Long-fic Pokénronpa

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por MrJake, 7 Octubre 2017.

  1.  
    Graecus

    Graecus uwu7

    Libra
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    Espera un momento. Si Drake no puede entrar a una sala vacía, tampoco puede volver a su dormitorio y quedarse allí solo, ¿no? Tendrá que pedirle a alguien dejarlo dormir en su cuarto 7u7 (?

    ReverseKuma... ¿Acaso es del Dv3? ¿O ha sido creado por ti? Aun no me acabo el SD2, asi que si es del tercer juego normal que no lo conozca, pero me encanta xD es aun mas grosero que el propio Monokuma uwu

    Me gustaría que Drake hablara mas con Hubert, solo por si acaso. Siento que tienen que conocerse mejor e.e
     
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  2.  
    Lucas Diamond

    Lucas Diamond Dios de FFL

    Aries
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    Oh pls Hubert me está dando muuuy mala espina, en serio. No sé qué se trae entre manos, pero no debe ser nada bueno (?) No me gusta cómo se está comportando, la verdad xD Yo le hubiera dado un guantazo ya (?

    En cuanto a Effy, no puedo evitar pensar que los secuestros de su partido terrorista y el uso del cloroformo tiene algo que ver con el comienzo del capítulo, que dicho sea de paso, es muy wtf. O sea, no sé qué ha pasado ahí, but xD Me dio un escalofrío y todo al leerlo, es horrible.

    Hm... a ver, qué más, qué más... Creo que el próximo escenario del crímen será la sala de basuras, no me preguntes por qué (?) Y será gracias a algo del laboratorio. Básicamente porque son las dos únicas salas que, digamos, no me "pegan" en una academia, si están será por algo. Aunque bueno, el laboratoria sí que pega, but yk xDDD Es todo muy random ahí.

    Y y y Reversekuma, tengo la misma pregunta que Grae, ¿es del tercer juego o es invención tuya? Fuck, me ha encantado, qué puntazo xDD Y los brazaletes, pls. Es que me angustia hasta leerlo, en serio. No puede entrar en una sala vacía, ¿cómo coño va a controlar eso? (? Miedo, rlly.

    Hm... ¿qué más? No he visto fallos técnicos, solo un "no" me parece en un momento que sobraba, but nada importante. Muy bien :'D

    Pues nada, te repito lo de siempre: el capítulo una maravilla. Como tú. Escribe más, please. Te doy lo que tú me pidas.

    Btw, imagino que ya se puede votar, así que voto por Elisa.

    Sigue así, tate,

    Lucas Diamond~ <3
     
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  3.  
    Nami Roronoa

    Nami Roronoa The Gif Queen Game Master

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    OMG, has actualizado tan rápido… ni he tenido tiempo de comentar desde que empezó el juicio :O

    ¡No se ni por donde comenzar a comentar! La clase de juicio fue fantástica, realmente me sentí como si estuviese en una nueva edición de los videojuegos, y creo que usar la banda sonora de DR ayudó un poco a construir ese ambiente; gran idea de tu parte, permíteme comentar. Yo también amé los Scrum Debates, por cierto… y agradecí eternamente que en V3 no hubiese más Logic Dive, porque lo odiaba (?

    Ahora, en cuanto al juicio… por Dios, ¡mucho de eso no me lo esperaba! Bueno, algunas cosas (como Teddy siendo el arma asesina) sí, pero… ¡Ukita el asesino no se me había ocurrido! Y vaya, que motivos… el tema de la suerte de Steve y la rueda de fortuna mortal como motivo estuvo muy bien planteado, realmente creo que funcionaría así, y con Ian haciéndole la cabeza a Ukita… Ian ha tomado un giro interesante en este fic, veo que le has dado el rol de este rival/antagonista menor como lo fueron en los videojuegos Byakuya, Nagito y Kokichi… personalmente, yo lo veo más parecido a Kokichi, en la forma en que lo describes y en como actúa… no estoy segura de como debo sentirme al respecto xD

    La ejecución de Ukita fue sublime. Iba a estar relacionada con Frizz!, eso era evidente pero… no me esperaba aquel Mentos XDD Creí que sería ahogado en Frizz!, pero así son las ejecuciones en Danganronpa, inesperadas (pregúntale a Mondo sino (?) XD). Auqnue claro, me causó mucha tristeza ver morir tan pronto al adorable comilón… los buenos mueren jóvenes (?

    Y en cuanto al siguiente capitulo de esta historia… madre mía, ¡que revelación lo de Effy! ¡No me esperaba que fuese la Súper Terrorista! Fue un giro totalmente inesperado, y hablando de giros inesperados… ¡los brazaletes de la muerte de Mirai-hen! :O No esperaba que los incluyeras, y menos tan pronto en la historia… me pregunto si los tendrán toda la historia o si todos se saldrán una vez que se produzca el siguiente asesinato (que estoy un 90% segura de que esta vez la víctima será Hubert, btw; está tomando una actitud demasiado a lo Twogami con sus buenas intenciones como para que esto termine bien :( )

    ¿Qué más, qué más? ¡Oh, la votación! Bueno, me gustaría votar a Effy, porque quiero saber más de su historia y de por qué se ha vuelto una terrorista, se dio a entender en este capitulo que hay mucho que no se está revelando… pero has dicho que no puedo votar por mi propio personaje, ¿verdad? :'( En ese caso, si no pudiese votar por Effy, mi voto irá para Mimi… quiero saber más de la Súper Tsundere de Secundaria, digo Súper Millonaria (?

    ¡Adiós! ¡Espero el próximo capitulo de esta fascinante historia con ansias!
    Nami.
     
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  4.  
    MrJake

    MrJake Game Master

    Capricornio
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    Título:
    Pokénronpa
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    39
     
    Palabras:
    8441
    Capítulo 2: Recuerdos de Esperanza

    Vida Diaria 2

    El silencio empezó a llenar el gimnasio conforme la gente se iba marchando. Quedé atónito, observando entre el bullicio que se iba desvaneciendo la acción prohibida de mi pulsera. ¿Era cierto? ¿Aquella cosa nos mataría si la acción prohibida sucedía? Tragué saliva, temeroso. Mi acción era “entrar en una sala vacía”.

    Con horror observé cómo el gimnasio había quedado totalmente vacío, e incluso yo mismo noté cómo palidecía poco a poco. ¿Iba a morir? ¿Así de simple? Si estaba en una sala vacía, entonces… moriría. Claro que no noté ningún pinchazo, ni nada extraño. Y fue entonces cuando lo entendí: las acciones prohibidas tenían que ser interpretadas de forma estrictamente literal.

    —De modo que puedo estar en una habitación vacía, siempre que al momento de entrar haya alguien —susurré, en voz alta, mirando el brazalete. Luego alcé la vista, me dirigí a la salida y asomé mi cabeza; no había nadie en los pasillos.

    Tragué saliva. ¿Podría pasar por el pasillo? ¿Se consideraban los pasillos “salas”, o eran todas las demás estancias? Mi tenso silencio se convirtió en un grito cuando noté una mano en mi pierna. Reversekuma estaba ahí.

    —¡Puhehehehe! ¡Eres más asustadizo de lo que creía! ¡Menuda mierda de policía!

    Acaricié mi nuca mientras lo miraba, algo desorientado.

    —R-Reversekuma —si ya Monokuma me daba miedo, aquel otro oso, de algún modo, me resultaba aún más atemorizante. Quizá influía en ello su forma tan brusca y tosca de hablar, sus continuos insultos y su tono de voz grave y áspero—. E-Es que estaba pensando que…

    —Ñeh, no te preocupes —dijo él, con las dos patas sobre la cabeza—. Los pasillos no cuentan como una sala vacía, ¡puedes caminar por ellos sin problemas!

    —Oh. Y-Ya veo —lo miré con ceño fruncido—. Así que sabes la acción que tiene cada uno de nosotros… no has colocado los brazales al azar.

    Reversekuma emitió una ligera risita grave y siniestra, mientras daba pasos hacia atrás.

    —Puhehehe… parece que, después de todo, no eres tan inútil como policía como parece —alcanzó el escenario donde apareció tras un rato retrocediendo ligeramente, y dio un salto con voltereta hacia atrás, diciendo antes de desaparecer—. ¡Pero no conseguirás hacerme hablar!

    Y quedé solo otra vez, meditando por un momento. Si las acciones prohibidas no habían sido repartidas al azar, quizás Reversekuma quería conseguir algo con el reparto de las mismas… desde luego, mi acción no parecía ser particularmente especial, pero, ¿quién sabe? Quizás las acciones de algunas personas estaban diseñadas para incitarles de algún modo a actuar según su voluntad.

    Logré entrar entonces al pasillo sin demasiados problemas, dado que el propio Reversekuma me informó de que los pasillos no contaban como “salas”… y tuve que andar con bastante precaución el resto del día, asegurándome de no entrar a ninguna habitación vacía. Resultaba imposible no notar la enorme tensión: todos tenían una mirada cargada de desconfianza en sus rostros. Había quienes no querían contarle a los demás su acción prohibida, y esa falta de confianza incitaba al resto a no querer contar tampoco las suyas propias. La desconfianza de unos pocos alimentaba la desconfianza de otros. Y, así, la tensión podía palparse.

    Y había quienes actuaban muy raro, tal vez por culpa, precisamente, de las acciones prohibidas. Del nuevo motivo.

    —Hubert, ¿nos dedicaremos hoy a terminar la instalación de cámaras? Puedo subir a revisar si las cámaras del Laboratorio están bien, si quieres —propuso Lucas, en el comedor, entusiasmado. Sabía que, secretamente, él solo deseaba poder tener una excusa para seguir curioseando en el laboratorio. Ese chico se obsesionaba con facilidad con ciertos sitios, al parecer.

    Allí, en el comedor, estábamos Alpha, Hubert, Lucas, Liza, Emily y yo. La última parecía estar bastante triste. No podía evitar observarla de reojo con preocupación… el hecho de que no estuviese con Dante ya era de por sí revelador, de hecho. Pero preferí no darle mayor importancia; aún teníamos reciente la escena de Reversekuma, y quizá su estado de ánimo tuviese algo que ver con las acciones prohibidas…

    … sin darme cuenta, yo mismo estaba comenzando a obsesionarme con las acciones prohibidas. Justo como aquel oso endemoniado quería, probablemente.

    —Bien… creo que… es mejor instalar las cámaras solo en la planta de arriba. Dejemos para más adelante el asunto de las cámaras. Realmente no tiene tanta urgencia.

    Las palabras de Hubert provocaron un enorme desconcierto. De pronto, parecía dubitativo. Sin duda, aquel brusco cambio de actitud respecto a la seguridad era muy extraño… no quería continuar con la instalación de las cámaras, y casi parecía tener miedo. Alcé una ceja, extrañado, y fui a hablar para preguntar, pero Alpha, encogiéndose de hombros, me interrumpió.

    —Bueno, no pasa nada, si no quieres que sigamos instalando las cámaras, me parece bien. De todos modos, no creo que Ian sea peligroso, y no me da nada de miedo que suceda algo malo. Sé que estaré a salvo.

    Aquel comentario también me descolocó. Alpha había colaborado con Hubert desde el principio, desconfiaba muchísimo de Ian y actuaba, en general, con bastante miedo y bastante a favor de sacrificar su libertad a cambio de más seguridad. No era normal que dijese que Ian no le parecía peligroso. Esa declaración… era totalmente incoherente con sus actos previos.

    —N-No entiendo nada —intervino al final Liza, confusa—. ¿Qué os sucede? ¿Es por esas malditas “acciones prohibidas”? —Liza frunció el ceño, molesta, y dio un golpe en la mesa—. ¿Es que no confiáis en el resto? Desde que nos pusieron estos brazaletes, todo el mundo ha estado actuando de forma extraña, pero confiaba en que al menos nosotros confiaríamos los unos en los otros.

    —No tiene nada que ver con la acción prohibida —dijo Hubert—. Simplemente… creo que no es un buen momento para seguir con el plan original.

    Emily agachó la cabeza, taciturna. Lucas toqueteaba su Plantix2000, distraído… y Liza, una vez más, nos miró a todos con gesto irritado y dio un golpe en la mesa.

    —¿Tanto miedo tenéis? Acaso… ¿creéis que corréis peligro si contáis cuáles son vuestras acciones prohibidas? ¿Creéis que los demás podrían tomar ventaja de ellas para matarnos? —nos miró, acusadora.

    Alpha apretó los dientes y se levantó de golpe. Pareció estar a punto de decir algo, y en su frente tenía trazos de sudor frío. Sin embargo, al final su expresión cambió lentamente, pasando por frustración para, finalmente, mantenerse en una sonrisa algo entristecida; irónica, en cierto modo.

    —Claro que tengo miedo. Mi acción prohibida puede usarse para matarme fácilmente por cualquiera… y desconfío de vosotros. Por eso —agarró su muñeca, mostró su brazalete mortal y pulsó el botón. Las letras empezaron a brillar—, no pienso mostraros cuál es mi acción.

    Leí las palabras con detenimiento. La acción de Alpha era… “decir la verdad”. De manera que ahora estaba mintiendo, que todo lo que había dicho era mentira. Alpha, entonces…

    —¿Entendéis ahora por qué estoy de acuerdo con que Hubert no instale las cámaras restantes? ¡Es una buenísima idea eso de retractarse! No es en absoluto raro.

    Sonreí. Así que esa era ahora la forma de comunicarse de Alpha… decir lo contrario a lo que pensaba. Estaba obligado a mentir. Observé cómo Liza sonreía también, no sin algo de tristeza, y agachó la cabeza.

    —¿Veis? Alpha sí que muestra su acción prohibida, porque no tiene miedo —susurró ella—. ¿Por qué no lo hacéis vosotros? ¿Es que desconfíais de los demás?

    —Alpha muestra su acción prohibida porque es difícil que alguien la use para asesinarle —espetó Hubert, de brazos cruzados sobre su silla—. Tal vez nuestras acciones sean más peligrosas para nosotros.

    —Uh, sí —habló de pronto Lucas, rascándose el cabello por debajo de su gorro—. Es un asunto complicado, ¿sabes?

    Emily asintió con una hondísima tristeza, y rápidamente Liza enfocó su mirada en mí. Quedé algo paralizado, era como si esperase una determinada respuesta, pero… ¿q-qué podía decirle? No quería revelar mi acción prohibida, porque… porque tenía miedo. Sí, quizá desconfiase de los demás… ¿era eso malo, acaso? ¿No es lo… natural, después de lo que sucedió con Talía? Al ver que no respondía, apretó los dientes. Y la mirada severa de Hubert la analizó.

    —¿Qué hay de ti, Liza? Tampoco te veo muy interesada en mostrar tu acción prohibida. ¿Por qué no lo haces tú?

    Las palabras de Hubert calaron hondo en ella. Pude notar cómo sus ojos se enrojecían. Las lágrimas comenzaron a descender, y correteó hacia fuera del comedor, bañada en llanto.

    —Uh… s-supongo que deberíamos ir tras ella —susurró Lucas, con un suspiro.

    —… no estoy de acuerdo —mintió Alpha, que se levantó junto al Botánico y se dirigió hacia los pasillos, tras la Criadora.

    Emily, temerosa, se levantó al ver que Hubert y yo también nos marchábamos, y me agarró el brazo. Aquel gesto me sorprendió.

    —N-No os vayáis, por favor. No me dejéis sola.

    Sin embargo, Hubert no me esperó, y se dirigió con paso firme y aspecto enigmático hacia quién sabe donde. Solo Emily y yo quedamos en aquel comedor.

    —Emily, ¿qué sucede? ¿Cómo es que no estás con Dante?

    Ella me miró con ojillos temblorosos.

    —Dante… Dante me ignora. No quiere estar conmigo. Pero… no puedes dejarme sola. Dante no quiere estar conmigo, y no sé en quién confiar. ¿Podrías ayudarme, Drake? —me mostró entonces su acción prohibida, pulsando el botón de su brazalete. “Quedarse sola”.

    —Oh… vaya —susurré. Con pulso tembloroso, llevé mi mano al botón de mi propia pulsera y le mostré yo mi acción. Traté de sonreír de la forma más cordial posible, para que supiese que estaba de su lado, que conmigo no corría peligro. Se la veía demasiado nerviosa e insegura… saltaba a la vista que, sin Dante, se sentía completamente vulnerable—. Supongo que nuestras acciones se complementan muy bien, ¿no? Yo no puedo entrar a una habitación vacía, y tú no puedes quedarte sola. Si vamos juntos, no tendremos que preocuparnos por esas cosas —sonreí una vez más, y ella pareció, por primera vez, hacer lo mismo.

    —Entonces… ¿te importaría que… esta noche durmiésemos juntos?

    No pude evitar enrojecerme exageradamente al oír aquellas palabras. Y ella, que pareció notarlo, hizo bruscos movimientos con las manos, separándose de mí.

    —¡No, no, no, no hablo de eso! Yo… yo aún quiero a Dante, aunque me ignore, ¿sabes? Pero creo que no puede estar conmigo, tal vez por culpa de su propia acción, y yo… no puedo quedarme sola. Necesito que alguien esté conmigo, incluso para dormir. Y si no puede ser Dante, no sé quién más podría ser. P-Por eso te lo pido. Como favor…

    Y, por motivos que, sinceramente, aún me desconciertan un poco, aquella noche acabé tumbado en el suelo, junto a mi cama, sobre unas sábanas y con un triste cojín, mientras que Emily se recostaba plácidamente en mi cama.

    —¿Sabes? —dijo, en un susurro, mirando al techo casi como si fuese el cielo. Se podía reflejar la ilusión en su mirada—. Tengo un presentimiento extraño en mi pecho, casi desde que desperté en esta Academia y todo este juego comenzó. Tengo el presentimiento de que… de que todo saldrá bien, de algún modo. Aunque suelo tener miedo y ser insegura, algo dentro de mí me dice que no debo.

    Me giré para quedar tumbado de lado, mirando hacia ella. Sus cabellos morados se extendían sobre la almohada, y su rostro, visto de perfil, reflejaba una tremenda bondad, un magnetismo extraño que no sabría explicar. Siguió hablando, como si fuese más un monólogo que un diálogo. Casi parecía que hablaba consigo misma, y no conmigo.

    —Cuando vi a Liza tan afectada por la situación, yo… me sentí tremendamente mal. Y, ¿qué me dices de Hubert? Tal vez no lo parezca, porque expresa sus sentimientos menos que el resto, pero ese chico está sufriendo como el que más. Y todo es por culpa de Monokuma y su siniestro hermano, pero… no podemos rendirnos. Sé que suena hipócrita viniendo de una chica tan insegura como yo, pero… es extraño. Creo que, de algún modo, percibo ciertos sentimientos de la gente, ¿sabes? Y esos sentimientos me afectan a mí.

    —Como si tuvieses un talento especial, ¿eh? —le dije, bromeando—. Quizá seas algo más que la Super Modelo.

    Ella sonrió.

    —No, yo no soy buena en nada… solo tuve suerte de ser, según los demás, guapa. Pero eso es todo. Ni siquiera me veo a mí misma tan atractiva como otros dicen. Me considero… normal. Demasiado normal como para ser una Ultimate.

    Volví a colocarme mirando hacia el techo, igual que Emily, con las manos detrás de mi cabeza, reflexivo. Ser “normal”, ¿eh? Yo tampoco me consideraba nada especial. En ese sentido, tal vez me parecía bastante a Emily: aunque los dos éramos Ultimates, ninguno creíamos serlo en realidad. En cierto modo, compartíamos una baja concepción de nosotros mismos. Inseguridad.

    —¿Ves, Drake? —sonrió ella, girándose por un momento para mirarme. Su sonrisa tenía algo especial, definitivamente. Solo con mirarla, lograba hacer que me sintiese mejor—. Ahora mismo, me siento calmada, tranquila y optimista. Ahora mismo, tengo la sensación de que todo va a ir bien. Y eso es porque es la energía que tú me transmites. Es como si… desprendieses esperanza.

    —¿Desprendo esperanza? ¿Yo?

    Con esa reflexión en mi mente, terminamos durmiendo.


    *Bing, bong, ding, dong*

    Por la mañana, las palabras graves de Reverskuma y aquella sirena estridente se combinaron en una tonalidad casi sacada del infierno para mis oídos.

    —¡DESPERTAD, GANDULES! ¡Puhehehehe! ¡Ya son las 8:00 AM, así que moved vuestros culos gordos y flácidos!

    Y el monitor se apagó. Me retorcí en mi sábana, con los huesos molidos por la incomodidad del lugar, y me estiré un poco antes de tomar conciencia de la realidad. Seguía sin llevar del todo bien aquellos madrugones… y, si bien a veces no oía el anuncio de Monokuma, el de Reversekuma sonaba a tan alto volumen que era imposible no escucharlo.

    Para mi sorpresa, Emily ya no estaba en la cama. Cuando me senté y miré las sábanas pulcramente estiradas, observé cómo había una carta sobre las mismas. Un papel escrito del puño y letra de Emily. Lo cogí y empecé a leerlo:

    “Han venido a buscarte Steve, Alpha y Mimi. Decían que iban a probar la piscina en la mañana, para relajarse un poco, y pretendían despertarte, pero les dio pena hacerlo al verte roncando tan a gusto… así que he ido yo en tu lugar. Cuando te despiertes puedes venir, si quieres. ¡Creo que a todos nos vendría bien un bañito para desconectar!

    Un beso, Emily H.”

    Sonreí atontado al leer aquella despedida, y coloqué con suavidad la carta en su sitio. Parecía que la rutina volvía poco a poco, ¿eh? Solo necesitábamos tiempo para estabilizarnos, después de todo. Podríamos sobrellevar nuestras acciones prohibidas sin problemas… o eso quería creer.

    En cualquier caso, me levanté de la cama, me di una ducha y, durante el desayuno, me encontré con alguien, que coincidió conmigo allí.

    Free-time event: Hubert Mattson.

    —Ah, Hubert, buenos días —le dije, forzando mi mejor sonrisa, al entrar. Estaba algo más distante de lo habitual desde que Reversekuma nos habló de nuestros brazaletes y de las acciones prohibidas… incluso se había desentendido por completo del plan de las cámaras. Y eso que era él el que las tenía en su poder, al igual que era el único que sabía dónde estaba guardando todos los objetos personales y demás cosas peligrosas que iba requisando. Su cambio tan brusco debía estar motivado por las acciones prohibidas, ¿por qué si no?

    Con lentitud, me coloqué delante de él, y lo vi con un café que movía de forma milimétrica y a una velocidad constante. Tras mirarme, sacó su tablero de ajedrez portátil.

    —Hace tiempo que no practico —susurró mientras colocaba las piezas, una a una, en sus posiciones correspondientes. Me lo dijo a mí, pero lo cierto es que casi parecía estar hablando consigo mismo—. Los acontecimientos han sido tan frenéticos últimamente que es difícil encontrar un hueco para jugar ajedrez —me miró entonces, y sonrió—. ¿Te apetece probar, Drake?

    —¿Y-Yo? Oh… gracias por la oferta, pero ni siquiera conozco bien las reglas. ¿El caballo movía en “U”?

    Hubert rio suavemente, aunque, en el fondo, parecía algo molesto por el pisotón que debía haberle dado a las reglas del ajedrez. Con todo, era demasiado educado y formal como para reprochármelo, así que se limitó a respirar hondo y decir:

    —El caballo mueve en “L”. Pero eso no es más que una de las reglas básicas de movimiento de piezas. El ajedrez es mucho más complejo, con muchas más estrategias y tácticas. Y todo puede predecirse y calcularse en cierto grado. El ajedrez es casi como una ciencia… y la lógica es fundamental en él.

    —Sí, no hay duda de que tienes una capacidad de deducción brillante, Hubert. Digna del Super Ajedrecista —alabé, con ojos llenos de admiración. En el fondo tenía algo de envidia: yo era el Super Policía, debería de tener una capacidad de deducción tan o más buena que él, pero, desde mi punto de vista, estaba a años luz de alcanzarlo.

    Hubert apartó la vista, algo incómodo por los halagos. ¡Vaya! Parecía avergonzarse un poco cuando se le piropeaba.

    —He oído que jamás has perdido una partida. ¿Es eso cierto? —pregunté, curioso.

    Él asintió con lentitud.

    —Así es. Es por ello que debo practicar —comenzó a mover las piezas, desplazando un peón hacia delante, y se levantó, solo para dar vueltas alrededor de la mesa, observando fijamente el tablero, en silencio. Tardó un tiempo en volver a tocar una pieza, esta vez del bando contrario (el caballo), y, una vez lo hizo, se sentó en su posición original de nuevo—. Suelo hacer partidas simuladas, y trato de pensar como si tuviese dos cerebros diferentes, con dos puntos de vista totalmente diferenciados. Así me convierto en mi propio rival. Es un gran ejercicio para entrenar la mente.

    —Guao —fue todo lo que pude decir, casi en un suspiro. Hubert repetía el mismo patrón de sentarse, mover una pieza blanca, levantarse y caminar alrededor de la mesa, mover una ficha negra, y sentarse de nuevo una y otra vez—. Veo que el ajedrez lleva su tiempo.

    —Sí —asintió, sin apartar la vista del tablero—. A veces he tenido partidas de horas. La paciencia también es un elemento fundamental para el ajedrez.

    —¡H-Horas! Impresionante. Alguien como tú sería buen detective, ¿nunca te lo has planteado?

    Hubert levantó la mirada entonces. Me miró en silencio por un momento, de forma bastante penetrante. Tragué saliva; su mirada era incisiva, y casi parecía estar estudiándome. Tras un rato así, finalmente habló. Juraría que había tenido un debate consigo mismo, como planteándose si debería o no contarme aquello. ¿Tal vez sus “dos cerebros” habían discutido el asunto en aquel tiempo?

    —… tuve mi experiencia en el ámbito detectivesco. Antes de ser ajedrecista me dediqué a la investigación.

    La respuesta me tomó totalmente por sorpresa.

    —¡No me digas! —exclamé—. Entonces, ¡somos casi compañeros de profesión!

    —No. No soy detective, eso tenlo claro —sus ojos oscuros eran fulminantes—. Aquella es una etapa que pasó… y lo cierto es que —agarró la reina blanca, y, de un golpecito con ella, tumbó al rey negro— no me apetece hablar de ello. Lo dejaremos para otro momento.

    Sin más, Hubert se levantó, recogió su tablero y se marchó con lentitud. El Super Ajedrecista, ¿fue detective? Eso podía explicar muchas cosas, sin duda.

    El nivel de amistad con Hubert Mattson ha aumentado.


    Tras el desayuno, me dirigí a la planta superior, ya con mi traje de baño puesto y la toalla al hombro. No podía ocultarlo, estaba bastante emocionado, ¡aún no había visto la piscina! ¿Sería grande? ¿Estaría el agua fresquita? Lo cierto es que me apetecía mucho unirme a Mimi, Steve, Alpha y Emily en su baño, por fin podría relajarme.

    Sin embargo, en los pasillos pude ver a un chico de cabellos oscuros, más abstraído que de costumbre (que ya era decir) pintando un mapa en la pared.

    —¡Chad! Hola, ¿pintando un nuevo mapa?

    Un rugido procedente de alguna parte sonó, estridente, entonces. Chad se giró para mirarme, con unos ojos inyectados en sangre y respiración agitada.

    —… necesito distraerme haciendo algo. Cállate.

    —¿E-Estás bien? —le pregunté, algo confuso.

    —No estoy bien. Tengo hambre. ¡Tengo hambre! —cogió entonces su pincel y comenzó a darle bocados al mango de madera de este.

    —¡H-Hey, sobró desayuno! —le exclamé, agarrando su brazo—. Puedes bajar a comer algo, hombre.

    —¡No es tan sencillo! —exclamó él, que, de un salto, se enganchó a mi cuerpo con las piernas, como un koala, agarrándose a mi cuello con ambos brazos—. ¡M-Mi acción prohibida…! ¡M-M-Mi acción… prohibida…!

    —¡B-Bájate, me vas a tirar! —me tambaleaba por el peso, pero, de algún modo, logré recobrar el equilibrio, aún con Chad sobre mí. Finalmente, se dejó caer hacia atrás, y, bocarriba en el suelo, le dio al botón de su brazalete, al tiempo que hablaba.

    —¿Ves? M-Mi acción prohibida es “ingerir cualquier tipo de alimento”. Me moriré de hambre dentro de poco.

    Guau, sin duda estaba siendo muy dramático. Caricaturesco, en cierto modo, lo cual era irónico, a decir verdad. Pero la verdad era que su acción prohibida era preocupante. Si no podía comer… quizá no “dentro de poco”, pero sin duda acabaría muriendo de inanición. ¿No había alguna forma de ayudarle?

    Entonces, recordé las palabras de Lucas en el laboratorio, cuando nos mostró los distintos tipos de productos que había.

    —¡Ah, ya lo tengo! Tu acción prohibida habla de ingerir “alimentos”, ¿no? Nadie te prohíbe tomar medicinas, ¿verdad?

    —Huh. No te sigo. Me faltan nutrientes, no puedo pensar con claridad —el estómago le volvió a rugir, como un dragón que escupía fuego.

    —Eh, claro… p-pues verás, prueba a hablar con Lucas. ¡Recuerdo que dijo que en el Laboratorio había complementos nutricionales y pastillas que contienen todo lo que la comida aporta al cuerpo! O algo así. Creo que es lo mejor que…

    … ni siquiera pude terminar la frase. Con ojillos brillantes y la lengua fuera, Chad se marchó, correteando a cuatro patas, casi arrastrándose, en busca de Lucas. Y yo quedé allí, de pie, sorprendido y contrariado. Tras un suspiro, me decidí a continuar mi marcha, pero…

    —Oh, ¡no me digas que ya os vais!

    Steve, con un rostro serio, llevaba el pelo revuelto, un bañador aún húmedo y una playera. Se dirigió hacia mí en un tono amigable, pero siempre con la expresión casi vacía. Era extraño… ¿aún seguía afectado? Lo cierto era que echaba de menos sus sonrisas.

    —¡Drake! Llegas bastante tarde… ya nos íbamos todos. Aunque puedes entrar a la piscina si quieres, aunque estés solo.

    … no, por desgracia, no podía. Si no había nadie en la piscina, yo no podría entrar. Vi con amargura cómo Alpha, Mimi y Emily salían de la piscina al poco tiempo después, todos de la misma guisa. Y suspiré, alicaído.

    —No os preocupéis… me bañaré en otro momento.

    Y, con tristeza, me uní al grupo, que se dirigía cada uno hacia un lugar diferente, a seguir con su día a día. Por supuesto, Emily se acercó a mí al verme.

    —¿Viste mi nota? —me preguntó mientras nos dirigíamos a la planta baja, sonriente—. Me dio pena despertarte, por eso no te avisé. Quizá debería haberlo hecho, ¿no? Así podrías haberte bañado, o al menos podrías haber seguido durmiendo en tu cama

    Sentí una especie de calor en mi pecho al verla tan feliz, tan llena de energía. Antes de que pudiese darme cuenta, había pasado su brazo por detrás del mío, y comenzó a caminar a mi lado, agarrada a mí. Me sonrojé, y traté de apartar la mirada de forma esquiva. Con voz algo temblorosa, susurré:

    —N-No, no te preocupes. No es como si me hubiese despertado, de todas formas, ¡cuando duermo soy toda una marmota! —y reí como un estúpido mientras acariciaba mi cabello.

    Emily, sonriente, rio un poco.

    —Sí, ya me di cuenta, ¡Mimi hablaba casi gritando, y ni aun así te despertaste!

    Con aires alegres, entramos en el ascensor detrás del resto, y fue ahí cuando Emily me habló al oído, con tono preocupado.

    —Por cierto… ¿viste a Dante hoy?

    Recordar a Dante, el Ultimate de talento desconocido, la pareja de Emily, hizo que todo cambiase en un instante. ¿En qué había estado pensando? Traté de centrarme, de centrar mi mente. No podía confundirme de esa manera, no era eso lo que Emily buscaba en mí. Así que, sin más, suspiré y negué con la cabeza. Observar cómo su rostro se retorcía de dolor y su mirada se agachaba me partió el corazón. Debía estar sufriendo por Dante, a quien, por cierto, hacía tiempo que nadie veía. Casi parecía que el chico se había aislado, no solo de Emily, sino de todos nosotros.

    Y, así, pronto nos reunimos en el comedor para almorzar, pero no pude evitar sentir que faltaba demasiada gente. Dante no estaba; Chad tampoco, aunque el motivo por el que no asistió era algo que yo conocía, y no podía reprochárselo; Liza tampoco asistió, probablemente aún algo afectada por la escena del día anterior; tampoco vino Effy, que se comportaba de forma esquiva desde que se supo su verdadero talento… y, por último, se ausentaba Lucas, y deduje que estaría en el laboratorio, con Chad, o quizá ocupado con sus plantas: ese chico siempre iba a su aire. La cuestión era que, de catorce estudiantes, solo nueve asistimos al almuerzo.

    —Se te ve cansada, Elisa —comentó Ian, tras terminar de comer, apoyándose en la mesa ligeramente para mirarla. Siempre se sentaba apartado, en una esquina de la mesa. Nadie quería relacionarse demasiado con él—. ¿Todo bien?

    Elisa le miró con ojos enrojecidos y rostro ciertamente cansado. ¿Le sucedería algo? El tono condescendiente de Ian reflejaba una clara doble intención, pero yo me preocupé de verdad por ella. Y Steve, que seguía serio, también pareció preocuparse.

    —Es cierto, Elisa —susurró—. ¿Estás bien? Tienes mal aspecto.

    —… no debéis preocuparos. Estoy bien. Sencillamente, estoy, como ha advertido Ian, cansada. Porque no he podido dormir… a causa de mi acción prohibida.

    Con total tranquilidad y sin dudarlo ni un instante, Elisa mostró su brazalete, pulsó el botón, y las letras se iluminaron: “cerrar los ojos por más de dos minutos seguidos”. Tragué saliva con esfuerzo. Aquello debía ser horrible.

    —Acostumbro a dormir poco, pero lo compenso con mis meditaciones —aseveró la médium, con un tono algo siniestro—. Sin embargo, con los ojos abiertos me es difícil meditar como es debido. Mi acción prohibida parece haber sido diseñada específicamente para mí, al parecer.

    Con todo, pese a su cansancio, Elisa sonrió, con ojos llenos de agotamiento, y no pude evitar sentir que su sonrisa era forzada y algo triste.

    Luego, Ian, no contento con la situación y con una abominable sonrisa llena de malicia, miró a Brendan.

    —¿Qué hay de ti, Brendan? Estás muy callado, aunque supongo que eso es normal en ti, ¿eh? Dime, ¿cuál es tu acción prohibida?

    Para la sorpresa de todos, Brendan no agachó la mirada y guardó silencio, sino que respondió apresuradamente.

    —… no voy a decírtelo.

    —¿Por qué no?

    —Porque no.

    —Oh, vamos, ¡dímela!

    —…

    Ian, tras el silencio de Brendan, se echó hacia atrás en su asiento, y acarició su mentón, reflexivo. Una sonrisa triunfante se dibujó en su rostro.

    —Ya entiendo… creo que lo entiendo.

    —Corta ya, Ian —espetó Hubert, brazos cruzados—. Deja de presionar a los demás. No queremos que provoques más conflictos.

    Ian Lockhart se encogió de hombros, con gesto indiferente.

    —Yo solo hago preguntas, no causo ningún conflicto. Por mucho que prenda una chispa, sin mecha en la bomba no habrá explosión, ¿no?

    Y rio, rio de forma maníaca, pero en voz baja. Como si estuviese maquinando algo en su retorcida y complicada mente. Como si estuviese planeando su próxima estrategia.


    Llegó la tarde, y paseé por los pasillos de la segunda planta con tranquilidad y lentitud, en soledad. Emily iba a pasar la tarde con Mimi, así que no debía preocuparme por ella de momento, y los pasillos eran los únicos lugares en los que podía estar solo y moverme con libertad, sin necesidad de que hubiese alguien allí previamente. Aún seguía con ganas de entrar en la piscina, pero, sin nadie dentro, aquello se convertía en una tarea imposible.

    Y, aburrido, terminé por detenerme en la pared que Chad había decorado pintando un mapa con su particular estilo caricaturesco, analizando el mismo. El pasillo en forma de “L” tenía en su extremo más corto el ascensor, y avanzando desde este, a la izquierda estaba el laboratorio, y a la derecha la sala de música. Luego, cerca de la esquina, en la parte larga de la “L”, estaba la entrada a la piscina; y, al fondo del pasillo, la sala de basuras. A la derecha de la parte larga, además, estaba la biblioteca, que colindaba con la sala de música, pese a que sus entradas estaban en partes separadas.

    Fue entonces cuando una mano en mi hombro me sobresaltó.

    Free-time events: Elisa Daroch

    —¡Aaaagh! —me di la vuelta de forma sorpresiva, respirando con dificultad por la impresión. Elisa estaba detrás de mí, aún con aquel aspecto cansado—. ¡Oh, Elisa! Me has asustado.

    —Haces bien en asustarte. Uno debe tener más miedo de los vivos que de los muertos —me dijo con tono tranquilizador, aunque, a decir verdad, no estaba muy seguro de si debía tranquilizarme o asustarme más aún—. ¿Tratando de matar el tiempo?

    Asentí con desgana. Elisa debía estar también desesperada por ocupar su tiempo en algo. Sin poder cerrar los ojos no podía dormir, y sin dormir, uno podría volverse loco. Sin duda, su acción prohibida era terrible.

    Así, decidí pasar el tiempo hablando con ella un poco. Después de todo, era una chica muy misteriosa y casi no sabía nada acerca de ella.

    —Hey, Elisa, ¿cómo es eso de hablar con los muertos? Perdona que dude de ti, pero… ¿es eso siquiera posible?

    —… ah, eres un escéptico —dijo ella, cerrando los ojos brevemente, casi como si calculase el tiempo para poder descansar la vista sin caer en su acción prohibida—. Los casos como el tuyo son los más divertidos para mí. Me resulta fascinante ver cómo os sorprendéis al comprobar lo real que es el más allá, y lo presentes que pueden estar los muertos.

    Por algún motivo, sentí un escalofrío. Elisa siguió hablando.

    —Desde que nací he sentido una conexión especial con el más allá, con los difuntos, con las almas. Puedo sentir su presencia, llamarlos, notar que están cerca, hablar con ellos bajo las circunstancias correctas… y todo porque tengo un pie en su mundo y un pie en el nuestro.

    —¿Huh? —dudé, pálido. La conversación me resultaba, de algún modo, terrorífica.

    —No debería haber nacido —confesó, seria y secamente.

    —¿C-Cómo dices?

    —Morí en el vientre de mi madre. Mi madre acudió al hospital para que extrajesen al bebé sietemesino en su vientre que había perdido todo signo de vida, solo para poder liberarse de la carga inerte que suponía. Pero… algo inexplicable ocurrió, y, cuando estuve fuera, descubrieron que mi pulso se fue recobrando poco a poco, que la vida comenzaba a nacer en mí. Desde ese momento, fui un híbrido. Una mezcla entre vida y muerte, un ser que está a caballo entre los dos mundos.

    Di, instintivamente, un paso atrás. Era una forma peculiar de explicarlo, pero entendía el razonamiento de Elisa, el motivo por el que decía que tenía esos poderes. Porque “murió”, de alguna manera, antes siquiera de empezar a vivir. Pero no pude ocultar mi expresión de incredulidad, y, por eso, Elisa inclinó la cabeza hacia un lado.

    —Tienes un aura extraña que te rodea constantemente, ¿lo sabías? —me dijo, y, por alguna razón, sus palabras me pusieron en alerta—. Como si hubiese alguien velando por ti desde el otro lado.

    —¿A-Alguien velando por mí, dices?

    —Sí. No me cabe duda. Perdiste a tu mentor y mejor amigo tiempo atrás, y su alma, de algún modo, sigue en ti. Sigue protegiéndote, dándote fuerzas. En cierto modo, crees que el talento que tú ostentas debería haber sido suyo, ¿verdad, Drake?

    Mis ojos se abrieron, desencajados.

    —¿C-Cómo… dónde has oído eso?

    Elisa hizo una especie de reverencia.

    —No lo he oído en ninguna parte, solo es una pequeña muestra de mi poder. Solo es lo que el viento etéreo que te rodea me susurra.

    El nivel de amistad con Elisa Daroch ha subido.

    La información sobre Drake se ha ampliado.


    Y, tras mi experiencia mística con Elisa, llegó la hora de la cena, y luego el anuncio de Reversekuma:

    —¡SON LAS 10:00 AM! Ya es oficialmente tiempo nocturno, así que todo el maldito mundo a sus jodidas habitaciones. O no, yo qué sé, me da igual. ¡Puhehehe!

    Acompañé a Emily a su dormitorio antes de dirigirnos al mío, pues tenía que coger pijamas y otras ropas; había decidido que quería seguir durmiendo en mi dormitorio, conmigo… y, en fin, yo no pude hacer otra cosa que aceptar, ¿cómo podía negarme ante alguien tan dulce como ella? Por culpa de su acción prohibida no podía estar sola en ningún momento, y dado que Dante no parecía querer relacionarse con nadie, necesitaba de alguien que estuviese con ella. En cierto modo, tal vez aquella situación tenía su parte positiva: Emily estaba aprendiendo a vivir al margen de Dante, a no depender de él… pese a que siempre estuviese pensando, en el fondo, en su amado.

    Y la dureza del suelo me volvió a abrazar esa noche, machacando mis cansados huesos. Un día más acababa en la Academia. Un día más sin crímenes ni conflictos. Quién sabe cuánto durarían.


    *Bing, bong, ding, dong*

    —¡DESPERTAD, GANDULES! ¡Puhehehehe! ¡Ya son las 8:00 AM, así que moved vuestros culos gordos y flácidos!

    Ugh, no llevaba nada bien aquellos anuncios de Reversekuma, ¿por qué tenía que ser su voz tan grave y sonora? Con Monokuma todo era más tranquilo, desde luego.

    Alcé mi mirada y, esta vez sí, pude ver a Emily, aún dormida, con su rostro mirando hacia mí, pero con ojos plácidamente cerrados, sumida aún en el sueño. Me recosté de lado, admirado ante su capacidad de sueño, ¡ni siquiera yo pude mantenerme dormido tras aquel anuncio! Emily debía estar tremendamente cansada, desde luego, para poder dormir tanto. Deduje que su cansancio era más bien mental y emocional, antes que físico. Era una chica delicada, aunque tuviese esa especie de “energía” tan intensa, aunque transmitiese tanto solo con una mirada, solo con una sonrisa. Todo el juego de asesinato mutuo debía de estar afectándola muchísimo, y la “pérdida” de Dante solo complicaba las cosas.

    En otras circunstancias, habría dejado que siguiese durmiendo y habría ido a desayunar tranquilamente, pero no podía hacer eso; no podía dejarla sola, porque, de hacerlo, su acción prohibida se cumpliría, el veneno se inyectaría en su piel y Emily moriría… y no solo eso, sino que yo sería considerado culpable de asesinato, y… otro de aquellos juicios infernales comenzaría. Pensar en ello me hizo darme cuenta de la enorme confianza que Emily estaba depositando en mí: podía acabar con su vida de forma tremendamente sencilla, simplemente abandonando mi dormitorio. Y, con todo, confiaba en que no lo haría, y descansaba tranquilamente.

    Me sorprendieron sus ojos morados, que se abrieron súbitamente. Su mirada penetró en la mía de pronto, y ella sonrió.

    —Vaya… parece que me he quedado dormida, ¿no? —bostezó, estirando sus brazos hacia arriba—. Si tú estás despierto, eso es que debe ser ya tarde.

    Sin darme cuenta, me había puesto colorado al verme sorprendido mirándola mientras dormía. Respondí titubeando:

    —N-No, tranquila, el anuncio ha sonado solo hace unos minutos.

    Con inusitada energía, Emily se incorporó, quedó sentada en la cama y, dando una palmada, dijo con aires sonrientes:

    —¿Y bien? ¿Vamos a desayunar?

    Un día más pasaba. Emily y yo terminamos yendo a la biblioteca, acompañados de Steve, Mimi y Alpha (de algún modo, parecía que estábamos conformando una especie de “grupo”); habíamos acordado que buscaríamos entre los libros que hubiese por allí alguna información acerca de la Academia, de Monokuma y su obsceno hermano, o de algo de lo que estaba pasando. Cada uno de nosotros se ocupó de una parte de la bibloteca: Emily se ofreció a inspeccionar los libros de la zona sur, mientras que Steve y Alpha revisaban los de las zonas oeste y este, respectivamente. Mimi se ocupaba de la norte, y, mientras, yo rebuscaba entre los libros que había en las estanterías que formaban un cuadrado en el centro de la sala, alrededor de varios sillones, conformando una especie de “habitación” relajante y aislada para leer. Allí fue donde me iba sentando, cargado de libros, para ir hojeándolos… pero por más libros que miraba, no había nada interesante. La mayoría eran novelas y libros de ficción, nada de historia, nada real; y, por supuesto, nada acerca de lo que estaba sucediendo.

    Y, mientras leía el último de los libros que parecían mínimamente interesantes, Mimi apareció con tres más entre sus manos, tomando asiento frente a mí.

    Free-time event: Mimiko Honda

    —Estoy harta ya de leer estas mier… digo, estos libros.

    La chica soltó con desgana los libros a su derecha, y se recostó en el sofá. No pude evitar observarla en silencio, analizándola sin darme casi ni cuenta. Pero ella sí que se dio cuenta, por supuesto.

    —¿Qué sucede? ¿Qué miras, Apes… digo, Drake?

    Vaya. Mimiko Honda estaba siendo extrañamente “amable”. Tal vez aquella fuese una buena ocasión para hablar con ella, de modo que, deseando desconectar de la repetitiva y laboriosa tarea, decidí iniciar una charla amistosa.

    —Oh, nada, me había quedado un poco abstraído. Oye, Mimi, estaba pensando… ¿es cierto eso de que tu familia, los Honda, son los más ricos del mundo?

    Henchida de orgullo, Mimiko sacudió su pelo de forma ególatra.

    —Hmpf, claro que sí. Los Honda tenemos la mayor fortuna del planeta, y mi padre encabeza siempre las listas de personalidades más influyentes del mundo.

    —¿Cómo se consigue tanto dinero? E-Es solo curiosidad, no pretendo ser entrometido.

    Pero, lejos de molestarse, Mimi pareció entusiasmada de poder hablar de aquello. Después de todo, estaba en su elemento; el dinero. No en vano era la Super Millonaria.

    —Bueno, mi padre dirige y tiene acciones en centenares de empresas. Controla multinacionales de todo tipo, todas ellas exitosas y con altos niveles de producción. También explota hoteles, centrales de energía, restaurantes…

    E-En resumen: su padre ha comprado medio mundo, y obtiene beneficios de ello.

    —Y supongo que tú eres su única heredera, ¿no es así? —susurré, casi como si intuyese que la respuesta a esa pregunta no fuese a ser especialmente agradable.

    —Sí, bueno… ahora lo soy. Tuve un hermano, una vez, pero eso es agua pasada.

    —¿M-Murió?

    —¿¡Qué dices!? —exclamó ella, cejas alzadas—. No, no murió. Simplemente decidió renunciar al apellido Honda. Pf. Es un estú… eh, quiero decir, no entiendo por qué lo hizo. Nunca se llevó bien con la familia en general, y con mi padre en particular, pero en fin…

    —De modo que, de no ser porque tu hermano renunció a su herencia, ahora mismo tú no serías una Ultimate.

    No pensé mucho en lo que decía, y, conforme estaba hablando, me di cuenta de que aquella frase, probablemente, heriría profundamente el orgullo de la chica. No obstante, en lugar de comenzar una retahíla de improperios y de menosprecios, como era de esperar en ella, pareció contenerse, hasta el punto de que se puso algo roja. Y, tras eso, se levantó sin más, dando un zapatazo en el suelo y marchándose, dejando los tres libros que había traído allí mismo, sobre el sofá.

    S-Supongo que… ¿mi relación con ella… mejoró?

    El nivel de amistad con Mimiko Honda aumentó.


    Y, en efecto, el día pasó, sin muertes, sin conflictos… cargado de rutina, de tedio, de aburrimiento. Quizá era mejor así, después de todo. Quizá todo era mejor si no había nada que hacer, si podíamos permitirnos aburrirnos. Lo único que me preocupaba era que alguien terminase activando su brazalete de la muerte, o que el motivo que estos suponían terminase por manifestarse en un asesinato.

    Pero, por el momento, aunque con nuestras dificultades, parecíamos estar sobrellevándolos. Sin embargo, me preocupaba. Hubert se comportaba de forma extraña, y Dante más aún. Liza estaba especialmente sensible, aparentemente por culpa de las acciones prohibidas. Chad y Elisa tenían acciones prohibidas peligrosas para su propia salud, y no estaba seguro de si podrían aguantar mucho tiempo sin terminar por activar sus brazaletes… y lo último, y no por ello menos importante, era Ian. ¿Estaría tramando algo? ¿Debería preocuparme? ¿Sucedería un nuevo crimen, una nueva muerte, o viviríamos eternamente en aquella frágil paz?

    Por algún motivo, sentía un pálpito. El presentimiento de que no faltaba mucho para que sucediese una desgracia. El problema era que había demasiadas cosas que podían salir mal, tantas… que era difícil adivinar cuál estallaría primero.

    Reglas vigentes:

    >> Regla 1: durante el día, los alumnos podrán recorrer la Academia a su antojo, con escasas restricciones. En la noche, el acceso a determinados lugares quedará restringido.

    >> Regla 2: a las 8:00 AM sonará el anuncio escolar que dará comienzo al día oficialmente, y a las 10:00 PM sonará el anuncio escolar que dará paso al tiempo nocturno. No existen restricciones de sueño, cada alumno es libre de dormir o no dormir como lo estime conveniente.

    >> Regla 3: el Director de la academia y el resto de profesores no podrá interferir directamente con los alumnos; no podrá dañarlos físicamente o interferir en el desarrollo normal de sus actividades.

    >> Regla 4: los alumnos deberán asistir a las clases que el Director o profesores impongan de forma estrictamente puntual. Se permitirá un retraso máximo de 20 minutos, a partir del cual se considerará esta regla como incumplida.

    >> Regla 5: en caso de incumplimiento de una regla, las ametralladoras ejecutarán al infractor de la regla.

    >> Regla 6: únicamente quienes se gradúen podrán salir de la Academia. Quienes se gradúen no podrán volver a entrar, tendrán que dedicar su vida a cumplir con sus obligaciones como graduado o graduada en el exterior. El método de graduación se definirá en posteriores reglas.

    >> Regla 7: el desconocimiento de una regla no exime de su cumplimiento. El respeto a las reglas será estricto y deberá ser mantenido en todo caso, sin excepciones.

    >> Regla 8: el Director o los profesores pueden dar órdenes siempre dentro de los límites establecidos. Si no se cumple una orden válida, las ametralladoras dispararán al rebelde.

    >> Regla 9: los objetos personales pueden ser robados en cualquier momento por otro alumno, pero ningún alumno, bajo ningún concepto, podrá tener en su poder más de dos objetos personales.

    >> Regla 10: el Director podrá añadir nuevas reglas conforme estime conveniente, sin alterar reglas ya existentes.

    >> Regla 11: cuando un asesinato suceda, comenzará la investigación. Durante la investigación, cualquier sala de la Academia que hubiese estado disponible antes del crimen, independientemente de la hora, será abierta para facilitar la misma. Pasado el tiempo que el Director o los profesores consideren oportuno, la investigación finalizará y comenzará una clase de juicio.

    >> Regla 12: en la clase de juicio, todos votarán a un culpable. Si resulta ser el verdadero asesino, será ejecutado; si resulta no ser el verdadero asesino, todos salvo este serán ejecutados, y el asesino podrá graduarse.

    >> Regla 13: los brazaletes de la muerte, una vez colocados en las muñecas de los alumnos, no podrán ser retirados, y causarán la muerte de cualquier alumno que incumpla la acción prohibida en ellos descrita. La acción prohibida puede ser secreta o no, a juicio del alumno.

    >> Regla 14: si algún alumno lograse retirar un brazalete de la muerte de alguna forma, estaría incumpliendo una regla, por lo que sería castigado por las ametralladoras.

    >> Regla 15: una muerte de un alumno por culpa del veneno de los brazaletes daría inicio a una clase del juicio. Si fue otro alumno el que provocó que la víctima llevase a cabo la acción prohibida, conociese o no el contenido de su acción prohibida, sería considerado el culpable de asesinato. En caso de que la víctima muriese por su propia negligencia, se consideraría suicidio, por lo que en la clase de juicio habría que votar por la propia víctima para resultar victoriosos.

    >> Regla 16: las acciones prohibidas deben ser interpretadas de forma estrictamente literal.

    >> Regla 17: se dará el anuncio de descubrimiento del cadáver cuando tres o más personas encuentren a un estudiante muerto.

    >> Regla 18: de acuerdo con las reglas anteriores, se considerará culpable a efectos de una clase de juicio a todo aquel que provoque la muerte directa de otro. En caso de venenos, trampas y otro tipo de muertes indirectas, será considerado el culpable el que haya colocado el veneno, preparado la trampa o programado la vía que provoque la muerte del tercero, independientemente de que otras personas participen en el acto de otras formas.

    >> Regla 19: solo una persona puede ser considerada culpable de un asesinato. En caso de empate en votación en una clase de juicio entre dos alumnos, se considerará acertada la elección si uno de los dos es el culpable, y solo esa persona será ejecutada. No caben empates entre más de dos personas.
    Estudiantes: 14
    - Drake Orestes – Super Policía (VIVO)
    Objeto: Pistola
    Datos obtenidos: nuestro protagonista, y el proclamado Super Policía. En realidad, es un chico bastante despistado y olvidadizo que, según dice, logró ser policía de prestigio simplemente por tener suerte. Aun así, la experiencia como investigador es algo que ha adquirido, y, aunque no tenga demasiada atención por según qué detalles y no se le dé del todo bien memorizar nombres, intente hacer honor a su talento.
    Drake tuvo una vez un mentor y gran amigo, que le enseñó todo lo que sabe como policía. Algo sucedió, y dicho amigo terminó muriendo prematuramente. Este hecho motivó que fuese Drake el que acabase siendo considerado el Super Policía; y tal vez es por ello que nuestro protagonista no siente que le corresponda ese talento: porque cree que debería ser su mentor el verdadero Ultimate.
    Acción prohibida: entrar en una sala vacía.

    - Steve Stone – Super Suertudo (VIVO)
    Objeto: Revista Ultimates.
    Acción prohibida: ???


    - Ian Lockhart – Super Estratega (VIVO)
    Objeto: Game Boy
    Acción prohibida: ???

    - Alpha Xenodis – Super Deportista (VIVO)
    Objeto: Bate de béisbol
    Acción prohibida: decir la verdad.

    - Ukitashi – Super Comilón (MUERTO)
    Objeto: Sándwiches

    - Talía Wells – Super Estrella Infantil (MUERTA)
    Objeto: Teddy el oso

    - Hubert Maddsson – Super Ajedrecista (VIVO)
    Objeto: tablero portátil
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: ganador de múltiples torneos de ajedrez, Hubert nunca ha perdido una partida. Dedica mucho tiempo a practicar, y es conocido por sus increíbles capacidades lógicas y deductivas. Afirma que tiene la capacidad y la costumbre de pensar como si tuviese dos cerebros; esta práctica le ayuda a entrenar su mente y a desarrollar una enorme capacidad para colocarse en la posición de otros y usar su lógica como si fuese la suya propia.
    Antes de ser ajedrecista, de hecho, Hubert fue detective, pero no se conocen más datos a este respecto.
    Acción prohibida: ???

    - Effy Joy – Super Terrorista (VIVA)
    Objeto: cloroformo
    Acción prohibida: ???

    - Lucas Diamond – Super Botánico (VIVO)
    Objeto: Plantix2000
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Lucas desprecia las ciudades por considerar que su construcción implica necesariamente la muerte de muchas plantas, a las que considera amigas. Aun así, vive en un laboratorio en medio de una jungla, en solitario, y parecía no ser consciente de que su construcción en sí, probablemente, haya supuesto ya la muerte de muchos animales. Ha creado el Plantix2000 él solo, una máquina que permite "comunicarse" con las plantas: analizarlas, saber sus necesidades, etc.
    Acción prohibida: ???

    - Liza White – Super Criadora (VIVA)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: criada en un zoo, donde vivía con sus padres, cuidadores de éste, Liza pronto se hizo amiga de los animales y comenzó a amarlos, a todos y a cada uno de ellos, incluidos los insectos y otros bichos que puedan ser considerados asquerosos por la mayoría de la gente. Un buen día, Liza liberó a todos los animales simplemente porque quería que fuesen libres. Para ella, los animales son equivalentes a los humanos, y deberían de ser tratados prácticamente en igualdad de condiciones.
    Acción prohibida: ???

    - Emily Hodges – Super Modelo (VIVA)
    Objeto: Kit de maquillaje
    Acción prohibida: quedarse sola

    - Dante Miles – Super ¿? (VIVO)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Dante no recuerda prácticamente nada sobre su pasado. Sabe que tenía amigos, pero no los recuerda; sabe que sucedió un evento importante en su vida, pero no recuerda qué fue; ni siquiera recuerda su talento ni cómo se dio cuenta de que lo tenía. Insiste en que, tal vez, no tenga ningún talento, para empezar. Lo único que recordaba con claridad al despertar era que amaba a Emily, y ese sentimiento parecía ser correspondido por ella.
    Acción prohibida: ???

    - Chad Redflame – Super Dibujante (VIVO)
    Objeto: Pincel y pinturas
    Acción prohibida: ingerir cualquier tipo de alimento

    - Brendan Ruby – Super Periodista (VIVO)
    Objeto: Cuaderno y bolígrafo
    Acción prohibida: ???

    - Elisa Daroch – Super Médium (VIVA)
    Objeto: Cartas de tarot
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Elisa nació tras siete meses de embarazo, después de que los médicos afirmasen que había muerto. Cuando fueron a extraer el cuerpo aparentemente inerte del vientre de su madre, comenzó a mostrar repentinamente signos vitales, "regresando" de entre los muertos, de alguna forma. Elisa afirma que es este el motivo por el que puede comunicarse con los difuntos, y está plenamente convencida de que sus poderes son reales; para ella, es todo un reto mostrar la veracidad de sus técnicas a los más escépticos, y toda una satisfacción observar sus rostros cargados de sorpresa.
    Acción prohibida: cerrar los ojos por más de dos minutos seguidos.

    - Mimiko Honda – Super Millonaria (VIVA)
    Objeto: Teléfono móvil
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: los Honda son la familia más rica del mundo, dueños de múltiples empresas y todo tipo de negocios que les hacen, en resumen, tremendamente influyentes y con capacidad para controlar muchísimos sectores de la sociedad. Sin embargo, Mimi no era la heredera original de toda esta fortuna; tiene un hermano mayor, verdadero heredero por derecho, que decidió renunciar a los derechos que, como Honda, le corresponderían. Al renunciar a su apellido y a la herencia, Mimi se convirtió en la Super Millonaria.
    Acción prohibida: ???
     
    Última edición: 29 Octubre 2017
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    Lucas Diamond

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    Madre mía, estos brazaletes me están angustiando mucho, en serio xD Cuando leí la acción de Drake fue como "Oh fuck, ese muchacho tiene un problema", pero veo que ha tenido suerte y todo xDD ¿No comer? Uf, terrible, terrible. Yo no podría (aunque no lo creas (?)). Pero bueno, eso al menos tiene solución con las vitaminas esas (lo cual deja a Chad tremendamente expuesto a Lucas, por otro lado. Deeeeath :D). Sin embargo, no cerrar los ojos por más de dos minutos... ARGH, es que me duele solo de leerlo.

    ¿Cómo puedes ser tan cruel? (?

    Yo pensaba que las acciones eran cosas más simples, pero nop xD Por lo que se ve es algo bastante hardcore. Yk, ya te he contado que hoy he soñado con pokenronpa, y en parte era por los brazaletes. Si llego a haber leído esto ayer, no me lo quiero ni imaginar (?

    What else... creo que el próximo asesino va a ser Hubert, porque yk, es extraño que haya decidido quitar las cámaras. No sé, no me cuadra (??) A Elisa sin embargo no la veo como asesina, por mucho sueño que tenga. O quizás quiera ayudar a algún amigo a que vaya a una vida mejor y se libre de los brazaletes, idk.

    Por otro lado, me extraña que Dante esté desaparecido, aunque perfectamente me cuadraría que esa fuese su acción. Pero Effy... ñeh, eso no me pega tanto. Qué onda con esa muchacha.

    No sé qué más comentarte, la verdad xD Me ha encantado el free time de Elisa así que no me arrepiento (? Drake tenía senpai :D

    La narración se me hace muy fluida y muy amena, apenas te das cuenta de que estás leyendo, y la acción es muy interesante desde el primer momento, aunque sea una simple conversación con un Ultimate. Felicidades por eso también.

    Terminaré con una frase que me ha gustado mucho, ykw:

    "—¿Ves, Drake? —sonrió ella, girándose por un momento para mirarme. Su sonrisa tenía algo especial, definitivamente. Solo con mirarla, lograba hacer que me sintiese mejor—."


    Me ha encatado, sigue así,

    Lucas Diamond~ <3
     
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    Graecus uwu7

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    Me ha matado de risa el hecho de que la acción prohibida de Mimi sea decir malas palabras xDD ella debe creer que tiene la peor acción prohibida, seguramente (?

    Pos yo creo que la que va a morir es Emily :< la estamos viendo mucho en escena, y su acción prohibida es muy fácil de cumplir. Aunque tambien es verdad que ha habido mucho rollo con Hubert en varios caps anteriores, asi que estoy perdido :c

    Estoy notando que las acciones prohibidas de algun modo se conectan con otras e.e Mimi y Alpha por ejemplo deben controlar sus palabras en todo momento, Drake y Emily no pueden estar solos, Chad depende de las pastillas nutricionales de Lucas, etc. No logré adivinar la acción de Brendan, y Ian parece no verse afectado por nada en lo absoluto. Conociendo a Monokuma seguramente no le puso acción prohibida para que pueda seguir liandola entre el grupo sin preocuparse por otra cosa xD

    Y el senpai de Drake e.e ni idea de quien podria ser. Pero me pondré a pensarlo a ver si se me ocurre algo uwu/
     
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    MrJake

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    Capítulo 2: Recuerdos de Esperanza

    Vida Diaria 3


    Aquella tarde, Effy Joy y Liza White decidieron presentarse para el almuerzo. Desde que Liza se vino abajo por culpa de la desconfianza que todos sentíamos entre nosotros, no volvió a mostrarse demasiado en público. Se la veía tremendamente desaliñada, despeinada, e incluso algo sucia, cosa que era bastante extraña en ella, que solía ir siempre limpia y arreglada; siempre sonriente, siempre alegre.

    Y respecto a la Terrorista… bueno, fue la última en llegar al comedor, y todas las miradas se alzaron de los platos cuando la vieron pasar, silenciosa, con la mirada seria enfocada en la nada. Se sentó con detenimiento, y miró en ambas direcciones.

    —¿Qué? ¿Algún problema? Tengo derecho a comer, como todos vosotros.

    … salvo si eras Chad, claro. Él, Dante Miles y Elisa Daroch eran los únicos que no estaban en el lugar. Bueno, también faltaba Lucas, pero supuse que la acción prohibida de Chad justificaba que ambos se ausentasen: Lucas tendría que revisar la particular “dieta” de Chad. O quién sabe, quizás estuviese con sus plantas. Ese chico era un caso aparte. Respecto a la Medium… me preocupaba, no podía negarlo. Su acción prohibida le impedía dormir, ni siquiera por un par de minutos, y eso debía estar desgastándola tremendamente. Era cuestión de tiempo que terminase desfalleciendo, y eso supondría su muerte.

    Sentados en la mesa, Emily hizo la misma observación que yo, susurrándome al oído.

    —Elisa no ha venido. ¿Crees que… se habrá quedado dormida?

    Tragué saliva. Creo que mis labios se movieron para decir “espero que no”, pero si lo dije, fue tan bajo que ni siquiera yo puedo recordarlo. Como fuese, el mismo de siempre volvió a interrumpir, volvió a cortar la paz de raíz. Volvió a intervenir con uno de sus juegos mentales, con una de sus estrategias.

    —En realidad es genial que estés aquí, Effy —habló Ian, apoyando los pies sobre la mesa mientras se retrepaba en la silla—. Así podremos abrir un debate sobre varias cosas que me interesa sacar a la luz y que se han ignorado u omitido desde el juicio de Talía.

    —… ahora no, Ian —sentenció Hubert.

    —No empieces otra vez —susurró, apartando la mirada, Emily.

    —¡Cierra esa boca… ehm, por favor, no hables! —exclamó Mimi, apretando los dientes.

    Pero cada frase tratando de frenarle parecía ser un incentivo para que hablase más aún. No planeaba detenerse.

    —Hay una cosa que quiero preguntarle a la Super Terrorista, pero antes… quisiera aclarar un par de dudas que tengo respecto a la clase de juicio que aconteció hace algunos días. Es una pena que haya algunos ausentes, pero no es una ausencia relevante. Los que me interesan están todos aquí.

    Con rostro lleno de ira, Alpha dio un golpe en la mesa.

    —¡Habla de una vez! ¡Estamos deseando oírte! —obviamente, quería decir justo lo contrario.

    Ian se encogió de hombros.

    —Seré breve. Mimiko Honda, ¿tu enfermedad sigue bien?

    Repentinamente, la aludida alzó la cabeza con estupor, y todos volteamos a mirarla. Sus ojos temblaban sobre una y otra mirada, acongojada. La mandíbula inferior tembló, también.

    —¿D-De qué hablas? —replicó, palideciendo con tranquilidad.

    —De la enfermedad que padeces —Ian sonrió, malévolo—. No hace falta ser un lince para deducirlo. Programar una alarma en tu móvil para antes de comer en un sitio como este… muchos tratamientos médicos exigen que tomes un medicamento regular. ¿Crees que no vi todos esos botes de pastillas de tu dormitorio cuando entré a coger tu teléfono, usando mi llave maestra?

    —¿Mimi…? —susurró Emily. Ian no se detuvo.

    —Estaba esperando a que lo confesases, pero como veo que no lo haces, he decidido revelarlo, porque saber la verdad detrás de tu enfermedad puede ayudarnos a saber la verdad detrás de toda esta situación.

    —Grr… —Mimi apretaba los dientes, y el pálido comenzó, lentamente, a transformarse en rojo, rojo de ira. Se contenía, hacía un esfuerzo indecible por retener su rabia—. E-Estás aprovechando que no puedo decir palabras malsonantes para sacar el tema con más facilidad, ¿cierto?

    —Oh, ¡así que realmente es esa tu acción prohibida! Tenía mis sospechas, pero no estaba seguro —gesticuló ampliamente con sus manos—. ¡Gracias! Así mato dos pájaros de un tiro. ¿Y bien? Entonces… ¿vas a confesar o no que estás enferma?

    Decidí intervenir. Había una cosa en las palabras de Ian que no me había quedado clara, algo que sonaba extraño.

    —Un momento, Ian. ¿Cómo es posible que hubiese medicinas en el dormitorio de Mimi? De ser así… ella tendría más de un objeto personal, ¿no es cierto?

    Ian asintió, poniéndose serio, y se cruzó de brazos.

    —Exacto. A mí también me extrañó… pero cuando pudimos acceder a la segunda planta, todo cobró sentido.

    —¿Huh? —Hubert alzó la mirada entonces, curioso—. Explícate. ¿Qué encontraste en la segunda planta?

    —Vaya, así que el Ajedrecista muestra interés ahora en la segunda planta, después de pasar todos estos días sin siquiera asomarse por allí, ¿eh? —tras su pulla, Ian inclinó la cabeza hacia un lado ligeramente y retomó el hilo—. En el laboratorio había varios estantes llenos de distintos productos, pero… una de las baldas estaba casi vacía. Faltaban muchísimas medicinas, ¿cierto? Mi teoría es que dichas medicinas son las que Mimiko tiene en su poder.

    Fruncí el ceño, y, en silencio, comencé a meditar.

    —¿Qué relación puede tener todo eso con los objetos personales? —habló Liza, con cierta pesadez en la voz.

    Ian sonrió.

    —Porque no son objetos personales. Las medicinas no pueden considerarse objetos personales porque son de la academia. ¿No lo entendéis? Esas medicinas no vinieron de fuera, no son algo que Mimiko trajese de fuera, algo suyo. Y, aun así, estaban en su dormitorio.

    —No tiene sentido —intervino Steve, reflexivo—. Mimi no pudo acceder a las medicinas antes del juicio.

    Fue entonces cuando mi mente dio con la clave.

    —… y nunca llegó a ir, efectivamente, no pudo hacerlo. Es probable que alguien, seguramente la mente maestra, colocase personalmente esas medicinas, medicinas que ella necesitaba. Y eso implicaría que… —sentí un escalofrío. Realmente aquello podía ser un dato importante. Mis ojos buscaron el contacto visual con Ian, que me miraba de forma extraña. ¿Qué pretendía ese chico? Acababa de guiarnos a todos hacia una pista; de forma brusca, sí, pero era una pista. ¿Era Ian enemigo… o amigo? —. Implicaría que la mente maestra conocía de antemano la enfermedad de Mimi y dejó las medicinas preparadas para que ésta pudiese tomarlas.

    —¡Bingo! —un solitario aplauso provino entonces de las palmas del Estratega, que unía a un ritmo lento y pausado sus dos manos, provocándome más inquietud que regocijo—. Justo ese es el punto, Drake Orestes, Super Policía. No esperaba menos de ti.

    Decidí ignorarlo, y centré mi atención en Mimi, emocionado por la situación. Sentía que mis ojos se salían de las órbitas: podíamos tener una pista al alcance de nuestra mano, podíamos tener la posibilidad de saber algo sobre la mente maestra. Y Mimiko Honda podía tener la clave.

    —Mimi, por favor… entiendo que no quieras dar detalles sobre tu enfermedad, y no te pediré que lo hagas, pero, ¡al menos dinos, dinos quiénes lo sabían! La mente maestra, quienquiera que sea el que nos está haciendo esto, debía saberlo.

    Mimi guardó silencio por un momento, cabeza agachada. Con lentitud, pronunció algunas palabras en tono muy bajo.

    —Solo lo sabe mi entorno cercano. Mi padre, mi hermano y mis médicos de confianza. Y uno de mis sirvientes. Nadie más, absolutamente nadie más.

    El silencio se hizo en la sala.

    —Entonces es lógico deducir que probablemente uno de los Honda esté detrás de esto —concluyó Hubert.

    —… los Honda son malos —intervino, de pronto y sin previo aviso, Brendan—. Lo dicen todos los periódicos —los que él mismo escribe, quiere decir, ¿no?

    —Además, si son ricos, es probable que puedan permitirse montar una enorme infraestructura como esta, ¿no? Este sitio parece haber sido preparado de antemano para este propósito, hacer que nos matemos, obligarnos a cumplir las normas, encerrarnos sin posibilidad de salir —Steve susurraba, más que hablar.

    —¡N-No es posible! —aludió Mimi—. Mi familia nunca haría nada así. M-Me niego a creer que ellos…

    Y fue la voz de Ian la que se alzó por encima de la de la Millonaria.

    —Y no fue nadie de tu familia… a menos que se alguien esté aquí dentro, claro. La mente maestra es uno de nosotros. Puede que incluso dos.

    Aquello me tomó por sorpresa, y me heló la sangre. ¿U-Uno de nosotros? ¿Cómo podía decirlo con tal convencimiento? El silencio se hizo eco en la sala. Tuvo que ser la Terrorista, hablando por primera vez en todo el tiempo, la que dijo algo:

    —¿Cómo puedes estar tan seguro de eso?

    —… no estoy seguro, tan solo es una teoría. Cuando insté el crimen de Talía, no solo pretendía forzar la clase de juicio para analizar vuestras capacidades, sino que también buscaba obtener información sobre la mente maestra detrás de todo esto, tratar de obligarla a exponerse. Y las votaciones sirvieron para ayudarme a cuestionar un par de cosas.

    —Te refieres a esos dos votos hacia ti… —susurré.

    Sí, era cierto. Ukitashi prácticamente había confesado, todos habíamos aceptado que él era el culpable, y, con todo, hubo dos votos que se dirigieron contra Ian, cuando había sido limpiado de toda sospecha. En un principio, asumí que fueron el propio Ukitashi y, quizá, el mismo Ian los que votaron por el Estratega como un intento de salvarse y de sembrar la discordia, respectivamente. Pero cuando Ian realizó ese planteamiento, varias alarmas saltaron en mi cabeza.

    —Exacto. Hubo dos personas que me votaron. Puede que una fuese Ukitashi, o tal vez no, eso es algo que nunca sabremos. Pero, ¿qué hay de la otra, del segundo voto? Uno de nosotros votó por mí cuando estaba claro que yo no había sido.

    —Y tu conclusión es que quien votase por ti era la mente maestra, ¿no? —Effy se cruzó de brazos, dubitativa—. No entiendo el proceso mental por el que llegas a semejante conclusión, si te soy sincera.

    Y el Estratega se limitó a sonreír.

    —Venga, Drake. A ver si eres capaz de entender mi teoría, a ver si puedes demostrar tus dotes de Policía entendiendo como funciona la mente de un “psicópata” como yo. ¿Por qué ese voto podría ser de la mente maestra?

    —… ¿por las reglas, quizá? —supuse, aunque mi frase fue como lanzar una moneda al aire.

    —¿Las Reglas? ¿Qué reglas? —Liza parecía confusa.

    —Hay una regla que dice que el director y los profesores no pueden interferir en la vida y actividades de los alumnos… y una votación en una clase de juicio es el mejor ejemplo de “actividad” propia de los alumnos. Si uno de nosotros fuese la verdadera identidad detrás de Monokuma y de Reversekuma, entonces… entonces…

    La lógica de Ian era bastante enrevesada, de modo que tuve que tomarme un tiempo para reflexionarla con tranquilidad, mientras que me sentía inevitablemente observado por sus ojos analíticos y severos. Era una lógica enrevesada, sí, pero también brillante. Realmente era sorprendente que, por sí mismo, Ian Lockhart fuese capaz de llegar a una conclusión tan importante con tan pocos datos. Sin duda era alguien extremadamente observador y calculador: todo un estratega.

    —… entonces quizá no podría haber participado de forma decisiva en las votaciones —sentencié—. Si hubiese votado por Ukitashi y por algún casual ese voto fuese determinante para sentenciarlo, entonces habría intervenido, y eso supondría un claro incumplimiento de las reglas. Porque el Director no puede intervenir. De manera que, para evitar correr ese riesgo, votó por Ian, que era uno de los pocos sospechosos que había sido casi totalmente librado de culpa. La mente maestra pudo ser uno de nosotros, uno que confió en que, votando a Ian, no intervendría en absoluto en nuestra decisión.

    —Como siempre, un trabajo impresionante, Orestes. Me quito el sombrero —Ian sonaba irónico y ladino. Con lentitud, se levantó, puso ambas manos sobre la mesa y dijo, casi en un susurro—. Pese a que es una posibilidad, una mera conjetura, es algo que no puedo descartar. Y por eso no puedo fiarme de absolutamente ninguno de vosotros. Porque sois todos sospechosos… e igual que ninguno de vosotros confía en mí, yo no confío en vosotros. Las estrategias no nacen de la confianza, nacen de las predicciones. Si confías en alguien, serás incapaz de darte cuenta de cuáles son sus verdaderas intenciones… porque nunca esperarás una traición.

    —… n-no —Emily sollozaba—. Me niego a creer que uno de nosotros pueda ser la mente maestra.

    Con lentitud e ignorando sus palabras, Ian comenzó a acercarse a la puerta, al mismo tiempo que contestaba.

    —No lo creas si no quieres. Pero tampoco lo descartes. Igual que no hay pruebas a favor de la teoría, tampoco las hay en contra.

    —¿Por qué tendría tanto cuidado la mente maestra en no incumplir las reglas? No dejan de ser sus propias reglas, ¿no? —preguntó Effy, reflexiva.

    —Ese es un… buen punto —no quería creerlo. Yo tampoco quería creerlo—. No tiene sentido, es demasiado complicado, demasiado enrevesado. No creo que ninguno de nosotros pueda h-haber hecho algo así.

    Al oír esas palabras, Ian se detuvo, de espaldas a nosotros, justo antes de salir.

    —Veo que aún estáis un poco verdes aún. No sois capaces de afrontar la verdad, de atar cabos, de conectarlo todo —y suspiró hondamente—. En fin. ¡Oh, casi lo olvidaba! La pregunta a la terrorista —con lentitud, giró su cuello hasta quedar de perfil a nosotros—. Me preguntaba, Effy Joy… si te suena de algo el “Proyecto Omega” —y su mirada se ensombreció—. Dale vueltas un rato, si quieres. No pretendo que me des una respuesta, en cualquier caso.

    Y, pese a que estaba convencido de que todos oímos la pregunta, nadie le prestó demasiada atención, pues estábamos muy ocupados reflexionando sobre la posibilidad de que uno de nosotros fuese la mente maestra. Pero, con todo, mis ojos miraron con inquietud a Effy. Oír aquel término pareció impactarla muchísimo, hasta el punto de quedar completamente absorta por un tiempo, en silencio.


    El almuerzo terminó, y regresamos a nuestros quehaceres diarios con un mal sabor de boca. Emily me acompañó en todo momento, ya que no había ni rastro de Dante, quien probablemente seguiría en su habitación. ¿Era, acaso, su acción prohibida no relacionarse con nadie? No podía evitar pensar en la pobre Emily, que debía estar muy afectada, pero prefería no sacar el tema de su novio. Tendía a ponerse triste si lo hacía.

    Decidimos, en la tarde, dirigirnos al dormitorio de Elisa, y golpeamos su puerta con suavidad. También ella nos preocupaba, pues no en vano temíamos que terminase sucumbiendo al sueño tarde o temprano. Por fortuna, nos abrió, con un rostro deplorable.

    —¿Q-Qué sucede? ¿Qué queréis?

    —E-Elisa —le dije. Verla tartamudear me inquietó muchísimo, pues solía hablar con gran calma y lentitud. Sus ojos estaban completamente rojos, y tremendas ojeras decoraban su rostro, que rozaba el blanco nieve—. ¿Cómo te encuentras? Estamos preocupados por ti.

    —T-Tenemos miedo de que acabes cayendo dormida. Sería tan terrible si eso sucediese…

    —¿Y qué puedo hacer p-para evitarlo, huh? —Elisa se tambaleaba, quieta en el sitio como estaba. Se notaba muchísimo su cansancio—. Tarde o temprano sucederá. Es mejor que os desentendáis de mí —sonrió con una calma tétrica entonces—. De todas formas, estaré bien. Seguiré velando por vosotros desde el más allá.

    —¡No digas eso! —espetó Emily, que apretó ambos puños con fuerza—. No puedes rendirte, ¡nunca lo hagas! No caigas en la desesperación, ¡debes ser fuerte, Elisa!

    —… no es cuestión de rendirse —susurró, aún sonriente—. Es algo que va a suceder, ¿sabes? Lo hablé antes con Chad… tarde o temprano, alguno de nosotros va a sucumbir. Ya sea él, sea yo, quienes parecemos tener las acciones más problemáticas… o sea quien sea. Alguno acabará muriendo por ese veneno. No se trata de rendirse o no —y, justo entonces, se ensombreció de tal manera que me dio verdadero miedo. Sus palabras tras aquello fueron severas, siniestras, escalofriantes—. Se trata de elegir entre nuestra vida o la de otro. Porque los que tenemos una acción que se cumplirá inevitablemente en un futuro terminaremos muriendo, y la única salvación que tenemos es matar antes de que la acción nos mate a nosotros. Por eso es un motivo, ¿no?

    Emily, conmocionada, se agarró a mí sorpresivamente.

    —E-Elisa… entonces, ¿te estás ocultando en tu dormitorio para…?

    De nuevo, volvió a sonreír.

    —Aún es pronto para vosotros para conocer lo maravilloso que es el más allá. Sin embargo, yo estoy perfectamente preparada para ello. La única pega es que, sin mí, se perderá el vínculo entre ambos mundos. Pero, como aún no es el momento para vosotros, prefiero aislarme, contenerme, y así, anular yo misma cualquier frustración que pueda tener. ¿Entiendes?

    Sí… esa era su forma de no rendirse. Solo quería tratar de evitarnos para así evitar la tentación de matar a alguien y, a la vez, evitar que pudiésemos involucrarnos de alguna forma en su muerte. Solo quería evitar el resto que sufriésemos las consecuencias de su acción prohibida. Era su particular forma de ayudarnos.


    Con una sensación triste, comenzó a acercarse la noche y, con ello, la hora de dormir.

    —Estoy preocupada por Dante —me dijo Emily, ya en pijama—. Llevo días sin verlo.

    Yo, en mi suelo, aparté la mirada, algo incómodo por oírla hablar de Dante con aquel tono que expresaba tantísimo cariño y preocupación. D-Dios, era tremendamente infantil ese sentimiento. Estaba ¿celoso, de algún modo?

    —Estará bien, Emily. No deberías preocuparte.

    —No sé. Ni siquiera se le ve por los pasillos, ¿y si…?

    —No, ¡no, por favor, no pienses en eso! —espeté, gesticulando con ambas manos. Emily comenzó a sollozar—. Debe estar bien. Si no lo vemos salir en ningún momento, es obvio que debe ser porque aprovecha las noches para tomar comida y salir, al margen de la vista de todos los demás.

    Aquella teoría mía pareció calar hondo en ella, que, con ilusión, dio un salto en la cama.

    —Entonces… ¡¿crees que ahora mismo estará fuera?! ¡Vayamos a buscarlo, Drake!

    —¿¡Qué!? ¿Ahora? ¡P-Pero es tardísimo…!

    —¡Por eso! —Emily se levantó de la cama, agarró mi brazo y comenzó a tirar de él—. Quiero verle. Quiero hablar con él. Iría sola, pero sabes que no puedo. ¡Por favor, Drake, por favor!


    Fue así como, bostezando sin parar y arrastrado por una entusiasta chica que parecía ser inmune al sueño, terminé, aún en pijama, deambulando por los solitarios pasillos de la Academia junto a Emily, en busca de Dante. Sin embargo, que estuviese fuera era solo una conjetura mía, de modo que no me extrañó nada cuando, tras recorrer toda la planta baja, seguimos sin ninguna pista acerca de su paradero.

    Pero, tremendamente incansable, Emily insistió en que subiésemos a la segunda planta, para asegurarnos… de modo que tomamos el ascensor. Conforme ascendía, notaba un nudo en la garganta, como una terrible sensación. Y dicha sensación se hizo más fuerte cuando, al pasar por el pasillo, me di cuenta de que estaba mojado, de que había agua por todas partes, pequeños charquitos formados en una suerte de recorridos en todas direcciones, saliendo y entrando de todas las puertas, que estaban entreabiertas. Extrañado, me asomé al laboratorio y a la sala de música, para observar que, en efecto, parecía como si alguien hubiese estado correteando por todas partes después de haberse bañado en la piscina: las mesas, los instrumentos, había pequeños restos de agua por todas partes.

    —¿N-No es un poco extraño que todo esté mojado? —susurró Emily.

    Tragué saliva con algo de dificultad. Mi mirada se enfocó en la piscina. Me acerqué, y, cuando fui a abrir la puerta que ya estaba parcialmente abierta, una voz llamó mi atención: la voz de Ian.

    —Eh. Super Policía. Ven aquí, corre.

    Ian estaba en el otro extremo del pasillo, asomado a través de la puerta de la biblioteca.

    —¿Ian? —le pregunté mientras me acercaba a él, siempre seguido de Emily—. ¿Qué haces aquí a estas horas?

    —Tú acércate… necesitamos mínimo que uno más vea esto para que se dé el anuncio.

    —¿Anuncio…?

    Todo mi cuerpo tembló. Cuando entré en la biblioteca, pude ver a Brendan cerca de las estanterías del centro, anotando cosas de forma tremendamente rápida, acelerado. ¿Qué hacían los dos ahí, a esas horas?

    —Venid, venid —Ian estaba terriblemente tranquilo. Con un gesto de su mano, me invitó a seguirle—. Ha vuelto a pasar, parece ser.

    H-Había vuelto a pasar. ¿A qué podía referirse? En aquel momento, yo ya lo sabía, en el fondo. Ya lo había intuido, mi instinto me avisó de que algo iba mal. Pero una parte de mí confiaba en que todo fuese un error, en que aquello no fuese real. Una parte de mí deseaba con todas sus fuerzas estar soñando. Estar teniendo una terrible pesadilla.

    —N-No… no puede ser… n-no puede estar…



    Entre las estanterías del centro, justo en el centro de la pequeña “sala” que formaban estas, rodeada por los sillones, yacía tirada en el suelo, bocarriba, una chica desaliñada, con una extraña postura: manos agarrotadas, piernas algo dobladas… y el cabello encrespado y sucio tapándole los ojos, revuelto sobre su cuerpo. Estaba en pijama, y tenía la parte de arriba de su conjunto prácticamente desabrochada, dejando entrever su ropa interior de la parte superior.

    No se le veían los ojos, pero no había duda. Aquella chica era Liza, Liza White… la Super Criadora. Y estaba allí, tumbada… probablemente muerta.


    Claro que aquel “probablemente” se convirtió en un “definitivamente” tan pronto como los monitores se encendieron y el mensaje retumbó en toda la Academia.

    —¡Pim, pom, pam, pom! ¡Vaya, vaya, se ha descubierto un cadáver! ¡Puhehehehehe! ¡Pedazo de vagos, reuníos todos en la Biblioteca, es ahora cuando empieza la buena mierda!

    No podía ser. No era posible, no… no queríamos creerlo.

    Noté cómo Emily apretaba con fuerza mi brazo, deseando, también ella, en silencio, que todo fuese un sueño.


    Reglas vigentes:

    >> Regla 1: durante el día, los alumnos podrán recorrer la Academia a su antojo, con escasas restricciones. En la noche, el acceso a determinados lugares quedará restringido.

    >> Regla 2: a las 8:00 AM sonará el anuncio escolar que dará comienzo al día oficialmente, y a las 10:00 PM sonará el anuncio escolar que dará paso al tiempo nocturno. No existen restricciones de sueño, cada alumno es libre de dormir o no dormir como lo estime conveniente.

    >> Regla 3: el Director de la academia y el resto de profesores no podrá interferir directamente con los alumnos; no podrá dañarlos físicamente o interferir en el desarrollo normal de sus actividades.

    >> Regla 4: los alumnos deberán asistir a las clases que el Director o profesores impongan de forma estrictamente puntual. Se permitirá un retraso máximo de 20 minutos, a partir del cual se considerará esta regla como incumplida.

    >> Regla 5: en caso de incumplimiento de una regla, las ametralladoras ejecutarán al infractor de la regla.

    >> Regla 6: únicamente quienes se gradúen podrán salir de la Academia. Quienes se gradúen no podrán volver a entrar, tendrán que dedicar su vida a cumplir con sus obligaciones como graduado o graduada en el exterior. El método de graduación se definirá en posteriores reglas.

    >> Regla 7: el desconocimiento de una regla no exime de su cumplimiento. El respeto a las reglas será estricto y deberá ser mantenido en todo caso, sin excepciones.

    >> Regla 8: el Director o los profesores pueden dar órdenes siempre dentro de los límites establecidos. Si no se cumple una orden válida, las ametralladoras dispararán al rebelde.

    >> Regla 9: los objetos personales pueden ser robados en cualquier momento por otro alumno, pero ningún alumno, bajo ningún concepto, podrá tener en su poder más de dos objetos personales.

    >> Regla 10: el Director podrá añadir nuevas reglas conforme estime conveniente, sin alterar reglas ya existentes.

    >> Regla 11: cuando un asesinato suceda, comenzará la investigación. Durante la investigación, cualquier sala de la Academia que hubiese estado disponible antes del crimen, independientemente de la hora, será abierta para facilitar la misma. Pasado el tiempo que el Director o los profesores consideren oportuno, la investigación finalizará y comenzará una clase de juicio.

    >> Regla 12: en la clase de juicio, todos votarán a un culpable. Si resulta ser el verdadero asesino, será ejecutado; si resulta no ser el verdadero asesino, todos salvo este serán ejecutados, y el asesino podrá graduarse.

    >> Regla 13: los brazaletes de la muerte, una vez colocados en las muñecas de los alumnos, no podrán ser retirados, y causarán la muerte de cualquier alumno que incumpla la acción prohibida en ellos descrita. La acción prohibida puede ser secreta o no, a juicio del alumno.

    >> Regla 14: si algún alumno lograse retirar un brazalete de la muerte de alguna forma, estaría incumpliendo una regla, por lo que sería castigado por las ametralladoras.

    >> Regla 15: una muerte de un alumno por culpa del veneno de los brazaletes daría inicio a una clase del juicio. Si fue otro alumno el que provocó que la víctima llevase a cabo la acción prohibida, conociese o no el contenido de su acción prohibida, sería considerado el culpable de asesinato. En caso de que la víctima muriese por su propia negligencia, se consideraría suicidio, por lo que en la clase de juicio habría que votar por la propia víctima para resultar victoriosos.

    >> Regla 16: las acciones prohibidas deben ser interpretadas de forma estrictamente literal.

    >> Regla 17: se dará el anuncio de descubrimiento del cadáver cuando tres o más personas encuentren a un estudiante muerto.

    >> Regla 18: de acuerdo con las reglas anteriores, se considerará culpable a efectos de una clase de juicio a todo aquel que provoque la muerte directa de otro. En caso de venenos, trampas y otro tipo de muertes indirectas, será considerado el culpable el que haya colocado el veneno, preparado la trampa o programado la vía que provoque la muerte del tercero, independientemente de que otras personas participen en el acto de otras formas.

    >> Regla 19: solo una persona puede ser considerada culpable de un asesinato. En caso de empate en votación en una clase de juicio entre dos alumnos, se considerará acertada la elección si uno de los dos es el culpable, y solo esa persona será ejecutada. No caben empates entre más de dos personas.
    Estudiantes: 13
    - Drake Orestes – Super Policía (VIVO)
    Objeto: Pistola
    Datos obtenidos: nuestro protagonista, y el proclamado Super Policía. En realidad, es un chico bastante despistado y olvidadizo que, según dice, logró ser policía de prestigio simplemente por tener suerte. Aun así, la experiencia como investigador es algo que ha adquirido, y, aunque no tenga demasiada atención por según qué detalles y no se le dé del todo bien memorizar nombres, intente hacer honor a su talento.
    Acción prohibida: entrar en una sala vacía.

    - Steve Stone – Super Suertudo (VIVO)
    Objeto: Revista Ultimates.
    Acción prohibida: ???


    - Ian Lockhart – Super Estratega (VIVO)
    Objeto: Game Boy
    Acción prohibida: ???

    - Alpha Xenodis – Super Deportista (VIVO)
    Objeto: Bate de béisbol
    Acción prohibida: ???

    - Ukitashi – Super Comilón (MUERTO)
    Objeto: Sándwiches

    - Talía Wells – Super Estrella Infantil (MUERTA)
    Objeto: Teddy el oso

    - Hubert Maddsson – Super Ajedrecista (VIVO)
    Objeto: tablero portátil
    Acción prohibida: ???

    - Effy Joy – Super Terrorista (VIVA)
    Objeto: cloroformo
    Acción prohibida: ???

    - Lucas Diamond – Super Botánico (VIVO)
    Objeto: Plantix2000
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Lucas desprecia las ciudades por considerar que su construcción implica necesariamente la muerte de muchas plantas, a las que considera amigas. Aun así, vive en un laboratorio en medio de una jungla, en solitario, y parecía no ser consciente de que su construcción en sí, probablemente, haya supuesto ya la muerte de muchos animales. Ha creado el Plantix2000 él solo, una máquina que permite "comunicarse" con las plantas: analizarlas, saber sus necesidades, etc.
    Acción prohibida: ???

    - Liza White – Super Criadora (MUERTA)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: criada en un zoo, donde vivía con sus padres, cuidadores de éste, Liza pronto se hizo amiga de los animales y comenzó a amarlos, a todos y a cada uno de ellos, incluidos los insectos y otros bichos que puedan ser considerados asquerosos por la mayoría de la gente. Un buen día, Liza liberó a todos los animales simplemente porque quería que fuesen libres. Para ella, los animales son equivalentes a los humanos, y deberían de ser tratados prácticamente en igualdad de condiciones.
    Acción prohibida: ???

    - Emily Hodges – Super Modelo (VIVA)
    Objeto: Kit de maquillaje
    Acción prohibida: ???

    - Dante Miles – Super ¿? (VIVO)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Dante no recuerda prácticamente nada sobre su pasado. Sabe que tenía amigos, pero no los recuerda; sabe que sucedió un evento importante en su vida, pero no recuerda qué fue; ni siquiera recuerda su talento ni cómo se dio cuenta de que lo tenía. Insiste en que, tal vez, no tenga ningún talento, para empezar. Lo único que recordaba con claridad al despertar era que amaba a Emily, y ese sentimiento parecía ser correspondido por ella.
    Acción prohibida: ???

    - Chad Redflame – Super Dibujante (VIVO)
    Objeto: Pincel y pinturas
    Acción prohibida: ???

    - Brendan Ruby – Super Periodista (VIVO)
    Objeto: Cuaderno y bolígrafo
    Acción prohibida: ???

    - Elisa Daroch – Super Médium (VIVA)
    Objeto: Cartas de tarot
    Acción prohibida: ???

    - Mimiko Honda – Super Millonaria (VIVA)
    Objeto: Teléfono móvil
    Acción prohibida: ???
     
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  8.  
    Lucas Diamond

    Lucas Diamond Dios de FFL

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    NO SHIT POR QUÉ ELLA. No me lo creo, no. AGH, TE ODIO MAL BICHO ;___;

    Oh fuck, es que me ha pillado taaan por sorpresa... Joder, su personaje se me hacía muy cute porque intentaba animar al grupo y y y le gustaban los animales y no sé pero me ha dolido su muerte ¿sabes? La pobre se vio frustrada porque no confiaban y encima van y la matan. Pos me mato yo también ahre.

    Uf, no tengo mucho que comentar en este capítulo salvo que imaginaba que el voto ese sería relevante. Igualmente, si son más de uno las mente maestra, no podrían estar dentro, o en el caso de estarlo debería ser Ukitashi, porque si no lo habrían votado (?

    Pero plsss, Liza no :'( Lloro mucho.

    Al menos si apareció si tenía el pijama desabrochado ya sabemos quien fue, ¿no, Brendam? (???)

    En fin, continúalo pls. Lo necesito (??

    Sigue así,

    Lucas Diamond~
     
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    Graecus

    Graecus uwu7

    Libra
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    ¡Inesperado! (Si, tengo que hacerlo yo, al final Liza no pudo hacerlo antes de palmarla :c (? )

    En realidad si que no me lo esperaba, aunque viendo en retrospectiva Liza se estaba comportando como algunos personajes en Danganronpa antes de palmarla. Cuando se comportan taciturnos y super tristes, y mas tarde estan muertos, es cuando mas sufro ;--;

    Lo que me parece extraño es el tema de la ropa desabrochada. Mi teoria es que Liza tenia prohibido asearse por su acción prohibida, y que alguien ha utilizado de alguna manera el agua que se ve en todas partes para que se mojara y asi se activara su pulsera de los cojones ;-; pero hay cosas que no entiendo, como lo de el pijama desabrochado y como exactamente se mojó todo el lugar. Drake dice que era como si alguien hubiera salido de la piscina y hubiera estado paseando por la segunda planta. ¿Fue realmente eso? A lo mejor Elisa fue a darse un chapuzón para despertarse y luego se encontró con Liza y hubo contacto físico estando Elisa mojada, o algo asi e.e la verdad es que estoy muy dubitativo xD

    Chau uwu/
     
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    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

    Piscis
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    No me creo que esto esté pasando pero oh god, sí, finalmente puedo comentarte esa obra maestra <3 Intentaré hacerlo lo mejo posible dentro de que te comentaré en general todos los capítulos pues.

    No sé que más decirte, ya sabes que siempre he amado tus ideas porque chico, tienes grandes ideas y sabes como plasmarlas. Desde el principio, cuando vi que habías hecho un danganronpa con los personajes del rol de Pokémon supe que lo amaría y que me encantaría: por supuesto, tenía razón.

    Todo es genial, sobre todo porque no lo haces repetitivo, consigues hacer lo mismo que la compañía: aunque la trama sea la misma, añades elementos novedosos que lo ponen interesante, como la ruleta o las pulseras. Que btw, me están dando mucho miedo y temo por Elisa, es demasiado amorsh como para morir (además, un poco creepy su historia).

    Te comentaré más detalladamente este último capítulo, pues es el más importante realmente, ¿no? Me da pena Liza, era adorable y además, me gustaría saber su acción prohibida. Supongo que tenía algo que ver con la limpieza o algo así, por el aspecto que tiene. Estoy deseando ver la investigación y posterior clase del juicio, creo que, una vez más, nos sorprenderás con el asesino, el mondus operandi y demás. And, of course, quiero ver a Reversekuma en el juicio, seguro que será algo diferente aunque su participación sea escasa y siempre está bien cambiar un poco, ¿no?

    ¡Oh! Ya te dije, yo también creo que Emily es potencial a morir (aunque ojalá no sea así, porque me encanta leer su nombre y su participación, wey) por el protagonismo que le das y por, ya digo, mi teoría sigue en pie de que sería desesperación para el Super ??? Al caso, también Drake le está pillando cariño, y sienod el protagonista, de nuevo, la muerte de Emi puede afectar de una manera interesante. Pero si sobrevive mejor, porque, sinceramente, me está gustando mucho el trío que se puede estar montando jaja. Y también quiero saber que sucede con Dante, también opino que su acción prohibida tiene algo que ver con todo esto, pero a saber de qué manera.

    Ian me encanta. No creo que sea malo, como pueda parecerlo. Como has mostrado, también ha dado "pistas". En parte, siento que es como Ren, ¿no? Quiere probar las posibilidades, quiere llevar sus estrategias al máximo, pero no porque sea malo, porque también ayuda. So, simplemente es su forma de ser, pero repito, no creo que sea realmente el villano.

    También quiero saber más de lo de Effy, qué pasa con Hubert, que son esos "científicos" (ahora que lo pienso, es del rol, ¿no? La G será de Gamma, podrán aparecer NPCs and stuff) y quiero saber más en general, vaya.

    Me está encantando, lo repito una vez más. No volveré a dejarme capítulos atrasados, aunque no importa, porque igual me los leo del tirón de lo interesante que son. Y pues nada, aun quedan muchas muertes por delante (me dolerá cuando Emi muera, porque seguro que muere... o mata e.e), y muchas cosas or descubrir, así que nada. Estoy muy emocionada por saber que más sorpresas nos traes y como se desarrolla todo, qué hay detrás de todo esto y ver el final y el proceso hasta él. Ojalá no lo abandones porque este fic es demasiado bonito.

    En cuanto al aspecto técnico, no tengo nada que comentar. Ya te los habrán dicho, yo ni me he percatado, estaba demasiado metida en la historia.

    ¡Oh! Me encanta que añadas la música, que lo sepas <3

    ¡Sigue así~!
     
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  11.  
    Nami Roronoa

    Nami Roronoa The Gif Queen Game Master

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    Ok, omg… esto es fantástico… ¡han sido dos capitulos demasiado épicos! No se ni por donde empezar a comentar…

    Es que… ¡Liza White! ¡Liza! Fue una muerte que sí que no me vi venir… quizás por el hecho de que por alguna razón su actuar en este fic me recordaba un poco a Asahina yo la tenía como uno de los personajes que sobreviviría al final… gah, ¡fue muy inesperado! My poor little cinnamon roll </3 No tengo idea de quien será el asesino, ni siquiera tengo sospechosos, ¡estos capitulos tiraron todas mis teorías por la ventana! D:

    Ahora que saqué eso, trataré de comentar desde el principio todo lo que me perdí en esta semana que no tuve internet. Los free-time events fueron muy bonitos de leer; me encanta ver más sobre los personajes y sus historias en este UA. Me gustó el de Mimi, al parecer Matt existe en este universo, ¿pero por qué habrá renunciado al apellido Honda? Pero en mi opinión el que más me interesó fue el de Elisa… su historia acerca de las circunstancias de su nacimiento fue interesantísima de leer, sin mencionar que estuvo excelentemente narrada… bueno, como como todo el fic, claro. Ya sabes que amo tu forma de escribir <3

    Luego, las revelaciones del capitulo siguiente… ¡¿Mimi tiene una enfermedad?! ¡Necesito saber más de esto! Mi pobre pequeña tsundere, al menos tiene sus medicinas, ¿pero cuánto le durarán? Temo mucho por ella, y por todos claro. También el Proyecto Omega que mencionó Ian a Effy me pone nerviosa… me pregunto si estará relacionado con los científicos Gamma que mató la mente maestra hace un par de capitulos (porque vamos… ¿científicos con una G bordada en sus batas? ¡Tienen que ser del Equipo Gamma!)

    También está el misterio de las acciones prohibidas… dejando de lado las que ya están confirmadas (Drake, Emily, Chad, Elisa y Alpha), aún quedan muchas envueltas en misterio. Bueno, la de Mimi es "no insultar", eso quedó claro desde su free-time event básicamente xD Tengo mis sospechas sobre algunas de las demás… creo que la de Dante es algo como "no encontrarse con otra persona en la misma habitación" o algo así, que explica porque se aisla de Emi y los demás completamente; la veo como opuesta a la de Emily, que es un bonito detalle… macabro, sí, pero bonito (?) Después… creo que la de Hubert es algo como que no puede subir al segundo piso y por eso dejó lo de las cámaras, y la de Liza está claro que se relacionaba de alguna manera con el agua, lo deduzco tanto por la escena del crimen como por el hecho de su aspecto desaliñado antes de su muerte… quizás sea algo como "no mojarse" o algo así… oh, y también sospecho que la de Brendan es algo del estilo "siempre responder preguntas" o "responder cuando le preguntan algo" o algo así, por lo inesperado que fue que le respondiera a Ian antes… los demás no tengo ni una mínima idea, ya me sorprenderás luego XD

    Otra cosa que quería mencionar… me ha gustado mucho la interacción entre Emily y Drake en estos últimos dos capitulos. Él la ha acompañado y apoyado cuando ella estaba más vulnerable, cuando quedó sola y sin nadie en quién confiar… y tras ver su acción prohibida, como bien ha dicho Drake, la confianza que ella debió tener hacia él es enorme, literalmente le confió su vida… ha sido muy agradable de leer la interacción entre estos dos personajes. Si no fuese fan del Dante/Emily y el Drake/Mimi, quizás incluso los shippearía (?

    Bueno, creo que he cubierto todo lo que quería decir… ¡estos dos capitulos han estado increíbles! Como siempre, no decepcionas y nos traes cada vez más misterios… ¡es todo un gusto de leer una historia tan buena! No puedo esperar a la clase de juicio que se aproxima, estoy segura de que será épica…

    ¡Saludos!
    Nami.
     
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  12.  
    MrJake

    MrJake Game Master

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    Pokénronpa
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    Capítulo 2 – Recuerdos de Esperanza

    Vida Mortal, Investigación

    Había sucedido, otra vez. Una nueva víctima había aparecido: Liza White. Su cuerpo fue encontrado en la biblioteca, con las manos agarrotadas y retorcidas. Casi parecía que había luchado antes de morir…

    —Dejad de temblar de una vez —susurró Ian, que me empujó a un lado y se agachó junto al cadáver—. Es bastante tarde ya, así que dudo que los demás acudan rápido…. dudo siquiera que todos acudan. Deberíamos comenzar la investigación nosotros ya.


    Tragué saliva, mientras notaba la humedad de las lágrimas de Emily sobre mi brazo, pues había comenzado a llorar desconsoladamente. Pero no podía rendirme, no podía mostrarme débil. Era el Super Policía. Se lo debía a él… debía hacer honor al talento que debería haberle correspondido. ¡Tenía que solucionar este caso!

    Con delicadeza, me separé de Emily y me agaché junto a Ian.

    —¿Y-Y bien? —dije, aún algo temeroso, observando con dificultad el cuerpo de Liza—. ¿Algo reseñable sobre el cuerpo?

    Ian se encogió de hombros.

    —Dímelo tú, Super Policía. Aquí eres tú el experto en investigaciones, ¿no?

    Tche. Tenía razón, había que admitirlo. Yo debería saber más sobre las investigaciones, los asesinatos, todo eso, pero… era demasiado duro para mí, también. No dejaba de ser una amiga la que había muerto, y tener que examinar su cadáver me provocaba un nudo en la garganta muy desagradable. Pero había que hacerlo.

    —Su cuerpo está… en una posición extraña. Casi parece que se ha defendido del agresor. Sin embargo, no hay sangre ni ninguna herida superficial apreciable.

    —Bravo, brillante observación. Hasta un niño de cuatro años podría darse cuenta de eso. Pero, ¿cómo murió entonces?

    ¿C-Cómo murió? Bueno, la respuesta a eso era…

    No pude responder, porque Ian, aún agachado, dirigió su mirada hacia Brendan, que curioseaba su iKuma.

    —… ¿eh, Brendan? ¿Cuál es la causa de la muerte?

    —…. El informe de Monokuma #2 dice que la causa de la muerte es difusa. Parece que Reversekuma quiere complicarnos las cosas—afirmó Brendan, hablando de forma apresurada.

    Cierto, el informe debía estar ya actualizado. Extraje mi propio iKuma y comencé a leerlo:

    “La víctima es Liza White, la Super Criadora. La causa de la muerte es difusa, no está claro qué mató a Liza. Murió alrededor de las 10:30 PM, poco después del anuncio del tiempo nocturno. No se aprecia ninguna herida visible en el cuerpo”.

    Así que no teníamos la causa de la muerte… pero el dato de que no existían heridas era muy revelador, desde luego. Además, esa posición, la ropa desabrochada, todo eran señales de que había tenido alguna especie de forcejeo con el culpable… q-quizá algo más allá. El estado del cuerpo era, sin duda, una gran pista.

    —El cuerpo está totalmente seco —observó Ian, aunque no entendí muy bien qué relevancia podía tener eso. Observé cómo colocaba su mano sin pudor alguno sobre los pechos de Liza, y enarcó una ceja—. ¿H-Huh? ¿Qué…?

    —¿Eh? —dije, aún algo sonrojado. Ian Lockhart tenía la sangre muy fría y pocos escrúpulos, aunque eso no era algo nuevo para mí, ciertamente. Con todo, aún me sorprendía ver cómo podía llegar a actuar—. ¿Sucede algo?

    —No, no es nada —Ian se llevó la mano al mentón, reflexivo. Parecía preocupado por algo. No obstante, rápidamente apuntó con su dedo a una de las mangas de la víctima. Sobre la tela del pijama pude observar una pequeña mancha roja—. Pero fíjate en eso, Orestes. Sangre.

    —¿Sangre? —era cierto, parecía una pequeña, minúscula mancha de sangre. Pero no podía ser de Liza, ¿no? El cuerpo no tenía ninguna herida externa, ningún punto por el que sangrar. ¿Sería la sangre del agresor…? ¿Cómo había llegado ahí? —. Cierto, es extraño.

    Y fue entonces cuando, al recorrer con la mirada su brazo, llegué a su muñeca y observé la pulsera, el brazal de la muerte de Liza. Aún no conocíamos su acción prohibida, y pensé que podría ser una importantísima clave para la resolución del caso. Así, me incliné hasta alcanzar el interruptor de su brazalete, lo pulsé y observé las letras que se iluminaron. La acción prohibida de Liza era “mojarse”. Claro… eso explicaba por qué tenía ese aspecto tan desaliñado. Y también explicaba por qué Ian había hecho notar que el cuerpo de Liza estaba completamente seco. Si estaba seco y había muerto hacía una media hora (pues eran las 10:50 PM, más o menos, cuando descubrimos el cadáver), ¿significaba eso que la causa de la muerte no había sido su acción prohibida?

    Pero pensar en agua, en cosas mojadas, me hizo darme cuenta de un detalle.

    —El pasillo de la segunda planta… —dije, casi susurrando, mientras me levantaba. Al mirar a mi alrededor, pude observar cómo varios alumnos entraban en la biblioteca.

    —¡¿Qué ha sucedido?! —exclamó Mimi, acelerada, aún en pijama, concretamente llevando uno rosa con estampado de flores y conejitos.

    —Es una broma, ¿no? ¿De veras ha aparecido un cadáver? —se preguntaba Effy, consternada.

    —Uh… menudas horas para matar a alguien, tché —se quejó Chad, de forma bastante inapropiada e inoportuna, ciertamente.

    —A-Al menos esto me mantendrá distraída —suspiró aliviada Elisa, quizá demasiado aliviada.

    —¿Quién ha muerto? —se preguntó, con gesto despistado, Lucas.

    Allí estaban casi todos: Effy, Mimiko, Elisa, Chad y Lucas habían llegado, uniéndose a nosotros cuatro (Brendan, Ian, Emily y yo). No tardaron en entender la situación, observar el cadáver de Liza y, tras alarmarse, comenzar a investigar con gestos apesadumbrados. Solo Alpha, Steve, Dante y Hubert estaban ausentes en la investigación.

    Yo, sin más, me dirigí hacia Emily, que seguía afligida, y le dije:

    —Voy a salir al pasillo, quiero verificar un par de cosas. ¿Quieres venir conmigo, o prefieres quedarte? —entendía que quizá la situación era demasiado dura, pero en el fondo confiaba en que me acompañase. Al fin y al cabo necesitaba que alguien estuviese conmigo para permitirme entrar a otras salas si era necesario. Mi instinto me decía que tendría que explorar bastante toda la segunda planta.

    Sin embargo, antes de que respondiese, Mimi apareció, me apartó de un manotazo y agarró a Emily de la mano.

    —No seas desconsiderado, Apes… digo, Orestes. Emily está afectada, se le ve en la cara. Juega a los policías en otra parte —y, luego, le habló en voz baja a Emily, que seguía absorta—. Ven conmigo, anda. Tranquila.

    Y así fue como me encontré saliendo al pasillo en soledad. Por fortuna, allí estaban dos de los ausentes, que parecían no estar dispuestos a entrar en la biblioteca.

    —Alpha, Steve, ¿qué hacéis aquí?

    —… ¿quién ha muerto? ¿Dante? —preguntó Steve, sombrío.

    —¿Huh? N-No, no ha sido él. Ha… sido Liza.

    Liza White… era una chica alegre, pese a que se había estado comportando de forma algo extraña desde que Reversekuma dio su motivo, los malditos brazaletes. Estaba triste, triste porque no confiábamos los unos en los otros. Ella solo deseaba que todos volviésemos a actuar como grupo, que dejásemos las confrontaciones entre nosotros.

    —Vaya… pensaba que sería Dante, ya que lleva días sin aparecer —el afortunado agachó la mirada, tremenda y visiblemente entristecido. Aunque tenía razón: Dante no se había dejado ver desde que nos dieron los brazaletes mortales, y eso llevaba tiempo preocupándome… más aún sabiendo lo que afectaba a Emily el tema—. Así que… ha vuelto a pasar.

    —¡Estoy muy contento! ¡Estaba deseando que esto pasase! —dijo Alpha, mintiendo descaradamente y sin intenciones de ocultar sus verdaderos sentimientos, mientras pateaba la puerta.

    Suspiré una vez más. La situación era incómoda y extremadamente desagradable para todos, pero había que investigar. Si queríamos sobrevivir, teníamos que hacerlo. Dejar a un lado los sentimientos y buscar al culpable… al culpable que se escondía entre nosotros.

    —Drake, cuenta con mi ayuda en la investigación —me dijo, muy serio, Steve—. ¿Puedes contarme lo que se sabe por el momento?

    Oír aquellas palabras me hizo sonreír, aliviado. Alpha no tardó en unirse al resto en la biblioteca, y rápidamente hice equipo con Steve. A decir verdad, y pese a que era consciente que no era motivo para estar contento, colaborar con él en la investigación me hacía sentir bien. Le echaba de menos, en cierto modo: fue el estudiante con el que mejor me llevaba hasta que sucedió lo de Talía. Desde entonces, siempre se comportó de forma algo más insegura, y últimamente estaba particularmente serio.

    Pero, en cualquier caso, le resumí lo que sabíamos, que no era mucho, y señalé el suelo.

    —Mira… se ha extendido por todas partes a consecuencia de las pisadas de todos los que hemos acudido al anuncio de Reversekuma, pero si te fijas, el suelo está empapado, como si alguien mojado hubiese correteado por toda la zona. Incluso hay algo de agua en el laboratorio y la sala de música. Y creo que todo proviene de la piscina.

    —Hmmm —reflexionó Steve Stone—. De modo que el pasillo está mojado, ¿eh? Pero, según me dijiste, el cuerpo de Liza estaba totalmente seco.

    —Y así es. No parece que se haya mojado en ningún momento —afirmé—. Al fin y al cabo, esa era su acción prohibida —y eso hace que me plantee una pregunta básica: ¿quién dejó todos esos rastros de agua? —. Las puertas de la piscina, la sala de música y el laboratorio estaban entreabiertas. Como si alguien hubiese estado saliendo y entrando de todas ellas descontroladamente, buscando algo, y hubiese mojado todo a su paso.

    —Deberíamos ir a la piscina, ¿no crees? —susurró Steve—. Es el lugar del que más probablemente pueda provenir el agua, ¿verdad?

    Asentí con lentitud. Algo me escamaba. Esos rastros de agua tan erráticos e informes… era como si el que los dejase no tuviese un patrón de movimiento claro. Como si no supiese bien a dónde ir. Pero, ¿quién? ¿Quién dejaría un rastro así?

    —Sí, vayamos a la piscina —terminé diciendo, y nos adentramos dentro del gran lugar.

    La primera vez que veía la piscina, y tenía que ser con motivo de la investigación del asesinato de una de mis amigas y compañeras. Tenía que ser por el maldito juego de asesinato mutuo. Ni siquiera sonreí entusiasmado, como habría hecho en otras circunstancias, al observar aquel lugar, enorme, con vestuarios al fondo (uno para chicos y otro para chicas), y una gran piscina de tamaño casi olímpico extendiéndose hacia la izquierda. Suspiré. La zona también estaba llena de agua, particularmente llena de agua. No cabía duda de que alguien había entrado y salido varias veces de la piscina: la piscina era la fuente de toda el agua que había en la segunda planta.

    —¡Mira, Drake! ¡H-Hay algo blanco flotando! —Steve señaló con el dedo al centro de la piscina. Efectivamente, una especie de tela blanca de gran tamaño flotaba más o menos en el centro.

    —¿Uh? ¿Q-Qué puede ser?

    —Venga, vamos, arrastrémosla hasta el borde —dijo Steve, con un semblante serio que no reflejaba para nada el entusiasmo de sus palabras. Se encaminó rápidamente hacia uno de los palos que se usaban para limpiar la piscina, y con él arrastró la tela hasta que, por fin, la pudimos extraer.

    Cuando ya estaba fuera, pude confirmar lo que en un principio sospeché: la “tela” era una gran sábana blanca, una de las muchas que teníamos en nuestros dormitorios.

    —Es una sábana —comentó Steve, brazos cruzados—. ¿Crees que puede tener alguna relevancia?

    Al principio, tuve mis dudas. Pero, cuando pude verla con más detenimiento, una pequeña manchita roja en uno de los extremos de la mojada sábana captó mi atención. Y sonreí con decisión.

    —No me cabe duda, Steve. Esta sábana tiene algo que ver con el caso. Mira esa mancha… es una pequeña mancha de sangre. Y sabemos que Liza tenía una mancha similar en la manga de su pijama.

    —¡Oh, cierto! ¿Qué podrá significar?

    —Uhm.

    Meditativo, miré a mi alrededor, buscando encontrar algo más de utilidad en la sala. Los rastros de agua seguían pareciéndome tremendamente antinaturales. Dirigí un rápido vistazo a los vestuarios, y caminé hasta ellos, solo para comprobar que no había nada de utilidad dentro… ni siquiera estaban mojados. El que había entrado a la piscina no había pasado por los vestuarios después, directamente había seguido dando vueltas por el segundo piso. ¿Con qué objetivo? ¿Habría hecho eso el asesino? No, no me parecía… lógico. ¿Qué necesidad había de dejar tantas huellas?

    —Investiguemos las otras salas —susurré, casi diciéndomelo a mí mismo. Steve asintió, y me siguió hacia el exterior del pasillo.

    Mi vista se detuvo entonces en el mapa que había dibujado en la pared, el mismo que Chad estuvo pintando tiempo atrás, y me quedé un rato así, taciturno, mientras Steve me miraba.

    —… la sala de basuras puede ser un buen lugar para deshacerse de evidencias. Deberíamos ir hasta allí para comprobar si hay algún resto de… algo.

    Sin dudarlo mucho más, nos encaminamos hasta la sala de basuras, y allí mismo pudimos encontrarnos con Effy y Brendan, que hacían un… pintoresco equipo de investigación, cuanto menos. Mientras Effy Joy, la Super Terrorista, permanecía calmada y observando detenidamente cada rincón de la sencilla sala, que básicamente solo consistía en un enorme incinerador, que estaba cerrado y tenía, a su lado, un par de botones junto a un panel. Hacía un gran calor en el lugar, eso desde luego, más del normal.

    —Drake —dijo Effy, dirigiéndose a mí con rostro severo—. ¿Qué tal va la investigación? ¿Algún progreso importante?

    Que Effy me preguntase por la investigación de aquella manera suponía, para mí, una especie de elogio. Ella se había comportado como la líder al principio de nuestra estancia en la academia y hasta que se reveló que era una terrorista y se empezó a desconfiar de ella… y el hecho de que alguien tan decidida como ella mostrase esa suerte de “confianza” al preguntarme por la investigación precisamente a mí, como asumiendo que, si alguien podría tener datos, ese sería yo, me hacía sentir halagado.

    Miré al suelo antes de responder. Aunque no era mucha, había algo de agua en el suelo. Tal y como sospechaba.

    —Aún no hay gran cosa, pero empiezo a ver muchos detalles que no encajan… y necesito hacer que cuadren —respondí, con algo de inseguridad. Effy pareció meditar.

    —En esta sala no parece haber nada, más allá de los pequeños restos de agua. ¿Qué crees que pueden significar? —me preguntó.

    No pude hacer más que encogerme de hombros. Luego, me encaminé en silencio hasta los botones del incinerador. Extrañado, tras observarlos, pregunté.

    —Hey, Brendan, tú llegaste a la segunda planta el primero, ¿verdad? Fuiste, junto a Ian, de los primeros en encontrar el cadáver, ¿cierto?

    —… así es —respondió él, desde la esquina en la que se había refugiado, sin mirarme a los ojos.

    —¿Qué hacías en la segunda planta, si puede saberse?

    —Seguir a Ian. Le… investigaba —bonita forma de decir “acosaba”. Aunque, a decir verdad, quizá era, de algún modo, positivo que mantuviese un ojo constante en Ian. Ese chico seguía siendo peligroso, sin duda—. Vino hacia la segunda planta, así que yo vine también.

    Hmmm. Algo me decía que tendría que hablar con Ian la próxima vez que me lo encontrase. Pero, en todo caso, en aquellos momentos tenía algo más importante que verificar en mente.

    —Y, ¿podrías decirme si la puerta de la Sala de Basuras estaba abierta cuando llegasteis?

    —Mm-hm —respondió; Brendan estaba inusualmente cooperativo, aunque no parecía muy feliz de tener que dar explicaciones. Era como si se viese forzado a hacerlo, contra su voluntad—. Estaba entreabierta. Ian la cerró y apagó el incinerador, que también estaba abierto, porque daba demasiado calor.

    ¿Eh? Así que…

    —¿El incinerador también estaba abierto? —me robó la pregunta Steve, con gesto de estupor.

    Brendan asintió suavemente.

    —… sí. Lo estaba —confirmó con palabras, hablando con obvia desgana.

    De modo que el incinerador estaba abierto… curioso. Muy, muy curioso. ¿Significaba eso que alguien había quemado algo allí dentro? ¿Qué alguien se había deshecho de evidencias? Supuse que uno de los botones funcionaba para abrir la puerta del incinerador y el otro para activarlo o desactivarlo, y no parecía haber ningún tipo de seguridad, por lo que cualquiera podría haberlo manipulado.

    —Y… una última cosa —añadí, alzando el dedo para captar su atención—. ¿Sabrías quienes han entrado y salido de la sala de basuras? Quizás hayas estado espiando, o algo.

    —No espío. Investigo —espetó bruscamente—. Y no, no lo sé.

    Mi mirada se centró entonces en los alrededores del incinerador. Inspeccioné la zona del suelo cercano al mismo con cuidado, y me di cuenta de que había un trozo de tela quemado por un extremo, de tela negra. ¿Qué era? ¿Una especie de sábana, también, u otra cosa? Era un trozo pequeño, ¿alguien había quemado algo en el incinerador? Tal vez se habría desecho de alguna prueba…

    Fue entonces cuando Steve, algo dubitativo, me puso la mano en el hombro.

    —Hey, Drake, ¿no podríamos verificar las cámaras que se pusieron en la zona? Podrían haber captado a quiénes entraban y salían de la sala de basuras. Al fin y al cabo, en el pasillo había cámaras.

    Y al escuchar aquello, todo mi mundo dio un giro. Mis ojos se abrieron como platos. ¿Cómo no había caído en eso antes? ¡Claro! ¡Las cámaras! Hubert, Lucas, Dante, Emily y yo colocamos cámaras por todas partes en la segunda planta, salvo en la sala de basuras. Y eso incluía la escena del crimen.

    —¡Es cierto! Quizás se haya grabado el crimen. ¡Brendan, Effy! —grité, entusiasmado—. ¿Creéis que podríais hacerme un favor? Buscad unas cámaras de video que hay instaladas en la lavandería, la biblioteca, la piscina, la sala de música y el laboratorio; debería haber tres en cada lugar, unas cámaras antiguas y cubiertas de polvo e incluso algo de musgo. ¡En el pasillo también tiene que haber!

    —Cámaras… ya veo —suspiró Effy.

    —… ptché —se quejó Brendan—. De acuerdo.

    —¿Cómo sabremos dónde buscarlas? —inquirió entonces la Terrorista.

    Me aseguré de detallarles dónde se encontraban las cámaras que yo mismo coloqué en la lavandería, y expliqué que las del pasillo deberían verse a simple vista. Pero, cuando llegó la hora de hablar de las cámaras colocadas en las otras salas, un nudo recorrió mi garganta al llegar a la biblioteca.

    —Podéis preguntarle a Lucas por las del Laboratorio, a Hubert por las de la piscina y a Emily por las de la sala de música; al fin y al cabo, son las únicas personas que saben dónde están colocadas las respectivas cámaras. Y las más importantes, las de la escena del crimen, las biblioteca, las colocó… las colocó…

    Dante. Las colocó Dante. Él era el único que podría saber dónde estaban las cámaras, el único que pudo haberlas colocado a su gusto sin que nadie más lo supiese. Por un momento, temblé. ¿Q-Qué significaba eso? ¿S-Significaba algo?

    Justo cuando mi boca se fue a abrir para mencionar el nombre del Ultimate misterioso, una voz grave y siniestra me sorprendió, apareciendo por detrás.

    —¡Puhehehehe!

    —¡G-Gah, Reversekuma! —se sobresaltó Steve—. ¡¿Qué haces aquí?!

    —¡Bah, panda de tramposos, colocando cámaras no oficiales! Je. Vuestra pequeña travesura se ha convertido ahora en una enorme diversión para mí, ¿sabéis? ¡Esas cámaras van a dar mucho juego en el juicio, ya lo creo! Por eso, no os preocupéis, panda de inútiles. Ya me encargo yo de recogerlas y extraer las grabaciones interesantes. ¡Nuestros equipos técnicos están en preparados para ello! ¡Puhehehe!

    Fruncí el ceño.

    —¿Cómo sabemos que no manipularás las grabaciones? —dije, irritado.

    —¡¿Cómo osas decir eso?! —espetó, solo para luego echarse al suelo y reír descontroladamente—. ¡Puhehehe, puhehehehe! ¡”Osas”! ¿Lo pillas? ¡Osas! Puhehehe —se secó unas lágrimas inexistentes que la risa no le provocaron de los ojos, y luego se incorporó de un salto y, con seriedad, añadió, justo antes de marcharse—. Podéis estar tranquilos. Nunca incumpliríamos las reglas: manipular evidencia de un juicio supondría intervenir en vuestras actividades, ¿no? Puhehehe…

    Y quedé mirando a la nada, aún aturdido y algo molesto por la repentina aparición de Reversekuma. Me preocupaba eso que dijo: “esas cámaras van a dar mucho juego en el juicio”. Con un mal sabor de boca, terminé saliendo de la sala de basuras, viendo todas las esperanzas que surgieron al recordar las cámaras algo truncadas por culpa de la intervención de Reversekuma. Seguía sin convencerme del todo, seguía sin confiar plenamente en él, pero bien sabía que no debía desafiarle, ni mucho menos.

    Cuando Steve y yo nos encontramos otra vez en el pasillo, me asomé por un momento a la Lavandería, que desde el primer momento estuvo cerrada, abriendo ligeramente la puerta. Comprobé que la zona estaba completamente seca… al parecer, solo había agua en las salas que habían estado entreabiertas, exceptuando la biblioteca, claro. ¿Sería eso algún tipo de pista?

    En cualquier caso, en los pasillos estaban Lucas y Chad, y decidí que aquel era un gran momento para pedirle al dibujante algo que realmente necesitaba.

    —¡Chad, Lucas! —vociferé, correteando hasta ellos—. ¿Qué tal? ¿Habéis descubierto algo nuevo?

    Lucas toqueteaba como loco su Plantix2000, casi ignorando lo que le decía, y Chad estaba también demasiado inmerso en observar la “obra de arte realista” que había pintado en la pared, ese mapa de la segunda planta. Precisamente eso era lo que necesitaba: otra obra de arte. De modo que lo zarandeé levemente, hasta que quedó mirándome, y debo reconocer que su aspecto, cuando lo tuve mirándome de frente, me impuso un poco: se le veía desganado, agotado, escuálido, en cierto modo; tal vez por culpa de su acción prohibida, claro.

    Las acciones prohibidas… había muchas que no conocíamos, pero tenía la impresión de que conocerlas y tenerlas en cuenta sería útil para el juicio.

    —Chad, necesito tu ayuda.

    Le expliqué la situación respecto a las cámaras y le insistí en la necesidad de que hablase con todos los que habíamos colocado alguna, y, por suerte, logré hacer despertar de su trance a Lucas para que, tanto él como yo, le diésemos una indicación rápida de los puntos en los que habíamos colocado las cámaras de la lavandería y el laboratorio.

    —Sé que sería difícil, pero, ¿podrías hacer un mapa de la segunda planta incluyendo la posición de las cámaras una vez que las sepas, para así saber qué zonas quedarían grabadas y qué zonas no? Sería muy útil… por favor, Chad.

    Chad, tras un suspiro, terminó asintiendo.

    —Todo sea por poder comerme un buen chuletón cuando todo esto acabe —susurró.

    —Eh, uhm… —Lucas parecía pensativo, y, como acostumbraba a hacer, se daba golpecitos con el puño cerrado en la cabeza—. Una cosa, por cierto. ¿No es extraño que no haya cámaras en esta parte del pasillo? Quiero decir, Hubert puso cámaras en todas partes del pasillo, ¿no? Pero yo no veo ninguna.

    —Es verdad, Drake —me dijo Steve, que en seguida se unió a mí en mi búsqueda de las cámaras con la mirada. Las del pasillo estaban a simple vista, porque era muy difícil esconderlas—. No hay ni rastro de estas cámaras. Me pregunto qué habrá pasado con ellas.

    —… vaya —susurró Chad—. Tendré en cuenta esa ausencia en mi dibujo, entonces.

    Extrañado por la reacción del Dibujante, me encaminé entonces al otro lugar que deseaba investigar: la Sala de Música.

    Aquella era también la primera vez que entraba en la sala de música, pero recordaba todo lo que Emily mencionó que había en la misma: instrumentos de todo tipo, bastante desordenados y colocados por todas partes de forma irregular. En efecto, como dijo la Super Modelo, había, además del agua que decoraba el suelo y parte de los instrumentos, desde violines hasta un piano, de todo un poco, y había un par de mesas con ordenadores, una mesa de mezclas y… una estantería llena de discos. La distribución de las cosas en la sala, la disposición de los instrumentos, y demás me resultaba tremendamente antinatural; como si alguien hubiese recolocado, por algún motivo, todos los instrumentos y el mobiliario de la sala de forma errática y sin ningún tipo de sentido aparente. Supongo que eso sería algo que Emily podría confirmarme, pero, en cualquier caso, ¿quién movería todo aquello, y por qué? ¿Qué sentido tenía?

    —¡Hala! —exclamó Steve, entusiasmado, pero con un rostro serio, mientras se dirigía hacia la estantería con discos—. Mira, menuda colección de discos. ¡Hasta tienen uno de mi grupo de rock favorito!

    Y justo cuando Steve fue a extraer el disco en cuestión, se percató de que no era un disco real, sino una especie de palanca camuflada. Al tratar de levantarlo, tiró de ella, y la estantería hizo un ruido extraño, despegándose de la pared a la que parecía estar anclada ligeramente.

    —¡Eek! ¿Q-Qué he hecho?

    Con curiosidad, me acerqué al lugar y revisé la estantería.

    —Hmmm. A ver, ten cuidado, Steve. Voy a tirar de esta estantería.

    Cuando tiré hacia atrás, la estantería se desplazó, arrastrándose como si fuese una puerta, y pude ver como detrás de los discos no había una pared como tal, sino una superficie de madera a distinto nivel de la pared en sí. Escamado, el corazón comenzó a palpitarme con fuerza, y decidí empujar la madera. El resultado fue que la extraña pseudo-pared también se desplazó, mostrando su verdadera naturaleza como una nueva estantería. Cuando me quise dar cuenta, estábamos en la biblioteca, y los ojos de Ian, Emily y todos los demás, que seguían allí, se clavaron en nosotros.

    —V-Vaya —susurró Steve—. Parece que he encontrado esta puerta secreta de casualidad, ¿eh?

    Asentí, al tiempo que tragaba saliva. ¿Había un acceso secreto a la biblioteca desde la sala de música? ¿Quién lo hubiera dicho? Aquella Academia escondía muchos secretos, desde luego. Pero, ¿tendría alguna relación con el caso?

    —Vaya, vaya, vaya. El Policía ha hecho un gran descubrimiento, por lo que veo, ¿eh? —Ian sonreía con malicia—. Una entrada secreta. Eso abre nuevas posibilidades, ¿no crees, Orestes?

    Meditativo, reflexioné por un segundo en silencio. No fue hasta que noté la mano delicada de Emily sobre mi hombro cuando desperté de mi reflexión.

    —¿C-Cómo ha ido todo? —me preguntó, aún conmocionada. Parecía especialmente contrariada, a decir verdad… pero era más una sensación de desasosiego que de tristeza, era más una preocupación concreta, algo diferente a la expresión que mostraba antes. Como si hubiese una cosa en particular que había visto y la preocupase demasiado. Sin embargo, aquello no eran más que mis impresiones y suposiciones, claro—. Mimi, Alpha y yo hemos estado intentando recopilar coartadas, pero… casi nadie las tiene. Todos aluden haber estado en sus dormitorios, claro; tú y yo somos los únicos que tenemos al otro para respaldar nuestra inocencia mutua, ¿verdad? —me dijo, sonriendo con nerviosismo.

    Yo no pude sino asentir, algo sonrojado. De veras era guapa, era muy guapa. Hermosa. Y, por muy inapropiado que fuese aquel momento, no podía evitar quedarme anonadado con su rostro y con su delicada forma de hablar. Sus ojos eran como… hipnóticos, de alguna forma.

    —O-Oh —terminé diciendo, al fin—.Bien, eso está muy bien, Emily. Suponía que esta vez no podríamos depender mucho de los testimonios… aunque he de reconocer que me preocupa bastante que dependamos tanto de las pruebas y no tengamos prácticamente nada claro aún. No debe de quedar mucho tiempo, después de todo —recordé entonces a Ian, y mi mirada rápidamente se enfocó en él—. Ian, por cierto, hablando de coartadas… Brendan afirma que subió hasta aquí siguiéndote. ¿Qué viniste a hacer a la biblioteca, si puede saberse?

    Ian se encogió de hombros, y luego extendió sus brazos a ambos lados, en un gesto amplio.

    —¡Aah-jajaja! ¿Sospechas de mis acciones? Claro, debo ser el principal candidato, ¿no es así? El sospechoso tipo. Pero no, lamento desilusionarte, Super Policía. No soy yo el que mató a Liza. O, al menos, ese es mi testimonio; creerlo o no es cosa tuya. Y ya sabes lo que opino yo sobre confiar en los demás.

    Guardé silencio por unos segundos. No iba a conseguir eludir la pregunta tan fácilmente.

    —… no he dicho que hayas matado a Liza. Pero quiero saber el motivo concreto por el que viniste a la biblioteca esta noche.

    Ian rio una vez más, y dio media vuelta. Luego, susurró, dándome la espalda.

    —Necesitaba estar a solas para investigar… el Proyecto Omega. Hay algunos libros al respecto aquí, ¿sabes? Deberías preocuparte por buscar cosas sobre él cuando toda esta investigación acabe. Aunque claro, ahora lo más importante es encontrar al culpable, ¿no? —sonrió mientras giraba su cuello lo suficiente como para mirarme—. Al fin y al cabo, eso es lo que hacen los policías… encontrar y apresar culpables.

    —… como sea, Ian —suspiré. El “Proyecto Omega” otra vez, ¿huh...? Bueno, todo ese rollo podría esperar. Por mucho que sus palabras sonasen provocadoras, el Estratega tenía razón, ahora lo importante era encontrar al culpable… y su testimonio no ayudaba demasiado, a decir verdad.

    Debía verificar los testimonios de todos los presentes, así que pensé que lo más oportuno era preguntarle a todos acerca de sus movimientos tanto durante el crimen y en las horas próximas al mismo. Pero Emily tenía razón: no había gran cosa que sacar en claro de las coartadas, pues prácticamente nadie tenía. Tal vez el testimonio de Elisa, que seguía somnolienta, pero siniestramente contenta de poder ocuparse con algo, tuviese algún tipo de relevancia…

    —¿Huh? Ya debes saber que prácticamente me mantuve encerrada en mi dormitorio. Todo lo que hice fue hablar con Chad durante la tarde acerca de lo peligrosas que eran nuestras acciones prohibidas y el miedo que teníamos ambos ante la idea de que no aguantásemos mucho más tiempo.

    Por eso, cuando oí el aviso de Reversekuma, desee que los videos pudiesen aportar información verdaderamente útil, pues eran la última esperanza.

    *ding, dong, bing, bong*

    —¡Ejem, ejem! Venga, gandules, se acabó la fiesta. ¡Todo el mundo a reunirse en el ascensor! Antes de comenzar la clase de juicio os mostraré vuestros malditos videos, no os preocupéis. Puhehehe…

    Y el monitor se apagó, quedando negro, vacío. Casi tan vacío como las esperanzas que, en aquel momento, tenía de descubrir la verdad. Porque tenía el terrible presentimiento de que las cámaras no aportarían gran cosa, por algún motivo.

    Nos dirigimos al pasillo, donde nos reunimos todos, salvo por Hubert y Dante, claro, que seguían sin haber aparecido. Ni siquiera se presentaron en la investigación. Steve, que seguía a mi lado, me habló al oído.

    —¿Crees que Hubert o Dante puedan haber tenido algo que ver con todo esto? —me susurró, con tono preocupado—. No han ayudado nada a investigar. Todos los demás van a sospechar de ellos.

    Sí. Sí, sin duda, iban a sospechar. Hubert tuvo la idea de las cámaras, y su desinterés repentino por estas va a dar mucho de qué hablar. Y, respecto a Dante… hasta yo mismo tenía mis dudas. Todo era peligrosamente conveniente. No obstante, decidí sonreír, cosa que no había visto hacer a Steve en todo el tiempo, y lo miré confiado. Expresando una confianza que, claramente, no tenía en realidad.

    —Tranquilo, Steve. Al margen de lo que los demás piensen, yo encontraré la verdad, sea cual sea esta… porque ese es mi trabajo como Super Policía, ¿no?

    Steve frunció el ceño, algo preocupado. Luego, miró su brazalete de la muerte.

    —Tché. Qué ganas tengo de que esta cosa desaparezca de mi muñeca.

    Y, como si la Diosa de la fortuna le hubiese escuchado, un clic se oyó, y las pulseras de todos nosotros reaccionaron de pronto, desabrochándose por sí mismas y cayendo al suelo. Sorprendido ante el gesto, me agaché a recuperar la mía, y la miré de cerca. Steve había hecho lo mismo y, como si fuese un tremendo alivio para él, la lanzó al aire mientras sonreía ampliamente.

    —¡Sí! ¡Por fin! ¡Qué genial!

    No pude evitar sonreír yo también al verlo, una vez más, feliz. Y fue entonces cuando me di cuenta. ¡Oh, era eso! Esa era la acción prohibida de Steve… “sonreír”.

    Supuse que, ya que iba a iniciar la clase de juicio y el motivo había cumplido sobradamente su función, los brazaletes no servirían para nada más… pero Reversekuma estaba muy equivocado si pensaba que iba a pasarlos por alto. Las acciones prohibidas serían una prueba fundamental en este caso, ¡estaba convencido de ello!

    Cuando llegamos al ascensor, nos percatamos de que sus puertas estaban abriéndose. Las caras de estupefacción se dibujaron en todos nosotros cuando vimos aparecer en la segunda planta a Hubert y a Dante, ambos apoyados contra las paredes del ascensor, uno frente al otro. Dante dirigió una mirada rápida a Emily, que estaba a mi otro lado, al lado contrario de Steve, y me agarró el brazo, frunciendo el ceño. Vaya… estaba ciertamente molesta, y no lo culpaba. Pero, al mismo tiempo, podía notar el latido de su corazón, acelerado, y su respiración entrecortada. En el fondo, se alegraba enormemente de volver a verlo.

    —Lamento mi ausencia —se disculpó, con seriedad, Hubert, brazos cruzados—. ¿Cómo ha ido la investigación?

    —¡A buenas horas te preocupas, Ajenerd! —oh… Mimi volvía a ser la misma. Casi hubiese agradecido que el brazalete hubiese seguido puesto en su caso, la verdad—. ¡No has aparecido en todo el maldito tiempo, imbécil! Tú y tu “lógica”, ¡bah, inútiles que sois si no colaboráis!

    … sí, bendito brazalete.

    Pero Hubert se limitó a separarse de la pared del ascensor, dio un par de pasos y, tras rebuscar en sus bolsillos, sacó un bocadillo envuelto en papel de plástico, que le arrojó a Chad. El dibujante saltó como si fuese un perro entrenado, cazando el bocadillo al vuelo y quedando tumbado en el suelo, mientras se retorcía como un animalillo en celo, salivando y emitiendo gemidos mientras comía. Pude observar, también, cómo Brendan se hallaba tremendamente incómodo, ya que Elisa se había quedado dormida plácidamente prácticamente sobre él, y la situación de tener contacto físico directo con otra persona parecía estar frustrándolo mucho, hasta el punto de estar sudando a mares y empalideciendo. Pronto le dio un empujoncito y la arrojó hacia el otro lado, siendo Alpha el que la agarró para que no cayese. ¡Vaya! Al deportista ya sí que no parecía desagradarle que una chica durmiese sobre su hombro, ¿huh?

    —Por supuesto, he estado tratando de ayudar todo lo que he podido dentro de mis posibilidades. Le pregunté a Reversekuma por la identidad de la víctima mientras estaba en la planta baja, y allí hice las pocas pesquisas que pude. Investigué el dormitorio de Liza White para tratar de encontrar algo de utilidad, y me aseguré de tener preparada comida para Chad; sabía que me lo agradecería. Es poco, pero es todo lo que podía hacer.

    Todo lo que “podía” hacer, ¿huh?

    —¿Y bien? —inquirió Effy, brazos cruzados—. ¿Hallaste algo?

    Hubert se llevó las manos al mentón.

    —No. Pero eso es, en sí, una pista. Porque, confirmadme una cosa: ¿encontrasteis vosotros algo que pudiese encajar como el objeto personal de Liza en la escena del crimen o sus inmediaciones?

    Alcé las cejas. ¡Cierto! Aún desconocíamos por completo el objeto personal de Liza. Di un paso hacia delante y tomé la palabra… pero Ian me robó el protagonismo.

    —No. Ese objeto personal sigue siendo un misterio. Como el tuyo, ¿cierto, Dante Miles?

    —… hmpf —fue todo lo que Dante respondió. Pude ver cómo Emily fruncía el ceño de reojo.

    —Como pensaba. En su dormitorio tampoco había nada —afirmó Hubert—. El objeto personal de Liza es un misterio, y no hay ni rastro de él.

    —¿Crees que podría tener alguna relevancia para el caso? —preguntó Lucas, dubitativo y abstraído.

    —Es posible. La lógica nos dice que, si Liza siempre se ha comportado de forma tan extraña al respecto de su objeto personal, de forma muy reservada, es porque era algo que no queríamos que viese… y el hecho de que no haya ni rastro una vez muerta la dueña puede significar que el criminal se lo llevó. ¿Tal vez fuese el motivo directo?

    Oh… no había pensado en eso. Era una posibilidad bastante razonable. ¿Qué podría ser el objeto de Liza White? ¿Por qué tanto secretismo al respecto, en todo caso?

    —En todo caso, tal vez las cámaras hayan captado la imagen del presunto robo, también, ¿no? Esperemos a Reversekuma —afirmó Alpha, aliviado de poder hablar con normalidad otra vez.

    —¡Oh, cierto, Hubert, Dante! —exclamó entonces Steve, de pronto—. Tenéis que decirle a Chad dónde colocasteis las cámaras de seguridad. Está elaborando un plano para ayudarnos con la escena.

    —¿Mmpf? —balbuceó el aludido, alzando la cabeza.

    —Por supuesto. Las cámaras también serán clave en este caso, probablemente, en tanto que la escena del crimen fue en la planta donde estaban instaladas.

    —… de acuerdo. Supongo que es necesario —asintió Dante.

    Así, mientras Chad devoraba el bocadillo, Hubert y Dante se agacharon junto a él para ayudarle a completar los datos faltantes respecto a las cámaras. Y, mientras eso sucedía…

    —¡Puhehehehe!

    —¡Agh, maldito oso siniestro! —gritó Mimi, sobresaltada al ver que Reversekuma aparecía justo tras ella.

    —Uh… —Emily se aferró con fuerza a mi brazo. Parecía tenerle miedo al oso, cosa que era comprensible, a decir verdad.

    —¡Puhehehe! —Reversekuma llevaba una pila de cintas en sus manos—. Aquí están las copias de toooodos los videos que grabaron vuestras cámaras no oficiales, anormales. ¡Observad bien, porque solo las pondré una vez! Tenéis suerte de que las cámaras de la academia sean de una calidad excepcional y tengan función de visión nocturna, puhehe —y apuntó con el mando que llevaba en la otra mano a uno de los monitores, que se encendió para mostrar ciertas imágenes.

    Tragué saliva. La prueba clave podía estar allí, en ese lugar.

    Comenzaron apareciendo los videos del pasillo, en la primera parte del mismo. Se mostró a Lucas y a Chad entrando al laboratorio varias veces cuando las cámaras de la primera parte del pasillo aún estaban operativas, y se vio al grupo que fue a la piscina entrando y saliendo, y también a mí mismo, claro, volviendo decepcionado al no haber llegado a tiempo. Y, de pronto, se vio la imagen de Chad pintando el mapa en la pared. Su cabeza se volvió hacia la única cámara que parecía captar imágenes en esa parte del pasillo, se acercó a ella y, con una mano, la cogió y la imagen dejó de transmitirse.

    —¿Eh? ¿C-Chad? ¿Quitaste tú la cámara? —inquirió Effy, furiosa.

    —¿Huh? —relamía el dibujante las migas de pan que quedaron en sus comisuras y el pincel meciéndose ágilmente sobre un bloc de dibujo—. E-Eh, sí… es que… no soporto que me estén filmando mientras expreso mi arte, ¿sabes? Esa maldita cámara no me dejaba hacer mi trabajo. Pf.

    … ese maldito Chad, había sido él el que quitó la cámara. Entonces no tendríamos imágenes de lo que sucedía en esa parte del pasillo el día del crimen, ¿huh?

    Sin embargo, sí que pudimos ver lo que las otras cámaras captaron más o menos en el momento del crimen, en la segunda sección del pasillo. Había dos cámaras en esa sección y en la pantalla empezaron a aparecer imágenes, técnicamente de momentos antes del crimen… y algo bastante perturbador apareció en la pantalla, captado primero por una y luego por la otra cámara: una especie de ente completamente blanco, como si fuese un fantasma, apareció cruzando el pasillo. Era grande, y caminaba despacio. Recorrió todo el pasillo hasta la puerta de la biblioteca, y entró dentro de la misma.

    —¿Qué demon…? —vociferé, asustado.

    —¿U-Un fantasma? —habló Lucas, cejas alzadas y expresión de emoción en su mirada. Los fantasmas y lo esotérico parecía atraerle bastante al chico. No en vano fue uno de los voluntarios para participar en la sesión de espiritismo que celebró Elisa cuando sucedió lo de Talía.

    Pero… no parecía un fantasma. Casi parecía alguien con una especie de sábana sobre la cabeza. Alguien bastante grande, a juzgar por el volumen que se apreciaba bajo la tela… ¿quizá alguien se cubrió el cuerpo para poder pasar bajo las cámaras sin ser visto?

    Todo se complicó cuando la cámara volvió a mostrar una imagen muy diferente, y, a la vez, parecida. Esta vez la imagen era de pocos minutos después de la hora de la muerte: de la biblioteca salía de nuevo esa sábana, pero esta vez moviéndose mucho más rápido, y ya con una mancha roja poco apreciable en ella, mancha que antes no tenía. La sábana esta vez parecía deslizarse casi por el suelo, correteando a bastante velocidad y entrando en la piscina.

    —H-Hay un demonio en la Academia —susurró Mimi—. ¡U-Un demonio pobre!

    —¿Pobre? ¿¡Qué tiene que ver que sea pobre!? Y, ¿cómo puedes saberlo?—espetó Alpha, que había pasado su brazo sobre los hombros de Elisa para poder sujetarla mejor mientras dormía.

    —¡Porque esa sábana que llevaba era demasiado cutre y de mala calidad como para ser la ropa de un demonio rico, estúpido deportista de pacotilla!

    —Tché, rubia engreída. Ni siquiera deberías ser rubia con ese carácter —replicó el deportista.

    —¿¡Y qué tiene que ver el color de pelo con el carácter, idiota!? —exclamó la Millonaria, tremendamente irritada.

    La discusión se estaba transformando poco a poco en un absurdo continuo, y Effy notó ese extremo; por eso, alzó su voz:

    —Calma… sigamos viendo el video. Parece que hay una imagen más.

    En efecto, había otra imagen, esta de momentos ligeramente anteriores a la llegada de Ian y Brendan. Al encenderse la cámara y captar la imagen por el movimiento, se mostró el pasillo ya podía apreciarse mojado. ¿Cuándo había sucedido? No se vio en ningún momento que nadie pasase mojándolo, no se vio el punto en el que eso sucedió. ¿Cómo, entonces?

    En cualquier caso, esta vez era una persona la que apareció… una persona que caminaba con cuidado y mirando en todas direcciones, enfocando su mirada en un par de ocasiones a la cámara. Llevaba en los brazos una camisa oscura, anudada como si fuese una especie de pelota, y la cargaba entre sus manos como si pesase bastante más de lo que cabría esperarse en un trozo de tela. La persona entró en la sala de basuras e, instantes después, salía de nuevo de la sala de basuras, sin nada en las manos, y recorría el pasillo en el sentido contrario, probablemente de vuelta al ascensor. Tras esas imágenes, apareció Ian, caminando por el pasillo, y tuvo un breve encuentro con Brendan; probablemente lo vio espiándolo. Entraron momentáneamente a la sala de basuras (supuse que para cerrar y apagar el incinerador), y al salir, se dirigieron a la biblioteca, donde les perdimos el rastro.

    Pero lo relevante era la otra persona que entró antes al cuarto de basuras con algo entre sus manos. Y esa persona era…

    —D-Dante, ¿qué hacías ahí? —inquirió Emily, pálida—. ¿Qué hacías momentos después del asesinato en la sala de basuras?

    —… —taciturno, Dante apartó la mirada oscura con una profunda seriedad, cruzado de brazos.

    No parecía estar dispuesto a hablar sobre ello, ni siquiera a Emily. La tensión que había entre los dos crecía por momentos, y podía notarla incluso yo, solo con analizar las miradas que se dedicaban. Miradas cargadas de significado: duda, frustración, tristeza, sorpresa, resignación, impotencia.

    —Discutiremos el significado de todo esto en la clase de juicio —espetó Reversekuma, haciendo gestos bruscos con las patas superiores, y su brazo apuntó al monitor de nuevo, pulsando el botón del mando que portaba y cambiando la escena que mostraba la pantalla—. ¡Pasemos a los videos de la piscina!

    Los videos de la piscina… en el tiempo transcurrido antes del crimen solo fue visitada por Emily, Steve, Alpha y Mimi aquella vez en la que me invitaron y no llegué a tiempo. Pude verlos chapotear, entrar y salir varias veces del agua y, en definitiva, pasarlo bien. Nada fuera de lo ordinario. Pero luego, la imagen pasó a mostrar su próximo registro de movimiento… minutos después de la muerte. La figura cubierta por una sábana entró por la piscina, pequeña y no tan abultada como al principio, como en el primer momento en el que se vio en el pasillo. La mancha de sangre que había en la tela indicaba que ya había sucedido el crimen. En cualquier caso, la sábana se introdujo sorpresivamente el agua, moviéndose como si tuviese casi voluntad propia, y allí quedó quieta, flotando. Luego, minutos después, las cámaras volvían a encenderse de vez en cuando, solo para mostrar el agua agitada de la piscina, sin nada a la vista que hubiese provocado esa agitación. Entre toma y toma, los alrededores ya se mostraban mojados, como si algo hubiese salpicado y se hubiese desplazado por allí estando cubierto de agua.

    No hubo comentarios, solo silencio y algún cuchicheo ocasional. Lo que sí que había era múltiples caras de desconcierto… incluida la mía.

    Sin más, Reversekuma pasó al siguiente video… el video del laboratorio. El principal filmado aquí era Lucas, por supuesto, que entraba y salía los días anteriores al crimen, y también el mismo día por la mañana y la tarde. A veces entraba con Chad, y se les veía hablar y manipular los fármacos que había en las estanterías del fondo del laboratorio. Sin embargo, dada la ausencia de captación de audio, no podía oírse lo que hablaban. Y, nuevamente, la escena no mostró en ningún momento a nadie entrar tras la hora del crimen y mojar la misma a su paso.

    —Bah, esa no mostró nada interesante —se quejó Alpha, con las manos tras la nuca.

    Hubert parecía reflexivo.

    —Solo aparecen Lucas y Chad… imagino que os reuníais por los sustitutivos alimenticios, ¿no? —inquirió el ajedrecista.

    Lucas alzó la cabeza de pronto de su Plantix2000, con aspecto distraído. Ni siquiera estaba prestando atención a los videos… era todo un caso.

    —¿Hm? ¡Oh, sí! Yo llevé la “dieta” de Chad, y solía acudir a menudo —afirmó el Botánico.

    —Sí, sí —Chad habló, aún sentado en el suelo y con el pincel deslizándose con cuidado sobre el gran bloc—. Es cierto. Sin esas pastillas, ahora mismo estaría desnutrido… pero he de decir que no lograban saciarme, ¡el hambre seguía siendo real!

    —Sí, no son saciantes —Lucas comenzó a golpear con cuidado su cabeza, reflexivo—. Pero al menos te mantuvieron con vida y sano, porque aportan los nutrientes necesarios.

    Hmmm. La relación de esos dos en el laboratorio, ¿era acaso relevante para el caso? Probablemente no mucho, pero convenía tener en cuenta sus testimonios, por si acaso.

    —Está bien —dije, asintiendo—. Reversekuma, pasemos a la lavandería.

    —¡Puhehehe! No hay movimientos en la lavandería. Ninguno de vosotros entró en ella —afirmó, rotundamente—. ¡Panda de cerdos, aún no habéis lavado la ropa! Puaj.

    Huh… así que no hubo ningún movimiento en la lavandería. Nadie entró en ella en ningún momento; quizá por eso la puerta de la misma era la única cerrada.

    —Entonces, ¿la sala de música?

    Reversekuma me miró con ojos ensombrecidos.

    —… ¿estás seguro de que quieres ver ese video? Puhehehe…

    ¿Uh? ¿A-A qué venía esa risita siniestra y esa pregunta tan provocadora?

    —N-No es cuestión de lo que yo quiera… pero debemos llegar a la verdad, así que necesitamos todos los datos posibles. Por favor, muéstranoslo.

    —Puhehehe. Tú mismo.

    Tenía un presentimiento terrible… y pronto entendería que no me equivocaba. Los videos de la sala de música mostrarían algo que descuadraría todos mis esquemas. Algo que, en el fondo, hubiese preferido no ver.

    La imagen mostró a Emily caminando por la sala de música, observando todo a su alrededor. La distribución que aparecía en la imagen era ciertamente muy distinta a la que pude apreciar durante la investigación: todo estaba mucho más ordenado, hasta que Emily… comenzó a mover los instrumentos y el resto de mobiliario. Una a una, fue bloqueando con los distintos objetos de la zona las diversas cámaras, de modo que las tres quedaron inhabilitadas. Con aquellos instrumentos delante, no había posibilidad de que las cámaras grabasen nada más, porque solo se activarían al percibir movimiento, y no lo percibirían si tenían un obstáculo delante. Pero, ¿cuándo movió Emily aquellos instrumentos, cuándo y por qué obstruyó las cámaras que ella misma colocó? Lo único seguro era que el suelo no estaba mojado en ese entonces, así que tuvo que ser antes del crimen, pero… ella estuvo conmigo prácticamente todo el tiempo.

    Mi mirada se dirigió a sus ojos morados, que se mostraron tremendamente esquivos.

    —¿Emily…? —preguntó Effy entonces.

    —¿Por qué tapaste las cámaras? —inquirió Hubert, con un rostro tremendamente severo.

    —Y-Yo…

    —¡Puhehehe! —Reversekuma interrumpió las palabras nerviosas de la Super Modelo sin dudarlo ni un segundo—. Eso se discutirá en la clase del juicio, ¡no seáis impacientes, madre osa mía! Ahora… ¡pasemos a lo interesante de verdad! ¡La escena del crimen! ¡La biblioteca!

    L-La biblioteca… independientemente de todo lo demás, la biblioteca debería tener la clave. El asesino tenía que haber sido filmado, ¡debía ser así! Pero, ¿por qué me sentía tan intranquilo…?

    La imagen se mostró, apareciendo en ella todos los que, antes del crimen, habíamos estado investigando en la biblioteca: Mimiko, Alpha, Steve, Emily y yo. También mostró a Ian entrando en múltiples ocasiones, siempre en solitario, y… el mismo día del crimen, por la tarde, Effy entró a la biblioteca y estuvo consultando libros de las estanterías centrales, justo entre las que apareció el cadáver.

    La posición de las tres cámaras de la biblioteca me escamaba bastante… estaban colocadas en una posición inusual, y por las imágenes que se mostraban en el monitor me daba la impresión de que la parte oeste no estaba siendo filmada; una cámara apuntaba a la entrada y a las estanterías de la parte noreste, otra apuntaba a la mayor parte de las estanterías del este, y… la tercera apuntaba al interior de las estanterías centrales, al hueco que allí había. Es por eso que pudimos ver a Ian consultando libros de esa sección, y posteriormente a Effy haciendo lo mismo.

    Y… es por eso que pudimos ver todo lo que sucedió en el momento del crimen.

    La figura grande y amplia que apareció por primera vez en el pasillo bajo la sábana, aquella especie de persona tan grande y ancha que parecía estar caminando bajo esta, entró por la puerta principal, y recorrió toda la zona este a ritmo acompasado. Luego, se metió dentro del hueco de las estanterías, y fue allí donde sucedió algo tremendamente extraño: la figura comenzó a contorsionarse, moviéndose de un lado a otro, tambaleándose. Estuvo casi un par de minutos así, como si la figura cubierta por la sábana estuviese contorsionándose; casi parecía un verdadero fantasma bailando. Aunque el plano era prácticamente aéreo y la “criatura” de la sábana estaba cerca del límite de filmación de la cámara, pudo verse con claridad cómo sufría una especie de “espasmos”. Y, justo cuando paró y quedó quieta, la mancha de sangre pequeña se dibujó en la tela, y de nuevo hubo algo de movimiento, creciendo y decreciendo de tamaño la figura. Una vez que quedó casi inmóvil por segunda vez, la escena quedó llena de quietud cuando, de pronto, la sábana cayó al suelo, perdiendo su volumen, y pasando a quedar cubriendo el suelo, extendida sobre este, con un evidente bulto bajo la sábana.

    La cámara se detuvo al final por la falta de movimiento, y fue al cabo de unos minutos cuando volvió a reaccionar. La sábana se movió entonces por sí sola, y huyó de la biblioteca, recorriendo toda la parte este y saliendo por la puerta principal; sería a partir de entonces cuando la veríamos por el pasillo, aquel “demonio” que impulsaba un objeto inanimado a moverse por propia voluntad. Lo más terrible de todo… fue que al retirarse la sábana, reveló el cadáver de Liza bajo la misma, en la posición en la que la encontramos la primera vez que la vimos.

    Lo siguiente que filmaron las cámaras fueron las llegadas de Ian y Brendan, de Emily y yo, y el resto de personas al lugar.

    —¿Q-Qué ha sucedido? —exclamó Alpha—. ¡Esas cámaras no han grabado al culpable! A que resulta que al final tiene razón la rubia de bote y hay un demonio…

    Mimiko reaccionó golpeando la cabeza de Alpha con fuerza, haciendo que este se tambalease y que Elisa, que seguía durmiendo sobre su hombro, casi se cayese al suelo.

    —¡Idiota!

    —… ciertamente, ha sido extraño —observó Hubert—. No hemos obtenido ninguna grabación del asesino, y solo ha logrado sembrar más dudas acerca de ese… “demonio”.

    Apreté los dientes. Dante… Dante era el que colocó las cámaras de la biblioteca. Y estaba convencido de que en el video de la misma no estaba grabada la sección oeste de la misma. Que no había ninguna cámara que grabase esa zona. ¿Por qué motivo? El Ultimate enigmático se comportaba acorde a su talento: misterioso, taciturno, sin revelar nada. Solo apartaba la mirada y se cruzaba de brazos con seriedad.

    —¡Puhehehe! —rio Reversekuma, mientras el ascensor se abría—. ¡Vamos, vamos, es hora de la verdad! Todos abajo, ¡la clase de juicio va a comenzar!

    —Pero… no tenemos suficientes pruebas —exclamó Steve, preocupado, con la mano sobre su pecho.

    —Je —Ian entró en el ascensor sin pensarlo dos veces, mientras se encogía de hombros y hablaba de forma tranquila y confiada—. Que sea lo que tenga que ser. Al fin y al cabo, esto es un juego… y la diversión ni siquiera ha comenzado aún.

    —Idiota —exclamó Mimiko, entrando en el ascensor también. La siguió Alpha, que casi llevaba a rastras a Elisa.

    Luego fueron Effy, Hubert, Brendan y Dante. Lucas, por su parte, suspiró hondamente.

    —Primero tengo que hacer una clase de juicio cubierto de barro, y ahora en pijama. Qué lamentable —caminó con desgana hacia el interior del ascensor.

    —Al menos esta vez estamos todos en la misma situación que tú —Steve sonrió ampliamente, colocando una mano en el hombro del alicaído botánico, y entrando junto a él en el maldito elevador, preparados para adentrarse en la sala de la clase de juicio.

    Entonces fue Emily la que, alejándose de mí, caminó hasta la puerta abierta. Antes de entrar, se giró, con el rostro aún pálido, y me dedicó una extraña mirada con sus ojos morados. Sus ojos estaban llenos de tristeza… como si estuviese a punto de caer en la desesperación.

    Fui a seguirla, pero Chad me detuvo, arrancando la hoja de su bloc y entregándomela.

    —Toma. Espero que sirva.

    Observé el mapa que había dibujado mientras entraba, acompañado del dibujante, al ascensor. Y, con eso, estuvimos todos. Empezó a bajar, por segunda vez, hacia nuestro destino. Hacia un todo o nada, hacia una muerte segura, sea para uno o sea para doce.

    Y yo, mientras analizaba el mapa de Chad… no podía hacer más que temerme lo peor en aquel juicio. Porque, tal y como pensaba, había algo, una cosa, que no me agradaba en absoluto.

    Y odiaba tener razón en ese tipo de sospechas.

    Reglas vigentes:

    >> Regla 1: durante el día, los alumnos podrán recorrer la Academia a su antojo, con escasas restricciones. En la noche, el acceso a determinados lugares quedará restringido.

    >> Regla 2: a las 8:00 AM sonará el anuncio escolar que dará comienzo al día oficialmente, y a las 10:00 PM sonará el anuncio escolar que dará paso al tiempo nocturno. No existen restricciones de sueño, cada alumno es libre de dormir o no dormir como lo estime conveniente.

    >> Regla 3: el Director de la academia y el resto de profesores no podrá interferir directamente con los alumnos; no podrá dañarlos físicamente o interferir en el desarrollo normal de sus actividades.

    >> Regla 4: los alumnos deberán asistir a las clases que el Director o profesores impongan de forma estrictamente puntual. Se permitirá un retraso máximo de 20 minutos, a partir del cual se considerará esta regla como incumplida.

    >> Regla 5: en caso de incumplimiento de una regla, las ametralladoras ejecutarán al infractor de la regla.

    >> Regla 6: únicamente quienes se gradúen podrán salir de la Academia. Quienes se gradúen no podrán volver a entrar, tendrán que dedicar su vida a cumplir con sus obligaciones como graduado o graduada en el exterior. El método de graduación se definirá en posteriores reglas.

    >> Regla 7: el desconocimiento de una regla no exime de su cumplimiento. El respeto a las reglas será estricto y deberá ser mantenido en todo caso, sin excepciones.

    >> Regla 8: el Director o los profesores pueden dar órdenes siempre dentro de los límites establecidos. Si no se cumple una orden válida, las ametralladoras dispararán al rebelde.

    >> Regla 9: los objetos personales pueden ser robados en cualquier momento por otro alumno, pero ningún alumno, bajo ningún concepto, podrá tener en su poder más de dos objetos personales.

    >> Regla 10: el Director podrá añadir nuevas reglas conforme estime conveniente, sin alterar reglas ya existentes.

    >> Regla 11: cuando un asesinato suceda, comenzará la investigación. Durante la investigación, cualquier sala de la Academia que hubiese estado disponible antes del crimen, independientemente de la hora, será abierta para facilitar la misma. Pasado el tiempo que el Director o los profesores consideren oportuno, la investigación finalizará y comenzará una clase de juicio.

    >> Regla 12: en la clase de juicio, todos votarán a un culpable. Si resulta ser el verdadero asesino, será ejecutado; si resulta no ser el verdadero asesino, todos salvo este serán ejecutados, y el asesino podrá graduarse.

    >> Regla 13: los brazaletes de la muerte, una vez colocados en las muñecas de los alumnos, no podrán ser retirados, y causarán la muerte de cualquier alumno que incumpla la acción prohibida en ellos descrita. La acción prohibida puede ser secreta o no, a juicio del alumno.

    >> Regla 14: si algún alumno lograse retirar un brazalete de la muerte de alguna forma, estaría incumpliendo una regla, por lo que sería castigado por las ametralladoras.

    >> Regla 15: una muerte de un alumno por culpa del veneno de los brazaletes daría inicio a una clase del juicio. Si fue otro alumno el que provocó que la víctima llevase a cabo la acción prohibida, conociese o no el contenido de su acción prohibida, sería considerado el culpable de asesinato. En caso de que la víctima muriese por su propia negligencia, se consideraría suicidio, por lo que en la clase de juicio habría que votar por la propia víctima para resultar victoriosos.

    >> Regla 16: las acciones prohibidas deben ser interpretadas de forma estrictamente literal.

    >> Regla 17: se dará el anuncio de descubrimiento del cadáver cuando tres o más personas encuentren a un estudiante muerto.

    >> Regla 18: de acuerdo con las reglas anteriores, se considerará culpable a efectos de una clase de juicio a todo aquel que provoque la muerte directa de otro. En caso de venenos, trampas y otro tipo de muertes indirectas, será considerado el culpable el que haya colocado el veneno, preparado la trampa o programado la vía que provoque la muerte del tercero, independientemente de que otras personas participen en el acto de otras formas.

    >> Regla 19: solo una persona puede ser considerada culpable de un asesinato. En caso de empate en votación en una clase de juicio entre dos alumnos, se considerará acertada la elección si uno de los dos es el culpable, y solo esa persona será ejecutada. No caben empates entre más de dos personas.

    Estudiantes: 13
    - Drake Orestes – Super Policía (VIVO)
    Objeto: Pistola
    Datos obtenidos: nuestro protagonista, y el proclamado Super Policía. En realidad, es un chico bastante despistado y olvidadizo que, según dice, logró ser policía de prestigio simplemente por tener suerte. Aun así, la experiencia como investigador es algo que ha adquirido, y, aunque no tenga demasiada atención por según qué detalles y no se le dé del todo bien memorizar nombres, intente hacer honor a su talento.
    Acción prohibida: entrar en una sala vacía.

    - Steve Stone – Super Suertudo (VIVO)
    Objeto: Revista Ultimates.
    Acción prohibida: Sonreír


    - Ian Lockhart – Super Estratega (VIVO)
    Objeto: Game Boy
    Acción prohibida: ???

    - Alpha Xenodis – Super Deportista (VIVO)
    Objeto: Bate de béisbol
    Acción prohibida: decir la verdad

    - Ukitashi – Super Comilón (MUERTO)
    Objeto: Sándwiches

    - Talía Wells – Super Estrella Infantil (MUERTA)
    Objeto: Teddy el oso

    - Hubert Maddsson – Super Ajedrecista (VIVO)
    Objeto: tablero portátil
    Acción prohibida: ???

    - Effy Joy – Super Terrorista (VIVA)
    Objeto: cloroformo
    Acción prohibida: ???

    - Lucas Diamond – Super Botánico (VIVO)
    Objeto: Plantix2000
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Lucas desprecia las ciudades por considerar que su construcción implica necesariamente la muerte de muchas plantas, a las que considera amigas. Aun así, vive en un laboratorio en medio de una jungla, en solitario, y parecía no ser consciente de que su construcción en sí, probablemente, haya supuesto ya la muerte de muchos animales. Ha creado el Plantix2000 él solo, una máquina que permite "comunicarse" con las plantas: analizarlas, saber sus necesidades, etc.
    Acción prohibida: ???

    - Liza White – Super Criadora (MUERTA)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: criada en un zoo, donde vivía con sus padres, cuidadores de éste, Liza pronto se hizo amiga de los animales y comenzó a amarlos, a todos y a cada uno de ellos, incluidos los insectos y otros bichos que puedan ser considerados asquerosos por la mayoría de la gente. Un buen día, Liza liberó a todos los animales simplemente porque quería que fuesen libres. Para ella, los animales son equivalentes a los humanos, y deberían de ser tratados prácticamente en igualdad de condiciones.
    Acción prohibida: mojarse.

    - Emily Hodges – Super Modelo (VIVA)
    Objeto: Kit de maquillaje
    Acción prohibida: quedarse sola

    - Dante Miles – Super ¿? (VIVO)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Dante no recuerda prácticamente nada sobre su pasado. Sabe que tenía amigos, pero no los recuerda; sabe que sucedió un evento importante en su vida, pero no recuerda qué fue; ni siquiera recuerda su talento ni cómo se dio cuenta de que lo tenía. Insiste en que, tal vez, no tenga ningún talento, para empezar. Lo único que recordaba con claridad al despertar era que amaba a Emily, y ese sentimiento parecía ser correspondido por ella.
    Acción prohibida: ???

    - Chad Redflame – Super Dibujante (VIVO)
    Objeto: Pincel y pinturas
    Acción prohibida: ingerir alimentos.

    - Brendan Ruby – Super Periodista (VIVO)
    Objeto: Cuaderno y bolígrafo
    Acción prohibida: ???

    - Elisa Daroch – Super Médium (VIVA)
    Objeto: Cartas de tarot
    Acción prohibida: cerrar los ojos por más de dos minutos

    - Mimiko Honda – Super Millonaria (VIVA)
    Objeto: Teléfono móvil
    Acción prohibida: insultar


    Balas de la verdad:

    - Informe de Monokuma #2:
    La víctima es Liza White, la Super Criadora. La causa de la muerte es difusa, no está claro qué mató a Liza. Murió alrededor de las 10:30 PM, poco después del anuncio del tiempo nocturno. No se aprecia ninguna herida visible en el cuerpo.

    - Estado del cadáver: el cuerpo de Liza fue encontrado con las manos agarrotadas y la camisa del pijama desabrochada. Parece que se defendió de un ataque. No obstante, no estaba mojada, sino completamente seca. Tenía una mancha de sangre en la manga de su prenda superior.

    - Acción prohibida de Liza: la acción prohibida de Liza, según su brazalete de la muerte, era "mojarse".

    - Restos de agua: había rastros de agua uniformes por todas partes: en el pasillo, en el laboratorio, en la sala de música, la sala de basuras y en la piscina, como si alguien hubiese correteado estando mojado por toda la zona.

    - Sábana blanca: se encontró una sábana blanca bastante grande con una pequeña mancha de sangre flotando en mitad de la piscina.

    - Indicios de uso del incinerador: se encontró un pequeño trozo de tela negra parcialmente quemado junto al incinerador, que había estado abierto y encendido más o menos a la hora del crimen; parece evidente que alguien quemó algo en ese lugar.

    - Cámaras no-oficiales: cámaras cubiertas de polvo y musgo, pero perfectamente operativas, encontradas por Hubert Maddson en el almacén de la planta baja. Él mismo sugirió instalarlas en la segunda planta, pero solo quienes colocaron las cámaras sabían el punto exacto donde fueron instaladas. Cada uno colocó tres cámaras, salvo por Hubert, que colocó seis, tres en cada lugar. Emily colocó las cámaras de la sala de música, Lucas colocó las del Laboratorio, Dante las de la biblioteca, Drake las de la Lavandería y Hubert las de la piscina y el pasillo. Las cámaras del pasillo eran fácilmente visibles, y Chad desinstaló la cámara que enfocaba el primer tramo del mismo. Las cámaras solo se accionan con el movimiento, y tienen, además, capacidad de visión nocturna.

    - Acciones prohibidas: durante el crimen y antes de este, y hasta el fin de la investigación, todos los alumnos tenían unos brazales de la muerte que matarían con un veneno a cualquiera que cumpliese con la acción que ellos anunciaban.

    - Distribución de la sala de música: la sala de música tenía una distribución extraña, pues todos los instrumentos estaban apilados y el mobiliario se disponía de forma errática y extraña por la zona.

    - Acceso secreto: la única estantería de CDs de la Sala de música es en realidad una puerta secreta que comunica con la biblioteca, por su cara oeste. El acceso es de doble entrada, por lo que se puede ir de una sala a otra y a la inversa.

    - Testimonio de Ian: Ian llegó el primero a la escena del crimen porque quería investigar sobre el llamado Proyecto Omega. Al parecer, Brendan le estuvo siguiendo todo el tiempo. Fue entonces cuando ambos encontraron a Liza muerta.

    - Testimonio de Elisa: Elisa prácticamente no salió de su dormitorio durante too el día del crimen, pero charló con Chad sobre el peligro de sus acciones prohibidas y el riesgo que supondría para ellos y para los demás.

    - Objeto personal de Liza: no hay ni rastro del objeto personal de Liza; Hubert investigó en su dormitorio y no encontró nada, y tampoco apareció en ninguna parte de la escena del crimen. Además, la propia Liza se mostraba muy reacia a hablar sobre su objeto personal.

    - Videos de la sección primera del pasillo: la primera parte del pasillo mostraba a Lucas y Chad entrando en el laboratorio, y filmó también a Steve, Mimiko, Emily, Alpha y Drake cuando fueron a la piscina. Acto seguido, se ve a Chad quitando la cámara, y no hay más imágenes desde ese momento.

    - Videos de la sección segunda del pasillo: primero aparece una figura grande y ancha abultando bajo una sábana blanca, que recorre todo el pasillo y entra en la biblioteca, antes del crimen. Poco después del crimen, apareció otra sábana cruzando el pasillo en dirección opuesta, saliendo de la biblioteca, esta vez sin tanto volumen bajo la misma; casi parecía estar moviéndose sola, y llevaba ya una pequeña mancha de sangre. La sábana entró en la piscina, desapareciendo de la imagen. Varios minutos después, Dante es filmado recorriendo el pasillo, que ya entonces estaba mojado, con una camisa enrollada en forma de pelota entre las manos, entra en la sala de basuras y poco después sale de ella y vuelve por donde ha venido. Lo último que filman las cámaras es a Ian y Brendan, que entran en la sala de basuras para cerrar luego la puerta, y entraron después en la biblioteca; el resto son solo imágenes de la gente llegando al descubrimiento del cadáver.

    - Videos de la piscina: la cámara filma el momento en el que Steve, Emily, Alpha y Mimi entran en la piscina y pasan el tiempo en ella. La siguiente imagen que perciben es muy distinta; la sábana, moviéndose aparentemente sola, entra en el lugar y cae en la piscina, donde deja de moverse. La cámara se activa de cuando en cuando desde entonces, mostrando sus alrededores mojados y mostrando agitación en las aguas de la piscina.

    - Videos del laboratorio: aparece Lucas entrando en el laboratorio continuamente, y pasando el tiempo allí. Chad entraba a veces y los dos parecían hablar, mientras Lucas tomaba medicamentos y fármacos de las estanterías. No se pueden oír sus conversaciones. En ningún momento se capta el suelo mojado, ni cómo se mojó.

    - Testimonio de Chad y Lucas: Chad recurrió a la ayuda de Lucas para sobrellevar su acción prohibida de no ingerir alimentos. El Botánico le suministraba nutrientes en forma de pastillas, motivo por el que acudían continuamente al laboratorio. Con todo, los fármacos no son saciantes, de modo que la sensación de hambre no desaparece.

    - Videos de la sala de música: el video de la sala de música solo muestra a Emily reorganizando las instalaciones, de manera que tapasen todas y cada una de las cámaras que instaló. No hay más escenas tras eso. No está claro cuándo sucedió esto.

    - Videos de la biblioteca: en primer lugar aparecen Mimi, Alpha, Steve, Emily y Drake, entrando en el lugar y leyendo libros por toda la zona. Luego aparece Ian, y más tarde Effy, y ambos se interesan por las estanterías del centro; todo esto mucho antes del crimen. Es más o menos cuando el crimen sucede que aparece la figura grande bajo la sábana, entrando por la puerta y recorriendo toda la parte oeste hasta entrar en la sección central de la biblioteca. Ahí, la sábana parece retorcerse y contorsionarse por unos segundos, luego para, y, al momento, aparece la mancha de sangre y sigue contorsionándose brevemente. Tras eso, la sábana cae y queda extendida sobre el suelo. Momentos después del crimen, la sábana parece moverse por sí misma y recorre todo el lugar, dejando ver que bajo esta estaba el cadáver de Liza, y saliendo de la biblioteca sin más. Las siguientes imágenes que se muestran son solo los alumnos entrando en el orden en el que acudieron: Ian y Brendan, Emily y Drake, y luego los demás.

    - Mapa de Chad: mapa dibujado por Chad que muestra la posición de las cámaras y su ángulo de filmación, la disposición de las salas y la estructura de las mismas. Incluso marca la posición de la víctima y los puntos donde el suelo está mojado. Todo con un toque... "realista", claro.
    MAPA CÁMARAS.png
    No juzguéis mucho el mapa, no lo hice yo, lo hizo Chad (???)
    Cualquier duda al respecto del mapa, preguntadme, pls xD
     
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  13.  
    Amane

    Amane Equipo administrativo Comentarista destacado fifteen k. gakkouer

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    Yey, primera vez comentando justo después de un capítulo.

    Qué decirte, chico, tenía muchas ganas de leer un capítulo nuevo después de haberme pegado aquel maratón y me alegró mucho ver este subido, sobre todo después de estar todo el día estudiando xD

    ¡Y me ha encantado este capítulo! Las investigaciones en el anime me gustaban mucho, porque hacían que yo fuese descubriendo cosas al mismo tiempo que los personajes, luego en el juego no tanto porque se me hace pesado, pero tú en el fic lo plasmas como en el anime entonces me encanta leerlo <3 Me dejas to' loca e intento hace teorías pero no sé :'D

    Así que, en general, estamos como siempre: a punto de entrar al juicio con mucha pruebas pero sin saber nada realmente, y eso es genial, porque cuando vaya leyendo el juicio y descubriendo que ha sucedido realmente, será aún más sorprendente.

    Lo único que me ha costado más o menos entender es lo del vídeo de la sábana en la piscina, por eso no logro hacer una "teoría" más completa, pero de todas formas, no hay mucho que pueda decir realmente. Estoy casi segura que Liza ha muerto por la pulsera, aunque esté seca, solo queda saber como ha conseguido el asesino hacer que se mojase (me hago una idea, pero de nuevo, no me queda claro so).

    ¡La escena del ascensor fue muy cute! Cuando todos estaban ya super aliviados y volviendo a ser ellos mismos, por favor, Elisa que me la como <3 Y está claro que Hubert tenía prohibido ir al segundo piso o algo así, y Dante seguramente tenía algo relacionado con ver a los demás o a Emily, como ya se sospechaba. De todas formas, me alegro que al fin Elisa y Chad pudiesen dormir y comer, de verdad, me estaba agobiando yo por ellos.

    Emily, Emily, Emily... no puedo evitarlo, es mi niña y me emociono al verla <3 La shippeo muchísimo con Drke en este fic, en serio xD Y Mimi plz, mi kokorko Mimily te lo agradece, seriously. ¡Pero! Por favor, estoy muy tensa, no quiero que muera, no quiero que haya sido la asesina, y menos de Liza. Sé lo que te digo, pero really, me daría mucha pena que muriese jaja. Igual, si lo hace, que sea algo relacionado con Dante, algo de amor o así, super cheesy (?) No, no sé, solo sé que la parte final, la de su mirada casi desesperada me ha puesto los pelos de punta, porque en este fic, con esta temática, nada bueno puede significar. ¿Quizás ella quería matar pero al final no lo hizo? ¿Estaban compinchados? No, porque ella parecía confusa. Idk, idk, me encanta esta incertidumbre.

    AÑSKJAN ya me he ido por las ramas y te he hecho un super comentario xD Bueno, nada, que Steve me encanta y me alegra saber que su acción era sonreír, quiero decir, que no era otra cosa. Ian, Ian, mi crush, Ian, me encanta, está loco, es el Nagito de este fic and i love it.

    Y pues nada, ¿creo que más o menos te he dicho todo lo que tenía y lo he abarcado todo? De todas formas, en general, ya sabes, me ha encantado el capítulo, como todos y estoy deseando saber más, quién ha matado a mi niña Liza y que ha pasado con Emily y pues... ¡También sobre el Proyecto Omega! ¡Y muchas cosas!

    PD: Echo de menos a Monokuma :c

    PD2: Chaducas ftw, he dicho.

    PD3: El mapa está cute.

    ¡Sigue así!
     
    Última edición: 8 Noviembre 2017
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    Graecus

    Graecus uwu7

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    Tengo una teoría. Ya se sabia que el objeto personal de Liza es una especie de animal, y eso explica porque la parte de arriba de su pijama estaba desabrochado: Liza solía ocultar al animal bajo su ropa. El animal se escapó de alguna forma y por eso el pijama estaba en ese estado. Sobre la causa de la muerte, se sabe que Liza tiene sangre encima. Y si la sangre no es suya, tiene que ser del animal. El animal se lastimo de alguna forma, la sangre cayó sobre el cuerpo de Liza, y eso contó como que Liza se mojó con la sangre, por lo que se activo su pulsera y Liza murió por el veneno. ¿Porque tenia Liza la sabana puesta, sin embargo? ¿Era para evitar que su cuerpo se mojara con algo por el camino, o era algo mas? Supongo que el animal luego de verse libre se lanzó a la piscina llevandose la sabana consigo, y a partir de ahí se ha estado moviendo hacia otras salas mojando todo el lugar, tan rapido que a las camaras no les ha dado tiempo de activarse para grabarlo. Esa es la unica explicación que le puedo dar a que no aparezca en ningun video.

    Sobre lo demas, ni puta idea xD algo hizo que el animal sangrara, asi como todo lo demas que ha ocurrido, pero no puedo ver ningun culpable D: Emily oculta algo, pero no puede ser ella, ella tiene coartada ;n; aunque esto es Danganronpa, asi que si ella tiene coartada ella debe ser la asesina (?
     
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  15.  
    Lucas Diamond

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    Omg ha sido muy bueno ¿eh? Me he asustado un poco cuando he visto que eran más de diez mil palabras pero vaya, se me ha hecho cortísimo xD Quiero más, bitch. Dame más.

    Uf, conforme iba leyendo me iban surgiendo multiples teorías varias y pensaba irlas adaptando según fueran revelándose evidencias y al final proponerte mi teoría final. Consideré que pudiera ser un accidente la muerte de Liza, que fuera por el veneno y la sangre fuera del pinchazo, que fuera Chad, que fuera Dante o Emily y Dante la respaldara con el fallo de las cámaras, que Effy dejara una trampa pensando que Ian iba a ir para leer algo sobre el Proyecto Omega y le saliese mal... Pero, ¿sabes qué? Luego he pensado: es David, hay más posibilidades de que haya sido un ovni que de que yo acierte una teoría. Si algo he sacado en claro después de tanto tiempo es que nunca me espero lo que acaba ocurriendo (? Así que pues, no hay teorías esta vez, ya se verá lo que ocurrió :D

    Y aun así, te he dado bastantes teorías y cosas que pensé, así que no te quejes (??)

    Estoy de acuerdo con Gabi en que fue muy cute cuando pudieron actuar normal después de las pulseras, sobre todo Elisa. Te juro que estaba agobiado y todo por la pobre xD Verla dormir con Alpha se me hizo tan cute <3 Que descanse ahora :c Y Chad a comer como un descosido, como yo uwu (??

    Por otro lado, me pregunto si sabremos las acciones prohibidas de todos al acabar el caso. Quizás haya alguna que no sea relevante y no se diga, idk, pero me gustaría saberlas todas.

    En cuanto al mapa, no te negaré que me reí un poco al principio, más que nada por la impresión (lo imaginaba en blanco y negro(?)), pero está muy bien y me ha ayudado a entender la disposición de las cosas de la biblioteca, la verdad, so... punto positivo. Otro más (?

    Respecto a fallos, vi alguno pero nada especial, solo remarco este:

    No estoy seguro, pero diría que no es correcto decir "la llegada de Emily y yo". Al menos yo diría "la llegada de Emily y mía". Más que nada es que me choca un poco leerlo así, no sé si existe una norma que impida usar el pronombre, pero diría que sí, puesto que es un pronombre de sujeto (?)

    Por el resto pueees nada más, felicidades una vez más por tan maravilloso capítulo. Por fis, cuando subas los siguientes del juicio no nos hagas esperar mucho entre unos y otros o sufriré por tu culpa. Y no quieres que eso pase, ¿verdad? :c

    Sigue así,

    Lucas Diamond~ <3
     
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    Pokénronpa
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    39
     
    Palabras:
    8613
    En este capítulo introduzco dos mecánicas de juego que son de mi propia cosecha (aunque bueno, una de ellas es en realidad una ampliación de algo que ya existe, a decir verdad xD). Se trata de los modos Extreme y de los que yo llamo Converge Points (así en inglés para que suene bien danganronpesco (?)).

    Los modos extreme no tienen mucha dificultad para ser entendidos ni mucho que explicar; realmente serán Non-stop debates o Rebuttal showdown normales, con la única pega de que será necesario encontrar dos puntos débiles y no solo uno para progresar. De ese modo, cuando en el spoiler venga “extreme” precediendo al debate en cuestión, ya sabéis que Drake tendrá que encontrar dos puntos débiles, dos contradicciones, para avanzar.

    Y los Converge Points, por su parte, son algo nuevo completamente que toma su base en una mecánica de Danganronpa consistente en tomar el argumento de otro estudiante para usarlo como prueba, pero lo enfoco de forma distinta. Ahora, no solo habrá colores naranjas y azules en los non-stop debates; también habrá verdes. Cuando un punto débil sea verde, eso querrá decir que es susceptible de ser convertido en prueba. ¿Cómo? Presentando otra prueba. Es decir, la mecánica es la siguiente: Drake usa una prueba en un punto débil verde, y “fusiona” la frase del estudiante con la prueba para formar una prueba nueva. Luego, con esa prueba nueva a su disposición, ya encuentra la contradicción o el acuerdo en el resto de puntos débiles naranjas o azules.

    Un ejemplo aplicado al caso en concreto: si Chad dijese en verde “Pasé mucha hambre”, Drake puede usar la prueba “Acciones prohibidas” para combinarla con esa frase, y de ahí sacar la prueba “acción prohibida de Chad”.

    Simple, ¿cierto? Pues hala, al lío (?) ¡Espero que os guste!


    Capítulo 2: Recuerdos de Esperanza


    Vida Mortal, Clase de Juicio


    Había comenzado: la segunda clase de juicio. Todos nos colocamos de nuevo en nuestros respectivos asientos, pero… esta vez, los lugares de Liza y Ukita también estaban vacíos, sustituyéndose su presencia por carteles con su foto en blanco y negro tachados. Liza estaba tachada con un dibujo de rotulador simulando la huella de la pata de un perro, y Ukita estaba tachado con un dibujo de dos tenedores cruzados. Era ciertamente triste ver cómo el número de estudiantes se iba reduciendo poco a poco…

    Pero no podíamos rendirnos. Había que seguir adelante, aprovechar que seguíamos vivos. Teníamos que mantenernos juntos, aunque eso supusiese condenar al que hubiese matado a Liza.

    Reversekuma tomó también su asiento, que resultó ser el otro trono que había junto al de Monokuma… pero seguía sin haber ni rastro del Director. Tras aclararse la voz, Reversekuma comenzó a hablar:

    —¡Atención, panda de ineptos! Empecemos con una explicación básica de las clases de juicio. Durante esta clase, tendréis que discutir acerca de “quién lo hizo”, y señalar a uno de vosotros como el culpable. Si acertáis, el culpable será castigado. Pero si os equivocáis, todos salvo el culpable serán castigados. Ahora bien, ¡empecemos la clase de juicio sobre el asesinato de Liza White, la Super Criadora!

    El ambiente era muy tenso… las miradas se agachaban poco a poco. Fue Ian el que, tras aclarar la voz, comenzó el debate. Probablemente era el único con ánimos para hacerlo.

    —Creo que lo primero que deberíamos determinar sería la causa de la muerte. El informe de Monokuma #2 es muy impreciso al respecto… por cierto, Reversekuma, ¿por qué se llama informe de Monokuma si has sido tú el que nos lo ha entregado? Es solo una curiosidad. ¿Acaso lo ha escrito la misma persona?

    —Puhehehe —rio el oso—. Eso no es determinante para el caso, imbécil. ¡Dedicaos a lo que os importa, carajo!

    —… hmpf —Ian sonreía, satisfecho. Ese tipo siempre tenía dobles intenciones, siempre pensaba más allá—. De acuerdo. Entonces pasemos a lo menos interesante, qué remedio. ¿Qué mató a Liza? Esa debería ser nuestra primera cuestión a tratar.

    Lo que mató a Liza… sí, seguía siendo un misterio, sin duda. Lo más básico de cualquier caso de asesinato, la causa de la muerte, ¡y ni siquiera teníamos eso claro! Así que era necesario empezar por ahí. Empezar por lo más básico. ¡Esto no era más que el comienzo!




    Non-stop debate!

    Es importante que determinemos la causa de la muerte —indicó Ian, mano bajo el mentón—. El informe de Monokuma no ofrece apenas datos al respecto.

    Tampoco se encontró arma del crimen en la escena—habló Hubert, serio y pensativo.

    El asesino tuvo que matar a Liza sin usar ningún tipo de arma —observó Effy.

    Sí, y el hecho de que el cuerpo no tenga heridas lo dificulta todo aún más —afirmó Steve—. ¡Así es casi imposible determinar la causa de la muerte!

    No entiendo por qué os complicáis tanto, ¡está más que claro! —vociferó Mimi—. ¡Murió por su acción prohibida!

    —… —Dante guardaba silencio, reflexivo.

    Es una posibilidad, desde luego. Pero, ¿es tan simple como eso? —cuestionó Ian, sonriendo de forma ciertamente perturbadora.


    ¿La causa de la muerte era la acción prohibida? Hmm. Tal vez a simple vista pareciese lo más fácil, pero…


    Es importante que determinemos la causa de la muerte. El informe de Monokuma no ofrece apenas datos al respecto.

    Tampoco se encontró arma del crimen en la escena.

    El asesino tuvo que matar a Liza sin usar ningún tipo de arma.

    Sí, y el hecho de que el cuerpo no tenga heridas lo dificulta todo aún más. ¡Así es casi imposible determinar la causa de la muerte!

    No entiendo por qué os complicáis tanto, ¡está más que claro! ¡Murió por su acción prohibida!


    —¡No, eso no es así! —claro, no tenía sentido. Porque la acción prohibida de Liza nunca llegó a cumplirse—. La acción de Liza era mojarse… y, sin embargo, el cuerpo estaba totalmente seco. Es imposible que, siendo el estado del cuerpo como era, sería imposible que algo así sucediese. Liza no se mojó, por lo que su acción prohibida no sucedió.

    —¡No tan rápido!

    ¿Huh? ¡Hubert, ¿qué…?!

    —¿Podemos estar seguros de eso?

    —¿Q-Qué quieres decir?

    Hubert me miraba con severidad, reflexionando en silencio. Pero pronto comenzaría a debatir conmigo, exponiendo su punto de vista con contundencia. Un duelo lógico contra el rey de la lógica… n-no iba a mentir, me amedrentaba bastante.




    Rebuttal showdown!

    Afirmas que el cuerpo estaba seco, y eso justificaría que la acción prohibida no se considerase por cumplida, ¿no?

    >> Pero, ¿estaba todo el cuerpo seco?

    >> Cualquier líquido puede mojar, ¿sabes?

    >> Y recuerda, Liza se había manchado ligeramente de sangre. ¡Eso contaría como “mojarse”!


    —… buen punto, sin duda. Pero, ¿no era una mancha muy pequeña?

    >> Si la su brazalete de la muerte hubiese sido activado con cualquier pequeña gota…

    >>… ¡solo con tocar algo ligeramente húmedo ya habría muerto!

    >> Eso es demasiado extremo, ¿no crees?


    Tu lógica no tiene un fundamento claro, Drake.

    >> No creo que influya la cantidad de líquido con la que se mojase Liza.

    >> Al fin y al cabo, eso sería como decir que Chad puede comer pequeñas cantidades. Y eso no es así.

    >> ¿No lo entiendes? La sangre mojó la manga de Liza, y eso cuenta como mojarse.

    >> ¡Que sea poca cantidad es completamente irrelevante!


    N-Ngh. Hubert era bueno. Tenía un muy buen punto, pero yo seguía teniendo mis dudas. ¿Realmente era tan sencillo? No, si me paraba a pensar en las palabras de Reversekuma cuando nos explicó el funcionamiento de los brazaletes, había algo que no encajaba. Era algo muy subjetivo, pero… creo que aplicaría a este caso.


    Afirmas que el cuerpo estaba seco, y eso justificaría que la acción prohibida no se considerase por cumplida, ¿no?

    >> Pero, ¿estaba todo el cuerpo seco?

    >> Cualquier líquido puede mojar, ¿sabes?

    >> Y recuerda, Liza se había manchado ligeramente de sangre. ¡Eso contaría como “mojarse!


    —¡No, Hubert, cortaré tu argumento aquí y ahora! —¡sí! La clave está en la naturaleza en sí de los brazaletes—. Cuando Reversekuma explicó cómo funcionaban las acciones prohibidas fue muy estricto al afirmar que debíamos tomarlas al pie de la letra. Y la acción de Liza decía, simplemente, “mojarse”… creo que por “mojarse”, debemos entender estrictamente eso. Mojarse ella, Liza; no su ropa. Mientras un líquido no toque su piel, no contaría como realizada esa acción. ¿… estoy en lo cierto, Reversekuma?

    El oso reaccionó de pronto, como si hubiese estado distraído todo el tiempo.

    —Puhehehe. Sí, sí, es justo así. ¡Siempre hay que tomar las acciones de forma estrictamente literal! Si dice “mojarse” y lo que se moja es su ropa, no se está mojando directamente, así que la acción no quedaría cumplida.

    —… entonces estaba equivocado —reconoció Hubert, inclinando ligeramente hacia abajo sus hombros, como en signo de asunción de su derrota—. Lo lamento, Drake.

    Sonreí e hice un gesto con mis manos, deseando restarle importancia. No había por qué disculparse, de todos modos.

    Fue luego Lucas el que habló.

    —Bueh… entonces estamos donde empezamos. ¿Cuál puede ser la causa de la muerte?

    —¿Es que acaso no hay forma de saberla? —inquirió Steve.

    Hmm… la causa de la muerte. Sabemos que fue sin armas, que no causó ninguna herida externa, que no fue el brazalete lo que la provocó y… y… ¡oh, claro!


    —… ¿tal vez fue estrangulamiento?

    —¿Qué te hace pensar tal cosa? —intervino Effy, señalándome con un dedo, acusadora.

    —Bueno, siempre me extrañó la posición del cuerpo. El estado del cadáver era muy particular… Liza tenía las manos agarrotadas, casi como si se hubiese defendido del agresor, pero… particularmente es extraño cómo tenía las manos. Cerca del pecho, cerca de la garganta, como si hubiese tratado de apartar las manos del culpable. Creo que el asesino la estranguló con sus propias manos.

    —Eso explicaría muchas cosas… también la ausencia de heridas o marcas —añadió Hubert—. Si la estranguló con sus propias manos no dejaría ninguna marca especialmente visible en la víctima.

    —¡Entonces el asesino tuvo que ser un chico! —vociferó de pronto Mimi—. No todo el mundo tendría fuerza suficiente para estrangular a Liza.

    —¡Aaaah-ja, ja, ja! —rio Ian, con una mano sobre su rostro, como si fuese lo más divertido del mundo—. Qué razonamiento más simple. Seamos claros, Mimiko Honda: tú, Elisa o Effy seríais totalmente capaces de asesinar a Liza mediante estrangulación; no era una chica especialmente fuere. Tal vez Emily sería la única que tendría problemas para ello. Pero, ¿podemos excluirla solo por eso?

    Dirigió una mirada particularmente ácida hacia la Modelo, y ella solo desvió la suya, temblorosa y asustada. Y yo no pude evitar sentir un escalofrío recorriendo todo mi cuerpo al pensar en lo que evidentemente nos ocultaba. Tenía miedo. Miedo a descubrir la verdad. Pero, ¿había otra cosa que pudiese hacer, acaso? Como policía, era mi deber llegar hasta el final.

    —… en cualquier caso, parece incomprensible, entonces, que Liza acabase muerta en ese lugar —intervino de pronto Dante—. ¿Cómo llegó hasta la biblioteca, si puede saberse?

    Aquel era un tema espinoso… probablemente lo más complejo de todo el caso. Demostrar cómo pudo la víctima llegar a la biblioteca, y como pudo el agresor matarla. Teniendo en cuenta que había videos que mostraban una parte del pasillo e incluso la propia biblioteca, y Liza no apareció en ellos en ningún momento, solo podía haber una explicación lógica para responder a la pregunta de cómo llegó allí.

    —En los videos del pasillo, segunda sección, se puede ver a la misteriosa figura bajo esa sábana blanca caminar y entrar en la biblioteca. Luego, en los videos de la biblioteca, vemos cómo entra a la biblioteca y llega hasta el punto exacto donde apareció el cuerpo… tras unas cuantas escenas, la sábana desaparece y, bajo ella, está el cuerpo de Liza. ¿No creéis que es probable que Liza fuese la persona que estaba debajo de la sábana?

    El silencio duró unos segundos, hasta que, al final, fue Lucas el que lo interrumpió.

    —Ehm… es una opción posible. Liza fue hasta la biblioteca —se daba golpecitos en la cabeza, reflexivo—, por… algún motivo. La cuestión es que acabó allí. Pero, ¿cómo murió?

    —Cierto, Lucas tiene razón —concedió Dante, brazos cruzados. Luego, me miró de forma ciertamente siniestra, penetrante—. La teoría de Drake tiene esa gran laguna. Las cámaras no recogen en ningún momento al asesino, por lo que no pudo entrar en la zona. Si asumimos que Liza iba bajo la sábana, solventamos el dilema de cómo llegó a la escena la víctima, pero, ¿qué hay del asesino?

    Dante… ¿por qué estaba tan insistente? ¿Por qué tenía tanto interés en contradecirme? Me resultaba muy difícil leer su expresión, saber qué pretendía.

    Pero tenía parte de razón: si había una forma de que la víctima llegase a la escena del crimen sin ser grabada físicamente, debía haber otra manera de explicar cómo logró el asesino lo mismo. Porque si el asesino la estranguló, la estrangulación tuvo que suceder en la propia escena del crimen, ¿cierto? Debía haber otra forma… o… o quizá… ¡o quizá no! ¡Quizá no había otra forma!

    —¡Claro! —grité, emocionado—. El asesino estuvo con Liza todo el tiempo.

    —¿Todo el tiempo? —inquirió Effy, para acto seguido señalarme con el dedo—. ¿A qué te refieres?

    ¿Cómo logró el asesino entrar en la biblioteca y estrangular a Liza sin ser visto por las cámaras? Solo hay una opción. Solo una. Y eso explicaría muchas cosas.

    —El asesino tuvo que estar bajo la sábana junto a Liza —afirmé—. Si os fijais en los videos, se ve que la figura que hay bajo la sábana es especialmente grande y ancha. Dudo que Liza pudiese abultar tanto, ella era delgada y pequeña. Y no hay entre nosotros nadie con el volumen corporal suficiente como para formar esa silueta, así que… es lógico pensar que había dos personas bajo la misma sábana… caminando juntas.

    —¿¡Dos personas caminando juntas!? —exclamó Chad, de pronto.

    —… ¿uh? —se despertó Elisa.

    —¡Vaya! A saber qué hacían bajo esa sábana, ¿huh? —comentó Alpha, manos en la nuca.

    —¡Idiota! —insultó Mimi—. ¡Estamos hablando de la víctima y el asesino, imbécil!

    —Qué sabrás tú, rubia de bote —contraatacó el deportista.

    —¡¡Mi color es natural!!

    Decidí intervenir antes de que la situación siguiese descontrolándose, pero mis palabras fueron interrumpidas por Dante.

    —Ya veo. Así que eso crees que pasó. El asesino y la víctima iban juntas, por algún motivo, hacia la biblioteca, y usaron las sábanas para cubrirse y que las cámaras no les grabasen, ¿cierto? —inquirió, mirándome con esa severidad tan intensa, con esa desesperación en su rostro.

    —Huh… sí, eso es lo que creo. Creo que el asesino atacó a Liza sin que ella lo esperase, aún bajo las sábanas. Eso explicaría por qué se contorsionaba la sábana en el video de la biblioteca. Ese debió ser el momento en el que la estranguló. Luego, cuando murió, simplemente dejó la escena…

    Y, entonces, el Ultimate misterioso cortó mi argumento.

    —¡Eso es imposible!

    —¿Huh?

    —… Drake. Ya basta. Deja de intentar hacernos creer en tus estupideces, ¿quieres?

    Dante, ¿por qué…?




    Extreme-Rebuttal showdown!


    El asesino “simplemente dejó la escena”…

    >> ¿Te das cuenta de lo ridículo que suena eso?

    >> Dejar la escena sería imposible… cierto, no había cámaras en el ala oeste...

    >> … por lo que el asesino fácilmente pudo escabullirse de la zona central y dejar allí a Liza.

    >> Pero, aun así, no podría salir de la biblioteca.

    >> ¡Porque había cámaras que grababan la entrada!


    Pero que las cámaras grabasen la entrada no implica necesariamente que el asesino no pudiese huir.

    >> El asesino no tuvo necesidad de pasar por delante de ninguna cámara…

    >> Y, tal y como dices, el diagrama de Chad muestra claramente que pudo huir por la zona oeste sin ser grabado.


    Ptché. ¿Huir por la zona oeste? Qué estupidez.

    >> Aunque recorriese la zona oeste sin ser grabado, al dejar la sábana atrás, el asesino no tendría nada con lo que cubrirse.

    >> E insisto en que la entrada estaba siendo grabada. ¡No había ninguna forma de dejar la biblioteca!


    —¡No, eso es incorrecto!

    >> Dante, tú no estabas presente cuando lo encontramos, pero…

    >> En la parte oeste de la biblioteca había un acceso secreto a la sala de música.

    >> El asesino pudo dejar la biblioteca por ahí sin ser visto.


    Pff. ¿Crees que esa ridiculez explicaría algo?

    >>Sigue siendo imposible para el asesino haber huido sin dejar constancia en las cámaras.

    >> Porque en la sala de música también había cámaras

    >> Y el asesino habría sido grabado allí, por mucho que hubiese usado ese acceso secreto.


    —¡Permíteme que corte tu argumento, Dante! —exclamé, señalando con el dedo, acusador y emocionado. Pero, al pronunciar esas palabras, me di cuenta de lo que estaba a punto de hacer. Mis ojos buscaron a Emily, tratando de encontrar apoyo visual en ella, de ver cómo se sentía, pero… ella solo apartaba la mirada morada.

    Y me vi paralizado, incapaz de decir nada. N-No era capaz de hacerlo. Simplemente, las palabras no salían. ¿Qué clase de Policía era yo?

    —¿Y bien? ¿Qué exactamente es lo que pretendes cortar? —insitió Dante.

    —… —no. No quería hacerlo, n-no podía.

    Pero, entonces…

    —Drake se refiere a los videos de la sala de música —intervino de pronto Hubert, mirándome con rostro enfurecido. Como si estuviese decepcionado, como si supiese de sobra qué era lo que estaba pensando y supiese por qué no hablaba. Y como si saber el motivo por el que había decidido callar le hiciese enfadarse. Porque para Hubert, la verdad estaba por encima de todo—. En ellos se ve claramente cómo Emily Hodges, aquí presente, colocaba los muebles y los instrumentos de forma que tapasen las cámaras que ella misma colocó.

    —¡E-Em…! —exclamó Mimi, dando un paso atrás, impresionante—. Eso quiere decir que…

    —Que el asesino no tendría problemas en huir de la biblioteca —completó Effy, brazos cruzados y mirada severa enfocada en Emily. Ella, sin embargo, solo agachaba la cabeza, en silencio—. En el diagrama de Chad puede verse perfectamente, además, que sería perfectamente posible para el asesino escapar. Solo tendría que deslizarse bajo la sábana fuera del ángulo de la cámara central de la biblioteca, y caminar con tranquilidad por el oeste de la misma, tomando la salida secreta y entrando en la sala de música. Desde ahí, podría salir al pasillo sin ser grabado por ninguna cámara.

    —¡Ajá! —gritó de pronto Ian, señalando a Dante—. ¡Entonces el culpable ha sido Dante todo el tiempo!

    —¡¿Eh?! —exclamó Emily, que alzó la mirada al fin.

    —No te hagas la tonta, Emily —Ian cubría todo su rostro con una mano, enigmático—. Sabemos qué fue lo que sucedió…

    —… —Dante, por su parte, no pronunciaba palabra alguna, pero… tampoco se le veía precisamente nervioso.



    —¡No hay duda! ¡El asesino es Dante Miles! —exclamó Ian, con ambos brazos extendidos y gesto maniático.

    ¡N-No! —insistió Emily, reflejando la angustia en su rostro—. ¡Dante no pudo hacerlo! ¡E-Es imposible!

    Pero es una opción muy plausible —intervino Hubert, pensativo—. Y si la descartamos, la lógica dice que la asesina eres tú, Emily.

    —Dante seguía sin mediar palabra.

    Pero… ¡no es lo que vosotros pensáis! Sé que creéis eso porque solo yo y Dante podíamos conocer la posición de las cámaras, pero…

    >> ¡Pero os aseguro que no lo hicimos! Ninguno de los dos…

    Quiero creerte, Emily —dijo Steve, mano en el pecho—. Pero la cooperación entre vosotros dos es lo único que explicaría una ruta de escape para el asesino.

    De modo que es así —Ian hablaba, siniestro, sonriendo con malicia—. El asesino fue uno de los dos… Emily obstaculizó las cámaras justo antes del crimen y luego, ella o Dante cometieron el asesinato conociendo los movimientos del otro. ¡Caso resuelto!

    ¡E-Eso no es así! Estuve todo el tiempo con Drake, ¡no pude haberlo hecho!

    Zzz…—dormía Elisa.


    ¿Era realmente así…? O Dante o Emily. Uno de los dos era el asesino. ¿De verdad podía creer eso? ¿Que cooperaron? Cierto, el asesino debía conocer la posición de las cámaras para poder huir, pero… pero…

    No. Simplemente, me negaba a creerlo. ¡Emily jamás haría una cosa así! Ni asesinar ni cooperar con un asesinato. ¡Es impensable! Y voy a demostrarlo, ¡cueste lo que cueste!


    —¡No hay duda! ¡El asesino es Dante Miles!

    ¡N-No! ¡Dante no pudo hacerlo! ¡E-Es imposible!

    Pero es una opción muy plausible. Y si la descartamos, la lógica dice que la asesina eres tú, Emily.



    Pero… ¡no es lo que vosotros pensáis! Sé que creéis eso porque solo yo y Dante podíamos conocer la posición de las cámaras, pero…

    >> ¡Pero os aseguro que no lo hicimos! Ninguno de los dos…

    Quiero creerte, Emily. Pero la cooperación entre vosotros dos es lo único que explicaría una ruta de escape para el asesino.

    De modo que es así. El asesino fue uno de los dos… Emily obstaculizó las cámaras justo antes del crimen y luego, ella o Dante cometieron el asesinato conociendo los movimientos del otro. ¡Caso resuelto!

    ¡E-Eso no es así! Estuve todo el tiempo con Drake, ¡no pude haberlo hecho!


    ¡E-Eso es cierto! Emily estuvo todo el tiempo conmigo, porque su acción prohibida lo requería. La acción prohibida de Emily la obligaba a estar con alguien todo el tiempo con alguien, no podía quedarse sola.

    Hmmm. No podía… quedarse sola. ¿Huh?


    —¡No hay duda! ¡El asesino es Dante Miles!

    ¡N-No! ¡Dante no pudo hacerlo! ¡E-Es imposible!

    Pero es una opción muy plausible. Y si la descartamos, la lógica dice que la asesina eres tú, Emily.



    Pero… ¡no es lo que vosotros pensáis! Sé que creéis eso porque solo yo y Dante podíamos conocer la posición de las cámaras, pero…

    >> ¡Pero os aseguro que no lo hicimos! Ninguno de los dos…

    Quiero creerte, Emily. Pero la cooperación entre vosotros dos es lo único que explicaría una ruta de escape para el asesino.

    De modo que es así. El asesino fue uno de los dos… Emily obstaculizó las cámaras justo antes del crimen y luego, ella o Dante cometieron el asesinato conociendo los movimientos del otro. ¡Caso resuelto!


    —¡No, te equivocas! —exacto. ¡Emily no pudo hacer eso justo antes del crimen! —. Verás, Ian, la acción prohibida de Emily era “quedarse sola”. Si hubiese estado sola en una sala, su brazalete le habría inyectado el veneno y la habría matado. Y, tal y como se puede ver en los videos de la sala de música, ella estaba sola. Eso quiere decir que no pudo suceder justo antes del crimen.

    ¿Cuándo pudo suceder? ¿Cuándo movió Emily los instrumentos y muebles? ¿Cuándo obstaculizó las cámaras?


    —… dado que mientras tuviese el brazalete no podía quedarse sola, solo hay una opción, solo hay un momento en el que Emily pudo haber hecho aquello. Y es en el mismo momento en el que instalamos las cámaras —sí, era la única explicación. Porque esa fue la única oportunidad antes de tener los brazaletes que tuvo Emily para entrar en la sala de música.

    —Ptché —se quejó Ian—. ¿Por qué no después? ¿Puedes demostrar que Emily no subió en otro momento entre el punto en que colocasteis las cámaras y el punto en que nos pusieron los brazaletes?

    —Claro que puedo —no me iba a dejar amedrentar por sus trucos—. Los videos del pasillo, sección primera son la prueba. Emily habría sido grabada en esas imágenes si hubiese entrado en la sala de música con posterioridad a colocar las cámaras.

    —Pero, ¿por qué haría Emily eso desde el momento mismo de colocar las cámaras? —se preguntaba Hubert, que tenía una expresión de horror en su rostro, como si se sintiese profundamente traicionado por Emily.

    Fue Emily, entonces, la que habló.

    —Lo hice porque Dante me lo pidió. Quería poder esconder algo en la sala de música.

    —Emily —Dante la miró con severidad—. No deberías…

    —Se acabó, Dante —cortó ella—. No seguiré mintiendo. Eso solo nos traerá problemas a los dos, ¿es que no lo ves? ¿Es que no lo entiendes?

    Dante suspiró hondamente.

    —… he tratado de guiar a Drake con la mayor sutileza posible a la verdad, pero… esta información se excede de lo necesario. Eres tú la que no lo entiende.

    ¿Dante ha… t-tratado de guiarme? ¿Por eso se ha mostrado tan insistente y tan incisivo en sus argumentos? ¿Porque estaba forzándome a descubrir la verdad, a llegar a ella por mí mismo…?

    —Me da igual —espetó Emily—. Contaré la verdad. Ya está bien de mentiras: las mentiras solo causan desesperación, tanto en nosotros mismos como en los otros. Y yo quiero esperanza.

    >> Cuando colocamos las cámaras, Dante investigó la biblioteca y encontró algunos documentos en la parte central. No tengo idea de qué eran esos documentos, pero Dante los tomó y los extrajo de la zona. Mientras tanto, yo estaba en la sala de música; coloqué mis cámaras y, curioseando con los discos, di por casualidad con el acceso secreto. Así fue como Dante y yo pudimos vernos sin que ni Lucas, ni Hubert ni Drake lo supieran, mientras ellos colocaban sus cámaras en sus respectivas zonas.

    >> Y así fue como los dos hablamos, y Dante me habló de los documentos que tenía en la mano. Preocupado de que alguien pudiese descubrir el acceso secreto, colocó sus cámaras de forma que no enfocasen a la zona oeste, y me pidió que escondiese los documentos en la sala de música. Pero… yo ya había colocado las cámaras, ¡ya sería grabada por ellas! Fue entonces cuando pensé en mover los instrumentos para bloquearlas. Escondí entonces los documentos, me aseguré de que el acceso secreto quedaba bien oculto y… me marché.

    El silencio se hizo en la sala. Pero un hondo suspiro se escuchó, proveniente de Ian

    —… vaya. Menuda forma de estropear la diversión —se encogió de hombros—. Yo ya imaginaba todo eso, pero era mucho más divertido cuando todos creían que debíais ser los asesinos.

    —¿Eh? ¿I-Imaginabas todo eso? —se preguntó Lucas, asombrado.

    —… eso explicaría algo que me tenía escamada —observó Effy.

    —Sí, exacto —sonrió Ian—. Eso explicaría una cosa acerca de los documentos. El paradero de una cosa que ni yo ni Effy pudimos encontrar… ahora se entiende todo.

    —Yo no sé qué tipo de documentos eran. Dante me pidió que no los leyese —observó Emily—. Pero, al parecer, no debíamos leerlos. Ninguno de nosotros debía. Por eso los escondí dentro del piano.

    Documentos que no debíamos leer, ¿huh? Documentos que Ian y Effy buscaban. ¿No será…?

    —Esos documentos, ¿pueden tener relación con el Proyecto Omega? En el testimonio de Ian, el Estratega afirmó que fue a la biblioteca a investigar sobre ese maldito “Proyecto”… y momentos más tarde, él y Effy fueron grabados en la zona central de la biblioteca, investigando la zona donde casualmente resultaron estar los documentos que Dante y Emily escondieron.

    —… —a juzgar por la expresión de Dante, había dado en el clavo. Pero, ¿por qué eran tan importantes esos documentos? ¿Qué clase de verdad revelaban?

    Ian volvió a intervenir entonces.

    —Pero… sigue siendo raro que Dante no grabase con las cámaras la zona oeste de la biblioteca, y que luego Emily no retirase los instrumentos, una vez cumplida su misión.

    —Yo… Dante me pidió que no lo retirase, que los dejase así —confesó Emily, apartando la mirada.

    E Ian sonrió ampliamente tras eso.

    —¡Vaya! ¡Qué gran excusa, eh! ¡Al final va a resultar que Dante sí es el asesino! Al margen de todo el rollo del Proyecto Omega, el Super Quién-Sabe-Qué se encargó de crear una vía de entrada y salida a la biblioteca que solo él y Emily conocerían. ¡Una forma perfecta de cometer un asesinato! —afirmó Ian, brazos extendidos.

    —… —Dante seguía insistiendo en guardar silencio. ¡Maldita sea!

    No era posible, ¿verdad que no? No conocía tanto a Dante, pero… Emily… su rostro era de incredulidad. Ella no podía creer que Dante hubiese hecho aquello. Se negaba a creerlo. Es por eso que terminó gritando.

    —¡Dante no lo hizo! ¡Debéis creerme! —tenía los ojos cargados de esperanza, cargados de esa energía suya—. Él solo quiere protegernos a todos. A su manera, cierto, pero… ¡nunca cometería un asesinato tan frío! Nunca planearía una cosa así, ¡sería incapaz de hacer algo como eso!

    … sí, por Emily. Debía confiar en Dante por Emily. Si ella confiaba en él, ¡entonces debía confiar yo también!

    —Pero, ¿planeó realmente Dante todo el asesinato desde el principio? —cuestionó de pronto Hubert.

    —Estáis dándome un dolor de cabeza… —se quejó Alpha, mano en la frente.

    —Sí, por una vez, musculitos tiene razón —corroboró Mimi, con expresión de hartazgo.

    —Yo tengo hambre —expresó Chad de pronto.

    —Zzz… —seguía durmiendo Elisa.

    E-En fin, al margen de esos tres y de la bella durmiente, ¿a qué se refería Hubert? Se estaba cuestionando si era posible que Dante planease todo el crimen desde el principio. Teniendo en cuenta que los movimientos de cámaras y la colocación de estas de esa forma tan particular se hizo justo en el momento en el que todos subimos por primera vez, si Dante hubiese sido el asesino, tendría que haberlo planeado todo con mucho detalle y mucha antelación. Y eso no era posible, porque… porque Dante nunca pudo predecir lo que sucedería.

    —Si Dante planeó todo desde un principio —comencé a argumentar—, entonces tuvo que haberse ocupado también de la cámara de la primera sección del pasillo, de la misma que, como se ve en el correspondiente video, Chad se deshizo. Sin embargo, Dante no quitó la cámara en ningún momento, ni pudo predecir que Chad la retirase. Incluso aunque Dante lo hubiese descubierto, no tendría sentido que planease una truco de escape a medias.

    —Eso quiere decir que el asesino tuvo que saber de las cámaras de la sala de música, de las de la biblioteca y de la primera sección del pasillo… tuvo que saber que existía esa ruta de escape para planearlo todo —planteó Hubert.

    —¡T-Tuvo que ser el rarito, entonces! —Mimi señaló con brusquedad a Brendan—. ¡Él se pasa el día espiando a todos, tuvo que saberlo!

    —Pero no pudo haberles espiado, ¿no? Porque habría salido en las cámaras, por muy bueno que sea escondiéndose, digo yo —dedujo Lucas.

    —… bah —expresó con desdén el aludido.

    Medité por un segundo. El asesino debía conocer la ruta de escape. Debía de saber del plan de Dante y de Emily y de los actos de Chad; de la disposición exacta de las cámaras, al fin y al cabo. Sin una precisión bastante buena, el asesino no podría haber hecho jamás este “truco” de escapismo. Pero… ¿existía alguien capaz de saber todo eso?

    —Dante, Emily, ¿verdad que no hablasteis con nadie acerca de lo que sucedió con las cámaras?

    Emily negó con la cabeza.

    —No, no hablamos con nadie hasta ahora. Nadie salvo nosotros dos podía saber lo que hicimos.

    —… yo tampoco se lo conté a nadie —afirmó Dante, desviando la mirada—. Lo último que quería era que se descubriesen los documentos, sería absurdo que contase nada.

    Entonces estábamos en un callejón sin salida. ¿Cómo? ¿Cómo pudo el asesino saberlo? El asesino se aprovechó de la disposición tan conveniente de las cámaras para dar la impresión de que se había evaporado, creando de algún modo a un culpable fantasma.

    Sin embargo, era incapaz de pensar en una forma. Una manera de conocer todos esos datos.

    —Entonces, ¡el asesino debe ser el Ajenerd! —señaló Honda, con insistencia.

    —No. Soy una de las pocas personas que jamás pudo cometer este crimen —se defendió Hubert, mostrando la pulsera ya quitada que solía llevar, y enseñándonos a todos su acción prohibida—. Como podéis ver, mi acción prohibida era “subir a la segunda planta”. Reversekuma se ocupó personalmente de que dejase de instalar cámaras. He de reconocer que, al ver mi acción prohibida, me asusté. Es por eso que… decidí dejar la idea de instalar cámaras. Porque fue por mi culpa que se pusieron esas acciones prohibidas…

    De modo que por eso Hubert dejó la idea de las cámaras de forma tan repentina. Entendió que su acción prohibida era una suerte de “aviso”… y se sentía culpable al pensar que todo fue motivado por sus cámaras, que todos sufrían por su idea. Ahora que lo pienso, cuando Reversekuma se presentó y se dispuso a explicarnos en qué consistían las pulseras, dijo…


    ¡El anormal de mi hermano estaba siendo demasiado benevolente con vosotros, dejándoos instalar todas esas cámaras y todas esas cosas! Así que le pedí que me dejase encargarme de vosotros por unos días… y aquí estoy.


    —Puhehehe… —se rio el oso, que estaba más tumbado que sentado en su suerte de trono.

    —E-Entonces, ¿quién fue? ¿Quién hizo todo esto? —preguntó Alpha, mirando a todos con sospecha.

    —N-No tengo ni la menor idea —reconocí.

    —Así que estamos en un callejón sin salida, ¿eh? —dijo Chad.

    —¿Tanto esfuerzo para llegar hasta aquí en vano? —se lamentó Lucas, tras un hondo suspiro.

    Y, entonces, Ian se aclaró la voz de forma especialmente sonora. Su mirada se había vuelto otra vez vacía, extraña, siniestra. Como si sintiese un indescriptible placer al ver a todos sumidos en aquella desesperación, tanto que perdía la razón y el control


    —Bueno, bueno —empezó a decir, manos en los bolsillos, ojos bien abiertos y sonrisa amplia en su rostro—. Ya que veo que nadie sabe cómo abordar esta situación, ¿os parece si doy un pequeño empujoncito?

    No me gustaba nada la forma de hablar de Ian. No me gustaba en absoluto.

    —He pensado que, ya que no tenemos claro quién pudo ser el asesino o cómo exactamente pudo hacer lo que hizo, quizá necesitásemos una pequeña pista más.

    —¿Qué tramas, Ian? —la mirada de Hubert no ocultaba ni se esforzaba en ocultar el reproche y la sospecha.

    —¿Qué os parece si dedicamos un rato de nuestro tiempo a hablar sobre… esto?

    Sonriendo con aún más amplitud si cabía, Ian extrajo de sus bolsillos un objeto, que cogió por la punta y balanceó delante de todos nosotros. Era una jeringa, una cargada con restos de algún tipo de líquido. Ver el rostro maniático de Ian junto a una cosa como aquella me daba escalofríos, y el denso silencio que se formó alrededor de sus palabras no ayudaba en absoluto.

    Reglas vigentes:

    >> Regla 1: durante el día, los alumnos podrán recorrer la Academia a su antojo, con escasas restricciones. En la noche, el acceso a determinados lugares quedará restringido.

    >> Regla 2: a las 8:00 AM sonará el anuncio escolar que dará comienzo al día oficialmente, y a las 10:00 PM sonará el anuncio escolar que dará paso al tiempo nocturno. No existen restricciones de sueño, cada alumno es libre de dormir o no dormir como lo estime conveniente.

    >> Regla 3: el Director de la academia y el resto de profesores no podrá interferir directamente con los alumnos; no podrá dañarlos físicamente o interferir en el desarrollo normal de sus actividades.

    >> Regla 4: los alumnos deberán asistir a las clases que el Director o profesores impongan de forma estrictamente puntual. Se permitirá un retraso máximo de 20 minutos, a partir del cual se considerará esta regla como incumplida.

    >> Regla 5: en caso de incumplimiento de una regla, las ametralladoras ejecutarán al infractor de la regla.

    >> Regla 6: únicamente quienes se gradúen podrán salir de la Academia. Quienes se gradúen no podrán volver a entrar, tendrán que dedicar su vida a cumplir con sus obligaciones como graduado o graduada en el exterior. El método de graduación se definirá en posteriores reglas.

    >> Regla 7: el desconocimiento de una regla no exime de su cumplimiento. El respeto a las reglas será estricto y deberá ser mantenido en todo caso, sin excepciones.

    >> Regla 8: el Director o los profesores pueden dar órdenes siempre dentro de los límites establecidos. Si no se cumple una orden válida, las ametralladoras dispararán al rebelde.

    >> Regla 9: los objetos personales pueden ser robados en cualquier momento por otro alumno, pero ningún alumno, bajo ningún concepto, podrá tener en su poder más de dos objetos personales.

    >> Regla 10: el Director podrá añadir nuevas reglas conforme estime conveniente, sin alterar reglas ya existentes.

    >> Regla 11: cuando un asesinato suceda, comenzará la investigación. Durante la investigación, cualquier sala de la Academia que hubiese estado disponible antes del crimen, independientemente de la hora, será abierta para facilitar la misma. Pasado el tiempo que el Director o los profesores consideren oportuno, la investigación finalizará y comenzará una clase de juicio.

    >> Regla 12: en la clase de juicio, todos votarán a un culpable. Si resulta ser el verdadero asesino, será ejecutado; si resulta no ser el verdadero asesino, todos salvo este serán ejecutados, y el asesino podrá graduarse.

    >> Regla 13: los brazaletes de la muerte, una vez colocados en las muñecas de los alumnos, no podrán ser retirados, y causarán la muerte de cualquier alumno que incumpla la acción prohibida en ellos descrita. La acción prohibida puede ser secreta o no, a juicio del alumno.

    >> Regla 14: si algún alumno lograse retirar un brazalete de la muerte de alguna forma, estaría incumpliendo una regla, por lo que sería castigado por las ametralladoras.

    >> Regla 15: una muerte de un alumno por culpa del veneno de los brazaletes daría inicio a una clase del juicio. Si fue otro alumno el que provocó que la víctima llevase a cabo la acción prohibida, conociese o no el contenido de su acción prohibida, sería considerado el culpable de asesinato. En caso de que la víctima muriese por su propia negligencia, se consideraría suicidio, por lo que en la clase de juicio habría que votar por la propia víctima para resultar victoriosos.

    >> Regla 16: las acciones prohibidas deben ser interpretadas de forma estrictamente literal.

    >> Regla 17: se dará el anuncio de descubrimiento del cadáver cuando tres o más personas encuentren a un estudiante muerto.

    >> Regla 18: de acuerdo con las reglas anteriores, se considerará culpable a efectos de una clase de juicio a todo aquel que provoque la muerte directa de otro. En caso de venenos, trampas y otro tipo de muertes indirectas, será considerado el culpable el que haya colocado el veneno, preparado la trampa o programado la vía que provoque la muerte del tercero, independientemente de que otras personas participen en el acto de otras formas.

    >> Regla 19: solo una persona puede ser considerada culpable de un asesinato. En caso de empate en votación en una clase de juicio entre dos alumnos, se considerará acertada la elección si uno de los dos es el culpable, y solo esa persona será ejecutada. No caben empates entre más de dos personas.
    Estudiantes: 13
    - Drake Orestes – Super Policía (VIVO)
    Objeto: Pistola
    Datos obtenidos: nuestro protagonista, y el proclamado Super Policía. En realidad, es un chico bastante despistado y olvidadizo que, según dice, logró ser policía de prestigio simplemente por tener suerte. Aun así, la experiencia como investigador es algo que ha adquirido, y, aunque no tenga demasiada atención por según qué detalles y no se le dé del todo bien memorizar nombres, intente hacer honor a su talento.
    Acción prohibida: entrar en una sala vacía.

    - Steve Stone – Super Suertudo (VIVO)
    Objeto: Revista Ultimates.
    Acción prohibida: Sonreír


    - Ian Lockhart – Super Estratega (VIVO)
    Objeto: Game Boy
    Acción prohibida: ???

    - Alpha Xenodis – Super Deportista (VIVO)
    Objeto: Bate de béisbol
    Acción prohibida: decir la verdad

    - Ukitashi – Super Comilón (MUERTO)
    Objeto: Sándwiches

    - Talía Wells – Super Estrella Infantil (MUERTA)
    Objeto: Teddy el oso

    - Hubert Maddsson – Super Ajedrecista (VIVO)
    Objeto: tablero portátil
    Acción prohibida: subir a la segunda planta

    - Effy Joy – Super Terrorista (VIVA)
    Objeto: cloroformo
    Acción prohibida: ???

    - Lucas Diamond – Super Botánico (VIVO)
    Objeto: Plantix2000
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Lucas desprecia las ciudades por considerar que su construcción implica necesariamente la muerte de muchas plantas, a las que considera amigas. Aun así, vive en un laboratorio en medio de una jungla, en solitario, y parecía no ser consciente de que su construcción en sí, probablemente, haya supuesto ya la muerte de muchos animales. Ha creado el Plantix2000 él solo, una máquina que permite "comunicarse" con las plantas: analizarlas, saber sus necesidades, etc.
    Acción prohibida: ???

    - Liza White – Super Criadora (MUERTA)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: criada en un zoo, donde vivía con sus padres, cuidadores de éste, Liza pronto se hizo amiga de los animales y comenzó a amarlos, a todos y a cada uno de ellos, incluidos los insectos y otros bichos que puedan ser considerados asquerosos por la mayoría de la gente. Un buen día, Liza liberó a todos los animales simplemente porque quería que fuesen libres. Para ella, los animales son equivalentes a los humanos, y deberían de ser tratados prácticamente en igualdad de condiciones.
    Acción prohibida: mojarse.

    - Emily Hodges – Super Modelo (VIVA)
    Objeto: Kit de maquillaje
    Acción prohibida: quedarse sola

    - Dante Miles – Super ¿? (VIVO)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Dante no recuerda prácticamente nada sobre su pasado. Sabe que tenía amigos, pero no los recuerda; sabe que sucedió un evento importante en su vida, pero no recuerda qué fue; ni siquiera recuerda su talento ni cómo se dio cuenta de que lo tenía. Insiste en que, tal vez, no tenga ningún talento, para empezar. Lo único que recordaba con claridad al despertar era que amaba a Emily, y ese sentimiento parecía ser correspondido por ella.
    Acción prohibida: ???

    - Chad Redflame – Super Dibujante (VIVO)
    Objeto: Pincel y pinturas
    Acción prohibida: ingerir alimentos.

    - Brendan Ruby – Super Periodista (VIVO)
    Objeto: Cuaderno y bolígrafo
    Acción prohibida: ???

    - Elisa Daroch – Super Médium (VIVA)
    Objeto: Cartas de tarot
    Acción prohibida: cerrar los ojos por más de dos minutos

    - Mimiko Honda – Super Millonaria (VIVA)
    Objeto: Teléfono móvil
    Acción prohibida: insultar
    Balas de la verdad:

    - Informe de Monokuma #2:
    La víctima es Liza White, la Super Criadora. La causa de la muerte es difusa, no está claro qué mató a Liza. Murió alrededor de las 10:30 PM, poco después del anuncio del tiempo nocturno. No se aprecia ninguna herida visible en el cuerpo.

    - Estado del cadáver: el cuerpo de Liza fue encontrado con las manos agarrotadas y la camisa del pijama desabrochada. Parece que se defendió de un ataque. No obstante, no estaba mojada, sino completamente seca. Tenía una mancha de sangre en la manga de su prenda superior.

    - Acción prohibida de Liza: la acción prohibida de Liza, según su brazalete de la muerte, era "mojarse".

    - Restos de agua: había rastros de agua uniformes por todas partes: en el pasillo, en el laboratorio, en la sala de música, la sala de basuras y en la piscina, como si alguien hubiese correteado estando mojado por toda la zona.

    - Sábana blanca: se encontró una sábana blanca bastante grande con una pequeña mancha de sangre flotando en mitad de la piscina.

    - Indicios de uso del incinerador: se encontró un pequeño trozo de tela negra parcialmente quemado junto al incinerador, que había estado abierto y encendido más o menos a la hora del crimen; parece evidente que alguien quemó algo en ese lugar.

    - Cámaras no-oficiales: cámaras cubiertas de polvo y musgo, pero perfectamente operativas, encontradas por Hubert Maddson en el almacén de la planta baja. Él mismo sugirió instalarlas en la segunda planta, pero solo quienes colocaron las cámaras sabían el punto exacto donde fueron instaladas. Cada uno colocó tres cámaras, salvo por Hubert, que colocó seis, tres en cada lugar. Emily colocó las cámaras de la sala de música, Lucas colocó las del Laboratorio, Dante las de la biblioteca, Drake las de la Lavandería y Hubert las de la piscina y el pasillo. Las cámaras del pasillo eran fácilmente visibles, y Chad desinstaló la cámara que enfocaba el primer tramo del mismo. Las cámaras solo se accionan con el movimiento, y tienen, además, capacidad de visión nocturna.

    - Acciones prohibidas: durante el crimen y antes de este, y hasta el fin de la investigación, todos los alumnos tenían unos brazales de la muerte que matarían con un veneno a cualquiera que cumpliese con la acción que ellos anunciaban.

    - Distribución de la sala de música: la sala de música tenía una distribución extraña, pues todos los instrumentos estaban apilados y el mobiliario se disponía de forma errática y extraña por la zona.

    - Acceso secreto: la única estantería de CDs de la Sala de música es en realidad una puerta secreta que comunica con la biblioteca, por su cara oeste. El acceso es de doble entrada, por lo que se puede ir de una sala a otra y a la inversa.

    - Testimonio de Ian: Ian llegó el primero a la escena del crimen porque quería investigar sobre el llamado Proyecto Omega. Al parecer, Brendan le estuvo siguiendo todo el tiempo. Fue entonces cuando ambos encontraron a Liza muerta.

    - Testimonio de Elisa: Elisa prácticamente no salió de su dormitorio durante too el día del crimen, pero charló con Chad sobre el peligro de sus acciones prohibidas y el riesgo que supondría para ellos y para los demás.

    - Objeto personal de Liza: no hay ni rastro del objeto personal de Liza; Hubert investigó en su dormitorio y no encontró nada, y tampoco apareció en ninguna parte de la escena del crimen. Además, la propia Liza se mostraba muy reacia a hablar sobre su objeto personal.

    - Videos de la sección primera del pasillo: la primera parte del pasillo mostraba a Lucas y Chad entrando en el laboratorio, y filmó también a Steve, Mimiko, Emily, Alpha y Drake cuando fueron a la piscina. Acto seguido, se ve a Chad quitando la cámara, y no hay más imágenes desde ese momento.

    - Videos de la sección segunda del pasillo: primero aparece una figura grande y ancha abultando bajo una sábana blanca, que recorre todo el pasillo y entra en la biblioteca, antes del crimen. Poco después del crimen, apareció otra sábana cruzando el pasillo en dirección opuesta, saliendo de la biblioteca, esta vez sin tanto volumen bajo la misma; casi parecía estar moviéndose sola, y llevaba ya una pequeña mancha de sangre. La sábana entró en la piscina, desapareciendo de la imagen. Varios minutos después, Dante es filmado recorriendo el pasillo, que ya entonces estaba mojado, con una camisa enrollada en forma de pelota entre las manos, entra en la sala de basuras y poco después sale de ella y vuelve por donde ha venido. Lo último que filman las cámaras es a Ian y Brendan, que entran en la sala de basuras para cerrar luego la puerta, y entraron después en la biblioteca; el resto son solo imágenes de la gente llegando al descubrimiento del cadáver.

    - Videos de la piscina: la cámara filma el momento en el que Steve, Emily, Alpha y Mimi entran en la piscina y pasan el tiempo en ella. La siguiente imagen que perciben es muy distinta; la sábana, moviéndose aparentemente sola, entra en el lugar y cae en la piscina, donde deja de moverse. La cámara se activa de cuando en cuando desde entonces, mostrando sus alrededores mojados y mostrando agitación en las aguas de la piscina.

    - Videos del laboratorio: aparece Lucas entrando en el laboratorio continuamente, y pasando el tiempo allí. Chad entraba a veces y los dos parecían hablar, mientras Lucas tomaba medicamentos y fármacos de las estanterías. No se pueden oír sus conversaciones. En ningún momento se capta el suelo mojado, ni cómo se mojó.

    - Testimonio de Chad y Lucas: Chad recurrió a la ayuda de Lucas para sobrellevar su acción prohibida de no ingerir alimentos. El Botánico le suministraba nutrientes en forma de pastillas, motivo por el que acudían continuamente al laboratorio. Con todo, los fármacos no son saciantes, de modo que la sensación de hambre no desaparece.

    - Videos de la sala de música: el video de la sala de música solo muestra a Emily reorganizando las instalaciones, de manera que tapasen todas y cada una de las cámaras que instaló. No hay más escenas tras eso. No está claro cuándo sucedió esto.

    - Videos de la biblioteca: en primer lugar aparecen Mimi, Alpha, Steve, Emily y Drake, entrando en el lugar y leyendo libros por toda la zona. Luego aparece Ian, y más tarde Effy, y ambos se interesan por las estanterías del centro; todo esto mucho antes del crimen. Es más o menos cuando el crimen sucede que aparece la figura grande bajo la sábana, entrando por la puerta y recorriendo toda la parte oeste hasta entrar en la sección central de la biblioteca. Ahí, la sábana parece retorcerse y contorsionarse por unos segundos, luego para, y, al momento, aparece la mancha de sangre y sigue contorsionándose brevemente. Tras eso, la sábana cae y queda extendida sobre el suelo. Momentos después del crimen, la sábana parece moverse por sí misma y recorre todo el lugar, dejando ver que bajo esta estaba el cadáver de Liza, y saliendo de la biblioteca sin más. Las siguientes imágenes que se muestran son solo los alumnos entrando en el orden en el que acudieron: Ian y Brendan, Emily y Drake, y luego los demás.

    - Mapa de Chad: mapa dibujado por Chad que muestra la posición de las cámaras y su ángulo de filmación, la disposición de las salas y la estructura de las mismas. Incluso marca la posición de la víctima y los puntos donde el suelo está mojado. Todo con un toque... "realista", claro.
    [​IMG]
     
    Última edición: 11 Noviembre 2017
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    Lucas Diamond

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    Pero por qué lo cortas ya jo :c No me hagas esto maldito.

    Hmm... Me he quedado totalmente desconcertado con absolutamente todo, la verdad. Pero todo todo, de inicio a fin. La jeringuilla esa al final... Fuck, no sé nada ya. Diría que es un objeto personal pero no sabría decir de quien, y juraría que Hubert se había llevado todos los objetos peligrosos...

    Por otro lado, si a Dante le preocupaban tanto esos documentos debía haberlos quemado en el incinerador (si es que no fue eso lo que quemó(?) desde el principio. No sé qué narices tendrán pero pa tanto no será creo :(

    No se, me has dejado loquisimo. No tengo más que comentar al respecto ahora mismo, solo que escribas ya la continuación maldito (?? Sorry por el comentario tan cortito :c

    Sigue así, tate,

    Lucas Diamond~ <3
     
    Última edición: 11 Noviembre 2017
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    Amane

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    Un nuevo capítulo, qué feliz me haces <3

    No sé que comentarte, ha sido relativamente corto, así es. Y aunque se han descubierto muchas cosas, me alivia enormemente saber que Emily es, aparentemente, inocente. ¡Además, ha recuperado la esperanza! Y no sabes lo que me alegra, es que simplemente sería bastante ooc que asesinase a Liza, aunque sea otro universo. Tú mismo la has planteado como una personaje lleno de esperanza, y en una trama como esta, eso es muy importante.

    Y creo que, aunque Dante esté tan callado y no quiera colaborar, en el fondo tiene su razones y no creo que ha sido el asesino tampoco. Ni Ian, porque aunque sea tan sádico y venga con sus pruebas random que monokuma sabe de donde lo ha sacado, solo quiero descubrir más al respecto y creo que está demasiado interesado en averiguar sobre el proyecto Omega como para arriesgarse a matar. Si es así, es porque, seguramente, es como Nagito, y quiere ver como se las apañan los protas.

    Me ha gustado que Emily haya decidido decir la verdad ante todo, por mucho que quiera a Dante, debe ser sincera.

    Y nada, ¿qué más dudas me han salido? Obviamente, quien es el asesino, porque no tengo ni idea, qué son esos documentos y qué onda con esa jeringa. Y pues, nada, estoy deseando leer el siguiente y ver como resuelven el juicio y la ejecución~

    ¡Sigue así!
     
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    MrJake

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    Pokénronpa
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    Capítulo 2: Recuerdos de Esperanza

    Vida mortal, Clase de juicio, parte 2.


    Ian colocó la jeringa sobre el atril. El silencio se hizo eco en todo el lugar. Aquel objeto era algo que nunca antes habíamos visto, y probablemente nadie entendía de dónde salía aquella cosa o qué relación tenía con el juicio, pero… por algún motivo, me inquietaba enormemente. Tenía una sensación terrible.

    —¿Y bien? —preguntó Ian, con ojos completamente idos, mientras seguía balanceando la jeringa—. ¿Nadie tiene nada que decir al respecto? ¡Esta es una prueba vital, hombre!

    —¿Q-Qué es eso…? —inquirió de pronto Elisa, espabilándose de repente, con mirada extrañada.

    —¡La prueba que nos llevará a la verdad, claro! —Ian extendió ambas manos a los lados, con una sonrisa maniática y la jeringa aún en una de ellas.

    —Nunca vi esa jeringa… —susurro Emily, extrañada.

    —No, definitivamente no estaba en la escena del crimen ni en ninguno de los lugares que investigamos —aportó Lucas—. Pero ese objeto… —el Botánico parecía meditativo.

    —Oh, claro —apuntó Ian—, es comprensible que nunca la hubieseis visto, ¡porque yo la tomé antes de que nadie pudiese verme! Bueno, usé a ese periodista estúpido como testigo, claro. ¿Verdad que estaba junto a la víctima cuando lleguemos, y, digamos, te convencí para que no dijeses nada?

    … “lo convenció”. A juzgar por la mirada furiosa de Brendan, más bien parece que lo chantajeó. En todo caso, el periodista guardó silencio, tenso.

    —Ah, lo olvidaba, ya no tenemos acciones prohibidas, así que no tienes por qué responder a cada pregunta que se te haga —Ian acariciaba su mentón, fingiendo reflexionar en silencio, con una mano—. Vaya, vaya, qué faena. Igual debería contarles a todos tu secreto, entonces, ¿no?

    Rápidamente, el rostro de Brendan palideció, y habló de forma acelerada.

    —Es cierto. Esa jeringa estaba junto a Liza cuando apareció el cadáver.

    —¿C-Cómo…? —se preguntó Steve, mano en el corazón.

    —¡¿Por qué la ocultaste?! —inquirió Hubert, señalando a Ian con dedo acusador.

    —¡Aaaah-ja, ja, ja! —el Estratega sonreía como un completo loco. Parecía encontrarse en un estado de absoluta satisfacción: tenía la situación tan controlada que se mofaba de todos los demás—. Era parte de mi estrategia, claro. Esto es un juego, y debo procurarme armas para ganar e impedir que otros tengan ventaja. En eso consisten las competiciones, ¿no?

    —Maldito… —susurré—. ¿Qué pretendes? ¿Qué estrategia has planeado esta vez, Ian Lockhart.

    Tras reír mirándome de frente, Ian se encogió de hombros.

    —Si cuentas tus estrategias a los enemigos, se anticiparán a ellas. Deben mantenerse en secreto, y revelar solo la parte que interese; es una máxima básica de cualquier estrategia —así que estaba revelándonos la jeringa justo entonces porque le interesaba hacerlo. En serio, ¿qué podía pasársele por la cabeza a ese tipo? —. Quiero que nuestro Botánico nos haga un breve análisis de la sustancia en cuestión —indicó Ian, que arrojó la jeringa hacia Lucas. El chico la cogió al vuelo, confuso, y la miró de cerca—. ¿Qué es este producto?

    Lucas miró la jeringa extrañado. El líquido que había dentro de ella, escaso, era transparente y blancuzco, y lucía ser algo espeso.

    —No sabría determinarlo a simple vista —añadió Lucas—. Debe haberse sacado del laboratorio, pero hay muchos productos que pueden tener este aspecto… sin los materiales indicados, ehm… no podría más que dar un abanico de posibilidades, demasiado grande.

    —Puedes vaciar un poco la jeringuilla, si quieres, para estudiar mejor el líquido. ¡Es vital que sepamos qué es! Estaba junto a la víctima, al fin y al cabo, ¡puede que esto cambie nuestros esquemas! ¡Puede que nuestra concepción de la causa de la muerte cambie por completo si resulta ser un veneno mortal!

    —… oh —susurró Lucas, que parecía haber quedad absorto en sus pensamientos por un momento. Luego, con cuidado, agarró la jeringa con la mano izquierda, apoyando todos los dedos sobre la superficie de cristal de ésta, y vació el líquido frente a sí, sobre el atril, solo un poco, y lo observó de cerca. Lo olfateó, e incluso lo tocó. Tras un rato de meditación, terminó hablando—. Esto es… un sedante.

    —¿Un sedante? —inquirió Effy, meditativa.

    —Sí… eso parece.

    —Entonces, si se inyecta esto a una persona, quedaría dormida al instante, ¿cierto? —preguntó Ian.

    —Casi al instante, sí —confirmó Lucas—. Si asumimos que la jeringa estaba llena cuando se inyectó, una dosis como esta podría tumbar fácilmente en cuestión de segundos a uno de nosotros, y dejarlo así por un par de horas.

    A Ian parecieron brillarle los ojos, y rio en silencio por unos segundos.

    Tras eso, fingiendo reflexionar una vez más, lanzó una pregunta al aire.

    —¿No podría este nuevo dato cambiar lo que creíamos?

    —… no habría sido así si no lo hubieras ocultado —acusó Dante, mirada severa.

    —¡Todas esas cosas científicas que habláis me dejan helado, pero una cosa tengo clara! ¡Ese chisme te deja dormido en un parpadeo!

    —Eso querría decir que… —Lucas se daba nuevamente golpecitos en la cabeza—. ¿Qué querría decir?

    Ian sonrió, pero fue Emily la que habló.

    —Querría decir que tendremos que discutir de nuevo lo que sucedió en la escena del crimen.

    … un sedante. ¿Cambia eso algo realmente…?




    Non stop debate!


    Si consideramos el sedante como parte de la escena del crimen, nuestra concepción de los hechos puede cambiar —afirmó Lucas.

    Es importante que determinemos a quién se le suministró el sedante —puntualizó sabiamente Hubert.

    ¡Está claro! ¡Fue a Liza! —señaló Mimi, con extrema convicción.

    No necesariamente —atacó Steve—. ¿Acaso habría tenido esa extraña posición si hubiese sido sedada? Las manos agarrotadas y todo eso.

    Bueno, cabe la posibilidad de que fuese estrangulada mientras el sedante aún no hacía efecto —declaró Lucas—. Tal vez el asesino pretendía dormirla antes, pero…

    —… pero luchó al ver que le clavaba una jeringa, y se vio obligado a estrangularla —completó Dante—. Eso cuadraría.

    Sí, y explicaría también por qué Liza dejó de moverse en los videos de la biblioteca —señaló Emily.

    Pero eso no cambia gran cosa, ¿no? —preguntó Chad.

    Tal vez cambie el motivo del criminal —señaló Hubert—. Quizá pretendía otra cosa… y terminó matándola.

    Hey, ¿podemos afirmar así sin más que el sedante haya sido suministrado a Liza? ¿Y si no fue a Liza?

    ¡No digas bobadas, Alpha! —contraatacó Mimi—. ¿A quién van a inyectarle nada? ¿Al culpable, acaso? ¡Solo tú serías tan tonto como para inyectarte a ti mismo un sedante!

    >> … ¿acaso eres el asesino?

    ¡H-Hey, ni soy un asesino ni soy tonto!


    … están asumiendo que el sedante lo llevó el culpable sin pruebas sólidas para ello… y también asumen que fue a Liza a quien se lo inyectaron. Pero, ¿son ambas cosas correctas?


    Si consideramos el sedante como parte de la escena del crimen, nuestra concepción de los hechos puede cambiar —afirmó Lucas.

    Es importante que determinemos a quién se le suministró el sedante —puntualizó sabiamente Hubert.

    ¡Está claro! ¡Fue a Liza! —señaló Mimi, con extrema convicción.

    No necesariamente —atacó Steve—. ¿Acaso habría tenido esa extraña posición si hubiese sido sedada? Las manos agarrotadas y todo eso.

    Bueno, cabe la posibilidad de que fuese estrangulada mientras el sedante aún no hacía efecto —declaró Lucas—. Tal vez el asesino pretendía dormirla antes, pero…

    —… pero luchó al ver que le clavaba una jeringa, y se vio obligado a estrangularla —completó Dante—. Eso cuadraría.

    Sí, y explicaría también por qué Liza dejó de moverse en los videos de la biblioteca —señaló Emily.


    El video de la biblioteca muestra, como dice Emily, la figura de la sábana contorneándose, y de pronto para. Asumí en un principio que eso se debí a que la estaba estrangulando, pero me resultaba raro que luego volviese a contornearse y se parase de nuevo tan bruscamente. ¿Qué sucedió primero? ¿La inyección, o el estrangulamiento? El dato de que la sábana dejó de moverse dos veces separadas puede ser tremendamente útil aquí…


    Si consideramos el sedante como parte de la escena del crimen, nuestra concepción de los hechos puede cambiar —afirmó Lucas.

    Es importante que determinemos a quién se le suministró el sedante —puntualizó sabiamente Hubert.

    ¡Está claro! ¡Fue a Liza! —señaló Mimi, con extrema convicción.

    No necesariamente —atacó Steve—. ¿Acaso habría tenido esa extraña posición si hubiese sido sedada? Las manos agarrotadas y todo eso.

    Bueno, cabe la posibilidad de que fuese estrangulada mientras el sedante aún no hacía efecto —declaró Lucas—. Tal vez el asesino pretendía dormirla antes, pero…

    —… pero luchó al ver que le clavaba una jeringa, y se vio obligado a estrangularla —completó Dante—. Eso cuadraría.

    Sí, y explicaría también por qué Liza dejó de moverse en los videos de la biblioteca —señaló Emily.

    Pero eso no cambia gran cosa, ¿no? —preguntó Chad.

    Tal vez cambie el motivo del criminal —señaló Hubert—. Quizá pretendía otra cosa… y terminó matándola.

    Hey, ¿podemos afirmar así sin más que el sedante haya sido suministrado a Liza? ¿Y si no fue a Liza?


    —¡Estoy de acuerdo, Alpha!

    —¿Huh? ¡Yay! ¿¡He acertado!?

    Medité en silencio. Todas las miradas se centraban en mí.

    Había una cosa de la situación que no entendía, algo sobre los videos que no me cuadraba en absoluto.

    —Lucas… confírmame una cosa. Aproximadamente hay un lapso de unos 10 segundos entre las dos veces que la figura bajo la sábana se mueve. ¿Es tiempo suficiente como para que el sedante haga efecto?

    —P-Probablemente —meditó el Botánico—. A ver, depende de la dosis y del peso, así como de otros factores… pero viendo el tamaño de la jeringa y las características de la víctima, el sedante, inyectado en vena, tendría un efecto prácticamente inmediato en ella.

    —… entonces hay algo extraño. Vemos que la sábana se contorsiona en el punto concreto donde sucedió el crimen, y acto seguido para en seco. Y, unos segundos después, más o menos diez, vuelve a contorsionarse, justo en el momento en el que aparece la mancha de sangre de manera misteriosa. Si me preguntáis… diría que es imposible que las primeras “convulsiones” desembocasen con la inyección sobre Liza, porque, de ser así, no se habría vuelto a mover... no habría habido nuevas convulsiones. Solo una opción: que el estrangulamiento se produjese antes. Y eso nos lleva a dos incógnitas…

    —… ¿a qué se debieron las segundas convulsiones?

    —Y, ¿a quién se inyectó el sedante? —completaron, respectivamente, Emily y Dante.

    Asentí. Pero, rápidamente, Mimi intervino.

    —Bah, ¿cuál es vuestra teoría? ¿Que el sedante se inyectó al culpable?

    —… es una opción, pero no lo creo. De ser así, no habría podido escapar de la escena del crimen a tiempo. Recordemos que el efecto puede durar horas —afirmé, reflexivo—. Es por eso que me preocupa tanto… ¿y si hubo alguien más en la escena? ¿Y se inyectó la jeringuilla a otra persona?

    —Tío, creo que te complicas demasiado —suspiró Alpha.

    —¿Tres personas bajo la sábana? —susurró Hubert—. Eso me parece altamente improbable, Drake. Puede que todo se deba a un simple fallo de cálculo de la dosis. Tal vez Liza pudo aguantar más tiempo sin caer desplomada. No sabemos de cuánto se trató la dosis, después de todo.

    —Exacto —afirmó Lucas—. Lo que digo es una estimación, pero no puedo precisarlo con exactitud.

    Hmmm. No, no me convencía. Había algo raro. ¿Realmente era imposible que hubiese alguien más en la escena?

    —Tú y tus “terceras personas” —afirmó Ian, encogiéndose de hombros—. Siempre haces el juego interesante, Drake. Por eso te voy a apoyar esta vez —y sonrió, aunque su sonrisa me dio escalofríos, más que hacerme sentir bien.

    —Yo voy a confiar en ti también, Drake. Si crees que hay algo raro, ¡debemos valorar esa posibilidad!

    E-Emily…

    —Es una pérdida de tiempo —sentenció Dante—. Ya hemos dicho que es imposible que hubiese una tercera persona, es demasiado rebuscado.

    —Lo secundo —añadió Effy, asintiendo.

    Alpha suspiró.

    —Vaya, parece que tenemos opiniones enfrentadas…

    Y, de pronto, intervino Reversekuma.

    —¡Ajá! ¡Lo habéis dicho! Lo he oído, ¡no podéis mentirme en la cara! Opiniones enfrentadas… puhehehehe. ¡Puhehehehe!

    —Oh, no —tragó saliva Alpha—. Esa mierda de los atriles voladores de nuevo no, por favor…

    —Puhehehe. ¡Claro que sí! ¡Hora de que debatáis cara a cara! Decidiremos quién tiene razón con un debate a la antigua usanza, ¡y yo seré el moderador!

    Reversekuma pulsó entonces el botón frente a su asiento con dureza, y nuestros atriles comenzaron a elevarse, justo como la primera vez, separándonos en dos bandos: Brendan, Lucas, Hubert, Effy, Dante, Alpha y Mimi por un lado… y Steve, Emily, Ian, Elisa, Chad y yo por otro. Ellos eran el bando rojo, nosotros el azul.

    —¡El que pierda el debate deberá asumir que el contrario tiene razón! —sentenció el oso—. ¡Nada de tozudez! Puhehehe. ¡Que comience el debate!



    Scrum Debate!

    La pregunta apareció en el gran monitor: “¿A quién se le inyectó el sedante?”, defendiendo el bando rojo que fue “a Liza”, y mi bando que fue “a alguien más”.

    Tragué saliva. ¡Debíamos ganar! Estaba seguro de que tirar de aquel hilo nos llevaría a la verdad. Si asumíamos que era a Liza no podríamos seguir horadando sobre el tema, y mi intuición me decía que perderíamos una oportunidad genial de descubrir la verdad. De modo que miré a mi equipo y asentí con determinación.

    ¡A por todas!


    Es obvio que tuvo que ser a Liza a quien se le inyectaron los sedantes. ¡El culpable puede ser descartado! —comenzó Effy.

    Steve se encargará de esto.

    Cierto, pero no podemos descartar otras opciones… ¡terceras partes pueden estar implicadas!


    El sedante pudo hacer efecto en Liza después de ser estrangulada… mi medida fue solo aproximada —aclaró Lucas.

    Con todo, no vi ningún pinchazo en el cuerpo de Liza

    I-Ian, bien hecho…


    Un pinchazo de tal calibre pudo pasar desapercibido. Sería una herida tremendamente pequeña —intervino Brendan.

    Chad, ¡suéltalo!

    Si la herida era pequeña y no hubo nadie más allí, ¿cómo se explica entonces la mancha de sangre?


    —… ¿y para qué llevaría el culpable la jeringa, si no era para eso? —intervino Dante.

    Em, venga, ¡tú puedes!

    N-Ni siquiera está claro que fuese el culpable el que la llevó, ¿verdad que no?


    —¡El culpable se habría llevado la jeringa de haber sido como decís! —sentenció Mimi.

    Ian, ¿i-irás otra vez tú?

    Ptché. Qué argumento más lamentable, ¿no te das cuenta que también se habría llevado la jeringa de habérsela inyectado a Liza, entonces? ¿Qué diferencia hay?

    Nah, esto no tiene sentido, ¡estamos perdiendo eltiempo debatiendo sobre algo tan obvio! —dijo despreocupadamente Alpha.

    Elisa, ¿estás siquiera despierta…?

    Si no lo discutimos… ¿cómo sabremos si tiene o no sentido?


    Toda vuestra teoría entra en conflicto con las pruebas. ¿Es que no veis que bajo la sábana no podían caber tres personas? —concluyó, triunfante, Hubert.

    e-espera, ¡ya sé, creo que lo tengo! ¡Yo responderé!

    ¡E-Eso es! ¡Puede que lo que busquemos aquí ni siquiera sean personas!


    —¡Fin del debate! —gritó entonces Reversekuma, con su características voz grave, tan perturbadora.

    Una vez más, como la otra vez, se hizo la oscuridad durante unos segundos, y noté cómo los asientos se recolocaban una vez más. En la pantalla, entonces, aparecieron las letras: “¡Gana el equipo azul!”, y los avatares pixelados de los miembros de mi equipo bailoteaban para celebrar la victoria al ritmo de una musiquilla. Poco a poco, volvieron las luces y todo estaba como al principio.

    —Puhehehe —rio Reversekuma—. ¡Así están las cosas, pues! ¡Es oficial: el sedante se inyectó a una tercera parte!

    Hubert guardaba un silencio tenso, mientras me miraba con reproche. Mi última contraargumentación había sido controvertida, y todo el mundo me estaba mirando de forma extraña, como si esperasen una explicación a lo que había dicho. No obstante, guardé silencio antes de contestar, dedicando unos segundos a reflexionar antes de soltar aquella bomba, una que revolucionaría todo el caso. No en vano, la mayoría de cabos sueltos quedaban explicados si asumíamos que la tercera parte no era una persona…

    … con todo, había algo que no me cuadraba en todo eso, pero preferí dejarlo al margen de momento, y hablé, con toda la convicción que me cabía en el cuerpo.

    —Creo que la tercera parte que había en la escena era… un animal.


    —¿Un…?

    —¿… animal? —hablaron Elisa y Alpha, completando la frase del otro, extrañados ambos.

    —¿Qué sin sentido es ese? —dijo Effy, señalándome con severidad.

    No era ningún sinsentido. Había varias evidencias que probaban que tenía todo el sentido del mundo; que probaban, de hecho, que era lo más probable. La primera era…

    —¿Recordáis el objeto personal desaparecido de Liza? —pregunté, frunciendo el ceño. A decir verdad, a mí mismo me costaba aceptar aquello, pero, ¿no era lo lógico? Al fin y al cabo, Liza era la Super Criadora—. Nunca vimos cuál era su objeto personal, y no lo encontramos ni en su dormitorio ni en ningún otro sitio. Siendo la Super Criadora, ¿no tendría sentido que fuese un animal de algún tipo?

    El silencio se hizo de nuevo, pero esta vez de forma algo menos agresiva. Las expresiones del resto eran más reflexivas. Con algo de alivio, seguí mi argumento.

    —Hay más pruebas cuya naturaleza se explicaría si consideramos que Liza tenía algún tipo de animal consigo y que nos lo ocultaba. Por ejemplo, recuerdo que siempre parecía tener algo escondido bajo sus ropas, en su chaqueta; tal vez llevaba al animal ahí para que no lo viésemos… y si el animal salió de su escondite cuando ella murió, eso explicaría el estado del cuerpo, con el pijama desabrochado.

    —A-Así que Liza tenía una mascota como objeto personal… ¡qué curioso! ¿Qué tipo de animal sería? —se cuestionó Chad.

    —Probablemente, uno al que le guste el agua… supongo que… ¿algo parecido a una nutria, quizá? —sugerí, cruzado de brazos.

    —¿Huh? —preguntó Emily—. ¿Por qué?

    Sí… eso explicaría muchísimas cosas, ¡claro que sí! Explicaría prácticamente todo el caso.

    —… —Dante parecía estar especialmente tenso, en cualquier caso. Pero no podía distraerme.

    —Porque la presencia de un animal en la escena explicaría el misterio de la sábana que había en la piscina. El animal, tras morir Liza, correteó, arrastrando la sábana que cubría a ambos, y ese sería el momento en el que vimos que la sábana se movía por sí sola. Llegó al pasillo y entró en la piscina… fue entonces cuando se lanzó al agua. Tras esto, la sábana quedó flotando en el agua, y el animal quedó libre de esta, pudiéndose mover con más facilidad;, deduzco que entró y salió varias veces del agua, y recorrió, probablemente en estado de ansiedad, el resto de salas con mucha velocidad… tanta que las cámaras no podrían registrar su movimiento.

    —Así fue como se crearon los rastros de agua, ¿eh? —observó Effy.

    Asentí.

    —Si al animal le gusta el agua, tendría mucho más sentido que la acción prohibida de Liza fuese “mojarse”… esa sería una buena forma de torturarla, de alguna manera —añadió Steve, y volví a asentir, esta vez mirándole a él

    —Todo eso explicaría también por qué no había rastros ni en la biblioteca ni en la lavandería —seguí explicando—. Primero, porque la lavandería estaba cerrada, y el animal no podría abrir las puertas por sí solo… y segundo, porque probablemente el enfrentamiento entre el agresor y Liza le habría asustado, y tendría miedo de volver a entrar en la biblioteca.

    De pronto, entre la quietud y tensión del momento, un aplauso sonó y llamó mi atención. Mis ojos se clavaron en Ian, quien, como siempre, me observaba de forma tenebrosa y siniestra, con una sonrisa más siniestras si cabía en su rostro.

    —Bravo, Drake. Bravo, bravo, bravo. Pero… te falta un detalle antes de poder descubrir la verdad.

    Hablaba como si… como si ya supiese toda la verdad. ¿Tal vez la había deducido mucho tiempo atrás? ¿Estaría, simplemente, disfrutando del momento, disfrutando al observarnos debatir y llegar, poco a poco, a la conclusión? Sin duda, se estaba divirtiendo. No en vano, probablemente pensaba que el objetivo principal de este “juego” era, como en todos los juegos, divertirse.

    —De modo que… tengamos un pequeño debate. Tú y yo.

    —¿Eh? —pregunté, extrañado—. ¿U-Un debate?

    Ian sonrió, manos a ambos lados y expresión maniática en la cara.

    —Como la última vez, ¿no te acuerdas? Ah, fue una batalla intensa. Tengo ganas de repetirla… de modo que, si no te importa…

    >> ¡¡Te equivocas!!




    Rebuttal Showdown!

    Tu teoría del animal es fantástica, Drake. Casi al nivel del Super Policía que dices ser.

    >> Pero, y siempre hay un pero… debes tener en cuenta un último detalle.

    >> ¿Dónde está ahora el animal? ¿Acaso ha desaparecido, sin más?

    >> No, ese bicho debe estar en alguna parte, o al menos, su desaparición debe tener alguna explicación, ¿no crees?


    … sí, eso creo. Pero, ¿dónde?

    >> No tengo pruebas suficientes para demostrar dónde pudo esconderse esa nutria, o lo que sea que es ese animal.

    >> Si corre lo suficientemente rápido como para no ser grabado por las cámaras, pudo haberse escondido en cualquier sitio.

    >> Incluso pudo haber bajado a la planta baja.


    Incorrecto. El único modo de bajar a la planta baja es a través del ascensor. Y naturalmente, un animal no podría bajar en ascensor por sí solo.

    >> El animal debe estar en la segunda planta. Pero, ¿dónde?

    >> Ah, si tuviésemos alguna prueba, ¿cierto? Algo que aún no se haya explicado y que pueda indicarnos dónde acabó “escondido” esa criatura, ¿eh?


    No juegues con nosotros, Ian. ¡Si lo sabes, dilo ya!

    >> Siempre aparentas saber más que los demás… ¿cómo sé que no es un farol?

    >> ¡Demuestra que de verdad vas un paso por delante y cuéntanos la verdad!


    ¡Aaaah-ja, ja, ja! Clásica estrategia, la de poner en duda la integridad o valentía del contrario. Lástima que no vaya a funcionar.

    >> Así es más divertido, Drake. ¡Y esto es un juego: la meta es ganar, pero también divertirse!

    >> La cuestión es que exploramos todos los rincones donde el animal pudo haber estado sin éxito.

    >> Y no hay escondites adecuados para algo similar a una nutria, ¿no crees?

    >> De modo que es probable que alguien hubiese “ayudado” al animal a desaparecer.

    >> Pero, ¡qué pena! Nadie pudo haberlo hecho, ¿eh?


    —¡N-No! ¡Claro que hubo alguien que pudo…!

    Oh, no. N-No podía ser verdad.

    —Dilo, Drake —Ian sonreía de forma tremendamente inquietante. En cierto modo, me incomodaba extremadamente, pero también me daba miedo. Sentía como si pudiese leer a través de mí—. No tengas miedo. Deja de huir de la verdad. ¡El objetivo de todo Policía es descubrir la verdad!

    —… —en silencio, suspiré. Tenía razón. Estaba jugando conmigo, cierto, pero no podía negarle que tenía razón. Debía decirlo, aunque la verdad fuese terrible, aunque esa verdad pudiese afectar gravemente a Em… d-debía hacerlo, sin más—. Dante. Dante pudo… “esconder” al animal.

    El aludido alzó la mirada instintivamente al oír su nombre, pero rápidamente la apartó. Pude notar que el sudor frío resbalaba con discreción por su frente.

    —¿Eh? —dijo Emily, sobresaltada—. ¿Q-Que Dante p-pudo? ¿A qué te refieres?

    Tal y como dijo Ian, hay una prueba que no hemos explicado aún… y, ahora, tendría sentido. Un sentido quizá demasiado cruel… pero un sentido.

    —Los videos del pasillo, segunda sección, muestran a Dante cargando con algo oculto por una de sus camisas en los brazos. Tras eso, entra a la sala de basuras, y luego, sale sin ese objeto. Creo que… Dante… él…

    Hubert agachó la mirada, ojos cerrados.

    —… ya veo. Así que hizo eso.

    —… —Dante, por su parte, seguía sin hablar.

    —Uh, ¿de qué habláis? No sigo vuestras mentes, tíos —confesó Alpha.

    Debía decirlo. Debía decirlo yo. Era mi deber.

    —Creo que Dante arrojó al incinerador al animal de Liza. Al subir, debió encontrarlo, y lo atrapó con una camisa; luego, se deshizo de él de la forma más horrible posible: arrojándolo a aquel incinerador.

    —… —el hecho de que no respondiese solo servía para hacer más obvia la verdad.

    Dante… ¿lanzó a una muerte horrible y segura a una pobre criatura? ¿Por qué haría algo así?

    —D-D-Dante, ¿es eso cierto? —intervino Emily.

    —…

    —Es cierto, Emily —suspiré—. Hay indicios de que el incinerador fue usado poco antes de que Ian y Brendan llegasen a la zona; y, además de eso, encontré un trozo de tela negra quemada junto al mismo incinerador, una tela que coincide con el color de la camisa que lleva en las manos. Si Dante llevaba al animal envuelto en esa camisa, explicaría todo. Explicaría por qué no se encontró en la investigación, y explicaría también los actos de Dante.

    —¿Dante? —preguntó ella, ojos llorosos.

    —… es cierto —confesó al fin, sin atreverse a mirar a los ojos a nadie—. Lo hice.

    —¿Cómo fuiste capaz de…? —intervino Effy, furiosa, pero rápidamente fue interrumpido por el Ultimate misterioso.

    —No pido que lo entendáis. No tenéis por qué entenderlo. Solo tenéis que aceptarlo; lo hice, fin.

    >> La realidad es que subí a la planta de arriba a… gestionar ciertos asuntos en la biblioteca —así que estuvo en la biblioteca… debió entrar aprovechando la ausencia de cámaras—. Allí fue donde vi el cuerpo de Liza, y decidí dar media vuelta y salir de allí —c-conque en realidad, fue él el primero en encontrar el cuerpo. Dante… sabía muchas más cosas de las que parecía—. Al irme, encontré en la primera sección del pasillo a una… nutria desmayada y completamente inconsciente. Había parado de correr ahí, donde no había cámaras, así que no fue filmada en ningún momento. La tomé en brazos, la envolví en mi camisa y, tal y como visteis en los videos, la arrojé al incinerador para que no la encontraseis.

    —Menudo corazón tan frío tienes —dijo Ian, con tono falsamente afligido. Rápidamente, se tornó burlesco—. O, bueno, tal vez en este caso sea más conveniente decir que lo tienes “ardiendo”, ¿huh? En cualquier caso, solo hay algo que no entiendo. ¿Por qué dejaste el incinerador abierto y encendido? —inquirió. Esta vez parecía preguntarlo de verdad; como si, realmente, no conociese la respuesta. Aunque a estas alturas, no sabía qué pensar al respecto—. Es casi como si… tuvieses prisa. Como si supieses de algún modo que Brendan y yo llegaríamos pronto, ¿eh? Y, claro, por tu acción prohibida no podías permitirte cruzarte con nadie, ¿cierto? Pero, ¿cómo? ¿Cómo pudiste adivinar nuestra llegada?

    —… no sé de qué me hablas. No adiviné nada —mintió de forma bastante mala Dante—. La cuestión es que ahí acaba mi participación en los hechos. No hice nada más… y no sé nada más. De modo que dejadme en paz. Este caso me tiene harto.

    Las últimas palabras las dijo de una forma ciertamente desesperada. A decir verdad, Dante se había visto envuelto bastante en este caso, y ninguna de sus intervenciones parecía ser lógica o coherente. Todos sus actos estaban envueltos en un halo de misterio.

    —Bueno… eso queda zanjado, pues —sentenció Ian, cruzándose de hombros—. De modo queeee… ¿quién es el asesino, Drake? Porque sabes ya quién fue, ¿no? ¿No?

    Ian me miraba con ojillos entusiasmados y, al mismo tiempo, ladinos. Él ya lo sabía. Hacía tiempo que lo sabía. Y lo cierto es que… yo también tenía una clara sospecha. Había una persona que había mentido. Porque había solo dos opciones: o bien lo que él nos contó era mentira, o bien mi razonamiento estaba mal desde el principio. Sin embargo, mi razonamiento explicaba la mayoría de las pruebas… de modo que lo que dijo esa persona tenía que ser mentira.

    Y si nos mentía, eso solo podía ser porque él era el asesino.

    —Sí… tengo una idea acerca de quién pudo ser —sopesé en voz alta—. Porque hay un dato que no encaja en todo esto. Para que el escenario que planteo y que explica prácticamente todos los interrogantes fuese posible, la nutria de Liza debió haber recorrido los pasillos y las diferentes salas a una gran velocidad después de su muerte. Pero antes determinamos que primero sucedió el estrangulamiento de Liza, y solo luego, segundos después, el culpable inyectó el sedante en la tercera parte… que ahora sabemos que es su nutria. No obstante, si todo esto es así, hay algo que no encaja.

    >> ¿Cierto… Lucas Diamond?

    Lucas alzó entonces su cabeza de su Plantix2000, despistado.

    —¿Huh? ¿Qué sucede conmigo?

    … se mostraba distraído y despreocupado. Pero tenía sospechas bastantes sólidas acerca de su culpabilidad.

    —Mentiste sobre la naturaleza del químico en la jeringuilla, ¿cierto? La nutria de Liza tuvo que moverse a gran velocidad por toda la segunda planta, pero si la sustancia de la que nos hablas era un sedante de efecto tan rápido como dices y que durase horas, la habríamos encontrado junto al cuerpo. Sin embargo, eso no pasó; Dante la encontró en el pasillo. ¡Eso debe ser porque la droga que le administraste era diferente!

    —¿H-Huh? —Lucas se daba pequeños golpes en la cabeza, como siempre. Pero esta vez, tenía la corazonada de que todo era un gran papel que estaba representando—. No, claro que no… no mentiría sobre algo así. ¿Por qué…?

    —Alucinógenos —habló de pronto Ian, interrumpiendo a Lucas y mostrando un bote medio vacío lleno de una sustancia similar a la de la jeringa. ¡L-Lo tenía en su poder, todo este tiempo! —. Encontré el bote en el laboratorio, bastante bien oculto entre las medicinas comunes. Durante la investigación, investigué un poco en la biblioteca mientras el resto os dedicabais a dar palos de ciego por ahí, y descubrí que esta sustancia está hecha a base de ciertos hongos y plantas. Provoca fuertes alucinaciones al que lo consume, que comienzan unos minutos después de introducirlos en el sistema; al principio provocan simple relajación, pero cuando comienzan las alucinaciones, es frecuente que el consumidor sienta una sensación de pánico y terror, la sensación de que es perseguido o se le acecha. Es una droga bastante peligrosa, al parecer… y a dosis altas, puede provocar la muerte de humanos, ¡así que imagina en un pobre animal! Puede que no lo matases tú, después de todo, ¿eh, Dante?

    —…

    —¿¡Así que lo sabías todo este tiempo, maldito!? —vociferó Alpha.

    —L-Lucas, ¿de verdad fuiste tú? —preguntó Mimi, afectada—. Te llevabas tan bien con Liza…

    —… oh, vamos. ¿En serio lo creéis? —Lucas suspiró hondamente y se encogió de hombros—. Hay más sustancias con propiedades similares en el laboratorio, ¿sabéis? No tuve por qué mentir, simplemente me equivoqué.

    —Con todo, eres el único que pudo haber tomado esos alucinógenos —señaló, enfurecida, Effy—. Siempre estabas en el laboratorio.

    —Mm-hm, así es. Y también estaba Chad, ¿no?

    —¡¿Eh?! —vociferó Chad de pronto—. ¿¡Yo!? ¡Y-Yo no cogí nada! Además, ¡ni siquiera podía saber qué efectos tiene ese cacharro! ¿Crees que sé de química?

    Negué con la cabeza.

    —No, Chad no pudo ser. Es cierto que pudo tener acceso a los alucinógenos, pero solo tú pudiste tener acceso a la jeringa —acusé, apuntándole con el dedo—. Hubert, ¿verdad que retiraste todas las jeringas y otros objetos peligrosos cuando instalamos las cámaras?

    —… sí, es cierto.

    Exacto, claro que es cierto. Y eso quería decir que…

    —Y retiraste esos objetos después de colocar las cámaras. Eso quiere decir que solo pudo tener una jeringa en su poder alguien que de forma previa a colocar las cámaras hubiese estado en el laboratorio… y solo tú, Lucas Diamond, entraste en el citado laboratorio, ¡justo para colocar las cámaras!

    —… hmm —reflexivo, Lucas golpeaba su cabeza—. Todo esto es una broma, ¿no? O sea, no va en serio, ¿a que no? Quiero decir, huh. Aunque todo lo que decís sea cierto, ¡no pude haberlo hecho!

    ¿Eh? ¿A-A qué se refería…?



    Te concedo que cogí una jeringa… es cierto —reconoció Lucas.

    ¡Lo sabía! ¡Él es el asesino! —gritó Mimiko.

    Pero… —dijo él, alzando un dedo—, con todo, no pude haber cometido el crimen. Era totalmente imposible para mí, ¿sabéis?

    Agh, ¿quieres dejar de marear la perdiz y explicarte de una vez? —se quejó Alpha.

    Eso es —Hubert señalaba a Lucas con el dedo—. Espero que tengas una excusa convincente.

    Ish, ¿tengo que explicarlo en serio? —suspiró Lucas—. El asesino debía conocer la posición de las cámaras, ¿no? Es algo que ya se ha hablado.

    ¿Y? —preguntó, muy irritada, la Super Millonaria.

    Ay, ¿cómo que y? —Lucas se daba golpecitos en su cabeza—. ¡Que yo no podía conocer la posición de las cámaras!

    Es cierto —afirmó Brendan.

    Solo Dante y Emily, y Chad, podían saber que las cámaras fueron alteradas y existía la ruta de escape —afirmó Effy, pensativa.

    ¡Hey, yo no le dije nada acerca de mi cámara! —afirmó Chad.

    —¡N-Nosotros tampoco…! —se defendió Emily.

    Bueno… ¿aclarado ya? —Lucas se encogió de hombros, mientras centraba su vista en su Plantix, ajeno a lo demás.

    ¡Agh, deja ya ese cacharro, estás siendo acusado, eso es más importante! —vociferó Alpha.

    —¡Eh, no hay nada más importante que las plantas! —aseguró Lucas.


    … ¡Agh! ¡¡Mierda!! Lucas está en lo cierto. Él no pudo conocer la posición de las cámaras, y, sin ese dato, sería imposible llevar a cabo el plan. ¡Pero… solo tiene sentido todo si él es el culpable! ¿Estaba equivocado, entonces…?

    No. No, estoy seguro de que fue él. ¡Solo debo demostrar que pudo conocer la posición de las cámaras, ¡debe haber un modo!


    Te concedo que cogí una jeringa… es cierto.

    ¡Lo sabía! ¡Él es el asesino!

    Pero… con todo, no pude haber cometido el crimen. Era totalmente imposible para mí, ¿sabéis?

    Agh, ¿quieres dejar de marear la perdiz y explicarte de una vez?

    Eso es. Espero que tengas una excusa convincente.

    Ish, ¿tengo que explicarlo en serio? El asesino debía conocer la posición de las cámaras, ¿no? Es algo que ya se ha hablado.

    ¿Y?

    Ay, ¿cómo que y? ¡Que yo no podía conocer la posición de las cámaras!

    Es cierto.

    Solo Dante y Emily, y Chad, podían saber que las cámaras fueron alteradas y existía la ruta de escape.

    ¡Hey, yo no le dije nada acerca de mi cámara!

    —¡N-Nosotros tampoco…!

    Bueno… ¿aclarado ya?

    ¡Agh, deja ya ese cacharro, estás siendo acusado, eso es más importante!


    Lucas siempre anda con ese aparato, con el Plantix2000. Un aparato que le da toda la información posible sobre cualquier plant… eh. E-Espera. ¡Sobre cualquier planta! ¿¡E-Es siquiera posible algo así…!?


    Te concedo que cogí una jeringa… es cierto.

    ¡Lo sabía! ¡Él es el asesino!

    Pero… con todo, no pude haber cometido el crimen. Era totalmente imposible para mí, ¿sabéis?

    Agh, ¿quieres dejar de marear la perdiz y explicarte de una vez?

    Eso es. Espero que tengas una excusa convincente.

    Ish, ¿tengo que explicarlo en serio? El asesino debía conocer la posición de las cámaras, ¿no? Es algo que ya se ha hablado.

    ¿Y?

    Ay, ¿cómo que y? ¡Que yo no podía conocer la posición de las cámaras!


    —¡Eso es falso!

    —¿Huh? ¿F-Falso?

    Sí. ¡Es falso! Hay una forma… algo que jamás se me habría pasado por la cabeza en un principio. Un método poco ortodoxo para conocer la posición de las cámaras. Con ese medio, no necesitaría que nadie le dijese nada. Lucas ya podría saber la posición exacta de cualquier cámara.

    —Recordáis que todas las cámaras estaban cubiertas de polvo y musgo, ¿cierto? —comencé a argumentar—. La clave de todo este caso, durante todo este tiempo, ha sido justamente esa. El musgo. Si las cámaras tenían algo de musgo adheridas, Lucas se convierte automáticamente en el único capaz de saber la posición de cualquier cámara, así como saber, simplemente, si hay o no hay cámaras. Porque el musgo es una planta… y su Plantix2000 le da todo tipo de datos sobre cualquier planta, ¡y apuesto que la ubicación de las plantas es una de ellas!

    —¡N-Ngh! —Lucas dio un paso atrás—. B-Bueno, es cierto que mi Plantix2000 puede mostrar la ubicación de las plantas, incluido el propio musgo, p-pero…

    —Conociendo la ubicación de las cámaras, Lucas pudo llevar un control bastante preciso en todo momento de dónde eran colocadas gracias a su Plantix, y formarse un esquema, probablemente ayudado por el mapa de Chad, de las zonas con puntos ciegos —continué, ignorando al acusado—. Apuesto a que entró a la sala de música en algún momento para comprobarla y descubrió que había instrumentos por todas partes, bloqueando los lugares donde debía haber cámaras… y seguro que le pareció extraño. Apuesto a que curioseó y encontró el acceso secreto, y justo entonces trazó su plan.

    —¡M-Menudo plan! —reconoció Alpha.

    —Tan fríamente calculado, ¿eh? Y todo por ese aparato suyo… —susurró Hubert.

    —N-No tienes pruebas —afirmó Lucas—. No tienes ninguna prueba concluyente.

    Guardé silencio por un momento. Aunque el Botánico solía tener un temperamento despreocupado y tranquilo, Lucas estaba comenzando a ponerse nervioso, y eso era señal de que estaba apunto de derrumbarle. Solo necesitaba presionarlo un poco más.

    —Sí que hay una prueba… y la estás escondiendo de nosotros aquí y ahora.

    —¿Huh? —preguntó Emily, mirándome suplicante. Ella quería que acabase con esto de una vez… que todo se acabase pronto—. ¿Qué prueba?

    La prueba que relacione a Lucas con el crimen… la prueba definitiva. Sé que está en su cuerpo, en alguna parte. Es el único elemento que falta por explicar.

    —¿Podemos ver tus brazos, Lucas? —pregunté.

    —¿Q-Qué? —fue justo entonces cuando Lucas apretó los dientes y tragó saliva.

    —Tus brazos —dijo Ian, de pronto, robándome el protagonismo del momento—. Muéstranos la herida que te hizo la nutria de Liza cuando trató de defender a su dueña. El mordisco que te dio y que dejó una pequeña mancha de sangre sobre la sábana.

    —E-Esa herida… n-no… y-yo…

    De pronto, Effy, que era quien estaba a su lado, tiró de su chaqueta y se la quitó de un tirón. En el antebrazo izquierdo, cerca del codo, Lucas tenía una herida de un mordisco claramente visible, enrojecida.

    —… así que era verdad —susurró la terrorista.

    —Lucas… —suspiró Emily.

    —Y pensar que confié en ti —se lamentó Hubert.

    —Y-Yo… n-no lo entendéis, yo… —Lucas trataba de excusarse, pero las palabras no salían de su boca.

    Tomé aire, y emití un hondo suspiro.

    —Creo que es hora… de que revisemos todo desde el principio para aclarar las ideas.

    >> ¡Esta es la verdad de este caso!


    Acto 1

    Todo comienza cuando Hubert nos convocó a Emily, Dante, el culpable y a mí para instalar cámaras en el segundo piso. El culpable, encargado del laboratorio, tras cumplir con su tarea de instalación tomó una jeringa y la ocultó para llevársela, a sabiendas de que Hubert las requisaría después. Tal vez ya desde entonces estuviese planeando usarla.

    Mientras tanto, Emily y Dante, encargados respectivamente de la sala de música y la biblioteca, descubrieron que existía un acceso secreto que conectaba ambas salas. A sabiendas de esto, Dante planeó colocar las cámaras de forma que el lado oeste de la biblioteca no tuviese vigilancia, y le pidió a Emily tapar con instrumentos y muebles el resto de cámaras. Posteriormente, escondió en el piano unos documentos, y prometieron guardar el secreto.

    Acto 2

    Tiempo después, Chad pintó en la pared un mapa de la planta. Molesto por la vigilancia constante de la cámara del lugar, decidió quitarla con sus propias manos, ya que las cámaras del pasillo eran las únicas visibles para todo el mundo. Esto creó una ruta de escape excelente de la biblioteca para cualquiera que conociese la posición de las cámaras… y nuestro culpable tenía la herramienta necesaria para ello: el Plantix2000. Gracias al musgo adherido a las cámaras, su aparato le podía indicar la posición exacta de cualquier cámara.

    En ese momento, es probable que entrase a la sala de música y, tras verificar que las cámaras estaban ocultas, la investigase… fue entonces cuando encontró el acceso secreto. Y en ese momento, probablemente, empezó su plan.

    Acto 3

    La noche del crimen, el culpable y Liza, por motivos que desconocemos, se encaminaron a la segunda planta, protegidos de las grabaciones con una sábana blanca. Juntos bajo la sábana, se adentraron en la biblioteca, y, una vez que estuvieron en el punto exacto que al culpable le interesaba, el centro de la sala, comenzó a estrangular a Liza.

    Tras matarla y dejarla caer, su nutria, que estaba escondida dentro del pijama, salió de su escondite y atacó al asesino. Esto provocó que el culpable, aún bajo la sábana, se retorciese, provocando las segundas “convulsiones” que vimos en los videos. La presencia de la nutria estaba prevista por el culpable, probablemente: por eso llevaba los alucinógenos… pero no lo estaba el mordisco que le dio durante el forcejeo, y que manchó la sábana con su sangre. El culpable tuvo que entrar en pánico al ver que la sangre manchaba su impecable escena y estropeaba su crimen perfecto y, habiendo soltado la jeringa con la que, durante el forcejeo, inyectó los alucinógenos a la nutria de Liza, huyó de allí apresurado por el acceso secreto, dejando atrás la jeringa. Con eso, realizó su escape fantasma, dejando una sábana en el centro de la biblioteca, bajo la que se encontraría el cuerpo de Liza… pero aquí no acababan los planes de nuestro culpable. No, fue mucho más allá.

    Acto 4

    La nutria de Liza comenzó a sufrir los efectos. Al principio, quedó confusa e inmóvil, pero cuando las alucinaciones comenzaron, enloqueció y entró en pánico, echando a correr con la sábana a cuestas, destapando a Liza y haciéndonos creer que la sábana se movía sola.

    La nutria se dirigió a la piscina y entró en ella, probablemente buscando esconderse, pero incluso allí debía sentirse perseguida por el efecto de la droga… el estado de excitación debía ser tal que corrió a toda velocidad por todas partes, dejando rastros de agua. Su velocidad era tan grande que las cámaras no pudieron filmarla. Por supuesto, no entró de nuevo a la biblioteca por puro miedo, y no pudo entrar a la lavandería por ser el único sitio que tenía la puerta cerrada.

    Cuando los efectos de la droga llegaron a su punto álgido, es probable que la nutria colapsara… quizá incluso murió. En cualquier caso, cayó desplomada en el suelo de la primera sección del pasillo. Estoy bastante convencido de que el culpable contaba con que la nutria se moviese por los efectos de la droga y acabase muerta, moviendo la sábana en la que estaba enredada. Todo era para que las cámaras captasen el momento en el que Liza era destapada, y crear la ilusión de que había muerto sin causa aparente, sin nadie que pudiese entrar o salir del lugar.

    Pero no contó con que las cosas se complicarían aún más… beneficiándole, sin duda.

    Acto 5

    Mientras la nutria corría por todas partes, Dante se encontraba en la biblioteca, y vio, poco después de su muerte, el cadáver de Liza. Decidió ignorarlo y salir de allí cuanto antes, pero, al salir por la sala de música, pudo ver a la nutria, tirada en el suelo. Por motivos que sigo sin entender, Dante la cogió, la envolvió en su camisa y… la llevó hasta la sala de basuras, donde usó el incinerador para deshacerse de ella y borrar todo rastro de su existencia. Solo podemos esperar que, fuese cual fuese su muerte, el pobre animal hubiese sufrido lo menos posible.

    Tras deshacerse de la criatura, Dante se marchó de allí de forma apresurada, dejando el incinerador abierto y encendido, y regresó a la planta baja.

    Acto 6

    Poco después, Ian llegó a la escena, seguido de Brendan. Descubrió que el segundo le seguía y, tras cerrar y apagar el incinerador, que notaron que había sido usado, se adentraron en la biblioteca… y vieron el cuerpo sin vida de Liza.

    Ian notó la jeringuilla, y se aseguró de cogerla y esconderla, no sin antes usar a Brendan en su beneficio a través de un chantaje: así tendría un testigo de que la jeringa estuvo ahí todo el tiempo, y podría usar la prueba cuando lo creyese conveniente.

    Poco después, Emily y yo llegamos… y el resto, salvo Dante y Hubert, quienes por sus acciones prohibidas no podían reunirse con nosotros en la segunda planta, aparecieron al oír el anuncio de Reversekuma. Entre los presentes, sin que lo supiésemos, se encontraba el culpable, probablemente sorprendido gratamente al notar que, de forma ajena a su control, la mayor parte de la evidencia que dejó había sido eliminada.


    ¿No es así… Lucas Diamond, el Super Botánico?


    El silencio se hizo. Odiaba los momentos de silencio. Especialmente en momentos tan tensos como esos.

    —Puhehehehe. ¡Parece que hemos llegado a una conclusión, eh! Está bien, ¡vamos allá! ¡Es la hora de la votación!

    —¿Huh? ¿V-Votación? —susurró Lucas—. No, no podemos votar… no aún… esto… no puede ser. Mi plan… no…

    Suspiré.

    —Se acabó, Lucas. Este caso se ha acabado.

    Y, tras pulsar el botón correspondiente, realicé mi votación.

    —¡Puhehehe! ¡Está bien! ¡Comprobemos los resultados! ¿Habréis sido lo suficientemente inteligentes como para acertar… o demostraréis ser unos completos imbéciles escogiendo la opción mortalmente errónea? ¡Lo sabremos en seguida!

    Y volvió a aparecer en pantalla aquella demoníaca ruleta con nuestras caras pixeladas dibujadas en cada casilla. La ruleta se paró señalando a Lucas, y la musiquita de victoria sonó. Junto a cada uno de nosotros, los votos correspondientes: 11 para Lucas, 2 para Dante.

    —¡Vaya, qué sorpresa! ¡Así que habéis acertado! —Reversekuma se regocijaba dándose golpecitos en la tripa—. ¡Sois menos tontos de lo que pensaba, ya lo creo!

    Pero, una vez más, silencio.

    —¿Puedo… preguntarte por qué, Lucas? —dijo Emily, mientras las lágrimas recorrían su rostro.

    Lucas guardó silencio unos instantes, apartando la vista.

    —Tenía… miedo —dijo—. Miedo de mi acción prohibida. Y miedo de las acciones prohibidas de Chad y de Elisa.

    —¿Huh? —preguntó Effy—. ¿Cuál era tu acción prohibida?

    Lucas extrajo su pulsera de su bolsillo y la mostró. La acción prohibida apareció en ella: “que comience una investigación de asesinato sin ser el culpable”.

    Tragué saliva. L-Lucas… también entró en psicosis, ¿eh? Como Ukita.

    —M-Mi acción prohibida me iba a matar si otro acababa matando. En mis constantes reuniones con Chad para darle los nutrientes, huh… él me hablaba de lo mal que lo estaba pasando. Y me habló de lo que dijo Elisa…

    Cierto… ella también nos lo comentó a nosotros:


    —Es algo que va a suceder, ¿sabes? Lo hablé antes con Chad… tarde o temprano, alguno de nosotros va a sucumbir. Ya sea él, sea yo, quienes parecemos tener las acciones más problemáticas… o sea quien sea. Alguno acabará muriendo por ese veneno. No se trata de rendirse o no. Se trata de elegir entre nuestra vida o la de otro. Porque los que tenemos una acción que se cumplirá inevitablemente en un futuro terminaremos muriendo, y la única salvación que tenemos es matar antes de que la acción nos mate a nosotros. Por eso es un motivo, ¿no?


    —Tenía miedo de que acabase pasando. De que acabasen matando a alguien —confesó—. Si eso sucediese… yo moriría tan pronto como empezase la investigación, ¿sabéis? Por eso… pensé que era mejor si lo hacía yo antes de que lo hiciese otro. Si Chad y Elisa podían sucumbir, quizá otro tuviese una acción prohibida aún peor, y acabase sucumbiendo.

    … y, al final, el que sucumbió fue él.

    —... —Elisa parecía silenciosa, callada. Al fin y al cabo, debía sentirse algo responsable por todo esto.

    —Pero, ¿¡por qué Liza!? Os llevabais muy bien, ¡ella tenía confianza contigo! —preguntó agresivamente Mimi.

    —Justo por eso —susurró Lucas—. Porque nos llevábamos bien. Porque confiaba en mí, porque me necesitaba.

    —¿E-Eh?

    —Liza me contó sobre su nutria… y me explicó que lo estaba pasando mal, porque su animalillo deseaba con todas sus fuerzas darse un baño, pero su acción prohibida no le permitía llevarlo. Y no quería mostrarlo porque temía que acabase formando parte de todo este juego de alguna forma —… y, al final, la nutria fue una víctima más—. De modo que, cuando descubrí la ruta de escape que se formó por las cámaras y supe el secreto de Liza, planee todo. Le dije a Liza que me ocuparía de bañar a su nutria a cambio de que me ayudase con un asunto en la biblioteca… y fue entonces cuando acordamos, por la noche, ir de incógnito a la biblioteca, y luego, teóricamente, yo llevaría a la nutria a la piscina.

    —E incumpliste tu promesa —reprochó Hubert, serio y severo—. La mataste. Fuiste un cobarde.

    Lucas se dio golpecitos en la cabeza.

    —Lo sé… lo fui. No tengo excusa, je —sonrió débilmente, y los ojos se le empañaron, mas no llegó a derramar lágrimas. Luego, alzó la mano para captar la atención del oso—. Hey, Reversekuma. Empieza ya si quieres. Sé lo que toca.

    —N-No, ¡espera, Reversekuma! —grité. No quería ver una grotesca ejecución otra vez. No quería ver a otro compañero morir. ¡L-La culpa de todo la tenían las acciones prohibidas, el motivo! ¡La culpa seguía siendo de Monokuma y su hermano… de la mente maestra!

    —¡Puhehehehe! ¡Así que ya es hora, eh! Muuuuuy bien, vamos a dar toooodo lo que tenemos! ¡Es la hora del castigo!

    Y no valieron gritos, súplicas ni lamentos. Reversekuma, sin piedad, sacó un mazo y pulsó el botón. En la pantalla apareció entonces un Lucas pixelado y, a su lado, un Monokuma pixelado. Entre ellos había un árbol que Monokuma golpeaba con un hacha mientras Lucas gritaba y correteaba. Las letras aparecieron entonces: “Lucas ha sido encontrado culpable. Comenzando el castigo”.


    Lucas fue introducido entonces en una bolsa gigante que ponía “Abono”. Bajo el letrero de “abono”, aparecía escrito: “El Don del Bosque: ejecución del Super Botánico”.

    En una enorme explanada de tierra revuelta, varios Reversekuma aparecieron y comenzaron, a toda velocidad, a cavar con una pala, creando un agujero. Luego, cogieron entre todos la bolsa, y echaron todo el abono en el hueco. Lucas sacó su cabeza con dificultad de entre todo aquel abono, solo para mirar hacia arriba y ver que caían múltiples semillas, tanto sobre él como en todas partes. Tras eso, comenzó a caer agua desde arriba a grandes cantidades, y todas las plantas alrededor de Lucas comenzaron a crecer y a crecer a grandísima velocidad, hasta quedar convertidas en enormes flores con el capullo cerrado.

    Lucas apretó sus ojos con fuerza al ver que el agua caía ahora sobre él. La tierra donde estaba enterrado comenzó a temblar, y salió de pronto disparada, desde el interior de la tierra, una flor mucho más grande que las demás. En mitad de su tallo quedó enredado Lucas, atado y sin poder moverse. Justo entonces, varios Monokumas que parecían tener alas y volar como pequeñas hadas dieron toquecitos a los capullos de las flores que rodeaban a Lucas y, tras un temblor, estas se abrieron… mostrando que, en realidad, eran todas plantas carnívoras.

    Una de ellas le dio un bocado que arrancó parte del tallo de la flor donde estaba Lucas y le arrancó una pierna de cuajo. La flor de Lucas entonces comenzó a caer, y el chico vio con amargura como se desprendía también del agarre del tallo y caía justo sobre la boca abierta de una planta carnívora. Alzó la mano hacia arriba, clamando por ayuda en vano… y, cuando hubo llegado hasta la planta, esta cerró la boca con fuerza, arrancando también su brazo, solo para, tras un rato masticando, escupir los huesos del botánico.


    Había vuelto a suceder… habíamos presenciado una de las escenas más grotescas que nunca pude imaginar. Y habíamos perdido a otro compañero. Éramos uno menos.

    La desesperación se podía reflejar en los rostros de todos nosotros. En aquella Academia no había lugar para la esperanza. Siempre que encontrábamos un poco de ella, nos la arrebataban.

    Y acabábamos hundidos en la más honda desesperación.

    Reglas vigentes:

    >> Regla 1: durante el día, los alumnos podrán recorrer la Academia a su antojo, con escasas restricciones. En la noche, el acceso a determinados lugares quedará restringido.

    >> Regla 2: a las 8:00 AM sonará el anuncio escolar que dará comienzo al día oficialmente, y a las 10:00 PM sonará el anuncio escolar que dará paso al tiempo nocturno. No existen restricciones de sueño, cada alumno es libre de dormir o no dormir como lo estime conveniente.

    >> Regla 3: el Director de la academia y el resto de profesores no podrá interferir directamente con los alumnos; no podrá dañarlos físicamente o interferir en el desarrollo normal de sus actividades.

    >> Regla 4: los alumnos deberán asistir a las clases que el Director o profesores impongan de forma estrictamente puntual. Se permitirá un retraso máximo de 20 minutos, a partir del cual se considerará esta regla como incumplida.

    >> Regla 5: en caso de incumplimiento de una regla, las ametralladoras ejecutarán al infractor de la regla.

    >> Regla 6: únicamente quienes se gradúen podrán salir de la Academia. Quienes se gradúen no podrán volver a entrar, tendrán que dedicar su vida a cumplir con sus obligaciones como graduado o graduada en el exterior. El método de graduación se definirá en posteriores reglas.

    >> Regla 7: el desconocimiento de una regla no exime de su cumplimiento. El respeto a las reglas será estricto y deberá ser mantenido en todo caso, sin excepciones.

    >> Regla 8: el Director o los profesores pueden dar órdenes siempre dentro de los límites establecidos. Si no se cumple una orden válida, las ametralladoras dispararán al rebelde.

    >> Regla 9: los objetos personales pueden ser robados en cualquier momento por otro alumno, pero ningún alumno, bajo ningún concepto, podrá tener en su poder más de dos objetos personales.

    >> Regla 10: el Director podrá añadir nuevas reglas conforme estime conveniente, sin alterar reglas ya existentes.

    >> Regla 11: cuando un asesinato suceda, comenzará la investigación. Durante la investigación, cualquier sala de la Academia que hubiese estado disponible antes del crimen, independientemente de la hora, será abierta para facilitar la misma. Pasado el tiempo que el Director o los profesores consideren oportuno, la investigación finalizará y comenzará una clase de juicio.

    >> Regla 12: en la clase de juicio, todos votarán a un culpable. Si resulta ser el verdadero asesino, será ejecutado; si resulta no ser el verdadero asesino, todos salvo este serán ejecutados, y el asesino podrá graduarse.

    >> Regla 13: los brazaletes de la muerte, una vez colocados en las muñecas de los alumnos, no podrán ser retirados, y causarán la muerte de cualquier alumno que incumpla la acción prohibida en ellos descrita. La acción prohibida puede ser secreta o no, a juicio del alumno.

    >> Regla 14: si algún alumno lograse retirar un brazalete de la muerte de alguna forma, estaría incumpliendo una regla, por lo que sería castigado por las ametralladoras.

    >> Regla 15: una muerte de un alumno por culpa del veneno de los brazaletes daría inicio a una clase del juicio. Si fue otro alumno el que provocó que la víctima llevase a cabo la acción prohibida, conociese o no el contenido de su acción prohibida, sería considerado el culpable de asesinato. En caso de que la víctima muriese por su propia negligencia, se consideraría suicidio, por lo que en la clase de juicio habría que votar por la propia víctima para resultar victoriosos.

    >> Regla 16: las acciones prohibidas deben ser interpretadas de forma estrictamente literal.

    >> Regla 17: se dará el anuncio de descubrimiento del cadáver cuando tres o más personas encuentren a un estudiante muerto.

    >> Regla 18: de acuerdo con las reglas anteriores, se considerará culpable a efectos de una clase de juicio a todo aquel que provoque la muerte directa de otro. En caso de venenos, trampas y otro tipo de muertes indirectas, será considerado el culpable el que haya colocado el veneno, preparado la trampa o programado la vía que provoque la muerte del tercero, independientemente de que otras personas participen en el acto de otras formas.

    >> Regla 19: solo una persona puede ser considerada culpable de un asesinato. En caso de empate en votación en una clase de juicio entre dos alumnos, se considerará acertada la elección si uno de los dos es el culpable, y solo esa persona será ejecutada. No caben empates entre más de dos personas.

    Estudiantes: 12
    - Drake Orestes – Super Policía (VIVO)
    Objeto: Pistola
    Datos obtenidos: nuestro protagonista, y el proclamado Super Policía. En realidad, es un chico bastante despistado y olvidadizo que, según dice, logró ser policía de prestigio simplemente por tener suerte. Aun así, la experiencia como investigador es algo que ha adquirido, y, aunque no tenga demasiada atención por según qué detalles y no se le dé del todo bien memorizar nombres, intente hacer honor a su talento.
    Acción prohibida: entrar en una sala vacía.

    - Steve Stone – Super Suertudo (VIVO)
    Objeto: Revista Ultimates.
    Acción prohibida: Sonreír


    - Ian Lockhart – Super Estratega (VIVO)
    Objeto: Game Boy
    Acción prohibida: ???

    - Alpha Xenodis – Super Deportista (VIVO)
    Objeto: Bate de béisbol
    Acción prohibida: decir la verdad

    - Ukitashi – Super Comilón (MUERTO)
    Objeto: Sándwiches

    - Talía Wells – Super Estrella Infantil (MUERTA)
    Objeto: Teddy el oso

    - Hubert Maddsson – Super Ajedrecista (VIVO)
    Objeto: tablero portátil
    Acción prohibida: subir a la segunda planta

    - Effy Joy – Super Terrorista (VIVA)
    Objeto: cloroformo
    Acción prohibida: ???

    - Lucas Diamond – Super Botánico (MUERTO)
    Objeto: Plantix2000
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Lucas desprecia las ciudades por considerar que su construcción implica necesariamente la muerte de muchas plantas, a las que considera amigas. Aun así, vive en un laboratorio en medio de una jungla, en solitario, y parecía no ser consciente de que su construcción en sí, probablemente, haya supuesto ya la muerte de muchos animales. Ha creado el Plantix2000 él solo, una máquina que permite "comunicarse" con las plantas: analizarlas, saber sus necesidades, etc.
    Acción prohibida: que comience una investigación sin ser el culpable.

    - Liza White – Super Criadora (MUERTA)
    Objeto: Nutria
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: criada en un zoo, donde vivía con sus padres, cuidadores de éste, Liza pronto se hizo amiga de los animales y comenzó a amarlos, a todos y a cada uno de ellos, incluidos los insectos y otros bichos que puedan ser considerados asquerosos por la mayoría de la gente. Un buen día, Liza liberó a todos los animales simplemente porque quería que fuesen libres. Para ella, los animales son equivalentes a los humanos, y deberían de ser tratados prácticamente en igualdad de condiciones.
    Acción prohibida: mojarse.

    - Emily Hodges – Super Modelo (VIVA)
    Objeto: Kit de maquillaje
    Acción prohibida: quedarse sola

    - Dante Miles – Super ¿? (VIVO)
    Objeto: ¿?
    Nivel de amistad: 1/3
    Datos obtenidos: Dante no recuerda prácticamente nada sobre su pasado. Sabe que tenía amigos, pero no los recuerda; sabe que sucedió un evento importante en su vida, pero no recuerda qué fue; ni siquiera recuerda su talento ni cómo se dio cuenta de que lo tenía. Insiste en que, tal vez, no tenga ningún talento, para empezar. Lo único que recordaba con claridad al despertar era que amaba a Emily, y ese sentimiento parecía ser correspondido por ella.
    Acción prohibida: cruzarse con alguien.

    - Chad Redflame – Super Dibujante (VIVO)
    Objeto: Pincel y pinturas
    Acción prohibida: ingerir alimentos.

    - Brendan Ruby – Super Periodista (VIVO)
    Objeto: Cuaderno y bolígrafo
    Acción prohibida: no responder a una pregunta.

    - Elisa Daroch – Super Médium (VIVA)
    Objeto: Cartas de tarot
    Acción prohibida: cerrar los ojos por más de dos minutos

    - Mimiko Honda – Super Millonaria (VIVA)
    Objeto: Teléfono móvil
    Acción prohibida: insultar
    Balas de la verdad:

    - Informe de Monokuma #2:
    La víctima es Liza White, la Super Criadora. La causa de la muerte es difusa, no está claro qué mató a Liza. Murió alrededor de las 10:30 PM, poco después del anuncio del tiempo nocturno. No se aprecia ninguna herida visible en el cuerpo.

    - Estado del cadáver: el cuerpo de Liza fue encontrado con las manos agarrotadas y la camisa del pijama desabrochada. Parece que se defendió de un ataque. No obstante, no estaba mojada, sino completamente seca. Tenía una mancha de sangre en la manga de su prenda superior.

    - Acción prohibida de Liza: la acción prohibida de Liza, según su brazalete de la muerte, era "mojarse".

    - Restos de agua: había rastros de agua uniformes por todas partes: en el pasillo, en el laboratorio, en la sala de música, la sala de basuras y en la piscina, como si alguien hubiese correteado estando mojado por toda la zona.

    - Sábana blanca: se encontró una sábana blanca bastante grande con una pequeña mancha de sangre flotando en mitad de la piscina.

    - Indicios de uso del incinerador: se encontró un pequeño trozo de tela negra parcialmente quemado junto al incinerador, que había estado abierto y encendido más o menos a la hora del crimen; parece evidente que alguien quemó algo en ese lugar.

    - Cámaras no-oficiales: cámaras cubiertas de polvo y musgo, pero perfectamente operativas, encontradas por Hubert Maddson en el almacén de la planta baja. Él mismo sugirió instalarlas en la segunda planta, pero solo quienes colocaron las cámaras sabían el punto exacto donde fueron instaladas. Cada uno colocó tres cámaras, salvo por Hubert, que colocó seis, tres en cada lugar. Emily colocó las cámaras de la sala de música, Lucas colocó las del Laboratorio, Dante las de la biblioteca, Drake las de la Lavandería y Hubert las de la piscina y el pasillo. Las cámaras del pasillo eran fácilmente visibles, y Chad desinstaló la cámara que enfocaba el primer tramo del mismo. Las cámaras solo se accionan con el movimiento, y tienen, además, capacidad de visión nocturna.

    - Acciones prohibidas: durante el crimen y antes de este, y hasta el fin de la investigación, todos los alumnos tenían unos brazales de la muerte que matarían con un veneno a cualquiera que cumpliese con la acción que ellos anunciaban.

    - Distribución de la sala de música: la sala de música tenía una distribución extraña, pues todos los instrumentos estaban apilados y el mobiliario se disponía de forma errática y extraña por la zona.

    - Acceso secreto: la única estantería de CDs de la Sala de música es en realidad una puerta secreta que comunica con la biblioteca, por su cara oeste. El acceso es de doble entrada, por lo que se puede ir de una sala a otra y a la inversa.

    - Testimonio de Ian: Ian llegó el primero a la escena del crimen porque quería investigar sobre el llamado Proyecto Omega. Al parecer, Brendan le estuvo siguiendo todo el tiempo. Fue entonces cuando ambos encontraron a Liza muerta.

    - Testimonio de Elisa: Elisa prácticamente no salió de su dormitorio durante too el día del crimen, pero charló con Chad sobre el peligro de sus acciones prohibidas y el riesgo que supondría para ellos y para los demás.

    - Objeto personal de Liza: no hay ni rastro del objeto personal de Liza; Hubert investigó en su dormitorio y no encontró nada, y tampoco apareció en ninguna parte de la escena del crimen. Además, la propia Liza se mostraba muy reacia a hablar sobre su objeto personal.

    - Videos de la sección primera del pasillo: la primera parte del pasillo mostraba a Lucas y Chad entrando en el laboratorio, y filmó también a Steve, Mimiko, Emily, Alpha y Drake cuando fueron a la piscina. Acto seguido, se ve a Chad quitando la cámara, y no hay más imágenes desde ese momento.

    - Videos de la sección segunda del pasillo: primero aparece una figura grande y ancha abultando bajo una sábana blanca, que recorre todo el pasillo y entra en la biblioteca, antes del crimen. Poco después del crimen, apareció otra sábana cruzando el pasillo en dirección opuesta, saliendo de la biblioteca, esta vez sin tanto volumen bajo la misma; casi parecía estar moviéndose sola, y llevaba ya una pequeña mancha de sangre. La sábana entró en la piscina, desapareciendo de la imagen. Varios minutos después, Dante es filmado recorriendo el pasillo, que ya entonces estaba mojado, con una camisa enrollada en forma de pelota entre las manos, entra en la sala de basuras y poco después sale de ella y vuelve por donde ha venido. Lo último que filman las cámaras es a Ian y Brendan, que entran en la sala de basuras para cerrar luego la puerta, y entraron después en la biblioteca; el resto son solo imágenes de la gente llegando al descubrimiento del cadáver.

    - Videos de la piscina: la cámara filma el momento en el que Steve, Emily, Alpha y Mimi entran en la piscina y pasan el tiempo en ella. La siguiente imagen que perciben es muy distinta; la sábana, moviéndose aparentemente sola, entra en el lugar y cae en la piscina, donde deja de moverse. La cámara se activa de cuando en cuando desde entonces, mostrando sus alrededores mojados y mostrando agitación en las aguas de la piscina.

    - Videos del laboratorio: aparece Lucas entrando en el laboratorio continuamente, y pasando el tiempo allí. Chad entraba a veces y los dos parecían hablar, mientras Lucas tomaba medicamentos y fármacos de las estanterías. No se pueden oír sus conversaciones. En ningún momento se capta el suelo mojado, ni cómo se mojó.

    - Testimonio de Chad y Lucas: Chad recurrió a la ayuda de Lucas para sobrellevar su acción prohibida de no ingerir alimentos. El Botánico le suministraba nutrientes en forma de pastillas, motivo por el que acudían continuamente al laboratorio. Con todo, los fármacos no son saciantes, de modo que la sensación de hambre no desaparece.

    - Videos de la sala de música: el video de la sala de música solo muestra a Emily reorganizando las instalaciones, de manera que tapasen todas y cada una de las cámaras que instaló. No hay más escenas tras eso. No está claro cuándo sucedió esto.

    - Videos de la biblioteca: en primer lugar aparecen Mimi, Alpha, Steve, Emily y Drake, entrando en el lugar y leyendo libros por toda la zona. Luego aparece Ian, y más tarde Effy, y ambos se interesan por las estanterías del centro; todo esto mucho antes del crimen. Es más o menos cuando el crimen sucede que aparece la figura grande bajo la sábana, entrando por la puerta y recorriendo toda la parte oeste hasta entrar en la sección central de la biblioteca. Ahí, la sábana parece retorcerse y contorsionarse por unos segundos, luego para, y, al momento, aparece la mancha de sangre y sigue contorsionándose brevemente. Tras eso, la sábana cae y queda extendida sobre el suelo. Momentos después del crimen, la sábana parece moverse por sí misma y recorre todo el lugar, dejando ver que bajo esta estaba el cadáver de Liza, y saliendo de la biblioteca sin más. Las siguientes imágenes que se muestran son solo los alumnos entrando en el orden en el que acudieron: Ian y Brendan, Emily y Drake, y luego los demás.

    - Mapa de Chad: mapa dibujado por Chad que muestra la posición de las cámaras y su ángulo de filmación, la disposición de las salas y la estructura de las mismas. Incluso marca la posición de la víctima y los puntos donde el suelo está mojado. Todo con un toque... "realista", claro.
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    Última edición: 13 Noviembre 2017
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    Amane

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    Dios, espera, es que esto ha sido demasiado intenso y épico y ni sé por donde empezar alñsndñands

    Okey, a ver. Lo de la jeringuilla no me lo esperaba, pero ha sido interesante. Baia baia, quién diría que Lucas mentiría tan bien, siempre ensimismado en su mundo y al final, mira tú por donde.

    La verdad, había pensado lo de que la sábana tenía que ver con el animal pero claro, tonta de mí pensaba en un perro o algo así, no una nutria. Con eso ya todo cobraba sentido. Y, joder, yo pensé que la nutria pues seguiría en la piscina pero luego cuando iba avanzando el debate ya me di cuenta que había sucedido y mi corazón se partió. Agh, quiero no enfadarme con Dante pero no puedo, me ha molestado mucho lo del animalillo y sinceramente, hasta que no me expliques sus razones no me voy a fiar mucho de él, por mucho que quiera a mi niña.
    Btw, en este fic me está empezando a gustar incluso más el Drakily, bc Drake si cute (? Aunque estoy 100% segura de que Dante va a sobrevivir, Emi no sé tanto (?) Pero Dante con su Súper ??? ya indica que va a sobrevivir o qué sé yo.

    Ah, lo de las pastillas y luego lo de quemarla, joer, que cruel :<

    Y y y tengo sentimientos encontrados con Ian porque me pone nerviosilla y sé que es peligroso pero mE ENCANTA SU PERSONAJE. Y también creo que sobrevivirá.

    Y omg, he tenido que irme un segundo y he perdido todo lo que quería decir alsjkadn.

    Mira, te lo digo en serio, lo del musgo es que me ha dejado loquísima. Lo de después tiene todo super sentido y lo entiendo, pero seriosuly, Es que no me lo esperaba en absoluto, maldito Lucas, es un genio.

    Uh, nada, no sé que más decir, me ha encantado este capítulo, en serio, i need moooooooore. Los dos votos de Dante, nuevamente, son sospechoso y supongo, nuevamente, que tendrán que ver con lo de la mente maestra y todo eso. Uhm... la ejecución era esperable, obvio algo relacionado con las plantas y uf, bastante macabro tbh, pero así es Danganronpa (sobre todo Reversekuma), además, en el fondo, pegaba que fuese Lucas por el Lore (?) Ah pero su acción prohibida, idek,cruel asf(?)

    Y pues nada, supuestamente ya el siguiente debe ser el asesinato doble, si sigues el patrón de dr, ¿no? Así que veamos que se te ocurre <3 De mientras, quedarán unos días de relax e investigación en el que también se sabrá más de los personajes so yey~

    Estoy muy muy emocionada con este fic, en serio, además me encanta que lo actualices tan rápido <3 Ojalá lo acabes antes de tener que abandonarlo por falta de tiempo pero de mientras, solo me queda disfrutarlo~

    Uhm, no sé si en el siguiente capítulo habrá ya free-time events pero voto por si acaso (?) Como no puedo votar por Emily... me gustaría votar por Dante, quiero saber un poco más de este chico misterioso <3 Si no se puede, guárdame el voto para el siguiente idk (?)

    Y... creo que ya~ Me faltarán cosillas por comentar, pero ya te digo, se me ha ido (?) ¡Sigue así!
     
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