Long-fic Pokémon: El último sello

Tema en 'Fanfics Abandonados Pokémon' iniciado por Plumas de Cuervo, 29 Enero 2018.

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  1. Threadmarks: Prólogo
     
    Plumas de Cuervo

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    Pokémon: El último sello
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    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Acción/Épica
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    3
     
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    Prólogo

    «En un principio todo era oscuridad; más allá de tiempo y el espacio habitaba un dios supremo donde había dormido por miles de eones. En el momento en que abrió sus ojos la nada se fue llenando de su propia energía; la materia que alguna vez estuvo inerte comenzó a brillar y así nacieron los soles. Así fueron los primeros momentos del universo creado por este magnífico ser, no había espacio que no se llenara con su energía, que se impregnara de su presencia. A su paso la materia adoptaba variadas formas y se agrupaban en lo que se conoce como galaxias.

    Un nuevo universo se había creado, uno donde reinaba la nada y a la vez no. En la bastedad de la inmensidad el dios percibía su propia soledad; Arceus, que es el nombre de este ser supremo; tomando parte de él le dio vida a tres criaturas, sus ‘hijos’. Los bautizó con los nombres de Palkia, Dialga y Giratina y les otorgó dones extraordinarios. A Palkia le otorgó el poder de controlar el espacio, pudieron reducir galaxias enteras al tamaño de su puño si así lo quisiese. Dialga obtuvo el don de controlar el tiempo a voluntad; y así el reloj espacial comenzó a andar. Giratina que igualaba casi en poder a su padre le fue otorgado el donde de controlar el tiempo y el espacio como si fuesen uno solo, para mantener el delicado equilibrio que existe entre ambas fuerzas.

    Arceus amaba a sus hijos por igual y así ellos lo sentían. Pero pronto la envidia se sembraría en sus corazones, una enfermedad que iría invadiendo sus cuerpos con el paso de los eones. Llegaron a un punto donde ya no se toleraban y entonces una gran batalla entre los hermanos comenzó. Con profundo dolor Arceus observó el daño que sus hijos se causaban. De entre los tres Giratina destacaba sobre sus hermanos a quienes logró derrotar causándoles graves heridas. Arceus para protegerlos los envió a dos dimensiones separadas; Giratina en ese momento se llenó de ira y arremetió contra el dios padre. El combate fue de gran magnitud, debido al poder de Giratina todo a su alrededor se distorsionó. El dios padre usando la lanza de la creación cortó las alas de su hijo quien cayó en el abismo que él mismo había creado; y allí fue confinado por el resto de la eternidad en una dimensión detrás de esta dimensión, condenado a vagar en caos que había causado en soledad hasta el fin de los eones.

    Después de apresar a sus tres hijos, Arceus recorrió la galaxia buscando un lugar donde descansar y curar sus heridas, más que las heridas de su cuerpo las heridas de su alma. Se posó sobre una roca desnuda en una galaxia lejana, parecía un buen lugar para comenzar de nuevo. De la roca talló dieciocho tablas elementales cargadas con su propia esencia. Y con ellas creo los cielos, los mares, los bosques, los ríos, las montañas, las praderas y los desiertos; también un sinfín de criaturas que poblaron cada espacio por encima, por debajo y sobre del planeta, al que llamó Tierra. De su ser nacieron más criaturas quienes serían los guardianes de esta creación.»
     
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    LizzaRade

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    Me sorprende que aún ni terminada de leerlo y ya le había dado el sello de ganador xP. Y es que cuando veo Pokémon Legendarios más mi amor por la mitología pokémon es una combinación que saca mi lado fangirl.

    ¡Y que mejor forma para empezar que el genesis del mundo Pokémon!

    Me ha gustado, justo como imaginé el origen de Dialga, Palkia y Giratina. Me interesaría saber cómo será el origen del resto de Pokémon Legendarios. La verdad, no tengo mucho que decir, en lo tecnico vas muy bien. No tengo mucho que decir, son las 3 am y no soy muy buena con los comentarios teniendo sueño...

    Saludos y espero el siguiente capítulo.
     
  3. Threadmarks: Capítulo I
     
    Plumas de Cuervo

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    LizzaRade me gusta que te guste, pero lo que más me gusta es cuando dice: 'no tengo mucho que decir' pero escribes otro poco más. Creo que con este trabajo me aparto un poco de los fictions tradicional y cojo un rumbo algo apocaliptico -sin serlo-. Estoy consciente de que me espera un labor titánica, pero es algo que nació de un drabble de apenas 100 palabras.

    **********

    Capítulo I


    24 de septiembre de 1932.


    Después de haber leído con detenimiento las extrañas inscripciones en la piedra el hombre se levantó y apartando su sobrero se limpió con un pañuelo las pequeñas gotas de sudor que corrían por su frente. Estaban en un lugar extraño, que en teoría no debiera siquiera existir, un lugar ubicado en ningún sitio.

    El ambiente se sentía extraño, el aire se encontraba enrarecido dentro de las ruinas de una civilización hasta ahora desconocida; pero a su vez resolvía un gran misterio. Frente al grupo de científicos se alzaba un monolito negro de material indescifrable, en cada una de sus cuatro caras se podía leer el mismo relato con los símbolos que representan las escrituras de las cuatro grandes civilizaciones existentes en los albores de la humanidad.

    Las ruinas no eran egipcias, tampoco fenicias, mucho menos incas o aztecas; eran todas a la vez. Algo que se escapaba de la lógica de los eruditos. El hombre guardó nuevamente el pañuelo, se colocó el sombrero y se dirigió a los presentes.


    Estimados caballeros. Esto es sin lugar a dudas un legado que explica en detalle el origen del universo y de la vida como la conocemos.
    Quien diría que en estas extrañas ruinas conseguiríamos un hallazgo de esta magnitud, doctor Kensey. —comentó uno de los presentes acercándose a la roca negra para detallarla más de cerca.
    Queridos colegas. —dijo el primer hombre abriendo sus brazos frente al monolito—. ¡Bienvenidos a la cuna de la vida!

    Disculpen que los interrumpa, colegas. —habló un tercero, un hombre algo regordete entrado en año con aspecto nervioso—. Temo que debo decir que este lugar no me parece de fiar. Son unas ruinas que están y no están; nuestros aparatos electrónicos no funcionan y sobre todo, un lugar que desafía todas las leyes de la física y de la lógica. Esto si tomamos en cuenta de que da la impresión de ubicarse entre las regiones de Sinnoh y Johto; regiones que a su vez se encuentran distantes a cientos de kilómetros.
    Friedrich tiene razón, Kensey. ¿Por qué aquí? ¿por qué ahora?
    Hiyoshi, Friedrich; amigos. —hizo una pausa mientras se acercaba y los tomaba de los hombros—. Yo también tengo mis reservas para con este lugar, tengo igual o más preguntas que Ustedes. Pero caballeros, les solicito que por favor depositen en nuestra expedición toda su confianza. Aquí presiento que encontraremos la clave para demostrar de que Dios —hizo una pausa para señalar el monolito—, realmente existe.


    Los científicos continuaron su exploración en las ruinas buscando pruebas sobre la teoría que acababan de exponer en base a lo escrito en el monolito. Todo daba a entender que existe —o existió— un ser supremo con un poder tal que era capaz de crear la vida. Si reunían pruebas suficientes serían capaces de demostrar la existencia de un dios viviente. Por mucho tiempo dos tendencias estuvieron en disputa por este enigma, los que apoyaban la idea del creacionismo y los partidarios de la evolución; pero lo que ellos habían encontrado hasta ahora era la prueba de la creación del universo, del planeta que habitamos y de las criaturas a las cuales llamamos ‘Pokémon’, pero no explica la aparición de la raza humana en la tierra. Una tercera tendencia estaba a punto de nacer.

    Kensey, el más joven de los expedicionarios, tiene alrededor de treinta años; de origen inglés es profesor de arqueología en el British Institute de Londres. Ha viajado por el mundo estudiando las distintas civilizaciones antiguas, entre sus logros destaca el hallazgo de importantes asentamientos en Mesoamérica. Se hallaba estudiando un intrincado grabado en una loza del piso cuando descubrió lo que parecía un sobre piso. Retiró con cuidado la loza para descubrir un nicho donde reposaba un cofre labrado en piedra. Lo retiró con cuidado y a la luz pudo notal que era de color negro con vetas amarillas; parecía estar cerrado, pero no tenía vestigios de tener cerradura o algún pasador.

    Palpó con cuidado los relieves del cofre y encontró un símbolo que cedió levemente a la presión de sus dedos; logró hundirlo y con un sonido seco apareció una pequeña hendidura. Con cuidado abrió la tapa y descubrió dentro una tablilla de piedra, aunque pequeña era pesada. Lentamente la retiró del cofre para observarla, tenía escritos símbolos que no reconocía y que no se encontraban en ninguna parte de esas ruinas, de pronto la tablilla crujió y se partió en dos, como si la hubiesen golpeado con un mazo.

    En ese instante toda la estructura comenzó a temblar, fragmentos de piedra caían desde el techo; el monolito negro que se alzaba orgulloso en mitad de la sala cedió y se fragmentó en cientos de pedazos cuando cayó al suelo. Los científicos asustados trataron de salir pero ya era tarde, las ruinas cayeron sobre ellos acabando así con sus vidas.

    Una extraña sombra recorrió el lugar, y así como apareció se desvaneció entre las ruinas. Fue lo último que se supo de aquellos tres hombres y de lo que allí habían descubierto. El portal que los había llevado hasta allí desapareció en el instante que la última roca cayó.
     
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    LizzaRade

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    ¡Yay! Primer capítulo, a ver que habrá...

    Me pareció interesante cómo comenzó esta historia. Bien al estilo de películas que tratan de buscar una civilización perdida (aunque con un fatidico final).

    Aunque me hubiese gustado que se hubiese visto más de las Ruinas Sinjoh ya que yo hice el evento en mi DS el año pasado y sin duda fue de mis eventos favoritos de Pokémon.

    Tambien me interesa esto del creacionismo vs evolución en pokémon. Si bien creo (repito, creo) que en el viejo lore los pokémon eran la evolucion de algunos animales de nuestro mundo, ya cuando salió la 4gen se pasaron de lleno al creacionismo. A ver si este debate sigue en el futuro, aunque es una pena que una de las pruebas más contundentes se haya destruido.

    Sin embargo, tengo una pequeña queja y no sé si a lo mejor lo aclaras conforme avance la trama, pero para mí vale la pena mencionarlo. Según el canon, el mundo pokémon es completamente ajeno al nuestro, y se puede asumir que "Londres" y "Mesoamerica" no existen. No sé, no me gusta cuando mencionan lugares del mundo real en pokémon por qué "no existen" o tiene su equivalente (como USA es la region Unova).

    A lo mejor si fuese nuestro mundo con pokémon lo dejaria pasar, pero al mencionar Sinnoh y Johto como que le quita... ¿sentido? Por ahora es una idea que no me convence del todo.

    Igual, no quita que me gustó y esperare el siguiente :3
     
  5. Threadmarks: Capítulo II
     
    Plumas de Cuervo

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    Aquí estamos después de una semana LizzaRade listo para responder tus dudas en la medida que el fic me permita sin necesidad de adelantarte algo (no se que te voy a adelantar si no tengo escrito más) Los de las ruinas Sinjoh posiblemente aparezca más adelante recuerda que los hechos del primer capítulo transcurrieron hace casi 90 años. Con respecto a lo de creacionismo vs evolución quizás lo exponga mejor más adelante, fue una idea de momento y resulta que es muy llamativa, eso si contamos que hay un pequeño vacío que no encaja en toda la historia. En cuanto a lo de las localidades, me ubico tomando el mundo real, digamos quefusionando ambos mundos; Kanto existe realmente, y las demás regiones igual pero no con los nombres que se les dieron, sino me equivoco Sinnoh corresponde a Hokkaido que se encuentra al norte de Kanto. Mantengo la esperanza de que este próximo capítulo sea de tu agrado, está muy lleno de intriga. Pero ya los hechos que nos importan estan a punto de acontecer.

    **********

    Capítulo II

    En la actualidad.

    Marcus se sentía incómodo dentro de aquel vehículo; no sólo el vehículo le causaba esa sensación, también el lugar en el que se encontraba. Debían ser cerca de las once de la mañana pero en esa parte del mundo la noche se había extendido por cuatro meses; el cielo era como un infinito manto negro escasamente iluminado por las estrellas y la aurora austral. Su resplandor verdoso parecía fantasmagórico, y eso le ponía los nervios de punta.

    El frío de la noche eterna parecía calarle hasta los huesos; ni el traje ni la calefacción del vehículo parecían protegerle de las bajas temperaturas. Con los dedos de su mano izquierda le dio unos golpecitos a uno de los indicadores del tablero, «maldición» masculló al ver que indicaba que le temperatura en el exterior era de cincuenta y cinco grados centígrados bajo cero. En ese momento deseó estar en la comodidad de su hogar junto a su familia y no en esa condenada expedición en el fin del mundo.

    A su izquierda apareció una muralla de roca «la montaña transantártica», se dijo para sí. Su objetivo no se encontraba muy lejos de allí. El silencio que reinaba en la cabina fue interrumpido por el crepitar de la radio.


    …cus, …car ….sión d.. obj…. Marc.., …dicar pos…. del …..tivo
    «Maldita radiación» —pensó—. Acá, Marcus —respondió tomando el radio—. Me encuentro a quince kilómetros del punto indicado, repito. Estoy a quince kilómetros del objetivo, cambio.
    ….ndido, ….bio.


    El vehículo oruga especialmente diseñado continuó su marcha por aquel inhóspito paisaje ártico, sus faros especiales ayudaba al conductor a divisar por donde transitaba a la vez que lo hacía imperceptible a la distancia. Se encontraban en una zona prohibida, en un área del ártico que no ha sido reclamado por ningún país en el mundo, lo que lo convierte en una zona sin ley. Romper la ley es lo que menos le preocupaba a la persona que financiaba dicha operación, el fin lo justificaba.

    Minutos más tarde el dispositivo de localización comenzó a emitir un pitido constante, se encontraba cerca de su lugar de destino y así se lo hizo saber a sus acompañantes. Cuatro sujetos viajaban en la parte posterior del vehículo oruga; Marcus no tenía la remota idea de quienes eran, su única orden era llevarlos hasta ese punto. Una vez los había recogido en el muelle improvisado a cuatrocientos kilómetros de allí no cruzaron palabra ni con Marcus ni entre ellos. Una vez fueron notificados sobre el objetivo se limitaron a asentir con la cabeza.

    Los sujetos estaban vestidos con trajes blancos, de apariencia militar, diseñados para ese tipo de clima; cascos igualmente blancos. No se podía distinguir si eran hombres o mujeres. Al lado de cada uno un enorme bolso al parecer contentivo de equipos, y sobre las piernas rifles automáticos.

    El vehículo se detuvo. Los cuatro sujetos tomaron sus bolsos y bajaron del vehículo. En ese momento se dispusieron a cumplir con la orden que tenían. Uno de los sujetos sacó una especie de aparato el cual se dispuso a dejar sobre el suelo; otro de los sujetos tomó del bolso un equipo electrónico parecido a una Tablet pero que no mostraba nada en pantalla. El primer sujeto presiono un botón en el aparato que se encontraba en el suelo, al momento se sintió un leve vibración bajo sus pies, segundos más tarde la pantalla del dispositivo comenzó a reflejar algo. El sujeto que sostenía el aparato se llevó una de las manos a la cien presionando así un pequeño botón en su casco. En ese momento rompió el silencio que mantenía hasta ahora.


    Aquí Alpha. —se identificó de esa manera ante su interlocutor.
    Informe situación. —se escuchó claramente una voz masculina a través del auricular integrado.
    Señor. Hemos detectado una estructura en el punto indicado, la misma tiene un área de seiscientos metros cuadrados a una profundidad de ciento cincuenta metros aproximadamente. Por la forma tengo la certeza de que fue construida por manos humanas.
    Perfecto. Procedan. —se pudo notar el tono de satisfacción al momento de pronunciar esas palabras, luego finalizó la comunicación.


    Alpha hizo señas a los otros dos sujetos restantes; a los que identificaremos como Gamma y Delta, uno de ellos extrajo de su bolso un pequeño aparato de forma circular y lo arrojó al suelo, al momento de hacer contacto se activó apareciendo una especie de varas que formaron una cruz; una luz roja se emitió desde estos apéndices y el aparato comenzó a girar. La luz roja que emitía era un poderoso láser que derretía el hielo de la capa glacial formando un túnel vertical.

    Mientras el láser cumplía su función los sujetos se acercaron a la parte delantera del oruga y anclaron unas sogas en los arnés previamente instalados; el vehículo era lo único que podría brindarles un apoyo para inicial el descenso en aquel desierto de hielo. Se acercaron al boquete que había formado el láser y dejaron caer el resto de las sogas. Tomaron unas barras que al agitarse producían luz y las arrojaron también.

    Alpha fue el primero en bajar por la abertura. Con sumo cuidado y tratando de apoyarse en la pared de hielo inició su descenso. Cuando estuvo a una profundidad de cinco metros fue seguido por los demás sujetos uno a uno. Al llegar a unos cincuenta metros aproximadamente perdió el agarre de sus piernas, la pared interior del túnel había desaparecido, se encontraba ahora ingresando en una caverna glacial. Avisó a sus compañeros para que no hubiese un accidente.

    Debajo de ellos se podían ver las barras luminosas que había arrojado con anterioridad, estaban justo sobre el techo de la estructura que había indicado el aparato. Los cuatro ya se encontraban sobre ella; parecía ser de roca sólida, quizás labrada en la misma roca de la montaña cercana. Encendieron otras barras y comenzaron a buscar alguna forma de entrar. Por un momento percibieron que algo se movía entre las sombras, escucharon un pequeño murmullo, no podía ser el viento, no a esa profundidad.

    A un costado de la estructura divisaron una entrada por donde ingresar; el interior es un espacio amplio, el techo se encuentra sostenido por un sinfín de columnas. Tomaron sus rifles y utilizando las linternas incorporadas comenzaron es explorar el salón. Se escuchó una especie de golpeteo y la estructura tembló, los soldados rápidamente apuntaron sus linternas en todas direcciones. «Quizás es un sismo ártico» comentó Delta a su líder. Siguieron explorando, un par de minutos después nuevamente se repitió el evento, pero esta vez se sintió más cerca; es como si un gigante caminara hacia ellos.

    «Debemos darnos prisa» ordenó Alpha y así hicieron. Al llegar al centro de la estructura encontraron una especie de altar y sobre el un cofre labrado en un material de apariencia rocosa que no supieron determinar al momento. Era lo que habían ido a buscar, la misión estaba casi completada, sólo les restaba salir de allí. Cuando ya estaban en la entrada nuevamente se escuchó el ruido, pero mucho más fuerte; toda la estructura tembló y algunas rocas cayeron en el interior.

    Con el preciado premio entre manos se apresuraron en subir nuevamente y ascender por las sogas. Al llegar a la superficie escondieron el cofre en uno de los bolsos. No lo habían manifestado pero sentían cierta desconfianza hacia Marcus, el cual no era un mal hombre; sólo que el equipo no estaba acostumbrado a interactuar directamente con otras personas y por eso el recelo que sentían.

    Abordaron el vehículo en silencio. Marcus comprendió que ya nada tenían que hacer allí por lo que puso el vehículo en marcha rumbo al puerto de dónde venían. Cuando habían avanzado cerca de un kilómetro un estrépito a sus espaldas hizo que todos voltearan la mirada; no se habían percatado, pero el techo de la caverna había colapsado y sepultado nuevamente la estructura. Las próximas nevadas posiblemente cubrirían la depresión que se formó y en unos años no quedaría rastro alguno de lo que el hielo esconde.


    Tres días más tarde el equipo se encontraba a miles de kilómetros de ese condenado lugar olvidado de dios. Sin abandonar la vestimenta militar, ahora de color grisáceo, ingresaron a la base ubicada en una isla al norte de Ciudad Canal en la región de Sinnoh. A pesar de llevar cubiertos sus rostros todo el mundo dentro de la base los reconocía, eran la unidad elite. Los que llevaban a cabo las misiones más importantes de la organización. Por donde pasaban los demás soldados les brindaban un saludo de respeto para luego dejar tras de sí un murmullo de rumores.

    Tomaron uno de los ascensores hasta la planta más alta, directo a la oficina del jefe de la organización. Al salir una gran puerta de cristal se abrió ante ellos. Una amplia oficina con una gran ventanal que daba una estupenda vista al mar, en el centro un escritorio y allí un sujeto los miraba de forma impaciente. El equipo se paró frente al escritorio y colocándose uno al lado del otro hicieron un saludo militar. Luego uno a uno se fueron quitando los cascos revelando sus rostros.

    El líder, Alpha resultó ser un hombre de cerca de cuarenta años, de cabellos rubios y ojos de una tonalidad entre azul y verde, en su mejilla derecha tiene una cicatriz desde la parte superior de los párpados hasta la mejilla. Su rostro es de apariencia severa y de mirada fría. Esto debido a los años que pasó sirviendo en las Fuerzas Armadas de Sinnoh.

    Beta resultó ser un hombre casi de la edad de Alpha, de cabellos castaños y ojos café. No poseía esa apariencia militar, por lo que probablemente se dedicaba a otra cosa; resulta ser una persona misteriosa que nunca ha develado su pasado.

    Gamma es un chico joven, de casi treinta años. De cabello negro y ojos azules; da la apariencia de ser un rompe corazones. Proveniente de la región de Kanto se especializa en todo lo que tiene que ver con electrónica y robótica.

    Es último de los integrantes del equipo es Delta; al momento de levantar su casco dejo caer una larga cabellera rojiza. Delta es una chica de veintitrés años, la última en integrarse al equipo; proviene de la región de Hoenn, pasó dos años sirviendo en las fuerzas policiales, hasta que un día un hombre misterioso le ofreció algo mejor. Sus profundos ojos negros hacen contraste con su tez pálida.

    Alpha dio un paso adelante y depositó sobre el escritorio un objeto, el cofre que había obtenido en el ártico. El jefe se encontraba aún sentado de forma paciente, observando con detenimiento el cofre mientras acaricia el pelaje del Luxray que reposa a su lado. Luego deja de atender a su Pokémon y se acerca para observar con mayor detenimiento el cofre, no puede evitar sonreír de forma maliciosa mientras posa sus manos en el cofre. Un brillo de maldad se refleja en sus ojos.


    Después de tantos años —dijo rompiendo el silencia de la sala—, por fin tengo en mis manos… ¡la llave del infierno!
     
  6.  
    Thranduil

    Thranduil Entusiasta

    Aries
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    :o!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Interesante, sobre lo técnico voy a comentar principalmente dos cosas, vi varios errores ortográficos, no por palabras mal escritas, sino por que le cambiaste alguna letra o juntaste dos palabras, en varias ocasiones. Lo segundo, es que en el último capítulo usaste mucho la palabra "misterioso" para describir alas personas, intenta utilizar más sinónimos o una descripción más larga como: su mirada ocultaba un oscuro pasado que disimulaba fácilmente con su amable mirada, etc.

    Respecto a la historia, quedé asombrado con el final de último capítulo. Imagino que ese tipo quiere llegar al mundo distorsión y hacer malo algo ahí. Pero no sé qué tanto aporta el primer capítulo a eso, por el momento sólo veo que nos ayuda a saber que la expedición estaban en las ruinas Sinjoh, bueno, supongo que más adelante va a tener más relevancia. La historia en sí me intriga, pero dejaré que la historia avance para comentar más. Ciao.
     
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