One-shot de Naruto - Mou ichido soba ni isasete! … (Déjame estar junto a ti!)

Tema en 'Fanfics Terminados de Naruto' iniciado por Reyka Akira, 21 Junio 2010.

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    Reyka Akira

    Reyka Akira Usuario popular

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    Escritor
    Título:
    Mou ichido soba ni isasete! … (Déjame estar junto a ti!)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    4529
    Mou ichido soba ni isasete! … (Déjame estar junto a ti!)

    Existen varias clases de amor, pero que pasa cuando la persona de la que te enamoras es "Prohibida" ¿Cuándo descubres que amas a tu hermano menor?

    ¡Hola! yo de nuevo ^.^ solo quiero compartir con ustedes mi escrito con el que participe en Yaoi&Yuri, espero que me dejen su opinion y corrijan si en algo me equivoque, se los agradeceria mucho ^.^

    Concurso: Yaoi & Yuri
    Tipo de historia: Yaoi
    Autor: Reyka Akira
    Beta: Jack Killer
    Fandom: Naruto
    Pareja: Itachi/Sasuke
    Advertencias: UA, Incesto (un poco de Ooc. justificado en los hermanos)
    Aclaracion: Pensamientos del personaje
    Discleimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto


    Titulo: Mou ichido soba ni isasete! … (Déjame estar junto a ti!)



    Itachi Uchiha de 16 años, esperaba un jueves a las 2:00pm, hora de salida del colegio, a su hermano menor, en la entrada del plantel.


    —Cada día que pasa, deseo estar más tiempo con Sasuke—divagaba mientras la incertidumbre lo colmaba— no entiendo qué está ocurriendo conmigo.


    Interrumpió sus pensamientos debido al shock que hizo mella en él, al ver a Hidan, uno de sus amigos, atacando salvajemente a Sasuke, en medio de un grupo de estudiantes reunidos. Itachi se acerco rápidamente con su sangre hirviendo, para golpear al verdugo de su hermano con furia una y otra vez a puño cerrado, que inútilmente intenta cubrirse.


    —¡Onii-chan, detente por favor!— se escuchó la voz temblorosa de Sasuke. En sus orbes negros se reflejó el agradecimiento y el miedo encontrados que producía en él la reacción del mayor, al que por primera vez vio actuar así.


    Su petición fue vana. Dos de los maestros del colegio fueron los únicos que pudieron separar al Uchiha mayor del inconsciente cuerpo de Hidan. El acontecimiento tuvo represalias del director contra Itachi, que fue amonestado con la expulsión del prestigioso colegio por dos semanas.


    Fugaku Uchiha fue sacado de una importantísima junta de negocios por una llamada del colegio, indicándole recoger a sus hijos, informándolo al mismo tiempo de lo ocurrido. En el auto reinó el silencio, pero al llegar a casa el padre reprochó la pésima actitud de sus hijos, castigando a ambos sin salir, prohibiéndoles verse y hablarse por el tiempo de su castigo, que el mayor cumpliría encerrado con llave en su habitación. Fugaku no era tonto, conocía la rebeldía de su sucesor ante sus órdenes cuando Sasuke estaba involucrado.


    El primer día, Itachi se la pasó durmiendo toda la mañana, sólo despertando por un delicioso aroma que penetraba sus fosas nasales, proveniente de la deliciosa comida que le llevó una de las sirvientas.


    Los días pasaban, la soledad que experimentaba al no poder hablar con su Otouto le provocaba un pésimo humor; sin Sasuke no había alegría en sus días. Insospechadamente, su mente comenzó a divagar en las profundidades de su corazón, resistente a dar paso al intruso que trajo los sentimientos prohibidos guardados hacia su hermanito. Pero quisiera o no, debió aceptar la verdad tabú que encerraba su relación con su hermano, haciendo de las primeras noches una tortura de imágenes insanas invadiendo sus sueños, en los que le arrancaba gemidos de placer al tacto de sus manos o en cada penetración, donde Sasuke le profesaba su amor. Por desgracia o fortuna, siempre se despertaba empapado en sudor, respirando agitado y, al posar sus manos sobre sus sábanas, las encontraba húmedas. Aquellas sensaciones de placer que experimentaba en sueños, su cuerpo las sentía demasiado reales.


    Por el día, al sentirse demasiado aburrido buscó algún oficio. Comenzó revisando sus cajoneras sin encontrar nada interesante, para proseguir con el closet, transcurriendo fácilmente una semana debido al desorden que allí imperaba.


    Como todos los días, Itachi encontró algo interesante que había olvidado: una cajita de madera acabada hermosamente en color caoba con su nombre grabado, junto a un paipái pintado en rojo y blanco en la chapa de la cerradura. Colocó la pequeña caja sobre el buró que estaba al lado derecho de su cama, abrió el primer cajón de este para sacar todas las pulseras y cadenas que coleccionaba; revoloteándolas, en medio de todas ellas encontró una pequeña llave dorada que utilizó para abrir la cajita. Echó un vistazo al interior encontrando un pequeño cuadernillo de dibujo de forro color vino,regalo de Sasuke por su cumpleaños, que notó estaba en blanco, acepción de las fotografías donde se encontraban él y su Otouto.


    Cada una de ellas le arrancó una ligera sonrisa al recordar los momentos en que habían sido plasmadas. Cuando se agotaron, cerró la cajita y la guardó donde la había encontrado, quedándose solamente con el cuadernillo.


    Se tumbó bocabajo en su cama, tomando su portafolio en el proceso, del que sacó una lapicera. Esa tarde una imagen había comenzado a tomar forma en su mente, así que su mano derecha se apoderó del lápiz, comenzándola a plasmar en la página: los pies descalzos, la cintura estrecha cubierta por un pantalón holgado, acompañada del torso esbelto y desnudo de un chico que se cincelaba lentamente, resaltando en su espalda hermosas alas finamente detalladas, junto a los brazos extendidos como si esperara abrazar a alguien; el cuello y la barbilla estéticos, los labios definidos, la nariz pequeña pero hermosa, las cejas delineadas y las largas pestañas, enmarcando los expresivos ojos de un negro intenso y profundo, cubiertos por cabellos alborotados de un negro fuerte pero moribundo.


    Al terminar, Itachi detalló impresionado la hermosa figura de su amado Otouto plasmada en el cuaderno, como una mala jugarreta hecha por su mente. Envuelto por el latir de su corazón giró la hoja y comenzó a escribir:


    No supe darme cuenta en que momento pasaste de ser mí querido Otouto, a ser lo más preciado; naciendo en mí este sentimiento prohibido que entre hermanos jamás debe de existir. A mis ojos dejaste de ser un niño, pasando a ser a quien deseo envolver entre mis brazos, rozar su suave piel, besar sus labios y hacerle mío por primera vez.

    I. Uchiha

    11 de marzo


    Cerró el cuaderno y lo guardo en el cajón, ocultándolo bajo su colección, resguardando así el más grande de sus secretos.


    Los días siguientes, sin excepción, sacó el cuadernillo, mirando por horas la imagen de su Otouto, y sin darse cuenta el tiempo de castigo pronto terminó.

    -

    Sasuke, de 13 años, llegaba a casa del colegio con demasiada premura. Al entrar en la vivienda dejó tirada su mochila, subió las escaleras de la enorme casona, corrió por el largo pasillo deteniéndose frente la habitación trancada con llave que le había sido entregada durante el camino a casa. Respirando agitadamente, la introdujo en la cerradura para abrirla enseguida con giros rápidos.


    Sobre la cama observó una silueta recostada, al parecer dormía a pesar del santo escándalo causado por el adolescente que permaneció inmóvil, antes de acortar la distancia y de un brinco arrojarse encima de su Onii-chan, despertándolo al sentir aquel peso extra.


    —Onii-chan ya puedes salir, Otou-san ya ha dado su consentimiento—le informó mientras zarandeaba al mayor. Itachi permaneció observando detalladamente el rostro delante de él, sus brazos por voluntad propia estrecharon al menor contra su pecho, sintiendo el aroma y la calidez natural que Sasuke desprendía—Onii-chan vamos a mi habitación, quiero mostrarte algo—ambos bajaron de la cama, saliendo sin notar al expuesto cuaderno de forro vino.

    -

    Fugaku, de 41 años, entró en la habitación de Itachi en busca de sus hijos, para charlar seriamente sobre las expectativas conductuales que tenía sobre sus hijos de ahora en adelante.


    Lentamente se acercó a la cama, llamándole poderosamente la atención aquel cuadernillo con forro vino. Tomó el librillo entre sus manos, abriéndolo en una página cualquiera. Le fascinó ver el dibujo de su pequeño hijo; cambió la hoja esperando encontrar alguna otra imagen similar, sin embargo las palabras que leyó le hicieron palidecer. Cerró el cuaderno y furioso, salió en busca del escritor.


    Encontró a sus hijos sentados muy juntos, mirando la excelente puntuación que Sasuke obtuvo en su examén. Adentrándose silenciosamente, levantó al mayor tomándolo del brazo, el menor permaneció quieto en su lugar. Itachi estaba a punto de protestarle a su progenitor, pero enmudeció al observar entre sus dedos su más grande secreto, comprendiendo enseguida. Se dejó arrastrar por su padre hasta su despacho en completo mutismo, apenas dándole a Sasuke una mirada tranquilizadora.


    —¿Qué significa esto Itachi?—interrogó fúrico, al instante en que bamboleaba el cuaderno—¡Es tu hermano!—de los jóvenes labios no brotó palabra alguna. La expresión de Fugaku cambió, enfriándose— prepara tus maletas, terminarás tus estudios en el extranjero. Tu madre y tu hermano jamás deben enterarse de esto, les diré que no perdonaron tu comportamiento y ningún otro colegio te aceptó—sentenció depositando en las manos de su hijo el cuaderno.


    —Me niego. ¡No me iré aunque mi madre se entere!— contradijo Itachi mostrándole el cuaderno a su padre que, ante la respuesta dada, se ofuscó aún más.


    —Bien, entonces mandaré a Sasuke. ¿Qué decides Itachi?— el nombrado supo en ese momento que odiaba a su padre, por obligarlo de aquella forma a abandonar a su hermano. ¿Era tan difícil de entender que le amaba profunda, insana e irrevocablemente?


    —Prepararé mis maletas—fue la respuesta. No hubo lágrimas ni golpes, sólo una enorme tristeza reflejada en los ojos de padre e hijo ante aquella necesaria separación.


    De vuelta en su habitación, guardó el librillo donde había permanecido seguro.


    Lo mejor es que sea yo quien me valla, Sasuke acatará las órdenes de Otou-san si lo manda lejos. En dos años seré mayor de edad y mi padre no podrá alejarme. Mientras estudiaré arduamente para graduarme lo antes posible—esos pensamientos calmaron su ira, preparándolo para abrir la puerta que insistentemente tocaban.


    — ¿Es verdad que te irás?—interrogó Sasuke cuando lo dejaron entrar. Itachi asintió— ¿Por qué, Onii-chan?—sin poder evitarlo, una lágrima brotó.


    —Me expulsaron definitivamente del colegio, y no me aceptaron en ningún otro —explicó—Te prometo terminar mis estudios y volver en un año—finalizó sonriendo levemente, mientras revoloteaba los cabellos de Sasuke, que mostró un puchero para después sonreírle y dirigirse a su habitación, embelesando al mayor.

    -

    Como prometió su padre, en dos días Itachi estaba en el internado San Hawton, causando en Sasuke una intensa soledad y tristeza, que creía ciegamente en la mentira de Itachi, quien se llenaba de resentimiento y amargura. Los primeros dos meses rara vez tenían permitido tener contacto telefónico, pues Fugaku temía que su primogénito cometiera alguna indiscreción sobre el tema.


    En el colegio a Sasuke le molestaban constantemente, por lo que aprendió a defenderse, cambiando su forma de ser y provocando que nadie le molestara. Tal como cada día, en medio de los recuerdos en que su hermano le protegía y le malcriaba, se adentró en la habitación de Itachi, el único lugar donde su imagen permanecía nítida. A veces, de manera incomprensible, Sasuke imaginaba que Itachi le acompañaba, que se acariciaban, o incluso se besaban. De vez en cuando le gustaba revisar la colección de su hermano, pero esa tarde haló demasiado el cajón, cayendo este al suelo desparramándose las cosas del interior, encontrando entre ellas el cuadernillo que él le obsequio. Curioso, lo abrió.


    —Onii-chan dibuja muy bien— susurró dando vuelta a la página, encontrándose con el escrito que sentenció a su hermano. Su sorpresa aumentaba a medida que leía, su corazón se desbocaba e inconscientemente una sonrisa se dibujó en sus labios. Acomodó todo y con el libro en sus manos se dirigió a su habitación —Ahora entiendo porqué me duele tanto su ausencia… Sólo faltan dos meses para que se cumpla el año desde que se fue. Cuando vuelva le confesaré que sus sentimientos son correspondidos.


    Itachi se afincó estudiando, logrando graduarse en el tiempo prometido, pero Fugaku no le permitió volver. Siendo menor aún, no le quedo más que obedecer.


    — ¿Que día llega Itachi, Otou-san?—interrogó Sasuke mientras almorzaba con su madre, sus ojos brillando especialmente al ver cumplida la fecha esperada.


    —Itachi no desea volver porque nada lo obliga, que a lo mejor lo haga el próximo año—fue la mentira de su padre, a la que el menor tontamente creyó, opacándose sus ojos y cerrándose su boca definitivamente.


    Los meses corrían haciendo un cambio radical en la actitud de Sasuke, que presa de la soledad, se volvió desobediente, frívolo, callado e irresponsable; si lo deseaba llegaba a altas horas de la madrugada, bebía o fumaba. Su rebeldía era tal que ni las bofetadas ni los castigos de su padre lo corrigieron; Fugaku se dio por vencido con él, incapaz de comprender las razón de tan repentina rebeldía.


    Itachi, enterado de la situación, maldecía a su padre día y noche también.


    El tiempo no se detuvo, y aunque Sasuke no volvió a sonreír, Itachi se especializó en el manejo de empresas a la corta edad de 18 años para en un futuro tomar el mando de la propia. Ya no existía nada que lo retuviera en el internado, por tanto exigió al director que autorizara su salida, quien sin pretexto alguno accedió; asimismo le habló a Fugaku, comunicándole que su primogénito ya no estaba bajo su responsabilidad, pues le había justificado que volvería con su familia.


    La semana siguiente el heredero Uchiha abandonó el colegio hacia un destino prohibido por su padre. El avión aterrizó a primera hora de la mañana en su ciudad natal: Konoha. Al fin regresaba a lado de su madre y de su preciado Otouto al que fue incapaz de olvidar. Buscó un teléfono público, llamó a su padre avisando que en 40m llegaría a casa y prosiguió a tomar un taxi.


    Al colgar, Fugaku comunicó a Mikoto la noticia, al momento que Sasuke bajaba las escaleras vestido completamente de negro, alcanzando a escuchar a su padre. Su corazón dio un vuelco, agitado. Trató en vano de salir de la casa sigilosamente, le delataron las cadenas colgando de su pantalón que chocaban ruidosamente.


    — ¿A dónde vas Sasuke? Itachi está por llegar, así que no tienes permiso de salir—sentenció su padre autoritariamente.


    —Hump, ¿Crees que me interesa? Además, ¿Cuándo he necesitado tu autorización, Otou-san?—respondió frío y altanero el aludido, otorgando una mirada retadora a
    Fugaku, antes de abandonar la casa sin rumo fijo.


    Minutos después el timbre sonó, anunciando a Itachi, que fue recibido con alegría por su madre. En la sala con expresión serena estaba su padre, pero la persona que necesitaba ver estaba ausente.


    —Buenos días Otou-san—saludó con velada burla— ¿Y Sasuke?—interrogó en general, imposibilitado de aguantar la incertidumbre.


    —Salió, aunque tu padre le anunció tu regreso, Itachi... Sasuke no quiere verte—confesó su madre, ocasionando una punzada en el corazón del joven.


    —Estaré en mi habitación Okaa-san, necesito asearme—tomando sus maletas subió presuroso, deteniéndose frente a la habitación de su hermanito.


    Introduciéndose en esta, la recorrió detalladamente. Las paredes repletas con pósters de las bandas de rock-metal más populares y fotografías de Sasuke junto a un chico castaño de ojos claros, ambos con la expresión vacía; la decoración al completo en color negro. Le entristeció notar cuánto cambió en su ausencia.


    Palideció al posar sus ojos sobre la cama, observando aquel cuadernillo de forro vino. Lo agarró rápidamente, marchándose de inmediato a su habitación donde permaneció el resto del día, preguntándose mil veces si esa era la razón de que su Otouto se negara a verle.


    Los días siguientes no logró alcanzar a Sasuke por más que lo intentó, en el día desaparecía y no volvía hasta entrada la noche.


    En la banca de un parque, cerca de su casa, Sasuke conversaba mentalmente con el único que le acompañó a la partida de Itachi, su amigo Neji, muerto el año anterior en una tragedia familiar.


    ¿No entiendo por qué demonios volvió? Ahora no puedo dormir hasta tarde o sino me lo encontraría. Aún no estoy preparado para enfrentarlo. Neji, ojala estuvieras aquí para aconsejarme.

    -

    Llevaban tres insoportables meses jugando al gato y el ratón.
    Ese día era el cumpleaños de Itachi, sin embargo Sasuke no apareció. Resignado, este se encerró en su habitación, quedándose dormido instantes después.


    Escuchó ruidos en el pasillo, revisó el despertador que marcaba las 3:00am. Preocupado, salió cuidadosamente, sosteniendo una navaja en la mano. Sorpresivo fue que al pie de las escaleras, observó a su añorado hermano, batallando para subirlas. Inmediatamente se dirigió a su lado, encontrándose con los tristes ojos del contrario. Itachi, tomando el brazo izquierdo del menor, lo cruzó sobre su cuello y con el derecho aprisionó su cintura, empujándolo hacia arriba.


    — ¿Qué demonios?—cuestionó Sasuke, totalmente ebrio—déjame sufrir, como hiciste hace dos años dejando que me aferrara a tus mentiras... ¡Lárgate!—le gritó a su confundido Onii-chan.


    —Otouto, no te dejé porque fuera mi deseo hacerlo. Vamos, te ayudo, que estás borracho.


    Sasuke no replicó, permitiendo a Itachi abrir la puerta de su habitación, recostarlo en la cama, quitarle el calzado y subirle los pies, cayendo irremediablemente dormido luego. Sentándose al costado, Itachi detalló el rostro del durmiente más hermoso que antes. Lentamente desabotonó la camisa que su Otouto traía, descubriendo el bruñido cuerpo. Como un imán se acercó peligrosamente a los labios de Sasuke, pero antes de rozarlos siquiera se detuvo, levantándose para marcharse a su habitación, cuando de los labios del menor brotaron unas palabras que hicieron revivir a su corazón.


    —Onii-chan vuelve pronto, te amo—habló Sasuke entre sueños reviviendo el herido corazón de su hermano, al momento en que aferraba contra el pecho sus brazos como si aprisionara algo, mientras una lágrima rebelde se deslizaba por su mejilla, que Itachi secó con delicadeza para después salir de la habitación.


    Al pasar frente a la habitación principal, escuchó la voz de su madre sollozando.


    —Esto no puede seguir así amor, ya ha pasado un año desde la muerte de Neji y Sasuke sigue llegando tomado. Nada de lo que hicimos curó el dolor de nuestro hijo—rompió en llanto Mikoto.


    —No hay nada que hacer mientras siga apartándonos—respondió pesaroso Fugaku.


    Itachi retomó entonces su camino, se adentró en su habitación y acostado ya meditó sobre las fotos en la habitación de Sasuke; el otro chico debía de ser el tal Neji. Sin embargo, recordó las palabras somnolientas del menor y la posición de sus manos, comprendiendo que sabía y aceptaba su secreto desde hace tiempo.


    Me ganaré de nuevo su confianza y admiración, haré hasta lo imposible por borrar la soledad que provoqué en el corazón de Sasuke. Mantendré la esperanza y pronto, algún día, mi Otouto me dirá por sí mismo que también me ama.

    Fin...


    ojala y sea de su agrado.
     
  2.  
    Laurine

    Laurine Usuario común

    Cáncer
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Mou ichido soba ni isasete! … (Déjame estar junto a ti!)

    Lo prometido es deuda, aquí estoy para leerlo.
    Pude notar que tienes algunos problemas con los tiempos verbales, es decir, escribes primero en pasado luego en presente, cosa que confude un poquito, ya que eso afecta a los verbos y la manera de leer.
    ¿Acepción? Hmmm, nunca había oído esa palabra. ¿No quisiste decir a excepción?
    Y vi la palabra examen acentuada, cuando ésta no lleva.

    Hmmm, la historia en sí no es mala y hay algunos párrafos que me dejaron sin aliento por los recursos que usas en ellos, las metáforas y los sentimientos entremezclados º-º, pero luego hay otras partes donde queda muy simple y el uso de "Personaje de 2342384 años", molestaba un poco, quizá dando la descripción de otra cosa como:

    "Fugaku, quien leía distraidamente el periódico, lo cerró de un golpe y..."
    "Sasuke llegó ese día del colegio con una sonrisa pintada en los labios, arrojó la mochila al suelo..."

    No sé, algo así, creo que vas por buen camino en cuanto a escritura pero trata de usar más descripciones y no únicamente diálogos, así como ahondar en el uso de metáforas o cosas que enriquezcan el texto.

    Eso, espero no te haya molestado, buen escrito, aunque puede pulirse :3.
     
  3.  
    aLoNdRiTa

    aLoNdRiTa Iniciado

    Libra
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    Re: Mou ichido soba ni isasete! … (Déjame estar junto a ti!)

    Hola!

    0.0 ¡TE QUEDO GENIAL!
    Pobre Sasuke primero alejan a su hermano de el y luego Neji muere (T.T porke Neji??)
    Que malo es Fugaku, yo me muero si tuviera un padre asi.
    TE QUEDO ASOMBROSO!!
     
  4.  
    LadyRaven

    LadyRaven Entusiasta

    Leo
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Mou ichido soba ni isasete! … (Déjame estar junto a ti!)

    Guau!!!!!! te digo la verdad:

    El yaoi es lo tuyo!!!!!!!

    Me encanta como lo redactas y veo tambien que no tienes demasiados errores y eso es muy bueno!!!!!

    Muchisimas gracias por invitarme a leer tu fic, me encanto y mas la parte donde dice:

    Sasuke no replicó, permitiendo a Itachi abrir la puerta de su habitación, recostarlo en la cama, quitarle el calzado y subirle los pies, cayendo irremediablemente dormido luego. Sentándose al costado, Itachi detalló el rostro del durmiente más hermoso que antes. Lentamente desabotonó la camisa que su Otouto traía, descubriendo el bruñido cuerpo. Como un imán se acercó peligrosamente a los labios de Sasuke, pero antes de rozarlos siquiera se detuvo, levantándose para marcharse a su habitación, cuando de los labios del menor brotaron unas palabras que hicieron revivir a su corazón.


    —Onii-chan vuelve pronto, te amo—habló Sasuke entre sueños reviviendo el herido corazón de su hermano, al momento en que aferraba contra el pecho sus brazos como si aprisionara algo, mientras una lágrima rebelde se deslizaba por su mejilla, que Itachi secó con delicadeza para después salir de la habitación


    fue la parte mas linda de todas!!!!! la adore!!!!!!

    Excelente tu fic, de nuevo lo hiciste!!!!

    Por algo sos mi "escritora" favorita!!!! =3
     
  5.  
    KaiLumi Uchiha

    KaiLumi Uchiha Entusiasta

    Cáncer
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    12 Julio 2009
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Mou ichido soba ni isasete! … (Déjame estar junto a ti!)

    Amiga, odio negarle a mis amigos las cosas, claro a ti tampoco podía fallarte.
    Aquí estoy leyendo y cometando a pesar de conocer mi opinión con el yuri y yaoi; pero de todo eso... Narra de lo mejor, una manera única, simplemente me pareció excelente esa manera de narrar.
    Creo que no puedo comentar más, tu ya sabes, pero cuentas con mi apoyo!
    Cuidate Reyka-chan!
    ^^
     
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  1. Erzabeth
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