Long-fic Pecar como un Ángel

Pecar como un Ángel

"Esta historia se basa en el alma dulce y noble de Kikyou,quien solo pretendia vivir como una joven normal, pero la tragedia le arrebato su unicaposibilidad y ahora esta en busca de reparar ese error que ahora quiere cobrar en alguien que no lo merece, se adueñara de su vida hasta que consiga lo que busca: existir"
​

Una aglomeración extraordinaria era lo único visible en esos momentos, todos caminaban a través del túnel alumbrado por una intensa y hermosa luz blanca que guiaba los pasos de la increíble cantidad. Ninguna era familiar o conocida, algunos eran de piel clara, de piel morena, altos, estatura media, robustos y delgados en exceso, en fin toda la variedad posible de razas en el mundo. Ella tan solo era una niña pequeña que no sabia ni el rumbo o dirección que estaba tomando junto a la multitud, todos se veían desconcertados ¿y como no estarlo?

Poco tiempo antes estaba atrapada en un intenso calor provocado por el ardor de la enormes llamas que incendiaban su casa, y después… ¿y después que? La nada. Eso era, la nada. Se encontraba entre toda esa gente sin saber la razón. Apenas y podía caminar entre todos, su estatura era pequeña, pero era común al tener apenas ocho años de edad, su cabello era intensamente negro contrastando con el níveo y pálido color de su tersa piel, con sus pequeñas manos tomaba sus cabellos lacios y largos, peinándolos mansamente como acto reflejo ante el temor y la inseguridad. En lo profundo de sus ojos marrones destellaba el pánico ante la posibilidad de saber la respuesta a su pregunta no formulada.

Después de algunas horas eternas la luz del túnel dio vista a una posible salida, sin embargo muchas personas no consiguieron la meta final, era considerable la cantidad de gente que no alcanzó su objetivo. Poco a poco se detenían, sin ánimos de querer proseguir y daban media vuelta. La desesperación de varios por regresar al saber su destino final era estresante. Al concluir tan misterioso pasaje los restantes gritaron jubilosos de alcanzar el final.

El lugar era espléndidamente maravilloso, un enorme lago de agua tan limpia y pura, el pasto mas verde e intenso que dejaba como un color pálido a la tonalidad mas fuerte conocida. Un hermoso paisaje, el edén era lo más hermoso que podría existir y nadie conseguiría imaginar o intentar describir su belleza. Todos miraban a su alrededor asombrados, pero una voz dulce los llamó a prestar su atención a las palabras que venia a comunicarles.

La pequeña niña volteó su vista y ahí estaba sentada en un banco de madera, bajo la sombra de un enorme árbol de cerezo, cuyos brotes de flor se encontraban a un paso de manifestar su exuberante belleza, guiados por el manto de primavera que ya se hacía evidente en el lugar. El aire fresco que casi imperceptiblemente comenzaba a impregnarse de calidez, acariciaba su rostro amable y mecía apacible su cabello dorado.
-Buenos días humanos de la Tierra… ustedes que han conseguido llegar hasta este lugar deben entender y acatar mis palabras al instante.- Las personas comenzaron a mirarse unos a otros, intentado procesar lo dicho, algunos mas quedaron absortos ante las palabras de la belleza que tenían frente a ellos.- No crean que por estar aquí han conseguido la vida eterna… antes deben de enterarse de las reglas con que ustedes habitan en esta utopia celestial, deben agradecer lo considerado que es Dios con ustedes.

-¿Qué es lo que sucede?- Preguntó la niña aterrorizada de las palabras, aun quería seguir negando lo evidente…

- Ustedes han muerto y se encuentran el jardín del Edén… tu pequeña niña te sigues resistiendo a la verdad- Ella expresó el pánico en su rostro pero el ángel le sonrió afectuosamente - siempre es lo mismo contigo…

-¿A que se refiere con lo mismo?- Contestó con inocencia después de tranquilizarse ante la cariñosa expresión.

-Cada vez que llegas a este lugar eres muy joven, tantas veces has venido aquí que ya deberías poder crecer un poco mas.- Respondió con sonrisa angelical- Síganme hasta la fuente de la vida eterna.-El hermoso ángel de figura femenina desplegó sus alas del mismo color de su cabello y emprendió marcha hacia el norte seguida de la mermada multitud.

En cuestión de minutos llegaron a lo que parecía ser una pequeña ciudad, que era en realidad mas bien extraña. Hermosas casas hechas de un extraño material blanco, algunas pequeñas de paja, otras más de piedra y barro, todas muy elegantes y con una construcción sólida. Ni siquiera diez personas a la vez lograban derrumbar por lo menos las construcciones de paja.
-Este es el lugar donde habitaran ustedes… pero antes les recordaré las reglas puesto que las deben haber olvidado.

-¿Las olvidamos?- Preguntó una señora de apariencia rechoncha.

-¿Ya hemos estado aquí?-refutó otro hombre de mayor edad y cabello canoso.

-Así es… los humanos que habitan en la tierra al morir llegan aquí… bueno… solo los que no han cometido ningún pecado tan grave como para pagar una condena que los hará sufrir en la espera del día del juicio final.- Sonrió sin lograr ocultar algo de malicia ante la mirada atónita de los presentes, después le extendió la mano a la pequeña, ella tomó con una sonrisa dulce la mano ofrecida y fue elevada hasta quedar en brazos del ángel. De alguna manera le daba toda la paz que necesitaba en ese instante.- Ahora deben conocer las reglas…

°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*

En la extraña utopia la mañana llegaba a despertar a los habitantes, el sol era calido y tibio al igual que la alegría y amabilidad de toda la gente. Una hermosa cabaña justamente frente a la fuente de eterna vida era el hogar de la pequeña niña que años atrás fue cargada y bendecida precisamente por el ángel guardián del Edén. Ahora tenia 18 años y era completamente una mujer, sus manos eran mas delicadas, su cintura tan diminuta y su cuerpo era esbelto y curvilíneo. Los rayos se colaron por la ventana y pegaron directo en su rostro. Removió las sabanas que cubrían el contorno de su cuerpo y se levantó de su cómoda cama aproximándose al ropero, se vistió con rapidez inusitada y decidió saludar a sus agradables vecinos. Caminó hasta llegar a la puerta y giró la perilla, la primera persona que vio fue su vecina Kaede, una mujer de edad mayor que cuido de ella los primeros años de su estadía.
-Buenos días pequeña Kikyou- Saludó amablemente la señora.

-Buenos días señora Kaede, ¿sabe donde esta él?- Exclamó con curiosidad y ansiosa por una respuesta se arrimó hasta donde se encontraba la mujer barriendo con calma.- Quiero saludarlo…

-Creo que el ya partió… de verdad lo siento niña, sé que lo estimas mucho pero el es uno de los privilegiados que tienen la voluntad de Dios.

-Si, lo sé.-Agregó con amargura- Quisiera tener el mismo privilegio que él… se ha vuelto mi mejor amigo desde que recordé todo mi pasado, y…

-Kikyou, sabes que eso es imposible, no deberías tratar de convencer a la guardiana del Edén que rompa las reglas.- Extendió su mano y la apoyo en el hombro de la joven- siempre has sido un alma fuerte y valiente… pero no puedes intervenir en los mandatos del Ser Supremo…

-Kaede, eso ya lo entendí, me tomó mucho tiempo pero al fin lo he comprendido.-Se llevó una mano al corazón y apretó con fuerza los ropajes que cubrían la zona.- Pero no puedo evitar preocuparme por mi familia.

La pelinegra se acercó a la fuente de aguas cristalinas que estaba frente a ella, en una de sus orillas se sentó a descansar y meditar todos sus pensamientos. Emociones encontradas, preocupaciones por su familia, a pesar de vivir en una utopia no había forma de desvanecer los sentimientos humanos… dichosos aquellos que habían sido iluminados aquel día de su llegada, por fin conseguirían la luz que tanto ansiaban las almas en pena…
-Primera regla- Comenzó a recitar en voz alta al recordar el día de su advenimiento- Beberán de esta agua y ella decidirán cuanto permanecerán antes de renacer… Los iluminados por esta fuente vendrán conmigo al templo del libro de los recuerdos.

-Segunda regla- Le contestó Kaede- Ustedes que permanecerán aquí solo recordaran la vida de la cual proceden… Podrán ver reflejado en esta agua a sus familiares en la Tierra si así lo desean…

-…pero no podrán interferir…- Kikyou ejecutó una mueca de desagrado y dirigió su vista a la mujer que la miraba con infinita compasión y bondad.- Esa regla me la he repetido hasta el cansancio… pero no quiero comprenderla.

-No puedes interferir en la vida de aquellos que aún tienen un cuerpo material.-Exhaló e inhaló tratando de buscar calmarse, esa jovencita era demasiado terca y fácilmente podría gritarle en su cara lo absurdas que eran todas esa reglas.- Eres algo espiritual ahora y hasta que renazcas… pero cuando el momento llegue nada de lo que ocurrió tendrá cabida en tus memorias.

-Si… es lo que no puedo permitir, olvidar toda mi vida e irme abandonando mis padres a su suerte… se que puedo parecer indiferente y hasta frívola… pero es la única manera que tengo de evitar aflorar mis emociones.

-Kikyou…-Una voz a sus espaldas resonó, la pelinegra reconoció inmediatamente el timbre de voz tan dulce y candoroso.- Tengo un mensaje para ti…- La joven se lanzó inmediatamente a sus brazos y lo abrazó eufóricamente.

-Creí que te habías marchado a la Tierra…

-No creerás convencerme de llevarte conmigo... sabes que esta prohibido.- Ella se separó abruptamente y le dio la espalda, su frivolidad salió a relucir.- Nuestro señor quiere hablar contigo, es algo muy importante.

-No quiero que vuelvas a hablarme… no me importa que seas el guardián del Edén…

-No es momento de berrinches y haz lo que se te ordenó, puedes discutir todo lo que quieras conmigo pero los mandatos de Dios no son cuestionables… ¿acaso te atreverás a negarlos?- Aseveró el ángel de cabello dorado, sus ojos dorados destellaron un regocijo maléfico, algo muy extraño en el guardián del Edén, pero con solo ver el espanto en la cara de la joven adoptó inmediatamente su actitud firme y pacifica.

-Esta bien, accedo por única vez Victoria… vamos de una vez.- Sin esperar mas órdenes cerró sus ojos y fue inmediatamente llevada a un lugar misterioso. Estaba por encima de las nubes enfrente de un trono enorme donde una figura masculina existía sentada con toda su magnificencia y esplendor delante de sus ojos marrones perdidos en la sorpresa. Debido a lo alto del recinto era imposible ver su rostro- Mi señor…-Recuperó su cordura recordando donde quedaba e hizo una reverencia.- Usted me ha llamado y quisiera saber el por qué de permitirme el gran honor de estar ante su prodigiosa presencia…

-Eres una de las jóvenes habitantes de la utopia creada específicamente para mis hijos… pero necesito enterarte de algo y a su vez que me des mas detalles que necesito.- Habló con voz firme y autoritaria que resonó en todo el espacio.- En la ultima vida que has tenido tu muerte fue provocada por un incendio.- Ella asintió ante su declaración.

-Eso es exacto mi Señor, yo fallecí a la edad de seis años en un incendio de la cabaña donde habitaban mis padres.

-Hace poco nos enteramos de un grave error que hubo por parte de los Ángeles encargados del libro de la vida… fue un error fatal… La hora de tu muerte fue adelantada varios años, debido a un error de dichos guardianes…

-¿Quiere decir que…? –Escondió las manos entre su rostro tratando de reprimir la rabia y furia que se apoderaban de ella poco a poco.

-Tu vida terminó antes de tiempo…- Inquirió él, algo preocupado de la reacción de la joven.

-Pero… eso… lo pueden arreglar ¿no es así?- Respondió en un susurro, como si fuera para si misma tratando de tranquilizarse ante la revelación.- ¿Verdad? ¿Verdad?- preguntó frenéticamente mientras las lágrimas resbalaban por su rostro.

-Los culpables han sido destituidos de sus cargos…

-Pero eso no arregla nada.

-Es por ello que te mande llamar… ese error tan grave debe ser repuesto inmediatamente…

-¿Y es ahora cuando lo intenta?- Respondió con sarcasmo- No intento ser blasfema contra usted pero no entiendo como algo así puede suceder… y hasta después de todos estos años es cuando se dan cuenta…

-Ni yo mismo lo entiendo, pero para compensarlo podrás pedir algo a cambio…

-Quiero mi vida de regreso…


N/A: Se qu dije que no tenia tiempo de esxcribir,pero no me pueden culpar,esta historia me rondaba la cabeza hace mucho,ademas que ya tengo tres capitulos escritos desde hace varios meses pero no me anime hasta ahora ¿que les parece?
Y todo apenas inicia...​

 

Re: Pecar como un Ángel

*°*Izayoi no se hace responsable por contagio de dobles personalidades (es por ti anime angels), traumas con la historia y/o con mis firmas extravagantes (va por mi chibi-koohai,, otra vez anime angels y todas las adictas que las lean) No admito reproducciones de las mismas, o de mis historias ya que estas son mías, aunque los personajes no me pertenecen, (al menos los derechos porque el cuerpecito de adonis de Inu ya es mío)
Pero eso esta a punto de cambiar…. Muajajaja.


Muchas gracias a las lectoras (y si hay algún hombre por ahí… eco… eco) que se entretienen con mis escritos, lo hago con fines de lucro, pero nunca me hacen caso… (Entiendan, ocupo el dinero) Y siguen leyendo gratis… de una vez les digo a las que pensaron “ah, si Izayoi no se hace responsable, Yuuko sí” les aclaro de una vez que no lo sé porque Yuuko se fue a festejar el inicio de la primavera desde el fin de semana pasado y mi cumple, con dos meses y medio de anticipo.

Lamento de verdad mi demora, prometo que no sucederá mas (por los próximos capítulos, uno nunca sabe que vendrá después… por ejemplo, unas vacaciones por el caribe con Inuyasha, Ranma, Rinne, Sesshoumaru y todos los galanes del anime… eso en caso de que funcione nuestro plan de secuestrar a todos los galanes del anime) ¡¡Vuelve Yuuko, hacer el comentario inicial sin ti no es igual!! ¡¡Te prometo que no vuelvo a tratar de acuchillarte con una cuchara!! ¡¡Ni con la banana!! *°*​

​

Quiero informarles que este fic es muy importante la participación de Kikyou, pero es InuxKagxKikxSessho (pocos ¿no creen?) Pero como la que nos lleva a todo esto es Kikyou por ello les dije que estaba basado en sus acciones. Publicare continuación cada lunes, así que atentas...

Gracias por su apoyo a la primera chica que posteo, pero por desgracia no sè su nick y no quiero cometer un enorme error al escribirlo mal, muchas gracias tambien a mi koohai windimiko, anime angels, kagometaisho, InuuxLuLii y amoreinu.
​

Capitulo 2 "De vuelta al infierno"


La poderosa voz resonò en el eminente lugar de procedencia retumbando el eco en cad una de las nubes que rodeaban.
-Para compensarlo podrás pedir algo a cambio…

-Quiero mi vida de regreso…- Interrumpió la pelinegra abruptamente.- Quiero regresar y cuidar de mi familia en la Tierra, después de todo tengo el derecho de…

-Es imposible…-Esta vez ella fue la interrumpida.- Puedo ser el creador de todo pero hay reglas a las que no puedo faltar, tu existencia fue eliminada y no hay forma de cambiar eso… para todos has muerto.

-¡No puede ser!- Profirió rompiendo en llanto ante la revelación, por culpa de un error de ellos había terminado su existencia antes de lo debido y hora tan solo intentaban compensarlo de una manera estúpida… si tan solo expresara todas las palabras que tenia atoradas en su garganta ganaría inmediatamente la condena de los pecadores que vagan en la Tierra.- Necesito regresar… mi padre y mi madre han quedado solos, los he mirado a través de la fuente y vi sus sufrimientos, ellos ya son mayores y no tienen forma de sobrevivir estando solos.

-Lo siento de verdad, pero reglas son reglas… no puedo romper algo que yo mismo he impuesto- Ella se exaltó y lanzó una mirada penetrante.

-No es justo en ningún sentido, si ustedes son los que cometieron el error… ¿Por qué yo he de sufrir las consecuencias?

-Tu cuerpo material fue eliminado, y para darte otro tendrías que volver a nacer… pero haciendo eso olvidaras tu vida anterior.

-Quiero un trato…

-¿Es que no lo entiendes? Tu existencia ha sido eliminada, tu cuerpo fue encontrado quemado totalmente en tu casa.

-Quiero que por lo menos…- Kikyou elevó su rostro y las lágrimas cesaron, el caos en su mente la dejó turbada pero en medio de la desconcierto y la confusión una idea brillante, a su juicio, lleno los espacios de sus pensamientos.- Permítame mi señor regresar a la Tierra a ayudar a mis padres, hasta que pueda garantizarme a mi misma que ellos no estarán desamparados…

-No lo sé jovencita, es algo muy importante lo que me pides.

-Por favor señor omnipotente, usted puede hacer todo realidad, es usted quien creó el cielo, la tierra y los mares. ¿Acaso no deben compensarme por el error?- Suplicó la joven con un rostro afable y sus ojos con un destello de esperanza, si su única oportunidad era rechazada seria el fin de su propósito.

-Por este error que jamás había sucedido a lo largo de los miles de años de la humanidad… y solo por esa razón… te lo concedo.

-¿En serio?- La actitud cambió drásticamente, su manera vacía llegó nuevamente a dar control a su carácter, no podía permitirse ser de esa manera tan libre y alegre ahora que tenia una nueva oportunidad.- Esta es la ocasión perfecta para llevar a cabo mis planes…

-Espera niña, te lo he concedido pero será bajo ciertas condiciones.- Ella lo miró serenamente con su típica firmeza en la mirada.- No puedo hacerte volver bajo tu forma original…

-¿Eso que significa señor Dios?- Preguntó con calma impasible y una nueva actitud, la misma con la que había convivido desde niña. Esa actitud que siempre la hizo distinguirse de las demás.

-Tendrás un cuerpo hecho de barro y huesos, pero será muy similar al que poseen los seres vivientes.- Ella lo miró sin expresión alguna, Él solo se dedicó a proseguir sus palabras.- El tiempo limite de tu estadía será de un año, pero también puede ocurrir que yo no considere necesaria tu presencia en el lugar y te haga regresar.

-Entiendo mi señor, acepto y acato todas sus normas con el firme propósito de obedecer su voluntad.- Realizó una reverencia y se dispuso a marchar del lugar.

-Espera mujer…- La detuvo la imponente voz.- Aún hay cosas que necesitas saber… aquel ángel del que te has hecho amiga te dará la información que falta para tu partida.

-Victoria… le aseguro que escucharé sus palabras.- Hizo otra reverencia y se marchó de la misma forma en que llegó.


No necesitó tomar las cosas de su habitación, de todas formas llegando a la Tierra serian inutilizables al no ser hechos de material real. Después de despedirse de todos y escuchar las reglas que le dictaba Victoria caminó de vuelta a aquel túnel que una vez atravesara hace diez años. Un camino que estaba repleto de personas todo el tiempo con el pasar de los años se volvía mas asolado el final, la maldad se había incrementado y cada vez la cantidad de gente que atravesaba el túnel era menor, la mayoría quedaban atrapados o estaban dispuestos a regresar.

La caminata terminó y el paisaje de un mundo compuesto por materia se hizo presente. Había llegado en una estación demasiado extravagante, el gélido y glacial aire del invierno calaba hasta los huesos aún con el sol pegando en pleno rostro. Sus cabellos negros se mecían con el viento y se cubrían de la espesa nieve que caía sobre su cuerpo. Un halo de luz la iluminó para brindarle el nuevo cuerpo material que necesitaría en la Tierra.


Irónicamente el pequeño pueblo del que procedía era exactamente la replica de aquella pequeña utopia, claro que mas de acuerdo a la época. Las casas de piedra eran muy antiguas… a pesar de ser una época muy moderna este pequeño pueblo olvidado de la mano del hombre, pero nunca de Dios, luchaba por subsistir a pesar de no contar con el beneficio de la tecnología creada por el hombre. Por fin estaba en su pequeño pueblo natal, al norte de Suecia.

La fuente seguía en el mismo sitio, pero su agua era totalmente impura y en completo estado de solidificación. Una luz tenue se reflejo en el hielo y dio paso un leve sentimiento de buscar calidez. Giró su cabeza hasta dar con ella y encontró como responsable a una ventana que habían abierto para ventilar un poco el incesante humo que provenía del lugar. Era una posada donde los viajeros conseguían un trato similar al de un hogar, un sitio lleno de calidez y bondad por parte de la amable pareja que atendía la posada.
-La posada de mi familia… mis padres… tengo que ir a verlos.- La inquietud de la chica se reflejo en sus ojos de color achocolatado, ahora tan oscuros como la densa niebla, enigmáticos y encerrando un profundo misterio. Su cabello ondulado y negro como le manto de la noche se balanceaba al compás de su paso lento, pero una duda le asaltó a la joven.- Tengo que verme… tengo que verme…

Avanzó hasta la ventana que reflejaba y contemplo su nueva imagen frente al espejo. Su cabello era ahora más corto llegando hasta la mitad de su espalda a diferencia de antes cuando el largo era hasta la cintura, traviesos rizos rebeldes negros como la noche adornaban su belleza en vez del lacio cabello que con tanto afán cuidaba. Sus ojos antes marrones tenían un matiz oscuro y su cuerpo delgado y alto era ahora uno esbelto envuelto en menudencia, su estatura era menor y sus labios eran de un rosa pálido. Su piel nívea seguía intacta, pero a causa del frío estaba reseca y empalidecida.

La sorpresa figuró en sus ojos oscuros pero de inmediato recobró la compostura, sabia bien que no tendría la misma apariencia pero la belleza de esta nueva le asombraba, no era por el físico sino que algo en su ser le decía que algo más ocultaban esos ojos. Escuchó un ruido que la saco de su asombro y giró la vista para toparse de frente con una pareja mayor que la miraba desconcertados.
-¿Quién es usted señorita?- Preguntó el señor.-Se ve muy enferma.

-Debería pasar adentro, aquí afuera hace mucho frío.-Ofreció la mujer, Kikyou sonrió y se pregunto el por qué de tanta amabilidad hacia una extraña, ahora recordaba como eran sus queridos padres.- ¿Cuál es su nombre?

-Me llamo…- Por un momento dudó en decirlo, se sintió culpable por engañar a sus propios padres pero era por su propio bienestar. Un mareo le sobrevino y colocó la mano sobre su cabeza a modo de ejercer presión. - Mi nombre es Kagome…- El dolor regresó y no tolero mas las condiciones del clima, ahí quedo ella, tendida sobre la nieve causando la profunda compasión y preocupación de la pareja que decidió adentrarla en su humilde hogar.


Esperen la continuacion el lunes...

 

Re: Pecar como un Ángel

¡Nihao!
Perdón por la tardanza, (se la paso llorando porque perdió el derecho a presentar el examen de Ética) ¡¡no fue mi maldita culpa que el maestro haya perdido mi trabajo!! ¡Te necesito Jigoku Shoujo! *De pronto es transportada a un extraño paisaje frente a un cerezo situado en un campo de eterno atardecer color sangre. Una chica vestida de colegiala se le aparece y le entrega el muñeco de paja recitando su verso: “Tómalo, si de verdad deseas acabar con tu enemigo has de tirar de esa cuerda roja, al hacerlo habrás firmado oficialmente un pacto conmigo. Sin embargo, cuando se condena a una persona dos tumbas se cavan, tu alma también caerá en el abismo infernal, claro, después de que mueras” Acto seguido desaparece y se encuentra Izayoi llorando* (¿¡y tú porque lloras!? ¿Te dio miedo?) No… *se limpia las lagrimas* ¡¡¡es que solo puedo mandar a una persona al infierno por mi vida!!! (Xd) Mejor lean el capitulo….

Muchas gracias a kagometaisho, kztrov, y aomelovecita por sus post... tambien a mi koohai en mencion honorifica porque ellafue quien me animo desde que inicie a escribir ¡¡te quiero windmiko!!!





Capitulo 3: “La joven de la daga”


La posada era algo pequeña y de detallada pobreza, los muebles estaban por expirar y los sillones estaban totalmente derruidos, solamente sostenidos por las piedras colocadas debajo de ellos. La tenue luz, producto de la escasez de energía eléctrica en el pueblo. Sobre una de los sillones roídos y desechos fue colocada la joven de cabellos rizados, tan solo cubierta por una cobija mas o menos gruesa y lleno de polvo, la única que se encontraba la alcance de los pobres dueños del lugar que vigilaban con desespero la situación de la joven. En su interior algo les advertía que no podían marcharse de ahí hasta verla mejorar, había un sentimiento mas profundo que ellos no alcanzaban a reconocer. -¿Dónde estoy?- Preguntó la joven despertando de su letargo. Frente a ella los rostros ansiosos y alegres de los ancianos le cautivaron y provocaron en ella una dulce sonrisa.- ¿Ustedes me ayudaron?

-Si señorita.- Respondió el anciano.- Usted ha estado en una condición muy delicada por horas…

-Así que hemos velado por usted…- Completó su esposa.- Lamentamos las condiciones en las que recibimos a nuestra huésped, pero la situación económica últimamente no ha sido muy buena.

-Mi esposa y yo hemos tratado de mejorar este lugar como nos es posible, pero a este pequeño pueblo no llegan demasiados viajeros… como vera, usted es la única en esta posada.- Dedicó una mirada viajera al cuarto y volvió a admirar a la joven. Esa extraña sensación de conocerla ya le obligó a examinarla minuciosamente, sus ojos castaños llenos de melancolía le recordaban a alguien muy cercano, sus cabellos rulos eran sedosos y negros como la oscuridad, las tinieblas… era como ver el destino de este pueblo reflejarse en ellos.

-Lamento los inconvenientes… pero no tengo dinero para hospedarme…- Rápidamente retiró el cobertor que la abrigaba y colocó sus pies descalzos sobre el gélido suelo, pero una punzada de dolor sobre su estomago le obligó a regresar a su posición original.- Muchas gracias por todo… pero no puedo pagar.

-No se preocupe señorita.- Inquirió asustada la señora.- No tenemos un corazón tan negro como para permitir que se vaya de esa manera.- Sonrió relajando su rostro.- Usted no esta bien de salud… no le dejaremos ir.

-En verdad, no sé como…- Unas lágrimas de felicidad resbalaron por su mejilla. Sus padres seguían siendo las maravillosas personas que ella recordaba. Sus actos tan sinceros le conmovían hasta el alma y el deseo ferviente de decirles quien era le descontroló. Se abalanzó contra ellos y los abrazó de una manera esporádica, pero pronto recordó su compostura y les miró avergonzada.- Perdón, de verdad lo lamento… es que yo… yo perdí a mis padres cuando era muy pequeña, y…

-No tienes porque disculparte pequeña, nosotros vivimos solos desde hace muchos años… vivíamos muy felices, cuando teníamos a nuestra hija.- La angustia se apoderó de ellos y expresaron una mueca amarga, pero estaban frente a una criatura que no querían preocupar, así que simplemente decidieron olvidar sus penas, o al menos por un rato.- En realidad…- Un pensamiento le pasó por la mente, era por eso que la veían con tanto cariño… esa era la razón.- Tu tienes mucho parecido con nuestra hija Kikyou, bueno si ella hubiera llegado a crecer al menos hasta tú edad.

-Si, es verdad.- Recordó tristemente su muerte.- Es muy doloroso perder un hijo ¿no?- Expresó con un dejo de amargura.

-Igual que perder a tus padres.- Alegó tratando de sacarla de sus melancolías.- Pero creo que tú podrías ser como nuestra hija…- La declaración sorprendió a la joven que intrigada esperó a que terminara con sus palabras.- ¿Te gustaría quedarte con nosotros?

-Podrías ayudarnos a atender y mantener este pequeño lugar… si deseas esa conseguiría ser tu forma de pago.

-¿En verdad puedo?- Preguntó incrédula la pelinegra.- Me encantará serles de ayuda, les debo mucho por haber acogido en su casa, aún a sabiendas de que no podría costear mi estadía.


Una expresión de ternura nació en el pálido rostro de la joven, del corazón le nació brindarles un calido abrazo de agradecimiento. Ellos correspondieron dichosos, sintiendo como una herida que tenían en el alma fuera sanada, la de perder al único ser que les quedaba en la vida, su hija. Las horas avanzaron y todos fueron a dormir, a la nueva hija de los dueños le fue mostrada su nueva habitación, no era muy enorme ni lujosa pero aún así se sentía satisfecha de estar junto a ellos.

La noche progresaba tranquila, el clima empezó a helar aún más y el frío despertó a la joven pelinegra que decidió bajar a la cocina por un vaso de agua. – Son los mismos de siempre…- Decía una dulce joven que descendía por las escaleras con los pies desnudos tocando la impasible madera.-… ellos siempre fueron tan amables…- De pronto unos extraños ruidos se escucharon del fondo de la cocina, en dirección a la puerta trasera de la posada.- ¿¡Quien es!?- Interrogó alarmada ante la posibilidad de un ladrón entrando a su casa.

-No puede decirte…- Reveló una voz infantil.- Ella no puede decírtelo pero tú si… ¿Quién eres? ¿Por qué nunca te había visto?- La voz del pequeño sonó insolente y agresiva, progresivos ruidos avanzaron en dirección a ella y entre las sombras divisó a un pequeño niño de corta estatura, sus ojos eran verdes y su cabello entre anaranjado y rojizo, no aparentaba mas de ocho años…-¿Cómo te llamas?

-Eso es lo que deberías decirme tú… ¿Qué haces entrando en casas ajenas?- Contestó con su característica frialdad, su indiferencia y el tono de amenaza le asustaron al pequeño que retrocedió unos pasos. Hasta entonces no se había percatado de que estaba frente a ella otra silueta delgada que tomó al niño entre brazos y salió huyendo con él de inmediato.- ¡Oye! ¡Esperen!- Gritó Kikyou saliendo desesperadamente detrás de ellos, intentando darles alcance sin conseguirlo.


Divagó por las calles con pies privados de cobijo alguno y las ropas hechas trazas, tal y como llegó a la posada de sus padres. Por desgracia caminó sin darse cuenta de sus pasos, y el camino por el cuál ando quedo perdido entre la inmensa caída de nieve en la noche. Buscó un camino para regresar pero le fue imposible, estaba perdida. De pronto unos pasos a su alrededor la alertaron, ¿Quién andaría en la calle a estas horas? Giró la mirada buscando al causante y encontró a aquel niño que intentó seguir. Lo vio correr hacia un callejón, seguido de dos personas más.
-Tengo que alcanzarlo, necesito saber por qué estaba en la posada.- Caminó entre la nieve que ya laceraba sus pies pero continuó, llegó al callejón y le vio esconderse detrás de un bote de basura.-Niño, sal por favor… no te haré daño.

-Señorita… ¿Cómo me encontró?- Refutó con inocencia el pelirrojo.- ¿Usted como se llama?

-Mi nombre es…-Pensó antes de hablar, no sabía si presentarse con su verdadero nombre o no.- Mi nombre es Kagome.-Se decidió por el segundo, tal vez si conocía a su familia podría decirles que se llamaba Kikyou y entonces afectaría sus planes.-¿Cómo te llamas pequeño?

-No soy pequeño y me llamo Shippou… señorita Kagome… ¿vio a donde fue ella?- Indagó el pequeño niño.- Necesito saber a donde fue…

-Nosotros también necesitamos encontrarla…- La voz masculina resonó por el lugar y aterró al niño que se colocó detrás de la joven tratando de buscar defensa.-¿Serias tan amable de decirnos a donde se fue esa ladrona, jovencita?- Le dedicó una mirada lasciva y confrontó al pelirrojo.- ¡¿A dónde fue esa rata pequeño zorrillo!?

-¡Es zorrito no zorrillo!- Se aventuró a quejarse, pero fue intimidado por ambos hombres que lo miraban con burla.- No…no lo sé….

-¿Quiénes son ustedes?-Lanzó desafiante la pelinegra.- ¿Cómo se atreven a tratar a un niño de esta manera…

-Y según usted…- Avanzó lentamente hasta ella.- ¿Cómo debo tratar a un escuincle ratero como este?


Se acercó a paso lento, ambos retrocedieron unos pasos pero estaban acorralados contra el callejón sin salida, los hombres reían a carcajadas y murmuraban cosas sobre lastimar al chico para vengarse de ella, tanbien susurraban sobre “divertirse” con la chica. Ambos eran presa del pánico, en cualquier instante serían tomados con violencia por los asquerosos hombres, no había salida, parecía el fin…

Pero una extraña sombra se posó delante de ellos amenazadora, vestía ropas grandes que distorsionaban su figura, el cabello estaba escondido por una enorme bufanda descolorida y deshilada. Su cabello cubierto por nieve y tierra impedía ver su verdadero tono, no le vieron el rostro, ni siquiera le vieron aparecer, solo sabían que estaba frente a ellos defendiéndolos con una daga en mano con la mayor devoción del mundo.- ¡Déjennos ir!- Gritaba el pequeño niño radiante.- ¡O se las verán con ella!

-Eres tú maldita rata callejera…- Intentaron avanzar pero en un movimiento rápido la joven le hizo un corte en la mejilla poco profundo al mas próximo. Se sintieron intimidados y salieron huyendo.- ¡¡Nos las pagaras muy pronto maldita hija del demonio!!

-¿Quién eres tú?- Preguntó Kikyou asombrada, ella giró su rostro y la vio directo a los ojos chocolates con una profunda sonrisa, su gran compasión y alegría en la mirada le desconcertaron y un extraño sentimiento de felicidad nació en corazón, dejando salir una sincera sonrisa. La miró tiernamente a los ojos y descubrió el extraño color rojizo que estos emanaban.- ¿Cómo te llamas?

-Ella no puede decírselo…- Reveló el pequeño.- Desde que la conozco no ha dicho ni una sola palabra… creo que es muda…

-Pero… ¿nunca ha hablado? ¿Cuál es su nombre?

-Bueno, en muy raras ocasiones menciona una palabra, ella me comprende muy bien pero no puede decir nada más que si, no y extraña vez su nombre…

-Kari…- Mencionó la chica ante el asombro de su joven acompañante que la miraba incrédulo.- Kari…


N/a: ¡Nihao! Gomene por la tardanza, (yo creo que hay un maleficio sobre ustedes, o tal vez sobre nosotras… cada vez que queremos escribir algo… ¡¡cierran la maldita biblioteca de la prepa!!) Calma, calma Yuuko, a mi también me pone molesta, pero luego te da algo y sale peor. ¿Qué les parece mi capitulo? (Dirás el mío) Claaaro, como digas… han aparecido mas personajes de la historia, pero ¿Quién es esa Kari? ¿Por qué esta en la historia? (A pues yo sé, veras ella es… *Izayoi arremete contra ella y le pone cinta adhesiva en la boca*) ¡Cállate! ¿Acaso quieres que se enteren antes? (mmm… grrr… amosjslk…) No te entiendo nada… n.n… creo que esta es una buena manera de controlarte (yoggmm romdfpo) Jajaja, me encanta verte así. Bien chicas, estén al pendiente de esta historia porque hay una interesante situación con esta jovencita… ¡sayonara! (Quitejjjmm esmmtyo)


Nota: LES deje una imagen-dibujo de Victoria,el angel guardian del Eden.

 

Re: Pecar como un Ángel

Perdonen la tardanza de una semana, pero tuve unos pequeños inconvenientes con la escuela (Traducción: El director le mandó hablar por sospechosa de conspiración de la fuga masiva de todo el cuarto semestre) La verdad no entiendo como se enteró del plan al menos nos fugamos por cuatro días jajaja pobre desque no obedecía órdenes. (¿No lo entiendes o no quieres entender? Todos se fueron por cuatro días y después los de los demás semestres los quisieron imitar y ahí se armó la gresca, mas les vale no delatarme o sufrirán las consecuencias. (Yo me encargo de ello) Muchas gracias a mis amigas que postearon, mi querida koohai windmiko, la perdida y encontrada de ahomexInu, mi amiga de one shorts kagometaisho y mi linda amante de la pareja KikyouxSessho mailedriussi que siempre le borran post. Tambien agardezco a todas las demas lectoras que solo leen o que les borran post. A continuacion el esperado capitulo.


Capitulo 4: "Tu verdadero nombre"

La joven frente a ella era en verdad de una naturaleza de gran extrañeza, primero escuchó cuando le dijeron que era muda, pero ahora decía su nombre ¿Por qué lo haría? Se suponía que solo ante las personas de gran confianza era capaz de pronunciar palabra. Se dedicó a observarla con más detenimiento, cada detalle, cada movimiento, cada facción que le delatara algo sobre esta chica. Gracias a la niña habían quedado a salvo de esos bandidos pero aún así no sentía confianza, seguramente ella fue quien irrumpió en su casa robando comida de la alacena pobre de sus padres que apenas lograban sobrevivir.- Kari…- Repitió la joven quien fue tomada de la mano por el pequeño Shippou.

-Vámonos ya, aquí sigues en peligro… señorita, le recomiendo que vuelva a su hogar.- Kikyou solo asintió con la cabeza y les vio marchar lejos del callejón en dirección hacia el antiguo cerezo milenario. Un árbol que se dice fue otorgado en regalo por parte de Japón después de la guerra y que les fue regalado al pequeño poblado hace más de quinientos años… un hermoso cerezo japonés que de pequeña siempre solía visitar. Caminó de regreso a su hogar siguiendo el consejo del pequeño “zorro” lindo pero indicado apodo para un pequeño niño de la calle si es que se dedicaba robar casas.

Al entrar a la posada se encontró con que sus padres estaban despiertos con una pequeña vela prendida, tal vez en su espera. Suspiró y se resigno a ser reprendida, nunca debió salir de esa manera y menos sin avisarles. Cuando la vieron ambos mayores fueron corriendo a abrazarla con efusividad, sin saber el por qué de tal reacción, en el fondo sentían el cariño de padres hacía su hija que creyeron perdida varios años atrás.-Kagome… no debiste salir con este frío.-Instó la señora y le entregó una manta para cubrirse.

-Seguramente fuiste detrás de Kari… ¿cierto?- Preguntó el señor recostándose en el sillón destartalado de la sala.- Debimos hablarte de ella.

-Si, salí persiguiéndola, creí que era un ladrón… y al parecer no me equivoqué.- Se sentó a un lado acomodándose sin mayor recató, en cuestión de instantes había adquirido tal confianza con sus padres, olvidando que debía aparentar ser una extraña.- También la acompañaba un niño llamado Shippou.

-Ellos no son malos hija, lo que sucede es que no tiene que comer…-Comentó dulcemente la señora.- Veras mi niña, ellos viven en la calle y no tienen de que mantenerse, así que a veces vienen aquí por la noche a tomar comida.

-Pero eso no los justifica… siguen siendo ladrones.-Reclamó Kikyou.- Sé que han tenido una vida muy dura, pero deberían buscar una forma mas adecuada de vivir.

-Es verdad, pero hay algo que tú no sabes.- Exclamó el hombre recostándose aún, tratando de lograr una posición mas cómoda que la actual.- Ella no nos ha robado nada…

-¡Pero yo la vi!- Inquirió la pelinegra.- Estuve ahí cuando tomo cosas de la alacena y se marchó rápidamente.

-Si, lo hace…- Suspiró, después elevó su mirada y la posó en los orbes chocolates de Kikyou para comenzar con la explicación.- Ella siempre va una mansión que se encuentra las afueras de la ciudad y es cuando comete robos, pero a veces, cuando la seguridad de esa mansión es reforzada y el pequeño se encuentra enfermo ella no se arriesga a entrar y viene aquí.

-Esa niña en realidad no nos roba, pues cuando consigue entrar de nuevo a esa casa viene y nos entrega una cantidad de dinero mayor a la comida que tomó.

-Varias veces le pedimos que viniera con nosotros pero se niega, en verdad es una mujer con carácter fuerte. Hasta el ofrecimos traer al pequeño pero aún no acepta.

-Yo creo que teme que nos haga daño el dueño de la mansión si esta con nosotros.

-Es por eso que la vi cuando era perseguida por dos hombres, deben ser los guardias de esa mansión.

-Nadie sabe donde vive esa chiquilla.- La mujer llegó de su lugar con una taza de chocolate caliente para su nueva hija quien la aceptó gustosa.- Es por eso que aún no la encuentran, lo que aún no entiendo es porqué siempre es capaz de entrar a esa mansión sin ser capturada…

-Es lo mismo que yo me pregunto…- “¿Quien esa niña que me parece tan familiar?” pensó la pelinegra. Una enorme duda había surgido por Kari, y las palabras del ángel guardián del Edén llegaron a su mente, una posibilidad existía, tal vez ella fuera la persona que debía buscar para hacerse cargo de sus padres. La persona mas indicada para estar junto a ellos, ocupando su lugar, que cruel sonaba eso, pero era la forma más correcta de decirlo, ella tenía que ocupar su lugar.


*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°*°

El sonido de unos caballos tirando de un carruaje fue lo único audible, estaban obligados a detenerse debido a la espesa niebla y el acumulo de nieve. La paciencia no era su fuerte y por fin, después de un largo viaje desde el sur, se había terminado. Los tres hombres que viajaban en el carruaje, único medio de llegar a ese pequeño pueblo olvidado por todos, estaban algo irritados por el pesado viaje que habían emprendido, y ahora mas por el mal clima que les obligó a detenerse momentáneamente.

Un corpulento hombre de cabellos negros trataba de calmar la impaciencia de su amigo que estaba por salir del carruaje para llegar a pie hasta su destino final. Desde su lugar los miraba con arrogancia y elegancia desmedida en un galante traje de marca un hombre de cabellos platinados con cruda indiferencia ante la situación ya común de los berrinches de su hermano menor. El joven de ojos azules, ahora trataba con todas sus fuerzas d contener al de cabellera plateada para que no se levantara de su lugar, sabiendo que con seguridad el albino iría inmediatamente a amenazar al del carruaje o a tratar de sobornarlo como era su costumbre. –Kamogari… te juro que si no me sueltas en este preciso instante, mas que un amigo serás un buen recuerdo de la infancia.- Acotó su amenaza con ironía el albino que lo empujaba, tratando en vano de removerlo de la puerta del vehiculo, pero el joven estaba bien sujeto del hermano mayor que utilizaba como sostén.

-Y yo te juro Taisho que a menos que me demuestres que no planeas huir a pie no me moveré de este lugar.- Se sujetó con mayor firmeza del albino mayor que ahora le miraba con crueldad extrema, se inmutó un poco pero con una expresión de su rostro le pidió ayuda al hermano a cargo.- Sesshoumaru Taisho, deberías ayudarme a hacer entrar en razón a este bestia que intenta huir.

-Kamogari Miroku, deja de meter a mi hermano en estos asuntos que no le incumben, tengo el derecho de bajar a respirar aire puro.

-Tienes el derecho, no lo niego… pero…- Agregó con burla.- ¿Qué aire puro? Afuera está a menos veinte grados y lo único que respirarás será hielo en tus pulmones.- Un intento mas del albino por moverlo pero no lo consiguió, pareció rendirse un instante, el joven Miroku se relajó al creerlo vencido pero al buscar su mirada descubrió un destello especifico que indicaba una idea encontrada. Siguió su mirada dorada hasta donde veía con firmeza y encontró la ventana ampliamente abierta.

Tardó en reaccionar, el albino en cuestión de fracciones de segundo se había tirado por la ventana cayendo en el helado camino. Lo miró con burla y en un instante, gracias a su magnifica velocidad, ya se encontraba fuera del alcance de su amigo de la infancia. La mirada del de ojos azules se entornó hacia el hermano mayor que lo miraba sin mayor preocupación.- ¿Por qué no le detuviste Taisho?-Preguntó con fatiga por el inútil esfuerzo de retenerlo.

-Es mas fácil controlarlo si se vuelve una estatua de hielo.- Respondió el albino sin mayor sorpresa, ante la incredulidad del joven que ahora le veía como el hermano mas indeseable que cualquiera desearía tener.
Mientra tanto el albino menor ya había recorrido una gran parte del camino marcado para llegar al pequeño poblado. No es que quisiera llegar pronto, ni que disfrutara mucho al ir, pero era obligado por su hermano mayor. Según el tenían que ir a visitar a su único familiar, el último que les quedaba en el mundo y que les tenía una enorme sorpresa preparada a su llegada. De alguna manera presentía que era una noticia mala para él, su maldito hermano siempre se las ingeniaba para sacarle de quicio. –Sesshoumaru, no sé que tengas preparado.- Dialogaba entre dientes con el aire siendo expulsado de manera brusca de su cuerpo debido al intenso frío.- Pero ya verás que no conseguirás nada conmigo…

Sin darse cuenta ya había corrido una enorme distancia, miró a su alrededor y apenas se había enterado de su llegada al pequeño poblado que debían visitar ahora tan solo era cuestión de encontrar un buen lugar donde pedir informes de la mansión de su tío e ir a verlo antes que su hermano para después huir a su preciado y lujoso departamento en la ciudad de Italia. Caminó sin dirección hasta un enorme callejón en el cual encontró un cerezo de más de quinientos años de antigüedad. –Hace muchos años que no visitaba este lugar…-Declaró el albino en un susurro.

Se acercó con cautela mirando a todos lados para no ser descubierto, hace varios años que no estaba en ese sitio y no deseaba ser interrumpido. Lentamente caminó entre la espesa nieve de alrededor y se llevó una enorme sorpresa al descubrir a una persona en el lugar. Su rostro era delicado y de facciones hermosas, pero eran opacadas por una mueca de intenso dolor, la observó unos instantes para descubrir la nieve roja que le rodeaba en gran cantidad. Era sangre. La sangre provenía de su estomago en abundante cantidad, la joven tenía una mano sobre la herida tratando de detener la hemorragia, se acercó precipitadamente a ella para auxiliarla. -¿Qué te pasa niña?-Le preguntó susurrando débilmente, producto de la impresión.- ¿Quién te hirió?

-Ella no puede hablar….-Una voz infantil a sus espaldas lo alertó y le hizo girar de pronto para descubrir al emisor.- Ella es una joven muda.

-Pero… ¿Quién le hizo esto?

-No te preocupes por ella, se recuperará con facilidad de la herida.- Le contestó el pequeño con tranquilidad.

-¿De que hablas niño? ¡¿No ves su rostro?!-Se exaltó el albino al ver el desinterés del niño, recordándole a su infancia y la despreocupación de su hermano por él.

-Ella esta purificando su herida para después cerrarla, no creas que no me preocupo por ella… es la primera vez que tarda tanto…- Miró con preocupación a la joven quien le sonrió y el correspondió.- Pero al menos sus ojos han vuelto a la normalidad


La conversación fue interrumpida abruptamente por una luz de color violeta que cegó a ambos presentes, de la herida provenía y sorpresivamente la enorme herida se fue cicatrizando hasta dejar un pequeño rastro que no fue capaz de desvanecer por completo. La joven se puso de pie y dejo impactado al muchacho que la veía de pies a cabeza sin poder creerlo. La piel clara de la joven cubierta entre garras sucias y despedazadas, su cabello ondulado contrastaba con el brillo negro que destellaba al lado de la nieve. Sus ojos de color chocolate fueron lo mas extraordinario que en su vida había visto, iguales a una niña que en el mismo lugar había conocido cuando marchó. Pero eran distintos, tenía un brillo de inocencia y candidez, pero una profunda tristeza los embargaba y ponía en duda la claridad de su mirada. –Yo te conozco…-Declaró el albino sin aliento.- Tu eres Kagome Komori…

N/a: ¿Qué les parece? Kagome si está en esta historia… y salió antes de lo que pensaban. Aun quedan muchas cosas que aclarar, como ¿Por qué es muda? ¿Cuál es la sorpresa de Inuyasha? Nadie se lo imagina y es lo mejor. En realidad ya estoy cansada y no tengo ganas d comentar, así que me marcho agradeciendo sus comentarios. Para las que leen mi otro fic “Amándonos hasta el final de nuestra historia” les diré que he cambiado la fecha de entrega a viernes y ahora será cada semana para avanzarle algo ya que apenas llevo tres capítulos. Aclaro amigas, el dibujo es mío, lo hice hace dos años y veo que ahora sirvió.