~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Dany-Chan, 30 Marzo 2007.

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  1.  
    Ilove_mylove

    Ilove_mylove Guest

    Título:
    ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    64
     
    Palabras:
    22
    Re: ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)

    y se me olvido decirte ¬¬....felicidades por tu segunda pagina!!!!!
     
  2.  
    Ahome_23

    Ahome_23 Guest

    Título:
    ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    64
     
    Palabras:
    115
    Re: ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)

    Hola peque!!
    vaaayaaa viste que rapido llegaste a tu pagina #2 ?
    que curada!! xD
    pues yo solo te posteare de vez en cuando,ya que no me es posible hacerlo tan seguido,espero no te importe,pero sabes que cuentas con mi total apoyo para lo que sea,ademas...jejej yo ya voy mas adelnatasda ya que leo tu fic en el FF jeje asi que ya se que mas sigue :P
    en fin...pues te reitero una vez mas mi apoyo incondicional,ademas de que te sigo alabando por la forma tan maravillosa que escribes,eres super!!
    cuidate peque!
    besitos
    saludos
    ciao
     
  3.  
    Dany-Chan

    Dany-Chan Guest

    Título:
    ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    64
     
    Palabras:
    6176
    Re: ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)

    Hola!!!

    Como prometí que si me llegaban 3 post más antes de la noche publicaba, eso vengo a hacer! XDDD Hay que ser mujer de palabra u.ú

    Me alegra mucho que les haya gustado el cap anterior ^^

    Aquí les va el que sigue!!

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    “Oportunidad de Vivir”
    Capítulo 06: Mentiras

    Ya llevaban aproximadamente dos horas caminando, desde que habían salido de la cueva. Aome sugirió que ambos subieran a los árboles, para ver donde se encontraba el sendero. Inu Yasha accedió, sólo por el hecho de que se encontraban perdidos hace una hora.

    - Tengo hambre—dijo Aome, observando los alrededores desde la cima de un árbol, en busca de algún lugar poblado – Debimos haber aceptado la propuesta de Kouga de desayunar allí con él, Ayame y los niños —Inu Yasha frunció el ceño. No le gustaba que Aome mencionara a ese “tipo”.
    - Si lo hubiésemos hecho, seguramente aún estaríamos despidiéndonos, Aome—contestó él, quien se encontraba en el mismo árbol, a su lado. Aome le había ayudado a subir.
    - Es cierto, pero por lo menos no estaríamos con el estómago vacío. Por qué no se me ocurrió preguntarle a Kouga donde se encontraba el sendero—lanzó un suspiro. Inu Yasha puso cara de enfado.
    - Ya deja de mencionar a Kouga. Lo hecho, hecho está y no se puede remediar –
    - Es cierto—saltó hacia otro árbol, dejando a Inu Yasha solo.
    - ¿Me quieres abandonar acaso?—preguntó.
    - No, sólo estoy buscando el sendero y como no lo vi desde el árbol en el que estábamos, decidí saltar a otro. Eso es todo—miró a su alrededor, pero aún no podía encontrar lo que buscaba – Maldición—exclamó – Me muero de hambre y no hay señales del sendero. Todo esto sucede porque tú decidiste que debíamos irnos por el bosque—le dijo a Inu Yasha, enfadada.
    - Eso ya es pasado, no tienes por qué seguir enojándote conmigo por ello—Aome saltó a otro árbol. No quería seguir escuchando a Inu Yasha - ¡¡Oye!! No me dejes aquí arriba. ¡¡Yo no tengo tus habilidades para andar saltando de árbol en árbol cuando se me antoje!!—gritó él, mas Aome hizo “oídos sordos” a sus palabras.
    - No volveré hasta que se disculpe conmigo. Y no seré yo quien le diga que lo haga—pensó Aome. Pasaron unos minutos y ambos permanecieron en silencio.
    - ¡¡Aome!!—gritó él. Ella no contestó – Disculpa si te hice enojar—dijo, sinceramente arrepentido. Aome sonrió y se acercó sigilosamente al árbol donde se encontraba él.
    - Estás disculpado—sonrió y tomó la cintura de Inu Yasha. Esto lo puso muy nervioso, pues no le gustaba lo que seguía. Aome se lanzó “al vacío” junto con él y aterrizó suavemente en el suelo – Ya encontré el sendero—dijo y lo soltó.
    - Vamonos entonces, que yo también tengo hambre—contestó él, mientras una gota salía de la cabeza de ambos. Ambos fueron hacia donde se encontraba el sendero. Tardaron más o menos 20 minutos en llegar a él.
    - Al fin llegamos—dijo la chica – Ahora deberíamos buscar una aldea para poder comer algo—tocó su abdomen, en el lugar donde se encontraba su estómago.
    - Espero que haya alguna cerca—contestó Inu Yasha, mientras su estomago le exigía comida con un gruñido.
    - Yo también—suspiró. Ambos caminaron por el sendero por varias horas, pero no encontraban aldea alguna ni ningún lugar donde hubiese ríos o lugares donde comer. Ya estaban fatigados y se sentaron a descansar un poco.
    - Ya no puedo más—dijo Aome, cerrando sus ojos. Ya no podía más con el cansancio y el hambre.
    - Quiero comer—dijo Inu Yasha débilmente. Miró hacia un punto alejado del horizonte y se dio cuenta de algo – Aome, mira hacia allá—apuntó hacia el lugar que había visto.
    - ¿Qué...?—Aome se fijó – Estamos salvados—sus ojos mostraron una mirada esperanzada. Inu Yasha había apuntado a un castillo que se veía a lo lejos. Allí podrían pedir alojamiento y algo de comer – Vamos, rápido—dijo, reunió fuerzas, se levantó y tomó su mano, levantándolo.
    - Sí—ambos corrieron en dirección al castillo. Al llegar allí, se dieron cuenta de que había varios soldados custodiando la entrada. Ellos, al ver a esos “extraños” acercándose al castillo, se alarmaron.
    - ¿Quiénes son ustedes?—preguntó un soldado, desconfiado.
    - Somos personas que quieren solicitar algo de alimento, después de un extenuante viaje—dijo Aome, tratando de ser lo más cortés posible. El soldado se fijó en lo hermosa que era la chica y se acercó a sus compañeros – Esta señorita es muy bella. Lo mejor será que se la llevemos a nuestros jefes—les dijo a ellos - Señorita—le dijo a Aome – Acompáñenos, por favor –
    - E... esta bien—contestó ella – Pero... ¿Y mi compañero?—preguntó, refiriéndose a Inu Yasha.
    - También puede venir—dijo otro de los soldados y los condujo a ambos al interior del castillo, junto con otros tres soldados – Espere aquí un momento, señorita. Joven, acompáñeme por favor—le dijo a Inu Yasha. Este accedió.
    - ¿A dónde lo llevan?—preguntó Aome a otro soldado.
    - A un lugar donde pueda descansar apropiadamente—contestó él.
    - ¿Y yo no puedo ir con él?—preguntó, desconfiada. Algo se le hacía muy raro en esa situación y lugar.
    - Usted tiene otra “misión” en este momento –
    - ¿Qué clase de misión?—este lugar cada vez se le hacía menos seguro.
    - Acompáñeme y lo sabrá—dijo otro soldado, llegando a donde se encontraban.
    - Esta bien—contestó. Tenía la seguridad de que si en ese lugar había alguna trampa, sería capaz de defenderse.

    El soldado la condujo a un gran salón que se encontraba en el castillo. Le dijo que esperara un poco fuera de éste y Aome obedeció. Al parecer, les preguntaba a las personas que se encontraban dentro, si la joven podía pasar.
    El soldado abrió la puerta del salón y le dijo que entrara. Ella así lo hizo. Cuando entró, vio que al fondo de este, se encontraban dos jóvenes, de cabello café claro, ojos azules y piel clara. A simple vista se podía ver que ambos eran gemelos. Aome, al darse cuenta que ambos debían ser los terratenientes del lugar, se inclinó ante ellos, por respeto.

    - Puede levantarse, señorita—le dijo uno de ellos. Ambos jóvenes se dieron cuenta de lo bonita que era Aome y quedaron “embelesados” ante su imagen.
    - ¿Disculpe, como se llama?—preguntó el otro gemelo.
    - Me llamo Asakura, Aome Asakura—contestó ella, cortésmente y haciendo una pequeña reverencia.
    - Mi nombre es Akitoki Hojo—dijo uno de ellos.
    - Y el mío es Takeshi Hojo. Ambos somos los hijos del terrateniente, dueño de este castillo—dijo el otro. (No pregunten por el nombre que le puse a Hojo, es el único que se me ocurrió en este momento XD)
    - Gusto en conocerlos—dijo Aome e hizo otra reverencia.
    - El gusto es nuestro—contestaron ambos al unísono.
    - Disculpe, señorita Aome...—dijo Akitoki
    - Dígame, joven Akitoki –
    - Permítame decirle que usted...—dijo sonrojado – ...es una joven muy hermosa –
    - Gra... gracias—contestó apenada (Ya van tres hombres que le dicen que es hermosa: Miroku, Kouga y Akitoki XD. Que popular es Aome con los chicos XD)
    - Eso es cierto—afirmó Takeshi – Nunca había visto a una mujer tan bella como usted – (Y ahora con Takeshi, cuatro XD)
    - Por favor, no hagan esos comentarios, que me apenan—dijo, muy sonrojada y evitando mirar a los gemelos Hojo.
    - Pero, es solamente la verdad—dijeron ambos al unísono otra vez. El estómago de Aome sonó, lo que la puso más roja.
    - Lo siento, es que no he comido hace muchas horas—se disculpó.
    - No se preocupe, ordenaré que hagan un banquete en su honor—dijo Takeshi.
    - No, no es necesario, no se preocupe. Solo con algo de comida estaría bien—dijo moviendo sus manos de un lado a otro y negando con su cabeza.
    - Claro que me preocupo. Una señorita como usted no puede pasar hambre—dijo y llamó a uno de sus sirvientes, dándole la orden de preparar un gran banquete en honor de la llegada de Aome. La chica, por más que rechazó la oferta, no pudo impedir que se hiciese el banquete. Los hermanos Hojo insistieron en vestir a Aome con un traje de princesa japonesa, pero ella se resistió.
    - Esta bien que yo sea una “princesa de la muerte”, pero no por eso me vestire de princesa. Es algo que no viene a la posición social a la que pertenezco—pensó. El banquete transcurrió normalmente, con algunas danzas típicas y otras cosas para el entretenimiento de los asistentes al banquete.

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    Inu Yasha era llevado por tres soldados a los calabozos del castillo. El motivo, era que los señores Hojo habían ordenado que llevaran a todas las jóvenes hermosas que se acercaran al castillo con ellos, y que si algún hombre las acompañaba, debía ser llevado al calabozo hasta que se decidiera que hacer con él. El chico opuso mucha resistencia, pero no pudo escapar ya que fue atacado por muchos hombres, que le quitaron su katana y lo dejaron muy mal herido.

    - Sólo espero que Aome se encuentre bien—pensó Inu Yasha, mientras era lanzado dentro de un calabozo, sin ningún cuidado ni consideración.

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    Aome se dirigía a dormir, a una habitación que le había sido asignada. Algo le había extrañado mucho en el banquete: el no ver a Inu Yasha. Ella pensaba que si un banquete así se celebraba, lo menos que podían hacer era invitarlo, pues viajaba junto a ella. Pero él no apareció en todo lo que duro aquel evento.

    - Que extraño que Inu Yasha no haya aparecido—pensaba la joven – Tal vez se encontraba muy exhausto y se quedó dormido. Sí, seguramente eso fue lo que pasó—entró a la habitación. Ésta estaba decorada de manera muy fina, pero sencilla. Se acercó al futon, se desvistió, se puso un pijama que estaba encima del futon y se acostó en él – Espero que mañana podamos seguir con nuestro viaje—pensó, antes de dormirse. Realmente estaba muy cansada, después de la agotadora jornada por la que había pasado.

    Amaneció y la actividad comenzó en el castillo Hojo. Una de las mujeres que trabajaba en la mansión, fue a despertar a Aome.

    - Señorita Asakura, despierte por favor—le dijo la mujer, tocando el hombre de Aome con delicadeza. Ella despertó – Buenos días, señorita—sonrió – Es hora de que despierte.
    - Buenos días—contestó abriendo lentamente sus ojos y levantándose.
    - Los jóvenes Akitoki y Takeshi me pidieron que le trajera esto y que le dijera que por favor lo usase—dijo, mostrándole un traje de princesa japonesa.
    - Esta bien, lo usaré—dijo con algo de resignación – Qué insistentes son ambos—pensó y luego preguntó - ¿Podría ayudarme a ponérmelo? Es que nunca he usado un kimono de este tipo—dijo algo avergonzada.
    - Claro señorita, con mucho gusto—le ayudó. Aome se veía muy bien con aquel kimono, parecía como si ella fuese una verdadera princesa – Permítame decirle que ese traje le sienta muy bien –
    - Gracias—contestó apenada
    - Ahora, debe ir a tomar desayuno. Los jóvenes Hojo la esperan –
    - Vamos—ambas fueron al lugar donde los gemelos esperaban a Aome. La mujer la dejó allí, hizo una reverencia y se fue. La joven entró.
    - Buenos días, señorita Aome—dijeron los hermanos Hojo
    - Buenos días, joven Akitoki, joven Takeshi—contestó ella.
    - Venga, siéntese a desayunar con nosotros—le dijo Takeshi .
    - Sí—y lo hizo. El desayuno pasó tranquilamente. Aome nuevamente se extrañó de que Inu Yasha no estuviese ahí – Disculpen... –
    - Díganos—dijo Akitoki.
    - ¿Me podrían decir donde está mi compañero de viaje?—preguntó – Es que desde ayer cuando llegué, que no lo veo—al decir esto, los hermanos Hojo se miraron con algo de nerviosismo.

    *** Flash back ***

    Aome acababa de irse a dormir. Los jóvenes Hojo aun se encontraban en el salón donde se había realizado el banquete. Un soldado entró a aquel lugar.

    - Disculpen, mis señores—les dijo el soldado a Akitoki y Takeshi.
    - ¿Qué sucede, Takegawa?—preguntó Akitoki. Takegawa era el apellido del soldado.
    - Venía a informarles que había un joven que acompañaba a la señorita que se presentó ante ustedes. Como ustedes ordenaron, lo íbamos a llevar a los calabozos, pero él opuso mucha resistencia, por lo que tuvimos que “amedrentarlo” un poco, antes de llevarlo allí—contestó Takegawa
    - Así que quedó herido, ¿no?—preguntó Takeshi
    - Así es, mi señor—contestó
    - ¿Qué tan herido quedó?—preguntó el otro gemelo, de manera fría.
    - Creo que, bastante herido. Al parecer, quedó inconsciente, mi señor –
    - Ya veo—dijo Takeshi – No debemos mencionarle nada a la señorita Aome, Akitoki –
    - Así es—contestó este.
    - Takegawa. No menciones nada de esto a nadie en el castillo. Debemos guardar la máxima discreción.
    - Entendido, mi señor. Así lo haré—hizo una reverencia y salió del salón.

    *** Fin Flash Back ***

    - Aquel joven, nos dijo que estaba enfadado con usted... —mintió Takeshi .
    - Pero... ¿Por qué estará enojado conmigo?—pensó ella – Que yo recuerde, no discutimos por nada antes de llegar aquí... excepto por el tema del viaje por el bosque, pero ese problema ya estaba arreglado—pensó y luego dijo – Que raro que esté enojado conmigo. Iré a verlo—se levantó y se disponía a irse, pero Akitoki la detuvo - ¿Qué sucede? –
    - Él dijo que no quería hablarle ni verle, señorita—mintió Akitoki
    - Eso es muy extraño—susurró y luego preguntó - ¿Dónde está él? –
    - Disculpe, pero me pidió que no se lo dijera –
    - Inu Yasha no puede ser tan testarudo—pensó - ¡¡Exijo saber dónde está!!—exclamó. Si había un problema entre ambos, lo mejor era solucionarlo lo antes posible para poder retomar su viaje.
    - Disculpe señorita, pero le hemos mentido... —dijo Takeshi
    - ¿Qué?—preguntó incrédula y disgustada la joven.
    - El joven Inu Yasha hizo abandono del castillo en la madrugada del día de hoy—dijo Akitoki. Aome quedó asombrada.
    - ¿Se... se... fue?—preguntó, incrédula. No podía creer que Inu Yasha la había dejado, sin siquiera avisarle – Yo le prometí que lo acompañaría hasta el castillo Higurashi...—pensó – Tal vez, sólo fui una molestia y por eso decidió dejarme aquí—su cara reflejaba mucha tristeza. Ella se había encariñado con él y lo consideraba su amigo. Algunas lágrimas amenazaban por salir de sus ojos, pero las retuvo – Si fue capaz de dejarme, no debo llorar por él—pensó y apretó sus puños con fuerza.
    - Si fue capaz de dejarla aquí, debería olvidarse de él y quedarse aquí a vivir en nuestro castillo. Nosotros estaríamos encantados de recibirla, ¿no es así, Akitoki?—preguntó Takeshi.
    - Es cierto—contestó este rápidamente. La verdad era que a ambos hermanos les gustaba Aome. Y harían lo que fuera para que ella se casara con alguno de ellos.
    - Disculpen, no me siento bien. Iré a mi habitación—dijo, hizo una pequeña reverencia y se restiró del lugar.
    - ¿Será malo mentirle tanto a la señorita Aome, hermano?—preguntó Akitoki, con una mirada de pesar, después de que ella estaba lo suficientemente lejos para no oír nada.
    - En la guerra y en el amor, todo se vale—dijo, con una mirada decidida, pero a la vez fría.

    Aome caminaba lentamente por los pasillos del castillo, en dirección a su habitación. No podía creer que Inu Yasha pudiera ser una persona tan desleal y sobre todo con ella, que se había ofrecido a acompañarlo y protegerlo.

    - Tal vez pensó que era demasiado “indigno”, ser protegido por una mujer—pensó y en su cara se mostró una sonrisa, entre triste y sarcástica, mientras entraba a su cuarto – En cambio, es todo un “honor” ser protegido por una Princesa de la Muerte y no haber sido asesinado por ella, cuando aquella era su misión. No volveré a confiar en un hombre jamás...—se cambió de kimono y se tiró encima de su futon, con desgano – Tal vez si duermo, dejaré de pensar en este tema—pensó y así lo hizo. Pasaron muchas horas. Los gemelos Hojo pensaron que lo mejor era no molestar a Aome, así tal vez empezaría a olvidar a Inu Yasha y consideraría la opción de quedarse junto a ellos.

    Comenzaba a anochecer y ella aún no salía de su habitación. Una mujer le trajo algo de comer. Aome aceptó, le dijo que pusiera la comida encima de una mesa que había allí y luego le pidió que se fuera. Ella así lo hizo. La joven se levantó del futon y probó los alimentos. La verdad era que tenía mucha hambre, pues solo había desayunado. Comió todo lo que le trajeron.

    - Ya es tarde—dijo, fijándose en la oscuridad de la habitación – Ya no quiero estar más aquí. Lo mejor será salir a dar un pequeño paseo—pensó y salió de allí.

    Trataba de caminar por los pasillos sin hacer el menor ruido. Lo logró, porque caminar de ese modo había sido parte de su entrenamiento. Quería estar sola, así que cuando salió al jardín del castillo, subió inmediatamente a un árbol muy frondoso que se encontraba allí – Aquí nadie me encontrará—pensó y apoyó su espalda en el tronco del árbol. Cerró sus ojos, para tratar de aclarar su mente.
    Pasaron unos minutos y un murmullo comenzó a escucharse en todo aquel jardín. Al parecer, eran voces y pasos de hombres. Aome abrió los ojos y se fijó en que aquellas personas, eran los soldados del castillo.
    Entraron a un lugar, que parecía un calabozo. De allí, sacaron a un hombre que era sostenido de sus extremidades por los soldados y se hallaba cubierto por una manta, lo que no dejaba revelar su identidad. Los soldados se dirigían hacia la salida del castillo, con intenciones de abandonarlo en algún arroyo cercano.

    - ¿Quién será?—pensó Aome, viendo a través del follaje del árbol. La manta se corrió, dejando ver el rostro del hombre. Aome ahogó un grito de asombro y terror. Aquél hombre era... – Inu Yasha—susurró Aome, con lágrimas en sus ojos. Su rostro estaba muy golpeado y se veía que por él habían corrido pequeños hilillos de sangre. Sus ojos estaban cerrados y algo morados, seguramente por los golpes.
    Ella bajó del árbol donde se encontraba y corrió rápidamente hacia él. Los soldados trataron de impedir que se acercara al joven, pero Aome, con gran fuerza, logró zafarse de ellos y llegar hasta él. Cuando lo tuvo enfrente, hizo que los soldados que lo sujetaban lo soltaran.

    - Inu Yasha...—dijo casi inaudiblemente - ¿Qué te hicieron?—lo abrazó, cuidadosamente, para no causarle más dolor del que seguramente estaba sintiendo.
    - A... Aome—dijo, con mucha dificultad, el joven. Abrió los ojos y se encontró con la cara de tristeza de ella - ¿E... Estás bien? ¿No te hicieron nada malo?—preguntó él, preocupado.
    - ¿Cómo te preocupas por mí en estos momentos?—lágrimas comenzaron a caer de los ojos de Aome. No podía creer que aquel joven se encontrara de esa manera, tan lastimado - ¿Quién te hizo esto? –
    - Eso... eso no importa ahora. Lo que importa es que estás bien. Estaba muy preocupado por ti, Aome—dijo y acarició una de las mejillas de ella. Al hacerlo, la joven tomó la mano con la suya.
    - Yo pensaba que... que tú te... que tú te habías marchado, que me habías dejado aquí, sola—dijo Aome, sollozando.
    - Yo... yo no haría... yo no haría eso—dijo con dificultad – No tengo motivos para dejarte ¿no? Por lo menos, no en estos momentos—dijo con una sonrisa. El último comentario enfadó un poco a Aome.
    - Así que si piensas dejarme...—miró enfadada al chico – Y yo que me preocupo por ti...—dijo con un tono de decepción, lo dejó recostado en el suelo y se dispuso a retirarse del lugar.
    - Hey, Aome, espera—trató de incorporarse, pero el dolor de sus heridas se lo impidió – Era una broma, discúlpame –
    - Este no es momento de hacer bromas—dijo con un tono y mirada de reproche. Se agachó a su lado, observando el estado de su amigo – Debemos curar pronto esas heridas... ¿Puedes caminar?—preguntó.
    - No lo sé. No lo he intentado—dijo tratando de incorporarse nuevamente, pero falló – Creo que no puedo—Aome le dio la espalda, se agachó nuevamente y extendió sus brazos hacia atrás.
    - Ven, súbete a mi espalda. Yo te llevaré—y volteó a verlo.
    - No te preocupes, yo puedo irme solo—dijo, intentando levantarse. Lo consiguió, pero perdió el equilibrio. Rápidamente, Aome logró evitar que se lastimase más atrapándolo en sus brazos.
    - Elige: te llevo en mis brazos o en mi espalda –
    - En tu espalda—dijo resignado – No me queda de otra—pensó. Aome lo cargó en su espalda hacia su habitación y lo recostó en el futon.
    - Iré por algunas cosas. Vuelvo enseguida—dijo la joven e hizo abandono del lugar. Inu Yasha la vio salir y recordó algunas de las palabras que ella le había dicho.
    - Yo pensaba que... que tú te... que tú te habías marchado, que me habías dejado aquí, sola—recordó él - ¿Acaso tanto le importo a Aome?—pensó. Aquella pregunta siguió rondando su mente, hasta que la joven llegó. Traía vendas, agua, entre otras cosas, para curar sus heridas. Las dejó en el suelo, al lado del futon.
    - ¿Podrías quitarte el haori, por favor?—preguntó la joven, preparando las cosas. Él lo hizo y dejó su torso desnudo, lleno de heridas y magulladuras. Aome con cuidado, comenzó a curarlas. Inu Yasha fruncía el ceño, por el dolor que sentía. – No hay otra manera de curarte, tendrás que aguantar el dolor—dijo ella con un tono dulce.
    - Disculpa, Aome... –
    - Dime –
    - ¿Podrías traerme algo de comer? Es que, no he comido nada, desde hace 2 días...—dijo apenado. La verdad es que se moría de hambre.
    - ¿Dos días?—preguntó asombrada. Eso quería decir que no había comido desde el día anterior a la salida del lugar de los niños huérfanos.
    - Así es... –
    - Iré a ordenar comida enseguida—dijo y así lo hizo. Cuando volvió, terminó de curar y vendar las heridas del joven. Los alimentos llegaron aproximadamente 10 minutos después.
    - Gracias—dijo el joven a la mujer que le trajo los alimentos. Ella los dejó en una pequeña mesa que estaba cerca del futon.
    - ¿Desea algo más, joven?—preguntó ésta, al ver el estado en que se encontraba.
    - No, así está bien –
    - Con su permiso, me retiro—se retiró. El chico trató de sentarse para poder comer, pero el dolor se lo impidió. (Comprendan que el pobre de Inu Yasha quedó MUY mal herido. Los soldados no tuvieron compasión cuando lo golpearon. Además, que para sacarlo del calabozo, tampoco tuvieron cuidado alguno O_o Su dolor no es una exageración)
    - No te preocupes, yo te puedo dar la comida en la boca n_n—dijo Aome con una sonrisa.
    - No, no es necesario, yo puedo comer solo -.-u—dijo, sentándose al lado de la mesa, aunque le dolió mucho. Tomó los palillos y comenzó a comer - ¿Ves? –
    - Sí—miró la manera de comer de Inu Yasha. Nunca había visto a alguien comer tan rápido, y menos en el delicado estado de salud de su amigo – Debe ser por el hambre que tiene—pensó, con una gota en su cabeza. Inu Yasha acabó de comer muy pronto.
    - La comida estaba muy buena—dijo, limpiando su boca.
    - Me di cuenta de ello por tu manera de comer—se levantó de donde estaba – Llevaré esto a la cocina—dijo, tomando los platos vacíos que había dejado y fue. En el camino de regreso, se encontró con Akitoki Hojo.
    - Buenas noches, señorita Aome—dijo con un cierto tono de temor en su voz.
    - Buenas noches—un marcado tono de indiferencia se hizo notar en sus palabras. No quería verlo ni a él, ni a Takeshi Hojo. Ambos la habían engañado vilmente.
    - Disculpe, necesito hablar con usted –
    - Yo no tengo nada que hablar con usted, joven Hojo. Si me disculpa—trató de salir de allí, pero Akitoki la detuvo.
    - Discúlpeme, señorita Aome—dijo, tirándose al suelo en forma de arrepentimiento. Aome lo miró de una manera muy fría.
    - Lo que usted ordenó a sus soldados que hicieran, no tiene perdón—dijo fríamente y se fue a su habitación. Akitoki se quedó allí, en el suelo.
    - No debimos haber hecho esto, hermano—pensó entristecido – Perdimos cualquier oportunidad de que la señorita Aome pensara en nosotros de otra forma más que unos terratenientes—se levantó y fue a su habitación. Aome llegó junto a Inu Yasha.
    - Ya estoy aquí—dijo en voz baja, entrando. Inu Yasha la miró – Pensé que ya dormías –
    - No, es que estaba pensando un poco—dijo este. Hacía frío, pues era ya de noche.
    - Ya veo—se sentó al lado del futon, donde el joven se encontraba recostado – Ahora puedes dormirte. Si necesitas cualquier cosa, no dudes en decírmelo—se recostó en el suelo.
    - ¿No vas a estar muy incómoda allí?—preguntó – Además, hace frío –
    - No te preocupes por mí. Lo importante es que tú estés cómodo. Tú eres el que está herido, no yo –
    - Pero... si quieres puedes recostarte a mi lado, aquí en el futon. Lo menos que quiero es causarte molestias, Aome –
    - No, de verdad, no te preocupes por mí. Yo estaré bien, he dormido en lugares más duros y fríos que un piso de castillo, durante mis misiones n_nu –
    - Insisto en que debes dormir cómoda. Si no lo haces, no tendrás energías ni ánimos suficientes para enfrentar un nuevo día. Y también puedes resfriarte—Aome se levantó de donde estaba y se recostó al lado de Inu Yasha - ¿Ahora te sientes cómoda? –
    - Em... sí—contestó nerviosa. Los cuerpos de ambos estaban en contacto y eso la ponía en ese estado – Nunca me había puesto nerviosa al estar al lado de Inu Yasha—pensó, sonrojada. Tiritaba un poco, por la temperatura ambiental.
    - ¿Tienes frío? –
    - Sólo un poco, pero ya pasará—sonrió – Buenas noches—se volteó, dándole la espalda – Que tengas dulces sueños—cerró sus ojos. Ambos jóvenes no se habían dado cuenta de que el cielo se había llenado de nubes negras de tormenta. Como aquellas nubes anunciaban, comenzó a llover fuertemente.
    - Igualmente. Buenas noches—contestó el joven e hizo lo mismo que Aome, por lo que ambos quedaron de espaldas. La chica se durmió rápidamente, pero él no lograba conciliar el sueño – Y yo creí que el primero en dormirse sería yo, por la fatiga—pensó. Aome se volteó, dormida. Inu, al sentir que ella se movía, también se volteó y se encontró con la cara llena de tranquilidad que reflejaba. Aquello le provocó un sentimiento de ternura.

    Un relámpago cayó e iluminó la habitación. El chico pensó que el estruendo despertaría a la joven, mas ella siguió durmiendo plácidamente. Inu Yasha se quedó observándola por un rato.

    - ¿Qué estoy haciendo?—pensó y sacudió su cabeza, para alejar los deseos de observarla, sin embargo, poco después, siguió haciéndolo. Posó su mirada en los labios de Aome y comenzó a acercarse a ellos. Estaba a punto de besarla, pero un movimiento de ella hizo que aquellos varoniles labios sólo se posaran en su mejilla. Él reaccionó – No puedes hacer esto, está mal. Aome es sólo tu amiga. Tú A-MI-GA y compañera de viaje, además—se reprochó en su mente. Se volteó, quedó de espaldas a la joven e hizo el intento nuevamente de dormir. Los relámpagos, la lluvia y la presencia de aquella mujer a su lado, dificultaron su “meta”, pero aún así, después de un rato, logró dormirse.

    -----------------

    Gracias por sus comentarios! En verdad los aprecio mucho *o*! Sobretodo a la gente que lee tanto aquí como en Fanfiction.net (o sea, que está releyendo esta historia ^^ Sirve para refrescar algunos detalles en la memoria XDDD)

    Me alegra que les guste mi forma de escribir n.n Trato de hacerla lo más parecida a un libro, y que sea agradable a la vista :)

    Cuidense mucho! Y que tengan una buena semana!

    Ya saben, el próximo cap se viene para el sábado! ^^

    Adiós! Y besos!

    Dany-Chan
     
  4.  
    eva maria

    eva maria Usuario común

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    Re: ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)

    Ola!!!

    Me encanto! ^o^... Estubo espectacular! esos hermanos Hoyos u.ú...mira que dejar al pobre Inuyasha así y enzima engañar a Kagome! Bueno... pues yo me tengo que ir... conti cuando puedas *-^

    ¡Bye!

    Atte: Eva María *-^
     
  5.  
    Ailyn

    Ailyn Usuario popular

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    Re: ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)

    Esos .......... de hermanos!! u.ú hacerle eso a Inuyasha!! grrrrrrrrrrrrrrrrrr y engañar a Kagome! grrrr (si ya me decidi le llamara asi que me pone nerviosa poner aome o kagome xD) que lindo inuyasha al preocuparse asi por ella *o* *o* Aich!! Inuyasha >-< porque no la besaste cuando tenias oportunidad >-< todo el mundo lo esperaba !!! bueno conti pronto mucho animo ^^
     
  6.  
    NuriA-7

    NuriA-7 Guest

    Título:
    ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)
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    Re: ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)

    Holaaa!!^^
    uooooooo!! que conti tan fantastica!!:) en serio me a gustado muchoo!;)
    Cuando puedas subes la siguiente si??;)
    Un beso enormee y te cuidas!!^^ **NÚRIA**
     
  7.  
    Jessy

    Jessy Fanático

    Tauro
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    Re: ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)

    como pudieron esos hermanitos
    hacerle algo a mi inu me las pagaran
    y tambien como se les ocurre engañar
    asi a kagome lo bueno que inu se preocupa
    por ella esperare ansiosa el siguiente me
    despido nos vemos pronto

    Jessy
     
  8.  
    NuriA-7

    NuriA-7 Guest

    Título:
    ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)
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    Re: ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)

    Holaa!!^^
    Ya se que dijiste que la conti era para el sabado..jejeje..
    pero igual me paso para decirte que tu fic es fantastico y que espero la conti con ansias si??;)
    Un beso y te cuidas!!^^ **NÚRIA**
     
  9.  
    Dany-Chan

    Dany-Chan Guest

    Título:
    ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)
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    Re: ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)

    Hola!

    Como lo prometido es deuda, aquí vengo a traerles un nuevo capítulo de mi fic :)

    Espero muchos post de respuesta de su parte, porque me hacen muy feliz *o*!

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    “Oportunidad de Vivir”
    Capítulo 07: Borrachera

    Amaneció. Aún seguía lloviendo, pero levemente. En la habitación que compartían Aome e Inu Yasha, ella despertó. Había dormido muy bien y estaba llena de energía, por lo que se levantó.

    - Qué bien dormí—pensó, estirándose – Lo mejor será no despertarlo—miró a Inu Yasha, que aún dormía – Debe recuperarse para poder partir lo antes posible. No me gusta estar aquí, este lugar no me da confianza, tampoco sus dueños...—se quedó un momento con la vista fija a la mesa que usó Inu Yasha para comer – Iré a la cocina, a traer el desayuno—avanzó hacia la puerta y salió, tratando de no hacer ruido. El joven despertó unos minutos después. Miró a su alrededor y no encontró a Aome.
    - ¿Aome?—la llamó. Nadie contestó – Que extraño. Seguramente salió a hacer algo—pensó. Se volvió a acostar y tapar con las mantas. Tenía mucho sueño – Si no está, lo mejor será dormirme nuevamente—pensó y cerró sus ojos. Aome regresó con el desayuno y el joven al sentir que ella estaba allí, los abrió y se levantó.
    - Buenos días—dijo Aome con una sonrisa y dejando la comida en la mesa - ¿Dormiste bien?—preguntó
    - Sí y... ¿tú?—recordó el beso en la mejilla que le había dado a la chica - ¿No hubo interrupciones mientras dormías?—preguntó algo nervioso.
    - No—contestó ella - ¿Hubo relámpagos acaso? –
    - Sí, pero veo que no te despertaron—sonrió nerviosamente – Menos mal que no se dio cuenta de lo que traté de hacer—pensó aliviado.
    - Traje el desayuno. Pensé que tal vez tendrías hambre cuando despertaras—dijo, cambiando el tema y se sentó al lado de la mesa. Inu hizo lo mismo – Además, no quería tener que ver y estar con los hermanos Hojo—pensó
    - Que delicioso se ve—comenzó a comer educadamente, no como la vez anterior. Aome también lo hizo. Ambos terminaron, minutos después.
    - ¿Te sientes mejor? ¿Ya no te duelen tanto las heridas?—preguntó, al terminar
    - Sí. Tuve un sueño “reparador”, literalmente—contestó este, sonriendo.
    - ¿Cuándo crees que nos podamos ir de aquí?... Este lugar no me da confianza, ni menos la gente que vive aquí... Ya ves lo que te hicieron... Además, de que me dijeron que tu te habías ido de aquí, disgustado conmigo. Lo único que hacen es mentir... –
    - A mí tampoco me dan confianza. Si quieres, podemos irnos de aquí hoy mismo –
    - No, eso no es posible. Tú estás herido y debes recuperarte adecuadamente. Además, está lloviendo—observó hacia las ventanas de la habitación – Esperemos a que tú y el clima mejoren, y nos vamos de este lugar –
    - Bueno, esta bien—contestó – Pero... –
    - ¿Pero qué? –
    - ¿Qué podemos hacer en un día de lluvia? Supongo que no querrás quedarte aquí todo el día, sin hacer nada más que estar viendo como cae agua del cielo –
    - Mmm...—Aome pensaba en que podían hacer. Inu Yasha tenía razón, ¿Cómo iban a estar un día entero sin hacer nada de nada? – Ya sé –
    - ¿Qué? –
    - Yo entrenaré con mi espada mientras tú descansas –
    - Yo también entrenaré—se levantó – Lo malo es que mi katana está en los calabozos...—suspiró.
    - Inu Yasha, descansa. Entre más rápido te recuperes, más rápido podremos continuar este viaje y llegar a nuestro destino—tomó su katana y se alejó de él – Por favor, no hagas ruido, debo concentrarme para entrenar—dijo amablemente.
    - De acuerdo—se calló. Aome le dirigió una sonrisa y luego cerró sus ojos. Se mantuvo algunos segundos sin moverse, luego lentamente desenvainó su espada, aún con los ojos cerrados, y comenzó a hacer movimientos con ella, como si estuviese atacando a un enemigo “imaginario”. Aquellos movimientos tenían mucha precisión, como si estuviera combatiendo realmente contra alguien. A Inu Yasha lo dejaron asombrado.
    - Que hábil es Aome con la espada—pensó asombrado – Me encantaría practicar junto a ella, pero estas malditas heridas no me dejan. Si tan solo no me hubiesen atacado tantos soldados a la vez esa tarde—estaba a punto de suspirar, pero se detuvo para no desconcentrar a la chica en su entrenamiento.

    Ella continuó con eso por aproximadamente media hora. Cuando terminó, tomó una toalla que había en un armario de la habitación y con ella se quitó el sudor.

    - ¿Y qué tal lo hago, eh? ¿No soy toda una profesional en el uso de la katana?—preguntó engreídamente.
    - Sí, si lo haces bien. Pero si fueras un poco más humilde, sería mejor –
    - Lo decía en broma n_nu—dijo la chica – Iré a tomar un baño. Tú quédate aquí, descansando. No vayas a salir a ningún lado—advirtió
    - Sí, lo que digas, “mamá”—contestó él, con voz de niño.
    - No bromees conmigo—contestó resentida – Nos vemos—salió de la habitación rumbo al baño. Tardó unos minutos en terminar de bañarse – Me encanta poder bañarme con agua caliente, me relaja mucho—pensó mientras salía del baño, con una toalla en su mojado cabello. En el camino a la habitación se encontró con Takeshi Hojo.
    - Buenos días, señorita Aome—dijo él, mirándola fijamente.
    - Buenos días—contestó fríamente, al igual como lo había hecho con Akitoki la noche anterior y siguió caminando. Poco antes de llega a la habitación, Takeshi la tomó de los brazos y la arrinconó contra una pared - ¿Qué cree que hace?—preguntó casi en un grito, enojada, tratando de zafarse de aquellos brazos, mas no podía hacerlo. Takeshi comenzó a acercarse lentamente a la cara de Aome, específicamente a sus labios. Él cerró sus ojos, aunque ella seguía forcejeando para salir de allí.
    - ¿Qué son esos gritos?—preguntó Inu Yasha, asomándose desde la puerta de la habitación, con algo de dificultad. Al ver lo que el joven Hojo intentaba hacer, enfureció, fue hacia él y lo golpeó fuertemente, tumbándolo en el piso.
    - ¿Qué crees que hacías?—preguntó Inu Yasha muy enojado y abrazó a la chica, como acto reflejo de protección.
    - Gracias, Inu Yasha—contestó Aome con una sonrisa, mirándolo a los ojos. Se sentía muy bien entre los brazos del chico, así que aprovechó el momento. A Inu Yasha le sucedía algo parecido, le gustaba tener a la joven en sus brazos, sentir que podía protegerla y le encantaba esa sonrisa que le dedicaba, sólo a él. Aquello duró hasta que Takeshi comenzó a ponerse de pie.
    - ¿Por qué hiciste eso?—preguntó dificultosamente, mientras quitaba un hilillo de sangre que corría desde sus labios.
    - Estabas tratando de hacer algo que Aome no quería que hicieras. Así no se trata a nadie, ni menos a una mujer—dejó de abrazar a la chica y esta asintió. No es que Inu Yasha se refiriera a las mujeres como el “sexo débil”, sino como a personas a las que se les debía respeto.
    - Es cierto—dijo esta – No vuelvas a hacer eso nunca más –
    - Disculpa, fue un impulso. No volverá a suceder—dijo Takeshi arrepentido y se fue. Aome e Inu Yasha entraron a su habitación.
    - Nos iremos de aquí lo antes posible—dijo Inu Yasha al entrar – Apenas termine la lluvia y se despeje un poco el cielo, partiremos ¿Está bien? –
    - Pero... tus heridas...—señaló Aome.
    - Apenas nos vayamos de aquí, buscamos una aldea donde descansar y nos quedamos allí unos días ¿De acuerdo? –
    - Está bien—contestó resignada. A ella tampoco le agradaba estar en ese lugar pero lo más importante en ese momento era la salud de Inu Yasha – Pero nos quedaremos en esa aldea hasta que estés completamente recuperado –
    - Sí, como quieras –
    - Entonces arreglaré nuestras cosas—busco sus pertenencias y las dispuso para su partida. Cuando terminó, recordó algo – Yo iré por tu espada. Vuelvo enseguida—salió de la habitación y se dirigió a los calabozos. Justo en ese momento, dejó de llover. Le costó un poco convencer a los guardias para que la dejaran entrar, pero una pequeña “demostración” de sus habilidades con la katana, logró hacerlo. Buscó la espada, lo que le tardó un buen rato. Cuando salió de allí, las nubes se habían despejado un poco, dejando ver el cielo azul. Volvió a la habitación – Listo, aquí está tu espada—dijo, entregándosela.
    - Gracias—contestó - ¿Viste el cielo? –
    - Sí, se ha despejado un poco –
    - Si es que continúa despejándose, podríamos irnos hoy mismo –
    - Es verdad. Ojalá que así sea—ambos comenzaron a conversar de algunas cosas, prefiriendo no tocar el tema de lo que había sucedido hace unos momentos. Llegó la hora de almorzar y comieron. Con el paso del tiempo, las nubes desaparecieron completamente del cielo.
    - Creo que ahora si podemos irnos—dijo Inu Yasha, tomando sus cosas. Aome hizo lo mismo. Ambos se dirigieron a la salida.
    - Espera—dijo Aome – Debo, por lo menos, darles las gracias a los terratenientes por habernos permitido quedarnos aquí unos días –
    - Yo iré contigo—la joven asintió y ambos fueron al salón, donde les dijeron que se encontraban los gemelos Hojo. Pidieron a un soldado que los anunciara dentro del salón y él así lo hizo. Los hermanos Hojo les permitieron entrar y ambos así lo hicieron.
    - Sólo veníamos a decirles que estábamos agradecidos por el hospedaje y la comida que nos dieron aquí—Aome hizo una reverencia e Inu Yasha también lo hizo – Sin nada más que decirles, nos retiramos del castillo. Con su permiso... —volvió a hacer una reverencia y ambos se fueron del castillo.
    - Creo que será la última vez que veamos a la señorita Aome Asakura, hermano—dijo Akitoki, apenado.

    Aome e Inu Yasha ya llevaban más o menos media hora caminando, desde que había salido del hogar de los Hojo. Los dos esperaban encontrar una aldea pronto, donde Inu Yasha pudiese descansar adecuadamente.

    - ¿Te sientes bien?—preguntó Aome – ¿No tienes molestias? –
    - Sólo unas pocas, pero no es nada –
    - Espero que encontremos alguna aldea pronto, donde puedas descansar—agregó. Ambos siguieron caminando por alrededor de una hora más, hasta que encontraron una aldea. Allí pidieron alojamiento en una posada y Aome obligó a Inu Yasha a que se recostara inmediatamente. Inu protestó – Es por tu bien. Después me lo agradecerás –
    - No me trates como a un niño. Yo sé cuidarme solo—siguió protestando.
    - Yo sólo quiero que te recuperes pronto. Así, más rápido llegaremos al castillo Higurashi y más rápido te desharás de mí, ¿Recuerdas? –
    - Sí, es cierto. Tú sólo causas molestias –
    - ¿Qué dijiste?—dijo Aome muy enfadada, con una vena palpitante apareciendo en su frente.
    - Lo que oíste—sonrió
    - Eres insoportable—Aome abrió la puerta de la habitación, salió y la cerró de un portazo - ¡¡Cómo me hace enfadar este hombre!!—pensó y salió de la posada. La cara de enfado que mostraba hacía a muchos de los aldeanos asustarse y retroceder. Caminó por toda la aldea, tratando de calmar su rabia, más no podía – Yo que me preocupo por él y me trata de esa manera...—pensó. Miró un cartel que decía “Cantina” – Tal vez si bebo un poco, dejaré de estar tan enojada—entró, se sentó en un lugar alejado de las demás mesas y ordenó sake. Se lo trajeron enseguida – Gracias—dijo y lo bebió. Aún no se le pasaba el enojo, así que ordenó más y más sake, hasta que quedó ebria – ¡Más sake!—gritó con voz de borracha (XDD)
    - Señorita, usted ya ha bebido demasiado—le dijo el cantinero. Aome se levantó de donde estaba y se dirigió a él – No esta bien que alguien beba de esa manera... -
    - Yo sé cuando parar, ¡hip!—contestó ella golpeando una mesa (Ahora, cada vez que hable, lo hará con voz de borracha XD) – ¡Quiero más sake! –
    - Esta bien, pero este será el último, ¿entendido?—advirtió el hombre.
    - De acuerdo—contestó. Bebió el sake.
    - Usted me debe...—le dijo la cantidad. Aome pagó y se fue de la cantina. Caminaba tambaleante y casi tropezó repetidas veces. Iba en dirección a la posada, pero aún no quería ver a Inu Yasha.
    - Mejor iré al bosque. Así no veré al tonto de Inu Yasha—pensó y así lo hizo. El único problema era que ya estaba empezando a anochecer y a esas horas estar solo en el bosque era muy peligroso, sobre todo para una mujer, y más aún si estaba ebria. En la posada, Inu ya estaba comenzando a preocuparse por Aome. La noche llegó y no había rastros de la chica.
    - ¿Dónde se habrá metido esa mujer?—pensó, luego de haberle preguntado al recepcionista si la había visto – Lo mejor será ir a buscarla—salió de la posada, en su busca. Vio a un hombre que estaba sentado en el suelo, al parecer vendiendo algunas cosas – Disculpe... –
    - ¿Qué se le ofrece? ¿Desea comprar algo?—preguntó aquel hombre.
    - ¿Ha visto por causalidad a una joven de cabello negro, largo, ojos cafés y que vestía un kimono naranjo? –
    - Sí. La vi esta tarde. Se veía realmente muy enojada—a Inu Yasha le surgió una gota en su cabeza.
    - ¿Sabe hacia donde se fue? –
    - Se fue hacía allá—apuntó el hombre, apuntando en la dirección contraria al bosque.
    - Gracias, y adiós—se fue. Siguió preguntándoles a algunas personas donde se encontraba la chica, lo que finalmente lo condujo a la cantina – Buenas noches—dijo, entrando.
    - Buenas noches—contestó el cantinero - ¿Desea beber algo? –
    - No. Quiero saber si ha visto a...—le dio la descripción de Aome.
    - Claro que sí. Ella estuvo aquí y bebió mucho. Salió muy ebria de este lugar y si yo no le digo que deje de beber, lo hubiese continuado haciendo... –
    - Ya veo—Inu Yasha tenía un semblante preocupado. ¿Qué sería capaz de hacer Aome si estaba borracha? ¿Dónde se habría metido? - ¿Sabe dónde fue?—preguntó.
    - Cuando salió, iba en dirección a la posada—contestó.
    - ¿Hace cuanto tiempo fue eso? –
    - Hace un poco más de media hora, creo –
    - Gracias por la información, y adiós—se fue de la cantina. Si Aome no había ido a la posada... - ¿Dónde estás, Aome?—susurró y luego siguió preguntando a otros aldeanos si la habían visto.

    Aome ya llevaba un buen rato caminando a través del bosque. Varias veces había tropezado con las ramas de los árboles y su kimono ya estaba algo sucio por las caídas. Aún con algo de dolor en sus rodillas, continuaba caminando.

    - Creo que ya debo volver ¡hip! Ya es tarde ¡hip!—dijo Aome. Se escuchó un ruido a su alrededor, lo que la asustó - ¿Quién anda ahí? ¡hip! –
    - ¿Qué hace una bella señorita como tú en el bosque, sola, a estas horas?—preguntó apareciendo un bandido, junto con otros dos hombres. Todos miraban a Aome con malos ojos. (Pervertidos ¬¬)
    - Eso es algo que a ti no te interesa ¡hip!—dijo desafiante. No se dejaría intimidar por simples bandidos, aún en su estado.
    - La señorita está borracha—estalló en carcajadas otro de los bandidos. Los demás lo siguieron. Aome hizo intento de abandonar el lugar, mas uno de ellos, que parecía el jefe, la sostuvo de un brazo.
    - ¿A dónde crees que vas? Tú te quedarás con nosotros esta noche—dijo maliciosamente aquel hombre. Aome comenzó a temer por su integridad
    - ¿Qué haré?—pensó – Estos hombres... son capaces de hacerme cualquier cosa... y no estoy en condiciones de enfrentarlos... pero... creo que no pierdo nada con intentarlo—pensó decidida a actuar. (No me pregunten como piensa tan claramente si está borracha o_o. Quizás la situación la hizo salir un poco de la ebriedad) Con unos de sus codos golpeó el abdomen del “jefe”, este la soltó y cayó.
    - Veo que eres muy ruda—dijo el tercer hombre – Por lo que hiciste, pagarás muy caro—desenvainó su espada y se dispuso a atravesar el cuerpo de Aome, mas ella por muy poco logró esquivar el ataque. Los movimientos de aquel hombre no eran muy ágiles, sino que las respuestas físicas de la chica eran muy lentas. Si estuviese en una situación normal, o sea, lúcida, ya habría acabado con ellos.
    - Maldición—pensó - ¿Por qué tuve que beber tanto?—se reprochó.

    Inu Yasha ya había averiguado hacia donde se había ido la joven.

    - De todos los lugares a los que podía ir... ¿Tenía que irse al bosque?—pensaba él, mientras corría a través de aquel lugar. Tenía un muy mal presentimiento – Solo espero que Aome se encuentre bien—continuó corriendo lo más velozmente que podía, con la condición en la que se encontraba. Aún no se había recuperado bien de sus heridas.

    Aome seguía tratando de esquivar los ataques de los bandidos, pero se le hacía cada vez más difícil.

    - Creo que pronto me vencerán—estaba agotada y el estar ebria no le ayudaba en nada. En un intento de eludir una agresión, perdió el equilibrio y cayó. Los dos subordinados del jefe de los bandidos, la sujetaron fuertemente de ambos brazos, impidiendo todo movimiento e intento de escape por parte de ella. Los hombres sonrieron maliciosamente.
    - Antes de matarte...—dijo el jefe tomando con una de sus sucias manos la barbilla de Aome – Jugaré contigo—ella lo miró con repugnancia. Él, con lujuria y perversión. El sujeto la agarró de la cintura y acercó su cuerpo al de ella. La chica sólo deseaba que un milagro sucediera, algo que la salvara de lo que estaba a punto de suceder. El bandido comenzó a acercarse a los labios de la joven, con visibles intenciones de besarla. Ella cerró sus ojos fuertemente, intentando evadir la situación próxima.
    - Y eso que este, mi primer beso y quizás último beso, tendrá que ser con un inmundo bandido—pensó triste. El jefe estaba a punto de besarla, pero no contaba con la llegada de alguien en ese preciso momento.
    - ¡Suéltala!—se escuchó un grito proveniente del bosque. Los bandidos que sujetaban a la mujer miraron a todos lados, pero no vieron a nadie. Luego de la nada, apareció Inu Yasha. Su cara mostraba una gran furia, más de la que había demostrado al ver a Aome a punto de ser besada por Takeshi. El jefe apartó su rostro del de la joven y miró furioso al chico.
    - No te metas en mis asuntos, chiquillo—le dijo con sorna.
    - Sucede que tu asunto es también el mío—dijo desafiante. No permitiría que aquellos hombres le hiciesen algo a Aome y menos en el estado en que se encontraba – Suéltala, si no quieres que te mate aquí mismo—desenvainó su espada y la apuntó hacia el tipo.
    - ¿Así que quieres jugar?—soltó la cintura de la chica. Ella no podía hablar de la impresión que tenía. Inu Yasha había aparecido en el momento exacto, tal como lo había hecho aquella mañana – Juguemos entonces—agarró su espada y se lanzó al ataque.
    - Creo que él es mi ángel de la guarda—pensó la chica feliz. Trató de reunir las fuerzas suficientes para deshacerse del agarre de esos tipos. Y lo logró. Luego, con rapidez, les dio un golpe certero en la cabeza a cada uno, dejándolos inconscientes (parece que el efecto del alcohol en su cuerpo ha disminuido un poco n_nu). Después de hacer eso se dejó caer al suelo. Aquella situación la había dejado agotada, física y mentalmente.

    Inu Yasha, luego de unas hábiles maniobras, tenía al hombre pidiendo misericordia ante su espada, que se encontraba cerca del cuello del bandido.

    - Por Favor... ¡¡No me mates!!—suplicaba él.
    - Eres patético. No mereces existir—la mirada de Inu era fría y distante, además de amenazante. (Que miedo O_O)
    - ¡¡No lo mates!!—gritó Aome, levantándose.
    - Lo que el acaba de hacerte es imperdonable –
    - Creo que con el susto ha sido suficiente, además de...—golpeó certeramente al hombre en la cabeza, dejándolo inconsciente como a los demás - ...esto—sonrió triunfante – Nadie trata de hacerme lo que pensabas... ¡Nadie!—le lanzó una mirada de odio.

    Hubo un momento de silencio. Luego de eso, Aome se lanzó a los brazos de Inu Yasha – Gracias por venir a rescatarme—él la abrazó sobre –protectoramente. Ya era la segunda vez en el día que Aome pasaba por una situación así. No debía de ser nada fácil para ella.
    - De nada, pero... –
    - ¿Qué? –
    - No vuelvas a beber de esa manera. No le hace bien ni a tu cuerpo ni a tu mente—le reprochó y ella sonrió.
    - Prometo no volver a hacerlo—dijo, verdaderamente arrepentida – Pero... todo fue por tu culpa –
    - ¿Mi culpa? Yo sólo bromeaba contigo. Yo jamás he pensado que eres una molestia para mí—la miró a los ojos
    - ¿En serio? –
    - Así es—contestó. Ella se aferró más al joven.
    - Gracias por salvarme y preocuparte por mí—se acercó al rostro del joven y le dio un beso en la mejilla. A él le agradó el gesto.
    - De nada—sonrió – Lo mejor sería que volviéramos a la posada. Ambos tenemos que descansar—miró a Aome y se dio cuenta de que se había quedado dormida en sus brazos. Eso le causó enternecimiento y se quedó un ratito mirándola. Luego, la tomó en brazos y comenzó a caminar rumbo a la aldea, más específicamente a la posada.
    - ¿Por qué me preocupo de esta manera de ella?—pensaba en el camino – Acaso... acaso yo... me estaré... ¿Enamorando de Aome?—miró la cara de la chica que dormía placidamente y se sonrojó. Aome sonrió, como si en sueños pudiese ver la expresión de Inu Yasha.

    Llegaron a la posada y luego a su habitación. Él la recostó con cuidado en unos de los futones, tratando de no despertarle. Ella tenía sujeto con sus manos el haori del joven.

    - Aome—le dijo suavemente – Suéltame—como si lo hubiese escuchado, lo soltó, pero tomó una de las manos de Inu y entrelazó sus dedos con los de él. Esto le causó un recuerdo al joven...

    *** Flash Back ***

    Se encontraba él paseando por los jardines del palacio real, junto con la princesa Kagome. Ambos conversan alegremente, mientras caminaban. Los pétalos de cerezo caían, mientras el viento los hacía danzar.

    - Y así concluyó todo—dijo Kagome entre risas, terminando un relato.
    - Jamás lo hubiese pensado—dijo Inu Yasha sonriente. Kagome se detuvo, frente a un gran árbol de cerezo - ¿Qué te sucede?—se detuvo él también.
    - Inu Yasha... –
    - Dime –
    - Quiero que me prometas algo—dijo seriamente.
    - ¿Qué cosa? –
    - Prométeme... prométeme que siempre vamos a estar juntos, que nada ni nadie nos va a separar—tomó la mano del príncipe y juntó su palma con la de ella.
    - Te lo prometo, Kagome-chan—sonrió – Tú también promételo—Ella entrelazó sus dedos con la mano del chico y él hizo lo mismo.
    - Lo prometo—la princesa sonrió – Nunca nos vamos a separar—sonrió, mientras los pétalos de cerezo hacía aún más bonita aquella escena.

    *** Fin Flash Back ***

    - Lástima que no pudiste cumplir tu promesa, princesa Kagome. Aunque no fue tu culpa... —pensó melancólico. Soltó la mano de Aome, la tapó con las mantas, se acostó en el otro futon y se durmió.

    La noche pasó y amaneció. Inu Yasha fue el primero en despertarse. Fue a pedir que les trajeran el desayuno a la habitación.

    - No tengo muchos ánimos para ir a desayunar al comedor, además de que seguramente Aome no se sentirá muy bien cuando se despierte—pensó mientras volvía a la habitación. La chica despertó, cuando Inu Yasha volvió.
    - ¡Ay!, me duele mucho la cabeza—dijo ella tocándose la frente. Al chico le surgió una gota en la cabeza.
    - Fue por todo lo que bebiste ayer. No podías quedar sin secuelas después de eso—contestó él.
    - No quiero volver a emborracharme nunca más. Por cierto... –
    - ¿Qué? –
    - ¿Cómo llegué aquí? De lo poco que recuerdo, ambos estábamos en el bosque... –
    - Te quedaste dormida y yo tuve que traerte hasta aquí, cargándote en brazos –
    - Ya veo—se sonrojó. Recordó como se había lanzado a los brazos de Inu la noche anterior y se sonrojó más, cosa que ocultó bajo las mantas del futón – Nunca volveré a beber como ayer—decía entre lamentos – Nunca más –
    - Espero que lo recuerdes—tocaron la puerta y un hombre entró. Les dejó el desayuno y se fue – Aquí está el desayuno. Levántate—la destapó.
    - Quiero quedarme aquí—dijo intentando taparse nuevamente, pero él se lo impidió.
    - No puedes quedarte todo el día ahí. Hazte responsable de tus actos y levántate –
    - Está bien—miró resentida al joven, se levantó y luego comenzó a desayunar. Inu hizo lo mismo. El hombre vino a retirar los platos vacíos y le recomendó a Aome una infusión para que se sintiera mejor de los síntomas de la resaca – Gracias—dijo cuando bebió aquella infusión, en la recepción de la posada. Algunos minutos después se sintió mejor – Ya no me siento tan mal—dijo aliviada en su habitación, junto a Inu Yasha.
    - Que bueno—contestó él - Pero no vuelvas a beber de esa forma –
    - De eso estoy segura. No lo volveré a hacer. Te lo prometo –

    Pasaron algunos días e Inu Yasha se recuperó por completo. Ambos prepararon sus cosas para la partida, pagaron la cuenta y salieron de la posada.

    - ¿Cuánto tiempo nos falta para llegar al castillo Higurashi?—preguntó Aome
    - Creo que si no hacemos paradas muy largas... unas dos o tres semanas—contestó Inu.
    - Ya veo, entonces, démonos prisa. Falta mucho para llegar aún—comenzó a caminar aprisa y él hizo lo mismo, reanudando su viaje hacia aquel castillo.

    ---------------

    Ojalá les haya gustado n.n

    Muchas gracias a quienes postearon en el capítulo anterior ^^ y a quienes lo hagan en este...

    Bueno, ahora me voy a estudiar! Cuidense mucho!

    Adiós!

    Dany-Chan
     
  10.  
    Ailyn

    Ailyn Usuario popular

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    Re: ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)


    Hi! La conti estubo Fabulosa! pobre Kagome T_T dos veces en un mismo dia pobre chica Menos mal que InuYasha la salvo *o* *o* Se esta enamorando de Kagome! *o* Bueno que me encanto la conti! escribes muy bien espero la siguiente conti con ansias!
     
  11.  
    NuriA-7

    NuriA-7 Guest

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    ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)
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    Re: ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)

    Holaaaa!!^^
    Inuyasha la salvooooo!!:D
    La conti estuvo fantastica!!:)
    Espero que subas la siguiente pronto que ya yengo ganas de leerla!!:D
    Un beso enormee y te cuidas!! **NÚRIA**
     
  12.  
    Jessy

    Jessy Fanático

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    Re: ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)

    pobre kagome lo que le tiene que pasar
    y de pilon dos veces en el mismo dia
    lo bueno que inu la salvo esperare ansiosa
    la siguiente nos vemos

    Jessy
     
  13.  
    eva maria

    eva maria Usuario común

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    Re: ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)

    Ola!!!

    Espectacular!!! me encanto, pobre Kagome... ya fueron dos veces que intentaron besarla, menos mal que Inuyasha la rescato las dos veces, eso es Verdad... no debe beber... no es bueno para ella..., Bueno, espero la conti con toda ilución ^o^. Pues yo me tengo que ir... nos vemos!

    ¡Bye *-^!

    Atte: Eva María *-^
     
  14.  
    NuriA-7

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    Re: ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)

    Holaaa!!^^
    Y la conty??ToT
    Cuando puedas la subes si??;)
    un beso y te cuidas!!^^ **NÚRIA**
     
  15.  
    Dany-Chan

    Dany-Chan Guest

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    ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)
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    Re: ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)

    Hola!!!

    PERDÓN POR LA TARDANZA!!!! Gomen, gomen gomen! (*se arrodilla pidiendo perdón*)

    En verdad no tuve oportunidad de publicar en la semana, ya que la universidad me absorvió completemante (y la única oportunidad que tuve de tocar una computadora fue cuando tuve que hacer un informe para mi clase de ética...)

    El sábado estaba dispuesta a publicar, pero me encontré con la GRATA sorpresa (nótese el tono irónico) de que NO TENÍA INTERNET!!! x.x! Eso no se resolvió hasta hace unas pocas horas, pero no pude venir a publicar antes porque estaba estudiando...

    Bueno, sin más preambulos... (*suena redoble de tambores*) Aquí les va el nuevo capítulo :D!!

    -------------

    “Oportunidad de Vivir”
    Capítulo 08: Rescate

    Habían salido el día anterior de la aldea. Trataban de avanzar más a prisa, pues ya habían perdido bastante tiempo con todos los “percances” que habían sufrido. Aome llevaba puesto su traje de combate, por que era muy difícil caminar a través del bosque con el kimono puesto. Que viajaran por el bosque se debía a que Inu Yasha nuevamente la había logrado “convencer” de irse por el bosque y no por el sendero.

    - Otra vez lo mismo—pensó Aome mientras caminaba, tratando de esquivar árboles y ramas – Yo me iría saltando por los árboles, pero no puedo dejar a Inu Yasha sólo, detrás de mí
    - ¿Qué te sucede?—preguntó Inu Yasha, al verla tan pensativa.
    - Nada, nada. Sólo que estoy cansada de tener que esquivar ramas y árboles, una y otra vez—contestó y lo miró “feo” (o sea, con una mirada de reproche)
    - Yo tengo mis razones para querer venirme por aquí –
    - ¿Y cuáles son? –
    - Ehm...—contestó y a lo lejos se oyó un grito - ¿Qué fue eso? –
    - Al parecer alguien está en peligro—Aome saltó hacia un árbol y comenzó a avanzar hacia donde provenía aquel grito.

    En el camino, su espada se le cayó, quedándose sólo con el arco y las flechas como arma de ataque. Desde los árboles vio un claro en el bosque. Allí se encontraba un monstruo, atacando a un niño. Aquel ser estaba a punto de hacerle daño, pero Aome rápidamente tomó al niño de la cintura y lo llevó a la cima de un árbol.

    - ¿Estás bien?—preguntó la joven al niño. Este se veía muy asustado como para pronunciar palabra. Aún así él asintió, aferrado a la cintura de Aome para no caer – No te vayas a soltar por ningún motivo—le dijo y él volvió a asentir. Ella sacó una flecha de su carcaj (el estuche que contiene las flechas) y la apuntó con su arco hacia el monstruo.

    Inu Yasha llegó hacia donde estaban. En el camino, había visto la katana de Aome y la recogió. Se fijó en que ella apuntaba la flecha hacia el enemigo y que de aquel objeto emanaba un extraño poder.

    - Aome tiene... ¿poderes espirituales?—pensó él, asombrado. Ella lanzó la flecha y le dio justo en el corazón al monstruo, por lo que este cayó.
    - ¡¡Inu Yasha!!—gritó la chica – Mátalo con tu espada—él reaccionó y así lo hizo. Ella bajó del árbol junto al niño y lo sentó en el suelo – No te preocupes, ya pasó todo, pequeño—dijo con dulzura, para calmarlo y pasó su mano por el cabello de él, que tenía la cabeza gacha. Inu se acercó a ellos.
    - Gracias, por salvarme, señorita sacerdotisa—contestó el niño, levantando su cabeza
    - De nada. Pero yo no soy una sacerdotisa n.nu –
    - Pero... usted tiene poderes espirituales, ¿no? –
    - Así es. Pero desde que tengo recuerdo, los poseo... –
    - Nunca me habías mencionado eso—le dijo Inu a Aome.
    - Se me olvidó decírtelo—dijo a modo de disculpa. Luego se acercó al monstruo y puso una de sus manos en el cuerpo de ese ser – Ojalá que supiese como purificar sus energías malignas—pensó y volvió donde estaban Inu y el niño - ¿Cómo te llamas, pequeño? –
    - Me llamo Shippou—contestó este
    - ¿Y qué haces solo en este bosque? ¿Te has separado de tus padres? –
    - Mis padres murieron o mejor dicho... los mataron—se le escaparon algunas lágrimas y bajó la cabeza
    - Pobrecito—Aome lo abrazó consoladoramente – Nos hemos encontrado con otro niño huérfano—pensó entristecida.
    - ¿Qué haces en este bosque, Shippou?—preguntó Inu Yasha
    - Estaba buscando la aldea donde viven unos familiares, pero me perdí –
    - Ya veo—dijo Aome – Si quieres, podemos llevarte a esa aldea ¿Estás de acuerdo Inu Yasha? –
    - No podemos dejarlo aquí solo—dijo a modo de respuesta. Aome sonrió.
    - ¿Sabes en que dirección queda la aldea donde vive tu familia? –
    - Creo que era cerca de las montañas –
    - Entonces, nos tomará dos o tres días llegar allá y tal vez uno o dos en regresar—pensó en voz alta – Si te molesta Inu Yasha, yo puedo irme con Shippou, ir a dejarlo a la aldea y luego te alcanzo –
    - No te preocupes, los acompañaré –
    - Gracias por hacerme el favor de acompañarme a la aldea—dijo Shippou feliz e hizo una reverencia.
    - Como dijo Inu Yasha hace unos momentos, no podemos dejarte solo, en este peligroso bosque—Aome sonrió – Lo mejor será que partamos lo antes posible, para aprovechar de avanzar lo más que podamos –
    - Así es—contestó Inu – Pero... –
    - ¿Pero qué? –
    - ¿Sabes dónde está la salida del bosque? –
    - Aquí vamos de nuevo—dijo con tono resignado y suspiró. Era la segunda vez que se perdían en un bosque. Saltó a un árbol, para tratar de ver donde estaba el sendero, pero no lo vio – Creo que será una larga búsqueda del sendero...—bajó del árbol – Yo buscaré el camino, ustedes quédense aquí –
    - Esta bien. Yo cuidaré de Shippou mientras no estás –
    - Gracias—Aome sonrió y se fue, saltando de árbol en árbol.
    - Oye... ¿Te llamas Inu Yasha, verdad?—le preguntó Shippou, cuando ya no vio a Aome cerca de ellos.
    - Así es—contestó él
    - Te quería preguntar algo... –
    - ¿Qué cosa? –
    - ¿Tú y Aome son prometidos?—preguntó inocentemente. Inu se puso rojo como un tomate.
    - N... no. Sólo somos compañeros de viaje, además de amigos—contestó nervioso. Shippou lo miró incrédulamente.
    - ¿Seguro?—preguntó con un tono incrédulo y lo miró fijamente.
    - Claro que sí—contestó enojado - ¿Cómo es posible que un niño me haga sentir nervioso?—pensó enfadado – Además, ¿qué te importa? Sólo eres un niño... –
    - Sólo tenía algunas dudas—rió – Aome es una chica muy bonita, ¿no es cierto? –
    - Yo no tengo por qué responder tus preguntas—se volteó de espaldas al pequeño, sonrojado – Por cierto... ¿qué edad tienes?—lo miró
    - Casi diez años... –
    - No sé como eres capaz de hacer esas preguntas a alguien mayor que tú. Eres muy irrespetuoso –
    - Debe ser por todo lo que me enseñó mi primo Miroku –
    - ¿Miroku? ¿No es el hombre que atendía la posada que queda en una aldea que está camino a la Cuidad Imperial? –
    - Así es. Yo venía con él en este viaje, pero nos distanciamos en el camino. Es uno de los pocos familiares que me quedan con vida—dijo entristecido.
    - No te preocupes, ya lo encontraremos—trató de consolarlo, pues aún era sólo un niño.
    - Él me dijo que si nos separábamos, tenía que dirigirme a la aldea de mis otros familiares, porque allí se encontraría esperándome, lo malo...—dudó si continuar - ...es que no se exactamente en que parte de la montaña estará... –
    - Ya la encontraremos, no te preocupes –

    Pasaron algunos minutos, en que ninguno dijo nada y luego Aome llegó.

    - Ya encontré la ruta para llegar al sendero—dijo ella bajando de un árbol – Aunque está un poco lejos de aquí... –
    - Ya veo. Entonces, lo mejor será partir hacia allá ahora mismo—Inu le hizo una seña a Shippou para que partieran y así lo hicieron.

    El sendero estaba algo lejos de allí, por lo que demoraron aproximadamente 40 minutos en llegar a él. Aome se había demorado menos en encontrarlo, puesto que ella antes había ido saltando por los árboles.
    Shippou estaba muy cansado, no estaba acostumbrado a hacer aquellas caminatas a través del bosque.

    - ¿Y como fue que te separaste de tu primo?—preguntó Inu a Shippou.
    - ¿Venías con tu primo?—preguntó Aome.
    - Es que unos guerreros del emperador Naraku nos atacaron y ahí nos separamos. Yo escapé al bosque y mientras corría, me encontré con aquel monstruo que vieron hace unos momentos. Espero que Miroku esté bien—Shippou suspiró
    - ¿Miroku? ¿No era él el joven que atendía la posada en una aldea que queda camino a la Cuidad Imperial? –
    - Así es. Él es mi primo y juntos viajábamos a la aldea de mis familiares, hasta que nos separamos. Pero planeamos que si eso pasaba, ambos nos juntaríamos en la aldea cerca de la montaña –
    - Ya veo –
    - Espero verlo pronto –
    - No te desesperes, pronto lo encontraremos—Aome sonrió y luego continuaron con su viaje. Preguntaron a los viajeros que veían pasar si sabían donde quedaba exactamente la aldea que buscaban, mas la información que recopilaron no era de mucha ayuda. Además, que les habían advertido que no había camino hacia la montaña y que el bosque que comunicaba el sendero con ésta era muy peligroso.
    - ¿Estás seguro de que aquella aldea se encuentra en las montañas?—preguntó Inu, cuando los tres estaban sentados a la orilla del sendero mientras veían el atardecer. Shippou bajó la mirada.
    - Miroku me dijo que así era. Él ha estado allí antes, visitando a nuestros otros familiares –
    - ¿Has visitado tú esa aldea?—preguntó Aome
    - Sí, pero creo que fue cuando tenía 4 años y no recuerdo el camino –
    - Ya veo –

    Se quedaron a dormir en un claro del bosque, ya que no había aldeas cerca de allí. Al día siguiente, volvieron al sendero. Se dirigieron al otro lado de este, donde había otro bosque, sólo que más tenebroso y lleno de monstruos que el anterior. Aome estaba subida a un árbol de aquel lugar, tratando de ubicar la aldea de los familiares del niño.

    - Creo que vi algo—dijo ella a los chicos, que se encontraban en el suelo – Veo una especie de aldea fortificada a lo lejos –
    - Esa es, esa es—dijo Shippou feliz.
    - Está algo lejos de aquí—bajó del árbol y se situó junto a ellos – Y he visto algunos monstruos, así que debemos tener mucho cuidado –
    - Vamonos entonces, no debemos perder tiempo—Inu Yasha comenzó a caminar y la joven con el niño lo siguieron. Cuando apenas llevaban 5 minutos de camino, apareció el primer monstruo. No era muy fuerte, así que lo vencieron enseguida – Ese fue fácil—envainó su espada.
    - Ojalá que todos sean así—Aome suspiró – O tal vez no llegaremos a salvo a la aldea –
    - Animo, ya verás que será así—Shippou sonrió y la chica hizo lo mismo.

    Fueron pasando las horas y cada vez aparecían monstruos más fuertes. Avanzar a través del bosque era difícil, estaba comenzando a oscurecer y Aome junto con Inu Yasha estaban realmente exhaustos, puesto que las energías se les habían acabado y sólo habían podido comer algunas pequeñas frutas que crecían en el lugar.

    - Ya no puedo más—Aome se dejó caer cerca de un árbol, donde apoyó su espalda.
    - Hemos estado combatiendo todo el día, y pareciera que este bosque no tuviese fin—Inu cayó cerca de Aome y cerró sus ojos.
    - Animo amigos, la aldea no debe estar lejos—trató de animarlos Shippou
    - Eso es lo que nos vienes diciendo hace más de dos horas –
    - Estoy seguro de que estamos cerca, Inu Yasha –
    - Solo quiero que se acaben los monstruos—Aome suspiró – Me subiré a un árbol para ver si diviso la aldea—trató de hacerlo del modo acostumbrado (saltando), pero no tenía fuerzas, así que tuvo que subir por el medio tradicional (o sea, usando sus manos y pies para aferrarse al árbol). Le costó mucho, pero lo logró – Veo la aldea—dijo entre emocionada y cansada – Está a 30 minutos de aquí, al parecer –
    - ¿Ves? Te dije que estábamos cerca—Shippou sonrió y ayudó a Inu Yasha a levantarse.
    - Ojalá que no aparezcan más de esos seres detestables—dijo este a modo de respuesta.
    - Andando—Aome bajó del árbol – Así lograremos descansar antes n.n y comer–-su estomago sonó y ella se sonrojó.

    Y partieron, con la esperanza de que no se les acercaran más monstruos en el camino. Llevaban aproximadamente 15 minutos caminando, cuando se les apareció un monstruo más fuerte y grande que los anteriores. Shippou se escondió detrás de un árbol, como sus mayores le habían ordenado que hiciera si aparecía algún ser sobrenatural, y los chicos adoptaron posición de batalla.

    - Está será su tumba, humanos—dijo el monstruo – No saldrán de este bosque con vida—rió estrepitosamente y comenzó a moverse, haciendo mucho ruido.
    - Eso es lo que crees—Aome lo miró desafiante y puso su espada entre los cuerpos de ambos, tratando de reunir las últimas fuerzas que le quedaban para luchar.
    - No nos vencerás—Inu Yasha desenvainó su espada e hizo lo mismo que la chica.

    En otro lugar, cerca del bosque...

    - ¿Qué es ese ruido?—preguntó una chica joven.
    - Parece que un monstruo está causando más bullicio del que debería—contestó un hombre algo mayor, al parecer el padre de la chica.
    - Vamos a ver que sucede—dijo un joven, apareciendo frente a ellos.
    - Sí, tal vez haya alguna persona en problemas o algo parecido—dijo una mujer adulta llegando donde estaban los otros tres.
    - Esta bien, vamos—dijo el hombre mayor, los demás tomaron algunas armas y se fueron a donde el ruido provenía.

    Con Aome, Inu Yasha y Shippou...

    - Este monstruo es muy fuerte—pensó Aome, mientras lo esquivaba – No sé si podremos vencerlo
    - Ambos estamos muy débiles. Ojalá seamos capaces de vencer rápido a este monstruo, o si no... No sé que podría pasar—pensó Inu Yasha
    - Ojalá que alguien viniera a rescatarnos—pensó Shippou temblando detrás del árbol donde se encontraba. Aparecieron otros dos monstruos, que venían a apoyar al más fuerte, que era su jefe.
    - ¿Le están causando muchas molestias estos humanos, jefe?—preguntó uno de los monstruos al más grande y fuerte.
    - No, solo me estoy divirtiendo con ellos—rió de manera muy exasperante para la chica y el príncipe. El comentario los enojó mucho.
    - Así que sólo está jugando con nosotros...—pensó Inu Yasha – Pues le demostraré de lo que soy capaz... –-arremetió contra uno de los monstruos y le cortó el cuerpo en dos, exterminándolo. Aome hizo lo mismo con el otro monstruo.
    (Se enojaron mucho los dos o.O).
    El “jefe” se enfadó y comenzó a derribar árboles, moviéndose de un lado a otro y haciendo mucho ruido. A los jóvenes les costaba mucho esquivar sus ataques y los árboles que caían, porque ya nos les quedaba fuerza para hacerlo. De repente, el objetivo del monstruo cambió, sólo atacando a Aome. Inu Yasha trataba de intervenir pero cada vez que lo intentaba recibía rocas y troncos que se lo impedían.
    Shippou tuvo que internarse más en el bosque, ya que cada vez se exponía más a ser descubierto.

    (Lo siguiente imagínenselo en cámara lenta n.n)

    En uno de sus intentos de eludir ataques, Aome tropezó y cayó al suelo. El ser sobrenatural estaba a punto de atacarla y pensaba acabar definitivamente con ella.

    - Creo que este será mi fin. Ya no puedo moverme y no tengo fuerzas para defenderme—pensó la chica y cerró sus ojos, esperando el ataque y la consecuencia de este, su muerte – Adiós Inu Yasha, Shippou, Sango...—el monstruo iba a atacarla con uno de sus brazos, pero justo unos segundo antes de que impactara a la chica, el príncipe se lanzó sobre ella, abrazándola protectoramente, y desviando sus cuerpos de la trayectoria directa del impacto mortal, recibiendo sólo parte de él. Aún así, fueron lanzados lejos de allí.

    (Fin cámara lenta n-n)

    Rodaron a través del suelo del bosque, por una pendiente y se detuvieron encima de unas tablas de madera viejas, que se encontraban en un lugar llano, rodeado de árboles y algo oscuro, donde apenas pasaban algunos ases de luz entre la frondosa vegetación. Aome entreabrió sus ojos, tratando de ver donde se hallaban. Cuando lo hizo, escuchó un crujido: eran las tablas que estaban cediendo. Se rompieron y ambos cayeron aproximadamente 4 metros.
    Afortunadamente, abajo había pasto seco apilado y cayeron sobre él. Aome se levantó lentamente, tratando de ubicar a Inu Yasha. Lo encontró a dos metros de ella y se acercó a él. La iluminación no era muy buena, solo algunos ases de luz llegaban hasta allí.

    - ¿Inu Yasha, estás bien?—preguntó ella, mirándolo preocupada. Él no reaccionaba – Inu Yasha, respóndeme—su voz denotaba angustia. Si no fuera por lo que hizo, ella no estaría con vida. Tardó un poco pero reaccionó y de a poco abrió sus ojos.
    - A... Aome—le costaba hablar. Había resultado bastante dañado, al igual que la chica.
    - Discúlpame—lo abrazó delicadamente, para no dañarlo más. Su cara mostraba mucha tristeza – Si no me hubiese tropezado, nada de esto hubiese ocurrido –
    - Tú... tú no tienes la culpa—trató de corresponder el abrazo, pero las fuerzas no lo acompañaban - ¿E... estás bien? ¿No te pasó nada?—preguntó. A la joven se le llenaron los ojos de lágrimas. A Inu le importaba más la salud de ella que la de él mismo. Lo mismo había pasado días antes, cuando Aome encontró a Inu Yasha herido por los soldados de los Hojo.
    - Yo estoy bien. Todo gracias a ti, tú me salvaste de una muerte segura—dijo muy agradecida – Muchas gracias—sonrió y unas pequeñas lágrimas escaparon de sus ojos.
    - Te ves más bonita sin lágrimas en tus ojos y con una sonrisa en tu rostro—levantó uno de sus dedos y con cuidado quitó las lágrimas de los ojos de Aome. El comentario y el acto del príncipe hicieron a la chica sonrojar.
    - Estás muy débil. Lo mejor será que salgamos de aquí y tratemos de llegar a la aldea lo más rápido posible para que recibas cuidados especiales—trató de cambiar el tema, apoyó lentamente y con sumo cuidado a Inu Yasha en el pasto seco e intentó buscar un modo de salir de allí de forma segura. Estaba oscureciendo, lo que dificultaba su tarea.
    - No te preocupes, yo estaré bien—contestó este – Un ataque como este no acabará conmigo—sonrió – Una cosa así no terminará con un príncipe como yo—dijo vanidosa y engreídamente. La joven soltó una pequeña risa y tanteó las paredes del hoyo en el que estaban, en busca de algunas raíces de las cuales afirmarse y escalar, pero no las encontró.

    Al parecer, quien había hecho el pozo se aseguró de hacer bien su trabajo.

    - Parece que no hay forma de escapar fácilmente de aquí—pensó la chica. Se dio cuenta de que le dolía mucho uno de sus pies y cojeaba – Yo tampoco salí bien librada de esta última pelea—suspiró. De repente, las fuerzas le abandonaron y calló lentamente al pasto seco, quedando su cabeza apoyada en el pecho de Inu Yasha.
    - ¿Qué te sucedió?—preguntó alarmado y sonrojado a la vez el chico.
    - No me quedan fuerzas ya—contestó con voz de cansancio. Sus ojos amenazaban con cerrarse y transportarla al mundo de los sueños. Bostezó – No puedo quedarme dormida en estos momentos. Debemos salir de aquí y es mí deber conseguirlo—intentó levantarse, pero no pudo – Discúlpame, no puedo levantarme –
    - No te preocupes, lo mejor será descansar un poco y reponer fuerzas, luego tratamos de salir de aquí—contestó con un tono comprensivo

    Los minutos comenzaron a pasar y a ambos los atrapó el sueño. La noche transcurrió tranquilamente y el amanecer llegó. Aome fue la primera en despertar.
    Se encontraba en los brazos de Inu Yasha y acurrucada en su pecho.

    - ¡¿Qué hago aquí?!—pensó alarmada y se sonrojó. Con mucho cuidado salió de la posición tan comprometedora en la que se encontraba, para no despertar al chico. Se levantó y comenzó a revisar las paredes del pozo, para ver si habría alguna forma de salir de él de la que no se hubiese dado cuenta anteriormente. Seguía cojeando, como la noche anterior. De repente, sintió que en una parte de la pared, la tierra estaba cediendo. Cayó la tierra y Aome se dio cuenta de que en el otro lado de la pared había un túnel - ¿A dónde llevará este túnel?—se preguntó.

    Se metió por el agujero que había allí. Miró a su alrededor y se fijó en que habían algunas antorchas apagadas cerca de ella.

    - Si tan sólo tuviese con qué encenderlas...—pensó. Al otro lado de la pared, Inu Yasha comenzó a despertar. Aome siguió viendo a sus alrededores, en busca de indicios que le indicasen donde se encontraba.
    - ¿Do...dónde estoy?—pensó él. Luego, comenzó a recordar lo ocurrido la tarde anterior – ¿A...Aome? ¿Dónde estás?—se levantó y comenzó a buscarla con la mirada - ¿Dónde se metió?—pensó.
    - Aquí—contestó y sacó su cabeza por el agujero. El que de repente apareciera la cabeza de ella por allí lo asustó y lo hizo retroceder.
    - ¿Qué...qué haces allí?—preguntó, mirándola extrañado.
    - Es que cuando buscaba una manera de salir de este pozo, por casualidad se derrumbó una parte de la pared y por ello vine aquí, a investigar—contestó.
    - Ya veo—hizo un gesto de comprensión – ¿Y qué has encontrado? –
    - Un túnel. Tal vez nos lleve a la aldea de los familiares de Shippou, eso es lo que yo creo... –
    - Seguro que así es—se acercó a Aome – Investiguemos si estás en lo correcto—se agachó hasta estar a su altura - ¿Puedo pasar? –
    - Claro n.nu—se movió de donde estaba, dejándolo pasar.
    - Está muy oscuro aquí—dijo, tratando de acostumbrarse a la oscuridad del túnel
    - Sí, pero creo que debe haber lugares donde entre luz natural; este túnel debe tener orificios donde entre aire –
    - Tienes razón. Oye... –
    - ¿Dime? –
    - ¿Qué habrá pasado con Shippou? –
    - Es cierto... Ojalá que esté a salvo—dijo con voz preocupada
    - No te preocupes. El es un niño fuerte y debe estar bien. Además, que está obligado a estar bien... porque nuestras pertenencias estaban con él T.T –
    - ¿Cómo piensas en ello en estos momentos?—una gota surgió en su cabeza.
    - Es que son cosas muy importantes, indispensables para nuestro viaje, ¿no? –
    - Es verdad, pero... no es momento para pensar en eso. Lo mejor será comenzar a caminar. No sabemos que tan largo y peligroso puede ser este lugar—y así lo hicieron, apoyando sus manos en las paredes del túnel, para no perderse en la oscuridad.

    Aproximadamente cada 25 metros había un respiradero en el túnel, permitiendo que la luz del día entrara e iluminara aunque fuese un poco aquel lugar. Inu Yasha se fijó en que Aome cojeaba, justo cuando pasaban por uno de esos claros de luz.

    - ¿Te lastimaste al caer?—preguntó, observando el tobillo de la chica.
    - No fue nada, estoy bien—sonrió – Ya podré curarlo cuando lleguemos a la aldea—siguió caminando.
    - ¿Por qué crees que estos túneles fueron creados? –
    - Tal vez haya sido para que la gente de la aldea pudiese salir sin riegos de ser atacada por algún monstruo. Además, creo que este camino es más corto que el que nosotros tomamos para ir a la aldea –
    - Si es así, seguramente, hay una salida al sendero que está al lado de este bosque –

    Se podía ver una luz saliendo de unas rendijas, y al parecer, no provenía de algún respiradero.

    - Parece que aquí está la salida—dijo Inu Yasha, adelantándose un poco y tratando de ver si había alguna escalera o algo así, para poder salir de ese túnel – Creo que aquí una escotilla—miró hacia arriba y Aome hizo lo mismo.
    - Al fin podremos salir de aquí—dijo la chica con cierto tono de emoción. Ya estaba cansada de aquel lugar. El chico encontró una escalera y comenzó a hacer presión en la escotilla para que pudiesen salir. Después de unos segundos, lo logró.
    - Listo—la luz entró a raudales por la abertura y los dejó encandilados por unos momentos – Salgamos de aquí—sonrió – Las damas primero—hizo una indicación para que Aome subiera. Ella intentó subir, pero su tobillo se lo impidió – Yo te ayudaré. Sube a mi espalda—le ofreció sus brazos y su espalda para que Aome se acomodara en ellos. Ella lo hizo e Inu Yasha comenzó a subir las escaleras lentamente, ya que el también se hallaba algo herido.

    ------------------------


    Bueno, eso ha sido todo! Esero que les haya gustado ^^


    Si hay por lo menos 3 post para mañana vengo a publicar el que sigue :D


    De nuevo perdón por la tardanza en publicar! Fueron situaciones fuera de mi control las que no me permitieron hacerlo u.u


    Cuidense mucho! Y gracias por postear siempre y mostrarme su apoyo n.n


    Adiós!


    Dany-Chan
     
  16.  
    NuriA-7

    NuriA-7 Guest

    Título:
    ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    64
     
    Palabras:
    99
    Re: ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)

    Holaaa!!^^
    No te preocupes por no haber podido subir antes la conti!!:) ya que por lo que has dicho has tenido unos dias bastante atareados no??:)
    Me encantó al contiii!!:D la espera ha valido la pena!!;)
    Espero pronto la siguiente conti!;)
    Un beso enooorme y te cuidas!!^^ **NÚRIA**
    P.D: Los tres posts que quieres para que subas la conti, sirven si son todos mios?? xDxD Es que quiero ya la conti!! xD
     
  17.  
    Dany-Chan

    Dany-Chan Guest

    Título:
    ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    64
     
    Palabras:
    76
    Re: ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)

    Hola n.n

    Lo siento, los 3 post tienen que ser de personas distintas (y el mio tampoco cuenta! XDD) ^^UU Así veo si la gente tiene interés o no en mi fic... En el caso de que no hubiese más respuestas en los próximos 2 días, te enviaré el capítulo que sigue en un PM ;)

    Cuídate, que estés bien, adiós!
     
  18.  
    eva maria

    eva maria Usuario común

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    Re: ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)

    Ola!!!!


    La conti estubo espectacular! lo siento por no venir, estos dias... o semanas no me estoy pasando mucho por cemzoo, valla esa camara lenta, fue perfecta, ademas que Inuyasha la ayudo, jeje ahora se lo que pasara xD, por cierto... cuando continuaras en fanficciont? "jeje no se escribirlo x.x" jeje me estoy pasando todos los dias haber si veo algo xD... Bueno, conti cuando puedas... pues Yo me voy ^o^

    ¡Bye!

    Atte: Eva María *-^
     
  19.  
    Ailyn

    Ailyn Usuario popular

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    Re: ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)

    Hi! me encanto la conti!! jajajajja ya tardaba en aparecer Shippo xD anda que Kagome tambien es olvidadiza xD Joe que lindo que es Inu ToT ToT -isa emocionada- Bueno que me encanto la conti espero la siguiente ansiosa mucho animo ! que escribes muy bien!
     
  20.  
    Dany-Chan

    Dany-Chan Guest

    Título:
    ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)
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    Re: ~Oportunidad de Vivir~ (Fanfic de Inu Yasha)

    Hola!!

    Como han cumplido con lo de los tres post, aquí les va un nuevo capítulo de mi fic :) Dedicado a Núria porque es siempre ella la que más me insiste en publicar pronto los capítulos XDD

    Ojalá que les guste ^^

    ----------------------------

    “Oportunidad de Vivir”
    Capítulo 09: Libertad
    Cuando lograron salir, se encontraron con el poblado que anteriormente habían visto a lo lejos, a sólo unos pasos de ellos.

    - Al fin, el poblado—dijo Aome, feliz – Ojalá que Shippou haya podido llegar aquí sano y salvo -
    - No te preocupes. Ese niño es fuerte—le contestó Inu Yasha – Ahora, vayamos a la aldea -
    - Vamos—ambos se sujetaban de los hombros, para ayudarse a caminar.

    Cuando llegaron a la aldea, unas mujeres les ofrecieron su ayuda, al verlos malheridos. Les curaron y vendaron sus heridas y les dijeron que se mantuvieran en reposo, para sanar pronto. Ambos hicieron caso y se quedaron descansando cada uno en una cabaña diferente, de las aldeanas que los habían ayudado.
    Aome se encontraba descansando, con sus ojos cerrados, pero sin dormir. De repente, sintió que alguien entraba allí sigilosamente.

    - ¿Quién anda ahí?—preguntó, aún con los ojos cerrados.
    - ¡Hola!—exclamó la voz de un niño – Vine a ver cómo estabas y a saludarte—la chica abrió sus ojos, para encontrarse con Shippou a su lado.
    - ¡Shippou!—exclamó Aome – Que bueno ver que estás a salvo—sonrió, tomando posición de sentarse.
    - Aome, no te esfuerces. Descansa, así te recuperarás más rápidamente—ella le hizo caso y volvió a recostarse.
    - ¿Cómo fue que pudiste llegar aquí, si estabamos luchando con un monstruo?—preguntó la chica.
    - Mis familiares llegaron a rescatarnos, pero tu e Inu Yasha desaparecieron. Ellos lograron vencer al monstruo, ya que esta es una aldea de exterminadores de esos seres—le explicó.
    - Ya veo—sonrió - ¿Sabes cómo se encuentra Inu Yasha ahora? Él estaba más herido que yo... -
    - Hace unos momentos fui a verlo. Estaba durmiendo, así que preferí no despertarlo—pasaron unos momentos de silencio – Mi primo Miroku está aquí. Cuando le conté que tú e Inu Yasha me acompañaron hasta aquí, se puso bastante feliz. Y creo adivinar por qué—rió. Aome también lo adivinó.
    - Ese Miroku... Parece que no tiene remedio—una gota salió de su cabeza.
    - Eso es verdad. Mi primo es y siempre será así. Es su forma de ser... -

    Siguieron conversando un poco y luego Shippou se fue, para dejar descansar a la chica. Ésta se quedó dormida, hasta que ya fue hora de almorzar.

    - Despierte, señorita Aome. Es hora de comer—le dijo una voz. Ella comenzó a despertar y se encontró con Miroku a su lado.
    - Joven Miroku...—dijo ella, abriendo sus ojos.
    - Es un gusto volver a verla, señorita—sonrió – Le he traído sus alimentos. Si come, se mejorará más rápido—le aconsejó.
    - Gracias—se sentó y comenzó a comer. Mientras lo hacía, conversaba un poco con el oven, acerca de lo que había pasado desde que no se habían visto - ¿Sabe cómo se encuentra Inu Yasha?—preguntó, cuando ya había terminado de comer.
    - Shippou fue a acompañarlo mientras comía sus alimentos. Por lo que pude ver hace algunos momentos, se encuentra mejor -
    - Que bueno—sonrió – Últimamente ha recibido mucho daño físico... —dijo – Y todo por mi culpa... —pensó – Quizás soy una carga más que una ayuda para Inu Yasha... —su cara mostró tristeza.
    - Animo, señorita Aome. Usted se ve mejor con una sonrisa en su rostro—trató de animarla.
    - Gracias -
    - La dejaré sola, para que descanse—tomó los platos y se retiró. Aome se recostó otra vez, intentando dormir, pero no pudo, así que se quedó pensando.

    Mientras tanto, en la cabaña donde se encontraba Inu Yasha...

    - ¿Te sientes mejor?—preguntó Shippou al chico, mientras comía.
    - Sí, algo mejor...—contestó este – Por cierto... ¿Cómo fue que llegaste aquí sano y salvo?—Shippou se lo contó – Ya veo. Que suerte tuviste de que en ese momento llegaran tus familiares -
    - Es verdad—sonrió - ¿Tuvieron que enfrentar muchos problemas con Aome después de que el monstruo los lanzó lejos?—preguntó.
    - Algunos, pero ahora ya está todo solucionado. Que bueno que había un túnel que nos permitió llegar aquí más rápidamente... Por cierto... ¿No recordabas tú que había una manera más fácil de llegar que atravesando ese peligroso bosque?—preguntó, algo resentido.
    - Bueno... este... yo... Lo recordé sólo cuando llegué a esta aldea y Miroku me lo dijo...—contestó, bastante nervioso. Ya se esperaba una mala reacción por parte de Inu Yasha.
    - Bueno... Eso no importa ya...—suspiró – Todos estamos a salvo en este momento... -

    Los días fueron pasando y Aome, junto con Inu Yasha, se recuperaron. Esto significaba que ya podrían retomar su viaje. Prepararon todas sus cosas, para partir pronto.

    - Muchas gracias por todo—agradeció Aome, haciendo una pequeña reverencia. Inu Yasha también lo hizo – Fueron muy amables en recibirnos, brindarnos ayuda y hospedaje por estos días -
    - No fue nada—contestó una mujer, de cabello café, largo, ojos negros, piel blanca, estatura mediana. Ella era la tía de Shippou – Ustedes nos hicieron el favor de traer aquí sano y salvo a Shippou. Sin su ayuda, podría no haber llegado aquí tan pronto. Muchas gracias—hizo una pequeña reverencia.
    - No tiene por qué agradecernos. Era nuestro deber, no podíamos dejarlo solo en el bosque...—dijo Inu Yasha.
    - De todos modos, muchas gracias—dijo un hombre pelirrojo, apareciendo. Este era el tío de Shippou. Luego, aparecieron sus primos, incluido Miroku.
    - Que tengan un buen viaje—les desearon todos ellos.
    - Gracias—contestó Aome.
    - Disculpe ¿Puedo hacerle una pregunta?—preguntó Miroku.
    - Claro -
    - ¿Adónde se dirigen? -
    - Vamos hacia el norte—contestó.
    - Entonces, ¿Puedo acompañarlos?—preguntó – Es que yo debo viajar hacia una aldea en el norte y, si los acompaño, sería más ameno el viaje... -
    - Yo no tengo problema—dijo la chica – No sé si Inu Yasha se opone... -
    - No, estoy de acuerdo—dijo este.
    - Les prometo que no se arrepentirán—dijo feliz – Iré en busca de mis cosas y vuelvo enseguida—dijo y se retiró. Volvió unos minutos después – Listo, aquí estoy -
    - Entonces, podemos irnos—dijo la chica. Volvió a agradecerle a la familia de Shippou por todo lo que hicieron por ellos.
    - Les recomendamos que se vayan por el túnel subterráneo que da hacia el sendero—les dijo el tío de Shippou – Es mucho más seguro que irse por el bosque... Eso ustedes ya lo experimentaron—sonrió.
    - Sí—contestaron Inu Yasha y Aome, con una gota en sus cabezas.
    - Sólo deben seguir derecho por el túnel y llegarán a la salida, que da al sendero—dijo, mientras salían de la aldea con dirección al túnel – Luego de salir, dirigiéndose hacia la derecha, podrán encontrar una aldea a más o menos medio día de camino -
    - Muchas gracias por sus indicaciones—agradeció Aome – Las seguiremos al pie de la letra -
    - Les deseo lo mejor en su viaje—les dijo el hombre, abriéndoles la escotilla de túnel. Los jóvenes bajaron por la escalera, cada uno con una antorcha en su mano, para iluminar el oscuro lugar - ¡Buena suerte!—les deseo, cerrando la escotilla.

    Ellos empezaron a caminar, primero todos en silencio, y luego hablando de cosas de la vida cotidiana. Así pasó más o menos una hora, hasta que llegaron a la salida de aquel lugar.

    - Al fin, la salida—dijo Aome – No me gusta estar en lugares tan oscuros y encerrados >.<—Inu Yasha abrió la escotilla de la salida y el grupo salió a la superficie. Aome respiró profundamente, viéndose bastante aliviada. Durante la mayor parte del camino, se le vio un poco inquieta.
    - No sabía que no te gustaban los espacios cerrados. Cuando ambos pasamos la primera vez por el túnel, no lo demostraste—dijo Inu Yasha.
    - Es que en esa ocasión lo único que quería era llegar rápido a la aldea, por eso no lo pensé... —explicó la chica.
    - No se preocupe, señorita Aome, conmigo siempre va a estar a salvo—puso su brazo alrededor de los hombros de la joven. A esta le salió una gota de su cabeza. Inu Yasha lo miró, desconfiado.
    - Yo puedo cuidarme sola, pero gracias de todos modos—la chica retiró el brazo de Miroku de sus hombros - ¿Seguimos nuestro viaje?—preguntó a los chicos.
    - Claro, vamos—dijo Inu Yasha y partieron.

    Viajaron por aproximadamente dos horas, para luego detenerse a comer un poco de la comida que les habían dado en la aldea de la familia de Shippou y Miroku. Después de eso, continuaron su viaje hasta poco antes del anochecer, cuando encontraron la aldea que les había indicado el tío de Miroku.

    - Aquí podremos descansar, en alguna posada—dijo Miroku.
    - Ahora que somos tres, nos saldrá más caro el alojamiento—dijo Aome, mirando el poco dinero que le quedaba, del que había tomado para llevar a cabo su misión.
    - No se preocupe, señorita, de eso me encargo yo—rió Miroku y fue en busca de una posada. Aome e Inu Yasha lo siguieron, intrigados.

    Llegaron a una posada, atendida por una mujer joven. Miroku se acercó a hablar con ella, pero diciéndoles antes a sus compañeros que lo esperaran fuera. Estos se miraron, extrañados, pero obedecieron. Al cabo de unos minutos, el joven salió de la posada, con cara triunfante.

    - Bueno, ya pueden pasar. Todo esta arreglado—les dijo a ambos. Éstos se miraron con cara de ¿Qué habrá hecho Miroku? – Vamos, entren, entren—los empujó hacia el interior. Allí les sirvieron comida y les ofrecieron alojamiento por la noche, cada uno con habitación propia.
    - Algo raro tiene que haber hecho este Miroku...—pensó Aome – No nos pueden haber dado habitaciones por la mitad del precio, e incluso, separadas una de otra, siendo que así son más caras...—la chica estaba en su habitación, alistándose para dormir – Este chico es todo un misterio—se acostó en su futon y al cabo de unos minutos, se durmió.

    En su habitación, Inu se durmió también. Miroku, asegurándose de que ambos estaban dormidos, fue a la recepción de la posada, a conversar con la joven que la atendía. Allí estuvo un rato conversando con ella y luego se fue a acostar.

    - Miroku, eres todo un galán—pensó él, retribuyéndose su coquetería con las mujeres. Esta era el arma que usualmente usaba para hacer sus viajes un poco menos costosos (XD) – Ninguna se logra resistir, aunque sea un poco, a tus encantos—pensó, mientras entraba en su habitación – Aunque la mayoría no quiera tener un hijo contigo, les encantas—se alistaba para dormir. (Que poco se quiere Miroku... ¡Quiérete un poquito más! XDDD) – Es hora de que este bello cuerpo descanse—dijo, antes de meterse en el futon – Buenas noches—se dijo a si mismo y se durmió. (Que miedo >__< Miroku se habla a así mismo de esa manera tan egocéntrica XD Creo que nadie lo hace... o por lo menos, no conozco a nadie que haga algo parecido XD)

    Un nuevo día llegó. Todos los del grupo despertaron y se prepararon para ir a tomar desayuno. Cuando terminaron, Miroku se encargó de pagar la cuenta de la estadía, diciéndoles a Aome e Inu Yasha que lo esperaran fuera.

    - Creo que otra vez usará sus “técnicas secretas”—dijo Aome, viendo hacia la entrada de la posada.
    - Así es. Pero por lo menos, nos está ahorrando bastante dinero n-nu—dijo Inu – Así podremos quedarnos en posadas más seguido—dijo feliz. Dormir en la intemperie no era de lo más cómodo, además de que se estaba expuesto a más riesgos.

    Miroku salió y continuaron su viaje. Los otros dos trataron de sacarle información acerca de sus “técnicas para ahorrar dinero”, como las había nombrado Inu Yasha mientras le preguntaban, pero el chico guardó silencio.

    - Es un secreto, no se los diré, o si no dejará de ser secreto—fue lo único que dijo y siguió caminando.
    - Es inútil, Inu Yasha. Nunca lo averiguaremos—dijo Aome – Será uno de los tantos misterios de la vida—se encogió de hombros y ambos siguieron su camino.

    Su viaje continuó, con rumbo hacia el norte. Pasaron por otras dos aldeas más, donde Miroku hizo de las suyas de nuevo. Seguían su camino, cuando de repente Miroku se detuvo.

    - ¿Qué pasa?—preguntó Inu Yasha - ¿Por qué te detienes así de repente? -
    - Acabo de recordar que olvidé algo en una de las aldeas por las que pasamos. Lo malo, es que no recuerdo en cual de todas fue...—dijo, con una gota en la cabeza.
    - ¿Y era algo muy importante?—preguntó Aome.
    - Sí. Era un relicario que me dio mi abuelo antes de morir—dijo apenado – Debo ir a recuperarlo. Ustedes sigan con su camino, yo trataré de alcanzarlos lo antes posible -
    - Esta bien—dijo la chica – ¡Cuídate mucho y asegúrate de no caer en malos pasos!—este comentario de la chica hizo que una gota cayera de la cabeza de Miroku.
    - Le aseguro que no lo haré, señorita. Adiós, cuídense mucho, nos vemos—les deseó y despidió el chico y empezó su viaje en busca de su relicario. Los otros dos jóvenes siguieron con su camino, solos, así como cuando iniciaron su viaje.
    - Ojalá que Miroku lo encuentre pronto... Sino tendrá que devolverse todo el camino que hicimos en una semana... Y eso no es poco n.nu -
    - Sí, es cierto. En este tiempo avanzamos más que en otras ocasiones—le respondió Inu.
    - Seguramente sólo nos falta una semana para llegar al castillo Higurashi, ¿no? -
    - Así es...—Inu Yasha se quedó muy pensativo.
    - ¿En que piensas?—preguntó la joven.
    - En nada importante—contestó. Cuando iban caminando, Aome obligó a Inu Yasha a esconderse detrás de unos arbustos.
    - ¿Qué pasa? ¿Por qué nos escondemos?—preguntó extrañado.
    - Baja la voz. Acabo de ver a unos soldados de Naraku dirigiéndose hacia acá—susurró – Si alguno de ellos me reconoce, estaré en un gran problema... Me llevarán a la fortaleza de Naraku y le dirán que no cumplí mi misión... —hubo un silencio.

    Transcurrieron unos segundos y los soldados pasaron enfrente de los jóvenes, sin darse cuenta de su presencia. Ambos esperaron hasta que no hubiese riesgo de ser vistos por los soldados y salieron de su escondite.

    - Se fueron—suspiró aliviada - En todo nuestro viaje no nos habíamos encontrado con ellos... -
    - Quizás fueron a cumplir alguna misión ordenada por su jefe—dijo el chico – No creo que estén buscándote, ¿o sí? -
    - Quizás sí... Me he tardado mucho en volver a la fortaleza. No es normal que una misión tarde tanto en cumplirse. Y eso puede significar que: O tuve un accidente que me impide llevar a cabo mi misión o morí en el intento de asesinarte o te asesiné, pero hay algo que me impide volver con Naraku... -
    - ¿En sus posibilidades no está contemplada la traición a Naraku? -
    - No. Eso es impensable. Se supone que ninguna de nosotras—refiriéndose a las Princesas de la Muerte—sería capaz de hacer algo así. Le debemos nuestra vida, honor, respeto y obediencia absoluta... —se quedó un momento en silencio, se agachó y bajó su mirada –...cosas que últimamente no he llevado a cabo... –volvió a quedarse en silencio – Si Naraku se entera de esto... -
    - No pienses en eso Aome. No te han descubierto y debes estar tranquila. Aprovecha este tiempo en que no estás bajo el mandato de Naraku, sino de ti misma. Disfruta de tu libertad—sonrió. La chica quedó un momento pensativa.
    - Tienes razón. No debo apenarme por eso ahora—levantó su mirada y sonrió – No es momento de pensar así. Hay que seguir con nuestro viaje—Inu Yasha le ofreció su mano y le ayudó a levantarse.
    - Aún nos queda camino por recorrer... ¿Lo hacemos por el bosque como de costumbre?—preguntó. A Aome le salió una gota en su cabeza. (XD)
    - Esta bien, vamos—ambos empezaron a caminar por el bosque.

    Al cabo de aproximadamente 45 minutos, encontraron un río. Se detuvieron allí para descansar un poco y almorzar. Aome se dedicó a la pesca e Inu Yasha a recolectar leña, como en otras ocasiones lo habían hecho. Terminaron de comer y se sentaron en una roca, a la orilla del río, con sus pies en sus refrescantes aguas.

    - Que bien se siente tener un momento de tranquilidad así—dijo Aome, mirando como corría el agua del río.
    - No siempre se puede tenerlo—contestó Inu Yasha. Aome asintió y miró hacia el cielo. En ese momento de descuido, el chico tomó un poco de agua y la lanzó a la cara de la chica. Ella lo miró enfadada.
    - Así que esas tenemos...—tomó agua y se la arrojó, pero este saltó al río y logró eludir el ataque – ¡No te escapes, cobarde!—le gritó, saltó al río y comenzó a perseguirlo. Ambos parecían unos niños, jugando. En este “juego” de persecución, ambos quedaron empapados y algo cansados.
    - Viste lo que has hecho—dijo Inu Yasha, recostado en la hierba, descansando. Aome estaba a su lado – Estamos empapados -
    - Discúlpame, pero la culpa fue tuya. Tú empezaste—le recriminó.
    - Pero tú fuiste la que lo continuaste. Todo podría haber quedado solo ahí... -
    - Tú me atacaste. Yo tenía que contraatacar—y así siguieron discutiendo un rato.

    Todo esto terminó nuevamente en una persecución en el río, quedando más empapados de los que estaban. Incluso, algunas de sus pertenencias cayeron al agua, como la ropa de combate de Aome. Ambos terminaron recostados en la hierba nuevamente, pero ya no peleaban.

    - Hace tiempo que no me divertía así—dijo Aome.
    - Yo tampoco. Será hace más de seis años de la última vez, creo...—contestó Inu Yasha.
    - Yo no sé hace cuanto, pero será hace más de un par de años... Bueno, en fin, deberíamos buscar una forma para secarnos o vamos a pescar un resfriado... -
    - Yo no tengo problema, porque tengo ropa seca guardada. La que tiene problemas eres tú, ya que toda tu ropa cayó al río y se mojó... -
    - Eso es verdad—suspiró – Iré a colgar mi traje para que se seque más pronto y pueda ponérmelo—tomó su vestimenta, ató una cuerda de un árbol a otro y allí colgó sus ropas, pero aún así se quedó con su kimono mojado puesto.

    Inu Yasha se puso la ropa seca que tenía, y luego ambos se colocaron donde el sol irradiaba más fuerte su calor, para que la ropa de la chica se secase más rápido.

    - ¿Estás bien? ¿Tienes mucho frío?—preguntó el chico, después de pasados unos veinte minutos.
    - Un poco, pero ya pasará. Ojalá que mi ropa se seque pronto... —dijo ella. Inu Yasha se quedó un momento pensativo y luego comenzó a quitarse su haori - ¿Qué haces?—preguntó alarmada y sonrojada. Inu Yasha se veía muy atractivo con el torso descubierto.
    - Toma—le entregó su haori – Póntelo para que no tengas que permanecer con tu ropa mojada y pesques un resfriado -
    - Eres muy bueno—sonrió – Gracias -
    - No hay de que. Ve y cámbiate, antes de que te enfermes—la chica asintió y se fue detrás de un árbol, a cambiarse de ropa.

    Cuando terminó, volvió con Inu Yasha. Apenas él la vio, se sonrojó. La chica se había anudado el haori de tal forma que quedaba muy ajustado a su cuerpo, y por el largo de la prenda, esta no llegaba más allá de la mitad de sus muslos. Esto la hacía ver muy atractiva.

    - Me queda un poco corto, pero servirá para no estar con ropa mojada—dijo la joven. Inu no podía quitarle la vista de encima – Iré a colgar mi kimono—fue y el chico aún la seguía mirando.
    - Inu Yasha, ¿¡Qué haces!?—se recriminó a si mismo el chico – No esta bien. ¡No debes mirar a Aome más que con ojos de amigo! Aunque... ella es tan linda, física y psicológicamente... ¡NO! Me prohibo pensar en eso—el chico sacudía su cabeza una y otra vez, tratando de alejar esos pensamientos. Aome lo miró extrañada.
    - ¿Qué te pasa?—preguntó – Parece como si quisieras sacarte algo de la cabeza—rió.
    - Algo así...—también rió. Se quedaron unos momentos en silencio.
    - Parece que no pudimos avanzar mucho en nuestro viaje el día de hoy... –
    - No, pero por lo menos tuvimos un día libre de tensiones, ¿no lo crees? –
    - Eso es verdad—sonrió. Ambos comenzaron a conversar sobre la vida.

    De lo que ninguno de los dos se dio cuenta fue de que el bello cielo azul daba paso a unas grises nubes de lluvia. Comenzó a hacer frío y luego empezó a llover. Los jóvenes tuvieron que refugiarse bajo un frondoso árbol que se encontraba cercano al lugar.

    - Ni cuenta nos dimos de que se acercaba una lluvia—dijo Inu Yasha, apegado al tronco del árbol para no mojarse, al igual que la chica.
    - Es que estabamos conversando muy animadamente. Se nos fue el tiempo volando...—Inu Yasha se percató de que Aome temblaba un poco.
    - Estás temblando... –
    - Sí. De repente comenzó a hacer mucho frío...—contestó ella, poniendo sus brazos alrededor de su cuerpo.
    - Quizás si nos acercamos un poco más podamos entrar en calor—sugirió él, sin ninguna mala intención. (Inu es un buen hombre XD).
    - Esta bien—la chica se acercó un poco más a él, pero aún así ambos seguían con esa desagradable sensación. Aome estornudó.
    - Te estás enfermando... –
    - No es nada. Yo me siento bien...—mintió la chica. La verdad era que le dolía un poco la garganta y la cabeza.
    - Eso es ahora, pero después te irás agravando... –
    - Ya te dije que estoy bie...—Inu la abrazó. Esto hizo sonrojar a ambos, pero más a la chica.
    - Así ninguno de los dos pasará frío, ¿no crees? –

    La chica no respondió. Con ese abrazo, su cuerpo comenzó a sentir nuevas sensaciones, que nunca antes había sentido o, mejor dicho, no en esa magnitud. Se sentía muy nerviosa y pensaba que su corazón se le iba a salir, pero aún así quería seguir en ese abrazo que le ofrecía Inu Yasha.

    - ¿Ya ves que sí funciona?—preguntó el chico.
    - Sí...—contestó ella. Siguieron abrazados por unos minutos, hasta que paró de llover. El cielo poco a poco comenzó a despejarse, dejando ver un poco de su acostumbrado color azul.
    - Parece que fue sólo una lluvia pasajera—soltó cuidadosamente a la chica y ambos miraron hacia el cielo – Espero que no vuelva n.nu –
    - Ya estamos en invierno... Hará frío y lloverá mucho >o<. No me gusta ni la lluvia ni el frío... Prefiero la primavera, es más agradable n-n Además, en esa época florecen los cerezos... Ver como caen sus pétalos es un espectáculo muy lindo, ¿cierto? -
    - Sí—respondió él. La última frase dicha por Aome, le trajo ciertos recuerdos de su niñez, junto con la princesa Kagome.

    ***Flash back***

    Los pétalos de cerezo caían de los árboles, danzando en el aire. Era primavera, e Inu Yasha, junto con Kagome, se encontraban conversando en uno de los puentes que cruzaban los arroyos que formaban parte del jardín del palacio real. A ambos se los podía ver muy sonrientes.

    - ¿En serio le pasó eso a tu hermano?—preguntó el príncipe, mientras reía.
    - Sí, y todos no podíamos parar de reír cuando lo vimos. Fue muy gracioso... –
    - Ojalá hubiese estado allí...—ambos se quedaron en silencio, mirando el paisaje a su alrededor.
    - Ver como caen los pétalos de cerezo es un espectáculo muy lindo ¿cierto?—dijo mientras miraba a un gran cerezo.
    - Sí...—contestó el. Una joven mujer se acercó a ellos.
    - Es hora de comer, niños—les dijo.
    - Esta bien, madre. Vamos Kagome –
    - Vamos—la niña sonrió.

    ***Fin del Flash back***

    - ¿Te sucede algo?—preguntó Aome, al verlo fuera de si mismo.
    - No, nada, solo recordé algo—contestó él.
    - Ya veo –

    La noche se aproximaba y ambos decidieron buscar comida para cenar y leña para hacer una fogata. Después de comer, Aome fue a ver su ropa y se dio cuenta de que estaba algo húmeda, pero aún así decidió ponérsela, para poder devolverle el haori al chico.

    - Enseguida te devuelvo tu haori, Inu Yasha—se fue detrás de unos árboles a cambiarse. Cuando salió, vestía su kimono.
    - Que milagro que se haya secado, con el frío que ha hecho...—dijo él.
    - Así es. Toma—le entregó el haori a Inu – Gracias –
    - No hay de que—contestó – Lo mejor será ir a dormirnos, para partir temprano mañana... –
    - Esta bien—ambos buscaron un lugar para dormir, se acomodaron y se recostaron.
    - Buenas noches –
    - Buenas noches, que duermas bien –
    - Igualmente—dijo el chico. Unos minutos después, se quedó dormido, rodeado con la fragancia que la joven había dejado en su haori, al haberlo usado. A Aome le costó un poco, ya que sentía algunas molestias en el cuerpo.
    - Seguramente luego de dormir, estaré bien—pensó. Momentos después, se durmió.

    Al día siguiente, el cielo se encontraba algo nublado y hacía un poco de frío. Inu Yasha fue el primero en despertar.

    - ¡Qué frío hace!—puso sus brazos alrededor de su cuerpo. Se percató de que Aome aún dormía - ¡Aome, es hora de despertar!—le dijo, pero no obtuvo respuesta. Se acercó a la chica y le tocó el brazo. Tampoco hubo reacción. Se fijó bien y se dio cuenta de que la chica tenía dificultades para respirar. Esto lo alarmó y puso su mano en la frente de la chica. Estaba ardiendo - ¡Tienes mucha fiebre! ¡Debemos encontrar un lugar donde te atiendan, rápido! –


    ------------


    Espero que lo hayan disfrutado!!
    Que estén muy bien, cuidense mucho!
    Espero sus post con ansias *o* (entre más haya, más feliz me hacen y puede que publique antes de sábado...)

    Adiós!

    Dany-Chan
     

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