Ni una carta. Hanabusa leía las cartas de todas sus admiradoras, acostado plácidamente en su cama rodeado de miles de chocolates y otros dulces. Con su sonrisa arrogante leía las románticas y empalagosas confesiones dirigidas a su persona. El sol se ocultó en el horizonte, por estar todo el día levantado estaba soñoliento, y sin darse cuenta sus ojos se cerraron atrapándolo en un dulce y acogedor sueño. Caminaba por los pasillos del edificio de la clase diurna, con los brazos llenos de presentes. La hermosa rubia se detuvo frente a él con decisión. —Toma, es para ti. Los hice con mis propias manos. —Le aseguró entregándole una caja de chocolates. Aidou la abrió y se llevó un chocolate a los labios, estaba delicioso. Si así cocinaba, ¿cómo sabría su sangre?, ¿sería tan dulce como ese chocolate? Se despertó sobresaltado por el resplandor del sol; había amanecido. Se levantó y buscó por toda la habitación ese regalo, alguna carta, alguna nota, ¡algo! Pero por mucho que buscó no lo halló, Sayori no le había enviado ni una carta. ¡Idiota y traicionero sueño!, murmuró enfurruñado acostándose nuevamente de malhumor.
Qué hermoso :3 Hanabusa es tan lindo *¬* AY, pero me dio pesar... ¡Sólo fue un sueño! Y ahora se puso de mal genio xD´D Genial. Me gustó bastante, además no encontré nada para corregir; Sólo que me dejaste con ganas de más. Un escrito bastante lindo, ya estoy cansada de ver puro Kaname-Yuki-Zero (?). Éste es algo más original. ;)