La Sonrisa de una Dama (inu&kag)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Kai, 12 Abril 2010.

  1.  
    kagomeG

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    Re: La Sonrisa de una Dama (inu&kag)

    noo! nooo! perdon... la mugre escuela no me deja! gomenasai!
    osea que nuestras niñitas ya estan cresiditas... wii... y el otro orgulloso de 18 años... regresa! wiii!!! que se encuentren que se encuentren! y que le de el amuleto! y que naraku se muera! (ganas no me faltan!) me puso triste lo que dijo kag en el entierro... casi se nos vuelve emo... ToT pero sii... mi odio hacia naraku nunca va a acavar!
    bueno amigita! me despido por que ando apurada con la creacion de mi libro de español =.=
    bueno besos! y sayonara! no volvere a faltar!

    kagomeG
     
  2.  
    Kai

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    La Sonrisa de una Dama (inu&kag)
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    Aventura
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    Re: La Sonrisa de una Dama (inu&kag)

    Capítulo VII: Emblema Perdido.


    Escudriñó en las gavetas de la alcoba en busca de esa cosa. Lo había perdido durante el viaje seguramente, pero era necesario intentar encontrarlo así fuera en vano. Levantó, sacó, guardó, rebuscó, indagó, realizo de todas las cosas de las cuales tenía idea que existían, pero no. Maldijo con palabras que ni sabían que eran posibles pronunciarlas…

    Durante más de dos horas se mantuvo entretenido en su búsqueda aparentemente inútil, entró en pánico y presento ciertos síntomas, que revelan su situación.

    —¡No puede ser! Si lo tenía conmigo ¿Cómo es posible que lo haya perdido?

    —Mascullaba aun sin creérsela en joven ambarino. Digamos que estuvo así los primeros treinta minutos, es lo que se conoce como el paso uno, la Negación.

    Paulatinamente un joven de cabello negro y mirada vivaz se adentro a la habitación. Llego temprano y se mantuvo conversando con los padres de su amigo, una carta que fue entregada a su templo, les anuncio que era urgente su presencia en ese reino y tuvieron que marchar enseguida. No se pudo negar a marchar, después de todo estaría con su amigo, decidió sorprenderlo un poco y se dirigió allí, al entrar miro de reojo que su amigo casi hermano, se encontraba sentado a la orilla de su cama, con la cara entre sus manos, se veía confundido.

    —Oe viejo, ¿Qué paso? Traes una cara que par…—El aire le fue cortado, se le dificultó un poco la respiración, la cara que puso no se comparaba con la desencajada que surcaba de momento el afligido rostro de su amigo.

    —Miroku, dime ¿Dónde está? Me hiciste una broma, ahora lo necesito…
    —Musitó el albino con una voz cansina y apresurada, duró así unos minutos antes de que su amigo entrara, es a lo que llamamos paso dos, Desesperación.

    No le dio tiempo a responder, en menos de medio segundo sus pies perdieron el contacto con la madera que cubría la superficie, un sonido metálico invadió la recamara, el báculo del monje yacía en el suelo en donde se suponía que debían de estar sus pies.

    —Suel…tame…Calma…te—Tartamudeó el monje con un hilo de voz, la mirada penetrante del ambarino provoco la baja de defensas en el joven, era su amigo pero inexplicablemente su mirada no demostraba serenidad.

    —¡¿Qué me calme!? ¿Cómo narices quieres que me calme?, dime ah, houshi-sama—Expresó sarcástico e iracundo el hanyou, sus ojos ambarinos presentaron un color dorado profundo. Nuestro querido bonzo llego en un mal momento en el tercer paso, Ira.

    La desesperación y el miedo proveniente de su amigo inundo sus fosas nasales, se contuvo por las reacciones del joven que apaciguaron su enojo e intento calmarse, en ocasiones su temperamento no ayudaba mucho.

    Pronto dejó descender el cuerpo de su amigo dejando así que sus pulmones se llenaran nuevamente de aire, lo dejo sentado en la cama donde se encontraba él anteriormente para circular de manera relajada el oxigeno por su sangre.

    —Perdona Miroku, me deje llevar—Se excuso apenado el chico—Un momento ¿Qué haces aquí? —Interrogó confundido. Supuestamente lo vería dentro de una semana no allí y menos ahora, era sorprendente verle allí, en su cama, un poco más calmado por el atentado recibido hace unos segundos.

    —Se adelanto el viaje, es todo...y ¿Qué pasa contigo? —Confesó el aludido recuperando el color en su rostro.

    —Bueno, ¿sabes del emblema que me dio mi padre a los diez años? —Su amigo asintió ante la interrogante—Hay un pequeño problemita con ello—Miroku le vio con duda—Yo no sé donde lo deje, se podría decir que lo…perdí—Finalizó el joven, resignado a lo que sucedió, simplemente dio esas dos horas como tiempo perdido. Así culmina el ciclo con la Aceptación.

    —Wow, bueno, solo te digo algo amigo del alma, que tengas suerte buscando—Comunico su “buen amigo”, mientras recogía su báculo del suelo. Al levantar la mirada se encontró de frente a frente con la mirada tétrica del ambarino. Tragó duro.

    —Pues, ¡tú me vas a ayudar! Querido amigo—Aseguró el hanyou con cierta molestia en su voz y rostro, tomó del brazo al monje y lo arrastro por toda la casa hasta sacarlo de la misma diciéndole a su madre que irían a conocer el pueblo. Su mirada no era amable ni apacible, estaba molesto muy molesto, inexplicablemente existe una regresión en los pasos, de nuevo Ira.

    &.

    El Sol llegó a su punto más alto en el cielo azul, indicando que el medio día ya había arribado en el pueblo; la temperatura subió considerablemente, el cielo estaba despejado y la intemperie permitía a plenitud la incidencia de los rayos solares en la piel de los habitantes.

    Una joven se encontraba guardando las cosas de su trabajo. Con ese calor estaba pensando seriamente en vender bebidas en vez de tortas. Llevó lenta y apaciblemente las cajas a su casa, su compañera se retiro con la excusa de visitar a su padre. Envidió por un momento a su amiga, al menos ella tenía la dicha de tener un padre.

    No comprendía del todo como Sango la admiraba a ella, por Kami ¡¿a ella?! , definitivamente era ilógico. Ella admiraba a Sango, una chica que vive rodeada de hombres que sabe salir adelante sola, que prácticamente la crio como su madre hermana, eso sí era de admirar; no a una niña tonta, que supuestamente maduro temprano por la pérdida de sus progenitores. Todas esas sarta de cosas eran patrañas, solo era hipócrita por decirlo de alguna u otra forma, aparentaba que las cosas no le afectaban cuando en realidad se partía el cráneo con tanta angustia y tristeza, al menos tenía el consuelo de vengar la muerte de sus padres, solo era cuestión de tiempo. Dentro de poco lo enfrentaría era un presentimiento.

    Decidió dar un corto paseo por los alrededores, se sumió en sus cavilaciones. Sin darse cuenta estaba a la entrada del reino; tranquilamente se acerco a un árbol con una refrescante sombra provenientes de sus frondosas ramas, se encamino al tronco del mismo. En los límites del paso de carruajes algo capto su atención, un palpitar metálico y centellante invadió sus corneas, se inclino a recogerlo. Vio detalladamente el objeto en sus manos, frunció el entrecejo, conocía esa pieza pero le era difícil recordar de donde: Era una pieza fina quizás de oro blanco o plata los cuales formaban una enredadera, en el centro una flor esculpida en rubí.

    Un galope manso y sereno se acercaba lentamente a la entrada del reino este iba de salida. No supo porque pero se inquietó, depositó el objeto valioso entre sus ropas, escondiéndolo así de ojos curiosos. Un notable sonrojo surco descaradamente su rostro, no podía ser que algo así existiera en ese lugar, era increíble.

    —¿Qué hace una joven y hermosa damisela por estos lares y sin un escolta?—Pronuncio sensualmente un joven de apariencia de Adonis bajando elegantemente de su corcel.

    &.

    Una brisa fresca acarició su rostro, regalándole la tranquilidad que necesitaba en ese momento. Se dedico toda la mañana a buscar el emblema, y la ayuda de Miroku no era muy efectiva solo se la pasaba cortejando a jovencitas. Llegó a un punto en el cual se daría por vencido pero la cara escalofriante de su padre se le aparecía en la mente, un escalofrió tétrico recorrió sus extremidades. Si su padre se enteraba de que lo perdió recibiría un buen escarmiento.

    —Inuyasha…Inuyasha—Llamó un joven pelinegro al hanyou que se encontraba distante—¡Inuyasha! espabila—Exclamó el monje despejando de su retorcido pensamiento al aludido.

    —Ahh si Miroku luego vamos a comer—Dijo el ambarino reaccionando de su extraño letargo.

    —¿Comer?..Viejo eso te lo pregunte hace más de media hora y no me respondiste—Expresó sin entender las cosas que decía su amigo—Estas pálido ¿no estarás enfermo? —Indagó preocupado el monje por el semi demonio.

    —Bueno enfermo no estoy, no soy débil como los humanos—Respondió Inuyasha dejándose llevar por su arrogancia por así decirlo— ¡Feh! Déjate de idioteces Miroku—.

    Caminaron un poco mas por la aldea mientras Miroku negaba con la cabeza por la actitud de su amigo, “Nunca cambia” expresó para sí el chico. Continuaron con su extenuante búsqueda del emblema, al menos para el ambarino era así el oji azul era otra historia…

    —Hermosa jovencita ¿sería la madre de mis hijos? —Coqueteó el bonzo, tomando suavemente la mano de una pueblerina que caminaba por el sendero cercano a donde ellos estaban. Un poco más lejos se encontraba su amigo mirándolo reprobatoriamente.

    —Señora a vis…—Intento pedir lo mas amablemente que pudo el chico pero nadie le escuchaba—Por Kami es inútil, a este paso no me dirán nada y menos siendo un hanyou—Refunfuñó el joven peli plata obstinado de que lo rechazaran por ser lo que es—Mejor le digo a Miroku que lo busque—.

    &.

    Caminaba alegre de regreso a su casa. Visitó a su padre y a los exterminadores entre ellos su hermanito que estaba aprendiendo a ser uno. Su padre insistió en darle unos víveres para la cena, incluso lloro un poco por el hecho de que su pequeña ya había crecido y era muy responsable por quedarse con su amiga, buena admitía que las dos eran muy independientes, pero nadie le impedía consentir a su nena.

    —Esto si pesa—Dijo la castaña sujetando con un poco mas de fuerza la canasta en sus manos…*mi padre exageró, ¡esto es comida para un mes!* pensó la joven con una gota estilo anime bajando por su nuca.

    &.

    Un joven con vestimentas de monje caminaba muy tranquilo por el pueblo, iba silbando una tonada algo pegajosa y en vez de ayudar a su amigo en la tan importante búsqueda se dedicaba a cortejar a hermosas jovencitas del reino…hoy conocerían a Miroku como el cazanova del Reino Shikon.

    —Hermosa doncella, ¿no le dolió al caerse del cielo?—Cuestionó coquetamente un pelinegro a una chica.

    —No debería hacer eso, es monje—Le contestó la joven a manera de regaño y luego se retiro un tanto enojada por el atrevimiento.

    —Wow…bueno no con todas se puede—Adjudicó el chico un poco extrañado por su intento fallido de cortejo.

    Decidió dejar a un lado sus insinuaciones y por fin dedicarse a buscar el dichoso emblema. El ambiente era cálido lo más caluroso del día pasó hace unas horas y estaba entrando la tarde al reino y la fresca y tenue brisa acariciaba la piel expuesta de sus habitantes. Una mirada a un frondoso árbol le dejó atónito, sus corneas vislumbraron una imagen que no parecía real.

    —Increíble—Murmuró anonadado mientras se frotaba los ojos creyendo que estaba imaginando ante semejante belleza frente a él. A paso lento pero seguro se acercó a lo que lo dejo en ese estado y procuro mantenerse tranquilo y sereno.

    &.

    El susto solo fue eso un susto. Se alarmó por quien se le acerco pero al verlo no pudo evitar sonrojarse, era lindo no lo negaba pero nunca podría sentir esas mariposas revolotear en su estomago por como lo haría por ese chico que le moviera los pies fuera del planeta.

    —¿Qué hace una joven y hermosa damisela por estos lares y sin un escolta?—Pronunció sensualmente un joven de cabello castaño corto con unos ojos almendrados, con una cara algo inocente y dulce mientras bajaba de su corcel.

    —Su alteza—Dijo sutilmente la azabache mientras de una manera un tanto apresurada se daba la vuelta y realizaba una leve reverencia.

    —Levanta Kagome, deja de decirme “alteza” ¿sí? —Pidió amablemente el joven príncipe mientras se acercaba a la chica ya erguida.

    —Lo siento Hoyo, es que eres el príncipe ¿cómo quieres que haga?—Acusó amablemente la joven regalándole una sonrisa.

    —Que me digas Hoyo tal y como lo hiciste en este momento—Anunció el joven al corresponderle la sonrisa y mirarla directamente a los ojos, una mirada especial.

    Kagome no pude evitar soltar una risa un tanto nerviosa. El príncipe siempre la quiso como algo más que amigos pero ella no. Muchas pueblerinas le decían que siendo ellas se casarían inmediatamente con el joven y apuesto príncipe “imagina la alcurnia que poseeré si me desposo con el príncipe” decían muchas, ella no quería aprovecharse de Hoyo y menos de semejante manera le quería mucho pero no le amaba, eran cosas muy distintas.

    —Así que vas de visita al reino Sengoku…que extraño el Rey…digo tu padre nunca te dejo ir allá—.

    —Es extraño pero al menos estrecharemos lazos y será lo mejor…—Pronunció distante el castaño—Mejor me voy de una vez. ¿Segura que no quieres que te lleve a casa? —Indagó amablemente mientras subía a su corcel de color blanco.

    —Segura. Todavía no ha caído la noche y no vivo muy lejos—Respondió con una sonrisa en sus labios.*Kagome tienes una hermosa sonrisa* pensó su joven alteza galopando lentamente hacia la joven y agacharse un poco de su montura, intentando alcanzar la altura de la chica.

    —En ese caso bella doncella me daría un recuerdo para el viaje—Dijo mas como orden que como pregunta el chico a estar a casi la misma altura.

    —Que le vaya bien en su travesía alt...Hoyo—Corrigió dándole un beso en la mejilla—Gracias por tu agradable compañía—Agregó ella al separarse. Se retiro del lugar y escucho el galope rápido del corcel alejarse en la dirección contraria.

    Observo como el Sol se postraba por el horizonte, en su rostro surco una sonrisa un tanto triste *Mamá, Papá los quiero*pensó la chica mientras una suave brisa le acarició el rostro, sus padres también la querían. Deseó quedarse a ver como el atardecer desparecía en la solitaria noche. Pero ella era la que se encontraba sola, allí en la entrada del reino, apresuro el paso para llegar más rápidamente a su destino.

    &.

    Durante todo el día buscó en vano, era inútil le perdió.

    —¡Feh! Estúpido emblema, ahh mi padre me va a matar—Suspiró resignado.
    No podía hacer nada para evitarlo, solo una cosas de esas llamadas milagros lo ayudaría.

    Cuando la tarde hizo su aparición decidió dormir un poco, se durmió en un árbol grande, muy frondoso y que tenía un aroma algo dulzón, como a tres o cuatro metros del mismo se encontraba una pequeña tienda. No le prestó mucha atención y se dedico a dormitar un rato, el descanso le haría bien a su cuerpo.

    No pasaron más de treinta minutos, cuando no muy lejos del árbol una figura fémina caminaba algo presurosa por los caminos de tierra. Se le hizo tarde y no podía evitar sentirse asustada, sintió un inmenso alivio al ver al Goshimboku, eso quería decir que estaba en casa.

    —¿Habrá llegado Sango? Bueno no tiene nada de malo que se quede hoy con Shako-sama—Susurró sonriente, no tenía nada de malo estar con los seres queridos, cuanto quisiera ella poder hacerlo, por eso no privaría a su amiga de semejante dicha.

    Suspiró un tanto melancólica. Se acerco al Goshimboku, la noche ya caída no la dejaba ver bien al mismo, pero no le importo. Adoraba a ese árbol, cada vez que se sentía a morir con una mirada bastaba para que eso se le pasara, siempre le brindo una paz desconocida y al pasar del tiempo se dio cuenta de que tenía un aura espiritual que servía como escudo, las personas que estuvieran cerca del árbol no se detectaban su aura se mezclaba con la del árbol misma y eso era lo que brindaba paz.

    Se recostó en el verde pasto recostado su espalda al troco de su adorado árbol, respiró serena y relajada. Ese árbol le daba paz pero en ese instante le brindo un halo de protección que no sentía hace mucho, dejó que sus defensas se bajaran considerablemente se desprendió de sus preocupaciones terrenales y se sumió en un profundo y tranquilo sueño.



    ***************************

    kagomeG: Si ya crecieron. Una correccion Inuyasha tiene 20. Sango 20. Miroku 22. Kagome 18. Hoyo 19. Sesshomaru 23....las otras edades son de los adultos asi que luego se dira.

    kagomeXinu: Gracias por pasarte y bueno creo que seguire haciendo sufrir a Iza un poquito mas. solo un capi mas estodo. Tranqui siempre hay dificultades...y no todo sale como se planea ¿verdad? ...

    karenine: Tiempo sin saber de ti... dire que todavia falta un poquitin para que se conozcan le quiero dar un toque bizarro al proximo capi...

    Izayoi sama: Querida...gracias por animarme..y si se entiende un poquitin tu molestia. Creo que entre Yuuko y Tú tendran que hacer algo para que yo me digne a que ellos se conozcan. Te juró que en el proximo capi se conocen porque se conocen, hasta yo me aburro de tenerlos separados...pero no encontraba una manera de hacer que se conozcan...quiero que el que viene tenga un tipo de humor y dejar un poco lejos el sufrimeinto y drama de la historia...tengo muchas ideas retorcidas en mente...jeje.
    Se aceptan tomatazos, amenazas, torturas emocionales, criticas...pero eso si no cumpaln ninguna sino ¿quien continua el fic?...jeje Sayo...matta nee.

    PD: ¿mejore en la acentuación en pasado? ojala que si espero su respuesta...
     
  3.  
    karenine

    karenine Entusiasta

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    Re: La Sonrisa de una Dama (inu&kag)

    ooLa!! :rosa:
    wow se encontro el emblema!!:D pero me preocupa.. sabiendo como es Inu capaz qke la acusa de ladrona xD
    y kiero ver a Miroku en accion ;P
    ¿como encontrara Inuyasha el emblema? ¿preguntandole, encontrandolo, ROBANDOLO? omg :O
    me alegra pasar por qki de nuevo :llorar1:
    yo no te dare tomatazos, criticas ni amenazas pero lo de tortura emocional suena bien :) *perverso*

    espero la conti :saltarin:

    sayo;* (L)
     
  4.  
    miko kagome

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    Re: La Sonrisa de una Dama (inu&kag)

    hola!!!!!
    disculpa por no haber leido antes tu fic T_T
    me gusto mucho el capitulo ^^
    cada vez Inuyasha y Kagome estan más cerca de conocerce!!!
    ya quiero que eso suceda
    me diverti mucho con la parte donde Inuyasha casi mata a Miroku jajaja
    además creo que Miroku ya conocio a Sango n///n
    y como Kagome encontro el emblema de Inuyasha y creo que ambos estan dormidos en el mismo arbol pero de lado contrario, se que ellos tambien se conoceran muy pronto!!!
    estoy muy impaciente por que eso pase ^^
    espero la contiiiiiiii
    bye n_n
     
  5.  
    Kai

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    Re: La Sonrisa de una Dama (inu&kag)

    Recuerden asteriscos *,* = pensamientos.

    Capítulo VIII: Extrañas coincidencias. (Parte I)


    El crepúsculo hizo su aparición, los matices naranjas y violetas se dibujaban con sobriedad en el despejado cielo. Lo miró enternecida, quiso estar en lo que conocía como hogar, con su amiga-hermana, lanzó un suspiro resignado a la nada, esperando que le llegara como una suave caricia. La melena castaña se meció levemente con la gracia del viento a la vez que una lágrima se resbalaba por su mejilla, reflejando impotencia.

    —¿Disculpe? —Indagó una aterciopelada voz a sus espaldas. Dio la vuelta sobre sus talones pausadamente sin siquiera pensarlo, de una u otra manera esa voz le brindó confianza.

    Se acercó a la imagen netamente perfecta que sus ojos pudieron apreciar, a pasos lentos pero seguros decidió interrogar de manera sutil y encantadora *como todo un cazanova* pensó retraído de la cotidianidad. La apariencia delicada y cautivadora frente a él lo dejó mas atontado de lo que estaba *¿cómo si eso fuera posible?*. La medida exacta de caballerosidad verdadera hizo mella en él, por esa figura fémina, esculpida y perfecta olvido su faceta de mujeriego.

    —¡Atrevido! —Chilló la joven castaña acertándole una sonora cachetada al sentir la mano del monje en un lugar indebido. Quizás no olvido su faceta.

    Con una mano posada en su ya roja y ardiente mejilla se disculpó un centenar de veces, acusando que su mano estaba maldita, que cobraba vida propia, y en su mejilla acabaron dos golpes más.

    —De verdad lo lamento, quise ayudarte…es que vi que llorabas y bueno jeje…la carne es débil ¿no? Y más con una encantadora chica frente a mi—Elogió el bonzo provocando un imperceptible cosquilleo en la joven, un leve tono carmín decoro sus mejillas. Su coqueteo se vio interrumpido por el cambio en el rostro de la doncella.

    —Ya no importa…Dígame su excelencia ¿tiene donde quedarse? —Cuestionó con una sonrisa alumbrado su rostro. El chico levantó una ceja de manera muy comprometedora *ya calló a mis pies*Pensó alegre—Ehh no, no piense mal,… es que ya anocheció… y pues la casa de mi padre está cerca y… no sé si usted quiera…ehh…después de todo yo sola no..Bueno yo—Tartamudeó la joven nerviosa, no se enojó solo le dio por ser amable ¿Qué tenía eso de malo?.

    —Descuida…Bueno si no es molestia, si me gustaría quedarme en su casa ¿señorita? —Accedió el bonzo, dio un suspiro, se adelantó a los hechos estaba loco si pensó que esa chica después de darle una cachetada estaría con él de esa manera.

    —Sango. Bueno si lo le molesta ¿me ayuda con los víveres? Es que me pesa un poco, son muchos—Aclaró la castaña tendiéndole una de las canastas. No sabía por qué, pero esos encargos le pesaban y su Hiraikotsu no, ironías de la vida.

    —Con gusto. Miroku, un placer conocerla señorita Sango—Dijo al momento de coger la canasta y seguir a la fémina que lo guiaba por el pueblo.

    El trajín fue lento y amistoso, uno que otro silencio sentenciaba de vez en cuando una incomoda conversación y tanto el monje como la taijia agradecían ello. La noche ya había caído y ninguno de los dos pudieron evitar preocuparse, bueno mas la chica por alguien en particular.

    —*Por Kami, que Kagome esté bien y no haga una locura*—Rezó mentalmente la castaña al pisar el territorio de su padre y haciendo gesto de exorcismos.

    —*Inuyasha ya debió haber llegado, está grandecito*—Caviló el monje con una sonrisa serena en su rostro siguiendo muy de cerca a la joven.

    —Vaya esto es una casa de taijia´s, un momento…¿tú eres una taijia?

    —Cuestionó sorprendido. *Con razón golpea tan fuerte* pensó sobándose su antes afectada mejilla.

    —Si lo soy, es extraño que una mujer lo sea, pero aquí me ve—Respondió con una sonrisa un tanto ausente del cuestionamiento.

    —¿Estás bien? Te veo distante Sango—Preguntó evidentemente preocupado.

    —Excelencia…—Susurró un tanto sonrojada—Si, es que yo vivo con una amiga y bueno como no llegue, me preocupa que algo le pase—Soltó en un suspiro.

    —Le encargo a su amiga la señorita…

    —Kagome—.

    —Le encargo a la señorita Kagome a buda. Que la cuide hoy y siempre—Rezó el monje con su habitual tono de seriedad encargándose de parte seria y correcta de su trabajo y modo de vida.

    —Muchas gracias su excelencia, así no me preocupo por ella—Agradeció la joven chica con una leve inclinación en tono de respeto ante esa figura servidora de buda.

    —No hay de qué. Es mi trabajo y lo hago gustoso—.

    —En algo coincidimos, yo adoro mi oficio, lo llevo en la sangre—Corroboró en concordancia con el bonzo.

    Se infiltraron en la casa adosada, muchas partes de la fachada tenían restos de demonios la gran mayoría eran huesos y pieles, era admirable saber que todavía ese tipo de familias existían, tan unidas y por sobre todo gracias a un bien común.

    —Nee-san, pensé que estarías con Kagome-ne—Dijo un chico de unos doce años, con cabello negro y algo pecoso acercándose a la pareja.*

    —Yo también, pero se me hizo tarde y aquí me tienes—Respondió señalándose a ella misma con ambos brazos—El es Miroku un monje de oficio y se quedara hoy acá, excelencia el es Kohaku mi hermanito
    —Presentó la castaña a los individuos cuando vio la duda implantada en ambos.

    —Hermano—Corrigió el joven por el apelativo dado.

    —Ya Kohaku, está bien mi hermano—Pronunció lentamente obteniendo una sonrisa de satisfacción de parte de su hermanito, no podía evitarlo eso era y siempre lo vería así.

    Cada cosa era increíble, cada palabra le sorprendía más y más, la familia de esa chica tenía historia y mucha. La noche ya había caído hace unos veinte minutos y el padre de esa chica era realmente amable, ya tenía a su futuro suegro ganado. De manera apacible entre risas y relatos anecdóticos la gran familia cálida y consciente de sus relaciones, mantenían la armonía y serenidad simplemente creando un ambiente perfecto.

    &.

    La agitada tarde que había tenido sí que le afectó, estaba algo cansado e incluso le hizo alucinar con ese adorable olor a jazmín que tenía grabado a fuego en su memoria, simplemente no le prestó atención solo creyó que era otras de sus extrañas alucinaciones. Sintió un leve cosquilleo en sus piernas, las movió levemente creyendo que era un entumecimiento pero no lo era, resultó ser algo enrollado en su pierna, abrió los ojos sorprendido era una culebra o algo similar la arrojó fuera de sus pies cayendo justo debajo de él. Se dispuso a dormir nuevamente sin prestar mucha atención a lo acontecido, estaba muy cansado como para dirigirse a su casa y esa rama la encontró sumamente cómoda.

    —¡Ahhh! ¡¿Qué es esto?! —Chilló una voz fémina debajo de él, fue de una manera tan estridente que se despertó de golpe, perdiendo el equilibrio y cayendo se súbito al duró y frió suelo.

    —Duele—Musitó un tanto disgustado despegando la cara del suelo, encontrándose esta con partículas de tierra. Miró de reojo de dónde provino el grito que lo hizo caer.

    Una joven de tez clara de ojos marrones y dulces como el mismo chocolate respiraba agitadamente con algo serpenteante recorriendo libremente su pecho y acercándose de manera amenazante a su rostro, le soplaba en un intento desesperado de que esa cosa que no sabía qué era se alejara de ella, torpemente cerró los ojos rogándole a Kami que algo le quitara esa cosa asquerosa de encima.

    Extasiado miraba a la chica, con las mejillas coloreadas en un tierno color rojizo a causa del susto y nerviosismo en ella, su cabello azabache cayendo libremente por sobre sus hombros, algunos de los mechones de su destruida cola se enroscaban cómicamente al final de su divertida caída.

    Aprovechó el momento en que la joven cerró los ojos para acercarse con mucho cuidado a ella y quitar esa cosa que le perturbaba.

    —Ya está, se fue—Notificó el albino, al haber apartado eso de ella, de manera muy delicada realizó la acción no quería tocar donde no debía, sin querer sus garras la rozaron y se le congeló la respiración, aun así la chica estaba tan concentrada en el miedo que poseía que no se fijo en lo acontecido.

    —Gracias—Musitó a penas en un susurró casi inaudible, originado por el miedo sentido—¿De donde saliste? —Preguntó un poco más tranquila.

    —Bueno, estaba en la rama del árbol y tú abajo si no me equivoco—Adjudicó el albino a modo afirmativo sentándose al lado de la chica y recostándose al lado de está.

    —Si te preguntas por qué no sentiste mi presencia y yo no sentí la tuya es por el árbol, a ciencia cierta no sé el porqué pero es así—Respondió la joven miko, aclarando la duda que le había surgido al ambarino.

    —Ya veo, sabes es muy tranquilo este árbol, por eso me dormí—Explicó sensatamente el chico, no supo porque pero se sintió en confianza de hablar con ella, sin ninguna restricción de por medio.

    —Bueno, a mí también me dio sueño, por eso me dormí. Disculpa por no haberlo hecho en una rama contigo pero es que no se escalar—Contó en broma la chica, arrancando una sonrisa en el joven—¿Qué era lo que tenia encima? —Cuestionó mirándolo a los ojos, quedándose perdida en esas lagunas doradas y él en ese río de chocolate.

    —Pues esto—Dijo extendiendo su mano a la altura del pecho femenino mostrando una figura serpenteante en esta moviéndose cómicamente.

    —¿Un cien pies? —El chico asintió—Tanto alboroto por un insecto—Se cercioró la joven soltando un bostezo e inclinándose sin percatarse al hombro masculino, recostando su cabeza en este—Me llamo Kagome ¿y tú? —.

    —¿Así que juego de niños eh?. Yo me llamo Inuyasha—Contestó con los ojos cerrados para evitar que viera el nerviosismo en ellos. Tener contacto con esa chica le enterneció, ese sentimiento de protección que le surgió hace algunos años volvió con más intensidad y ese olor a jazmín provenía de ella, sin lugar a dudas era ella.

    —Sí. Tu nombre te queda bien—Corroboró la chica sonriendo en señal de confianza, no pudo evitarlo después de tanto se sentía protegida.

    —Por hanyou—.

    —No por perrito—Respondió entre risas por la cara de disgusto del joven—No te enojes es verdad, tienes unas orejas muy monas—Dijo atreviéndose a tocarlas, eran suaves y esponjosas; él no negó al tacto en cambio le agrado, por un momento pensó que le lastimaría como todos pero no, ¡dijo que eran monas! Solo si madre le había dicho eso y esa chica que le acababa de conocer lo hacía como si nada, era increíble *me alegro de haberme mudado* pensó soltando un bostezo.

    —Mejor vamos dentro de la casa, después de todo es tarde, no es bueno que nos quedemos aquí, capaz y pillamos un resfriado—Sugirió la joven miko, levantándose del suelo e irguiéndose siendo seguida inmediatamente por el hanyou.

    —Feh, yo no me enfermo fácilmente, no soy un débil humano—Dijo altivo y arrogante recuperando su barrera habitual.

    —Que grosero ¿sabes? —Dijo extrañada por esa rara aptitud—Recuerda que yo sí soy humana. Vamos—Riñó la doncella tomándole de la manga para dirigirle dentro de la casa. Él no rechistó y no sabía por qué pero confiaba en él como no lo hacía en años.

    Bromas extrañas y basadas en temas bizarros eran las que realizaban los jóvenes dentro de la casa, el hanyou sintió curiosidad por la repostería y terminaron llenos de harina por la necedad del mismo. Se vieron obligados a tomar un baño, ella se colocó un camisón oscuro mientras que él usaba ropa perteneciente al padre de la fémina. El baño dado les dio hambre e hicieron algo rápido para picar, con el estomago lleno y el corazón contento se fueron a dormir, ella en su habitación y él en una de huéspedes, muy a gusto se durmieron rápidamente, sin importar porque sentía como si se conocieran de toda la vida.

    *********************************************************************

    (N/A.I)Hola lindas…y chicos si es que los hay jeje (Loca, solo di hola y no corriges) deja de ser tan dramática, siendo tú la que no saluda (feh) no copies eso es de Inu-bello.
    (Okey, después de tanto está loca pública y al fin yo salgo a la luz en uno de sus fics, un placer soy Shiu su inners) Así es lamento la demora snif snif…es que ando con las clases a full, aquí en Vzla por una serie de cosas políticas empezamos las clases como tres semanas después (y ahora los profesores para recuperar clases, todos hicieron un complot en hacer los exámenes durante toda una semana, la semana que arriba estamos full de pruebas, ensayos, exposiciones, y todo los que se les ocurra para evaluar) Incluso nos preguntan las normas es “un manual de conveniencia” con mas artículos que una constitución, y quieren que no los aprendamos con punto y coma, hasta con acentos snif snif TT.TT (y como ella se lleva tan bien con los acentos, se imaginaran ¬¬) Es verdad.
    Lamento la demora se que no hay excusa pero me tengo que poner en corriente y no quiero aplazar…Si me tardo saben el por qué y les recompensare en la manera que me sea posible (Hasta yo le ayudareCreo que me extendí mucho y lo siento es que quiero que estén al tanto de mi (tiene el autoestima media) al menos no es baja [​IMG]. Gracias por leerme y tenerme paciencia.
    Una pregunta (se quiere cambiar el Nick y quiere saber ¿Cómo?) Bueno aparte de eso ¿Saben como se dice luna llena en japonés? Es que eso significa mi nombre y que mejor seudónimo que ese (si ven que kag love Inu no sale, no se asuste se cambio el Nick a como se escriba luna llena) Asi es sino será Nekko-nee san, si preguntan el por qué es que lo quice poner al inscribirme pero no pude y me quede asi jeje.
     
  6.  
    Kourei

    Kourei Acosando a Gray-sama (kagome-chan) ;D

    Tauro
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    Re: La Sonrisa de una Dama (inu&kag)

    Amiga, un gusto de verte por fin :D Me gusta la historia aunque a veces la siento un poco espesa (Mucha narración, sobrecarga de detalles) Es lindo ese modo pero a muchos no les gusta porque pierden el hilo de lo que está sucediendo. Lo que puedes hacer es un pequeño resumen, como el siguiente ejemplo:




    Ok, me quedó mal trecho el resumen xD Pero es una base de la idea, este es el párrafo con el que comienzas, en realidad está bien del modo en que está pero en relación a todos los demás debe ser resumido. (Y además a Iza le dio flojera buscar otro que modificar) ^^U Prosigamos… Cuando tienes muchos párrafos puedes describir como siempre haces pero recuerda no sobrecargar todos a la vez, lo que quiero decir es que en el primero está bien, al segundo puedes hacerlo más sencillo o bien resumirlo, el tercero normal y según un orden que no haga muy densa la lectura.

    Me pareció muy extraña esa confianza entre InuYasha y Kagome O.o como que no vi a Inu-lindo siendo así… (Soez, ¿No que manejaba bien el personaje?) Si, va bien y no ha incurrido en mucho OoC pero yo siendo que la confianza tan pronta está rara, y más si no está con su maleducado lenguaje… (Tú lo criaste así ¬.¬) ToT es que se me escapaba… Y ahora sobre tu nick… tienes que pedírselo a uno de los administradores por medio de mp (La verdad no sé si también las líderes pueden hacerlo…) Y de Luna Llena no me acuerdo (Sí lo sabía xD) Revisa la tercera película de InuYasha en japonés y ahí lo mencionan. Y si ese nick anterior de nekko nee-san no salía es porque ya estaba creado xD Aségurate que nadie lo esté usando.
     
  7.  
    karenine

    karenine Entusiasta

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    ooLa!!
    otra vez lo cambiaron ¬¬ y aparte kitaron la fuente century gothic qke es la qke uso :( y ya no c qke caritas ai Q.Q
    pero vamos a l de tu fic:
    :E ya se conocieron las parejas!!!! y Kagome e Inuyasha estan en casa.. solos... "dormidos" no mentiras jeje xD pero en fin ..solos.. (6)
    ya kiero ver la conti :) tanto qke espere para qke se conocieran pues qkiero ver colmo se llevan, y Miroku anda con el suegro x)

    espero la conti:D

    sayo;* PD: aando en pijama :3
     
  8.  
    Kai

    Kai Usuario VIP

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    La Sonrisa de una Dama (inu&kag)
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    Aventura
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    Capítulo IX: Extrañas coincidencias (Parte II)

    Sudoroso y preocupado se levantó de la cómoda cama al lado de su esposa, ya había tenido esa conversación con ella y era que no se preocupara por su retoño como ella le decía, pero era para que se calmara él, también estaba preocupado. Era de locos que siendo su padre no se preocupara por ese loco que tenia por hijo, temía que terminara en un calabozo con lo mano suelta que era por no decir grosero y altanero hasta con su padre.

    Con un suspiro de resignación abandonó sigiloso tal cual ladrón la recamara, se colocó algo semejante a un abrigo para el endemoniado frío y en puntadillas se marchó en busca de su hijo y su amigo que también estaba perdido.

    --Esté niño, siempre preocupando a su madre--Recriminó bajito el daiyoukai intentando convencerse a sí mismo que no estaba preocupado. Cuando en realidad se preocupaba más que su esposa.

    Fue en busca del monje, lugares predecibles en donde estaría seria en burdeles o algo semejante. Grande fue la sorpresa al captar el olor del susodicho en dirección contraria a donde él pensó. Enarcó una ceja en señal de confusión y sin más se dirigió a paso veloz a ese lugar.

    Una casa adosada se asomaba por sobre el muro de madera. Un silbido de sorpresa escapo de sus labios y sus sentidos se alertaron al saber de que estaban hechos los adornos: de youkais. Relajado e imponente siguió su camino, era poco menos de la media noche no quería asustar a los habitantes de esa casa con su presencia, poco faltaba para llegar a la puerta y hacer el llamado pero algo le llamó la atención…

    --¡Es un pervertido!¡Monje desvergonzado!--Escuchó como chillaba una mujer seguida de una sonora y muy probable dolorosa cachetada.

    --No cambias Miroku, por eso Inuyasha dice que de monje solo la ropa--Intervinó el daiyoukai viendo la risueña escena. Una chica castaña con los brazos cruzados dándole la espalda a un joven de ropajes morados con una mano marcada en su mejilla suplicando el perdón de la chica.

    --¿Qué hace un gran daiyoukai por mis aposentos?--Interrogó serio el dueño de la casa y jefe de los taijia: Shako, también conocido como el padre de Sango.

    --Digamos que busco a un desvergonzado que tiene por invitado--Aseguró con una sonrisa apacible en el rostro, señalando al pobre monje que mendigaba perdón.

    --Si se refiere al bonzo que corteja a mi hija, no molesta aquí--Contestó ya más sereno por la sonrisa demostrada--La verdad divierte que moleste así a Sango ¡¿verdad chicos?! --Concluyó extendiéndole la mano al peli-plata siendo correspondido. “Si” respondieron los chicos alrededor de la pequeña fogata.

    --Un gusto Shako, jefe de los taijia--.

    --El placer es mío, InuNo, un recién llegado--Se presentó el mayor agitando la mano dada a modo de saludo.

    No se hizo esperar, luego de ser ignorado más de tres veces se dirigió a quien era su cuidador: InuNo. Levantó una ceja confundido, lo más seguro es que Inuyasha fuera él que lo iba a… ¿un momento? ¡Inuyasha! Era cierto, ahora que lo recordaba había venido en la mañana con ese hanyou que tenia por amigo; por estar entretenido en esa hermosa joven de nombre Sango se olvido el hecho de que estaba con él. A paso lento se acercó al daiyoukai que hablaba tranquilamente con el padre de la hermosa joven, a trago duro toco levemente su hombro captando su atención.

    --Taisho-sama… ¿Inuyasha donde está?--Interrogó serio por la ausencia de su amigo. No recordaba en haber quedado verse en algún lugar pero con todas las jovencitas allí presentes era difícil concertarse.

    --Tú estabas con él. ¿Dónde está? --Aseveró el mayor tranquilamente, diciéndole con la mirada: si no aparece, eres responsable.

    &.

    Extasiado miraba a la chica, con las mejillas coloreadas en un tierno color rojizo a causa del susto y nerviosismo en ella, su cabello azabache cayendo libremente por sobre sus hombros, algunos de los mechones de su destruida cola se enroscaban cómicamente al final de su divertida caída. Un calor inevitable recorría su cuerpo, cosas de las que no debería pensar pasaban en su mente, el ciempiés en su pecho pasó a ser una escurridiza serpiente, el símbolo del pecado; esa cara angelical poseía un dejo extraño uno de tristeza. Asustado por la repentina cercanía de la femenina se fue de espaldas, hace un momento dormía plácidamente en una cama muy alejado de ella ¿Qué sucedió?, estaba de nuevo en el árbol, era ilógico.

    Una sonrisa traviesa y llena de paz le fue dedicada por los dulces labios femeninos, nervioso por la poca distancia entre ellos, retrocedió. Un fuerte dolor se vio impregnado en su espalda, un gran ardor le carcomió; un quejido escapo de sus labios y no entendió por qué lo hizo de una manera tan baja como evitando ser ruidoso.

    Enarcó una ceja confundido con su propia actitud, abrió los ojos levemente encontrándose estampado en el suelo, un dolor de cabeza le invadió y de una u otra manera no recordaba mucho más de la mitad del sueño que tuvo ¿o fue una pesadilla? ¡ni eso lo sabia!.


    Incrédula o lo que es lo mismo a quedarse con la boca abierta ante tal cosa le sucedió, entre asustada y agitada miraba con desconcierto al chico que había caído desde el cielo o desde más abajo, era lo mismo. Le vio refunfuñar cosas inteligibles, curiosa le miró incluso más animada que antes por el simple hecho de algo sumamente tierno le llamó la atención, ¡tenia orejas en la cabeza!; apenas siendo unos triangulitos plateados en concordancia con su cabello se asomaba. No era el momento de pensar en eso ¡¿y si era un ladrón o alguien que quisiera dañarla?!.

    --¡¿Quién eres?! ¿Qué haces aquí? ¡¿Qué quieres?! ¡¿De donde saliste?! --Interrogó la joven tan rápido que el chico se aturdió más.

    --Eso no te importa--Escupió--Escuche que aquí las “damiselas” eran amables pero no veo ni siquiera las damiselas--Lanzó encarecidamente como un ataque. Ni la mas mínima atención le prestó solo se preocupó en marchar de allí como qué nada pasó.

    --Pues me parece bien “joven”, si le molesta mi presencia ¿Por qué no marcha por donde vino?--Dedujo de lo más amable y sarcástica posible.

    --Eso estaba dispuesto a realizar pero tu tan agra…pestilente olor me lo impide--Procuró decir a modo de corregir.

    Ya mas despierta enarcó una ceja en gesto de confusión, ese chico iba a decir otra cosa en vez de pestilente pero ¿qué?, quizás no le fuera mal conocerlo mejor. Totalmente erguida se dispuso a marchar dentro de su hogar, ya era un hecho que Sango no llegó y no era extraño después de todo Shako-sama siempre le añoraba. Sonrió enternecida y el albino se percató.

    No le daba merito a su gran estupidez, por culpa de su nariz dejaría caer sus barreras, eso no era posible –sacudió la cabeza apartando el pensamiento-, aunque le parecía muy extraño que esa chica era muy similar por no decir igual a la de su sueño. Lo peor *o mejor* de la situación era que esa damisela despedía ese hechizante aroma que le tuvo, tiene y tendrá como loco, ese dulce encanto y sensualidad proveniente del jazmín.

    --¿Cuál es tu nombre? He preguntado ¿no piensas responder por maleducado? --Insistió la joven por cortesía ante la desfachatez del albino.

    --Dime el tuyo y quizás el mío conocerás--Habló con fluidez algo que no esperaba de su actuar.

    --Eres tú es que está en mi hogar, ese privilegio me lo debes de dar--Le siguió el juego gustosa, ¡hasta de la corona parecían!. Con esa manera fina de hablar y de dirigirse a los demás no era una sorpresa para ella pero qué más da.

    Receloso ante la conjetura tuvo que acceder, la joven del frente tenia la razón de ser.
    --Inuyasha Taisho--Dijo con fluidez.

    --Kagome Higurashi, es un placer--Con una leve inclinación demostró su educación pero la duda no la esperó.

    --Disculpa mi atrevimiento pero ¿no serás hijo de un daiyoukai que responde al nombre de InuNo? --No pudo evitar preguntar. Desde chica tuvo la sensación de que quien la consoló era él, solo le quería agradecer.

    Con los ojos como platos le miró, esa chica conocía a su padre pero una duda surgía, no solo eso, le carcomía ¿no tenían prohíbo los Taisho ir a ese lugar, como narices esa chica le conocía si era muy probable que no hubiera salido del reino donde habitada?.

    --¿Por qué he de responder? --Vaciló ante la duda. Con un gesto de gracia miró como la chica resoplaba y simplemente marcaba un ritmo con su pie, un tamborileo que le hizo entender.

    --No me diga si no quiere, no es su responsabilidad jo-ven--Gesticuló con ira--Imbécil, maleducado--Musitó con coraje al dar la espalda.

    --Sabes que te escucho--Afirmó el mayor, con sorna burla.

    --Si, por ello lo dije, mejor se larga que no quiero ir por mis flechas o pergaminos joven Inuyasha--.

    --Así que ¿me amenaza?--Concordó incrédulo.

    --Más que una amenaza es una advertencia. No me gusta la violencia, pero con su insistencia--Siguió ella sin tomar en cuenta que se iba acercando al joven. Inconscientemente claro.

    --En mi caso estaría más que dispuesto a probar sus habilidades--Dijo emocionado pero solo con una sonrisa superior a la joven le bastó.


    --Soy realmente buena he de admitir, en algún momento me encantaría probar mis habilidades contra un caballero, ya que aquí nadie se atreve a ello--Susurró de una manera desconocida para ella.

    --Pues es extraño que me diga caballero, normalmente soy “ese hanyou” --Pronunció abstraído de ella y sumido en su pesar.

    --A mi parecer, esas orejas son muy tiernas. ¿Puedo tocarlas? --Se atrevió en algo no muy suyo. Pero desde que era temprano quería socializar con un demonio como amigos no como combatientes.

    --Yo no..no estoy muy seguro de ello--Tartamudeo el hanyou con miedo de ser lastimado tal cual como lo hacían los niños en su reino.

    --No te hare daño--Aseguró sonriente. Provocando que un matiz rojizo atacara las mejillas masculinas--Por favor--Pidió en un susurro.

    Con un asentimiento de cabeza consintió el acto, como recompensa a ese honor según ella prometió ser rápida y cuidadosa. Con sumo cuidado se levantó en la punta de sus pies intentando alcanzar la altura deseada, ese joven le sacaba como mucho una cabeza, muy alto para ella; antes de llegar a su tan ansiado objetivo tambaleo, con sumo cuidado el joven se percató de ello, por miedo al contacto con el suelo le sujetó la cintura con sus fornidos brazos, el sonrojo se apoderó de ambos rostros. Un tomate les tendría envidia, y eso era mucho decir.

    --¡Ya lo encontré! --Se oyó a lo lejos.

    Por puro miedo a ser descubierto solo se ocurrió algo sencillo, que ella se enojará, eso funcionaria para apartar las malas ideas, aunque estás pudieran ser certeras. Liberó la pequeña cintura que se adaptaba a sus brazos, con brusquedad la aventó a un lado, como resultado de no medir su fuerza: la chica trasvió con sus pies y el vestido largo, una raíz se atravesó y el golpe en seco se escuchó. Con el trasero adolorido y la rabia en su ser se levantó dispuesta a enfrentarlo, ¿justo cuando creía que todo iba bien!¡Justo cuando creyó que tendría un nuevo amigo! ¿Qué pasa? Este muy amable la estrella contra el piso.

    Ese Inuyasha Taisho la iba a escuchar.

    **************
    Nota: sé que se debe ver feo con los dos guioncitos pero cuando cpiaba y pegaba como mi teclado no lo tiene lo unico que salia era eso ¾ y creo que se veia muy feo con eso (¾) y le puse los dos guiones...
     
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  9.  
    Lucy J Watson

    Lucy J Watson Usuario común

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    estuvo increible
    recien leo todos los capitulos
    soy yo o me parece que había mucha rima
    pobre inuyasha porque yo se que cuando kagome
    se enoja de enserio es mejor estar en el infierno
    que enfretarla a ella y su ira
    bueno siguelo pronto y avisame
     
  10.  
    Kai

    Kai Usuario VIP

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    Supongo que el abandono de mi parte esta muy mal...Soy una mala madre (hablando hipoteticamente)
    nota: La cursiva son recuerdos.....lo que esta entre asteriscos * son pensamientos...
    Capítulo IX: Extrañas coincidencias (Parte III y última)


    Con gran rabia dentro de ella se levantó de súbito. No permitiría que le lanzaran así no más como cualquier trapo. Las mejillas se le arremolinaban en un tierno y delicado color carmín a causa de la cólera; respiró agitada y golpeteando un poco su talón derecho y con los brazos cruzados hizo expresar su enfado, mientras el otro se rascaba la cabeza en señal de ¿vergüenza?.

    —vUn sinvergüenza es lo que es…Idiotaproclamó bajito mirando la escena.

    Un joven con ropajes morados de monje se acercaba al trote donde ellos se encontraban; con algo de asombro le miró, normalmente la gente no desprendía un poder espiritual sin ser alguien respetable, la gran mayoría de los “bonzos” que ha tenido la dicha de conocer no lo eran. Sonrió enternecida, un monje amigo de un hanyou, le parecía lindo y bueno.

    Extrañada observó quien venía al lado –literalmente- del monje: Sango su amiga-hermana, la cual traía cara de pocos amigos y el cándido tenía una mejilla enrojecida. Parpadeó sin entender.

    Miroku, veo que te has ido de pintaSarcástico acusó al monje, sabiendo que él no se la había pasado tan mal.

    Bueno no soy el único que la ha pasado bien ¿o no?Siguió el tono de su amigo, estando al tanto de la femenina que reflejaba enojo en su mirar.

    Tú dirás, monje, tú dirásConsintió entendiendo lo dicho por su amigo.

    Miró extrañada a los chicos hablando tan amenamente, pero lo que captó de inmediato su atención fue quien venía más atrás de Sango; un aura fiera y poderosa una que ya había sentido de pequeña. Realmente agradecida las lágrimas acudieron a sus ojos, pugnando por salir, algo que no permitiría; por más que lo ocultará gracias a ese hombre de melena plateada y mirada cándida de color oro, tenía como mantenerse, poseía un recuerdo hermoso al cual aferrarse, gracias a ese tan bondadoso daiyoukai mantenía viva la esperanza, gracias a InuNo Taisho.

    Esquivo al monje que se había acercado “mucho” a ella, ¿en qué momento? Se preguntó. No supo si fue instinto o si fue casualidad pero antes de que las intenciones del bonzo llegaran a ser acertadas viró al lado opuesto de donde estaba y como resultado el joven se estampó –literalmente- contra el pobre árbol.

    Bien merecido te lo tienesdijo a burla el hanyou. Se sintió aliviado de que Miroku no logrará su objetivo, repentinamente se sintió un tanto ¿celoso?.

    Se más útil y ayudapidió un tanto irritado el joven bonzo.

    Comenzó a realizar lo pedido a regañadientes, ¿no podía ser tan mal amigo? Bueno si podía más no quería. Hubo algo que le hizo perder la concentración, una frase y un sollozo que le alarmó. Disgustado con lo escuchado soltó al monje, le dejó tirado en el suelo con un quejido emitido por los labios del mismo, no le dio importancia y volvió a prestar atención a la femenina y a… ¿su padre?, ¿desde cuándo estaba allí?.

    ¿InuNo Taisho-sama?Hipó la joven en un sollozo de emoción contenida. Todavía no le daba crédito a lo que veían sus ojos.

    No me lo creo… ¿Kagomecita?Indagó con la sorpresa enmarcada en su voz. La chica asintió alegre y esperanzada, ¡le había reconocido!; eso era suficiente para…

    Yo también te quiero lindaConsoló el mayor ante el ímpetu de la chica, ¡le abrazó! Como una hija que ve a su padre después de tanto, le abrazó. Lo que él no sospechaba es que así era como le veía la joven.

    Gracias, muchas graciasmusitó entre sollozos de alegría la chica, el hombre la estrecho mas fuerte contra él, recibiendo como recompensa el cese de los llantos y una sonrisa. Una sonrisa tan fascinante que nunca podrá olvidar.

    Le separó levemente de su cuerpo, la chica hipo una vez más y le pareció curioso, le miró enternecido *como la hija que nunca tuve*, pensó con un gesto de melancolía implantado en su rostro. Le pasó un brazo por la espalda como apoyo y ella se acunó en el hueco que formaba su cuello en la unión de sus brazos *muy alto, es de familia* meditó en su mente dándole una mira incomprensible al hanyou que les miraba anonadado.


    &.

    Estaba realmente aburrido y un tanto enojado, convino en el hecho de que admiraban más a esas invitadas que a él, ¡que a su hijo!. Lo reconocía quizás, sólo quizás estaba un poquitín celoso no más, sólo un poquito. Se levantó sin pedir permiso y fue a su habitación, antes de llegar al pasillo miró de soslayo a la sala, la chica le miró y en lo que fue cosa de un segundo le sonrió con burla y volteó el rostro, satisfecha con el resultado. Gruñó por lo bajo y con enojo entró a la habitación; mas atrás le siguió su fiel amigo, claro no sin antes pedir permiso el cual le fue concedido.

    Amigo, si andas con ese humor se te pegan las pulgasbromeó el oji-azul entrado en la recamara y cerrando la puerta tras de sí.

    No estoy en esas Mirokuespetó el chico desde su cama.

    Lo sé, lo sé. Bueno cambiando de tema…dijo en tono picarón: en su tono¾Las doncellas son unas preciosuras, ya me cerciore de los atributos de Sango, pero Kagome se me escapó¾provocó el monje mirándole significativamente.

    Serás…articuló furiosoNi se te ocurra tocarle, te quedaras con las ganasAmenazóalzándole del suelo.

    Deberías cambiar tu manera de tratarme, ayer también hiciste lo mismo. Varia un poco ¿vale?dijo sin ninguna preocupación el monje mientras se soltaba del agarre.

    ¡Feh!Fue lo dicho por el ambarino al lanzarse de nuevo a la cama.

    Es normal que sientas celosSopló fastidiado, ese monje siempre tenía una explicaciónLógicamente tus padres deberían de estar preocupados por la “desaparición” momentánea, tanto tuya como míaContinuó sin entenderSimple, ya te criaron, haz lo que quieras, pero estas chicas lo han tenido difícilEl ambarino parpadeó confundido ante la explicación del oji azul, ¿han tenido difícil que?.

    Si quiera escuchaste lo que decíanpreguntó mortificado, era increíble lo desatento que podía llegar a ser InuyashaPor tu cara sé que nosuspiró, ¿Qué no lo había superado ya?, por lo que veía no, no lo había hecho.

    No tengo por qué incluirme en sus asuntosespetó el hanyou cruzándose de brazos.

    Buen punto. Como no te importa la chica, para que ¿verdad?Alzó la cabeza ante lo dicho, se quedó mirando la puerta incluso después de que Miroku saliera de esta y la cerrará.


    La verdad: sólo le daba curiosidad. Sabía que la chica con la que soñó era ella, en un plano mucho más tímido pero era ella; no le vendría mal socializar un poco. Salió por la ventana de la habitación y decidió meditar durante un irrisorio momento… para recordar.

    Le dolía, no lo admitía pero le dolía. La chica que tenía al frente le miraba con suma tristeza en sus orbes azules, claro ella siempre miraba así pero…algo era distinto. Era posible que fuese la única vez que amó o sólo era un capricho adolescente, pero aun así lastimaba, le causaba un desasosiego increíble saber que quizás no le vería, al menos no como él quería verla: perteneciéndole, cuidándola, queriéndola por un poco más de tiempo, podía hacerlo desde lejos sin estar a su lado pero le sería difícil.

    Lo lamento InuyashaLe dio la espalda sin querer verla, así evitaba un poco el dolor que eso le causabaNo quise, yo…me enamoré de ti…pero…

    Pero ese amor ya pasó ¿no?Ella asintióPues es mejor así, no nos hagamos más dañosusurró, bajo la mirada, encontrado de repente interesante sus pies.

    Tú no me has hecho dañomusitó la miko, no quería dañarlo (pero debía), pero si esa aventura continuaba le matarían, a los dos.

    Una gélida punzada le atravesó el pecho, como si de una flecha se tratase; abrió sus orbes doradas a más no poder, intentando entender por qué era tan cruel la chica de la se estaba despidiendo. Él no queriendo lastimarla y ella a la primera le lanza una directa tan dolorosa como el adiós, haciendo las cosas más difíciles, al menos para él; tanto que le había costado abrirle su corazón a alguien por miedo a ser lastimado…y eso es lo primero que sucede: le lastiman, lo dañan, le pisotean el corazón y lo arrojan lejos sin poder remendarlo.

    Es verdad, tú no fuiste usadaespetó frío y cortanteYo fui el que salió lastimado, pisoteado y usado. Fui el idiota que dejó que entraras a mi corazón, lo rompieras todo y luego te marchas…Gracias por hacerme ver las cosas, muchas gracias KikyoSin pizca de amabilidad se expresó, tanto así que creyó que su hermano le había poseído. No le prestó atención a la chica que se quedo estática ante lo escuchado y se marchó, para no volver…no volver a confiar.

    Desde entonces, no sé nada de ti Kikyosusurró a la nada, esperando que la caricia a esa joven le llegará, y le doliera tanto como le duele a él.

    &.

    Se abría paso entre la espesa niebla del bosque. Llevando simplemente un vestido de campo en color ocre y la cesta con las hiervas que encontró; estaba triste, extrañamente triste, no quería estarlo pero eso y el rencor era lo único que sentía ahora, en un cuerpo de barro, en uno con el cual no puede sentir nada… sólo la usan, quien creyó que amó la traicionó, Naraku la mató y luego le revivió, una estúpida amante era en lo que se había convertido. Sonrió imperceptiblemente. Al menos a él le había salvado… a quien si la quiso y de muy tonta ella no lo valoró, se dejó engañar y creyó la propia mentira que había creado…

    Esperó seas feliz Inuyashamusitó en la densa niebla donde las palabras se desvanecían.

    &.

    Se reía victorioso, el rey, su mayor, a quien tenía que obedecer, al fin estaba decayendo. Tenía que dar el golpe certero, el final se estaba acercando y esperaba que todo funcionara…Había cosas en sus planes que fallaban, pequeñeces sin importancia, pero no podía dejar que esas cosillas le dañaran todo, sólo faltaba cómo dejar en el olvido a esas pequeñas. Vio como el joven príncipe montaba en su caballo pura sangre y galopaba sonriente, con una flor en mano y una carta en la bolsa.

    Estúpido enamoradoUna idea cruzó en su mente, sabía a quién amaba y eso…Sería muy bueno, para mi planUna carcajada se le escapó.

    Luego de entrar en los calabozos, cruzar las veces necesarias y contar los pasos, llegó a su destino. Entró sin hacer ruido y les reunió a todos. Sólo faltaba una persona. Se sentó en su silla especial y esperó, esperó y esperó. La paciencia se le estaba terminando. Suerte la de ella que llegó a la hora.

    La niebla es muy densaSe excusó la peli-negra al cerrar la puerta.

    Ya llegaste y justo a tiempoHabló el rojizo sujetándole por el hombro.

    ¿Y eso?se soltó de sus agarre sin ser percatada.

    ¿Qué harías tú si te digo que los Taisho están en el reino?Contuvo el aliento, eso no podía ser verdad…

    Es verdad mi querida KikyoescupióPero necesito una cosa de tu partecondicionó mirándola escrutadoramente.

    Si las cosas seguían así vería a Inuyasha y sabría porqué le dejó. No se dejó intimidar y escuchó detenidamente el retorcido plan de Naraku, sólo le dejaría un papel que realizar, al final, ella sería la causante de todo y no él. Por más que lo quisiera, por más que intentará su cuerpo no respondía a sus mandatos (cuando eran ordenes) , ya llevaba media década en eso y no se acostumbraba.

    ¿Entendido mi flor de campanilla?Le acarició el rostro y le dio un beso en la comisura de los labios.

    Sisusurró asqueada. Naraku salió por donde había entrado y les dejo allí.

    ¿Segura que quieres esto?cuestionó un joven de tez morena y ojos azul marino.

    Nunca quise esto, y tú tampocorespondió mirándole a los ojos.

    Tienes razón. Debería ser el comandante de mis tierras, pero si me voy no tendré tierras ni gente a quien protegerconsintió. Se sentó en pose india, su cola se bamboleaba inquieta, tenía un mal presentimiento.

    Podremos hacer algo, pero si mueres no hay casopropuso la miko de barro. El chico asintió enérgico y escucho lo que podría resultar, para los dos.

    ¿Cuento contigo Kouga?un astibo de inseguridad asomo a su rostro.

    Tienes mi palabra, la cual vale mucho más que mi vidaaseguró dando una leve reverencia.

    Sólo era cuestión de tiempo, necesitaban la confianza de todos los allegados que pudieran conseguir. Si era posible alguien de poder para lograrlo…Un daiyoukai poderoso, más poderoso que el mismísimo Naraku.

    **********************
    Hola!!!!! Lamento la inmensa demora en publicar....estuve enferma. La fiestas no me dejaron y al no tener internet donde vivo resulta ser un incordio....
    fandeinu: bienvenida a la historia (perdona si no te lo dije antes). Lamento decepcionarte con la falta de la pelea, yo tambien queria que Inu sufriera la ira de Kag, pero no podia dejar las cosas pintadas en las pared?....Nos leemos....
     
  11.  
    Lucy J Watson

    Lucy J Watson Usuario común

    Aries
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    estuvo buenisimo
    que plan trama naraku
    y que va a hacer kikio junto con koga
    y que pasara entre inuyasha y kagome
    siguelo pronto y avisame
     
  12.  
    kaome

    kaome Entusiasta

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    hola disculpa por no haber estado pero estaba ausente por un tiempo
    (cambiando de tema) ya me lei los campi y estan estupendos pobre kag se le murio su mama
    pero crecieron y se conocieron me parecio muy gracioso lo de miroku y el pobre de
    inu como siempre demuestras celos por kagome pero no lo admite espero que le sigas
     
  13.  
    Kai

    Kai Usuario VIP

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    Título:
    La Sonrisa de una Dama (inu&kag)
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    12
     
    Palabras:
    2648
    Capitulo X: Estrechando lazos. Plan en marcha.

    Se acomodó el bombín vino tinto, miró a la izquierda: un guardia pasaba; a la derecha: estaba despejado, caminó derecho y sereno; totalmente impasible se dirigió a la sala central, en una sencilla y reconfortante espera para ver al rey, a alguien que está seguro fue engañado, timado estúpidamente y que cayó en esa trampa, una impuesta por su consejero.

    ―Es bueno verte de nuevo―.No creía lo que sus ojos vislumbraban, era imposible, al menos tenía que haber esperado una semana para aquello―.No creí que estuviese por aquí tan pronto―aventuró esperando obtener algo.

    ―Tu cara me dice todo lo contario―sonrió, la cara del consejero se perturbó por un momento―.Pues me pareció buena idea venir a ver a mi amigo―retiró el polvo del bombín mientras lo aislaba de su cabeza―.Sí es que todavía lo tengo―susurró un tanto triste, pero lo que fue cosa de un segundo la sonrisa apareció en su fina cara.

    ―Todavía lo tienes―Escuchó esa voz gruesa y agradable, tal y cómo la recordaba.

    ―Eso me alegra―No cabía en su desconcierto, hace veinte años―los cuales si habían pasado por Jacobo―, no parecía el mismo.

    ―Naraku―El susodicho volteó a verle―.Marcha, tengo cosas que hacer―ordenó sereno mientras colaba un brazo por sobre el hombro de su viejo amigo.

    ―Lo que usted ordene―Realizó una leve reverencia en señal de “respeto”, antes de marchar las orbes rojizas cruzaron con las doradas, echaron chispas y los dos sonrieron, uno de ellos ganaría.

    El gran daiyoukai y el rey Jacobo se perdieron por la gran puerta de metal, bañada en oro; por obra de gracia y suerte para él, el gran daiyoukai no venía sólo. Al salir distinguió al joven príncipe en compañía de una chica, y no de cualquier chica…

    ―La joven Higurashi―Un gesto imperceptible de sorpresa se le escapó. Un chico de melena plateada le acompañaba, tenía claro que era un Taisho, esas características eran únicas, la duda era ¿cuál de los dos era?...

    &.

    Miraba extasiada el inmenso jardín; los matices verdes iban desde el más chillón hasta el más oscuro tan cual pino, por entre los arbustillos se apreciaban los traslúcidos rayos del astro rey, brindando una cálida oleada de placer a la vista. El dulzón del lugar le agradaba… aunque no podía decir lo mismo del joven peli plata que tenía a su lado.

    Caminó tomada del brazo del castaño que les invitó, ignorando al presunto convaleciente. Sonrió bobamente al mirar una pequeña mariposa intentando alcanzar a otras más grandes, les siguió con la vista hasta que se perdieron por unos inmensos matorrales, *Debe ser el laberinto*, pensó no muy sorprendida. El joven príncipe le contaba sus anécdotas sobre sus varias pérdidas entre la verde maleza y los entramados lugares del enredo floral; sonreía conforme le explicaba…aunque de reojo miraba a su otro acompañante.

    Inuyasha ignoró sus miradas y por cosa de magia los dos se sumieron en el mismo recuerdo…


    El olor a comida inundaba la casa, un dulce y sazonado olor provenía de la cocina. Tres mujeres, dos jóvenes y una de edad adulta danzaban por la cocina; iban de allá para acá y de acá para allá, tanto con platos y utensilios, con ollas y demás…No se podía esperar otra cosa, estaban cocinando para cuatro hombres―aunque uno de ellos no estaba presente―, y para ellas claro está.

    ―Muchas gracias lindas―repitió por milésima vez Izayoi mirándolas profundamente agradecida.

    ―No es nada Izayoi sama―dijeron a unísono las jóvenes cocineras.

    ―Ya decía yo que me la pasaría todo el día en la cocina por cocinarle a todos estos hombres―rió un poco―¡Comen como animales!¾exclamó para que los susodichos le escucharan.

    ―Eso es de esperar―concordó la menor.

    Miró de reojo en la sala donde antes estaban hablando, vio como el daiyoukai sonreía, el monje estaba ausente en un mundo al cual no quería aventurar y, el hanyou tenía cara de pocos amigos *Cara de Inuyasha, mejor dicho*. No reparó en cuando esté la miro y bufó, sólo dio media vuelta y se encaminó a sus quehaceres.

    ―¡Esto está delicioso amor!―dijo entre bocados InuNo a su esposa, la cual sonrió complacida.

    ―Agradécele a las chicas que me ayudaron, hicieron más que yo―Las jóvenes se sonrojaron un poco ante los halagos―Para ser más concreta…

    ―No es necesario Izayoi-san―apresuró a interrumpir lo más cortés que pudo la castaña.

    ―Es cierto, no queríamos estar de florero―concordó la azabache.

    ―De eso ya están, estorbando―murmuró el hanyou que se encontraba al lado de Kagome, ella le escuchó y él sólo la ignoró.

    ―Más respeto con las invitadas Inuyasha―regañó su padre, el cual le había escuchado perfectamente.

    ―¡Feh!―volvió a su palto y escuchó.

    ―Bien cómo iba diciendo―retomó el habla sonriente―Realizamos una especie de jueguito y por cosas del destino―*Ay no* pensaron las jóvenes encogiéndose―Yo querido te cocine a ti, Sango le cocinó a Miroku…También le cociné a Sesshomaru y…―sonrió mientras miraba a la joven que faltaba y a su hijo―Kagome le cocinó a Inuyasha.

    ―Con razón no sabe bien, para ser sincero, Kagome no sabes cocinar―espetó sin razón alguna. Los caballeros negaron con la cabeza, su madre le taladró con la mirada, Sango le quería golpear y Kagome…

    ―Ciertamente no vi necesario esforzarme para cocinar para alguien tal mal agradecido, sólo me toco y ya…―tomó un poco de agua―Si no te gusta, no lo comas―Le quitó el plato de enfrente―Con permiso―se excusó y marchó a la cocina, tanto con su plato como con el del “caballero” de fuera, el cual se quedó con la boca abierta.

    ―Supongo que la señorita Kagome ya conoce tu punto débil: La comida―susurró el bonzo mientras le palmeaba la espalda―Hablando de comida, Sango esto está exquisito, no se ofenda Izayoi-san―halagó el bonzo retirando el resto de los platos.

    ―En absoluto querido―tomó los paltos que el joven le ofreció y se fue a la cocina a lavarlos, y a hablar con Kagome.

    ―Hijo te lo mereces, creo que Kagome y tú empezaron con el pie izquierdo―sermoneó mientras meditaba un poco.

    ―¿Ah?―hasta ahora despertó de su falta de plato y cayó en algo <<creo que Kagome y tú empezaron con el pie izquierdo>>,*La verdad no* pensó, Miroku le miró significativamente.

    ―Hablamos a la noche―susurró el monje.

    &.

    Salió un rato a tomar aire después de hablar con Izayoi <<Dale tiempo>>, le había dicho, pero el tiempo era lo que siempre le quitaba las cosas. Suspiró y secó una traviesa lágrima…No era muy tarde todavía y decidió caminar un poco.

    Pateaba continuamente una piedrecita que se le atravesó y la acompañó hasta llegar a los pies de otra persona. Los zapatos marrones pulidos, se divisaban frente a ella. Subió lentamente la mirada y sonrió. *No es casualidad*, pensó cohibida. Sango le había dicho de los sentimientos de su majestad, y ella no podía ser descortés.

    ―Buenas su alteza―hizo una leve reverencia―Un placer verle por aquí―y sonrió. Inconscientemente atrapó a su joven majestad con ese tranquilo y común gesto.

    ―La verdad te buscaba. Vi la nota en la puerta de tu casa y decidí pasar―anunció el joven un tanto nervioso. La verdad había ido por iniciativa propia, después de todo, el problema era que el consejero quería conocer a la chica que le robaba el sueño, y tampoco le pareció mal que Kagome pisara nuevamente el castillo.

    ―¿Y eso, hay algún problema con la tienda o su alteza el rey está disconforme con el dulce?―se fue por la tangente la joven a saber sus intenciones, sus ánimos no estaban muy bien ubicados y le resultaba difícil no ser algo descortés…Vio la sonrisa asomar a los labios masculinos, y no le gustó…*Diablos, ahora que piensa. Me quiero ir*…intentó escabullirse pidiendo permiso y le iba a ser concedido si no fuera por un inoportuno hanyou…

    ―¡Hey cría mi padre dice que entres!―la llamó de lejos en cuanto la vio, y no estaba sola, arrugó la nariz por el olorcito del joven sangre azul que estaba a su lado…¿Será el príncipe?.

    ¡La había llamado cría eso si que no!.Con su orgullo a mil, fingió no escucharle y centró su concentración en Hoyo, le miraba sonrosado y algo tenía en su espalda, le miró curiosa y él rió nervioso. Ese chico que la llamó se le quedó mirando de una manera trémula, ahogó el miedo y sólo le tendió las flores a la chica, dejaría la carta para otro momento.

    ―¿Quisieras ir al castillo mañana? El jardín está hermoso y quisiera que vieras estas flores por ti misma―ofreció sonrojado y con el corazón desbocado…La chica asintió y se le guindó de un brazo ¿Por impulso o por enojo? Ni ella lo sabía…

    El hanyou les miró ceñudo. ¡Tenía la desfachatez de ignorarlo y luego guindarse a ese!, no es que le importara “mucho” la cercanía con ese joven, pero sí que lo ignorara. Encarecidamente iba a gritar unos cuantos improperios contra la chica, no muy adecuados y ni sabía el motivo…Se quedó con la boca abierta a sentir un peso irracional en su hombro, haciendo presión hasta gesticular una mueca de dolor. ¡Definitivamente su padre era muy inoportuno!.

    ―No frente a su alteza y menos a Kagome―ordenó el mayor rompiendo el agarre, la voz era extrañamente alegre y eso no era nada bueno. Su padre fue al encuentro de la “parejita” y les sonrió con fraternidad, empezando a charla, él se acercó un tanto curioso.

    Después de eso el hanyou no entendió mucho, sólo palabras al azar. Hijo, rey, príncipe, funeral, tiempo…Y otras que ni recordaba. El punto fue que no sólo la chica terminó accediendo a la petición de su majestad Hoyo-Bobo sino que también su padre…¡Ah sí, se le olvidaba! El también había terminado incluido en la visita, no sabía cómo ni por qué pero no era bueno llevarle la contraria a su padre.


    &.

    Inuyasha bostezó evidentemente aburrido, su padre había marchado por el interior del castillo y él junto con la chiquilla y Hoyo-bobo estaban andando por los jardines. Decidió desviarse un poco, se adentró al laberinto confiando en su olfato para salir-al menos que sucediera lo mismo que el mercado-. Se trepó a lo alto de un árbol, lo suficiente como para vigilar a la chica. Era gritona eso lo comprobó en la mañana cuando está se encontró con un pequeño insecto y él como todo un caballero amenazó con lanzárselo encima correteándola por toda la casa. Rió un poco. Era divertida esa niña, y si no estaba equivocado ese olor que lo tenía medio zombi era de ella, aunque esperaba equivocarse o no. Era en cierta medida complicado, con ella se sentía desnudo, en un buen sentido, no creía necesaria esa defensas que había creado, pero sólo por precaución las aumentaba cuando ella estaba cerca, era como un artefacto extraño que alteraba sus sentidos, lo odiaba pero le gustaba. Suspiró. En definitiva se estaba volviendo loco.

    Observó algo similar a un pasadizo secreto y le dio curiosidad, mientras se debatía mentalmente en entrar o no una presencia youkai le alertó. Era diferente y lo peor de todo ¡Iba a donde estaba Kagome!. Sin si quiera pensarlo emprendió la marcha a donde estaba con Hoyo-bobo―no sin antes levantarse del suelo por la caída del árbol―. Gruñó mientras corría un poco, en definitiva, se estaba volviendo loco.

    &.

    Naraku observó como el Taisho no identificado emprendía marcha a donde estaba el príncipe. Sólo envió a Jakotsu para comprobar una sospecha, con que le viera bastará. Terroríficamente este chico tenía la habilidad de detallar a alguien de cabo a rabo―literalmente hablando―con sólo verle una vez. Lo admitía este era algo raro.

    Kikyo era su parte clave en el plan, era un eslabón que lo tenía preocupado. Si ella se salíatodas las piezas se desplomarían. Se concentró en la conversación que sostenía el rey con InuNo… era la más preocupante de todas, ya sospechaban. Buscó mejor audición cerca de la ventana, pero prefirió usar a Byakuya como fuente de información.
    ―No creí que te volvería a ver―dijo con nostalgia.

    ―Sabes que esta es mi tierra, mi hogar―aseguró el daiyoukai.

    ―Eso lo sé―hizo una mueca de culpa―Y lo siento―le miró a los ojos, buscando perdón.

    ―No hay nada que perdonar, eres Rey, seguías consejo―segundó InuNo restándole importancia.

    ―Uno no tan bueno―convino―Aún así quería hablar sobre algo que me preocupa.

    ―¿De que se trata?.

    ―Exactamente de los consejos, en especial de…

    ―¡Qué no te le acerques!―Se escuchó desde al amplio jardín.

    InuNo sólo suspiró derrotado. Jacobo miró a su amigo sin entender, intentando buscar una respuesta.

    ―¿Recuerdas que hace veinte años Iz estaba embarazada?―El rey asintió―Bueno ese es mi hijo segundo.

    ―Ya veo, pensé que no sabría de ello.

    ―No importa, prefiero otra faceta de conducta―sonrió―¿Me permites?.

    ―Claro―concedió.

    ―¡Inuyasha Taisho!―gritó a todo pulmón el daiyoukai, a lo que los alborotados de afuera, sólo se detuvieron.

    //////////////
    n/a: Siento perdida de sustancia en el escrito, voy batallando y más con el tiempo límitado qeu tengo...

    Gracias por los comentarios...
     
  14.  
    Whitemiko

    Whitemiko Usuario común

    Virgo
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    Hola!!!!WIIII primera en postear!!!!
    jajajaja me encanto los desplantes de inuyasha!!!
    y kagome poniendolo celoso!!!y como pelean y en realidad TODO!!!
    me borraron mi anterior post!!!T.T
    que estara haciendo el cabeza hueca de inu??
    ashhh seguramente una de las que acostumbra!!!
    espero conti!!a y tambien espero que inuno le de un coscorron a inuyasha en la cabezota que tiene!!
    XOXO
    bye!!
     
  15.  
    Kai

    Kai Usuario VIP

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    Hola!!
    Soy demasiado malvada, no vendré con excusas ni nada, sólo les quiero decir que tengo un bloqueo con mis historias largas, me siento frente a la compu y me surgen de todas las ideas posible menos para este fic, y tengo que hacer otro distinto para no perder la sustancia.
    Prometo que en caunto lleve unos 4 capítulos empezaré a publicar como se debe para no deja r a los lectores guindados.

    Eso si, SI terminaré todas mis historias...No hay fecha para esto pero si lo terminaré...

    Un pequeño adelanto...

    Capítulo XI: Increíble.
    Inuyasha sonrió al ver al príncipe en semejante estado. No era la gran cosa, pero a él le gustaba ver inestable a las personas que no le agradan.

    EDITO: No continuaré, el fic, repito, no lo continuaré.Ciertamente me siento estúpida por esto, pero la imaginación voló y cuando me siento frente a la computadora dispuesta a escribir, pues simplemente no sé qué carajpo estpy haciendo, siento que tengo la historia en un limbo, y cuando la empece...bueno era principiante, muy principiante y simplemente no sé ni donde estoy yo parada, menos como manejar a los personajes....Siento que no tengo claro lo que quice expresar en ese momento ahora menos lo tengo...Siento que estoy formando un fic mediocre y no quiero eso..Si en algun momento puedo continuar con el fic, pero de forma más profesional y no estúpidamente indesisa, avisaré...
     
  16.  
    Kai

    Kai Usuario VIP

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    Arriba hay motivos. Acá cancelación.
    Por ver lo qeu antes escribí, al iniciar el fic, no me sirve para continuarlo.
    Por lo cual, crearé otro tema (algún dia de la vida) y allá estará la historia, disculpen las molestias.
     

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