Moradores

Re: Moradores

Kagome había estado escuchando la conversación en silencio. No creía que fuera la más indicada para intervenir pero al oír esta última afirmación la sangre comenzó a bullir en sus venas alentada por la ira.

- ¡¡No pueden hacer eso!! -Se levantó de un salto para dirigirse hacia ellos.

Bankotsu pillado por sorpresa por la reacción de Kagome, se giró de golpe y haciendo un gesto con las manos la inmovilizó completamente. Su cuerpo quedó totalmente petrificado en el segundo paso. No podía moverse, sus piernas no respondían. Intentó mover un brazo y este siguió en la misma postura inicial. Quiso pronunciarse ante ese desalmado asalto a su persona y descubrió que tampoco podía articular palabra.

- ¿Qué me has hecho? ¡Maldito animal! –le gritó furibunda.
- No has debido hacer eso Bankotsu, ella no es peligrosa.
- ¿No? –rió Bankotsu sin ganas- ¿y tú me lo dices? Entonces dime porqué te atacó con aquel cuchillo.
- Ah eso –sonrió Inuyasha- tú sabes perfectamente que ella no podía hacerme nada con ese juguete.

Kagome seguía sin poder moverse ni hablar y en su interior Inuyasha sintió como estaba roja de ira. Estaban hablando de algo que solo concernía a ellos dos y para colmo era algo de lo que no se sentía nada orgullosa. Sintió como él penetraba en su mente, intentando calmarla. Kagome le comunicó que no podía sentirse de otra forma, después de todo era su gente la que intentaba hacer eso.

- Yo lo impediré –le dijo él de viva voz- Bankotsu libérala.
- Está bien – por fin Kagome pudo ejercitar algún movimiento- me marcho, te iré informando.
- Está bien.

Bankotsu desapareció de la misma forma en que llegara. Kagome observó como el abatimiento y la tristeza iba en aumento dentro de Inuyasha. Su rostro taciturno y preocupado lo decía a las claras. Sus pensamientos en aquel momento eran hacia su hermana y los sufrimientos que debía estar padeciendo. El lo sabía. Había sufrido en su propio cuerpo todas las formas del dolor y en su mente cada uno de los remordimientos por las muertes que llevaba a cuestas. Kagome ya había visto anteriormente ese rostro demudado por el dolor sumado a una tremenda carga. Caminó hacia él con la intención de hacerle saber que ahora no estaba solo, que podía contar con ella. En un momento de incertidumbre pensó que quizá esa tristeza pudiera estar producida por esa otra persona a la que él amaba. No importaba, no podía verle destrozado después de todo lo que él había hecho por ella, no podía pagarle con la moneda de la indiferencia. Inuyasha advirtió esa contraposición de ideas pero decidió no colarse dentro de ella para averiguar que era lo que la turbaba. Confiaba en que ella misma se lo diría con el tiempo, solo tenía que conseguir que confiara en él lo suficiente. En esa idea en la mente, le miró brindándole una de sus mejores sonrisas mas en sus ojos todavía estaba escrito el abatimiento.

Kagome se arrodilló ante él y cogió su mano, diciéndole con aquel gesto que ella estaba allí, que podía confiar, que ya no estaba solo. La calidez del contacto devolvió algo de alivio a su destrozado corazón y su martirizada mente.

- No te preocupes. Confío en ti y sé que podrás salvarla.

Los ojos de Inuyasha se clavaron en los de ella, perdiéndose en las profundidades de un verde y pacífico lago coronado por unas espesas pestañas. Era tan hermosa, tan increíblemente bella. Su mirada navegó por todo su rostro, por sus arqueadas cejas, su nariz pequeña y graciosa, para naufragar en sus maravillosos labios.

 

Re: Moradores

CAPITULO 8​

Un escalofrío de anticipado placer le recorrió todo el cuerpo. Kagome sabía lo que iba a ocurrir y no pondría ningún impedimento. Lo deseaba, deseaba sentir aquellos labios sobre los suyos. Vio como Inuyasha entreabría la boca, sintió su cálido aliento que intensificó el ansia que ya la devoraba por dentro. La asió por el cuello acercándola a él, todavía perdido en su mirada. La sangre le golpeaba en las venas de la garganta alocadamente. Él acarició su labio inferior levemente con los suyos, despacio, saboreando el momento, inspirando profundamente para llenarse con su perfume. Kagome sintió como el deseo cada vez más fuerte e irrefrenable arraigaba en ella con renovada energía. La lengua de Inuyasha dibujó los labios de Kagome, lamiéndolos, humedeciéndolos, para apoderarse finalmente de ellos y por completo. Era tan dulce, tan maravillosamente exquisita. Acarició cada centímetro de aquella maravillosa cueva, pasando su lengua por cada rincón. Kagome notó como, sin poder evitarlo, su cuerpo se entregaba a él totalmente y sin reparo alguno. Incluso sintió como traicioneramente su sexo se humedecía como preludio del acto amoroso. Pero era tan placentero. Jamás antes nadie le había besado de aquella forma, haciéndole el amor tan solo con un beso. Pero no, pensó, aquello no estaba bien, acababa de conocerle, ¿cómo su cuerpo reaccionaba a él de aquella forma? Inuyasha completamente en conexión con ella notó enseguida los pensamientos de Kagome y haciendo un gran esfuerzo se retiró azorado.

- Lo siento, tienes razón esto no debe seguir –dijo Inuyasha avergonzado- no te tortures no es culpa tuya, todo lo que has sentido es debido a mi.
- ¿A ti?
- Sí, mi raza tiene una pequeña particularidad que para ti es un inconveniente.
- ¿Y eso que significa?
- Para nosotros es complicado procrear, nuestras mujeres conciben muy poco y como vosotros decís la naturaleza es sabia. Para contrarrestar esto nuestros cuerpos y nuestras mentes reaccionan de una forma muy especial cuando comienzan los juegos amorosos, envolviendo a la pareja en un deseo de hacer el amor casi irrefrenable. Por eso tu cuerpo ha reaccionado así. Pero tú eres una humana eso no debe ocurrir y casi lo olvido por completo, lo siento es muy peligroso para ti.

Para no asustarla no quería decirle hasta que punto podía serlo, pero él sabía que podría llegar a matarla. Después de que otros moradores tuvieran relaciones con humanas, llegando estas a morir, en el departamento de investigación, estudiaron el porqué. Sus naturalezas eran completamente diferentes, debido a que las relaciones amorosas entre moradores tenían como finalidad la procreación, la potencia sexual que los guiaba era demasiado fuerte para una humana y las más débiles podían morir en el acto. Algunas, más fuertes conseguían sobrevivir pero lamentablemente, el semen del morador no era compatible con el organismo humano, era increíble ver la horrorosa reacción, como si quedaran calcinadas por dentro. No, no podía asustarla de aquella forma. El era el único culpable de que aquello hubiera sucedido y se sentía enfadado consigo mismo por haber llegado casi al límite.

Sin poder evitarlo Kagome se sintió muy turbada y entristecida por el hecho de que Inuyasha no quisiera seguir con su relación. Un sentimiento de total abandono se apoderó de su cuerpo. Dios mío, ¿en qué estaba pensando? Había sido ella la que había decidido que lo que ocurría no era normal. Él se había limitado a hacer lo que sus pensamientos le indicaban. Pero le había hecho sentirse tan bien, era tan seductor y atractivo. Sin poder comprenderlo observó confundida como Inuyasha le sonreía.

- No, pequeña, los efectos ya han pasado, este último pensamiento tuyo no lo he provocado yo.
- Había olvidado que puedes leerme la mente –dijo muy enfadada- Deja de hacerlo, no es moral, mis pensamientos son míos y de nadie más.
- Debo hacerlo por tu propio bien –contestó Inuyasha muy secamente.
- ¡Al diablo mi bien! –Estalló- ¡Basta! ¡No quiero escuchar nada más!

 

Re: Moradores

Prestad Atencion Xk Esto Solo Lo Pondre En Est Fic Y Es Para Tds
La Respuesta A Xk No He Puesto Conti Esta En Mi Blog

 

Re: Moradores

Bueno Yo Pensaba Pionerla Hoy Q Me Han Dado 1 Hora Pero Ya Q Y No Hace Falta La Dejare Para El Proximo Dia Q Me Dejen Entrar Y Si Sigo Castigada.
Tiempo Indefinido
Espero Q Me Perdoneis

 

Re: Moradores

tu lo has dicho est fic y tds los q hago esta muy abandonados
bien vanida a la nueva me alegra d q t gust el fic espero q sigas con nosotr@s como regalo d bien venida pongo una conti mayor que ls demas espero q t gust bueno q os gust a tds


Completamente enfadada Kagome dejó a Inuyasha todavía sentado en el salón y se marchó por el primer pasillo que tenía a mano, cerrando tras de sí la primera puerta que encontró a su paso. La frustración que sentía por lo ocurrido y lo contrapuesto de sus pensamientos hizo que no prestara atención al lugar donde se encontraba hasta que pasaron unos minutos. Era una espaciosa habitación, elegantemente decorada con el mismo estilo que reinaba en el salón, pero con una gran cama que la presidía. Ésta, completamente de madera tallada, era extremadamente grande. Un bello cobertor de raso color Burdeos la vestía haciendo juego con el tapizado de un pequeño sillón y una silla delante del escritorio. Hermosos cuadros impresionistas de Monet decoraban las paredes dándoles el toque de color que necesitaba la estancia.

De camino al encuentro con Miroku, Hoyo y Kikyo, los momentos vividos con Kagome se repetían dentro de su cabeza atormentándolo. La amaba, la deseaba, pero era algo imposible, no podía ser, estaba destinado a no poder llevar ese amor hasta donde merecía y se maldecía por hacer que Kagome se sintiera tan frustrada. Sí sabía que el sentimiento que hiciera encolerizarla había sido precisamente ese. El hecho de que ella también sintiera atracción por él y que él no fuera humano.

- Por fin has llegado. ¿Ha ocurrido algo? –preguntó Kikyo.
- Nada que no pueda manejar.

Inuyasha informó al pequeño grupo de todo lo que Bankotsu le contara respecto de la reunión que habían celebrado en la clandestinidad, sin omitir nada.

- Debemos hacer algo rápido, antes de que sea demasiado tarde –dijo Miroku.
- Desde luego, y te necesitaremos Miroku, tu poder nos será imprescindible. Tú eres el único que podrá devolverle la cordura.
- Sabes que puedes contar con ello pase lo que pase.
- Bien, nos reuniremos con Bankotsu tan pronto como sea posible para trazar un plan.
- Hay algo más –dijo Kikyo- algo que no nos dices. Lo he notado a tu llegada, algo te trastorna el corazón.
- Tienes razón Kikyo. Hay algo más que deberíais saber. Tengo a una humana conmigo en mi casa.
- ¿Qué? ¿Te has vuelto loco? –Preguntó Hoyo- eso sólo nos traerá problemas.
- No te preocupes Hoyo –le contestó ceñudo- es un problema que sólo me incumbe a mí, sólo os informo para que no os venga de sorpresa.
- Está bien Inuyasha, no pretendo entrometerme en tu vida pero sabes que en este momento no es lo más indicado meter en tu casa a una humana. Nos marchamos, quedamos a la espera de que nos digas cuando y como actuar.

Inuyasha vio como sus compañeros se marchaban quedando allí tan solo él e Miroku.

- Tranquilízate amigo, ya tienes suficientes problemas –dijo Miroku dándole apoyo.
- Oh Miroku –dijo entristecido- no lo sabes todo.
- ¿Qué ocurre? –dijo mirándole preocupado- ¡Ah! Entiendo, te has enamorado de ella.
- Sí, total e irremediablemente. No sé como ha ocurrido pero... la he besado.
- ¡Oh Dios! ¿En qué estabas pensado? Sabes perfectamente lo que podría ocurrir si...
- Lo sé, lo sé –dijo Inuyasha- pero no he podido controlarme. Cada fibra de mi ser la deseaba. ¡Maldición Miroku! No sé que pasará si me ocurre de nuevo.
- Sabes que sólo te quedaría una salida.
- ¡No! No quiero hacerlo, es demasiado arriesgado, deberé procurar controlarme al menos durante el tiempo que ella esté conmigo.
- Sí, sé que es demasiado arriesgado pero si el deseo que sientes por ella aumenta, no te quedará otra alternativa.

CAPITULO 9​

Esta vez decidió volver a casa caminando. No estaba lejos y necesitaba pensar. En su mente rondaba una y otra vez la conversación con Miroku. Sabía que él tenía razón pero se resistía a tomar tan peligrosa decisión. Era arriesgarse demasiado a perderla. Transformarla podía resultar un tremendo fracaso, aunque soportara la primera fase, después la locura podría adueñarse de ella. Además no sería ético, ella era una humana, tenía su propia vida y él no era quién para arrebatárselo todo de un plumazo sólo por el hecho de que la deseara de aquella forma. Él la amaba sí, pero ¿y ella? ¿Acaso ella sentía algo por él? Sabía perfectamente que aquel beso había sido deseado pero no podía dejar de preguntarse si sólo había sido simple deseo físico o había habido algo más profundo.

En casa todo estaba tal y como lo había dejado antes de marcharse. Kagome no estaba en el salón. Recordó que cegada por la súbita furia que se apoderó de ella al comprender que las últimas reacciones de su cuerpo no las había provocado él, se había encerrado tras la primera puerta que encontró a su paso. Dejó a un lado el abrigo y fue a busKagome. Abrió la puerta de su habitación. La visión de Kagome durmiendo sobre su propia cama le produjo un placer tan intenso que sintió una tremenda erección. Tuvo que recurrir a toda su fuerza de voluntad para no poseerla allí mismo, fueran cuales fueran las consecuencias. Su instinto animal, pugnaba por salir y apoderarse de su cuerpo. Cerró los puños fuertemente reprimiendo la ansiedad. Se la veía tan bella, tan dulce y apetecible. ¡Dios! Como le hubiera gustado dejarse llevar y poder saborearla profundamente.

- Deberías olvidar la costumbre que tienes de mirarme mientras duermo, no me dejar descansar –dijo ella abriendo los ojos.

Él le miraba con el ceño fruncido a unos pocos pasos de la cama. En su rostro leyó preocupación y mucha tristeza, aún así, Kagome observó de nuevo lo apuesto que era. Con sus prácticamente dos metros de altura, el pelo largo y liso de aquel color maravilloso que le reposaba en los hombros, vestía una camisa blanca de corte antiguo, con las mangas abullonadas y con el cuello muy abierto dejando ver la parte superior de su amplio pecho y unos pantalones negros de punto que le sentaban como un guante. Desde luego era un formidable espécimen de su raza, de eso estaba segura. Aunque hasta ese momento sólo conocía de cerca de uno más de ellos, y debía reconocer que también era muy atractivo, Inuyasha le sobrepasaba en belleza y elegancia de movimientos con creces.

- ¿Qué esperabas? –Dijo riendo- Después de todo estás durmiendo en mi cama.

El sonrojo que tiñó las mejillas de Kagome le dio un aspecto mucho más bello y atractivo a la vez. Había olvidado que él podía leerle la mente y después de saber que había ocupado su cama agradeció al cielo que no lo hubiera hecho en ese momento.

- Ven, acompáñame, te enseñaré la casa y así podrás elegir donde dormir.

Saltaron la parte del salón, puesto que ya lo conocía. Además de aquella habitación existían un par más en el mismo corredor, decoradas con el mismo estilo. La casa era maravillosa, la ausencia de ventanas no importaba en lo más mínimo, la profusión de hermosos cuadros y tapices de bellos colores daban el descanso necesario a los ojos cuando necesitabas dejar vagar la mirada. Prácticamente en cada habitación existía un enorme espejo.

- Vaya –comentó Kagome mirando el reflejo de los dos- creía que los de tu especie no podían reflejarse en los espejos.
- ¿Cómo? –Rompió en carcajadas- eso es una tontería más inventada por los humanos, igual que lo de los ajos y las iglesias –siguió riendo.
- Bueno yo... no sé que decir.
- Tranquila, no pasa nada. Bueno, ya has visto la casa, ¿donde deseas instalarte?
- La verdad es que la segunda habitación está bien, pero –dijo con una media sonrisa- no puedo instalarme si no tengo nada que guardar. No tengo ropa, ni siquiera para poder cambiarme la que llevo puesta.
- Tienes razón y hay que poner remedio a ese problema sin más dilación –dijo pensativo- iremos a tu casa para que cojas lo que necesites.


Nada más llegar, Kagome se puso manos a la obra metiendo ropa en su mochila. Apoyado en el marco de la puerta Inuyasha observaba sus movimientos.

- Inuyasha, tengo más información sobre Sango, debemos vernos lo antes posible.
- En el lugar de siempre Bankotsu, enseguida voy.

Se acercó a ella procurando no entorpecer su trabajo.

- Odio dejarte sola aquí pero debo salir, he que hacer algo, volveré a buscarte en veinte minutos ¿de acuerdo?
- De acuerdo.
- Ten mucho cuidado, a la más mínima señal de alarma avísame y regresaré en el acto.
- Tranquilo, estaré bien.

Bankotsu ya estaba esperándole, sentado en una de las rocas mientras oteaba hacia abajo. No le gustaba demasiado tener que hacer aquellas reuniones tan rápidas y sin ningún tipo de planificación, era demasiado peligroso.

- Ya sé donde tienen encerrada a tu hermana.
- Gracias a Dios –dijo tomando por los hombros a su amigo.
- La tienen en la Sección de Investigación Genético-mental. Es un nuevo departamento y será complicado poder sacarla de allí pero debemos hacerlo cuanto antes –ante el asentimiento de Inuyasha prosiguió- Si conseguimos la colaboración de Miroku en esto creo que podríamos intentarlo mañana mismo, al anochecer. Necesito su poder mental para obtener la colaboración de Sango.

Inuyasha conectó inmediatamente con Miroku, y este apareció en el instante mientras él acababa de informarle sobre el asunto.

- Miroku necesitamos tu ayuda en esto.
- Ya la teneis –contestó Miroku.
- Nunca podré agradeceros lo suficiente todo lo que estáis haciendo por mí y por Sango.
- No tiene importancia –dijo Bankotsu a la vez que desaparecía- ahora he de volver antes de que noten mi ausencia.
- Bueno yo... sería lo mínimo que haría por ella –dijo Miroku algo sonrojado.
- Detecto –sonrió Inuyasha- un sentimiento en ti que desconocía.
- Yo... Inuyasha, amo a Sango desde hace muchos años, pero jamás he comentado nada ha nadie ya que sabía que ella estaba por Hakudoshi. Cuando acabe todo esto tengo la esperanza de que se olvide de él y me acepte como su “protector”.
- Eso es maravilloso –dijo Inuyasha palmeándole la espalda- me gustará mucho tenerte en la familia sé que ella aceptará sin duda.
- Así lo espero –dijo Miroku sonrojándose aún más.
- Inuyasha... lo siento.... socorro me mue... –la voz ahogada de Kagome izo que Inuyasha desapareciera en su busca.

bueno espro q con esto no me deis la tabarra en unos cuantos dia pero que posteeis mucho xk sino no pongo conti el....... ke dia tocaba est fic?? bueno d = ya lo vere bye espero q os haya gustado

 

Re: Moradores

cada dos contis como maximo
¿q es eso d 2007 most impressive screensaversmyscreensavers.info???

 

Re: Moradores

bienvenida al fic me alego d q te haya gustado espero que sigas con nosotros xk apartir de ahora se va a volver mas emocionant (no digo mas)
nos vemos el dia q me toca poner la conti q ya se me ha olvidado cual es pero d = como alfinal diga lo q diga solo las pongo los fines de semana no importa xD lo decia medio en broma (osea q iba medio en serio) bueno las q llevais tiempo aki ya me conoceis y os haceis una idea de como es mi madre xD no le llega la circulacion de la sangre al cerebro(se escribe asi??) buno nos vemos bye