Repiqueteo Tic, tic, tic. Tic, tic, tic. Tic, tic, tic. Aquel repiqueteo despertó a Harry, en lo mejor del sueño y frotándose un ojo con mucha pereza, finalmente dirigió una mirada a su buena amiga. —Hedwig, es muy temprano todavía. ¿Tengo ya que sacarte de la jaula a esta hora? La lechuza torció la cabeza y miró a su amigo de forma vivaz. —¿Qué ocurre? ¿Hedwig? —dijo Harry confuso. Eran raras las veces en las cuales su lechuza le había mirado así, de hecho, juraría que no era exactamente como anteriormente. Aquella mirada que trataba de transmitirle algo, hizo que por alguna razón a Harry se le erizase el bello. Pero no tenía miedo, era otra cosa la que sentía. —¿Hedwig? ¿Qué tienes ahí? —dijo Harry observando que la lechuza ocultaba algo bajo su cuerpo. Se levantó de la cama, de forma tan rápida que se mareó un poco. Se acercó a la jaula de su amiga y la abrió. Al principio dudó si meter la mano directamente, pues temía que su compañera le dedicase un picotazo. Pero finalmente lo hizo y con delicadeza agarró lo que había debajo de su compañera. —¡Un huevo! Pero, ¿cómo? —dijo observando el pequeño huevo, de color níveo entre sus manos. Era realmente hermoso. Miró a Hedwig, que parecía estar alegre. Pocas veces la había visto tan alegre. La acarició y volvió mirar al huevo. Pero de repente, este se esfumó entre sus manos. Harry se quedó atónito. ¿Cómo había ocurrido? Se volvió para mirar a Hedwig para… ¿disculparse? Pero su lechuza ya no estaba. Miró alrededor, pero no se encontraba en ningún lado de la estancia. La ventana estaba cerrada, por lo que no podía haber salido. Y de repente, despertó. Se encontró en su cama, miró a un lado y no había ninguna jaula, miró a su mesilla de noche y vio el folleto de la nueva tienda de mascotas del callejón Diagon, que había estado ojeando la noche anterior. Quizás era tiempo de adquirir otro buen amigo o amiga. Era tiempo de pasar página. Aunque Hedwig siempre estaría en su corazón. Fue sin duda, la primera amiga que hizo desde que tuvo conocimiento de Hogwarts y quizás primera amiga, desde siempre. —Gracias, Hedwig —dijo un poco al viento, esperando que el mensaje le llegase a su hermosa amiga. En su corazón sentía que aquello había sido más que un sueño. Aquello era un pedazo de Hedwig que se le había quedado grabado por siempre, dentro, muy dentro.
Se me corrugó el corazón. Aunque muchas personas no le dieron mucha importancia a ésta muerte, lo fue. Su lechuza fue quien estuvo con él a través de todos esos días de verano solitario y triste. Fue su apoyo-
Pero te gusta hacernos sufir... Lloré y lloré cuando lo leí, y cuando lo vi en pantalla no pude reprimir una lágrima; pero Hedwig cumplió su papel y con su muerte tuvo que dejar a Harry madurar. Lindo escrito
Estan matandome, de verdad que estan matandome. Maldita seas, mi corazón cada vez se rompe más y más a pedazos, viendo como cada una de mas injustas muertes se repiten una y otra vez en mi cabeza, eso es tan malvado, de verdad que mi corazón quedará hecho cenizas. Tu forma de narrar tan sencilla, tan fresca y que fluye sin ningun problema utilizando las exactas palabras, ame el escrito y de verdad me encanta verte por acá, saludos.
