Mediodía ~ La historia después del Amanecer...

Tema en 'Fanfics abandonados sobre Libros' iniciado por Holly Chantel, 3 Marzo 2012.

  1.  
    Holly Chantel

    Holly Chantel Entusiasta

    Virgo
    Miembro desde:
    3 Marzo 2012
    Mensajes:
    50
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Mediodía ~ La historia después del Amanecer...
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    28
     
    Palabras:
    1005
    Despedida


    Genial ahora yo tenía la culpa.

    ―Claro Alice

    Me tomo del brazo, arrastrándome afueras de la casa, dejando a Jacob, Seth y Emmet con la expresión aun de sorpresa y duda por la escena que habían presenciado.

    Me atreví a ver la expresión de Alice, era severa, sin vida, reflejaba ¿Tristeza? ¿Dolor? era la combinación de ambos. Nos dirigimos a la cabaña, pero no había nadie, seguramente Rosalie se había llevado a Renesmee a la ciudad, tal vez a la casa de Charlie.

    Cuando entramos Alice se aseguro de cerrar todas las ventanas y puertas de la cabaña para que nadie oiga ni vea nuestra charla. Tomé asiento sobre el sillón de la sala y esperé que terminara

    ―Bella necesito que cubras a ambas con tu escudo en todo momento ¿entiendes lo que te digo?

    Yo asentí, claro, eso incluía a Edward

    Alice suspiro y guardo silencio por unos minutos, parecía estar escogiendo las palabras adecuadas, yo no me atreví a interrumpir su concentración.

    ―Bella, tenemos que irnos.

    Aquellas palabras retumbaron en mis oídos, y el eco resonó dentro de mi cabeza. Por alguna razón había presentido esto, mi cabeza me palpitó y sentí mis extremidades desmoronarse mientras imaginaba la realidad que Alice me decía. ¿Irnos? ¿Por qué?

    ― ¿Qué?― Las palabras temblaron sobre mis labios.

    Alice vio mi semblante y se agachó hasta mi posición tomándome de las manos.

    ―Vienen por nosotras Bella, por ambas― Sus ojos estaban desesperados. No tenía tiempo― quieren que nos unamos a ellos.
    Aquello era demasiado, ¿Por qué ahora?

    ― ¡No lo aceptaremos! ¡No podemos, pelearemos!

    ―Nos vi muertos, todos amigos y familia y aunque aceptemos los matarán ¡A todos! No esperarán un no.

    No entendía…no podía comprender lo que Alice me estaba pidiendo ¿Por qué nos escaparíamos? Eleazar había dicho que podíamos decir que no, o si el caso fuera extremo podríamos aceptar sin necesidad de un ataque al resto.

    ―Edward no te dejaría ir― añadió.

    Mis pensamientos se redujeron a nada.

    ― ¿Por qué nos quieren? ― Me limité a decir― ¿Por qué ahora?

    ―No lo sé muy bien, pero tengo entendido que Aro sabe que tiene que enfrentarse a alguien en una batalla― Se frotó la frente con la palma de la mano― quieren estar más poderosos que nunca, quieren estar preparados así que mis predicciones y tu escudo serían grandes armas en una batalla como la que se aproxima.

    Me había quedado muda. Ellos no podían morir.

    ―No podemos irnos Alice, ellos nos rastrearán hasta aquí, primero que nada buscarán aquí, y los matarán igual. No podemos dejarlos ahora, no podemos dejar Forks, no puedo dejar a mi familia, no puedo dejar a…

    ―Morirán ¿Entiendes eso Bella? No podemos quedarnos aquí, no puedo hacerle eso a Jasper

    Hablaba sin sentido, nadie había desafiado los dotes de Demetri sin una decapitación asegurada.

    ―Y dime ¿A dónde iríamos? ¡Alice, ellos vendrán, aunque tengan a Demetri! ¡Será el primer lugar en el que busquen! ―Me paré del asiento y caminé sin sentido.

    Silencio

    ― ¿Y si te digiera que no se asomarán por aquí?

    ― ¿Qué?

    ―Tienes que confiar en mí Bella, aún hay esperanza, podemos cambiar el destino, pero necesito tu ayuda.

    Esperanza, sonaba tan lejana ahora.

    ―Tienes que entender que es la única forma que tenemos de mantenerlos a salvo, si no fuera así no te lo pediría, ellos morirán si nos quedamos.

    Me quedé postrada sobre el suelo como una estatua, mirando el rostro de Alice. Sus ojos eran ahora casi tan transparentes como los míos, podía ver en ellos la agonía de alejarse de todos. Podía ver en ellos mi futuro, el futuro de todos… La vida se reducía a dos personas ahora.

    Dudé por un segundo, no habría lugar en el cual los Vulturis buscarán primero que en Forks, pero yo confiaba en Alice. Nunca apostaría en contra de ella. Si ella decía que había una posibilidad de sobrevivir a esto, la ayudaría.

    Al final, solo asentí, ella me froto en hombro en señal de ánimos pero no funciono, tenía que soportarlo, ella debía de estar sufriendo igual que yo. Rápidamente salió a buscar sus papeles de viaje, supuse que nos iríamos esa misma noche.

    Sabía que si fuera humana estaría llorando, estaría llorando muchísimo. No podía hacerle eso a Edward, y mucho menos a Renesmee.

    Me acerqué al pequeño tocador que estaba en el estudio, me senté y tome lápiz y papel. Sabía que era imposible, pero podía sentir que unas lágrimas salían de mis ojos entre todos los jadeos entrecortados que seguía emitiendo.

    Empecé a escribir dos cartas, una para Renesmee y otra para Edward. Entonces razone.

    No iba a volver a ver a mi hija, no iba a volver a ver a mi esposo, no iba a volver a abrasar a ella, ni iba a volver a sentir los cálidos besos de él.

    No sabía cuánto tiempo estaría lejos, así que no era una despedida para siempre.

    Pero si tenía muy claro esto, sería por un largo…largo plazo.
     
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    Título:
    Mediodía ~ La historia después del Amanecer...
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    28
     
    Palabras:
    2637
    Libro II
    Edward Anthony Cullen Masen
    Prefacio

    No me importaba lo que decía Carlisle, tampoco lo que me decía Emmet y mucho menos lo que me decía Rosalie.
    No iba a tomar en cuenta lo que me había estado repitiendo Bella, yo iba a encontrarla.

    Aunque ella no me ame

    Aunque ella amé a otro

    Aunque ella este muerta.

    La iba a encontrar, tenía que hacerlo, iba a hacerlo.


    El adiós para siempre

    ― ¡QUE HAS VISTO ALICE!― le grité eufórico― ¡EXIJO QUE ME LO DIGAS!

    No podía ver nada, todo estaba completamente nublado, mis nudillos apretaban con exageración la piel de granito de mi hermana hasta hacerla crujir. Mi mente me imploraba que me detenga, pero el sentido de la razón parecía haberme abandonado tanto que simplemente había pasado de ser un monstruo sin alma a un asesino puro.

    ¡¿Qué había visto Alice?! ¡¿Por qué no podía verlo?!

    Todo había ocurrido tan estrepitosamente que las visiones que había podido captar se me escapaban de la memoria. Rápidamente pude sentir unos tactos ardientes, pude suponer que eran Jacob y Seth, sus dedos quemaron mi ropa casi instantáneamente. Mi fuerza se reforzó de una manera increíble convirtiéndome en un peligro para todos, sabía que en el fondo quería que alguien me detuviera pero nunca antes había sentido dicha desesperación en la mente de Alice. Sus pensamientos habían sido tan rápidos, solo pude verlas a ambas, mis dos soles… Mis razones de existir, ¿Qué podía ser tan horrible para que ese sentimiento envolviera a mi esposa e hija? ¿Por qué Alice lo ocultaba?

    Tranquilízate Cullen, la vas a lastimar; pensó Jacob.

    Golpéame, quise decirle. Quítame de encima.

    ― ¡EDWARD SUELTALA EN ESTE MISMO INSTANTE!

    Yo sabía que Jasper también lo había sentido, podía verlo en sus pensamientos. Lejos de esa furia que poseía ahora hacia mí existía el temor de la razón. ¿Cómo había sido el sentimiento de Alice? Nunca antes lo había detectado en alguien. Era demasiado potente.

    Hermano, no sé cuanto resistiré; pensaba Emmett. Vi en los pensamientos del resto como zarandeaba entre las jaulas que eran los brazos de mi hermano. Sus ojos estaban negros como el carbón, si no soltaba a Alice me mataría, de eso estaba seguro.

    Estaba irreconocible hasta para mí mismo.

    Me encontraba rodeado de cinco vampiros y dos licántropos luchando porque me calmara. No tenía el valor de escuchar sus pensamientos.

    ¿Qué le había pasado a Edward?

    ¿Quién es ese monstruo?

    Solo escuchaba los alaridos y gruñidos de Jasper en mi cabeza y en el ambiente. Quería aniquilarme, había borrado cualquier lazo de hermandad que teníamos, ahora solo representaba una amenaza contra la persona que más amaba.

    ¿Enserio pensaba que le haría daño a Alice? O peor aún, ¿Le haría daño yo a Alice?

    Estrelle bruscamente a Alice contra la pared, levantándola unos centímetros del piso por los hombros tratando de buscar respuestas y generar que el impacto removiera un poco la concentración en la que se encontrara para evitar que los leyera.

    Nada

    ―Papá suéltala, la estas lastimando

    Renesmee

    Mis brazos temblaron nerviosos cuando la cordura volvió a llegar a mi cabeza. Alice era mi hermana, ¿Qué estaba haciendo? Quise pensar que eran mis instintos, pero la verdad estaba impregnada en la cabeza.

    ¿En qué diablos pensaba Alice para nublar tanto sus pensamientos?

    Entonces entendí quien era su cómplice.

    El único obstáculo que tenía era el implacable caparazón de mi esposa contra mis poderes. La vi de reojo rápidamente, estancada sobre el suelo con la boca semiabierta. Me di asco a mí mismo, debía odiarme para ese entonces. No tenía las agallas de encararme a Bella, además no tenía el autocontrol suficiente para no hacerle daño. Noté como Rosalie sacaba rápidamente a Renesmee de la sala llevándosela lejos hasta que se calmaran las cosas. Me vi reflejado desde diferentes puntos, y en ninguna no me veía aterrador.

    Esme se apresuro en jalar a Alice para que se levantara pero ella no se movió, estaba perdida en sus pensamientos sin dejar de ver el rostro de Bella.

    ― ¡Edward relájate!― me gritó Jacob, no sabía que tan fuerte era ese perro como para poder soportar toda mi furia.

    ― ¡Edward, Edward!― me gritó Bella, noté que estaba aterrada― escúchame, tienes que tranquilizarte, ¡La lastimarás!

    Puso su mano en mi pecho y pude sentir como una ráfaga de seguridad invadió mi ser, sabía que Bella siempre confiaría en mí y que fuera lo que fuera a pasar lo podríamos afrentar juntos. Empecé a aumentar mi autocontrol, todos tenían razón, si no me controlaba lo más probable es que acabara lastimando seriamente a Alice.

    Silencio

    ―He…de hablar…con Carlisle― dije entre cortadamente, pude sentir todas las miradas en mí, pero no devolví ninguna, me encontraba realmente avergonzado.

    Salí como rayo al segundo piso dando tropezones por las habitaciones. Escuchaba todos los sonidos de lo que había pasado hace segundos, podía sentir todos sus pensamientos en mi cabeza. Sentía que los sonidos se estaban haciendo cada vez más fuertes. Apoyé mi cuerpo sobre la pared del corredizo y suspiré tratando de ignorar las voces del resto. Luego de treinta y cinco respiraciones me dirigí hacia el despacho de Carlisle. ¿Por qué no había bajado con el resto? La idea de que no nos hubiera escuchado era imposible.

    Entré sin tocar, estaba demasiado molesto para recordar mis modales en ese momento.

    ―Necesito ayuda.

    Carlisle me estaba esperando apoyado en el ventanal, su mirada era demasiado cristalina como para apenas tener que ver en su mente para saber lo que creía. Nos quedamos mirándonos por varios segundos sin decir nada. La ira de mi cuerpo se estabilizó, ahora solo sentía temor, temor e impotencia extrema. Cuando me vio más relajado desvió su vista hacia el ventanal, sus pensamientos querían que me acercara.

    Alice y Bella; aunque esta última estaba siendo jalada por Alice hacia la cabaña.

    ¿Qué estaba pasando?

    ―Carlisle, no entiendo.

    ―Espera Edward, solo espera un momento

    Quise insistirle, pero me quedé inmóvil a su lado. Por un momento vi la cabaña y por otro volví al otro extremo de la habitación. Quise concentrarme en los pensamientos de ambas, pero por primera vez no podía evadir los del resto de personas en la planta de abajo. Jasper se sentía culpable, ansioso, algo nervioso. Jake y Seth sentían que no estaban al tanto de todo… como si se hubieran perdido algo. Esme estaba muy asustada por lo ocurrido, solo quería que todos se arreglaran y olvidáramos el asunto que según mi hermana había sido solo un malentendido.

    Pero aquello no podía ser simplemente un malentendido. O por lo menos no lo era para mí.

    Los pensamientos de Carlisle me alertaron como si me hubiera llamado. Giró automáticamente su rostro hacia mí, conteniendo ciertas emociones en sus fracciones de hielo. Mis músculos se erizaron nuevamente, el esfuerzo de proteger sus conclusiones estaba fallando.

    ―Lo…lo lamento Edward

    Estaba nervioso.

    ―¿Qué pasa, papá?

    Su mirada era una combinación de emociones y pensamientos. Una vorágine dentro de ambas pupilas se formaba de manera precavida, casi sigilosa. Traté de abrirme entre sus secretos bien escondidos, pero sabía de por medio que su autocontrol tanto mental como personal era tan poderoso como su sed de sangre.

    ―…―Bajó la mirada, achiqué la mirada―¿Puedes leer los pensamientos a Alice?

    Aquello me tomó por sorpresa, dudaba mucho que si en un principio Alice no me quisiera enseñar sus pensamientos aquel hecho haya cambiado en algo. Cerré mis ojos y dejando atrás todas las voces del resto me adentré en la cabaña.

    ―Creo que…

    ―Solo inténtalo―Me interrumpió. Detecté un atiz de desesperación en su voz, algo fuera de lo común en él. Presioné más sobre las barreras de Bella, sin embargo ahora algo era distinto.

    Empecé a buscar en la mente de todos, pero no me daban respuestas. Todos habían visto como Bella y Alice salían hacia la cabaña nerviosa y sospechosamente. Miré sus rostros desde diferentes ángulos, los analicé y evalué comprobando lo que mis pensamientos habían imaginado. Algo auspicioso ocurría.

    ― ¿Edward?

    ―No lo sé― Volví a presionar las barreras, pero no pude detectarlas. No podía aferrarme a algo. No había nada.

    Giré para ver a Carlisle con los labios fruncidos, pero le vi sujetándose el rostro con las facciones demacradas. Mis impulsos volvieron a actuar.

    ―Carlisle ¿Qué sucede?

    El suspiro, pude leer en su mente lo angustiado y nervioso que se sentía. Por alguno u otra forma lo había considerado, una…¡No!

    Aparté mi cabeza de su dirección y la sacudí fuertemente tratando de aclarar nuevos pensamientos. Reforcé la distancia de mi poder y nuevamente no había nada contra quien luchar. Mi cabeza me dio vueltas y me sostuve contra un armario.

    Suspiró. Se acerco a mí posando una mano en mis hombros.

    ―Edward, creo que…

    ―No… ¡No no no NO!―Temía a sus pensamientos, sentí algo ácido en ellos. Por alguna razón estaban mal, todo estaba bien. Bella jamás haría algo así, era increíble incluso solo considerarlo. Me dolió en el orgullo y quise golpearle, pero mis manos ahora temblaban por otras razones. ¿Las consideraba? ¡No! Quise golpearme a mí por aquello.

    ―Hijo…

    ¿O si?

    No aguanté más. Corrí lo más veloz posible y salté rompiendo el gran ventanal que cubría casi la misma longitud que una pared de la casa. El cristal cayó sobre el jardín como una fina lluvia de vidrio. Pude escuchar las palabrotas de Jacob tras mi espalda, pero mi cabeza solo podía ver entre sombras la cabaña y sus pensamientos.

    Nada. No paré de correr por ningún motivo

    Cuando llegué el ambiente estaba demasiado callado. Temí por un momento, no… temí por mucho tiempo. Quise escuchar el latir de mi corazón, probablemente aquello me hubiera tranquilizado un poco. El silencio era un sinónimo de martirio para mí, tan acostumbrado de vivir entre las sombras, pero nunca solo. Tomé el picaporte de la puerta y entré a velocidad humana, tal vez hasta más despacio. Miré rincón por rincón antes de abrirme paso entre las habitaciones.

    No había nadie ni nada, solo yo.

    Pero todo seguía igual.

    Sentía como los nervios se iban apoderando de mí poco a poco haciendo más dolorosa la idea de encontrar la casa completamente vacía. Aunque en el fondo sabía que posiblemente verla igual que simple generaba más tormentosa mi credibilidad. Tenía que acabar con esto, estaba perdiendo el tiempo. Corrí a la habitación de arriba y entré a nuestro cuarto.

    Nada.

    Tomé asiento en la gran cama del centro de la habitación, y respire profundamente. Escuché las manecillas del reloj sonar como si de campanas se tratasen, cerré los ojos, el tiempo se me hacia tan pesado.

    Todo está bien Edward, relájate.

    Sentí un resplandor a mi derecha, giré para visualizar que era ese objeto brillante y pude ver dos papeles que simbolizaban que mi pesadilla iba a comenzar. Me dirigí dudoso a la repisa, para poder verlos con más claridad.

    Eran de Bella, era obvio —su ortografía no había cambiado mucho desde su transformación— eran dos cartas, una dirigida para mí y otra para Renesmee.

    Por primera vez, pensé en sacar a mí hija de ahí y salir corriendo. Huir, no me importaba que los demás piensen que era un cobarde, porque eso era exactamente lo que era.Era tan cobarde que ni siquiera podía abrir una sencilla carta.

    Valor Edward, hazlo por tu hija...

    No. Bella no se iría, no con su hija aquí. La conocía lo suficiente para poder suponer que no nos había abandonado por un tema sin importancia. Tomé el papel entre mis manos y lo desgarre al mismo tiempo que mi corazón se partía.

    Edward, espero que algún día puedas entender la decisión que he tenido que tomar, y las consecuencias que esto realizará. He tenido que partir con Alice a solucionar algunos asuntos de gran importancia, por su seguridad, no podré decirles nuestro paradero ni adonde iremos. Edward, esto es muy importante:

    No nos busquen, esto podría generarnos muchos problemas, sin contar en los que ustedes podrían involucrarse. Si hemos partido sin ustedes, ha sido por su propio bien, espero que algún día puedas perdonarme.

    Tienes que confiar en mí, no vayan por nosotras, nosotras volveremos, no sé cuando, pero lo haremos, te lo prometo. Te amo, tu y Renesmee son lo mejor que me pudo haber pasado en esta vida. Te amo, más que a mi propia existencia, es la única excusa que te puedo ofrecer.

    Perdóname. Bella

    Sentí mi cuerpo desvaneció mientras sentía las palabras repetidas en mi cabeza. No sentí ningún peso sobre mi organismo, sin embargo podía ver que aún me mantenía en una pieza. De pronto mis piernas empezaron a tambalearse, por alguna razón me sentía muy cansado así que me recosté en la cama. Cerré los ojos deseando poder imposiblemente adéntrame en mis sueños como un humano, siempre me había parecido algo curioso como alguien podía simplemente dejar el lugar donde estaba y viajar a otro donde los problemas podían disolverse. Tal vez era un regalo de Dios para los humanos. Por eso los vampiros no podíamos dormir, ese regalo era demasiado digno para nosotros.

    Me sentía tan solo, ella ya no estaba conmigo… me había abandonado. Me había abandonado como yo lo había hecho hace años. Mis pensamientos se tornaron negros, cerré mis ojos con furia. Bella odiaba que indagara entre sus pensamientos, pero había conseguido observar por lo menos pequeños atisbes de lo que había ocurrido en su vida esa temporada y no me hacía sentir mejor.

    Pero me llevé una gran sorpresa cuando abrí mis ojos, ya que ya no me encontraba en mi habitación.
     
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    2029
    De vuelta a la realidad rota

    Lo primero que pude visualizar fue un nubloso panorama de árboles empinados. Fruncí el ceño y palmeé la superficie en la que me encontraba, era dura ¿A dónde se había ido la cama? Tomé asiento sobre el asfalto y miré a mi alrededor… todo era tan verde y frondoso, el aire estaba cargado de un cierto porcentaje que solo podía tenerlo un lugar en el mundo, un lugar el cual no había visitado hace ya mucho tiempo.

    Observé con cautela los bosques de Forks cuestionándome como había terminado aquí, parecía estar muerto, parecía estar soñando, pero ambas posibilidades eran imposibles.

    Empecé a pasearme por los estrechos caminos que formaban los árboles y arbustos pudiendo observar diversidades de flora que no había podido recordar en los pocos años que habían pasado desde que las vi por última vez. La verdad era que por una parte no quería salir de ahí. Sabía que pronto tendría que enfrentarme con los problemas los cuales aún no me sentía capacitado de aceptar…pero deseaba esperar un poco para hacerlo.

    Supongo que ahora esa será una cualidad que me caracterice, la cobardía. No podía aceptarlo, me paré derecho y puse bien los pies sobre el asfalto. Iba a enfrentarme a cualquier problema que se me presente, cualquiera, aunque Bella haya tenido que marcharse.

    Un escalofrío recorrió mi espalda. Cerré los ojos e inspiré profundo, era hora de aceptarlo. Pero de pronto lo sentí, sentí como el dolor de la quemazón volvía a mi garganta… ese dolor de mil llamas carcomiéndote todo el cuerpo.

    Ese era un sentimiento que no sentía hace años, hace 3 años y 17 días para ser exactos.

    Empecé a correr dejándome llevar por mis instintos de vampiro. Podía sentir la boca echa agua por la delicia que empezaba a deleitarme, pero aparte del éxtasis que había despertado en mi, el sentimiento de angustia me hacía correr con más fuerza. ¿Dónde estaba para que mi Bella estuviera aún conmigo?

    Entonces, los vi. Una réplica exacta de lo que seguía siendo yo frente a la criatura más hermosa que pudo haber existido en el mundo. Era mi Bella. Recordaba ese momento, estaba sellado en los más oscuros de mis recuerdos, aunque lo recordaba desde otra perspectiva.

    —No te convengo Bella

    —¡NO! ― grité a mi imagen, pero ni él ni Bella voltearon.

    Ahora todo parecía tan claro, si había venido aquí no había sido para que pusiera verla a ella, sino para que recordara lo que había ocasionado en su vida. Corrí hacia su cuerpo parado enfrente de mí tratando de mandarle un empujón con mis manos, pero no sirvió de nada, pude ver como estas traspasaron su piel como un holograma.

    —No seas ridículo— suplicó Bella— eres lo mejor que me ha sucedido en la vida.

    La infinita condena solo podía significar que estaba muerto. ¿Muerto? ¿Muerto de tristeza? ¿Se podía? No lo creo, si no Carlisle lo habría hecho, o yo, cuando deje a Bella.

    —Mi mundo no es para ti

    — ¡Lo que ha pasado con Jasper no ha sido nada Edward, nada!

    —Tienes razón, era exactamente lo que se podía esperar

    No podía seguir mirando, sentía como un enorme hueco se abría desde lo más profundo de mi pecho, era un dolor desgarrador, mucho más fuerte que el que sentía en mi garganta. Nunca me iba a perdonar eso. No sé hasta que longitud corrí, pero fue muy lejos, tan lejos que solo llegue a poder escuchar el sonido del corazón de mi esposa.

    Pom pom, pom pom, pom pom, pom pom, pom…

    ¿Qué? ¡¿Qué había pasado?!

    Corrí lo más veloz que pude, arriesgándome a escuchar lo que había sucedido, había preferido borrar los registros de su dolor en mi memoria y no recordaba cuando había decidido romperla por completo.

    —¿Tu…no…me quieres?

    —¡NOOO!— grité furioso, el bosque reflejó el eco vacío de mi voz pero nadie más lo oiría, además de mí.

    —No

    Corrí hacia Bella. Su respiración se había vuelto un jadeo cortante, su corazón… ¿Sonaba? Parecía congelado. Acerqué mis dedos a su mejilla pálida, más pálida que en alguna otra ocasión… pero estas no podían sostener aquel rostro que había acunado hace unas horas. El hueco de mi pecho se profundizó hasta lo más hondo de mis costillas. Era algo filudo, un remordimiento atroz.

    —Bien eso cambia las cosas— dijo Bella, me sorprendió la claridad con la que logró pronunciarlo, podría decirse que se encontraba más tranquilo, pero su corazón iba mucho más lento de lo normal.

    Tenía que hacer algo. Empecé a golpear árboles, patear arbustos, gritar lo más alto que me permitió la garganta sin resultados

    — ¡EDWARD NO LO HAGAS!— grité a ese monstruo, sabía que no me escucharía, pero la agonía se me salía por todas partes.

    Me sorprendió al ver que se voltio en mi dirección posando su fría mirada como el hielo sobre la mía. Casi en un susurro para mis oídos vampiros escuché un balbuceo por su parte. No le entendí.

    —En cierto modo, te he querido por supuesto, pero lo que paso la otra noche me hizo darme cuenta de que necesito un cambio; porque me he cansado de intentar ser algo que no soy. No soy humano—hizo una pausa y continuo— he permitido que esto llegara demasiado lejos y lo lamento.

    —No…no lo hagas.

    Recuerdo cuando me dijo eso, esa fue la gota que colmó el vaso, tenía mil discursos preparados para ella así que empleé el que mejor se me vino a la mente.

    —No me convienes Bella.

    Hubo una pausa en silencio. Los ojos de Bella se humedecieron.

    —Si…eso es lo que quieres.

    Cuando vi a Bella pude observar sus hermosos ojos achocolatados. Eran tan preciosos, sumergirme nuevamente en ellos era algo que había estado deseando desde hace años...volver a verlos, esos eran mis más hermosos recuerdos...

    —Me gustaría pedirte un favor, a pesar de todo, si no es demasiado..

    —Lo que quieras.

    ¡Qué horribles mentiras!

    Simplemente no lo pude soportar más. Salí corriendo, no sé en qué dirección ni adonde, pero tenía que alejarme lo más posible de ese lugar. De esos recuerdos.. De esas mentiras. Mientras corría sin rumbo no podía pensar otra cosa que no fuera el gran dolor que sentía en el pecho y en mi garganta...

    Cuando divisé un punto ciego tomé asiento sobre el suelo y me abracé el cuerpo con ambos brazos, permanecí sentado por horas y horas recordando esos hermosos ojos achocolatados. Eran tan hermosos, casi ya no los recordaba; aunque Renesmee los tuviera del mismo tono, Bella poseía una mirada que ninguna mujer cautivaría sobre mí.

    Claro, era posible que Bella y Alice se hayan si de eso dependía nuestra seguridad. Sería muy propio de ellas sobreponer nuestras vidas por las suyas.

    —Qué tonto— murmuré para mí mismo, arrogando una piedra a lo lejos.

    Entonces alguien llegó.

    —¡Bella!— grité corriendo hacia ella.

    Era estúpido tratar de ayudarla a caminar— aunque a mi parecer se estaba arrastrando—, mis brazos no servirían de apoyo, no esta vez. Vi como tambaleaba su cuerpo por todo el bosque sin poder hacer nada más que seguirla por todo su recorrido. Se la veía tan indefensa…siempre diciendo Se ha ido, no podía describir el sentimiento que me inundaba cada vez que lo escuchaba. Era la combinación de rabia y dolor.

    Rabia por haber sido tan estúpido en abandonarla.

    Y dolor, porque, al fin podía ver como ella estaba en su estado zombi, y Bella tenía razón, eso me hacía daño.

    Pero me quedé sin habla cuando de pronto cayó.

    —Siempre torpe…— me dije para mí mismo

    Era inútil tratar de levantarla así que me limité a sentarme junto a ella. Acaricié sus cabellos y le besé la frente aunque mis labios no rozaran su piel. Canté la nana que muchas veces había compuesto para ella y le pedí perdón un sinfín de veces. Mis ojos me pesaban mientras mi corazón seguía martillándome el ser. Quise llorar por ella, quise matarme por ser tan basura en haberle causado ese daño. Nunca antes hubiera imaginado lo que había tenido que pasar. ¿Cómo había sido tan tonto en dejarla así de indefensa? Había sido un ser despreciable.

    Tras el pasar de las horas, Bella seguía murmurando Se ha ido…se ha ido. Me alegró ver que sus parpados empezaron a pesarle, no sabía cuánto más iba a soportar que siguiera diciendo eso; la mire con una sonrisa y me acurruque a su lado. Como siempre, empezó a hablar en sueños. Me sentía realmente impotente ¿Qué se supone que podría hacer? Acerqué mi rostro al suyo y con una lágrima resbalando por mi mejilla le besé los labios.

    Y sonrió. Aquello fue lo más hermoso que había visto en la vida.

    —Edward…—dijo. Suspiró— Edward…

    Me había sentido.

    —Aquí estoy—Mis ojos estaban empapados y mi voz estaba rota. ¿Cómo era llorar? Lo había olvidado. ¿Cómo podía hacerlo ahora? —Aquí estoy mi vida—Le volví a besar varias veces— No te voy a dejar.

    Le besé la cabeza, aunque mis labios traspasaran su nuca; me sentía feliz. Me sentía completo.

    —Edward— me dijo una voz— ¡Hijo, reacciona Edward!

    ¿Carlisle? ¿También había muerto? ¿Había muerto al ver a su hijo muerto?

    —¡Edward!— masculló Carlisle— ¡Esme vas a tener que traer a Emmett!

    ¿Esme? ¿Emmett? ¿Muertos?, imposible.

    —¡Demonios que le ha pasado a Edward!

    —Lo mejor ahora, será que vayas a juntar a tus hermanos, tenemos que decirles algo— escuche a Esme interrumpir—¿Cómo está Renesmee?

    —Bueno esta…estable, se encuentra con Rose, solo un poco preocupada ¿Dónde esta Bella?

    —Ve por tus hermanos…—le insistió Carlisle.

    —Vale, pero esto no me huele bien…

    —Hijo, despierta, Edward…—pude reconocer la hermosa voz de Esme, la hubiera reconocido en cualquier lugar, pero…esta voz tenia algo más, ¿Dolor?

    Poco a poco, pude ver como mi visión se iba volviendo borrosa.

    Mientras la imagen de Bella se iba desvaneciendo, una gran luz tenue iba extendiéndose sobre mi rostro.

    ¡No! ¡Bella, no me dejes!

    Pero fue muy tarde, esta se había desvanecido completamente, dejando la imagen de mi padre en su remplazo.
     
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    Holly Chantel

    Holly Chantel Entusiasta

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    Mediodía ~ La historia después del Amanecer...
    Clasificación:
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    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    28
     
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    1615
    Boo sin comentarios. Igual colgaré capis a ver si a alguien le interesa...

    Cruda y agria realidad

    —Edward—La sonrisa de alivio que vi en el rostro de Carlisle no me provocó la satisfacción que esperaba. Sus ojos reflejaban tranquilidad, pero sus pensamientos iban en una dirección más filuda.

    Empecé a mover los dedos de las manos esperando sentir algo nuevo en ellos. Todo parecía normal, no sentía algún cambio, hasta el dolor de cabeza parecía haberse calmado. Los únicos inquietos eran mis nervios internos que me indicaban que algo no iba bien. Esme y Carlisle esperaron a que pudiera reincorporarme de la cama y me acostumbrara al ambiente.

    —Yo…no lo sé— era la verdad, no sabía cómo encontrarme, ¿Qué era lo que había acabado de suceder? ¿Cómo había sido posible que mi subconsciente me haya permitido ver a…verla a ella?

    Esme acarició mi rostro con delicadeza, despertándome de mis alucinaciones internas. Sus pensamientos saltaron al brote, estaba preocupada por mí. Ya lo sabían.

    —Alice fue muy cuidadosa en todos los detalles, nos dejó una nota en la habitación.

    Le abracé con todas mis fuerzas y ella me correspondió, he de admitir que me sentía un poco mejor con mi madre en brazos, me sentía realmente apreciado pero aún me sentía muy aturdido ¿Qué estaba pasando?

    —Al parecer estuvieron preparando esto por días—dijo Carlisle

    —Lo dudo la verdad, a Alice se le hubiera escapado algo, además leí los pensamientos internos de Bella y ella no sabía nada.

    —Pero ¿Por qué nos lo ocultaron?

    —Porque no la hubieras dejado ir sin Edward…— susurró Esme

    Era realmente abrumador imaginármelas deambular solas por el mundo. ¿Por qué ocultaban algo de esa forma? ¿Qué tan repentina pudo haber sido la visión de mi hermana? Mi pecho se encogía al imaginarme a Bella en peligro, ¿Y si algo le pasaba? ¿Si no la volvía a ver?

    Suspiré

    —Estoy bien mamá— mentí— pero no entiendo…¿Qué ha pasado?

    —Entraste en un shock post traumático— me interrumpió Carlisle— eso logro hacer que tu mente envolviera tu subconsciente. —Achiqué la mirada—¿Recuerdas cuando Bella quedó embarazada? Tus pensamientos por primera vez fueron más poderosos y centrantes que cubrieron cualquier pensamiento que te rodeara, te introdujiste en una realidad que creíste pasada cuando en realidad era un fenómeno de tu imaginación.

    Silencio

    —Parecía tan real…

    Carlisle suspiró.

    —Hijo, es hora de tomar cartas en el asunto— Se alejó de la cama y caminó hacia la ventana, elevó una persiana dejando ver la imagen de Seth y Leah resguardando la casa.

    En sus pensamientos, Carlisle y Esme supusieron que lo mejor era no nombrar a Bella, que eso me haría daño.

    —No es como piensan— susurré

    Era cierto, no me daba pena hablar de ella o recordarla, era más, eso me ayudaba. Saber que ella me amaba y volvería me sostenía y no iba a dejar de pensarlo. Ninguno de los dos me respondió, solo bajaron la mirada en forma de disculpa.

    —¿Renesmee?— pregunté— ¿Sabe de esto?... ¿Jasper?

    —Alice nunca privaría a Jazz de una explicación, pero Renesmee…—dudo Carlisle— no sabíamos como decírselo.

    Leí en la mente de Carlisle la preocupación.

    ¿Cómo reaccionaría Renesmee?

    —Creo que Bella— Saqué la carta de mi bolsillo trasero— ya había pensado en eso.

    Les sorprendía lo sereno que me encontraba, la verdad es que hasta a mí me sorprendía; pero era lo correcto, ahora no me podía encontrar mal, tenía a Renesmee y no iba a permitirle presenciarlo.

    Carlisle asintió

    Esme dio un respingo, sabía que estaba controlando sus emociones. Fui hasta su posición y le puse una mano en el hombro, estaba seguro que su corazón de piedra estaba conteniendo las lágrimas de impotencia. Dos de sus hijas estaban desaparecidas.

    —Mamá necesito verla, a Renesmee.

    Esme suspiro.

    —Vamos…

    El camino a casa me pareció tan lento. No quise correr y ambos lo respetaron, el bosque estaba sombrío, esta misma mañana la había recorrido con ella y se había visto hermoso, ahora todo era gris y silencioso. La hojas que mis zapatos machacaban parecían el crujir de mi corazón duro, cada pisar era un golpe, un recordatorio de su huída, de su ausencia.

    Cuando divisamos la casa vi como Jacob se encontraba en el porche con la cabeza entre las piernas. Sus pensamientos iban a la misma dirección que los míos, estaba al tanto de todo. Levantó su cabeza en nuestra dirección al vernos cruzar el río.

    ¿Se fueron, no es cierto?

    Me quedé mirándole el rostro unos segundos, sus ojos estaban rojos.

    ¡Mierda Bella! ¡Por qué eres tan estúpida!

    Le gruñí.

    Relájate ya, tengo suficiente dolor de cabeza para toda una eternidad; sabes que estoy tan preocupado como tú

    Suavicé mi mirada. Tenía razón, Jacob realmente se sentía deprimido, angustiado y traicionado ¿Cómo Bella no me lo dijo? Se preguntaba así mismo, tal vez al chupasangres se lo ocultaría, pero ¿A mí?

    —¿Renesmee?

    —En la cocina, comiéndose unos sándwiches—Sus manos le temblaban, no había podido controlarse frente a ella así que había decidido salir—Al que tienes que controlar es a Jasper.

    —¿Jasper?

    —Se encerró en la habitación de Alice y a empezado unos destrozos en él. Quise entrar pero Rosalie no me lo permitió.

    Busqué en su mente, pero la negatividad de sus pensamientos me abrumó por un segundo. Me repelió.

    —¿Qué es más urgente, Jasper o Renesmee?

    —Primero termina de controlar a Jasper, pero Edward— Jacob hiso un silencio y continuó— Espero que te plantees bien lo que vayas a decir a Renesmee, ella no estará tan serena.

    Un nuevo golpe en el pecho, mis nudillos se agarraban a algo inexistente. La imagen que Jacob se hacía de mi hija sufriendo me atormentaba ya que sabía que se aproximaba a la realidad. Pero antes de que pudiera dirigirme hacia las escaleras una voz me llamó desde el corredizo.

    —Papá

    En sus pensamientos me vi convertido en un monstruo lastimando a Alice. Me veía horroroso, aquel acto era imperdonable.

    —Nessie…—Alcé los brazos hacia ella pero luego los bajé. No iba a permitirme desmoronarme con ella, tenía que estar sereno.

    —Tranquilo papá— Ella corrió hacia mi posición y me abrazó la cintura mientras mi cuerpo se ponía rígido como una piedra—Sé que estabas asustado.

    Estaba asustado.

    Silencio

    —Tengo…—Me carraspeé la garganta—Tengo que ir a hablar con Jasper.

    Renesmee sabía que algo no estaba bien. En sus ojos veía la mirada calculadora de Bella, sus intuiciones eran demasiado desarrolladas, podía sacar conclusiones rápidas y al parecer las estaba haciendo.

    —¿Está todo en orden?

    La miré en silencio y traté de sonreír—Por supuesto que sí.

    Vamos Cullen, Bella me dijo que eras un buen actor, demuéstralo

    Ignoré ese comentario dirigiéndome directamente al segundo piso.

    —¿Jacob? —Escuché a mi hija decir.

    El la besó con tristeza y suspiró—Vayamos a terminar con ese emparedado ¿Vale?

    El segundo piso de la casa se encontraba casi tan sombrío como le bosque de camino. Podía ver pedazos de tela rasgados por las paredes, muebles en el suelo y alguna que otra revista abierta por ahí. Ya no se escuchaba nada y el aura negativa había podido ser controlada por mi hermano. Su mente estaba tan dispersa en diferentes detalles y recorridos.
    Alto ¿Recorridos?

    Entré sin tocar, mi cuerpo estaba nuevamente nervioso. Solo podía sentir muchos pensamientos muy fuertes en su cabeza...Duda, dolor, tristeza, rabia, confianza, esperanza.
    Pero ver hecho añicos las cosas de Alice me sorprendió mucho más que cualquier cosa.

    —Qué ha ocurrido aquí.

    La silueta de Jasper estaba sentada en un montón de plumas sobre el suelo. Su cabellera despeinada le cubría el rostro y sus manos caían sobre su regazo, parecía un muerto en el piso. Al verme levantó ligeramente el rostro, su mirada estaba perdida y pestañeaba constantemente, viendo la imagen de Alice por segundos.

    —Se ha ido—Susurró.

    —Lo sé.

    Quiso llorar, pero como todos, no pudo.
     
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    Holly Chantel

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    Hace frío en la nada.

    —Tenemos que buscarlas—Exclamó.

    Mi cuerpo no respondió.

    —Jasper, no entiendo…

    —Claro…—Sus ojos brillaron entre la oscuridad de su mente—Podemos recorrer todo el país, todo el mundo. Empezaríamos aquí y luego en Europa, ¿Qué dices?

    — ¿Empezar?

    Mis piernas me temblaron, me parecía extraño volver a sentir estas emociones humanas, pero todo era demasiado para mí, no iba a poder manejarlo.

    —Yo… yo no puedo.

    —Edward—Jasper me sostuvo el hombro por unos segundos—Lamento lo que pasó allá afuera, pero ahora entiendo tu reacción. ¿Qué fue lo que viste?

    Silencio, mi mirada estaba perdida en el vacío. Bella, ella me había dicho que no vaya, ¿Pero iba a dejar que corra riesgo?

    —¿Has leído la carta que te ha mandado Bella?

    —¡Claro que lo he hecho!

    —¿Entonces?

    Sentí como un escalofrío recorría mi espalda.

    Pude ver en la cabeza de Jasper la carta que le había escrito Alice; era muy similar a la mía pero con la excepción de cambiar el «no me busques, porque empeorarán las cosas›› por un
    «no nos busquen Jasper, se que tienes tantas ganas de estar conmigo como lo estoy yo››

    Eso podía cambiar mucho la perspectiva de las cosas, es especial la perspectiva de Jasper.

    —Bella fue clara conmigo, lo más probable es que si la buscamos las meteremos en un lío.

    —Lo lamento pero sé que ambas están en problemas y no voy a dejar que se enfrenten a esto solas, piénsalo, podría llegar a ser muy peligroso para ellas y…

    Sacudí mi cabeza a su afirmación, nuevamente mis nudillos apresaron algo inexistente. Además, tenía razón, Bella y Alice eran las más débiles de la familia, si enfrentaran a otro vampiro en lucha lo más probable es que ellas al final mueran

    —…Muertas— me repetí. El hueco que estaba en mi pecho empezó a desgarrarse nuevamente, Bella no podía morir, no iba a permitirlo.

    —Exacto— interrumpió.—Edward, no podría permitirme vivir si es que Alice no está a mi lado.

    Silencio

    —Pero… los Vulturis.

    —Si tenemos suerte, podremos encontrarlas antes de que ellos se presenten, solo tendremos que proporcionar bien el tiempo.

    Parecía bien formulado, era un buen plan.

    Tomé asiento en el sillón, —o lo que quedaba del sillón— que tenía Alice en su habitación para pensarlo un poco, no es que me sintiera cansado pero necesitaba unos segundos para canalizar toda la información que me habían dado. Me pasé las manos una y otra vez sobre mi cabello, tratando inútilmente de ordenar mis ideas, ¿Y si Jasper tenía razón?

    —¿Qué dices?— interrumpió nuevamente, tendiéndome una mano— Vamos Edward, podemos hacerlo, las hallaremos.

    Dude al principio, pero al final la tomé poniéndome me pie nuevamente. Idiota, estúpido, ¿Por qué nunca haces lo que te dicen? La puerta se abrió tras nosotros, ambos alzamos la vista encontrándonos con Jacob en la entrada.

    —Eh… perdón que les interrumpa—Sus ojos fueron directo a los escombros de la habitación—Mierda… bueno, Esme dice que si pueden bajar un momento.

    Tal vez no debí destruir la… su habitación.

    —Gracias Jacob, ya bajamos

    — ¿De qué hablaban?

    La mente astuta de Jasper empezó a maniobrar de manera instantánea, no iba a permitir que una oportunidad de agrandar el campo de búsqueda se le escapara de manera tan fácil. Le pidió a Jacob que tomara asiento entre los escombros, y aunque él no accedió a aquello, terminó aceptando lo que le dijo mi hermano.

    ¿Irán a buscarlas?

    Yo asentí. Su cabeza empezó a llenarse de diferentes ideas y puntos de vista, eran complicados de ordenar, pero antes de que pudiera comenzar a descifrarlos el habló.

    —Bueno, tres personas son mejor que dos, les ayudaré.

    —Jacob…

    —Cubriríamos más territorio—Me interrumpió Jasper. Le fulminé con la mirada, este no era asunto de Jacob—Y no tendríamos riesgo contra los Vulturis.

    Excelente

    —Anda, tenemos que bajar, Carlisle nos está esperando.

    Jasper le sonrió y se dirigió escaleras abajo.

    —¿Jacob?— le llamé

    El suspiró

    ¿Qué pasa Edward?

    —Quiero que me ayudes a hablar con Renesmee, ¿Entiendes lo que digo?

    Bajó la mirada imaginándose la reacción de mi hija. Tenía una visión más amplia de sus sentimientos, me sentí ligeramente ofendido, pero no era momento para cuestionar cuanto conocía a mi hija. Al bajar pude ver a Rosalie y Emmett se encontraban sentados en el gran sofá blanco de la sala; Nessie se puso a los pies del mueble. Carlisle y Esme, se encontraban sentados en el sofá del frente con las manos entrelazadas cada uno hundidos en sus propios pensamientos…traté de darles un poco de privacidad.

    Jake me dedicó una mirada de tristeza antes de dirigirse al flanco de mi hija. Un hueco se me abrió entra las entrañas congeladas de mi sistema, todos sabían que había llegado la hora de hablar.

    ¿Estarían tan nerviosos de escuchar como yo lo estaba de hablar? Los ojos de Carlisle notaron mi pánico y se posicionó a mi derecha.

    ¿Quieres que hable yo?

    Negué con la cabeza

    Sentí todas las miradas de mi familia sobre mí, sentía muchos nervios.

    —¿Papá?—preguntó Renesmee— ¿Qué pasa?

    La miré con los ojos vacíos, no quería que mi rostro reflejara algo que mi corazón no podría manejar. Ya con anterioridad había podido controlar mis expresiones, sin embargo ahora podía sentir que los sentimientos se me resbalaban por las comisuras del ojo.

    Saqué la carta que aún se encontraba en mi bolsillo trasero, y se la di con la mano titubeante. Noté como su rostro cambiaba de la preocupación a la confusión. Jacob la tomó antes, y la abrió dándole a Renesmee solo la el papel de la carta.

    —La escribió tu madre— le dije, con la mirada baja.

    Ella me miró desconcertada, en sus pensamientos me preguntaba que estaba pasando pero yo no respondí, realmente no sabía qué hacer. Sentía que era yo el que me iba a retorcer en el piso por el dolor del agujero en el pecho que no dejaba de aplastar mis pensamientos.

    Renesmee giró en dirección a Jacob tratando de buscar respuestas de su parte, pero él también bajo la mirada tratando de contener unas finas lágrimas que se apresuraban en sus ojos. Nessie abrió el papel que se encontraba doblado en dos, la mente de mi hija trataba de canalizar las deprimentes palabras que estaba leyendo.

    Nessie hija, primero que nada, no quiero que seas dura con tu padre, se que él se enterará antes que tú de esto.
    Hija, espero que algún día puedas entender el “porque” de esta importante decisión que he tenido que tomar…
    Renesmee, tuve que irme de la casa con Alice por algunos asuntos que no he podido informarles por su propia seguridad.

    No podemos decirles nuestro paradero por la seguridad que ahora tienen.
    Lo que te voy a decir ahora es muy importante. No nos busquen…Tienes que convencer a tu padre y a Jasper de que no lo hagan, esto podría empeorar nuestros conflictos y pondría en riesgo a la familia.

    Volveré hija, no te prometo una fecha, porque aún yo no lo sé, pero lo haré, te lo juro; volveré y estaremos todos juntos como siempre

    Te amo.

    Bella

    Escuchaba todas las preguntas que tenía en la cabeza. El papel se resbaló por sus manos y cayó dando balanceos hasta el suelo. Las lágrimas no tardaron en llegar, su mente estaba analizando lo que acababa de leer, pero podía sentir como su pecho se iba achicando y achichando al parar los segundos

    —Hija

    ―…— Abrió los labios con intensión de decir algo, pero solo sonó un gemido de impotencia. Miró a Jake y él entendió su llamado. La tomó del brazo y salieron del cuarto hacia el bosque.

    Estaremos en la Push, no la dejaré sola- Pensó Jacob antes de alejarse entre los matorrales.

    Y si bien mi mente se estuviera trasladando al lado de mi hija, preguntándome como estaría o como se sentiría… sabía que ahora más de uno debía tener la sorpresa en la garganta. Temeroso dirigí mi mirada del ventanal a Emmett y Rosalie, estos se encontraban desconcertados y aturdidos por la noticia; obviamente ninguno esperaba escuchar eso.
    Miré de reojo a Esme y Carlisle; este último se encontraba abrasándola y masajeando su brazo derecho en gesto de consuelo, mientras esta emitía algunos sollozos sin lágrimas.

    —¿Y bien?— hostilmente preguntó Rosalie

    —¿Disculpa?— le dije viéndola venenosamente

    —Por que se fueron Edward, ¡Y quiero la verdad!

    Tal vez no fueron sus palabras, tal vez no fueron sus pensamientos los que lograron sacarme de mis casillas. Es tan solo que ver su mirada petulante sobre mi rostro logró que el sentimiento de culpabilidad volviera a nacer en mi pecho.

    —¿Crees que miento?— Mi cuerpo me tembló— ¡Enserio crees que dejaría que mi hija sufriera si hay alguna otra razón!
    Rosalie bufo.

    —Eso mismo Edward, sé que hay más, algo que no nos quieres contar,

    —¡Deja de decir estupideces!

    —¡Debiste ver algo!— me contradijo, poniéndose frente a mí.

    —¡Rosalie!— interrumpió Carlisle— ¡Para Edward no es fácil esta situación, no se la compliques más!

    Ella me miró por un segundo en silencio y luego se dejo sentar nuevamente sobre el sillón blanco al lado de Emmett, emitiendo un gruñido.

    Sé que hay más Edward, si no me lo dices, lo averiguaré.

    Respondí a sus pensamientos con un gruñido.

    Todos nos quedamos en silencio por un momento, pude sentir todas las miradas sobre mi en esos instantes, todos pensando diferentes cosas pero que reflejaban el mismo sentimiento.

    Maldito Edward, mentiroso— pensaba Rosalie

    Pobre mi hijo, espero no decir algo que lo incomode—pensó inocentemente Esme

    Vamos hijo, volverán— me impulsaba Carlisle

    Bueno solo queda seguir las instrucciones…— opino Emmett

    Alto

    —¿Instrucciones?— pregunté dirigiéndome a Emmett, sentía que me había perdido algo.

    —Bueno, tener que hacer caso de lo que nos han dicho Alice y Bella—Silencio— me refiero a no buscarlas.

    ¡Ja! Inténtalo— pensó Jasper.

    Pero yo le envié una mirada de advertencia lo suficientemente rápido para que nadie se dé cuenta; lo mejor sería ocultarle esto al resto de la familia, o por lo menos a Carlisle.

    —Eso es obvio, no podemos correr el riesgo de hacerles más complicado esto.

    Y tampoco podemos arriesgarnos a que se enfrenten a algo peligroso ellas solas— contrarrestó Jasper

    Luego, el lugar se vio envuelto nuevamente en un incomodo silencio.

    —¿Edward?— preguntó Carlisle

    —Tienes toda la razón Carlisle, sería una estupidez desobedecerlas.

    Giré para mirar a mi hermano. Tenía una expresión serena, pero sus pensamientos reflejaban rabia y duda.Le guiñé un ojo rápidamente para que calmara sus ideas.

    —Si lo que nos han solicitado es no hacer absolutamente nada, lo haremos. Es la única manera de asegurarnos que no podremos complicar nada de sus asuntos. Y lastimosamente no podemos correr el riesgo de lastimarles. Necesito que la casa se encuentre en un estado de vida cotidiana para la salud y preocupación de mi nieta. Ella será la más afectada en este asunto debido a que confío en el auto control de Edward. —Confiaba más de lo que yo hacía—Y sé que él lo manejará de la mejor forma. ¿Todos de acuerdo?

    El salón estuvo en silencio.

    —¿Jasper?— Insistió. Pude ver en sus ojos el nerviosismo que tenía al tratarle del tema.

    —Si

    —¿Esme?

    Ella asintió

    —¿Emmett?

    —….—suspiró— si

    —¿Edward?

    Yo afirmé; seguro de mi plan con Jake y Jasper.

    —¿Rose?



    —¿Rosalie?— volvió a insistir Carlisle

    Se reincorporó del mueble con los pensamientos revueltos de impotencia e ira. ¿Desde cuando se preocupaba tanto por mi Bella? ¿Acaso lo hacía solo por Alice?

    —¿Qué? ¿Acaso piensan que Ness es idiota? Por su puesto notará que su madre no está.

    —Rosalie…

    —No Esme— le calló— Edward, debiste ver algo, una fecha, un lugar algo..— parecía estar suplicando en vez de acusando.

    Sentí el gélido aire que desprendían sus pulmones congelados. Los habitos humanos siempre habían sido los más interesantes pasatiempos de Rose. Por un momento quise golpearla, pero solo me ganaría problemas con Emmett.

    —Rosalie, no niego que Renesmee pase desapercibida sobre este hecho, pero tenemos que tratar de hacer que pueda manejar esto lo mejor posible. Es solo una niña.

    —Edward, ella no es una niña. Ya es una mujer cuya opinión y voz es tan importante como la del resto.

    —Rosalie, ¿Enserio crees que será mejor así?... ¿Deprimiéndonos y alimentando su angustia?

    Rosalie gruñó.

    —Tenemos que intentarlo— sugirió Jasper— por Nessie.
     
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    Moliry

    Moliry Fanático

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    Amiga, por favor no me hagas esto... No vayas por nada del mundo dejar la historia, es GENIAL !! Seria una infinita pena.
    De verdad como gozo de tu talento, me encantas ! Disfruto tu narrativa, tus personajes, tu historia. Es el fanfic de crepusculo que mas me ha gustado.
    Apenas ayer empecé a leer todos los que me faltaban y ayer mismo los terminé. No podia parar y ver que ya no hay otro capitulo si sufrí.
    Debo YA SABER que va a pasar, iran a buscarlas ??
    Ojala que no, porque eso haría que estuvieran en graves problemas. Yo creo que deberian confiar en estas dos mujeres excepcionales que tienen como esposas, hermanas, amigas.
    Sobre que Bella y Alice se fuera me sorprendió muchisimo, no imagino a Bella sin Edward y Alice sin su Jasper. Se nota cuanto los aman, pues todo lo que hacen es por amor a ellos, a la familia.
    Si me asustó eso de leer que moririan todos !!! Ya me imagino el ejercito de los Vulturi tan poderoso que iban acabar con los Cullen y la manada.
    Que otra batalla tiene los Vulturi pendiente ???????
    Eso me dejó super mega ultra intrigada. Quien mas es una amenaza para ellos ??? Que es la razon que quieran acabar con ellos ???
    Holly, por fa sube en esta semana cap, es que adoro tu historia y lo dejaste en un final cardiaco... IRAN O NO A BUSCARLAS ??? ELLAS DONDE ESTAN ??? QUE ESTAB HACIENDO ???
    Wooow !!!!!
    Amiga, me despido, pero antes te vuelvo a decir... AMO TU HISTORIA !!
    te quiero mucho !!!
    Kiss
     
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    Holly Chantel

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    Aaaaah en serio?? :3 muchas gracias amiga! Que honor en serio! Ahora mismo publico y te darás muchas sorpresas ♥
     
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    Holly Chantel

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    Rosalie suspiro, sabía que Jasper estaba usando su don sobre ella.

    —Mira Carlisle, lo intentaré— continuó Rosalie— pero les aseguro que no funcionará

    —Gracias Rose— le respondió Carlisle, pero yo no cambie mi mirada asesina hacia ella, posiblemente no porque le tuviera algun resentimiento a sus agrios comentarios, sino porque sus palabras eran demasiado ciertas.

    Los pensamientos de todos empezaron a caerme como lluvia de invierno. Tan limpios e inocentes –a excepción del de Rosalie-, pero a la vez tan ciertos y dolorosos. Me tenían lástima, yo no quería su lastima… Pensaban que quería morir, pensaban que iría donde los Vulturis nuevamente a matarme.

    ¿Tan pesimista creían que era?

    ¡Eso era!

    —¡Los Vulturis!

    —…—Emmett se reincorporó del mueble angustiado— ¿Qué tienen que ver?

    Caminé hacia el ventanal y miré el porche de la casa, en donde había ocurrido todo esta mañana. Las imágenes se repitieron en mi cabeza, logrando aturdírmela.

    —Los vi, bueno, Alice los vio— pude percibir como Jasper se estremeció a mi lado— pude verlos antes de que Bella bloqueara sus pensamientos; pero recuerdo haberlos visto diferente eran muchos más.

    —¿Más?— dijo Esme— ¿La corte?

    Afirmé

    —¿Y qué tienen que ver con esto?— pregunto Rosalie

    Me sostuve en el cristal. Mi cabeza repetía las imágenes tratando de ver algo que no pude ver, tenía que recordarlo…

    —Todo fue muy nubloso, no logré verlo con claridad.

    Silencio

    —Alice me dijo que ellos consideraron venir, todos, pero fue una simple posibilidad— opinó Jasper— ¿Edward crees que quieran..?

    ¿Luchar?

    —No lo sé— respondí antes— dudo que Alice se haya preocupado por una “posibilidad”, pero nunca se sabe…

    Pero entonces nos vimos interrumpidos por la llegada de Jake y lo que parecía ser mi hija.

    Renesmee tenía una expresión demacrada, totalmente hinchada; parecía haber llorado por horas, cuando en realidad habían sido tan solo una hora.

    Esta realmente destruida Edward— me advirtió Jacob— pero he tratado de hacerle entender las circunstancias...Eso…tu sabes

    Cuando ambos entraron el aura opto por un silencio realmente incomodo, se podía sentir la presión y la angustia en el aire. Renesmee no subía su mirada de sus pies, hasta que Jacob le beso la cabeza, entonces recorrió a todos los miembros de la familia con esa mirada de tristeza, terminando en mí.

    —Papa…yo— pero entonces otra vez miles de lágrimas empezaron a salir de sus ojos.

    Di un paso hacia adelante con los brazos extendidos y ella no dudo en acurrucarse.

    —Tranquila cielo, todo está bien

    — No papá—Sus pequeños labios temblaban, se veía tan frágil—No hay nada bien.

    —Tu madre sabe lo que hace nena.

    Pero Nessie toco con su mano mi mejilla derecha haciéndome recordar todos los momentos que habían vivido ella y Bella juntas. Su nacimiento, la primera vez que la cargo, la primera caza que tuvieron juntas, cada vez que ella y Alice obligaban a Bella a ir de compras, cuando la veía tan feliz derrotando a Emmett en las vencidas y destruyendo rocas por el camino y todos los cumpleaños de ambas. El corazón congelado parecía estar rompiéndose en fragmentaciones independientes.

    —Si linda, también la extraño

    ¡Menuda impotencia era ver como tu hija se desmorona en lágrimas y no poder hacer nada! Me sentía tan inútil y a la vez tan frágil. ¿Cómo es que sabía que yo no me desmoronaría de esta forma? En un pasado Bella había sido el núcleo de mi existencia, sin ella mi vida no tenía un propósito… Sin embargo ahora tenía a mi Renesmee, tenía una hija a la cual debía proteger.

    —¡Hola! Wow Nessie ¿Aún despierta?

    Tenía que venir justo ahora…

    Todos giramos al escuchar como Nahuel ingresaba a la casa con una sonrisa en el rostro, no demoró mucho en encontrar la silueta de mi hija, sus ojos marchitos le indicaron que algo había ocurrido.

    —¿Cielo, estas llorando?

    Ella lo miró y en menos de dos segundos se lanzo a sus brazos abrasándolo. Genial, ahora también me quitan a mi hija. Si hubiera sido diferentes situaciones, estaba casi totalmente seguro que Jacob hubiera agarrado a Nahuel y lo hubiera estampado contra la pared mientras Rosalie lloraba de la risa.

    Pero no hubo risas.

    Nessie se limpio los ojos con la manga y coloco una mano en la cara de Nahuel. Pude ver que le enseñaba todas las imágenes que ella había podido presenciar….Desde mi repentino ataque -no pude evitar bajar la mirada- hasta la carta que le había escrito Bella.

    Luego de unos minutos Nessie dejo caer su mano.

    —Tranquila Ness, sé que es muy duro pero te juro que no me alejare de ti hasta que todo se solucione.

    Los puños de Jacob crujieron al ver como el semivampiro acunaba en su pecho el cuerpo de mi hija. Peinó sus cabellos y hasta besó su frente un par de veces.

    Edward continuaremos nuestra charla en el campo de beisbol cuando Renesmee este dormida.

    Yo asentí. No faltaban horas para que amaneciera así que Renesmee tenía que acostarse pronto.

    —Hija tienes que descansar, pronto amanecerá.

    ¿Enserio crees que logrará dormir?— pensó irritada Rosalie

    —Papá, no creo poder…

    Estaba seguro que Jacob iba a decir algo pero Nahuel se le adelantó

    —Nessie, tienes que descansar, no servirá de nada que te prives del sueño, además yo estaré contigo.

    Oh ya quisieras

    Yo me quedaré Edward, no dejare que ese pestilente semichupasangres la toque— pensó Jacob

    Suspiré. Jacob me conocía bien. Solo lo miré y asentí

    ¿Quién mejor que Jacob para cuidar a Nessie de Nahuel? No es que me preocupara que la haga daño, pero podía sentir las hormonas lujuriosas salir de los tres adolecentes en la sala. Desconcertante ¿Había dicho yo eso? Me acerqué a Jacob y le susurré lo que me había dicho Carlisle.

    —Te informaré todo cuando volvamos.

    —Hecho.

    Caminé hasta la posición de Renesmee y le besé la frente.

    —Les aseguro que tendré pesadillas.

    —Te cantare si es necesario— le apuntó Nahuel.

    Oh, recuerdo el pasado cumpleaños de Nessie; mi regalo fue componerle una canción nueva inspirada en el amor que sentía por ella y por su madre -curiosamente Nessie había adquirido el aborrecimiento a los regalos como su madre. Además, el mejor acompañamiento que había podido tener era el tenor de Nahuel.

    Tenía que admitirlo…Voz, caballerosidad, responsable, protector, bien parecido. Este chico si era un buen partido, casi tan bueno como para ser digno de Nessie.

    —Tranquila Ness, no dejaré que nadie te incomode— agregó Jacob

    Todos entendimos el doble sentido de sus palabras logrando apreciar como él y Nahuel se miraban fijamente con odio en sus miradas

    —Ya ya, paren que voy a la cama— dijo Renesmee alejándose a la cabaña respaldada por Jacob y Nahuel.
    Edward acompáñame— me pidió Jasper

    Me acerque a Carlisle y le pedí que le explicara nuestra reunión a el resto de la familia mientras yo hablaba un minuto con Jasper, y nos encontrábamos en el campo.

    —Jasper, lo mejor será…

    —Lo sé, lo sé, nada a Carlisle.

    Suspiré aliviado, mi hermano era muy observador.

    —Tengo trabajo que hacer, como al parecer Jacob nos acompañará tendré que hacer las rutas que planeaba para ambos.

    Yo le sonreí, pero pude ver en sus pensamientos mi rostro, el cual estaba más parecido a una mueca. Jasper bajo la mirada y empezó a recorrer lentamente la habitación de Alice observando todos los detalles que se podían apreciar hasta que se detuvo en el barandal de ballet. En sus pensamientos recordaba todas las veces que la había visto bailar con sus pasos tan perfectos y precisos, como hacía un mohín con la nariz cuando se descoordinada ligeramente por la música.

    Nunca me perdonare si ella sufre algo que yo pude haber evitado.

    —Jazz— lo interrumpí

    —¿Eh, qué?

    —Escucha, se que la extrañas mucho…pero no servirá de nada si te echas la culpa o te deprimes.

    Silencio

    —Lo sé pero…la extraño, la extraño muchísimo.

    Me aproxime a Jasper y le puse una mano en el hombro, he de admitir que ninguno de los dos teníamos mucho contacto físico así que me pareció más apropiado que un abrazo ya que él sentía que yo quería apoyarlo.

    —Yo también Jasper, daría cualquier cosa por verlas traspasar la puerta de la casa y que todo continúe igual.

    Me estremecí. Sabía que Jasper trataba de no trasmitir sus sentimientos a otras personas, pero a veces fallaba. Doble sufrimiento, doble angustia, doble dolor, no entendía como podía soportarlo. Sentía como el hueco que tenía en el pecho se hacía cada vez más y más grande, hasta llegar al punto de traspasar mi cuerpo.

    Ah, que dolor.

    Empecé a respirar un poco más acelerado pero no lo suficiente para que Jasper notara un cambio, tratando de normalizar el dolor, pero no funciono.

    —Edward—me pregunto Jasper— ¿Crees que los Vulturis estén en esto?

    —No lo sé, pero será mejor que vayamos a ver al resto, casi son las dos.

    Jasper asintió y salimos de la habitación. Antes de parar en el prado-solo por precaución de encontrar a Jacob y Nahuel matándose- pasamos por la cabaña. Renesmee ya se encontraba dormida en el regazo de Jacob mientras Nahuel fingía leer un libro sentado en el sofá, observando detenidamente hacia su posición.

    Jasper podía sentir en esa pequeña habitación tres grandes sentimientos en cantidades exuberantes: amor, odio y celos. Celos de Nahuel hacia Jacob, celos de Jacob hacia Nahuel, amor de Jacob a Nessie, amor de Nahuel a Nessie…

    Odio mutuo entre Nahuel y Jacob.

    ¡Qué complicado era atender y proteger a una hija adolescente sin ayuda de Bella! Ella siempre había hablado con Renesmee de estos temas, no yo. No es que diga que no tengo una buena comunicación con mi hija, porque la tengo, ¿No?

    Ugh. ¡Qué estúpido me sentía! Parecía el anticuado padre que teme expresarse a su hijo.

    Me recordaba a Charlie

    Oh no, ese era un tema que tenía que tratar, tal vez no ahora, ya que Bella era prioridad, pero definitivamente me tenía que prometer hablar con mi hija sobre el tema.

    Al llegar al prado, la familia ya se encontraba ahí. Emmett y Rosalie sentados en pasto y Carlisle y Esme abrasados mirando el cielo. Giraron a recibirnos ni bien escucharon nuestros pasos.

    —Ahora nos podrías explicar bien lo que está pasando— me acuso Rosalie mientras se ponía de pie junto a Carlisle— ¿Qué viste respecto a los Vulturis?

    Tómatelo con calma Ed. ―pensó Emmett— se que está siendo grosera pero sabes como es.

    Yo gruñí bajo advertencia a Emmett, mi paciencia tiene límites.

    —Lo único que he visto esa la guardia, a 12 vampiros, sin contar a Aro, Marco y Cayo — respondí— pero ha sido muy nubloso

    —¿Crees que hayan trasformado a Gianna?— intervino Esme

    —No lo sé, lo dudo, pero tendremos que plantearnos todas las ideas posibles— concluyó Carlisle

    Silencio

    —¿Nueve miembros? ¿Por qué incrementarían?

    —Tal vez se dieron cuenta que éramos más peligrosos que ellos…— respondió Emmett

    —No lo creo, pero han tenido que ser vampiros realmente especiales para aceptarlos en tal prestigiosa corte— Añadí. —No deberíamos preocuparnos por eso, hasta ahora los hechos no están relacionados así que no podemos decir que esta visión tenga algo que ver con la extraña desaparición de Alice y Bella.

    —Entonces…— dijo Emmett rompiendo el silencio

    —¿Entonces qué?— respondió irritada Rosalie

    —Entonces que se supone que vamos a hacer— completé.

    Todos guardamos silencio, aunque podía sentir todas las miradas en mí y en Jasper. Eso era realmente incomodo.

    —No te preocupes hijo, volverán, y será antes de lo que pienses

    —Eso espero…—susurró Jasper; solo yo entendí lo que en realidad estaba ocultando en esas palabras

    —Bueno lo único que queda es esperar…— dijo Carlisle

    —…y vivir— terminó Rosalie

    —Como si nada de esto hubiera pasado— dije yo— por Renesmee

    Todos asintieron

    Era doloroso, lo sabía -y no era necesario mi don para comprenderlo- que fingir sería muy difícil, mas no decir imposible; pero había que intentarlo, por el bien de Renesmee: hija, sobrina y nieta.

    Partimos a casa en dos grupos: Esme, Emmett y Rosalie; y Carlisle, Jasper y yo. Al parecer por los pensamientos de Rosalie ella no soportaría estar en mi presencia, así que tomaron otro camino; se lo agradecía, a mí tampoco me agradaba la idea de estar junto a ella.

    Cuando llegamos a casa todos empezaron a realizar sus diferentes hobbies, practicando lo que harían y cómo reaccionarían cuando Renesmee se levantara.

    —Emmett, ¿Me puedes acompañar un momento?

    —Eh, claro.

    Qué bicho le habrá picado, bueno si soy de ayuda haré cualquier cosa.

    Le he prometido a Jacob que le iba a contar todo lo dijimos en el prado, pero…

    —¿Si?

    —No me gustaría dejar sola a Nessie

    —Ya entendí. Vigilo

    Entramos despacio, esperando que los tres estuviesen dormidos, pero al parecer ambos no habían pegado ojo ya que observaban cautelosos a Nessie al centro de la habitación profundamente dormida con unas grandes ojeras en el rostro. Ahí estaban, ambos chicos mirándose fijamente desde los extremos de la habitación. Jacob se encontraba apoyado en la pared con los brazos cruzados en el pecho, vigilando cada respiro y pestañada que realizaba Nahuel, mientras este se encontraba sentado en el sillón purpura que le había regalado Alice a Renesmee en su anterior cumpleaños.

    —Jacob…—susurré

    Pero ambos giraron en mi dirección; debían de estar muy concentrados, les hice señas a ambos ya que si no, estaba seguro que Jacob no se movía.

    —Tengo que hablar con Jacob a solas un segundo—Miré a mis espaldas—Emmett ¿Puedes acompañar a Nahuel hasta que Jacob regrese?

    —Claro Edward

    Pude sentir como Jacob le enviaba una sonrisa envenenada a Nahuel. Yo tampoco pude evitar sonreír a sus pensamientos. ¿Enserio creía que lo iba a dejar solo en la habitación de mi hija? Podía sentir como sus hormonas se desmoronaban…

    Ugh. ¿De nuevo dije eso?

    —Y... ¿Qué dijeron?

    —Bueno, aunque tengamos esta extraña noticia de los Vulturis, no podemos determinar nada, hasta ahora, no hay rastro de que estos hechos estén conectados así que no podemos preocuparnos por eso, pero es un dato que no podemos desperdiciar.

    —¿Y si viajamos primero a Volterra?...para asegurarnos

    —No podemos arriesgarnos, sin el escudo de Bella lo más probable es que Chelsea intente persuadirnos a mí y a Jasper y luego terminen matándote a ti.

    Jacob tragó saliva

    —Bueno, en eso tienes un punto…

    —No podemos realizar ningún movimiento respecto a los Vulturis, ese es un tema sellado, así que lo único que queda es tratar de llevar este hecho con la más normalidad posible…por Renesmee

    Jacob suspiró

    — ¿Cómo esta ella?— pregunté

    —Cuando llegamos a su alcoba, empezó a sollozar un poco pero se durmió al final. Edward—hiso una pausa y luego continuó— no te voy a mentir, he visto sus pesadillas y…

    —Teme perdernos— terminé de decir. Suspire— Mira Jake, no podemos hacer nada al respecto, lo único que queda es mantener nuestro plan en secreto y tratar de convivir con ello.

    —¿Vivir?—preguntó incrédulo Jacob— realmente dudo que se lo crea…no funcionará Edward.

    —Tenemos que intentarlo.

    Exhaló poniéndose las manos en el rostro.

    Cuenten conmigo…
     
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    Holly Chantel

    Holly Chantel Entusiasta

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    Mediodía ~ La historia después del Amanecer...
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    Fantasía
    Total de capítulos:
    28
     
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    Planes de Viaje

    Había pasado una semana desde que Bella y Alice habían desaparecido…, y aunque habíamos tratado de mejorarlo todo seguía igual
    O peor.

    …Jasper esperanzado, Rosalie odiosa, más que nunca. …Y Renesmee, deprimida, profundamente deprimida.

    Al parecer nuestro plan familiar de actuar natural no había funcionado. Renesmee, desde que se entero que su madre se fue no había vuelto a ser la misma de siempre. Se limitaba a ser cortante y no comía solo hasta que Jacob le suplicara. Se encontraba realmente distante con todos, en especial conmigo; y mucho, mucho más unida con Jacob y con Nahuel.

    Impotencia

    Si, tal vez esa sea la palabra indicada.

    ¡Sentía tanta impotencia!

    No había visto sonreír a Renesmee en siete días, no la había visto salir en siete días…hasta podría decir que evitaba hacer algún contacto conmigo. Me evitaba.

    Ahh, extrañaba tanto su sonrisa como a mi hermana y a mi esposa.

    —Edward— me llamó Jasper por las escaleras— Jake…

    Demonios—pensó Jacob— ¿Ahora? ¡Justo cuando Nahuel no está para molestar!

    —Jake, ¿Podrías controlar tus pensamientos por favor?

    —¿Quién dice que husmees por ahí?— me pregunto sarcástico

    —Jake, por favor…—pidió Renesmee

    —Ya vengo hermosa— le respondió besando su mano.

    Suspiré

    —¿Emmett?

    —Claro Edward…—me respondió Emmet desde la cocina, aproximándose al lado de Nessie.

    Subí las escaleras hasta llegar al segundo piso con la mirada baja, he de admitir que yo tampoco me encontraba radiante de felicidad. Se me hacia realmente complicado mantener una imagen estable enfrente de Renesmee, así que cuando me encontraba solo, podía dejarme llevar por mis emociones tranquilamente.

    Espere a Jacob en el pie de la puerta de la habitación de Alice -la cual Jasper había convertido en centro de reuniones para nuestros futuros viajes.

    Tendré que hacer mis maletas en el sótano de la casa para que Esme no se dé cuenta que voy a Brasil, lo más conveniente será contárselo a Emmett…— pensó Jasper

    Jacob llegó corriendo por las escaleras.

    —Demonios ¿Ya viajamos?

    Afirme

    Mierda, quería pasar más tiempo con Nessie

    Lo miré irónico

    Moví la cerradura de la puerta ligeramente para no generar un fuerte ruido, y ambos nos introducimos en la alcoba.

    —Jacob, Edward.

    —Sí, si ¡Al grano!— reprendió Jake

    —Jacob si vas a estar con ese genio…

    —Vale, hablen de una vez.

    —Bien—comenzó Jasper— Edward empezará recorriendo la mayor parte de USA que pueda, mientras yo partiré recorriendo Sudamérica, y Jacob tu puedes ir a Inglaterra, expandiendo tu territorio por Europa. Evitando Italia.

    Silencio

    —USA…—repetí desilusionado, ¡Un lugar que conocía como la palma de mi mano!

    —No no no no, ¡Alto!— interrumpió Jacob —¿Cuántos días se supone que estaré en Inglaterra?

    —Cada uno poseerá un tiempo de una semana, ya que faltan 3 semanas para la llegada de los Vulturis.

    —¿Disculpa?— respondió Jacob— ¡Yo! ¿Una semana?

    —O más…—le acaté

    —Bueno… ¡Una semana O MÁS!— repitió alargando la última palabra— ¡Sin Renesmee!

    —¿Cuánto se supone que dure mi viaje?— demandé

    — Poseerás una semana igual que todos, pero supongo que el tuyo será más corto, podrás recorrer el país en auto si lo deseas.

    —¿Y quién empezará?— intervino Jacob— si partimos los tres, no pasara mucho tiempo para que Carlisle se dé cuenta de que tramamos algo.

    —El chucho tiempo un punto…—dijo una voz en la puerta

    Todos nos quedamos helados, planeábamos decirle a Emmett, pero no pensamos en Rosalie

    —Rose, no es lo que tú crees…—respondió Jasper

    —Oh ¿Y que se supone que creo que es?

    Silencio

    Ja, creen que soy tan tonta para no darme cuenta que irán a buscar a mis hermanas

    —Pero lo suficiente para malinterpretar los hechos— respondí a sus pensamientos.

    —¿Y cuáles son los hechos?

    Realmente Rosalie sabía cómo sacarme de mis casillas.

    —Es cierto que buscaremos a las chicas, pero no por las razones que imaginas— respondí— tememos por su seguridad

    —La verdad Edward, no me importa si las buscan por protegerlas o por deseo pero no quiero que Nessie ni Emmett se involucren en esto.

    —¿Enserio crees que le pediríamos a Renesmee que intervenga?— le gruñó Jacob

    —¡Porque no te callas de una vez sarnoso!

    —No Rosalie, Jacob tiene razón, obviamente no involucraremos a Renesmee ni a Emmett— intervino Jasper, tratando de tranquilizar a ambos

    —Con eso me basta— respondió Rosalie— pero, eso si, si Bella o Alice salen afectadas por esta locura, no habrá lugar para que ustedes puedan esconderse, se los advierto.

    —Mantén tus opiniones para ti sola— gruñí

    Pero ella solo me miró furtivamente, saliendo por la puerta y cerrándola de un portazo ocasionando que los vidrios del ventanal -nuevos, porque había roto los antiguos- de estremecieran por toda la casa…

    —¿Crees que dirá algo?— preguntó angustiado Jasper

    No, realmente no le importa, solo teme por la seguridad de Emmett y Renesmee.

    —Bueno, entonces la blondie no será un problema.

    Silencio

    —De acuerdo, ¿Qué pasaría si Carlisle se da cuenta ó Esme?

    —Tendremos que ir uno por uno— concluyó Jasper— lo más conveniente es que vayas tu primero Edward, así volverás más rápido

    —Esperen ¿Edward irá primero, y volverá más rápido?

    Jasper asintió

    —Si piden mi opinión…

    —Nadie la está pidiendo— intervine

    —Igual, me parece que no es nada justo— respondió Jacob.

    No sería una mala idea, tal vez yo y Jake podríamos cambiar de situación, para que él estuviera más tiempo con Renesmee. Después de todo ella no quería verme y mi ausencia le agradaría más que mi presencia. Por otra parte, yo conocía muy bien Inglaterra, conocía los lugares más comunes en que los vampiros habitaban.

    —Hey, Jazz ¿Hay alguna forma de que yo y Jake cambiemos de situación?

    —No te sigo hermano…

    Yo tampoco— pensó Jacob

    —Supongo…— trataba de emplear las mejores palabras para explicar mi teoría, después de todo, no habría diferencia…—que si yo tomará el vuelo a Inglaterra, y Jake el mío, ¿No importaría no?

    —Eh, supongo que no— dijo Jasper—¿Qué dices Jacob?

    Pero este se encontraba con la expresión de sorpresa. Tenía los ojos como platos acompañada de una sonrisa que se extendía a lo largo de su rostro.

    —¡Edward, eres el mejor chupasangres del mundo!

    Jasper soltó una pequeña risa, pero apagada, la primera que le escuchaba entonar desde hace dos semanas.

    —¿Fue eso un cumplido?— dije irónico

    —Pero… ¿Dónde se supone que será mi primera parada?

    —Primero irás a Port Ángeles y olfatearas en el aeropuerto, investiga los vuelos extranjeros, estoy seguro que no viajaron con sus mismas identidades así que no te fíes por los nombres, luego podrás ir a Seattle…yo contactare a el Sr. Jenks; Jacob tendrás que recorrer cada rincón de la ciudad en busca de su olor.

    El aludido asintió con gratitud y salió de la habitación con los pensamientos más positivos de la casa. Me gustaba tener una cabeza casi alegre en la cual concentrar mis poderes, normalmente el aura depresiva de la cara me transmitían unos pensamientos del todo negativos.

    —Entonces…¿Inglaterra?— me preguntó Jasper

    —Inglaterra…—repetí
     
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    Inglaterra

    Cuando llegué al aeropuerto pude sentir un gran dolor de cabeza perforarme desde la parte de atrás. Acababa de dejar a Jacob en la casa después de una larga discusión con Jasper, al parecer no había conseguido algo nuevo en su viaje y la falta de noticias había generado un enojo por parte de los dos.

    —Tranquilo Ed, las cosas pasarán— me motivo Emmett, el cual milagrosamente se había ofrecido a llevarme— o tal vez ellas aparezcan en un par de días y solo están preparando una sorpresa. Tú sabes cómo son las mujeres.
    Bufé. Como si no supiera que en sus pensamientos el mismo se daba cuenta de sus pocas habilidades para mentir.
    —Lo sé Emmett.

    En realidad no estaba pensando en aquello en ese momento. Mi mayor molestia era dejar un problema a mis espaldas, dejar un problema para que los demás me hacía sentir inútil. Había dejado que Rosalie se encargara del problema juvenil de Renesmee, pero bueno…supongo que ella lo haría mejor que yo ya que Nessie simplemente trataba de no tener mayor contacto conmigo.

    ¿Estaba escapando?

    Ahh, de nuevo el desgarrador dolor en el pecho, esto se estaba convirtiendo en una normalidad mía

    —¿Edward?— me llamó Emmett

    Sin darme cuenta había dejado caer las maletas al suelo y me había llevado las manos al pecho, en forma de protección.

    Última llamada para el vuelo 307, destino Inglaterra, puerta 6

    —¿Edward?— volvió a llamarme.

    —Eh, si, ya voy—.

    Después de unos metros pudimos visualizar el aparcamiento de equipaje, sin embargo la voz de la aeromoza volvió a interrumpir en la habitación.

    —Vale Edward, dame tus maletas que te van a dejar.

    Sonreí, le di un fuerte abrazo y desaparecí en la salida.

    Para mi desafortunio pude ver que el avión se encontraba abarrotado de jóvenes de 16 y 17 años; toda una promoción compartiendo el vuelo que tomaría yo. Logré observar mi asiento en la parte trasera, quise matar a Jasper por no conseguirme un vuelo en primera clase.
    “Se habían agotado” —Me había dicho—“No notarás la diferencia”

    Oh, pero mira con quien he caído.

    Oh si, ninguna diferencia. ¿Qué tan mal podía llegar a ser este viaje?

    Inspire profundo mientras dejaba mi pequeño bolso de viaje en la parte superior de la repisa, tratando de ignorar los pensamientos perturbadores de mi compañera de asiento. Al parecer había conseguido examinarme en una sola ojeada, ahora descansaba su mejilla en la rendija de la ventana y suspiraba tratando de disimular su temperatura extrañamente elevada. Típico entre las jovencitas de su edad, así que trate de restarle importancia.

    Así pues, saqué mi Ipod de mi bolsillo y tomé asiento junto a ella.

    La miré con la mirada más inofensiva que pude crear pero con tan solo una media sonrisa en el rostro logré que se ruborizara totalmente. Qué incomodo

    —Qué tal…—susurré, deseando que mi cordial saludo haya sido el inicio y final de una futura conversación, pero por sus pensamientos me aguardaba una larga conversación.

    —Me llamó Alex, es un placer— me dijo mandándome un guiño del ojo. Asombroso, lo ideal hubiera sido actuar de manera petulante e ignorarla por el resto del viaje ¿Quién me mandaba a saludarle?

    Me saque los audífonos para no ser descortés y estreche su mano amablemente, que más quedaba.

    —Me llamo Edward Cullen, el placer es mío.

    ¿Edward?, ¡Qué nombre más raro! Pero el rostro podría barajarla.

    ¡Ja!, Bella estaría descuartizándola en este preciso instante.

    Desvié mi mirada de ella hacia el pasadizo donde se encontraba el resto de sus compañeros; busque inútilmente una mente en la cual reposar mis pensamientos, una en la cual podría distraerme…pero todas eran parecidas. En las niñas, un repugnante deseo; en los niños, un gracioso odio; en los profesores, un alabador respeto.

    Debe de tener mucha paciencia para soportar a Alex las próximas cinco horas, ella es una total parlanchina.

    Ugh. ¡Tenía que tocarme a mí la parlanchina!

    Giré inútilmente mi cabeza tratando de olvidar esos pensamientos, tenía que concentrarme, tenía que soportarlo. Iba a buscar a Bella., podía soportarlo por ella. Tenía que olvidarme de esos estúpidos reproches de niños.

    Tenía que concentrarme…

    Salí de aquel martirio poniéndome de pie. Ni siquiera subí mi mirada, no quería ver a quien pertenecía cada morboso pensamiento que escuchaba en mi cabeza, paso tras paso…con la mirada aún en mis pies, paso lo esperado.

    —Disculpe…—murmuró sonrojada mientras se agachaba a recoger las cosas que habían terminado en el suelo. Había chocado contra mi pétreo cuerpo, casi no lo había sentido.

    Automáticamente me adelante en levantarlas antes que ella, pero me detuve al leer el título del libro que tenía en las manos.

    —Uhm…gracias— dijo retirando sus pertenencias de mis manos, aunque no solté el libro.Al verme muy sorprendido trató de deshacerse de mis manos, dando un pequeño jaloncito. Entonces volví a la realidad.

    —Eh…perdón— dije soltando el libro.

    —No hay cuidado, ¿Te gusta cumbres borracosas?— me pregunto amablemente

    Pero yo no respondí.

    Qué tonta, va a pensar que soy una rara persona

    —Bueno, supongo que no es de mi incumbencia— respondió dirigiéndose a su asiento.

    —No…espera— no me había dado cuenta lo descortés que había sido— lo que pasa es que ese libro me recuerda mucho a una persona.

    —¿Algún personaje?

    Silencio

    Caray deja de molestar al pobre chico, va a creer que estás loca.

    Sonreí a sus pensamientos. Eran tan inofensivos.

    —No, me recuerda a alguien que le encantaba ese libro.

    —Oh, perdón. Mi nombre es Megan— me respondió tendiéndome una mano.

    —Edward

    Señores pasajeros, soy el piloto Efraín Burton, les pido que se ajusten los cinturones porque estamos a punto de despegar.

    —Demonios— masculló Megan— bueno, ¿Nos veremos luego no?

    —Seguro

    Me sonrió y se volvió en dirección a su asiento, me molesto que este se encontrara tres asientos más adelante que el mío, esa humana me parecía de lo más entretenida. Giré sobre mis zapatos y con un suspiro entre los labios me dirigí a mi asiento.

    —Volviste…—me acusó, al parecer había estado observando mi conversación con Megan desde lejos.

    —Ah sí, el piloto manda.

    Bueno no pudo haberle visto nada a Megan, es nueva y no se junta con nadie.

    —Y…¿Es la primera vez que viajas a Inglaterra?— me preguntó

    Volví a suspirar, ese era el inicio de un largo interrogatorio.

    (...)

    Señores pasajeros me es grato decirles que hemos despegado sin mayor percance, esperando que disfruten el viaje les informamos que estaremos en aire Ingles dentro de siete horas a más tardar.

    Genial. Siete horas torturándome con la odiosa humana, sin embargo unos pensamientos me jalaron desde su posición. Me alegraba que la mente de Megan fuera un lugar en el que pueda reposar. Me pareció sorprendente lo interesante que me resulto el viaje, y más aún lo muy familiar que se me hacía aquella muchacha de pensamientos inocentes.

    Físicamente Megan era atractiva, bonita en una manera distinta de ver. Tenía una cabellera corta que le llegaba al ras de los hombros de un tono castaño claro, con un flequillo que marcaba el color ámbar de sus ojos. Tenía una estatura baja, muy baja para su edad, sin embargo su silueta había logrado desarrollarse.

    En su mente podía escuchar como evaluaba e interpretaba cada línea del libro favorito de mi esposa. Me sabía los versos de memoria, sin embargo sus pensamientos relacionados a la obra le daban unos giros más dramáticos.

    —¿Edward sigues ahí?

    —Eh, ¿Si Alex?

    —No me has respondido la pregunta que te he hecho— me acusó— ¿Por qué viajas a Inglaterra?

    Mis manos rebuscaron algo inexistente. Mis ojos vieron de lejos como Megan se estiraba y acomodaba su cuerpo para descansar. Imité sus movimientos y me excusé con Alex diciendo que luego continuaríamos la conversación

    *

    Después de unas largas cuatro horas, sonreí al escuchar a la aeromoza decir que ya nos encontrábamos en aire Ingles. Al parecer el viaje se había formulado de lo más normal, y estaríamos aterrizando en veinte minutos. Abrí los ojos después de mi larga siesta y sonreí hacia la posición de mi acompañante, la cual refunfuñaba por mi ausencia en la charla.

    —Edward… ¿En qué hotel te hospedarás?.

    Respondí de manera natural, ni siquiera considere las posibilidades.

    —En el “Kidnis”

    Un griterío se armo filas más adelante. Al parecer algunas jovencitas habían estado pendientes de nuestra conversación.

    —¡En, en ese hotel nos hospedaremos nosotros!¿No es genial?

    Gracias, Jasper.

    Alex continuó comparando sus gustos con los míos y golpeándome con cada morboso pensamiento. Fueron los veinte minutos más largos de toda mi existencia. Afortunadamente luego de un poco de turbulencia -y a Alex encima de mi hombro por un supuesto “terror al volar”- me alegró volver a escuchar la voz de la aeromoza informándonos que acabábamos de aterrizar.

    Entonces todos los humanos comenzaron a levantarse.

    Bufé. Característica número dos, no tienen paciencia.

    La primera es que tienen sangre.

    Exhalé todo el aire que estaba acumulando antes de ponerme de pie y salir de una buena vez.

    Me pregunto si me dará su número telefónico..

    ¿Enserio creía que me sentía atraído por ella?

    Ni bien me paré, ella dio un salto en su asiento, al parecer no se había dado cuenta que la gente había empezado a levantarse.

    Bien…¿Ahora qué?

    —Bueno, creo que esa es nuestra despedida.

    —Bueno, no es una despedida definitiva, después de todo estaremos en el mismo hotel ¿no?

    —Sí, tienes razón— le respondí— bueno hasta pronto.

    Salí caminando lo más veloz que pude. Al frente pude escuchar una risita aguda, aunque nunca la había escuchado pude suponer de quien era. Efectivamente al voltear pude encontrarme con esos grandes y hermosos ojos color ámbar de Megan que miraba fijamente por donde se había quedado Alex.

    Luego de soltar algunas risitas más, volvió su dirección hacia mí, encontrándose con mi mirada la mía la cual había observando. Al verme no pudo controlar el rubor.

    Qué vergüenza, que vergüenza.

    Cuando volvió a asomarse por encima del asiento, le dedique una sonrisa tratando de trasmitirle seguridad, pero se puso totalmente roja y volvió a agacharse.

    Ahh, lo único que queda es irme de una vez, no soportaba estar rodeado de tanta actividad hormonal.
     
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    Qqarlita

    Qqarlita Iniciado

    Géminis
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    Wow tu muy bien, me encanto en verdad
    me he quedado "picada"
    en verdad esto me encanta.
    casi me hace llorar cuando Bella se va y les deja las notas:confused:
    y pues no se si enojarme o que con ella ¿como dejarlos?
    pero bueno ella tuvo sus motivos proteger a su familia
    y esos celos de Jacob me encantaron me encanta la forma en la que ama a Reneesme
    Me dio mucha tristeza como Edward sufre en verdad yo quería llorar por el (por que el se supone que no puede llorar).:confused:
    Y eso que le paso en el avión en verdad me dio risa jaja
    esa chica Alex en verdad como lo acosaba, pero la tal Megan hace que recuerde a Bella.:eek:
    en verdad esta muy emocinante.
    Por favor no dejer de escribir y no me dejes con ganas de seguir leyendo mas... :)
     
  12.  
    DarkHinata

    DarkHinata Entusiasta

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    Hola!! hasta ahora he leido hasta donde Bella les deja sus notas..pero Por fis!!! Segui escribiendo que estoy super enchufada con la historia!!! Esta genial!!!
    Y no vayas a abandonar xq a veces no te comentan los capitulos! ò_Ó
    Eso es normal..y si decis que ya esta terminada no entiendo porque te demoras tanto!
    No ves que sufrimos? Esta demasiado genial!
    Queremos ver que sucede con el viaje de Bella y de Alice!
    Por fiiis!! No te demores mas! T_T
     
  13.  
    Holly Chantel

    Holly Chantel Entusiasta

    Virgo
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    Ahora mismo cuelgo! :) Gracias por sus palabras chicas ♥
     
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    Holly Chantel

    Holly Chantel Entusiasta

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    Robo

    Después de recoger mis maletas de la agenciatura me dirigí al hotel que Jasper me había indicado en un plano; no es que haya alguna posibilidad de que me pierda en Inglaterra, pero lo más seguro es que Jasper haya creído que en el “estado” en el que debería encontrarme, no iba a ser capaz de acordarme todas las direcciones que me había dicho.
    Inglaterra era mi segunda casa, la conocía tan bien que podía vivir ahí, recuerdo que este país fue testigo de los años que pase lejos de Carlisle en mis primeros años de vampiro.

    Sabía los lugares en los que los vampiros ingleses solían habitar, así que no se me sería muy complicado encontrar el rastro de Alice o Bella, si ellas estuvieran aquí.

    Suspire al recordar lo difícil que se me haría dirigirme al hotel. ¡Cuánto extrañaba mi Volvo!

    —Bueno, será en taxi— me dije a mí mismo.

    Cuando volteé a buscar algún tipo de transporte, pude apreciar a toda la promoción dirigiéndose al cual sería su hotel en estos siete días. Entre la multitud pude visualizar a Megan y Alex.

    —¿Perdido o qué?

    Un hombre me llamó desde atrás de su auto.

    —¿Disculpe?

    —Hijo, pareces desorientado, ¿Te puedo ayudar en algo?¿Quieres un aventón?

    —Eh…pues ¿Cuál es su ruta?—pregunté confuso.

    —No te preocupes chico, dame tu destino— respondió el anciano.

    Giré hacia los estudiantes nuevamente. Parecía que Megan buscaba a alguien, arrugaba la nariz y giraba hacia muchos lados.

    —Uhm, el hotel Kidnis, en la calle 73 girando a la izquierda.

    —Anda súbete, ahí es justo a donde me dirijo.
    —Gracias— Di una última mirada a la chica mientras escuchaba como en su mente se preguntaba de mi paradero. ¿Mi paradero? ¿Por qué…?

    Ayudé al hombre a subir mis maletas a su auto, parecía descompuesto pero no tenía remedio. Los pensamientos de Megan volvieron a llamar mi atención al escuchar como algunos de ellos se burlaban de sus maletas, eran rosadas y pequeñas. “¿Solo llevas eso?” “Es una pobretona”

    ¿Qué le pasaban a los adolescentes de ahora? ¿Por qué se trataban con tal des cordialidad? Traté de ignorar aquel hecho y concentrarme en los miles de recorridos que iba a realizar en esta ciudad. Pero dejar de lado dichos actos se me hacía muy difícil.

    —Hijo, haya en la parte de atrás, debe de haber un paquete a nombre del señor Leyon, ¿podrías alcanzármelo?

    —Eh, claro. — El anciano se dirigió hacia el timón y entro a su cibicula mientras yo veía como Megan se alejaba del grupo y se ponía al final de la fila. Nuestros ojos se encontraron y me sonrió por un segundo.

    ¡EDWARD!—escuché mi nombre muy fuerte en un pensamiento.

    Los ojos de Megan se abrieron rotundamente y sus pensamientos me advirtieron antes que la realidad.

    Oh mierda Jasper me matará. No pude evitar reírme ante la ironía de la situación.

    —¿Te estás riendo?— me reprendió alguien a mis espaldas—¿No te das cuenta que te acaban de robar todo?

    Volví a reírme, definitivamente era un caso muy irónico.

    —Técnicamente no me han robado todo, aun conservo mi billetera, pasaporte y mi móvil— respondí señalándole mis objetos

    —Claro, como en Inglaterra puedes sobrevivir con eso— respondió sarcásticamente.

    —Podría arreglármelas…

    —Eres increíble— dijo Megan por detrás de su hombro, mientras se dirigía de vuelta a su bus.

    Entonces corrí para alcanzarle. Aún no entiendo porque, pero fue un impulso que sentí en mi cuerpo, una orden.

    —¿Se puede saber por qué esa agresividad repentina?

    ¿Agresiva?¿Actué así? Oh genial primero le hablas y luego lo molestas, si pensó que estoy loca, acabo de comprobarlo.

    Traté pero no pude evitar sonreír.

    ¿Cómo puedes sonreír cuando Bella no está junto a ti?

    Suspiré. Tenía razón, ¿Qué hacia perdiendo el tiempo con esta humana?

    —Ahora, ¿Cómo diablos iré al hotel?— murmuré lo suficientemente bajo para que nadie oyera.

    —Nuestro bus podría llevarte— susurró Megan

    —¿Eh?

    —Nuestro bus va directo a Kidniss, podríamos darte un aventón.

    —Megan ¿Cómo?

    —Alex divulga que el chico guapo del avión se hospedará en el mismo hotel que nosotros— dijo apuntando a hacia el vehículo.

    Diablos ¿Lo dije en voz alta?

    ¿Guapo? ¿Yo?— dije tratando de sonar gracioso.

    Qué extraña criatura tengo al frente mío— pensó.

    Silencio

    —Bueno…¿Vas a querer el aventón?

    Rápido que el bus se va— me advirtió en su mente.

    Si no es mucho pedir— le pedí.

    —Vamos, te aseguro que la maestra acepta en un dos por tres.

    —Espera— dije tomándole un brazo. Me sorprendió que no mostrara sorpresa al contacto gélido con mi piel marmolea, aún cuando estábamos en un ambiente medio cálido.

    Pero solo vio mi mano sujetando su brazo y volvió a sonrojarse totalmente.

    Ahh, me queman las mejillas, nunca lograré acostumbrarme a esto…

    Realmente Megan actuaba muy extraño.

    —Creo que será mejor que llame a mi hermano primero.

    —Eh, bueno tu llámalo y yo te consulto a la profesora— me dijo dando pasos en dirección al bus.

    Suspiré. Apostaría mi piano a que Jasper no se lo tomaría bien. Lentamente marqué el numero de mi hermano temeroso y seguro de la reacción que tomaría.

    —¿Diga?— contestó una voz

    —Jacob, soy Edward

    —¿Qué hay, algún problema?— me saludo

    —No, solo que…bueno estoy en un lío— le confesé

    —No te entiendo

    Silencio

    —¿Ed?

    Suspire.

    —Me han robado las cosas Jacob, mis maletas se las acaban de llevar, solo poseo mis papeles de viaje y mis tarjetas.

    Silencio

    —¿Jacob?

    Él rompió en risotadas, a lo lejos también podía escuchar las de Emmett.

    —¡Jasper!—gritó Emmett— ¡Busca tu vestido, me debes sesenta dólares!

    Gruñí—¿Han estado apostando?

    —Eso creo— respondió riendo Jake.

    Pero entonces se escucho varios vidrios rompiéndose.

    —Caray hombre, esa es la favorita de Esme— maldijo Jake— Eh, Edward, creo que Jasper quiere hablar contigo.

    —Ponlo al habla.

    Inspiré todo el aire que pude, Jazz no me la iba a poner fácil

    Silencio

    Exhalé, parecía un niño asustado.

    —¿Jazz..?

    Entonces explotó la bomba.

    —¡EDWARD CULLEN NO ME LO PUEDO CREER! ¡TÚ! ¡UN VAMPIRO, Y LEE MENTES!— me gritó Jasper— tenía que ser el colmo

    —Lo siento Jasper— respondí enfadado— lamento rotundamente que hayas perdido tu apuesta.

    Jasper suspiró

    —Vale vale, tienes razón…— me dijo— bueno ¿Ya llegaste al hotel?

    —No, una…amiga está viendo si me puede dar una aventón, ella también esta hospedada en ese hotel.

    —¿Quién?

    —Bueno es alguien que conocí en el avión, te sorprenderías al verla, se llama Megan y…

    —Edward no creo que debas sociabilizar con alguien aquí— pude entender que ese era un término que resumía el: No pierdas el tiempo, estúpido.

    —Claro.

    —Y…¿Algún rastro de las chicas?

    —No Jasper, pero aún no he recorrido la ciudad, podrían estar por aquí

    —Cierto.

    Bueno, todos albergábamos poder encontrarlas en la primera parada, pero cuando Jacob llego sin noticia alguna, nuestras esperanzas bajaron un treinta por ciento.

    —¡Edward!— llamó alguien desde mi espalda

    —Jasper te llamo luego.

    —¡No! ¡Espera Edw…—pero corté la comunicación
     
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    Holly Chantel

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    Taxi

    Edward ¿Hablaste con tu hermano?— me preguntó Megan

    —Ah, sí, estoy metido en un buen lio.

    Al fin uso la cabeza— pensó

    —No me sorprende.

    —Y… ¿Qué dijo tu tutora?

    —Eh, bueno, la verdad la miss Rivera me ha buscado un espacio pero estamos repletos, lo lamento.

    Pero si hubieras visto la cantidad de chicas que querían sentarse contigo…uff.

    Sonreí

    —Tranquila Megan, ya encontraré un taxi— respondí— bueno nos vemos…

    Me planté darle un beso en la mejilla pero temía que reaccionara como Alex— no es que tengan algo en común— pero nunca se sabe con los humanos. Así que le dedique una sonrisa acompañada de un movimiento de despedida con las manos demasiado rápido que le bloqueo la oportunidad de pensar en algo.
    Me asomé a la calle que se encontraba a unos pasos delante mío para poder localizar a un taxi, teniendo en cuenta que ahora si me fijaría en los pensamientos de TODOS. Así que me alegre al saber que el número de taxistas en Londres no había disminuido, estos ocupaban un 64% aproximadamente

    Suspiré mientras veía como un conductor se iba aproximándose a mí lentamente, luego bajo la ventanilla logrando que el olor de su sangre llegue directo a mi garganta. Pero no me importo.

    —Buenos días, al hotel Kidniss, por favor

    —A qué cuadra…— refunfuño el conductor.

    —A la cuadra dos del girón Sinagoga, puede entrar por la calle dos cuadras adelante— respondió alguien a mi costado.

    —Megan ¿Qué haces?

    —Me aseguro que llegues vivo al hotel— opino sarcásticamente mientras habría una puerta y tomaba asiento— y si te preguntas si creo que eres incapaz, no lo creo… lo sé

    Sonreí y me subí al auto junto a ella después de subir sus maletas.

    —¿Y tus amigos?— pregunté— ¿No pensaran que te he raptado?

    Ella bufó— ¿Qué amigos? Todas las personas que están en ese bus son realmente inmaduras e infantiles, ellos no son mis amigos.

    —¿Yo lo soy?— no sé porque lo dije, solo se me salieron las palabras de la boca.

    Megan se sonrojo.

    Demonios— pensó tocándoselas

    —La verdad es que me estas cayendo muy bien Edward— me confesó—al principio creí que serías el típico chico rico y guapo que se creen la gran cosa, pero ahora…

    —Y regresamos al tema de mi apariencia física— le interrumpí graciosamente

    —Vale, vale— me dijo propinándome un codazo amistoso en el brazo— creí que serías uno de esos, de los chicos que son capitanes del equipo de futbol y que salen con porristas como Alex.

    Ahh, Alex era animadora ¿Por qué no lo sospeché?

    Y que me encuentro aquí, un humano de lo más extraño, tengo entendido que Khayra había leído sobre esto pero eran muy extrañas excepciones.

    Alto

    ¿Qué había dicho Megan? Ya ni sabía si era…

    —¿Edward, estas bien? Estas más pálido de lo normal…—interrumpió mis pensamientos Megan

    ¿Eso era posible?

    —Estoy bien, me acabo de acordar que no tengo un cepillo de dientes.

    Ella sonrió al escuchar eso… Pero en mi mente iba planteándome algunas preguntas.

    ¿Quién era Megan? O mejor dicho ¿Qué era? ¿Por qué me relacionaba como un ser diferente cuando se suponía que ambos éramos humanos?
    Pero la peor de todas. ¿Por qué sentía un extraño interés en buscar las respuestas?

    Suspiré

    Podía olerla, he de admitir que era la primera vez que analizaba su aroma, era notable una diferencia de olor entre la sangre de Megan y la sangre de los demás humanos, pero no lo suficiente para suponer que ella era algo sobrenatural en el mundo.

    Edward está muy raro, espero no haber dicho nada que lo incomode— pensó

    —Megan ¿Ya has viajado a Inglaterra, no es cierto?

    Sentí como su respiración se corto y su cuerpo se tenso, tenia ¿miedo?

    —¿Yo?— balbuceo— pues…una que otra vez.

    El taxi paró frente a un gran hotel cinco estrellas, con el gran nombre señalándolo en lo alto del edificio.

    —Son siete dólares con setenta y cinco centavos— refunfuño el conductor

    Creo tener un billete en mi bolsillo— pensó Megan, pero yo me adelanté y saque un billete de 20 dólares de mi billetera.

    —Quédese con el cambio— le dije al conductor

    Me puse a reír mientras escuchaba a Megan decir algo parecido a «presumido›› o algo así. ¿Qué pasaría si le decía que era hijo de un vampiro?…como cualquier humano normal.

    Huiría

    *

    —Servicio de limpieza— toco una señora a la puerta

    —Sí, un momento por favor— respondí mientras me ponía mis nuevos pantalones.

    Ya que toda mi ropa había sido desgraciadamente robada, Megan había insistido en acompañarme en comprar un nuevo guardarropa. Tengo que decir, que en ese momento me recordó mucho a Alice, tal vez por eso me agradaba mucho su presencia, me mitigaba el dolor del…

    Suspire. …Alice.

    Entonces volvieron a insistir en la puerta, así que corrí y la abrí. Una señora de una edad mayor con los ojos como platos al encontrarse con mi mirada.

    Este joven es realmente apuesto

    —Lo lamento ¿Podría salir de la habitación un momento mientras aseo?

    —Claro permítame— respondí mientras arrastraba el carrito hacia adentro de la habitación.

    No me sorprendió que ella se preguntase porque mi habitación no se encontraba tan sucia como la de los demás huéspedes, era muy obvio que le había tocado limpiar la habitación de los estudiantes de la promoción. Yo no me parecía ni una pisca a alguno de ellos, pero tal vez un poco a Megan.

    Rápidamente tomé mi chaqueta del respaldar de una silla y salí de la alcoba. La señora se iba a sentir muy incómoda con mi presencia y no quería complicárselo, además tenía algunos asuntos que realizar.

    Aquella mujer era realmente gentil, era una persona amable, pocas de las que habitan en este mundo, trabajaba para su familia y por su familia. La amaba sobre todo. Esto me hiso acordar el sentimiento que sentía por Bella y por mi hija, en verdad, daría mi vida por ellas, daría todo por ellas. Deseaba sobre todas las cosas saber cómo se encontraba mi esposa, con tan solo saber que se encontraba a salvo me bastaba hasta el final. Pero lamentablemente nadie me aseguraría la respuesta. Solución… Seguir buscándolas.

    Pensaba en diferentes cosas mientras recorría los largos e iluminados corredizos de ese hotel y observaba el color dorado de las paredes. Necesitaba liberarme, despegar todas las ideas que en mi cabeza se contenían.

    Tenía que ser un vampiro.

    Ya habían pasado tres días desde que llegué a Inglaterra, y aún no había rastro de ellas. Era realmente frustrante, cada vez que llamaba Jasper ya no sabía cómo contestarle.
    Pedí las llaves de mi Volvo en recepción— aún me preguntaba cuanto había pagado Jasper para que me lo traigan— y arranqué sin rumbo a la carretera, dejando a mis espaldas el hotel donde me hospedaba.

    …Conduje ¿Treinta minutos? ¿Veinte tal vez? Y ya me encontraba en las afueras de la ciudad de Londres. Bueno, era lógico, cualquiera que condujera a 280 km/h lo haría al mismo tiempo.

    He de admitir que me gustaba mucho Inglaterra, poseía una aura de paz y tranquilidad que se me hacia realmente familiar. Al observar como un gran bosque empezaba a adueñarse de la carretera desolada, detuve mi auto; lo escondí muy bien entre unos arbustos y camine empecé a adentrarme entre la maleza.

    El paisaje era hermoso, difícil de describir, los arboles formaban caminos en diferentes direcciones y poseían hojas de diferentes tonalidades, algunas de un verde profundo, otras de un naranja claro y hasta algunas de un tono rojizo. Inspiraba todo el aire que podía, era la combinación de madera, pinos y naturaleza. Un aroma realmente reconfortante
    Pude visualizar un par de pasos más delante un pequeño prado que capturaba la luz solar directamente, haciendo que los reflejos de la pequeña laguna que tenia mostrara diferentes colores, como una utopía.

    Advertencia. Luz solar.

    Aunque me encontraba notablemente solo, no sería muy sensato exponerse ante tal peligro.

    Me fui arrimando poco a poco hasta rodear completamente el prado, mire por última vez aquellos bellos reflejos con el odio a no poder apreciarlos más de cerca. Caminé sin rumbo por unos minutos, no sabía exactamente adonde me dirigía o que estaba buscando, solo estaba perdiendo el tiempo tratando de encontrar alguna respuesta a las infinitas preguntas que merodeaban por mi cabeza.

    Tomé asiento en una de las raíces de un árbol que sobresalían de la tierra y apoyé mi cabeza contra el duro tronco, inspirando y expirando una y otra vez.

    No es que estuviese cansado—imposible— sino más bien…decepcionado.

    He de admitir que a mí también me deprimía no saber ninguna noticia de Bella y Alice en Inglaterra, no había ninguna huella, ningún rastro, nada.

    ¿Dónde diablos se encontraban?

    Hasta donde yo tenía entendido, Bella no poseía ningún némesis oculto, y Jasper juraba que Alice tampoco…¿Qué problema tendrían? Cerré mis ojos y continúe respirando a ritmo de las brisas que escuchaba en el ambiente.

    Inspirar, expirar…inspirar, expirar…inspirar…

    De pronto un sonido hizo que me sobresaltara en mi asiento y me hiso despertar de mi trance.

    —Maldito móvil—mascullé para mi mismo

    Palmee mis bolsillos tratando de localizarlo hasta poder encontrarlo.

    —¿Diga?

    —¿Papá?— sollozo Renesmee

    —¡Nessie!

    —Papá tienes que ayudarme, Jake…Oh Jake— tartamudeó— Jake me odia…

    —No digas eso cielo ¿Qué paso?

    —Yo..Hice algo realmente malo— pude escuchar como las lagrimas iban desbordándose de sus ojos.

    —Hija no puedo hacer nada si no me dices que sucedió.

    —Yo…—sollozó— ¡No puedo papá! ¡No puedo! ¡Sin Jake no creo poder!

    Después de decir esto cortó la comunicación.

    ¿Renesmee? ¡Renesmee Cullen!— pero no hubo respuesta

    Aterrado marqué rápidamente el móvil de Rosalie; Nessie se encontraba en un mal estado y no pensaría en las consecuencias que generarían sus actos ahora.

    —¡Rose! ¡Rosalie, donde esta Renesmee!

    Suspiró

    —En su alcoba, Nahuel está con ella; Emmett y Carlisle la encontraron antes que cometa una locura.

    —¡Me podrías explicar qué demonios ocurrió!

    —La verdad no estoy completamente segura, al parecer Jacob encontró a Nessie y a Nahuel en una situación…— hiso una pausa.

    —Incomoda— completé.

    —Exacto— suspiró— y el chucho salió corriendo al bosque sin dejar que Renesmee le explique lo sucedido.

    Silencio

    —¿Situación incómoda en qué modo?— pregunté

    —Ed… sabes a que me refiero, al parecer la niña está muy confundida ahora por sus sentimientos ¿captas?

    —Los encontró besándonos.— dije molesto, no era una pregunta era una afirmación.

    —En efecto.

    Gruñí molesto, ¡Ahora Nahuel venia a empeorar las cosas!

    —¿Dónde está Jacob?

    —No lo sé, Carlisle ha hablado con Billy, y este no tiene ni idea de su paradero, al parecer no se detuvo en la Push.

    —¿Y Seth?

    —Hablando con Emmett, pero tengo entendido que él, Lacey, Sam y la manada están buscándolo.

    Silencio

    —Tranquila Rose, gracias por ocuparte. Voy en camino…

    —No Edward— me reprochó— hasta ahora no ha pasado nada malo, tienes que terminar tu viaje.

    —No voy a dejarte cargar con mis problemas, Rosalie.

    —¡Mira Edward!— gritó molesta—¡Estos son problemas de adolescentes, creo poder manejarlo mejor que tú! Además…—dudo por un momento— la seguridad de mis hermanas es mucho más importante.

    Me sorprendió que usara el término “hermanas”, al parecer el odio entre ella y Bella ya había quedado en el olvido; pude sentir que en esas palabras, muy en el fondo, expresaban tristeza y preocupación. Rosalie aunque trate de hacerse la fuerte, sufría igual que cada miembro de la familia.

    —Rose…

    —¡Edward no pierdas tu tiempo y termina tu maldita búsqueda!— gritó— Aquí la niña está bien, solo tendré que hablar con los tres.

    Silencio

    —¿No me darás otra opción?

    —No— concluyó Rosalie

    Gruñí— Bueno, entonces te veré en cuatro días, si algo se pone mal…

    —Te avisaré de todo Edward, confía en mí.

    Uhm, difícil

    —De acuerdo

    —He de colgar, cuídate.

    —Tú también.

    Guardé mi móvil y recosté nuevamente mi cabeza en el tronco, tenia los nervios de punta; tanto por el estado de mi hija, como el paradero de Jacob. De solo imaginar el dolor y la confusión que debe de estar sintiendo ahora.

    Un olor extraño llego a mi nariz. Era mi naturaleza, tenía que aceptarla.

    Yo era un vampiro y no me había alimentado en casi 10 días.

    Inhalé profundamente, tratando de identificar aquel extraño aroma, no era humano, eso lo tenía muy claro. Tampoco un venado o algún puma, ni nada parecido a un oso pardo. Este
    olor era nuevo para mí olfato, en mis 110 años no había olfateado algo parecido.

    Empecé a cambiar en dirección norte, no sabía si lo hacía por el dolor de mi garganta o por la curiosidad que sentía.
    Ese olor era un poco dulzón y empalagoso— nada comparado a la sangre que alguna vez tubo Bella— se asemejaba a la humana, pero, tenía algo más; algo extrañamente putrefacto. No estaba seguro de querer probar la sangre del ser que estaba cazando, pero tenía que descubrir de donde provenía.

    La curiosidad mató al gato…— me advirtió una voz en mi cabeza.

    No soy un gato, soy un vampiro— respondí mentalmente.

    Me dejé llevar por el olfato, pase riachuelos y diferentes tipos de malezas y asfaltos, pero finalmente logré encontrar a la criatura.
     
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    Nuevas Criaturas.

    Pude visualizar a lo lejos una imagen que me hizo dudar mi propio bien mental, no había podido determinar lo que era, pero mi mente empezaba a jugarme malas pasadas. No era animal, eso era obvio; pero tampoco humano, o eso creía. Era una persona de tez pálida, tanto como la de un vampiro, aunque tal vez la razón fuera porque su cuerpo yacía sobre el suelo, herido y rodeado de su propia sangre.

    Mis extremidades estaban paralizadas, ¿Por qué sentía miedo? Estaba frente a una situación desconocida ¿Era correcto involucrarme? Sentía que era mi responsabilidad, pero Bella era prioridad ¿Tendría que dejarle?

    Qué muera…no, no podía hacerlo.

    Corrí rápidamente al cuerpo desangrado que estaba frente a mí y pude verlo mejor. Afirme mi teoría, definitivamente no era humano ni animal, no, ninguno de ellos poseen un tono de sangre azulino. Era un hombre con rasgos muy finos, tenía una vestimenta de color blanca: una playera de un tono crema con un pantalón blanco como la nieve con algunos detalles de color dorado en los bordes.

    Su rostro tenía muchos moretones pero aun así se podía apreciar su belleza inmortal, al parecer había afrontado un combate. Su cabellera era negra como la noche y le llegaba casi al ras de la cintura.

    De pronto abrió los ojos encontrando su mirada con la mía, estos eran de un extraño e hipnotizador color purpura, pero aparte de eso, su mirada pedía suplica.

    —Ayúdame— Trató de levantar su brazo derecho, pero sus energías no eran bastas suficientes.

    Me arrodillé para estar a su altura.

    — ¿Qué puedo hacer?

    Me observo por unos momentos y tomo con dificultad mi mano diciendo algo que no logré entender. Cuando termino, apretó muy fuerte mi puño y lo soltó con un suspiro. Al abrirla pude ver que en mi palma tenía un pequeño pedazo de pergamino viejo.

    — ¿Qué es esto?— le pregunté al hombre

    —Léelo— susurró con los ojos cerrados.

    No podía entender su petición, miré el pergamino y no pude entender lo que estaba escrito. Volví a sacudir el cuerpo del hombre pero no obtuve respuesta; sin embargo, al volver mis ojos al papel las palabras habían aparecido. ¿Quién era este hombre? ¿Qué era? El tiempo estaba corriendo así que sin alguna otra salida me dispuse a obedecerle. Caminé hacia el sendero frente a él y recité las palabras que tenía en mis manos.

    —Diosas Shendria y Qendhra que en mi se encuentran, déjenme iluminar con la luz que generan y así por fin librarme del tormento que me aterra.

    Después de pronunciar dichas palabras, un enorme rayo de luz salió del pergamino, carcomiéndolo poco a poco en mis manos, hasta que finalmente desapareció.

    Silencio

    —Oiga— dije acuclillándome— no ha pasado nada, necesito sacarlo de aquí.

    Él solo suspiro lentamente y dibujo en su rostro una sonrisa de satisfacción.

    —¿No entiende? ¡No ha pasado nada! Venga que tenemos que irnos.

    Unos sonidos venían aproximándose hacia nuestra posición. Aún estaban lejos, tal vez un kilómetro al sur, pero se movían rápidamente. Otros pasos venían desde el punto oeste, no estaba preparado. Me dispuse en posición defensiva, pero los pensamientos me llegaban de diferentes direcciones, parecía una emboscada.

    30 segundos— pensó una.

    Estaba listo para atacar si fuese necesario, estaba mirando para todas partes hasta que una observo un lugar que pude reconocer y comprendí que vendrían por el oeste.
    Rápidamente me encaré con la criatura que me estaba asechando, pero me quede sorprendido al ver con quien me encontraba. La tomé por los brazos, era una mujer de unos diecisiete años de edad, de una tez igual de blanca que la del hombre con el que me había encontrado; su cabellera tenía unos largos tirabuzones de color rubio miel bien definidos, y sus ojos, igual de hipnotizadores de un tono purpura.

    Frunció el ceño.

    — ¿Edward?

    ¿Me conocía? ¿Cómo era eso posible?

    Estuve a punto de contestarle pero un grito me calló.

    — ¡SUELTALA VAMPIRO ASESINO!

    — ¡NO QENDHRA! ¡NO!

    Poco a poco pude sentir como la vista y el oído se me fue nublando. Al cabo de unos segundos todo se volvió oscuridad.

    Nuevas Criaturas (II)

    Sentí como mis parpados volvían a abrirse lentamente… pero me pesaban mucho. Me pesaban tanto que apenas podía ver una luz tenue iluminando mi rostro, me sentía tan cansado… ¿Cansado? ¿Desde cuándo me podía sentir cansado? Empecé a pestañear varias veces esperando que mi visión mejorara y así fue. Mis ojos volvían a tener un poco más de iluminación y mi cuerpo iba recuperando la fuerza natural de un vampiro.

    Automáticamente me senté y me frote la frente con las manos, sentía un fuerte dolor de cabeza. Gire confundido por el hecho que acababa de ocurrir, la verdad es que no recordaba mucho lo que había pasado; solo recordaba que me encontraba en un bosque y de pronto…no, no lo recordaba muy bien. Mi cabeza me decía que corriera lejos de ahí, pero algo me mantuvo observando la habitación. Mis manos estaban alertas, me encontraba en una situación peligrosa.

    Gire para visualizar donde me encontraba. Era una pequeña habitación, las paredes eran de piedras blancas mientras que el piso era de madera pulida del mismo tono. Me encontraba recostado sobre un sillón de cuero de color célico…o por lo menos eso me parecía. La vista se me hacía un poco borrosa, miré confundido a todos lados tratando de identificar donde me encontraba, aunque me temía lo peor.

    Escuché el sonido de un pájaro por la ventana, deje escapar un gruñido por mis labios.

    —Si tu propósito es hacer que todos vengan, sigue gritando de esa forma

    Me reincorporé velozmente en una posición de guardia.

    —Tranquilo vampiro— dijo otra voz— no te haremos daño…

    Silencio

    —¿Dónde estoy?— La visión me engañaba, parpadeé un par de veces pero el bosque volvía a mi memoria

    —Estás en nuestra casa, Shendria insistió que Khayra debía darte un chequeo—respondió la una segunda mujer. Señalo a la persona de al lado y sonrió. Tenía al primer sujeto identificado.

    — ¿Cómo te llamas?—pregunté

    —Se llama Qendhra— intervino la mujer— más conocida como la chica que te noqueo en el bosque.

    La miré con el ceño fruncido.

    —Gracias— dijo irónica

    Khayra rio por lo bajo.

    Poco a poco mi vista fue neutralizándose y mis reflejos volvieron a la normalidad, pudiendo ver con claridad a las dos jóvenes que estaban frente a mí. Qendhra tenía una melena morena mediana, al ras de los hombros la cual era muy lacia, mientras que Khayra poseía una cabellera un poco más larga de color rubio intenso con unas ligeras ondas acomodadas a su rostro. Pero ambas también poseían algunas cosas en común, como la tez realmente clara y el profundo e hipnotizador color de ojos purpura.

    Eran muy diferentes e iguales a la vez.

    ¿Nos está evaluando?— pensó divertida Khayra

    No me moví, estaba demasiado nervioso para reaccionar.

    — ¿Cómo saben que soy vampiro?

    — ¿Esperabas que creyéramos que eras un humano?


    Reflejas inmortalidad por todos los poros- pensó Khayra

    Me tensé. Sentí como un escalofrió recorría todo mi cuerpo desde la espalda hasta los pies. Tenía que hallar la forma de eliminarlas antes de que volvieran a atacarme, quise usar sus pensamientos en su contra pero estos eran demasiado inofensivos ¿Era una trampa?

    —¿Qué son?

    Ambas rompieron a reír.

    —Somos Enbouls ― interrumpió una tercera mujer.

    Mi posición de retaguardia no varió, aumentaban, estaba en desventaja. Ninguna tenía intención de eliminarme, pero tal vez estaban guardando el plan de ataque.

    Una de ellas solto una leve risita. Khayra

    —Ha llamado Rosalie— me respondió la muchacha que acababa de entrar— ha dicho que la llames ni bien recuperes la conciencia, al parecer han encontrado a Jacob.

    ¿Rosalie? ¿De donde conocían a Rosalie? Mis piernas dieron un paso involuntario hacia atrás. Ellas me conocían, conocían a mi familia ¿Entonces eran inofensivas? ¿O estaba en más desventaja aún?

    Silencio.

    Y más silencio.

    —¡Ya basta Edward! ¡Tengo mil preguntas que hacerte! ¿Y tú no tienes ninguna?

    La observe confundido

    —Tú me reconociste en el bosque. ¿Quién eres?— pregunté— ¿De dónde me conoces?

    Las tres permanecieron en silencio.

    —Wow, y pensar que Shendria habla y habla de ti todo el día

    —Qend…cierra la boca.

    Mis ojos no dejaron de examinar a la figura que tenía enfrente. El sol me impedía distinguir con firmeza sus rasgos faciales, sin embargo pude notar un ligero fruncimiento de su nariz, ¿Estaba triste? Sus ojos estaban decaídos, eran algo achinados… pero tristes.

    —No...¿No me reconoces?— preguntó dando un paso adelante.

    Di un paso hacia atrás y la miré fijamente por unos instantes, aquello solo podía significar peligro.

    —No… ¿Debería?

    Ella suspiro y bajo su mirada murmurando algo que no entendí.

    — ¿Eh?

    Qendhra y Khayra se empezaron a carcajear.

    —Ella dijo “tonto vampiro olvidadizo”

    La actitud de ambas chiquillas era demasiado jovial, hasta tal vez juvenil. Mi postura pasó de una tensión y alerta a una más relajada, no corría peligro. O por lo menos, no por ahora.

    —Tú me conoces…—murmuré, acercándome a ella.

    Nos quedamos observándonos a unos metros de distancia. Mis pies avanzaban de una manera involuntaria, sus ojos me llamaban…no. Algo más de ella me llamaba, algo me decía que no temiera, que estaba a salvo.

    ¿A salvo de qué?

    No puedo creer que no me recuerde, tal vez…sea mejor que me transforme en humana…

    ¿Transformarse? Alto.

    — ¿Megan?

    Ambas chicas se callaron rápidamente mientras Shendria se voltio a encararme con un gesto en el rostro de sorpresa mientras su cabeza gritaba chillidos de felicidad. Luego de unos segundos suspiró y cerró los ojos.

    Silencio.

    Cuando los abrió una enorme sonrisa se dibujó en su rostro, dejando ver su enorme dentadura blanca.

    —Ya era hora de que me reconocieras.

    ¿Megan? ¡Megan!

    Entonces volví a sentir un bajón de energía y todo volvió a ser oscuridad.

    ¿Dónde estoy? ¿Qué paso?

    — ¿Qué es lo que ha pasado?— escuche decir a Megan…ó Shendria.

    — ¿Son muchas reacciones humanas, a que no?— bromeó Qendhra.

    — ¿Khayra?

    —Oigan, está bien que sepa mucho de medicina, pero en esto del vampirismo soy nueva…

    — ¿Y que se supone que hagamos?— preguntó Qendhra— ¿Le traemos un humano o algo parecido?

    — ¡En mi salón no!— chilló Khayra— ¡Si van a alimentarlo que sea afuera!

    —No traeremos a ningún humano— Bufó Shendria— él no se alimenta de ellos.

    — ¿Qué?

    Silencio

    —Imposible…—murmuró Qendhra— ¡Es un vampiro! ¡Vi sus colmillos!

    —A menos que sea…

    —Lo es. — confirmó Shendria.

    — ¿Qué es?

    ¿Qué soy?

    Silencio. Sentí que una mano cálida me acariciaba la mejilla.

    — ¿Qué sucede?— volvió a preguntar Qendhra

    —Lo que pasa amiga mía, es que tenemos a un Cullen frente a nosotras— respondió Khayra.

    Silencio

    Escuché unos pasos acercarse a mí.

    — ¿Edward? ¿Edward Cullen?— pregunto Qendhra— ¿El lee mentes? ¿Un Cullen en serio?

    —Así es, así que será mejor que hallemos la cura para ese extraño desmayo. — intervino Shendria

    —Lo más rápido será contactar a mi maestro, el encontrara la cura más rápido que yo— respondió Khayra.
    —Apostaría que es un efecto secundario a la bebida que le di…

    — ¡Khayra!— gritaron a la vez

    — ¡Lo lamento! ¡No sabía que no bebía sangre humana!

    Ambas suspiraron

    —Esto no le va a gustar nada a Cahuels

    — ¡Ni que lo digas! ¡Te matará viva!— bromeó Qendhra

    —Qué oportuna Qendhra…—gruñó Khayra— no es nada gracioso.

    —Si no quieres que se entere, lo mejor será darnos prisa— explicó Shendria.

    —Si…—respondieron ambas.

    Quise aferrarme al único contacto que tenían mis manos con la superficie, pero mi cuerpo estaba muerto. Podía sentir un latir en mi cabeza, como el de una jaqueca, pero aquello era imposible. Mi exterior seguía presente tanto como los pensamientos de todas las presentes, me visualicé tumbado sobre el sillón con la expresión dormida ¿Cómo había llegado a estas circunstancias? Shendria tenía razón, teníamos pendiente muchas respuestas.

    Nunca antes me había preocupado tanto por mi propia seguridad, pero debido a las situaciones actuales no era consciente de lo mucho que podría valer mi inmortalidad ahora.
    Además, ¿Esto retrasaría mi búsqueda? Con Bella no podíamos perder horas, eran momentos vitales.
    Gruñí para mí mismo, ya habían pasado veinte minutos, y solo podía escuchar que las tres chicas hablaban en un extraño lenguaje, totalmente desconocido para mí.

    ¿Cuánto tiempo había estado inconsciente?¿Horas?… ¿Días? Recordaba haber escuchado decir que consultarían a un sabio. ¿Se supone que esa idea tenía que reconfortarme?

    Espero estar diciendo las palabras indicadas, esto del Quenya antiguo, no se me es muy fácil…—pensó Qendhra.

    Un pequeño recuerdo llegó a mi memoria. Podía escuchar y leer los recuerdos de aquellas mujeres, eran algo confusos, pero parecía ser un idioma histórico, con pasado. Debía de ser parte de su cultura.

    Para mi gran alivio pude ir sintiendo como recuperaba el control de mi organismo. Al pasar los segundos pude sacudir ligeramente mis piernas y torso, cuando pude recuperar la fuerza necesaria en mis brazos me reincorporé del mueble y abrí mis ojos. Las tres mujeres me esperaban en el borde del sillón, sus ojos eran expectantes, no parecían agresivos.

    Se parece a la chica de Reencarnación— pensó Qendhra

    Se ve tan sexy así de alborotado— pensó Khayra

    ¿Cuándo se dará cuenta que tiene sangre de licántropo en la boca?— pensó Shendria.

    Escupí sobre la alfombra y me sacudí los labios con la manga de mi playera. ¡Sangre de Licántropo! ¡Menuda asquerosidad!

    —¡Escupió en mi salón! ¡Les dije que era mejor afuera!

    —El sabio dijo que era mejor adentro, y que le diéramos algo asqueroso—comentó Qendhra— y ¡bingo! Despertó.

    Mis ojos se tensaron y sentí como mi cuerpo se agazapaba en forma defensiva. Mis instintos de vampiro se iban neutralizando poco a poco, estaba en un territorio desconocido
    frente a tres mujeres que habían logrado inmovilizarme. Corría peligro.

    —Tranquilo Cullen…—Susurró la rubia, Qhendra.

    ¿De dónde conocían a mi familia? ¿Por qué se sorprendían con mi apellido? Al parecer ninguna se atrevería a dar el primer paso en preguntar, así que me aventure en iniciar en interrogatorio yo mismo.

    —¿Ya habían escuchado de mí, no es cierto?

    —¡Ja! ¿Qué si hemos escuchado de ti?— dijo sarcásticamente Qendhra

    Pude ver como en su mente se iban trazando diferentes tipos de recuerdos de charlas y memorias contadas, pero todos estos fueron interrumpidos.

    Suspiré enojado.

    —¡La ceremonia!— gritó Khayra colocando sus manos encima de su cabeza

    ¿Maestro?

    —Demonios, la ceremonia— masculló Shendria caminando como un león enjaulado.

    ¿Ceremonia?

    —¿Qué hora es?— preguntó Qendhra

    —Falta una hora para el crepúsculo.

    —¡¿Me pase toda la tarde inconsciente?! — Intervine. Esto era demasiado, tenía que irme. Cerré los ojos y apreté ambos puños a cada lado de mi cuerpo. Había desperdiciado toda una tarde en buscar a Bella.

    —¿Edward?— preguntó Shendria

    —Tengo que salir de aquí.

    —¿Te vas?— preguntó Shendria, pude notar el cambio de tono de voz que ahora usaba.

    —Sí—No podía no ser cortante. Esta no era mi realidad.

    —Podemos consultarlo con Conhile—murmuró Qendhra.

    Ambas miraron a Shendria.

    —Ni me miren a mi mí, la última vez que hable con el ya saben lo que paso— respondió sonrojándose.

    —¿Quién es Conhile?—pregunté

    Silencio

    Es la estrella del tiempo, si lo desea puede retroceder el tiempo, avanzarlo o detenerlo— me explicó Shendria por medio de sus pensamientos.— es una de las joyas del maestro.

    —¿Manipula el tiempo? ¿Una estrella?

    —Así es— respondió Shendria— pero que no te engañen los términos literarios. Él es uno de nosotros.

    Nada tenía sentido, caminé por entre la habitación sintiendo la mirada de las tres sobre mi silueta. Sus mentes estaban algo distorsionadas ¿Acaso lo hacían apropósito? Miraban a
    Conhile como una gran oportunidad, no querían que me vaya ¿Por qué?

    —Sería genial si pudiera retroceder un par de horas…

    —El único inconveniente es quien se lo pediría…

    Silencio. Tanto mental como verbal.

    —¡Lo tengo!— gritó Khayra, al ver el plan que estaba tramando en su mente, me confundí aún más.

    —¿A su maestro?— intervine. ¿Acaso aceptaría hacerle un favor a un forastero?

    —No le hagas caso Edward, se le zafó un tornillo.

    —No estoy loca— dijo Khayra poniendo los ojos en blanco— además ¿Es un Cullen no?, si eso no es suficiente. Recuerden que salvo a Irgham.

    —¿Quién es Irgham?— pregunté

    Pero pude obtener mi respuesta en los pensamientos de las tres; era una persona con una tez muy blanquizca poseedor de una melena larga de color negro, se podría decir que tenia de veinte a veinticinco máximos, poseedor de hermosos rasgos.

    Conclusión…

    —El hombre que salvé…—me respondí a mí mismo.

    Shendria afirmo—Pero por aquí es más conocido como el primogénito del maestro Cahuels.

    No sabes lo incomodo que se sentía al resguardar a un vampiro en sus tierras, pero como eres un Cullen segura estará honrado…

    Suspiré

    —Será mejor que me cuenten de que se trata el tema de mi apellido ¿por qué le dan tanta importancia?

    Las tres guardaron silencio mirándose unas a otras, luego de unos momentos, Khayra y Qendhra tomaron lugar a los dos flancos respectivos de Shendria, quedando las tres en una fila.

    —¿Y bien?— insistí

    La mirada de Qendhra era divertida mientras que los ojos de Khayra reflejaban temor. Sus pensamientos reflejaban ¿Temor? No quería ser ella la que hablará con Conhile. Pude ser por primera vez su silueta entre sus pensamientos, su mirada agria, sus fracciones luminosas. Me tensó su temor por aquella criatura.
    Shendria seguía mirándome mientras las demás coordinaban movimientos solo con la mirada. No despegué los ojos del rostro de la aludida, pero podía escuchar como los pensamientos de ambas chicas de atrás planeaban lo cometido. Entonces, ambas sincronizadamente retrocedieron un paso hacia atrás.

    —¿Shendria?—pregunté, moví mi rostro señalando a sus flancos.

    —¡Pero qué! Oh…— exigió buscando a las otras muchachas con la vista.

    Traidoras— pensó enviándoles una mirada asesina.

    No pude evitar sonreír.

    Qendhra aplaudió a mi gesto—Vez vampiro, tienes sonrisa, úsala.

    —Ustedes dos— dijo señalándo antes de que ambas tomarán asiento en el sillón del frente— vallan a decirle a los legalas que el vampiro ha reaccionado.

    —Quería escuchar la historia— respondió Qendhra

    Shendria gruñó.

    No las miré cuando salieron, los pensamientos de Shendria eran algo más atractivos. Su soledad interna parecía algo misteriosamente inofensivo ya que solo podía imaginarme a mí
    en el bosque y ahora, frente a ella. Vi pequeños flashes en sus recuerdos pero nada preciso. Se mantuvo recta frente a mí, enrollando y desenrollando de manera nerviosa uno de sus
    rulos dorados.

    Al darse cuenta que la observaba suspiró.

    —Bueno…dime tus dudas. ¿Las tienes, no?

    Afirmé

    —¿Son muchas?

    —Si

    —¿Más de diez?

    Volví a afirmar.

    Suspiró.

    Supongo que estamos iguales.
     
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    DarkHinata

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    Wii!! Me encanto el cpaitulo!! Quienes son estas especie de "Hadas (?" Que manipulan hasta el tiempo??Esta gneial! Me he quedado como muy entusiasmada! Espero con MUCHAS ansias lo que siga..muchas dudas quedan,y pocas respuestas..Entre ellas..Pobre Jake porque lo haces sufrir? Asqueroso Nahuel..e.e

    Te espero!!

    Besitos! :*

    Hinata ♥
     
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    Holly Chantel

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    Título:
    Mediodía ~ La historia después del Amanecer...
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    28
     
    Palabras:
    2469
    Capi nuevo :) Gracias DarkHinata :D

    ¿Verdad o mentira?

    —¿Las tuyas son muchas?— le pregunté

    —Supongo que igual que las tuyas— respondió encogiéndose de hombros.

    Silencio

    —Bueno, como no quieres decir nada, empezaré yo ¿de acuerdo?

    Ella suspiró resignada y afirmo con la mirada baja.

    —Vale, suéltalo de una vez Edward, sé que tus preguntas triplicaran la dificultad.

    —¿Por qué no me dijiste que eras diferente?

    —Por el mismo motivo que tu no me revelaste tu naturaleza, tengo normas.

    Mentira, había algo más, sus pensamientos eran nerviosos. Podía sentirme Jasper en pleno interrogatorio.

    —No es cierto. Sabías que era un vampiro.

    —Eh...no, no lo sabía, ni lo había imaginado.

    En ese momento su mente creó una barrera de doble llave, nublando cualquier pensamiento que podía llegar a escuchar.

    —Me ocultas algo.

    —No, no sé de qué hablas— tartamudeó, sentía como trataba de reforzar las barreras que encerraban su subconsciente.

    —Mientes— respondí acercándome más a ella, intimidándola con mi mirada.

    Shendria me miro por un momento pon los ojos de súplica, pero luego se resignó a bajar la mirada, parecía debatirse algo en su interior, algo que no quería que yo me enterara.

    Edward…—pensó

    —No diré nada, solo quiero la verdad, quiero que seas sincera conmigo, yo lo seré.

    Silencio. ¿Qué tenía esta chica que me hacía confiar en ella? Seguí buscando con mis ojos su mirada, pero al parecer ella se rehusaba a conectarla con la mía, parecía temerosa… ¿Pero de qué? Se veía tan inofensiva, casi sentía algo de lastima por ella. Gruñí muy bajito porque aún no me respondía a la pregunta que me hiso. Shendria seguía con la mirada perdida en algún lugar, lejos de mí.

    Ese gesto me recordó mucho a Alice. Suspiré

    —Alice…—murmuré para mí mismo.

    Al decir esas palabras, pude lograr corromper sus barreras… Cerré los ojos con furia, pude sentir como mis manos se convertían en puños a ambos lados de mi cuerpo.

    —Era tu labor…—le acusé— era tu deber acercarte a mí.

    Silencio

    —Si—…—Aguarda Edward; mi trabajo consistía en observar al enemigo, cerciorarse que no era un peligro para nuestra especie.

    Después de todo sí me habían visto como un riesgo para este lugar. No estaba entre aliados.

    —Todo fue una farsa— dije clavando mi mirada en la suya, debía de suponer que mi mirada era aterradora, cuando me proponía ser malo, podía serlo muy bien. Pero antes de irme, tenía que conseguir respuestas.

    —Ni siquiera sabía que eran diferente, cuando te vi en la excursión no te busqué tu llegaste a mí.

    Shendria no había querido lastimar a nadie. Levanto la mirada y la detuvo en la mía, al ver sus enormes ojos color purpura pude ver los enorme ojos color topacio de Megan. ¿Cómo no la había reconocido antes?...Se me hacía tan obvia su persona ahora. Y a pesar de haber compartido tan poco con aquella… persona, su engaño me había dolido un poco.

    —Tu imagen, tus gustos… ¿Todo era un plan cierto?

    Me miró con el ceño fruncido por unos momentos, pero luego se tensó por mi mirada. No me importo, sentía como el hueco que se encontraba en mi pecho se empezaba a abrir poco a poco, como si se estuviera carcomiendo lentamente. Pero no podía mostrar esa debilidad, no frente a Shendria. Ese dolor era realmente desgarrador, empecé a respirar agitadamente, esperando que el dolor cesara, pero cada vez que recordaba sus palabras el hueco iba profundizándose aún más.

    ¿Edward?— pensó Shendria.

    —Tengo que irme— murmure sin verla, con una mano sujetando mi pecho. Por alguna extraña razón, sentía que se podía caer. Al dar algunos pasos el dolor se profundizó. Nunca antes había sentido algo en esta magnitud desde que me había convertido en vampiro. No era un dolor como el que había propinado Jane alguna vez, esto iba más adentro de mí ser, un agujón interior que lastimaba y cortaba hasta la superficie. Mis pensamientos se dividieron en dos partes, la que me obligaba a quedarme aquí y saber más acerca de estas personas; y la otra que me recordaba lo que debía hacer con mi familia.

    —¡Edward!— me gritó Shendria. Pero mi cuerpo iba escuchando solo el lejano recuerdo de un corazón muerto, un corazón que parecía latir.

    No volteé cuando sentí sus pasos acercarse a mí. La visión tampoco me ayudaba en mucho, las piernas me pesaban.

    Me pareció sentir unas lágrimas en sus mejillas, sus pensamientos creían que sufría por su engaño.

    Me detuve en seco.

    —Edward yo…

    Suspiré

    —Tranquila—Susurré. Giré mi cuerpo con dificultad y vi como su enjuto cuerpo irradiaba una tristeza que parecía opacar los relucientes rayos del sol de afuera. Era tan joven, tan infantil. Abrí mis brazos de manera instantánea y la llame a que pudiera consolarle. Dudo en avanzar pero finalmente me correspondió el abrazo.

    Un pequeño click sonó dentro de mi cerebro. Apoyé el mentón sobre su cabellera rubia y suspiré. ¿Qué tenía esta muchacha? Sentía que la conocía desde siempre, algo me había traído aquí y por alguna razón sabía que también me ayudaría. Pude escuchar como sus lágrimas iban cesando y juntos nos sentamos en el mueble de la habitación.

    —No me iré—Las palabras salieron solas de mi boca.

    Una débil sonrisa salió de su rostro. Cuando la tenía en mis brazos, podía ver lo indefensa que se veía, lo pequeña y débil que parecía ser. Alrededor de Shendria podía sentir una gran luz iluminando el resto. Parecía alguien quien alegraba a cualquier persona. Apoyó su cabeza sobre mi hombro y no reaccionó a mi baja temperatura, sus pensamientos eran tan limpios y puros, nunca había conocido a alguien así.

    Shendria hiso un mohín.

    —La verdad— Dijo secándose una última lagrima que se resbalaba por la comisura de su ojo— tu eres mi primer amigo, eres el primero que piensa ser uno.

    —Pero… ¿Khayra y Qendhra?

    —Ellas son mis hermanas, no cuentan

    Debía haberlo supuesto.

    Nunca he tenido amigos hombres, cada vez que pensaba tenerlo…parecía que ellos solo se acercaban buscando algo más.

    Silencio

    —La verdad Shendria— respondí— tú también eres mi primera amiga, o la primera que lo quiere ser.

    Pero ¿Jasper, Emmett, Rosalie…?

    —Ellos son mis hermanos, no cuentan— repetí. Al tener el don que poseía podía sentir los pensamientos que me rodeaban, ella me veía de manera diferente. Una buena diferencia.

    Sonreí al lograr conseguir una risita de su parte

    —No comprendo, Bella fue tu amiga.

    —Técnicamente no, no voy a negar que lo intentamos, pero lo que tuve con Bella fue un interés inmediato, que luego fue convertido en curiosidad, hasta llegar al amor infinito. Nuestra relación nunca tuvo un momento de amistad preciso.

    Guardo silencio ante mi aclaración, parecía estar planteándoselo en diferentes formas, hasta que al final lo captó.

    —Entonces somos nuevos en esto

    —Shendria necesito que me ayudes con algo.

    —Si quieres que retroceda el tiempo, necesito consultarlo con más personas, son las reglas.

    Era cierto, Shendria estaba atada de pies y manos, lo que le ordenara su maestro era lo más parecido a lo que ordenaría un alpha en los licántropos…o un mandato de Aro en los Vulturis.

    —Por favor…—murmuró apartándose de mi enojada.

    —¿Qué he dicho?—protesté

    No me compares con esos seres Edward— pensó— es realmente una gran ofensa que me relaciones con los Vulturis.
    Estaba punto de disculparme pero razone.

    —Shendria ¿Cómo supiste eso?

    —¿Qué cosa?

    —Qué te compare con los Vulturis, no lo dije solo…lo pensé. ¿Cómo lo supiste?

    Dudó— ¿La verdad?

    Afirme

    —Bueno—suspiró—algunos de nosotros, generalmente los que son parientes predilectos en la familia protectora, poseen ciertos poderes especiales, como tu don para leer…

    Me reí sarcástico— ¿Y qué poder tienes?

    —No es ningún chiste, realmente tengo un poder

    —Vale vale, ¿Cuál es?

    Parecía avergonzada de algo, pero al final se acercó a mí con la vista baja; y ahora era yo el que estaba nervioso. Cuando estuvo frente mío tomo una de mis manos y la acuno en las suyas, acariciándola con una y sosteniéndola con la otra.

    Me tensé

    Tranquilo Edward, tengo que buscar tu punto de presión

    En su mente mi mano fue envuelta por millones de finas líneas que se abrían en ramas hacia diferentes lados.

    —Lo encontré— celebró

    —Anda demuéstramelo

    Clavó su mirada en la mía con una mano aún entrelaza, parecía estar buscando algo en mis ojos.

    Silencio

    —¿Shendria?

    —Piensa algo

    —¿Qué?

    Piensa algo

    Uhm... ¿Hola?

    Soltó una risita

    Hola

    Me aparté automáticamente de ella, , nunca me habían leído el pensamiento.

    —¿Qué fue eso?

    En respuesta ella empezó a reírse.

    —Leer el pensamiento es quedarse corto— murmuró— he leído todo tu pasado, todos tus recuerdos, tus sueños y deseos.

    Me quede paralizado.

    —Increíble… es mi don, pero mucho más genial

    —Lo sé, es divertido y útil a veces pero…con todo poder siempre te vienen varias responsabilidades— dijo cruzándose de brazos— gracias a este “don” soy un Légala, además solo puedo leerte la mente cuando tengo contacto directo con tu punto de presión, no puedo hacerlo a distancia

    —¿Légala?

    —Es un grupo de Enbouls que protegen a superiores.

    —Ah, como la corte de los…

    —Edward…

    —Ah, lo lamento.

    No importa

    —Si no es mucho ¿por qué odias tanto a los Vulturís?

    Odiamos—corrigió—toda nuestra especie odia a los vampiros

    Tragué saliva.

    Otra vez éramos los malos… ¿Acaso no bastaba una especie en nuestra contra?

    —¿Somos enemigos?—pregunté dudoso

    —Los enbouls y los vampiros lo son— respondió restándole importancia al tema.

    Mis instintos volvieron a ponerme a la defensiva.

    Silencio

    —Tengo que irme— volví a decir.

    —¡Qué, qué!— exclamó— ¡Ya para Edward, ya me perdonaste! ¿No es cierto?

    —No me refiero a eso, si tu especie y la mía son enemigos— esa idea aún me confundía un poco— no faltará mucho tiempo para que se den cuenta que estoy aquí y me desmiembren de inmediato.

    Shendria me miraba con los ojos como platos sin emitir ningún sonido, empecé a preocuparme porque sus pensamientos también se encontraban en blanco.

    —¿Shendria?— pregunté

    Pero entonces esta rompió en risotadas. Me alegraba verla feliz, contenta; su felicidad era contagiosa.

    —Hey, ¿Se podría saber que es tan gracioso?— comenté riéndome con ella.

    —Edward, ¿Enserio pensaste que cuando decía vampiros me refería a ti?

    —¿Soy un vampiro no? Que se supone que iba a pensar…—dije poniendo los ojos en blanco.

    —Cuando me refería a vampiros— soltó unas risitas más— bueno ya ya, cuando decía a vampiros, me refería a vampiros normales.

    —¿Ahora resulta que soy un vampiro anormal?

    —Eres un vampiro tonto— respondió dándome un codazo amistoso— me refiero a un vampiro que si consuma sangre humana, que no sea vegetariano
    Reí por lo alto…

    —Vegetariano— repetí

    —Exacto, como es el caso de los Vulturis.

    —Pero ¿Por qué?

    Suspiro

    —Si quieres saber toda la historia— respondió seria— dame la mano, no pienso gastar tanta saliva.

    Sonreí

    Cuando le di mi mano, no paso tanto tiempo localizando mi punto de presión, ella había insistido que cuando lo haces una vez, ya no es necesario seguir buscándolo siempre, ya que estableces una conexión con este.Luego de unos segundos, soltó una mano, generando que solo una quedara entrelazada a la mía.

    ¿Puedes oírme?— pensé

    ¿Lo dudas?

    Solté una risita

    —Bueno, será mejor que me lo digas antes de que Qendhra y Khayra lleguen

    Miró nuestras manos entrelazadas y afirmo.

    —De acuerdo.
     
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    Holly Chantel

    Holly Chantel Entusiasta

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    Mediodía ~ La historia después del Amanecer...
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    Relatos

    Todo comenzó a principios de la segunda mitad de la edad media, hace ya millones de siglos. Cuando humanos y criaturas podíamos vivir juntos sin secretos.

    Alto. ¿Humanos, vampiros, licántropos y elfos viviendo juntos?

    Shendria asintió a mis pensamientos.

    Fue hace mucho tiempo, como te dije. En ese entonces el estatus gubernamental se encontraba muy bien equilibrado y el balance de la vida era casi indestructible para las razas que existían. El mundo era un lugar mucho más placentero para vivir y con amistades como las de ese entonces las alianzas y aquelarres eran indestructibles. En el mundo vivíamos cinco grandes especies; los licántropos, los vampiros, los Enbouls, las brujas y por supuesto los humanos.

    —¿Brujas?— pregunté

    —¿Vas a interrumpir cada vez que diga algo?

    —Ah, lo siento.

    Suspiró. Las brujas eran unos seres realmente fascinantes, mayormente vivían en aquelarres, rara vez se las veía solas, pero eso sí; andaban en compañía por pura seguridad. Estos seres eran muy astutos, usaban sus hechizos tanto para el bien como para el mal, así nadie se metía con ellas. En esa época se podía decir que eran la especie más poderosa seguida por los vampiros ya que no solo podían arremeter contra un contrincante de manera directa, o física… sus hechizos y conocimientos tenían ataque preciso para cada especie. Sin embargo nadie buscaba relacionarse mucho con ellas, su estado de lealtad no era de fiarse.

    Fueron años muy tranquilos en la historia, las cinco especies vivían pacíficamente respetando el equilibrio en el que se encontraban. Aunque no todas se llevaban del todo bien, especialmente entre vampiros y licántropos.

    Esa idea ya me la había supuesto.

    El maestro Juthilar, jefe que protegía en ese entonces a nuestra especie, era reconocida por su ambición de poder y seguridad a los de mi clase. En ese entonces muchos líderes no solo Juthilar, sino en general pensaban que sus especies eran superiores a las del resto y sus pensamientos empezaron a llenarse de codicia y recelo. Juthilar, cegado por la ambición de expandir sus tierras realizó la acción que generaría nuestra decadencia; luego de muchas discusiones y debates se alió con los vampiros en busca de conseguir un mandato sobre el resto.
    Posteriormente los licántropos hicieron lo mismo con los humanos; dejando a las brujas solas en la batalla debido a la poca confianza que se les podía tener. Nuestra alianza, se podría decir, era la más poderosa. Poseíamos la fuerza y habilidad de los vampiros; y la inteligencia e invocaciones de nosotros.

    Todos nos temían, sin embargo nadie intentó realizar un ataque por el momento. Las brujas eran mucho más poderosas que nosotros, pero los vampiros sabían que seríamos más fiables que ella. Los lobos, al ver que su situación no era muy prometedora se aliaron a la que quedaba, los humanos.

    —¿Por qué los licántropos se unieron con los humanos, siendo estos los más débiles?— no podía disimular esa pregunta.

    Bueno, los licántropos sabían que fiarse de las brujas sería un grave error, el cual ellos no podían permitirse cometer. Además, como los vampiros se habían aliado con nosotros, no tuvieron más remedio. Como los humanos no servían para la lucha ya que eran seres mortales, el jefe de la tribu de los licántropos hizo un tratado con los humanos. Licántropos protegerían a su raza como si fueran de la suya, mientras que las humanas hembras pudieran engendrar más de su especie, por medio de la imprimación.

    —Por eso se llaman protectores…

    —Así es…

    Silencio

    En esos tiempos, aun así con las alianzas ya establecidas, no había un indicio de que se iniciara algún tipo de batalla entre las especies; aunque ya se empezaban a escuchar los rumores de diferentes conspiraciones.

    Shendria entrecerró los ojos unos segundos, guardando silencio. Su mirada reflejaba ira y rencor, ambos estábamos ya en otro tiempo. Estábamos muy internados en la historia.

    Los Vulturis prometían tierras y victorias fáciles si iniciábamos una batalla, en ese tiempo el Vulturi que estaba al mando, era Cayo, líder por su gran habilidad en combate, pero sobre todo muy ambicioso. Cayo siempre trataba de incitar al pueblo a que emprendiéramos una batalla. El juraba que saldríamos victoriosos con muy pocas pérdidas.. Que seríamos indestructibles.

    Cuando el maestro Juthilar informo a los Legalas que iniciaríamos una batalla estos trataron de convencerlo que no era una buena idea. Mantener el equilibrio. Eso era lo indicado, aquello fue lo que se nos enseñó. Sin embargo no pasó mucho tiempo para que Juthilar dejara de lado sus temores e iniciara una marcha contrala especie que más peligro podría significar para nosotros, las brujas.

    Esta batalla duro alrededor de dos semanas, rápido se podría decir. Tuvimos muchas bajar, eso era de esperarse, las brujas eran un oponente que no podíamos sobreestimar…Pero Cayo no se conformó hasta ver a la última bruja borrada del mapa. Hay rumores que explican que hubo varias brujas que huyeron, escaparon o se convirtieron en animales para sobrevivir todo este tiempo. Cómo metamorfas, pero nunca en la actualidad se ha sabido de una.

    Después de ese tiempo, solo quedamos nosotros junto con la alianza de los licántropos.

    Juthilar se encontraba sediento de victoria, no pienses que después de destruir una especie le bastaría con eso, tanto él como Cayo deseaban acabar pronto con sus próximos enemigos y lograr gobernar la tierra sin ningún tipo de contrincante.

    Cuando se mandó a llamar una conferencia de Enbouls y vampiros, se aclaró que la lucha contra los licántropos empezaría dentro de tres días. Los vampiros ya celebraban la victoria suponiendo que iban a ganar, pero Legalas, poseedores de una inteligencia mayor trataban de convencer a la audiencia que lo más indicado era esperar un par de años o por lo menos meses, los suficientes como para neutralizar nuestras tropas.

    —Tonterías— acusó Cayo. Las imágenes en la cabeza de Shendria eran muy precisas, su don le había permitido rebuscar en la memoria de alguien presente en ese momento y podía verles en acción.— os aseguro que acabaremos con ellos antes del crepúsculo del segundo día.

    —Escucha al elfo— le reprimió Aro— tienen un punto, no subestimemos a los licántropos.

    —Hermano, se encuentran aliados con los humanos— intervino Marco— son la especie más débil de aquí.

    —Solo sugiero esperar un poco más de tiempo antes de atacar— tomo un sorbo a la copa llena de sangre que tenía en las manos— eso es todo. Pero todas las suplicas y consejos fueron ignorados yendo a la batalla mucho antes de lo planeado.

    —Aro—dijo Juthilar— no creo que sea lo más conveniente ir en contra de los licántropos ahora, no poseemos ni la mitad de hombres como cuando batallamos contra las brujas…

    —¡Blasfemias!— acusó Cayo— Amigo mío, no me digas que te arrepientes de esta decisión.

    Juthilar no respondió. Podía ver los rostros de su gente, corrían peligro.

    Entonces recibió una cachetada tan fuerte que lo dejo tirado en el suelo. La fuerza de un vampiro triplica la de un enboul

    — Juthilar, hay que ser razonables en esto ¿Quieres?, no quiero que surjan problemas ahora, así que ¿Estás conmigo?— respondió Cayo ofreciéndole una mano para pararse.

    Juthilar no tenia opción, si iban en contra de los vampiros en ese momento, lo más probable es que Cayo y los demás se deshicieran de él y de su pueblo.

    *

    Al llegar a las fronteras que dividían nuestras tierras, se comprobó lo que se había temido. Obviamente el efecto sorpresa no estaba de nuestro lado, a esas alturas todos sabían que licántropos y nuestra alianza tendrían una lucha. Pero nadie se esperaba con lo que tenían al frente. O por lo menos ningún vampiro, ya que todos los Legalas habían advertido eso.

    Frente a ellos se encontraba un ejército de grandes y fuertes lobos de diferentes tamaños.

    En sus ojos se podía ver la tristeza y el temor, ellos luchaban por sus familias, no por la victoria.

    —Los enbouls no somos asesinos Edward— la voz de Shendria me sorprendió por un momento, estaba muy internado en la historia— no buscamos violencia, pero si nos vemos obligados a obedecer cualquier mandato que nos envía nuestro maestro.

    Nuevamente hiso un paréntesis en la narración, y se quedó dubitativa por unos segundos, cerró las manos en puños y entrecerró los ojos, luego suspiro y envolvió su rostro con una pequeña sonrisa torcida para un lado.

    Pero entonces una portadora, Orwëy, se puso en contra de su pueblo tratando de convencer a los Vulturis y al maestro Juthilar a cesar esta batalla. Pero ninguno de ellos la escuchó, e iniciaron la batalla contra los lobos.

    Los Legalas tenían razón al preocuparse por los licántropos, estos se encontraban más fuertes que nunca y poseían un tamaño sobrenatural en su especie.

    —¿Por qué?— pregunté

    Los primeros licántropos ignoraron los efectos secundarios de la imprimación, ellos creían que esto era un poder con el cual el licántropo elegía a la humana para procrear. Pero era mucho más, la imprimación generaba un extraño poder sobre el hijo de la luna, otorgándole más fuerza y destreza. Gracias a esta nueva fuerza, los Vulturis y los Enbouls se vieron intimidados, pero indispuestos a retroceder.Todos emprenderían la pelea, desde el más crío hasta toda la corte de los Vulturis.

    —Por recuerdos, puedo determinar esta lucha, siempre que he podido averiguar sobre esta me ha encantado, como vez son recuerdos, tormentosos, pero lo son.

    Cuando se pensó que los licántropos ganarían esta pelea. Cayo ordeno a Renata que se sacara el escudo que envolvía a él y a sus dos hermanos. Juntos iban a batallar.

    Los tres tenían diferentes estilos de lucha. Cayo atacaba de una manera rápida pero dolorosa, al parecer le gustaba hacer sufrir al enemigo. Aro lo hacía de una manera ágil y cuidadosa, él era el más bondadoso de los tres. Y Marcus, bueno a él no le importaba como acecinar, hacía cualquier cosa por aniquilar varios licántropos de un solo tirón. A estos se les unió el maestro Juthilar, logrando que la especie enemiga retroceda.

    Pero entonces todo pasó demasiado rápido. De la nada el cuerpo de Cayo había sido tirado al suelo, el licántropo alpha había arremetido contra él y había logrado arrancarle una pierna del tórax.

    Todo el ejército aguardo unos segundos la orden de retirada, pero la idea había sido clara: Ganar o morir. Palet, una segunda portadora, corrió al auxilio de Cayo, utilizando sus poderes curativos logró volver a implantarle la pierna en segundos; mientras Marcus y Aro de encargaban de aprisionar al alpha.

    Un silencio sepulcral se apoderó del área cuando los gemidos de dolor de Cayo fueron remplazados por los aullidos de dolor del lobo alpha. Todos esos sollozos fueron acompañados con los aullidos de los integrantes de su manada. Entonces, fue en ese momento en el cual Cayo aprovechó para ordenar a todos para continuar la batalla. Mientras nuestra alianza avanzaba— prácticamente celebrando la victoria— Orwëy y Palet compadeciéndose de los licántropos mal heridos, apresuraban su muerte asiéndola menos dolorosa.
    Fue ahí cuando se encontraron con el cuerpo casi destrozado del lobo alpha. Pero aún estaba vivo. Orwëy se acerco a él y puso ambas manos en su pecho peludo, logrando así que este se convirtiera en humano. Aún con las suplicas de Palet en que se diera prisa en matarlo, Orwëy no obedeció, por alguna extraña razón no podía apartarse de él.

    No fue hasta que el hombre abrió los ojos, cuando lograron comprender todo. Él se había imprimido de ella.

    Palet se encontraba desconcertada, no sabía qué hacer, pero Orwëy solo podía ofrecerle una enorme sonrisa de picardía a ella y Souya, el hombre lobo. Gracias a esa imprimación, Souya, logró recuperar las fuerzas suficientes para reincorporarse en la batalla. Pero, por la supuesta muerte del alpha, muchos de los licántropos se rindieron, dando por perdida la batalla.

    Souya se encontraba destrozado, todos sus hermanos estaban muertos y su familia también lo estaría, pero no olvido su promesa. Proteger a la raza humana cueste lo que cueste.
    Al llegar los tres al pueblo, observaron cómo no faltaba mucho para que toda nuestra alianza acabara con ella así que Souya corrió a protegerla. Antes de que se vaya Orwëy tomo su mano y le prometió que cuidaría de su pueblo hasta que el volviese.

    —Aunque ambos sabían que no iba a volver— intervine

    Shendria afirmó.

    Los humanos dudaron de las palabras de las elfas, pero no tenían más remedio, si se quedaban estarían muertos, así que juntos se escabulleron y buscaron algún refugio en las montañas.

    Cuando los Vulturis llegaron al pueblo y lo encontraron vacío, estaban que echaban fuego, y culpaban a Juthilar de todo, ya que Orwëy y Palet eran de su raza.

    —¡Qué insolencia!— gritaba Cayo— ¡Esto es una traición Irgham, tú mismo lo sabes!

    —No soy dueño de las decisiones que toman Orwëy ni Palet ahora, ellas han elegido su propio destino.

    —¡Cómo es posible que no tengas poder sobre tu especie!— exclamó Aro.

    —No dependo de las decisiones que toman cada uno— respondió— todos son libres de elegir su camino y alejarse si así lo desean.

    Los tres hermanos se miraron mutuamente y Cayo afirmo.

    —Entonces querido amigo, creo que ya no nos sirves.

    Pero antes de que Juthilar reaccionara, Cayo le clavó una daga en el pecho, generando que cayera muerto en el suelo. Luego de este acontecimiento, vampiros emprendieron una nueva guerra contra los que alguna vez fuimos sus aliados. Kira, esposa de Irgham, ordenó al pueblo Enbouls rendirse.

    Kira huyó con lo que quedó del pueblo en busca de un nuevo lugar para establecerse y regenerar a la especie. Realizó un pacto con Cibeles, diosa de la Madre Tierra, le prometió que los de nuestra especie veneraríamos a la naturaleza y la cuidaríamos si ella nos protegía y escondía de los vampiros.

    Y Cibeles aceptó. Y es aquí donde estas. En un mundo paralelo dentro de la tierra misma.

    —Les dieron una puñalada por la espalda— concluí

    —En efecto— continuó Shendria— nuestra especie nunca se equilibrio totalmente, hasta el día de hoy pocos saben de nuestra existencia, todos suponen que nos hemos extinguido y ya no comentan las leyendas de los Enbouls. Nunca existimos.

    —Realmente no me enorgullezco de mis raíces— comenté— los vampiros aunque hayan cambiado hasta el día de hoy, siempre son los malos.

    —No siempre, algunas veces hay excepciones, como tú y tu familia.

    Pero entonces Shendria empezó a formular varias ideas en su cabeza que fueron interrumpidas por el ostentoso sonido de la puerta al abrirse.

    Gruñí.
     
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    Holly Chantel

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    1909
    Hermoso es poco

    Rápidamente Shendria soltó mi mano

    —Señorita Shendria, los Legalas la esperan— dijo una joven asomándose por la puerta.

    —¿Legalas? Aún…

    —¿Creíste que se habían extinguido?

    —Tal vez…por un momento…

    Shendria soltó una risita. Y no pude evitar reírme con ella.

    —No voy a discutirte eso— dije— ¿Cuándo me explicarás lo de mi apellido?

    —Te lo diré en otra ocasión ¿Vale?, ahora tenemos que hablar con el maestro.…

    —¿Ahora?

    —Si tonto, ahora— respondió jalándome en dirección a la puerta.

    Uhm, no lo sé, apostaría que dirás una ofensa en menos de cinco minutos— pensó divertida.

    Me tensé

    —Era broma Edward.

    Suspiré.—Claro

    —Solo repite todo lo que piense. ¿Entiendes? Absolutamente todo, sin cambios ni variaciones.

    —Vale

    Shendria me observo y dibujo una enorme sonrisa pícara en su rostro, tomó mi mano y me llevo a las afueras del salón. Pasamos hermosos recorridos, todos acompañados de un flora impresionante, diferentes lirios y flores silvestres adornaban los pasadizos naturalmente, eran de diferentes colores y tonalidades podías observar más de cien flores y ninguna tenía el color parecido.

    Shendria corría velozmente ― no tanto como un vampiro—, aunque lo suficientemente pausado para que pueda apreciar el paisaje que estaba observando. Corríamos por los pasadizos de lo que parecía ser un enorme palacio, todas las paredes parecían bañadas de plata ya que brillaban tenuemente cuando algún rayo hacia contacto con su superficie.
    También podía ver como el piso reflejaba la figura de Shendria y la mía; como espejos.

    —¡Para ser un vampiro eres muy lento!— me gritó por encima de su hombro.

    —¡No siempre se ven construcciones como estas!— contesté

    Después de correr algunos metros más pudimos salir a los exteriores del edificio. Hermoso era quedarse corto, con lo que podía observan, hasta las más hermosas vistas del mundo se veían muy chicas. Frente a mi había un bellísimo paisaje, lleno de vegetación y pequeños detalles. La notoria catarata que acompañaba a la edificación hacia que el sonido que generaba su agua al chocar contra el suelo pareciera un delicado murmullo.

    Me agarre de la baranda de oro blanco que estaba a mi derecha y empecé a recorrerla con la punta de mis dedos, apreciando el detallado que habían hecho en ella. Luego volví a emprender la marcha con Shendria, ahora observando el bello paisaje que estaba a mi derecha.

    Shendria me llevo por unos pasadizos que ―según sus pensamientos— nos llevaban afuera del pueblo. En estos se podían apreciar la enorme cascada que caía en curva y las diferentes enredaderas que la acompañaban como adornos., los pasadizos se encontraban bajo techo aunque con varias entradas separadas con murallas que también dejaba entrever el paisaje de la derecha.

    A lo lejos, en lo alto, también podías observan unas torres en punta, extrañamente sentí que no era la primera vez que las había visto…luego se lo preguntaría a Shendria.
    Cuando traspasamos el lumbral que indicaba el final del pueblo, nos encontramos frente a un gran bosque. Deslumbrante. Desde ahí podía visualizar mucho mejor el gran salón a donde nos dirigíamos.

    —Wow— fue lo único que pude murmurar mientras giraba sobre mí mismo., tratando de visualizar todo el panorama que estaba frente a mí.

    —Lo sé— susurró Shendria tomando asiento entre el asfalto y las hojas—Es hermoso ¿A qué no?

    —Hermoso es quedarse corto— respondí tomando asiento junto a ella.

    Observaba como el radiante sol del mediodía bañaba mi piel, generando que muchos destellos salgan de esta.

    Me alegro que a Shendria no le pareciera molestar, no hizo gesto alguno al observarme como era en realidad, es más, ni a mí me molestaba. Muchas veces agradecí a mi naturaleza, hace tan solo 5 años la odiaba tan rotundamente como Rosalie…pero ahora,…era increíble como mis ideales habían cambiado la perspectiva de la vida que creía “injusta”.

    Si no hubiera sido por mi especie, nunca hubiera conocido a Bella, si no fuera por mi especie nunca hubiera tenido a Nessie. Y ahora tampoco, nunca habría conocido a Shendria.

    —Esto no es nada a comparación de cómo éramos antes— murmuró abrasando sus piernas— ahora nuestra civilización está en ruinas y siempre tiene que andar oculta.

    —Shendria— dije tomando su mano— esto es lo más hermoso que he visto en mis 108 años, deberías estar orgullosa.

    Suspiró mientras observaba mis recuerdos en mi mente.

    —Supongo…—respondió— supongo, que tienes razón

    Solo le sonreí, aunque según ella era algo parecido a una mueca.

    —¿Pasa algo...?

    —¿Por qué lo dices?— pregunté

    Ella puso los ojos en blanco.

    —Sé que a estas alturas sabes lo de Bella, así que creo que preguntar eso está de más…

    —Oh

    Si ella estuviera aquí conmigo, si ella pudiera ver todo esto…

    —No sé dónde está, ¡Ni con quien!, bueno es que esta con Alice, pero… ¿Qué tal si esta en problemas? ¡Si está en peligro!... ¡Si le ocurriera algo!, yo…— sin darme cuenta ya me encontraba ovillado hiperventilando.

    —Edward, tranquilo.

    Suspiré.

    —No sé qué haría si le ocurriera algo, por eso es que estoy en Inglaterra, buscándola, ¡Y lo peor y más frustrante es que no hay rastro de ambas!...es como si la tierra las hubiera sepultado.

    —Bueno ahora sabes que eso se puede…—bromeó. Silencio— Escucha Edward, aunque sé que no me harás caso, yo creo que no deberían buscarlas. Si Bella pidió discreción de parte de ustedes, lo más razonable sería obedecerla; se que no es la primera vez que lo escuchar, y comprendo tu angustia. Créeme.

    En sus palabras se encendían verdades que podía relacionar, por algún motivo Shendria comprendía de mi situación, pero no quise presionarla con el tema.

    Pase mi brazo por sus hombros y la estruje contra mi cuerpo, quería que sintiera que tenía un hombro en el cual apoyarse, en el cual confiar. De igual forma le agradecía su apoyo. Ella solo suspiró y me miro con una sonrisa de agradecimiento, sabía que yo estaba muy mal por dentro y ella trataba de apoyarme. Pero sin darme cuenta, ella también necesitaba apoyo.

    Podía compartir mis sentimientos con ella, lo mejor de todo era no tener que expresarlos con palabras…nunca había conocido a alguien con un poder semejante al mío. Saber que alguien te comprende era algo que siempre recordaría. Yo estaba muy agradecido con Shendria; ella me había enseñado su cultura, su especie, su hogar. Quería que sintiera eso de mi parte.

    Ambos compartíamos una amistad que nos dejaría huella a ambos.

    —La más pura de las amistades— corroboró con orgullo a mis pensamientos— me gusta como suena.

    —Y a mí me gusta que mi cabeza siga unida a mi cuerpo ¿Sabes?—bromeé— no se cuanta paciencia tengan los enbouls, pero no quiero arriesgarme a morir desmembrado.

    Soltó una carcajada revolcándose por el suelo.

    —Vale, vamos— luego de decir eso, se puso de pie jalando de mi brazo.

    Shendria volvió a tomar la delantera y me guió por un sendero realmente ancho que facilito nuestro viaje.

    El bosque poseía arboles de diferentes tonalidades, algunos eran sorprendentemente de un tono anaranjado, aunque estemos en pleno verano; y habían mucho tipo de flores silvestres. Mientras caminábamos, Shendria empezó a tararear una canción desconocida para mi; acompañándola de pasos danzarines por todo el camino. Tenía la suerte de poseer un sendero tan amplio para aplicar ese tipo de danzas, este era tan ancho que podría pasar el enorme Jeep de Emmet.

    Y hablando de eso…

    —Shendria ¿Qué hicieron con mi Volvo?

    —Eh— parecía haberse desconectado de su melodiosa canción.

    —Mi Volvo— repetí

    ¿Volvo?

    —Mi auto…era de color plateado— apunté— lo deje en el bosque antes de que me atacara Qendhra.

    —¡Ah! ¡Tu transporte! Lo tenemos en Randolef, que es justamente a donde vamos ahora.

    Pero te advierto, ese fue el primer “Volvo” que trajimos de la tierra humana, que no te sorprenda verlo ligeramente cambiado; Todos lo usaron…

    —¿Todos? ¡Todos usaron mi auto!

    —Bueno…todos, es ¡Todos! ¿O cambiaron el termino de la palabra?

    —Por favor dime que los enbouls saben conducir— supliqué

    —Específicamente… ¿Volvos?...no, nos trasportamos montando caballos o algún animal que nos ofrezca Cibeles.

    —Y nosotros venimos caminando…

    Shendria se encogió de hombros

    —Quería que vieras como era mi pueblo realmente, sin escudos ni mentiras.

    —Es realmente bello, nunca ví nada parecido…

    —Lo sé— respondió palmeándose las manos.

    —Pero ¿Qué significa eso?— Shendria levantó una ceja— me refiero a que mi auto haya sido usado por “TODOS”.

    Ella suspiró

    ¿No dejaras pasar el tema tan fácil no?

    Negué

    Lo que quería decir es que no mates a los niños por destruir tu auto, Yannithia no se pudo negar a prestárselos.

    Me paralicé

    —¿De-destruir?

    Ella giró en mi dirección.

    —¿Edward? ¡Estas más pálido!— tomó mi mano al no escuchar respuesta— ¿Te encuentras bien?

    ¿Podía estar más pálido?

    Sonrió a mis pensamientos.

    —No puedo creer que te acomplejes tanto por un objeto— bufó— y tranquilo, lo puedo arreglar.

    —En realidad es muy importante para mi, me trae muy buenos recuerdos de diferentes etapas de mi vida con Bella.

    —Seguro…—murmuró— ahora date prisa si aún quieres tu cabeza

    Reí mientras ella mantenía la vista fija en el horizonte, sonriendo al contemplar a lo lejos como los rayos del mediodía bañaban a lo que era Randolef.
     
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