Otra vez me siento ante el papel a escribir, con la mente en blanco, y papel negro, por que todo es negro sobre el papel blanco. Otra vez miro el reloj callado. El reloj suena y yo callo, y el calla cuando yo sueno con acento melancólico. Otro relato nemoroso, se desvanece, otro día más, se pierde, y el papel blanco en un mundo negro. Gris, color neutro, color ceniza, color de muerto. Gris no es el día, gris no es mi texto, porque gris sería si no fuese negro. Negro sería si no fuese blanco. Otra vez me levanto, miro la calle, y veo la farola blanca, la calle negra. Estoy perdido en mis recuerdos. ¿Qué espero del mundo, o qué espera el mundo de mi? ¿Hablo para que me escuchen, o sólo escucho cuando hablo? ¿Porqué pregunto? ¿A quién le hablo? No lo sé. No sé nada. Escribo todo lo que sé, pero no sé todo lo que escribo. Me pierdo en mis palabras, porque es el lugar donde encontrarme, escribo y escribo, para poder orientarme. No sé de dónde voy, ni a dónde vengo, sólo sé escribir. Sólo blanco sobre negro.
Buenas~ Tu texto me ha maravillado, a cada frase que leía, estaba más y más inmersa en él. La estructura y la forma en la que relataste han captado mi atención también, si bien es simple, el contenido lo ha hecho entretenido. A lo que refiere a ortografía y demás, esta en plena excelencia, ¡Sigue así! Saludos~