Las tres reliquias.

Tema en 'Relatos' iniciado por sorimori, 22 Julio 2010.

  1.  
    sorimori

    sorimori Entusiasta

    Géminis
    Miembro desde:
    28 Abril 2010
    Mensajes:
    109
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Las tres reliquias.
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1611
    Las tres reliquias.

    Compañeros, amigos, jovenes y adultos de este foro. Necesito vuestra ayuda. ¿Podeis darme una calificación en este escrito? Cuanto mas personas mucho mejor, muchas gracias y espero que no sea una molestia para vosotros leerlo. A lo personal, pienso que no es nada bueno, de hecho... En fin... no tenía imaginación.
    Las calificaciones se darán aquí mismo.



    El escrito es para el concurso de Guionistas a los guiones y en fin... Este es el primer guion que hago en mi vida. No seais muy duros xD

    Mi ficha:
    Nick: sorimori
    Guión: Guión 1

    Breve resumen:
    Tres amiga de la infancia, ya ancianas, poseen una herencia del antiguo Japón. Su deber es protegerlos y evitar que estos caigan en manos de las personas que durante años han intentando robar los bastones. Son unos bastones realmente poderosos y a los cuales, solo un templo especifico, puede protegerlos de por vida. Viajaran hasta Japón para llevar a cabo el propósito de proteger los bastones. Pero no sin antes perder una integrante en su camino.


    Reparto:
    -Joven 1 (Hombre) > Se desconoce el nombre.
    -Joven 2 (Hombre) > Se desconoce el nombre.
    -Amiga de las gemelas (Mujer) > Angustias.
    -Gemela 1 (Mujer) > Cipriana.
    -Gemela 2 (Mujer) > María.
    -Ladrón 1 (Hombre) > Se desconoce el nombre.


    Las tres reliquias.

    Es una tarde como otra cualquiera. Se puede observar como a nuestro alrededor solo hay césped y justo en frente podemos encontrar una mansión. En la parte exterior no hay mucha vida, la hierba esta seca y las flores no tienen mucho color.

    De pronto, un ratón se atreve a asomar la cabeza por detrás de uno de los tantos gnomos que hay en fila, justo enfrente de la puerta de roble. Corretea por todo el césped buscando algo. Cuando comprueba que no hay nada de su interés, escapa por un agujero que había en el césped.

    De nuevo todo se vuelve vacío, y la casa sigue quieta, tan grande y lujosa como siempre.

    De pronto la puerta se abre y en ella aparece un hombre ancho de hombros. Con la mirada nerviosa mira hacia los lados. Cierra la puerta y desaparece tras ella.

    Las paredes no son muy consistentes y se puede escuchar con dificultad lo que dicen.

    -Parece que no hay nadie. – Comenta una voz varonil. – Podemos salir.

    La puerta se abre y aparece un grupo de cinco personas. tres mujeres y dos hombres. Los hombres son jóvenes y fornidos, ambos de anchos hombros y buen porte. Las mujeres por otra parte, son de avanzada edad y cada una de ellas lleva un bastón.

    -Buen día tenemos hoy. – Dice una de las mujeres pegando golpes en el suelo con el bastón.
    -Parece que no están por los alrededores. – El hombre que se había asomado a la puerta vuelve a mirar hacia los lados. Suspira y se da la vuelta para mirar a las ancianas. – Voy a casa, tengo que recoger algunas cosas y prepararme para la marcha. – Se da la vuelta bruscamente y desaparece en la distancia.
    -Le acompaño, mi casa queda de camino… - Observa los bastones de las mujeres antes de irse – espero que no los roben, sería un completo desastre. – Se va a toda prisa.

    Las mujeres observan sus bastones. Son dorados y brillantes, con un diamante situado en las partes superiores de cada bastón. De pronto un rayo de sol da en ello y cambian de color a un color rojo oscuro.

    -No podemos llevarlos con nosotras - Dice una de las ancianas, gemela de otra. Camina hacia atrás y entra a casa con los tres bastones. Las otras dos mujeres perplejas se quedan afuera.

    Minutos después la mujer que entró sale.

    -Cipriana, ¿Cuál es el problema? – María, la gemela de Cipriana la mira con el ceño fruncido.
    -Como ya sabéis, nos están siguiendo para obtener los bastones. Nunca debimos traerlos de Japón. – Niega contundentemente con la cabeza
    -Bueno, tenemos que llevarlos de nuevo a Japón, así que no hay problema. – Comenta Angustias, la amiga de las dos gemelas mientras saluda a su hijo que pasa en coche por delante.
    -Es mejor que se queden aquí… - Cipriana comienza a andar hasta la puerta de su casa lentamente.
    -Creo que no, hermana. Angustias tiene razón. – Dice rascándose una ceja.

    Cipriana, ya sin ánimos de continuar dando su punto de razón, entra a la casa. Su gemela y su amiga la esperan pacientemente, pero esta no sale.

    -¿Dónde se ha metido? – Pregunta María muy preocupada y dando vueltas de un lado a otro en el jardín.

    Se escucha un tiro en la casa y esto las altera. María corre, en la medida de lo posible, hacia la casa y Angustias se queda petrificada mientras intentaba coger flores.

    -¡Hermana! – Grita María con las lágrimas ya saliéndole por los ojos. Se desploma ante su hermana al verla en el suelo, sobre un charco de sangre.

    Desesperadamente, intenta buscar al asesino pero no hay nadie en casa, seguramente escapó por la puerta trasera.

    -Ma… - Intenta llamarle a su hermana, pero ya no tiene fuerzas. Levanta un brazo y sujeta la mano de su hermana con fuerza. – Tenéis que llevar… - Respira fuertemente y se lleva la mano al pecho. – los bastones…
    -No digas nada. – Le tapa la boca con un dedo. – Ya esta… - Una última lágrima moja la frente de Cipriana antes de que ella cierre los ojos para siempre.

    María siente rabia, pero aunque la rabia le pueda decide coger los bastones y salir a donde Angustias. Angustias, al ver la cara de María se teme lo peor y se hecha a llorar.

    -Llevemos los bastones. ¡Rápido! – Le da uno de los bastones a su amiga y corren hacia el garaje. Entran y una vez montadas en el coche arrancan.

    A las 6 de la mañana llegan a Tokyo. Aunque ya han estado un tiempo allí se sienten ligeramente perdidas y miran hacia todas partes. María aún sigue dolorida por la reciente perdida, pero tiene serena la mente.

    Consiguen salir del aeropuerto y llegan a un lugar con poca gente. Llena de mercaderes, gente vendiendo de todo. Solo hay algunos japoneses comprando.

    María compra una bolsa grande para esconder los bastones. Los mete en ella y se la guarda entre la chaqueta.

    -No deberías fiarte de todo el mundo… - Le dice desde atrás Angustias.
    -Dudo que un vendedor este de su lado… - Observa al vendedor atentamente.
    -La verdad… ¿Quién pudo matar a…? – Angustias se calla al ver la cara entristecida de María.
    -No lo se… Vamos hacia el lugar sagrado… - Dice para eludir el problema.

    Se ponen en marcha por un largo y arenoso camino.

    -¿Crees que allí estarán seguros? – Le pregunta Angustias mientras se tapa con la mano los ojos. Hay bastante sol y eso le impide abrir los ojos del todo.
    -Realmente, nunca tuvieron que haber salido de allí. Solo nos han traído problemas, no se por que nos los confesaron a nosotras…

    Minutos después llegan a la zona sagrada, en ella no hay más que un pequeño templo.

    -Presiento que nos están vigilando… - Dice Angustias muy nerviosa.

    De pronto, por detrás del templo salen los dos jóvenes que habían estado cobijados con las señoras. Cada uno lleva una pistola.

    -¿Creíais que íbamos a ayudaros simplemente por amabilidad? – El más moreno de los dos se ríe.
    -Yo maté a tu hermana, y ahora tú vas a ir por el mismo camino. – El otro corre hacia las mujeres con las pistola en frente.

    Las dos señoras, al ver su escasa condición física deciden usar la fuerza de los bastones para defenderse. Rápidamente María saca los bastones y le da uno a Angustias, el tercero se le cae debido a los nervios.

    -¡Cógelo! – Le ordena el moreno.

    El atacante cambia su trayectoria y se lanza sobre el bastón. Angustias hace un movimiento rápido con su bastón e inmoviliza al atacante. De pronto, ella siente frío en la espalda, y segundos después se desploma.

    -No tendríais que tener las espaldas descubiertas… - Dice una voz por atrás.

    María con todo el dolor del mundo evita agacharse para socorrer a su amiga. Sabe que tiene que salvar los bastones y no dejará de luchar.

    Coge el bastón de Angustias y el bastón que se quedó en el suelo. Con el pie aparta al atacante.

    -Danos los bastones… - Le ordena el moreno.
    -Nunca confié del todo en vosotros, y es por eso que no os contamos todo sobre los bastones. – En el rostro de María se dibuja una sonrisa. – Los bastones se vuelven ceniza si nosotras tres morimos. – La sonrisa se pronuncia más. – Lo siento.

    A sabiendas de lo que está haciendo se clava los tres bastones en el pecho. Cae al suelo al igual que sus dos compañeras habían caído antes, se agita en el suelo debido al dolor y agarra con fuerza los bastones. No pasa mucho tiempo hasta que los bastones, bajo la mirada de asombro de los malhechores, se hacen ceniza.

    -¡No! – Gritan los dos al unísono.
     
  2.  
    Antonio Corazoncito

    Antonio Corazoncito Usuario popular

    Cáncer
    Miembro desde:
    2 Diciembre 2006
    Mensajes:
    728
    Pluma de
    Escritora
    Re: Las tres reliquias.

    Bien. Creo que estonces ya no te falta nada.
    Pues bien:
    Aquí te doy una pequeña crítica, solo del escrito, tomándolo en cuenta como cualquier fic.

    Creo que no has explicado suficiente de los bastones, solo se sabe cuan importantes son y eso me parece que falla.

    Por otra parte, aunque la historia esta bien es un poco confusa.

    Tambien has confundido algunas veces los tiempos verbales.
     
  3.  
    sorimori

    sorimori Entusiasta

    Géminis
    Miembro desde:
    28 Abril 2010
    Mensajes:
    109
    Pluma de
    Escritor
    Re: Las tres reliquias.

    Seh xD U.U y verás, todavía tengo que escribir mas escritos y voy a pegar unas patadas enormes... U.U Estoy por desapuntarme de todos los concursos T.T
     
  4.  
    Quelconque

    Quelconque Usuario popular

    Virgo
    Miembro desde:
    8 Febrero 2004
    Mensajes:
    790
    Pluma de
    Escritor
    Re: Las tres reliquias.

    Repetido -.-
     
  5.  
    Quelconque

    Quelconque Usuario popular

    Virgo
    Miembro desde:
    8 Febrero 2004
    Mensajes:
    790
    Pluma de
    Escritor
    Re: Las tres reliquias.

    Con toda la buena ondez de la que soy capaz, opino que:

    En un guión se debe ser excesivamente descriptivo, con las palabras correctas que den a entender la imagen que deseas proyectar a la perfección. Por ejemplo, si dices "las flores no tienen mucho color", cada uno se las imaginará diferentes.

    Puedo equivocarme al afirmar que es el otro hombre el que dice el último diálogo porque no tendría sentido que lo dijera quien acaba de desaparecer ni una de las mujeres (porque enseguida se lee que se quedan en la puerta de la mansión), pero si el guión fuera más específico, podría saberse certeramente.

    En este caso, creo que valdría mucho la pena hacer una descripción mucho más detallada de las características físicas de las hermanas y particularidades de los bastones que llevan, porque son datos muy importantes cuando se requiere llevarlos a una imagen.

    Lo que hace a un guión rico es la capacidad que tiene para hacernos imaginar todo casi de la misma manera que el guionista, por eso no es bueno saltarse la descripciones de ciertas acciones ni darlas por hechas o como lógicas.

    Tal vez no tengas tiempo, pero te recomiendo que leas el "Manual del guionista" si es que te interesa mejorar en el procedimiento del planteamiento de una idea, personajes y trama para un guión. El formato lo puedes copiar de cualquier guión disponible en la red o de plano bajar un software especializado que te ayude en esto.

    Saludos.
     

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso