D. Gray Man [One Shot] La poción de Komui

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por princessdark, 24 Julio 2010.

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    princessdark

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    [One Shot] La poción de Komui
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    La poción de Komui [D.Gray-man]

    Era un día normal en la Orden, Allen comía sus toneladas diarias de comida acompañado de su fiel golem Timcampy. Lavi lo veía con una gotita en la sien, Lenalee reía ante la voracidad del albino, Miranda se disculpaba de sabrá dios que cosa con Marie que intentaba calmarla, Chaoji estaba con sus amigos buscadores, los generales en las termas (Nota de la autora: Para los que no sepan, la Orden si tiene unas termas) los tres chiflados-así bautizó Amy a sus amigos buscadores-miraban curiosos la pelea entre Amy y Kanda comiendo palomitas de maís, Krory veía a todos con unas gotitas, Amy y Kanda peleaban como siempre soltándose insultos del tipo: “Cállate arandanín” “¡No me llames así enana del demonio!” Los de la sección científica trabajaban como desquiciados y Reever trataba de encontrar a Komui el cual había desaparecido misteriosamente, solo Dios sabe que estaría haciendo aquél hombre, pero fuera lo que fuera, no podía ser nada bueno.
    Al cabo de unas horas, el Supervisor que brillaba por su ausencia, hizo acto de aparición y en sus manos traía un frasquito con un líquido rosado en él. Todos lo miraron entre curiosos y enojados.<img src=" />
    -Eeh, Komui, ¿Qué es ese líquido?-preguntó finalmente Reever.
    -Esto, amigo mío es… ¡Una poción de amor! Si alguien la bebe, está poción hará que los sentimientos ocultos de la persona que la ingirió afloren, pero solo si es amor o deseo, lo que sea más fuerte surgirá con fuerza.
    -¿Y eso es útil para…?
    -No es obvio Reever, para unir a ciertos exorcistas testarudos que se la pasan peleando como el perro y el gato pero que en el fondo se quieren.
    -Entiendo…-dijo pensativo Reever para quitarle la poción a Komui-mejor no intentes nada, tus inventos siempre terminan en un caos.
    -¡Eres muy malo conmigo!-lloriqueó el supervisor viendo impotente como Reever se llevaba su adorada poción, o eso creía el jefe de la sección científica ya que en cuanto Komui se encerró “deprimido” en su oficina, sacó otro frasquito aparentemente con el mismo contenido-Pero cayó en la trampa, ahora lo que tengo que hacer es poner esto en las bebidas de Amy y Kanda-soltó una risa malévola marca “Cerebro*” y puso en marcha su maléfico plan para unir a los dos exorcista de una vez por todas.
    Caminó al comedor con pasos sigilosos y aprovechando que todos estaban distraídos con la pelea verbal de Kanda y Amy, echó la poción en la soba de Kanda y la malteada de Amy para luego irse sigilosamente, tal y como llegó.
    -¡Eres un idiota Kanda! ¡Marie, te regalo mi malteada, este tarado me quitó el apetito!-la joven le dio la malteada rosada a su amigo y se fue dando grandes zancadas no sin antes haberle gritado al japonés-¡Imbécil!-azotó la puerta como la adolescente que era y todos se quedaron callados.
    -Yuu, creo que te pasaste esta vez-sentenció el conejo mirando al japonés que comía su soba como si nada hubiera pasado.
    -Como si me importara-al terminar su comida sintió algo extraño, sentía un hueco en el estómago, su respiración comenzaba a tornarse agitada y los párpados le pesaban. Sin despedirse ni nada se fue a su habitación pero antes de llegar a la cama, cayó inconsciente al piso, haciendo un ruido sordo al caer.
    A la mañana siguiente, una pelirroja despertaba a duras penas, eran las 5:00 a.m. y tenía que entrenar con el arándano idiota que tenía por compañero. Se levantó desperezándose como un tierno minino, luego tomó su ropa de entrenamiento-un short negro que le quedaba un poco corto y ajustado, una blusa chinesca negra con adornos rojos y sin mangas y unas botas negras de piso-se puso sus confiables guantes, su cabello lo ató en una coleta alta dejando algunos mechos sueltos para que enmarcaran su rostro y verse más linda “Como si Kanda fuera a notarlo” Pensó un poco deprimida para luego recobrar la compostura.
    Salió de su habitación con grandes ánimos para entrenar y desquitarse con su compañero por todas las cosas que él le había gritado el día anterior. Al llegar vio que su compañero estaba dándole la espalda. En un quedo susurró dijo: “Dark, oz” Y en el acto, una hermosa Oz negra apareció entre sus manos. El japonés se giró hacia ella dispuesto a empezar pero algo lo detuvo. ¿Desde cuándo Amy estaba tan… hermosa? La recorrió con la mirada empezando por sus torneadas piernas, pasando a esas perfectas caderas para luego mirar la estrecha cintura, llegando al níveo y deseable cuello para finalizar con el hermoso rostro de su compañera volviendo a bajar para centrarse en sus labios, pequeños, ligeramente entre abiertos y rosados… Tan deseables.
    -¡Hey, Kanda! ¿Vamos a comenzar o qué?-preguntó impaciente la chica algo sonrojada al notar que su compañero no dejaba de mirarla. Dicho sonrojo aumentó cuando el japonés se acercó a ella con una extraña aura seductora y casi animal, como una pantera acechando a su presa. El mayor tomó su barbilla con delicadeza levantándola para verla directamente a los ojos.
    -No, sería una lástima marcar a tan bella criatura-el chico comenzaba a acercarse a sus labios, ella estaba paralizada, ¿Qué le pasaba a Kanda? En ese momento entraron algunos buscadores y exorcistas. Kanda se separó de ella con un gesto de hastío y se alejó de ella no sin antes mirarla fijamente…o más bien mirar sus labios. El japonés lamió sus labios y desapareció del campo de entrenamiento dejando a Amy como una piedra.
    Luego de que la reanimaran ella entrenó con Douglas, ella salió victoriosa dejando a un deprimido Doug al lado de Blake, que estaba con su típica depresión, se quedó platicando un rato con ellos para luego irse a dar una ducha.
    Al salir de su relajante baño, se puso una blusa china negra con adornos verdes y unos pescadores negros (Nota de la autora: los pescadores son pantalones cortos) y unas zapatillas negras con un moñito verde en medio. Su cabello lo dejó suelto y salió muy feliz de la vida directo a la cocina para desayunar.
    Al entrar, le pidió a Jerry unos pastelitos de chocolate cubiertos con glaseado, unos roles de canela y su malteada de fresa. Se sentó junto con los tres chiflados que en ese momento se peleaban por la última rebanada de pie de manzana que al final, fue ganada por el pequeño de cabellos naranjas que había usado chantaje emocional en contra de los mayores.
    -No puedo creer que se peleen así por un pie de manzana-sintió unos brazos rodearla fuertemente, por el olor identificó quien era-¿K-Kanda?-balbuceó-¿Qué haces?
    -Nada-el japonés besó el hombro derecho de su compañera logrando que la chica quedara del color de su cabello. La actitud de Kanda dejó a todos los que estaban en la cafetería impresionados. ¿Por qué Kanda se portaba como Wulfgar y el general Cross? Las posibilidades de que eso pasara eran nulas. Por la mente de todos pasaron cientos de preguntas: ¿El Conde había conseguido el corazón? ¿Komui por fin era serio y trabajador? ¿Lenalee se casaba ahora si enserio y Komui le daba la bendición? ¿Allen se había unido a los Noah? ¿A Marian Cross le gustaban los hombres? Nadie lo sabía pero ese comportamiento por parte de Kanda, realmente asustaba-¿Ya te dije que hoy te vez hermosa?-la chica negó lentamente con la cabeza-que descuido de mi parte.
    -Kanda-el chico para hacerle saber que la oía dejó un beso en su mejilla-¿Te sientes bien?
    -Mejor que nunca.
    -¿Seguro?
    -Sí.
    -¿Enserio que estás seguro? ¿No tienes mareos o fiebre?
    -Que linda, te preocupas por mí.
    -Pues sí, estás actuando muy extraño, normalmente me insultarías.
    -Solo te insultaba para ocultar lo mucho que me gustas.
    -¿Te gusto?... Ok, tu y yo vamos a la enfermería, es obvio que tienes algo y no descansaré hasta descubrir que es-la chica tomó la muñeca de su compañero y lo arrastró hasta la salida-¡Doug, ni se te ocurra comerte mi desayuno o juro por Dios que me las pagarás caro!
    La joven siguió arrastrando a Kanda por toda la Orden para llevarlo a la enfermería, esa actitud la estaba asustando demasiado. Sólo agradecía que Wulfgar estuviera de misión así que no tendría que estar aguantándolo también.
    Sintió como Kanda paraba y la acorralaba contra la pared para acerca sus labios a los de ella. Comenzó a ponerse más nerviosa, Kanda la iba a besar. “Esto debe ser un sueño, el jamás me besaría” Ya podía sentir los labios del espadachín rozando los suyos, alargando el momento. Ella en su mente sopesaba las posibilidades que tenía de escapar. No estaba lista, ese sería su primer beso-no contaba el que le dio Wulfgar ya que ella estaba inconsciente- y… no pudo pensar en nada más porque su compañero ya había estampado sus labios contra los suyos. Una extraña calidez se extendió por su pecho, sentía mariposas revolotear en su estómago pero esa sensación no la molestaba, al contrario, le agradaba bastante.
    Kanda comenzó a mover lentamente sus labios y ella, que había cerrado sus ojos los volvió a abrir asustada encontrándose con el rostro relajado del peli-azul que parecía disfrutar enormemente el beso. El mayor puso una de sus manos en su estrecha cintura y la otra la puso sobre su nuca, atrayéndola más, sin dejarla escapar. Ella por instinto había posado sus manos en el pecho de su compañero, intentando separarse pero sus fuerzas la habían abandonado y ante cada ademán de alejamiento, Kanda la apretaba más creando con sus fuertes brazos una cálida prisión. Finalmente, se rindió, cerró sus ojos lentamente y comenzó a mover tímidamente sus labios. Kanda al sentir como ella le correspondía la apretó aún más-si es que eso era posible-Mantuvieron sus labios unidos hasta que les hizo falta respirar. Fue entonces cuando lentamente se separaron. El espadachín besó varias partes del rostro de Amy la cual seguía sonrojada y sin poder creer que su compañero, el exorcista más frío y gruñón de la orden, la había besado.
    Una vez que Kanda la soltó para acunar su rostro con sus manos ella, hizo lo primero que se le vino a la mente. Correr. Salió corriendo como alma que lleva el diablo dejando a su compañero solo en un pasillo.
    Llegó a una habitación, ni si quiera se fijó de quien era, solo entró y cerró con llave mientras intentaba regular su respiración. Sintió una mano en su hombro y giró rápidamente encontrándose con la mirada plateada de Allen.
    -¿Estás bien, Amy?-su compañero lucía preocupado y es que el chico era demasiado amable y atento.
    -…No-dijo de último minuto cuando iba a afirmar pero la cara preocupada de su buen amigo no le permitía mentirle-no estoy bien.
    -¿Qué sucedió?-Allen la invitó a sentarse en su cama, invitación que la pelirroja aceptó y el albino se sentó junto a ella-sabes que puedes contarme si quieres.
    -Kanda…
    -Que hizo ahora el Bakanda-el joven pasó su brazo por los hombros de su amiga a manera de reconfortarla.
    -Me… me besó.
    -Ese idiota no entiende… ¡¿Qué te besó?!-ahora el chico estaba pasmado, moraba a su amiga con los ojos abiertos y con una pose ridícula.
    -Sí, lleva todo el día actuando… raro, me abraza, me dice que hoy me veo hermosa, me besa en todo el rostro y también me mira con ojos de borrego degollado.
    -O sea como mi maestro mira a Nadja-Allen volvió a su posición anterior, sentado al lado de su amiga con un brazo sobre sus hombros.
    -Exacto. No lo entiendo, ayer nos estábamos insultando al grado en que casi recurro a los golpes y ahora no entrenó conmigo porque no quiere herirme cuando normalmente es el primero en atacarme.
    -Eso es extraño-el destructor del tiempo imaginó la escena y se estremeció del miedo.
    -Eso pensé yo. Me preocupa mucho que se comporte así-la chica recargó su cabeza en el hombro de su “hermanito” y este comenzó a acariciarle el cabello.
    -¿Por qué? Creía que te gustaba, que se porte así debería ser un sueño para ti.
    -No es que no me guste que me trate bien pero… no es ese el Kanda del que me enamoré. Pareciera que le dieron una poción de amor…-hubieron algunos minutos de silencio en el que, ante la mención de la pócima, ambos pensaron el alguien.
    -¡Komui!
    -Algo debió hacer Komui para que Kanda se porte así-acusó Allen.
    -Exacto, ahora mismo voy a reclamarle y a exigirle que arregle a Kanda o si no se verá ante mi puño de fuego.
    -Te acompaño.
    Ambos salieron de la habitación chocando con alguien provocando que Allen terminara en el piso con Amy encima de él. Levantaron la mirada y se encontraron con Kanda que, observaba a Allen con más odio del normal. Un escalofrío recorrió la espalda de Allen al notar como el espadachín desenvainaba su katana. El albino pensó “Las armas anti-akuma no hacen daño a los humanos” ese pensamiento lo reconfortó pero le vino otro rápidamente “Pero yo tengo un lado Noah así que ¡A mi si me puede dañar!”
    -¡Kanda!-exclamó la pelirroja tratando de calmarlo-etto… ¿Qué haces por aquí?-“Luna: ¿No se te pudo ocurrir nada mejor?”
    -Estaba buscándote. ¿Qué hacías en el cuarto del Moyashi?
    -Etto… nosotros… ella… yo… charla… fresas...-balbuceaba Allen cuando sintió una pequeña mano cubriendo su boca.
    -Platicábamos. Solo platicábamos y de hecho nos íbamos a la oficina de Komui a arreglar un pequeño asuntito así que ¡Nos vemos al rato Kanda!-tomó de la mano al albino y echó a correr, una vez estuvieron lejos se giró hacia su amigo y con una ceja alzada preguntó-¿Fresas?
    -Así huele tu cabello.
    -… ok, que hayas notado el olor de mi cabello es… perturbador.
    -¡No es mi culpa que huelas así! Tienes razón, Kanda te ve… extraño. Se le suavizaron los ojos, le brillaron así de que parecía caricatura japonesa (Nota de la autora: Ironías de la vida) y hasta sonrió.
    -¿Vez? Algo le hizo Komui para que se portara así. No sé qué pero ¡Es algo que vamos a averiguar Moyashi!
    -¡Y yo te ayudaré enana!
    Ambos caminaron con paso decidido a la oficina del supervisor, con perfecta sincronía, parecían soldados de un batallón dirigiéndose al campo de batalla para defender a su país de los flancos enemigos. Amy casi se da un golpe en la cabeza, haberse criado con miembros de la milicia le había afectado seriamente.
    Llegaron rápido a la oficina y lo que escucharon los dejó prácticamente helados y sin poder decir nada.
    -¿Cómo que pusiste esa poción en la comida de Kanda? Con razón anda actuando tan extraño y golpeando a cualquiera que diga cosas bonitas de Amy.
    -No entiendo, Amy debería estar actuando igual, puse la poción en su malteada-“¡Mi malteada! De la que me salvé… esperen, se la di a Marie… pobre Miranda, de seguro Marie no se separa de ella”- Pero mira, por lo menos van a estar juntos.
    -Komui, ¿Cuánto dura la poción?
    -No lo sé, pueden ser días, meses, años o incluso para siempre.
    -¡¿Cómo que para siempre?! ¡Haces algo para repararlo o te golpearé Komui!-gritó la pelirroja que era sostenida por Allen.
    -¿Escuchaste todo?-musitó el supervisor sudando frío.
    -Todo, así que inventas una poción para revertir el efecto o juro que tendrás un nuevo concepto de lo que es el dolor.
    -Sí pero, hay un pequeño problemita.
    -¿Cuál?-preguntaron todos algo dudosos.
    -Me tomará algunos meses…
    -¿Meses?
    -Sí, hay otra opción pero es…
    -Dila.
    -¿Segura?
    -¡Que me la digas!-la chica tomó por las solapas del abrigo a Komui y lo amenazó con su puño.
    -¡Tienes que romperle el corazón!-el hombre estaba aterrado y se cubría la cara mientras lloraba a mares, sintió que el agarre de la chica se soltaba y cuando abrió los ojos, se encontró con una Amy mirando hacia abajo con su fleco ensombreciendo su rostro-¿Amy-chan?
    -No podemos esperar tanto para que se le pase el efecto pero… ¿Le dolerá mucho?
    -No estoy seguro, creo que el dolor le durará unos cuantos segundos y volverá a ser el mismo.
    -Entendido.
    La chica salió de la oficina con la mirada baja, Allen la siguió algo preocupado, ya le habían roto el corazón antes a su amiga y no se sentía nada bonito, de seguro no quería que Kanda pasara por eso.
    Llegaron a la cafetería, Kanda también estaba ahí. A esas alturas todos sabía de la poción de amor menos, el mismo Kanda. Amy lo miró con tristeza y tomó a Allen por los hombros poniéndolo frente a ella, le dijo un: “Lo siento” y le estampó un beso en los labios. Todos gritaron ante esto, si que había sido inesperado, sobre todo para Allen.
    Kanda sintió como algo se partía dentro de él, una sensación horrible que recordó vagamente en sus recuerdos sobre “Esa persona”. Su primera reacción fue separar bruscamente a ambos jóvenes y darle un puñetazo a Allen que cayó al piso. Fue socorrido por Lenalee y Lavi, en ese momento de confusión, Kanda tomó a Amy y la llevó a una de las terrazas. La estampó contra la pared y la miró con ira en sus ojos. Amy desvió la mirada avergonzada y su compañero notó eso y recargó su frente en el hombro de la pelirroja.
    -¿Por qué, Amy? ¿Por qué besaste a Allen?
    -Lo que sientes no es verdad, Kanda. Komui tuvo la “brillante” idea de poner una poción de Amor en nuestros alimentos. Todo lo que sientes es solo una ilusión, solo eso.
    -Me duele, que hayas hecho eso.
    -No durará mucho, te lo prometo. Mañana todo volverá a ser como antes, tú y yo pelearemos como el perro y el gato fingiendo que nada de esto pasó.
    -No quiero fingir.
    -No dirás eso mañana.
    -Si tú lo dices-la mirada del exorcista se posó en los labios de Amy-¿Podría…? Solo por esta…-no pudo decir nada más porque Amy ya lo estaba besando, puso sus manos en la cintura de su compañera y la pegó a él como horas atrás había hecho. La exorcista rodeó su cuello con sus brazos y cuando les faltó el aire, se separaron, mirándose intensamente-creo que… iré a mi cuarto.
    -Sí, me parece bien. Hasta mañana Kanda-le dio un suave beso en la mejilla a modo de despedida.
    -Hasta mañana, Amy, no llegues tarde al entrenamiento-se dirigieron una mirada y luego el espadachín se fue dejando a Amy sola, con lágrimas recorriendo sus mejillas “Parece que esto me dolió más a ti que a mí, Yuu… Ai shiteru”
    A la mañana siguiente se levantó, se puso su ropa de entrenamiento y caminó con falsa alegría hasta llegar al campo. Como en el día anterior, Kanda estaba de espaldas, esta vez ordenó una Katana y caminó para acercarse al nipón que cuando volteó la recibió con un beso. Esto dejó helada a Amy ¿No había funcionado lo que le dijo Komui? Se quedó estática mirando como Kanda se alejaba y se ponía en posición de ataque.
    -¿Qué sucede enana? ¿No piensas entrenar?
    -Espera, ¿Si se te pasó el efecto?
    -Sí, se me pasó a los pocos minutos de llegar a mi habitación.
    -¿Entonces porque me besaste si ya no estás bajo la poción?
    -Porque me gusta el sabor de tus labios. ¿Feliz o quieres preguntar otra cosa más enana?
    -Deja de decirme enana arándano idiota-Con esto, ambos comenzaron a pelear, en un acercamiento Kanda le susurró a Amy una cosa que la dejó sonrojada.
    -Besa otra vez a Moyashi y te encadenaré a mi cama-ante eso y viendo la mirada que le dirigió su compañero solo pensó: “Maldito pervertido del demonio”
    *********************************************************************************
    Yo: Hola, se que usé mucho OC pero Kanda estaba bajo una poción de amor así que es comprensible por lo que... no me regañen, lo hice intencionalmente. Este One-shot va dedicado a Ty-chan, que ya mencioné a tu personaje n.n. Sayonara y ¡Gracias por leer!
     
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  2.  
    Kobato

    Kobato Guest

    Re: La poción de Komui

    Separa los diálogos, te fallaron algunas tildes, y te comes las de pasado. Ya me da asdf recalcar todo aparte que esta tan, pero tan unido… y te sigo recalcando pero tan, pero tan unido, que no leí mucho así que no me gusto u.u. Toma esto con madurez.

    Aidem.
     
  3.  
    princessdark

    princessdark Iniciado

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    29 Enero 2010
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    Pluma de
    Escritora
    Re: La poción de Komui

    Aidem muchas gracias por las observaciones, intentaré corregir esos errores en cuanto a lo de que está tan junto, si lo separé, no se que habrá pasado pero bueno, dirás, lo hubieras revisado pero no tenía tiempo, igualmente, gracias.
     
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