensó Taro.

    Al abrir la puerta se encontró con una bella hembra félida (gata) vestida de mucama.

    — ¿Que sucede Zen? –Pregunto la princesa a la mucama.
    —Oh disculpe princesa pero me dieron la orden de llevarla de forma obligatoria a su clase de historia –Dijo la gata vestida mucama.
    —Cielos tenía que ser historia justo ahora –Dijo la princesa aun mas frustrada —Iré por mi cuenta si no te importa Zen, descuide que no tengo en mente escapar de clase o algo así –Dijo ella siendo honesta de mala gana.
    —Como usted diga princesa –Respondió la bella félida mucama
    —Supongo que lo dejaremos para la próxima, ¿eh? –Dijo la princesa guiñándole un ojo a Taro.

    La simple reacción de Taro es ruborizarse al instante, con la retirada de la princesa la mucama entra a la habitación con un importante mensaje para Taro.

    —Oh veo que ha despertado joven humano, permítame presentarme; me llamo Zen Farox, soy una simple sierva al fiel servicio de su real majestad el rey y su familia real –Se presento la bella félida —Tengo un comunicado importante para usted joven humano, su majestad desea verle y tener una charla privada con usted en su despacho una vez que este mejorado –Informa ella amablemente mostrando sus respecto.
    —Está bien... ahora me encuentro bastante bien por lo que no tengo problemas en ir en este momento –Contesto taro humildemente.
    —Entiendo, entonces sígame le guiare hasta el despacho de su majestad –Dijo la sierva indicándole el camino a Taro.

    Habiendo llegado a la puerta que conduciría a su despacho, la sierva se despide respetuosamente para atender otros asuntos de su encargo, Taro algo nervioso toca la puerta del despacho para dar aviso a su presencia.

    — ¡Entre por favor! –Dijo la voz siendo su majestad.

    Taro entro encontrándose con el mismísimo rey de frente quien parecía estar ocupado con unos papeleos de asuntos reales.

    —Saludo su majestad, parece estar muy ocupado ahora quizás debería... –Decía Taro siendo interrumpido por el rey.
    —No te preocupes que esto no es tan importante como la charla privada que adicione entre tú y yo, además de que es una forma de matar el tiempo y servir como rey a esta ciudad la cual anhelo su prospero bienestar siempre –Explico su alteza —Por favor toma asiento, eres mi invitado después de todo –Dijo el rey amablemente.
    —S-sí, su alteza –Dijo Taro con tal nervio ocupando una silla vacía que tenía a su lado.
    —Jajaja, eres muy educado pero no tienes que ser tan formal, me llamo Lyanux Strayagu, si mal no recuerdo tu te llamas Taro –Dijo su majestad presentándose.
    —Si me llamo así, ser formal con la gente es mi forma de mostrar respecto su majestad –Comento el muchacho.
    —Entiendo pero dime... ¿Taro es todo tu nombre? –Pregunto el rey.
    —Sí, Taro es todo el nombre que me define, su majestad –Respondió el humano.
    —Es muy corto para ser todo tu nombre, ¿no crees? –Pregunto el rey.
    —Como muy criado en un orfanato, no llevo un apellido, además de que fui nombrado nada más con un nombre –Contesto Taro.
    — ¿Criado en un orfanato?, ¿de qué parte de Assiah? –Lanzo su majestad otra pregunta.
    —En realidad no me crie en Assiah –Respondió el joven.
    —Ya veo... entonces cuando mi hija menciono que venias de otro mundo, sin duda alguna no mentía –Comento el rey.
    —Yo tampoco creí que Assiah fuera real cuando llegue aquí, pensé que simplemente estaba soñando, todo esto para un humano parecería... una fantasía –Dijo Taro.
    —Entonces... ¿ciertamente vienes de un mundo donde solo habitan humanos? –Pregunto el rey.
    —Si... solo humanos, por lo que dejo a entender que allí no hay furrian –Respondió Taro.
    —Ya veo, entonces aquellas viejos rumores convertidos en leyendas estaban en lo cierto –Dijo su majestad.
    — ¿Rumores convertido en leyenda? –Se pregunto Taro confuso.
    — ¿Te has preguntado el hecho de porque llamas mucho la atención con solo estar en Assiah? –Dijo el rey al humano.
    —Tengo entendido que no hay humanos en Assiah, que estan totalmente... “extintos” –Respondió el joven.
    —Temo que la respuesta es cierta; y todo se remonta a pocos milenios atras, cuando los humanos fueron la única raza inteligente y con una mente de conciencia sabia en Assiah –Explicaba su majestad.
    —Entonces es cierto que los humanos fueron los primeros en habitar Assiah? –Pregunto Taro.
    —Los primeros en todo, crearon una cultura que era envidia de todos, eran la única raza que podía hacer todo lo que otros no podían, construían y vivían prospero cada día, siempre había nuevo que mostrar de su parte –Explicaba el rey.
    —Pero... ¿los furrian no son otra raza consiente y de inteligencia como la humana? –Pregunto Taro.
    —En la actualidad; si, en el pasado; no –Contesto su majestad —Veras, nuestros antepasados furrian solo eran meros seres guiados mayormente por instinto, vivían sus vidas como bestias salvajes hasta su primer contacto con los humanos... –Explico su majestad.
    — ¿Y qué paso después? –Pregunto curioso Taro.
    —Los humanos percibieron ciertos rasgos curioso en nuestros antepasados furrian; podían comunicarse con ellos mucho más fácilmente que con otros seres de poca inteligencia –Explico su majestad.
    —Ahora empiezo a entender... ¿es posible tras ese encuentro comenzaran a socializar con dicha raza? –Dijo Taro.
    —Correcto, los humanos comenzaron a socializar con los furrian a pesar de su escasa forma de entenderles, en respuesta a ellos, los humanos amablemente les enseñaron de su cultura; forma de vida, vestimenta, creatividad, modales formales, los educaron como si fueran como ellos, hasta le enseñaron de su magia –Explico su majestad.
    —Entiendo... entonces tras enseñarle toda su cultura, entonces significa eso que los furrian tomaron su nueva forma de vivir como la de ellos, ¿no? –Supuso el joven humano.
    —Tu mismo lo has dicho, en pocas décadas los furrian formaron parte de la vida humana, se convirtieron en otra sociedad conviviendo junto a aquellos que compartieron aquel conocimiento con ellos mismos, todo era armonía y paz, los siglos pasaron y la vida entre estas dos razas se volvió las extensa hasta descubrir que su unión incluso podía manifestarse en la procreación –Explico su majestad.
    — ¿Procrear?, ¿acaso ambas razas...? –Pregunto joven ya sabiendo obviamente el conocimiento de “la creación de un individuo”.
    —Humanos y furrian eran compatibles para engendrar descendía; “Kemorio/a” era el nombre que recibían aquellos seres producto entre un humano y furrian –Explicaba su majestad.
    —Una duda; ¿los furrian, son todos félidos es decir felinos? –Pregunto Taro.
    —No, los furrian se dividen en 4 razas con respectivas especies en cada una de ellas –Contesto el rey.
    — ¿Qué?... –Dijo Taro algo confuso.
    —A diferencia de los humanos, el nombre general “furrian” denomina a 4 razas; Félido, Canido, Reptilian y Avian, 4 razas conocidos juntos bajo un mismo general, los mismos humanos que nos enseñaron fueron quienes nos bautizaron así, en señal de aquellos que seres que fueron capaces de vivir a su lado bajo sus enseñanzas e inteligencia, estamos orgullosos de llamarnos por quienes nos hicieron así –Explico El rey.
    —Ya veo, en otros asuntos tengo entendido que Assiah tiene 7 contenientes, uno de dichos continentes habitan principalmente los félidos, ¿verdad? –Pregunto Taro.
    —Sí, pero eso no significa que no pueda tener habitantes de otras razas, aunque ciertamente el reino de “Lyobinux” es de los félidos en general –Respondió su alteza.
    —Interesante... entonces solo me deja una pregunta, ¿cómo fue posible que los humanos terminaran extinguiéndose en Assiah?, ¿acaso alguna especie de guerra tuvo algo que ver con eso? –Pregunto el joven humano.
    —No, no fue ninguna guerra, fue la culpa de nuestros antepasados –Contesto el rey.
    — ¿Culpa de sus antepasados?, ¿porque? –Pregunto más confundido Taro.
    —Nos expandíamos mucho más que los humanos y la mayoría de furrian tenían como pareja a un humano, inclusive si un Kemorio se reprodujera con un furrian hay posibilidades de que sus descendientes adquieren en menos parte rasgos humanos o casi nada, en pocas palabras nuestra rápida reproducción aumentaba nuestro número a un ritmo alarmante –Explico el rey.
    —Pero... ¿acaso los humanos de Assiah se reproducían lentamente? –Pregunto Taro.
    —No ciertamente, su tasa de reproducción era normal es decir ni lento ni rápido, sucede que nuestros pasados aun tenían ciertos rasgos “salvajes” en sus genes los cuales implica mucho la reproducción cuando llegaba “su época” –Contesto su majestad.
    — ¿Su época? –Dijo Taro sospechando de que se trataría.
    —A diferencia de los humanos, los furrian solo pueden concebir durante la denominada “época de apareamiento” fecha en el cual las hembras de una especie se vuelve fértil para la creación de un nuevo individuo –Explico el rey -Los humanos en especial las hembra de dicha raza que no tenían ese rasgo y podían concebir cuando fuera necesario, según tenemos entendido –Comento su alteza.
    —Veo que no conocen del todo a una mujer humana –Comento Taro en su mente con una típica de anime sobre su cabeza.
    —En todo caso... a medida que el número de nuestros antepasados incrementaban, las de los humanos lo hacían lentamente, inclusive los “Kemorio” terminaron convirtiéndose en furrian, poco a poco cada linaje humano terminaba siendo de nuestra raza, hasta que un día ellos temieron y creyeron que intentábamos extinguir la suya convirtiéndolos en nuestros –Explico el rey.
    — ¿Y... que paso después? –Pregunto Taro con una gota de sudor de nervio en la frente.
    —Desaparecieron... algunos creen que terminaron extinguiéndose... otros dicen que por temer a ser extinguidos se mudaron a otro mundo usando sus grandes poderes mágicos que conocían sobre el “Manux” y que dichas artes eran desconocidos para nosotros –Respondió en tono de mas explicación del rey.
    —Ya veo... entonces el mundo en el cual vivo yo y los humanos de ahora, ¿dicen provenir de Assiah? –Comento Taro.
    —Posiblemente –Respondió su alteza.
    —Pero... en nuestro mundo no existe la magia, ni tampoco esa definición de” manux” que usan en la magia, inclusive no hay conocimiento sobre otra raza u especie que tengan las mismas características que nosotros, es prácticamente... que mi mundo nunca tuviera relación con Assiah, si dices que los primeros habitantes eran los humanos y que ellos fueron los primeros en usar la “magia”, ¿cómo es que no la poseemos realmente en donde vivo? –Pregunto Taro dando una duda interesante a su majestad.
    —Excelente pregunta... se podría decir que los humanos de Assiah en el momento que se mudaron a otro mundo dejaron atras a un lado magia o algo así –Comento su alteza —Entonces dime joven humano; si no hay magia en tu mundo, ¿entonces como es donde vives? –Pregunto amablemente el rey.
    —Pues... al igual que este mundo, hay países que equivalen como reinos en su mundo, varios continentes y sin olvidar mencionar que nosotros estamos más avanzado tecnológicamente –Contesto Taro.
    —Ya veo, por dejar la magia se enfocaron en avanzar tecnológicamente, sin duda tengo envidias de conocer las grandes “maquinas e inventos de ustedes los humanos de hoy” –Explico el rey.
    —Pues... si pusiera llevarle para que usted mismo lo viera, sería un honor pero... –Decía Taro siendo interrumpido por su alteza.
    —Lo sé, mi hija Diana me lo explico todo, llegaste a este mundo por medio de una especie de libro mágico, ¿no? –Pregunto el rey.
    —Así es... y no tengo la menor idea de cómo volver –Dijo Taro deprimidamente por ello.
    —En ese caso... tengo una propuesta para ti –Dijo el rey captando la atención del muchacho.
    — ¿Propuesta?, ¿qué propuesta? –Pregunto el joven respetuosamente.
    —Hasta descubrir el cómo puedes regresar a tu mundo, insisto en quedarte y vivir en la ciudad de Thrakor, yo personalmente te acogeré como un miembro importante de este castillo, a cambio me gustaría que compartieras tus conocimientos humanos con nosotros, ¿qué dices? –Pregunto su majestad.
    —Rechazar tal generosa oferta, seria ofenderle mucho su majestad –Contesto Taro estrechando su mano.
    —Muy bien, en caso te doy la bienvenida a la ciudad de Thrakor, joven Taro –Dijo el rey estrechando su mano también con la de Taro en saludo de respecto y buena fe.
    Continuara...
    EN EL PROXIMO CAPITULO...​
    Lazos forjados, acuerdos establecidos, un nuevo mundo por conocer, lo que parecía ser el principio de una típica aventura de libro se convierte en pesadilla con la llegada de los primeros problemas de su existencia...
    PROXIMO CAPITULO; “LAS DONCELLAS ROJAS”​
     
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    CAPITULO 6
    Previamente; Taro finalmente dado su existencia ante su majestad el rey de Thrakor, llega a un acuerdo justo con el sobrenado de estas tierras...
    Los barrios situados de la ciudad de Thrakor, estaban establecidos entre zonas plebeyas y nobles, los plebeyos podían comercializar en los barrios nobles, inclusive comprar artículos como alimentos, ropas, ect en ellas, pero tenía prohibido habitar en dichos sin antes poseer un título de nobleza, pertenece a un linaje noble o la paga de una gran suma económica, cosas que los arcaicos (nombrado así a los plebeyos millonarios que son tratados como nobles por su fortuna) pueden hacer o cualquiera con una buena suma de “Rolen”.
    [ROLEN: Dinero de Assiah]...
    Entre los barrios nobles, los comerciantes gritaban vendiendo sus productos, artesanos, armeros, alquimistas, inclusive clérigos, ofrecían sus servicios a simples meritos de pagar efectivamente los Rolen solicitados, entre las multitudes de furrian ciudades y comerciantes, se encontraban un grupo de tres furrian con aspectos de doncellas vestidos y cubiertas de pie a cabeza por una largas túnicas y capuchas rojas, quizás por el frio que las rodeaba, no olvidemos que Assiah en estos momento se encuentra en invierno y la nieve caía a pleno comenzar del día, las tres doncellas caminaron hacia un bar donde se sentaron las tres juntas en una mesa donde un furrian félido (gato) con atuendo de guardia se encontraba bebiendo en ella.
    — ¿Que es lo que tienes para informarnos? –Pregunto una de las doncellas.
    —Algo muy jugoso –Dijo el sujeto con pinta de guardián.
    — ¿Qué es? –Pregunto la misma doncella que comenzó el tema.
    —Un humano –Dijo el félido en voz baja acompañándole de una sonrisa malévola.
    CAPITULO 6 LAS DONCELLAS ROJAS​
    Castillo de Thrakor – Habitación real para invitados; la cual Taro se encuentra habitando actualmente...
    Durmiendo en una cómoda cama, Taro escucha las voces de varias chicas, podría quizás ser de un sueño pero se escuchaba como si fuera real.
    —Si es un humano de verdad... qué lindo es –Decía una de las voces femeninas.
    —Miren, está despertando –Decía otra voz femenina.
    Taro al abrir sus ojos vio a 4 desconocidas y hermosas félidas destacando entre 2 gatas, 1 chita y 1 leona mirándole fijamente como hipnotizado por él.
    — ¿Eh?, ¿¡que!?... ¿¡quienes son ustedes!? –Dijo el humano despertando sorprendido y alterado.
    —Calma Taro, ellas son mis amigas –Dijo Diana apareciéndose entre las cuatro -¿Que les dije?, es un autentico humano –Dijo la joven princesa.
    —Se ve como uno pero... ¿realmente se sentirá como uno? –Pregunto una de las dos amita gatuna de la princesa.
    —Mmm... pienso lo mismo –Dijo la otra joven gatuna amiga de Diana.
    — ¿A que se refieren con “sentir”? –Pregunto la princesa sospechosa.
    —Simplemente un chequeo de contacto físico –Respondió la amiga leona de Diana.
    Ella toco la cara del humano, su nariz y rostro, después empezó a moverse más abajo tocando su pecho y hombros, sus brazos y costillas, no se detuvo ahí y siguió hasta intentar llegar a su entrepierna cuando Taro la detiene de inmediato.
    —Esto... yo creo que ya tienes demasiado para analizarlo, meditarlo o lo que sea –Decía el humano sonrojado y deteniendo sus manos en su intento por seguir “chequeando”.
    —Oh, así que eres del tipo difícil, ¿eh? –Dijo la leona que “examinaba” a Taro con una picara mirada.
    El humano con su respuesta se puso más rojo e invento alguna excusa para salir de esto.
    —Me gustaría quedarme y conocer a tus encantadoras amiga princesa Diana pero quede en reunirme con tu padre para algo –Dijo Taro.
    —Ya te dije que me llames solo Diana, lo de princesa es demasiada formalidad, mencionando nuestro “primer encuentro” –Dijo ella de forma sospechosa.
    Todas sus amigas de solo escucharla gritaron “¿Queeee?” de una forma muy exagerada y sorprendida.
    — ¿¡Que quieres decir con eso Diana!? –Pregunto su amiga Felida la chita.
    —Bueno... mmm... es difícil describirlo con palabra de solo pensarlo –Dijo ella ruborizándose y actuando como alguien muy tímida.
    — ¡Espera un momento Diana estas exagerando bastante las cosas, me haces ver como un autentico pervertido! –Dijo Taro totalmente enrojecido.
    — ¿Exagerando?, ¿acaso ya olvidaste nuestro primer y apasionado encuentro? –Pregunto ella pícaramente.
    —¿¡Que!?, ¡pero si la primera vez que nos vimos...! –Explicaba Taro siendo interrumpido por la princesa quien le abraza y le cubría la boca al mismo tiempo de forma cariñosa.
    — ¡Eres tan tierno cuando te pones nerviosa y niegas la verdad de lo ocurrido! –Decía ella frotando su cabeza contra el rostro de Taro.
    — ¿Princesa... qué crees que está haciendo? –Pregunto Taro.
    —Por favor tan solo sígueme la corriente, quiero dejar una buena impresión en ellas –Le dijo la princesa amablemente a Taro al oído.
    — ¿Qué clase de “buena impresión” es esa? –Se pregunto Taro en su mente con una gota de significado exagerativo en la cabeza.
    —Aun hay mucho pero mucho que contar de nosotros... –Decía la picara princesa continuando con su abrazo y frotando su cabeza en la mejilla izquierda de Taro.
    — ¡Oh es cierto!, disculpa Diana pero olvide que tengo un asunto importante que atender –Dijo Taro como excusa.
    — ¿Asunto importante? –Pregunto ella con duda.
    —Sí, prometí en quedar con tu padre –Fue la excusa que el astuto humano uso para salir de esta “desesperada situación”.
    —Tsk... Tenías que recordarlo justo ahora –Dijo ella frustrada.
    —De veras lo siento pero no quiero quedar mal con tu padre –Decía el joven levantándose de la cama y olvidándose de que estaba en ropa interior (calzón para ser más exacto).
    El hecho de que todas las amigas de Diana vieran la ropa interior de Taro provoco que ellas quedaran sorprendida mente rojas.
    — ¿Entonces esa es la ropa interior de los humano? –Pregunto la amiga leona de Diana.
    —Es tal... “masculina” –Opino la amiga chita de la princesa.
    Notificando que la “ropa interior” de Taro eran unos calzones con corazones en el.
    — ¡Olvide que por el calor que hacía en este lugar dormí casi desnudo y también me olvide que la ropa interior que tenia y llegue aquí era la que un “amigo” del orfanato me prestó hasta que las mías estuvieran lavadas! –Recordó el joven humano en su mente.
    —Oye Taro, ¿porque duermes en ropa interior?, ¿es costumbre humana? –Pregunto curiosa la princesa.
    —No, es que hacía mucho calor y si habría única la ventana que hay en la habitación para dejar entrar aire también dejaría entrar mucha nieve producto de las fuertes nevadas de la noche –Explico Taro.
    —Oh claro ya entiendo, debes sentir mucho calor –Dijo la princesa pensativa.
    — ¡Espera un momento en vez de estar explicándote todo debería vestirme rápido y encontrarme con tu padre! –Exclamo el joven humano
    El humano tomo toda su ropa se dirigió al baño privado que tenia la misma habitación y se vistió rápidamente para salir de allí.
    —Oh... y yo que quería saber como “eran” la de los humanos –Dijo la amiga leona de Diana.
    — ¿¡Acaso era eso tu verdadera intención desde un principio!?, ¿qué clase de pensamiento son de alguien noble como tu, “Kary”? –Le pregunto la Felida chita ruborizada.
    —Ay por favor, como si tu mí querida “Noda” no pensaras precisamente lo mismo –Dijo aquella leona de nombre Kary con una mirada picara en la tal Noda haciendo que ella se pusiera mas roja —Incluso “Tania y Masuka” piensan lo mismo –Dijo ella refiriéndose a las amigas gatuna de Diana.
    — ¡No es cierto, no es cierto! –Negaban ambas con el color rojo en sus mejillas gatunas.
    Caminando por los pasillos del castillo Taro finalmente saliendo de aquella situación se puso a pensar en algo de ayer que tiene nada más y menos que ver con aquella charla sostenida con su majestad.
    -Me pregunto si el rey... ¿tomara en cuenta mi pedido? –Se pregunto el joven humano en mente.
    [FLASHBACK DE AYER – Charla privada entre el rey y el humano Taro...​

    —Eres mi huésped de honor Taro, tu simple presencia nos honra y beneficia de orgullo –Dijo el rey.
    —Es un gran halago su majestad, pero antes quisiera pedirle una cosa... no es por ser exigentes es que... digamos que es por simple cuestión de confianza, disculpe si soy rudo con mis palabras –Dijo el joven humano nervioso.
    —Para nada, dime; ¿qué necesitas? –Pregunto su excelencia con tal amabilidad.
    —Me preguntaban... ¿si permitirían tener aquí también a cierta amiga Felida? –Dijo Taro.
    —Mmm... ¿Podría ser aquella joven félida que actuó como tu cómplice? –Pregunto el rey.
    —Si... le debo mi vida y mi gratitud, su simple presencia me da confianza, entiendo que hayan diferencias de estatus de entre plebeyos y nobles... pero ella significa mucho para mi... fue la primera amiga que hice aquí a pesar del corto plazo de tiempo en el cual estuvimos juntos, me sería muy reconfortante el tenerla cerca... por así decirlo... es la única de este mundo en la confiaría mi propia vida actualmente –Explico y expreso Taro en su pedido.
    El rey se puso muy pensativo en ello, percibió una gran honestidad en los sentimientos de Taro, a pesar de que no poseía alguna magia para leer la mente el solo ver los ojos del chico no dudo en dar una respuesta lo más rápido posible.
    —Tienes mi palabra; tu amiga félida estará aquí muy pronto –Dijo el rey acompañado de una sonrisa.
    FIN DEL FLASHBACK]...​
    — ¿Me pregunto si sería buena idea tomar un momento de tiempo de su majestad ahora? –Se pregunto Taro a sí mismo.
    — ¿Buscas a su majestad, humano? –Dijo el tal Atanacius apareciéndose a su espalda.
    Taro reaccione de un buen susto y cayendo al suelo.
    —Me disculpa si te sorprendí, si vas a ver al rey me temo que por ahora no podrás –Comunico el puma negro.
    — ¿No es posible ahora?, ¿porque? –Pregunto el joven.
    —Por el momento, el rey se encuentra fuera del castillo ocupándose de unos asuntos reales –Contesto Atanacius.
    —Entiendo... supongo que será para después –Dijo Taro.
    —Parece que tienes asuntos importantes con el rey, no preguntare de que se trata pero tengo duda respecto a ti –Dijo el puma seriamente.
    — ¿Que duda? –Pregunto Taro.
    —Esa arma explosiva de aquella vez... –Dijo Atanacius.
    — ¡Ah por supuesto!, ¿te refieres a esa granada de fragmentación? –Dijo Taro.
    — ¿Granada de... fragmentación?, ¿realmente es un arma humana? –Pregunto el puma interesado muy seriamente.
    —Pues si... aunque... honestamente debo decir que no tengo idea de cómo llego a mi mano –Dijo el joven nervioso.
    — ¿No tienes idea de cómo llego tal artefacto asombroso a tu mano? –Pregunto Atanacius.
    —Ni la menor idea... ahora que me pongo a pensar en ello también estoy asombrado... sin duda el estar aquí es una pista, aquí hay “magia”... magia verdadera –Contesto Taro.
    — Estoy al tanto de que vienes de otro mundo y que allí no hay magia pero sobre aquel momento podría ser... ¿acaso aquella manifestaste algún conjuro humano? –Pregunto el puma confuso con todo lo comentado.
    —No sé si fue magia o no, aunque parecía sentirse... por ahora no puedo afirmar nada, si comentara algo seria para suponer pero no para aclarar –Dijo de forma pensativa el humano.
    —Entiendo, disculpa por hacerte perder tu tiempo –Dijo formalmente el puma mostrando sus respectos y retirándose en silencio.
    —Hasta yo tengo mis dudas desde aquella vez –Pensó Taro mirando su mano derecha que tenia escrito en ella “Conexión” en japonés — ¿Podría ser qué...? –Se pregunto a si mismo mirando dicha mano y en especial la palabra — ¡No, es imposible! –Pensó el joven convencido negativamente de algo.
    Justo cuando estaba por seguir su camino un guardia félido le detiene con un comunicado importante.
    — ¿Joven humano? –Pregunto el guardia.
    — ¿Eh... si? –Dijo Taro.
    —Unos nobles del rey solicitan un momento su presencia, es sobre asuntos reales –Dijo el tal guardia.
    —Ah... de acuerdo –Contesto el humano muy nervioso.
    —Sígame por favor, le guiare hacia los nobles que les espera –Dijo el guardia.
    —De acuerdo –Le dijo Taro siguiéndole su paso.
    El guardia lleva a Taro hasta una puerta donde adentro yacían tres furrian félidos adultos esperándoles en una mesa.
    —Aquí es joven humano –Dijo el guardia deteniéndose en la puerta y permitiéndole la entrada a Taro.
    El joven entra y al estar cara a cara ante ellos se puso algo nervioso.
    —Esto... ¿en qué puedo ayudarles... señores? –Pregunto el humano totalmente de nervios.
    —Un humano... no hay duda alguna –Dijo uno de ellos con una sonrisa siniestra.
    — ¿Que hay con eso? –Pregunto Taro confuso con su comentario.
    De repente los tres “nobles furrian félido” terminan tomando la forma de tres jóvenes doncellas vestida de roja de pie a cabeza (recordando que su cabeza la cubre una capucha de dicho color) dejando en claro que su anterior forma solo era un disfraz.
    — ¿Pero... que significa esto? –Se pregunto Taro en su mente.
    Cuartel general de los caballeros reales de Thrakor...
    Desde el cuartel general de aquellos caballeros que protegían la gran ciudad de Thrakor, su gran líder Sir Ecterio De Ranolgu se encontraba en la sala de entrenamiento del lugar practicando su dominio de la magia, con los ojos cerrados meditando en perfecto silencio estira su brazo apuntando con su dedo a un muñeco de practica hecho de concreto saliendo del dedo del mismísimo Sir una gran llamarada de ardiente fuego que golpea concentradamente en el tal muñeco de concreto reduciéndolo a polvo.
    —Ya no hacen las herramientas de prácticas como antes –Opino el gran Sir muy orgulloso de su fuerza.
    De repente una furrian hembra caballero entra rápidamente allí con un mensaje urgente para su líder.
    — ¡Gran Sir Ecterio, noticias de máxima urgencia! –Comunico la caballero furrian.
    —Escucho –Dijo el Sir con mirada seria.
    —Se ha reportado en la ciudad la visita de tres supuestos furrian vestidos completamente de rojo de pie a cabeza, como tienen la cara cubierta aun no se sabe sin son félidos o no –Notifico la tal caballero —Se creen que podrían ser hembras y que su forma de vestimenta da una clara sospecha de que podrían ser... –Comunicaba ella siendo interrumpido por su líder.
    — ¡”Las doncellas rojas”! –Dijo Sir Ecterio con una voz tan seria que movió sus manos en reacción de solo nombrarlas.
    —Uno de los grupos de criminales furrian más buscado de toda Assiah, tres misteriosas magas hembras cuyo poder y talento mágico llegan hasta el rango de “archimago”, dedicadas al secuestro y esclavitud de furrian reconocidos o de gran importancia política los cuales terminan siendo vendidos al mejor postor, una autentica amenaza de clase alta –Informo la caballero furrian totalmente preocupado sobre el asunto.
    —No tienes que decirme quienes son para saber cuan malo son realmente, extiende esto a todos los caballeros del castillo, que los guardias estén alerta y notifiquen rápidamente si llegan a verlas –Ordeno Sir Ecterio.
    — ¡A la orden señor! –Dijo ella retirándose rápidamente para cumplir con su deber de caballero.
    —“Las doncellas rojas”... deben de estar al tanto de que el rey no se encuentra en el castillo por el momento... ¿nuevamente vienen por la princesa acaso? –Se pregunto el Sir tomando una espada que estaba allí y retirándose del lugar.
    Continuara...
    EN EL PROXIMO CAPITULO...​
    El peligro acecha vestido de rojo tomando la forma de tres doncellas, el humano victima de su existencia sumergido en la tensión de sus propios problemas blande sin comprender la conexión de su talento...
    PROXIMO CAPITULO; “EL SECUESTRO Y LA CONEXION”​
     
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