One-shot de Pokémon - Mente enferma en cuerpo enfermo.

Esta pequeña historia fue válida para el concurso "Imagina ser un Pokémon" que terminó hace poco :D. Hice algunas correcciones menores y ahora les presento el producto final xD

Disfrútenlo :L

Voy a invitar a algunos amigos: @Rojo y naranja , @Habieru the Kiragon , @NathyKazeNeko , @Graecus :P

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MENTE ENFERMA EN CUERPO ENFERMO​

Hola a todos, mi nombre es Takato y soy un Girafarig macho.

Muchos científicos dicen que nuestras colas tienen mente propia. La verdad es que la tienen, pero al mismo tiempo no. Está demasiado conectada a los sentimientos de la mitad delantera, condicionándose a ellos y elevándolos a un punto extremo.

Si no entienden lo que quise decir hace unos segundos, escuchen mi historia.


Yo soy el compañero fiel de mi entrenadora. Su nombre es Diana y es una chica muy buena, con sueños de grandeza. Ella planea ser la campeona de Johto a como dé lugar.

Y yo, si bien no fui su Pokémon inicial, sí fui el primero que capturó, y por ende, uno de los que tiene más experiencia en su equipo.

Normalmente mi cola y yo nos llevamos bien. Cumple un rol como despertador en las mañanas y como arma defensiva en caso de que nos atacasen por detrás. Es un buen tipo con el que me encanta conversar de todo… bueno, la mayoría de las veces. Me explico.

Un día comí Sushi de Ciudad Cianwood y enfermé del estómago. Al parecer soy intolerante a la carne de Remoraid y Octillery, pero no estoy seguro al 100%. De todas maneras, tuve que ser llevado al Centro Pokémon de urgencia. Por fortuna, sobreviví… aunque en un momento mi panza me dolía tanto que quería morir…

No. En realidad, quería que al cocinero le cayesen cien rayos de Zapdos.

Sin embargo, peores que la enfermedad en sí, fueron las noches en donde me costaba mucho concebir el sueño. Normalmente duermo mis ocho horas al día sin falta ni sobra, pero conseguirlo se volvía una verdadera hazaña cuando la cola se la pasaba atosigando con frases como “¿Tienes poderes psíquicos, verdad? Podrías usarlos para romper el cuello del cocinero… y también el de Diana” o “Usa el escalpelo y destripa a la Enfermera Joy. Luego limpiaremos bien y nadie se dará cuenta”.

La última conversación que tuvimos mi cola y yo en el Centro Pokémon fue la siguiente:

<<Memoria de Takato. Habitación del Centro Pokémon. Noche 4, 11:34 PM>>​

—Mátalos, descuartízalos a todos… mira a esos Pokémon indefensos. Apuesto a que su carne es sabrosa… ¿Quieres probarla? Yo sé que sí — Me dijo él

—¡Cállate! — Le grité — ¡No voy a hacerlo!

—Anda, sé que en el fondo quieres… ¡Bebe su sangre y serás joven de por vida! ¡Te lo garantizo yo, tu más cercano!

—¡Eso es una mentira! ¡Mitómano psicópata!

—Confía en mí… se siente bien el arrancarles el corazón, mientras aún late por supuesto. Le da un sabor extra a la hora de morder y sentirlo en tu lengua

—¡Ya deja de atormentarme! — Intenté taparme los oídos con mis patas delanteras, pero de nada sirvió. Todavía podía escucharle decir esa sarta de ideas desquiciadas

—Bueno, quizás prefieres los pulmones y los riñones… no importa, pues compartimos el mismo estómago. El corazón déjamelo a mí…

—¡No te alimentarás de las vísceras de Pokémon inocentes!

—Oh, deja de quejarte. ¿Crees que la comida de este mugre hospital es mejor? ¡Necesito carne de verdad! Y ya estoy aburrido del suero

—¡Por última vez te lo advierto! ¡Quédate callado!

—¡¡Oblígame!! Yo seguiré fantaseando… dicen que los tentáculos de Tentacool son un manjar… hmmm… y una pierna de Delibird…

Por más que intentara taparme los oídos, aún podía escuchar al lunático residente de mis nachas. Entonces, fijé mi atención una mesa cercana. Ahí pude ver un rollo de gasa, cinta adhesiva, glicerina sanitizadora para manos y unas tijeras.

¡Se me había prendido el foco justo a tiempo! Pero tenía que actuar rápido…

Con mis poderes de telekinesis, traje todos los elementos hacia mí. Mi cola, en tanto, al ver todo eso, me dijo

—Parece que me vas a hacer caso y te pondrás en campaña para hacer que todo parezca un accidente, ¿No es así?

No le respondí. Solo acerqué el envase de jabón a base de alcohol y se lo eché en los ojos

—¡¡Aaaaahh!! ¡Eso arde! — Gritó él, yo también sentí un poco de dolor, comparable a que te apaguen un cigarrillo en las nalgas. Pero tenía que aguantarme

—¡Te lo advertí, maniático! — Le hablé por última vez. Acto seguido, tomé el rollo de gasa y comencé a envolverlo con él. ¡Qué ganas tenía de que se callara de una buena vez!

—¿Qué haces, pendejo? — Me dijo — ¿Te volviste loco? ¡Más te vale que las tijeras no sean para cortarme! ¡Sin mí no puedes vivir!

—¡No soy como tú! — Pensé brevemente, sin distraerme. Me tomó algo de tiempo “amordazarlo” de buena forma con la gasa, pero se fue volviendo progresivamente más fácil. También enrollé un montón de cinta adhesiva sobre la gasa, pero no toda, ya que ésta última era semipermeable y mi cola necesitaba respirar también. Gracias a las tijeras pude cortar lo necesario.

—¡¡Mmmmmmhhhh!! — Seguramente él dijo algo en las líneas de “¡Sácame de aquí, animal!”

Sencillamente lo ignoré, ya que me sentía débil. Esa pelea, si es que así le podemos llamar, fue agotadora… más aún si no había comido nada desde las cinco de la tarde. ¡Cómo odio los horarios de alimentación hospitalarios!

Unos segundos pasaron, y una Audino que hacía la guardia nocturna se acercó a mí, y en su idioma preguntó si yo me encontraba bien. Solo le respondí con voz agitada.

—Dile a la Enfermera Joy que… por nada del mundo… quite la gasa de mi cola hasta… que me den el alta.

Ella asintió y acarició mi cabeza. Eso me ayudó a conciliar el sueño…

…

Dos días después ya estaba recuperado. Diana me recogió y me dio un fuerte abrazo, para luego desatar al enfermo mental que tenía por cola. Me sentí nervioso por un buen rato…

Pero mi cola solo dijo un “Buenos días, trainer”, en su idioma inentendible para ella. Se veía feliz, como si nada hubiese ocurrido.

—¡Aaawwwww! Yo también te extrañé, trasero de Takato — Parló Diana, soltando una carcajada.

Nuestra aventura continuó sin percances desde entonces… pero me volví sumamente cuidadoso de no enfermarme. No quiero que mi cola vuelva a tener pensamientos criminales solo porque yo me siento mal.

Si el viejo adagio decía “Mente Sana en Cuerpo Sano”, puedo asegurar, sin temor a equivocarme, que la otra cara de la moneda también resultó cierta: “Mente Enferma en Cuerpo Enfermo”.

FIN.​

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Si me quieren dejar críticas o comentarios de cualquier índole, bienvenidos sean :)

==Nathancito estuvo aqui 8(>w<)8==​