Refugio Peligroso

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Cyshara, 22 Mayo 2007.

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    Cyshara

    Cyshara Usuario común

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    Re: Refugio Peligroso

    Siento mucho tardarme con la conti, pero ya empece mis clases asi que tardare un poquito más. espero que les guste.



    Kikyo Fujisawa- Inuyasha la presentó –Una vieja amiga de la familia-

    -Una vieja amiga de Inuyasha- corrigió la chica, si dejar de mirarlo a la cara.

    ¿De modo que esta era la muchacha con la cual deseaban que él se casara?
    Era muy bella, cabello negro y exótica, sin duda del mismo nivel económico que ellos. Sus ojos oscuros miraron a Kagome con ira y angustia, después se detuvieron en el anillo y finalmente en su ropa.

    -¿Sabe ella lo que significa ser una Taisho?-

    -Pregúntaselo- sugirió Inuyasha, divertido –Habla inglés-

    -Parece aterrada, querido. Creí que la estabas deteniendo- su voz estaba llena de rencor e Inuyasha le pasó a Kagome el brazo por los hombros.

    -Sólo la sujeto con firmeza. Supongo que después de asistir a esta reunión familiar, es probable que se vaya. En Inglaterra acostumbramos a ocultar nuestro disgusto-

    -¡Tu eres estadounidense! ¡No eres de aquí!- exclamó Kikyo, perdiendo la compostura.

    -Y pensar que nunca me di cuenta- se burló Inuyasha -¿Ya ordenaron?- agregó, desviando la mirada hacia su padre.

    -No. Pensé que era mejor esperarlos-

    -Entonces ordenemos- Inuyasha le hizo una seña a uno de los camareros –En el hotel hay un restaurante. Si tenemos suerte nos darán el platillo que sobró ayer- le dijo a Kagome.

    Kagome se sentía incómoda ya que no era lógico que les hubiera desagradado tanto, aunque comprendía la razón. Kikyo era la protegida de Izayoi Taisho que había escogido para que se casara con Inuyasha, y Kikyo, enamorada de él, se puso furiosa de conocer a su prometida. Era imposible adivinar los pensamientos de Inu Taisho, ya que, al igual que Inuyasha, era frío, enigmático y poderoso. Kagome se dio cuenta de que hasta el momento no había dicho una sola palabra.

    -¿Vive en este… pequeño poblado, Kagome?- le preguntó con amabilidad Izayoi cuando se sentaron a comer.

    -No. Dos poblados más allá- Kagome había decidido no dejarse intimidar, y observó que al escuchar la serenidad de su tono de voz, una sonrisa aparecía en los labios de Inuyasha.

    -Usted era su secretaria- señaló Izayoi en forma acusadora.

    -Precisamente por eso voy a casarme con ella- intervino Inuyasha –Una buena secretaria conoce todos tus secretos. Papá puede atestiguarlo-

    Kagome esperaba que el padre de Inuyasha le devolviera el insulto, pero Inu Taisho parecía divertido. Sin duda estaba acostumbrado a estas peleas, al contrario de Kagome, quien comenzaba a impacientarse.

    -Debimos haber traído a nuestra familia, Kagome- comentó Inuyasha con rebuscado arrepentimiento.

    -¿Tiene familia, Kagome? Estoy segura de que Inuyasha comentó que sus padres había muerto- Izayoi de inmediato comenzó a hacer preguntas y Kagome respiró con fuerza.

    -Tengo una pequeña familia. Mi hermana y mi hija-

    La noticia de Kagome los dejó mudos. Kikyo, incrédula, miró a Inuyasha, e Izayoi se quedó fría.

    -¡Tiene una hija!- la señora miró fijamente a Inuyasha con extrañeza y él levantó las cejas.

    -Kurumi tiene tres años. Un rápido cálculo te indicará que no es mía… por el momento. Sin embargo, muy pronto lo será. Si juego mis cartas bien, me dejará ponerme sus pijamas de osito-

    Inu Taisho comenzó a reír. Su risa era fuerte, agradable, y sus ojos ya no miraron a Kagome con frialdad.

    -Una nieta ya hecha. ¿Va a asistir a la boda? Me gustaría conocerla. Siempre anhelé una hija, pero la buena figura de Izayoi era demasiado importante. ¿Cómo es su hermana?- miró a Kagome con creciente interés -¿Es también una belleza?-

    -Lo es- le aseguró Inuyasha –Es una cualidad de la familia. Sin embargo, Sango no tiene los finos modales de Kagome-

    -Estoy impaciente- Inu Taisho rió entre dientes –Después de todo, espero con ansia esta boda-

    -¿Regresas a tus raíces?- preguntó Inuyasha con malicia.

    -La idea comienza a darme vueltas por la cabeza-

    -¡Jamás saldrás de los Estados Unidos!- exclamó Izayoi furiosa; sus ojos se movían entre Kagome y su esposo.

    -Lo veremos- él parecía seguro de sí mismo –como imagino que voy a tener nietos, una adoptiva y los demás verdaderos, quiero tenerlos cerca. Supongo que Kagome es demasiado inglesa para establecerse en Estados unidos-

    -Entonces va a ser un matrimonio conflictivo- terció Kikyo, con una sonrisa de triunfo –Quizá ella debería reflexionar. Taisho International está en Nueva York e Inuyasha tendrá que estar allí-

    -No es necesario- la información de Taisho fue concisa –Yo estoy allá. Inuyasha está elaborando un plan. Europa es un excelente mercado, y pronto llegará el momento de regresar al lugar donde nací. Es mi sueño dorado-

    -¿Y yo?- Izayoi se olvidó de Kagome, el coraje apareció en su cara.

    -Te adaptarás, querida- le advirtió su esposo con esa seguridad fría e indiferente que le dio a entender a Kagome que no pensaba prescindir de sus planes. Kagome sabía que las cosas no iban bien en esa familia. Inuyasha estaba más contento con su pequeña familia, tal vez por que se llevaban muy bien, y este pensamiento le dio a Kagome una alegría que jamás imaginó. ¿Se sentía solo? ¿Necesitaba este matrimonio más de lo que admitía? Lo miró de reojo y él también. Sus miradas se encontraron por un instante y ella creyó leer en la de él una profunda infelicidad. Quizá lo había imaginado, mas esta actitud le convertía en un ser humano, comprensivo, y por primera vez ella le sonrió con cariño.





    La boda se efectuó tres días antes de la Nochebuena, en una ceremonia civil, y Kagome logró disimular su nerviosismo gracias al entusiasmo de Sango. Parada junto a Inuyasha, con un traje avellana que acentuaba el color de sus ojos, y un ramillete de orquídeas en la solapa, sentía la necesidad de correr, de escapar ahora que aún podía, pero a pesar de que el recuerdo de Bancotsu y sus amenazas la mantenían de pie en aquella ceremonia, contestando las preguntas y haciendo promesas, era consiente de que Inuyasha lo sabía.

    El estaba más serio de lo normal, y sólo hasta que la ceremonia hubo concluido y se dirigían en su coche a la ceremonia, pareció relajarse.

    -¿Tienes hambre?- Miró por encima del hombro a Sango y a Kurumi, que iban en el asiento trasero, y Kurumi asintió con la cabeza. Durante la ceremonia la niña había actuado con timidez, no comprendía nada, pero sentía la tensión lógica de un niño en esos momentos. Ahora no deseaba hablar.

    -Los últimos sucesos la han dejado sin habla- comentó Sango mientras Kagome la veía, preocupada –Debes reconocer, que fue… todo un acontecimiento-

    Por supuesto que lo había sido. Izayoi Taisho estaba congestionada de coraje; había cumplido a regañadientes sus deberes como testigo. Inu Taisho parecía estar encantado con la boda y con el desconcierto de su esposa, y Sango había observado todo desde su asiento en la parte de atrás del salón, con Kurumi en las rodillas.

    Kikyo Fujisawa también había asistido; sus ojos habían sido despectivos y frívolos mientras Inuyasha hacía el juramento; su silencio le explicaba todo. Apenas había contestado el saludo de Sango, y Kurumi abiertamente se había acobardado ante la hostilidad de la estadounidense.

    -Deja de decir tonterías- le advirtió Kagome a su hermana con rapidez, sin mirar a Inuyasha.

    -Sigue adelante con ese comportamiento- le sugirió Inuyasha con ironía
    -Quizá debimos haber tenido una gran boda, con muchos invitados, para disimular las malas caras de algunas personas-

    -¿Y que nos importa?- preguntó Sango con alegría; su actitud había vuelto a ser la misma al saber que contaba con la protección y el respaldo de Inuyasha
    -Lo maravilloso es que ya se casaron. ¡Nos enfrentaremos a los invitados!-

    Después de reír en silencio, Inuyasha dirigió a Sango una mirada aprobatoria por el espejo retrovisor.

    -¿Te enfrentarás a los invitados?- le preguntó al oído a Kagome.

    -Lo que piensen no me preocupa- su respuesta fue serena –Hace mucho tiempo que aprendí a ignorar lo que no me agrada-

    Inuyasha se quedó rígido y Kagome se arrepintió de sus palabras. Necesitaba a Inuyasha. Todas lo necesitaban, pero era inútil fingir que este era un matrimonio normal y que su suegra le había simpatizado. Tenía demasiadas dudas y preocupaciones para examinar el antagonismo de Izayoi Taisho.

    -Es verdad. Sales de un matrimonio y contraes otro- susurró con frialdad Inuyasha –Ahora todo es legal, difícilmente Bancotsu se saldrá con la suya, Kagome-

    Al escucharlo, Kagome pensó que no estaba tan contento con el arreglo como parecía. Quizás el haber visto a Kikyo otra vez lo había perturbado, y un escalofrío recorrió su cuerpo. ¿Cómo podría hacer frente a este matrimonio? ¿Qué tipo de vida haría Inuyasha para sí mismo? Ella consideró sólo sus propios problemas para darle seguridad a Kurumi. ¿Podría él conformarse sólo con eso?

    Se dirigían a una pequeña recepción en un restaurante a varios kilómetros de la ciudad, y los invitados se había adelantado. ¿Qué pensaban? ¿Estaban tan estupefactos como Sango? Ese mismo día, ellas se habían cambiado a su nueva casa. Al día siguiente, por la noche, todas sus cosas estarían acomodadas como ella y Sango habían planeado. La puerta del pasado estaba cerrada, Bancotsu preteñía al pasado, mas esa seguridad le despertaba a Kagome preocupaciones olvidadas por largo tiempo. Tendría que compartir su vida con Inuyasha y eso la alarmaba.

    La “tranquila” recepción fue un evento concurrido; el salón estaba lleno de personas cuando entraron, y Kikyo se acercó para sonreírle a Inuyasha con una mirada de triunfo.

    -¡Es una sorpresa, querido!- exclamó –La comida planeada para nosotros siete parecía tan solitaria que después del almuerzo del otro día me puse en contacto con algunos de nuestros amigos. Sabía que te agradaría presentarles a Kagome y a tu familia adoptiva-

    -Eres tan cuidadosa- Inuyasha miró alrededor del salón. Kagome advirtió que se encontraban ahí cuando menos cuarenta personas, y Kurumi le agarró la falda. No había necesidad de explicar el comportamiento de Kikyo. Le estaba demostrando a inuyasha que era un cretino al adquirir este compromiso. El se volvió hacia Kurumi, pero Kagome la estrechó con fuerza entre sus brazos.

    -Ve a saludar a tus amigos- le sugirió a su esposo con una sonrisa fría –Le proporcionaré a Kurumi el apoyo moral que necesita-

    -Sé quienes son mi amigos- sus labios mostraron enfado; sus ojos indicaban que no le había pasado inadvertida la forma en que ella lo había cortado. De manera deliberada, Inuyasha cargó a Kurumi, y se volvió hacia Sango –Ven conmigo, cuñada. En un minuto regresamos por la novia-

    Kikyo aprovechó la oportunidad que buscaba.

    -¿hice algo que lo molestara?- le preguntó Kikyo a Kagome mientras Inuyasha se perdía entre la concurrencia –Pensé que le agradaría ver a sus amigos. Varios del grupo estamos en Londres-

    -¿De veras? ¿Acaso no viajó usted con los padres de Inuyasha?-

    -Oh, esta vez sí, pero, por supuesto, me quedaré. Nunca he estado lejos de Inuyasha. Estamos demasiado… entrelazados para separarnos por largo tiempo-
     
  2.  
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    Re: Refugio Peligroso

    hola!, pues acabo de leer la conti. y pues me gusto creo que la padre de inuyasha le gusta la relacion de inuyasha y kagome casi no me gusta el caracter de izayoi pero que se puede esperar de una mujer asi, kikyo siempre haciendo de las suyas no me gusto lo que dijo al final del capitulo espero que mejoren las cosas entre kagome e inuyasha ya que no se nota mejoria entre ellos dos. bueno espero que continues pronto^^, cuidate y nos vemos :)*
     
  3.  
    biky

    biky Guest

    Re: Refugio Peligroso

    Hola... te quedó estupendo el capítulo =)
    coincido en varias cosas con mvss....

    el carácter de Izayoi no me gusta mucho, aunque recuerdo
    que mencionaste que eso se debia a una idea erronea
    que ella tiene en la cabeza. Espero que pronto reveles
    cuál es esa idea, asi tal vez podamos cambiar de
    opinión respecto a Izayoi....

    También de que al padre le encante la relación que
    tiene Kagome e Inuyasha (aunque pienso que es solo por el
    hecho de "volver a sus raices")

    Espero que las cosas mejoren entre Inuyasha y Kagome, hasta
    ahora hicieron un pequeñisimo avance de solo unos segundo
    al darle Kagome una sonrisa cariñosa a su,ahora, esposo.

    Continualo pronto!!!! que hasta ahora es uno de los ff que me
    ha gustado tanto....no veo la hora de que publiques el siguiente
    capitulo.....=)

    Bueno me despido

    Besos
     
  4.  
    N.Y.B.D.

    N.Y.B.D. Guest

    Re: Refugio Peligroso

    hola!!!
    me perdi dos capitulos
    pero ahora que los leo me encantaron
    en verdad me gusta mucho eso de
    la boda pero me gustaria mas si en adelante se
    muestran un poco mas de carino
    en fin, es uno de mis favoritos
    (en eso concuerdo con la mayoria)
    aunque se que ya lo sabes quiero decirte que escribes super
    cuidate
    bye

    Atte.
    N.Y.B.D. :rosa:
     
  5.  
    *Kurayami*

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    Re: Refugio Peligroso

    oogghh maldita Kikyoo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    grrr que enfadoooo
    aaaa lo bueno es que Kagome eh Inuyasha ya se casaron!! --*-*--
    ahhh quefelicidad
    pero que hipocrita es Kikyoo
    juju pero bueno ni quiern la haga caso xD
    bueno me encanto el capi --*-*--
    el unico que me cayo bn es el padre de Inuyasha
    espero la continuación!!
    no tardes mucho si? ^^
    buano chauu!!!
     
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    Cyshara

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    Re: Refugio Peligroso

    Hola...!
    Muchas gracias por sus posts, y pues respoinderé sus dudas.
    La publiqué en el bolg por que hay una escena y no me quise arriesgar a que me multaran otra vez. Así que mas vale prevenir que lamentar.
    CHao
     
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    Re: Refugio Peligroso

    hola!, acabo de leer la continuacion del blog y te quedo muy bien. te juro que me encanta el personaje de inuyasha en esta historia como que en esta si piensa xD me gusto mucho el final de la conti ya que kagoe le esta dando a entender a inuyasha muchas cosas, como diria inuyasha se esta derritiendo el hielo. bueno espero que continues pronto ^^ cuidate y nos vemos :)*
     
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    *Kurayami*

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    Re: Refugio Peligroso

    me encantooo
    es maravillosoo
    jej creo que pronto habrá lemon!!
    wiii es genial
    espero la contii
    ahiii Kagome creo que esas enamorada
    je espero que ella sea muy feliz
    puesto a que lo que hace lo hace por su familia
    pero creo que en un lugar dendro de ella
    eso deseaba
    bueno ps me voy!!!!
    cuidateee!!!
    chauu!!

    Atte: kokoroyami
     
  9.  
    Cyshara

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    Re: Refugio Peligroso

    Un escalofrío dulce, doloroso y emocionante parecía recorrer todo el cuerpo de Kagome, y sus ojos se cerraron en legítima defensa, ya que no había otra manera de evadirlo… su cuerpo se negaba a moverse.

    -¿Por qué haces esto?- susurró, temblorosa.

    -Sólo para resolver tu problema- la voz de Inuyasha era burlona, cerca de la oreja de Kagome, y le dio un suave mordisco –No puedo tolerar que te desmayes cada vez que deseo abrazarte. La gente sospecharía- después que apartó la mano del pecho de su esposa, le levantó la barbilla con el dedo pulgar. Luego de estudiarle el rostro, sonrió -¿Vas a acusarme de haberte forzado? ¿No puedes moverte?-

    Ella se ruborizó y él la soltó con lentitud, dándole a entender que el experimento había terminado.

    -Tengo algo para ti- le dijo Inuyasha, ecuánime, e hizo un movimiento hacia la cama en la cual ella iba a dormir. Ahí estaba una caja larga de terciopelo y él la abrió, sacó de su interior un costoso reloj de oro y se lo colocó en la muñeca.

    -Mi regalo de bodas- susurró él -¿o creíste que el obsequio era Kaede?-

    -Gracias. Está precioso- Kagome nunca había tenido un reloj de oro y lo observó maravillada. Inuyasha caminó en dirección a la puerta y ella hubiera deseado que se quedara.

    -Inuyasha. Tengo… algo para ti-

    El se volvió, levantando las cejas por la sorpresa, y se detuvo en el umbral de la puerta.

    -¿Para mí? ¿Qué es?-

    -Un… un regalo. No… no sabía que comprarte, por que tienes tantas cosas y…-

    -De modo que decidiste darme a Kurumi- bromeó. Kagome buscó en su bolso y sacó una cajita.

    -Debí darte esto antes, o… o incluso hoy mismo cuando… Quizá no sea de tu medida-

    Después de mirarle el rostro un momento, Inuyasha abrió la cajita y, al ver la argolla de oro, guardó silencio. Kagome se llenó de pánico; darle a su esposo un anillo de boda era demasiado. Ahora lo comprendía. No obstante, había sido algo más que un impulso. Después de conocer a los padres de él, de darse cuenta de la aversión que existía entre la pareja y la susceptibilidad con que Izayoi trataba a Inuyasha, se sintió incómoda por él. Sus propios padres se habían amado abiertamente, y demostraban su cariño por Sango y ella misma. Al verle la cara, había notado un destello de soledad, y el anillo era sólo una manera de darle la bienvenida a su pequeña familia. Nunca debió hacerlo. Ahora estaba segura.

    -Un anillo de boda. No puede ser otra cosa, ¿verdad?-

    Mientras hablaba, Inuyasha levantó la vista para mirarla.

    -Pónmelo- le ordenó con suavidad al tiempo que le colocaba el anillo en la palma y extendía su propia mano.

    -Supongo… que no debí haber… Después de todo, este matrimonio no es verdadero-

    -Pónmelo, Kagome-

    Deslizó el anillo en su dedo, sorprendida de que tuviera la medida perfecta. Inuyasha dobló la mano antes de mirar el anillo y tomar la mano de su esposa para poner rápidamente los anillos que él le había regalado.

    -Para bien o para mal- murmuró con discreción. Después de observarla, esbozó una sonrisa lenta, hermosa -¿Por qué lo hiciste?-

    -Ya te lo expliqué. No sabía que obsequiarte y…-

    Inuyasha rió levemente.

    -Kagome, kagome- la reprendió, divertido –Cuando el hielo se derrita, serás toda una mujer. Esperaré ese momento-

    -No hay nada que esperar- aclaró de prisa, su cara se enrojeció. En realidad estaba muy satisfecha con la forma en que él había reaccionado ante su regalo, y con el regocijo que demostraba su voz.

    -Estás equivocada. Cuando seas una mujer normal, liberada de pánico, házmelo saber, por que te deseo. Eso es lo que estoy esperando-

    Se marchó antes de que ella pudiera reaccionar y, de alguna manera, ella se alegró, ya que su reacción era absolutamente previsible. Que él la besara y la acariciara era una cosa, pero que la hiciera suya era otra muy distinta. Ella sabía que era una mujer frígida; Bancotsu se lo había demostrado una y otra vez. Si Inuyasha suponía que iba a poseerla, la espera no terminaría nunca.

    La habitación contigua jamás albergaría a dos personas, en caso de que una fuera ella. Al recordar algo, apretó con fuerza las manos. Kikyo Fujisawa era una mujer normal, acostumbrada a los brazos de Inuyasha, a sus besos y mucho más. Por eso se hallaba en Inglaterra, para atestiguar que un hombre normal recibiera el cariño normal.

    Después de hacer un esfuerzo por controlarse, Kagome bajó la escalera para tomar el té que la señora Kaede había servido. Inuyasha le observaba y, debido a su afición de leerle el pensamiento, ya sabría que su espera resultaría inútil.

    Después de tomar el té, Inuyasha se dirigió a su estudio y regresó con dos sobres; entregó una a Kagome y el otro a Sango.

    -Les abría cuentas en el mismo banco- les informó –Aquí están las formas que deben firmar y todos los detalles. Mañana deberán ir al banco a entregar sus firmas y entrevistarse con el gerente de la sucursal. El les proporcionará sus tarjetas de crédito-

    -¡Inuyasha!- Sango dio un grito de asombro y Kagome miraba a su esposo, sin saber que decirle.

    -Tu- miró de frente a Sango –Tienes un límite de crédito. No deseo verte vestida con ropa de oro-

    Como de costumbre se dirigieron sendas sonrisas y Kagome una vez más descubrió lo afines eran.

    -Por supuesto que la señora Taisho- continuó él –Puede gastar sin límite. Confío en su sentido común-

    -Me parece un insulto- dijo Sango, alegre.

    -Tu eres sólo la cuñada, chiquilla. Aprecia lo que tienes-

    -Es verdad, Inuyasha- afirmó con tono solemne –Por muchos años no había estado tan feliz desde… ¡Maldición!- Sango interrumpió el comentario y estuvo a punto de salir del estudio; sus ojos estaban brillantes por la lágrimas y Kagome sabía el motivo.

    -¿La incomodé?- Inuyasha miró a Kagome y ésta sacudió la cabeza.

    -Recuerdos. Algunos malos, otros buenos. Esta casa…- se encogió de hombros al tiempo que luchaba contra sus propios fantasmas –Eres muy bueno con ella-

    -Me casé con su hermana- señaló conciso –Y ahora que mencionamos el asunto- añadió, con cierta dureza en su tono de voz –Puedes dejar un día a Kurumi con Sango y Kaede para que vayas conmigo a Londres de compras. Ordena todos los vestidos que quieras-

    -¿Con que objeto? Mi guardarropa está lleno de trajes. Ni siquiera he usado todos-

    -Puedes deshacerte de todo lo que Bancotsu te compró- le dijo sarcástico –Quédate solo con la ropa necesaria hasta después de Navidad y después regala el resto. No quiero ver en esta casa nada que él haya comprado. Y si crees que me comporto como una bestia dominante, ¡tienes razón!-

    Se marchó dejándola casi boquiabierta, y Kagome no sabía si estar encantada o furiosa, pero finalmente decidió ser comprensiva.

    Obedecería en todo a su esposo. Con la ayuda del ama de llaves tendría tiempo suficiente para arreglar el árbol de navidad, ir de compras y hacer varias cosas. No obstante que la Nochebuena estaba ya muy cerca. De pronto se sintió feliz, hasta que recapacitó en la posibilidad de que Inuyasha invitara a sus papás y, desde luego, a Kikyo a pasar la Navidad con ellos. Existía una probabilidad de que los padres de Inuyasha se marcharan a Nueva York antes de esa fecha, mas no así el caso de Kikyo. Kagome misma había escuchado que Kikyo permanecería junto a Inuyasha, para darle el consuelo que todo hombre necesitaba y sin duda le había brindado con anterioridad.






    Era evidente que Inuyasha había hablado en serio, ya que al siguiente día se dio cuenta de que había hecho los preparativos necesarios para llevarla a Londres. Sango había aceptado hacerse cargo de Kurumi con la ayuda invaluable de Kaede.

    La actitud de Inuyasha la hizo temer que él en persona supervisaría sus compras, mas una vez en la ciudad la dejó sola, un día de libertad frente a ella con una cantidad ilimitada de dinero a su disposición. Inuyasha debía asistir a varias reuniones de negocios, por lo que no se comprometió a almorzar con ella.

    Kagome tardó un poco en acostumbrarse a esta libertad tan fuera de lo común, pero después la disfruto enormemente. El comentario de Kikyo sobre su peinado de solterona aún repiqueteaba en sus oídos. Entró a una sala de belleza y tuvo que hacer acopio de valor al ver que le cortaba su largo cabello negro.

    El efecto final compensó el esfuerzo. El corte de cabello acentuaba su belleza e incluso parecía haber cambiado su disposición, ya que salió a la calle con una sonrisa.

    Por fortuna, Inuyasha había insistido en que pidiera que le entregaran la ropa en su domicilio, ya que sus compras aumentaban cada vez más. Después de tomar un café, tomó un taxi hacia el hotel, a sabiendas de que llegaría demasiado temprano, mas estaba ansiosa por encontrarse con Inuyasha.

    No dejaba de pensar en él y, a pesar de sus temores, ansiaba secretamente encontrarse en sus brazos. El lograba excitarla con enorme facilidad, haciéndola sentir algo que nunca antes conoció. A Bancotsu nunca le importó satisfacerla, su deseo era brutal, animal y cruel. En los brazos fuertes que recientemente la habían abrazado no hubo brutalidad alguna; sólo emoción, un peligro tentador, un deseo creciente que después le dejó un vacío.

    Sacó de su bolso un espejito y el corazón comenzó a latirle con fuerza al ver sus mejillas arreboladas. ¡Se estaba comportando como una desposada! Era una locura, por que no la llevaría a nada. A este ritmo, Inuyasha al verla detectaría su debilidad. Paró el taxi.

    -Voy a bajarme aquí-

    -Aún no hemos llegado, señorita- el chofer la miró por encima del hombro, mas ella le esbozó una sonrisa.

    -Lo sé, decidí caminar un poco. Es demasiado temprano-

    -Como guste- se estacionó y Kagome bajó del coche. El frío de la tarde absorbería un poco el vapor que emanaba de ella, pensó con una sonrisa forzada al llegar al lugar donde iban a encontrarse.

    Vio a Inuyasha casi de inmediato. Era un hombre que llamaba la atención; su impresionante estatura y belleza física lo hacían distinto a los demás no estaba sólo, Kikyo lo agarraba del brazo y cuando el paró un taxi, ella le dirigía una sonrisa de suficiencia.

    Kagome se detuvo, aterrada de que la vieran, una puerta cercana era su unico refugio. Deseaba correr, mas un sentimiento perverso de vergüenza la obligó a observarlos hasta que el taxi se detuvo e Inuyasha ayudó a subir a su acompañante. Kikyo de forma impulsiva le rodeó el cuello con los brazos; sus labios presionaron la boca varonil. Kagome apartó la mirada, temblorosa y derrotada.
     
  10.  
    *Kurayami*

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    Re: Refugio Peligroso

    ahh pobre Kagomee
    mm me gustaria como es su corte de cabello
    pero una pregunta
    Inuyasha beso a Kikyo?
    o Kikyo lo beso a el?
    bueno me encanto el capitulo
    espero la continaución!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    je bueno ps me voy!!
    chauuu!!!

    Atte: kokoroyami
     
  11.  
    danesa-19

    danesa-19 Guest

    Re: Refugio Peligroso

    ahhhhhhhhh... :O

    Noooo.. por ke me dejas asii... con esta final..
    por ke dioss¿?¿?¿?
    mejor me hubieras dejado en el momento en ek. ellos dos se confrontan... donde el se da cuenta o sospecha... asi como en el reallity show.. "INFIELES...-> La Confront acion" :d XD xD

    Ahii es cuandoo... terminas el capitulo .. pero.. no de esta manera (cry) eske me duele ver a una Kagome.. traiconada desbalida y trsitemente desepcionada,... yo tmabien tengo sentimientos ... y Duele me duele musho verla asii T^T(cry)
    por fass noo te tardes mushoooo pplissssssssss
     
  12.  
    biky

    biky Guest

    Re: Refugio Peligroso

    Hola!!!!

    Primero que nada....
    Gracias por responder a mi pregunta =)

    Estuvo buenisima la conti
    Me encantó...

    pobre Kagome, ahora que al parecer empezaba a aceptar
    que le atraia Inuyasha (aunque sea un poco)

    Espero que se solucione pronto
    y que puedan juntarse =)

    Espero con ansias la conti

    besos
     
  13.  
    - mvss;'

    - mvss;' Usuario común

    Acuario
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    Re: Refugio Peligroso

    hola!, te quedo muy bien el capitulo. inuyasha motiva akagome que cambie ya que oor lo visto se cambio un poco de look me imagino que de seguro quedo genial, a kagome creo que le esta empezando a gustar que digo enamorarse poco a poco de inuyasha, pero esa kikyo que trata de quitarle a inuyasha ella lo beso verdad? o fue alrevez?, bueno espero que continues pronto ^^ cuidate y nos vemos :)*
     
  14.  
    Cyshara

    Cyshara Usuario común

    Tauro
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    Re: Refugio Peligroso

    Hola..!!
    Me da gusto que les haya gustado la conti y pues para resolver sus dudas, fue kikyo la que besó a inuyasha, y pues debido al acuerdo matrimonial que existe entre kagome e inuyasha, ella cree que el frecuenta a kikyo para que pues "cumpla con lo que kagome no le da". Ese es el dilema que confrontará kagome. Bueno´, muchas gracias por postear!!

    Chao :)
     
  15.  
    passion-ely1

    passion-ely1 Guest

    Re: Refugio Peligroso

    te a kedado genial sigue asi :) pero pobre de kagome ,ver a inu kon kikio es algo muy fuerte ToT .espero la konti pronto ke esta genial kiero ver ke psa kon kagome y inuyasha .bueno besos y byee!!:saludar:
     
  16.  
    Aome_Dany

    Aome_Dany Guest

    Re: Refugio Peligroso

    ¡Hola!
    Bucha pobre Kag, oye un favor, no se, podrias poner una foto del corte de pelo de Kagome para ver como se ve. ¡Plis!
    Huí esa bruta de Kikyo, tan suelta como simpre. ¬¬
    Huí como la ¡ODIO!
    Bueno cotinúalo pronto.
    ¡Chao!
     
  17.  
    N.Y.B.D.

    N.Y.B.D. Guest

    Re: Refugio Peligroso

    hola !!!
    como siempre la conti tan genial como siempre
    me encanto!!! eso de credito ilimitado es genial!!!
    yo quiero una asi T-T
    en fin, pero lo de Kikyo e INu... pobre Kagome
    creo que se empezaba a dar cuenta de que INu
    le atraia muxo y ver esto... seguro no la dejo muy bien
    espero sea una confusin o algo asi... eso es todo
    cuidate mucho
    bye!!!

    atte.
    N.Y.B.D. :rosa:
     
  18.  
    aNgelux

    aNgelux Usuario popular

    Aries
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    Re: Refugio Peligroso

    HoLaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

    Volviiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
    siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!
    xD

    Es que se me habia muerto el pc ToT
    pero ahora estoy con uno new!

    Dejando de lado eso.... esta buenisimo el ff, el capitulos esta impresionante, pobre kagome que ya se empieza a sentir celosa?? dolida?? no s eomco explicarlo, peor bueno... kikio esa maldita que se valla a la.... a su casa .. ejem!

    Espero que no dmeores con la conty, que va a estar buena estoy segura!! ^^

    Sayonara!
     
  19.  
    Cyshara

    Cyshara Usuario común

    Tauro
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    Re: Refugio Peligroso

    Kagome se detuvo, aterrada de que la vieran, una puerta cercana era su unico refugio. Deseaba correr, mas un sentimiento perverso de vergüenza la obligó a observarlos hasta que el taxi se detuvo e Inuyasha ayudó a subir a su acompañante. Kikyo de forma impulsiva le rodeó el cuello con los brazos; sus labios presionaron la boca varonil. Kagome apartó la mirada, temblorosa y derrotada.

    ¿Qué esperaba? El le había asegurado que sin vergüenza alguna iba a buscar la compañía femenina, y esta mujer en especial le había anunciado su propósito de quedarse al alcance de él.

    -¿Kagome?-

    Kagome se paró frente a un escaparate de una tienda, mientras él se acercaba.

    -Creí que estaba viendo visiones. Te cortaste el cabello-

    -Ahora ya no necesito parecer tan eficiente- no podía sonreír y apenas se atrevió a levantar la vista. Era absurdo sentirse traicionada, cuando había insistido en tener su propia habitación, en llevar un matrimonio totalmente impersonal, mas no podía evitarlo. La razón primordial de este casamiento parecía haber cambiado de manera imperceptible. Inuyasha podía lastimarla sin proponérselo.

    -¿Te sientes bien?- la miró fijamente.

    -Un poco cansada. Caminé casi todo el día-

    -Entonces, regresemos a casa. Yo también necesito descansar-

    Aunque era consiente de que algo incómodo había ocurrido, no quiso hacerle más preguntas a su esposa. Sus ojos ambarinos se habían endurecido, su boca estaba rígida.

    -¿Estuviste en reuniones todo el día?- Preguntó Kagome, curiosa. De pronto sintió el deseo de gritarle, de acusarlo, de llorar a lágrima viva llena de celos, pero era consiente de que no debía hacerlo.

    -La mayor parte del día- la breve respuesta no la sorprendió. Era ilógico que le confesara que había pasado el día con Kikyo, tal vez en un hotel. Inuyasha casi no hablaba, parecía malhumorado y ella se alegró, ya que le daba la oportunidad de no traicionar su propio orgullo. Se sentía lastimada, sola, estaba en el mismo lugar en que había empezado, más por razones muy distintas. Comenzó a nevar, el viento creciente empujaba los copos de nieve.

    -Una Navidad blanca. Después de todo, Kurumi la pasará contenta, haciendo su propio muñeco de nieve-

    -Sí. Mañana decoraré el árbol- Kagome no volvió a hablar. Parecía que todos sus deseos se cumplían de inmediato. Le había comentado a Sango que en aquella enrome sala podría caber un árbol de Navidad muy alto, y al día siguiente se lo habían entregado. También había llegado un trineo de juguete, algo que vagamente le dijo a Kurumi cuando Inuyasha llegó por primera vez con ella a su casa para cenar. Iba a ser una jaula de oro; los barrotes eran obra suya, por que estaba atrapada en el pasado.


    El día de Navidad, la capa de nieve era de cuando menos cinco centímetros. Los árboles en el jardín eran una maravilla y Kurumi estaba ansiosa de subirse en ellos. Había regalos para abrir, gritos de felicidad de Sango al abrir los que estaba alrededor del árbol, e Inuyasha muy contento ayudaba a la señorita a desenvolver sus propios regalos.

    -Vamos a probar el trineo- sugirió Sango con ansia, mientras entraba Kaede para recoger las envolturas de colores brillantes –En el siguiente campo hay una pista formidable-

    -Yo no- Inuyasha se paró estirándose como un gato, de forma inesperada se acercó a Kagome para ayudarla a levantarse –Si pretendo divertirme el resto del día, tengo que dedicar una hora a terminar un trabajo-

    -¿Alguna vez dejas de trabajar?- Sango lo miró con un poco de desesperación
    -Pensé en ti para que nos empujaras cuesta arriba-

    -¡Ah! Justo lo que sospechaba- Inuyasha le sonrió –El trabajo de escritorio es más tranquilo, más cómodo y requiere menos energía-

    -¡Aguafiestas! Sin él no será lo mismo, ¿verdad, Kagome?-

    -Espero que nos las arreglaremos- Kagome sentía los ojos de su esposo fijos en ella, irónicos e interrogantes, y no deseaba propiciar un acercamiento entre ellos. Al observarlo esa mañana, había sentido en su corazón una gran tristeza, un inesperado resurgimiento del dolor. Lo había visto con Kikyo, y no podía fingir que eso no había ocurrido.

    Kagome levantó la vista y él la miraba en tanto Sango se encaminaba a la puerta tirando de Kurumi; la apariencia de Inuyasha no era del todo irónica, en su cara había un dejo de comprensión.

    -Quédate dentro de tu torre, Kagome. Ahí no corres peligro- él miró por la ventana; el brillo del sol sobre la nieve daba una luz extraordinaria a la sala
    -No estoy seguro de que el frío de afuera pueda compararse con el que llevas en tu interior- agregó contundente.

    Después de que Inuyasha se marchó, Kagome observó el costoso reloj obsequio de su esposo. Una jaula de oro con barrotes de angustia. ¡No permitiría que eso ocurriera! Después de todo, lo único que necesitaba de él era su protección. Subió a su habitación para cambiarse de ropa; añadió gruesas botas, anorak y una gorra roja de lana ceñida a las orejas, y cuando Sango arrastró del garaje el nuevo trineo, Kagome se encontraba a su lado, tirando por el enorme jardín a la entusiasmada Kurumi hasta que llegaron al campo contiguo. Ellas eran su familia, no Inuyasha.

    -Es un trabajo pesado- se quejó Sango mientras arrastraban hacia arriba en trineo por décima vez. Kurumi disfrutaba que la llevaran cargando, tanto como el excitante paseo cuesta abajo, y Kagome con esfuerzo ascendía la penosa pendiente con Kurumi sobre su espalda.

    -Inténtalo- le sugirió Sango cuando llegaron a la parte más alta del empinado montículo –Nosotras nos quedaremos aquí-

    -¿Yo?-

    -¡Tú!- Sango miró a su alrededor –Quien sabe, con un poco de suerte podría evocar el espíritu navideño. No cabe duda de que eres una experta para echar a perder los buenos momentos-

    Kagome sintió una ola de indignación. ¡Hacía su mejor esfuerzo! Si no estuviera ahí, habrían disfrutado de una Navidad feliz, tranquila. Si las cosas hubieran seguido como estaban, no habría tenido que subir con dificultad la pendiente tratando de sonreír y pensando en Kikyo. La justicia salió de la superficie de manera tardía. Probablemente se habrían escondido detrás de puertas con llave, temerosas de la llegada de Bancotsu.

    Kagome miró con desafío a Sango y colocó el trineo en posición. Hasta ahora había bajado corriendo detrás de ellas mientras Sango descendía en el trineo con rapidez, con Kurumi agarrada de ella. ¿Qué le sucedía? Tenía solo veinticuatro años, no ochenta y cuatro. Se subió al trineo y lo empujó.

    La pendiente estaba más empinada de lo que imaginó y el trineo de desplazó a inesperada velocidad. Escuchaba el sonido de los demás trineos sobre la nieve, el golpe del viento en sus orejas y oyó los gritos de regocijo de su hija y su hermana. Cayó rodando en la nieve y al levantarse hizo una reverencia, satisfecha de sí misma.

    -¡Otra vez, mami!- exclamó Kurumi encantada, sorprendiendo a Kagome por la felicidad que le había dado a su hijita. ¿Se estaba convirtiendo en una mujer seria, amargada? ¿Comenzaba su actitud a afectar su trato con Kurumi?

    No se detuvo a recapacitar. Se subió de nuevo y comenzó a descender, mas esta vez su disposición había cambiado. No vio un cúmulo de nieve y cayó al suelo; el trineo aterrizó encima de ella, dejándola sin aliento.

    Se quedó inmóvil por un minuto y en ese momento Inuyasha se acercó para quitarle de encima el trineo; la miró lleno de vitalidad.

    -¿Dónde te lastimaste?- le preguntó con tono áspero, y Kagome se levantó, sacudiéndose la nieve del anorak.

    -No me lastimé- pudo ver que Sango bajaba con rapidez de la pendiente con Kurumi en brazos –Debes tener ojos en la nuca y botas de siete leguas-

    El vestía ropa adecuada para la nieve y ella lo había dejado dentro de la casa, trabajando.

    -Me encontraba cerca de aquí. Vi tu primer descenso… y el segundo-

    El no hizo intento alguno por ayudarla y Kagome se paró sola, y de manera instantánea trató de deslizarse por la nieve.

    -¡Oh!-

    -Ahora ya sabemos dónde te lastimaste- sus ojos centellearon al verla –Creo que comenzaremos de nuevo-

    -Me torcí el tobillo- un poco desesperada, levantó la vista e Inuyasha le dirigió una sonrisa solemne. En los ojos de ella se adivinaba su absurdo resentimiento, como si Inuyasha hubiera propiciado su caída.

    -¿Estás bien?- Sango llegó jadeante y Kagome hizo un esfuerzo por controlar su rabia.

    -Perfectamente. Me torcí el tobillo. Ahora cojearé hasta la casa para disfrutar del fuego de la chimenea-

    -Sube a Kurumi al trineo- le ordenó Inuyasha –Yo me haré cargo de nuestra atleta lesionada-

    El comentario disipó la preocupación de Sango y le dirigió una sonrisa a Inuyasha cuando este levantó en brazos a Kagome sin esfuerzo alguno, encaminándose hacia la casa.

    -¿Tienes que controlar todo?- Kagome le lanzó la pulla a sabiendas de que era injusta con él –Arreglábamos nuestros problemas mucho antes que aparecieras en escena-

    -No importa que vociferes, Kagome- con rostro siniestro, Inuyasha siguió caminando hacia la casa –Han pasado muchas cosas desde que eras la eficiente señorita Higurashi. Un cambio muy peculiar en nuestras relaciones-

    -No es verdad. Nos casamos por mutua defensa, pero en nuestro interior no hubo cambio alguno-

    -Quizás tengas razón- parecía cansado de la conversación y Kagome se sintió como una niña malcriada. El le había dado comodidades y su protección, pero no se sentía protegida; más bien incómoda y estaba a punto de llorar.

    -Puedo caminar. No me rompí ningún hueso-

    -Como quieras. Se trata de tu tobillo- la colocó otra vez sobre la nieve, y de inmediato ella lanzó un grito.

    -¿Ya te cansaste de decir tonterías?- la levantó en brazos y continuó rumbo a la casa, haciendo caso omiso del rubor de las mejillas de Kagome, quien ya no sabía que comentarle. El hecho de pensar en Kikyo la corroía como un ácido. Anhelaba que los brazos de su esposo la estrecharan con fuerza, pero sólo era una ilusión, ya que él la sujetaba de manera impersonal, como una simple cortesía.


    Siento mucho haber tardado con la conti, pero tuve muchos problemas inesperados esta semana y ha sido de locos.; pero en fin, aquí está la conti y espero que les guste. Buscaré un foto para mostrarles el corte de cabello de kagome.Ah, muchas gracias por sus posts!!!

    Chao.
     
  20.  
    aNgelux

    aNgelux Usuario popular

    Aries
    Miembro desde:
    28 Enero 2007
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    Pluma de
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    Re: Refugio Peligroso

    oLaaaaaaaaa
    me encanto la conty!
    baaaa parece que vuelven a ser frios
    es una lastima
    y ese inuyasha es un desgraciado, osea se que es hombre pero esta casado sea como sea esa maldita kikio no deberia entrometerce!
    espero que estes bien
    no demores
    slds

    sayonara!
     
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