La señora Uchiha

Re: La señora Uchiha

Capitulo 13: Una parte de mi vida


El ascensor se abrió para dejar salir al azabache, sus mirada recorrió el lugar, todo estaba tan oscuro que casi no veía nada, se dirigió a la puerta, la casilla que se supone ocupaba el vigilante del lugar aun estaba vacío, seguramente Ino le había pagado muy bien para que dejara el lugar por una horas, sin dudas tendría que hablar muy seriamente con él. Se dirigió a su auto y comenzó su camino.
Un taxi amarillo se estaciono frente a las rejas de la mansión Uchiha. Era obvio que las puertas no se le abrirían a un automóvil extraño, por eso la chica decidió bajarse allí mismo.


-¡Muchas gracias! – Le dijo entregándole el dinero y bajándose. – Pueden abrirme por favor. - Le grito a quien la escuchara. – “Sakura todos están dentro como van a escucharte” – Se dijo mentalmente, sin embargo, las rejas comenzaron abrirse, alguien la había escuchado. – Pero…


-Señora… ¿Por qué regreso sola? ¿Le paso algo a Sasuke-Sama? – Salió de una pequeña cabina un hombre bajo, de cabello marrón, y estaba bastante preocupado. Debía ser el encargado de abrir la puerta. Claro tenía que haber alguien encargado de eso. O de que otro modo se abriría aquella reja por arte de magia.


-No Sasuke-Kun está bien… él se quedo en su oficina tenia cosas que hacer y yo decidí regresar. – En su mente se dibujo la imagen de la escultural rubia y de su esposo bebiendo champagne juntos y riendo de cualquier tontería, eso era lo que debería estar pasando o tal vez otras cosas que mejor no se imaginaba.


-Permítame acompañarla a la casa, creo que ya han soltado a los perros y como no la conocen pueden hacerle daño.


-¡¿Perro?! No hablas en serio… - Asustada se puso detrás del señor, si había algo a lo que le temía era a los perros.


En la cocina de la mansión Uchiha, la joven sirvienta de cabellos marrones estaba terminando de lavar los platos sucios de la cena cuando la puerta se abrió y fue cerrada con gran fuerza, haciendo que esta se volteara rápidamente un poco asustada.


-Itachi-Sama… Me ha asustado… - Sus manos estaban mojadas y comenzó a secárselas en su delantal.


-Sírveme un vaso de agua. – Le dijo situándose al lado de ella, doblando los brazos a la altura de su pecho. Tenten obedeció y camino rápidamente hasta la nevera para servirle el vaso de agua. – Y dime ¿Por qué te asuste?


-No… por nada en especial es que no esperaba que nadie entrara a la cocina a estas horas. – Tenten regreso a su lugar con el vaso en sus manos, Itachi lo agarro, y ella siguió en su actividad. Sus ojos se cerraron al escuchar el sonido del vaso al quebrarse, su corazón comenzó a latir desesperadamente. Las manos del mayor de los Uchiha le rodearon la cintura y su cabeza se inclino en su hombro. - ¿Qué… Que le pasa… Itachi-Sama?


-Quiero que me respondas algo, solo eso. – Ella asintió levemente. - ¿Qué fue lo que viste exactamente esta mañana en el pasillo de arriba?


-Nada, solo estaban usted y la señora Sakura, hablando, solo eso…


-¡Muy bien! – La soltó y se dirigió a la puerta para retirarse, no sin antes volver a dirigirse a su sirvienta. – Más te vale que solo hayas visto eso, o me veré en la penosa necesidad de prescindir de sus servicios.

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Vueltas y más vueltas daba en aquella inmensa cama, por más que quería no lograba conciliar el sueño. Rendida decidió sentarse en la cama, la pelirrosa busco el reloj para observar que ya eran las tres de la madrugada y aun Sasuke no regresaba.


-¡Que! – Exclamó al verlo. – Ya son las tres y no he dormido nada, me va costar despertarme para ir a clases… será que de verdad Sasuke-Kun aun esta con la rubia esa… y de todos modos a mí que me importa, pero, ¿Quién será ella en la vida de Sasuke-Kun? Solo hay alguien que me lo puede responder y a Itachi es la última persona a la que le preguntaría… Sakura a ti no te importa quién es esa tal Ino… ¿Verdad?... ¿Verdad? – Se volvió a acostar a ver si esta vez lograba dormirse. Con esa pregunta rondándole la cabeza logro caer en los brazos de Morfeo.


El despertador que había programado la noche anterior comenzó a sonar anunciando que ya eran las 6 de la mañana, a duras penas logro abrir sus ojos y comienza a buscar el terrible aparato que tiene por nombre reloj despertador.


-¡Tengo sueño! – Balbuceaba aun medio dormida. Después de apagar el reloj se levanto de la cama y se dirigió al baño, una buena ducha de agua fría le haría despertar de inmediato.

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El sonido de una licuadora lo despertó, sus ojos negros aun se estaban acostumbrando a la poca claridad que había en aquella estancia. Su espalda había sufrido las consecuencias de una mala noche. Agarro su saco y se encamino pesadamente al lugar de donde provenía aquel sonido.


-¡Dobe! ¿Podrías dejar de hacer ruido? Trataba de dormir. – Se quejo Sasuke al entrar a la cocina. – Se puede saber ¿Qué haces? – Dijo observando el vaso de la licuadora con un asqueroso líquido verde.


-¡Buenos días Teme! – Le contesto tan alegre como de costumbre mientras servía dos vasos del liquido verde. – Esto es nuestro desayuno baka… es una receta que me dio Neji me dijo que ayuda a mantenerte fuerte y guapo.
-Entonces creo que no da resultados. – El rubio coloco un vaso en frente de él. – No creerás que me tomare esto, prefiero un café o algo. – Tomo el vaso y lo llevo hasta su nariz, el olor era horrible. – Naruto huele horrible.


-Pues no hay café, si quieres desayunar algo esto es lo que hay. – Y de un solo sorbo su vaso quedo vacio. - ¡Delicioso! – Gritó eufórico.


-Mejor me voy, si tanto te gusta tu “desayuno” puedes tomarte el mío, ni en mis peores pesadillas me tomo esto.


-¿Ya te vas? – El azabache comenzó a ponerse su saco y se dirigía a la puerta. - ¡Espera! ¡Teme! ¡Sasuke! – Su voz era apenas un eco, Sasuke ya estaba fuera de la casa de su amigo. – Hey te dije que te esperaras no me escuchaste. – Sus dedos tocaban el vidrio de la ventanilla de su auto. – Obligándolo a bajarlo. – Apareces en mi casa a media noche y te quedas a dormir aquí me puedes explicar ¿Qué paso?


-Nos vemos en la oficina Naruto. – Y dio marcha a su auto.


-¿En la oficina? Eso quiere decir que… El Teme va hoy para el concesionario… tengo que avisarle a todos. – Salió corriendo a su casa, tenía que avisarle a todos los vendedores del concesionario que Sasuke pretendía visitarlos hoy.

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Sakura acababa de terminar de vestirse aun era temprano, era exactamente las 6.40 am su primera clase comenzaba a las 7.30 si quería llegar mejor salía ahora ya que la mansión Uchiha quedaba muy apartada. Su forma de vestir esta mañana era muy sencilla un simple pantalón azul y una camiseta blanca. Agarro su bolso y sus cuadernos para salir de la habitación. La gran pregunta que surcaba su mente era ¿Cómo se iría de ese lugar? En medio del bosque es imposible que pasen taxis.


-¡Buenos días! – La saludo señora Mikoto cuando termino de bajar las escaleras y estuvo a su vista. Sin duda era una señora madrugadora. - ¿A dónde vas tan temprano?


-Buenos días… - Cuando estaba ya con ella le respondió. – Voy a clases… pero no tengo idea de cómo irme.


-¡Como que no tienes idea! Dile a Sasuke que te lleve… oh. – Pareció meditar en algo. – Es cierto mi hijo no es de los que se despierta temprano, ¿Aun está dormido verdad? – En ese instante la puerta principal se abrió dejando entrar al joven. Su apariencia era horrible como si no hubiera dormido en toda la noche.


-Hmp – Noto a su madre y a su esposa muy cerca de las escaleras. – Buenos días. – Fue lo único que dijo al verlas para subir a su habitación.


-¿Sakura? Mi hijo… ¿Sasuke no paso la noche en casa?


-Sera mejor que me valla o llegare tarde a clases, que tenga un buen día señora.


-¡Espera! Le diré a mi chofer que te lleve, por estos alrededores no pasan autos así que será mejor que alguien te lleve. Voy a llamarlo, espera afuera.


-¡Gracias! – Lentamente se dirigió a la salida, deseaba salir de esa casa cuanto antes, por suerte a los pocos minutos el auto rojo estaba aparcándose en frente de ella. Rápidamente se introdujo en él añorando irse de ese lugar y si por ella fuera no volvería jamás.

 

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Capitulo 14: Te dije que no quiero regalos.

Sasuke emergía del baño después de una larga ducha de agua fría que sin duda lo despertaría y le daría la vitalidad que necesitaba. Solo una toalla cubría la parte posterior de su cuerpo y con otra se secaba su cabello, al levantar su cabeza se encuentra con su madre esperándolo en uno de los muebles. Su expresión era de molestia, en sus ojos se denotaba cierta ira, y sus brazos cruzaba solo certificaban sus sospechas.


-Hmp – Fuel lo único que dijo para seguir caminando por la habitación, se dirigió a la cama en donde reposaba la ropa que se pondría.


-Estoy harta de tu “Hmp” no sabes lo molesto que es… - Esta aun seguía sentada mientras que su hijo se vestía. – Sasuke. – Lo llamo, este solo volteo a verla. – Se puede saber ¿Dónde pasaste la noche?


-No es la primera vez que duermo fuera de casa, pero si la primera vez que te encuentro en mi cuarto esperando una explicación, madre no soy un adolescente, no tienes porque pedirme explicaciones.


-Puede que ya no seas un adolescente pero. – Por fin se levanto del mueble y camino hasta colocarse en frente de su hijo, en ese momento el joven estaba haciéndose el nudo de la corbata así que su madre termino ese trabajo. – Pero ahora eres un hombre casado, esta mañana tú esposa no tenía ni idea de cómo irse a la universidad… le sugerí que tú la llevaras y se puso triste cuando se lo nombre, como crees que ella se siente al saber que no pasas la noche con ella sino con otras mujeres. Si ibas a seguir así no debiste haberte casado, el matrimonio es para personas maduras y te guste o no, tú aun no has madurado. – En ese momento termino de hacerle el nudo de la corbata a su hijo.


-No pase la noche con ninguna mujer… me quede en casa de Naruto. – Los ojos de Mikoto se abrieron como platos.


-¡¿Qué?! ¿Te quedaste con Naruto? ¡No! – Esta se lanzo en la cama. – Esperaba todo menos eso… ¿Cómo pudiste hacerme esto? Ustedes se veían tan serios…


-Se puede saber ¿Qué rayos estas pensando?


-Ya me decía que tanto tiempo juntos no era normal… mi pobre Sasuke… - La señora Mikoto comenzó a sollozar en la cama. Sasuke solo la observaba muy confundido, agarro su saco y se dispuso a salir de su habitación, la puerta al cerrarse advirtió a su madre que se había quedado sola.


-¡Espera! – Exclamó saltando de la cama. – Sasuke estaba jugando… ¡Sasuke! Tenten ¿Has visto a Sasuke? – Le preguntó a su sirvienta al llegar a la planta baja.


-Acaba de salir, no quiso desayunar… permiso. – Se retiro dejando sola a la señora.
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Las horas de clases pasaban realmente rápido cuando a una persona le gusta estudiar, y ese era el caso de Sakura, ya había pasado media mañana y ya había asistido a dos de sus clases. En este momento se encontraba en la cafetería desayunando algo para no pasarse todo el día sin comer. Cuando siente que le tocan uno de sus hombros, no pudo evitar asustarse.


-¡Hinata-Chan! Me asustaste, no esperaba verte por aquí.


-Eso mismo iba a decirte… me dijiste que no sabias si volverías… hablaste con Sasuke.


-Si anoche y me dijo que si… así que aquí estoy… iba a decirte pero, llegue directo a mi primera clase. – Su amiga se sentó con ella, y la observaba esperando que la pelirrosa hablara. - ¿Qué pasa? ¿Por qué me ves así?


-Tienes una cara… ¿Te sientes bien?


-Si estoy bien es que anoche no pude dormir bien. – Noto como los ojos perlados de su amiga se abrían como platos, ella podía ser inocente pero esta vez como que estaba pensando mal. – No es lo que estas pensando. – Su rostro se impregno de un leve color carmesí.


-Yo no estoy pensando nada Sakura… - Dijo bajando su cara para ocultar la sonrisa que surcaba sus labios.
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Las personas en el concesionario caminaban de un lado para otro, estaban todos bastante apurados, según lo que les había dicho uno de los vendedores esta tarde vendría en dueño. Cosa que no era muy común en el ya que el casi no salía de las oficinas y cuando se dignaba a pasarse por allí no era para nada bueno.


-¡Oye Naruto! ¿De verdad viene Sasuke-Sama hoy? - Le preguntó una chica de abundante cabellera verde oscuro, con ojos de igual color. Su rostro denotaba algo de preocupación.


-¿Crees que estoy mintiendo? – El rubio se levanto de su escritorio de un salto. – Más les vale tener todo en orden o nos despedirán a todos. – Naruto era el jefe de vendedores del concesionario. El se encargaba de que todo marchara bien, y de llevar los registros de cada auto que se vendía en perfecto orden. Pero hacía tiempo que no ordenaba nada, así que si alguien era despedido hoy, ese seria él. – ¿Natzuki conseguiste los informes del mes pasado? No tengo idea de donde puedan estar. – Decía mientras desordenaba todos los papeles que tenia dentro de un gabinete de su escritorio.


Cuando de repente escucho como desde afuera decían el nombre de su amigo, observo el pequeño reloj que estaba en una de las paredes y eran exactamente la una de la tarde. – “Así que moriré a la una de la tarde… no es una buena hora” – Pensó el rubio antes de que el azabache entrara en su pequeña oficina.


-¡Buenas tardes! Sasuke-Sama. – Lo saludo la chica que estaba en la oficina con Naruto.


-Hmp – El joven la miro sin expresión alguna. Está solo pidió permiso y se retiro del lugar. – Hace tiempo que no pasaba por aquí. – Dijo sentándose en una silla delante del escritorio de su amigo.


-Este... Y como ves todo está perfecto, no tenías porque venir. – Balbuceaba sobándose la cabeza. – Itachi llamo temprano, quiere ver el auto que llego ayer, el que mandaron de Italia, le dije que aun no está en exhibición así que…


-¡Quiero verlo! De hecho a eso fue que vine… otro día vengo a ver cómo está el inventario. Porque Naruto me imagino que todo está en orden verdad.


-¡Claro! Todo está en orden ¿Por qué no habría de estarlo? Ven vamos a ver el auto. – El rubio comenzó a empujar a Sasuke fuera de su oficina. Este solo negaba con la cabeza, sabía perfectamente que nada estaba en orden.
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Una pelirrosa y otra peliazul esperaban impacientes en uno de los bancos de la universidad a que fueran a buscar a Sakura. Parecía que la conversación que estaba llevándose a cabo era muy intensa ya que Hinata veía al suelo mientras jugueteaba con sus dedos.


-Entonces… Neji-Onichan está aquí… me alegra que… haya cumplido su sueño… y que sea doctor… me alegra mucho… - Murmuraba intentando hacer que las lágrimas no salieran de sus ojos.


-Hinata-Chan, yo no pensé que tú te pondrías así… perdón, si lo hubiera sabido, no habría abierto mi bocota. – Se excusaba la pelirrosa arrodillándose en frente de su amiga para poder verla a la cara.


-No, Sakura-Chan tú no tienes la culpa de nada, es que, tenia tanto tiempo sin saber de él… gracias por decírmelo. – En ese instante un auto se detuvo en frente de las chicas, no era el rojo que ellas estaban esperando. La bocina comenzó a sonar, Sakura se volteo para ver quién era el mal educado que las interrumpía con su ruido y sus ojos se encontraron con un auto en el que ya se había montado antes. - ¿Ya vieron por ti? – Indagó su amiga.


-¡No lo sé! Ese es el auto de Sasuke-Kun, pero es imposible que sea él. – No había terminado de hablar cuando la puerta del conductor se abrió dejando ver al joven, este venia en dirección a las chicas.


-Ese es Sasuke-Kun… ¿Tu esposo? – Murmuraba la chica era la primera vez que lo veía, la pelirrosa solo asintió. – Es guapo. – Esta volvió a asentir.


-¡Hola! – Las saludo al estar frente a ellas. - ¿Nos vamos?


-Sí… - Comenzó a decir agarrando sus cosas. – Nos vemos mañana Hinata-Chan. – Su esposo ya había emprendido el regreso a su auto así que la pelirrosa tuvo que apresurar el paso para alcanzarlo. – No debiste molestarte en buscarme. – Le dijo cuando ya ambos estaban juntos en el auto.


-Quise hacerlo… ¿Por qué te fuiste anoche de la oficina? – Comenzó a preguntarle, no era normal que él comenzara una conversación pero allí estaba tratando de hablar.


-Bueno… - Los ojos de la chica se situaron en la ventanilla, mirando todo lo que la velocidad dejaba a sus espaldas. – No quería ser un estorbo, tu y esa chica tenían cosas que hacer, si me quedaba… - Se calló abruptamente, dando por sentado que el obviamente había entendido lo que ella quería decir.


-Ino es se podría decir que una “amiga” - Una sonrisa se dibujo en su rostro al decir la palabra “amiga” era un término raro para catalogarla. – Anoche no regrese a casa porque.


-Sasuke-Kun no tienes porque decirme, créeme no quiero saberlo, además tampoco me interesa, lo que tú hagas no me interesa, tu y yo solo somos. – Se detuvo en mitad de la frase. ¿Qué eran? Eso ni ella misma lo sabía. Se suponía que ellos seguían juntos por el plan de Sasuke de descubrir a su hermano. Pero en los últimos días se habían besado en un par de ocasiones y la última vez no fue para darle celos a nadie. Entonces ¿Eso qué significaba? Y continúo haciéndose todas esas interrogantes todo el camino.


-Tengo algo para ti. – Le dijo el azabache cuando llegaron a la mansión Uchiha.


-¿Qué? – El auto aparco y los dos bajaron, Sasuke camino hasta donde estaba la pelirrosa y entrelazo su brazo derecho al de ella. - ¿A dónde vamos? – Le preguntó cuando comenzaron a caminar.


-No seas impaciente... – Caminaron un poco más por el sendero del jardín. Los zapatos de Sakura hacían un ruido extraño al chocar contra las piedrecillas. El lugar al que se dirigían era al garaje que estaba un poco apartado de la casa principal. Al estar allí se encontró con muchos autos, sus ojos se abrieron a más no poder, esta familia tenía muchísimos tipos de autos, y todos de distintos colores hiso un cálculo rápido y había ocho carros. Pero sus ojos se situaron en un auto que estaba tapado con una inmensa tela blanca. Sasuke soltó su agarre y se dirigió a él. Sus manos quitaron la tela y dejaron al descubierto un hermoso auto Ferrari deportivo descapotable sus asientos eran de color crema. - ¿Te gusta?


-¡Es… precioso! – Las manos de la joven comenzaron a tocar la maleta del hermoso auto color plateado.


-Este automóvil llego ayer, solo hay uno de estos en el país, y me alegra que te guste porque lo he comprado para ti.

*Gracias por leer*