One-shot de Naruto - Promesa

Tema en 'Fanfics Terminados de Naruto' iniciado por Mrs Roronoa, 31 Enero 2012.

  1.  
    Mrs Roronoa

    Mrs Roronoa Entusiasta

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    16 Mayo 2011
    Mensajes:
    161
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Promesa
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1098
    Buenas! :) Aquí les traigo una historia que hice para la actividad "La palabra de la semana" Espero que les guste :3

    Promesa
    —Temari, vamos —le dijo autoritariamente Kankuro a su hermana—, tienes que llegar a la Ciudad de los Pájaros antes de que anochezca.
    —Ya lo sé, Kankuro —dijo mirando a su hermano y dedicándole una cálida sonrisa. Entonces se giró hacia el más pequeño de lo tres—. Y tú, recuerda tener cuidado con el fuego.
    —Que sí... —respondió Gaara con tono de pesadez.
    —No os metáis en muchos líos, ¿vale?
    La joven sonrió y les alborotó el cabello a ambos, a lo que ellos respondieron quejándose. Su hermana los seguía tratando como si tuvieran 10 años, y eso que ya pasaban de los 17. Temari se giró y comenzó a andar mientras sus hermanos agitaban los brazos en señal de despedida.
    El sol brillaba en el cielo como si fuera la última vez que pudiera estar allí. En el desierto que se extendía por todo el país del Viento hacía un calor insoportable. Aun así, Subaku No Temari caminaba incasable por aquellas interminables arenas.
    Ni siquiera paró a comer. La misión que debía realizar era demasiado importante como para retrasarse. Durante el trayecto, a Temari le dio tiempo para pensar en todo lo que debía hacer. Pero, sin saber cómo, unos pensamientos dieron lugar a otros. De su misión, pasó a pensar en los exámenes a Chunin; de éstos, a aquel vago de la villa de la Hoja; de este chico, a aquel que había escapado de esa misma villa y que ahora estaba con Orochimaru... ¡Já! La verdad es que era patético. Irte de tu villa, alejarte de tus amigos y dejar atrás aquello que conocías como vida para irte. ¿Con quién? Precisamente con aquel que quiere destruirla... verdaderamente algo patético. Tenía un hermano, ¿no? ¿Cómo se llamaba? ¡Ah, sí! Itachi... Otro, que no se le había ocurrido otra cosa que matar a todos los integrantes de su clan... Vaya par de hermanos.
    Por último, recordó al compañero de Itachi en Akatsuki, Kisame. Poco sabía sobre él, la verdad... Y aun así lo tenía como un referente. ¿Por qué no? Escuchó por ahí que era un hombre fuerte, al que le gustaba mucho luchar. Por no mencionar a Samehada, la espada que portaba siempre vendada. Le recordaba a ella y a su abanico... Algún día, llegaría a ser una ninja tan conocida como él, su nombre se sabría en todos los lugares del mundo y, lo mejor de todo, no sería gracias a Akatsuki.
    Poco a poco, el sol se fue poniendo por el horizonte. Las horas se habían escapado sin que la chica se diera cuenta. La oscuridad de la noche fue imponiéndose ante la sofocante claridad del día que apenas un par de horas antes se cernía sobre ella.
    Sin fijarse, se había internado en el bosque que rodeaba una parte de la ciudad a la que debía asistir. Sonrió al pensar que quizás sus pensamientos sobre aquellos hombres la habían retrasado, aunque eso ya de poco importaba. Comenzó a darse prisa. No podía permitirse el lujo de llegar tarde a una misión como aquella.
    Apenas diez minutos después escuchó unas voces que provenían de la copa de un árbol no muy alejado de ella. Al principio, decidió dejarlas pasar, ¿qué le importaban a ella las conversaciones de lo que seguramente sería una joven pareja de enamorados que habían decidido fugarse? Pero, justo cuando dichas voces ya iban a dejar de escucharse, Temari se paró en seco.
    —Kisame, yo sinceramente veo esto una tontería.
    ¿Kisame?¿De Akatsuki? No podía ser...
    —¡Va, Itachi! Eres un aguafiestas...
    ¡Itachi! Entonces estaba claro, eran dos Akatsukis... Sin hacer el menor ruido, se acercó hasta la raíz del árbol donde los dos hombres conversaban. Se recostó sobre el tronco y prestó atención a la conversación.
    —Pero, ¿para qué quieres mutilar a este ciervo?
    —Porque me aburro, llevamos mucho tiempo sin pelear.
    —Bueno, haz lo que quieras.
    Temari miró hacia su derecha para ver como Kisame caía del árbol, desenvolvía la espada que tanto admiraba la kunoichi y se divertía ensañándose con aquel pobre ciervo. La joven tubo que llevarse una mano a la boca para no gritar y cerró los ojos para no seguir viendo aquella escena. Aun así, se obligó a si misma a mantenerse firme, y seguir escuchando a aquellos dos.
    —Kisame, deja de hacer el tonto. Tenemos visita —Itachi habló con un tono de voz más frío de lo normal, lo que Kisame no supo interpretar como indiferencia o nerviosismo.
    —¿Qué? —fue lo único que pudo decir su compañero.
    La chica palideció. ¿La habían descubierto?
    Itachi seguía sentado en una de las ramas de aquel árbol. Parecía que estaba distraído jugando con uno de sus shurikens, pero no era así.
    —Vamos rubia, sal.
    Temari tragó saliva y se dijo a si misma que eso era lo correcto, que debía salir y hacer frente a su destino. Respiró hondo, se tranquilizó y salió sin rastro aparente de miedo. Se colocó de pie, con las piernas entre abiertas y con un gesto de seguridad y desafío en la mirada.
    De repente, Itachi saltó del árbol y, mientras caía, lanzó el shuriken que momentos antes dibujaba círculos entre sus dedos hacia Temari.
    La chica ahogó un grito, aquello la había pillado desprevenida. Por suerte, la afilada estrella se había clavado en su banda ninja, salvándola.
    —¡Já! —se rió Kisame a su espalda— Cada día tienes peor la puntería. ¡Déjamela a mi!
    —¿De verdad crees que la señorita se va a quedar aquí para que tú le hagas lo mismo que a ese animal?
    Temari sonrió. Así que la había descubierto... Aquel chico era verdaderamente increíble.
    —Lo creas o no, Itachi Uchiha —comenzó a decir Temari mientras sacaba lentamente la mano que había introducido en su bolsa de armas momentos antes. Un simple aviso como el del shuriken no haría que ella se desconcentrara.—, de camino hacia acá pensé en ti.
    —Todo un honor.
    —Volveremos a encontrarnos —prometió la chica sacando una bola de luz y pudiendo, gracias a ella, alejarse de los dos jóvenes y llegar a la ciudad sin ningún otro contratiempo.
    Y, con ese desafío en el aire, cada uno siguió su camino. Pero Itachi no pudo olvidar nunca la arrogancia en la mirada de aquella chica y Temari guardó siempre el shuriken que el mismo Itachi le había lanzado y la banda ninja con la marca de aquel encuentro.

    Se acabó :D Espero que les haya gustado y dejen sus comentarios! ^^
    Un besito :)
     
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